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UNIVERSIDAD NACIONAL DE CÓRDOBA
FACULTAD DE PSICOLOGÍA
Según Samat (2003) es útil describir a la psicoterapia como un campo heterogéneo que se
despliega entre oposiciones conflictivas que determinan tensiones diversas a veces fecundas y
otras estériles que influyen en la eficacia, el alcance y los límites de la psicoterapia y la formación
de los psicoterapeutas. El autor sugiere la existencia de polaridades posibles o ejes de tensión
que es importante evitar:
- 1) Eclecticismo acrítico versus fundamentalismo teórico: se refiere en un polo, al
“todo vale”: donde el terapeuta, ante un conjunto de técnicas guardadas a disposición,
recolectadas a lo largo de su historia personal y profesional (experiencias terapéuticas,
supervisiones variadas, encuentros significativos, cursos realizados, grupos de
estudio), a las que irá sacando, según su intuición o su emoción. No se trataría de
disponer de un amplio abanico de posibilidades terapéuticas, sino de un uso acrítico y
irreflexivo de técnicas y de principios teóricos, que responde a veces a una
contratransferencia ignorada y otras al azar de la circunstancia. Se olvida así la
sabiduría contenida en la conocida proposición de Lewin: “No hay nada más práctico
que una buena teoría”. El segundo polo, hace referencia a una adhesión rígida y ciega
a una teoría, constituyéndose ésta en una verdad absoluta, indiscutida e indiscutible,
que desvaloriza o ataca otras perspectivas, obturando la flexibilidad terapéutica como
la singularidad individual. Así tenemos, por ejemplo, al psicogenetista absoluto que se
niega a derivar a un paciente en medio de una crisis psicótica al psiquiatra, para que
reciba medicación, por entender que el delirio, en tanto intento de restitución, no debe
ser estorbado en su despliegue. O el que niega toda posibilidad de abordaje familiar en
un niño, pensando que su labor debe limitarse al estudio de su mundo interno. O el que
pensando que la mente humana es una caja negra, desestima la posibilidad de
examinar los sistemas de creencias y fantasías del sujeto, pensando que sólo cuentan
las interacciones con el medio. O el que cimienta todos sus razonamientos en textos
sagrados a los que considera infalibles y a los que otorga una autoridad absoluta que lo
exime de la responsabilidad de pensar sobre el caso. Aquí la formación del terapeuta
que se propone, es un adoctrinamiento con pretensiones de cientificidad, dejando a la
singularidad del terapeuta como irrelevante y su función reducida al mínimo de aplicar
la teoría pura y ortodoxamente, que parecería tener una eficacia descarnada desligada
de las características personales del que la pone en práctica. Ello también puede llevar
3
a descuidar la especificidad diferencial de las distintas patologías, cayendo en un
reduccionismo simplista. Este abordaje homogeiniza los tratamientos en contra de la
actual tendencia a rescatar la heterogeneidad, la variedad y la diversidad de las
estructuras clínicas y de los recursos terapéuticos.
El autor concluye que estos ejes deben ser balanceados mediante una reflexión seria que
indague las bases teóricas de lo que se hace y a través de una revisión epistemológica que ponga
en crisis a toda teoría juzgada como garantía de verdad, apelando al sentido común. Bleichmar
(1998) propone una vigilancia continua sobre las razones emocionales de nuestras adhesiones
teóricas a modelos simplificantes y una autoexigencia a ir profundizando en la producción de
conocimiento particular dentro de modelos complejos. Como dice Morin (2007) luchando contra la
disyunción y a favor de la conjunción, estableciendo ligazones entre cosas separadas.
“Cada decisión vital es irrevocable porque aunque se regrese a la encrucijada del camino
para seguir otra ruta, no es posible suprimir los efectos de la experiencia que provienen de la
primera elección” (Chioza, 1995).
