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írrJ vv ( L FEMINJ
v fragmento) SMo (1952)ª3
ve r . .
ienu rusmo chi-
1eno. Es autora, entre .otros text os de El re
, ' curso de amparo y
los estados de emergencia,
. Reg. imenes matrimoniales en Latinoa
.
tt1érica y ¿Debe el marido alimentos a la muier que • fi -
,,.
:J vive uera del
hogar conyugal?
AMANERA DE EXORDIO
287
ELE NA CA FFA REN A DE JILE
S
288
piftJLO EN LA HISTORIA DEL FEMINI ----------
tJ~ cA SMo (1952)
(FRAcM EN10)
e verdadero, es invencible
_,r11eflt ' se curn 1·,
,oci:v>" 1 cha por los derechos de la 111 . p io aquí una
• ' Lª u . UJer nutría . vez
11p• te en la vida dura de todas su vigor ,
r aJlen . . aquellas mas
11erf11 . s actividades qel trabaio en que, lanzadas
r (iisttnta :., ' contraba en
IJS •al siempre pronta a explotarla n una organiza-
·' soC1 . s YPospo 1
c1ofl fri'a feroz, inexorable, dentro d ner as, organi-
•'n ' e 1a cual 1
zactº. J"d frente a la máquina del taller O
'VlWl '
ª ª agotadora
en 1a o6 •
ictt c. al del día la tarea del hogar junt0 al e ,icina, se suma-
b 11n ' 1ogon d 1 .
ª feminismo con sus propósitos y af: e a cocina.
E1 . anes de em .
., ació bajo un signo de combate. Pero 1 'd , ancipa-
c10Il n , a I eologia de s
s dirigentes mas connotados reconoc1•d us
gruP 0 . , ' os en la historia
los precursores, no fue Jamas revolucio . . .
co!Il0 naria, es decir, no
ó de transformar profundamente la sociedad .
trat . . , sino tan solo
del
·ncorporar activamente a la muJer a la sociedad eXIstente. .
Las feministas de la época
. heroica creían, sinceramente, po-
der perfeccionar dicha sociedad al obtener derechos y respon-
~abilidades, no solo porque la conquista del voto ampliaría las
bases del proceso democrático, sino también porque estimaban
en mucho el valor de su pureza social, como fuerza no conta-
minada con la corrupción política o administrativa.
Es preciso señalar además tres circunstancias fundamentales
para comprender el carácter y las limitaciones con que nació el
movimiento feminista. En primer lugar, la situación capital de
estar la dirección del feminismo, en los pueblos de habla ingle-
~a, en manos de sufragistas acomodadas, emparentadas muchas ,
veces a los miembros del mismo gobierno que las perseguia.
Enseguida, el error de los partidos socialistas de dejar el movi-
llliento entregado a su propia . suerte, como consta de los acuer-
dos de1 Congreso de Stuttgart en 1907 · F.inalmente' no fue
tnen • . . ·, más intensa de
os importante la falta de una part1c1pacion .
las obr h 0 r el voto motiva-
eras en las etapas iniciales de la luc ª P '
da en 1 . chas se encontra-
ba ª ltnposibilidad para actuar en que mu d0 mésticos.
n, ante 1 . ónucos Y
e agobio de sus problemas econ
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ELENA CAFFA RENA DE JILES
290
¡ruLO EN LA HISTOR IA DEL F
vr-J cAP EMlN(SM o
0952) (FR
. , ACMEN¡O)
292
r , vr-J e
J\plr
LJLO EN LA HlSTORIA DEL FEM[
NISMo
0952) (FRAc
- - -
1 MEN¡O)
emoler el reaccionarismO
,11 de d Y las d' .
~bf3 que desde estos sectores se 01 . iscruninacio
ll so es 1 d' . u1t1plica 1 nes.
por e ·rruentos, a a igrudad femenin n os llamad
sertt1 . a, a la fe . . os
3 des hogareñas. Son .las nusmas armas que en llUne1dad a 1
10s
1. , as
ártú . .eron para demgrar, desfigurar y . e siglo Pasado
grtrrl1 . escupir a 1
se es ue conquistaron para las muier d as valerosas
Jesas q . es el mund0 l
iJ1g alones en el canuno de su liber . , os pri-
eros ese . ac1on.
J11 b rn·os cómo existe hoy en nuestro p ,
Sa e a1s una urge
conglomerar el movimiento fem . nte nece-
·¿ad de ., eruno sobre lí
si y clara de acc1on. La realización d una nea
ÍJlcera e esta tarea im li
_ embargo, reconocer errores, enmendar rumb
5
P ca,
sin • • os, abocarse
dio reflexivo y asunur responsabilidades al ,
estu con v entia y
, •rno elevado.
á111Las mujeres no debemos olvidar que cada co .
. .. nqu1sta en el
movimiento fememno ha sido lograda a través de una lucha
sostenida. Este mero recuerdo debería darnos mayor prestan-
cia yseguridad; este convencimiento debería ser nuestra mejor
defensa contra las tendencias que buscan confundirnos para
restarnos al proceso democrático general.
Mil problemas urgentes nos aguardan, problemas que recla-
man una acción mancomunada de todos los grupos femeni-
nos, y que, de realizar~e C?n amplitud y sinceridad, repercutiría
hondamente en nuestra vida colectiva. Empecemos por las ta-
- ,,