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EL LIBRO Y SU MAGIA

Había una vez un anciano, que tenía un nieto llamado


David.
Un día David le pide a
su abuelo que le lea un
cuento.
El abuelo le respondió
-claro que sí, pero tú no
debes contar nada de lo
que dice aquí.
El niño responde muy
emocionado.
-sí, si yo no digo nada.
El abuelo, que se llama Fermín, comenzó a leer el
cuento, pero no lo termino y el niño muy triste se
fue a la cama.
Cuando todos dormían y todo estaba calmo, David se
levantó, tomo el libro y lo leyó todito.
Guardo el libro, se fue a dormir y comenzó a soñar
con el cuento.
David soñaba que se encontraba en una selva
hermosa con muchos animales y plantas de todos los
colores de arcoíris. ¡Parecía tan real!
Iba caminando cuando vio moverse unos arbustos.
Asustado pregunto - ¿quién anda ahí? ¡conteste!
Grito aún más nervioso. En ese momento salto una
criatura peludita, con ojitos saltones y parecía muy
tierna. Al verse pegaron un grito los dos y salieron
corriendo.
Luego de un rato de mirarse desde lejos, se dieron
cuenta que ninguno de los dos era malo, se acercaron
y se hicieron amigos. Jugaron mucho... mucho...
muchísimo.
Al otro día, al levantarse, David le conto el sueño a
su abuelo y le pregunto ¿Por qué soñó con el cuento?
Fermín contesto -Te contare la verdadera magia de
un libro… siempre que leas un cuento o historia te
vas a transportar a un mundo mágico donde el
verdadero protagonista eres TU.
EL OSITO PANDA
En una selva muy lejana y
hermosa vivía una familia de osos panda.
Un hermoso día de verano la
mamá panda tuvo cinco
cachorritos ¡preciosos!
Un desafortunado día, cuando
los ositos eran un poco más
grandes, llegaron unos
cazadores y se llevaron a su madre a un zoológico,
para que viviera con los otros animales.
El osito más pequeño, que se llama Poroto, les dijo a
sus hermanos -no se preocupen, ¡iremos a salvar a
mami!
Los hermanos le preguntaron - ¿Y cómo la
encontraremos?
Poroto respondió -fácil, siguiendo las pistas que dejo
el monstruo.
Sus hermanos emocionados dijeron todos juntos -
¡qué gran idea hermanito!
Ese mismo día más tarde… ¡OSOS AL ATAQUE!!
Los ositos incansables siguieron las pistas que dejo
el monstruo, que era el auto de los cazadores.
Cuando llegaron al zoológico Poroto dijo -tienen que
distraer a los guardias. Roco y Moroco por allí,
Peluda y Gordo por allá y yo iré por acá.
Mientras sus hermanos soltaban a los otros
animales, Poroto buscaba a su mamá -mami, mamita…
¿dónde estás?
- ¡Poroto eres tú! Dijo la mamá panda al ver a su
pequeño.
- ¡Mami, ya te soltare! Grito feliz Poroto.
El pequeño panda se apresuró a liberar a su mamá
para así reunirse con los demás hermanitos, que aún
estaban distrayendo a los guardias, habían soltado a
cada uno de los animales de zoológico. Cuando fue
seguro escabullirse, la
familia valiente de pandas volvió
al único hogar realmente feliz
para ellos, LA SELVA.
EL GIGANTE DE LOS SUEÑOS
Existieron alguna vez, unas cuevas enormes y muy
alejadas, allí vivía un gigante.
Pero no era cualquier
gigante, él era el
gigante que crea los
sueños. Todos los
días, temprano,
preparaba los sueños
con su receta ultrasecreta y super especial.
1 TAZA DE Cuando tenía la poción preparada
IMAGINACION para cada niño, los colocaba en
1 PIZCA DE pequeñas burbujas mágicas para
TRAVESURA
que no se le escaparan. Mas
2 CUCHARADAS DE
tarde, en lo profundo de la
ALEGRIA
noche, los salía a repartir… uno
2 PIZCAS DE MAGIA
para cada pequeño.
Un día se despertó un niño, justo cuando el gigante
le iba a entregar los sueños en su hogar.
El niño, al ver a un gigante parado a su lado, se
asustó muchísimo y cuando estaba al borde de soltar
un grito… el gigante con una sonrisa luminosa, ojos
azules bondadosos y palabras muy amables lo
detuvo, explicándole quien era logro tranquilizarlo -
No te asustes, mi nombre es Kalani y soy el creador
de los sueños.
El niño, curioso pregunto - ¿Por qué nunca te he
visto?
kalani contesto -porque solo salgo cuando todos
duermen profundamente, ya que solo así puedo dejar
cada sueño.
El gigante le pidió un favor muy especial al niño -por
favor no cuentes que me viste hoy, ya que, si todos
lo saben, la magia de los sueños se perderá. Por
supuesto que el niño jamás revelo el secreto del
Gigante de los sueños.
AHORA QUE TU TAMBIEN LO SABES, PEQUEÑO
AMIGO, DEBERAS GUARDAR EL SECRETO DE
COMO SE CREAN LOS SUEÑOS.
DON CHISTIMEROSO
BUÑOMONDONGUELI
Había una vez un señor al que le habían puesto por
nombre Chistimeroso Buñomondongueli.
Este era un señor muy amargado
que no tenía amigos. En su patio lo
único que había era un árbol,
chiquito, tan chiquito como una
bicicleta.
Este árbol, llamado Tronquin, era
muy alegre, cuando don
Chistimeroso salía al patio, el árbol,
lo intentaba alegrar. Le hacía chistes, le bailaba
moviendo sus pequeñas ramas y hasta les pedía a los
pájaros que cantaran hermosas canciones, pero no,
parecía imposible, don Chistimeroso ni siquiera
sonreía. Peor aún, se iba para dentro de su casa más
rápido que un rayo. Las flores de la vereda decían
que tenía un corazón duro, de piedra. Aun así,
Tronquin no se rendia y decía que él iba a lograr
ablandárselo.
Un día el árbol se veía muy muy triste y don
Chistimeroso, preocupado, salió y le pregunto que le
sucedía.
Tronquin muy angustiado contesto - ¡Usted nunca se
ríe, es un amargado y lo peor de todo es que yo voy a
quedar igual! Cuando sale al patio ni una sonrisa me
regala.
Don Chistimeroso pensó por un momento y le dijo –¿y
quién te ha dicho a ti que no me rio? Si entro a mi
casa y me muero de risa. Tú me alegras cada día
cuando salgo, eres mi mejor amigo, si me voy muy
rápido cada mañana es porque no suelo mostrar mis
sentimientos. Lo siento mucho Tronquin, se disculpó
don Chistimeroso muy apenado.
Desde ese entonces, hasta el día de hoy, don
Chistimeroso Buñomondongueli y Tronquin ríen
juntos, sin miedo a mostrase tal cual son.
Gracias por compartir con Thiago tantas experiencias en esta
etapa que culmina. Les quiero compartir un pedacito de la
historia de Thiago y sobre todo de mí, Rosario, su mamá. A
Thiaguito siempre le gustó mucho que le lea cuentos. Estos
cuentos cortos para soñar, como decidimos llamarlos, fueron
escritos hace muchísimo tiempo, cuando teníamos entre nueve y
diez años, por la tía de Thiago y yo. Por ese entonces
participábamos de un club de narradores en la escuela de
contexto critico a la que asistíamos. Fue una experiencia
extraordinaria, salvadora. El soñar despiertas que a pesar de las
circunstancias todo era posible, fue lo que nos marcó para llegar
a cambiar nuestra realidad y que hoy, por ejemplo, nuestros
niños estudien en Reina Reyes. Dejen soñar a sus niños,
permítanles explorar al máximo su imaginación y sobre todo lean
muchos muchos cuentos, que, aunque no parezca les estamos
cambiando la vida!
THIAGO Y MAMÁ
EL DRAGON CARMELO

