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Y queda claro que, para el caso de los contadores, muchas fueron también las incógnitas respecto de
cuándo deben informar las denominadas operaciones sospechosas, y sobre todo, cómo influye la
posibilidad de considerar a la evasión como delito precedente del lavado de activos.
En este escenario, el Consejo Profesional de Ciencias Económicas porteño llevó adelante una
jornada denominada "La Nueva Ley de Lavado de Activos", donde expusieron diversos
especialistas develaron aquellas cuestiones que quitan el sueño a quienes ejercen la profesión de
Contador Público y deben cumplir con la normativa vigente en materia de reporte de operaciones
sospechosas.
Los expertos, además, plantearon los principales interrogantes que se generan respecto de las
atribuciones que tendrá la Unidad de Información Financiera (UIF) y la Administración Federal de
Ingresos Públicos (AFIP).
En este contexto, para Bertezza, "acá es donde empiezan las dificultades de lo que es la posible
aplicación de nuestra norma".
Según el experto, existen dos escenarios distintos. Por un lado, se encuentra el que denominó
"ajustes técnicos" y, por el otro, el de "diferencias patrimoniales".
En el primero de los casos, Bertazza indicó que existe "un hilo conductor y es que hay un ajuste
técnico, es decir, que en el fondo hay una distinta apreciación de lo que es el ámbito de aplicación de
la norma tributaria. En este primer escenario, desde nuestro punto de vista, no puede haber
lavado".
Es decir, según el especialista, los siguientes ajustes quedarían fuera del análisis al momento de
determinar qué puede ser considerado sospechoso:
"El segundo escenario, los distintos hechos que van a terminar de componer un delito de tipo
tributario tienen una característica que, en el fondo, terminan con diferencias patrimoniales. Y estos
sí son los que pueden dar origen a un tema de lavado", señaló Bertazza.
El experto dividió a todo aquello que puede generar una diferencia patrimonial en cuatro grupos
distintos.
En primer lugar, distinguió las impugnaciones de pasivos, la adquisición de bienes, los depósitos
bancarios y los aportes societarios.
En este sentido, Bertazza destacó, respecto de la impugnación de pasivos fiscales, el ejemplo de "un
contribuyente que muestra un pasivo, viene el fisco, lo fiscaliza, lo determina, no cumple los
requisitos para ser considerado pasivo, lo impugna, determina un incremento patrimonial no
justificado. En este conflicto se abre una situación nueva: puede dar origen a un tema de lavado".
Respecto de la adquisición de bienes de forma total o parcial, señaló que cuando "la misma no es
declarada por el contribuyente, nos encontramos nuevamente como un incremento patrimonial
no justificado. En este caso, derivado de una adquisición de bienes".
"Lo mismo con el ejemplo de los depósitos bancarios, o de los aportes societarios, que pueden ser
reales o no y que, en muchos casos, sirve para poder neutralizar los efectos de caja que no le dan
al contribuyente. En esas situaciones también estamos ante un incremento patrimonial no
justificado", remarcó el experto.
El segundo grupo de temas, según explicó Bertazza, son los ingresos declarados en exceso.
"Acá aparecen casos muy particulares. Son ingresos que declara el contribuyente, en muchos casos,
sin tenerlos. ¿Pero cómo va a declarar un ingreso y va a pagar un impuesto si no los tiene?", se
preguntó el especialista para responder: "Bueno, típica forma de lavado".
Entre los ejemplos mencionados, incluyó a:
Los intereses ganados, es decir, que se dicen haber cobrado en una magnitud
superior a la que se cobraron.
Sobrefacturación de bienes.
Sociedades operativas que funcionan en paraísos fiscales.
Venta de inmuebles, donde se puede encontrar situaciones que en las que son
subvaluadas o sobrevaluadas, que dependerá del momento de lavado en el que se
encuentren.
Títulos valores.
Ingresos inexistentes provenientes del juego, al través del cual se quiere justificar
una diferencia patrimonial.
La usina de facturas apócrifas.
Por último, el especialista sostuvo que "el último grupo está compuestos por los gastos, los costos o
las inversiones reales no registradas".
En primer lugar, el especialista se pregunta cómo va a impactar en relación con el secreto fiscal.
La pregunta surge debido a que, hoy en día, todos los datos que recolecta la AFIP a través de los
regímenes de información sólo pueden ser utilizados para fines fiscales.
La pregunta que le cabe al experto es "¿qué pasará entonces entre 100.001 y 300.000? ¿es
evasión, es lavado?".
Y agregó: "¿Qué pasará con las modificaciones de la LPT, que habla de $1.000.000 por la
sumas de impuestos. De qué manera esto va a impactar".
Por último, cuestionó: "En los casos que estén por debajo de los límites objetivos de punibilidad de
la LPT pero estén superando el de lavado ¿tienen que ser reportados, tienen que ser
denunciados?".
"En aquellos casos en que no se alcance el piso objetivo de punibilidad de la LPT, que no es
considerado evasión tipificada, pero sí podemos estar ante maniobras típicas de lavado ¿se van a
reportar, no se van a reportar? ¿Quién va a ser el encargado de investigarlo: la AFIP o la
UIF?", planteó el especialista.
Al respecto, el especialista sostuvo que en países como Alemania, Bélgica, España, Francia e Italia,
"se han realizado las modificaciones respectivas para incorporar el delito fiscal como delito
previo".
"Si tomamos estos países, que hemos traído al análisis, si quisiéramos hacer una suerte de resumen
de cómo viene el posicionamiento de este tema, según el derecho comparado diríamos que en la
mayoría de las naciones se está viendo una tendencia a considerar el delito de evasión como un
delito previo", indicó.
No obstante, Bertazza aclaró: "En muchos de los países, lo que aparece como una característica
central es que no es cualquier tipo de delito, sino que se tienen que dar determinadas
características de ese delito para que el mismo sea considerado como previo".
La importancia de la consideración del derecho comparado es que el ilícito previo, con la nueva
modificación del código penal, se pudo haber dado en el exterior. Sin embargo, Bertazza aclaró que
"lo que pasa es que, para que sea previo, se requiere que tenga la calificación como delito en ese
país".
El especialista comentó al respecto: "En sentido contrario, sería nuestro hermano país de Uruguay,
donde el ilícito fiscal no es un delito previo de lavado de dinero".
La misma trae aparejada una serie de cambios respecto de qué delitos fiscales podrán ser
investigados como delitos de lavado de activos.
En este contexto, Mecikovsky indicó que "en la redacción de la Ley 26.683 (que modificó el Código
Penal), independientemente de la ley correctiva, el planteo es que se hace referencia a los delitos de
la Ley 24.769 (Penal Tributaria)".
Y agregó: "Dado que, en esta norma, no se está especificando cuáles delitos deben incluirse, debería
entenderse como que todos, es decir, cualquier delito de evasión, en principio, debería ser
precedente del de lavado de activos".
No obstante, Bertazza remarcó que el "proyecto de Ley Correctiva modificaría el delito previo de
evasión fiscal, ya que no estaría referido a cualquier ilícito de la Ley Penal Tributaria, sino a
los graves".
"Así, estos últimos serían evasión fiscal agravada, evasión previsional agravada, el aprovechamiento
indebido de subsidios, la obtención fraudulenta de beneficios fiscales y la asociación ilícita para la
comisión de delitos tributarios", concluyó.