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~AvfrtJLÜ EN LA HISTORIA DE

írrJ vv ( L FEMINJ
v fragmento) SMo (1952)ª3

Elena Cajfarena de ]iles

~i na Caffarena de Jiles (1903-2003) Ab


Pe
rsidad de Chile y destacada referente• deloga da de la Uni-
.

ve r . .
ienu rusmo chi-
1eno. Es autora, entre .otros text os de El re
, ' curso de amparo y
los estados de emergencia,
. Reg. imenes matrimoniales en Latinoa
.
tt1érica y ¿Debe el marido alimentos a la muier que • fi -
,,.
:J vive uera del
hogar conyugal?

AMANERA DE EXORDIO

El feminismo es un fenó nie no social. Como tal no


se origina
accidentalmente. Tie ne sus fundamentos en la real
idad misma,
emerge de los acontecimientos y posee característic
as y leyes
propias.
De la misma ma ner a que no han sido los líderes
obreros los
que crearon la organización del proletariado, el mov
fenuni imiento
• •sta no ha
nacido por que relevantes 11gue:.
ras, en un mo-
men t0 d
. eternu.nado, centraran en e'l su accion, ·' 0 porque las
1nstit • .,
.
uciones trabajaran por la libe . , d 1 mu1er La acc1on
rac1on e ª ~. • ._
organi d . , d a real
za a de la mu jer fue la expres1on e un idad ya exis
tente D , ,
• e ah1 que todas las formas de 1a vio . 1 ncia, hasta las mas
e

ena . , Las sufragistas inglesas.


Sant' Caffarena, Un capítulo en la histo
. . d lfieminismo.
ria e ~·
iago:Ediciones del MEMCH, 1952, PP· 9- 19 •

287
ELE NA CA FFA REN A DE JILE
S

brutales, eiercidas para rep rim ir las primeras lllan~c


r. . • mo no fueran capaces d 4~testa .
del ienum s , . e aca llarlo O d c1a11
llo La mu jer ha ete
impuesto finalmente g . tla ehes ne
su desarro •
. . ost , rac1as (•
limpia y s enida lucha contra los qu e deseen forni a u11a
.t das de vid a, que se reconozca al movimiento . as está f
y li.nu a . e teas
como una nueva fuerza social. tellleni
tio
Fue la Revolución Industrial la
que, al aventar a la .
de su casa para incorporar1a al gr •
. .
an traba.JO productor olllllJ..
er
tal cúmulo de situaciones desconocid . , rigi
as en la colectividad n¿
concluyó por crear finalmente un .
a muJer nueva, con difere, que
conciencia de su posición y de sus
posi.bili.dades. nte
Desde que el maquimsmo co me . . .
nz o su gigantesca absor. .
ción de mano de obra barata, la
mu jer sintió que entraba en
un mundo que no se acomodaba
en absoluto para recibirla. Su
vida, en cambio, se había transfor
mado profundamente al du-
plicarse sus responsabilidades: a sus
obligaciones domésticas se
juntaba ahora su nueva actividad
de pr od uc tor a fuera del hogar.
Esta situación contradictoria la em
pujó, a veces tímidamente,
otras con desesperación, pero mu
chas tam bié n con serenidad,
hacia las fuerzas nuevas que nacía
n de la sociedad industrial y
comenzaban a plantear sus reivin
dicaciones. La reacción in-
tentó rescatar a las mujeres hin ch
an do el ma nto de la caridad.
st
Si emas pseudoftlosóficos se en
cargaron de cultivar en ellas
el sentimiento de inferioridad res
pecto al hombre, recalcando
que di h a·
c ª con c1on estaba arraigada en
1 · ,
las cosas Gran " la naturaleza misma de
• numero e muJerd •
es se restaron a la lucha por el
~eso de los prejuicios, po r el lastre
siglos de sujeción de actitudes decantadas en
1 e
Ypo
por pensadores y ho rb e also em
1 br ujo de teorías apadri•nadas
mado . al lla--
m res de ciencia. M uc ha s cedie
que se esconde bai 11 ron
de <<reina del h ~0 e ema,.más em oti vo que verd dero,
servadoras ogan> Estas • a
•. mujeres, al sumarse a las fuerzas con--
del rnovim' ientorpecieron Ob .
st1 • nte
ento feme nino p na da me.nte la marcha crecie
• ero el ax iom a de• qu e cuanto es

288
piftJLO EN LA HISTORIA DEL FEMINI ----------
tJ~ cA SMo (1952)
(FRAcM EN10)

e verdadero, es invencible
_,r11eflt ' se curn 1·,
,oci:v>" 1 cha por los derechos de la 111 . p io aquí una
• ' Lª u . UJer nutría . vez
11p• te en la vida dura de todas su vigor ,
r aJlen . . aquellas mas
11erf11 . s actividades qel trabaio en que, lanzadas
r (iisttnta :., ' contraba en
IJS •al siempre pronta a explotarla n una organiza-
·' soC1 . s YPospo 1
c1ofl fri'a feroz, inexorable, dentro d ner as, organi-
•'n ' e 1a cual 1
zactº. J"d frente a la máquina del taller O
'VlWl '
ª ª agotadora
en 1a o6 •
ictt c. al del día la tarea del hogar junt0 al e ,icina, se suma-
b 11n ' 1ogon d 1 .
ª feminismo con sus propósitos y af: e a cocina.
E1 . anes de em .
., ació bajo un signo de combate. Pero 1 'd , ancipa-
c10Il n , a I eologia de s
s dirigentes mas connotados reconoc1•d us
gruP 0 . , ' os en la historia
los precursores, no fue Jamas revolucio . . .
co!Il0 naria, es decir, no
ó de transformar profundamente la sociedad .
trat . . , sino tan solo
del
·ncorporar activamente a la muJer a la sociedad eXIstente. .
Las feministas de la época
. heroica creían, sinceramente, po-
der perfeccionar dicha sociedad al obtener derechos y respon-
~abilidades, no solo porque la conquista del voto ampliaría las
bases del proceso democrático, sino también porque estimaban
en mucho el valor de su pureza social, como fuerza no conta-
minada con la corrupción política o administrativa.
Es preciso señalar además tres circunstancias fundamentales
para comprender el carácter y las limitaciones con que nació el
movimiento feminista. En primer lugar, la situación capital de
estar la dirección del feminismo, en los pueblos de habla ingle-
~a, en manos de sufragistas acomodadas, emparentadas muchas ,
veces a los miembros del mismo gobierno que las perseguia.
Enseguida, el error de los partidos socialistas de dejar el movi-
llliento entregado a su propia . suerte, como consta de los acuer-
dos de1 Congreso de Stuttgart en 1907 · F.inalmente' no fue
tnen • . . ·, más intensa de
os importante la falta de una part1c1pacion .
las obr h 0 r el voto motiva-
eras en las etapas iniciales de la luc ª P '
da en 1 . chas se encontra-
ba ª ltnposibilidad para actuar en que mu d0 mésticos.
n, ante 1 . ónucos Y
e agobio de sus problemas econ

289
ELENA CAFFA RENA DE JILES

estos hechos, a1 impacto, de fuerzas pOder


Pese a 0
aban la realidad, se moldeo un movitnientO felllsas %e
confj1gur .da fu d
terísticas defim s, pro n o y superior, lllas, aij# enj~"
"
con car ac . ,
. . racha de histerismo que se creyo ver en , ad
la fugitiva ., e1en el e
. te y al cual se pretendio sofocar con cruel Pri,
mer instan es lllect·
. .
represivas.
A través de la acción y con el corre r del tiempo, e1fellli
. .
. fue tomando varia d as or1en tac1o nes. A medida que ,
msmo , . ,
• adquiría sus derec hos polít icos, adher 1a . 1a
y se di str1bu#
muJer . H l ia
tre los partidos existentes. oy,. en e campo estricta
w
burgués, las organizaciones fememnas demuestran una eviden.
te esterilidad. Toda acción ~orna un marcado acento de Parodia
Conseguido el voto, más algunos cargos diplomáticos y otros.
de figuración, parece como si el estímulo por las grandes causas
que fueron la razón de ser del feminismo hubieran perdido
toda savia. Los centros de lucha de otros tiempos son ahora
escenarios de festejos. Si todavía un pequ eño grupo conserva
el fuego sagrado de otra época, estudia los problemas y opina
que aún hay mucho por solucionar, aparece en estos círculos
como duendes que rondan por los sitios que fueran teatro de
pasadas glorias.
Por distinto camino se han ido las que creen que la eman-
cipación de la mujer no puede realizarse completamente sin la
participación de otros sectores, sin nuevos acomodos colectivos
que modifiquen la ambigua situación actual. La sociedad le debe
aún ª la mujer protección integral com o madre, en su persona
y en la de su hi'U0 , e igualdad con el hom bre com o trabajadora.
p . '
ero no iguald ad a cualquier nivel , y ahí está quizá la mayor Y
fundamental diferencia • Eta
, 1. con la feminista de otros tiempos. s
u tima, al desarraigars d su h ogar por fuerzas superiores . miró
al h b e e ,
om re como a su e . iraf
entonces nenugo. Por su limit ación para asp
a mayores camb. . ·¿ d para
encontrar las ios sociales, por su incapac1 a '
verdaderas c io!l
ausas del some timie nto y explotac

290
¡ruLO EN LA HISTOR IA DEL F
vr-J cAP EMlN(SM o
0952) (FR
. , ACMEN¡O)

a víctima, cayo en acusacio nes de las


tle er , .
0 e
e q l grande y uruco culpable. e . que este e ,
h ontrar ia rnergia
co!fl
0
111ujer .de oyh ha. madurado 1o sufic·
tnente a est
. ·óo, 1a a Po-
51Cl encanunarse ac1a esa etap d lente corno
1·rar Y
ª e armorua, de la parPara.
,sP que debe ser requis ito indisp b
rt1aOª ensa le d eJa
bll endente progreso. La competenci a d e toda socieda d
oase • • e sexos y 1 d
e .1 del m.atr1moruo son propias de socied . a esinte-
mac1on ad
r,.. • te seguridad econó mica y cuya . es en las que
00 exis . . unper fecta d
.ene la coexistencia de grupo s privil . emocracia
Jllailo eg1ado s e ind
os que pueda haber tomado b . . e ensos.
Los camin. . . ' a.Jo diversas condi-
. es el movirmento femenino •0 lo qu
c1on , . e pretende de tal
en modo algun o su trmbr e orio-in al El d b , no
desvirtúa . d . t,A • o le rol asu-
•¿o por la muJer, esde su. incorporación a 1ª VI•c1a econon , .
1111 . . uca
y mecan izada la h h h .
de la gran sociedad industrial ' a ec o sufrir
con mayor rigor el embate de los problemas colectivos. De a1ú
que el movimiento femenino esté ligado desde sus comienzos a
la conquista de los derechos democráticos y la defensa de la se-
guridad. No es casual, ni mera preocupación de damas ociosas,
el que se haya multiplicado en nuestro tiempo tanta asociación
femenina por la libertad y contra la guerra. Sus campañas por la
defensa de la infancia, de la madre trabajadora, por la extensión
r

de las oportunidades de capacitación y de los derechos indivi-


duales no s~n sino expresiones específicas de la creciente clari-
dad con que· la muje r contemporánea comprende el problema
de la democracia y de la·paz. , .
El movimiento feme nino tiene pues sus caractertStlc~s pro-
pias. Querer descoriocerlas ' desvirtuarlas O ignorarlas sunple-
. .
mente expone el movi mien to mismo a un grave riesgo. sta
La necesidad vital que tiene la mujer de mejorar su 1tus
i úl • 1 s problemas. dasas
ntegra¡ va unida así· en wia: tadena, a tiI ttp e .
• roas a las mteresa
sol . • ' 6:.\
uciones, sin embargo, nl9 fliif'eeuJlas. das Ahí están
Yvan . tléii •
' Por lo tanto , a b Pero hay,
Para ell0 1 •
, os partidos pb
ELENA CAFFAR ENA DE JILES

cesidades inmed iatas, carencias que s


on todo, ne
e artidos, abrum ados de queha ceres y eon solO suyl,,
1
Y que os ,P con urgen cia . · • ºtnPro .
no acogeran o entusi asmo sino una v lllise>s
. . ez que
de interesadas hayan exteri orizad o sus as . gran,'
des grupos . . .
·zaciones femem nas les incum be el p Pltaciones
alll
A 1as org . - ªPel de u •
central encargada de mostr ar, por. el COilJUnto de .h-1 .. . J.e dios na
alcanee,
todo cuant o reclam e reaJuste o creación D
. . . • e ahí le>
ªsu
part1.dos polític.os podra n recibi r sus mens.a.Jes a trav'es de' s s
tivas afiliadas. Porqu e no deben estas organizacio
respec . . . Us
nes Pre. .
tende r suplan tar a los partid os o presc indir de ellos con,h~ .,
. · -lJ. nen. .
y

dose en partidos polític~s femem nos. En esa forma se disgrega,


confunde y aísla a la muJer.
De nada vale tampo co conse rvar el nomb re de organiza..
ción que se dedica exclu sivam ente a los proble mas de la mujer
si la acción sigue estrec hame nte una bande ra partidaria de cual..
quier color o aun, lo que hoy es lo más grave, los pasos de un
gobierno. El interés de la mitad de un puebl o es de mayor im-
portancia y perma nenci a que la inmed iata cercanía del poder.
Necesitan las agrup acion es cierta indep enden cia para emitir
sus juicios y sus críticas; de esta única mane ra se hacen respetar
y establecen el princi pio de que la ayuda guber namen tal debe
existir gratui tamen te, sin neces idad de comp rarla con tributos
palaciegos o inadmisibles cla~d icacio nes. Basta meditar cuán
corto es, mirad o a la distan cia, el tiemp o en que va el poder de
ª
u~a otras manos, o sea, de una a otra política gubernamental.
Si la acción impre sa al movi mien to feme nino está sujeta a tales
cambios, irá natura lment e a la deriv a hasta caer en cualquier
mome nto en ini • • • • plo a
ciativas equiv ocada s como son por eJem '
nuestro J. • • 1 l '
u1c10, as eyes prote ctoras .
Por cierto q 1 fi
·d ue as uerza s tradic ionali stas que opera n en la
v1 a colectiva bu
de m • á)cirrlº
sean por todos los medi os sustra er el 01
UJeres a una p . . , . órJlº
ellas re osicio n de comb ativid ad. Saben bien e
presentan u . . que
n rico aport e a las fuerza s progresistas

292
r , vr-J e
J\plr
LJLO EN LA HlSTORIA DEL FEM[
NISMo
0952) (FRAc
- - -

1 MEN¡O)

emoler el reaccionarismO
,11 de d Y las d' .
~bf3 que desde estos sectores se 01 . iscruninacio
ll so es 1 d' . u1t1plica 1 nes.
por e ·rruentos, a a igrudad femenin n os llamad
sertt1 . a, a la fe . . os
3 des hogareñas. Son .las nusmas armas que en llUne1dad a 1
10s
1. , as
ártú . .eron para demgrar, desfigurar y . e siglo Pasado
grtrrl1 . escupir a 1
se es ue conquistaron para las muier d as valerosas
Jesas q . es el mund0 l
iJ1g alones en el canuno de su liber . , os pri-
eros ese . ac1on.
J11 b rn·os cómo existe hoy en nuestro p ,
Sa e a1s una urge
conglomerar el movimiento fem . nte nece-
·¿ad de ., eruno sobre lí
si y clara de acc1on. La realización d una nea
ÍJlcera e esta tarea im li
_ embargo, reconocer errores, enmendar rumb
5
P ca,
sin • • os, abocarse
dio reflexivo y asunur responsabilidades al ,
estu con v entia y
, •rno elevado.
á111Las mujeres no debemos olvidar que cada co .
. .. nqu1sta en el
movimiento fememno ha sido lograda a través de una lucha
sostenida. Este mero recuerdo debería darnos mayor prestan-
cia yseguridad; este convencimiento debería ser nuestra mejor
defensa contra las tendencias que buscan confundirnos para
restarnos al proceso democrático general.
Mil problemas urgentes nos aguardan, problemas que recla-
man una acción mancomunada de todos los grupos femeni-
nos, y que, de realizar~e C?n amplitud y sinceridad, repercutiría
hondamente en nuestra vida colectiva. Empecemos por las ta-
- ,,

reas más inmediatas. Pero empecemos ya y sin temor. «Kaiser


Wilson -decían los letreros de las feministas norteamericanas
en plena guerra de ·Estados Unidos contra Alemania en 1917-
Ud. no puede salir a defender la libertad al exterior si ella no
existe
en su pais». Hay una perenne ensenanza en las actitudes
,
,
N

asul11idas por 1as mujeres h uestro pais, como


en sus luc as, en n
en otr . S
as tierras y en otras generaciones. epamo
s aprovecharla.

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