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Alumna: Maria Fernanda Moneda dos Santos

Asignatura: Historia Militar Hoy


Profesora: María Gajate Bajo
Máster Universitario en Estudios Avanzados e Investigación en Historia (Sociedades, Poderes e
Identidades)

Título original: All quiet on the western front


Título español: Sin novedad en el frente
Fecha de lanzamiento: 28 de octubre de 2022 (España)
Duración: 2 horas 28 minutos
Certificado: 16
Idioma: Alemán
Género: Acción, drama, bélico
Director: Edward Berger
Guión: Edward Berger, Lesley Paterson, Ian Stokell

Curiosidad: Esta es la tercera versión de la obra literaria


de Erich Maria Remarque. Las otras dos son la versión
ganadora del Oscar a la mejor película, Sin novedad en el
frente (1930) de Lewis Milestone, y la versión menos
conocida de Delbert Mann, Sin novedad en el frente
(1979). Por destacar la deshumanización y futilidad de la
guerra en las trincheras, el libro homónimo se prohibió y
fue quemado durante la segunda guerra mundial. (Fuente:
Imdb)

Argumento: La película cuenta la historia de Paul Bäumer, un joven alemán que, como muchos otros, se
alistó voluntariamente para la guerra. Designado al frente, vivió los diversos matices del cotidiano de las
trincheras, desde experiencias aterradoras al descubrimiento de la camaradería.
Ambientado en la Alemania de 1918 la historia se desarrolla a partir de dos retratos en contraposición,
el frente y las negociaciones que llevarían al fin de la guerra. Por lo tanto, tenemos el agotamiento y la
deshumanización de los soldados de un lado y las cuestiones políticas del otro. Sin embargo, la trama no
abarca los motivos que llevaron a la guerra y mucho menos explícita las condiciones que llevarán a su fin, la
narrativa se construye de manera a caracterizar las negociaciones para el fin del conflicto cómo
extremadamente burocráticas e individuales, concentrando en manos de unos pocos hombres de poder la
vida de miles de soldados.
Nuestro protagonista Bäumer representa a los jóvenes alemanes que aspiraban a luchar en la guerra. Al
recién cumplir 18 años se alista junto a sus amigos. Con un discurso motivador son animados a convertirse
en parte de la Juventud de Hierro de Alemania, la que marchará sobre París y honrará al Káiser, a Dios y a la
Patria. La inflación del nacionalismo fue una estrategia importante para el mantenimiento de los ejércitos
durante el conflicto, la formación del ciudadano alemán y su deber con la patria inculca a los jóvenes la idea
de que por ella debían morir y cualquier vacilación de ese deber era entendida como traición a la patria.
Los jóvenes caminan animados hacia el frente occidental, pero bastan unos segundos en la tensión de
un ataque del enemigo para que perciban que no quieren estar allí, que no hay honor, heroísmo o orgullo,
que aquello no es lo que habían imaginado. Sin embargo, los amigos se van adaptando a ese temeroso
cotidiano, se adaptan al horror, a la tensión, al ataque, a las trampas, a la falta de higiene, a la comida escasa
y al olor de muerte.
La primera guerra mundial marcó un nuevo modelo de conflicto en el que ambos bandos buscaron el
mejor desempeño posible de las nuevas tecnologías de guerra, provocando una escalada de la violencia. La
película retrata de manera agonizante el uso de gases tóxicos, el nuevo alcance de las armas de fuego y de
los tanques de guerra por medio de escenas de cuerpos amontonados de jóvenes muertos por contaminación
incluso con el uso de máscara, soldados aplastados bajo las ruedas de enormes coches que disparaban
bombas y quemaban vivos a los enemigos. Tal barbarie se presenta por primera vez en suelo europeo y
contra sus propios habitantes, la idea de civilización que alcanzó su apogeo durante la Belle Époque fue
destruida al desarrollarse la gran guerra.
Descubriendo el amparo y camaradería entre los suyos, Bäumer crea una especial relación con sus
superiores Stanislaus y Stackfleet, abordada fuera del ámbito disciplinario del ejército, estos tres personajes
ilustran las relaciones entre soldados más allá del frente, las relaciones con sus familias y con la vida que les
espera al final de la guerra. Es en este espacio lejos de bayonetas, bombas y tanques que los soldados pueden
vivir su humanidad y aspirar a la vida, las correspondencias intercambiadas con sus familiares adquieren una
importante dimensión psicológica en el mantenimiento de la esperanza de volver a la casa.
En contraposición a las trincheras, en sus aposentos seguros, limpios, cómodos y de lujo, están los
jefes que comandan el ejército. La película retrata las negociaciones realizadas para el fin de la guerra desde
la perspectiva alemana, explicitando el deseo de armisticio frente al enorme número de vidas perdidas hasta
el momento. Francia, que gozaba de ventaja en la campaña militar, tenía el poder de imponer sus
condiciones y lo hizo de manera irreductible, obligando al enemigo a aceptar todas las imposiciones en
nombre de preservar la vida de miles de jóvenes. La elección entre paz y guerra, imbuida de emociones,
razones, voluntades y juegos políticos es abierta por la película de manera directa, provocando al
telespectador una intensa sensación de injusticia y deshumanización de los soldados por parte de los
gobernantes.
El final dramático está marcado por el deseo egoísta del general Friedrichs de terminar la guerra con
una ofensiva alemana, pesen los millones de muertos hasta el momento y los miles que correrían hacia ella
bajo el deber de honrar a la patria. Exhaustos, algunos prefirieron la muerte por deserción, otros, enfrentaron
la batalla. En los 15 minutos que preceden a la paz, el egoísmo de un hombre lejos de las trincheras ordena el
amargo fin de miles de jóvenes alemanes que un día imaginaron estar defendiendo con honor su patria, pero
en este momento apenas satisfacían un deseo individual casi perverso.
En sus minutos finales, la película se dedica a recordar que el Frente Occidental quedó presa a la
guerra de trincheras poco después del inicio del conflicto, en 1914, llevando a la muerte a tres millones de
soldados. Toda la pérdida humana y material resultó en un avance de pocos metros de la línea del frente.
Título original: Shoulder Arms
Título español: ¡Armas al hombro!
Fecha de lanzamiento: 13 de mayo de 1919 (España);
20 de octubre de 1918 (Estados Unidos); 29 de abril de
1919 (Francia). En Alemania se estrenó después de la
Segunda Guerra Mundial, es la única película larga de
Chaplin que la audiencia no pudo ver en su tiempo.

