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1.Introducción
Hola a todos y todas, bienvenidos y bienvenidas a la primera clase del curso Alfabetización
mediática e informacional: aprendizajes para una ciudadanía digital plena.
Tal como plantea el título, a lo largo de las clases pretendemos aportar una serie de herramientas
que nos permitan reflexionar y producir saberes para enfrentar los desafíos que los entornos
digitales y la sociedad de la información imponen a la práctica docente. Es decir, no solamente
establecer un diagnóstico de la situación, sino también aportar una serie de conceptos y de insumos
que nos permitan interpretar y actuar cotidianamente en el aula.
Es necesario plantear en esta presentación desde qué perspectiva teórica y epistemológica parte
este curso, es decir, desde dónde nos posicionamos para analizar los problemas que abordaremos a
lo largo de las clases.
Al mismo tiempo, la educación popular comenzaba a tomar fuerza en la región, principalmente por
los seguidores de las ideas del pedagogo brasilero Paulo Freire. En esta época se origina lo que se
podría llamar la etapa fundacional del campo Comunicación/Educación, donde la tecnicidad, lo
popular y lo educativo se anudan en forma de historias particulares y que hasta el día de hoy
marcan nuestras perspectivas y prácticas.
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Jorge Huergo, para abordar este campo, propone sustituir la cópula “y” por la barra (/), retomando
el planteo de Comunicación/Cultura de Héctor Schmucler. De ese modo se comienza a hablar de
Comunicación/Educación para significar la imposibilidad de su tratamiento por separado, la
voluntad de lograr la recuperación de procesos, aunque se pierdan los objetos disciplinarios
delimitados por un afán cientificista a costa de las posibles rupturas con los imperialismos de las
disciplinas.
Héctor Schmucler (1931-2018) fue uno de los máximos referentes de los estudios de
la comunicación en América Latina. En su reconocido artículo “Un proyecto de
comunicación/cultura”, publicado en agosto de 1984, en el número 12 de la revista
mexicana Comunicación y Cultura, proponía una definición no instrumental de la
comunicación, y de ahí la incorporación de la barra en reemplazo de la “y” por la
barra. Allí planteaba que “el cambio entre la cópula y la barra no es insignificante. La
cópula, al imponer la relación, afirma la lejanía. La barra acepta la distinción, pero
anuncia la imposibilidad de un tratamiento por separado”
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El concepto de hipermediación es definido por Carlos Scolari (2008) como
“procesos de intercambio, producción y consumo simbólico que se desarrolla en un
entorno caracterizado por una gran cantidad de sujetos medios y lenguajes
interconectados tecnológicamente de manera reticular entre sí”.
Una vez realizada la presentación del curso y la perspectiva desde donde indagaremos los diversos
problemas que involucran a los medios y las tecnologías con las prácticas educativas, vamos a
avanzar en la exposición de algunas herramientas conceptuales que consideramos centrales para
comprender con mayor complejidad los procesos comunicacionales y educativos en tiempos de
hipermediaciones.
Cuando hacemos referencia a este término, hablamos centralmente de los cambios culturales que
se producen a partir del desarrollo y la difusión de las TIC y, en particular, de internet y la web. La
cultura digital es, sobre todo, una cultura de la información, que promueve la construcción conjunta
y el intercambio.
Se trata de un concepto general que describe la idea de que la tecnología e Internet configuran
significativamente la forma en que interactuamos, nos comportamos, pensamos y nos
comunicamos como seres humanos en un entorno social. Es el producto de la tecnología
penetrante y el acceso ilimitado a la información, resultado de la innovación tecnológica disruptiva
en nuestra sociedad.
Para el teórico Pierre Levy, la cibercultura sería “el conjunto de tecnologías (materiales e
intelectuales), prácticas, actitudes, modos de pensamiento y valores que se desarrollan junto al
auge del ciberespacio” (2016, p.16).
