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imanes. De allí que resultara una conducta habitual y multi- acroix y el ) 'S ib
nn Louis Scherrer G' h apones el u respalda a
I plicada el tener casi tantos vestidos de alta costura corno días I VMH (Louis Vuitton. _ rvenc
I M .. H'
y a su vez '
, esta asocia.l¿ a
,
I ,• 1 " oet- ennessy)
del año. La competencia, el reconocimiento del lugar que se mltlCO modelo umco ' . '' ,
I
que va a
ocupaba en la sociedad, o sea el quién es quién, la rivalidad Ipcrior y ayudar a ' , permItIr ser diferente
entre personas y familias, la ficción de ser único y superior, cornpen- no tie id '
i 'dad atravesada por las est:at . ~e segur ores en una
se convertían en motivaciones con fuerza de norma contro- J .as bases de la legitim ' , d eras e,1~cultura de masas
ladora. IOIl. La producción d aclO~ e prestIgIO y el poder carn-
Con la irrupción de las estrategias de la cultura de masa , e una Imagen refer '1 fi
por los grupos dorn] encia , con 19ura-
la presencia de mecanismos de homogeneización y en la vil" 1 ';1' tras parámetros.lI~:~e~l aban~o~ó el v~stido para
tualidad de la democratización, esta categoría del creador , I ción y el pode prestIgIO en la Juventud y
, r que otorga la ib '1'd
gran costurero pierde su aura de mítico prestigio en aras d • ,/ tener presenta otro si nific d pOSI ilidad de informa-
una marca, que encima se imagina integrada por una lar ',1 111('0 e irrepetible q g 1 a O. Por 10 tanto, el mode-
cadena de diferentes productores. ue so o podí imitad
1II1(':I("in infinitas veces en 1 . ~ ser muta o en su
Los creadores se vuelven intercambiables, disponibles y 11 a serre mdustria1 d ' d
1I1¡11I (le la clases do ' , ' e)a e ser
definitiva su creación, antes unida Íntimamente al n0111I11 mmantes y sImbo10 d d
IHlt·vOS rupos que di e su po er.
propio, a la etiqueta, se transforma en un valor mercan i Ii , acce ieron en la ' ,
I 1 (';11 'goría de d' ' epoca postmdus-
que se puede vender al mejor postor. Con la creación int ct ommantes políticos "
OIlO('e/1/ antiguos la d 1 1 Y economlCOS,
pretada según los parámetros de la industria cultural, I~ '('11' J 1011's so ¡al zos ,e ea t~d del viejo esque-
ción creador/etiqueta queda en disponibilidad para . que Sosteman al SIstema d 1
11,1 IlIIpOIl '1' 1I propias 1" e e a moda,
rentable, ya que el valor originnlidnd 'IIII'da pnumdo pOI" (1 1 I magenes rererem A'
tas coordenada el utilidad, que en '"1 111dida lo ("lIl1d!!1
I '111's que sIJJ¡rnya
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DESARTICULACIÓN DEL SISTEMA DE LA MODA / 93
94 / SUSANA SAULQUIN
il",,' DESARTICULACIÓN DEL SISTEMA DE
LAMODA/95
tanto, una obra de arte y dtSt!(l l!1l1;1 t',,1 ica, "l'" conceptuado hicn di r<.:n.)lld:HLI. AI~II similnr sucede con los adultos mayo-
como verdadero o falso, como lI11 Vl'St ido uuréntico o 1.11'H'1 "C'i y los ~lnd;1I1()S.
réplica. Formas diferenciadas y seriadas para primavera-verano.
La homogeneidad en los diseños se imponía, entre otras Inflo-invierno; vestidos de mañana, de tarde y de noche;
causas, por los medios rudimentarios de producción que 1'111'11 ir al campo y quedar en la ciudad; para realizar los múl-
impedían la organización de líneas de acuerdo con funciones. tlplcs deportes que la influencia inglesa impone; para condu-
Los niños, como adultos en pequeño, participaban de la Ir' los nuevos automóviles; para hacer volar aviones y para
misma imagen estética de sus mayores. realizar las largas travesías que la exigencia de exotismo
Con el nuevo orden social que se organiza a partir de la manda.
Revolución Industrial, las series industriales pueden despren- Se multiplica entonces, con la aparición de tantos nuevos
derse de ese vestido único y paradigmático. La secuencia de ,(ores sociales, la seriada indumentaria profesional. A dife-
modificaciones que configura el vestido de serie participa, rcncia de la indumentaria común, en la profesional no se
aunque simplificado en forma y textura, del modelo auténtico. puede hablar de inspiración en modelos, ya que, al ser fun-
Sin embargo, no toda serie es desprendimiento degradado ión pura, carece de variables combinatorias. El elemento
de un modelo; pueden muy bien surgir las variaciones a par- 1111(,) la organiza es su habilidad funcional para conformar un
tir de un elemento tipo que la ayude a configurarse. Las ves- istcma significativo, un todo que le otorga sentido.