Duración: 46 minutos
Color: blanco y negro
Idioma: Inglés
Género: Humor, bélico
Director: Charles Chaplin
Guión: Charles Chaplin
País de origen: Estados Unidos
Curiosidad: Se estrenó dos semanas y un día antes del
final de la Primera Guerra Mundial. Muchos en
Hollywood estaban nerviosos de que uno de sus
compañeros más famosos iba a abordar el tema de la
Primera Guerra Mundial. Fue lanzado poco antes del
Armisticio, por lo que no ayudó a aumentar la moral
nacional, pero terminó como una de las películas más
populares de Charles Chaplin y fue particularmente
popular entre los doughboys que regresaban. (fuente:
Imdb)

Argumento: En esta película Chaplin une con su expertise propio el humor, crítica y reflexión. Realizada y
estrenada en el año que sería el último de la Primera Guerra, la obra abandona la propaganda y retrata, a
través de una historia de ficción, la realidad de las trincheras y el absurdo de la guerra. Con fuerte carácter
antibelicista el actor y director abre de par en par la discusión sobre las vidas quitadas bajo el orgullo de las
naciones. Caracterizada por persecuciones, manotazos y estropicios, el cortometraje provoca muchas risas,
pero también un sentimiento contradictorio de felicidad y tristeza.
A lo largo de los 46 minutos de duración seguimos la saga de Charlot, personaje creado por Chaplin,
que se une al ejército francés como soldado de infantería. Con toda su personalidad estrafalaria encara la
vida en la trinchera y emprende una gran aventura que resultará en el fin de la guerra. Sin embargo, en la
corta escena final vemos que ese fin sigue siendo solo un sueño.
La película se divide en tres partes, la primera titulada “el escuadrón torpe” que retrata el
entrenamiento de los soldados que irán al combate. Charlot, claro, presenta dificultades en seguir la
disciplina militar.
En la segunda parte llamada “allá”, vemos a Charlot llegando a la trinchera y organizando sus cosas en
lo que sería una habitación para los soldados, a partir de ahí empieza su vida en el frente. La dura realidad de
los soldados se presenta en medio de comentarios irónicos como "un almuerzo tranquilo", frase que
introduce la escena en la que Charlot se sienta a comer en medio del sonido de disparos y bombas, a sus
espaldas vemos el polvo oriunda de los ataques. Durante toda esta escena el personaje presenta un semblante
tranquilo, casi un "aburrimiento", vemos los primeros indicios del absurdo que se convertirá la
normalización de la violencia en el cotidiano del frente.
Hacen parte de este cotidiano las noches dormidas bajo el agua por la lluvia constante, las cartas y
comidas enviadas por los familiares, la añoranza de la vida en casa y el miedo constante de perder la vida. Es
especialmente delicado y entristecedor las miradas de Charlot a su número de identificación. El método de
identificación y recuento de soldados caídos se daba por la recolección de las medallitas que llevaban
colgadas en sus cuellos.
Al capturar una trinchera nos aparece en la pantalla “el 13 no tan desafortunado”. Los 13 soldados
alemanes son retratados como hombres gigantes en estatura, sin embargo el general llama la atención por su
pequeñez frente a ellos. Se nota en esta representación una crítica a los alto-comandantes, ilustrando por
medio de la estatura la crítica a las jerarquías militares. Cuando Charlot le pega al general, los soldados
automáticamente se sienten libres para hacer lo mismo, una vez que él ha dejado de ser el jefe en comando.
Ya ambientado al cotidiano de la guerra, Charlot aparece otra vez en la trinchera atacando al enemigo.
En una secuencia en que dispara y luego marca con una tiza en una tabla a los soldados que "derriba", se
cansa después de matar a 5 alemanes y se sienta a descansar. La banalización de la muerte o la indiferencia
que nace entre los soldados del frente que conviven con el exterminio de vidas a diario nos es expuesta por
esa embarazosa calma de Charlot al matar a cinco personas.
Por fin, Charlot es elegido para seguir una “heroica misión”. En su epopeya burlesca termina por
encontrar al Kaiser, en ese momento está disfrazado de soldado alemán y junto a un camarada que había sido
capturado por los alemanes es capaz de aprisionar al Kaiser y poner fin a la guerra. La facilidad con la que
Charlot lleva al Kaiser al campamento francés y difunde la palabra de la paz se nota por la velocidad en que
transcurre todas estas acciones, Chaplin pone la paz como algo sencillo de lograrse una vez que no existe un
motivo real para la muerte de tantos hombres, es decir, ninguna razón más allá del orgullo de los
gobernantes.
Sube por última vez el letrero con la siguiente frase: Peace on earth - good will to all mankind. Hoy,
este final puede parecer cliché, pero frente a la dimensión de la primera guerra y el ritmo de destrucción que
tenía la paz estaba lejos de parecer posible. Los soldados celebran y levantan Charlot en señal de homenaje y
fiesta, sin embargo, la escena siguiente nos revela que, en aquél momento, la paz todavía era un sueño. El
desarreglado soldado de Chaplin es despertado por sus compañeros para iniciar su camino al frente, todo no
pasó de un sueño.
Título original: Johnny got his gun
Título español: Johnny cogió su fusil
Fecha de lanzamiento: 31 de octubre de 1973
(España)
Duración: 1h 51 minutos
Color: blanco y negro, colores
Idioma: Inglés
Género: Drama, bélico
Director: Dalton Trumbo
Guión: Dalton Trumbo y Luis Buñuel
País de origen: Estados Unidos