“En ciencia, por lo menos la mitad de la batalla está ganada cuando comenzamos por formular
las preguntas correctas” (G. Tyler Miller, 2007)
“Qué es lo más difícil de ver (agrego oir)?. Escuchen bien: lo que más fácil parece. Y es ver
por los ojos (agrego oídos) lo que a los ojos (agrego oídos) se ofrece: lo obvio”. (W. Goethe,
1749,1832)
Hay también necesidades del terapeuta, con su historia personal y profesional, con su
teoría, sus técnicas, instrumentos y recursos, con características personales adecuadas (según
Feixas y Miró, 1993: capacidad de asombro, de aprendizaje, de trabajo en equipo, de manejo
teórico y técnico, de análisis, de síntesis integradora, de escucha, de competencia de habilidades,
de interpretar, de intervenir, de relacionarse, de empatía, de ética)
Requiere (Freud, 1912-13 y Samat, 2003):
- su trabajo o terapia personal;
- estudio teórico práctico y técnico sistemático, con coherencia entre objetivos, estrategia de
cambio e instrumentos (actitudes-intervenciones-encuadre1-tests-técnicas y recursos2-tipo
de entrevista)- Una mirada, una escucha, Un montaje, Una perspectiva
- Supervisión de casos
- Creación de espacios de reflexión
Entonces, deberán considerarse todos los componentes del sistema terapéutico (Feixas y
Miró, 1993, Jorge, 2004)
- Paciente
- Terapeuta
- La relación terapéutica, diferente a otras relaciones por su asimetría, su carácter
retributivo u honorarios, el encuadre y la alianza terapéutica. Ésta está basada en 2 pilares:
en la confianza con la garantía del secreto profesional, la privacidad, la confidencialidad, la
neutralidad, la actitud ética y en la cooperación.
La psicoterapia no es por lo tanto un tratamiento que se “recibe” del terapeuta, sino una
relación de trabajo encaminada a buscar soluciones a los problemas emocionales, afectivos y/o de
relación que los pacientes padecen, con la intención que tales modalidades de enfrentamiento de
las dificultades resulten más efectivas que las que dichos pacientes han estado utilizando hasta
ese momento (Vidal y Benito, 2008, p.209). Lo fundamental del proceso terapéutico no pasa por la
modificación de las estructuras, sino por la experiencia humana de sentirse comprendido,
respetado y valorado por otro, que es figura de autoridad y que está disponible (p.225). Se trata de
un proceso activo y co-participativo que se desarrolla en un contexto interpersonal definido en
tiempo y espacio (Fernández Álvarez y Opazo, 2004). El vínculo personal y emocional es muy
importante y allí influyen los rasgos de la personalidad del terapeuta, estableciéndose además
relaciones transferenciales y contratransferenciales. Debe posibilitarse que predomine la creación
en lugar de la repetición, abriendo un espacio para que el paciente construya su propia historia,
1
Un encuadre (“modus operandi”, variables constantes con una actitud permeable y abierta: plasticidad):
Modalidad, objetivo de trabajo, tiempo, lugar, horarios y duración, honorarios y roles de c/u.
2
Técnicas: procedimientos especiales donde se interpreta, da órdenes/consignas y prohibiciones con
respecto al comportamiento.
Tests: Prueba universalizada en su administración y nomenclatura que ilustra sobre ciertas características-
afectivas-intelectivas o sensoriomotrices-del sujeto, permitiendo situarlo “objetivamente en relación con otros
miembros del grupo al que pertenece.
Recursos: medio de cualquier clase para conseguir un objetivo, elementos para resolver una necesidad.
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registrando qué desencadena en nosotros ese paciente para comprender qué desencadena en su
entorno. Por lo tanto es muy importante el reconocimiento de los límites del profesional.
Entonces, independientemente del tipo de estrategia, es clarificador delimitar el problema,
revisar la bibliografía sobre el problema, establecer la estrategia metodológica (González, 2004)
pero, por sobre todo considerar la posición ética del terapeuta, la ética del cuidado, que es
hacer ciencia con el otro, con-ciencia, a la luz de los valores y de los principios. Toda práctica
está atravesada por la ética. De ahí la importancia de nuestra responsabilidad ética donde debe
prevalecer el principio de la autonomía del paciente ya que en los problemas y decisiones de la
vida del paciente sólo cabe su elección personal. Para ello no olvidemos el derecho del paciente al
acceso de la información, empezando por la explicitación del encuadre y en la devolución del
material que nos ofrece. Junto a ello la justicia, la beneficiencia y la no maleficiencia. El de los
Derechos humanos es el código al que debemos adherirnos sin reservas pero no sin pensamiento
crítico y sentido común, más allá de cualquier estrategia terapéutica (Samat, 2003).
La psicología clínica basada en la evidencia implica la integración de la experiencia
clínica con los resultados de la investigación. Sabemos que la palabra puede ser eficaz y
hemos logrado perfeccionar algunos métodos para dirigir esa eficacia en cierta dirección. Aunque
no sea claro cómo se producen los cambios, es importante saber producirlos en forma regular y
predecible. Gran parte de los desacuerdos sobre los objetivos, los métodos y la eficacia de la
psicoterapia se originan en ignorar la diferencia esencial entre un proceso orientado a restablecer
ciertas condiciones “saludables”, que aborda la psicoterapia y otro dirigido a lograr un crecimiento
personal, una percepción nueva de la realidad y de nuestro lugar en ella, que podría abordarse
por medios ajenos a la psicoterapia. Sin embargo, en nuestra cultura y época, se da un valor
especial a nuestra palabra como psicoterapeutas, dándonos la posibilidad de ayudar a rever la
forma de percibir los hechos y con ello, la psicoterapia podría ser un instrumento importante de
prevención primaria, disminuyendo el riesgo de un futuro trastorno psíquico. Así habremos
cumplido un importante servicio para el paciente y su comunidad. Si la crisis derivara en trastorno
que requiriese tratamiento, evaluaremos la situación y haremos la indicación clínica que
corresponda (Keegan, 2009).
