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En el siglo XVII, los navegantes europeos llegaron a Australia y el Pacífico, confirmando la existencia de continentes previamente desconocidos. La Revolución Industrial en el siglo XVIII, impulsada por inventos como la máquina de vapor, dio a las potencias europeas nuevas armas y supremacía tecnológica. Hacia fines del siglo XIX, la población humana alcanzó los 1,000 millones y la contaminación y el calentamiento global comenzaron a amenazar los ecosistemas.
En el siglo XVII, los navegantes europeos llegaron a Australia y el Pacífico, confirmando la existencia de continentes previamente desconocidos. La Revolución Industrial en el siglo XVIII, impulsada por inventos como la máquina de vapor, dio a las potencias europeas nuevas armas y supremacía tecnológica. Hacia fines del siglo XIX, la población humana alcanzó los 1,000 millones y la contaminación y el calentamiento global comenzaron a amenazar los ecosistemas.
En el siglo XVII, los navegantes europeos llegaron a Australia y el Pacífico, confirmando la existencia de continentes previamente desconocidos. La Revolución Industrial en el siglo XVIII, impulsada por inventos como la máquina de vapor, dio a las potencias europeas nuevas armas y supremacía tecnológica. Hacia fines del siglo XIX, la población humana alcanzó los 1,000 millones y la contaminación y el calentamiento global comenzaron a amenazar los ecosistemas.
XVII navegantes europeos llegaron a Australia. Solo la Polinesia quedó fuera
y, aun así, las civilizaciones del océano Pacífico fueron sumadas en el siglo XVIII (isla de Pascua en 1722, Hawái por el capitán Cook). Al mismo tiempo, fueron confirmadas por primera vez las hipótesis sobre el mítico continente austral, al recibirse reportes de la existencia de la Antártida. Por esta época se produjeron las revoluciones liberales. Los esfuerzos de inventores como Thomas Newcomen y James Watt llevaron a la invención, a finales del siglo XVIII, de la máquina de vapor. La industrialización puso en manos de las potencias coloniales europeas nuevas armas para la guerra, como por ejemplo el rifle de retrocarga, el acorazado o la ametralladora, lo que les dio la supremacía sobre los ejércitos. En Europa durante el siglo XVIII, el desarrollo del conocimiento y la tecnología, alcanzó una masa crítica que hizo posible la Revolución Industrial.60 Comenzó la contaminación de los ecosistemas, la extinción de las especies y la consiguiente disminución de la biodiversidad. Las emisiones de dióxido de carbono desde mediados del siglo XIX, como producto de la quema masiva de combustibles fósiles (carbón, petróleo), ha generado el calentamiento global. Hacia 1835, los seres humanos alcanzaron por primera vez los mil millones de habitantes en su historia. En el paso de los siglos XIX a XX, el surgimiento de leyes laborales protegió a los trabajadores y permitió el surgimiento de una clase media y de una sociedad de consumo a gran escala. Esto no fue sin duras luchas, en las cuales las organizaciones de trabajadores (sindicatos) fueron muchas veces prohibidas y perseguidas. Poco a poco, todas las regiones y poblaciones del globo cayeron bajo el poder de uno u otro estado hasta que, mediante el Tratado de Berlín de 1878, el Reino Unido, el Imperio austrohúngaro, Francia, el Imperio alemán, el Reino de Italia, Rusia y el Imperio otomano se atribuyeron los últimos territorios desocupados, a excepción de la Antártida.61 En el siglo XX, en el año 1914, un incidente menor (el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria) desató la Primera Guerra Mundial hasta 1918. Sin embargo, la paz no fue satisfactoria. Después de la Primera Guerra Mundial se produjo la Gran Depresión y la guerra civil española (1936-1939) y la revolución rusa de 1917. En el año 1939 estalló la Segunda Guerra Mundial, en la cual se enfrentaron las potencias Aliadas (Gran Bretaña, Unión Soviética, Estados Unidos, Francia Libre, Polonia, China y muchos más) contra el Eje (Alemania nazi, Italia, Japón).