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INTERNACIONAL PÚBLICO: Regula las relaciones entre los sujetos del Derecho
Internacional (principalmente los Estados, pero también los
organismos y organizaciones internacionales y en ciertos casos
también los individuos si cometen crímenes internacionales).
Como vemos, hay dos grandes posibles significados o sentidos para la palabra
“derecho”. El derecho en sentido subjetivo es una facultad o poder inherente a la persona. Esto
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significa que los derechos de las personas no surgen de la ley o de la voluntad del Estado, sino
de la naturaleza humana misma. El Estado no crea los derechos humanos, sino que los
reconoce. Los derechos preexisten al Estado. Derivan de la condición consciente y racional del
ser humano.
Por otra parte, en sentido objetivo (caso en el cual suele escribirse con mayúscula
aunque ello ya no se considera obligatorio), el derecho es un conjunto de reglas jurídicas que
regulan la vida en sociedad. Una regla es un imperativo, una conducta debida o un deber ser.
Ahora bien, ¿qué quiere decir regla “jurídica”? ¿Cuándo una regla es jurídica?
Lo que caracteriza a las reglas jurídicas es que son obligatorias y por tanto están
reforzadas por la voluntad coercitiva del Estado. Una regla social, como estar a la moda o
saludar a las personas, no tiene entidad jurídica porque no versa sobre bienes jurídicos o
derechos de las personas, de manera tal que no es ni podría tampoco ser reforzada por la
voluntad coercitiva del Estado. Un Estado totalitario podría regular incluso el saludo de las
personas, pero eso no será propiamente derecho. Será en todo caso una ley o norma del
Estado pero no alcanzará a ser derecho en sentido objetivo debidamente hablando.
Nos acercamos aquí entonces a una distinción fundamental para entender el Derecho, y
es que, si los derechos subjetivos preexisten o trascienden la voluntad del Estado, entonces el
Derecho en sentido objetivo también lo hace, porque todo derecho subjetivo lleva implícita la
regla jurídica consistente en la obligación de respetarlo o en la prohibición de violarlo.
Tenemos entonces una primera noción sobre el contenido del Derecho, que está dada
por los derechos humanos. Estos han logrado hoy en día un amplio reconocimiento en el plano
internacional, no sólo por la firma de tratados internacionales sobre derechos humanos entre
distintos Estados, sino también por su reconocimiento más allá de los tratados por parte de
tribunales internacionales y nacionales. Es decir, hoy en día se acepta casi de forma unánime
en el plano internacional que los Estados deben respetar los derechos humanos básicos más
allá de lo que digan los tratados o las leyes internas de ese mismo Estado.
Todo esto nos dice que Derecho y ley no son lo mismo. El Derecho es el conjunto de
reglas jurídicas, coincidan éstas con las leyes escritas o no. Pero sobre esto ahondaremos más
adelante.
El derecho objetivo puede ser entonces nacional o internacional. A su vez, tanto el
derecho nacional como el internacional se subdividen en derecho público y derecho privado,
como muestra el cuadro que antecede.
Es importante aclarar que hoy en día ya no se considera “derecho público”, en el
derecho nacional, aquel en el que interviene el Estado, sino solamente aquel que regula la
acción del Estado cuando éste actúa como poder público; esto es, cuando ejerce su poder de
imperio o voluntad coercitiva. Si el Estado se comporta como un particular, por ejemplo
contratando con una empresa en forma privada, le es aplicable el derecho privado.
A causa de la globalización, los sujetos del derecho internacional público han
aumentado. Antes sólo los Estados eran sujetos de derecho internacional público. Ahora son
también los organismos y organizaciones internacionales y, en algunos casos, los individuos si
cometen crímenes internacionales.
Los crímenes internacionales son los que por su gravedad y trascendencia afectan la
conciencia y la seguridad de la humanidad toda, y por tanto incumben a toda la humanidad.
Por ejemplo, si un gobernante practica un genocidio, puede ser condenado por un tribunal
internacional o, según una teoría llamada “de la jurisdicción universal de los crímenes contra la
humanidad”, también por jueces o tribunales de otros países, ya que toda la humanidad tiene
un interés directo en que ese crimen sea investigado y sancionado adecuadamente.
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Fines del Derecho
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ahorro, los proyectos de inversión, el emprendimiento, con lo cual aparece la posibilidad del
progreso.
Vemos entonces que, si se asegura un cierto bienestar a través de la justicia, si se
establece un orden por medio de la eficacia de las reglas de juego, y se crea un sistema
institucional que garantiza la estabilidad en el tiempo de la justicia y el orden, brindando
seguridad jurídica, entonces tenemos que lo que se logra es el respeto y el reaseguro de la
libertad personal de cada uno de los integrantes de la comunidad. En realidad los tres fines
están conectados con los tres objetivos, pues son inseparables.
¿Cuál es el principal requisito para crear una comunidad de Derecho o “Estado de Derecho”?
Los requisitos de un Estado de Derecho son varios, y los analizaremos más en detalle más
adelante, pero lo que podemos decir por ahora es que el principal de ellos es la vigencia de una
república sustancial. Si no hay república en sentido sustancial no puede haber Derecho.
