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LECTURA “RESPONSABILIDAD PENAL O ADMINISTRATIVA DE LA

PERSONA JURIDICA”
1. Cuándo se aplica las consecuencias accesorias y cuándo la ley
30424 "Ley de responsabilidad administrativa de las personas
jurídicas"?

La normativa penal ha establecido ciertas sanciones aplicables a las


personas jurídicas si el hecho punible fuere cometido en ejercicio de su
actividad o utilizando su organización para favorecerlo o encubrirlo. Así
ha quedado establecido por el artículo 105 del Código Penal, el cual
regula una serie de medidas y sanciones accesorias (consecuencias
accesorias) aplicables a las personas jurídicas, como son la clausura,
suspensión, disolución y prohibición de realizar actividades. En este
supuesto, la persona jurídica es un instrumento utilizado por sus
funcionarios para la comisión de delitos. No se trata de un hecho propio
de la organización empresarial, sino de un hecho ajeno por el cual será
sancionada con lo establecido en el artículo 105 del Código Penal. De
esa forma el Juez para aplicar o imponer las respectivas consecuencias
accesorias debe tener en consideración lo siguiente: i) que se haya
cometido el hecho punible, ii) que la persona jurídica haya servido para
la realización, favorecimiento o encubrimiento del delito, y iii) que se
haya condenado al autor físico y específico del delito.

Y la ley 30424 no es aplicable a todos los delitos regulados en el Código


penal, sino únicamente a siete delitos que la Ley enumera en un
sistema de numerus clausus, éstos son: Colusión (art. 384 CP);
Cohecho activo genérico (art. 397 CP); Cohecho activo transnacional
(397-A CP); Cohecho activo específico (art. 398 CP); Tráfico de
influencias (art. 400 CP); Lavado de activos (arts. 1, 2, 3 y 4 del Decreto
Legislativo 1106) y Financiamiento del terrorismo (art. 4-A de la Ley
25475), perteneciendo la mayoría de ellos al libro de los delitos contra la
administración pública.

2. Qué es un programa de (compliance penal) y cuáles son los


requisitos mínimos que debe tener según la Ley 30424?

Un compliance penal o Programa de Cumplimiento Normativo, es un


mecanismo de autorregulación de las empresas para prevenir y/o evitar
la comisión de infracciones legales. La idea es que las empresas
internalicen o implementen un conjunto de normas o medidas que traten
de asegurar la prevención de infracciones que se podrían generar como
consecuencia de las actividades que realizan o debido al nivel de
complejidad de su estructura organizacional.

Un programa adecuado debería incluir como mínimo lo siguiente según


el decreto supremo N° 002-2019-JUS “Reglamento de la Ley N° 30424,
Ley que regula la Responsabilidad Administrativa de las Personas
Jurídicas” en su artículo 33 señala:
1. Identificación, evaluación y mitigación de riesgos;
2. Un encargado de prevención, designado por el máximo órgano de
gobierno de la persona jurídica o quien haga sus veces, según
corresponda, que debe ejercer su función con autonomía;
3. La implementación de procedimientos de denuncia;
4. La difusión y capacitación periódica del modelo de prevención;
5. La evaluación y monitoreo continuo del modelo de prevención.

3. En qué consiste el modelo de transferencia y


autorresponsabilidad?

El modelo de transferencia consiste en una “imputación moderada” por


cuanto se queda a medio camino entre la imputación penal directa y la
actuación impune de las personas jurídicas. Este punto de solución
intermedia se mantiene al evitar discutir o no encontrar base material
para fundamentar la capacidad de acción y culpabilidad de la persona
jurídica, la que no es necesaria, toda vez que es la persona natural, que
actúa en su representación, quien debe cometer el delito, para luego
transferir el hecho delictivo a la persona jurídica a través del “hecho de
conexión”. Esta es una exigencia esencial para que la persona jurídica
pueda ser imputada penalmente. Es decir que el fundamento de este
sistema recae en el hecho de que si una persona natural comete el
delito en el seno de una persona jurídica (típicamente, en su nombre y/o
en su provecho), la responsabilidad penal del individuo se transfiere a la
sociedad. Entonces, será suficiente que en la persona natural concurran
los requisitos clásicos de la culpabilidad para que la persona jurídica
responda penalmente. Desde la perspectiva de la persona jurídica, por
tanto, esta regla de imputación da lugar a una suerte de responsabilidad
penal objetiva del ente, una responsabilidad desconectada del dolo o la
imprudencia de la organización.

Y el modelo de autorresponsabilidad consiste en que la imputación penal


de la persona jurídica debe ser directa, debiendo aquella responder por
su hecho propio y no por uno ajeno, requiriendo para ello criterios
propios que la acerquen a una especie de teoría del delito para las
personas Jurídicas. En esa línea de identificar criterios propios para una
imputación de la persona jurídica, están quienes sostienen que la figura
de la acción, injusto y culpabilidad deben ser aplicados de manera
análogo-funcional al de las personas naturales.

4. Según el autor. Deben responder penalmente las personas


jurídicas? Por qué?

Según el autor las personas jurídicas no deben responder penalmente


porque en el ordenamiento jurídico-penal, solo las personas naturales
pueden estar inmersas en un “proceso de comunicación con el otro”. No
es posible que la persona jurídica pueda encontrarse dentro de un
proceso de comunicación con el otro, porque obviamente no es una
persona natural. Ese proceso de comunicación tiene que verse inmerso
en un contexto social que se logra a través de la internalización de datos
empíricos, normas sociales y jurídicas. De la ley peruana se desprende
una responsabilidad administrativa de las personas jurídicas por los
delitos cometidos por las personas naturales que actúan en su nombre o
por cuenta de ellas. Quien comete el delito no es la persona jurídica,
sino la persona natural que actúa en su representación. En principio, la
persona jurídica responde únicamente de manera “objetiva” por medio
del hecho de conexión, por no haber evitado mediante los controles
respectivos que las personas naturales, que actúan en su nombre o por
cuenta de ella, cometieran delitos de corrupción, lavado de activos o
financiamiento del terrorismo.

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