Pero, como vemos incluso en las fechas de las citas y las definiciones, estamos un paso más
adelante en el proceso en el que las tecnologías se integran a nuestra vida, generando un salto que
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ya no es solo tecnológico en la entrada de aparatos en nuestras rutinas cotidianas, sino que se
expresa más bien como una nueva forma de ser y de estar en el mundo.
Consideramos que [la digitalización de la cultura] se trata de un proceso porque se observa claramente
una situación en la cual hay una modificación entre el estadio inicial analógico y el que se va
construyendo byte a byte cada día con mayor velocidad y del que desconocemos completamente
hasta dónde puede llegar.
Al pensar en proceso, se pone énfasis en el elemento tiempo y en la transformación que este produce.
Paralelamente, al enunciar que se trata de una nueva forma de estructuración del campo simbólico,
estamos describiendo la configuración de una nueva arquitectura simbólico-digital, programada sobre
la base de ceros y unos que funcionan como una estructura estructurante.
Finalmente, es necesario mencionar también que esto genera un nuevo tipo de relación entre los
sujetos, hipermediada por software y por hardware, que suprime, supera y a la vez conserva las
formas comunicacionales precedentes, y que, codificada bajo un flujo binario digital, reconfigura cada
vez más las identidades desde las cuales nos vinculamos con el mundo que nos rodea y con los sujetos
que allí habitan. (p.64)
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Enlace: https://youtu.be/-FnDuCxVauY
Esto implica que comenzamos a sentir la necesidad de desarrollar nuevas teorías, que habiliten la
posibilidad de comprensión del escenario en el que estamos inmersos. Por lo tanto, lo que quizás
encontramos aquí es un nuevo elemento para seguir problematizando la necesidad de empezar a
construir urgentemente nuevas narrativas sobre lo que acontece en general, y más aún en la
experiencia en materia de educación que nos aporta la pandemia.
Para sintetizar:
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múltiples capas del proceso y sus distintas relaciones entre sí, para lograr
comprender profundamente lo que sucede, pero sobre todo para lograr intervenir
en el mundo que viene.
En este sentido, siguiendo a Huergo y Fernandez (2000), la escolarización estaba vinculada con:
Pero la escolarización como proceso de socialización central fue entrando en tensión con los nuevos
discursos que aparecieron durante la segunda mitad del siglo XX con la masificación de los medios
de comunicación la radio, primero, y después la televisión.
La cultura escolar, esa forma de estructuración de la sociedad que como veremos excede
ampliamente lo que pasa dentro de las escuelas, se fue tensando con un nuevo polo de
identificación que surge con el despliegue de relatos y nuevas narrativas mediáticas.
Así podemos decir que, sobre finales del siglo pasado, aquello que configuraba lo educativo
centralmente en una institución regida por el Estado, con una forma piramidal, gradual y, sobre
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todo, expandida hasta el último rincón de la patria, empezó a ser desafiada por nuevas lógicas. El
texto escrito perdió valor ante la imagen y de a poco comenzó un proceso cuyo fin todavía podemos
decir que es incierto.
El paso de tan solo dos décadas y el despliegue de una serie de artefactos tecnológicos dieron
origen a lo que vamos a llamar la convergencia tecnológica y la era de las hipermediaciones, en
donde lo que había comenzado a pasar con una cierta velocidad se expandió y multiplicó hasta
encontrarnos hoy sumidos en un escenario en el que casi ninguna actividad de las que realizamos
(laborales, amistosas, amorosas o recreativas) está por fuera de la mediatización.
La lógica escolar ya no solo colisiona con otras como la de los medios masivos, sino que se ve
desafiada cuando en la mochila de muchas/os jóvenes entran nuevos dispositivos móviles, cuando
un estudiante puede sacar la clase fuera de las cuatro paredes del aula con un simple WhatsApp, o
en el momento en que un dato puede ser googleado y contrastado casi al instante en el que un
docente terminó una explicación.
Los modos de construir conocimiento están en plena revolución, justamente porque la característica
fundamental de este tiempo es que vivimos en la “era de la información”. Y en ese punto la escuela
y mucho de lo que se construyó alrededor de ella se ven desafiados, reconfigurados y puestos bajo
la lupa de una necesaria revisión, con el problema de no saber muy bien cuál será su nuevo rol.