“Si de antemano ya sabemos lo que le pasa al paciente, sabremos entonces también qué
necesita para mejorar. Manejando de esta manera el diagnóstico puede tornarse un inconveniente
más que una guía. Por ello, más allá del diagnóstico, deberemos atender a la singularidad del
paciente, que marcará variaciones respecto a cualquier tipo de generalización diagnóstica que
pueda establecerse, y si no es escuchado desde su más personal discurso, la tarea se torna
avasalladora” (Prone, 2002).
3
Pionero de la moderna psicofarmacología y expresidente de la American Psychiatric Association.
7
Muchas gracias por compartir estas reflexiones, que no son más que un cierre abierto para
seguir avanzando.
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APROXIMACIONES AL QUEHACER DEL PSICOLOGO CLÍNICO EN EL MARCO DE
LA LEGISLACIÓN VIGENTE EN SALUD MENTAL
Maricel Costa
Con la colaboración de Lucía Muñoz, Melina Sol Hosicic & Lucía Antonella Lattanzi
INTRODUCCION
(sujeción).
Estas conceptualizaciones son herramientas para comprender variadas formas de
producción de padecimiento actual, siendo el campo de las prácticas en salud un conjunto
de dispositivos en los cuales se concreta el “cuerpo a cuerpo” mencionado por Agamben.
De allí la importancia de ser conscientes de que en los episodios microsociales del
campo de la salud, es posible encontrar las formas más extremas de objetivación, siendo
las prácticas en salud mental una de las más paradigmáticas por su habilitación jurídica
para privar de libertad, a través de las internaciones prolongadas y/o involuntarias.
1
En este texto se utilizarán como sinónimos sufrimiento y padecimiento, así como también subjetivo y
psíquico; en cualquiera de sus posibles combinaciones, a saber: sufrimiento subjetivo, sufrimiento psíquico,
padecimiento subjetivo o padecimiento psíquico. Sin desconocer que los términos subjetivo y psíquico
conservan sus especificidades, no se considera oportuno introducirlas en este artículo, dado su carácter
introductorio. No se utilizará la noción de sufrimiento mental, por considerar que lo mental se encuadra en
19
Al proponer el concepto de “sufrimiento” psíquico como categoría clave de la
epidemiología en Salud Mental, Cecilia Ausburger (2002) nos recuerda que: “la
emergencia del sufrimiento psíquico no conduce necesariamente a la enfermedad, puede
tanto precederla como ser divergente de ella”…
Stolkiner (2013) sostiene que introducir la dimensión “psíquica” del sufrimiento
incide en las prácticas y está en el centro del debate acerca de la implementación de la
Ley Nacional de Salud Mental 2665; la cual define sus sujetos como “personas con
padecimiento mental” y no como enfermos. …“Sucede que la objetivación es
probablemente un determinante fundamental en todas las formas de producción de
sufrimiento psíquico de la época y es, simultáneamente, un componente de las prácticas
en salud. Todo acto en salud invoca una intervención disciplinaria o técnica,
potencialmente objetivante” (Stolkiner, 2013).
Por otra parte, pensar en términos de sufrimiento y/o padecimiento en lugar de
enfermedad, se asienta en una concepción de transitoriedad más que de estado, que
acentúa no sólo la idea de proceso, sino que nos permite pensarnos como potenciales
sufrientes o padecientes, lo que relativiza la estigmatización del que sufre como enfermo o
loco. Desde la perspectiva de la nueva legislación se debe partir de la presunción de
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capacidad de todas las personas; el Estado reconoce a los sujetos con padecimiento
psíquico el derecho a su sufrimiento no sea considerado un estado inmodificable.
La complejidad de la producción de sufrimiento, dolor o malestar, además, pone en
evidencia la imposibilidad de reducirlo a una objetivación nosográfica. En este proceso se
incorpora el cuerpo, dado que no hay “dolor psíquico” que no lo implique, y coloca lo
social en la determinación misma del proceso.