Argumento: La película cuenta la agobiante historia de Joe, un joven que llevaba una vida normal y
tranquila hasta que fue enviado a la guerra. La narrativa, al contrario de las dos películas anteriores, no se
centra en la vida en las trincheras, sino en el postguerra, en la vida de vuelta a casa.
Joe, como todos los jóvenes de aquella época, parte para la guerra seguro de que es su deber defender
su país y que volverá a su casa como un héroe. Sin embargo, un ataque enemigo lo deja gravemente herido.
Con las piernas y brazos amputados, el rostro lacerado - y por eso está cubierto durante toda la película -, es
mantenido vivo menos por una cuestión de preservación de la vida que por su valor como estudio científico.
Desde la cama, atrapado dentro de sus pensamientos conscientes, el personaje repasa una serie de
recuerdos de su vida mientras busca una manera de liberarse de la condición en la que se encuentra. En esas
olas de recuerdos y cuestionamientos una serie de importantes reflexiones surgen haciéndonos repensar los
impactos físicos y psicológicos de la guerra sobre los soldados que regresan con alguna vida. Al empezar a
darse cuenta de su condición, John se pregunta “what doctor would cut a man down to what I am now and
still let him leave?". De ahí parten muchos otros cuestionamientos.
Entre recuerdos y alucinaciones, Joe establece un interesante diálogo con Jesús. Vemos que el soldado
busca su fé para sobrevivir a su condición. Sin saber exactamente cómo distinguir un sueño de la realidad, en
la esperanza de que su condición no sea real, Joe cuestiona a Jesús cómo distinguir estas dos cosas. El hijo
de Dios le da muchas opciones de qué podría hacer, como abrir sus ojos, al que Joe contesta "I ain't got any"
y sigue "I'm a piece of meat that keeps on living". Al darse cuenta de que el soldado no tenía ojos, brazos,
piernas y no podía hablar, Jesús le echa porque serìa una crueldad fingir que alguien le puede ayudar una vez
que su vida es una pesadilla peor que sus sueños, lo que necesita Joe es un milagro.
El diálogo se encierra de una manera que ilustra la pérdida de fé que ha acometido a soldados vivos,
mutilados, traumados, creyentes, esposas, hijos, madres y padres. Joe le pregunta "Is this real or is this a
dream?" y Jesús le contesta "I'm as unreal as any other dream that didn't come true". Todo el diálogo con
Jesús está cargado de ironías y un humor crítico que representan la indignación de un mundo concebido por
Dios en el que los hombres fueran capaces de matarse unos a otros con tanta crueldad.
Entre los recuerdos revividos por Joe hay uno de su infancia, en el que habla con su padre que había
fallecido poco antes de la Guerra. En ese diálogo su padre afirma que un día él será importante pues
construirá un mundo seguro para la democracia. Joe batea preguntando qué es la democracia, a lo que su
padre responde: "well, I was never very clear on it, myself. Like every kind of other government, it's got
something to do with young men killing each other, I believe". La película del estadounidense Dalton
Trumbo se estrenó en 1970, desde la guerra retratada en la película hubieron otras muchas como la Segunda
Guerra Mundial, que supuestamente combatió el fascismo en nombre de la democracia así como la Guerra
de Vietnam. Ésa llegaría a su fin poco años después, pero ya generaba en la sociedad un fuerte
cuestionamiento sobre la vía bélica de defensa de la democracia.
La Guerra ha dejado más de 150.000.000 desaparecidos y mutilados. Debido a las estrategias de guerra
tales como la trinchera y la guerra estática, los soldados se ponían en posiciòn vertical dejando el tronco y la
cabeza expuesto, eso ha generado un gran número de mutilados faciales a que se le dìo el nombre de
Gueules Casées (caras rotas). El número de soldados con el rostro mutilado ha pasado de 280.000, además
del reto científico de desarrollar nuevas técnicas de cirugía de reconstrucción facial, había la dificultad de
resocialización de estos cuerpos productos de la guerra.
Muchas veces la vida de vuelta a casa se hacía tan difícil como la guerra por el rechazo familiar, de la
sociedad, la falta de apoyo incluso de los gobiernos y el poco reconocimiento por su servicio en la guerra.
Joe se veía a sí mismo como una aberración digna de circo e incluso más atractiva por qué no era el
resultado de una anormalidad natural, sino que una creación del hombre.
Después de vivir, revivir, imaginar y alucinar distintos escenarios de su pasado, presente y futuro, Joe
logra establecer comunicación con los militares responsables por su caso, por medio del código Morse repite
insistentemente" kill me, kill me, kill me". Su pedido es ignorado por el comandante y otra vez podemos
plantear una de las primeras preguntas de Joe "un hombre sería capaz de hacer eso a otro?".
Título original: Nós que aqui estamos por vós
esperamos
Título español: Los que aquí estamos por usted
esperamos
Fecha de lanzamiento: 1999
Duración: 1h 13 minutos
Color: blanco y negro; colores
Idioma: Portugués
Género: Documental
Director: Marcelo Masagão
Guión: Marcelo Masagão
País de origen: Brasil

