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Preliminares

Las interacciones mediático-digitales como


escenarios de ciudadanización

Dr. Guillermo Orozco-Gómez


Universidad de Guadalajara (México)
gorozco@cencar.udg.mx

Resumen
La educomunicación hoy enfrenta el desafío de incidir en la des-ciudadanización, pro-
ceso que se ha extendido en el escenario mediático-digital contemporáneo, en gran
parte influenciado por los algoritmos que excluyen a los ciudadanos de la comprensión
de su mundo cercano y de las posibilidades para intervenir en él. En este contexto aquí
se presenta un análisis de lo que esta condición supone para una reinvención de la ciu-
dadanía en y a través de sus interacciones mediático-digitales cotidianas.

Palabras clave
Educomunicación, ciudadanía, medios, redes, interacción mediática, interacción
digital.

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Redes sociales y ciudadanía · Grupo Comunicar Ediciones · https://doi.org/10.3916/Alfamed2020
1. La (des)ciudadanización contemporánea
Si antes era el consumo de información de medios masivos sobre todo y el acatamiento de instrucciones
de los sistemas educativos, incluido el sistema familiar, así como el involucramiento explicito en temas
públicos, la vinculación a movimientos sociales y la participación en vivo en eventos de calle algunos de
los modos más generalizados para forjarse como ciudadanos, hoy son cada vez más las interacciones en
redes sociales y en eventos virtuales los escenarios preferentes, desde y a partir de los cuales se construye
ciudadanía.
Lo anterior tiene diversas consecuencias y plantea varios desafíos, tanto para la ciudadanización misma, al
eclipsar el involucramiento político, social y cultural directo, como para los ciudadanos en formación, que
se mueven en escenarios regidos por algoritmos, o sea escenarios predefinidos desde coordenadas inalcan-
zables para los propios ciudadanos.
Pero, sobre todo, las condiciones mediático-digitales desafían a la educomunicación contemporánea a re-
pensarse y repensar las estrategias pedagógicas y los ámbitos de incidencia que puedan ser más fructíferos
para empoderar desde ahí a los internautas (Orozco & Corona, 2019).
Para decirlo de otra manera, y siguiendo a García-Canclini (2020), hemos estado y seguimos estando, en
un proceso de des-ciudadanización cada vez más marcado en la medida en que los escenarios tradicionales
de creación, gestión y expresión de ciudadanía se han vuelto los escenarios digitales.
La educomunicación contemporánea, entonces, se percibe como una estrategia para la conformación de
una nueva ciudadanía que tiene las plataformas de Internet y las redes socio digitales como los escenarios
principales para su constitución.
Entre otras cosas, lo que está en juego de fondo para la re-ciudadanización hoy, es mucho más que solo
nuevos desafíos pedagógico-didácticos o informáticos y tecnológicos para la creatividad y la planeación de
aprendizajes mediático-digitales.
El desafío mayor consiste en reinventarse como ciudadanos en esas condiciones mediático-digitales con-
temporáneas.

2. Hacia una reinvención de los ciudadanos, audiencias e internautas


Esta reinvención significa muchas cosas a la vez, y no se pretende aquí ser exhaustivo, sino solo indicativo
de algunas de ellas.
En primer lugar, hay que valorar nuevas pedagogías, algunas de ellas inauguradas por los propios sujetos
involucrados a través de sus navegaciones en lo digital, y que son pedagogías preferentemente enfocadas en
explorar y verificar información, con otras pedagogías más complejas para evidenciar o poner al descubierto
y argumentar elementos y significados no visibles a primera vista o tomados por dado sin cuestionamien-
to. Todo esto con la intención explícita de llegar a sostener nuevas ideas, algunas que incluso contradigan
creencias arraigadas, como la de que «todo lo malo es bueno para usted», como ha argumentado el filósofo
norteamericano Johnson (2005) en su elocuente libro con el mismo nombre.
En segundo lugar, hay que buscar estrategias nuevas, pero viables, asumiendo con García-Canclini (2020)
que el mundo de los algoritmos está redimensionando las coordenadas de lo real, al proponer lo real desde
otra perspectiva, no visible fácilmente, ni mucho menos abarcable, donde lo importante es propiciar una
credibilidad sustentada estadísticamente, extrapolando millones de datos reales, pero ilegibles y sobre todo
incomprensibles para un ciudadano común, y donde la verosimilitud de lo propuesto va sustentada de
manera probabilística, difícil de contradecir o de modificar, pero sobre todo, casi imposible de comprobar
por la inmensa mayoría de los ciudadanos.

