Nombre del estudiante: Martín Echeverri Bolaños

Código del estudiante: A00372661

Idea central: Los estudiantes de primer semestre deben cambiar sus hábitos para

fomentar su interés por las lecturas académicas.

Ideas secundarias:

La mayoría de los adolescentes no tienen hábitos de lectura.

Los estudiantes de primer semestre no vienen preparados para las lecturas

universitarias.

Los estudiantes leen por obligación y no por gusto.

Ensayo de resolución COE

La lectura en la Universidad.

Título:

La lectura y la escritura son fundamentales para el aprendizaje de los estudiantes

universitarios, ya que todo profesional debe saber escribir textos especializados de su

disciplina. Sin embargo, muchos estudiantes de primer semestre no muestran interés por los

textos universitarios, puesto que en muchas ocasiones resultan más complejos que los textos

que venían leyendo en el colegio y es por ello que los estudiantes de primer semestre deben

cambiar sus hábitos para fomentar su interés por las lecturas académicas. Este ensayo tiene

como propósito identificar los causantes del desinterés por la lectura de textos universitarios y

convencer a los estudiantes de primer semestre de la importancia que tiene la lectura en la

universidad. (Introducción)
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En primer lugar, es necesario definir la lectura en la universidad para entender su

importancia pues según Rovira y López (2017) “está en el centro mismo del quehacer

universitario(…) un elemento central es la capacidad para identificar, producir, tratar,

transformar, difundir y utilizar la información con vistas a crear y aplicar los conocimientos

necesarios para el desarrollo humano”(p.3 ). Además, hay un concepto que está directamente

relacionado con la lectura en la universidad: el hábito lector. Este es “un comportamiento

estructurado —no espontáneo— que lleva a realizar, frecuentemente, esta actividad para

responder siempre a motivaciones personales que contribuyen a generar satisfacción,

sensación de logro, placer y entretenimiento”(Salazar,2006,p.31). De esta manera, se plantea

que los estudiantes deben tener un hábito lector en el que incluyan la lectura de textos

académicos debido a que les ayudará lograr una buena adaptación a la lectura en la

universidad y como consecuencia en el mundo profesional. (Desarrollo de un concepto)

De acuerdo con un estudio que contó con la participación de 2.175 estudiantes

procedentes de doce universidades públicas españolas realizado por Yubero, Larrañaga y

Cerrillo (2009) “El 83% de los estudiantes universitarios leen por lo menos alguna vez al

trimestre. (…) aquéllos que leen con una frecuencia semanal, el porcentaje baja al 57%, estos

sujetos reciben la denominación de lectores frecuentes.” Esto datos demuestran que gran

parte de los estudiantes no cuentan con un hábito lector. Los alumnos deben hacer lo posible

por crear este comportamiento y fomentarlo por las siguientes razones: en primer lugar, el

hábito lector en el contexto de la universidad debe responder a las necesidades de aprendizaje

de los estudiantes, consiste en leer de forma habitual y por motivación propia, textos que se

vean relacionados con el ámbito académico. En segundo lugar, la creación de este ayudará a

los estudiantes a lograr competencia lectora que es la capacidad de inferir información y

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reflexionar sobre los textos, este proceso es necesario para la comprensión de textos

universitarios. (Enumeración)

Por otra parte, la lectura en la universidad tiene algunos obstáculos para los

estudiantes, quienes no vienen preparados para esta. Los textos trabajados en la universidad

son más complejos que los que se trabajan normalmente en el colegio, exigen mayor

competencia lectora por parte de los estudiantes quienes se suponen que ya vienen preparados

para leer este tipo de textos. Además, ingresar a la universidad supone un gran cambio para

los estudiantes en cuanto a su modo de entender, analizar y construir textos, “suelen ser

derivados de textos científicos no escritos para ellos sino para conocedores de las líneas de

pensamiento y de las polémicas internas de cada campo de estudios. Son textos que dan por

sabido lo que los estudiantes no saben”(Carlino,2005, p.17). Algunos autores han hablado

sobre la relación de los estudiantes con la lectura:

“La lectura para numerosos alumnos consiste en la exclusiva transmisión de

conocimientos, lo que carece de la base necesaria para hablar de hábito lector. , la lectura para

algunos de ellos es un mero instrumento de aprendizaje. Se trataría de lectores instrumentales,

que descifran perfectamente el lenguaje escrito para acceder a la información”. (Yubero-

Larrañaga-Cerrillo,2009,p.117) (Desarrollo de un concepto)

Teniendo en cuenta lo anterior y basado en mis experiencias como estudiante de

primer semestre, se puede decir que los estudiantes leen por obligación. Los alumnos solo se

remiten a la lectura en busca de información, solo cuando la necesitan o porque lo necesitan

para prepararse para una clase. Esto hace que los estudiantes no encuentren agradable leer o

no se interesen por ello más allá de la búsqueda de información. Además, si no existe un

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verdadero interés, las lecturas son mediocres y muy probablemente el estudiante las olvide.

Por otra parte, aquellos alumnos que leen por gusto realizan una apropiación personal del

texto, tienen una mejor comprensión lectora, crean un vínculo entre lo que leen y lo que

piensan. Los textos académicos de la universidad exigen competencia lectora por parte de los

estudiantes es de suma importancia que ellos muestren interés por generar esta competencia,

que les agrade leer y busquen crear un hábito lector para lograr crear dicha competencia.

(Comparación)

Para finalizar, los estudiantes deben cambiar algunos de sus hábitos para generar

interés por la lectura y fomentar el hábito lector. De acuerdo a Quiroz (2017) “es necesario

animar esta actividad, es decir, crear un vínculo entre el libro y la persona, provocando así que

esa persona quiera acercarse a ese y otro libro cuantas veces lo desee, desarrollando así el

hábito lector.”( p.10) teniendo esto en cuenta los estudiantes podrían dedicar tiempo a la

lectura de textos en sus tiempos libres en lugar revisar redes sociales o jugar videojuegos que

es lo que tendemos a hacer los adolescentes. Es decir que se debe fomentar la lectura

partiendo de las experiencias del alumno. Por consiguiente, se puede plantear la siguiente

estrategia como solución al problema: primero, incentivar al alumno a que lea lo que le guste

y empezar a orientarlo de a poco a los textos académicos. Segundo, que el estudiante un

espacio de por lo menos una hora en el día para dedicarlo a esta actividad. Tercero, se podría

abrir un espacio en el que los estudiantes hablen sobre las lecturas que han realizado y de esta

manera motivarse entre ellos a continuar con esta actividad.

En conclusión, los estudiantes de primer semestre deben crear y fomentar sus hábitos

lectores, puesto que las lecturas en la universidad son más complejas que las que se suelen
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leer en el colegio. Además, los textos académicos exigen a los estudiantes tener una buena

competencia lectora para realizar buena comprensión y reflexión de estos. El habito lector

ayuda a los estudiantes a mejorar su competencia lectora, a ser más eficientes cuando leen, a

adaptarse a la lectura de textos académicos y a generar un interés por ello ya que si los

estudiantes no demuestran interés realizaran lecturas que no resulten competentes para las

exigencias de la universidad y en adición a ello, tienden a olvidar las lecturas realizadas.

Bibliografía
Carlino, P. (2005). Leer textos científicos yacadémicos en la educaciónsuperior: Obstáculos y bienvenida
a una cultura nueva. En Por los caminos de los semilleros de Investigación, 17-22.

Quiroz, C. F. (2017). DEL LEER POR OBLIGACIÓN AL LEER POR PLACER: DESARROLLANDO HÁBITOS
LECTORES EN ESTUDIANTES DE TERCERO BÁSICO.

Rovira, R., & López, E. (2017). La lectura en la enseñanza universitaria. Ciencias medicas del pinar del río.

Salazar, S. (2006 de Diciembre de 2006). Claves para pensar la formación del hábito lector. Allpanchis,
págs. 13-41.

Yubero, Larrañaga, & Cerrillo. (2009). El valor de la lectura en la. 116-136.