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Atte. MD

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Índice
Sinopsis Capítulo 13 Capítulo 27

Prologo Capítulo 14 Capítulo 28

Capítulo 1 Capítulo 15 Capítulo 29

Capítulo 2 Capítulo 16 Capítulo 30

Capítulo 3 Capítulo 17 Capítulo 31

Capítulo 4 Capítulo 18 Capítulo 32

Capítulo 5 Capítulo 19 Capítulo 33

Capítulo 6 Capítulo 20 Capítulo 34

Capítulo 7 Capítulo 21 Capítulo 35

Capítulo 8 Capítulo 22 Capítulo 36

Capítulo 9 Capítulo 23 Capítulo 37

Capítulo 10 Capítulo 24 Epílogo

Capítulo 11 Capítulo 25

Capítulo 12 Capítulo 26

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Sinopsis
Drake Anderson es todo el hombre que Annalise Duncan siempre ha querido...

Annalise lo tiene todo. El marido perfecto. El hijo perfecto. La vida perfecta.


Después de que el padre de su hijo Ayden la abandonó para ser una madre soltera, ella
finalmente sentía que se sacó la lotería en el romance. Su jefe, Drake Anderson, resultó
ser más que un amigo. Él es el amor de su vida y un padrastro increíble para su hijo.

Pero la imagen del matrimonio perfecto es simplemente una ilusión...

Después de siete años maravillosos, Drake la deja. Sin darle ninguna razón, o
incluso la cortesía de regresarle la llamada. Seis meses pasan sin siquiera un solo
reconocimiento. Annalise está devastada. Su corazón y su alma pertenecieron a Drake,
y era el único padre que Ayden conocía. Ella había dedicado su vida a él y a la familia
que construyeron juntos y no está dispuesta a dejar ese sueño ir fácilmente.

Cuando Annalise divisó a Drake afuera de un café con una mujer, su corazón se
rompe de nuevo. Pero no es lo que piensa Annalise. Él no está engañándola. Hay
cosas acerca de su abandono que Drake solo no puede o no quiere explicar. Algunas
cosas deben permanecer en secreto.

Él quiere su antigua vida de regreso, pero Annalise no acepta otra cosa que la
verdad...

Drake tiene que encontrar una manera de convencer a su esposa, su amor, de


recuperarlo, pero puede significar afrontar una verdad que quería mantener oculta. Él
debe demostrar a Annalise que, a pesar de su pasado, la quiere…

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Prólogo

¿C rees que el amor aparece solamente una vez en la vida? ¿Crees que el destino está
planeado para nosotros y nos encontramos con nuestra verdadera alma gemela?
¿Hay incluso algo así como almas gemelas? A veces me hago estás preguntas y
otras más. Por mi vida, no puedo entender las respuestas. Sin embargo, la pregunta más
importante que me hago es: ¿cuándo sabré todas las respuestas?

Estas son preguntas que reflexioné creciendo y pensé que cuando fuera mayor, tendría todas
las respuestas. Ahora que soy mayor, sigo sin tener idea como cuando era una adolescente
ingenua que experimenta los primeros arrebatos de amor. Mirando hacia atrás ahora, me
preguntaba ¿si alguna de mis relaciones pasadas eran amor o fueron más como enamoramiento?
Solía preguntarme ¿qué es el amor? Esa pregunta ha tenido muchas respuestas a lo largo de los
años, con cada relación de ida y vuelta, el amor ha cambiado de definición. ¿Pero la definición
alguna vez cambió o nunca fue amor? Tantas preguntas y tan pocas respuestas.

Si las relaciones que tenía en aquel entonces eran amor o no, de alguna manerasean
grandes o pequeñasme ayudaron a dar forma a la persona que soy hoy. No pretendo ser una
experta en el amor, pero me gustaría decir que estaba enamorada de Drake Anderson. Incluso su
nombre hace que mi corazón se salte un latido. Cierro mis ojos e imagino los momentos más
felices que pasamos juntos y mi corazón se siente como si estuviera siendo atrapada en un vicio.
Puedo estar escuchando una canción en la radio que hace a mi corazón elevarse por recordar los
buenos tiempos, o puede tener el efecto opuesto y lo siguiente que sé es que estoy doblada por un
dolor físico porque no puedo extender mi mano y tocarlo. Mis dedos han olvidado como se siente
él, mi sentido del olfato ha olvidado su colonia, mis labios ya no saben lo es ser besados por él,
esas cosas están encerradas en una caja en el fondo de mi mente sé que se sentía bien, olía bien,
era un besador apasionado, pero ya no eran cosas que podía experimentar a diario.

Extraño la sonrisa de Drake, su tierno toque, y sus palabras calmantes. Él es un hombre


maravilloso. Es genuino, amoroso, y apasionado. Cada sonrisa en sus labios es como un pedazo
de cielo en sí misma. Creo que, si yo estaba hecha para amar a alguien, es él.

Me encantó la forma en que la piedra morada brilló en la luz. Se vio diferente de


cada ángulo. Los dos diamantes estaban colocados a los lados de la tanzanita en el
centro y trajo un poco de clase a la banda de oro blanco. La simplicidad del anillo es sí

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misma era maravillosa. Nunca he necesitado joyería grande ni exageradanada
llamativo que diga “Tengo mucho dinero y lo muestro”siempre me ha gustado las
piezas pequeñas elegantes.

Una sonrisa agració mis labios cuando coloqué la banda torcida alrededor de mi
dedo. Éramos tan felices cuando nos conocimos. Drake tenía este magnetismo en él.
Él era mi jefe en el trabajo y éramos amigos antes de que se diera la relación. Tuvimos
un comienzo un poco inusual en nuestra vida juntos porque yo me había enterado
recientemente que llevaba el bebé de mi ex. No estaba muy avanzado el embarazo,
diez semanas para ser precisos. Todavía no le habíamos dicho a la familia de Drake
porque queríamos esperar hasta después del ultrasonido a las doce semanas. Cuando
les dijimos, ellos estaban felices por nosotros. Decidimos que sería dicho que era
nuestro, ya que el padre biológico no figuraba en la escena; nos separamos cuando él
se enteró que estaba embarazada porque él quería que abortara y yo nunca había
creído en ellos, vehementemente estuve en desacuerdo, el fin de nuestra relación fue
tan limpia como un corte. Yo había empacado mis maletas y me fui. Fue tan simple
como eso. Mi abuela me acogió mientras yo podía hacerle frente, y a las ocho semanas
de embarazo, había encontrado un lugar temporal donde vivir.

Drake era maravilloso. Era amable, amoroso, generoso, y divertido, y nuestro


sentido del humor era divertido para hacer juego con el mío. Pronto descubrimos un
lugar para nosotros y comenzamos nuestra vida juntos. Él me acompañó a cada
ecografía y cita con el doctor, y sostuvo mi mano a cada paso del camino.

Ayden nació y nos enamoramos instantáneamente de él. Tenía la más hermosa


carita, ojos azules, una naricita, y una mata de cabello rubio. Después de ocho horas
en trabajo de parto, el cual no parecía compararse mucho con las otras madres en el
ala, Ayden Duncano tal vez Anderson, mientras no tomábamos la decisión de este
apellidofinalmente estaba aquí.

El día que nos llevamos a Ayden a la casa y lo colocamos en la cuna en su cuarto


con temática de jungla fue uno de los días más felices de nuestras vidas. De hecho, las
únicas veces que me he sentido así de cerca fueron el día que Drake se me propuso y el
día de la boda en sí mismo.

Giré mi anillo de bodas alrededor de mi dedo y me pregunté qué sucedió con


nuestra vida. ¿Qué había ido tan mal que Drake solo subió y se fue un día? Él bajó las
escaleras una noche de agosto después de acostar a Ayden en su cama y dijo esas
palabras que todas las mujeres conocemos el verdadero significado detrás de ellas…
“Necesitamos hablar”.

Sabía que solo podía significar algo malo. Drake no era de los que hablaban de sus
sentimientos, prefería embotellar las cosas. Entonces escuché esas palabras y me
encontré dejando escapar: No eso quiere decir que tienes que irte. Bueno, si eso es lo que
necesitas hacer, Drake, entonces no dejes que me interponga en tu camino. Empaca tus cosas y

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vete, pero no esperes que yo le diga a Ayden porque ya no tiene un papá. Sé un hombre, que te
crezcan un par y dile a ese niño que está sucediendo.

Ayden solamente tenía seis años y medio al momento y a pesar de que siempre
tuvimos planeado decirle algún día sobre su padre biológico, no había esperado tener
que decirle tan prontoqueríamos esperar hasta que fuera lo suficientemente mayor
para entenderpero ¿quién dice cuando es el momento correcto? Nada de eso
importaba ahora mientras Drake a salir de nuestras vidas y él tenía que ser el
suficientemente hombre para decirle a su hijo que no estaría más alrededor. Ni que
decir, Ayden no había entendido completamente, pero sabía que su papi estaba
dejando a su mami y que a partir de ahora solamente seríamos solo Ayden y mami.
Creo que Ayden asumió que su papi regresaría… después de todo, no era la primera
vez que Drake y yo habíamos roto, pero supe en mi corazón que esta sería la última.

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Capítulo 1

Annalise

A
yden y yo decidimos ir al parque local. Llevábamos una pelota de fútbol
para patearlo alrededor y una manta sobre la que nos sentábamos para
disfrutar de la gloriosa luz del sol. Una vez más, no tenía ni idea de a
dónde se había ido Drake. Al principio, siempre me decía si iba a salir, dónde estaría y
cuánto tiempo se iría. No quería que me preocupara por él, así que siempre me enviaba
un mensaje de texto para avisarme de que había llegado sano y salvo. Sin embargo,
recientemente desaparecía después del trabajo y por diferentes períodos de tiempoa
veces volvía una hora más tarde de lo normal, pero otras veces se iba por varias
horasy no había nada que pudiera hacer al respecto. Esa tarde no fue diferente. Le
dije que me llevaba a Ayden al parque y Drake había puesto excusas diciendo que
había un lugar en el que debía estar y que nos encontraría en el parque cuando
terminara.

Jugamos en los columpios y toboganes, incluso en el carrusel. Pateamos el balón


con algunos de sus amigos de la escuela que estaban en el parque. Coloque la manta
para un pequeño picnic juntos, y en todo ese tiempo, mi teléfono permaneció en
silencio. No había mensajes perdidos o llamadas y estaba empezando a sentirme un
poco harta del silencio ensordecedor.

—Mami. —La dulce y pequeña voz de Ayden irrumpió en mis pensamientos.

—¿Sí, cariño? —pregunté, mirándolo y dándole una sonrisa a mi hermoso niño.

—¿Cuándo estará papá aquí? Pensé que vendría para jugar al fútbol conmigo.

Vi la desilusión destellar en sus bellas facciones y me golpeó de inmediato una


oleada de tristeza. Pero ese dolor también estaba mezclado con ira. Drake había
prometido que nos encontraría en el parque y le había fallado a su hijo. Él no saldría
ileso.

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—Está atrapado en el trabajo, amigo. Envió un mensaje de texto para decir que lo
sentía. —La mentira practicada rodó fuera de mi lengua, pero se sentía amarga.

—Oh. —La mirada caída en la cara de mi hijo hizo que me doliera el corazón más
que nada.

—¿Qué tal si nos vamos a casa y nos limpiamos y entonces, si papá llega a casa lo
suficientemente temprano podemos salir a comer juntos? —pregunté mientras
comenzaba a empacar los restos de nuestro picnic.

—No estará en casa, mami. Nunca lo está. —La voz de Ayden se rompió y vi el
brillo de lágrimas contenidas en sus ojos azules.

Tomé a mi niño en brazos y le acaricié la espalda. Susurré palabras


tranquilizadoras en su oído, nada de eso tenía realmente mucho sentido, solo era ruido
de fondo, pero de todos modos lo calmó. Su respiración se estabilizó y sus pequeños
brazos aflojaron de su agarre sobre mí. Se puso de pie y me miró a los ojos.

—Está bien, mami. Podemos comer sin él y llevarle algo a casa.

Es algo que hemos hecho con frecuencia y una y otra vez he terminado
arrojándolo a la basura porque Drake no regresa a casa hasta horas razonables. Así
que, me pongo furiosa con él por no llamar o enviar mensajes de texto, luego le arrojo
la comida en un intento por sentirme un poco mejor. Él podría morir de hambre por
todo lo que me importa.

Ayden y yo volvimos a casa cogidos de la mano y cantamos una canción para


animarnos. A Ayden le gustaba cantar y saltar por el camino, así que traté de dejar que
su brillo me distrajera de su padre ignorante. Abrimos la puerta y vimos a Drake
sentado en la isla de la cocina cuando entramos para guardar las cosas de picnic.
Estaba susurrando en su teléfono y colgó justo cuando llegábamos a la puerta de la
cocina. Inmediatamente me enojé, los pequeños pelos de mi nuca se pusieron de punta
cuando me di cuenta de que estaba bien para él regresar a casa y hablar con otra
persona por teléfono, pero no tenía tiempo para su esposa e hijo.

—¡Papi! —exclamó Ayden mientras corría y envolvía sus brazos alrededor del
cuello de Drake.

—Ayden —dijo Drake en una bocanada de aire cuando su hijo lo abrazó.

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Sonreí al ver a los dos chicos de mi vida abrazarse. No importa lo enojada que
estuviera con Drake, fueron escenas como esta frente a mí, las que me recuerdan
cuánto lo amo. Me miró y vi la culpabilidad en sus ojos.

—¿Por qué no fuiste al parque, papá? —preguntó Ayden mientras se bajaba del
regazo de Drake y se sentaba en un taburete de la isla de la cocina.

—Lo siento, amigo —dijo Drake mientras revolvía el cabello rubio de Ayden—.
Me atraparon en el trabajo, pero ahora estoy en casa y es fin de semana, así que tengo
dos días libres para pasar con ustedes.

—¡Yay! —exclamó Ayden dando un puñetazo contra los nudillos de su papá.

—Lo siento, cariño. —Me susurró Drake mientras agarraba mi mano cuando me
giraba para caminar desde la cocina. Necesitaba estar enojada con él. Bueno, no era
necesario, pero quería. Quería que supiera que hacer y romper promesas a un niño de
cuatro años es inaceptable. Pero al verlos juntos, al ver la sonrisa adornar la hermosa
cara de mi marido, mi corazón saltaba y tenía que recordarme constantemente que me
encontraba furiosa con él por una buena razón y que no podía seguir usando la misma
vieja excusa.

Retiré mi mano de la suya y caminé por el pasillo hacia la escalera. No me gustaba


discutir delante de Ayden, pero eso no significa que no le dijera a Drake exactamente
lo que pensaba de él por haber decepcionado a su hijo una vez más.

Subí las escaleras y entré a nuestra habitación, cerrando la puerta detrás de mí. Me
senté en el borde de la cama y acuné mi cara entre mis manos. Una respiración larga y
profunda dentro y fuera es lo único que se escuchaba en el silencio de mi habitación, la
cual, siempre había sido mi santuario con sus paredes de color púrpura oscuro y una
alfombra negra de felpa. Drake me ayudó a decorarla tal como la quería. La pared en
la cabecera de la cama se encontraba pintada de color grosella negra con mariposas de
plata adornando cada esquina. Las otras paredes eran de color rosa vieira con
mariposas moradas en las esquinas, pero la chimenea estaba pintada de grosella negra
para que resaltara. Tenía una araña hecha de mariposas de cristal púrpura y
transparente en el centro de la habitación y un precioso baño privado. Nada me
gustaba menos que tomar un baño, así que solo tuvimos una ducha en esa habitación.
El baño principal de la casa era donde se encontraba la bañera. A Drake siempre le
gustó empapar sus músculos después de un partido de fútbol del sábado con su equipo
de fútbol cinco, así que lo consentí y lo dejé poner un profundo baño con garras en el
centro de la habitación.

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Bajé por el pasillo hacia nuestro baño principal. Puede que no me guste tomar un
baño, pero necesitaba tomar distancia de Drake. Podía pasar tiempo con su hijo como
debería haber hecho antes en el día, así que comencé a preparar la bañera y agregué
algunas sales de baño perfumadas al agua mientras me quitaba la ropa y me envolvía
en una bata hasta que estuvo lista. Colgué mi ropa en la parte posterior de la puerta y
giré la llave para darme algo de privacidad.

El agua caliente se sentía bien mientras acariciaba mi piel. Bajé a la bañera y me


recosté contra el alto respaldo que había sido una de las razones por las que habíamos
elegido este baño en particular. Cerré los ojos y me dejé llevar a un estado
semidormido.

Escuché la puerta abrirse desde el otro lado de alguna manera y luego hubo pasos sobre el
suelo de mármol del baño. Drake se arrodilló junto a la bañera y reclamó mis labios con los
suyos. Mi boca se abrió para aceptar su lengua contra la mía, el sabor de su beso siendo una
mezcla de whisky y menta. El deseo comenzó a acumularse en mi abdomen mientras los dedos de
Drake rozaban mis pezones, tirando de ellos entre sus hábiles dedos mientras continuaba
atacando mi boca con la suya. Su boca se movió a través de mi mandíbula, su aliento caliente
mientras bajaba por la curva de mi cuello y viajaba más abajo hacia mis pechos. Tomó cada
pezón en su boca por turno, mordiéndolos suavemente para llevarlos a formar un pico tenso. Mi
respiración estaba llegando en jadeos más profundos cuando sentí su mano viajar al sur por
debajo de la línea del agua. Gemí ruidosamente cuando su pulgar rodeó mi clítoris y relajé mi
postura, abriendo más las piernas para darle mejor acceso. Su boca sobre la mía se tragó mi largo
gemido cuando empujó un dedo en mi interior y luego otro; torció sus dedos, golpeando mi punto
G con cada dedo por turno.

Levanté mi mano húmeda y la enredé en su cabello, empujándolo más cerca, volviendo el


beso más profundo a medida que mi deseo crecía. Sus dedos me trabajaron hasta que me corrí
fuerte y rápido, gimiendo su nombre en su boca. Me tomó un momento reunir todos mis
pensamientos, pero cuando lo hice, me levanté de la bañera y Drake me tomó de la mano
mientras salía de ésta. Una vez que estuve de pie en terreno firme, desgarré los botones de su
camisa de trabajo y él tiró de su cinturón, sacándolo de sus pantalones. Mis dedos, aunque
todavía mojados, hicieron un trabajo ligero sobre el botón y la cremallera. Empujé sus pantalones
hacia abajo y los pateó hacia un lado. Miré a este dios de hombre parado frente a mí en nada más
que su bóxer y la lujuria nubló mi mente cuando vi que estaba duro como una roca. Su cabello
castaño estaba erizado desde donde yo había tirado en diferentes direcciones, sus ojos verdes
miraban a los míos y vi el fuego detrás de ellos. No pude contenerme más, cada segundo era más
doloroso. Mis pechos se aplastaron contra su pecho desnudo y mi mano se extendió hacia la parte
delantera de su bóxer para acariciar su erección. Agarré la base de su eje en mi mano y comencé a
trabajarlo como me lo había hecho, con la única diferencia de que no lo dejaría correrse hasta que

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estuviera dentro de mí. Estábamos tratando de tener otro bebé, y una mierda espontánea y
gloriosa era lo que estaba en la agenda para hoy, si este momento era algo por lo que pasar.

Un fuerte golpe en la puerta del baño me sacó de mis pensamientos. No me había


dado cuenta de que mis dedos se habían deslizado debajo del agua y estaban
trabajando por su propia cuenta para llevarme al orgasmo. No pude responder a los
golpes en la puerta ya que mi lado egoísta necesitaba esa culminación ahora más que
nunca. Habían pasado semanas desde que Drake me había tocado de esa manera.
Cuando nos acostábamos, era casi como si nos moviéramos en piloto automático, sin
espontaneidad, sin lujuria, solo movimientos robóticos; me besaba, pero sin amor
detrás de ello, luego empujaba dentro de mí hasta que se corría y yo fingía mi propio
orgasmo para poder darme la vuelta e irme a dormir.

Otro golpe en la puerta antes de escuchar el ruido de unos pasos al otro lado del
rellano. Silenciosamente deslicé otro dedo dentro de mí y me llevé al clímax,
mordiéndome el labio para evitar hacer ruido. Me levanté de la bañera, envolví la bata
a mí alrededor otra vez, y salí del agua ahora tibia. Ni siquiera me había lavado el
cabello.

Entrando en mi habitación, vi a Drake a medio vestir. Mis ojos se llenaron de


lágrimas frente a esa visión, no importaba cuánto riñéramos, todavía amaba a Drake
con todo mi corazón, y la visión de su pecho desnudo me hacía agua la boca. Vi que
algo brillaba en sus ojos cuando levantó la vista y me vio en la puerta. Era una mirada
que no le había visto en mucho tiempo. Antes de que supiera lo que estaba pasando,
Drake cruzó la habitación en unos pocos pasos. Cerró y puso llave a la puerta de la
habitación detrás de mí y me empujó en sus brazos. Su lengua buscó la entrada a mi
boca y por una vez, se sintió como si no solo estuviera haciendo los movimientos
pertinentes. Le abrí mi boca y él sabía a whisky. Nada nuevo ahí, pero no me pareció
un apagador. En todo caso, era una mezcla embriagadora entre saborear el alcohol en
su aliento e inhalar el aroma de su colonia favorita. En un instante fui empujada contra
la puerta del dormitorio y mi bata cayó abierta mientras él sacaba el cinturón de los
bucles.

—¿Qué pasa con Ayden? —susurré.

—Se ha ido con los vecinos para jugar con Kane. Están teniendo una pequeña
fiesta en la piscina y lo invitaron. Somos solo tú y yo, bebé.

Me quedé sin aliento, dándome cuenta que debió ser Drake llamando a la puerta
del baño y en un instante me pregunté si él estaría deseando bañarse, si buscaba sexo
mientras Ayden estaba fuera, o ninguna de esas cosas. Pero no tenía tiempo para

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preocuparme por eso ahora, cuando los labios de Drake reclamaban los míos en un
beso profundo y sensual. Sus manos vagaron por mi cuerpo, acariciando mis curvas
suaves y haciendo su camino a mis pechos. Sus dedos tiraron de cada pezón
suavemente para tensar los picos y luego sus labios dejaron los míos y gemí mientras
chupaba un pezón en su boca. Había pasado demasiado tiempo desde que habíamos
hecho esto sin actuar como autómatas. Mi mano se aferró a su cabello y lo atraje hacia
mí. Él sabía que esto era una señal para morderme más fuerte, así que lo obligó. Luego
su boca besó un rastro en el valle entre mis pechos antes de tomar el otro pezón en su
cálida, húmeda e incitante boca. No dudé más, haría lo que quisiera. Extendí la mano
y desabroché su botón y la cremallera. Deslicé mi mano en la parte delantera de su
bóxer y agarré su pene con firmeza, acariciándolo de arriba hacia abajo lentamente.
Cuando Drake me mordió aún más fuerte, la presión de mi agarre aumentó, ya
conocíamos más que bien el cuerpo y las señales del otro, habiendo estado juntos
durante casi cinco años.

Los labios de Drake me abandonaron momentáneamente mientras se movía para


quitarse los vaqueros y el bóxer por completo. Cuando volvió a acercarse a mí, aferró
la parte trasera de mis rodillas y envolvió mis piernas en su cintura, penetrándome sin
más preámbulos. Gemí ruidosamente ante la sensación de tenerlo dentro de mí, mis
paredes apretándose involuntariamente.

—¡Santa mierda! —exclamó Drake mientras empujaba suavemente hacia mí.


Dentro y fuera, tan simple como eso, pero era algo que mi cuerpo había anhelado por
lo que parecía una eternidad. Y parecía que él también. Su velocidad aumentó a
medida que encontró el ritmo y calor comenzó a llenar mi cuerpo. Podía sentir cómo
se enroscaba dentro de mí, listo para ser liberado, pero aguanté tanto como pude para
prolongar esta cercanía con mi esposo por temor a que pasase mucho tiempo antes de
que sucediera nuevamente. No importaba lo que mi cuerpo quería, parecía que mi
cerebro aún podía ser un poco pesimista.

—Oh, Dios, bebé, te sientes tan jodidamente bien. Ha pasado mucho tiempo.
Quiero sentir que te corres, sentir tus uñas clavadas en mi espalda —susurró Drake
seductoramente mientras nos daba la vuelta y se dirigía a nuestra cama.

Lo siguiente que supe fue que me bajaban al colchón y mi esposo me miraba con
los ojos entornados. Le gustaba lo que veía, incluso después de todos estos años. Era
como si estuviera mirándome por primera vez. Nuestros cuerpos aún estaban unidos,
aunque le tomó un momento a Drake reanudar el movimiento. Pero cuando lo hizo,
santa mierda. Nunca había querido correrme tan mal en mi vida. Mis manos viajaron
a través de sus anchos hombros y mis uñas comenzaron a clavarse y dejar un rastro
cuando las arrastré por su espalda y lo marqué como mío. Él se detuvo un momento y

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dejó escapar un gruñido gutural antes de empujar más fuerte y más rápido dentro de
mí. Estaba a momentos de mi felicidad, pero quería asegurarme de que él también
llegara ahí. Clavé mis talones en su firme culo, empujándolo más cerca de mí. Mis
labios buscaron los suyos y el beso resultante fue áspero y sexy como el infierno.
Nuestros dientes chocaron, nuestras lenguas rodaron una sobre la otra, y Drake subió
la apuesta. Su ritmo vaciló y yo asumí el control, empujando mis caderas para
encontrarlo a un ritmo frenético, cada uno tratando de encontrar la liberación del otro,
no la nuestra.

—Draaaaaake… —exclamé su nombre de forma casi incoherente cuando golpeó


ese punto dulce dentro de mí una y otra vez. No pude contenerlo más y me corrí duro
y largo mientras repetía su nombre en un susurro.

—Anna, mi Anna… —dijo Drake mientras se quedaba quieto y sentí que me


llenaba, la calidez filtrándose de él hacia mí.

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Capítulo 2

Drake

N
o sé por qué a veces soy un completo idiota con Anna y Ayden. Hoy no
me reuní con ellos en el parque porque estaba muy ocupado como para
encontrar tiempo para mi esposa e hijo. Estoy demasiado avergonzado
de ello y ahora estoy acostado en la cama con mi hermosa esposa dormida en mis
brazos, su cabeza esta sobre el latido de corazón. Estoy seguro de que han pasado
meses desde la última vez que tuvimos tan maravilloso y espontáneo sexo. Había
olvidado como se sentía, mi polla se mueve por el recuerdo de venirme dentro de ella
hace solo unos minutos. Se sentía tan bien, tan cálida, mojada y apretada, justo como
lo recordaba. Pero no debería vivir de recuerdos, debería volver a casa cada noche a
hacerle el amor a la mujer que esperó tan pacientemente por ser mía.

Recuerdo conocerla como si hubiera sido ayer y no hace casi cinco años. Había estado
trabajado unos años para la compañía antes de que me pidieran dirigir un grupo de novatos en
entrenamiento. Definitivamente odie la idea. Sonaba como una completa tortura. Solo quería que
me dejaran hacer mi trabajo en paz. No quería ser un entrenador o el líder de un equipo. Pero
todo cambio cuando conocí al grupo que dirigía y mis ojos se encontraron con la mujer más
hermosa que jamás había visto. A partir de ese momento, no podía esperar por ir a trabajar todas
las mañanas, mis amigos del trabajo no paraban de hablar del cambio en mi actitud. Lo
desmentía con bromas, pero era cierto lo que decían. Estaba feliz de ir a trabajar y tenía una
sonrisa permanente en mi cara en lugar del usual ceño fruncido que tenía.

Annalise. Ese era su nombre. Se convirtió en mi razón por el cual levantarme cada mañana.
Ella no lo sabía aún, pero era el sol de mi cielo, la canción sobre las que cantan las aves.
Cursilería de mierda, lo sé, pero hombre conocerla había cambiado algo fundamental dentro de
mí. Sabía que era su jefe y ella estaba en mi nuevo equipo, si había límites, pero demonios
algunos límites estaban hechos para cruzarse. Algunas reglas estaban destinadas a ser
consideradas y otras a romperse totalmente. Por Annalise, las saltaría y rompería todas. Había
algo sobre nosotros que intrínsecamente nos unía, lo supiera ella o no.

Luego llego el día que ella me pateo en las bolas, sin querer me golpeó justo donde más me
duele. Estaba embarazada de su novio psicótico drogadicto. Como un amigo, estuve ahí para ella.

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Ultimadamente, ella sabía que tenía que terminar su relación tóxica con Oliver y mi trabajo era
estar ahí para hacerle las cosas más fáciles como pudiera. La dejé irse temprano a casa un día
para que pudiera empacar sus cosas. Sabía que ella no conducía así que envíe a su amiga Ellie
con ella para que consiguiera llevar todo lo que necesitara. Les di permiso de irse y no regresar
hasta el día siguiente. También le di a Annalise mi número privado para que pudiera llamarme o
mandarte un mensaje si necesitaba más tiempo.

Habían pasado dos semanas y había notado un cambio en nuestra relación. No sé cuándo la
balanza se inclinó a mi favor, pero Annalise me confesó que se había enamorado de mí.
Estábamos sentados en la pésima habitación en la que se había tenido que mudar después de
dejar a Oliver. Me platicó todo sobre el día que se había mudado y como a él el tratar de detenerla
le interesó una mierda. Él era un estúpido drogadicto que estaba más preocupado por su hierba y
coca que por la vida que él y Anna habían creado. En las últimas semanas se había notado un
cambio positivo en su actitud tanto como en el trabajo como en casa.

Finalmente, se le había quitado un peso de sus hombros y se sentía libre por primera vez en
meses. Confesó haber dejado de estar enamorada de él antes de quedar embarazada, pero enterarse
le había permitido dar el último paso. El bastardo había tenido el descaro de decirle que abortara.
Ahí fue cuando Anna finalmente reaccionó y encontró el valor para dejarlo con algo de ayuda de
sus amigos. Ellie había llevado a Anna a la casa de su abuela y durante el fin de semana la
ayudó a llevar sus cosas al dormitorio. El lunes en la mañana la vi entrar a la oficina con una
sonrisa en la cara y un caminar alegre.

Mientras estábamos sentados en el bar al aire libre, el lugar al que habíamos conducido para
escapar de su habitación sofocante por un momento, Anna me había estado mirando de una
forma que antes no hacía. Se mordía el labio inferior, se lamió sus labios carnosos y jugaba con el
piercing que tenía justo debajo de su labio inferior. Me estaba volviendo loco y mi polla
presionaba por ser liberada. Tuve que acomodarme discretamente por debajo de la mesa. Ahí fue
cuando sentí el pie de Anna, libre de sus sandalias, acariciar mi pantorrilla. Salte, sobresaltado
por la caricia y por un momento ella interrumpió su toque. Pero pronto siguió acariciando mi
pierna con su pie, subiendo un poco mal alto, pero no al lugar donde necesitaba su caricia. Fue
físicamente doloroso y me sentí con la necesidad de guardar el recuerdo de esas sensaciones para
cuando llegara a mi casa más tarde.

Pero no fui a casa esa noche. Me quede con Anna. Ambos cedimos ante la obvia conexión
que compartíamos e hicimos el amor por horas antes de quedarnos dormidos con nuestras
extremidades entrelazadas.

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Siento que Anna se mueve en mi brazo y recuerdo lo perfecta que es. Lo que estoy
haciendo me está destruyendo al igual que a mi esposa y Ayden. Tengo que
detenerme, pero no puedo hacerlo cuando la tentación me está llamando. No importa
cuán hermosa y perfecta sea mi esposa, no puede evitar que me vaya por horas a
buscar lo que necesito para sentirme mejor. Las cosas han estado difíciles en el trabajo
últimamente y Anna y yo hemos estado discutiendo con más frecuencia, pero hoy ha
sido el peor día. Recibí una llamada de mi madre diciendo que mi padre había tenido
un ataque al corazón y había muerto. Aparentemente, parecía que no había sufrido
mucho ya que todo fue muy rápido. Él estaba jubilado y mi madre trabaja todo el día,
por lo que no había estado ahí para salvarlo.

Me sentí con la necesidad encontrar consuelo después del trabajo. Deambule por
las calles por un rato y después pase una hora en la casa de mi madre, pero no pude
evitar tener que salir de ahí. Puedes llamarme un bastardo egoísta, pero en ese
momento no podía manejar encargarme del sufrimiento de mi madre, así como del
mío, así que caí en la tentación y recurrí a mi única debilidad antes de regresar a casa.
Me olvidé por completo sobre el parque y cuando al fin pudiera explicarle a Anna,
esperaba que me perdonara. Pero ella no me perdonaría si supiera lo que estaba
haciendo cuando en realidad no estaba en el trabajo o con ella y Ayden. No
comprendería, es obstinada y encuentra difícil de perdonar cuando su confianza ha
sido traicionada.

Ella no pude descubrir lo que he estado haciendo. Sería el fin de lo nuestro. Llano
y simple. Blanco y negro. Gritaría, lloraría y finalmente me echaría. Por lo que tengo
que guardármelo y no dejar que nadie se entere de lo que he estado haciendo.

18
Capítulo 3

Annalise

D
esperté en los brazos de Drake y me sonrió a mí misma. Había sido
demasiado largo desde que habíamos conectado de tal manera. Extrañaba
a Drake. Es raro vivir con alguien, pasar tanto tiempo con ellos y sin
embargo extrañarlos. Sentía que él había dejado la habitación. Aquí estaba
físicamente, pero mentalmente preferiría estar en cualquier otro lugar. Así que mi
misión para el resto del día fue mantenerlo en el presente, vivir en este momento
conmigo y su hijo. ¿Seguramente no es mucho para lo que esperar?

Sigilosamente escapé del abrazo de Drake mientras dormía pacíficamente. Me


puse mi ropa y salí en puntillas de la habitación. Haciendo mi camino silenciosamente
a la planta baja. Fui a ver si Ayden estaba listo para venir a casa después de jugar con
Kane. No tenía la intención de quedarme dormida y conjeturar que había sido algún
tiempo que Ayden había estado alrededor de la casa de su amigo. Hice mi camino
hacía el jardín trasero de mi vecino, donde escuché salpicaduras de la piscina. Los
chicos sin duda hacían mucho ruido cuando estaban juntos.

Después de convencer a Ayden que era hora de volver a casa, agradecí a Dannii,
la madre de Kane, por tenerlo más tiempo. Su mano alcanzó la mía cuando hicimos
nuestro camino a casa. Agotado después de su memorable tarde, no mucho antes
estaba listo para la cama. Tomó una ducha, se puso sus piyamas y se acurrucó con su
peluche favorito mientras le leía unas cuantas páginas de Harry Potter y el prisionero de
Azkaban. Nosotros estábamos haciendo nuestro camino a través de su serie favorita por
segunda vez. Viendo sus ojos irse a la deriva, me doblo y le beso su mejilla. Meto su
manta alrededor de él y susurré—: Te quiero. —Mientras salí de la habitación.

La mañana siguiente, caminé por el pasillo y me asomé en la habitación de Ayden.


Estaba aún durmiendo e imitando la posición en la que su papá dormía, con la mano
metida debajo de su barbilla, el rostro relajado en un sueño tranquilo. Con pasos tan
silenciosos como pude hacerlos, bajé a la cocina para encender mi máquina de café y
hacer el desayuno para mis dos hombres favoritos. Encendí la radio tranquilamente,
no hay nada mejor que dejar que la música resbalé sobre mí mientras canto
19
silenciosamente y freír el tocino. Con la isla de la cocina lista para el desayuno, llamo a
mis hombres y Ayden vino disparado abajo como siempre lo hace cuando huele a
tocino y huevos. Drake caminaba detrás de él, se ve como si no estuviera totalmente
despierto, así que le sirvo una taza de café.