Había una vez un dragón


llamado Carmelo.
Este no tenía amigos,
porque todo el que se le
acercaba pensaba que se
los iba a comer.
Un día Carmelo iba
volando muy despistado buscando un amigo y sin
darse cuenta cruzo por una nube. En ese momento
escucho una vocecita que le dijo - ¡hay bruto! ¿Qué
haces? ¡me dolió!
El dragón, muy avergonzado, le pidió disculpas y le
pregunto su nombre. Pero no recibió respuesta ya
que la nube, al darse cuenta de que era un dragón,
¡se alejó muy rápido!
Carmelo muy triste volvió a su cueva, mejor dicho, a
su CUEVOTA.
A la mañana siguiente el dragón no se rindió y salió
nuevamente en busca de un amigo. Pero esta vez iba
a volar mucho, mucho más.
Voló y voló hasta que se hizo la noche y con ella
aparecieron las estrellas.
En un momento vio caer algo en el mar que parecía
un rayo, pero no, era una estrella.
Carmelo pensó en ir a salvarla y así tal vez, ella seria
su amiga. Dudo un poco, no quería desilusionarse
como tantas otras veces, ¡tenía miedo! Pero fue
valiente y salió volando muy rápido a salvarla.
La estrellita estaba muy agradecida y no dudo un
segundo en ser su amiga, ella vio un corazón muy
noble detrás de la imagen del dragón.
Desde ese entonces, el dragón Carmelo, vuela todas
las noches para jugar con su amiga la estrellita.

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