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EL NARRADOR

El narrador es la entidad, la voz que relata una historia. Es importante que distingamos al
narrador del escritor: el narrador no es una persona real sino una entidad abstracta creada por
el autor para desarrollar aquello que quiere contar. Es por eso, que, en algunos casos, el
narrador puede ser también un personaje dentro de la historia.
Los narradores pueden clasificarse según la persona que utilizan en mayor medida en su
narración. La tercera persona (él / ellos), la segunda persona (tú / ustedes, vosotros), la primera
persona (yo / nosotros).

Primera persona o intradiegético


• En este caso el narrador es un personaje dentro de la historia contada (intradiegético):
actúa, siente, percibe, juzga y tiene opiniones tanto sobre lo que sucede como sobre los
demás personajes. La información que maneja o que aporta este tipo de narrador está
basada solamente en su propia visión de los sucesos.
• Al ser un personaje más, posee todo lo necesario para la construcción de un personaje
(nombre, edad, nacionalidad, características físicas, emocionales o psíquicas, etc,).
• Para que conozca o se entere de algo, necesariamente tiene que experimentarlo por él
mismo, o, en todo caso, a través de algún otro personaje.
• Puede expresar sus propios pensamientos y opiniones, pero no los del resto de los
personajes (a no ser que los conozca por cualquier motivo).
• El narrador en primera persona puede ser el protagonista de la historia o bien, algún
otro personaje que tenga que ver con los hechos que se narran.
Dentro de los narradores en primera persona o narradores intradiegéticos podemos
encontrar:
• Narrador-protagonista: es aquel que cuenta su propia historia, es el personaje principal
y todo lo que sucede lo sabemos a través de él. Este narrador tiene un punto de vista
subjetivo. Esta subjetividad le impide tener una posición imparcial frente a los
pensamientos y acciones del resto de los personajes y de los hechos de la narración, es
decir relata los acontecimientos desd esu punto de vista. Es el tipo de narrador que se
utiliza en géneros como el diario o la autobiografía.
“Actué como médico en dos barcos sucesivamente y durante seis años hice varios viajes a las
Indias Orientales y Occidentales, lo que me permitió aumentar mi fortuna. Pasaba mis horas de
ocio leyendo a los mejores autores antiguos y modernos, pues llevaba siempre conmigo muchos
libros. Cuando estaba en tierra, estudiaba las costumbres y la índole de la población, y trataba
de aprender su idioma, lo que me facilitaba mi buena memoria.”
Viaje de Gulliver a Liliput, Jonathan Swift (narrador protagonista)
• Narrador testigo: es un espectador de los hechos; un personaje secundario que asume
la función de narrar, pero sin ser es el protagonista. Cuenta los hechos desde su punto
de vista a la vez que es parte del mundo del relato.
“Lo recuerdo, la cara taciturna y aindiada y singularmente remota, detrás del cigarrillo.
Recuerdo (creo) sus manos afiladas de trenzador. Recuerdo cerca de esas manos un mate, con
las armas de la Banda Oriental; recuerdo en la ventana de la casa una estera amarilla, con un
vago paisaje lacustre. Recuerdo claramente su voz; la voz pausada, resentida y nasal del orillero
antiguo, sin los silbidos italianos de ahora.”
Funes el memorioso, Jorge Luis Borges

• Fluir de consciencia: es la formulación de las ideas del inconsciente del personaje— sin
la presencia de un testigo, puesto que el discurso lo dirige a sí mismo —que manifiestan
una personalidad particular yuxtaponiendo imágenes, pensamientos íntimos,
sensaciones y recuerdos, tal como se presentan en la conciencia. En este caso, la
construcción lingüística es más desarticulada en el aspecto sintáctico y semántico. En el
fluir de la conciencia aflora el inconsciente, Se narra el devenir del pensamiento a través
de una sucesión de ideas muchas veces inconexas e ilógicas, que dejan entrever un
proceso psíquico complejo, cuyo despliegue se evidencia en una narración que puede
ser en algunas ocasiones caótica.

“Cuarto después de lo que una hora intempestiva Supongo libertad con sólo levantarse en China
ahora se peina sus trenzas para el día y pronto se las monjas tocando el theyve nadie angelus
llegando a estropear el sueño, salvo un sacerdote par o dos para su despacho la noche o el
alarmlock al lado en cockshout estrépito el cerebro fuera de sí mismo déjame ver si puedo
quede dormido 1 2 3 4 5 ¿qué tipo de flores son los que inventaron como las estrellas del fondo
de pantalla en la calle Lombard era mucho más agradable la plataforma que me dio fue como
ese algo que sólo yo sólo llevaba dos veces mejor bajar esta lámpara y vuelva a intentarlo para
que pueda levantarse temprano.”