Argumento: Este documental hace una lectura del siglo XX por medio de collage y superposición de
imágenes y videos que retratan de alguna manera los episodios ocurridos en ese período. Lejos de ser
aleatorias, las imágenes transmiten una serie de valores sobre ese breve siglo.

Junto a pequeños textos y una conmovedora banda sonora, las imágenes y videos buscan recordar la
efervescencia cultural y tecnológica que preceden la Gran Guerra y acompañan su desenvolvimiento, así
como todos los aspectos sociales que permean todo el siglo. Masagão nos acuerda que las calles ya no
huelen a heces de caballo y la comunicación tenía otra velocidad por medio de sus cables.

Sin embargo, nos acuerda de todo avance tecnológico, cultural y social sin olvidarse de cada vida
vivida y afectada por todos estos hechos. Sábado, verano de 1914, fueron realizadas con prisa 2000 bodas,
muchos Hans y Annas tuvieron una luna de miel relámpago en un hotel sencillo. El lunes innumerables
Hans partirían en los innumerables trenes hacia el frente.
El documental sin duda es una obra que inserta la Gran Guerra y los demás conflictos del siglo en su
contexto real y material, acercándonos a los valores de la vida y de la muerte. Además de traer una serie de
reflexiones sobre la condición humana, sus contradicciones e ironías.

