Está en la página 1de 3

Maria Fernanda Moneda dos Santos

Universidad de Salamanca
Máster en Estudios Avanzados e Investigación en Historia (Poderes, Saberes e Identidades)
Profesor: Isaac Martín Nieto
Asignatura: Nuevas tendencias historiográficas

El 18 de brumario de Luís Bonaparte de Marx y la ley del movimiento de la historia


La presente reseña crítica pretende analizar la obra “El 18 de brumario de Luís
Bonaparte”, escrita por Karl Marx, desde un enfoque epistemológico, teórico y metodológico,
situándose en su contexto de la evolución de la historiografía. Para este objetivo llevaremos
en consideración el prefacio escrito por Marx a la segunda edición de 1859 y el prefacio de
Engels a la tercera edición de 1885, ambas presentes en la edición brasileña realizada por la
Editora Boitempo y utilizada para este trabajo, es decir, se ha realizado la lectura de la
traducción al portugués.
Marx escribió esta obra por invitación de un amigo que buscaba publicar un
semanario político en Nueva York y le desafió a escribir una historia del coup d’état en
Francia. Sus escritos semanales bajo el titular “18 de brumario” al final se publicaron en una
revista realizada por el mismo amigo cuya primera edición consistía en la compilación de los
escritos. La publicación se dió en la primavera de 1852, por lo que el contenido histórico del
escrito no va más allá de febrero del mismo año.
Si por un lado Marx asume el riesgo de hacer una publicación en el calor de los
acontecimientos - el coup d’état contrarrevolucionario de Luís Bonaparte se había dado el 2
de diciembre de 1951 - por otro la magnificencia de su obra se confirma por medio de los
acontecimientos posteriores - la proclamación de Luís Bonaparte como Segundo Emperador
Francés el 2 de diciembre de 1952.
Esta obra de Marx confirma el marxismo como instrumento científico del análisis
social una vez que pone a prueba los fundamentos praxiológicos de la concepción
materialista de la historia. En el prefacio, al criticar las obras de Victor Hugo y Proudhon,
Marx les acusa de caer en los errores de los historiadores objetivos, a la vez que él demuestra
lo ocurrido en Francia desde las condiciones creadas por la lucha de clases.
Engels en su prefacio refuerza el pionerismo de Marx en la descubierta de la “gran ley
del movimiento de la historia”, bajo la cual todas las luchas de la historia - político,
religiosas, sociales, filosóficas - son la expresión en menor o mayor grado de la lucha de
clases, que son condicionadas por su grado de desarrollo económico y su modo de
producción. Sin dudas la importancia de la obra el 18 de brumario de Luís Bonaparte está en
su capacidad de confirmar las concepciones teórico metodológicas de Marx.
Es importante hacer hincapié en el hecho de que los fundamentos del materialismo
histórico están planteados en otras obras como la Ideologia Alemana (1846). El 18 de
brumario es la aplicación de tales métodos para la interpretación de la realidad, hecho que nos
revela la validez de esta teoría, superando la historiografía liberal.
Centrándonos ahora directamente al contenido de la obra, Marx inicia el primer
capítulo evocando a Hegel y su célebre frase acerca de la historia: “todos los grandes hechos
y los grandes personajes de la historia mundial son escenificados, por así decir, dos veces”,
sin embargo, añade que el filósofo se olvidó de agregar “la primera vez como tragedia, la
segunda como farsa”. Esta afirmación de Marx traduce la idea de que la historia se repite de
manera a buscar en el pasado sus símbolos al momento que intenta crear algo nuevo, como
forma de legitimación.
Siendo así, el título “18 de brumario de Luís Bonaparte” hace referencia a esa idea,
aludiendo al coup d’état de Luís Bonaparte a la restauración de 1804 de Napoleón. Luís
Bonaparte sería, entonces, la versión farsante de su tío. La revolución de 1848, por su vez, es
una parodia de 1789 con la tradición revolucionaria de 1793-95. Para Marx, la revolución
social del siglo XIX no puede triunfar si busca en el pasado su contenido, hay que dejar que
los “muertos entierren a sus muertos”. Vemos aquí un cambio en la concepción de
revolución, si antes se nutría de símbolos y fraseologías del pasado, ahora, según Marx, una
revolución solamente puede triunfar a partir de la creación de algo nuevo, nunca antes visto.
Sin embargo, es importante señalar que para Marx, lo que pasa después de 1848 no es una
búsqueda de legitimación en el pasado, es la transformación de una clase que deja de ser
revolucionaria y se vuelve conservadora.
En seguida, Marx hace una afirmación sobre su concepción de historia: “Los hombres
hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo circunstancias elegidas por
ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias con que se encuentran directamente, que
existen y les han sido legadas por el pasado.”, así, se entiende que el hombre es, al mismo
tiempo, autor y actor de la historia, es decir, tiene poder de responsabilizarse por su historia
actuando de manera consciente, pero bajo condiciones que le fueron impuestas. Este es el
corazón de la política de Marx, que está expresada no solo en esta frase como también a lo
largo de toda esta obra.
Como dicho anteriormente, este texto si por un lado asume el riesgo de ser una
publicación realizada en el calor de los acontecimientos, por otro, acaba por afirmar la
magnificencia del materialismo histórico propuesto por Marx, esto se da porque el autor
anticipa los sucesos de 1852. Dicha anticipación solo es posible por medio de un análisis
primoroso del fracaso de la revolución de 1848, que buscaba responder cómo ese fracaso
