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Los principios generales del derecho se derivan de tres ideas fundamentales planteadas por el jurista
Ulpiano en el siglo II d.C, conocidas como tria iuris praecepta, o los tres preceptos del Derecho.
Estos principios son: vivir honestamente (honeste vivere), no hacer daño a otros (neminem laedere)
y dar a cada uno lo suyo (suum cuique tribuere), que se refiere a cumplir los tratos según lo
acordado.
La función de los principios generales del derecho es describir cómo funciona el sistema jurídico,
tanto en los valores que lo sustentan como en los aspectos técnicos. Se utilizan para crear nuevas
normas o para tener un marco de referencia cuando se requiera una interpretación de las normas
vigentes.
El ordenamiento jurídico mexicano no contiene una lista formal de principios generales del derecho,
sino que se recurre a ellos en casos particulares, siempre y cuando no contradigan lo que dice la ley.
- Principio de interés público.
Es un principio general referido al hecho de que todo acto del derecho debe contemplar el bien de la
sociedad, no del Estado o de una parte de este. Esto implica que los intereses colectivos están por
encima de los derechos individuales, y los derechos públicos están por encima de los derechos
privados.
Por ejemplo, si un Estado estudia la posibilidad de cambiar un artículo de la Constitución, ese
cambio debe ser para el beneficio de los gobernados, no para el beneficio de un sector político.
- Principio de los actos propios.
Este principio establece que no es posible retractarse de un acto hecho con anterioridad solo por el
beneficio propio. Por ejemplo, una vez que se ha firmado un contrato, no es posible alegar
incumplimiento porque las cláusulas no son favorecedoras. Se da por supuesto que al firmar el
contrato la persona conocía las consecuencias del acuerdo, por lo que ahora no puede ir en contra de
su propio acto.
- Principio de la autonomía de la voluntad
Es la libertad que tienen las personas naturales o jurídicas para celebrar contratos con quienes
quieran, siempre y cuando los términos sean acordados por ambas partes y no sean contrarios a las
leyes.
Por ejemplo, cuando una persona está buscando un departamento en alquiler, ejerce su autonomía
de voluntad cuando decide dónde quiere vivir y está de acuerdo con los términos del contrato de
alquiler (cantidad a pagar, medios de pago, tiempo de arrendamiento, cláusulas especiales, etc.).
- Principio de buena fe
Se refiere a la suposición de que las partes involucradas en un asunto están actuando con honradez.
En el derecho civil, esto se aplica especialmente en casos de adquisición de bienes.
Por ejemplo, una persona compra una silla de madera en una página web, pero lo que recibe es una
silla de plástico pintada de marrón. En este caso, se puede asumir que el comprador actuó de buena
fe porque hizo una transacción pensando que iba a recibir lo esperado.
En cambio, el vendedor actuó de mala fe, porque sabía que eso no era lo que había pedido el
comprador. Este comportamiento puede implicar una sanción en caso de que el comprador haga una
denuncia.
- Principio de igualdad ante la ley
Es un principio del derecho civil que establece que todas las personas deben ser tratadas del mismo
modo ante la ley, sin distinción de género, raza, nacionalidad, condición social, etc. Este principio, a
su vez, se basa en el derecho a la igualdad previsto en la declaración universal de derechos
humanos.
Por ejemplo, la igualdad de la mujer y el hombre en el matrimonio, o la igualdad de los ciudadanos
para gozar de sus derechos y cumplir con sus obligaciones.
- Principio de prohibición del enriquecimiento sin causa
Es un principio que establece que una parte no puede enriquecer o aumentar su patrimonio a costa
del empobrecimiento de otro, sin que exista una justificación para tal hecho.
Por ejemplo, una persona no puede convertirse en dueño de una casa si la usurpó, la invadió o la
obtuvo después de haber cometido una estafa a los dueños de la propiedad.
- Principio de responsabilidad civil
En el derecho civil, la responsabilidad es un principio general que se invoca cuando una de las
partes debe reparar el daño causado a otra. Puede ser de dos tipos:
Contractual: cuando el daño se origina por el incumplimiento de un contrato o acuerdo. Por
ejemplo, al no pagar una cuota de una hipoteca.
Extracontractual: cuando el daño se origina fuera del ámbito de un contrato. Por ejemplo, una
persona que atropella a otra con su auto.
- Principios de carga de prueba y presunción de inocencia.