Comentario final

«‘Las luces se apagan en toda Europa’, dijo Edward Grey, secretario de las Relaciones Exteriores de
Gran Bretaña, observando las luces de Whitehall la noche en que Gran Bretaña y Alemania fueron a la
guerra. ‘No volveremos a verlas encenderse en nuestro tiempo de vida.’». Las tres primeras líneas de la obra
de Eric Hobsbawn (1994) traen una cita más importante por el recorte geográfico que impone que por su
impacto, las luces se apagan en Europa.
La paz experimentada por este continente empezó a temblar en mediados del siglo XIX con el estallo
de cinco importantes conflictos: la guerra de Crimea (1854-1856), la guerra de Italia (1859), la guerra franco
prusiana (1870-1871) y la guerra ruso-turca (1877-1878), sin embargo, aunque pesa el número de vidas
humanas que han cobrado estos conflictos, no llegan cerca de lo que vendría a ser la guerra de 1914.
Las raíces de la gran guerra se encuentran antes del siglo XX. Hasta la existencia de la primera guerra,
el continente europeo no había visto nada de tal magnitud. Armamentos y tácticas de la primera guerra ya
venían siendo aplicadas en territorios neocoloniales, pero en el momento en que el exterminio en masa se
desplaza hacia el suelo europeo en un conflicto entre europeos, los parámetros de violencia cambian y la
ética europea se verá afectada, no por casualidad la primera guerra mundial será conocida en Europa como
«La Gran Guerra».
Los conflictos imperialistas comienzan a acercarse a las fronteras europeas, primero con la cuestión
marroquí, a principios del siglo XX y después con la cuestión balcánica. Es decir, esa región que comprende
Grecia, Bulgaria, Serbia, Croacia, Albania, Bosnia y Herzegovina, será el epicentro del conflicto, no por
casualidad, Sarajevo será el escenario del asesinato del Archiduque Francisco Fernando de Austria el 18 de
junio de 1914, dando inicio al proceso de activación de las políticas de alianzas que conducen al estallido
oficial de la primera guerra mundial un mes después, el 28 de julio.
Las cuestiones marroquíes y balcánicas se consideran las causas lejanas del conflicto entre las
potencias europeas. Las causas cercanas consisten en la disputa territorial europea, específicamente la región
de Alsacia y Lorena disputada por Francia y Alemania, una rivalidad económica fruto de la disputa
imperialista entre las potencias europeas, principalmente Alemania e Inglaterra, y el imperialismo
austrohúngaro que, a partir del atentado de Sarajevo declara la guerra a Serbia.
Siendo así, este conjunto de rivalidades se organiza a partir de la declaración de guerra en dos alianzas.
La Triple Entente, compuesta por Gran Bretaña, Francia y Rusia - esta alianza es el resultado de una
acumulación de acuerdos entre estas potencias a lo largo del siglo XIX y XX. La Triple Alianza, por su
parte, es fruto de un acuerdo entre el Imperio alemán, Austria-Hungría e Italia, firmado en 1872.
Hasta ese momento muchos estudiosos creían que la probabilidad de una guerra disminuía al paso del
avance tecnológico - que hacía la guerra mucho más destructiva-, del desarrollo de los mercados y de la
interdependencia económica entre, principalmente, las seis potencias europeas. Sin embargo, la
intensificación de las crisis diplomáticas entre estos países indicaban que la paz se estaba fragilizando, hasta
ese momento un conflicto aún era visto como no inevitable, pero las respuestas dadas al asesinato del
Archiduque revelaron la disposición de los Estados a adoptar medidas hostiles frente a ese incidente (David
Stevenson 2004).
El compromiso de consenso entre los países de Europa, establecido después de la derrota de Napoleón,