En el marco de una concepción en salud mental fundada en el pensamiento
médico social/salud colectiva y/o comunitaria, se señala la relevancia de la dimensión del
cuidado, como parte el proceso salud-padecimiento-cuidado, que requiere de prácticas
integrales en salud que incorporen la dimensión subjetiva, histórica y social en el abordaje
de poblaciones y de sujetos singulares.
Prácticas que se desplazan de la “ontología de la enfermedad” al sujeto,
produciendo una “clínica ampliada” (De Souza Campos GW, 2001) y que requieren
repensar los modos de gestión en salud. Se trata de prácticas en las cuales el
un marco de referencia ligado a la psiquiatrización del campo de la salud mental, donde el predominio de un
neopositivismo médico pretende entender el padecimiento psíquico exclusivamente como un problema
neuronal.
20
componente de objetivación, propio de toda intervención disciplinar, queda subordinado al
reconocimiento del otro como sujeto con capacidad de innovación y de derechos. En este
marco uno de las rupturas más significativas con el modelo biomédico2 y asilar-
manicomial3, promovida por la legislación vigente es la defensa de los derechos de los
sujetos; elemento central para impedir las internaciones de personas por su peligrosidad.
Conceptualmente se reemplaza el criterio de internación que obedecía a la noción de
peligrosidad para sí o para terceros por la constatación de riesgo cierto o inminente. Las
internaciones involuntarias quedan restringidas y sujetas a control por un Órgano de
Revisión en el que participarán organismos de derechos humanos.
4
La legislación vigente en salud mental propone reemplazar la noción de paciente o enfermo mental por la
de usuario, en tanto agente activo en el uso del sistema, con capacidad potencial para evaluarlo,
cuestionarlo. Desde algunas corrientes de la psicología se critica el uso del término usuario; en atención a
esto, en este artículo se sugiere utilizar el término sujeto (padeciente o sufriente), optando por reforzar el
reconocimiento de su posición activa en el proceso de cura.
23
El proceso de desinstitucionalización y los dispositivos sustitutivos de abordaje del
sufrimiento psíquico
En el siglo XX se reconocen dos tendencias, que son los antecedentes de lo que
hoy llamamos nuevo paradigma en salud mental, que no lo es en sentido estricto: por un
lado las reformas de salud mental y, por otro, la propuesta de APS.
A mediados del siglo XX, cuando la confluencia de políticas sociales universales
de los estados de bienestar, la expansión de idearios de derechos y la aparición de
recursos médico-farmacológicos con capacidad de mitigar las sintomatologías, dieron
lugar al nacimiento de las políticas en salud mental en los países “centrales” (Galende,
1990). Las cuales coincidían en la meta de terminar con las internaciones prolongadas o
indefinidas y abordar las problemáticas psiquiátricas de manera ambulatoria, desde una
perspectiva comunitaria. Por otro lado, en 1978, el mismo año en que comenzaba la
reforma psiquiátrica liderada por Franco Basaglia en Italia, los países miembros de la
Organización Mundial de la Salud enunciaban en Alma-Ata la estrategia de Atención
Primaria de la Salud.
Ambas se consideraban una nueva estrategia rectora de los sistemas de salud,
que tenía entre algunos de sus postulados la cobertura universal, la articulación
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5
Para el autor del Código, Vélez Sarsfield, la demencia era definida como la expresión genérica de las formas
de locura.
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no es suficiente, la persona puede ir a un hospital de día. Y quien necesite internación
puede recurrir al servicio de salud mental del hospital general.
CONSIDERACIONES FINALES
Lo hasta aquí expuesto apenas pretende ser una introducción a los alcances e
implicancias que los postulados sobre los que se funda la legislación vigente en salud
mental tienen sobre el ejercicio profesional del psicólogo clínico. Esto como una posible
manera de fortalecer el compromiso asumido en la formación de psicólogos en un
contexto complejo que requiere de abordajes contextualizados e integrales.
Esto permitiría que los futuros profesionales que se inserten en las instituciones
sanitarias estén capacitados para desempeñarse profesionalmente con una perspectiva
30
que contemple el espíritu de las legislaciones vigentes. Al decir de Massa (2015) “Si no se
modifican las prácticas no va a haber implementación de la ley, ¿cómo se modifican las
prácticas?, modificando las currículas universitarias” (M. M. Massa, Jornada Regional:
Políticas Públicas de Salud Mental y Derechos Humanos: 5 Años Implementando la Ley
Nacional N° 26.657, 19 de octubre de 2015, en Hasicic, Lattanzi, Muñoz, 2016).
Así, las condiciones del escenario actual y las demandas que de él se derivan,
convocan a formar psicólogos preparados para acompañar la transición: de la asistencia
psiquiátrica a la fundación del campo de la salud mental. Como también aportar al
reconocimiento, reforzamiento y multiplicación de buenas prácticas en salud mental,
poniendo en juego una clínica basada en la ética profesional, en el sentido del buen
hacer.