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La reinvención que se requiere en la concepción del escenario para los cambios trastoca otras convicciones
fundamentales para reaccionar en la vida. Por ejemplo, dejando atrás la trillada idea de que estamos en una
época de grandes cambios (casi en todas las épocas hay muchos cambios y algunos grandes) por la convic-
ción de que: estamos en un gran cambio de época como
lo sostienen y proponen Martín-Barbero y Rey (1991)
que es algo muy distinto, de donde se debe desprender
"Es así como al interactuar con los
la consecuencia de que no se trata solo de hacer más,
variados lenguajes en redes sociales,
o hacerlo mejor que antes, sino de hacer otras cosas e
los cuales incluyen palabras, fotos,
incidir en y desde otras coordenadas sobre la realidad.
videos, música, dibujos, sonidos y más,
Y esto cuestiona sustancialmente la importancia y ne-
se construyen discursos multilenguaje,
cesidad de un pensamiento meramente sumativo que
complejos que ya de por sí resultan
se glorifica contando los cambios, aunque dispersos,
difíciles para su propio intercambio
acumulando información per se y desde esfuerzos sepa-
coherente, y resultan más aún para
rados. La necesidad mayor hoy, aunque quizá siempre lo
ponerlos en cuestión".
haya sido, es la de integrar un pensamiento abarcador,
entendiendo por tal un pensamiento integrador, ya que
lo que anuncia una concepción de cambio de época es
precisamente eso, un cambio del desde donde diseñar y realizar las interacciones, hasta del cómo hacerlo y,
no menos importante, del hacia dónde dirigir el propio cambio.

3. Hacer evidente lo que no lo es por sí mismo


Los medios audiovisuales, especialmente la televisión, que tienen pantalla y que a través de ella nos ofrecen
imágenes e información, basan en la misma imagen la evidencia de su certidumbre (Orozco, 2019). Así, es
usual que lo que se muestra tenga un gran poder de verosimilitud y deje poca oportunidad para cuestiona-
mientos por parte de los ciudadanos-videntes.
Por otra parte, lo que se dice, aunque no se muestre con imágenes, resulta difícil de contradecir, en parte
porque se apoya en imágenes, y en parte porque no conlleva referentes, salvo excepciones, que permitan
ubicar mejor de dónde viene, quién lo dijo, por qué se seleccionó eso, en qué contexto se comunica, para
qué fines, etcétera.
Es así como al interactuar con los variados lenguajes en redes sociales, los cuales incluyen palabras, fotos,
videos, música, dibujos, sonidos y más, se construyen discursos multilenguaje, complejos que ya de por sí
resultan difíciles para su propio intercambio coherente, y resultan más aún para ponerlos en cuestión. En
parte porque no se tienen los elementos para ello, en parte porque usualmente no se dispone del tiempo
suficiente para pensar o comentar con otros, y en parte porque la rapidez o espontaneidad en el intercam-
bio parece ser un elemento neutral, lo cual no necesariamente lo es, ya que la velocidad de una respuesta o
reacción determina en buena parte su incidencia favorable o desfavorable en el propio intercambio.
La rapidez de los intercambios, sobre todo entre jóvenes, reduce la posibilidad de reflexión. Lo emocional es
lo que sobresale, y es a partir de reaccionar emocionalmente que se verifica mucho del recibir-enviar entre
dos o varios internautas en redes sociales (Jenkins, 2009).

4. Una educomunicación para reinventar ciudadanía


Si se parte de que lo ciudadano está construido no solo desde diferentes tiempos y lugares, sino sobre todo
desde diferentes discursos, dispositivos y pantallas, un objetivo educomunicacional prioritario debiera ser