La república consiste en un sistema institucional de controles y equilibrios que busca
evitar la impunidad y forzar al cumplimiento efectivo de las reglas jurídicas. La idea de república
en sentido formal se relaciona con la inexistencia de reyes y nobles, con lo cual se opone a la
idea de monarquía. Ahora bien, en sentido sustancial se refiere a que en términos generales y
regulares la ley sea aplicada en igual forma para todas las personas, incluyendo los
gobernantes, por lo cual se opone a la idea de autoritarismo. Al hablar de “república” a secas
haremos alusión al sentido sustancial, y aclararemos cuando estemos aludiendo a la república
en sentido formal.
Claro que en alguna medida república sustancial y formal van de la mano, porque un
Estado que reconoce demasiados privilegios probablemente sea cooptado por las personas
privilegiadas y usado para defender y acrecentar los privilegios de manera discrecional. Sin
embargo, la distinción es necesaria porque modernamente algunas monarquías han reducido
la desigualdad formal hasta circunscribirla a una especie de subsidio simbólico a una familia
tradicional. Esto es lo que ocurre con las monarquías constitucionales, donde los reyes tienen
un papel simbólico y carecen de poder político significativo o real. Por tanto, no son repúblicas
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formales estrictamente hablando pero cumplen en sustancia con los requisitos esenciales y el
funcionamiento de una república, por lo cual son comunidades de Derecho.
Por eso Montesquieu, uno de los principales teóricos de la república y de la división de
poderes (perfecciona en ese sentido las ideas de Locke) se refirió a Inglaterra en el siglo XVIII
como una “república disfrazada de monarquía”. En ese entonces Inglaterra ya había
inaugurado su sistema monárquico parlamentario, con división de poderes y un Estado de
Derecho. De ahí que Inglaterra, para muchos la cuna del Estado de Derecho moderno, sea
desde el punto de vista formal una monarquía, sólo que por su sistema institucional funciona
en sustancia y cumple los requisitos esenciales de una república. Allí los reyes y nobles han
permanecido modernamente más como una tradición o símbolo, sin mayor poder político real.
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cuales una de las partes impone las condiciones y la otra se limita a firmarlo o no firmarlo,
razón por la cual se prohíbe la introducción de determinadas cláusulas que favorecerían
excesivamente a la parte dominante.
3. Soberanía popular:
Se relaciona con la idea de democracia. Sin democracia no hay verdadera república y sin
república no hay verdadera democracia. Son conceptos interrelacionados e
interdependientes. La república busca someter al gobernante a la ley para que el pueblo
pueda controlarlo, pero este último debe ser dueño del poder. Primero se reconoce que el
pueblo es dueño del poder, luego transfiere ese poder al gobernante a través de la
democracia y finalmente tiene sentido la república para obligar a ese gobernante que ejerce
el poder transferido a cumplir con la ley y a respetar los derechos. El pueblo es entonces
titular de la soberanía estatal, y la presta al gobernante, quien no puede usarla de cualquier
manera sino conforme a reglas, principios y criterios preestablecidos en un sistema jurídico.
4. Rendición de cuentas:
Como el poder político no pertenece al gobernante sino al pueblo, el primero debe rendir
cuentas o explicar cómo y para qué lo usa. Los gobernantes son responsables ante el pueblo
por sus acciones. Se relaciona con la idea de transparencia (si el dueño del Estado es el pueblo
tiene derecho a ver qué sucede dentro del mismo) y más modernamente con la de acceso a la
información pública y gobierno abierto. Sin embargo, la rendición de cuentas alude
específicamente a estar sometido a control y a tener la obligación de explicar el propio
accionar. La rendición de cuentas puede darse de manera vertical (ante el pueblo, por
ejemplo a través de conferencias de prensa y debates públicos) o de manera horizontal (ante
otros organismos del Estado, por ejemplo en la Argentina el caso de la Auditoría General de la
Nación). Lo correcto es que se realice de ambas maneras para maximizar el control de los
gobernantes.
El acceso a la información pública por parte de los ciudadanos es actualmente reconocido
como un derecho humano. Toda información de carácter público generada o producida por el
Estado pertenece al pueblo y éste tiene derecho a acceder a ella.
5. Periodicidad de los mandatos:
Se refiere a la alternancia en el tiempo de los gobernantes. No basta con declarar que el
Estado es propiedad del pueblo y no del gobernante si este último se eterniza en el poder y lo
utiliza para seguir en esa situación. La permanencia excesiva en el poder tiende a facilitar y
alentar que el Estado sea usado para el bien particular y no para el bien común. El Estado no
debe en la práctica ser usado como si fuera propiedad de alguien en particular, y esto exige
que cada gobernante haga su aporte a la comunidad y luego de un tiempo razonable le deje
el lugar a otro. Esto ayuda también a la renovación de las ideas y a la concreción de una
democracia más dinámica.
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COMPONENTES, FUENTES, FUNCIONAMIENTO Y ESTRUCTURA DEL DERECHO
principios inspiran y validan las normas y éstas precisan y refuerzan los principios
- COSTUMBRES: Reglas jurídicas derivadas de una conducta uniforme y constante ejercida con
convicción de obligatoriedad.
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diera de forma espontánea no sería ya un acto de formalización sino el surgimiento de una
costumbre, que es otro tipo de regla jurídica.