no duró ni una década y al final del siglo XX no poseía reglas por escrito o instituciones permanentes. Un
intento de fortalecer las relaciones de consenso entre las potencias se celebró en la Conferencia de Londres
de 1912-1913, que discutió el conflicto balcánico. Sin embargo, en 1914, a pesar de la invitación de Gran
Bretaña, Alemania y Austria-Hungría se negaron a asistir a la conferencia.
La falta de respeto a los compromisos que buscaban evitar conflictos bélicos o, como mínimo,
regularlos de modo a disminuir su alcance destructivo fueron completamente ignoradas durante la Guerra.
Tenemos como ejemplos la Conferencia de la Paz de La Haya (1899 y 1907) y las Convenciones ratificadas
en 1914 para proteger a los combatientes y a la población civil durante los conflictos, en tales ocasiones se
había prohibido el uso de gases tóxicos, el bombardeo aéreo y las balas dum dum, por ejemplo.
Como sabemos, todas estas armas y estrategias masivamente letales solían ser empleadas fuera del
territorio europeo, siendo así, el primer choque de la guerra es el uso de esas armas contra ciudadanos
civilizados y avanzados, como creía el pensamiento eurocéntrico. Luego, el empleo continuo de ese nivel de
letalidad y violencia, a lo largo de los 4 años de guerra, transformó la sociedad contemporánea en distintos
niveles sociales, materiales y psicológicos.
En las tres películas objeto de las recensiones realizadas en este trabajo, el aspecto deshumano y
desesperado de la vida en el frente es el más profundamente abordado. Se nota que, al momento de la guerra,
como vemos en el cortometraje de Chaplin, la dimensión del absurdo de quitar vidas por la nación ya está
presente en la sociedad, aún mismo antes del armisticio la crítica a la guerra empieza a ganar fuerza frente a
los discursos nacionalistas, que pierden credibilidad delante al exorbitante número de muertos y el coste
material de la guerra.
Una de las causas de la alta mortalidad de la guerra son los avances armamentistas debido a la segunda
revolución industrial. Sin embargo, la tecnología no es la única responsable por tamaña tragedia, la lógica
que mueve los ejércitos es más que derrotar el enemigo, es aniquilarlo. Así, se altera la visión de héroe en la
primera guerra mundial, como podemos ver en la película Sin Novedad en el Frente, es la resistencia que se
vuelve el símbolo mayor de lucha y heroísmo. Resistir a la trinchera y los más destructivos ataques ya
desarrollados por el hombre es más importante que atacar.
Cuando nuestras emociones padecen junto al protagonista Paul Bäumer, de Nada de Nuevo en el
Frente, lo que sentimos es el dolor de quien resistió y casi llegó al fin de la guerra. Asesinado segundos antes
del armisticio, el personaje había trazado un largo camino de resistencia, sobreviviendo a la vida infecciosa
de la trinchera, sobreviviendo a los ataques del enemigo, sobreviviendo a la pérdida de sus compañeros. En
esta película es la supervivencia, o mejor, la resistencia, la virtud mayor de nuestro personaje, no nos
importa cuántos franceses ha matado, incluso es expuesto el daño psicológico de Baumer al asesinar a un
enemigo en situación de legítima defensa.
Otra cuestión presente en esta película es la exacerbación del nacionalismo. La cuestión nacionalista
precede a la Primera Guerra Mundial y, segundo Xosé M. Núñez Seixas (1997), durante los cuatro años
de conflicto bélico, el principio de las nacionalidades fue defendido como arma estratégica por los
dos bandos contendientes con el propósito de debilitar internamente al enemigo, explotando las
reivindicaciones nacionalistas existentes en el seno de los grandes Imperios multinacionales (Austria-
Hungría, el Imperio zarista, el Imperio británico, el Imperio otomano).