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el poder hacer evidente la misma conformación de los discursos, no solo lo que significan o proponen, sino
en la manera en que interactúan con los propios internautas. Lo cual se puede lograr al analizar cómo se
articula el recuento, como se sustenta el argumento, que tipo de lógica de organización privilegia, que es-
conde o no hace explicito, etcétera. Para ello es necesario que una educomunicación contemporánea asuma
a los ciudadanos como interlocutores. Simplemente como eso. Y eso es o sería la condición sine qua non
para interactuar con ellos. Y lo que esto significa es que los ciudadanos no se asuman en la comunicación
hacia ellos por aquello que los distingue unos de otros, los
clasifica o los condena como ser estudiantes, asalariados, o
"Descubrir el tono o el hilo conductor personas dependientes, desconfiables, hombres o mujeres,
y las conclusiones de un discurso es amigos o enemigos, blancos, negros o indígenas, sumisos
esencial para situarse como interlocutor o tontos, etcétera. Todos los adjetivos sobran, porque cada
uno marca, involuntaria o inconscientemente, y produce
pensante y eventualmente crítico".
diferencias. Toda diferenciación implica una carga signi-
ficante cultural, histórica, ideológica o política. Por eso,
y contradiciendo pedagogías especializantes dirigidas a lo
que nos divide como ciudadanos videntes, en vez de a lo que nos une, la estrategia pedagógica debe ser
igual para todos. Asumir a los otros como interlocutores supone entrar en relaciones de pares basadas en lo
comunicativo, no en las condiciones que ubican a los otros en determinadas posiciones.
En la sociedad de hoy se cruzan muchos discursos cargados de significado, que no son necesariamente
evidentes a primera vista, escucha o lectura. Por esto, en los proyectos y programas de educomunicación
hay que usar herramientas analíticas para distinguir y evidenciar diferentes sentidos en los discursos y a
partir de ellos hacer evidente lo que realmente quieren comunicar a los ciudadanos. El principio en esto es
que analizando la forma se llega al fondo, y ese es el que debe evidenciarse. Por ejemplo, para analizar un
discurso populista, un educomunicador debe hacerlo evidente y resaltar que el sentido dominante es para
el bien de todos. O en un discurso autoritario, que exige obediencia o seguimiento, hay que explicitar a
los interlocutores que el sentido y el tono que lo impregna es hay que hacer esto o hacer evidente que un
discurso sumiso frente al poder o los gobernantes o autoridades lleva un sentido de fatalidad: no tenemos
alternativa o uno conciliador: busquemos juntos una solución, o uno democrático todos contamos igual,
o uno discriminatorio no todos somos iguales- no esperemos lo mismo o uno racista los blancos son más
inteligentes o un discurso de género, los hombres somos superiores o un discurso clasista el quien tiene más
manda o uno de superioridad cultural la cultura de occidente es lo más desarrollada o de religión: cuidado
con los librepensadores o ateos o un discurso machista, hay que controlar a la mujeres, o uno intimidato-
rio: cuidado con las consecuencias, o uno conformista: está bien ni modo. O un discurso pro-capitalista: el
mercado es la clave del desarrollo, etc.
Descubrir el tono o el hilo conductor y las conclusiones de un discurso es esencial para situarse como in-
terlocutor pensante y eventualmente crítico. Poder practicar este tipo de análisis, en un momento histórico
en el que los discursos de todo tipo nos inundan, es tener una clave pedagógico-política para no dejarse
impactar o impresionar, convencer o engañar de maneras sutiles.

5. Entre saberes y emociones. Una asignatura pendiente


Muchos otros son los elementos de la discusión sobre una educomunicación para la ciudadanía. Entre
ellos, uno que vale la pena destacar, es el sentido de reconocimiento que se debe tener como interlocutores.
No basta serlo, se requiere, además, lograr que los demás lo reconozcan y nos reconozcan. Para lograr lo
anterior hay que regresar al futuro y ejercitarse como ciudadanos-interlocutores reconocibles, para lo cual
se proponen los siguientes ejercicios.

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6. Escribir para ser leídos
Es quizá la mejor motivación y a la vez gratificación, de cualquier esfuerzo de escritura. Motivación que ha
existido siempre y que se ha enfocado en escribir cartas a los seres queridos o escribir en un periódico para
los lectores, o en revistas o simplemente para hacer un libro.
En las redes sociales actuales, la escritura llega a ser hasta compulsiva, y es justamente porque los usuarios,
convertidos en interlocutores, se saben leídos por otros. Frente a esto, ¿cuál es la racionalidad escolar para la
escritura? ¿Escribir las respuestas correctas en un examen? La inmensa mayoría de lo que se hace leer a los
estudiantes en la escuela está escrito por otros. Es ajeno.