Las COSTUMBRES, finalmente, son reglas jurídicas derivadas de una conducta uniforme
y constante ejercida con convicción de obligatoriedad. Se habla también de “realidad social” en
forma genérica, pero a los efectos de simplificar nos limitaremos a hablar de “costumbre”
siempre en sentido jurídico. Es costumbre en sentido jurídico (de interés para el Derecho),
entonces, aquella conducta uniforme (es decir colectiva, que involucre a una generalidad sin
necesidad de que sea unánime) y constante (si bien hay diferencias en cuanto a este requisito,
se puede asumir que se requiere cierta permanencia razonable en el tiempo, que la conducta
no haya sido ocasional) que, además y fundamentalmente (esto es lo más característico y lo
que la diferencia del mero uso sin trascendencia jurídica), sea ejercida con convicción de
obligatoriedad. Esto último importa que la persona o las personas que practican la costumbre
lo hagan con la idea de que están jurídicamente obligadas a esa conducta. Se puede hablar de
un elemento físico (conducta uniforme y constante) y de un elemento psicológico (convicción
de obligatoriedad) de la costumbre jurídica.
Por ejemplo, si en nuestras leyes no estuviera contemplado el derecho a la vida, más
allá de que el respeto por la vida es un principio fundamental del Derecho y no necesita estar
formalizado en modo alguno, lo cierto es que igualmente podría hablarse de una costumbre
propia de toda la especie humana. La humanidad históricamente ha demostrado en forma
general, más allá de algunas excepciones, que le asigna valor a la vida humana. Es importante
notar que la costumbre, como toda regla, puede ser incumplida, pero el incumplimiento no
impide que la costumbre exista ni excusa al incumplidor.
En relación a la costumbre, el Código Civil y Comercial (CCC) indica en su artículo 1: “Los
usos, prácticas y costumbres son vinculantes cuando las leyes o los interesados se refieren a
ellos o en situaciones no regladas legalmente, siempre que no sean contrarios a derecho.” Este
artículo es discutible en un sentido, porque si la costumbre es un componente del Derecho
(igual que las normas y los principios), las normas no necesitan habilitar su vigencia. Sin
embargo, como históricamente en la Argentina tendió a prevalecer el positivismo (postura que
considera que el Derecho está integrado solamente por normas), es natural que nuestro código
aclare el tema por las dudas. Lo que nos dice el artículo primero del CCC es que, en caso de
conflicto entre la norma y la costumbre, va a prevalecer la norma, salvo que se trate de una
norma supletoria (no de orden público, que puede ser dejada sin efecto por las partes) y que
las partes contratantes hayan hecho referencia a la costumbre en el contrato. Si el conflicto es
entre una costumbre y los principios fundantes del sistema jurídico, prevalecerán los últimos.
Se trata de una especie de instrucción dirigida a los jueces y orientada a esclarecer de qué
manera debe integrarse la costumbre al ordenamiento jurídico.
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- IMPERATIVAS (más comunes en el Derecho Público): Prevalecen sobre cualquier
acuerdo de voluntades porque se las considera de “orden público” (Ej.: plazo mínimo
por el cual puede celebrarse un alquiler o locación).
DISPOSITIVAS (más comunes en el Derecho Privado): Obligan a quienes están
afectados por ellas salvo que hayan decidido por acuerdo regular el supuesto de
otra forma.
OBLIGATORIEDAD:
Artículo 4 CCC: “Las leyes son obligatorias para todos los que habitan el territorio de la
República, sean ciudadanos o extranjeros, residentes, domiciliados o transeúntes, sin perjuicio
de lo dispuesto en leyes especiales.”
Artículo 5 CCC: “Las leyes rigen después del octavo día de su publicación oficial, o desde el día
que ellas determinen.”
Artículo 8 CCC: “La ignorancia de las leyes no sirve de excusa para su cumplimiento, si la
excepción no está autorizada por el ordenamiento jurídico.”
IRRETROACTIVIDAD:
Art. 18 de la Constitución Nacional: “Ningún habitante de la Nación puede ser penado sin juicio
previo fundado en ley anterior al hecho del proceso, ni juzgado por comisiones especiales, o
sacado de los jueces designados por la ley antes del hecho de la causa.”
Artículo 7 CCC: “(…). La leyes no tienen efecto retroactivo, sean o no de orden público, excepto
disposición en contrario. La retroactividad establecida por la ley no puede afectar derechos
amparados por garantías constitucionales. Las nuevas leyes supletorias no son aplicables a los
contratos en curso de ejecución, con excepción de las normas más favorables al consumidor en
las relaciones de consumo.”
Art. 2 del Código Penal: “Si la ley vigente al tiempo de cometerse el delito fuere distinta de la
que exista al pronunciarse el fallo o en el tiempo intermedio, se aplicará siempre la más
benigna.”
FINALISTA: Según la finalidad para la cual fue creada en función del contexto.
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Si bien a lo largo de la historia se han ideado diversos métodos de interpretación de las
normas, analizaremos los dos principales a los que en última instancia pueden reducirse todos
los restantes. Estos dos métodos de interpretación de las normas son el literal y el finalista. Es
importante aclarar que una cosa es la interpretación y otra la aplicación. Si considero que el
Derecho no es sólo norma sino también principios, deberé dejar sin efecto, al momento de
aplicarlas, las normas que contradigan los principios jurídicos vigentes. Pero eso no tiene que
ver con la interpretación sino con la aplicación. La interpretación implica determinar el
significado de la norma, más allá de que luego se analice si ese significado contradice o no un
principio.