El crecimiento del nacionalismo supera a otros elementos de unión, la clase obrera, por ejemplo,
animada a unirse internacionalmente como clamaba Marx, muestra todo su nacionalismo al participar en el
emprendimiento de su nación en aniquilar a la nación vecina. En Sin Novedad en el Frente el retrato de esta
realidad nos muestra cómo jóvenes de 18 años se animan a enfrentar la guerra en nombre de honrar a su
patria, seguros de que defendían su tierra, Dios y el Káiser. También vemos cómo la narrativa destruye esta
idea de honor relacionada con el combate. Aunque la obra fílmica en cuestión es de 2022, está basada en la
obra de Erich Maria Remarque, que recibió su primera versión cinematográfica en 1930, es decir, antes de la
Segunda Guerra Mundial.
El discurso propagado en ese momento, entonces, era la crítica al nacionalismo y a los horrores de la
guerra, la deconstrucción del discurso que animó a tantos jóvenes a voluntariar al frente. Debido a la
importancia del nacionalismo en los períodos de conflicto bélico, esa obra fue prohibida en Alemania y
quemada por entusiastas del nazismo durante el año 1933. La hermana del autor también sufrió las
consecuencias de su obra antibélica que deconstruye la gloria y el heroísmo de la guerra, siendo asesinada en
1943 bajo la acusación de hacer declaraciones terroristas.
Centrándose aún más en la experiencia del soldado, Dalton Trumbo en su película de 1970 nos hace
reflexionar y acompañar el agobiante estado lacerado del joven Joe. En esta obra se pone en discusión la
vida después de la Guerra, principalmente para aquellos que sufrieron alguna mutilación. El caso extremo de
Joe trae al debate cómo las fuerzas militares lidiaron con la salud y bienestar de los veteranos y
principalmente su reinserción en la sociedad, en el caso de la película vemos que el bienestar del soldado
nunca estuvo en el centro, ni siquiera fue considerado.
Los Gueules Casées (caras rotas) han sido un fenómeno bastante peculiar y en Francia el Estado no
supo cómo tratar el tema, al no considerar las heridas en el rostro como enfermedad o invalidez, no
concedían a los desfigurados ninguna pensión. Sin embargo, muchos médicos franceses, alemanes, ingleses
y rusos se dedicaron a desarrollar mejores técnicas de cirugía para reconstruir el rostro de los soldados, lo
que nos lleva a una faceta interesante de la guerra y muchas veces ignorada por la negativa que tenemos en
valorar cualquier cosa relacionada con ella: el avance científico.
Como resalta Margaret MacMillan en la introducción de su libro La Guerra: Cómo nos han marcado
los conflictos, que al pensar sobre la guerra es común hacer un balance del costo de vidas y recursos
humanos llevados por la violencia, pero hay que pensar también en el desarrollo propiciado en los más
diversos campos, sean a nivel organizativo de la sociedad, en las formas de democracia o en la tecnologìa.
La Primera Guerra Mundial ha enseñado un lado perverso de los avances tecnológicos de la industrialización
en el ámbito bélico, sin embargo, la tecnología alcanzó muchos otros espacios de la vida cotidiana, así como
el arte y la cultura siguieron desarrollándose. El documental de Marcelo Masagão que se extiende por el
siglo XX hace un importante aporte en este sentido.
Es importante destacar que en las tres pelìculas presentes en este trabajo, y en otras que no han sido
incorporadas en ello, las motivaciones de la Guerra o su justificación no llega a ganar espacio, se nota que
las producciones audiovisuales se dirigen a la violencia, a la trinchera y la vida postguerra. La sensación es
de que no se pone en la mesa por qué el conflicto ha empezado, pero hay que terminarlo y no volver a
repetirlo.

