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Sobre la iconoclasia.

La iconoclasia de manera literal se entiende como “el rechazo al culto a las imá genes”,
surge dentro del á mbito religioso, este contexto le da la connotació n justo de rechazar
toda representació n profana de un Dios debido a que dichas imá genes intentaban
encerrar la esencia de ese ente infinito en un algo profano.

Podemos encontrar rastros de iconoclasia desde el antiguo Egipto, pasando por el


imperio bizantino e incluso en la misma biblia.

En ese sentido la iconoclasia evoluciona a lo social a partir de darle un sentido má s


allá de lo ú nicamente religioso, en el caso de la iconoclasia como forma de protesta
puede entenderse que por definició n la iconoclasia es la destrucció n, alteració n o
intervenció n de monumentos y/o aquellas cosas materiales que representan un
sistema. Por ejemplo el palacio de gobierno es la representació n física de este por lo
que la intervenció n va con el sentido de modificar visualmente la imagen de este
poder.

El vandalismo por otro lado es concebido como el “espíritu” de destrucció n sin motivo
ni objeto alguno má s que el de la destrucció n de vienes privados y/o pú blicos.
En ese sentido y aunque muchas personas desinformadas lo confundan la iconoclasia
es una forma de protesta al tener un sentido simbó lico.

Este acto se considera violencia, sin embargo aunque puede ser pensado desde la
violencia no es per ce un acto violento debido a que las intervenciones son hacia
objetos inanimados (que no sienten). La iconoclasia funciona entonces funciona como
método de visibilizació n de aquello por lo que se protesta.
De acuerdo con el artículo 6 de la constitució n política la iconoclasia no es un delito,
este habla del legítimo derecho civil de manifestarse en monumentos histó ricos:
La manifestació n de las ideas no será objeto de ninguna inquisició n judicial o
administrativa, sino en el caso de que ataque a la moral, la vida privada o los derechos
de terceros, provoque algú n delito, o perturbe el orden pú blico; el derecho de réplica
será ejercido en los términos dispuestos por la ley”

Ericka Fisher Likte por su parte define la presencia de la corporalidad y la


materializació n de la misma en comentos clave, debido a que esta muchas veces
supera lo significante y se convierte entonces en algo má s; las violencias, el erotismo,
la manifestaciones religiosas profundas, vuelven en un sentido al cuerpo y su
manifestació n es má s que aquello que significa. Esta manifestació n podría
considerarse como algo que va má s allá de aquello analizable debido a que se gesta en
las líneas entre lo metafísico y lo real. Visibilizando entontonces eso que puede llegar
a “ser in-visible”.

¿Có mo se une esto a la inococlasia? En un primer sentido entonces podemos decir que
la presencia material de algo va entonces má s allá de su significado literal, una iglesia
por sí sola no es la casa de dios, es una construcció n. Requiere de las acciones y
rituales que suceen dentro de ella para ser considerada la casa de dios. Entonces el
ente físico iglesia es un ente que vive má s allá de lo físico. El ente iglesia está má s allá
de su significante primario.
Al intervenir este ente desde la iconoclasia entonces lo que se hace es transgredir el
ente iglesia no solo lo físico de manera literal. Se interviene su significado ente para
visibilizar eso que como institució n profana genera. Y es que ese ente má s allá esta en
un plano má s cercano a aquello que llamamos sistema.

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