Las dos concepciones del Derecho (tema que ampliaremos más adelante) que prestan
especial atención a las normas son el positivismo (el Derecho es sólo norma) y el
tridimensionalismo (el Derecho es norma, principio y costumbre). Y estas dos concepciones van
a tender a interpretar las normas en forma distinta. El positivismo interpreta las normas de
manera más rígida, según su significado literal o directo. Por el contrario, el tridimensionalismo
tiende a interpretar las normas según la finalidad de la misma, estando esa finalidad
determinada por el contexto tanto de su creación como de su vigencia. En cuanto al contexto
que determina la finalidad de la norma, se pueden considerar diversos aspectos como la
intención del creador de la norma al momento de crearla o la función que la comunidad le
asigna a la norma en el tiempo presente.
La interpretación finalista de la norma es más flexible, ya que el cambio del contexto
histórico puede afectar el significado de la norma, mientras que en la interpretación literal no.
Asimismo, una interpretación finalista tenderá también a adecuar la norma a los principios
fundantes del ordenamiento jurídico, ya que se presume que esos principios fueron tenidos en
cuenta por el legislador al momento de crearla y son tenidos en cuenta por la comunidad que
le asigna una determinada función en el presente. Desde el literalismo se le achaca al finalismo
que permite la arbitrariedad del juez a la hora de decidir el significado de la norma. En sentido
inverso, los últimos le critican a los primeros que siempre hay más de un significado posible y
que es necesario fijar un criterio para que se pueda analizar la razonabilidad de la
interpretación, reduciendo la arbitrariedad.
El artículo 2 del CCC dice:“La ley debe ser interpretada teniendo en cuenta sus palabras,
sus finalidades, las leyes análogas, las disposiciones que surgen de los tratados sobre derechos
humanos, los principios y los valores jurídicos, de modo coherente con todo el ordenamiento.”
Claramente, según nuestro código, no basta atenerse al significado literal de las palabras, sino
que es necesario analizar la finalidad o espíritu de la norma. El artículo también agrega
elementos a tener en cuenta al momento de determinar la finalidad de la norma, que son las
leyes análogas, los tratados sobre derechos humanos, los principios y la coherencia con todo el
ordenamiento normativo.
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ESTRUCTURA HORIZONTAL (relación de coordinación entre normas).
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CORRIENTES DEL PENSAMIENTO SOBRE EL DERECHO
Iusnaturalismo
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Justicia y sus principios derivados, de manera tal que cualquier norma o costumbre contraria a
ello debe ser desechada o desobedecida. El juez debe resolver lo que considere justo, sin mirar
las normas ni las costumbres.
Realismo
Positivismo
Los positivistas identifican el Derecho con las normas (derecho positivo). Los principios y
las costumbres no tienen entidad jurídica propia, sino que sólo pueden aplicarse en la medida
en que estén formalizados expresamente a través de normas. Ante un conflicto entre
principios, normas y costumbres, se deberá hacer siempre lo que indiquen las normas. La
norma no sólo es el Derecho, sino que lo dota de jerarquía científica y objetividad.
Tridimensionalismo
Los tridimensionalistas buscan integrar al Derecho tanto los principios como las normas
y las costumbres. Todo es Derecho. Los diversos autores tridimensionalistas difieren en cuanto
al modo de integrar los tres elementos constitutivos, pero coinciden en que todos son parte del
Derecho.
De manera muy simplificada, al mero efecto práctico, se podría decir que ante un
conflicto entre principios, normas y costumbres, el tridimensionalismo optará por la opción a
favor de la cual se inclinen la mayor cantidad de esos elementos constitutivos, pero en general
siempre bajo la idea de un imperativo de Justicia elemental ineludible (es decir, siempre que la
injusticia no sea evidente, ya que de aplicarse un principio en forma clara no debería admitir
excepción).
Aclarando nuevamente que esto es una simplificación, se podría decir que el
tridimensionalismo se fija primero cómo resuelve cada uno de los componentes (ej.: cómo
resuelven los principios involucrados, cómo lo hacen las normas vigentes y cómo resuelven las
costumbres de la comunidad). Luego, analiza para qué lado se inclinan la mayor parte de los
componentes (ej.: cuál resolución, como condena o absolución, tiene el apoyo de la mayoría de
los estamentos o dimensiones). Por ejemplo, si los principios y las costumbres resuelven en un
sentido y las normas en otro, se decidirá conforme a los principios y las costumbres, ya que son
mayoría (dos contra uno).
Sin embargo, es necesario aclarar nuevamente que en general en el tridimensionalismo
se resolverá a favor de la opción que tenga el apoyo de la mayoría de los componentes,
siempre que dicha opción no implique la violación flagrante de un principio básico. Por
ejemplo, si las normas y las costumbres convalidan la esclavitud, igualmente debería resolverse
en contra de ella.
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CONSTITUCIONALISMO
El constitucionalismo
Dentro del grupo de liberales que se oponían al absolutismo a fines del siglo XVIII y
principios del XIX, una corriente de pensamiento se destacó por su hincapié en la necesidad de
una constitución y por el diseño y estudio de diversos documentos constitucionales.