Sabiendo que desde la psicología interesa indagar la dimensión subjetiva singular
de estas prácticas. No se pretende posicionarse en el lugar de juez, sino incidir en el
proceso de transformación del sistema de salud mental, al comenzar a dimensionar o
seguir dimensionando la influencia en la subjetividad de los actores implicados de las
prácticas que se sustentan en modelos que vulneran derechos humanos o en los que los
respetan y promueven.
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Rev Méd Chile 2006; 134: 1448-1454
ARTÍCULO DE REVISIÓN
Counseling: A comprehensive
method to support the terminally ill
During the last decades we have witnessed a progressive aging of
the general population and a higher prevalence of chronic disease. This fact along with the
appearance of infectious diseases like AIDS, anticipates that more patients will benefit from
comprehensive palliative care. The objective of this article is to propose a simple, integral and
effective method of emotional support to the patient, family and health team in palliative care
(PC). PC receives little attention in medical schools, despite the great impact it has on standard
health practice and quality of life of patients and their families. Our proposed method,
counselling, has been empirically studied and proven to be an effective therapeutic tool in
promoting behavioural changes that favour the outcome of many conditions. We believe that it
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facilitates PC practice, promoting direct conversation and identifying issues that can potentially
cause suffering to the patients. It is based on the patient’s autonomy, considers his multiple
dimensions, uses and stimulates patient’s own resources and coping strategies, to improve
quality of life (Rev Méd Chile 2006; 134: 1448-54).
(Key words: Aging; Counseling; Palliative care)
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PROPUESTA DE MÉTODO DE APOYO AL PACIENTE TERMINAL - JP Undurraga et al
20203. Este envejecimiento progresivo de la pobla- emocional, espiritual y social. Su labor ha genera-
ción, incorpora un universo mayor de personas do estándares de cuidado para este tipo de
expuestas a patologías incurables4, que potencial- pacientes en todo el mundo9.
mente se verían beneficiados de cuidados paliati- Actualmente, existen varios modelos que dan
vos (CP) adecuados. estructura a las intervenciones para los pacientes
El presente artículo busca proponer un méto- que requieren de CP, los que están muy influen-
do simple, integral y efectivo, que aporte una ciados por la organización y recursos del sistema
visión general, sobre un tema de gran importancia de salud local, como también por las característi-
para la práctica clínica diaria de muchos profesio- cas socioeconómicas y culturales de cada lugar. Es
nales de la salud: la intervención y apoyo emocio- difícil comparar el nivel de satisfacción que tienen
nal en CP. los pacientes en relación a los diferentes modelos
aplicados, dada la variedad de maneras en que
esto se puede medir e interpretar. Sin embargo, se
MEDICINA PALIATIVA (MP) puede afirmar que la satisfacción de los pacientes
y familiares en lugares donde funcionan modelos
Para discutir el tema, es necesario previamente de atención que incorporan CP, es alta8.
definirlo. Existen múltiples definiciones, pero se- A pesar del impacto que tiene este tema en el
leccionamos ejemplos, que a nuestro juicio encie- quehacer médico y en la vida de los enfermos y
rran conceptos importantes. «MP es el estudio y su familia, los hechos nos hablan de la poca
manejo de pacientes con enfermedades activas, relevancia que se le otorga a algunas intervencio-
progresivas y avanzadas, en quienes el pronóstico nes y herramientas importantes en CP, como son
es limitado y en que el principal interés es la la comunicación efectiva y la participación activa
calidad de vida»5, «es la atención activa y total de del paciente en las decisiones médicas que le
los pacientes y sus familias, por parte de un afectan. A modo de ejemplo, de acuerdo al
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ARTÍCULO
DE REVISIÓN 1449
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Rev Méd Chile 2006; 134: 1448-1454
ca, sólo 6 de las 126 escuelas de medicina tienen 3. Hospitales de día, donde acuden pacientes y
incluido, en la malla curricular, un curso sobre familiares desde sus casas para recibir cuida-
«muerte y cuidados al final de la vida», en el resto, dos adecuados.
es un tópico dentro de otras asignaturas11. 4. Unidades especializadas en cuidados paliativos
Otro aspecto preocupante de los CP, tiene que que actúan como interconsultoras dentro de
ver con las manifestaciones emocionales en rela- un hospital general o servicio específico, que
ción a la enfermedad terminal, o su tratamiento. El además de sus labores con pacientes y fami-
estudio chileno anteriormente citado4, demostró lias, ejercen una labor educativa a los profesio-
que «las áreas relacionadas con el control de nales en contacto con los pacientes.