“Ulysses”, James Joyce

• Monologo interior: un monólogo interior presenta directamente los pensamientos de


un personaje sin intervención de un narrador ni la presencia de un testigo (como en el
caso del fluir de consciencia el discurso lo dirige a sí mismo). Sin embargo, y a diferencia
del fluir de consciencia, no necesariamente esos pensamientos se mezclan con
impresiones y percepciones externas, o violan las normas de la gramática o de la lógica.

“Cuán extraño es sentir cómo el hilo que de nosotros surge se adelgaza y avanza cruzando los
nebulosos espacios del mundo que entre nosotros media. Se ha ido. Aquí estoy, en pie, con su
poema en la mano. Entre él y yo media el hilo. Pero ahora, qué agradable es, cuánta confianza
infunde, saber que la ajena presencia ha desaparecido, que la escrutadora mirada se ha
apagado, ha sido cubierta por una capucha…Con qué satisfacción cierro las ventanas y me niego
a recibir otras presencias. Con qué satisfacción advierto que, de los oscuros rincones en que se
refugiaron, vuelven esos desastrados huéspedes, esos parientes, a los que él con su superior
poder obligó a ocultarse. Los burlones y observadores espíritus que, incluso en la crisis y la
vacilación del momento, se mantuvieron vigilantes, vuelven ahora en rebaño al hogar. Con su
ayuda soy Bernard, soy Byron, soy esto y lo otro. Como en anteriores tiempos oscurecen el aire
y me enriquecen con sus bufonadas y sus comentarios, nublando la hermosa sencillez de mi
momento de emoción. Sí, puesto que yo soy más yos de lo que Neville cree. No somos tan
simples como nuestros amigos quisieran para satisfacer sus necesidades. Sin embargo, el amor
es simple. (…)”
“Las olas” (fragmento), Virginia Woolf

Nota: Para entender tanto el “fluir de conciencia” como el “monólogo interior”, observemos la
forma en cómo vamos hilvanando nuestra manera de pensar: cada pensamiento que aparece
ocupa una posición central hasta que aparece un nuevo pensamiento que toma ese lugar de
primacía. Incluso, y a raíz de esto, algunos autores plantean que el “monólogo interior” y “fluir
de la conciencia” son esencialmente lo mismo.

Segunda persona (autodiegético)


• El narrador en segunda persona es el menos utilizado ya que presenta bastantes
limitaciones.
• Si bien este narrador comparte muchos rasgos con un narrador intradiegético (principal)
ya que generalmente en su relato nos cuenta su propia historia, su característica
principal es la búsqueda de la complicidad con el lector por lo que constantemente se
dirigirá a él utilizando los paradigmas de segunda persona (“tú”, “te”, “a ti”, "ustedes",
etc.),

• Narrador en segunda persona interno (homodiegético): cuenta la historia desde la voz


de un personaje protagonista o de un personaje testigo. Por lo tanto, solo cuenta
subjetivamente lo que le está sucediendo. Esto hace que quede limitado a lo que él sabe
y conoce, sin poder hacer mención sobre los pensamientos de otros personajes o de
elementos ya que los desconoce.

• Narrador en segunda persona externo (heterodiegético): podríamos verlo como una


especie de “dios” o “ser” que no forma parte de la historia que se está narrando pero
que, sin embargo, conoce todo lo que sucede; es, prácticamente, un narrador
omnisciente pero situado en segunda persona.
“Caminas, esta vez con asco, hacia ese arcón alrededor del cual pululan las ratas, asoman sus
ojillos brillantes entre las tablas podridas del piso, corretean hacia los hoyos abiertos en el muro
escarapelado. Abres el arcón y retiras la segunda colección de papeles. Regresas al pie de la
cama; la señora Consuelo acaricia a su conejo blanco.”
“Aura”, Carlos Fuentes

Tercera persona o extradiegético


• El narrador en tercera persona o narrador externo se encuentra (en la mayoría de los
casos) fuera de la historia, por lo que es un narrador extradiegético.
• Aquí la voz narrativa se dirige a uno o a varios personajes de forma directa.
• Sin embargo, pueden distinguirse tres tipos de narrador en tercera persona, según el
conocimiento que tienen del mundo creado por el autor.