7. Grabar para escuchar y ser escuchados


Comenzando por la música que luego se reproduce en el dispositivo al alcance, hasta los «WhatsApps» con
nuestra propia voz constituyen hoy en día maneras de disfrutar en otros momentos y compañías, sonidos
que nos atraen y sonidos propios que producimos; en el caso de la música se trataría de una selección que
decidimos mantener y escuchar luego por el motivo que sea, y en el de las redes sociales, se trata de hacerse
presente de manera más viva entre los demás. La voz comunica otras cosas que la palabra escrita o una
imagen. Por la voz podemos penetrar en el ámbito de las emociones propias y del otro y lograr una mejor
comunicación justo a partir de todo eso que no se dice, pero se escucha.

8. Fotografiar, filmar y vídeo-grabar para verse y ser vistos


Si bien las selfies están de moda, y con un teléfono celular se logran hacer sin mayor dificultad, el ejercicio
visual y audiovisual que suponen los dispositivos actuales permite como nunca capturar la imagen, el mo-
vimiento, y las expresiones propias y de los demás. Hay una significativa gratificación en vernos y en ver a
los demás y en ver lo otro. Motivación que los maestros no suelen aprovechar y que podrían hacerlo para
diversos fines de aprendizaje. Por ejemplo, si pidieran a los estudiantes ejercitar la expresión a partir de imá-
genes o realizar en imágenes su comprensión de lectura, o creando memes para ilustrar su comprensión de
acontecimientos. Todos estos productos que son para ser vistos y compartidos, suponen ejercicios mentales
de diferente tipo e intensidad que ayudan a lograr el reconocimiento de los interlocutores

9. Navegar en las redes para ser encontrados y reconocidos


Propósitos estos que están revolucionando la comunicación y podrían revolucionar la educación. La grati-
ficación del encuentro es muy fuerte. Ha estado en la ficción televisiva, especialmente en los melodramas.
La típica telenovela latinoamericana siempre conlleva un encuentro: el hijo que finalmente encuentra a su
madre o a su padre, la madre que en el último capítulo encuentra a su hijo o la amante a su pareja o los
hermanos que se rencuentran después de haber crecido separados, etcétera. Desencuentros todos que son
siempre leit motiv para mantener a la audiencia fiel a los capítulos de la telenovela. Y hoy más que nunca
las redes sociales cumplen esta función centrada sobre todo en los reconocimientos que provocan los en-
cuentros. ¿Qué otra gratificación es mayor que la de ser encontrados y reconocidos?
Los ejemplos anteriores, son solo eso, posibilidades que podrían usarse para provocar aprendizaje en las
escuelas y fuera de ellas, por supuesto. Todas tienen algo en común: responden a un redireccionamiento de
los elementos que incluyen al ser puestos en una perspectiva o dinámica compatible con ese «gran cambio

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de época» no con una época de grandes cambios. Esto reclama, como se ha tratado de mostrar aquí, un
cambio de mentalidad, no solo de ideas, en el análisis de lo educativo y de lo comunicativo, de lo digital y
de lo que debe ser la ciudadanía. Pero sobre todo en el esfuerzo por una re-ciudadanización contemporánea.

Referencias
García-Canclini, N. (2020). Ciudadanos reemplazados por algoritmos. Universidad de Guadalajara.
Jenkins, H. (2009). Convergence Culture. La cultura de la convergencia de los medios de comunicación. Paidós.
Johnson, S. (2005). Everything bad is good for you. Riverhead books.
Martín-Barbero, J., & Rey, G. (1999). Los ejercicios del ver: Hegemonía audiovisual y ficción televisiva. Gedisa.
Orozco-Gómez, G., & Corona-Rodríguez, J.M. (2019). Media Literacy in contemporary learning-based societies: Challenges for
new ways of education. In J.C. Mateus, P. Andrada, M.T. Quiroz (Eds.), Media education in Latin America. Routledge.
https://doi.org/doi.org/10.4324/9780429244469
Orozco-Gómez, G. (2019). Educación y comunicación hoy, su gran desafío y su gran escenario. In F. Aranguren, B. Bustamante,
& H.J. Riveros (Eds.), Siglo XXI: Innovar desde el cambio. Universidad Distrital Francisco José De Caldas.

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