Si una parte de los fundamentos del surgimiento de la educación extendida y masiva como la
conocemos en Occidente es el resultado de la revolución industrial –para lograr formar mano de
obra calificada y también depositar a los niños y niñas en un lugar para que sus padres puedan
trabajar (Puiggrós, 2005)–, debemos pensar hoy, ante una nueva revolución que ya no es de
máquinas mecánicas y de vapor, sino de Big Data y algoritmos, cuál será el lugar que tendrá la
formación y el horizonte de estas instituciones.
¿Cuáles son en este contexto los conocimientos, valores y tradiciones lo suficientemente valiosos
como para ser transmitidos a la generación que viene? Nos encontramos ante el nuevo desafío de
repensar lo escolar, lo pedagógico y en términos de lo que Bourdieu denomina “la reproducción”.
Esto implica, por supuesto, reconocer la centralidad que tiene en América Latina la educación sobre
todo en su eje estructural de inclusión y de justicia social, pero no dejar de ver que en relación al
conocimiento impartido y al universo vocabular (Freire, 2005) de muchos niños y niñas es necesario
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repensar jerarquías, arquitecturas, formas de organización y hasta el estatuto mismo del
conocimiento o el sentido de la transmisión formal del saber.
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Enlace: https://youtu.be/hStZ9haAJ_8
Con esto cerramos la primera clase introductoria. Les dejamos, a continuación, dos capítulos de
Novomisky que recuperan muchos de los contenidos que se desarrollaron en esta primera clase y
junto con ellos el primer capítulo del libro “Navegando la Infodemia con AMI”, publicado por la
Defensoría del Público y la UNESCO, en el cual de la mano de Divina Fraug Meigs (quizás hoy la
principal referente sobre AMI en el mundo según la UNESCO), podrán ver los elementos centrales
del tema y algunas herramientas concretas para trabajarlo en el aula. A continuación, les dejamos
también, la guía de actividades que deberán realizar.
Actividades
Foro de presentaciones
Este foro es un espacio que habilitamos para empezar a enlazarnos, a conocernos, a saber quién es
ese otro que aprende de mí y junto a mí. También, para conocer qué relación tenemos en nuestra
práctica docente cotidiana con las temáticas que vamos a trabajar en el curso. Por eso, en esta
consigna les pedimos que:
• Se presenten brevemente a través de tres rasgos o detalles que los/as definan; pueden ser
sus hobbies, sus costumbres, sus amores, sus sueños, sus gustos musicales o algún rasgo de
su personalidad. Tómense unos minutos para mirarse, observarse y elegir esas cualidades o
detalles que no pueden faltar y les imprimen esa identidad tan particular.
Aprovechen esta primera semana para ir realizando sus intervenciones. ¡No demoren! Los/as vamos
a estar esperando.
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Material de lectura
Novomisky, S. (2020). La marca de la convergencia. Medios, tecnologías y educación. Doce ensayos
en busca de una narrativa. Cap IV Digitalización de la cultura. La estructuración de un nuevo modelo
de relaciones sociales y sus consecuencias en el sujeto y en sus prácticas, Pp. 58-72. Cap. VII Cultura
escolar vs. Cultura tecno-mediática, Pp. 107-128.b. La Plata, Buenos Aires, Argentina: Editorial de
Periodismo y Comunicación (EPC). Recuperado de http://sedici.unlp.edu.ar/handle/10915/120967
https://defensadelpublico.gob.ar/wp-content/uploads/2022/04/navegando-en-la-infodemia-web.pdf
Bibliografía de referencia
Freire, P. (2005). Pedagogía del oprimido. México: Siglo XXI.
Recursos
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Canal Encuentro (6 de mayo de 2022) Redes en conflicto: La selva digital [archivo de video].
YouTube.
Créditos
Autores: Dr. Sebastián Novomisky / Mg. Nicolás Bernardo
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