síntomas físicos tuvieron una buena evaluación
(autopercibida entre los residentes), como tam- Diversos grupos de estudio del área han descrito
bién ocurrió con los aspectos éticos relacionados maneras de entender al paciente terminal y situa-
con la suspensión de terapias fútiles o dar órdenes ciones a las que se ven enfrentados con frecuen-
de no resucitar (...)», sin embargo, «no ocurrió lo cia, por ejemplo, el acuerdo entre familiares de no
mismo con las áreas sicológicas y antropológicas informar al paciente de su diagnóstico, y han
propias de la medicina paliativa, relacionadas con establecido maneras más o menos estandarizadas
el sufrimiento de la persona que enfrenta una de enfrentar estas situaciones13-19. Estos modelos
enfermedad incurable o ve vecina su muerte». requieren una base conceptual que dé sustrato al
Según Maguire (Cancer Research UK Phsycological trabajo en cuidados paliativos. En ese sentido, nos
Medicine Group) «el estrés y morbilidad sicológica parece interesante el modelo de Arranz et al14,
causado por el diagnóstico de cáncer, es resuelto que nos plantea una manera de entender al
sólo por una minoría de los pacientes, ya que las paciente y su entorno, de manera simple e
personas que están a cargo de su cuidado tienden integradora, ya que incluye, además del paciente,
a evitar los aspectos emocionales. Esto sucede por como el actor más importante, a sus familiares y al
- 79 -
dos razones fundamentales: porque no tienen las equipo de salud a cargo (esto último, para evitar
habilidades para manejar los problemas y emocio- el desgaste del equipo, con los costos que
nes que emergen al hablar con los pacientes y conlleva para todos los actores del proceso17)
familiares en profundidad y porque temen que (Figura 1).
investigar cómo se ajusta psicológicamente una El modelo propone como objetivo «obtener
persona, hará más daño que bienestar»12. bienestar o atenuación del sufrimiento» en estos
tres protagonistas y define como sufrimiento,
cuando a una persona le «acontece algo que
MODELO DE INTERVENCIÓN percibe como una amenaza importante para su
existencia personal u orgánica y, al mismo tiempo,
Existen múltiples modelos de estructuración y siente que carece de los recursos para hacerle
organización de equipos de cuidado paliativo. frente»14.
Estos deben adaptarse a las necesidades de Ya que el sufrimiento es una sensación subjeti-
práctica local, a los recursos disponibles y a las va, que depende de la evaluación que el paciente
prioridades establecidas por las autoridades loca- haga de sus recursos, se puede afirmar que, lo
les y los diferentes servicios. Algunos modelos más importante en la evaluación del paciente (o
frecuentemente utilizados son13: cualquiera de los otros actores), no es el síntoma
1. Pacientes hospitalizados en unidades específi- en sí mismo, sino más bien, el grado de amenaza
cas de cuidados paliativos dentro del recinto que éste le produce. A su vez, la evaluación de las
hospitalario, o fuera de éste, donde pueden amenazas y recursos de que dispone cada pacien-
ser internados para manejo sintomático, o te, está modulado por su estado de ánimo.
cuidados terminales. De acuerdo a esto, nuestras intervenciones
2. Servicios comunitarios, compuestos por profe- deben estar encaminadas en cada momento a
sionales dedicados al tema de los cuidados evaluar los síntomas, situaciones y alteraciones
paliativos, que brindan sus servicios en el psicológicas que el paciente perciba como amena-
lugar de residencia del paciente. zas e identificar, en forma paralela, los recursos
ARTÍCULO
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PROPUESTA DE MÉTODO DE APOYO AL PACIENTE TERMINAL - JP Undurraga et al
ALTERACIONES
SOMÁTICAS
AMENAZA + IMPOTENCIA
= SUFRIMIENTO
con que cuenta el paciente. De esta manera, mentarle el sufrimiento al paciente a través de
podremos eliminar o atenuar los síntomas (según nuestras preguntas. En ese sentido, debemos
la prioridad que establece él mismo) y potenciar utilizar una herramienta, que permita al paciente
los propios recursos del paciente para enfrentarlos ser el protagonista y que a la vez, tenga un
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ARTÍCULO
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Rev Méd Chile 2006; 134: 1448-1454
dispone y promover cambios conductuales en las otro. Según Bermejo, Carkhuff define empatía
personas involucradas en el proceso, según sus como «la capacidad de percibir correctamente lo
propias necesidades, con el fin de mejorar su que expresa otra persona y de comunicar esta
calidad de vida. percepción en un lenguaje acomodado a los
Según Bermejo, Carkhuff describe el proceso sentimientos de ésta»22, es decir, significa meterse
de consejería en fases, atendiendo a la función en la experiencia del otro y asumir su situación,
principal del «ayudante» y a la tarea principal del intentando abandonar las propias actitudes de
paciente o «ayudado»22. Debe aclararse, que estas defensa, y no sólo comprender, sino transmitir
tres fases no son rígidas, ni tampoco están esta comprensión. Otras actitudes importantes,
presentes necesariamente en todas las entrevistas según Rogers14, son la congruencia, es decir,
con los pacientes. expresarse en forma coherente con lo que se vive
En la primera fase, el «ayudante» debe generar y siente, y la aceptación incondicional, o sea,
un buen vínculo con el paciente, comprenderlo, aceptar al otro sin enjuiciarlo. Según el mismo
acogerlo y tratar de penetrar en su punto de vista. autor, «son estas actitudes y no los conocimientos
Para esto, son destrezas fundamentales la escucha o la habilidad del terapeuta, los principales facto-
activa y la reformulación para comunicar la res determinantes del cambio terapéutico».