timentas seriadas solo pueden considerarse originales cuando Durante los cien años que transcurren entre el principio
son usadas como medio creativo y no como método de de la sociedad industrial y 1960, la obsesión de la producción
reproducción. Un ejemplo de cómo la obsesión por la pro- ucontró, en las largas series industriales, no solamente la
ducción característica de esta etapa rinde su máximo respeto 'usión de dar salida a los grandes stocks que acumulaba la
a la serie se encuentra en Marcel Duchamps, que crea obras Ichril actividad industrial, sino también la posibilidad de
de arte a partir de objetos seriados a los que firma como crea- manipular, con una férrea organización centralizada, el acei-
ciones propias. Al negar la categoría de producción indivi- rudo sistema de la moda.
dual, contrasta la firma con el objeto seriado.
Las necesidades productivas y sociales de la época impul-
san la aparición de largas series industriales de vestimentas, 'REACIÓN y HOMOGENEIZACIÓN
que, organizadas por funciones, se desarrollan para ocasiones
especiales y para grupos bien segmentados. Es así como la .!-lsistema de la moda, conformado como un rentable y
aparición del deporte y la vida al aire libre no solo ayudan a huloso negocio, es impulsado en los ochenta por un prag-
la simplificación de las formas del vestido, sino que ayudan mático Estados Unidos que, junto a Inglaterra, muestran con
a delinear la nueva estética tanto masculina como femenina. onald Reagan y Margaret Thatcher las dominantes tenden-
Otro tanto ocurre con la creciente participación laboral de la ias neoconservadoras de la época. Los medios audiovisuales
mujer, y con los viajes que comienzan a imponerse. legitiman este modelo, y para ello nada mejor que las series
A los niños que durante la etapa preindustrial compartían alias y Dinastía a fin de enfatizar los deseos y multiplicar las
la imagen estética de sus mayores se les asigna una propia cesidades ficticias.
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I I 1111 1 I \1 '11 "1""" ".,\1 \ "" ,.\ ,\IUD\ I 1)1)
Con personas ávidas de intcr¡ r '\;11' p -rsonajcs en 'u' vidas, I1 u.Inimns, que lI:lda tienen que ver con las funciones pri-
la civilización de la imagen sosteni 1.<1 p r la perfeccié n le la murins dada prenda, y sí en cambio con deseos y nece-
belleza y el mito de la eterna juventud facilita la aceleración y Idnd " individuales que responden a un sistema de
el predominio de lo efímero. lil '1' .ncíación social impulsado por el entorno cultural, es
En el marco de una cultura norteamericana que se hac I cir al imaginario social de la época. Se juega entonces a
internacional e impone sus líneas de moda, el consumo máxi- nlhrizar las diferenciaciones de gustos y estilos de vida, para
mo se convierte en el vector de la moda. Es entonces cuando -onder y disfrazar la repetida presencia de la prenda homo-
llega a su apogeo la oposición modelo/serie. 11 'izada.
Así como para la configuración de un prototipo era nece- Si sos cambios mínimos que le otorgan al vestido la posi-
saria la presencia de un diseñador-creador, para producir lar- IlIidad de moda apta para el consumo no afectan la estructu-
gas series los industriales, de espaldas a los diseñadores, 11, y i, como señala Francesco Alberoni,
preferían administrar como podían la creatividad y las homo-
geneizaciones. Creatividad que se inspiraba en la alta costura In estructura sigue siendo la misma, la moda retrocede para ceder el
en el caso de la serie industrial, y en la calle para las series pu sto a otra moda, en un juego en que vuelve lo antiguo de acuerdo
más cortas de los diseñadores de prét-a-porter. No en vano a ron un proceso cíclico. Cuando una moda cambia y el proceso, en
lugar de ser cíclico (aunque haya hechos cíclicos en su interior), avanza
Jean-Paul Gaultier se lo ha llamado no solamente misógino, en una dirección (estructura espiraloide), es señal que la estructura está
sino plagiador de las calles de Londres. nlterada (1972: 67).
No resulta en absoluto casual que, en ese marco, el jean,
como prenda paradigmática de la homogeneización y original uando una estructura está alterada y desequilibrada, se
creación de un único modelo altamente rentable, se imponga producen cambios en los comportamientos y en las conduc-
en casi todos los rincones del planeta. Buenas comunicacio- IS. Así ocurrió cuando la estructura social se desequilibró
nes, nuevas tecnologías, procesos informatizados, grandes 011 el comienzo de la modernidad y produjo la aparición del
aglomeraciones de población, espacios atractivos para las I (In. Esta prenda, a su vez en un juego dialéctico entre códi-
ventas y una publicidad manipuladora y cómplice, habilitaban o y producto, va a provocar cambios irreversibles en los
la vía rápida para el consumo. omportamientos de las personas. La dirección del tiempo
Aunque algunos autores piensen que os marca, sin embargo, un sentido de su uso cada vez más
iarcado durante toda la sociedad industrial.
