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La comunicación oral como la escrita, son muy importantes para dar a conocer
una idea, un pensamiento o una reflexión sobre algún tema en particular.
Los inconvenientes por mala comunicación siempre van a ser molestos y traen
consecuencias que terminan colocando las situaciones del día, de importantes
a urgentes. Es muy significativo tener presente, que si bien es cierto, cada
funcionario tiene autonomía para desempeñar su cargo y transmitir la
información de forma asertiva, no asegura que sea fluida la expresión oral si el
mismo funcionario no maneja bien el concepto de prioridad, importante o
urgente.
Un jefe me enseño que las cosas urgentes no existen, suceden porque los
colaboradores no hicieron las cosas bien desde el principio, haciendo
reprocesos que obligan a los demás a correr para cumplir con el objetivo. Es
un concepto muy claro, que deja ver el trabajo en equipo como se desarrolla
dentro de la organización, y como las consecuencias del “no preguntar” afecta
el desarrollo de la comunicación organizacional. La experiencia también me
ha enseñado que las cosas no deben asumirse, ni suponerse, ni imaginarse, ya
que, no se puede pensar por la otra persona y mucho menos responder ante las
directrices de la organización bajo los conceptos propios, pues se deben seguir
los procedimientos como lo expresa la compañía y más, si tiene una cultura
basada en la expresión oral: informar a tiempo del requerimiento, y preguntar
siempre antes de actuar.
Es razonable concluir que uno de los impulsos que más dificultan el desarrollo
exitoso de los grupos es la falta de comunicación.
Está comprobado que cada 9 de diez problemas entre las personas son el
resultado de una inadecuada comunicación. Son tan fuertes los poderes de la
comunicación que pueden dar como resultado la larga o corta vida de la
empresa. Es tan fuerte su influencia que además de ayudar a lograr sus
objetivos planteados al inicio de un proyecto, también se puede lograr que se
formen lazos con otras organizaciones, socios, clientes, proveedores, etc, para
acrecentar la productividad de la organización.