Bibliografía:
Audoin-Rouzeau, Stéphane. Becker, Annette (2000). 14-18, retrouver la Guerre. Gallimard. Paris.
Audoin-Rouzeau, Stéphane. 1914: La brutalización del mundo. Entrevista. acceso
<https://www.sinpermiso.info/textos/1914-la-brutalizacin-del-mundo-entrevista>

Hobsbawn, Eric (1995). A Era dos Extremos: O breve século xx. Companhia das Letras. São Paulo.

Lucena, Adrián de la Fuente. Armas al Hombro. La Madraza Centro de Cultura Contemporánea. 20 de


enero de 2015. Universidad de Granada. <https://lamadraza.ugr.es/noticias/armas-al-hombro/>

MacMillan, Margaret (2021). La Guerra: Como nos han marcado los conflictos. Turner. Madrid

Pintor-Holguín, Emilio, Martínez-Alsina, Nieves, García-Villalobos, Maria Rosa, Martín-Carreras-Presas,


Carmen, & Herreros-Ruiz-Valdepeñas, Benjamín. (2022). El pabellón de oficiales (2001): heridas faciales
en la Primera Guerra Mundial. Revista de Medicina y Cine, 18(4), 315-327. Epub 20 de marzo de
2023.https://dx.doi.org/10.14201/rmc.28596

Stevenson, David (2013). 1914-1918: Historia de la Primera Guerra Mundial. Penguin Random House.
Barcelona.

Seixas, Xosé M. Núñez (1997)

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