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Este primer constitucionalismo es el denominado “clásico” o “liberal”. Luego
aparecieron, como veremos más adelante, nuevas corrientes constitucionalistas que buscaron
renovar el movimiento, ampliando derechos y aportando ideas para mejorar el diseño de los
textos constitucionales (constitucionalismo social y humanista). Sin embargo, ahora nos
enfocaremos en los constitucionalistas originales, aquellos que fundaron el movimiento.
Los constitucionalistas clásicos o liberales bregaban por la creación de un Estado de
Derecho o Estado constitucional, para lo cual creían indispensable la sanción de una
constitución que fijara los derechos y normas fundamentales. Se trató de un movimiento
doctrinario o corriente de pensamiento de tipo jurídico y político, que buscó limitar y organizar
el poder del Estado mediante la sanción de una constitución. Decimos “de tipo jurídico” porque
se centraban en el diseño de leyes constitucionales y sus protagonistas eran por lo general
juristas, pero agregamos también “de tipo político” porque no se limitaban al trabajo
académico sino que solían actuar políticamente o influir en actores políticos para que sus ideas
se llevaran a cabo.
Podríamos decir que el gran constitucionalista argentino fue Juan Bautista Alberdi,
quien en su libro “Bases y puntos de partida para la organización política de la República de
Argentina” (conocido como “las Bases”) estableció los fundamentos de lo que sería luego la
Constitución Nacional de 1853. En Estados Unidos, se destacaron los “papeles federalistas”,
una serie de artículos luego devenidos en libro orientados a argumentar a favor de la
aprobación de la Constitución de Estados Unidos de 1787, escritos por Hamilton, Madison y
Jay. El constitucionalismo estadounidense, en especial la Constitución de California, fue de gran
inspiración e influencia para Alberdi y para el constitucionalismo clásico argentino.
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enmiendas (agregados a la Constitución). Las primeras y más importantes declaraciones de
derechos fueron la del Estado de Virginia (1776) y la de la Revolución Francesa (1789).
Finalmente terminó imponiéndose la postura a favor de declarar derechos en las
constituciones, pero con la importante aclaración de que se los está simplemente
reconociendo, porque son preexistentes al Estado ya que se derivan de la propia naturaleza
humana. Esta concepción les da más herramientas a los jueces para proteger las libertades y
derechos individuales frente a atropellos estatales fundados en lagunas legales o en leyes
injustas.
En la Argentina, por tal motivo se incluyó el artículo 33 de la Constitución: “Las
declaraciones, derechos y garantías que enumera la Constitución no serán entendidos como
negación de otros derechos y garantías no enumerados; pero que nacen del principio de la
soberanía del pueblo y de la forma republicana de gobierno.”
3. Supremacía constitucional:
Finalmente, el último gran requisito necesario para que exista un Estado de Derecho o
Estado “constitucional”, es que la constitución funcione en los hechos como ley suprema, que
tenga una importancia mayor a todas las demás normas. Esto se logra fundamentalmente a
través de tres mecanismos:
a) Jerarquía supra-legal de la constitución: La constitución está por encima del resto de
las leyes o normas dentro de la jerarquía o pirámide jurídica. Esto significa dos cosas: que el
resto de las normas deben ajustarse a ella y ser creadas según los procedimientos por ella
establecidos. Hoy en día se colocan los tratados internacionales, en especial los relativos a los
derechos humanos, por encima o al mismo nivel de la constitución pero esto no quita que la
constitución siga siendo la ley suprema del derecho interno. La jerarquía supra-legal de la
constitución y de los tratados internacionales (en especial los de derechos humanos) está
plasmada en los artículos 31 y 75 inciso 22 de la Constitución Nacional.
b) Control de constitucionalidad: La Justicia o algún órgano específico debe tener el
poder de anular o dejar sin efecto las normas o leyes que contradigan lo establecido por la
constitución. El control de constitucionalidad puede ser ejercido por un órgano político (ej.:
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Francia) o por el poder judicial (Ej.: EEUU, Argentina). En el último caso, el del sistema judicial,
el control de constitucionalidad puede ser a su vez concentrado (a cargo de un tribunal
específico) o disperso (cuando todos los jueces y tribunales ejercen dicho control en cada una
de sus sentencias o fallos). En el caso de Argentina, el control es judicial y disperso. Como cada
juez falla para el caso concreto, cuando un juez declara la inconstitucionalidad de una norma,
esa norma no se aplicará al caso sobre el cual resuelve la sentencia. La norma seguirá vigente
en general ya que el Poder Judicial no puede modificar ni derogar leyes. Deberá ser
enmendada por el órgano correspondiente, por ejemplo, si es una ley, por el Congreso.
c) Distinción entre poder constituyente y poder constituido: El poder constituyente, que
es la capacidad de crear y reformar la constitución, reside en el pueblo, en virtud del principio
de soberanía popular. Los poderes constituidos u órganos de gobierno creados por la
constitución, no pueden por si mismos alterar las normas constitucionales, sino que deben, en
teoría, consultar de alguna manera al pueblo, o por lo menos cumplir con procedimientos
especiales que exijan un elevado consenso político como indicio de consenso social. Se
distingue entre poder constituyente “originario” (cuando se crea una nueva constitución) y
“derivado” (cuando se reforma una constitución existente).