comprensión de lo expresado por el paciente. Por Respecto a las habilidades del terapeuta, la
su parte, la meta del paciente sería la autoexplora- consejería pone énfasis en la comunicación aserti-
ción de sus propias experiencias y sentimientos, va, que es cuando expresamos de manera honesta
tomando conciencia de las dificultades que en- y abierta lo que pensamos, pero manifestamos
frenta. entender la posición del otro (que permite mane-
En la segunda fase, el ayudante reúne los jar nuestros sentimientos sin dejarnos conducir
diferentes datos que surgen, y los personaliza, de por ellos en el comportamiento), la escucha
manera que el paciente los interprete, a través de activa, el diálogo desde la empatía, la comunica-
la autocomprensión y reestructuración del modelo ción no verbal, el respeto a los silencios.
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PROPUESTA DE MÉTODO DE APOYO AL PACIENTE TERMINAL - JP Undurraga et al
siempre encaminadas a evaluar las amenazas y académicas, que deberán, incorporar progresiva-
recursos del paciente, para prevenir o tratar el mente una mayor cantidad de recursos a la
sufrimiento y potenciar sus recursos. formación e investigación en esta área.
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Rev Méd Chile 2006; 134: 1448-1454
12. MAGUIRE P. Barriers to psychological care of the 20. SAUNDERS C, BAINES M, DUNLOP R. Living with
dying. BMJ 1985; 291: 1711-3. Dying, a Guide to Palliative Care. Oxford Univer-
13. DOYLE D, WOODRUFF R. The Internacional Associa- sity Press, 1995. Tercera Edición.
tion for Hospice and Palliative (IAHPC) Manual 21. MCCAMBRIDGE. Motivational interviewing is equiva-
of Palliative Care. IAHPC Press, Segunda Edición. lent to more intensive treatment, superior to
Disponible en: http://www.hospicecare.com/ma- placebo, and will be tested more widely. Evid
nual/IAHPCmanual.htm. Consultado el 27 de Based Ment Health 2004; 7: 52. Disponible en
agosto de 2005. http://ebmh.bmjjournals.com. Consultado el 20
14. ARRANZ P, BARBERO J, BARRETO P, BAYES R. Interven- de julio de 2005.
ción Emocional en Cuidados Paliativos. Barcelo- 22. BERMEJO C. Apuntes de Relación de ayuda. Centro
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15. MAGUIRE P, FAULKNER A. Communicate with cancer Sal Terrae, 1998.
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questions. BMJ 1988; 297: 907-9. smoking cessation. The Cochrane Database of Syste-
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17. BREWIN T. Three ways of giving bad news. Lancet KLEIN J. Behavioral Counseling Interventions in
1991; 337: 1207-9. Primary Care to Reduce Risky/Harmful Alcohol
18. FAULKNER A. ABC of Palliative Care. Communica- Use by Adults. Ann Intern Med 2004; 140: 558-69.
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- 83 -
Agradecimientos
Agradecemos a la Dra. Pilar Arranz, por su ayuda
en la búsqueda de material bibliográfico.
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APORTES A LOS MODELOS TEÓRICOS
I
FUNDAMENTOS ANTROPOLÓGICOS, FILOSÓFICOS Y TEÓRICOS
EN CUIDADOS PALIATIVOS
Por Mgter Patricia Cecilia Di Marco*1
1
Profesora Seminario interno: “El rol del psicólogo clínico en cuidados Paliativos”.
2
Corriente humanística existencial, fundada por Víktor Frankl.