• Narrador omnisciente
• El narrador omnisciente o directivo es quien conoce todo respecto a la narración.
• Expone y comenta las actuaciones de los personajes y los acontecimientos que van
desarrollándose; conoce los pensamientos, motivaciones, estados de ánimo y
sentimientos de los personajes.
• Es omnipresente, es decir, domina la totalidad de la narración; sabe tanto lo que ocurrió
en el pasado como lo que ocurrirá en el futuro
• Utiliza la tercera persona del singular o plural.
“Su luna de miel fue un largo escalofrío. Rubia, angelical y tímida, el carácter duro de su marido
heló sus soñadas niñerías de novia. Lo quería mucho, sin embargo, a veces con un ligero
estremecimiento cuando volviendo de noche juntos por la calle, echaba una furtiva mirada a la
alta estatura de Jordán, mudo desde hacía una hora.”
“El almohadón de plumas”, Horacio Quiroga

• Narrador testigo o metadiegético


• Cuenta los eventos que componen el relato desde la perspectiva única de un personaje
de la trama que nos sirve de testigo.
• El narrador testigo nunca es el protagonista de la historia.
• Posee una cantidad de información limitada que puede ser mayor, igual o menor a la
que dispone el protagonista, pero siempre idéntica a la que dispone el lector.
• Al mismo tiempo, se halla sumergido en el relato, de modo que rara vez accede a
información por fuera del mismo, ni puede anticiparse a las cosas como lo haría el
narrador omnisciente.
• Puede narrar en 1era (yo) o 3era (él) persona gramatical.
• Puede disfrazar su voz como si de entradas de texto se tratara: recortes de prensa,
documentos oficiales, testimonios, etc.

• Narrador testigo impersonal: está determinado por la fotografía y el cine, ya que da la


mirada de una cámara. Casi siempre en tiempo presente, se limita a contar lo que se ve.
“Doña Rosa va y viene por entre las mesas del Café, tropezando a los clientes con su tremendo
trasero. Doña Rosa dice con frecuencia "leñe" y "nos ha merengao". Para doña Rosa, el mundo
es su Café, y alrededor de su Café, todo lo demás. Hay quien dice que a doña Rosa le brillan los
ojillos cuando viene la primavera y las muchachas empiezan a andar de manga corta. Yo creo
que todo eso son habladurías: doña Rosa no hubiera soltado jamás un buen amadeo de plata
por nada de este mundo. Ni con primavera ni sin ella. A doña Rosa lo que le gusta es arrastrar
sus arrobas, sin más ni más, por entre las mesas. Fuma tabaco de noventa, cuando está a solas,
y bebe ojén, buenas copas de ojén, desde que se levanta hasta que se acuesta. Después tose y
sonríe. Cuando está de buenas, se sienta en la cocina, en una banqueta baja, y lee novelas y
folletines, cuanto más sangrientos, mejor: todo alimenta. Entonces le gasta bromas a la gente y
les cuenta el crimen de la calle de Bordadores o el del expreso de Andalucía.
“La Colmena”, Camilo José Cela
• Narrador testigo presencial: es uno de los narradores más comunes. Cuenta las cosas tal
como las observó, bien sea en tiempo pasado o presente. Su intervención para dar a conocer el
relato es siempre objetiva.

“Y mientras cavilaba sobre el viejo y, desconocido mundo, pensé en el asombro de Gatsby al


observar por primera vez la luz verde al final del muelle de Daisy. Había recorrido un largo
camino antes de, llegar a su prado azul, y su sueño debió haberle parecido tan cercano que
habría sido imposible no apresarlo. No se había dado cuenta de que ya se encontraba más allá
de él, en algún lugar allende la vasta penumbra de la ciudad, donde los oscuros campos de la
república se extendían bajo la noche.”
“El Gran Gatsby”, Francis Scott Fitzgerald

• El informante: cuenta la historia transcribiendo los hechos como si se tratase de un


documento oficial o una crónica, presentándolos como auténticos.
“Traduciré fielmente el informe, compuesto en un inglés incoloro, sin permitirme otras
omisiones que las de algún versículo de la Biblia y la de un curioso pasaje sobre las prácticas
sexuales de los Yahoos que el buen presbiteriano confió pudorosamente al latín. Falta la
primera página.”
“El informe de Brodie”, Jorge Luis Borges
• Narrador protagonista
• Cuenta su historia en primera persona con sus palabras, centrándose siempre en él
mismo.
• Es el “dueño” de la situación (organiza los hechos y expresa criterios o circunstancias
según su conveniencia).
• Puede ser el narrador de una autobiografía.
• Asume un papel principal a la hora de narrar una historia, o sea, es la voz que cuenta esa
historia.
• Narrador equisciente o narrador observador
• Podemos identificarlo con un personaje determinado y solo narra desde ese personaje
(como si siguiese al personaje con una cámara).
• Sabe solamente aquello que el personaje conoce (o que le contaron): la información de
los demás estará restringida para él
• Relata sus “experiencias” como personaje central de la historia.
• Este narrador es el que más se diferencia del propio autor: es un personaje en la obra,
que tiene necesariamente que cumplir con todas las normas de ser un personaje, incluso
cuando esté cumpliendo tareas de narrador.
“A mitad del largo zaguán del hotel pensó que debía ser tarde y se apuró a salir a la calle y sacar
la motocicleta del rincón donde el portero de al lado le permitía guardarla. En la joyería de la
esquina vio que eran las nueve menos diez; llegaría con tiempo sobrado adonde iba. El sol se
filtraba entre los altos edificios del centro, y él -porque para sí mismo, para ir pensando, no
tenía nombre- montó en la máquina saboreando el paseo. La moto ronroneaba entre sus
piernas, y un viento fresco le chicoteaba los pantalones.”
“La noche boca arriba”, Julio Cortázar
• Narrador enciclopédico:
• Corresponde a un narrador particularmente imparcial, objetivo, ecuánime, que en estilo
enciclopédico describe un concepto, un hecho, un personaje, una biografía, una obra, etc.
“La tragedia de Khodynka fue una de las avalanchas humanas más trágicas que se hayan
registrado en la historia. Ocurrió el 18 de mayo de 1896, durante los festejos de la coronación
del zar Nicolás II, en el Campo de Khodynka, Moscú. En total se registraron 1389 víctimas fatales
y 1300 heridos.”