Según este principio general, no se puede sancionar a una persona si no se ha demostrado su
culpabilidad (carga de prueba). De este mismo principio se desprende la presunción de inocencia,
que delega en el poder judicial la responsabilidad de demostrar la culpabilidad del acusado.
Mientras no se demuestre la culpabilidad, se presume que el acusado es inocente.
Por ejemplo, en un caso de robo, el acusado será considerado inocente hasta que la fiscalía u otros
órganos sancionatorios logren probar que efectivamente hubo un delito.
- Principio de legalidad (nullum crimen, nulla poena sine praevia lege)
Este principio significa que no se puede sancionar a alguien, a menos que su conducta sea
considerada un delito según las leyes vigentes de ese país.
Por ejemplo, si un vecino genera ruidos molestos los vecinos pueden denunciar, pero si esa
conducta no está catalogada como un delito, las autoridades no podrán hacer nada al respecto.
- Principio de tipicidad
Este principio general del derecho penal significa que para que un acto sea considerado como un
delito, debe reunir los elementos típicos o característicos que hayan sido descritos previamente en
las leyes.
Por ejemplo, si una persona es acusada de robo, los organismos legales deben demostrar que este
hecho cumple con todas las características establecidas en la ley de ese país para que sea
considerado un delito. Si falta alguno de los elementos típicos, no se puede sancionar a la persona.
- Principio de intervención mínima
Este principio general establece que el derecho penal solo debe ser utilizado como último recurso,
cuando ya se hayan agotado otras instancias.
Por ejemplo, si hay un problema entre vecinos, se recurrirá primero a un juez de paz u otro tipo de
organismo de naturaleza no penal antes de hacer una denuncia ante las autoridades competentes.
- Principio de acto
Este principio general significa que solo se puede sancionar a una persona por lo que hace (sus
actos), no por lo que es. Las leyes están hechas para ordenar o sancionar conductas, no la forma de
ser o la personalidad.
Por ejemplo, si una persona agresiva golpea a alguien, será sancionada por el delito que cometió, no
por su forma de ser.
- Principio del bien jurídico
Este principio establece que no se podrá sancionar una conducta a menos que haya lesionado o
puesto en peligro un bien jurídico. Un bien jurídico es un bien tangible o intangible que sea
protegido por las leyes, como la propiedad privada, la vida, la salud o el derecho a la educación.
Por ejemplo, la invasión de un terreno pone en peligro un bien jurídico, que es la propiedad privada
de la persona afectada. Si a una mujer embarazada le niegan el acceso a la salud, se estaría poniendo
en peligro su vida y la de su bebé, que están consideradas como bienes jurídicos.
- Principio de la separación de poderes
Es un principio general aplicado al derecho administrativo, que se refiere a la obligación del poder
público de dividirse en poderes con funciones y limitaciones específicas. Esto garantiza el equilibrio
en el ejercicio del poder por parte del Estado.
Por ejemplo, en muchos Estados democráticos, el poder se divide en legislativo (que aprueba o
deroga las leyes); ejecutivo (que ejecuta las leyes) y judicial (vela por su cumplimiento).
- Principio de moralidad
Este principio general establece que el mundo del derecho debe regirse por un marco moral que no
puede ser evadido. La expresión de este principio requiere el establecimiento de un conjunto de
normas que regulen tanto el funcionamiento del sistema jurídico como el comportamiento de los
funcionarios.
Un ejemplo del principio de moralidad es el código de conducta profesional de los abogados,
establecido para delimitar sus deberes, derechos y funciones.
PRINCIPIOS VALORES
Conjunto de preceptos de carácter universal Conjunto de normas o cualidades que permiten
que permiten la vida armoniosa en sociedad al individuo actuar de acuerdo a lo que se
considera correcto.
Principio de vida. Valores éticos.
Principio de libertad. Valores morales.
Principio de humanidad. Valores religiosos.
Principio del bien. Valores cívicos.
Principio de igualdad. Valores familiares.
Principio de moralidad. Valores personales.
PRINCIPIO DE PROPORCIONALIDAD
El principio de proporcionalidad significa que una pena o condena debe tener una limitación en
base a la gravedad de la conducta que se ha realizado y en relevancia del bien jurídico que protege
la figura delictiva. Es decir, cuanto más grave sea el delito y/o más importante lo que la ley esté
protegiendo, mayor debe ser la sanción impuesta.