33
Primero nos preguntamos si la persona está enferma y luego por qué sufre, qué lo
aqueja. Tendremos en cuenta su biografía y cómo se configuran sus síntomas en su
existencia.
Bibliografía de referencia
Guberman, M. (1998). Humanismo, logoterapia y proceso psicodiagnóstico. Bs.As.: San Pablo.
Cuando disminuye el contexto religioso y cambian su ayuda polivalente a los pobres, moribundos,
huérfanos, etc. por asistencia médica a enfermos incurables.
1842 Lyons Francia Jean Granier
1879 Dublin Irlanda Our Lady´s Hospice- Madre Mary Aikenhead
1885 Londres, Reino Unido The Friendensheim Home of rest
1891 Londres, Reino Unido
1893 Londres, Reino Unido St Luke’s Home, hoy Hospital Barrett
1899 New York, EE.UU.
1905 Londres, Reino Unido
Hospicios independientes5
A partir de ’60 actividades con carácter de disciplina médica con práctica asistencial organizacional,
estudio e investigación.
1967 Londres, Reino Unido Hospicio St Christopher- Dame Cicely Saunders6
1969 Atención ambulatoria en domicilio y Con Dra. Mary Baines y Bárbara Mc Nutty
equipos de control de síntomas.
1975 New York St Luke’s
En 1975, en Canadá, aparece el término cuidados paliativos (CP), como
equivalente a la “medicina de hospicio”. A partir de los 70, algunos países (Reino Unido,
3
Medicina porque la enfermedad que nos convoca es médica.
4
Hospice, del latín hospes: huésped, invitado. Eran para dar acogida y refugio de nuevos
peregrinos: moribundos que van de ésta a la vida eterna.
5
Aquí hay un antes y un después porque aumenta el sistema de atención, se racionaliza el uso
de analgésicos, etc y se incorpora la investigación y la docencia.
6
Cicely Saunders es enfermera y asistente social. El Dr Barrett le aconseja estudiar Medicina para
ayudar más porque son los médicos los que en general, abandonan a los moribundos. Ella acepta
el desafío.
34
Francia, Australia, Canadá, algunos estados de EE.UU, Polonia, Nueva Zelandia)
adoptaron los CP y en sus universidades se establecieron cátedras sobre esta
especialidad. En 1987 se reconoce en Gran Bretaña como especialidad.
Los CP en la Argentina
En 1976 comienzan los intentos pero fracasan. En 1981-83 ya hay distintos grupos
que brindan CP con profesionales de distintas especialidades, aumentan los voluntarios
que siguen recomendaciones de la OMS y asisten en distintas ciudades con diferentes
métodos organizativos que no son excluyentes, es decir se pueden combinar y/ o alternar
entre sí (ver cuadro a continuación). También se promocionan y enseñan conceptos y
métodos de los CP (Wenk et al, 1997).
Según la relación con el médico derivante (de familia, oncólogo, cirujano, etc.):
1) El paciente consulta al equipo de cuidados paliativos que inicia tratamiento y
continúa siendo asistido en internación o en domicilio.
2) El médico derivante consulta o deriva al paciente al equipo de cuidados paliativos.
Ambos inician el tratamiento y lo continúan en internación o en domicilio. Ésta es
la opción más efectiva.
Palabras finales
La práctica de cuidados paliativos es más compleja e integral cuanto mayor
número de personas integra el equipo y construir este equipo multiprofesional
multidisciplinario es una tarea que requiere esfuerzo y tiempo. Se puede iniciar la
asistencia paliativa de pacientes con un equipo mínimo (médico y enfermera entrenados)
y luego integrar otros profesionales. La meta debe ser construir equipos interdisciplinarios
pero se puede iniciar la asistencia de buena calidad con un equipo mínimo. Lo importante
y urgente es iniciar la asistencia. La mayoría de las técnicas de cuidados paliativos
pueden aplicarse en domicilio y así un mayor número de personas pueden ser tratadas en
sus hogares y pasar más tiempo junto a sus familias. La base del tratamiento en domicilio
es la integración de la familia, con educación y apoyo, al equipo terapéutico (Wenk et al,
1997).
Córdoba, marzo de 2010.
Bibliografía de referencia
Porta Sales, J. y Albó Poqui, A. (1998). Cuidados paliativos: una historia reciente. Barcelona:
Unidad de CP, Hospital de la Sta. Creu.
Wenk, R., Leone, F., Pussetto, J., Bertolino, M., Aresca, L. y Ochoa, J. (1997). Cuidados Paliativos.
Programa argentino de Medicina paliativa. Capital Federal: Fundación FEMEBA. Unidad de
Cuidados Paliativos Hospital “Dr. E. Tornú”. G.C.B.A.
36