redunda en la elección de aquello que era el espíritu anti 48. Es decir, de qué manera aquello
que representaba la negación de los anhelos de las clases populares e incluso de la pequeña
burguesía pudo triunfar en 1848 con la elección de Luís Bonaparte.
Marx realiza, entonces, un análisis de la estructura de clases en Francia a partir de los
fundamentos praxiológicos del materialismo histórico, por eso decimos arriba que este
trabajo es un ejemplo paradigmático de cómo aplicar concretamente la teoría marxista, el 18
de brumario de Luís Bonaparte es un ejemplo del análisis concreto de las clases
fundamentales del modo de producción capitalista en Francia. A partir de este análisis, el
autor apunta dos elementos fundamentales: la hipertrofia del poder ejecutivo en un marco que
es constitucional instaurando una dictadura del ejecutivo que, aunque aparentemente no
atiende a los intereses específicos de ninguna de las clases, trae un declase - en el sentido de
no representar orgánicamente ninguna de las clases presentes - y lo hace ser aceptado por
todos.
Todo este análisis realizado en el calor del momento, recordando que Marx escribió
entre diciembre y enero este texto sobre el coup d’état realizado en diciembre de 1851, es
concluído con el siguiente trecho - que Marx hace hincapié en su prefacio de 1859: “Sin
embargo, cuando el manto imperial finalmente caiga sobre los hombros de Luís Bonaparte, la
estatua de bronce de Napoleón caerá desde lo alto de la columna de Vendôme”. Como dicho,
en diciembre de 1852 Luís Bonaparte se proclama Emperador, en 1863 ordena una alteración
en la estatua de Napoleón I, erigida en 1805 sobre la columna de Vedôme como tributo a las
victorias militares de aquel año, eliminando los elementos militares como el sombrero
napoleónico y la capa militar, sustituyéndolos por símbolos imperiales.
Sin embargo, al escribir el trecho citado, Marx no solamente había previsto la
restauración de la Monarquía por Luís Bonaparte, como lanzaba que sería ella la última, la
estátua pasaría por cambios, pero su fin era la destrucción. Así, en 1871, por orden de la
Comuna de París, se destruye la columna de Vendôme.
Esa posibilidad de predecir la historia viene de la aprehensión, por Marx, de las leyes
que rigen la sociedad capitalista, como citado anteriormente en las palabras de Engels, la
“gran ley del movimiento de la historia”. Sin embargo, esta ley o leyes no funcionan como las
leyes físicas de la naturaleza, Marx hace hincapié en su carácter tendencial, estas leyes son
tendencias y, por lo tanto, admiten contratendencias e intervenciones humanas. Además,
entendía la política como la expresión del interés de clases y franjas de clases.
El 18 de brumario de Luís Bonaparte, como antes mencionado, es un trabajo que pone
a prueba el materialismo histórico planteado por Marx en otras obras, siendo así, después de
discurrir sobre la aplicación de este método en el libro y las conclusiones certeras a que llega
Marx a partir de ellas, dedicaré la próxima parte de esta reseña crítica a algunos conceptos e
ideas de Marx que aparecen en esta obra, como el materialismo histórico, el Estado y las
clases sociales.
Marx, a partir del contacto y crítica del materialismo de Feuerbach se desplaza
teóricamente del idealismo con bases hegelianas hacia su propia concepción materialista. El
materialismo histórico propuesto por el se puede entender como el método de compresión y
acción sobre la realidad que ve la existencia de los seres humanos dentro de un contexto
histórico y de acuerdo con las relaciones materiales de la sociedad humana - esta concepción
está expresada en la obra a que se dedica esta reseña en el trecho anteriormente citado en que
Marx habla de las condiciones legadas del pasado.
El rompimiento con el idealismo de Hegel se da también en el ámbito del Estado. Para
el filósofo idealista el Estado era la expresión de la racionalidad de la sociedad civil, esa sería
el reino de la miseria física y moral a la vez que el Estado introduce una racionalidad por
medio de la universalidad, sería una consciencia que se expande en dirección de la libertad
humana. Marx, sin embargo, a partir de sus análisis no podía entender el Estado como la
representación de la sociedad civil, él solo podría ser una representación de una universalidad
abstracta, para que represente una universalidad concreta tendría que representar, entonces,
la burguesía.
Así, para Marx, entender el Estado solo se puede hacer a partir de la compresión de la
sociedad civil, es decir, al contrario de lo que proponía Hegel. Siendo así, se concretiza la
idea, para Marx, de que el Estado es un órgano de dominación y opresión de una clase por
otra, legalizando y consolidando institucionalmente esta opresión.
A lo que atañe a las clases, en esta obra, Marx descompone las clases, analiza, por
ejemplo, las diferencias dentro del bloque de la burguesía, de la clase dominante, entre sus
fracciones rentista, industrial, agraria, las diferencias de intereses económicos y de
organización política, de formación religiosa y niveles de conciencia. Lo que le permite
entender cómo esta clase se forma y se reproduce en Francia.

Bibliografía

Marx, Karl. O 18 de Brumario de Luís Bonaparte. São Paulo. Boitempo, 2011.

Paulo Netto, José. Introducción al estudio del método de Marx. São Paulo. Expressão
Popular. 2011.

Musetti, Felipe Ramos. Da república social à ditadura bonapartista: a crítica da política em O


18 de brumário de Luís Bonaparte. 2014. 290 f. Dissertação (Mestrado em Filosofia) -
Pontifícia Universidade Católica de São Paulo, São Paulo, 2014.

También podría gustarte