• Enfoque narrativo múltiple


• Es una combinación de varios narradores dentro de una novela o relato.
• La historia se cuenta desde la visión personal de los diferentes personajes de la narración;
sus voces van alternándose en el texto y nos dan su propia interpretación de los hechos
• A esta técnica narrativa también se la conoce también como perspectiva múltiple o
caleidoscopio.
• En este enfoque, podemos encontrar distintos tipos de narrador: homodiegético, cuenta
la historia desde su participación en ella. A partir de ahí podemos establecer una
subdivisión en autodiegético (cuenta su experiencia directamente como narrador
protagonista) y metadiegético que pertenece al mundo del relato, pero cuenta la historia
como alguien que la ha vivido desde fuera como narrador testigo

“No entiendo por qué no me dejan pasar la noche en la clínica con el nene, al fin y al cabo, soy
su madre y el doctor De Luisi nos recomendó personalmente al director. Podrían traer un sofá
cama y yo lo acompañaría para que se vaya acostumbrando, entró tan pálido el pobrecito como
si fueran a operarlo en seguida, yo creo que es ese olor de las clínicas, su padre también estaba
nervioso y no veía la hora de irse, pero yo estaba segura de que me dejarían con el nene.
Después de todo tiene apenas quince años y nadie se los daría, siempre pegado a mí, aunque
ahora con los pantalones largos quiere disimular y hacerse el hombre grande. La impresión que
le habrá hecho cuando se dio cuenta de que no me dejaban quedarme, menos mal que su
padre le dio charla, le hizo poner el piyama y meterse en la cama. Y todo por esa mocosa de
enfermera, yo me pregunto si verdaderamente tiene órdenes de los médicos o si lo hace por
pura maldad. Pero bien que se lo dije, bien que le pregunté si estaba segura de que tenía que
irme. No hay más que mirarla para darse cuenta de quién es, con esos aires de vampiresa y ese
delantal ajustado, una chiquilina de porquería que se cree la directora de la clínica. Pero eso sí,
no se la llevó de arriba, le dije lo que pensaba y eso que el nene no sabía dónde meterse de
vergüenza y su padre se hacía el desentendido y de paso seguro que le miraba las piernas como
de costumbre. Lo único que me consuela es que el ambiente es bueno, se nota que es una
clínica para personas pudientes; el nene tiene un velador de lo más lindo para leer sus revistas,
y por suerte su padre se acordó de traerle caramelos de menta que son los que más le gustan.
Pero mañana por la mañana, eso sí, lo primero que hago es hablar con el doctor De Luisi para
que la ponga en su lugar a esa mocosa presumida. Habrá que ver si la frazada lo abriga bien al
nene, voy a pedir que por las dudas le dejen otra a mano. Pero sí, claro que me abriga, menos
mal que se fueron de una vez, mamá cree que soy un chico y me hace hacer cada papelón.
Seguro que la enfermera va a pensar que no soy capaz de pedir lo que necesito, me miró de una
manera cuando mamá le estaba protestando… Está bien, si no la dejaban quedarse qué le
vamos a hacer, ya soy bastante grande para dormir solo de noche, me parece. Y en esta cama se
dormirá bien, a esta hora ya no se oye ningún ruido, a veces de lejos el zumbido del ascensor
que me hace acordar a esa película de miedo que también pasaba en una clínica, cuando a
medianoche se abría poco a poco la puerta y la mujer paralítica en la cama veía entrar al
hombre de la máscara blanca…”
“La Señorita Cora”, Julio Cortázar

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