De repente estaba envuelta en un pequeño par de brazos y me volví a colocar un


beso suavemente en la cima de la cabeza de Ayden mientras tomó asiento en un
taburete. Le sonreí a Drake a través de la cocina cuando entró. Se estiró y debido a que
el solo viste pantalones para correr bajos, traté de echarle una vista a su V que se
mostraba justo por encima de la línea de su cintura, lo único que siempre me ha
llevado a volverme loca sobre Drake es como se mantiene en forma y esa V es
peligrosamente sexy. Me gusta deslizar mis dedos o lengua delicadamente sobre ella,
sabiendo que lo vuelve tan loco como a mí.

—Buenos días, papi —dice Ayden cuando su papá le agitó su cabello y caminó
hacia a mí para aceptar la taza que le ofrezco.

—Buenos días, amigo. ¿Cuál es el plan para hoy? —La voz de Drake cargada de
sueño adornando mis oídos y no pude evitar sonreír cuando interactuaba con el
hermoso niño que estaba devorando su desayuno más rápido de lo que pude vaciar mi
taza de café.

—¿Qué tienen tú y mami planeado? —Ayden habló rápido entre bocados.

—¡Guau! Desacelera, amigo. Vas a provocarte un dolor de estómago. —Drake se


rio mientras cierra el espacio entre nosotros y envolvió sus brazos alrededor de mí,
tomó la taza de mi mano y la puso sobre el mostrador.

—Buenos días —murmuró mientras acariciaba mi cuello.

—No tenemos nada planeado. —La mentira salió de mi lengua. Habíamos tenido
este día planeado durante semanas. Incluso cuando las cosas no iban bien entre los
dos, Drake y yo siempre habíamos puesto a Ayden primero y sus cumpleaños no
pasaron inadvertidos.

—Pero mami, es mi cumpleaños, ¿recuerdas? —pregunto, que pensó que


posiblemente pude olvidar.

—No, es la semana que viene, amigo —dijo Drake, escondió su sonrisa en la


curva de mi cuello.

—¡No, papi, es hoy!

—¿Crees que papá y yo olvidaríamos el día en que viniste al mundo, Ayden? Es el


próximo fin de semana, como dijo tu papá. —Intenté morder mi labio para detener la
burbuja de risa escapándose.

20
—No seas tonto, papi. Voy a probarlo —dijo, saltando del taburete y agarrando la
mano de Drake. Lo tiró hacia la sala de estar.

Lo que Ayden no sabía era que, sus regalos en realidad, estaban ocultos.
Habíamos arreglado una búsqueda del tesoro para encontrarlo, pero Drake y yo
necesitamos desayunar primero como combustible para el día por delante.

Me senté en la isla de la cocina y empecé a comer mi desayuno, pero todavía oigo


la decepción en la voz de Ayden. Entraron en la cocina y Drake se sentó frente a mí a
comer su tocino y los huevos antes de que se enfriaran. Ayden miró de mí a su papá y
otra vez, confusión escrita en su cara. No es que hayamos querido herirlo, solo que
había un plan en su lugar.

Mientras Drake pasó a través del correo en la mañana, vio los sobres con el
nombre de Ayden en él y sonrió. Era tan guapo, más aún cuando sonríe y se toca sus
ojos como lo hizo entonces.

—Parecer ser una carta aquí para ti, amigo —dice Drake a Ayden que
inmediatamente dejo de parecer confuso y triste. Una pequeña sonrisa tiró de las
comisuras de sus labios y se acerca rápidamente para tener la dotación en sus pequeñas
manos.

Rasgando la envoltura abierta, encontró una nota escrita por mí:

Para Ayden:

Yo sé que te gusta una búsqueda del tesoro, así que…

Encontrarás otro sobre en algún lugar cálido y lleno de cosas suaves. Que te llevará a
otra pista.

Otras pistas pueden encontrarse en otros sobres. Algunos estarán dentro de la casa,
algunos afuera y algunos donde papi y mami tendrán que llevarte para encontrarlo.

Buena suerte en tu caza.

~Pirata Pete~

Pirata Pete era uno de los juguetes favoritos de Ayden, lo ve por todas partes.
Ayden le mostró la nota a Drake, quien los ayudó a leerlo en voz alta, y vi la emoción
empezar a construirse en él.

—¡Mami, Mami, Pirata Pete me está mandando a una caza del tesoro! Me
pregunto si es para encontrar oro —me dijo mientras estaba allí agitando la pista hacía
mí.

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—Tal vez, pero tenemos que esperar y ver —le dije mientras me paró para lavar
los platos. Cargué el lavavajillas y me doy media vuelta a mis dos hombres, que ambos
estaban sonriendo de oreja a oreja.

—¿Por favor, podemos resolver las pistas, mami? —pregunta Ayden, una nota de
súplica en su voz.

—Bueno, tendrás que pensar en un lugar cálido que está lleno de cosas blandas,
¿no? —le respondí.

—¿Me puedes ayudar mami? ¿Y tú, papi?

Vi una mirada cruzar por la cara de Drake que podría haber sido tentada a pensar
que fue como tristeza o culpabilidad, pero pasó tan rápido que no tuve tiempo para
analizarlo. Una sonrisa sustituye la mirada cuando agita el cabello de Ayden.

—Por supuesto que podemos, amigo, solo déjanos vestirnos primero —dijo Drake
cuando se estaba parando de su taburete y caminó hacia la parte inferior de las
escaleras.

—¡Apúrate papi! —chilló Ayden cuando Drake caminó cuidadosamente lento por
la escalera.

Los tres conseguimos vestirnos en tiempo récord. Drake y yo estábamos igual de


emocionados como Ayden.

—Espero que le guste su sorpresa final —susurró Drake para evitar ser escuchado
por la audición supersónica de nuestro niño hermoso, ese niño puede escuchar un
alfiler caer a kilómetros de distancia a menos que se le pida que ponga en orden su
habitación.

—Oh, le gustará —le respondí rápidamente mientras peino mi cabello y aplico


maquillaje mínimo para que no nos mantenga más tiempo de lo necesario.

Un persistente golpeteo en la puerta de nuestro dormitorio nos hizo reír. Drake


abrió la puerta y miró hacia abajo en nuestro precioso hijo.

—Vaya, amigo, ¿dónde está el fuego? —le preguntó a Ayden cuando corría a la
habitación y agarró mi mano, luego la de Drake. Nos llevó al rellano y se detuvo.

—He estado pensando, podría ser el armario de lino. Está caliente ahí y está llena
de sábanas y toallas, son cosas suaves.

Tratamos de hacer pistas fáciles, pero no esperaba que las entendiera tan
rápidamente.

22
—Podría ser, pequeño hombre, ¿por qué no revisas? —le digo, agarrándome de la
mano de Drake y sonriéndole a él.

Corrió al armario y abrió la puerta. Comenzó a mover las cosas y finalmente vio
otro sobre rojo. Este decía:

Ayden,

Tu siguiente pista se puede encontrar en algún lugar fresco en un día de verano. En


algún lugar a la sombra, donde puedes relajarte después de saltar sobre tu trampolín.

~Pirata Pete~

Mientras corría escaleras abajo sin cerrar la puerta del armario, Ayden se dirigió
directamente hacia la terraza de la parte trasera de nuestra casa. Estuvo a punto de
saquear todo el lugar antes de encontrar el sobre detrás de un cojín en una de las sillas.

Esta vez leyó:

Ayden,

La siguiente pista se puede encontrar en un lugar donde te gusta jugar en el verano o el


invierno, en algún lugar que tenga un letrero que diga “No se permiten padres”.

~Pirata Pete~

Sin perder tiempo, Ayden corrió directamente a la casa del árbol y subió por la
escalera. Bajó de vuelta con cuidado por la escalera con la pista que había encontrado
entre los dientes.

—¡Lo tengo! —gritó mientras corría hacia nosotros.

Abriendo el sobre, leyó la siguiente pista para nosotros:

Ayden,

¡La siguiente pista se puede encontrar en donde colocas tus maletas para irte de
vacaciones!

~Pirata Pete~

—Papi, necesito las llaves de tu auto —dijo Ayden mientras comenzaba a correr
por la casa hacia el camino de entrada.

Recuperando las llaves del auto de su papá del gancho junto a la puerta de
entrada, abrió la puerta y salió corriendo. Desbloqueó el auto y pateó el botón de la

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parte inferior del parachoques trasero del Ford Kuga de su papá. La puerta del maletero
se abrió y Ayden entró. Un sobre rojo lo esperaba:

Ayden,

Esta pista es un poco más difícil. Esta vez, papá tendrá que llevarte a tu lugar favorito
para jugar, pero no olvides recogerme antes de irte.

Tu amigo,

~Pirata Pete~

Volvió corriendo al interior y lo escuché subir las escaleras a toda velocidad para
recuperar al Pirata Pete de su cama. Sus pasos se alejaron cuando se acercó a su
habitación.

—¿Lista? —susurró Drake mientras me acercaba a él para darme un beso.

Mis labios se encontraron con los suyos y un suave suspiro emanó de mi garganta.
Drake lamió la costura de mi boca cerrada y le concedí acceso, algo imposible de
retenerle cuando él era así.

—¿Podemos subir al auto ahora? —gritó Ayden mientras corría hacia la puerta
principal.

Renuente, me alejé de mi esposo y fui a cerrar la puerta con llave para poder ir al
Patio de Juegos del Pirata Pete. Drake subió al auto y encendió el motor mientras me
esperaba. Después de asegurarme de que la casa estaba bien cerrada, entré en el auto y
miré a Ayden mientras hablaba animadamente con Drake.

—Tiene que ser el Patio de Juegos del Pirata Pete, papá. Es mi lugar favorito para
jugar y, ¿por qué el Pirata Pete me dejaría pistas si no estuviera ahí?

—Si estás seguro pensando que está ahí, amigo, entonces ahí es donde iremos
dijo Drake mientras salía de nuestro camino y se dirigía al final de la búsqueda del
tesoro de cumpleaños de Ayden. Él parecía haberse olvidado de su cumpleaños con la
emoción de la cacería. Sin embargo, no podría olvidarlo una vez que llegáramos ahí.

Después de un día agotador de jugar con sus amigos de la escuela en Pirata Pete`s,
volvimos a casa para darle sus regalos a Ayden. Cuando llegamos a casa, le di una
última pista al chico del cumpleaños para que la abriera. La arrancó emocionado,
todavía no demasiado agotado por la diversión del día.
24
Ayden,

Feliz Cumpleaños, pequeño amigo. Aquí hay una llave para abrir una puerta. Ve y mira
lo que hay detrás de esa puerta.

~Pirata Pete~

Deslizó la llave fuera del sobre y la giró en sus manos. Él me miró y vi una
expresión confusa en su rostro.

—¿Qué pasa, pequeño hombre? —pregunté mientras me agachaba a su lado.

—Esta es la llave de tu oficina, mami. No tengo permitido entrar ahí.

Miré a mi niño y vi su labio inferior temblar levemente.

—Hoy se te permite entrar, cumpleañero —dije, dándole una gran sonrisa y un


gesto de aliento.

—¿No te olvidaste de mi cumpleaños? —preguntó mientras me rodeaba con sus


brazos, olvidando momentáneamente la llave.

—Umm… veamos… —Solté una risita mientras le salpicaba besos en la cara.

—Vamos a abrir la puerta, amigo, y veamos qué hay detrás —dijo Drake mientras
se acercaba a nosotros y alargaba una mano para ayudarme a levantarme.

La puerta se abrió y un grito resonó alrededor del gran vestíbulo de nuestra casa.

—¡Regalos!

Drake se rio entre dientes y pasó un brazo por mis hombros. Entramos en mi
oficina y vimos la cara de Ayden mientras se sentaba en medio de una pila de regalos.

Cuando nos metimos en la cama esa noche, los hombros de Drake se desplomaron
por primera vez en todo el día. Me preguntaba qué podría estarlo molestando.

Tuvimos un buen día, sin discusiones, ni nada que saliera mal. Me moví detrás de
él de rodillas sobre el colchón.

Con la cara entre sus manos, descansando sus brazos sobre sus rodillas, Drake
estaba reteniendo algo y yo quería que bajara la guardia. Él no hablaba de sus

25
sentimientos, no había sido criado en una familia muy táctil. El resto de su familia solo
te abrazaba o besaba en tu cumpleaños y Navidad, aunque eran diferentes con Ayden.
Él había sido su primer nieto y eso les trajo algo que no vimos a menudo antes. Eran
una familia amorosa a su manera, simplemente no sostenían sus corazones en la mano
como yo lo hacía. Fue un ajuste tener que acostumbrarme a cómo eran y lentamente
enseñarle a Drake que él podría ser más táctil y expresivo conmigo. Afortunadamente
cuando Ayden llegó al mundo, a Drake le resultó más fácil mostrar su amor, pero aún
mantuvo encerrados sus otros sentimientos en algún lugar dentro de él.

—Drake, cariño, dime qué está mal —supliqué en voz baja.

Un suspiro fue todo lo que escuché de él. Bajé la cabeza, todavía sin saber cómo
lograr que se abriera después de todos estos años juntos.

—Solo quiero olvidar —susurró finalmente.

—Olvidar, ¿qué? —Envolví mis brazos alrededor de él y me senté a su lado.

—Mi papá… él… murió ayer.

Mi mundo se derrumbó a mí alrededor. Solo Dios sabía cómo se sentía Drake. Él


lo había sabido desde el día anterior y no había dicho una palabra. Habíamos pasado el
cumpleaños de Ayden como lo habíamos planeado en vez de ir a visitar a Lynne, la
madre de Drake. No podía entenderlo. ¿Cómo podría estar Dennis muerto?

—Mi madre dijo que fue un ataque al corazón y que el médico dijo que no había
sufrido. Ella lo encontró en la ducha por la mañana. No quería que ninguno de
nosotros se diera una vuelta, necesitaba su espacio para aceptarlo. Sentí que era mejor
dejar que Ayden celebrara su cumpleaños de la manera en que lo habíamos planeado.
Habría sido mucho cancelar todo en el último minuto.

No podía hablar. Una parte de mí quería consolar a mi esposo después de la


muerte del hombre que admiraba. La otra parte de mí estaba molesta como el infierno
porque no me lo hubiera dicho antes. ¿Cómo pudo haberlo descubierto ayer y no
decírmelo de inmediato? Incluso si hubiera querido que Ayden tuviera un buen
cumpleaños, todavía podría habérmelo dicho. Después de todo, Dennis había sido
como un padre para mí después de que me alejé de mi familia. Los Anderson habían
sido como una familia para mí desde que los conocí. Me trataron como una segunda
hija. Meghan, su hija, era un poco perra conmigo al principio, pensando que era una
vaca estúpida y nos enfrentábamos. Pero cuando llegó a conocerme, tuvimos un gran
vínculo. Estaba suponiendo que no me había enviado un mensaje de texto o me había
llamado porque creía que Drake me lo diría o porque él le había pedido que no me lo
mencionara. De cualquier manera, estaba furiosa.

Salí de mis propios pensamientos y recosté mi cabeza en el hombro de Drake. Por


primera vez desde que lo conocí, lo escuché comenzar a llorar suavemente.

26
Capítulo 4
Unos días más tarde…

T
odavía no podía creer que Drake hubiera mantenido en secreto la muerte
de su padre durante todo el día del cumpleaños de Ayden, pero comprendí
por qué lo había hecho. Él había querido que su hijo tuviera un buen
cumpleaños—pero podría habérmelo dicho y yo habría estado ahí para ayudarlo a
soportar la carga—pero había preferido mantenernos a los dos en la oscuridad para
darnos un día de felicidad, antes de que comenzara la tristeza por la muerte de Dennis.
Drake había cargado con ese peso solo y eso lo había estado devorando por dentro.
Ahora era el momento del funeral de Dennis. Ayden había estado inconsolable en mis
brazos desde que le dijimos lo que había sucedido. Mucha gente argumentaría que era
demasiado joven para asistir a un funeral, pero era su abuelo y sentimos que se le debía
dar la oportunidad de despedirse. Iba a ser un día para celebrar la vida de Dennis, no
llorar su muerte.

Fue el último deseo de Dennis en su testamento que todos los asistentes vistieran
cualquier color excepto negro y que a cualquiera que vistiera de negro se le diera algo
brillante en las puertas de la Iglesia, un pañuelo rosa brillante o algo así, para ponerse
antes de entrar.

Ayden, Drake y yo nos preparamos en casa y cuando miré a mi esposo, vi el peso


del mundo presionándolo. Sin duda, Dennis había sido alguien a quien Drake
admiraba, respetaba y amaba profundamente. Todos lo hacíamos. Él había sido un
hombre en un millón.

Le tendí la imagen de mi ecografía de doce semanas y Dennis lo tomó con una expresión de
alegría en sus ojos. Miró la foto del niño que llamaría su nieto o nieta y la sonrisa más grande del
mundo se dibujó en su rostro.

Había tenido miedo de decirle a Lynne y a Dennis que estaba embarazada. No era el hijo de
Drake, después de todo. No estaba segura de cómo tomarían la noticia, pero no tenía de que
preocuparme, estaban tan emocionados como nosotros. Drake y yo habíamos sido amigos en el
trabajo antes de que quedara embarazada y no sabía cómo se sentía él por mí más allá de nuestra

27
amistad hasta que un día salimos y las cosas pasaron de la amistad a una relación en un abrir y
cerrar de ojos. A él no le había importado que estuviera embarazada del hijo de otra persona.
Sabía en lo que se estaba metiendo y que veníamos como un paquete. Los dos sabíamos que sería
un gran padre para este bebé, sabiendo que el padre biológico no estaba en la escena y nunca lo
estaríauna elección que el padre biológico, Oliver, había hecho por sí mismo. La familia
Denham no se preocupaba por mí ni por el bebé que llevaba, y eso era todo. Sin embargo, viendo
el rostro de Dennis, supe que él y la familia Anderson se preocupaban por nosotros dos.

Días más tarde, Lynne me había lanzado a un baby shower, un poco temprano quizás, pero
ella estaba demasiado emocionada. Decir que estaba abrumada era insuficiente. Toda la familia
estaba ahí y todos apoyaron el hecho de que su hijo y hermano iba a ser padre. Nos habían
comprado tantas cosas para el bebé y lloré por la generosidad y el amor que sentía por ellos.
Dennis me abrazó con fuerza y me dijo—: Bienvenida a la familia. —Esto me hizo llorar y
sonreír al mismo tiempo. Por primera vez en mucho tiempo, sentí algo sorprendente—aceptación.

—Mami, ¿puedes atarme la corbata ahora? —Me preguntó una vocecita,


sacándome de mis pensamientos.

—Por supuesto, cariño —le contesté mientras tomaba su corbata azul y la ponía
alrededor de su cuello. Vestía un traje gris, completo con chaleco. Lo había elegido él
mismo, diciendo que su abuelo estaría satisfecho con su elección. Había elegido una
corbata celeste para representar al equipo de fútbol que su abuelo había apoyado y
seguir el brillante tema del día.

—Espero que el abuelo pueda verme hoy —dijo Ayden mientras terminaba de
hacer el nudo.

—Estoy segura de que lo hará, pequeño hombre —dije, mi voz quebrándose


ligeramente.

Ayden se puso la chaqueta del traje y se volvió hacia Drake. Atravesó la


habitación y tomó la mano de Drake en la suya.

—El abuelo no querría que estemos tristes, papá. Nanny me dijo eso. Él querría
que sonriéramos, y si puede verte, se decepcionará de que no estés sonriendo.

Mi corazón se derritió ante la madurez que emanaba de mi pequeño niño. Era


mayor que sus años, eso era seguro.

—Lo sé, amigo —respondió Drake con voz sombría. Me rompió el corazón
escuchar la tristeza en su voz y verlo escrito en su rostro.

28
—Así que sonríe, papá. El abuelo te está mirando para asegurarse de que sonríes.

Tuve que sonreír ante el coraje de mi hijo. Él también estaba sufriendo en el fondo,
pero estaba sonriendo porque eso era lo que Dennis hubiera querido.

Mirando a Drake, lucía muy atractivo en su traje. Era de color azul marino,
difícilmente de los colores brillantes que su padre había pedido, pero llevaba una
corbata que combinaba con la de Ayden, una corbata que en ese momento estaba
torcida. Caminé hacia él y extendí la mano para enderezarla por él.

Una vez que todos estuvimos listos, bajamos las escaleras, cerramos la casa con
llave y nos fuimos a la casa de Lynne donde nos encontraríamos con ella, Meghan,
Jack, Leanne y Taylor.

Al llegar, nos recibió Leanne, que estaba haciendo café para todos. La cuñada de
Drake era un verdadero dolor en el culo, una diva, una prima donna, una reina del
drama—había tantos nombres para ella que necesitaríamos un mes para pasar por
todos ellos—pero también era una persona de buen corazón que le gustaba estar a
tiempo. Instantáneamente me gustó Jack, el hermano de Drake, pero había algo sobre
Leanne que a nadie le gustaba. Dennis y Lynne decían cosas sobre ella cuando no
estaba cerca, me dijeron cómo era realmente. Pero con el tiempo, todo habíamos
llegado a aceptarla, con defectos y todo.

Lynne y Meghan estaban sentadas con Jack y Taylor en el conservatorio. Jack y


Leanne tuvieron a Taylor un año después de que Ayden llegara. Los niños se
adoraban, siempre jugaban juntos. Las Navidades en la casa de los Anderson fueron
las mejores desde que los dos chicos se habían presentado. La Navidad siempre fue
una gran celebración para la familia. Lynne se despertaría y ya estaría cocinando
alrededor de las 6 de la mañana. Dennis miraría películas navideñasse le había
prohibido ayudar en la cocina. Drake, Ayden y yo llegaríamos y me pondría un
delantal para echarle una mano a Lynne. Luego Jack, Leanne y Taylor llegarían y la
casa se pondría realmente ruidosa. Meghan llegaría ahí alrededor de las 10 de la
mañana y Lynne abriría el vino—el único día del año que bebíamos antes del
mediodía era el día de Navidad. Todos abriríamos nuestros regalos, y mientras los
niños jugaban, Lynne y yo serviríamos la cena.

Miré a las chicas—Megan estaba vestida de chifón de color rosa suave, Lynne
llevaba un vestido de estampado floral que Dennis le había dado como un regalo de
aniversario, y Leanne llevaba un simple vestido suelto verde. Todos parecíamos que
íbamos a cualquier cosa menos a un funeral, supongo que ese era el objetivo de
Dennis, pero entonces siempre he pensado que los funerales no son solo para llorar a

29
los muertos, sino también para celebrar la vida que vivieron. Jack y Taylor vestían
trajes y corbatas azules como Drake y Ayden para rendir homenaje al Club de Fútbol
de la ciudad de Birmingham, el equipo que Dennis había pasado mucho tiempo
apoyando. Mirando a la familia que me rodea, no pude evitar sonreír. Sí, este era un
día de gran tristeza, pero todos habíamos venido juntos para rendir tributo a la vida de
Dennis. Una vida que había estado llena de mucho amor y felicidad.

Después de un hermoso servicio, todos nos reunimos en la casa de Anderson para


el velatorio. Lynne estaba haciendo todo lo posible para seguir sonriendo, pero si se le
miraba de cerca, se podía ver que su fachada estaba cerca de desmoronarse. Fui a ella y
le susurré al oído antes de tomar su brazo y suavemente llevarla hacia las escaleras.
Ella subió delante de mí y entró en su dormitorio.

—Descansa un poco —le dije suavemente mientras Lynne se sentaba en el borde


de su cama—. Estás cansada y has tenido un día duro.

—No puedo simplemente alejarme de todo el mundo reunido aquí —respondió


ella, su voz llena de tristeza y angustia.

—Puedes, simplemente descansa por una hora, vendré a buscarte dentro de un


rato, te lo prometo.

Todos podríamos ver que era un día físico y mentalmente drenante para la mujer
que había pasado más de cuarenta años al lado de Dennis. Sabíamos que no
descansaría a menos que la presionaran, así que yo había sido quien la convenció. Era
una mujer testaruda, pero incluso ella sabía lo cansada que estaba.

—Bien —susurró mientras yacía su cabeza sobre la almohada y empujaba sus


piernas hacia arriba en una especie de posición fetal.

Volví abajo y abrí otra botella de vino. Caminé alrededor y rellenado las copas de
la gente antes de sentarme fuera en el patio y verter para mí otro vaso grande. Miré a
los chicos jugando en el jardín y puse mis pies en la silla de jardín. Me incliné hacia
atrás y protegí mis ojos del sol que sonreía sobre nosotros.

El resto del día se pasó recordando y contando historias sobre Dennis. Nos reímos,
lloramos, e hicimos lo que las familias hacen mejor, nos apoyamos mutuamente.

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Más tarde esa noche, tomamos un taxi a casa. Tanto Drake como yo habíamos
consumido demasiado alcohol para conducir y recogeríamos el auto por la mañana.
Drake había bebido mucho más de lo que yo había hecho, más de lo que él
normalmente haría, pero ¿quién podría culparlo cuando estaba perdido en el dolor?

Puse a Ayden en su cama, lo metí dentro y acaricié suavemente su cabeza, su


cabello rubio sedoso corriendo a través de mis dedos. Encendí su luz de noche y me
deslicé en silencio de su habitación.

Cuando llegué a la cama, Drake roncaba suavemente, acurrucado sobre su


costado. Me lavé los dientes y me acosté junto a él. Mirando su perfil, mi boca curvada
en una sonrisa agridulce. Había sido un día difícil y este hombre guapo a mi lado había
fingido ser tan fuerte para todos los demás. Mirándolo dormir, se veía relajado y
tranquilo, algo que yo sabía que no estaba.

A la mañana siguiente, me desperté antes que mis chicos y bajé a hacer el


desayuno.

Freí tocino en la sartén, la radio encendida silenciosamente en el fondo, sentí que


la tristeza me bañaba. Los domingos eran normalmente días familiares. La tradición
era que mientras yo me quedaba en cama hasta tarde, Drake y Ayden irían a las
tiendas por un periódico y una revista, entonces cuando me despertara, iríamos a
Lynne y Dennis' para un asado de domingo. Los domingos nunca serían lo mismo
ahora y me hizo preguntarme cómo seguiríamos. No podíamos alejarnos del resto de
la familia, pero sabía que Drake se sentiría un poco intranquilo ahora que su padre no
estaba por aquí.

Pequeños pasos en las escaleras me alertaron de la presencia de Ayden.

—Hey, Mami —dijo mientras se sentaba en la isla de la cocina listo para el


desayuno.

—Oye, cariño, ¿dormiste bien? —le pregunté mientras le vertía un vaso de zumo
de naranja.

—Tuve un sueño de que el abuelo todavía estaba aquí —respondió con voz
tranquila—. Estábamos jugando a atrapar la pelota en el jardín de trasero de su casa.

31
—Eso es bueno, cariño. ¿Quieres ir a despertar a papá para el desayuno? —No
sabía qué decirle a Ayden sobre su sueño, tal vez no necesitaba decir nada. No quería
que dejara de hablar de Dennis solo porque ya no estaba por aquí. Quería que
recordara cuánto lo amaba su abuelo.

—Claro —dijo, bajando del taburete para ir a despertar a Drake.

Unos minutos más tarde, mis dos chicos estaban en la cocina, sentados en la isla,
esperando a que les sirva un desayuno completo. Sonreí tiernamente a Drake, quien
me dio una pequeña sonrisa. Después de servir, me senté con ellos en la isla y nos
metimos en nuestra comida. El silencio en la habitación era ensordecedor. Había
apagado la radio mientras Ayden estaba despertando a Drake, pero de repente deseaba
no haberlo hecho.

Vi a Drake jugar con su tenedor, no comiendo mucho. Atrapé su mirada y empezó


a comer, probablemente más por el espectáculo que por el hambre. Cuando habían
despejado sus platos, los coloqué en el lavavajillas y le dije a Ayden que fuera y se
vistiera.

Mirando a mi esposo roto, viendo que estaba tratando de mantener todo dentro,
me trasladé hacia él y lo envolví en mis brazos. Me acurruqué en su contra y me
envolvió en sus brazos, tirando de mí para sentarme en su regazo. Él enterró su cabeza
en el hueco de mi cuello y fue entonces cuando sentí lágrimas suaves empapar la parte
superior de mi pijama. Las lágrimas cayeron por mis propias mejillas y las limpié con
la parte de atrás de mi mano mientras Drake no miraba. Mi fuerte esposo se estaba
desmoronando y ahora necesitaba ser la fuerte. Podía hacerlo. Podía ser quien recoja
las piezas. Haría cualquier cosa por ese hombre, cualquier cosa. Me poseía, cuerpo,
corazón, alma y mente. Mi corazón dolía al verlo en tal estado. Más que nada, quería
quitarle el dolor. Hice una promesa silenciosa entonces, que estaría allí para atraparlo
cuando se cayera. Tendría la fuerza para continuar y estar allí cuando me necesitara.

32
Capítulo 5

Drake

D
espués de la muerte de mi padre, las cosas se ven diferentes. El sol no
luce tan brillante, el pasto ya no es tan verde vivo, y el cielo está más
apagado de lo que recuerdo. La comida no sabe tan bien, solo estoy
comiendo porque Anna sigue cocinando y diciéndome que necesito mantener mi
fuerza. Voy a trabajar todos los días, hago mi trabajo, y me voy. Mis colegas entienden
que no soy el mismo. El hombre al que he pasado mi vida amando, admirado,
queriendo ser como él, ha dejado esta tierra y ahora nos quedamos todos para hacer
frente sin su presencia siempre amorosa.

Estoy triste y enojado al mismo tiempo. No sé qué hacer sin mi padre. Por
supuesto, no éramos las familias más afectivas. No llevamos nuestros corazones en
nuestras mangas ni mostramos nuestro amor el uno por el otro de las maneras más
obvias. Pero a pesar de todos nuestros defectos, siempre éramos conscientes de que nos
amábamos y que eso nunca cambiaría. Estaba acostumbrado a ser el fuerte, pero
recientemente ese manto ha pasado a Anna. Ella es el pegamento que mantiene unida
a nuestra familia. Cuando lloro, ella me abraza. Cuando Ayden se pone triste, lo
anima. Megan está tan destrozada como yo y se vuelve a Anna por su consejo, su
amor y su afecto. Di lo que quieras de Anna, pero es la mujer más asombrosa que he
conocido. ¿Cómo diablos he tenido tanta suerte como para casarme con ella? Antes de
que ella viniera, juré que nunca volvería a casarme. No después de que esa zorra de
Beth tomara todo lo que tenía cuando nos divorciamos. Pero había algo sobre Anna...
me hacía sentir como el único hombre en el mundo. El amor y la devoción brillaban en
sus ojos. Estaba rodeado de amor y felicidad, algo que no había tenido con Beth
durante años. Nos habíamos quedado casados por obligación y técnicamente nos
separamos dos años antes de realmente divorciarnos. Así que cuando Anna entró en
mi vida, la iluminó. Todo lo que hacía estuvo bien. Todo lo que tocaba se convertía en
oro. Era un soplo de aire fresco. Ella y Ayden se habían convertido rápidamente en mi
mundo. Le propuse matrimonio poco después de que él naciera y nos casamos un año
después. Pero ahora, ella tiene que mantenernos a todos juntos mientras me derrumbo
en las costuras.

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Amargura me come todos los días. ¿Por qué no pudo alguien haber estado en casa
para salvar a mi padre? ¿Por qué no me pude detener ese día para saludar? Podría
haberlo encontrado y aún podría estar aquí. Pero no lo hice y él no lo está. Eso es lo
que me mata. No tenía poder. Siempre he tenido el control, pero esto era algo sobre lo
que no tenía absolutamente ningún control y ahora mi corazón duele. Se siente tan
pesado, como si ni siquiera debiera ser capaz de llevarlo alrededor.

He empezado a salir después del trabajo, no yendo directamente a casa como de


costumbre. A Anna no le gusta no saber dónde estoy, pero no tengo otra opción, no
puedo decirle la verdad. No puedo decirle que busco consuelo en otro lugar. Ella es la
que mantiene todo junto para mí, para mi familia, pero eso ha empezado a
carcomerme. Debería ser yo el que nos mantenga unidos, pero no puedo. Así que
busco mi consuelo de la única fuente que no debería. Anna y yo hemos peleado por
eso antes. Ella me ha visto siendo reservado sobre con quién estaba enviando mensajes
de texto, fue testigo de que llevaba mi teléfono a otra habitación para hablar, así no
podía escuchar. En realidad, lo hemos discutido en el pasado antes de que nos
casáramos, así que no puedo decirle ahora que tengo un secreto que no puedo
compartir con ella ni con nadie. Sé que es injusto, y cuando llego a casa, siempre trato
de hacer el papel de esposo amoroso. Pero parece más un papel que interpreto a quien
soy en realidad. No tiene sentido porque la amo y Ayden también. Pero parece que no
puedo sacudir la carga que recae sobre mis hombros. Así que mi sonrisa es falsa, a
pesar de que mi amor es real.

2 meses después…

Han pasado sesenta días desde que mi padre falleció. Sesenta días desde que mi
mundo se detuvo. Necesito retirarme y tomar el poder de nuevo como el fuerte de la
familia. Anna ha sido asombrosa. Ella cocina y limpia, hace que la escuela funcione
para Ayden. Donde mi mamá y mi papá solían acoger cenas de domingo en su casa,
Anna también ha asumido el poder. Cocina en casa de mamá y limpia después de
todos nosotros. Las cenas familiares no son las mismas sin mi papá, pero Anna lo
intenta muchísimo para que todo esté bien. Mamá parece estar bien. Ella no es su yo
exuberante normal, pero eso es de esperar. Ella se sienta alrededor de la mesa con
nosotros y está en automático, pero puedes ver que la luz en sus ojos es tenue ahora.
Extraña a la otra mitad de sí misma. Eso es lo que mi padre era. Eran dos mitades de
un todo y ahora mamá debe arreglárselas sola. La familia se reúne alrededor de ella.

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Meghan la lleva de compras. Jack y Leanne se llevan a Taylor todo el fin de semana y
se quedan. La tía Pamela, la hermana de mi mamá, va a verla cada pocos días y
hablan mucho por teléfono. Todo el mundo está haciendo su parte para hacerla ver
que la vida debe continuar. Anna hace lo mismo por mí. Ella me hace ver que la vida
no puede detenerse aquí. Me dice que mi padre no querría que me sintiera así y tiene
razón. Mi padre era la vida y el alma de la fiesta, el eje de esta familia. Él nunca
querría que nos lamentáramos alrededor y que siguiéramos en automático solo para
superar cada día.

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Capítulo 6

Annalise

E
staba cansada. Hasta los huesos. Las carreras a la escuela, las cenas los
domingos, cocinar, lavar, limpiar, cuidar a Ayden y Drake, también
asegurarme de que el resto de la familia tenga a alguien con quien hablar.
No debería quejarme, y normalmente no lo haría, pero había llegado al punto en que
me estaba volviendo loca de que Drake fuera reservado. Siempre estaba enviando
mensajes de texto, aunque tenía su teléfono en silencio y pensaba que no me daba
cuenta. Había vuelto del trabajo más tarde de lo normal. Me dejaron hacer todo, y
aunque comprendí su dolor por Dennis, no entendí por qué no se abriría a mí. De
acuerdo, su familia nunca había sido muy táctil y se guardaban las cosas en lugar de
hablar, pero desde la muerte de Dennis, se cerraba más. Meghan venía a hablar o
llamaba por teléfono frecuentemente. Leanne dijo que Jack no se abriría a ella y
compartimos nuestros sentimientos sobre el hecho de que teníamos maridos que nos
estaban alejando. Nos juntamos para que Ayden y Taylor jugaran mientras estábamos
sentadas en el jardín y bebiendo café o abriendo una botella de vino. Drake iba a tomar
algunas vacaciones del trabajo, así que habíamos reservado una semana libre. Tenía la
esperanza de que, con el tiempo, finalmente, se abriera. Así que hicimos las maletas y
fuimos a nuestro lugar favorito en Devon, el lugar que él había propuesto.

Llegamos al zoológico de Paignton, listos para llevar a Ayden a ver a los animales. Su
peluche favorito era un pingüino, de hecho, tenía pingüinos de peluche llenando su habitación en
casa. Dondequiera que íbamos, comprábamos otro para agregar a la colección.

Mientras caminábamos por del zoológico, observando a todos los animales y sus hábitats,
Drake de repente se detuvo frente a mi animal favorito, el lobo. Parecía un cruce entre un zorro y
un lobo, era un lobo de crin, de color rojo amarillento con un parche blanco en la cola. Estaba
ocupado admirando al lobo mientras caminaba por la pradera, demasiado ocupado para prestar
atención a lo que Drake estaba haciendo.

La gente parecía apiñarse alrededor del precioso lobo de crin y no podía culparlos... era un
animal fascinante, así que retrocedí para permitir que otros lo vieran. Me volví hacia Ayden en el

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carrito y vi a Drake en el suelo. Lo que no noté fue que estaba de rodillas. Solo lo noté cuando
carraspeó y atrajo mi atención hacia él.

—Annalise Elizabeth Duncan, ¿me harías el honor de convertirte en mi esposa? Me


preguntó, su voz un poco más tímida de lo normal.

Vi como sacaba una cajita de su bolsillo y abría la tapa. Dentro estaba el anillo más
hermosono podía apartar la vista de él. Mi garganta pareció cerrarse y me resultaba cada vez
más difícil respirar.

—S… sí. —Me tropecé con la única palabra mientras trataba de regular mi respiración,
haciendo todo lo posible para no hiperventilar.

Drake sacó el anillo y lo colocó en mi dedo. Mi mano temblaba tanto que fue una maravilla
que lograra colocarlo en su lugar. Se puso de pie y me abrazó, levantándome en el aire. La gente
que nos rodea estalló en una ronda de aplausos y vítores. Drake me colocó de nuevo en el suelo y
me besó profundamente, lo que generó una ronda de abucheos por parte de los transeúntes.
Cuando nos separamos, levanté mi mano para una inspección más cercana del anillo. Era una
hermosa banda de oro blanco con una impresionante piedra tanzanita entre dos diamantes un
poco más pequeños. No podría haberlo elegido mejor yo misma. Drake sabía que no me gustaban
las joyas extravagantes y llamativas. Siempre me atrajeron las piezas clásicas y elegantes.

Drake se aclaró la garganta, atrayendo mi atención de mi anillo a su cara. La sonrisa que


llevaba podría haber dividido su rostro. Sus ojos verdes brillaban y parecía más feliz de lo que
nunca lo había visto.

—Annalise Elizabeth Anderson, me gusta el sonido de eso —dije mientras ahuecaba el lado
de su cara en mi palma.

—Me alegra oír eso —llegó una voz detrás de Drake. Reconocería esa voz en cualquier lugar.
Era Dennis.

—¡Papá! —exclamé sorprendida, volviéndome hacia él.

—Ven y dale un abrazo al anciano —respondió.

Fui a él. La familia no era gran abrazadora, así que tomaba los abrazos que conseguía.

—No me olvides, señorita —dijo la voz de Lynne.

—Mamá, hola. ¿Qué están haciendo aquí? —le pregunté mientras la abrazaba.

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—Mira a tu alrededor, cariño —respondió crípticamente.

Miré a mi alrededor y vi a Meghan con su novio Andrew y a Jack con su esposa Leanne.

—¿Cómo llegaron ustedes aquí? —pregunté, la conmoción evidente en mi voz.

—No nos hubiéramos perdido esto por nada del mundo —dijo Lynne.

—¿Quieres decir que sabías y viniste para esto? ¿Qué hubiera pasado si hubiera dicho que
no?

Todos se rieron de eso. Cuando los miré a los ojos, todos parecían genuinamente complacidos
por nosotros.

—Amas demasiado a ese chico para decir que no —dijo Dennis.

—Muy cierto —respondí mientras le sonreía a Drake.

No podía creer que hubieran conducido todo el camino hasta Devon solo para presenciar este
momento.

Me sorprendió que Drake quisiera que yo fuera su esposa después de lo que él había pasado
con Beth. Él siempre me había dicho, incluso cuando charlábamos como amigos antes de la
reunión, que nunca más se casaría. Dijo que no quería volver a sufrir dolores de cabeza si otro
matrimonio terminaba en desastre. No lo culpaba, pero cuando nos juntamos, una pequeña parte
de mí lamentaba el hecho de que nunca me casaría. Pero amaba a Drake lo suficiente que estar
con él era suficiente. No me importaba comprometerme porque era a él a quien quería llegar.
Desde la primera vez que nos conocimos, realmente disfruté de su compañía y cuando estuve
soltera y alguien de nuestra oficina me dijo que le caía bien, me sentí secretamente complacida,
pero pensé que nunca pasaría nada porque estaba embarazada del hijo de otra persona. Qué
equivocada estaba. Habíamos ido a nuestra primera cita poco después y habíamos sido
inseparables desde entonces.

Apartándome de mis pensamientos, miré a la familia que me rodeaba. Aceptarme con los
brazos abiertos había sido su estilo—excepto Meghan, que llevó una aversión hacia mí por alguna
razón—les sonreí y tomé la mano extendida de Drake. Empujó a Ayden en su silla de paseo
mientras todos hacíamos nuestro camino alrededor del zoológico hasta el café porque a Ayden
tenía que comer y mi estómago estaba gruñendo ante la idea de la comida.

Cuando llegamos al café, me decepcionó ver que tenía un letrero que decía “Cerrado para
una función privada”. Pero Drake entró de todos modos.

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—Drake —llamé.

Se giró para mirarme y me hizo señas para que lo siguiera. Lo seguí a pesar de que pensé que
era grosero interrumpir la función de otra persona.

Entré en la habitación detrás de Drake y vi globos por todos lados. Un escenario tan hermoso
estaba frente a nosotros. Alguien tenía buen gusto, ya que los globos eran de color púrpura y rosa
pálido. Sin embargo, fue un letrero que colgaba arriba lo que me llamó la atención.

—“Felicitaciones por su compromiso, Drake y Annalise” —decía.

—¿Esto es para nosotros? —susurré detrás de mi prometido. Tardaría un tiempo


acostumbrarse a llamarlo así.

—Claro que sí, bebé —respondió mientras me arrastraba más adentro de la habitación.

La habitación comenzó a llenarse y no estaba segura de qué estaba sucediendo si se trataba


de una función privada. Me llevó un minuto darme cuenta de que las personas eran en realidad
miembros de la familia. Tías, tíos, primos... a todos los que puedas imaginar. Estaba aturdida.
Parecía que toda la familia había descubierto el secreto y había viajado a Devon para celebrar con
nosotros. Realmente fue una buena cosa que haya dicho que sí.

39
Capítulo 7

Drake

T
engo algunas vacaciones anuales en el trabajo y quiero alejarme, para
hacer algo más que sentarme y lamentar la perdida de mi papá. No es que
no me importe, y no estoy huyendo. Sé que tendré que enfrentarlo una vez
que regrese a casa. Pero por ahora, una pequeña escapada con Anna y Ayden puede
ayudarme a ver las cosas más claras, obtener algo de perspectiva. Estando rodeado de
mi familia solo sirve para recordarme lo que he perdido y solo por unos pocos días,
quiero olvidar.

Estamos en el coche, cantando las canciones de Disney. Ayden y Anna, ambos


tienen una obsesión con todas las cosas de Disney. Anna puede tener treinta, pero no
creo que haya superado su amor por ciertas cosas, las películas de Disney y su música
estando en la cima de la lista. Yo me concentro en llevarnos a salvo a nuestro destino
en Devon. Una sonrisa se forma en mí mientras dos de mis personas favoritas cantan
“The Tigger Bop” y otras canciones cómicas. A Ayden le encanta hacer la mímica y
alcanzo a ver un breve destello de esto por el espejo retrovisor. Mi niño es tan
hermoso. Seguro, no es bilógicamente mío, pero lo he criado y soy el único papá que
conoce. Quiero estar ahí para él como mi viejo estuvo para mí. Su padre perdedor no
le puede importar menos y me cedió todos los derechos parentales.

Mami, necesito hacer pipí. Escucho desde el asiento posterior. Pongo la


direccional para salir a la gasolinera cercana, lo cual agradecidamente no está lejos.

Dentro de la tienda del lugar, agarro un café para Anna y uno para mí. Nos
despertamos con los pájaros esta mañana, lo cual puedes llamar el rompeculos
amanecer, y si hay algo que sé sobre Anna, es que necesita su relleno de cafeína.

¿Podemos escuchar “Nightmare Before Christmas” papi? pregunta Ayden


cuando volvemos al coche y me dirijo a la carretera.

Seguro, amiguito contesto mientras veo a Anna sacar el cd de la guantera del


coche.

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Ayden y Anna son ligeramente adictos tanto a las películas como a sus canciones
y todos ya nos sabemos las letras de todas. Le compré un álbum de canciones de
películas como premio y su pequeña carita se iluminó cuando lo desenvolvió.

El viaje a Devon está tomando más de lo que pensé. Esperé que tomando carretera
lo más temprano posible, haría que evitáramos la mayoría del tráfico. Pero parece que
muchas personas tuvieron la misma idea y estamos en medio del tráfico con las
ventanas abiertas y las dos personas que amo más en el mundo están cantando a todo
volumen. Algunas personas nos voltean a ver, pero todo lo que puedo hacer es sonreír.
Puede ser un poco extraño, pero como una unidad familiar nosotros verdaderamente
funcionamos asombrosamente bien. Anna ama los huesos tanto a Ayden como a mí.
Yo los amo a ambos más de lo que las simples palabras pueden expresar y mientras
Ayden es el más amoroso niñito en el mundo entero. Él hace que valga la pena
levantase todos los días.

Los chalés aparecen a la vista mientras entramos al estacionamiento algunas horas


más tarde. Solamente estoy contento de estar finalmente aquí, lograr salir del coche y
estirar mis piernas. Anna está desatando a Ayden y saliendo del coche, así que rodeo el
coche hacia ellos y cargo en mis brazos a Ayden. Lo giro en el aire y se ríe conmigo.
Me encanta el sonido musical de su risa así que lo giro nuevamente antes de bajarlo al
suelo y tomar su mano. Nos registramos y en pocos minutos regresamos al chalé.
Anna abre la puerta y entramos para ver donde nos estaremos quedando la siguiente
semana. Es un lugar espacioso, una cocina que no veremos mucho porque me rehúso a
dejar que Anna cocine, estamos en fechas de festejo después de todo. Nos dirigimos al
pasillo hacia los dormitorios. Son espaciosos e iluminados. Decido salir al coche y
traer nuestras maletas.

Una vez que desempacamos, nos sentamos y nos relajamos en la sala un rato.
Estando conduciendo por tanto tiempo, todo lo que quiero hacer es relajarme, pero
Ayden insistiéndole a Anna que lo lleve para ver que hay para que él pueda hacer.
Vemos un patio de juegos de camino, así que tomo mis zapatos y me los pongo.

Vamos, pequeño hombrecito digo mientras abro la puerta del chalé.

¿A dónde, papi? pregunta mientras me mira expectante.

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Bueno, no sé. Quiero explorar, así que eso es lo que haremos contesto
mientras salgo al sol.

Está bien. ¿También viene mamá?

Eso depende de mamá.

Por supuesto que voy dice Anna mientras se pone sus zapatos y toma la llave
para cerrar.

Nos dirigimos en dirección del área de juegos y sé que Ayden sabe exactamente a
donde nos dirigimos, su emoción crece cuanto más nos acercamos. Lo cargo en mi
espalda haciéndolo gritar y reírse más fuerte.

Acercándonos a la reja, Ayden se baja de mí y corre a ver el área de juegos.

¿Puedo ir a la resbaladilla grande, papi? pregunta mientras abre la reja.

Claro que puedes, amiguito. Ve a jugar a donde quieras. Vamos a quedarnos


media hora y luego iremos a explorar un poco más digo mientras sale corriendo a la
resbaladilla.

Anna y yo nos sentamos en una banca y miramos como juega Ayden. Tomo su
mano en la mía y acaricio el dorso con mi pulgar. Dios mío, cómo amo a esta mujer.
Ella y Ayden son mi mundo, no sería nada sin ellos. Procuro decirle todos los días
cuanto significa ella para mí. He amado y perdido sin que ellos sepan cuánto realmente
significan para mí, así que es importante que Anna sepa lo mucho que la amo.

Te amo, nena susurro cerca de su oído, haciéndola estremecerse. Le doy un


beso en ese tierno punto en su cuello, luego beso mi camino por su mandíbula hasta
sus hermosos labios llenos. Tiro de ella más cerca y lamo la coyuntura de su boca,
silenciosamente pidiéndole que abra su boca para mí. Se rinde a mí y la llevo a un
profundo beso, lleno de pasión y amor. Sabe a hierbabuena y humo, una combinación
que no solo a la cual me he acostumbrado, sino que he llegado a amar.

Mientras me retiro para tomar aliento, miró dentro de sus ojos y veo amor y
lujuria. Esta mujer haría lo que sea por mí. La razón de amarla es una lista
interminable. Hasta hoy en día, sigo sin creer que sea mía. Que hice para ser tan
jodidamente suertudo, no lo sé.

42
Terminamos pasando una hora en el área de juegos antes de ir a explorar el resto
del sitio. Descubrimos que hay un bar, una piscina, y un lugar para que los niños se
unan a un grupo y jueguen con otros niños del lugar. Los tres nos dirigimos de vuelta
al chalé para relajarnos para la noche. Anna abre una botella de vino y vemos un
DVD. Ayden se duerme temprano en el sofá y lo llevo a la cama. Anna lo cambia a
sus pijamas sin despertarlo y volvemos a la sala para ver una película y acurrucarnos
en el sofá.

43
Capítulo 8
Annalise

D
espués de explorar el sitio donde nos alojábamos, Drake, Ayden y yo
regresamos a nuestro chalé. Vimos DVDs hasta que Ayden cayó
dormido en el sofá. Lo llevamos a la cama, luego volvimos para ver otra
película y nos terminarnos el vino que había abierto antes.

Cuando la película terminó, limpié las copas de vino y salí a fumar un cigarrillo.
Apagando el cigarrillo en el cenicero, volví al chalé y cerré la puerta detrás de mí.
Drake estaba sentado en el sofá y la expresión en sus ojos hablaba de hambre y deseo.
No necesitaba hablar… su mirada lo decía todo. Me acerqué a él y me senté a
horcajadas sobre su regazo. Atrapé su labio inferior entre mis dientes y sentí el
involuntario estremecimiento que recorrió a su cuerpo. Sus brazos se abrieron camino
a mí alrededor y me atrajeron contra su pecho. Besé un camino desde su mandíbula
hasta su oreja, susurrando dulces cosas antes de volver a sus labios. No hubo nada
dulce en la forma en la que me besó… apenas podía controlar su deseo y no me
importaba en lo absoluto. Drake amaba que tomara el control. Sus labios reclamaron
los míos con fuerza y su lengua se arremolinó contra la mía cuando alcancé el
dobladillo de su camiseta. La deslicé por encima de su cabeza, rompiendo nuestro beso
momentáneamente. Observando los planos de su cuerpo, mi respiración se atascó en
mi garganta. Cada vez que bebía de su imagen desnuda, era como si lo viera por
primera vez.

Drake alcanzó el dobladillo de mi blusa y la sacó rápidamente de mi cuerpo para


que no tuviéramos que estar separados por mucho tiempo. Me jaló hacia él y esparció
besos a lo largo de mi hombro, bajando hasta la hinchazón de mis pechos. Desabrochó
la parte posterior de mi sujetador y este cayó de mis brazos. Escalofríos se extendieron
a través de mi carne desnuda y sentí el calor comenzando a acumularse en mi
abdomen. Tomé la mano de Drake y lo llevé a nuestra habitación en caso de que
Ayden se despertara y viniera a buscarnos al salón. Drake bloqueó la puerta detrás de
nosotros mientras me dirigía a la cama.

44
Mirando a mi esposo, medio desnudo y luciendo como un Adonis, mi corazón
pareció saltarse un latido. Con su oscuro cabello casi rozando sus hombros y esos
hermosos ojos esmeraldas, era realmente la imagen de la perfección. El deseo escrito
en su rostro encendió un fuego en mi vientre que sabía que no podría ser apagado con
solo una solución rápida. No, quería tomarme mi tiempo para darle el placer que se
merecía. Él se movió frente a mí y alcancé su cinturón. Desabroché el botón y bajé la
cremallera de sus vaqueros, y los dejé caer sobre sus pies. Se movió para quitarse los
calzoncillos, pero sacudí la cabeza y él dejó caer sus manos. Se quitó los vaqueros y los
pateó a un costado, luego tomó mis vaqueros y me los quitó tan rápido como pudo.
Nos pusimos uno frente al otro, él solo en su bóxer, y yo en nada más que un par de
bragas de encaje. Nuestra respiración estaba acelerada y era más superficial de lo
normal. Extendí una mano y pasé mis dedos por su torso, deslizándome debajo de la
banda de su bóxer y acariciando suavemente su punta, sintiendo el pre-semen y
sonriendo ante la sensación. La respiración de Drake se detuvo y levanté la vista para
ver una sonrisa sexy en sus labios.

—¡Joder! —jadeó.

En ese preciso momento, decidí que no podía esperar más, así que bajé su bóxer
para dejarlo libre y lo empujé hacia la cama. El borde de la cama hizo que las rodillas
se le doblaran y aterrizó con un suave golpe. Arrodillándome ante él, le sonreí antes de
dejar que mi lengua lo acariciara desde la base de su pene hasta la punta y volviera a
bajar. Disfrutaba la sensación de tener el control. Él se recostó y me dejó tomar el
control que necesitaba en ese momento. Su mano estaba en mi cabello, y cuando lo
tomé completamente en mi boca, escuché un pequeño jadeo de asombro salir de su
garganta. Sintiéndolo palpitar en mi boca, mi deseo por él se disparó.

Me puse de pie y me quité las bragas antes de arrastrarme lentamente por su


cuerpo, dejando un rastro de besos en su esculpido cuerpo mientras avanzaba. Sus
estremecimientos por mis besos me hicieron sonreír y me incliné para devorar su boca.
Él me besó con fervor y mis manos se arrastraron por su cuerpo para descansar a cada
lado de su cabeza, preparándome y acomodándome sobre él, situando mi cuerpo en el
ángulo correcto para bajar. La sensación de estiramiento para acomodarme
cómodamente a su longitud tenía el fuego dentro de mí ardiendo con mayor fuerza.
Empecé a moverme lentamente de arriba hacia abajo, luego las manos de Drake
encontraron mis caderas. Él comenzó a moverse en sincronía conmigo, luego sus
manos subieron por mi cuerpo para amasar mis pechos. Rompió nuestro beso para
poder besar la hinchazón de los senos entre sus manos. Tomando un pezón entre sus
dientes, mordió suavemente, provocando un jadeo de mi parte. Se movió para hacer lo
mismo con el otro pezón y mis manos se dirigieron hacia la parte posterior de su

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cabeza para atraerlo más cerca. Amaba cuando Drake me mordía y sabía exactamente
lo que eso me hacía.

—Mierda, estás tan mojada por mí, bebé. —susurró contra mi piel.

Sonreí cuando comencé a moverme más rápido contra él. Él captó mi ritmo sin
perderse ningún movimiento, luego sin previo aviso, nos movió rápidamente para
tumbarme sobre mi espalda y situarse sobre mí. Tomando mi pierna, la colocó sobre su
hombro mientras se separaba de mí y continuamente se estrellaba de vuelta en mi
interior. Mi respiración era errática, mi corazón latía tan rápido que pensé que se
saldría de mi pecho.

—Más… —dije en un ronco susurro.

Drake salió de mí otra vez y volvió a entrar con fuerza, no la suficiente como para
lastimarme, pero sí la suficiente para hacerme gemir más fuerte que antes. Aumentó el
ritmo, mi cuerpo reaccionó por instinto. Mis paredes se apretaron a su alrededor
cuando mi clímax comenzó a formarse. De repente, Drake ya no estaba dentro de mí y
mi cuerpo lamentó su pérdida, pero luego se abrió paso entre mis piernas y lamió mi
entrada, sentándose en el suelo y colocando mi otra pierna sobre su hombro. Su lengua
era gentil, construyendo mi clímax de una manera diferente a la anterior. Entonces,
antes de que pudiera tomar otro aliento, insertó un dedo y mis paredes se apretaron a
su alrededor. Drake tarareó su aprobación y la sensación contra mi clítoris me hizo
retorcerme. Mientras empujaba otro dedo dentro de mí, mordió suavemente mi clítoris
y fue casi demasiado.

—Más, Drake, por favor, solo… más. —Mis palabras fueron dichas en la noche y
Drake tomó la señal para mover sus dedos más duro y más rápido, frotando contra mi
punto G y haciéndome humedecerse más con cada segundo.

—Mmm, nena, sabes tan bien —dijo mientras lamía los jugos que se derramaban
de mí.

Mi cabeza daba vueltas y agarré las sábanas mientras Drake insertaba hábilmente
otro dedo, haciéndome gemir largo y fuerte mientras el tercer dedo actuaba como un
catalizador para mi clímax.

—Eso es, cariño, córrete para mí.

Siguió empujando dentro y fuera de mí mientras yo rodaba en las réplicas.


Disminuyendo el ritmo, retiró los dedos. Me miró directamente a los ojos mientras
lamía mis relucientes jugos de ellos. Mis piernas cayeron de sus hombros cuando ya no
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tenía la fuerza o el deseo de mantenerlas en su lugar. Poniéndose de pie, Drake
rápidamente trepó sobre mí y frotó su erección contra mi entrada. Lentamente se
deslizó dentro de mí, estirándome una vez más para aceptarlo por completo. No hay
mejor sensación en esta Tierra que tener a Drake en mi interior, empujándome a mis
límites y llevándome más allá de ellos. Lentamente me hizo el amor, siendo amable y
tierno. Sentí como si mi corazón estallara con todo el amor que sentía dentro de mí.
Mi segundo orgasmo comenzó a desarrollarse y el ritmo de Drake cambió ligeramente
a medida que su clímax se construía. Mi orgasmo me atravesó, haciendo que mis
paredes se cerraran sobre Drake, ordeñándolo por todo lo que tenía mientras se corría
en mi interior. Él se relajó y me miró a los ojos.

—Eres la mujer más hermosa del mundo, Annalise Anderson. —Las palabras de
Drake gotearon con amor y devoción.

—Te amo. —Fue todo lo que pude decir en respuesta.

Nos acostamos uno al lado del otro y me acurruqué contra el pecho de Drake. Él
envolvió un brazo a mí alrededor y nos quedamos dormidos felizmente.

A la mañana siguiente hubo un golpe en la puerta de la habitación.

—Mami, la puerta está cerrada. ¿Puedo entrar? —preguntó una pequeña voz desde
el otro lado de la puerta.

—Espera, cariño —llamé mientras salía de la cama y recuperaba mi bata de la


parte trasera de la puerta.

Até la bata firmemente a mi alrededor y le abrí la puerta a Ayden. Caminé hacia el


pasillo e inmediatamente él salió hacia la cocina. Lo seguí y lo vi esperando
pacientemente en el taburete de la barra de desayuno.

—¿Qué quieres para el desayuno, amigo? —le pregunté mientras miraba en el


gabinete para recuperar la caja de su cereal favorito.

—Weetos, mami.

—¿Perdón?

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—Lo siento, mami. Por favor, ¿puedo tener un poco de Weetos? —preguntó en su
voz más dulce.

—Por supuesto que puedes —le contesté mientras le servía un tazón de cereal y
encendía la tetera.

—Gracias —dijo Ayden mientras esperaba que yo terminara de verter la leche en


su tazón.

Le di su desayuno e hice café para mí y para Drake. No fue mucho antes de que él
se despertara y entrara en la cocina en solo un par de vaqueros.

—Buenos días, preciosa —dijo mientras envolvía sus brazos alrededor de mí por
detrás y ponía un beso en mi cuello.

—Buenos días —respondí cuando me volví en sus brazos y coloqué un beso dulce
y casto contra sus labios.

—Hola, papi —dijo Ayden alrededor de un bocado de cereales.

—Buenos días, amigo. Come y vístete para que podamos salir —dijo Drake
mientras tomaba su café de la barra de desayuno y alborotaba el cabello de Ayden.

—Está bien, papi.

Drake y yo nos sentamos en el salón, bebiendo nuestro café mientras esperábamos


que Ayden terminara su cereal. Cuando se bajó de su taburete, caminé a su habitación
para ayudarle a conseguir su ropa para el día antes de ir y prepararme. Drake entró y
agarró una camisa, pero antes de que pudiera salir de la habitación envolví mis brazos
alrededor de él y lo besé a lo largo de su fuerte mandíbula. Su rastrojo de un día me
hizo cosquillas en los labios y besé todo el camino hasta su oreja, sabiendo que lo
volvía loco. Sus manos en mi espina dorsal me hicieron chillar. Me aparté y miré a los
ojos más hermosos que jamás había visto. Hambre, lujuria, amor, toda una serie de
emociones brilló a través de ellos. En un instante sus labios estaban en los míos,
chupando mi labio inferior en su boca. Abrí mi boca para él y buscó mi lengua con la
suya.

—Respira, nena —dijo Drake cuando se apartó un poco.

Dejé salir la respiración no me di cuenta de que había estado sosteniendo. A veces


Drake me quitaba el aliento en un sentido literal.

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Terminamos de prepararnos y los tres nos metimos en el auto para que Drake nos
llevara al zoológico Paignton. Era nuestro lugar favorito, ya que nos comprometimos
allí. Pero también era uno de los lugares favoritos de Ayden porque lograba ver a los
pingüinos.

Después de un largo día en el zoológico, Ayden, Drake, y yo estábamos listos para


volver al chalé. Habíamos visto el lobo donde Drake se me había propuesto, los
pingüinos para Ayden, y muchos más hermosos y exóticos animales. Ayden había
pasado siglos vagando alrededor del hábitat de la sabana. Había muchos hermosos
animales allí que él tuvo toneladas de diversión y nos desgastó a Drake y a mí. Era
hora de volver y descansar un poco antes de salir a comer algo.

—Alguien tuvo un largo día —susurró Drake.

Me volví para ver a Ayden durmiendo en la parte trasera del auto. Se veía tan
tranquilo y relajado.

—Bueno, él tuvo una aventura hoy —le susurré, volviéndome para mirar a Drake.

La mano de Drake encontró su camino a mi muslo y descansó allí mientras nos


llevaba de vuelta a nuestro chalé. Entrelacé mis dedos con los suyos y me relajé de
nuevo en mi asiento.

El viaje de regreso no tomó mucho tiempo y pronto volvimos en el interior. Ayden


estaba todavía dormido, así que Drake lo llevó a su habitación antes de tomar mi
mano y llevarme a la ducha. Me desnudó y permaneció allí mirándome por un
momento. Puse un beso casto contra sus labios y luego comencé a desvestirlo. Una vez
que los dos estábamos desnudos, encendimos la ducha y nos quedamos debajo de la
corriente constante de agua caliente. Cayó en cascada por mi espalda y Drake agarró el
gel de ducha, rociando un poco en la palma de su mano para lavarme.

Después de lavarnos, nos quedamos bajo el agua y rastreé mis manos sobre el
pecho musculoso de Drake. Envolví mis brazos alrededor de su cuello y dejé salir un
leve jadeo mientras él me empujaba contra los azulejos de la ducha fría. Él reclamó
mis labios y su mano encontró su camino entre mis piernas. Gemí más fuerte de lo que
debería haber hecho con un niño durmiendo al lado, pero no pude evitarlo porque sus
besos me estaban encendiendo y sus dedos estaban jugando con mi clítoris. Antes de

49
saber lo que estaba sucediendo, Drake metió un dedo dentro de mí y se tragó mi
gemido mientras me besaba. Pude sentir su excitación en mi estómago y estiré mi
mano para trazarlo desde la base hacia arriba. Envolví mi mano alrededor de su
longitud y lo acaricié al ritmo con el dedo dentro de mí. Demasiado pronto quitó su
dedo, pero antes de que tuviera oportunidad de perder la sensación, nos maniobró para
que mi pierna estuviera alrededor de su cintura y él estuviera dentro de mí. Gemí
mientras se empujaba más profundo antes de tirar hacia atrás, casi hasta el final, y
luego empujar dentro de mí de nuevo con más fuerza. Encontró un ritmo que le
gustaba y jadeamos y gemimos mientras nos perdíamos en las sensaciones. Se inclinó y
mordió mi pezón hasta que estaba tenso y pude sentirlo hormigueando. Luego hizo lo
mismo con el otro pezón antes de subir a besar mi clavícula, mi cuello, a lo largo de mi
mandíbula y por último, mi boca. Sus manos se apoderaron de mis caderas mientras se
balanceaba dentro y fuera de mí. Esa sensación familiar se construyó dentro de mí y en
poco tiempo estábamos perdiendo el control y viniéndonos al mismo tiempo. Nos
quedamos quietos hasta que bajamos de lo alto lo suficiente para que me pueda quedar
de pie sin sentirme mareada.

50
Capítulo 9
Drake

D
espués de hacerle el amor a Anna en la ducha, no quería nada más que
pasar el resto del día disfrutando de la sensación, abandonándome a mi
lado más animal. Pero cuando salgo de la ducha, escucho a Ayden
jugando en el salón. Rápidamente me seco y me visto, diciéndole a Anna en un
susurro que la amo antes de desaparecer en el salón para ver qué está haciendo mi hijo.

Decido hacer de hoy un día de películas, así que le digo a Ayden que elija un DVD
que quiera ver. Pongo unas palomitas en el microondas y espero a que Anna baje.
Cuando entra al salón, hay un momento de sorpresa en su rostro al ver que Ayden y
yo hemos construido un fuerte. ¿Qué día de películas está completo sin un fuerte?
Ayden ha elegido ver “Los Vengadores” y “Los Vengadores: Era de Ultrón”. El primer
DVD ya está en el reproductor, esperando que nos sentemos a disfrutar. Anna viene y
se sienta en el fuerte con nosotros y nos acomodamos para ver a Thor tratar de patear
el culo de Iron Man; lo que es definitivamente lo más destacado de la película para
todos nosotros, junto con Hulk tirando a Loki en el suelo y llamándolo “Dios
debilucho”.

El día se nos pasa en un borrón de películas y palomitas de maíz, Ayden y yo


recreando sus escenas favoritas, y Anna riéndose a carcajadas. La vida no puede ser
mucho mejor. Esta es mi vida y me encanta. Anna y Ayden son mi mundo y no sé
dónde estaría sin ellos. Puedo sonar cursi y no muy varonil, pero aprendí cuando
llegué con Anna a ponerme en contacto con mis sentimientos. Ella solo saca estas
cosas de mí. Pero no expreso mis sentimientos a menudo, eso lo admitiré. No tengo
ningún problema cuando se trata de decirle a mi esposa e hijo que los amo, pero no
provengo de una familia muy táctil, y me resulta difícil mostrar emociones. Cada vez
que Anna quiere sentarse y hablar sobre cosas, lo estropeo porque me cierro y
embotello todo. Pero estoy tratando de abrirme, intentando ser el hombre que mi
familia necesita que sea. Admito que aceptar a Anna cuando ella ya estaba
embarazada con el hijo de otra persona fue una gran cosa para mí. Pero me enamoré
de ella en el momento en que la vi. Fuimos amigos primero y sabía que estaba
embarazada. Descubrimos en el escaneo de las veinte semanas que estábamos
esperando un niño y no fue mucho después de que naciera que oficialmente lo adopté.

Miro hacia atrás al comienzo de mi relación con Anna y me doy cuenta de que
ella es la mujer que querré por siempre. Hago todo lo posible por ser quien ella necesita
que sea. Pero tengo secretos que guardo de mi esposa. Sé que debería abrirme ante ella,
pero no puedo. Sé que me abandonará si descubre lo que está pasando y tiene todo el

51
derecho de hacerlo. Así que días como estos quedan tatuados en mi mente. Intento con
todas mis fuerzas hacer que cada día cuente, porque sé que uno de estos días será el
último. Anna descubrirá lo que trato de ocultarle; es solo cuestión de tiempo. Cuando
suceda ese día, perderé a las dos personas que más significan para mí en este mundo y
no tendré a nadie, nada. No viviré mi vida, solamente existiré. Dejaré de tener
cualquier cosa que pueda llamarse vida. ¿Por qué me hago esto? La respuesta honesta
es: no lo sé. Eso suena como una evasión, pero juro que no sé por qué. Si sé que mi
secreto separará a mi familia y desbaratará mi vida, ¿por qué lo mantengo en secreto?
Porque es demasiado tarde para decírselo. Debería habérselo dicho cuándo comenzó.
Debí haber confiado en la mujer que más me ama. Pero cuanto más tiempo guardas un
secreto, más difícil se vuelve sacarlo a la luz. El hecho de que ya sé todo esto y no
puedo hacer nada al respecto demuestra que soy débil. Quiero ser el hombre que Anna
y Ayden necesitan que sea, pero no sé si es posible.

Sacándome de mis feos pensamientos, me doy una sacudida mental. Necesito


estar aquí, en el aquí y en el ahora. Necesito disfrutar el tiempo que me queda con mi
familia, así que agarro la computadora portátil mientras Anna y Ayden preparan un
lote de sus famosas galletas con chispas de chocolate. Miro los vuelos y calculo las
fechas en que podemos irnos. Llamo a mi jefe discretamente y reservo el tiempo libre.
Dentro de unas pocas semanas, los tres pasaremos las vacaciones de nuestras vidas. Lo
mejor es asegurarme de que los pasaportes de Anna y Ayden estén actualizados. No
puedo esperar a ver la reacción de mi mujer cuando descubra a dónde vamos. Sé que la
sonrisa iluminará sus hermosas facciones, y hará que sus ojos azules brillen. ¿Y
Ayden? Dios mío, estará hiperactivo y su entusiasmo será contagioso. Pensar en ello
trae una sonrisa a mi propio rostro. Alcanzo y rozo las comisuras de mis labios con la
punta de mis dedos. Quiero recordar cómo se siente esto por el resto de mi vida.

—Papá, las galletas están listas —anuncia Ayden orgullosamente, corriendo hacia
el salón.

—¿Lo están?

Miro a mi hijo y veo la radiante sonrisa en su hermoso rostro. Le encanta hornear


con su madre. Siempre dejan un desastre en la cocina, pero ¿qué es un pequeño
desastre cuando mi hijo puede estar tan feliz?

Dejo mi computadora portátil y tomo la mano que me ofrece Ayden. Me conduce


a la cocina y tengo que reírme de lo que parece la explosión de una bomba.

—¡Guau, han estado ocupados!

Los gloriosos mechones rojos de Anna están recogidos en una coleta de caballo
alta, pero la harina los espolvorea un poco. Se ve impresionante. Sus ojos azul océano
atrayéndome.

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—Hicimos tres sabores diferentes —dice Anna mientras aparta un mechón de
cabello y deja una raya de harina en su rostro. Se ve sexy, de pie en su delantal, con el
cabello revuelto y rayas de harina en todas partes.

—Sí, hicimos galletas de chocolate, de doble chocolate, y de caramelo, papá


responde Ayden.

—¿Lo hiciste? ¿Ya puedo tener una? —le pregunto mientras tomo un asiento en la
isla de la cocina.

—No hasta después del té… es lo que dijo mamá.

—Oh, sí, por supuesto. ¿Entonces, son para el té? Quiero comer rápidamente por
lo que puedo llegar al postre.

—Pareció como un restaurante de comida para llevar —dice Anna mientras me


mira y resopla hacia fuera para parar su cabello de regresar en su cara.

—Bueno, haz hecho suficiente cocinando. Vamos a obtener comida china o algo
—respondo mientras me paro a ayudar a poner en orden la cocina.

—American Slice, papá. ¿Por favor, di que podemos tenerlo está noche?

Típico de Ayden que quiere perros calientes. Parecen ser sus favoritos y es lo que
elige cada vez que se le permite elegir lo que vamos a ordenar.

—Depende de tu mamá —digo mientras empiezo a cargar el lavavajillas.

—¿Por favoooor, mami? —suplica, mientras él le dispara una mirada a ella que
suplica que ceda.

—Con una condición… Papá y yo conseguimos tener algo que queremos la


próxima vez —responde Anna.

—Bueno, mamá —dice mientras corre a través de la habitación y la abraza fuerte.

La vista de los dos calienta mi corazón. Tienen un estrecho vínculo. Ninguna


madre e hijo podrían estar más cercanos.

Ponemos en orden el desorden en la cocina y luego pedimos los perros calientes.


Una vez que llegaron, los devoramos y Ayden hace un lío con la mostaza como de
costumbre. Es algo que me hace reír cada vez que lo hace. Tonto, lo sé, pero es una
clase de adorable.

53
Después de nuestras deliciosas galletas, Ayden es bañado y colocado en la cama.
Recojo nuestro cuento favorito antes de acostarse y me siento en la cama con él
acurrucado a mi lado. Le encanta escucharme hacer divertidas voces de personajes y
sus carcajadas se escuchan en el cuarto. Terminamos nuestra historia y beso a Ayden
en la frente mientras él se acuesta y se coloca bajo el edredón. Veo a mi hijo y veo un
motón de amor y felicidad. Sé que será aún más feliz cuando se entere de que he
reservado otras vacaciones y esta vez es en algún lugar que siempre ha querido ir. Le
hemos prometido a lo largo de los años que cuando él sea lo suficientemente grande
para montar en las atracciones en el parque temático, lo llevaríamos. Bien, ahora tiene
la edad suficiente y es hora de hacer recuerdos para toda la vida.

Cierro la puerta de Ayden y cruzo el rellano a la habitación que comparto con la


mujer más bella del mundo.

Viendo la habitación vacía, supongo que ella se está preparando para ir a la cama
en el en suite. Lo que no espero es la vista que me saluda una vez que ella abre la
puerta de conexión. Estaba parada delante de mí Afrodita personificada. Su hermoso
cabello rojo cae sobre sus hombros y toca lo magnífico de sus pechos. Lo azul de sus
ojos no es algo que se puede perder, brillan como zafiros en la noche. Anna va de un
lado a otro en toda la habitación, mi atención embelesada en su curvilíneo cuerpo. Sus
hermosas piernas largas están acentuadas por un par de medias negras. Siguiendo la
línea de sus piernas, veo una pequeña tanga negra con un lazo rosa en la parte
posterior. Mis ojos recorren hacia arriba y veo un corsé negro, adornado con lazos y
cintas de color rosa. La cosa que me tiene salivando la mayoría, sin embargo, es la
vista de su escote. La piel de porcelana de Anna está brillando a la luz de la habitación.
Ella parece lo suficientemente buena para comer y tengo la intención de devorarla.

—¿Ves algo que te gusta? —pregunta con una sonrisa lasciva.

—Sí, señora —contesto, mi voz ronca con deseo.

Anna sigue sigilosamente hacia mí lentamente. Es agonizante, esperándola llegar a


la cama. Mis ojos recorren sus curvas y me siento endurecer. La vista de ella es
suficiente para conseguir mi sangre correr.

Ella me ve mirándola y una sonrisa picarona se extiende a través de su bello


rostro. Ella sabe lo que está haciéndome. Sabiendo el efecto que tiene en mí, mueve de
un lado a otro su cadera a tiempo con la música me he dado cuenta recientemente que
está sonando.

Anna está parada delante de mí en la parte inferior de la cama, me mira con un


brillo malvado en sus ojos.

54
—Para —ordena.

Hago como me dice y estoy esperando su siguiente movimiento. No tengo que


esperar mucho tiempo, cuando ella comienza a soltar los botones de mi camisa. Sus
manos se sienten tan suaves como el terciopelo cuando desliza mi camisa afuera y
vagan por mis músculos. Su tacto me endurece más de lo que estaba hace unos
momentos. Siento mi polla pulsar y palpitar contra mis vaqueros manteniéndolo preso,
su toque es lento y con propósito. A juzgar por el calor en sus ojos, está disfrutado el
momento, disfrutando atormentándome. Pero sé que una parte de ella desea rasgar la
ropa de mi cuerpo y llegar a su meta más rápido. Su mano se sumerge debajo de la
cintura de mis vaqueros y ella me acaricia una vez, lenta y agonizantemente. Mi
respiración se traba y oigo un pequeño suspiro escapar de su boca. Trato de
desabrochar mi cinturón, pero ella empuja mi mano lejos. Estiro una mano para hacer
retroceder los bucles de pelo cubriendo su suntuoso escote, pero ella me da una mirada
que dice no tocar, así que dejé mi mano caer de nuevo a mi lado.

Anna hace brevemente el trabajo de desabrochar mi cinturón, el botón y la


bragueta, entonces ella empuja mis pantalones debajo por mis piernas. Ella lame sus
labios y juega con su piercing de labio, haciéndome querer aplastar mi boca a la suya,
pero sé que ella está en control está noche. Yo salgo de mis vaqueros mientras se
acumulan alrededor de mis tobillos y los pateo a un lado. Las manos de Anna recorren
mi cuerpo, torturándome y a mi paciencia o falta de ella.

—Siéntate —dice ella y al instante hago lo que ella desea.

Inclinándose hacia mí, Anna me empuja hacia atrás en la cama y me recuesto,


pero mantengo mi cabeza arriba ligeramente así puedo verla. Ella se arrodilla entre mis
piernas y llega a la cintura de mi bóxer. Me levante un poco por lo que ella puede
deslizarlos hacia abajo con facilidad. Una vez que los tiene fuera del camino, me lame
una vez desde la base hasta la punta y un escalofrío recorre mi cuerpo. Su boca es
cálida, húmeda y acogedora. Agarra mi pene con su mano izquierda y comienza a
trabajarme, intercambiando entre lamerme y chuparme profundamente en su boca y
luego de forma provocativa se retira momentáneamente. Mi respiración es pesada y
sonidos rasposos se escapan de mis labios mientras mi bella esposa hace lo que ella
sabe que me excita más que nada.

Siento que se aleja y la observo mientras se pone de pie. Ella me mira a los ojos y
destella una sonrisa mientras comienza a balancear sus caderas con la música una vez
más. Esta vez, sin embargo, comienza a desnudarse, empezando por su corsé. Mis ojos
inmediatamente se posan en sus pechos y me lamo los labios mientras la observo
acariciar sus pechos y tensar sus pezones. Deslizando sus manos por su flexible cuerpo,
ella tira de su tanga por sus piernas. Mi respiración se traba como si fuera la primera
vez que la veo desnuda. El sonido atrae sus ojos hacia los míos y ella sale del delgado
material, pateándolo a un lado para pararse frente a mí solo en sus medias. Si hay algo
más impresionante que admirar, nunca lo he visto. Su cuerpo es curvilíneo; ella tiene
la figura perfecta de un reloj de arena. Mi mano se dirige a mi pene y ella me lanza una

55
mirada de advertencia, así que dejo caer mi mano y espero lo que sea que tenga
preparado para mí.

—Recuéstate —dice con voz ronca, haciéndome saber que ella está tan excitada
como yo.

Hago lo que ella dice y espero su próximo movimiento.

No tengo que esperar mucho mientras camina hacia la cama y se arrastra hacia
arriba, sentándose a horcajadas sobre mi cuerpo. Su respiración se corta y sé que puede
sentir lo duro que estoy presionando contra su núcleo. Inclinándose, ella atrapa mi
labio inferior entre sus dientes. Siento que lo muerde un poco antes de inclinarse más y
comenzar a dejar besos ligeros como plumas desde mi mandíbula hasta el punto dulce
detrás de mi oreja. Ella sabe que me vuelve loco. Me pongo más duro, si eso es posible,
y Anna me mordisquea la oreja entre los dientes antes de volver a mi boca y devorarla
con la suya.

Quiero darme la vuelta para que esté debajo de mí, luego follarla y marcarla como
mía, pero me contengo, deseando saber qué es lo que tiene en mente.

Anna rompe nuestro beso y se retira para mirarme. La lujuria llena sus ojos azules
y su pecho sube y baja rápidamente. Lentamente desliza una mano por todo mi
cuerpo, alcanzando mi pene que palpita ante su toque mientras me guía dentro de ella.
Está caliente y mojada, se siente increíble cuando me envuelve así. Ella baja para
dejarme hundirme completamente dentro de ella y luego comienza a moverse en mi
contra. Mis manos encuentran sus caderas y sus manos van a cada lado de mi cabeza
mientras se inclina para besarme una vez más. Me muevo al ritmo de ella y un gemido
escapa de sus labios mientras echa la cabeza hacia atrás. Alzo una mano para mover
los mechones de cabello rojo que protegen sus pechos llenos de mi visión. Una vez que
su cabello es empujado hacia atrás sobre sus hombros, acaricio su cuello suavemente y
luego trazo mi camino hacia abajo sobre sus pechos, deteniéndome para tirar de sus
pezones entre mis dedos. Ella jadea y arquea su espalda, empujando sus pechos más
cerca de mí. Tomo eso como una invitación y muerdo gentilmente sus pezones,
jalándolos entre mis dientes, haciéndola estremecerse. Retrocedo y miro a esta diosa,
preguntándome qué hice para merecer a una mujer tan maravillosa. Ella es todo lo que
un hombre podría desear.

Mi esposa me monta por todo lo que le puedo dar y tengo toda la intención de
darle todo de mí: corazón, cuerpo, mente y alma. Su glorioso cuerpo desnudo se siente
increíble a medida que se desarrolla para establecer un ritmo de castigo. Me muevo en
sincronía con ella y los dos jadeamos fuertemente mientras nos derrumbamos juntos.

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Me acuesto y observo a Anna mientras duerme. Saciada y feliz, se acomodó
fácilmente para dormir en mis brazos. La abrazo y la escucho incluso respirar. Anna y
Ayden son mi mundo y solo desearía que ella pudiera ver lo que significa para mí.
Nunca he amado a nadie como la amo a ella. Desde el día en que entró en mi vida,
ella puso las cosas al revés. Yo estaba soltero, o para decirlo con sinceridad, estaba
separado, aunque ni mi ex ni yo habíamos hecho el primer movimiento para solicitar
el divorcio. Ella me había engañado y no había forma de volver atrás. Habíamos
terminado hacía unos tres años cuando conocí a Anna. No estaba buscando el amor,
pero me encontró de todos modos. La admiré desde la distancia al principio, sabiendo
que ella estaba en una relación, pero a medida que nuestra amistad floreció, me confió
que a Oliver ella le importaba muy poco y que quería dejarlo. Él era un imbécil a quien
le importaba más las drogas que su novia, y cuando ella descubrió que estaba
embarazada, me dijo que sabía que tenía que poner al bebé en primer lugar y hacer lo
correcto, tenía que dejar a Oliver. Eventualmente lo dejó, se mudó a lo que resultó ser
un alojamiento bastante horrible, cambió su vida y se puso a ella y al bebé primero, en
lugar de a ese idiota.

Cuando Anna y yo finalmente nos juntamos, fue gracias a un amigo mutuo en el


trabajo que se entrometía en nuestros asuntos y le decía a ella que me gustaba. Ella me
había enviado un mensaje de texto para preguntarme si era cierto que me gustaba más
que como a una amiga. Respondí que era cierto y organizamos nuestra primera cita
para el día siguiente. Nunca había sido alguien que perdiera el tiempo.

Ahora viéndola, recuerdo esa embriagadora sensación de estarme enamorando


más de ella con cada día. No pasó mucho tiempo antes de que le pidiera a mi ex el
divorcio para que Anna y yo pudiéramos seguir adelante sin nada en nuestro camino.
Después de que mi primer matrimonio se vino abajo, pensé que nunca más me casaría,
incluso le dije a Anna antes de que nos reuniéramos que me sentía de esa manera. Pero
ella me había amado lo suficiente como para mirar más allá y poner en peligro lo que
ella había querido, porque con anillo o sin anillo en su futuro, ella quería estar
conmigo. Sin embargo, ella había trabajado su camino profundamente a mi corazón, y
sabía que estaba siendo injusto con ella, pidiéndole que renunciara a su esperanza de
casarse y que se conformara con lo que teníamos. Así que le compré un anillo de
compromiso y lo guardé en el archivador en el estudio de nuestra casa, sabiendo que
ella nunca entraba ahí. Planeé proponerme en uno de sus lugares favoritos y fue una
gran sorpresa para ella cuando me puse de rodillas. Esa fue la mejor cosa que alguna
vez hice, a excepción de la adopción de Ayden.

Annalise Duncan era una mujer única en su especie y me enorgullecía convertirla


en la Sra. Annalise Elizabeth Anderson.

Envuelvo mi cuerpo alrededor del suyo y me duermo pensando en el día de


nuestra boda y en cuán asombrado estaba por mi entonces futura esposa.

57
Capítulo 10
Annalise

M
e desperté en los brazos de Drake y una cálida sonrisa se extendió por
mi rostro. Incluso después de todo este tiempo juntos, todavía sentía
mariposas en mi estómago por un simple toque. Él era el hombre más
increíble que había conocido. Era el mejor marido y padre que Ayden y yo podíamos
pedir. Era perfectamente imperfecto, mi mejor amigo, amante y alma gemela. La
noche anterior había sido una prueba de que después de todos estos años y después de
tener un bebé, todavía me encontraba atractiva. Había estado impaciente por hacerme
suya, pero me dejó tomar el control, algo que sabía que amaba. Todo hombre quiere
una mujer que no tenga miedo de iniciar la intimidad, de tomar las riendas y llevarlos
al clímax definitivo. Drake lo amaba más de lo que nunca admitiría.

Suavemente retiré su brazo de mí alrededor y salí de la cama. Todavía llevaba


puestas las medias negras de la noche anterior, así que me deslicé fuera de ellas y saqué
algo de ropa del armario. Bajé las escaleras para preparar el desayuno para mis chicos.
Drake iría a trabajar, Ayden estaría en la escuela, dándome el día para ir de compras
por el cumpleaños de Drake. No había vuelto al trabajo desde que tuve a Ayden.
Drake había estado contento de que me ocupara como esposa, madre y ama de casa.
Aunque quería contribuir con los ingresos de la casa, Drake quería que disfrutara de
los primeros años de Ayden y que lo aprovechara al máximo antes de encontrar un
trabajo. A regañadientes había aceptado, pero pronto sería momento de volver al
trabajo. Echaba de menos la oficina donde solía trabajar para Drake, pero también
estaba feliz de haberme ido porque, aunque disfruté del trabajo, me había agobiado
tener que lidiar no solo con las personas de mierda de nuestro equipo, sino también
con la corriente interminable de personas con las que tuve que lidiar por teléfono.
Nuestro trabajo no era uno de los más fáciles; la gente llamaba constantemente,
despotricaba y deliraba sobre todo tipo de cosas.

Encendí mi sistema de sonido Bose y me puse a preparar el desayuno para mis


chicos. Pronto estarían listos y tenía mucho que hacer.

El sonido de risas resonó por el pasillo. Drake entró en la cocina llevando a un


Ayden riendo entre sus brazos. Estaba retorciéndose en su agarre y intentado liberarse,
pero cada vez que ponía un pie en el suelo, Drake le hacía cosquillas otra vez.

Miré a mi apuesto marido, sus ojos verdes brillando con malicia mientras jugaba
con su hijo. Su rebelde cabello castaño había crecido recientemente, haciéndolo lucir
un poco como McDreamy de Grey’s Anatomy. Tenía que admitir que Patrick Dempsey

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era muy guapo, pero no era competencia para mi hombre ideal, Drake Anderson.
Drake tenía un cuerpo perfectamente tonificado que se podía apreciar en la forma en
que su camisa se adhería a él, tenía un seco sentido del humor, era trabajador,
confiable e inteligente. Pero lo mejor de todo, era mío.

—Buenos días, hermosa —dijo, sacándome de mis pensamientos.

—Buenos días —conteste mientras yo colocaba el desayuno de él y de Ayden


sobre la mesa.

—Buenos días, mami —dijo Ayden mientras su padre finalmente dejaba de


hacerle cosquillas y lo bajaba para desayunar.

—Buenos días, amigo —le dije, mientras le revolvía el cabello rubio.

Nos sentamos y tomamos juntos un desayuno rápido antes de preparar a Ayden


para la escuela. Drake siempre lo dejaba de camino al trabajo y yo lo recogía por la
tarde a menos que Drake saliera temprano del trabajo.

Todos subimos al auto y Drake nos llevó a la escuela. Dejamos a Ayden y luego
Drake me dejó en las tiendas. Él sabía que estaba haciendo compras de cumpleaños,
pero no tenía ni idea de lo que tenía reservado para él este año. Me dio un beso de
despedida; un beso lento y persistente que dejó el deseo ardiendo dentro de mí. Sonreí
y le indiqué que se fuera a trabajar antes de caminar a la tienda para comprar su regalo
principal y las decoraciones para la casa; normalmente, no decoraría, pero estaba
transformando el gran 4-0, así que iba a ir por todas.

Al llegar a casa, con los brazos cargados de bolsas con regalos, decoraciones y
todos los ingredientes para preparar el pastel de su sabor favorito, sonreí para mis
adentros mientras los dejaba y fui a preparar una taza de café. Pensé en lo difícil que
iba a ser hacer un pastel red velvet en forma del trono de su programa favorito, Game of
Thrones. Compré chocolate para modelado y pinchos de madera para moldear las
espadas, los ingredientes necesarios para el glaseado de fondant gris/plateado para el
resto del trono, e iba a intentar hacer a su personaje favorito moldeado con chocolate,
aunque cómo luciría realmente Tyrion dependería de si podría conectar con mi lado
artístico.

La máquina de café terminó de servir mi latte macchiato, así que llevé la taza al
salón. Me senté, me quité los zapatos de un puntapié, alargué la mano para encender
mi sistema de sonido, y tiré de la palanca para reclinar la silla y levantar los pies.

Antes de darme cuenta, ya era hora de ir a buscar a mi hombrecito a la escuela.

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La semana pasó y, antes de darme cuenta, estaba metida en la masa de pastel. Los
preparativos para la fiesta ya estaban en marcha y esperaba que todo estuviera
arreglado antes de que Drake llegara a casa del trabajo. No le había impresionado que
tuviera que trabajar en su cumpleaños, ya que generalmente tenía la oportunidad de
reservarlo fuera del trabajo. Su nuevo jefe estaba siendo un dolor, sin embargo, ya que
Drake era una de las personas más conocedoras de su equipo y estaban trabajando en
un caso difícil, le había pedido que trabajara. Tampoco me gustó el hecho de que
tuviera que trabajar, pero eso me dio la oportunidad de organizar la fiesta sin tener que
encontrar una razón legítima para sacarlo de la casa.

Mi suegra, Lynne, estaba preparando comida para la fiesta en su casa y tenía


previsto llegar a las 5:00 pm. Meghan estaba ocupada decorando el salón, inflando
globos, colgando pancartas y serpentinas. La música se reproducía a través del sistema
de sonido y bailé alrededor de la cocina cuando apareció “American Honey” de Lady
Antebellum. Estaba en medio de enrollar el fondant para cubrir el cuerpo principal del
pastel del trono cuando sonó el timbre. El hermano de Drake, Jack, su esposa Leanne
y su hijo Taylor llegaron un poco antes de lo que esperaba, pero me alegré de que
Ayden tuviera a alguien con quien jugar. Él había estado en su habitación dando los
toques finales a una tarjeta de cumpleaños para su papá, así que envié a Taylor para
saludarlo y ver si había terminado.

—¿Cualquier cosa que pueda hacer para ayudar? —preguntó Leanne mientras
entraba a la cocina.

—Sin duda, puedes verterme una copa grande de vino. Atenderte a ti mismo
mientras estás allí.

Me gustaba Leanne, es una persona muy divertida, incluso más divertida cuando
ha estado bebiendo. Tantas fiestas familiares habían sido amenizadas cuando ella
hacía travesuras con sus viejos trucos. Dennis solía decir que era bastante irritante
cuando estaba sobria, pero que se había suavizado desde que tenía a Taylor.

—¿Así que, una torta temática de Game of Thrones, entonces? —preguntó, mientras
asentía con la cabeza en lo que actualmente parecía una silla con pinchos de madera
que sobresalen.

—Síp —concordé, mientras tomé la copa que me ofrecía en mi dirección.

—¿Hay algo que pueda hacer para ayudar con él?

—No lo sé. ¿Eres de alguna manera buena con modelar chocolate? —le pregunté
mientras tomé un gran trago de mi vino.

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—No sé. Solo hay una manera de averiguarlo —dice, riéndose, cogió un delantal
extra detrás de la puerta de la cocina y atándoselo alrededor de ella.

El día voló y pronto llegó el momento de entrar en el lugar en el salón con Ayden,
mientras que el resto de la familia se ocultó en el comedor. Las decoraciones están
colgadas, Jack le había dado una mano a Meghan y se veía impresionante. Meghan
había estado ocupada encontrando decoraciones temáticas de Game of Thrones por las
últimas semanas y debo decir, que había hecho un trabajo brillante. El comedor se
había convertido en un mini Westeros. Ahora llegó el momento de ver si Drake le
gustaba.

El sonido de su llave en la cerradura me hizo sonreír. Yo siempre lo saludé en la


puerta con un beso, así que hice mi camino al vestíbulo y lo esperé para guiarlo.

—Buenas noches, mi amor —dijo mientras entraba y se quitaba su abrigo. Sus ojos
se iluminaron cuando vio lo que estaba vistiendo.

—Buenas noches, cumpleañero —respondí cuando le puse mis brazos alrededor de


su cuello.

Los labios de Drake fueron en un instante a los míos. Mi corazón se agitó en mi


pecho y mis rodillas sentían que no me aguantaban mucho más tiempo. Buscó mi
lengua con la suya y cambio el beso un poco más profundo. Sus brazos me envuelven
alrededor y yo me fundí en su pecho. Realmente no teníamos tiempo para ello,
teniendo en cuenta que la familia estaba esperando, pero cada vez que Drake me besa,
el tiempo se detiene. Me alejé sin aliento y veo en su caliente mirada verde.

—Ahora es el tipo de cosa que me hace olvidar que tenía un día realmente de
mierda en el trabajo con la respiración de Godzilla por mi cuello —dijo Drake riéndose
mientras se movía a reorganizarse el mismo discretamente.

—Bueno, ya estás en casa y el té casi está caliente, así que, ¿por qué pasamos al
comedor? —le pregunté mientras le tomo la mano.

—¿Dónde está mi hijo? —preguntó, mirando a su alrededor.

—Está en el salón.

Nos fuimos por Ayden antes de caminar a la sala del comedor. Drake inspeccionó
a Ayden, seguramente desconcertado en cómo vestía. Lo tiré por el pasillo, donde vio
un cartel en la puerta diciendo “Bienvenido al Westeros, Ser Drake”. Él me miró con
una expresión confundida antes de abrir la puerta.

Caminando y moviéndome al interruptor, la expresión de Drake se transformó


cuando todo el mundo grito:

61
—Sorpresa. Mira alrededor de todo el mundo, entonces su mirada cayó sobre mí.
Sonreí mientras vi la mirada de amor en sus ojos. Entramos más en la habitación y
saque la silla a la cabeza de la mesa para que se sentará. Alimentos fueron puestos en
la mesa y había vino en jarras con copas para nosotros que beber. Meghan realmente
había ido por todo para mantener el tema. Ella hizo funcionar todo por mí
previamente para asegurarse de que estaba bien, y podría decir que, entre nosotros,
realmente habíamos conseguido llevarlo a cabo. Yo sabía que Drake estaba admirando
todo y a todos mientras miraba en todos nosotros. Nos fuimos todo ataviados con
disfraces. Estaba vestida en un vestido que fluye, habiendo elegido como Daenerys
Targaryen, su personaje femenino favorito. Ayden fue disfrazado de Tyrion Lannister
y todos los demás habían venido como otros personajes. Drake tenía incluso su propio
traje colgando en nuestro dormitorio. Sabía que odiaba ir a las fiestas de disfraces, pero
esperaba que sería un buen perdedor y estaría bien con esto. Había elegido para que se
vista como Jon Snow, ya que tenía el pelo similar después de todo.

Drake me sorprendió por lo fácil que había sido convencer para ir y ponerse su
disfraz. Él había vuelto a su propio pequeño Westeros viéndose en cada pulga del
apuesto Jon Snow. Caminaba de la cocina llevando su pastel y la mirada de asombro
en su rostro me dijo que había acertado. ¿Perfecto? Probablemente no, pero yo sabía
que le gustaba, sin embargo.

—Eres increíble —dijo con un tono silencioso mientras admiraba el trono que deja
sobre la mesa.

—Gracias. —Sentí que el rubor se arrastraba a través de mis mejillas. No importa


cuántas veces Drake me felicitó, siempre enrojecía en un profundo tono rojo.

Él estaba parado y envolvió su brazo alrededor de mi cintura, me tira para un beso


delante de todos. Puede no haber sido un beso profundo y apasionado, pero todavía mi
deseo por él se dispara.

El resto de la fiesta fue en una ráfaga de beber, comer y la conversación. No había


ninguna enemistada en el Westeros, a diferencia de los que hacen el papel en
televisión. No había ningún veneno en el vino, no hay enfrentamientos entre miembros
de diferentes familias. Todo fue una de las noches más divertidas que pude recordar. Y
aunque él no había querido cortarlo, le dio a todo el mundo un pedazo de su trono.
Quiso mantener a Tyrion para sí mismo, pero terminó compartiendo con su hijo y su
sobrino.

Vimos a todos afuera hacia sus coches al final de la tarde, y luego Drake puso a
Ayden en la cama. Tranquilamente hizo su camino hacia la planta baja hacia el
comedor se vierte un vaso de whisky de la jarra en el gabinete.

62
—Deja este desastre hasta mañana, nena —susurró mientras se dirigía detrás de mí
cuando me doblaba recolectando los platos sobre la mesa.

Su caricia sobre mi culo me dijo lo que tenía en mente. Me rio y volteo hacia mi
esposo.

—¿Tuviste un buen cumpleaños, querido?

—El mejor.

Drake se inclina hacia mí y acarició mi cuello con su nariz, besando el punto dulce
justo debajo de mi oído. Escalofríos corrieron por mi espalda y sentí un destello de
deseo arder lento en mi abdomen mientras besaba cada parte de mi piel expuesta. Mi
vestido para la noche no había sido destinado a ser particularmente provocativo, pero
pude sentir a Drake endurecerse contra mí cuando él me tiró en un beso que me dejó
sin aliento. La sonrisa que adorna mis labios fue uno por deseo, pero también de
gratitud. Que había hecho para merecer a este hombre asombroso. Yo no podía decir,
pero estaba agradecida de que el destino nos lanzara juntos.

63
Capítulo 11

Drake

D
espués tal maravillosa fiesta de cumpleaños con toda mi familia a mi
alrededor, tenía mucho que agradecerle a mi maravillosa esposa. Había
habido música viniendo desde el sistema de sonido, decoraciones
temáticas y todos los miembros de mi familia disfrazados. La mesa estaba cubierta de
comida maravillosa y para terminar todo, el más increíble pastel de cumpleaños.
Todos bebimos nuestra parte justa de vino desde grandes jarras que estaban en la mesa
que siempre parecían llenas. Todo fue perfecto.

Normalmente, no soy un gran seguidor de las reuniones familiares. No porque no


amara a mi familia, sino porque siempre me hacía sentir incómodo, como si yo
estuviera de más. Tampoco soy un gran seguidor de vestirse elegante porque me hacía
sentir como un completo tonto. Pero al entrar a mi comedor y ver a todos arreglados,
no pude evitar sonreír. Se podía notar el gran esfuerzo puesto en la fiesta y podía sentir
el amor que le habían dedicado.

Después llevé a Anna a la cama, la adoré como se merecía. Ambos al estar


completamente saciados, nos quedamos dormidos envueltos en el abrazo del otro. A la
mitad de la noche me encontré despierto y bajé las escaleras para tomar un vaso de
agua. Tomé un vaso y agarre del grifo... pero me giré y vertí whisky en él y me senté en
la silla de mi estudio. Disfrute de la lenta quemadura en la parte posterior de mi
garganta mientras bebía el líquido ambarino. Me justifico diciendo que tomo una
bebida muy necesaria después de un duro día de trabajo. Lo que comenzó como un
caso aparentemente difícil se convirtió rápidamente en el caso más complicado de mi
carrera hasta la fecha. Había estado despierto todo el día y tenía muchas ganas de
pasar una velada tranquila en casa con mi esposa y mi hijo. Pero al cruzar esa puerta,
al ver la forma en que Annalise estaba vestida, sabía que la tranquilidad no estaba en el
menú para mí.

No esperaba la fiesta, pero en realidad era justo el tónico que necesitaba después
del día del demonio que tuve. Pero si ese fuera el caso, ¿qué estaba haciendo tomando
un vaso de whisky a escondidas? Soy una maldita contradicción.

64
Así que aquí estoy sentado con un segundo vaso de whisky en la mano,
contemplando por qué siento que necesito esto. ¿Es solo que tuve un día espantoso? O
¿Es más que eso?

65
Capítulo 12

Annalise

M
e desperté la mañana después de la fiesta con un espacio vacío en la
cama a mi lado. Me sentí un poco destrozada ya que me había
despertado de un sueño muy sensual con la esperanza de recrear
escenas con mi sexy marido. Sintiéndome un poco perturbada, me levanté y envolví
mi bata a mi alrededor, encontré mis zapatillas, y caminé suavemente por el pasillo a
la habitación de Ayden. Viendo que todavía estaba dormido, me volví y me dirigí a las
escaleras.

Bajé la escalera a una casa tranquila. Sin un sonido para ser escuchado, excepto
los pájaros cantando en los árboles afuera.

Caminando hasta el salón, lo encontré vacío. Retrocedí hasta la cocina y esa


también estaba vacía. El estudio y el comedor eran las únicas posibilidades, así que me
dirigí hacia el estudio. La puerta estaba un poco entreabierta y mientras miraba al
alrededor, vi a Drake dormido en el diván. Un vaso parecía haber caído de su mano a
la alfombra en algún momento, así que entré silenciosamente, recuperé el vidrio, y
cubrí la manta de la parte posterior de la silla sobre un durmiente Drake. Fue entonces
cuando decidí empezar a limpiar lo de la noche anterior. Limpiar los platos, copas,
jarras, y una multitud de otras cosas de la fiesta que tomó un par de horas. Justo
cuando había terminado de cargar el lavavajillas, un par de brazos fuertes se
envolvieron alrededor de mi cintura. Me volví en su agarre y me puse de puntillas para
besarlo.

Al instante el olor del whisky asaltó mis fosas nasales y tuve que dar un paso atrás,
rompiendo el asimiento de Drake en mí. Una mirada de dolor brevemente brilló en sus
ojos y me sentí inmediatamente mal. Sin embargo, antes de que yo pudiera decir algo,
escuchamos una pequeña voz.

—Buenos días, mami. Buenos días, papi —dijo alegremente Ayden mientras hacía
su camino hacia nosotros.

66
—Buenos días, amigo —respondimos al unísono.

—¿Podemos comer panqueques, mami? —preguntó cuándo se subió a un taburete


en la isla de la cocina.

—Por supuesto, cariño. ¿Quieres banana y chocolate con ellos?

—Sí, por favor —respondió con entusiasmo.

Fue uno de sus desayunos favoritos aparte de Cheerios o Weetos de chocolate. Me


preparaba para tener todo listo y Drake llegó alrededor de la isla para ayudar a cortar
los plátanos y derretir el chocolate como siempre lo hacía.

Después del desayuno, Drake se disculpó para subir por una ducha y Ayden fue a
jugar en el salón mientras yo empacaba todas las cosas del desayuno.

Cuando Drake regresó abajo veinte minutos más tarde, estaba vestido para el
fútbol. Jugó futbol de salón en un sábado con Jack y un grupo de amigos. Él besó
Ayden en despedida y luego vino hacia mí. Habiendo herido sus sentimientos antes,
quería compensarlo. Me paré de puntillas, envolví mis brazos alrededor de su cuello, y
dejé salir un pequeño suspiro de alivio al oler una mezcla de pasta de dientes y
enjuague bucal. Lo besé en los labios y luego lo miré, batiendo mis pestañas. Él sonrió
y se inclinó para besarme de nuevo. El beso no era nada menos que impresionante y
las mariposas en mi barriga estaban frenéticas. ¿Cómo era que, con un beso, este
hombre me hacía derretirme en un charco de jalea? Lo había hecho a propósito para
dejarme deseando mientras él estuviera fuera. Tuve que entregarlo a él, él sabía cómo
tocarme. Él apretaba todos los botones correctos y yo no podía esperar hasta que
regresara de su partido. Estaba esperando conseguir que Ayden juegue en su
habitación o tal vez incluso que juegue con su amigo de al lado en su casa para que yo
pudiera sorprender a Drake en la ducha.

Con Ayden jugando con seguridad en el jardín trasero de la puerta de al lado con
su amigo Jordan, yo había subido a mi dormitorio y esperado a Drake. A su regreso, él
había hecho su camino directo hacia arriba como de costumbre y me vio ordenando
nuestro dormitorio. Dijo hola antes de ir al baño adjunto para encender la ducha.
Cuando escuché el agua corriendo, me quité la bata y entré en nuestro cuarto de baño,
completamente desnuda. La puerta de la ducha estaba cerrada y el vidrio empañado,

67
pero todavía podía divisar el físico de mi hombre, la vista hizo que mi corazón
comenzara a latir más rápido.

Abrí la puerta de la ducha tan silenciosamente como pude y me deslicé detrás de


mi esposo. El pequeño sonido mientras la puerta se cerraba lo alertó de mi presencia.
Se dio la vuelta en toda su gloria desnuda para enfrentarme. La sonrisa que se extendió
a través de su rostro era invaluable. Abrió la boca para hablar, pero lo silencié con un
dedo sobre sus labios. Tracé mis manos por las líneas duras de su pecho. Una cosa era
segura, los partidos de futbol de salón de los sábados le ayudaban a mantenerse en
excelente forma. No era un hombre vanidoso de ninguna manera, pero se enorgullecía
de su apariencia. Creo que era más para mí que para él, pero nunca me oíste
quejarme.

Permití que mis manos vagaran por todo su torso antes de sumergirse más bajo.
Corrí una mano en la longitud de su polla, que se endureció tanto de nuestra
proximidad como de mi toque. Sin perder un momento, me arrodillé en el suelo a sus
pies, viendo cómo sus ojos se iluminaban mientras miraba hacia ellos. Tracé la punta
de mi lengua desde la base de su polla hasta la punta, provocando murmullos de
aprecio mientras lo hacía. Tomando la punta suavemente en mi boca y envolviendo mi
mano alrededor de la base, oí un gemido profundo emanando de él. Lentamente, tomé
su completa longitud en mi garganta, pulgada a pulgada. Drake se volvió más duro
dentro del calor de mi boca y no pude evitar reír, tan difícil como era sonreír en ese
momento. Estiré mi mano libre alrededor para ahuecar su perfecto trasero, atrayéndolo
más cerca de mí. Lo sentí envolver mi cabello alrededor de su mano para atraerme
cada vez más cerca. Su respiración pesada y errática señalaba que estaba disfrutando
de lo que estaba haciendo, pero antes de demasiado tiempo, se estaba sacando de mi
boca. Sentí la pérdida al instante, pero no tuve tiempo de contemplarlo mientras Drake
me tiraba a mis pies, dándonos la vuelta de forma que yo estaba bajo el rocío de agua,
mi espalda presionada contra el azulejo de la pared. Envolvió mis piernas alrededor de
su cintura antes de usar sus dedos para probar mí ya sensible clítoris.

Sintiendo que ya estaba más que lista para él, se movió para mantener mis caderas
en su firme agarre. Envolví mis brazos alrededor de su cuello al mismo tiempo que
entraba en mí, haciéndome jadear por la sensación de él llenándome. Lentamente
comenzó a moverse dentro de mí y yo sacudí mis caderas para encontrar cada empuje.
Lo que comenzó lento y suave pronto se volvió más caliente y apasionado. Sus labios
reclamaron los míos en un beso que era primitivo, casi salvaje. Él no estaba siendo
gentil, pero amé cada momento. Aferrada a él como si fuera mi salvavidas, apreté mis
paredes alrededor de él, haciéndole quejarse y gemir. Sentí la sensación de calidez
viajando a través de mí y dentro de lo que sentí como solo unos momentos más, estuve
en caída libre sobre el borde del éxtasis.

68
Capítulo 13

Drake

N
uestras maletas se encuentran llenas, ya que nos vamos de vacaciones. He
empacado el auto y estoy sentado aquí esperando a que Anna se apresure
y saque su dulce culo por la puerta. Ella siempre se asegurará de que
hayamos apagado todo. Tengo la sensación de que es un poco obsesiva compulsiva,
pero ella es mi Cariad1 y la amo tal como es.

La veo a ella y a Ayden salir de la puerta tomados de la mano y sonrío ante la


imagen. Son tan felices en este momento, emocionados por ir de vacaciones, pero no
tienen idea de a dónde vamos. Anna ha intentado hacer que se lo diga. Me ha
prometido todo tipo de cosas, favores sexuales incluidos, si le cuento. Pero dejando a
un lado la posible gratificación sexual, no puedo decirle a dónde nos dirigimos. Quiero
que sea la sorpresa de sus vidas.

Todos necesitamos estas vacaciones, ahora más que nunca. Después de que mi
padre murió, me di cuenta de que la vida es demasiado corta y que quiero disfrutar de
lo que tenemos mientras podamos. Así que, cuando están en el automóvil y listos para
irse, enciendo mi iPod y selecciono algo de música para el viaje. Ayden pregunta si
podemos escuchar las melodías de Disney, pero Anna está contenta de escuchar
cualquier cosa con la que pueda cantar. Tiene una hermosa voz. No estoy seguro si
alguna vez se lo he dicho, pero ella realmente la tiene. Me encanta escucharla mientras
canta en la radio o en su iPod mientras realiza las tareas del hogar o conducimos por
algún lado.

—Papi, ¿a dónde vamos? —pregunta Ayden desde el asiento trasero.

—Te lo dije, es una sorpresa. No lo sabrás hasta que lleguemos allí, amigo

He estado muriendo por decirles a dónde vamos, pero realmente será mejor si es
una sorpresa. Enciendo la navegación satelital y dejo que me guíe en nuestro viaje. La
música que se reproduce en el auto es de los británicos Depeche Mode. Se los mostré a
Anna cuando nos juntamos y se han convertido en su banda favorita. Aún no se lo
dije, pero tengo boletos para llevarla a un concierto cuando regresemos a casa. No los
he visto durante años, y estoy impaciente por llevar a Anna por primera vez. Ella tiene

1
Cariad: Amor - amada - cariño en galés.

69
una obsesión con Dave Gahanpiensa que tiene sexo en piernas. La canción “A
Question of Lust” comienza a sonar y me hace pensar en todas las cosas que Anna y yo
hicimos anoche. Ella realmente es otra cosa. Es la mujer más sexy que he conocido y
se entrega a mí tan completamente. No oculta nada, solo me ama y me hace querer ser
un mejor hombre para ella. Su exuberante cabello rojo, sus impresionantes ojos de
zafiro, la suave y cremosa sensación de su piel... no se compara en nada con su amor.
Es, hermosa, seguro. Pero es lo que hay en su corazón es lo que me atrae hacia ella
como una polilla a una llama.

Su mano en mi muslo mientras conduzco es reconfortante. Me encanta que me


toque. Ella siente lo mismo, hagamos lo que hagamos, siempre estamos conectados de
alguna manera. Ya sea que estemos sentados leyendo y solo tomados de la mano,
manejando y coloca su mano en mi muslo... siempre hay una parte de nosotros
tocándose. Un toque de ella me hace sentir feliz, seguro y, sobre todo, feliz.

Hemos estado conduciendo por lo que parece una eternidad, así que me detengo
en los servicios para descansar. Cambiamos para que Anna siga conduciendo. Todavía
no sabe a dónde vamos, solo está siguiendo las indicaciones del navegador satelital
hacia nuestro destino.

Cuando finalmente llegamos al transbordador, los ojos de Anna se iluminan. Ella


sabe que nos dirigimos a Calais. Salimos del auto y vamos a vigilar el costado del
transbordador. El paisaje pasa y todos nos encontramos relajados, pero entusiasmados
con nuestro viaje. Ayden no sabe dónde está Calais o por qué viajaríamos allí, pero sé
que Anna tiene una idea ahora. No es estúpida y sabía que solo podía evitarlo por
mucho tiempo. Pero los dos lo guardamos de Ayden, sabiendo que se alegrará cuando
lleguemos allí.

Al llegar al Rancho Davy Crockett, vemos cabañas de madera por todas partes. La
cabaña en la que nos estamos quedándonos es hermosa. Descargamos el auto y vamos
a echar un vistazo. Los ojos de Ayden son tan grandes como platillos. Está
maravillado de este hermoso rancho. Le decimos que hay una piscina y en algún
momento, lo llevaremos a nadar si se porta bien. Por ahora, vamos a buscar algo para
comer para dormir temprano. Tenemos un gran día por delante mañana. Lo que él no
sabe es que la natación será lo más alejado de su mente en la mañana.

70
Nos levantamos temprano y nos dirigimos al parque temático. Ayden todavía no
tiene idea de dónde estamos o por qué estamos aquí, pero le dejo escuchar sus
canciones de Disney en el auto para ponerlo de buen humor. Él y Anna cantan juntos
“Hakuna Matata” y otras de sus favoritas.

Cuando nos acercamos al parque, Ayden chilla tan fuerte que estoy seguro de que
ha reventado uno de mis tímpanos. Sonrío de oreja a oreja. Es hora de llevar a mi
Cariad y a mi niño, y divertirme mucho. Lo que ninguno de los dos sabe es que he
reservado para que comamos con los personajes más adelante.

—Papi, estamos en Disneylandia —dice Ayden mientras lo ayudo a salir del


automóvil.

—Y sí que lo estamos, amigo. ¿Estás listo para ir a algunos juegos y conocer a


todos tus personajes favoritos? —pregunto mientras lo tomo y lo pongo sobre mis
hombros.

—¿Soy lo suficientemente alto para los paseos?

—Sí, amigo, lo eres.

Tomo la mano de Anna y camino hacia la entrada. Esta es una fiesta que no
olvidaremos deprisa. Hay recuerdos que esperan ser hechos más allá de las puertas y
no puedo esperar.

Recibimos nuestros boletos y le muestro a Ayden los personajes en los pases de


estacionamiento de tamaño de tarjeta de crédito. Dice que quiere la que tiene con
Woody de Toy Story, y que mamá debería tener la de Ariel de La Sirenita. Eso me deja
con Pumba de El Rey León.

Ayden comienza a cantar “Yo soy tu amigo fiel” que resulta ser una de sus canciones
favoritas. Anna y yo nos unimos a él mientras nos dirigimos al primer paseo del día.

Después de un largo día de paseos, conocer personajes, tomar fotografías con ellos
y conseguir sus autógrafos en el librito de Ayden, vamos a cenar. Ayden está
asombrado de que algunos de sus personajes favoritos puedan ir a cenar y es esa
mirada de absoluta felicidad la que hace que este viaje valga la pena.

71
Los tres estamos destrozados cuando regresamos a nuestra cabaña por la noche y
aún no hemos recorrido todo el parque. Tenemos otros dos días para hacer eso.

—Gracias por hoy —dice Anna mientras cierra la puerta del dormitorio de Ayden.

—No es necesario dar las gracias. Las sonrisas en las caras tuya y en la de Ayden
es más que suficiente.

Puse mis brazos a su alrededor y ella acurrucó su cabeza en mi pecho. Juro que
siento que mi corazón se hincha.

Caminamos hacia el área del salón de la cabaña y nos sentamos en el sofá. Nos
acurrucamos y nos cubrimos con una manta, aunque el calor de nuestro cuerpo es
suficiente para calentarse mutuamente.

—Ayden se divirtió muchísimo —dice Anna cuando se acuesta contra mi pecho,


mi brazo a su alrededor.

—Realmente lo hizo, pero hay mucho más por delante. Tenemos otros dos días
aquí y oí que hay fuegos artificiales en la noche, si podemos mantener a Ayden
despierto lo suficiente, claro.

Anna suelta una risita y el sonido me hace relajarme. Voltea para mirarme y
atrapo sus labios con los míos. Lo que comienza como un lento y sensual beso se
vuelve algo más profundo y más apasionado. Nuestras lenguas se entrelazan y pruebo
el vino que se sirvió más temprano. Ella invade todos mis sentidos; su toque
encendiéndome. Su sabor me tiene deseando explorar más, su visión me tiene
peleando contra una erección, el olor de su perfume se impregna en el aire, y el sonido
de su pesada respiración me excita.

Me muevo así ella yace, con su pecho alineado contra el mío. Estoy seguro de que
puede sentir mi excitación a través de mis vaqueros y los suyos. Envuelve sus brazos
alrededor de mi cuello y vuelve a besarme. En un destello, cambio posiciones, así ella
está debajo de mí sobre el gran sofá. Corro mi mano hacia arriba, desde su muslo, a
través de su abdomen y hacia arriba a sus pechos, donde mi mano se desliza bajo la
blusa que está usando y jalo la copa de su sujetador fuera de mi camino. Inclinándome
al frente, tomo el pezón entre mis dientes y lo mordisqueo gentilmente. El ligero
gemido que viene de ella me hace querer más. Chupo y beso mi camino desde sus
pechos a su cuello, y detrás del lóbulo de su oreja, donde sé que es cosquilluda.

Suavemente, capturo sus labios en un dulce beso. Se termina casi tan pronto como
comienza, mientras me siento para quitar su blusa. Se recuesta debajo de mí, con solo
su sujetador y pronto lo desabrocho y lo dejo caer al suelo. Mi mano vaga por su
cuerpo y ruedo su pezón entre las puntas de mis dedos índice y pulgar. Se endurece
bajo mi toque. Mientras hago esto, capturo su otro pezón en mi boca y lo jalo firme

72
entre mis dientes. Los gemidos que mi toque sonsaca de ella se vuelven más fuerte
cuando me inclino para besarla. Me besa con intensidad, hambrienta por más.

Gentilmente, la levanto del sofá y la llevo a nuestra habitación. Bloqueo la


habitación detrás de nosotros y la recuesto sobre la cama. Le quito los vaqueros
lentamente, bajándolos por sus piernas y observándola menearse para sacarse la ropa
interior. Se sienta y jala mi camiseta sobre mi cabeza. La lanzo al suelo mientras ella
trabaja con el botón y cremallera de mis vaqueros. Poniendo su mano bajo mi bóxer,
su toque me hace endurecer y mi aliento se vuelve superficial. La ayudo a bajar mis
vaqueros de mis caderas y los dejo caer al suelo, saliendo de ellos para pararme frente a
ella, en solo mi bóxer. Comienzo a sacarlos, pero ella sacude su cabeza.

—Recuéstate —dice, parándose de la cama.

Hago lo que me dice. Haría cualquier cosa por mi Anna, mi Cariad.

Pone una almohada tras mi cabeza, sabiendo que me gusta ver lo que me hace.

Bajando mi bóxer, empuja mis piernas ligeramente separadas. Arrodillándose


entre mis piernas, toma mi polla en sus manos y veo un travieso destello brillar en su
mirada cuando se inclina y lame la punta de mi polla... solo una vez. Mi espalda se
arquea y los dedos de mis pies se curvan. Es increíble lo que esta mujer, esta diosa,
puede hacerme con solo una caricia. Se inclina de nuevo y toma solo la punta de mi
polla en su boca. Arremolina su lengua a mi alrededor y mis manos se aferran a la
sábana mientras me lleva más profundo en su boca. Guía sus labios sobre mi vara
entera y la magia que ella hace me tiene rogando por permiso para liberarme. Sé que es
inútil cuando ella está en este tipo de humor. Le gusta burlarse de mí y llevarme tan
cerca... solo para cambiar de opinión. Anna me mira con tal amor en sus ojos que es
como si fuera nuestra primera vez de nuevo. Cambia su posición y se desliza hacia
abajo sobre mi palpitante pene y gimo con la calidez de ella, envuelta a mi alrededor.
Mis manos se mueven a sus caderas y las suyas a mi pecho. El suave movimiento de
ella, moliéndose contra mí para ganar fricción, me hace girar. Necesito más, y por la
mirada en sus ojos, lo sabe. Acelera el paso y se lanza hacia atrás, montándome como
si su vida misma dependiera de ello. Su respiración cambia y sé que está cerca de su
clímax. Me aferro más fuerte a sus caderas y me muevo en ritmo perfecto con ella
mientras se estrella con el borde del abismo. Sus paredes aprietan más fuerte mi polla
mientras monta las olas de su orgasmo y, el cambio de minuto me tiene viniéndome
dentro de ella. Así es cómo se siente el éxtasis. Esto es el paraíso.

La siguiente mañana, encuentro a Anna envuelta a mi alrededor cuando despierto


temprano. La muevo suavemente, así se recuesta sobre la cama y me levanto para
tomar una ducha. Enciendo el agua caliente y disfruto del calor mientras el agua cae

73
sobre la piel de mi espalda. Mientras me paro bajo el chorro, la cortina de la ducha se
mueve a un lado y Anna entra para unirse a mí. Lava mi espalda y luego volteo para
ayudarla a lavarse. Lo siguiente que sé es que está de rodillas, con su boca preparada
para causar estragos en mi auto control. Cuando desperté, había estado tan tentado en
despertarla suavemente y hacerle el amor, pero lucía tan pacífica que tuve que dejarla
dormir. Pero ahora, aquí estaba ella y yo iba a sacar el mayor provecho de la
oportunidad.

—¿Estás listo para irte, bebé? —pregunta Anna a Ayden cuando finalmente se
pone su otro zapato y se para, luciendo listo para el día por delante.

—Seguro que lo estoy. ¿Qué haremos hoy?

—Vamos a explorar un poco más del parque, que no llegamos a ver ayer
responde ella mientras le extiende su abrigo.

—Entonces, si no estás demasiado cansado, oí que supuestamente habrá fuegos


artificiales esta noche —añado mientras agarro mi billetera y llaves.

—¿Fuegos artificiales? ¡Increíble!

Ayden levanta su mano para un choque los cinco y sonrió mientras sostengo mi
mano en alto para que la golpee.

Hoy va a ser un buen día. El clima luce perfecto y mi hermosa familia está a mi
lado.

Mientras nos acercamos al parque, Ayden se pone más hiperactivo. Estaciono el


auto y todos salimos, listos para el comienzo de nuestro día.

74
Capítulo 14

Annalise

E
l viaje a Disneyland fue increíble. Montamos tantos paseos como
podríamos entrar, vimos despliegues de juegos artificiales, conocimos
personajes de muchas de las películas favoritas de Ayden. Fueron las
mejores vacaciones que recuerdo que alguna vez tuve. Ayden tuvo demasiada
diversión y estaba exhausto para el final de cada día. Fuera de todo lo que habíamos
hecho, creo que cenar con los personajes fue una de sus partes favoritas de todo el
viaje. Llegamos con tantas fotos que quería enmarcar en la pared de su dormitorio.
Compramos un marco que parecía parte de un rollo de película, colgado en su pared y
seleccionó sus fotos favoritas. Hemos añadido cosas a su caja de memoria, las entradas
del parque, su libro de autógrafos y un cordón que había llenado con pin de insignias.

Mi parte favorita del viaje, otra que ver la alegría en la cara de mi hijo, eran las
tiendas de recuerdos. Compré bastantes cosas para que nuestra casa parezca el interior
de la tienda de Disney, de acuerdo con Drake. Sé que estoy en mis treinta años, pero
en mi opinión, nunca eres demasiado viejo para Disney. Lástima que Drake no es de
la misma opinión, pero eso es un típico hombre para ti. Al menos a él no le importa y
mi colección crece cada vez más.

Habíamos regresado hacía una semana cuando todo mi mundo cambió en el


espacio de un par de frases. Drake puso Ayden en la cama, vino abajo, y esperaba
acurrucarme y ver una película o algo. Sin embargo, las temidas palabras “tenemos que
hablar” salieron de la boca de Drake y yo sabía que me dejaba. Cada chica sabe que
esas palabras son un código para “te estoy dejando”.

Yo no pude detener las lágrimas cayendo mientras le decía que solo empacara sus
cosas y se fuera. Mi vida desde ese momento nunca sería la misma otra vez. Hay
algunas cosas que solo sabes y esta fue una de ellas. No podía evitar que mi corazón se
rompiera, pero conociendo a Drake como lo hacía, sabía que él no hablaría sobre sus
sentimientos. Sea cual sea su razón para dejarme, él no la estaba compartiendo
conmigo. Viendo en retrospectiva, tal vez debí escucharlo cuando dijo que
necesitábamos hablar, pero habiendo estado en una situación similar antes con él

75
necesitando irse y despejando su cabeza, yo sabía que realmente no quería hablar. No
sabía si se iba para bien esta vez o si él simplemente necesitaba espacio para despejar
su cabeza de lo que se arremolinaba alrededor de ella, pero algo me dijo que era
probablemente más permanente. No podía explicarlo, algo se sentía más como un
final.

76
Capítulo 15

Drake

H
onestamente, estoy cada vez más inseguro de hacer esto con cada caja
que cargo en el automóvil. Sé que estoy haciendo lo correcto para mí,
pero ¿estoy haciendo lo correcto para Anna y Ayden? Estoy rompiendo
sus corazones y el mío. Puedo ver el salón cada vez que recupero una caja, y veo a
Ayden todavía sentado en los brazos de su madre, con la cabeza metida en su pecho y
puedo oírlo llorar. En cuanto a Anna, está sentada frotando la espalda de Ayden,
tratando de consolar a su hijo, mientras trata de evitar que su propio corazón se
rompa. Sé que parezco un bastardo en este momento, pero a la larga, verán que lo hice
por amor. Los quiero mucho, nunca dejaré de hacerlo. Pero tengo que irme. Tengo
que hacer esto porque sé que, si no lo hago, Anna eventualmente lo averiguará. Es
inteligente, verá lo que he estado haciendo y me echará. No quiero que llegue a eso, así
que me voy antes de que lo haga.

Anna me mira con cansancio, viejas lágrimas manchando su rostro, frescas


corriendo como ríos por sus mejillas. Está empezando a romperse. Eso, lo creas o no,
no es lo peor que vendrá. Se sentirá peor en los próximos días. Intentará razonar a
través de todo, querer saber por qué me fui. Pero no encontrará respuestas y eso la hará
sentir peor. Me hace parecer insensible, pero no puedo darle la razón por la que me
voy. La verdadera razón es mucho peor de lo que puede imaginar. Ni siquiera me lo
puedo admitir, así que, ¿cómo puedo esperar que ella lo entienda? Simplemente me
echaría si le dijera, así que terminarlo así tiene más sentido. O al menos eso creo.

La cabeza de Ayden se levanta del pecho de Anna y puedo ver lágrimas corriendo
por su rostro, sus mejillas son rojas y su pelo despeinado por estar dormido antes de
bajar para pedir un vaso de agua. Lo detuve en su camino de regreso a su habitación,
le pedí que viniera a hablar con mamá y conmigo por unos minutos. Él no merece que
rompa su corazón. Hago todo lo posible para asegurarle que esto no fue de ninguna
manera su culpa. No estoy seguro de haber hecho un buen trabajo al respecto. Pero si
hay algo de lo que estoy seguro, es que Anna hará todo lo posible para que Ayden crea
que no tiene nada que ver. Realmente no tiene. Tampoco es culpa de Anna, pero creo
que nunca lo creerá. De hecho, apostaría a Anna creyendo que era su culpa. Ella se
77
sentará y pensará en todas las cosas que podrían haberme hecho hacer esto, pero nunca
pensará en la razón que es.

Sé que Anna se culpará a sí misma, y sé que si le dijera la verdadera razón por la


que me voy, podría continuar con su vida un poco más. Entonces, ¿por qué diablos no
le digo la verdad? Porque soy un maldito cobarde. Un completo cobarde, débil y
patético. Soy egoísta también. No le digo todo porque no quiero que sepa qué le pasó a
su esposo. Si supiera en qué me he convertido, querría saber por qué me dejé ir. Pero
también querría ayudarme. Esa es la clase de persona que es. Pero no puede ser parte
de la solución. Tengo que desear esto para mí, no solo para ella y Ayden. No puedo
tenerlos como una muleta. Tengo que ser libre de esa piedra alrededor de mi cuello.
Me siento como Atlas, con el peso del mundo sobre mis hombros. No estoy seguro si
alguna vez dejaré de sentirme así. Solo puedo esperar.

Llamé a Jack mientras empacaba y le pedí que viniera a conducir mi auto. Le di la


excusa de que había tomado y no podía conducir. Nadie sabe por qué no puedo
conducir yo mismo. No puedo decirles la verdad; simplemente no lo entenderían.
Tampoco le he dicho a Jack a dónde voy y le he pedido quedarme con élsolo por la
nochey luego planeo irme al día siguiente en un taxi, sin decirle a nadie más que al
conductor hacia dónde me dirijo.

Empacando la última caja en el maletero de mi auto, doy una última mirada por la
ventana antes de subir al asiento del pasajero mientras espero que llegue Jack. Tomo
una respiración profunda y exhalo lentamente. Quiero tanto volver y pedir perdón,
sentarme y hablar sobre esto. Sé que Anna haría todo lo posible por ayudarme. Ella es
la única persona en la que he confiado implícitamente. Por eso no puedo cargarla con
esto también. Ella siempre ha tomado todo muy bien. Cuando descubrió que estaba
embarazada de Ayden, pensó racionalmente en lo mejor que podía hacer, sabiendo
que no podía deshacerse de él. Así que tomó la decisión correcta y dejó a ese adicto
por un futuro mejor con su hijo. Cuando descubrió el único esqueleto que tengo en mi
armario, lo tomó todo y me ayudó a aceptarlo. O eso pensó ella. Nunca he llegado a
un completo acuerdo, solo lo suficiente para salir adelante y fingir con Anna y mi
familia.

Jack llega y no se intercambian palabras mientras mira la parte trasera del auto y
ve mi vida en solo unas pocas cajas. Me mira con perplejidad y me encojo de hombros,
fingiendo despreocupación. Se sube al auto y enciende el motor. Respiro
profundamente cuando él pone su pie en el acelerador. Una última mirada hacia atrás
a través del espejo retrovisor y todo está borroso. Por primera vez en mucho tiempo,
excepto cuando murió mi padre. En realidad, estoy llorando. Este sentimiento, este
hoyo hueco en mi estómago, duele más de lo que las palabras podrían expresar. He ido

78
y perdido las mejores cosas en mi vida. Mi esposa e hijo. Significan más para mí que
nada, y son la razón por la que quiero irme y volver. No sé si Anna alguna vez podría
perdonarme, pero con Dios como mi testigo, trataré de ganar su confianza y respeto de
nuevo. Un día. Simplemente no sé cuándo será ese día.

79
Capítulo 16
Annalise

N
o sé qué hice para merecerlo, pero mi esposo salió por la puerta y de mi
vida. Pensé que Drake era mí para siempre. Nunca imaginé que esto iba
a suceder. Solo hemos regresado de nuestras vacaciones hace pocos días.
París fue increíble. Tantas cosas por ver, tantos recuerdos con mis dos chicos. Drake
estuvo cariñoso y atento. Nos llevó a conocer: Notre Dame, El Arco del triunfo, el
museo de Louvre, la Torre Eiffel. Cuando llegamos al final, me compró un dije de la
torre para ponerlo en el brazalete de dijes que me compró por mi cumpleaños un par
de años antes y ha estado ayudándome a llenarlo desde entonces. El clima ha sido
bueno con nosotros y Disneyland fue absolutamente mágico. Y fue mucho mejor por
el hecho que no tuvimos que esperar alrededor todo en un día lluvioso. Ayden había
hablado sobre ir a Disneyland desde que era lo suficientemente grande para saber que
era, pero no habíamos tenido el dinero para llevarlo, no hasta que Drake recibiera una
promoción en el trabajo. Entonces para celebrar, nos llevó a París para un fin de
semana largo y Ayden experimentó todo lo que quería hacer. Los paseos, sus
personajes favoritos caminando por el parque todo el día, y cenamos con los
personajes. Fueron las mejores fiestas que alguna vez tuvimos juntos. Pero esos sueños
fueron rotos en miles de pedazos en el momento en que él dijo adiós.

Hemos roto anteriormente. Hemos tenido nuestra parte de altibajos, como lo


hacen todas las parejas…, pero algo me dice que esta vez era diferente. La mirada en
sus ojos cuando le dijo a Ayden que no era su culpa y no debía culparse a sí mismo te
rompía el corazón. Podías ver tantas emociones no dichas en sus ojos, cosas que no
podía o diría. Me miró y me dijo que me amaba y que siempre lo haría, pero que tenía
que irse. He estado sentada con él a mi lado viendo televisión cuando Ayden se fue a la
cama, iríamos a acurrucarnos y ver Game of Thrones. Pero entonces dijo esas temidas
palabras… las que ninguna mujer quiere escuchar… “Necesitamos hablar”. Había tanto
en esas palabras. Lo interpreté como que tenía que irse. Las mujeres, todas sabemos
que son las palabras claves para “Te estoy dejando”. Así que le dije que, si se quería ir,
entonces debería hacerlo, pero le tenían que crecer un par y ser lo suficientemente
hombre para decirle a Ayden él mismo.

80
Ayden había bajado las escaleras para pedir un vaso con agua porque no podía
dejar de toser. Él había vuelto del viaje con un resfrío y la tos lo mantuvo despierto por
las noches. Drake lo detuvo cuando subía y le dijo que había algo de lo que teníamos
que hablar con él.

No es tu culpa Ayden… nunca debes culparte a ti mismo. Prométeme eso dijo Drake
mientras Ayden se sentó en mi regazo y envolvió sus brazos alrededor de mi cuello. Él acomodó su
cabeza en mi pecho y sollozó su pequeño corazón. Mi corazón se rompió por él.

Y tampoco es culpa de mami, Ayden. Ninguno de ustedes se culpe. Los amo tanto a los
dos.

¿Entonces por qué no te quedas? preguntó Ayden con una tranquila voz.

Papi necesita irse y poner su cabeza en orden, amiguito. Realmente no puedo explicarlo.

Ayden se encogió de hombros y se acomodó más cerca de mí. Él no vio mientras Drake
comenzó a empacar sus cosas para llevarse. Intenté calmarlo, acariciando su cabeza y de arriba
debajo de su espalda, susurrándole palabras tranquilizantes en su oído. Nada podía hacer sentir
mejor a mi niño. Su papi se estaba yendo para no regresar. Eso iba a dejar una cicatriz. Pero
estaría ahí cuando fuera.

Lo siento, Anna. Sé que probablemente nunca me creerás o me perdonarás… Dios sabe
que no merezco que lo hagas. Pero realmente lo siento. Los amo tanto a los dos…

Solo no lo suficiente como para quedarte dije, callándolo.

Eso no es justo.

¿No es justo? ¿No es justo? Levanté mi voz y Ayden se bajó de mi regazo mientras me
levanté y le grité a Drake en la cara.

Tranquilízate, Anna dijo mientras intentó que me sentara nuevamente.

¿Qué me tranquilice? ¿Cómo mierda me calmo cuando me estás dejando y ni siquiera me


das una explicación? No me gusta maldecir enfrente de Ayden, pero no pude evitarlo, mi ira
estaba aumentado.

De repente me sentí desanimada y me senté en el sofá. Atraje nuevamente a Ayden a mi


regazo y lo abracé con fuerza mientras las lágrimas comenzaban a fluir.

81
Solo vete, Drake, solo… vete.

Sollocé más y más fuerte. Ayden y yo nos abrazamos tan fuerte mientras llorábamos juntos.
Drake nos miró antes de recoger una caja y caminar por la puerta. Abrió la puerta y tocó la
cajuela con su pie para que se abriera. Colocó caja tras caja dentro y todo lo que pude hacer fue
llorar. No quería que se fuera, pero no encontré en mí la fuerza para pelear por que se quedara.
Drake nunca hablaba de sus sentimientos, así que no tenía caso intentar hacerlo abrirse conmigo
para que me dijera lo que realmente estaba sucediendo. Acaricié el cabello de mi hijo y lo sostuve
más cerca mientras lloró. Vi a Drake vacilar mientras recogía la última caja. Parecía que quería
decir algo, pero ni una palabra salió. Puso la caja en la cajuela, la cerró y dio la vuelta para
subirse al coche. Observé mientras se subió, esperando que el coche rugiera por la calzada mientras
aceleraba para alejarse de nosotros, de cualquier cosa que había resultado mal para que se fuera.
Él solo se sentó allí. El coche permaneció inmóvil durante unos buenos cinco minutos antes de que
viera a Leanne detenerse y dejar a Jack fuera por alguna razón. Vi como Jack se subió al asiento
del conductor y encendió el motor. Luego el coche se alejó, dejándonos devastados y vacíos.

82
Capítulo 17

E
n los meses siguientes, Ayden y yo nos hicimos más cercanos. Hacíamos
todo juntos. Era yo la que lo llevaba a la escuela, yo quien iba a las tardes
de padres. Le ayudaba con su tarea, me ofrecía para ir a viajes escolares.
Quería llenar el vacío que Ayden debe tener donde su padre debería haber estado. Se
había ido durante meses, y no habíamos visto y ni escuchado nada de él. Decir que
estaba enojada era un eufemismo. Drake había hecho un compromiso conmigo hace
casi ocho años y había tomado a Ayden como propio, incluso yendo tan lejos como
para adoptarlo para hacerlo legalmente suyo. Entonces, ¿por qué no escuchamos
nada?

Lynne y Meghan habían visitado, tomando a Ayden fuera los fines de semana a
veces. No sabían dónde había desaparecido Drake o por qué, y tampoco habían oído
de él. Simplemente era como si se hubiera esfumado. Estaba llegando la Navidad y no
estaba deseándola en absoluto. Nuestra primera Navidad sin Drake estaba destinada a
ser dura, pero Ayden iba a sufrir más. Él sabía que no era su culpa que su padre se
hubiera ido, yo me aseguré de hacerle darse cuenta de eso. Pero todavía lloraba hasta
quedarse dormido por la noche. Y ahora íbamos a pasar por los movimientos de la
celebración, pero sin regalos de Drake, Ayden estaba de vuelta a pensar que podría ser
su culpa. Meghan le trajo regalos y Jack y Leanne también. Lynne nos invitó a cenar
con ellos, ya que ella había dejado de tratar de averiguar dónde estaba Drake y no
quería que nos quedáramos solos. Nadie había oído ni una sola palabra de él, y cuando
Meghan había visto a un amigo y compañero de trabajo de él en la ciudad, se enteró de
que no estaba en el trabajo tampoco. Se suponía que estaba fuera de licencia bajo
"circunstancias especiales”. Solo Dios sabía lo que eso significaba, pero no me iba a
molestar en tratar de averiguarlo. Si no estaba trabajando, eso dependía de él. Yo era la
que estaba pagando todas las facturas del hogar conyugal ahoratodo había sido
transferido a mí, así que no había necesidad de preocuparse de que él iba a dejarnos en
la cuneta por no trabajar y no pagar las facturas.

Esa noche, me senté y escribí un correo electrónico. Un amigo me aconsejó que


cuando necesitara decirle algo a Drake, pero no podía porque no estaba localizable, le
escribiera. Dijo que ayudaría a sacar todos mis sentimientos y luego podría borrarlo.

Es casi Navidad y me siento aquí preguntándome dónde estás, qué estás haciendo, con
quién estás. ¿Alguna vez piensas en mí? Sé que nunca leerás esto, porque nunca lo enviaré,
pero escribir es catarsis, o eso me dijeron. Te he escrito un par de veces, pero los correos
electrónicos permanecen en mi bandeja de borrador, sin una dirección de correo electrónico

83
para enviarlos. Traté de enviarte un correo electrónico una vez, solo para conseguir que
retornara porque la dirección de correo electrónico dice que no existe. Es tonto en realidad,
me dan estos impulsos abrumadores de contactarme contigo, así que hago esto en su lugar.
No hablo con nadie excepto con la pantalla, los sentimientos que tengo permanecen
encerrados lejos de otras personas porque quieren que diga que estoy avanzando. Todos
quieren que esté bien. Necesito estar bien. No solo por mí, sino también por Ayden. Necesita
que su madre sea fuerte. En su mayoría, soy fuerte, por lo menos en el exterior. Pero a veces,
quiero acurrucarme en una bola y llorar hasta el olvido. Si no tuviera a mi hijo
manteniéndome conectada en el mundo real, me retiraría de todos y de todo.

A veces me digo a mí misma que te estoy superando, pero me estoy mintiendo a mí


misma. Estoy mintiendo a todo el mundo que conozco y amo, diciéndoles lo que quieren oír;
Estoy bien, estoy superándote, soy feliz. Estas son todas las cosas que digo todos los días,
como un mantra, pero no importa cuántas veces las diga, no puedo creerlas. Sé que te has ido
hace tiempo y tu vida conmigo es cosa del pasado, pero cada día que despierto, miro a tu
almohada y en mi estado medio dormido, por un momento, todo está bien. Pero cuando estoy
completamente despierta, es como un cuchillo en mi corazón mientras se hunde en que nunca
volverás a estar aquí. Te fuiste y tengo que aprender a lidiar con eso de alguna manera.

Voy sobre mi vida diaria y lucho por mantener la fachada. Mi hermoso hijo te extraña,
pero trata de no mencionarte por si me molesta. No te menciono en caso de que lo lastime, así
que supongo que los dos estamos caminando sobre cáscaras. Probablemente no sea la forma
más saludable de lidiar con las cosas, pero es la única manera en que sabemos cómo.

Todavía no sé por qué te fuiste. Nunca me ofreciste ninguna explicación, de hecho,


parece que has cortado todos los lazos. No sé qué ha sido de ti. Tengo tu número, pero solo va
al contestador. Quiero hablar contigo, saber cómo estás, pero incluso si contestas tu teléfono,
sé que me rechazarías de nuevo. Así que protejo mi corazón en su lugar. Lo he estado
haciendo desde hace meses y viene un poco más natural con cada día que pasa. La pretensión
de estar bien es como un manto que me rodea. No sé si alguna vez volveré a estar bien, pero
me he vuelto buena fingiendo. Quiero aceptar que te has ido y que nada de lo que te diga
alguna vez te traerá de vuelta, pero tampoco puedo hacer eso. No es una falsa esperanza, no
soy tan tonta como para creer que cualquier cosa puede hacer que vuelvas a mí. No te guardo
malos sentimientos, no te guardo rencor, y te deseo lo mejor. Pero no puedo estar feliz por ti.
Destruiste todo en lo que creía. Nos destruiste. ¿Y todo para qué?

No voy a mentirte. A medida que la Navidad se acerca, mi corazón se rompe un poco


más. Quiero seguir siendo fuerte, pero me derrumbo un poco más con cada día que pasa. La
Navidad solía ser una ocasión tan feliz. Los tres nos despertaríamos juntos, abriríamos
nuestros regalos, y luego nos dirigiríamos a la casa de tus padres donde comeríamos hasta
que estuviéramos listos para estallar, nos reiríamos hasta que nuestros rostros dolieran y ser
tan felices como cualquier familia podría ser. Ahora solo somos mi pequeño y hermoso niño y
yo. Un chico que ayudaste a criar como si fuera tuyo. Un chico que también dejaste tan
fácilmente como un chasquido de los dedos. Eso fue algo que realmente me rompió el
corazón. Te fuiste y él cuestionó si era su culpa. ¿Hizo algo malo? Tuve que consolarlo,

84
sostenerlo mientras lloraba, acariciarle el cabello y decirle la terrible verdad; que ya no me
amabas. No fue de ninguna manera su culpa fue mía, y yo te alejé.

Me siento aquí escribiendo esto y me pregunto exactamente lo que hice para alejarte.
¿Qué dije? ¿Qué hice? ¿Qué estaba tan mal con nuestra relación que pudiste irte sin darme
una razón? Debe haber sido algo evidente, porque tú lo viste, sin embargo, yo sigo
inconsciente. Estaba tan enamorada de ti que no entendí que no te sentías de la misma
manera. ¿Cuándo dejaste de amarme? ¿Por qué? ¿Era realmente algo que no pudimos haber
resuelto? Sé que teníamos nuestros altibajos, cada pareja los tiene. Pero mirando hacia atrás
a nuestro tiempo juntos, no puedo ver nada que se destaque como la cosa que nos separó.

Lo que realmente me importa ahora es encontrar una manera de seguir adelante. Nunca
recibí ningún cierre de ti. Me lo debías, al menos, pero nunca lo conseguí. He estado tratando
de encontrar mi propio cierre, pero aparentemente es esquivo. Supongo que por eso estoy
escribiendo este correo electrónico, para ver si mi mente puede llegar a un acuerdo con las
cosas y me permite seguir adelante.

Estoy sentada aquí envolviendo los regalos para Ayden y lo que me rompe el corazón es
que tu nombre no aparece en ninguna de las etiquetas. Me rompe un poco más adentro.
¿Cómo puedo reparar las roturas? No es como si hubiera un llenador de agujeros para el
corazón. Las cicatrices emocionales no son visibles, pero corren lo más profundo. Pienso en
todas las cosas que nunca te dije y pienso en tus últimas palabras para mí, palabras que
dejaron una huella indeleble en mi alma; no es culpa tuya. Todas las mujeres saben que esas
palabras son código para exactamente lo contrario. Dijiste "tenemos que hablar" de nuevo,
eso era código para "te dejo". Nunca olvidaré cómo mi corazón se alojó en mi garganta al oír
estas palabras. No podía tragar. No podía respirar. El tiempo dejó de tener significado en el
momento en que saliste por la puerta y todavía me siento tan perdida ahora como lo hice
entonces.

No has pedido el divorcio y no me puedo llevar a iniciarlo yo. No me estoy mintiendo a


mí misma de que hay una posibilidad de que vuelvas. Sé que te has ido para siempre. Pero no
puedo pedir el divorcio porque lo haría demasiado real. Pero entonces, ¿es eso exactamente lo
que debo hacer? ¿Sería el cierre que necesito? Ni siquiera puedo contemplarlo ahora mismo.
Tal vez una vez que se acabe la Navidad, debería revisar esa pregunta. Por ahora, solo voy a
concentrarme en darle a mi hijo una Navidad tan feliz como sea posible. Es lo menos que se
merece. Espero que estés donde estés, lo que sea que estés haciendo, que estés bien. Lo decía
en serio cuando dije que no guardo rencor. Quiero que seas feliz. Simplemente no quiero
tener que oír sobre eso. Por eso me he distanciado de cualquier amigo en común. No
pregunto, ellos no hablan. Se feliz. Se amado. Pero no me lo restriegues en la cara. Por favor.

85
Era dos días antes de Navidad cuando Meghan vino a vernos a los dos. Teníamos
un árbol en el comedor y Ayden estaba picando por decorarlo. Tía Meghan le había
dicho que tenía algo especial para él para agregar al árbol, así que esperó impaciente en
la ventana del salón para ver su auto llegar.

El Mazda rojo se detuvo en nuestra entrada y Ayden chilló, corriendo para abrir la
puerta principal. Me alegré de que, aunque Drake no nos hubiera contactado, su
familia había permanecido en contacto. Ayden no merecía perder a toda su familia.

—¡Hola, hombrecito! —dijo Meghan al llegar a la puerta principal, los brazos


cargados con una enorme caja que tenía “Disney Store” impreso en el costado. Ella
movió la caja pesada a su cadera así que podría alborotar el cabello de Ayden y tirar de
él para un abrazo de un solo brazo.

—Hola —dijo mientras me veía.

—¿Café? —le pregunté mientras la ayudaba con la caja.

—Oh, sí, por favor —respondió ella, sonriéndome mientras Ayden divagaba hacia
ella sobre la Navidad.

Me volví hacia la cocina y fui a encender la máquina de café de nuevo. Hice las
bebidas y seguí el ruido en el comedor. Ayden estaba charlando sobre lo que quería
que Santa le trajera.

—Ahora mami está aquí, puedes seguir adelante y abrir la caja —dijo Meghan a
Ayden mientras yo le pasaba la taza humeante de café.

Sin más preámbulos, Ayden se sumergió en la caja y encontró tantas cosas bonitas.
Había adornos colgantes para el árbol, galletas, y un globo de nieve impresionante.
Todo el mundo sabía que Ayden todavía amaba a Mickey Mouse, por lo que muchas
de las cosas en la caja estaban relacionadas con Mickey de una manera u otra. El globo
de nieve era el Hechicero Mickey de Fantasía y tenía su sombrero en la cima del globo.
Era perfecto y el rostro de Ayden se iluminó mientras lo sacudía y observaba la nieve y
el brillo caer. Él amaba globos de nieve y tenía una pequeña colección de ellos en su
dormitorio.

Mientras Ayden colgaba los adornos en el árbol y hacía espacio para las galletas,
Meghan se movió más cerca de mí y susurró calladamente:

—Estos son de Drake. Vino a mi casa la mañana después de la última vez que los
vio a ustedes. Me pidió que te los trajera. Vinieron de su visita a Disneylandia.

No sabía cómo sentirme sobre eso. Obviamente quería sorprendernos con ellos, así
que los había comprado sin nuestro conocimiento mientras estábamos fuera. Pero que
no nos las diera él mismo, yendo con su hermana e hiciera que ella hiciera su trabajo

86
sucio, eso no sentaba bien en absoluto. Sabía que tenía que poner una cara feliz para
Ayden, pero no sabía si debía decirle que venían de papá.

—¿Debería decirle?

—Realmente no lo sé, por eso no he dicho nada. Es tu decisión si se lo dices o no


—murmuró Megan mientras tomaba otro sorbo de su latte.

Miré a mi hijo y vi la felicidad en su rostro mientras la caja parecía


interminablemente llena de regalos. No sabía si decirle reventaría su burbuja o lo haría
feliz saber que su padre había estado pensando en él. Decidí no decírselo todavía.
Sacudí mi cabeza infinitesimalmente hacia Meghan y ella asintió con la aquiescencia.
No diría ni una palabra.

Terminamos de decorar el árbol con una Santa Jack Skellington en la punta del
árbol. Mi película favorita de todos los tiempos es La Pesadilla Antes de Navidad y me
había vuelto loca sobre el adorno cuando lo vi en Francia. Drake lo había comprado
para mí y ahora tomaba el lugar de orgullo en la parte superior de nuestro árbol. Era
una lástima que Drake no iba a ver lo bien que se veía. Toda la casa parecía como si la
Navidad hubiera vomitado en ella. Teníamos luces, serpentinas, guirnaldas de
palomitas de maíz, de oropel, y una casa de pan de jengibre que Ayden y yo habíamos
horneado y decorado. Había un Santa inflable en el césped delantero, un reno en el
tejado, y luces de carámbano alrededor de la parte delantera de la casa. Nunca me
importó mucho decorar para Navidad hasta que Ayden llegó. Pero después de que él
naciera, hicimos un esfuerzo para adornar y para ir al trato o truco en Halloween y
adornar para Navidad. Era tradición tomar una taza de cacao antes de acostarse en
Nochebuena y dejar un plato de golosinas para Santa y sus renos. Teníamos algunas
pegatinas mágicas de nieve y copo de nieves en las ventanas, así como un letrero
grande en el césped diciendo “Santa Detente Aquí”, así que era seguro decir que esta
casa estaba lista lo suficiente como para que Santa la notara. Toda la calle tendía a ir
por todo en Navidad también, así que al menos no parecíamos fuera de lugar.

Al día siguiente era Nochebuena y tradicionalmente nos iríamos a casa de Lynne


por pollo asado, relleno, y sándwiches de salsa. Así que esa tarde, conseguimos un taxi
a su casa. Yo estaba ahorrando para comprar un autono lo habíamos necesitado
cuando éramos los tres porque Drake nos llevaba a donde tuviéramos que ir, pero de
alguna manera tenía que pagar un auto con el fin de dejar de tener que conseguir taxis
por todas partes.

Lynne había terminado con las decoraciones como de costumbre. Benji el perro
incluso tenía un sombrero de elfo. Comimos y bebimos hasta que estábamos llenos
hasta estallar y vimos películas de Navidad, incluyendo la favorita de Lynne, El
Muñeco de Nieve. La risa de Ayden llenó la casa, pero no fue suficiente para llenar el
vacío que dejó la muerte de Dennis y la ausencia de Drake.

87
Ayden se durmió en el viaje a casa esa noche. Lo llevé a la casa, lo arrastré hasta
su dormitorio, lo coloqué suavemente en la cama, y puse el edredón sobre él. Le quité
los tenis, lo besé ligeramente en la frente y lo dejé para que durmiera.

Sentada en el salón por mi cuenta era aburrido y me dio tiempo para pensar en
todo lo que había sucedido. Drake me había dejado, había dejado a su hijo, y no había
tenido contacto conmigo ni con su familia hasta donde podía decir. Lynne no sería
capaz de mentirme, yo vería a través de ella, pero ella no mentiría por el bien de
Ayden. Si supiera dónde estaba Drake o qué hacía, me lo diría.

El timbre del teléfono me sacó de los pensamientos corriendo por mi cabeza.

—Hola... Anna... —La línea telefónica estaba chirriante y no podía oír mucho de
lo que se decía.

Miré la pantalla, después de haber olvidado comprobar el identificador de


llamadas antes de contestar. Era mi abuela, Judi, sin duda me llama para comprobar
que todavía la íbamos a visitar en el día de San Esteban.

—Abuela, ¿eres tú? ¡Apenas puedo escucharte! —hablé en voz alta en el teléfono,
aunque no estoy segura de por qué, porque era yo la que no podía oírla.

—Sí, soy yo, querida... solo quería... Día de San Esteban... la cena...

Traté de vagar alrededor de la sala de estar para ver si podía oírla mejor.

—Abuela, no puedo entender lo que estás diciendo. ¿Dónde estás?

—De compras... mi querida... último minuto...

Los sonidos del centro comercial venían tan esporádicamente como sus palabras.

—Abuela, llámame cuando estés en casa.

—Solo me preguntaba si... cualquier cosa mientras...

Apenas podía distinguir lo que decía. Caminé por la casa tratando de conseguir
mejor recepción. Fue en vano, sin embargo, cuando la llamada terminó cortándose
completamente. Traté de llamarla, pero seguí recibiendo una voz automática que decía
“la persona a la que está llamando no está disponible”.

88
Solo mi abuela podría tener un teléfono tan malo que apenas a veces recibía señal.
Traté de conseguir que ella consiguiera un modelo mejor de teléfono varias veces, pero
ella no estaba hecha para las pantallas táctiles, ella deseaba, y cito, los buenos botones
anticuados, de modo que supiera que lo estaba presionando realmente. Ella
permaneció firme en que yo no iba a comprarle un teléfono más nuevo con solo una
pantalla para usarlo. Así que no lo hice, lo que significaba que tenía llamadas
telefónicas confusas de ella si lo estaba usando cuando ella estaba fuera. Confiaba en
que abuela estaba de compras en la víspera de Navidad. Tenía que concedérselo; ella
seguía teniendo bastante energía para su edad. Sin duda estaría buscando ofertas de
última hora para la familia.

Miré por la ventana de la cocina mientras esperaba por mi cafetera para servirme
un capuchino. No se veía muy como Navidad afuera. No había nieve en el suelo y no
parecía que habría en cualquier momento pronto tampoco. No me importaba eso, pero
haría el año de Ayden una Navidad blanca. Él había estado parloteando sobre eso
desde el principio del mes. Tomé mi bebida y fui a sentarme junto al árbol en el
comedor. Yo tenía un sofá individual pequeño en el que me sentaba a leer. Agarré mi
libro de la mesa al lado de la silla, encendí la lámpara y las luces del árbol, y me perdí
en la historia durante un par de horas. Puede que no tenga una vida feliz, pero eso no
significaba que no pudiera vivir a través de los personajes. Pero al decir eso, estaba
leyendo un libro sobre un club de moteros con personajes con nombres rudos como
Cobra y Champ, así que no estaba segura si tenían finales felices o si eran todos
asesinatos y esas cosas.

Me desperté el día de Navidad para encontrarme en mi sillón individual con un


calambre en mi cuello. Estiré mis músculos doloridos y subí a lavarme y vestirme antes
de despertar a Ayden. Revisé mi reloj y marcaba las 6:45 a.m. Él nunca se despertaba
tan temprano, incluso el día de Navidad, así que tenía tiempo para tomar una ducha
rápida. Pero, en primer lugar, tenía que poner el gran saco de Santa lleno de regalos
que fueron dejados por Santa, no por la familia. El resto de los regalos ya estaban bajo
el árbol, pero el mayor regalo era su bici. Fui al armario bajo las escaleras donde la
había guardado desde la noche anterior. Sacarla fue un poco más difícil ahora que
tenía papel de envolver, pero la saqué y la puse frente al árbol.

Después de mi ducha, me lavé los dientes y me puse el ridículo jumper de Navidad


que Ayden me había ayudado a escoger. Era una tradición familiar usar tontos
jumpers, camisetas, o camisas para el día. Así que allí estaba yo en mis vaqueros de
pitillo negro y un jumper con un reno que tenía una nariz iluminada que reproducía
“Jingle Bells” cuando se presionaba. Apenas me estaba poniendo mis calcetines cuando
la puerta de mi habitación crujió abierta.

89
Por un momento, pensé que Drake estaba entrando con mis regalos. Mi corazón
se tambaleó cuando vi a Ayden en la puerta. Por supuesto que estaba feliz de ver su
bonita y soñolienta cara, pero por un momento, me había olvidado que Drake se había
ido y estaba un poco desinflada al ver que no era él.

—Buenos días, mami —dijo cuando cruzó la habitación y puso sus brazos
alrededor de mí.

—Buenos días, cariño. ¿Has dormido bien? —le pregunté mientras envolvía mis
brazos alrededor de él y ponía un beso encima de su cabeza.

—Lo hice. Tuve un sueño que Santa vino y me dejó la bicicleta que quería y un
montón de otros regalos bajo el árbol —dijo en una voz por lo menos una octava o dos
más alta que su voz normal.

Era seguro decir que él disfrutaría de la Navidad este año. Era una lástima que
Drake no estuviera por aquí para verlo. Hice una pronta resolución de año nuevo que
sería el problema de Drakeno el mío, no el de Ayden, solo la carga de Drake para
llevar.

—Bueno, vayamos abajo a ver qué te dejó Santa.

Yo dirigí el camino abajo y hacia el comedor. Ayden estaba rebotando en los


talones de sus pies mientras yo abría la puerta y lo dejaba entrar antes que yo.

—Mami, mira lo que Santa ha dejado para mí —gritó en toda su inocencia


infantil.

Si pudiera volver a los días de mi niñez. Las cosas eran mucho más fáciles
entonces. No teníamos la carga de ser adultos, pagar las facturas, casarnos,
divorciarnos. No quería pensar si Drake quería divorciarse o no. Él no había pedido
uno todavía, pero de igual forma no había estado en contacto en absoluto. No iba a
solicitar el divorcio, iba a esperar que Drake hiciera el primer movimiento. Si quería
divorciarse de mí, bien podrían crecerle un par de bolas y presentarlo, y luego pagarlo
él mismo.

—Mami. —Ayden tiró de mi manga, atrayendo mi atención hacia él.

—Lo siento, cariño, aún no estoy completamente despierta. Mami pasó la noche
durmiendo en esa silla —le dije mientras iba a apagar la lámpara en la mesa lateral.
Dejé las luces del árbol encendidas por un rato mientras abríamos regalos.

—¿Por qué hiciste eso? —preguntó mientras una risita brotaba de su boca.

—Porque me quedé dormida leyendo, cariño, por eso. No quería hacerlo, estaba
perdida en la historia.

90
—Oh, está bien. Bueno, ¿puedo abrir este que se parece a una bicicleta, por favor?

Tuve que sonreír a mi hijo, mi orgullo y mi alegría. No podía ocultar el hecho de


que era una bicicleta, así que no tenía sentido tratar de hacer que pareciera cualquier
otra cosa.

—Seguro que puedes, bebé; puedes abrirlos en cualquier orden que quieras.

Voló a su bicicleta y arrancó el papel. Era la bici que nos había pedido a mí y a
Drake. Había sido difícil conseguirlo por encima de todo lo demás, pero abuela me
había ayudado. Después de que Drake se fuera, Ayden escribió amorosamente en su
carta a Santa Claus que él quería que él le comprara la bici porque su mamá y papá ya
no estaban juntos y ya no podrían comprarle los regalos juntos. Había estado un poco
desconsolada por eso, pero había prometido conseguirlo para él de una manera u otra.
Así que cuando abuela se había ofrecido a ayudar, había estado tan aliviada.

Ayden montó la bicicleta una vez alrededor de la mesa del comedor antes de saltar
y atacar su montón de regalos. Él tenía una nueva consola de juegos y juegos, conjunto
de LEGO, algunos DVD, y un montón de figuras POP que había pedido. No estaba
segura ni siquiera de lo que era uno de esos antes de que él los pidiera. Me gustaba
pensar en mí como una mamá muy genial, pero todavía había muchas cosas que tenía
que aprender. Con el descubrimiento de estas figuras, yo también había encontrado
algo llamado Cosbabies. Contrariamente a lo que se podría pensarse que es, en
realidad es una pequeña figura, un poco como un POP, pero diferente. Son difíciles de
explicar, pero cuando escuché el nombre, pensé que eran muñecas de bebé y
ciertamente no le iba a comprar una de esas, pero él me había mostrado en su iPad lo
que eran y me sentí aliviada de que mi hijo de ocho años no pidiera juguetes para
chicas. También había un montón de ropa y algunos vales para cosas que él quería.
Quería cupones de iTunes para su iPad y vales de juego para ir a comprar cualquier
juego que quisiera para su nueva consola Wii-U.

A las 9:30 a.m., después de desayunar, nos metimos en un taxi para ir a la casa de
Lynne durante el resto del día. Ayden estaba horriblemente mimado con tantos
regalos. Pero nada de parte de su papá lo hizo ponerse un poco triste por un tiempo y
me tenía totalmente cabreada. Dondequiera que estuviera, lo que fuera que estuviera
haciendo, ¿seguro que su hijo estaba en su corazón? Por no haberle comprado nada
para Navidad me había cabreado como el infierno hacia él y le habría golpeado si
hubiera estado en la misma habitación en ese momento. Podía ver en los rostros de
todos que estaban molestos con Drake también, y dondequiera que estuviera, tendría
un montón de respuestas para encontrar cuando, finalmente, regresara a sus vidas.

Después de la cena de Navidad, Lynne me llevó a un lado y me dio una cajita


envuelta en una cinta. La abrí para ver la llave de un auto. Me tomó de la mano y me
guío afuera. Abrió su garaje de dos puertas y dentro vi un pequeño Vauxhall Corsa
negro. Lynne me llevó a él y pegada a la ventana estaba una pequeña nota.

91
Annalise,

Esperamos que te guste tu regalo.

Con mucho amor

Mami Lynne, Meghan, Jack, Leanne y Taylor.

Sentí que las lágrimas corrían por mis mejillas y me volví para envolver a Lynne
en un abrazo. Ella había sido una mejor madre para mí en todos los años que Drake y
yo habíamos estado juntos que mi propia madre en toda mi vida. Nunca había
encajado tan bien con la familia de un compañero como lo hice con los Anderson.
Miré a Lynne y vi una hermosa sonrisa en su rostro.

—Muchas gracias. No deberían haber gastado tanto dinero en mí —jadeé mientras


limpiaba las lágrimas con el talón de mi mano.

—¡Tonterías! Ahora, puede que no sea el modelo más nuevo, pero te va a llevar de
A a B.

No podía decir nada, estaba demasiado aturdida. Estaba sinceramente asombrada


por esta magnífica mujer enfrente de mí y el resto de la familia para asentir. Me puse
detrás del volante y encendí el motor. Me sentí tan bien al tener mi propio auto
ronronear a la vida. Bajándome, envolví a Lynne en otro abrazo. Estaba encantada
con el amor que ella había mostrado al comprarme un auto, sabiendo que yo estaba
luchando con tener que conseguir taxis o aventones de otras personas.

Volvimos a la casa y le di a cada uno un abrazo y un beso para darles las gracias.

—Ustedes son los más increíbles... Solo... Los quiero tanto.

Estaba completamente sin habla para decir nada más en ese momento.

Después de la cena, Ayden se puso a mantenernos entretenidos con sus


habilidades de karaoke en un juego de SingStar de Disney que Meghan había traído
con ella. El hecho de que él estaba manteniendo la letra y bailando alrededor del salón
al mismo tiempo nos tenía muertos de la risa. Al final del día, Ayden estaba agotado y
más que listo para ir a casa a la cama, sin embargo, él no quería irse porque se estaba
divirtiendo mucho con sus tías, tío y primo. Así que lo llevé al auto y lo coloqué en el
asiento trasero, lo abroché y le puse una manta de lana en caso de que tuviera frío. Se
había vuelto un poco frío temprano en la noche, así que Lynne me había dicho que
tuviera cuidado en caso de que se hubieran puesto heladas las carreteras.

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El camino a casa fue tranquilo, como era de esperar, debido a que Ayden se había
quedado dormido en la parte trasera del auto. Me detuve en la entrada y llevé
cuidadosamente Ayden a la puerta principal. Se despertó lo suficiente como para
sentarse en el escalón delantero y esperar a que yo bloqueara el auto. Entonces abrí la
puerta y lo llevé adentro. Lo llevé a la cama y puse el edredón cerca de su barbilla. Le
besé la frente y bajé a cerrar.

Metiéndome en la cama, me acosté y dejé que mi mente vagara a donde Drake


podría estar y lo que estaba haciendo. ¿Qué le pudo haber pasado para que se fuera y
nos dejara, no solo a Ayden y a mí, sino a toda su familia? Él no había estado en
contacto con ninguno de ellos a mi conocimiento y eso me tenía más preocupada por
él que si hubiera sido solo a nosotros dos a quienes estuviera evitando. Varios
escenarios se reprodujeron en mi cabeza cuando me quedé dormida.

93
Capítulo 18

Drake

E
s Navidad y no he estado en contacto con nadie de mi familia. ¿Por qué?
Bueno, esa es una pregunta fácil y difícil de responder. Veras, la respuesta
simple es que estoy en rehabilitación. Es lo que me puso aquí lo que es más
difícil, bueno, no necesariamente más difícil, si no más largo de responder. Para
responder a eso, tengo que retroceder mucho más que solo estos últimos meses. Pero
¿por qué no he tenido contacto con nadie de mi familia? Bueno, eso es algo que puedo
responder.

No he llamado a nadie hoy, ni siquiera a mi mamá, porque no quiero tener que


decirles donde estoy y no quiero tener que mentir. Es mejor si no me involucro, porque
luego no tendré que salir con alguna excusa falsa de por qué no estoy cerca. Me he ido
el tiempo suficiente para que, probablemente, pueda idear una historia lo
suficientemente buena para cubrir mi trasero, pero si hay una cosa que aprendí en la
rehabilitación, es que las mentiras, incluso las pequeñas, están mal. Cuando sea que
sea posible, siempre debes decir la verdad. Sí, eso dura de por vida, no solo en
rehabilitación, sino que los consejeros aquí me hicieron ver que, incluso una mentira
aparentemente pequeña puede tener enormes consecuencias. Así que, no le he dicho a
nadie, excepto a mis jefes, dónde estoy en realidad o qué estoy haciendo realmente.
Mis jefes me dieron un permiso especial del trabajo, así puedo asistir a rehabilitación, y
esa es la única razón por la que les dije, así tendré un trabajo al que regresar cuando,
eventualmente, regrese a casa.

Les he dejado un mensaje de texto ocasional a mi familia para decir que estoy
bien, pero no respondo cuando me preguntan algo que potencialmente los guiaría a
encontrarme. Por el primer par de meses, ni siquiera tenía acceso a mi teléfono.
Dijeron que, se suponía que estuviéramos alejados de todo en nuestras vidas diarias,
para poder permitirnos la mejor oportunidad de recuperación. Al principio, pensé que
sería fácil, pero nada fue más difícil que preceder toda comunicación con el mundo
exterior. Especialmente de mi esposa e hijo. Mira, no me rendí a mi matrimonio
porque no la amaba; de hecho, es todo lo contrario, y aunque Anna podría no saberlo
ahora, hice lo que hice por amor. Por eso no he estado en contacto con ella en lo
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absoluto. No puedo mentirle y simplemente no puedo decirle donde estoy o qué estoy
haciendo. Sé que lo entendería, sé que estaría allí a mi lado, que vendría a visitarme
cuando pudiera. Pero no quería eso. No quería ver la mirada de pena en los ojos del
amor de mi vida mientras me miraba, u oírlo en su voz por el teléfono. Ni siquiera
podía enviarle un mensaje corto, porque no podía mantenerlo corto y dulce. Sabía que
ella tendría preguntas y yo tenía que responderlas, pero como aún no tenía todas las
respuestas por mi cuenta, sentía que lo mejor era permanecer alejado de todo contacto
con ella.

Desde que llegué aquí, gané cuatro fichas. La primera fue ganada por veinticuatro
horas sin un trago. La segunda fue por treinta días. La tercera por sesenta días. La
cuarta era por noventa días y gané esa el día anterior a ayer. No puedo creer que ha
pasado tanto tiempo desde que bebí algo. No ha sido sencillo; de hecho, ha sido, por
mucho, la cosa más difícil en toda mi maldita vida, excepto por alejarme de Anna y
Ayden. Con toda honestidad, no tenía que estar aquí tanto tiempo, pero tengo que
trabajar mucho para llegar al origen de mi problema con la bebida. He tenido mis días
buenos y malos, pero la cosa que me mantiene moviéndome es saber que, si continúo
bebiendo, terminaré con problemas de salud a largo plazo, que resultarían con mi
muerte. Quiero estar alrededor para ver a Ayden crecer... si Anna alguna vez me
permite contactarme con él de nuevo. Tengo una foto suya en mi habitación. Las
únicas pertenencias personales que traje fueron una foto de mi novia y yo en el día de
nuestra boda, una foto escolar de Ayden, mi Kindle y mi anillo de bodas. Tengo
acceso a mi teléfono ahora y mi MacBook. Lo más lejos que se me permitió para
terminar algo de escritura. He escrito la pieza de poesía más rara, pero en su mayoría
han sido entradas de diario.

La gente piensa que, si eres un hombre, automáticamente no mantienes un diario.


Bueno, eso sería cierto con la mayoría de los hombres, supongo. Pero solo porque no
tengo uno de papel, cubierto con alguna mierda con volantes, femenino y elegante, no
significa que no tengo uno. Solo que yo mantengo el mío en mi computadora portátil.
Es más, fácil de escribir en el que sentarme y escribir a mano por horas.

Mi rutina aquí es bastante tediosa; los días parecen alargarse. Despierto, desayuno,
entonces tengo una sesión con mi terapeuta Zeke Michaels. Es un sujeto bastante
decente. Es un poco mayor que yo, bueno, quizás diez años más. Le dije, cuando lo
conocí por primera vez, que no sabía que Zeke fuera un nombre popular cuando él
nació. Me dijo que no era tan genial como yo pensaba, ya que era diminutivo de
Ezekiel. Fue Zeke quien me involucró en el programa de arte terapéutico en el centro.
Teníamos que escoger nuestro medio en el cual trabajar y el mío había sido dibujar.
No fui demasiado malo en la escuela, aunque no había levantado un lápiz durante
muchos años. Pero regresar a ello había sido más fácil de lo que pensé. Seguro, mis

95
primeros dibujos eran un poco rústicos, pero ahora lo he estado haciendo cada día
desde mi segunda semana aquí, y he estado sentado en el exterior con un bloc de
dibujos y un lápiz por un par de horas al día. Eso es lo que hago usualmente luego de
mis sesiones con Zeke. Me siento afuera para dibujar. Mata las horas entre mi sesión y
la hora de cenar. Luego de cenar, voy a mi habitación, donde escribo o escucho
música. Luego duermo, me enjuago y repito.

Hoy ha sido ligeramente diferente por el hecho de que es Navidad, y mucho de los
otros aquí están pasando el tiempo con sus familias. No tengo sesión con Zeke hoy, es
su único día libre. Hay otros terapeutas aquí, así que quizás algunas personas tienen
sesiones a las que asistir, pero mi día ha sido extra largo por la falta de la hora que paso
en la oficina de Zeke. Así que, además de ir y conseguir mi cena de Navidad de la
cafetería, no dejo mucho mi habitación. Traté de salir afuera y dibujar, pero solo no
podía inspirarme. Traté de escuchar música, pero no había posibilidad de eso hoy, por
alguna razón desconocida. Todo lo que parecía que podía hacer era escribir. Pasé un
siglo viendo fotos de Anna y Aiden, entonces decidí sentarme y escribir sobre ellos:
sobre cuánto los extrañaba y cuánto significaban para mí.

Me gusta cómo no tengo que fingir ser alguien excepto yo mismo cuando escribo.
Cuando me siento con mi MacBook abierta y solo entro a la zona, puedo sentarme y
escribir sin notar cuánto tiempo pasa. Puedo ser honesto, sincero, el verdadero yo.

Algunas entradas de mi diario de cuando llegué aquí por primera vez son cortas, y
no tienen realmente muchos detalles o profundidad. Pero cuanto más estoy aquí, me
siento más capaz de escribir detalles, la honesta verdad sobre cómo me siento en
realidad respecto a ciertas situaciones.

1 de septiembre del 2013

Querido diario,

De acuerdo, ¿la gente realmente comienza estas cosas de "Querido Diario"? Soy nuevo
en esto, creo que no estoy seguro. Me han dicho que escribir mis sentimientos ayuda. No
puedo hablar de ellos. Nunca he sido un hombre abierto. Supongo que es por la forma en que
crecí con mi familia; no son muy sensibles que digamos. Así que crecí manteniendo todo
adentro. Ojalá supiera cómo ser más abierto acerca de cómo me siento con respecto a ciertas
personas y situaciones. Especialmente con mi esposa e hijo. Quiero poner la pluma en el
papel y decirle por qué me fui. Soy un idiota. No puedo creer que la haya dejado sin una
excusano importa cuán pobre seano tuve que decirle la verdad, pero sí debería haberle
dicho algo.

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La verdad, es que incluso yo, no estoy al cien por ciento seguro del porqué me fui. Fue
mi bebida lo que me llevó al borde, eso es seguro, pero incluso antes de que llegara a donde
estaba, todavía tenía secretos. No secretos de Anna. Nunca le he ocultado un secreto. Pero he
guardado las cosas del resto de mi familia. Sin duda eso es lo que me está devorando, pero no
puedo decírselo. Si les cuento toda la historia, estarían tan dolidos. Sé que no me negarían,
lo que hice no lo garantiza, pero estarían locos por no haberles contado. Para empeorar las
cosas, mi padre ahora está muerto, por lo que nunca lo sabrá. Él nunca llegará a… no, no
iré allí. Aún no.

Eres un diario y si no puedo contarte el secreto, estoy seguro de que no puedo contarle
nada a mi familia. Este va a ser un proceso tan largo, puedo decirlo.

Eso es todo por ahora.

Drake.

15 de septiembre del 2013

Querido Diario,

He estado asistiendo a sesiones regulares con el Dr. Michaelslo siento, Zekedurante


un par de semanas y realmente me anima a ser más abierto, incluso si solo es en mi diario.
Siento que estoy haciéndole perder el tiempo. Realmente no le he dicho mucho. Ni siquiera le
he dicho lo que me puso en rehabilitación en primer lugar. No es gran cosa, técnicamente,
creo que sí, pero no es una gran cosa en comparación con las razones por las que algunos de
los otros están aquí. Hablamos en terapia grupal, todos se abren sobre él por qué están aquí.
Todos excepto yo. Estoy demasiado avergonzado, demasiado cerrado. Sin embargo, Zeke me
ha permitido hacerlo sin decir nada. Su lema es que todos están aquí por una razón y que
finalmente se abrirán. Puede llevar horas, días, semanas o, en el peor de los casos, meses,
pero al final todos nos abriremos. ¿Por qué más estaríamos aquí si no quisiéramos ayuda, si
no queremos mejorar?

Supongo que escribirlo no sería tan malo. Ciertamente no tanto como expresarlo en voz
alta frente a los demás. No hay nada aquí…

La noche que dejé a Anna, le pedí a mi hermano Jack que viniera a buscarme,
diciéndole que había tomado una copa y que no podía conducir yo solo. Leanne lo había

97
llevado y él no había pensado en conducir a su casa para pasar la noche. Al día siguiente,
tenía planes que implicaban dejar el automóvil con él y seguir mi camino. ¿Por qué? Bueno...
estoy avergonzado de admitirlo, pero me han descalificado para conducir durante doce
meses.

Después de regresar de París, Rachel Lane, la madre de mi hija Morgana, se puso en


contacto conmigo a través de Facebook para hablar sobre Morgana, pero no pude enfrentar
la conversación. No sabía lo que ella quería y no quería saberlo. Así que le había hecho una
excusa a Anna de que Jack quería encontrarse conmigo y que por ello fui al bar. Me senté
allí listo para ahogar mis penas. Pero si hubiera sabido lo que vendría después, habría hecho
las cosas de manera diferente.

Ordené un whisky o tres y cuando me fui, sentí que todavía tenía todas mis facultades
intactas, aunque mis penas se sintieron en un segundo plano gracias a los efectos de
“pensamiento silencioso” del alcohol. Así que conduje hasta un hotel para ver si tenían
habitaciones. No iba a llamar a la puerta de mi madre a las tres de la mañana. Pero en el
camino me detuvo un policía. Sabiendo que tenía el aroma del whisky en mí aliento, mis
esperanzas se desplomaron aún más que antes de llegar al bar. El oficial salió de su
automóvil y se dirigió a mi ventana. Bajé el vidrio, esperando lo inevitable.

Me pidió ver mi licencia y registro. Se los entregué y esperé mientras los miraba.

—¿Sabe por qué lo detuve esta noche, señor Anderson? —preguntó mientras miraba
desde el nombre en mi licencia hasta mi cara.

—No oficial —respondí mientras miraba su rostro más allá del resplandor de su
antorcha.

—Tiene una luz trasera rota, señor Anderson. Sugiero que la arregle a primera hora de
la mañana.

Solté un suspiro de alivio, teniendo cuidado de no exhalar en dirección al oficial.

—Sí, señor —respondí.

Pensando que había salido ileso, comencé a enrollar mi ventana, pero me detuve cuando
el oficial me pidió que saliera del automóvil. Hice lo que me pidió y me paré junto a mi auto.

—¿Ha tomado un trago esta noche, señor? —preguntó.

—Sí, Oficial.

98
No tenía sentido mentir.

—¿Cuánto diría que ha consumido, señor Anderson?

—Umm... tomé un par de vasos de whisky

El oficial me miró y estaba seguro de que no me creía. Me dijo que me quedara donde
estaba y regreso a su auto. Trajo la temida prueba de alcoholemia y supe que había
terminado. Al respirar sobre ella superé el límite legal, así que me arrestaron por conducir
ebrio. Volvieron a tomarme la prueba una vez que llegué a la estación, diciéndome que había
fallado la prueba, lo cual, ya lo sabía. En resumen, me descalificaron al instante de conducir
durante doce meses y me hicieron pagar una multa de setecientos dólares. Para mi sorpresa,
no obtuve ningún punto en mi licencia, pero eso no importó mucho, considerando que de
todos modos no se me permitiría conducir por todo un año.

Después de mi liberación, me registré en rehabilitación. No era obligatorio, pero sabía


que ya era hora de que hiciera algo con mi problema con el alcohol. Nunca he sido un gran
bebedor, generalmente solo tomo una botella de cerveza o un vaso de whisky. Pero
recientemente, la culminación de los eventos me llevó a beber más y más. Intenté ocultar los
límites de mi bebida a Anna y Ayden, pero ella había notado mis cambios de humor e
irritabilidad. No le había contado sobre Rachel tratando de contactarme, aunque al
recordarlo ahora, sé que debería haberlo hecho. No busco culpar a nadie por lo que hice, pero
fue el contacto reciente de Rachel el que me hizo ir al bar esa noche. Bueno, no es como si
hubiera necesitado mi brazo torcido para beber. Pude haber tratado las cosas de manera
diferente, pero esa era mi razón para estar en el bar.

Mi cabeza estaba hecha un desastre, así que la única respuesta sensata fue la
rehabilitación. No soy una persona temeraria, normalmente, no me pongo detrás del volante
de un automóvil después de beber, la única respuesta que tengo para hacerlo es que esta vez
pensaba con claridad. Tengo mucha suerte de no haber bebido más que los tres vasos. Yo
"solo" excedí el límite legal, por lo tanto, mi castigo no fue tan severo como pudo haberlo
sido. Me siento tan aliviado de no haber provocado algún accidente esa noche que pudo
haber lastimado a un espectador inocente. No habría podido vivir conmigo mismo si mis
acciones hubieran resultado en la lesión o incluso peor, en la muerte de alguien.

He estado seco durante dos semanas. Me he ganado mi primera ficha durante las
primeras veinticuatro horas en seco. Ahora, mi próximo objetivo son treinta días. Ahí es
cuando obtengo otra ficha. Es gracioso... No pensé que las fichas realmente te mantuvieran
sobrio. Una moneda no tiene poderes mágicos para mantenerte seco, después de todo. Pero lo
que hace la ficha, sin embargo, es darme un sentido de propósito. Quiero golpear cada
objetivo. Quiero salir de aquí y nunca tener que volver.
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Saliendo de aquí va a ser algo completamente diferente. La vida real va a ser mucho más
difícil. Habrá cosas fuera de estas paredes que me empujarán a querer beber. El atractivo del
alcohol podría ser muy difícil de resistir. Pero no dejaré que me golpee. No ahora, nunca.
Quiero que las cosas sean diferentes. Y así serán.

Hasta pronto.

Drake.

100
Capítulo 19

Annalise

F
ue duro volver a mi vida junta desde que Drake se fue. De hecho, fue
agotador. Lo primero que hice fue volver a trabajar. Con Ayden en la
escuela solamente podía y trabajar a tiempo parcial, pero era mejor que
nada. Al regresar a la oficina pedí una transferencia a un nuevo edificio. No quería
tener que trabajar con él todos los días, sabiendo que no estábamos juntos. Tampoco
he querido afrontar las miradas de lástima de mis colegas y amigos. Así que le pedí a
mi jefe una transferencia lo antes posible. No era tan bueno como en la vieja oficina,
no al principio. No conozco a nadie. Ya no podía salir a almorzar con las chicas.
Nunca había sido la clase de hacer amigos fácilmente. Soy más introvertida, donde la
mayoría de las otras personas no lo son.

Aimee, una de las chicas en nuestra oficina, se estaba yendo con baja por
maternidad y me ofrecí como voluntaria para ayudar a hacer un baby shower. No sé
por qué, no es algo que yo haría, pero tenía que hacer algo para mantener mi mente
ocupada y hacer nuevos amigos mientras estaba en esto. Dos de las chicas, Jade y
Nicky eran muy amables. No les había dado una oportunidad antes. Pero ayudándome
a encontrar las cosas necesarias para el baby shower nos tenía a todas como sólidas
amigas, rápido. Honestamente, no sé qué habría hecho sin ellas. Desde entonces me
habían invitado a salir por bebidas y trataron de hacerme ir a un club, a mover lo que mi
madre me dio, como Nicky lo hizo después de un par de botellas de vino rosado. Creo
que fue una referencia a un anuncio en la tele o algo. Jade había estallado en
carcajadas y todas terminamos intentando… ¿cómo le decían los chicos geniales? Oh,
sí, twerk.

Estaba terminando de trabajar temprano un día cuando Nicky me había


preguntado si quería salir de copas con ella y Jade más tarde. Acepté la invitación que
to sabía que las chicas me animaban. Lo que no sabían era que era mi cumpleaños.

Me alisté esa noche y dejé a Ayden con Lynne por la noche. Conseguí un taxi
hacia el bar de cocteles donde estábamos empezando nuestra noche. Fui la primera en
llegar, así que me pedí una bebida y encontré mi camino hacia la parte posterior del
bar. Me sentía un poco deprimida, esperando a que las chicas llegaran, así que me
senté viendo a otras personas mientras que pelaba la etiqueta de la botella en mi mano.
Sacando mi celular de mi cartera de mano y envió un texto a Nicky:

101
Anna: Hola, estoy aquí esperando, ¿dónde estás?

Unos minutos después, mi celular zumbó con una respuesta:

Nicky: Lo siento, el taxi atorado en el tráfico, en camino al bar ahora.

Miré hacia arriba desde mi celular y vi a Nicky y Jade entrando por las puertas
dobles en la entrada. Esperando mientras los chicos que trabajaban en la puerta
comprueban sus ID y les permitían entrar.

Caminando hacia la barra para saludarnos, vi a un chico lindo viendo hacia mí.
Vestía pantalones negros y una camisa azul cielo con las mangas
arremangadas. Había un tatuaje asomándose debajo de la manga y yo me preguntaba
lo que era. Me guiñó, o por lo menos en mi dirección general. No estaba segura, él
podría haber estado viendo a alguien detrás de mí. Se volvió en mi dirección y
comenzó a caminar hacia donde estaba arraigada al lugar.

De repente me di cuenta de que no quería hablar con este chico y mis pies
empezaron a llevarme en la dirección de las chicas. Me alejé del chico lindo sin tanto
como una mirada sobre mi hombro.

—Hola, chica —dijo Nicky mientras se inclinó para besar mi mejilla.

—Hola, ¿qué le puedo conseguir para beber? —les pregunté mientras alcanzaba
por mi cartera.

—Voy a tener una sidra, por favor —respondió Jade—. Ella siempre toma sidra,
entonces no estoy segura por qué incluso pregunté.

—¿Podemos compartir una botella de vino si tú quieres? —preguntó Nicky.

Conseguí la atención del barman y ordené nuestras bebidas.

—Pagaré por esto. —Alguien habló detrás de mí.

—Estamos bien, gracias —respondo.

—Por favor, permíteme. Sería mi placer comprar una bebida a tres hermosas
mujeres —persistió.

—Oye. —Nicky me había empujado en las costillas—. Que el chico te compre una
bebida.

No le dije a las chicas mucho acerca de mi separación con Drake, solo que lo
encontraba difícil seguir adelante. Adiviné que se trataba de Nicky es sutil como un
mazo tratando de animarme. “La mejor manera de superar un chico es meterse debajo de

102
otro”. Ella me lo había dicho a mí una tarde cuando habíamos salido. Ella estaba
bromeando en lo que dijo, pero, aun así, pensó que ya era hora que yo tratase de
comenzar de nuevo. Aunque condujo a nada, ella me animaba a ligar siempre que
fuera posible, así era ella.

—Está bien, gracias. —Estuve de acuerdo, dándome vuelta para hacerle frente al
misterioso comprador de nuestras bebidas.

Era apenas mi suerte que era el chico lindo de instantes antes. Evidentemente, no
me leyó el irme como una razón para no perseguirme. Algunos chicos emanaban
confianza y siempre conseguían lo que querían. Este chico parecía a ese tipo.

—James. —Extendió su mano hacia mí—. Es un placer conocerte.

—Hola, soy Annalise —dije mientras estreché su mano, notando que mi mano se
sentía un poco sudorosa. Me preguntaba si él lo notaría.

Mi corazón latía en mis costillas. Él olía familiar, pero no al mismo tiempo. No


pongo mi dedo en ello mientras levanto mi vaso y tomo un trago bastante grande.

—Yo soy Nicky y esta es Jade —dice Nicky mientras extendió su mano hacia él.

—Es un placer conocerlas a ambas.

Hablaba con un acento suave. No pude colocarlo, pero no sonaba local. Fue
agradable escucharlo mientras nos habló de lo que hizo para ganarse la vida y
preguntarnos de donde éramos.

Una canción entró en el fondo y James le preguntó si le gustaría bailar. Dejé que
me guiara a la pista de baile, mi mano en la suya. La canción habló de cómo no era
bonito cuando un corazón se rompía, pero realmente no le presté mucha atención
mientras coloco mi cabeza en el hombro de James y me mecí con el ritmo de la
música. Pude sentir cada subida y caída de su pecho, sentir su aliento susurrando a
través de la parte posterior de mi cuello. Él se sentía bien, cómodo incluso. Cuando la
canción llegó a su fin, me llevó a las chicas, otra vez, tomando mi mano en la suya.

La sonrisa en la cara de Nicky lo dijo todo. Ella estaba segura de que James y yo
habíamos hecho buenas migas. Sentí la sensación de mariposas en mi estómago, tal
vez, incluso un poco agitado. Fue agradable sentirse atractiva, pero no podía usar a
este hombre para seguir delante de Drake, o a cualquier otro hombre para ello. No es
adecuado entrar en algo cuando no estás superando la relación anterior. Nadie estaba
diciendo que tenía que tener una relación con James, pero si Nicky sabía la manera en
que pensaba, ella lo haría su misión personal ayudarme a ver que no dañaría a nadie, si
tuviera que empezar a ver a alguien, aunque solo por un poco de diversión.

—Yo voy por un cigarro —les dije mientras estaban apoyados en el bar.

103
—¿Te importaría si te acompaño? —preguntó James mientras sacaba sus propios
cigarros de su bolsillo.

—Seguro.

Caminé en dirección a la zona de fumadores y jugué nerviosamente con el piercing


en mi labio mientras mi mente corrió.

Una vez afuera, encendí un cigarro y estaba parada hablando con James de nada
de cualquier consecuencia. Cuando terminé mi cigarro, James se inclinó hacia a mí y
aplastó sus labios en los míos. Se sentía bien, las mariposas en mi estómago se
duplicaron en tamaño. Envolvió sus brazos alrededor de mí y me tiró directamente a
su pecho. Su beso fue apasionado y frenético, sus manos encontraron su camino en mi
cabello y tiró mi cabeza hacia atrás ligeramente, besando el lóbulo de mi oreja hacia
abajo a mi cuello.

Cogió mis labios con los suyos otra vez antes susurrar en mi oído:

—Quiero llevarte a un lugar y follarte sin sentido.

Sus palabras me hicieron temblar. Se sintió bien el ser necesitado. Me hizo sentir
sexy, algo que no sentía en bastante tiempo, pero no estaba segura de que podía hacer
lo que quería.

—¿Vives por aquí? —preguntó.

Asentí. Estaba en una pérdida de palabras en ese momento.

—¿Podemos…?

Su pregunta fue incompleta, pero su intención fue clara.

Pensé en su pregunta por un momento antes de sacudir mi cabeza.

—Lo siento, solo no puedo.

Mis palabras quedaron en el aire durante un tiempo antes de que él hablara otra
vez.

—Está bien, tal vez podemos intercambiar números. Me gustaría verte otra vez.

No quería llevarlo a pensar que podría haber más para mí que solo un beso, un
momento fugaz.

—Lo siento, no creo que eso sea una buena idea —le dije mientras me volvía sobre
mis talones y me alejé sin mirar atrás.

104
Gritó detrás de mí, pero no conteste y afortunadamente no me siguió. Caminé
hacia las chicas y les dije que estaba lista para irme a casa.

Marque el número de una empresa local de taxis, me quite mis zapatos de tacón y
estaba parada afuera del bar esperando para la sensación en la boca de mi estómago se
aquietará. Allí en ese momento, quería llamar a Drake y recordarle lo que había
hecho, pero pensé que podría ser mejor que la noche terminara allí.

Mi cumpleaños terminó en un desastre, tal y como predije que sería. Me fui a casa
sola. No creo que hubiera sabido cómo se sentía estar tan sola como lo estaba
entonces.

105
Capítulo 20

Drake

—H
ola… —De repente, mi garganta se sintió reseca y necesitaba un
trago fuerte. Pero la bebida era por lo que había venido a alejarme.
Tenía que volver a enderezar mi vida. Había dejado a la mujer que
amaba, a mi hijo también, y era la motivación que necesitaba para liberarme de la bebida de una
vez por todas, que pudiera ganar su confianza y conseguir que volviéramos a estar bien era otra
cosa. Necesitaba hacer esto por mi cuenta, no solo por Anna y Ayden, sino porque quería estar
sobrio. No quería seguir desperdiciando mi vida como lo había hecho antes. Me aclaré la
garganta y comencé de nuevo.

—Hola, mi nombre es Drake y soy alcohólico.

La habitación estalló en un coro de: —Hola, Drake.

Miré sus rostros, jóvenes y viejos, blancos y negros, hombres y mujeres. El alcoholismo, al
parecer, es una enfermedad que no discrimina.

Se sentía raro comenzar mi historia sobre por qué estaba aquí, pero otros habían compartido
las suyas antes que yo y más lo harían después de mí, así que tomé algunas respiraciones
regulares y les di una versión abreviada de los eventos que me llevaron a perseguir el escurridizo
sueño en la parte inferior de cada botella que bebí.

—Que mi padre muriera fue el catalizador para que empezara a beber más. Sin embargo, no
debería usar su muerte como excusa. Bebo porque soy un alcohólico, pero su muerte me golpeó
duro y yo golpeé la botella con más fuerza.

Sentí ojos vigilantes en mí. No estaba seguro de cuánto de mi historia compartir. Lo


compartí con Zeke en una sesión privada y ahora estaba mentalmente cuestionándome si estaba
listo para compartirla con el grupo. Sostenía mi ficha en mi mano, frotando mi pulgar sobre ella
como si fuera un amuleto de buena suerte.

106
—El caso es que mi vida no siempre ha sido fácil. No provengo de una familia cercana,
realmente nunca hablamos de sentimientos, sino que simplemente embotellamos las cosas.
Empecé a beber cuando descubrí que había dejado embarazada a una mujer poco antes de estar
con mi esposa Annalise. No me enteré hasta que Anna estaba embarazada de cuatro meses. Si soy
realmente sincero, me crucé con Annalise porque me enamoré de ella, pero ella ya estaba
embarazada de un idiota estúpido que no quería tener nada que ver con el bebé. Le había hecho
una promesa a Anna de que iba a tratar al bebé como mío. Éramos sus padres en la medida en
que alguien debería preocuparse.

Mi garganta se secó y alcancé la botella de agua que tenía a mis pies. Tomé un gran trago e
inhalé unas pocas respiraciones profundas antes de seguir.

—Pero luego descubrí que en realidad iba a ser un padre biológico también y me golpeó por
seis. Estaba listo para enfrentar a Anna y su hijo por nacer. ¿Pero un hijo mío que la madre no
quería que me molestara tratando de contactar? Eso fue completamente diferente. No sé
exactamente cómo, solo sé que así fue. Descubrí a través de un amigo en común que Rachel, la
mujer con la que tuve una aventura de una noche y que luego quedó embarazada, había dado a
luz a una niña. Tuve una hija llamada Morgana. Anna sabía todo sobre esto, pero nadie más lo
sabía, excepto mi amigo Hunter. No tuve el coraje de contarle al resto de mi familia. Le pedí
consejo a Anna sobre si tratar de ver a Morgana o no. Pero Rachel me contactó a través de las
redes sociales y me dijo que no me molestara en tratar de contactarlos porque ella estaba en una
nueva relación y, en lo que a Morgana se refería, este tipo era su padre. Fue inquietantemente
paralelo a mi propia situación con Anna.

Hice una pausa y miré alrededor de la habitación. Todos estaban silenciosos y expectantes.

—No sabía qué hacer o cómo sentirme, así que ahogué mis sentimientos en botellas de
Budweiser o en un vaso de Jack Daniels. No bebo todos los días. Era un buen padre cuando llegó
Ayden y Anna y yo tuvimos la boda de nuestros sueños. Todo fue perfecto por un tiempo. Pero
después de un corto tiempo, comencé a sentir que los dedos de duda intentaban agarrarme.
Empecé a beber más, a llegar a casa tarde en la noche después de mentirle a Anna, diciéndole que
estaba trabajando hasta tarde. Al final todo me sobrepasó y aterricé aquí.

La habitación estaba en silencio a excepción de mi corazón latiendo fuertemente en mis


oídos. Entonces todos los demás estallaron en una ronda de aplausos, como solíamos hacer
cuando alguien era lo suficientemente valiente como para contar su historia.

Un fuerte golpe me saca del recuerdo de ese día.

Abro la puerta para ver la cara sonriente de Zeke. Él siempre tiene una amplia
sonrisa, nunca lo he visto fruncir el ceño en los meses que lo he conocido. A veces

107
frunce el ceño cuando está pensando, pero aparte de eso, siempre hay una sonrisa en
él. No sé cómo lo hace. No he sonreído en meses. Bueno, eso no es cierto, sonrío a los
recuerdos de Anna y Ayden, pero no hay nada de qué sonreír en mi situación actual.

—Entonces, ¿cómo va la terapia de arte? —pregunta mientras abro más la puerta


para permitirle la entrada a mi habitación.

—Es terapéutico, Doc; pero entonces, ya lo sabes.

—Sí, pero quiero decir, ¿realmente está ayudando? —pregunta mientras toma
asiento en el sillón de la esquina.

—Lo está y no lo está —respondo mientras tomo asiento en la cama.

—¿Te importaría explicar?

—Bueno, dibujo muchas cosas. Muchos de mis dibujos son de los jardines de
afuera, algunos son de otras personas aquí. Pero luego, a veces dibujo a Anna y
Ayden. Cuando dibujo otras cosas, es genial. Sin embargo, cuando dibujo a las dos
personas que más amo en este mundo... bueno, me pongo emocional. Esas emociones
pueden hacerme sonreír o pueden paralizarme. No estoy acostumbrado a expresar mis
sentimientos, como ya sabes, Zeke. No lo manejo bien cuando esos sentimientos
amenazan con ahogarme.

—Hmm... ¿es este tu cuaderno de bocetos? —Hace la obvia pregunta mientras


busca un libro en la mesa junto a su silla.

—Sí.

—¿Puedo...? —El resto de su pregunta cuelga sin respuesta en el aire.

—Claro —refunfuñé mientras ponía mi cabeza en mis manos.

Zeke hojea las páginas, pasando el tiempo mirando cada uno de mis bocetos. La
mayoría de son de los jardines de afuera. Hay tantas cosas bellas que se pueden ver por
ahí. Algunos son bocetos de las otras personas de aquí. Me encanta dibujar personas,
hay algo en sus rostros, sus emociones no expresadas. Pero también hay muchos
bocetos de Anna y Ayden. Empecé dibujando las fotografías que tengo conmigo.
Entonces comencé a dibujar de memoria; la sonrisa en el rostro de Anna, la mirada de
amor en sus ojos, imágenes de mi hermoso hijo. Pase lo que pase, siempre serán mi
mundo.

108
—Son asombrosos, Drake.

Miro a Zeke y veo la sonrisa de megavatios extenderse por su rostro.

—Gracias —murmuro mientras froto una mano sobre mi cara, la barba raspando
contra mis dedos.

—Ella es realmente hermosa —comenta.

Echo un vistazo a la imagen que está mirando. Es uno de Anna el día de nuestra
boda. Tuve un sueño una noche y cuando desperté, agarré mi lápiz y bloc para dibujar
la hermosa sonrisa que me dio mientras caminaba por el pasillo. Es solo una imagen
de su cara, pero es probablemente la mejor que he dibujado.

—Lo es.

Me hundo aún más en la cama, sabiendo lo que vendrá después.

—¿Por qué no la llamaste, Drake? Sabes que tienes visitas permitidas.

—Sabes por qué, Zeke. No puedo.

—Dices que no puedes, pero puedes. Por lo que me has contado en nuestras
sesiones, es una mujer muy cariñosa y comprensiva.

—Pero ella no entendería esto. No puedo pedirle que lo haga. Aguantó mucho
durante nuestra relación. Nos separamos en un par de ocasiones porque necesitaba
espacio para mi cabeza. No muestro mis emociones, las trato internamente. Entonces,
en cambio, mi respuesta siempre ha sido correr. Siempre me ha traído de vuelta,
entendía cuando necesitaba mi espacio. Luego nos casamos y fuimos fuertes, hasta
esto.

—Hizo votos para amarte incondicionalmente, ¿así que no crees que le debes una
explicación por haberla dejado? ¿No crees quelo entendería y se mantendría a tu lado?
Me parece que lo haría.

—Ella lo supo desde el principio, Zeke. Ella sabía que nunca podría ser el hombre
que quería que fuera.

—Y, sin embargo, se casó contigo de todos modos. Te permitió adoptar a Ayden.
¿No crees que merece al menos saber por qué te fuiste? No puede ser fácil para ella y
será aún más difícil para Ayden. Echa de menos a su padre.

109
—Ni siquiera vayas allí, Zeke. ¿No crees que quiero ver a Ayden? Pero no soy lo
suficientemente bueno para él. Él necesita un hombre que pueda ser un modelo a
seguir. Anna se merece un hombre mejor que yo y Ayden merece un padre mejor.

—Pero merecen saber por qué te fuiste. Incluso si no pueden volver a estar juntos,
esa mujer necesita un cierre. Le debes eso.

Miro a Zeke y luego mi mirada vaga hacia la ventana. No puedo mirarlo a los
ojos. Sé que dice la verdad, pero no puedo llamar a Anna y pedirle que me visite aquí.
No puedo cargarla con eso. Debería seguir adelante y encontrar el amor con alguien
que no tiene tanto retraso emocional.

—Drake, mírame —suplica Zeke suavemente.

Lo miro y veo sus ojos implorándome que haga lo correcto.

—Simplemente no puedo, Zeke. No puedo cargarla con más. Ella no necesita eso
en su vida.

—¿Pero no crees que merece tomar una decisión al respecto?

Sé que Anna es una de las mujeres más fuertes que he conocido, pero no necesita
el peso de esto sobre ella. Ya me ha roto. Prefiero llevar la carga solo que romper a la
mujer que adoro.

110
Capítulo 21

Annalise

D
espués del desastre que fue mi cumpleaños, no salí con las chicas por
unas semanas, temiendo que pudiera toparme con James otra vez. A
decir verdad, tenía miedo de ceder a lo que me había preguntado si
volvía a verlo. En cambio, concentré toda mi energía en el trabajo y en ser madre.
Ayden no lo dejaba ver, pero sabía que echaba de menos a Drake. ¿Cómo no podría?
Drake había sido una gran parte de nuestras vidas. Hasta que se fue, no le habíamos
dicho a Ayden quién era su padre biológico. Estábamos esperando hasta que fuera
mayor, lo suficientemente como para entender. Pero cuando se fue, tuve que decirle a
mi hijo la verdad. Esa no había sido la conversación más fácil, y nunca quise tenerla
sola. Quería a Drake allí para ayudarme a decírselo.

Para mi sorpresa, Ayden lo había tomado bastante bien. Él había crecido bastante
sobre todo eso. Le dije que, si alguna vez quería conocer a su verdadero padre, podría
intentarlo y hacer que eso suceda. En respuesta, me dijo que nadie más era su padre, su
padre era Drake. Sus palabras fueron: "Bueno, si mi verdadero padre quisiera verme,
entonces se habría molestado en hacerlo desde que nací, pero no lo hizo. Drake es mi
padre." Estaba tan impresionada por su madurez. Siempre había dejado la opción
abierta para que Oliver viera a Ayden. Drake y yo no queríamos que lo viera, pero si
Oliver hubiera querido, habríamos intentado que algo funcionara.

De alguna manera, fue bueno que él no se haya comunicado porque nos dejaron
seguir con nuestras vidas y fuimos felices. Por otro lado, fue una pena que Oliver no
pudiera ser involucrado en la vida de Ayden. Pero fue su pérdida. Ayden siempre ha
sido un chico muy cariñoso, generoso y amable. Oliver y su familia nunca llegaron a
experimentar eso.

Drake había estado fuera por varios meses y no habíamos tenido noticias suyas.
Me dejó con el corazón roto, pero era peor no obtener ninguna respuesta. No sabía por
qué se había ido, lo que había hecho mal para que me dejara. Me culpé a mí misma
constantemente, a pesar de que mis amigos me dijeron que no lo hiciera. Todos me
dijeron que era su pérdida. Pero, aunque mi cabeza escuchó sus palabras, mi corazón

111
no. Mi corazón quería saber por qué. Dicen que el tiempo es un sanador, pero para mí,
solo ha hecho que el dolor sea más. ¿Cómo podría un hombre profesar amarme, tomar
votos para amarme incondicionalmente y nunca dejarme de lado, ir contra esos votos
y levantarse sin una explicación? ¿No merezco un cierre? ¿No merezco que me digan
lo que hice mal? ¿Realmente nuestro matrimonio significaba tan poco para él que
podía alejarse de él? Él no ha pedido el divorcio, pero supongo que es porque no quiere
ningún contacto conmigo, ni siquiera a través de los abogados.

He estado haciendo todo lo posible para superarlo. Intenté seguir con la vida. Pero
cada día que me levanto, todavía espero verlo en la cama junto a mí. Recé para que me
equivocara, que de alguna manera su partida estaba en mi imaginación. Pero la verdad
es que se había ido. ¿Qué nos pasó? Nunca supe que el amor puede cambiar tan
rápido. ¿Perdimos la química que alguna vez tuvimos? ¿Dónde se había ido Drake? Y
más importante, ¿por qué? No solo me había dejado, también Ayden. Mi hijo estaba
destrozado. Yo estaba... bueno, realmente no lo sé. ¿Estaba desconsolada? Sí.
¿Devastada? Sí. ¿Todavía estoy locamente enamorada de alguien que no siente lo
mismo por mí? Parecía así. ¿Lo tomé por sentado? Solo él puede responder eso, pero
no lo hará. No responde mis llamadas telefónicas ni devuelve mis mensajes de texto.
He estado aquí, esperando por una razón, en una llamada que nunca llegó. ¿Qué tan
tonta me hace eso? Todavía estoy enamorada, pero estoy enamorada sola.

Pero mi vida continúa. Mi día consiste en levantarme, preparar a Ayden para la


escuela, dejarlo y luego ir a trabajar. Después del trabajo, recojo a Ayden y me voy a
casa. Cocino el té, hago los deberes con él, lo preparo para la cama y luego me
acomodo para ver un poco de televisión sin sentido. El ciclo se enjuaga y repite todos
los días. Hago lo que hay que hacer, pero en el fondo de mi mente, Drake siempre está
presente. Muchas personas señalan que solo eres feliz hasta que no lo eres. Nunca se
sabe cuánto tiempo tienes con una persona. Siempre he creído en tu único amor
verdadero. No estoy segura de tener almas gemelas, sino amantes, mejores amigos, eso
es lo que éramos. Cuando una relación termina, terminas cuestionando todo. Te
preguntas si estuviste tan cerca como creías que estabas, ¿realmente se querían tanto
como pensabas? ¿Qué es el amor? Los científicos dicen que se trata de los químicos en
su cerebro. Tu corazón no siente nada Al menos tu corazón anatómico no tiene nada
que ver con el amor. Pero cuando estás enamorado, piensas que lo sientes en tu
corazón. Drake logró abrirse paso entre el mío, o al menos eso pensé. Pero todo está
en el cerebro. Son tus hormonas las que crean estos sentimientos. O eso dicen.

Quiero dejar de sentirme tan lastimada. Pero es más fácil decirlo qué hacerlo. No
puedes simplemente presionar un interruptor y dejar de amar a alguien. Las opiniones
de las personas sobre cómo avanzar varían. No siempre significa que tienes que
encontrar a alguien más. Puedes ser soltero, encontrar tu propia fuerza. En todo caso,

112
eso es lo que he tratado de hacer. Intenté ser mamá y papá con Ayden. Ha sido una
lucha algunos días, pero he estado haciendo todo lo posible para que funcione.

Me desperté una mañana y decidí que era hora de un cambio. Tuve un raro día
libre del trabajo y decidí ir a la ciudad. Le envíe un mensaje de texto a Nicky para ver
si ella estaba lista para ir de compras y estaba muy dispuesta a venir.

—¿Y qué es lo que buscas? —Nicky me preguntó mientras miraba a través de los
estantes de ropa en una de nuestras tiendas favoritas.

—Todavía no lo sé. Solo me apetece un cambio. He estado pensando que tal vez
dejé mi apariencia desde que tuve Ayden y me gustaría hacer algo al respecto.

—¿Déjate a ti misma? ¿Estás loca? Eres hermosa —dijo malhumorada mientras


tomaba una blusa de uno de los estantes y me lo tendía.

—Solo creo que es hora de un cambio, Nic. Quiero actualizar mi guardarropa. Eso
no es tan malo, ¿verdad?

—No, por supuesto que no, pero te ves genial. Tienes un gran sentido del vestir.
Tienes una hermosa figura. Cualquier hombre sería tonto por no enamorarte de ti.

—Esto no se trata de un hombre —le contesté con énfasis.

—No dije que lo era, Anna. Mira, quieres ropa nueva, genial. Simplemente no
quiero que pienses que hay algo que debes cambiar sobre ti misma. Eres hermosa por
dentro y por fuera.

—Gracias —respondí, colgando la blusa después de decidir que no era para mí—.
Solo creo que un cambio de imagen no dolería. Siempre me estás diciendo que debería
sentirme bien conmigo misma y creo que tienes razón. Pero la forma en que me sentiré
mejor es con algunos cambios.

—Bien, es tu vida. Me ocuparé de mis propios asuntos.

Ojalá a ella le importara sus propios asuntos a veces, pero sé que solo me está
cuidando.

113
—Sé lo que estás pensando, Nic. No soy estúpida. Crees que no debería
cambiarme por un hombre. Que un hombre debería amarme por quién y qué soy. Y
tienes razón. No estoy cambiando nada por un hombre, estoy haciendo esto por mí.

—Bueno, si estás segura.

—Lo estoy.

Compramos durante bastante tiempo y luego fuimos a almorzar. Apesadumbrada


por las muchas bolsas de ropa y zapatos que había comprado, necesitábamos
detenernos y descansar nuestros pies. Probablemente iba a tener una ampolla o dos,
habiendo decidido ir de compras en tacones en lugar de zapatos planos como lo haría
normalmente.

Después de haber disfrutado de un delicioso almuerzo, fuimos a algunas tiendas


más donde pasé un tiempo seleccionando un nuevo maquillaje y un nuevo color para
teñir mi cabello. También fui a una tienda de tatuajes para obtener un piercing de
andamios en mi oreja derecha y reservé mi próximo tatuaje. No le dije a Nicky el
significado detrás del tatuaje, sino que era para conmemorar los años que había pasado
con Drake. Elegí una hermosa flor y pedí que se colocara en mi muslo. De esa forma,
nadie lo vería a menos que me vieran desnuda y nadie sabría lo que significaba a
menos que decidiera contárselo.

Nos fuimos a casa y recogí a Ayden de la escuela. Después de ayudarlo con su


tarea, agarré un par de guantes de látex y abrí la caja de tinte para el cabello.

Media hora más tarde, tomé una ducha y emergí con cabello morado oscuro.

Me miré en el espejo y sonreí. El color me convenía y estaba feliz de haber hecho


el cambio. Le había dicho a Nicky la verdad, no estaba cambiando por un hombre,
estaba haciendo estos cambios por mí. Cuando Ayden estaba metido en la cama, revisé
algunas de mis prendas viejas y las metí en una bolsa para llevarlas a una tienda de
caridad. Había algunas prendas de las que no podía soportar separarme, cosas que
Drake me había comprado a lo largo de los años, así que las doblé ordenadamente y
las puse en un cajón.

En la escuela a la mañana siguiente, estaba esperando que el maestro de Ayden


abriera la puerta de su clase cuando alguien habló detrás de mí.

—Me gusta el color —dijo.

—¿Perdón?

114
Me volví para mirar al tipo que había hablado.

—Tu cabello... El morado realmente te queda bien.

—Gracias.

Me sonrojé y me volví hacia Ayden, dándole un abrazo y un beso antes de que


entrara al salón de clases.

Una vez que volví al automóvil y me dirigía al trabajo, me sonreí. Recibir un


cumplido de alguien se sintió bien. No importaba que fuera alguien con quien
normalmente no hablaba. No importaba que fuera un hombre el que lo dijera. Lo que
importaba era que alguien pensara que el cambio que había hecho se veía bien. Quiero
decir, importaba más lo que pensaba, pero fue lindo saber que los demás estuvieron de
acuerdo en que me convenía.

Al entrar a la oficina, hubo un murmullo alrededor de la sala y la gente siguió


mirando en mi dirección.

—¡Guau! —Nicky exclamó mientras me sentaba en mi escritorio al lado de ella.

—¿Qué...?

—Bueno, cuando dijiste que querías hacer un cambio, realmente lo decías en serio.

—Sí, lo hice. Si tienes un problema con eso...

—Por supuesto que no. —Me interrumpió a mitad de la frase—. Creo que se ve
muy bien. Te queda muy bien. Es solo que... bueno, es diferente. Eso es todo.

—Sí, bueno, diferente es lo que estaba buscando. A mí realmente me gusta el


color. No es demasiado brillante y en tu cara. Está oscuro, con sutiles toques de
púrpura bajo ciertas luces.

—Es solo que eras pelirroja antes y ahora, es más oscuro y… bueno, eres tú
misma.

Gracias. ¿Ahora podemos ir a trabajar? le pregunté cuando encendí el monitor


de mi computadora y entré al sistema.

115
Después de un largo día de trabajo, fui a recoger a Ayden y me dirigí a casa.
Realmente necesitaba relajarme y ver un poco de televisión horrible. Hice la lasaña
para el té y me serví un pequeño vaso de vino, luego salí volando frente a la tele y
encendí los canales, buscando algo para entretenerme. Nada particularmente me
gustaba, así que puse mi recopilatorio de Prison Break. Nada como una dosis de
Michael Scofield para alegrar el día de una chica.

—Mami, me gusta tu cabello morado. Siempre eres bonita, pero me gusta porque
es mi color favorito.

Sonreí ante el cumplido de Ayden mientras lo metía en la cama. Le di un beso de


buenas noches y volví a Michael Scofield.

116
Capítulo 22

Drake
Querido Diario.

Realmente Zeke se metió debajo de mi piel hoy. Dice que debo de decirle todo a Cariad.
Piensa que debería ser honesto y cargarla con mis problemas. No pude estar menos de
acuerdo. Ella no merece ser hundida conmigo. He estado en rehabilitación por meses ahora
con ningún contacto con ella o mi hijo. ¿El doc sabe lo difícil ha sido para mí? Bien, puedo
decirles que ha sido casi imposible. Tengo mi celular en mi mano a veces y me desplazo a
través de las fotos que he tomado. Hay fotos de Anna, Ayden y mi familia. Fotos que me
hacen sonreír, algunas de ellas me hacen reír, otras que me acercan a las lágrimas. Tengo
una foto de Anna en el día de nuestra boda, una foto que tomé cuando ella no estaba
mirando y ella se ve radiante. La extraño tanto que hace que mi corazón duela. Echo de
menos tanto a Ayden que se siente como si mi corazón ha sido arrancado, saltando de alegría
y entonces sustituido por uno magullado y apenas latiendo.

También me desplazo por los contactos. Veo su nombre allí y quiero presionar el botón
de llamada. Quiero escuchar su dulce y melódica voz. La quiero para calmar mis nervios
agitados. Pero no puedo hacer eso. No es justo. Sé que lo estoy haciendo bien con mi
rehabilitación. Sé que he recorrido un largo camino y ahora estoy sobrio. Más sobrio que
nunca he estado. Pero todavía no es justo para Anna que la agobie con todo esto. Quería una
explicación, algo que no estoy seguro de que pueda dar. No estoy exactamente seguro de que
pueda explicármelo a mí mismo, mucho menos a ella. Siempre he sido capaz de decirle
cualquier cosa. Le dije sobre Rachel y Morgana, incluso cuando no podía decirle a nadie.
Pero no puedo decirle esto. ¿Por qué? Porque me da vergüenza. Yo me he defraudado, he
defraudado a mi familia y he dejado a mi esposa y mi hijo, abandoné a todo el que me ama.
¿Por qué lo hice? Porque soy un alcohólico. O un alcohólico en recuperación ahora. Pero
todavía, el hecho de que ella está casada con un borracho… que no es algo que quería que
ella supiera… todavía. ¿Nunca podré enfrentarla y decirle la verdad? Espero que algún día.

Quiero ir a casa, pero ya no tengo casa. Así que ¿a dónde voy desde aquí? Tengo un
nuevo padrino alineado para cuando me vaya. Su nombre es Amelia. Me he encontrado con

117
ella una vez… parece bastante agradable. Ojalá mi padrino fuera un chico, pero estoy seguro
de que ella va a estar bien. Creo que voy a tener que buscar casa para rentar en algún lugar.
En un mundo ideal, regresaría con Anna, confesaría todo y ella me aceptaría de regreso.
Pero soy realista y sé que no va a suceder. También, en un mundo ideal, podría estar viendo
a Ayden, incluso si estaba viviendo en algún otro lugar. Pero sin nada que decirle a mi
hermosa, pelirroja esposa, ella no me dejaría verlo. Estoy seguro de eso. Quiero decir, la dejé
sin una explicación y eso quiere decir que ella salió gravemente herida. No quise decir que
esto pasó de esa manera, pero no podía decirle la verdad y no podía mentirle. Así que no dije
nada en absoluto. Soy un cobarde. Eso significa que tampoco llego a ver a mi hijo. Dios, soy
tan imbécil. ¿Por qué no me han crecido un par y le digo todo? O al menos algo. Debí de
haber inventado una razón suficientemente buena, no poner la culpa de mí dejándola en ella,
pero con una razón ella pudo hacerle frente. No, debí decirle la verdad. Aun debería. Lo
haré. Pero no ahora. Es egoísta, pero necesito que mi cabeza esté bien antes de confesar todo.

De todas maneras, puedo sentir el ansia de sacar. Por lo tanto, voy a cerrar sesión ahora
y poner la pluma en el papel. O lápiz, en este caso.

Más tarde.

Drake.

Cierro sesión en mi MacBook después de escribir en mi diario y recoger mi lápiz y


mi cuaderno de bosquejo. Camino hacia la ventana y miro hacia fuera. No tengo idea
de qué dibujar. Así que me siento en el sillón en la esquina de mi cuarto y cierro los
ojos. Detrás de mis párpados veo un hermoso pelo rojo balanceándose en una brisa.
No, no es una brisa, se está moviendo mientras ella baila. Mi Cariad, mi Anna baila
conmigo con nuestra canción de boda, Chasing Cars. Ella se ve hermosa, más hermosa
de lo que ella siempre ha sido. Su vestido es largo hasta el piso con su cauda fluyendo.
Tiene un encaje atrás, algo así como un corsé. El encaje es de color púrpura, su color
favorito. Teje su camino debajo de su blusa y hacia la cintura. El color es un bello
contraste contra el vestido color crema que eligió. A medida que gira, veo la parte
delantera de su vestido; un escote en forma de corazón, o eso me han dicho, unos
diamantes brillan por encima de su generoso escote… se adapta a su cuerpo
perfectamente. Ella tiene la figura perfecta de reloj de arena y el vestido acentúa sus
curvas.

Abro mis ojos y empiezo a dibujar lo que veía.

La imagen toma forma y no puedo evitar sonreír. Me gustaría tener más que un
lápiz así podría sombrear su exquisito cabello rojo que ella tiñe. Una gota de agua cae
en la página y la quito, pero otra ocupa su lugar cuanto antes. Dejo lo que estoy

118
haciendo y me doy cuenta de que no era agua, eran mis lágrimas. Ni siquiera me di
cuenta de que estaba llorando, no puedo recordar la última vez que lloré excepto
cuando dejé a mi familia esa noche.

Bajé mi cuaderno y me levanto para estirar mis piernas. Decido ir al gimnasio por
primera vez desde que llegue aquí. Zeke me había dado un pase en caso de que
quisiera ir, pero no hubiera sido molestado con un gimnasio en casa, así que no podía
verme a mí mismo usándolo. Me cambio en pantalones de chándal y una camiseta,
luego me dirijo al saco que está diciendo mi nombre.

Su risa resuena en mis oídos, la imagen de su rostro se burla de mi visión mientras


golpeo el infierno fuera del saco de cuero. ¿Qué en la tierra está mal conmigo? ¿Por
qué tuve que ser un idiota de clase A? Mi Cariad no merece esto. ¿Y en cuanto a
Ayden? Siempre ha sido el centro de mi mundo. Es solo un niño y él, seguro como el
infierno no merece esto, especialmente no después de que hijo de puta de su biológico
padre renunció a él antes de que naciera. Camino de regreso a mi cuarto y tomo mi
celular. Me desplazo por mis contactos hacia Cariad y mi dedo se desplaza sobre el
botón de llamada. ¿Qué le debería de decir? ¿Por dónde empiezo? ¿Cómo las palabras
podrían expresar lo que ha sucedido y lo que siento por ella? ¿Soy mejor dejándola en
paz? Nunca quise ser parte de su mundo, ella es demasiado buena para mí.

119
Capítulo 23

Annalise

J
ade y Nicky lograron convérseme para salir con ellas nuevamente.
Personalmente, no le hallaba sentido, pero las chicas fueron firmes en su
decisión. Meghan estaba demasiado feliz que ni siquiera le importaba cuidar
de Ayden mientras yo salía. Ella también pensó que era tiempo de dejar mi cabello
suelto. Exactamente no estaba diciéndome que debería salir y conocer a alguien más
todavía estaba casada con su hermano de todas formaspero ella quiso que tuviera
un poco de diversión. ¿Y qué mejor manera de divertirse que con una noche de chicas?

Decidí usar mi PVN2 después de todo, ¿qué chica no tiene en su guardarropa el


viejo y confiable vestido negro? Me duché y luego alisé mi cabello antes de deslizarme
en mi vestido y sentarme en mi tocador para aplicar mi maquillaje.

Una última mirada en el espejo y dejé mi habitación para servirme un pequeño


vaso de vino antes que las chicas llegaran. Terminé mi vaso de vino y estaba a punto
de servirme otro cuando el timbre sonó.

—Hola —dijo Nicky cuando besó mi mejilla y caminó hacia el pasillo.

—Hola, bebé —dijo Jade mientras la siguió.

—Bueno, ¿no te ves sexy en ese vestido? —dijo Nicky cuando observó mi
vestimenta.

Me reí y ella me observó, levantando una ceja en mi dirección.

—¿Qué? Lo haría contigo. Tú sabes… si estuviera esa inclinación —dijo ella


mientras sacaba un vaso del armario de la cocina y lo llenaba hasta la mitad de vino.

—Bueno, ¡Gracias por el cumplido!

—Ella tiene razón. Te ves muy sensual, bebé —sentenció Jade.

—Gracias.

2
PVN: Pequeño vestido negro.

120
Me sentí un poco desconcertada por la evaluación de Nicky sobre mi atuendo. No
quería lucir tan sensual. Solo iba por lo razonable, presentable. No quería llamar la
atención, solo quise encajar con las chicas. Ellas siempre lucían geniales y no quería
sobresalir como un pulgar dolorido por vestirme sin estilo.

—Toma, bebe esto —dijo Nicky mientras empujaba un vaso en mi dirección.

—¿Qué es esto? —pregunté mientras tomaba el vaso que extendió hacia mí.

—Jack Daniel y soda de cereza —contestó mientras tomaba un trago de su propia


bebida.

No la había visto buscar el JD y la soda. Supongo que había estado demasiado


ocupada preocupándome acerca de lo que diría de mi atuendo. Ella le entregó a Jade
una botella de sidra que había en mi frigorífico e hicimos nuestro camino hacia la sala.

—Entonces, ¿A dónde vamos a ir? —pregunté mientras le daba sorbos a mi


bebida.

—Bueno, pensamos que podríamos ir al renovado bar de cócteles en la ciudad.


Escuchamos que se expandieron, así que el lugar es más amplio y ahora tiene un
ambiente más de un club. ¿Qué piensas? —preguntó Jade.

—¿Te refieres a The Orchid Lounge?

—Sí. ¿Eso te parece bien?

Me tragué las memorias de lo que había pasado la última vez que había estado allí.
Fue hace mucho tiempo, pero había una pequeña posibilidad de encontrarme de nuevo
con él.

—Seguro.

Tragué el resto de mi bebida y llamé a un taxi. Diez minutos después, estábamos


de camino.

Nos detuvimos frente al bar y la primera cosa que noté fue que el nombre había
cambiado. The Orchid Lounge ahora se llamaba Lust. Sentí un breve parpadeo de una
sensación atravesar mi cuerpo mientras observaba el nuevo nombre.

Nicki pagó el taxi y nos pusimos en la cola detrás de las cuerdas rojas. Mientras
nos aproximábamos al portero en la puerta frontal, empecé a la jalar el borde de mi
vestido hacia abajo, todavía pensando en el comentario de Nicky de más temprano.

—Damas —dijo él mientras asintió con su cabeza ligeramente—. ¿Puedo ver sus
identificaciones por favor?

121
Le mostramos nuestras identificaciones y nos permitió ingresar al bar. Las chicas
estaban en lo cierto, el sitio había sido renovado. Había estado relativamente nuevo
cuando habíamos venido, o eso pensé, pero el letrero sobre el bar decía “Bajo Nuevo
Administración”. Caminamos hacia el ya abarrotado bar. Para solo ser las 8:30 pm
estaba bastante concurrido. Sin embargo, el personal del bar parecía ser muy eficiente,
no pasó mucho tiempo antes que nos sirvieran nuestro pedido.

—¿Deberíamos ver si podemos encontrar un lugar para sentarnos o nos dirigimos


hacia la pista de baile? —preguntó Nicky. Aunque ella nunca quisiese bailar.

—¿En estos tacones? Por favor, chica, necesito sentarme. Quizás podamos bailar
cuando me quite estos zapatos. —Rio Jade. Supongo que ya estaba un poco intoxicada
por las bebidas que aparentemente consumió en la casa de Nicky y luego en la mía.

Después de caminar por los alrededores por un tiempo, fuimos capaces de


encontrar un lugar para sentarnos. Jade rápidamente se quitó sus zapatos y sobó sus
talones. Me reí un poco y me dio un codazo en las costillas. Nos sentamos y bebimos
nuestra primera ronda antes que Nicky, finalmente, se saliera con la suya y nos llevara
a la pista de baile. El club se estaba llenando y más personas se dirigían hacia la pista
de baile, así que decidí que era tiempo para un cigarrillo. Me deslicé fuera y encendí
uno, inhalando profundamente. Luego de desechar la colilla, me dirigí hacia las chicas
de nuevo.

Bailamos un poco más antes de conseguir otra ronda de bebidas y sentarnos para
descansar. La música en el lugar no era la mejor, parecía que estuvieran reproduciendo
música pop, cosas modernas que no entendía. Se supone que la música sea acerca de
las letras, las canciones deberían significar algoal menos eso es mi granito de
arenaPero ¿qué sé yo?

Luego de beber e incluso bailar más canciones que no me agradaban, me dirigí


hacia afuera para fumar un cigarrillo. Caminé cerca de la cabina del DJ para llegar a la
salida y juré que mis ojos estaban engañándome. Cerré la puerta detrás de mí y
encendí el muy necesitado cigarrillo.

—Realmente eres tú —dijo una voz detrás de mí, haciéndome saltar.

Me volteé para ver quién era el que había hablado y sentí mi estómago caer. Mis
ojos habían estado diciéndome la verdad después de todo, James era el DJ.

—¿No te extrañaran allá dentro? —pregunté, deseando que se alejara.

—No, puse el reproductor automático en mi computadora —contestó él mientras


sus ojos me recorrían de la cabeza a los pies.

—Oh.

122
No sé qué decirle a este sujeto. Había estado tan segura de que nunca lo volvería a
ver.

—Te ves… no hay palabras. Te ves increíble.

—Gracias —repliqué mientras siento el sonrojo cubrir mis mejillas.

—No te había visto desde la primera vez que nos conocimos. Asumí que estuviste
aquí por un tiempo hasta que no te vi de nuevo.

—¿Has estado muy seguido por aquí desde esa vez?

Estaba curiosa de saber si él visitaba el lugar con la esperanza de verme de nuevo o


simplemente era un cliente regular del lugar.

—Soy el DJ residente ahora. La nueva administración adquirió el lugar unas


semanas después de que nos conocimos. Ellos me dieron el trabajo.

—Oh, genial. ¿Por favor, dime que no te gustan las cosas que tocas?

—¿Esa mierda? ¡De ninguna manera! ¿Acaso estás loca? La lista de éxitos no es mi
estilo. Es lo que me pagan por tocar. —Se burla de mí con una ofensa fingida y me reí.
Era realmente lindo, especialmente cuando actuaba todo tonto.

—¿Entonces que te gusta escuchar? —pregunté.

De hecho, quería saber más acerca de este sujeto.

—Podría decirte, pero luego tendría que matarte.

—Bueno, entonces al menos moriría sabiendo que no escuchas esa basura de


música pegajosa.

Tuvo una crisis de risa ante mi pobre réplica.

—Está bien, bueno tal vez sean de antes de tu tiempo, linda dama, pero realmente
me gusta New Model Army. También Elvis Costello, Nine Inch Nails, Green Day,
Depeche Mode, Divisionbarra New OrderThe Cure. Puedo seguir todo el día,
pero no lo haré. ¿Qué hay sobre ti? ¿Qué escuchas si no es la última lista de éxitos?

—Bueno, con los que podemos estar de acuerdo son Depeche Mode, The Cure, y
New Order, pero no cuando eran Joy Division. Green Day también son bastante
buenos, pero no puedo soportar Nine Inch Nails. Elvis Costello hizo como una buena
canción, She, y New Model Army no son lo mío. También me gusta escuchar a The
Smiths y a Morrissey. Pero me gustan los viejos éxitos como Duran Duran y la música
cursi de los 80s cuando quiero bailar.

123
—¿No me digas que te gusta Chesney Hawkes y todo ese tipo de cosas?
preguntó él mientras su rostro se dividía en una sonrisa enorme.

—Bueno, tal vez. Deja de burlarte. Por lo menos no es Miley Cyrus o Britney
Spears.

—Supongo que es eso. Tengo que decir, pensé que tenías buen gustodurante dos
minutos, hasta que mencionaste esa mierda. —Esta vez se inclinó riéndose de mí.

—Bueno, tengo algo de gusto. Pero tengo que confesar, si vieras mi iPod, te
partirías de risa.

—¡Dime! —dijo mientras los dos encendíamos otro cigarrillo.

—Bueno, ahí está Taylor Swift... Lo sé, lo sé... no me mires así... entonces hay un
auténtico viejo de oro, Rick Springfield. También tengo una vieja basura de bandas de
chicos como Westlife, Boyzone y Blue.

Dejé de hablar porque estaba doblado riéndose de mí. —Bueno, todos tenemos
nuestros placeres culpables —dijo y me guiñaba un ojo mientras dejaba de reír.

—Dime uno de los tuyos, ya sabes, si todos los tenemos.

—Ooh, ¿qué voy a confesar y qué tendrá que averiguar ella por sí misma? —Él me
dio un codazo en las costillas mientras aplastaba su cigarrillo.

—Dime unasolo una banda por la que tus amigos se reirían de ti si supieran que
las tenías en tu iPod.

—Thirty Seconds to Mars —espetó.

—Bueno, ¡resulta que me gustan!

—A mí también, pero son como el límite para mí. No me gusta la música pop, y
los clasifico como un tipo de pop. Sé que tienen la intención de ser una banda de rock.
—Hizo comillas en el aire alrededor de la palabra rock—, pero no son exactamente lo
que yo llamo rock. Bueno, tal vez cock-rock como Bon Jovi.

—¡Oye! —exclamé mientras le pegaba en el brazo con mi cartera de sobre.

—¿Qué?

—En realidad me gusta Bon Jovi. Los he visto un par de veces a lo largo de los
años.

124
—Bueno, podemos tener nuestras diferencias. Dicen que los opuestos atraen
dijo él mientras se deslizaba un brazo a mi alrededor.

—No lo creo —le contesté.

Sentí mariposas en mi estómago mientras su mano rozaba mi brazo. Mi piel


estalló en piel de gallina por el contacto.

—Bueno, será mejor que vuelva dentro, de lo contrario se preguntarán por qué me
están pagando —dijo James en un tono que podría pensarse que estaba cabreado.

—Oh. Bien.

No podía pensar en ninguna manera de mantenerlo hablando más tiempo. Él tenía


una voz que podía hacer a una mujer debilitar sus rodillas y me encantaba escucharlo.

—Ven a la cabina de DJ si lo deseas. Quiero decir, es más difícil ser escuchado,


pero... —Se apagó mientras abría la puerta de nuevo dentro de Lust.

—Claro. ¿Tocas peticiones? Yo podría tener que pedir algo de Bon Jovi.

—No, no lo hago. Por esa precisa razón... nah, solo bromeando. Me pagan por
tocar esta porquería, pero puedo hacer peticiones. Pero no Bon Jovi... ni siquiera por
ojos tan hermosos como los tuyos.

Lo seguí de nuevo dentro del bar y me escapé para encontrar a las chicas. No me
di cuenta de cuánto tiempo me había ido hasta que miré mi reloj.

Capturando un vistazo de las chicas en la pista de baile, fui a tomar otra ronda en
el bar y luego me uní a ellas para un baile. Hablar con James me hizo sentir relajada y
teniendo un buen momento. ¿Quién dijo que estar soltera tenía que apestar?

Bailamos hasta que nos dolían los pies y volvimos a nuestro stand para
refrescarnos.

—Te fuiste por mucho tiempo. ¿Fumaste un paquete entero? —preguntó Nicky
cuando se sirvió una copa de vino de la botella sobre la mesa.

—No. Solo me quedé hablando, eso es todo.

Sentí que mis mejillas empezaban a calentarse y esperaba que las chicas no lo
notaran en la iluminación del bar, pero Nicky siendo el sabueso que es golpeó justo en
el clavo.

—Oh, Dios mío. Él estaba aquí, ¿no?

125
—¿Quién? —preguntó Jade.

—Él. Ya sabes, él que ella besó —exclamó Nicky, agitando a Jade, desesperada
porque yo derrame los frijoles.

—¿Qué pasa si digo que sí?

—Te preguntaría si lo besaste de nuevo. ¿Y si conseguiste su número esta vez?

—Damas y caballeros, me preguntaron si toco peticiones, así que aquí está una
para una cierta dama con los ojos más hermosos. —Vino la voz de James sobre el
micrófono.

Las barras de apertura de “A Question of Time” comenzaron a reproducirse. Pensé


que era una elección oscura, teniendo en cuenta que no es una de las canciones más
recientes de la banda, pero no me estaba quejando. Sin embargo, sentí que mis mejillas
ardían aún más, sabiendo que esta canción estaba siendo tocada para mí.

—¿Eres tú... la dama con los ojos hermosos? —preguntó Nicky, emocionándose.
Ella literalmente aplaudió con sus manos y bailó alrededor de la mesa.

—Lo besaste, ¿cierto? —preguntó ella acusadoramente, moviendo su dedo en mi


cara.

—¡No lo hice!

—¿Eres ciega, estúpida o loca? Está totalmente interesado en ti. Es caliente. Tiene
músculos, oh, Dios, sí que tiene músculos. Él es modelo de portada de libro magnífico.
¿Al menos intercambiaron números?

Una mirada a mi rostro le dio toda la respuesta que necesitaba.

—¡Oh, Dios mío! Chica, no me hagas ir como en la secundaria y preguntarle por


ti. Intercambien números. Ve a tomar algo con él en algún momento. No puede hacer
daño, ¿verdad?

—Recuerdas que estoy casada, ¿verdad? —pregunté mientras movía mi mano


frente a su cara.

No he podido obligarme a quitarme los anillos.

—Te dejó, Anna. Él ha estado fuera de contacto durante meses.

Ella me agarró del brazo y empezó a arrastrarme hacia la cabina de DJ. Traté de
plantar mis talones, pero el suelo era demasiado resbaladizo y casi aterricé en mi culo

126
en su lugar. Nicky me empujó a través de la gente en la pista de baile mientras la
canción terminaba.

—Y eso, amigos, era una canción para...

Él dejó de hablar mientras me veía delante de la caseta.

—Anna —susurró mi nombre mientras sus ojos hacían contacto con los míos.

127
Capítulo 24

Drake

N
o sé cuántas veces levanté mi teléfono, solo para volver a bajarlo. Casi lo
arrojé al otro lado de la habitación, pero eso hubiera sido inútil. En
cambio, recogí mi Kindle y comencé a leer A Game of Thrones por enésima
vez. Leí todo el libro sin más impulsos.

Dibujé un poco más e hice todo lo posible para no dibujar nada relacionado con
mi Cariad o Ayden. Dibujé un par de posibles nuevos diseños de tatuajes. No había
tenido ninguno antes de conocer a Anna, pero ella había estado conmigo cuando me
hice el primero y había desarrollado un gran interés por ellos. Tengo varios ahora, pero
no en lugares dónde se les pueda ver en el trabajo. Dios Todopoderoso, trabajo. Ha
pasado un tiempo desde que pensé en volver. ¿Qué haría ahora? Había obtenido una
excepción especial para regresar cuando estuviera recuperado, pero ¿cuánto tiempo
más durará? No tengo las respuestas, tanto como desearía tenerlas.

Zeke dice que no es obligatorio para mí estar aquí, pero cree que debería quedarme
mientras yo sienta la necesidad. No siento el impulso tan fuerte de beber como lo hice
antes de venir aquí, o como lo hice en los primeros días de mi rehabilitación. Pero no
puedo decir que no sentiré las ansías cuando salga de aquí.

Por otra parte, no puedo quedarme aquí para siempre. No puedo confiar en tener a
Zeke al teléfono las veinticuatro horas del día, incluso mi patrocinadora, Amelia, no
puede estar allí todo el tiempo. Entonces, ¿qué hago en esos momentos "intermedios"?
Supongo que lo resolveré cuando salga de aquí.

Estoy bien en mi camino de obtener mi próxima ficha de sobriedad. He estado


marcando los días en un calendario que Zeke consiguió para mí. El calendario también
sirve como un recordatorio de cuánto tiempo he estado lejos de mi familia. También
me consiguió un rosario después de recoger el suyo en su oficina y preguntarle al
respecto. Me aferro a él en tiempos de contemplación. Nunca he sido de los que rezan,
nunca he sabido si realmente creo que hay un Dios o no. Para ser honesto nunca he
pensado mucho en ello. Pero el rosario es un consuelo físico donde no tengo nada más.

Estoy tan absorto en el segundo libro de Game of Thrones que casi no escucho mi
teléfono sonar. Me revuelvo para encontrarlo y cuando veo el nombre en la pantalla,
presiono el botón de rechazar. He estado esquivando llamadas de mi familia y amigos

128
desde que recuperé mi teléfono. Cuando salga de aquí, quiero contarles todo, pero no
es una conversación que se pueda tener a través del teléfono.

Hay un golpe en mi puerta y me pongo de pie para abrirla. Me hago a un lado y


Zeke entra con una mujer detrás de él.

—Oye, Drake, ¿cómo te va? —pregunta Zeke mientras me da la mano.

—Oh, ya sabes, simplemente he estado sentado con mi Kindle, evitando recibir


llamadas telefónicas de mi hermano.

—Ah, sabes, eso se va a volver más difícil —dice mientras se sienta en el sillón, su
lugar habitual cuando me visita en mi habitación.

—Lo sé.

Froto una mano sobre mi cara, la barba de un día arañando mi palma.

—Bueno, no hablemos de eso. Quería que conocieras a Amelia.

Miro en dirección a la rubia mujer que siguió a Zeke a mi habitación. Le ofrezco


una sonrisa breve.

—Hola, Drake, es un placer conocerte. —Extiende su mano para estrecharla con


la mía y la agito débilmente. Puedo decir con solo mirar a esta mujer y por la única
oración que salió de su boca que va a ser muy feliz para mí y burbujeante.

—Hola, Amelia. Estoy encantado de conocerte también.

Esta mujer fue designada para ser mi patrocinadora3 cuando salga de aquí, pero
podría preguntarle a Zeke si puede encontrar a alguien más. Ella tiene un aire de rubia
tonta sobre ella. Se ve como una muñeca Barbie, toda divertida y jovial, con un escote
generoso, y vestida con pantalones cortos de mezclilla rotos, una blusa rosa y
sandalias. No parece ser la más seria de las personas. Lo sé, nunca juzgues un libro por
su portada y todo eso, pero simplemente no puedo lidiar con una rubia tonta con una
personalidad entusiasta.

—Solo pensé que ustedes dos deberían conocerse —dice Zeke mientras se pone de
pie.

—Está bien —le respondo mientras le echo un vistazo y luego vuelvo a mirar a
Amelia.

3
Patrocinador(a): Alcohólico que ha hecho progresos en la recuperación y opta por compartir su
experiencia con otros alcohólicos intentando mantener la sobriedad. Es un apoyo adicional para alguien
que intenta superar el abuso de alcohol. Es un amigo, confidente y mentor.

129
Zeke me dijo que es una chica agradable y que será una buena candidata como mi
patrocinadora, pero nunca la he visto hasta ahora. Estoy empezando a preguntarme
por qué pensó que ella sería una buena opción. No recuerdo haberle dado la impresión
de que me gustan las rubias entusiastas.

—¿Qué dices si vamos por una bebida a la cafetería y charlamos? —pregunta


Amelia mientras mira entre los dos.

—Parece una buena idea, los dejo para que se conozcan —dice Zeke mientras se
mueve para salir de la habitación.

—Genial. Gracias, Zeke. Hasta luego.

Solo la forma en que esta mujer habla me pone de los nervios. Sin embargo, al
estar atrapado con ella por el momento, tendré que darle una oportunidad.

Me levanto y me dirijo hacia la cafetería, acompañado de Amelia. Ella trata de


hacer una pequeña charla, pero la recompenso con silencio. No soy del tipo silencioso
y pensativo, simplemente no quiero hablar. La cuestión es que he podido hablar con
Zeke desde que llegué e incluso hablo en sesiones grupales ahora, pero no conozco a
esta mujer de Eve y tengo poco que decirle.

Tomamos una bebida fría y nos dirigimos hacia la puerta del patio que conduce a
los hermosos jardines de aquí. No quiero llevar a esta mujer a mi habitación. No me
gusta la idea de estar solo en una habitación con ninguna mujer, excepto con mi
Cariad.

—Es precioso aquí, ¿verdad? —pregunta Amelia, dirigiéndose hacia un banco bajo
el sol.

—Sí, lo es. Me gusta estar aquí cuando el clima típico británico me permite dar un
paseo afuera.

—Zeke me dijo que te gusta dibujar y vienes aquí en busca de inspiración.

No sé qué parte de esa oración es la que me pone de los nervios. No me importa


que Zeke sepa de mis bosquejos, pero no me gusta que una total extraña conozca de
mis asuntos.

—A veces. —Es todo lo que digo en respuesta.

—Oye, Drake, sé que no nos conocemos muy bien, pero ese es el punto de hablar.
Se supone que debemos conocernos el uno al otro un poco. Pero tengo la sensación de
que no quieres hablar conmigo. Lo cual está bien, pero vas a tener que aprender a
confiar en mí si voy a ser tu patrocinadora.

130
Escucho la seriedad en su tono por primera vez desde que nos conocimos. Sé que
lo que dice es verdad, pero no estoy preparado para abrirme a ellatodavía no.

—Lo siento. No soy del tipo silencioso y pensativo. Simplemente me cuesta


mucho abrirme a las personas.

Nos sentamos en silencio, disfrutando de la luz del sol por unos minutos más antes
que ella vuelva a hablar.

—Sé un poco sobre ti gracias a Zeke, así que no necesitas confesarme tus pecados.

—¿Pecados? —interrumpo.

—Lo siento, es solo una frase. Sé que no has hecho nada malo. Solo quise decir
que no tienes que sentarte aquí y abrirme tu corazón.

—Oh.

Un suspiro de resignación emana de mi pecho. Supongo que es mejor sacarlo


todo, aunque ella dice que no es necesario. Si ella va a ser mi patrocinadora, necesita
saber todo, para poder ayudarme cuando salga de aquí, lo cual debería ser cualquier
día. No puedo esconderme detrás de medias verdades si quiero seguir adelante.

—Lo siento. No me resulta fácil hablar sobre mis emociones.

—Y eso está bien —dice, ofreciendo una pequeña sonrisa—. No te haré hablar de
nada de lo que no quieras hablar. Solo quiero que sepas que puedes venir conmigo.
Estoy aquí para hablar, o para escuchar... lo que sea que necesites.

—Es solo... extraño... emociones... —Me cuesta formar mis pensamientos en


oraciones completas.

—Está bien, ¿qué tal si te cuento un poco de mi historia y luego tal vez te sientas
más a gusto... con el tiempo?

Nos sentamos por un par de horas disfrutando del sol mientras Amelia me cuenta
su historia. Resulta que ella fue abusada cuando era niña y recurrió a la bebida para
adormecerlo todo. Había intentado ponerse sobria en varias ocasiones, intentando
dejar de beber completamente de una sola vez, pero nunca funcionó. No fue hasta que
conoció a Andi que encontró una verdadera razón para rehabilitarse y mantenerse de
esa manera. Entonces se inscribió en rehabilitación y trabajó duro con Zeke para llegar
a la causa de su consumo de alcohol, finalmente, pudo hablar libremente sobre el
abuso que sufrió. Andi había sido su apoyo incondicional y se habían casado hace un
año. Amelia me mostró algunas fotos en el teléfono de su esposa. Tenía la piel de color
caramelo, cabello castaño largo y ojos marrones. Pude ver el amor entre las dos en las
fotos de su boda. Amelia había tenido la suerte de haber encontrado su alma gemela.

131
Esto solo me hizo extrañar la mía aún más, pero traté de no mostrarlo mientras
hablamos acerca de mi razón para estar aquí.

Mi impresión inicial de esta tonta rubia como muñeca Barbie había sido
completamente refutada. De hecho, parecía muy inteligente y articulada. Sí, todavía
tenía esa personalidad burbujeante, pero eso la hacía más adorable, no menos. Es
curioso cómo una preconcepción de una persona puede ser totalmente errónea. Todo
lo que necesité fue abrirme a ella y escucharla hablar sobre sus propias dificultades. Ha
estado sobria durante cinco años y ella y Andi acaban de adoptar una hija, Cerys.

Caminando de regreso a mi habitación solo, me di cuenta de lo afortunado que


soy. Soy un alcohólico en recuperación, pero tuve suerte de nunca dejar que se volviera
tan malo como Amelia hizo. Mi arresto fue la llamada de atención que necesitaba para
poner mi vida en orden y ahora es el momento de hacerlo. No sé si alguna vez
recuperaré a Anna y Ayden. