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CRITICA LlTERARIA y TEOI\ÍA CULTURAL EN A. "ÉRJ T •.


nM CA ~TINA
. ~ -
verse con realidad terri ble las escenas de horror fecundo de l ., .. - ' -

fer~en ta, h~y la sombría levadura que sazonó con sangre el pan d:~
aprende_que en Nueva York, en Chicago, en San Luís, en Mil:::;luc~on francesa: ·y se·
~n S_~Francisco,
. , a cro~'.ca le permirió a Marrí una salida - desrerritorializada- a ranc1a . -
Nésto r García Canclini
no una crmca dei libro, así como una refl . , la calle. Le per.... ·
l d ex10n, muy avanzada sob 1 . ..,i_
v~ unra autonómica de la literatura. Crícica de! inte . ' re os nesgas de la
cioso · · d rzor, ya proyecrada e George Yúdice
s tesnmon10s e la coridianidad capitalista h h n sus minu-
verbal, fragmentada y derivada de l . d d 'd ec os a veces con la misma mace . Universidad de Miami
, a c1u a m o erna. --~ -

En los aóos 80 se produce un parceaguas en el pensamienro larinoamericano acer-


ca dei lugar y la idenridad de las dases populares. Empieza a dejarse atrás la visión
romántica de un pueblo-fundamenco virtuoso de la nación, resistente al capitalismo.
También se repiensa la denuncia desencantada del pueblo como inocencón cooptado o
claudicante embelesado por los medios masivos y el consumo. Sin celebrar ni lamentar
la nueva coyuntura, críticos como Jesús Marcín-Barbero, José Joaquín Brunner, Rena-
to Ortiz y otros formularon concep tos como "mediaciones", "desterricorialización" e
"internacional-popular," respectivamente, para referirse a los cambies. Publicado en
1990, Culturas híbridas, de Néstor García Canclini hace eco de estas elucidaciones y
propone el concepco de hibridación para abarcar la diversidad y complejidad de las
cransformaciones que tienen lugar en esos aóos, mostrando con claridad cómo se inte-
rrelacionan lo popular, lo culto y lo massmediático.
iEn qué consiste la nueva coyuncura? En primer lugar, "lo popular", como argu-
menró Ernesto L'lclau (1977), fungió como elemento necesario de la consolidación
hegemónica a partir de los populismos de los 30 y 40 (Perón en Argentina, Vargas en
Brasil, Cárdenas en México) y luego de la lucha armada, que fue aplastada por las dic-
raduras militares y los gobiernos aucoritarios de los 60 hasta los 80. 1 E! discurso de lo
popular sufre cambies en estos anos en que muchos de los gobiemos latinoamericanos
adoptaron el desarrollismo, promoviendo la indusrrialización por suscirución de im-
portaciones, y la modernización cultural (pasar "de los comporramiencos prescriptivos
a los electivos", de tradiciones rurales a urbanas, "donde los objetivos y la organización
colecciva se fijarían de acuerdo con la racionalidad cienrífica y tecnológica" (Cultttms
híbridas 23). Se produce una as111cronía o desfase que Roberto Schwarz (1 977), eirado
por García Canclini, denomina "ideas fuera de lugar," q ue se refiere ai resultado de la
implancación de formas elaboradas en un contexto a orro con condiciones distintas
(Culturas híbridas 75) . No obstante, no se trata de un falseamiento de la realidad lari-
noamericana sino la constatación de que se vive una "heterogeneidad multitemporal"
(Culturas híbridas 15) que resulta en contradicciones e hibridaciones que requieren ser
entendidas como propias y en base a las cuales se deben rlisenar políticas idóneas. En

Cuba es, desde luego, una excepción. En Cenrroamérica la lucha popular armada se prolo nga
79. Martí, M,ellflS cartas de Nueva York, eclición de E. Mejía Sánchcz (México, D.F.: Siglo XXI, 1980), hasra comienzo de los 90, pero ya perdía fuerza cn los aiios que Garcia Canclini cscribía Culturas
híbridas, que sale a luz en 1990. Ni el Sendero Luminoso (Perú) ni las FARC (Colombia) son consi-
derados aurénticas luchas populares.

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592 CRÍTICA LITERARIA Y TEORÍA CULTURAL EN AMÉRICA LlT INA PARA UNA ANTOLOGÍA DEL SIGLO XX . 593
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Culturas híbridas, se opta por reconocer y afinar las "estrategias para entrar y salir"-~ ·' . gan por una nueva generadón de derechos, como se explica más abajo, y que en parte
las contradicciones de la modernidad, una de las cuales - y la q ue se aborda en la ;eÍe ~-· compensan, por así dedr, por la dificultad que tienen los Estados en proporcionar re-
ción a continuación- es la reconversión. e cursos e incentivos para educación, salud y cultura. En este período, a menudo llamado
La reconversión es una estrategia para lidiar con la obsolescencia en nuevas coyun- neoliberalizante, las comunidades y las ONGs se encargan cada vez más de administrar
curas. El término se toma prestado dei ámbiro industrial para referirse a procesos de estos servidos.
reaj~ste en los cuales se utilizan recursos anteriores en nuevos contextos. Esro no quiete Junto a Carlos Monsiváis, Marcín-Barbero y ouos, García Canclini reconoce que
decir que ese recurso necesariament~ p ierda su función sino que adquiere otras.-En el los medios proporcionan en parte un servido educativo o formativo. Históricamente,
ámbito cultural un ritual, por ejemplo, puede seguir teniendo relevanda comunicaria- escoes evidente a partir dei quijotismo o el bovarismo, pero en la sicuadón posmoder-
a la vez que aporta valor agregado ai m rismo, que a su vez concribuye a su vigencia _. na que se aborda en Culturas híbridas la incidencia de las industrias culturales trans-
económica. Escribe García Canclini: "No se puede decir que las culturas tradicionales fo rma e1 principio bourdieuano de que la sociedad moderna se caracteriza por esferas
estén muriendo. A1 contrario, estamos descubriendo que la rradición está en transición O campos autónomos. Por una parte, las entrevistas a artistas y su represencación en
y articulada a procesos modernos. La reconversión prolonga su existencia". Lo popu- películas informan cada vez más lo que se entiende por arte. Por otra, la expansión dei
lar se hibridiza con lo culto y lo massmediático, especialmente en ámbiros urbanos. mercado, la adopción por instituciones culturales de estrategias de administración Y
"Las culturas no se agrupan en conj untos fijos y escables, y por lo tanto desaparece la financiadón de otros campos como la publiddad y el turismo hace que "el discurso
posibilidad de ser culto conociendo el repertorio de ' las grandes obras', o ser popular estético ha(ya] dejado de ser la representadón dei proceso creador para convertirse en
porque se maneja el sentido de los objetos y mensajes producidos por una comunidad un recurso complementario destirrado a 'garantizar' la verosimilitud de la experiencia
más o menos cerrada (una etnia, un barrio, una clase). Ahora esas colecciones renuevan artística en el momento dei consumo" (Culturas híbridas 58).
su composición y su jerarquía con las modas, se cruzan todo el tiempo, y, para colmo, La coyuncura de los 80 también se caracteriza por la transformación de la televisión
cada usuario puede hacer su propia colección" ( Culturas híbridas 283). Las colecciones y las industrias culturales, que dan un nuevo giro a lo que se entiende por desarrollo,
ya no son necesariamente nacionales, lo cual refleja la creciente apertura dei mercado, modernidad y lo que significa ser popular. La televisión y las industrias culturales pasan
mucho más que en épocas previas, y pensando esta cuestión para la actualidad, Internet a promover el consLuno, a su vez uno de los factores clave de la nueva economía. Se
y las redes sociales extienden aun más la heterogeneidad mulri temporal y multiespacial. pasa de .lo masivo y dei evolucionismo homogeneizante a la heterogeneidad de modos
El sampleo, modo de composición musical que surge con e1 hip hop en los 70, adop- de ser (Culturas híbridas 23), apoyada, además, po r la extensión dei derecho a tener
tado por músicas como el tecnobrega o la champeta2, crea repertorios muy locales a la derechos -o la cultura de derecho, característica de la posdictadura-, a los derechos
vez que entra en conversaciones globales . civiles y culrurales de la diversidad de habitantes de cada nación: en Brasil, por ejem-
Otro componente de la nueva coyuntura es la apertura de los mercados latinoame- pio, la constirnción de 1988 aseguró los derechos de la mujer y de las com unidades
ricanos en los 80 como consecuencia de la llamada "década perdida", generada por eI emorraciales (luego Colombia, Bolívia, Venezuela, Guatemala y Ecuador también se
aumento de la deuda externa acumulada en los 20 anos previos, y la incapacidad de cleclararon pluriémicos). A1 mism.o tiempo, se creó la ilusión de la inclusión de los
pagaria debido ai impacto de la recesión mundial en el sector financiero. La solución grupos subalternos mediante el consumo (Marcín-Barbero, De los medios 195). García
impuesta por el FMI y el Banco Mundial incluyó programas de ajuste estructural: de- Canclini (1995) dedica un libro encero ai papel dei consumo en la constitución de la
valuación monetaria, la privatización de empresas y servidos públicos, la reducción dei ciudadanía que se manifiesta no sólo en las urnas sino también mediante la interpreta-
empleo y el gasco público, el forcalecimienro de los derechos de inversionistas extran- ción de bienes y mensajes. El consumo no es simplemente el acto de comprar sino el
jeros y la apertura de las economías larinoamericanas ai libre comercio. Estas políticas ámbito en que se dan las apropiaciones y mediaciones de gustôs y preferencias, identi-
requirieron una renegociación dei pacco entre Estado y nación. Se rompen, hasta cierto dades y modos de ser. Así se van constituyendo comunidades interpretativas de consu-
punto, las relaciones cliencelares y e! Estado no riene recursos para reducir la pobreza midores, multiplicando la diversidad (más allá de lo racial y de género) reconodda por
y proporcionar servidos. Así se van generando nuevos movimienros sociales que abo- los Estados, y en muchos casos rebasando el entorno dei Esrado-nación: "comunidades
internacionales de consumidores -ya mencionamos las de jóvenes y televidentes- que
El cecnobrega, de Belém do Pará, combina ritmos afrobrasilcfios dei Estado de Pará, como el · dan sentido de _perrenenci'.1 donde se diluyen las lealtades nacionales" (Consumidores y
carimbó y el lundú, géneros populares como el calipso caribefio, y música eleccrónica, sobre todo má- ciudadà;os 50) . "La identidad, dinamizada por este proceso, no será solo una narración
quinas de percusión. EI tecnobrega es una forma electrónica de la música bregtt (brega significa cursi) . ritualizada, la repetición monótona pretendida por los fundamemalismos. AI ser un re-
La cliampeca es una música electrónica urbana de los 90 que combina ritmos africanos (soukous, lato q ue reconstruimos incesantemente, que reconstruimos con los otros, la identidad
highlife, mbquanga, juju) y ancillanos (rap-raggareggae, zouk, soca y calipso) y transculcuracioncs
es también ~ma coproducción" (Consumidores y ciudadanos 114).
indígena-afrocolombianas (bullerengue, mapalé, zambapalo y chalupa) e incorpora efeccos digitales.
Los DJs la tocan en grandes sistemas de-sonido llamados picós. Otra caracterísrica de Culturas híbridas y de casi toda la obra de García Canclini es

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594 C RÍTICA LITERAIUA Y TEORÍA CULTURAL EN AMÉRICA U\TINA PARA UNA ANTOLOGfA O EL S IGLO XX 595

la uansdisciplinariedad, _compuesta de mecodologías idóneas para comprender la corn- --, coord. Los nuevos espectadores. Cine, televisión y video en México. México: Instituto Mexicano
plejidad de los procesos híbridizantes. El investigador necesita combinar las perspect'i- de C inemarografía (IMCINE), 1994.
vas dei antropólogo ("que llega a pie"), el sociólogo ("en auco"), el comunicólogo (" ---, coord. Cultura y comimicación en la ciudad de México: La ciudad y los ciudadanos imaginados
avión"), el historiador ("que sale de la ciudad") (Culturas híbridas 16). Evidememen;; por los medios. 2 vols. México: Grijalbo, 1998.
necesita trabajar con la economía política de la comunicación y las industrias cult ' Laclau, Ernesto. "Towards a Theory of Populism". Politics and Ideology in Mmxist í'heory. Lon-
ura- .- dres: NLB, 1977.
les. El urbanismo es o tra transdisciplina que ejerce García Canclini, pues la mayoría de
Marrín-Barbero, Jesús. De los medios a las rnediaciones: Cornimicación, wlt1m1 y hegemonia. Bar-
los fenómenos estudiados tienen lugar en contexcos urbanos. Vemos además el análisis
celona: Gustavo Gili, 1987.
político, sobre rodo en lo que respecta a los derechos ciudadanos, que cobran vigencia --
Monsiváis, Ca.rlos. "Reír llo rando (notas sobre la culcura popLdar urbana)". Moisés Ladrón de
en América Larina en los 80 . D escuellan también el pensamienco filosófico así como lã- - - :
G uevara, coord. Política cultural dei Estado Mexicano. México: CEE-GEFE, 1983.
c rítica de arte y li teratura, y en otros escricos y emprendimientos aparece el curador, el
Ortiz, Renato. A M oderna tradição brasileira. São Paulo: Brasiliense, 1988.
ficcionalista y el internauta.
Schwarz, Roberto. "As idéias fora do lugar". Ao Vencedor as Batatas. São Paulo: Duas Cidades,
Si bien e n Las culturas populares en el capitalismo (1982) ya se dejaban ver los prin-
1977. 13-28.
cipies de hibridismo y reconversión, es la aplicación exhausriva de estes a lo culto, lo
p opular, lo massmediático, el consumo, el mercado y la identiclad en Culturas híbridas
lo que hace que se reconozca este libro como fundamento para los subsiguienres pro-
yectos. El consumo se aborda en El consumo cultural en México (1993) y Consumidores
y ciudadanos (1995); e! urbanismo en La ciudad de los viajeros (1996) y Cultura y comu-
nicación en la ciudad de México (1998); los medios masivos en Los nuevos esvectadores
Cine, televisión y video en México y luego su rearticulación digital en Lectores: espectado~
res e internautas (1997); la economía política de la cultura en La educación y la cultura
ante el 1i'fltado de Libre Comercio (1993); la globalización y la inrerculruralidad en La
globalización imaginada; la hibridación clcl arre y otras esferas culturales y sociales en
La soriedad sin relato: Antropología y estética de la inminencia (201 0). Desde luego, estas
temáticas se cruzan, requiriendo una gran comperencia transdisciplinaria, pues el ob-
jeto de estuclio siempre es complejo, como la realidad misma.

Obras citadas
Brunner, José Joaquín. Un espejo triu1do: Ensayos sobre cu/tum y políticas rnlturales. Santiago de
Chile: FLACSO, 1988.
García Canclini, Néstor. Lm culturas populares en el capitalismo. México: Nueva lmagen,
l982.
---. Culturas híbridas. Estrategias para entrar y salir de la modmzidad. México: G rijalbo / CO-
NACU LTA, 1990.
---. Consumidores y ci11dada11os. Conflictos multiculturales de la globalización, México: Grijalbo,
1995.
---. Lectores, espectadores. e internautas. Barcelona: Gedisa, 1997.
---. Laglobalización imaginada, Barcelona/Buenos Aires/Méx.ico: Paidós, 1999.
---. La soc;ed11d sin relato: Antropología y estétirn de la inminencia. Buenos Aires: Kacz, 201 0.
---, et al. La educación y la rnltura ante e/ Tratado de Libre Comercio. México: N ueva lmagen,
1993.
---, et al. La ciudad de los viajeros. Travesías e imaginarios urbanos: México 1940-2000. México:
G rijalbo / UAM, 1996.
---, coord. E/ consumo cultural en México. México: CONACULTA, 1993.
PARA UNA ANTOLOGÍA DEL S IGLO XX 5'J7

cada capítulo remire a los o tros, y entonces ya no importa saber por qué acceso se
C_ulturas híbridas: estrategias para entrar y salir- llegó.
de la modernidad* ·' Pero iCÓmo hablar de la ciudad moderna, que a veces está dejando de ser moder-
na y de ser ciudad? Lo que era un conj unto de barrios se derrama más allá de lo que
podemos relacionar, nadie abarca todos los itinerarios, ni rodas las ofertas r.,ateriales y
simbólicas deshilvanadas que se presentan. Los migrantes arravi esan la ciudad en mu-
NÉSTOR ~ARCÍA CANCLINI
chas direcciones, e instalan, precisamente en los cruces, sus puesros barrocos de dulces
regionales y radios de contrabando, hierbas curativas y videocasetes. iCómo estudiar
- ---'---- - -- ]as astucias coo que la ciudad intenta conciliar rodo lo que !lega y prolifera, y trata de
R econversión contener el desorden [ ... ]?
iCómo fusiona la hibridación estruccuras o prácticas sociales discretas para generar Las ciencias sociales contribuyen a esta dificultad coo sus diferentes escalas de ob-
nuevas escruccuras y nuevas práccicas? A veces esto ocurre de modo no planeado , o es servación. El antropólogo !lega a la ciudad a pie, el sociólogo en auto y por la auropista
resultado imprevisto de procesos migratorios, turísticos y de incercambio económico principal, el comunicólogo en avión. Cada uno regis tra lo que puede, construye una
o comunicacional. Pero a menudo la hibridación surge de la creacividad individual visió n distinta y, por lo tanto, parcial. Hay una cuarra perspecciva, la dei historiador,
colectiva. No solo en las artes, sin o en la vida cocidiana y en el desarrollo tecnoló [ que no se adquiere entrando sino saliendo de la ciudad, desde su centro anciguo hacia
co. Se busca reconvertir un pacrimonio (una fábrica, una capacitación profesional, ~11 las orillas contemporáneas. Pero el centro de la ciudad accual ya no está en el pasado.
conjunto de saberes y técn icas) para reinsercarlo en nuevas condiciones de producción La historia dei arte y la literatura, y el conocimiento científico, habían identificado
y mercado. Aclaremos el sign ificado cultural de reconversión: se utiliza este término repertorios de co ntenidos que debíamos manejar para ser cultos en el mundo moderno.
para expl icar las escrategias mediante las cuales un pintor se convierce en disenador, 0 Por orro lado, la ancropología y el Folclor, así corno los populismos políticos, ai reivin-
las burguesías nacionales adquieren los idiomas y orras comperencias necesarias para dicar el saber y las prácticas cradicionales, consticuyeron el universo de lo popular. Las
reinverrir sus capicales económicos y simbólicos en circuitos transnacionales 1• También industrias culcurales engendraron un tercer sistema de mensajes masivos que fue acen-
se encuentran escrategias ele reconversión económica y simbólicá en sectores populares: dido por nuevos especialistas: comunicólogos y semiólogos2 (1989, 16).
los migrantes campesinos que aclaptan sus saberes para trabajar y consumir en la ciudad,
o vinculan sus arcesanias con usos modernos para inceresar a compradores urbanos; los [...l
[Los] tradicionalistas imaginaron culturas nacionales y populares "aucéncicas." Los
obreros que reformulan su culmra laboral ante las nuevas tecnologías productivas; los
modernizadores concibieron un arte por el arte, un saber por el saber, sin fromeras
movimientos indígenas que reinsenan sus demandas en la política transnacional o en
territoriales, y confiaron a la experimentación y la innovación autónomas sus fancasías
un discurso ecológico, y aprenden a comunicarias po r radio, televisión e Internet. Por
de progreso. Las diferencias entre esos campos sirvieron para organizar los bienes y las
tales razones, soscengo que el objeto de estudio no es la hibridez, sino los procesos de
instituciones. Las arcesanías iban a ferias y concu rsos populares, las obras ele arte a los
hibridación. E] análisis empírico de estos procesos, articulados a estracegias ele recon-
versión, muesua que la hibridación inceresa canto a los sectores hegemónicos como a museos y las bienales.
Las ideologías moderniza.doras, desde el liberalismo dei 19 hasta el desarrollismo,
los populares que quieren apropiarse los beneficios de la modernidad (2001, 16-17).
acencuaron esta comparcirnentación rnaniquea ai imaginar que la modernización ter-
minaría con las formas ele producción, las creencias y los bienes cradicionales. Los
Estudiar la modernidad
mitos serían sustituiclos por el conocimiento científico, las arresanías por la expansión
Para analizar las idas y venidas de la modernidad, los cruces de las herencias indíge-
nas y coloniales dei arte concemporáneo y las culturas electrónicas, tal vez sea mejor no de la industria, los libras por los medios a.udiovisuales de comunicación.
hacer un libro [... ] Q uizá puede usarse este texto como una ciudad, a la que se ingrcsa
por el camino de lo culto, el de lo popular o e! de lo masivo. Adentro. rodo se mezcla, Las nocio nes de culto, populary masivo serán discutidas conceptuJ e,hisróricamcnce en varios
capítulos. La más incómoda es la primera: ies preferible hablar de culto, e\icista, erudito o hegemó-
· Tomado de: Nésror Garcia Canclini, Culturas híbridas: estrtttegias para entrar y salir de ln nico? Estas denominaciones se superponen parcialmente y ni11guna es satisfactoria. Erudiro resulta
modernidad, México, D.F., Grijalbo, 1989; y de Culturas hibridas: estrategias para entrar y salir de la más vulnerable, porque define esta modalidad de organizar la culmra por la vastedad del saber
la modernidad, nueva edición, Buenos Aires, Paidós, 200 1. Se seõalará ai fin de cada fragmento la reunido, mienrras oculta que se trata de un ripo de saber: ino son eruditos rambién el curandero y
edición correspondience. Selección realizada por George Yúdicc. el arcesano? Usaremos las nociones de é!ice y hegemonía para seõalar la posición social que confiere
1
Pierre Bourdieu, La distinction. Critique social du jugement (Paris: Minuit, 1979), pp. 155, 175, a lo culto sus privilegios, pero emplearemos más a menudo este último nombre, porque es el más
354. utilizado en espaõol. ·
598 ' CRÍTICA LITERAR!A Y TEORÍA CULTURAL EN AMÉRICA UTINA
PARA UNA ANTOLOGÍA DEL SIGLO XX . 599

Hoy existe una visión más compleja sobre las relaciones entre readiei, -~ • ._; -=.;-3..;:;_
. • ai no es 6orrado por la mdustrialización
d a d • Lo cu Ito trad 1c1on . de los b·on Y modern·
. ~, 1• • - · ·•• constantemente e! consumo, es menor la posibilidad de reservar reperrorios exclusivos
3
cos: Se publican más libras y ediciones de mayor tirada que en cualq . ie~es s1rnbólJ- . .-_. · para minorías • No obstante, se renuevan los mecanismos diferenciales cuando diversos
· H b . uier epoca anê · ·· suJ·ecos se apropian de las novedades (1989, 84-85)
nor. ay o ras eruditas y a la vez m asivas, como E! nombre de la rosa t d d e-
h , . . . ., ' ema e ebat
ermeneuncos en s1mpos1os y ramb1en bestseller: había vendido a fines de es · [...]
19861 11
de exhibirse la película filmada sobre esa novela, cinco millones de eJ·em 1 ª _\es - Ser arrisca o escritor, producir obras significativas en media de esta reorganización
· · 1 P ares en vem · ,·
ncmco enguas. Los relatos de García Márquez y Varoas Llosa alcanzan m' , . · de la sociedad global y de los mercados simbólicos, comunicarse con públicos amplios,
1 , 1 fil
que as pe11cu as macias sobre sus textos (1989, 17). o as pu 61 tco
se ha vuelro mucho más complicado. Dei mismo modo que los artesanos o productores
- - ~~ - populares de culcura, según veremos luego, no pueden ya referirse solo a su universo
Reorganización cultural en la segunda mitad dei siglo 20 rradicional, los arriscas rampoco logran realizar proyectos reconocidos socialmen te si se
[...] encierran en su campo. Lo popular y lo culto, mediados por una reorganización indus-
Casi la única dinámica social que se intenta entender en la literatura crítica sobre el trial, mercantil y espectacular de los procesos simbólicos, requieren nuevas esrrategias.
arre y la cultura de los anos sesema y princípios de los setenta es la de la d d . AI llegar a la década dei noventa, es innegable que América Latina sí se ha moder-
S d · . ., ·' epen enc1a.
e escu1da la reorgantzac1on que se estaba produciendo desde dos o rres décadas antes nizado. Como sociedacl y como cultura: el modernismo simbólico y la modern ización
en los campos culcurales, y en sus relaciones con la sociedad Esta falla se ha socioeconómica no esrán ya ran divorciados. El problema reside en que la moderniza-
al . 1 ah . ,.. ,. · ce patente
, 1e eer ora los man1fiescos, los anál1s1s polmcos y estéticos, las polémicas de aquella ción se produjo de un modo distinto al que esperábamos en decenios anteriores. En
epoca. esta segunda m itad dei sigla, la modernizació n no la h icieron tanto los Estados sino la
. La ':.ueva mirada sobre la comunicación de la cultura que se construye en los úl- iniciativa priv.ada. La "socialización" o democratización de la culmra ha sido lograda
tlmos anos parte de dos rendencias básicas de la lógica social: por una parte la _ por las industrias culcurales -en manos casi siempre de empresas privadas- más que por
. r ., ! fi d 1 ' espe
eia 12ac1011 esrrati cación e as producciones culturales; por orra, la reorganización la buena voluntad cultural o política de los procluctores. Sigue habiendo desigualdad
de las 1:elac10n~s entre lo público ~ lo privado, en beneficio de las grandes empresas y en la apropiación de los bienes simbólicos y en el acceso a la innovaci6n culmral, pero
fundac1ones pnvadas [... ] [F) ue el incremento de inversiones diferenciadas en los mer- esa desigualdad ya n o tiene la forma simple y polar que creímos encontrarle cuando
cados de elite y de masas l o que más acentuó el alejamiento entre ambos. Aunada a la dividíamos cada país en dominantes y dom inados, o el mundo en imperios y naciones
creciente especialización de los productores y de los públ icos, esta bifurcación cambió dependientes. D espués de este seguimiento de los cambios estructurales, hay que ave-
el sentido de la grieta entre lo culto y lo popular. Ya no se basaba, como hasta la prime- riguar cómo reubican sus prácticas diversos actores culturales -productores, incerme-
ra m 1tad dei s,glo_XX, en la separación entre dases, entre elites instruídas y mayorías <liarios y públicos- ante tales contradicciones de la modernidad, o cómo imaginan que
analfabetas o sem1analfabetas. Lo culto pasó a ser un área cultivada por fracciones de la podrían hacerlo (1989; 92-93).
burgue~ía y d_e los sectores medios, m ientras la mayor parte de las dases altas y medias,
y la cas1 total1dad de las dases populares, iba siendo adscrita a la prooramación masiva Reconversión culta
0
de la industria cultural. Desde sus textos tempranos [Octavio Paz] afirma que la libertad q ue el artista ne-
Las indl!Strias culturnles proporcionan a la plástica, la literatura y la música una cesita se obtiene alejándose dei "príncipe" y dei mercado. Pero de hecho en su obra ha
repercusió~ más extensa que la lograda por las más exicosas campaíi.as de divulgación ido creciendo la inclignación frente ai poder estatal, mientras cn sus vínculos con el
popular ongmadas en la buena voluncad de los artistas. La m ultiplicación de concierros mercado busca un:1 rclación productiva, rccurre a los medios masivos para expandir ,u
en penas folclóricas y actos políticos alca.nza un público mínimo en comparación con discmso. El énfasis antiestarista de Paz va unido a la defensa de una concepción a la vez
lo que ofrecen a los mismos músicos los discos, los casetes y la televisión. Los fascícu- tradicional y moderna, arnbivalence, sobre la autonomía dei campo artístico (1989; 96).
los culturales y las revistas de moda o decoración vendjdas en puescos de periódicos y
supermercados llevan las innovacio.nes !iterarias, plásticas y arquitectónicas a quienes
nunca visitan las librerías ni los museos. • Es un ejemplo magnifico de córno pueden combinarse la adhesión militante a1
modernismo estético con un rechazo enérgico de la modernización socioeconómica.
Junto con este cambio en las relaciones de la "alta" culm ra con el consumo masivo,
El aspecto material de la modernidad cuya expresión burocrática y perversa serían los
se :11º~ifica el acceso de las diversas dases a las innovaciones de las metrópolis. No
Estados, ahoga con "geomecrías racionales" la realidad viva, los mitos y los tiros que la
es md1spensable pertenecer a los danes familiares de la burguesía o recibir una beca
dei extranJ~ro para estar encerado de las variaciones de] gusco artístico o político. El
cosmopolit1smo se democratiza. En una cultura industrializada, que necesita expandir Sobre estas rransfo rmaciones casi rodo está por ser investigado. Menciono un texto precursor:
José Carlos Durand, Arte, pri vilégio y distinção (São Paulo: Perspectiva, 1989).
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CRÍTICA LITERARIA Y 1'EORÍA CULTURAL EN AMÉRICA UTINA
~- PARA UNA ANTOLOGÍA DEL S IG LO XX 601

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preservan. La m isión paradójica de los incelectuales y artistas seda la de iluminar . ·, ' · ! relaciones públicas que propician los medias masivos. Entonces, incorpora a su actua-
el r.e splando.r ~e- l~s innovaciones estéticas, los valores _rradicionales descuidado~: 'e~º: · ción como escritor un género específico de ese espacio en apariencia extraliterario: las
1
URSS, el pnmmv1smo dei pueblo ruso; en Europa occ1dencal, las múltiples tradicio · declaraciones a los periodistas (1989, 104).
, .
poet1cas_ ' d el rorna~t1c1smo,
que se d·1sgre~an.d es_p ues · · pero d e Jas que Paz quisier<J. rec~--
nes
perar el impulso comun s1gu1endo a autores tan dispares como Baudelaire y Mall - · -; [...]
· arme - Estas declaraciones continúan su obra porque las hizo un género más, y también
E1iot, Pound y los surrealistas; en M éxico, una rnezcla de la herencia cultural precolom · ~
. 1 1 •a1 h
b ma, a co orn novo ispana y un zapatismo interpretado como utopía premodern·a·~ porq ue su estética es coherente con la de su narrativa y su poesía. Literatura autónoma
e innovadora, pero a la vez capaz de admitir sus dependencias, la de Borges incorporó
(198 9, 97 ) . . ------- b
_ _ _ _ _·_. ..,'._··, a los textos las citas y las traducciones como constancias de que escri ir, sobre todo en
[... ] países periféricos, es ocupar un espacio ya habitado (1989, 105).
La pregunca de fondo, que excede esta exposición, es cómo se reconvierce ese con-
junto de cradiciones simbólicas, procedimiencos forrnales y mecanismos de distinción -.=. . [... ]
Todos los soporces dei arte moderno - la novedad, la celebridad individual, las fir-
que se !lama arre culto cuando inceractúa con las mayorías bajo las regias de quienes
mas que parecen conferirle autencicidad, el cosmopolitismo y el nacionalismo- son
suelen ser sus más eficaces comunicadores: las industrias culcurales (1989, 101).
ficciones frágiles. Según Borges mejor que indignarse por la irrespetuosa demolición
Es aquí donde puede ser Útil la confroncación con Borges. Como Paz, é! también
que les inflige "la sociedad de roasas", es asumir, mediante este trabajo escéptico, la
opuso el escri tor al político, el escritor como expresión máxima de lo individual y el
imposible auconomía y originalidad de la literatura. Quizá la carea del escri to r, en un
político como rnanifestación de amenazas colectivizantes. Se conocen sus declaraciones
tiernpo en que lo licerario se forma en la inceracción de diversas sociedades, distintas
anarq uistas, su deseo de que haya "un mínimo de gobierno" y que e! Estado no se note
dases y cradiciones, sea reflexionar sobre esta situación póstuma de la m odernidad. Las
como en Suiza, "donde no se sabe cómo se llama el presidente" (posición practicad~
paradojas de la narrativa y de las declaraciones borgeanas lo colocan en el centro dei
con vaivenes cuando su adrniración por los conservadores lo llevó a elogiar gobiernos
escenario posmoderno, en este vércigo que generan los ritos de culmras que pierden sus
aucoritarios).
fronceras, en este simulacro perpetuo que es el mundo (1989, 106).
Él tarnbién supo la incomodidad de ser Borges, los sobresalros que hay que pasar
para sostener un proyecto artístico culto en medio de la masificación cultural. En sus [...]
últimos anos, Borges fue, más que una obra q ue se lee, una biografia que se divulga. Recepción y conswno
Sus paradójicas declaraciones políticas, la relación con su mad re, su casamienco con Un cambio metodológico puede abrimos otra perspectiva. Hasta aquí indagamos
lviaría Kodama y las noticias referidas a su muerte mostraron hasta la exasperación una el destino de 1~ modernidad desde los lugares de quienes la emiten, la comunican y
tendencia de la cultura masiva ai tratar con el arte culto: sustiruir la obra por anécdotas, reelaboran. H ay que mirar cómo se desenvuelve desde el lado de los receptores. Un
inducir Lm goce que consiste menos en la fru ición de los textos que en e1 consumo de camino para averiguarlo es la investigación sobre el consumo cultural. E l o tro es el es-·
la imagen pública. cudio y el debate sobre la situación de las culturas populares. Esta segunda vía en parte
Lo que vuelveinstructivo el caso borgeano es que en las últimas décadas él convirrió se superpone con la anterior, aunque no enccramente: porque los únicos receptores de
esa interacción obligada con la comunicación rnasiva en una fuence de elabo ración crí- la cultura no son las dases populares y porque desde el punco de vista teórico y meto-
tica, un -lugar donde el representante de la literatura de elice ensaya qué se puede hacer dológico ambas estrategias de invescigación han seguido rumbos separados. Trataremos '--
con el desafio de los medias. las relaciones entre modernidad y culturas populares en un capítulo posterior. Aquí
La primera reacción es que el arrisca culto no puede evitar intervenir en el mercado vamos a analizar el ámbito de la recepción.
simbólico de masas, y ai mismo tiempo sentir eso inco lerable (1989, 103).
[...]
[.. .] Es difícil saber qué ucilidad presta la cultura a la hegemon(a por la escasa informa-
<Qué puede hacer el escritor famoso ante las carreras de prestigio en que lo invo- ción disponible en los países lacinoamericanos sobre consumo cultural. Conocemos
Jucran los edirores? [...] [Borges] encendió que la fortuna crítica, la red de lecturas que · las intenciones de las políticas modernizadoras, pero hay poquísimos estudios acerca
se hacen de un escritor, se construye tanto en relación con la obra como en esas otras de su recepción. Existen escadíscicas de asistencia a algunas instituciones y sondeos de
mercado de los medios masivos-. Ni las inscimciones ni los medios suelen averiguar
desde qué pacrones de percepción y comprensión se relacionan sus públicos con los
Esras posiciones de Paz aparecen en varias de sus libras. Seguimos aq uí especialmente El agro
bienes culmrales; menos aun, qué efecto generan en su conducta cotidiana y su cultura
filantrópico (México, D.F.: Joaquín Moniz, 1979) y Los hijosdel limo (México, D .F.: Seix Barrai, 3a.
reimpresión, 1987), caps. III ai VI. política (1 989, 133).

•. ·:,, . ~ .. .
'
6U2
' CRfTICA LITERARIA y TEORÍA CULTURAL EN AMÉRICA LATINA
PARA UNA ANTOLOGÍA DEL SIGLO XX 603
[ ... ]

[L)a noción de público es peligrosa si la tomam . ~--· ·. ·polícica continua destinada a popularizar la culmra y desarrollar fuentes simbólicas
y de com . os como un conJunco h 0 • b d b l b I d
porcamientos constantes. Lo que se denom • , 61 . . rnogéneo propias, con cam ios e rum o pero sin las a reraciones ruscas de los go pes e Estado
de se e ma pu 1co en ngo ,
e ores que percenecen a estratos económicos y educativ di r es una surna sufridos en otros pa1ses. La conclusión es que la cultura moderna ha sido compartida
consumo cultural Y disponibilidad diferencés parar l . os verlsos, con hábitos de por una minoría (mucho más amplia, es evidente, que si no hubiera habido revolu-
en eJ d S b e ac1onarse con os bi fi - .
merca º· 0 re todo en las sociedades comple·as d d j enes O recidos· ción) y que las culturas étnicas o locales no se fusionaron plenamente en un sistema
muy_ hecero?énea, coexisten varias estilos de recepció~ ' c:n e ª -~ferra cultural es simbólico nacional, aunque tampoco ya pueden ser ajenas a é!. N i el proyecto moder-
s
relacwnes dispa'.es con bienes procedentes de cradicione: cul:pren ion, formados eii • nizador ni el unificador criunfaron totalmente. Pero su éxito relativo tampoco autoriza
s
E ra heterogeneidad se acencúa en las sociedades lar" . as, pop ulares Y rnasivai - -~ - utopías tradicionalistas. Dicho de otro modo: no Llegamos a una modernidad, sino a
de tem o 1·d 1 d hº moamencanas por la co . - - - --~ - - d I b d
P ra a es 1scóricas distintas. nv1vencià - varias procesos esigua es y com ina os de modernización. Por eso hoy el rasgo más
s
Sobre e cas bases, la estética de 1a recepción cuesf . definido, el adjetivo menos indeciso en el discurso de los funcionarias culturales, no
únicas O JOna que ex1stan interp • d . alº . . . . l . .
correctas, como tampoco falsas de los texc 1. . --r d reraciones es el e nac1on isca o md1gen1sta o moderno, smo e que designa a la soc1edad como
mens . ' 1 os treranos. 10 a esc . "
ªJe, eScan Pagados de espadas en blanco ' , si·len cws,
• m . rerst1c1os
. . e 1 neura, todo "pluralista. Pero ~qué puede significar hoy esta palabra? (1989, 145-146).
P era que e I l eccor produzca sentidos inéditos Las ob , E , n os que se es-
pe rezosos,, que exigen la cooperación dei Ieee . ras, seoun co son e, .
d I b ' mecanismos Lo popular
Por supuesro, las obras suelen incluir insrrucc· or, e _especrador, pai-a complerarlas5.
, .· . . 10nes mas o menos velad dº .. Dei lado popular, hay que preocuparse menos por lo que se extingue que por lo que
reto11cos, para induc1r leccuras y delimitar la . ºd d d . as, ispos1nvos se transforma. Nunca hubo tantos artesanos, ni músicos populares, ni semejante difu-
visión más sociológica, en general ausente en ~:c~:1cé:icap~o ucnva d~I, rec~ptor. Una sión dei folclor, porque sus producros mancienen funciones tradicionales (dar trabajo a
esras estracegias de condicionamienc0 l . . e la recepc10n, mcluirá en
bl" . as operac1ones editorial indígenas y campesinos) y clesarrollan otras modernas: atraen a ruriscas y consumidores
pu ic1dad y la crítica. Pero lo fúndamental es ue ser es Y_ museográficas, la urbanos que encuentran en los bienes folclóricos signos de distinción, referencias per-
sión y recepción, y se vea en esta asirnerría la ; ºbTd e~on~zca la as1rnerría emre emi- sonalizadas que los bienes industriales no ofrecen.
No habría propiamence literatura ni ane si : ~ s1 '. i . a m1sm_a de leer y m irar el arre.
La modernización disminuye el papel de lo culto y lo popular tradicionales en el
repiriéndose en un mono'logo . . bl o o ex1sr1eran conjuntos de textos y obras
rncermma e. - conjunto dei mercado simbólico, pero no los suprime. Reubica el arre y el folclor, e!
Hay un cambio de objeto de estudio en la estética comem ' . saber académico y la cultura industrializada, bajo condiciones relativamente semejan-
ya no es analizar solo obras sino las dº . ' poranea. Analizar el arre
. 1 ' con 1cmnes texcuales y e e al tes. E! crabajo dei arrisca y el dei artesano se aproximan cuando cada uno experimen ta
soc1a es, en que la inceracción entre 1 . b d l x rarextu es, estéticas y
. os miem ros e campo d que el orden simbólico específico en que se nurría es redefinido por la lógica dei mer-
sentido. Si bien la estética de la . ., b . engen ra y renueva el
1ecepc1on era ªJa con e r . cado. Cada vez pueden suscraerse menos a la información y la iconografia modernas,
mático es aplicable a orros campos artísticos (1989, 14~~~~3;.teranos, sugiro paradig- a1 desencantamienco de sus mundos autocentrados y ai reencantamiento que propicia
[... ) la especcacularización de los medias. Lo que se desvanece no son tanto los bienes antes
y
En estas vacilaciones concradicciones irresue!cas d 1 . conocidos como cultos o populares, sino la precensión de unos y orros de conformar
ambigüedacles de Ja moderniz . , I . . e consumo se man1fiesran las universos aucosuficiences y de que las obras producidas en cada campo sean únicamen-
1a desigual apropiación d 1 acwn, .
a coex1stenc1a de rrad·c·
. E I ' 1 iones cu1rura les d iversas y te "expresión" de sus creadores (1989, 17-18).
e patnmonm • n as opiniones I d 1 b
recen el éxico - relativo- y l fj ·1 . Y os gustos e pú lico apa-
e racaso - re anvo- de la mod • . , .al [... ]
nismo cu/curai ·Cuál e l fi . ern1z.ac1on soc1 y el moder-
.~ s entonces a e cacia dei p . d Hay que preguncarse ahora en qué sentido y con qué fines los sectores populares se
Tal vez México sea e/ paí 1 e· . d royecro mnova or Ydemocracizador?
s a tnoamencano onde la r adhieren a la modernidad, la buscan, mezclan con sus tradiciones. Un primer análisis
más compleja y más den espues ca a esta pregunra resulta
sa, porque cuvo 1a experiencia m' t l 1 consistirá en ver cómo se reesrruccuran las oposiciones moderno/tradicional y culco/
moderna en una sociedad q . ' . as emprana e e revo ución
ue no quisa renunciar a s dº • • popular en los cambias de los arcesanos en las fiesras (1989, 192).
coloniales una experienc· d us tra ic10nes precolombinas y
- • ia que pu o ser más radicaly p1·olongada porque desplegó una [...]
s Umberco Eco, Lector in fabula (Barcelon·t· Lumen l
Cuando hace creinca aiíos varias pueblos de Guerrero comenzaron a producir y
Jauss, Pour une esthétique de la recent. (P , G-.JI· ' 98 ]), P· 76. Cf. también Hans Robert vender pinturas hechas en papel de amare, en parte por influencia de arriscas, algu-
7h ,r ,, zon ans: a 1mard 1978)· y w lf: 1h ,r
a eory º1 A esthetic Response (Londres: Roucled e & Ke 'a ' o ang 1se~, e ~ct º1 Ret1di11g: nos folkloriscas pronoscicaron la deçadencia de sus readiciones étnicas. [...] Después
1978). · g g n Y The Johns Hopkins Urnversicy Press,
de vivir varias aii.os en los pueblos produccores y seguir el ciclo de sus adapcaciones
[Catherine Good Eshelman) cuvo que admirir que la crecience inceracción comercial
604
CRÍTICA LITERARIA Y TEORÍA CULTURAL EN AMÉRIC A UTINA PARA UNA ANTOLOGÍA DEL SIGLO XX 605

econ b'é 'b Y el


. la sociedad fi mercado
ai . nacionales no so'lo les perm1·ci'an meJ·orar economicam
, . · - -~- han Jograd o esta ad aptación exicosa ai d esarrolio capiraiisca. "voraces intermediarios,
I I
e, .tam n an ore eciendo sus relaciones internas El origen · d' en- - · estructuras arcaicas e inJ'ustas de explotación campesina, gobiernos antidemocráticos o
d ali fiOlkl' · " d b · m igena no era·«
ec e onco que a a atracción exó tica a sus productos ni un b , un represores, y las propias dificultades de las etnias para reubicarse en la modernidad, los
· 1 , ' o staculo
mcorporarse ª ª economia capitalista, sino "la•fuerza movilizadora y d . para mantienen en una pobreza crónica. Si se hace e! cálculo de cuántos artesanos o grupos
1 "6 e IO eterm1nante
e proceso · orno muescra e! trabajo histórico de la autora esos pu 61 en étnicos han conseguido un nivel digno de vida con sus tradiciones o incorporarse ai de-
i ' d · d ' e mpuuo
argos peno os expenmencan o escrategias, muchas veces frustradas hasc II n sarrollo moderno reduciendo la asimecría con los grupos hegemónicos, los resultados
hall ' · , • d
' azgos economicos Yescet1cos e las pinturas en amace. Su origen est'
' ª egar a lo
I 'd 5 son deplorables. Peor aun: la reconversión redente de las economías latinoamericanas
· d · J ª mu ti ete
mina o: n acieron en os anos cincuenta, cuando los nahuas de Ameyal a1c r- --- agrava la segmentación desigual en e! acceso a los bienes económicos, a la educadón
desd d J ·st , tepec, rareros •
e antes e ª conqui a, que vend1an sus máscaras y ceniceros en c· d d - · - -- - media y superior, a las nuevas cecnologías y ai consumo más sofisticado. La pregunta
1d I d iu a es cerca
nas, tras ª aron as ecoraciones de la cerámica ai papel de amace L d'b • - que queremos hacer es si las luchas por ingresar a escos escenarios de modernización
. difu . , . . os I UJOS era
annguos, pero su SJOn nacional e internacional empezó a volcarlos ai n son las únicas que les conviene dar a los movimiencos populares de fugencina.
ad , d 'b']' amare que
- emas e posi i 1tar com posiciones más compleJ·as- es de menor peso · 1b' La acum ulación de los e1·emplos anteriores no refuta nada de lo que se conoce sobre
f, ' 'J ' f;' ·1 d que e arro
menos ragi Y mas aci e transportar (1989, 219). ' la explocación laboral y la desigualdad educativa. Tampoco escoy sugiriendo que a los
[... ) arcesanos pobres les irá mejor si imiraran a los alfareros de Ocumicho y los pintores
Aunque esros artesanos cienen una profusa actividad comercial exrendid . de Ameyalcepec: entre ocras razones, porque las escruccuras desiguales que ordenan
t~do el ~aís, se organizan para no desacender la agricultura, ni las o bligacione: [~r casi las relaciones entre producción campesina e ir.dustrial, entre artesanía y arre, vuelven
ntales, nt los servidos comunirarios. Invierren las o-anancias arcesanales en ti . eterno- imposible que los quince millones de arresanos que existen en el continente accedan
males, viviendas y fiescas internas ... A través de la :ompra de maceriales y tiras, ani- a los beneficies económicos y simbólicos de las dases altas y medias. Pero para repetir
de bienes ajenos transfieren parte de su excedence ai mercado nacional y tra~s~~n~um~ esco no agregaría un cículo más a la bibliografía.
pero el concrol más o menos igualicario de sus fuences de subsiscencia )' el co ci?n~' Más bien se trata de ave riguar si lo que significa, en este marco de injustida, man-
artesanías les permite soscener su idencidad étnica. Gradas ai cuidado de. . merciod_e cener las cradiciones o participar en la modernidad ciene para los sectores populares el
. ( l ctercas tra 1- d d l d d d A1 1
ctones. e control coleccivo de las tierras y el sistema de reci procidad), la renovación de senti o que era iciona iscas y mo erniza ores vienen imaginan o. seguir a os mi-
su oficio arre~anal y el rea~omodo a una inceracción compleja con la modernidad han grantes temporales o permanentes en las grandes ciudades, ai oír sus comencarios sobre
logrado una mdcpendenc1a floreciente que no hubieran conseguido encerrándose en los hábitos de ocras naciones, sobre las o portunidades y desvencajas de la vida urbana o
sus relaciones ancescrales (1989, 220-221 ). de las nuevas tecnologías, y cómo insercarse hábilmente en las reglas comerciales mo-
dernas, resulta aplicable a muchos de ellos lo que Good Eshelman afirma de los nahuas
Recon_versión hegemónica y reconversión popular que producen y venden amares:
ElJ incremento de
, las
. artesanías en países industrializados revela, seg{m sefialé antes, Son muy mundanos y sofisticados [...), u_san la vida de su p ueblo y sus cos-
q_ue e ª:ance econom1eo moderno no implica eliminar las fuerzas produc civas que no
cum bres como norma para procesar información y entender a los demás [...).
si~ven ~1reccamence a su expansión si esas fuerzas cohesionan a un sector numeroso, Su éxico comercial se debe precisamente a esta accicud mental tan abierta y
aun sacis~acen necesidades sectoriales o las de una reproducción equilibrada dei siste- Aexible que les permite moverse en un mundo complicado, variado, en el
ma. A la inversa, Y complemenrariamence, la repruducdón de las cradiciones no exige que cienen experkncias y relaciones económicas muf diversas8 •
cerrarse ~ la rnodernización. Además de escos casos mexicanos, ocros de América Lati-
na, por CJempl? el de Otavalo en Ecuadoc7, muesrran que la reelaboración heterodoxa Esta relación fluida de algunos grupos tradicionales con la modernidad se observa
-~ero aur~gestiva- de las tradiciones puede ser fuence simbólica. Ni la modernización cambién en luchas políticas y sociales. En vista de la irrupción de industrias y represas,
exige abol1r las tradiciones, ni el destino fatal de los grupos tradicionales es quedar o am e la !legada de sistem as transnacionales de comunicación a su vida cocidiana, los
fuera de la modernidad. indígenas y campesinos han debido informarse de descubrimientos científicos y cecno-
· dígenas no
Es sabido que en ocras zonas de México y de Amé1·1·ca Lar·ma 1os m logías de puma para elaborar posiciones propias. Los índios brasilefios que enfrencan la
desrrucción de la selva amazónica y los carascos de Sanca Fe de la Laguna, en México,
que lograron impedir a principies de los ochenta la instalación en sus tierras comunales
~F. h
Car erine Good Eshdman, H nciendo ln luchn. Arte y comercio nah11ns de Guerrero (México,
... F.C.E., 1988). de una central nuclear, muescran cómo pueden afirmarse las rradiciones de producción
Lyn Walrer, "Ocavaleiio Developmenr, Erhnicity, and Narional Inregrarion" América fndíue-
1111 2 (1981): 319-338. • o
Eshelman, op cit., pp. 52-53.
6/ · CRÍTICA LITERARIA Y TEOIÚA CULTURAL EN AMÉRICA LlTINA
PARA UNA ANTOLOGÍA DEL SIGLO XX 607
- ...~ :;.. -
..,,.,-\,,,,
d
• fi d · I L O · · ' d D fi d l R N al ' . , Conclusión . . a1· e l l' ·
e este n e s1g o. a rganizac1on e e ensa e os ecursos atur es y qesa,roll :,.... · E ' bl la polémica contra el purismo y el trad1c1on ismo ro c oncos me
Social de la Sierra de J uárez, en la q ue zapotecos y chinantecos se unieron para prote O · s posi e que d h 'b ·d · ' s· b go
sus· bosques frente a las industrias papeleras, no se queda en la simple preservaciónger..
de - haYa llevado
h a preferir
eito los casoselprósperos
más evidente e innovadores dee las1 mezclas
sentido contradiccorio n ac1on_-mterculcurales.
IIl em ar ,
sus recursos: ha conformado una educación basada en sus formas comunales de trab · . · . hoy se \:~ pasar dei carácter descriptivo de la noción de hibridación -como fusión
y en una visión ecológica completa sobre el desarrollo de su región y de México: 50;;e~ ;""' ·· -
JuSCamen d' t a elaborada como recurso de explicación, advertimos en qué
n1'd a por sus creencias en la naturaleza pero .mfiormad a a Ia med'd d
I a e quienes cónstru-.·
de os
estructuras iscre as-
las mezclas pueden ser productivas y cuándo generan confüccos . d_eb'd l
1 .º a o que
yen caminos pensando sólo en sus ganancias, ~no para comunicar a los pueblos"9. · cas . patible inconciliable en la p rácricas reunidas. [... ] Corneio Polar ha
A1 mismo tiempo que la reconversión oficial, se produce la reconversión con quélás..:. - permanece mcom O . , « sale de la modernidad',
dases populares adapran sus saberes y hábitos tradicionales. Para entender los víncul~ -·- - ~ co ntribuido
_, aodría
este avance
entender cuando d ice histórico
de modo que, as1 como se entra yy confüctos
las variaciones . ,
de la meta-
que
d se tejen
1 entre ambas hay que incluir en los análisis de la condición popular, dedi- caro 6 ien se P . h bl , amos de "entrar y salir de la hibridez" [...] (2001, 19).
.. bal .l d d . d 1· fora que nos ocupa s1 a ar 'd 11d . d d d
" o,' " opos,c,one, '"'"'" mno, ,n' o, y omm, o,cr oosmopo ""• '"" En lo, aóo, ochcnca y p<indp;o, de lo, nowm, la modcr:" ' er.1u,ga ' , " '
fo,mas no conwndonalcs de ;m,gcam, la modcm;d,d que se cscuehw cn pu,bJo, d cn,am;cnro po,modemo. Emi<o'" medio de 1, hegcmon'.' que cmon= """"'
como Oc=icho, Am,y,lccpcc y ramo,°''°'· Lo, ""'",o' inccn,mbian daco, sobn cc!dcnda d librn ,pccdó ,u ,miceoli,doni,mo, "' ~ locac,on de 1, hcr,rngcni"d,d
compcadocc, de la ciud,d de México y de &mdos Unidos, wifu, de ,~i, y ho<elc.s'" mukicuk:,ral y ,ranshfa,ó,io, y ,prnecchó !, «kic,, los mccmdacos pm dcs cgm-
Acapulco, cómo usar los teléfonos de comunícaciones de larga distancia, a quién se le al d l d' · alismos Pero al mismo tlempo
pucd, ,~pca, cheques de ,;,j,m, d6nd, cr mcjoc compm lo, apamo, dcmónico, mar las pretensiones
nc ,cs;,d fundament
, cons;dcca, iscas e como
la posmod,rn;d,d os tra una
icionccapa que
· cccmp l •=" '
, l ',Pº"
1
queLtraerán
d a sus casas.
d d b d _ P _ e _, ebi'rla como un modo de problematizar las art1culac1ones que la
·
as uras con iciones e so rev1venc1a ·, en 1a mayoría de
· re d ucen esta a daptac1on, moderna.
_ .d drereli cone con las cradiciones que incenró excluir
estableció . o superar. La d,esco!ecczon
.,
los casos, a un aprendizaJ·e comercial y pragmático. Pero con frecuencia, sobre todo en mo eiru ª l d ·t · t:w.c'ón y la reconver-

las nuevas generaciones, loslos


cruces culcurales de los atrimonios étnicos y fueron
nacionales, así comocomo
a estern onapara
t i _. •
(200 1,
reestruccuración radical de vínculos entre loque venimos ydescribiendo
tradicional lo moderno,incluyen unay
lo popular sión dtsaberes y costumbres examinados recursos h1bndarse
lo culro, lo local y lo extranjero. Basca prestar atención al creciente lugar que tienen en 23).
disefios arcesanales, imágenes dei arte conremporánco y de los medias masivos.
Déjenme contar que, cuando comencé a estudiar escos cambias, mi reacción inme-
diaca era lamentar la subordinación de los productores al gusco de consumidores urbanos [...]Los procesos globalizadores acencúan la interculcur1idad ~o~ema al cre~r ~ er-
y turistas. H asta que hace ocho afios entré a una tienda en Teotidán de! Valle - un pueblo dos mundiales de bienes materiales y dinero, mensaies y m1grnnces. Los UJOS ~
oaxaquefio dedicado ai tejido- donde un hombre de cincuenra anos veía televisión con ~a . ocurr·en en escos procesos han disminuido las fronteras y aduanas, as1
mteracc10nes que . . , fi d h'b -·d ·'
su padre, mientras cambiaban frases en zapoteco. A1 preguntarle sobre los capices con como la auconomía de las tradiciones locales, y prop1c1an mas ormas : t \1; ac1O~
imágen es de Picasso, Klee y Miró que exhibía, me dijo que comenzaron a hacerlos en roductiva, comunicacional y en los estilos de consumo que en _el pasa o. 1__ .ª~ 1_11],.
1968, cuando los visitaron algunos turistas que trabajaban en el Museo de Arte Moderno dPal_d d l' . s de 1cusión derivadas de mig1~ci011es, 111ccrumb1u, LUIIH.. 1--1.d.... )· ..
1 a es c as1ca ' ' · al aure an las
de Nueva York y les propusieron renovar los disefios. Me mostró un álbum con focos las políticas de inreuración educativa impulsadas por Estados nac10n es, se º. g
y recorres de diarios en inglés, donde se analízaban las exposiciones que este artesano mezclas oeneradas ;orlas industrias culturales. Si bien este libro no habla :5mccame:1-
realizó en California. En media hora, lo vi moverse·con fluidez dei zapoceco al espafiol te d e gloºbal 1zac10n,
. . , examin~u procesos d e •mcernactona· 1·1zac·ón
1 •y, cransnac10na
. L · 1
E1zac1 dO11
y al inglés, dei arre a la arcesanía, de su etnia a la información y los entrecenimientos de ai ocuparse de las industrias culturales y las migraciones de ~enca -ª~rna, a sca i°s
la cultura masiva, pasando por la crítica de arte de una mecrópoli. Comprendí que mi Unidos. Aun las artesanías y músicas rrad icionales son analizadas en re ac1~n con _os
preocupación por la pérdida de sus trad iciones no era compartida por este hombre que se . .
circuicos .
mas1vos transnac·1onales, donde los produccos populares suelen ser exp1op1a-
movía sin demasiados confüccos entre tres sistemas culcurales 10 (1989, 221-224). dos" por empresas turísticas y comunicacionales (2001, 23).

Jaime Marrínez Luna, "Resisrencia comuniraria y organización popular", en G. Bonfil Baralla


y otros, Culturas popuúzres y polltica cultural (México: Museo N acional de Culturas Populares/SEP, . . o f Oaxaca
. C ommunmes
1982). Zapotec Weav10g ' ' Mexico"' SEA Society for Economic Anthropology 9.2
(1990) . , R
'º Para un análisis de la modcrnización artesanal en Teoridán dei Valle, véase deJeffrey H. Cohen
11 ,
Ver Amonio Cornejo Polar, 'Mestizaje e h'b
1 n'd ez: los riesgos de las metáforas' , evista
y Harold K. Schneider, "Markets, Museums and Modes of Production: Economic Srraregies in Two
Jberoamericana 180 (1997): 341-344-
608 CRÍT ICA LITERAR!A Y TEORÍA CULT URAL EN A,',!É~CA UTINA

'J
[...]
. Todas las tendencias de abdicación de lo p úblico en lo privado d 1 . ·• Martín Lienhard
· ai . , , e o nacional -0 l0
transnac1on , que reg1scrabamos hace diez anos se han acentuad D . :
· ·• º· os procesos
vos, 111c1p1ences entonces, colaboran en esta reoriencación. Uno I d· . . . nue- . ;
di . . , d I es a 1gnal1zació
me at1zac1o n e os procesos culturales en la producción, la circulació 1 ~-Y
. . . . 1 1
que transfiere 1a 1n1ciat1va y e contra económico y cultural a emp
n y e consurn
. º•
. .
O tro es e1crec1m1enco resas transnacional Miguel Rocha Vivas
de los mercados informales, la precarización d I b . ~s. ; Universidad de Carolina dei Norte, Chapei Hill
mo dal"d 1 ad mas' espectacuiac, eJ narcorreordenamienco de gran parte edetra 1 ªJº Y' en, su • ,,_

1 l' · 1 · · . a economia-
a po m ca, con a cons1gu1ente destrucc16n violenta de los lazos sociales (200 l , _ f- .. : : . ~-
26 27
- ~

[... ]
Las culturas populares no se extinguieron, pero hay q ue buscarias en ot 1 En 1989, el investigador suizo Marrín Lienhard (1946) ganó el prestigioso Premio
1 L ros ugares o de Ensayo Casa de las Américas de Cuba con La voz y rn huella, escritura y confiicto
no ugares. a puesta en escena de lo popular sigue haciéndose en museos . .
f, J J' · • l' .
nes o c on cas, en escenan os po 1t1cos y comunicacionales con estrateg·
Y expos1c1
.
o- étnico-cultural en América Latina 1432-1988. Esta obra, cuyas primeras ediciones se
1 1· , J , ' ias semeJantes publicaron en La Habana (1990), H anover (199 1) y Lµna (1992), alcanzó una edición
a as que ana ice en os cap1tulos 5 y 6. Aunq ue la recomposición revalo ·, d
1 · •, d , rac1on y es- definitiva en México (2003). En la década y media que transcurrió desde la primera
va on zac1on e culruras locales en la globalización acentúa y a veces camb' 1
.b · · ' ia, a gunos
procesos d e h1 ndac16n (2001, 28). versión hasta la presentación final dei libro, el subcontinente latinoamericano -como
prefiere llamarlo Lienhard- ha protagonizado inconcables cransformaciones socio-
culturales. Una de las más importantes es precisamente la crecience visibilización de
las denominadas oralituras y literaturas indígenas. En efecto, en la versión peruana
de 1992 el autor reconocía con agudeza los "embriones de una narrativa escrita (a
partir de la cradición oral) en los idiomas indígenas" (90); es decir, una corriente
literacia en formación cuyos antecedentes podían percibirse en la literatura quechua dei
peruano José María Arguedas; en los relatos de Miguel Ángel Jusayú, escritor wayuu
colombo-venezolano; y en la poética de Ariruma Kowii, poeta kichwa ecuatoriano,
en tre otros autores en lenguas originadas. En esta perspectiva, uno de los aportes de
La voz y stt huella consiste en que ha abierro rucas de interpretación contextualizada de
textos alternativos emergentes en el continente aun antes de su mayor producción y
visibilización socioculrural en los últimos anos. Con todo, antes de la acrual percepción
"generalizada" de las nociones de oralituras y literaturas indígenas -asumidas así tanto
por la crítica como por los propios autores nativos-, Liendhard prefería usar el concepto
de literatura alternativa.
La literatura alternativa, escrita con la voluntad de vincular "de un modo o de otro, la
escrirura o cultura gráfica occidental con los universos discursivos indígenas o mestizos,
hasta hoy predominantemente orales" (55), posee entre sus características principales:
"el «secuestro» de una fo rma de tradición metropolitana ... para elaborar literariamente
el discurso de un sector marginado" (156). En efecto, las agudas lecturas dei crítico
suizo delimitan el campo de las propuescas textuales indígenàs e indo-mestizas, las
cuales aunque han sido sistemáticamente marginadas-cooptadas por los discursos-
prácticas dominantes-colonialistas, retoman, vinculan y "secuescran" tradiciones
eurocéntricas como la escritura alfabética y la literatura. De hecho, para Lienhard "las
literaturas alternativas son una realidad construida a partir .de su investigación" (14) y
"no existe ninguna uadición «alternativa»: cada grupo de textos «alternativos», a veces
incluso cada texto ind ividual, es el instrumento de un proceso de comunicación único .

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