el problema principal con que nos confronta la masificación de los con- Lo mismo ocurrió con la aparición de las faldas cortas. La
sumos no es el de las homogeneizaciones, sino el de las interacciones
rimera Guerra Mundial había cuestionado el estilo de vida
entre grupos sociales distantes, en medio de una trama comunicacional
muy segmentada (García Canclini, 1992: 9). igente hasta entonces, lo que provocó un movimiento cen-
ffugo de cambios. Si bien hay cambios cíclicos internos
Lo cierto es que la cantidad de ofertas de prendas para Iternancia de faldas cortas y largas), en general la dirección
grupos de compradores de gustos y hábitos dispares ayuda a la tendencia fue hacia las faldas cortas. Lo mismo ocurrió
mantener la ficción de las múltiples elecciones. Aunque la m el traje de baño, más allá de las alternancias de formas
supuesta diferenciación para satisfacerlos se base en diferen- iversas, cada vez menor cantidad de tela descubre más el
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100 I SusANA SAULQUIN
JUbios estructurales vinculados con el protagonis- Entre las partes y el todo también surgen antagonismos
cuerpo elJ " ', 1 que, bien canalizados, permiten configurar la dinámica y la
1 b' 1 y sexual de la mujer sostienen esta srtuacion y a
~o al ora f,l jogging y la minifalda son otras de las prendas organización del sistema de la moda, Aunque es convenien-
impu san,'lJn y re alimentan 1os cam bilOS.M'ientras 1as es t ra t e- te aclarar que no importa tanto el tamaño o la naturaleza de
~rn~ f , d las partes, sino las acciones que estas despliegan actuando
, d 1 cultura de masas trabajan para un compra or
glas , e :l usa prendas básicas sencillas y que no se siente entre sí.
me d
, 10d que la diferenciación, la 'h'
prenda omogenelZa da nece- El dinamismo de la organización ayudaba a construir
h mogeneidades a partir de las diferencias sociales, y así
como
'1' o e!l cualquier atisbo dee creatlVl
creati id a d .
SIta irnar () .urrió hasta la aparición del prét-á-porter. Desde ese enton-
, ' o definido por la influencia de las convenciones sociales sobre , ,hacia la mitad de los años cincuenta, el sistema de la
Lo clási- de vestirse deja lugar a lo básico, definido por una confro~t:- moda, convertido en fabuloso negocio, fue acentuando su
e~;nod0¡1lcon la duración, envejecer sin envejecer, esa es la cuestion influencia y su importancia en casi todas las restantes áreas
cien pu 1988: 282),
(Yonnet. d la sociedad,
Aunque sabemos, gracias a Edgar Morin, que
lado a las personas ya no les interesa la posesión
O
Por ~t!do único que las haga únicas, ya que, en la cultura l,l progreso no reside necesariamente en la constitución de totalidades
d e l vesti " , lid' 1: ' . 1
lid d or los medios audlOv1sua es, as irerencias SOCIaes ruda vez más amplias; puede estar, por el contrario, en las libertades e
a
1 era "ción r simbólica se estab lecen
ecen mámas por 1os esti'1os d e independencias de unidades pequeñas (1978: 202),
1
y a dlSOO , d bi
id pOrla posesión de determma os ienes.
V1 a que que las publicidades en confabulación con esta 1~.1l ste sentido las interacciones entre las realidades de la
u'
De al', ni siquiera se molestan en presentar el pro d ucto o h , co tura, de la confección seriada y del prét-á-porter en la
tendencia , 1 1 oeil a tual se están debilitando. El relajamiento de los lazos
lif lo para incitar al consumo. SImplemente muestran a
"1
ea 1 icar ¡) correspondIente esti o d e V1id a. E n b astan t es op O'r~ 1 lns articulan coincide con un poder creciente de una de
marca y5
id d 5 solo alcanza con presentar 1a marca y laa mazi magia . Jl.lI·te , que está en vías de convertirse en totalidad por sí
tuni a e lila: la ategoría del prét-a-porter y difusión en todas sus
realiza, 111 ,
, cambiante función de la alta costura, y las largas series
,,1CULACIÓN y AUTORREORGANlZACIÓN DEL SISThM 1 II iul 's qu e está lentamente empezando a percibir,
DESARl' "1" .llos que por supuesto lo quieren detectar, son en la
odelo de alta costura y las series indu triales 1111 \11 uua d la au as de la pérdida de consistencia de
, E 1mell un to do si
o smcromzaizad o: 11' r 'alidad, Dchilitamicnt que no significa en abso-
filzaron I 1 rpnrivión d ' la !lita ('OS\\II';), y . í en cambio de su
I '1 1 imlu 11 i 11, CI r d 11 lar ns s .ri .s h m genei-
I 111 110 d 1
I 1 I1 , 1\ 11 '1 Ii 'tul, a