Este principio de proporcionalidad debe estar presente en los actos de investigación del delito, en
los juicios, y deberá quedar plasmado en la sentencia. La proporcionalidad, por tanto, debe darse
durante todo el proceso penal, no solo al final.
El principio de proporcionalidad es un principio general del ordenamiento jurídico que debe inspirar
la elaboración de las leyes y su interpretación y aplicación por los tribunales.
Las principales características del principio de proporcionalidad son las siguientes:
- Todo acto que limite derechos fundamentales debe estar bajo el principio de
proporcionalidad. Esto significa que estas limitaciones no pueden ser arbitrarias. Deben
estar establecidas por ley, no por reglamentos o decretos, sino por leyes aprobadas por el
Poder Legislativo y que cumplan con el principio de legalidad.
- Toda resolución que limite derechos fundamentales debe estar suficientemente motivada.
En las sentencias debe existir ese juicio de necesidad, es decir, ese juicio donde el juez haya
explicado que la sanción es proporcional, que es necesaria.
- Las medidas que limiten los derechos fundamentales deben ser necesarias para conseguir el
fin de la investigación del delito. Si son necesarias, entonces se estaría cumpliendo con el
principio de proporcionalidad.
- Última opción: Esto significa que la medida que restringe o lesiona los derechos
fundamentales debe ser la única forma de alcanzar el objetivo. No debe haber otra forma
que no lesione estos derechos que consiga el objetivo. Si se cumple esto, se estará
cumpliendo con el principio de proporcionalidad.
- Ante mayor gravedad del ataque, mayor será la pena. Por ejemplo, se establecen para
delitos dolosos mayores penas que para delitos imprudentes.
Hay dos tipos de principios de proporcionalidad:
1. En sentido estricto: Este principio funciona en relación de unas conductas delictivas con sus
consecuencias jurídicas, es decir, con las penas. De este modo, las penas tienen que ser
proporcionadas ¿Cómo se hace eso? Se debe atender al momento de la amenaza y al
momento de la aplicación o determinación judicial de la pena.
2. En su aplicación judicial: Este momento se da cuando el juez termina el juicio, la persona
es culpable y tiene que valorar una serie de pautas. Las penas se fijan de acuerdo con un
abanico de posibilidades: privación de libertad durante un periodo de años o multas.
LA PONDERACION
La ponderación en derecho es un tipo de discurso jurídico mediante el cual se resuelven las
colisiones entre principios. Esta acción consiste en identificar las circunstancias que deben concurrir
para que un principio preceda a otro, a la vez que se fundamenta el porqué de que, en esas
circunstancias, es ese principio el de mayor peso.
La “ponderación” es una metodología adecuada para evaluar la corrección de los argumentos y
decisiones que toman los jueces constitucionales en el marco del control de constitucionalidad, en
los casos de conflicto entre principios que expresan derechos fundamentales, en particular por su
estructura que los asemeja a la noción de principios y no a la de reglas. Adviértase que ellos son
expresados por las Constituciones en normas que son particularmente abiertas y que no determinan
una consecuencia normativa precisa, de ahí que Alexy exprese que se trata de “mandatos de
optimización” que ordenan que algo sea realizado en la mayor medida posible, según las
posibilidades jurídicas y fácticas de que se trate.
ESTRUCTURA DE LA PONDERACIÓN
De acuerdo con Alexy, para establecer la relación de precedencia condicionada entre los principios
en colisión, es necesario tener en cuenta tres elementos que forman la estructura de la ponderación:
la ley de ponderación, la fórmula del peso y las cargas de argumentación.
1. La ley de la ponderación.
Según la ley de la ponderación, “Cuanto mayor es el grado de la no satisfacción o de afectación de
uno de los principios, tanto mayor debe ser la importancia de la satisfacción del otro”. Si se sigue
esta ley, la ponderación se puede dividir en tres pasos que el propio Alexy identifica claramente:
“En el primer paso es preciso definir el grado de la no satisfacción o de afectación de uno de los
principios. Luego, en un segundo paso, se define la importancia de la satisfacción del principio que
juega en sentido contrario. Finalmente, en un tercer paso, debe definirse si la importancia de la
satisfacción del principio contrario justifica la afectación o la no satisfacción del otro”. Es
pertinente observar que el primero y el segundo paso de la ponderación son análogos. En ambos
casos, la operación consiste en establecer un grado de afectación o no satisfacción –del primer
principio– y de importancia en la satisfacción –del segundo principio–. En adelante nos referiremos
a ambos fenómenos como la determinación del grado de afectación de los principios en el caso
concreto.