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las reglas de juego para que compitan, debatan y negocien libremente y en igualdad de
condiciones las diversas ideologías o tendencias políticas. Ejemplos de constituciones
ideológicas puras son las de los países totalitarios (que son constituciones solamente formales
ya que no se enmarcan en un Estado de Derecho). Un caso es el de Cuba, que consagra la
doctrina marxista-leninista como ideología oficial del Estado y establece la propiedad estatal
de los medios de producción. La mayoría de las constituciones, en especial la de países
democráticos, son mayormente neutrales, ya que defienden la libertad del pueblo de elegir la
ideología que consideren adecuada en cada momento histórico.
Laica, de inspiración religiosa y confesional. Es laica cuando no hace ninguna referencia
a iglesia o religión alguna y defiende la libertad religiosa en igualdad de condiciones (Ej.:
EEUU). Es de inspiración religiosa cuando, sin declarar a ninguna religión como oficial, alude a
alguna a efectos de un reconocimiento simbólico o para establecer una preferencia (Ej.:
Argentina). Es confesional cuando declara a una religión o iglesia determinada como oficial
del Estado (Ej.: Irán).
Programática y protectoria. Es programática cuando sus artículos fijan objetivos no
vinculantes ni realizables en lo inmediato. Es protectoria cuando se enfoca en proteger
derechos y libertades para que los ciudadanos puedan alcanzar sus objetivos de manera
cooperativa y libre. Hoy en día las constituciones suelen ser mixtas desde este punto de vista,
porque protegen derechos y a la vez enumeran una serie de objetivos o ideales a alcanzar en
el futuro. Se destaca como protectoria la de Estados Unidos de América. Una constitución
puramente programática sería necesariamente totalitaria, porque carecería de mecanismos
adecuados de protección de los derechos y dejaría la decisión acerca de cómo alcanzar los
objetivos a la discreción del gobierno.
Democrática y totalitaria. En realidad una constitución propiamente dicha se enrola en
la democracia republicana, porque de no ser así no habrá Estado de Derecho y no podrá regir
la constitución por encima del arbitrio del gobernante. Pero aun así hay Estados totalitarios
que, al mero efecto propagandístico, sancionan textos constitucionales. Estos últimos no
tienen verdadera fuerza constitucional porque tienden a conceder poderes ilimitados al
gobierno, a equiparar la legalidad con el interés o voluntad del partido gobernante y a borrar
la separación entre el partido y el Estado, declarando un partido oficial o único. Cuando la
constitución es totalitaria no tiene la fuerza como para generar una constitución material
efectiva.
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Etapas o corrientes del constitucionalismo
CONSTITUCIONALISMO Derechos
CLÁSICO individuales
CORRIENTES
CONSTITUCIONALISTAS CONSTITUCIONALISMO Derechos
SOCIAL sociales
CONSTITUCIONALISMO Derechos
HUMANISTA colectivos
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importan una intervención activa del Estado para igualar en los hechos a los diversos grupos
sociales desiguales. Apuntan a satisfacer una necesidad restringiendo la libertad de otros.
Desde la óptica clásica o liberal, se aceptan los derechos sociales pero con la advertencia de
que un exceso de los mismos puede afectar la libertad y plasmar en la constitución medidas de
gobierno que deberían estar abiertas a debate y rectificación. Hay también quienes rechazan la
idea de “derechos positivos” ya que, si un derecho exige una intervención activa del Estado
para materializarse (ej.: derecho a una vivienda digna o derecho al trabajo), implica la
restricción de una libertad ajena, como cobrar más impuestos, y no sería en verdad un derecho
sino una medida de gobierno, que no debe estar en la constitución.
3. Constitucionalismo humanista: Esta corriente, de la segunda mitad del siglo XX, está
caracterizada por la universalidad propia de la globalización. En esta etapa se da el auge de los
tratados internacionales de derechos humanos, que en algunos casos son incorporados a los
textos constitucionales. Lo sobresaliente es el reconocimiento de derechos de “tercera
generación” o colectivos, pertenecientes no ya a individuos o grupos sociales, sino a la
comunidad en general e incluso a la humanidad toda, es decir, a toda la sociedad pero
colectivamente considerada. Esto implica que cuando estos derechos son vulnerados cualquier
ciudadano puede reclamar su respeto o restablecimiento, sin necesidad de acreditar un interés
particular o grupal. Se relacionan con la paz, la ecología y el desarrollo sustentable. Ej.: derecho
a un ambiente sano, derecho al desarrollo, derecho al acceso a la información pública, derecho
a la protección contra “crímenes internacionales”, etc.).
Es importante notar que cada nueva corriente constitucionalista implicó, no sólo una
propuesta de nuevos tipos de derechos, sino también el perfeccionamiento o ampliación de los
derechos ya vigentes (propios de corrientes anteriores). Esto último es algo natural ya que la
propia experiencia histórica fue generando ideas y consensos en los constitucionalistas acerca
de maneras de mejorar el ejercicio y la protección de los derechos ya consagrados.
En relación a los derechos políticos, estos son propios del constitucionalismo clásico, ya
que en ese marco fueron reconocidos por vez primera. Pero cuando se desató la nueva
corriente constitucionalista de los derechos sociales, además de ser estos nuevos derechos
propuestos, también se hicieron agregados a los derechos políticos ya reconocidos. Por
ejemplo, se agregaron en las constituciones artículos que reforzaban el derecho a voto
aclarando que era universal, incluyendo a las mujeres o estableciendo que fuera secreto, para
evitar la intimidación y el fraude. De la misma manera, en la corriente del constitucionalismo
humanista, en el marco de la aparición de la tecnología informática, se empezó a defender el
derecho político de los ciudadanos a la iniciativa popular o el referendo, habilitando
mecanismos de democracia semidirecta o participativa.
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sus órganos y funciones. Esta segunda parte se divide en dos títulos: “Gobierno federal” y
“Gobiernos de provincia”.
Sin embargo, antes de la primera parte, sin fuerza vinculante pero con significado no
menor en relación a los objetivos y el espíritu con que debe ser interpretada la constitución, se
encuentra el preámbulo. El preámbulo se puede dividir en tres partes: 1) introducción, 2)
declaración de objetivos, y 3) conclusión.
En la introducción se plasman dos principios elementales que guiarán todo el articulado
del documento legal: la soberanía popular (“Nos los representantes del pueblo de la Nación
Argentina, reunidos en Congreso General Constituyente…”) y el federalismo (“…por voluntad y
elección de las provincias que la componen, en cumplimiento de pactos preexistentes…”).
En la declaración de objetivos (“…con el objeto de…”)se enumeran seis fines
primordiales que los constituyentes tuvieron en miras al redactar el texto constitucional:
1. constituir la unión nacional,
2. afianzar la justicia,
3. consolidar la paz interior,
4. proveer a la defensa común,
5. promover el bienestar general,
6. y asegurar los beneficios de la libertad,
Finalmente, en la conclusión se destacan, con una llamativa vocación humanista y
universalista, los destinatarios de la constitución (“…para nosotros, para nuestra posteridad, y
para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino…”) y se reconoce
la inspiración religiosa que motivó su redacción pero sin aludir a ninguna religión en particular
(“…invocando la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia…”). Y
concluye:“…ordenamos, decretamos y establecemos esta Constitución, para la Nación
Argentina”.
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aplicación ya que suelen ser medidas muy específicas, como sanciones o procedimientos, que
no necesariamente deben ser de una sola manera.
Por ejemplo, si el principio es la libertad y el derecho la libertad de expresión, una
garantía sería la prohibición de la censura previa. De no estar normada esta garantía, el
gobierno podría censurar previa a su publicación las ideas que considere que violan algún
derecho, como las ideas discriminatorias o la instigación a la violencia. Pero como funciona una
garantía de prohibición de censura previa, sólo se podría establecer una censura posterior, con
una sanción disuasoria, a las ideas que impliquen una violación de la ley. Como vemos, la
garantía es un extra, una medida concreta y específica que funciona como reaseguro del
derecho. Va un poco más allá del derecho para evitar que el poder pueda llegar a afectarlo,
alejando la posibilidad de su violación.
También se habla de “declaraciones”, cuando sin establecer un derecho o una garantía
se manifiesta algún tipo de principio, privilegio, preferencia o reconocimiento. Por ejemplo,
cuando en su artículo 2 la Constitución Nacional declara: “El Gobierno federal sostiene el culto
católico apostólico romano”. Pero nos vamos a enfocar en los principios, los derechos y las
garantías, que son los que tienen mayor valor jurídico.
A continuación haremos un muy breve repaso de los principales principios, derechos y
garantías de la Constitución Nacional, señalando los artículos constitucionales donde están
plasmados para que puedan ser leídos y estudiados. Aunque en general los principios, los
derechos y las garantías están interconectados, trataremos de agruparlos en función de la
relación más directa que haya entre ellos. Asimismo, si bien algunas reglas, como la de reserva
y la de razonabilidad, gozan en verdad de la jerarquía de principios o subprincipios, las hemos
agrupado junto con las garantías para hacer referencia a la conexión que tienen con un
principio superior.
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PRINCIPIOS DERECHOS GARANTÍAS
- SANCIÓN DE ACTOS DE
CORRUPCIÓN PÚBLICA (art. 36
párrafo 5).
- INTERVENCIÓN FEDERAL EN
DEFENSA DEL SISTEMA
REPUBLICANO (arts. 5 y 6).
- DERECHO A PETICIONAR A
LAS AUTORIDADES (art. 14).
- DERECHO A LA INICIATIVA
POPULAR (art. 39).
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(implícito en art. 14). 15).
- HÁBEAS CORPUS (art. 43 párrafo 4)
- EXIGENCIA DE LEY E
- DERECHO A LA PROPIEDAD INDEMNIZACIÓN PREVIA PARA
PRIVADA (art. 17). EXPROPIACIÓN POR INTERÉS
PÚBLICO (art. 17).
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- DERECHO A LA PROTECCIÓN - SALARIO MÍNIMO, VITAL Y MÓVIL
DEL TRABAJO Y LA (art. 14 bis).
SEGURIDAD SOCIAL (art. 14 - GARANTÍA DE ESTABILIDAD DEL
bis). EMPLEADO PÚBLICO (art. 14 bis).
- JUBILACIONES Y PENSIONES
MÓVILES (art. 14 bis).
- DERECHO AL DESCANSO Y
LAS VACACIONES PAGADOS
(art. 14 bis).
ARTÍCULOS ANALIZADOS EN EL CUADRO: 1; 5; 6; 9; 14; 14 bis; 15; 16; 17; 18; 19; 20; 28; 29; 32;
33; 36 párrafos 1 y 5; art. 37 párrafo 1; 39; 41; 43; 99 inciso 4 párrafo 1; 121; 122; 123; 8 CADH.
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Las garantías especiales son tres: la acción de amparo, el hábeas corpus y el hábeas
data. Están reguladas en el artículo 43 de la Constitución Nacional.
El hábeas corpus está pensado para situaciones de detención arbitraria, desaparición
forzada de personas o agravamiento ilegítimo de las condiciones de detención. Protege el
derecho a la libertad física. Puede ser interpuesto por el afectado o por cualquiera en su favor
(ya que puede estar aislado e incomunicado) y el juez deberá resolver de inmediato, aún
durante la vigencia del estado de sitio.
En relación al hábeas data, indica la constitución que toda persona podrá interponer
dicha acción para tomar conocimiento de los datos a ella referidos y de su finalidad, que
consten en registros o bancos de datos públicos, o en los privados destinados a proveer
informes. En caso de falsedad o discriminación, podrá exigir la supresión, rectificación,
confidencialidad o actualización. Aclara también que no se podrá afectar el secreto de las
fuentes de información periodística.
En relación al amparo, dice la constitución que puede ser interpuesto por toda persona,
siempre que no exista otro medio judicial más idóneo (o sea es una acción subsidiaria, cuando
no hay otra que sea más acorde), contra todo acto u omisión de autoridades públicas o de
particulares, que en forma actual o inminente lesione o amenace, con arbitrariedad o ilegalidad
manifiesta, derechos y garantías legales. En el caso, el juez podrá declarar la
inconstitucionalidad de la norma en que se funde el acto u omisión lesiva. La constitución
aclara que podrán interponer esta acción contra cualquier forma de discriminación y en lo
relativo a los derechos de incidencia colectiva, el afectado, el defensor del pueblo y las
asociaciones que propendan a esos fines.
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Estructura federal del Estado argentino
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DERECHOS HUMANOS (DDHH)
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3. Absolutos: su respeto puede exigirse indeterminadamente.
4. Necesarios: para vivir en paz y armonía social, los derechos humanos defienden y
protegen la dignidad de cada uno de nosotros/as y de toda la sociedad.
5. Inalienables: no se pueden ceder, pertenecen a la esencia del hombre. No se pueden
quitar, vender, canjear o transmitir los derechos de ninguna persona, como ocurre con los
objetos. El derecho a la vida, a la educación, etc. Son propios de cada uno de nosotros/as.
6. Imprescriptibles: no se pueden perder por su no uso. No pierden validez con el paso
del tiempo, las personas siempre deben exigirlos.
7. Inter-relacionados: tienen una íntima relación entre sí, forman un sistema. Sin el
derecho a la vida no puede haber derecho a la educación, sin el derecho a la integridad física
no hay derecho a la salud. etc.
8. Exigibles: es decir, no son simples enunciaciones morales, sino normas jurídicas que
cada Estado debe observar.
El Estado y las personas. Para qué las personas han creado el Estado y cómo éste debe
protegerlas en sus derechos.
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Los Derechos Humanos: conquistas sociales consolidadas en normas jurídicas.
Desde los inicios de la humanidad hasta nuestros días los DDHH han ido adquiriendo
mayor importancia y significado en la sociedad, si bien han sufrido sistemáticas violaciones a
pesar de los Pactos, Acuerdos y Leyes que intentan establecer modos de convivencia digna
entre los pueblos. Las primeras limitaciones al poder absoluto del Estado se consagraron al
reconocer que los derechos de las personas existen y son anteriores al poder del Estado, en
consecuencia, éste no puede violarlos.
Todas estas Declaraciones establecieron deberes del Estado para con las personas. Los
derechos de las personas frente al Estado surgieron en épocas posteriores.
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- En 1787 surgen las Constituciones Americanas y, le suceden un Conjunto de pactos y
declaraciones firmados entre los estados, para delinear y proteger los derechos civiles y
políticos tutelar la libertad, la seguridad y la integridad física de las personas, el derecho
a participar en la vida pública, etc.
- Después de la Primera Guerra Mundial (1914 a 1919), se hace mayor la preocupación
mundial por realizar un acuerdo sobre el tema de los DDHH. Surge la Sociedad de las
Naciones para reunir a todos los países del mundo en pro de la paz y la vigencia de los
Derechos Humanos.
- La Segunda Guerra Mundial (1939 a 1945) vuelve a recordar -debido a la matanza de
personas judías y disidentes políticos por parte de Adolfo Hitler y el nacionalsocialismo-
que la vigencia de los Derechos Humanos en el mundo aún no ha sido conquistada. Los
horrores de esta guerra impulsaron a conformar las Naciones Unidas y a trabajar por
estos derechos. Este proceso culminó con la promulgación de la Declaración Universal
de los Derechos Humanos -D.U.D.H- que se concretó a través de la Asamblea de las
Naciones Unidas el 10 de diciembre en 1948. Las Constituciones del mundo habían
comenzado a incorporar los derechos sociales, económicos y culturales. Actualmente
incorporan los derechos ecológicos y del medio ambiente.
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Inicialmente, las personas lucharon por la conquista de los derechos individuales clásicos -
donde el Estado no intervenía directamente- como la igualdad, la libertad, la expresión
individual no limitada. Luego, fueron tomando conciencia acerca de que estos derechos de
Primera Generación, quedaban como expresiones vacías si no iban acompañados de una
seguridad económica, cultural y social.
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