2. La fórmula del peso.
Esta fórmula expresa que el peso del principio Pi en relación con el principio Pj, en las
circunstancias del caso concreto, resulta del cuociente entre el producto de la afectación del
principio Pi en concreto, su peso abstracto y la seguridad de las premisas empíricas relativas a su
afectación, por una parte, y el producto de la afectación del principio Pj en concreto, su peso
abstracto y la seguridad de las premisas empíricas relativas a su afectación, por otra. Alexy
mantiene que a las variables referidas a la afectación de los principios y al peso abstracto, se les
puede atribuir un valor numérico.
3. Las cargas de argumentación.
El tercer elemento de la estructura de la ponderación son las cargas de la argumentación. Las cargas
de la argumentación operan cuando existe un empate entre los valores que resultan de la aplicación
de la fórmula del peso, es decir, cuando los pesos de los principios son idénticos. En este aspecto,
sin embargo, Robert Alexy parece defender dos posiciones, una en el capítulo final de la Teoría de
los derechos fundamentales, y otra en el epílogo a dicha teoría, escrito quince años después, que
podrían resultar incompatibles entre sí en algunos casos. En la Teoría de los derechos
fundamentales, Alexy defiende la existencia de una carga argumentativa a favor de la libertad
jurídica y la igualdad jurídica. De acuerdo con esta carga de argumentación, ningún principio
opuesto a la libertad jurídica o a la igualdad jurídica podría prevalecer sobre ellas, a menos que se
adujesen a su favor “razones más fuertes”. Esto podría interpretarse en el sentido de que, en caso de
empate, es decir, cuando los principios opuestos a la libertad jurídica o a la igualdad jurídica no
tuviesen un peso mayor sino igual, la precedencia debería concederse a estas últimas. Dicho de otra
manera, el empate jugaría a favor de la libertad y de la igualdad jurídica. Como consecuencia, si una
medida afectara a la libertad o a la igualdad jurídica y los principios que la respaldan no tuviesen un
mayor peso que éstas, entonces, la medida resultaría ser desproporcionada y, si se tratase de una ley,
ésta debería ser declarada inconstitucional.
BIBLIOGRAFIA.
- Bernal Pulido, Carlos, “Racionalidad, proporcionalidad y razonabilidad en el control de constitucionalidad de
las leyes”, en Bernal Pulido, Carlos, El derecho de los derechos. Escritos sobre la aplicación de los derechos
fundamentales, Bogotá, Universidad Externado de Colombia, 2005, p. 61.
- Cfr. Bernal Pulido, Carlos, “La racionalidad de la ponderación”, Revista Española de Derecho Constitucional,
núm. 77, 2006, p. 52.
- Guastini, Riccardo, Teoría e ideología de la interpretación constitucional, trad. de Miguel Carbonell y Pedro
Salazar Ugarte, Madrid, Trotta, 2007, pp. 73-77.
- Bernal Pulido, Carlos, “La ponderación como procedimiento para interpretar los derechos fundamentales”, en
Bernal Pulido, Carlos, El derecho de los derechos..., cit., p. 96.
- On Balancing and Subsuntion. A Structural Comparison. Hay traducción al español, de Luis Felipe Vergara Peña,
en el libro La ponderación en el derecho, Bogotá, Externado, 2014, pp. 29 a 62.
- «La subsunción de Alexy y la pregunta por la racionalidad de la ponderación» disponible en https://revistas-
colaboracion.juridicas.unam.mx/index.php/rev-posgrado-derecho/article/view/35776/32705
- Un ejemplo en análisis de casos de esta afirmación en Juan Antonio García Amado, «A qué llamamos ponderar
y por qué cambiamos los nombres de las cosas», https://www.si-lex.es/a-que-llamamos-ponderar-y-por-que-
cambiamos-los-nombres-de-las-cosas.
- Cfr. Ibídem, pp. 56. Asimismo, Robert Alexy, “Die Gewichtsformel…”, op. cit., pp. 789 y ss.17 Cfr. Con mayor
profundidad sobre este elemento: Carlos Bernal Pulido, El principio de proporcionalidad…, op. cit., pp. 789 y
ss.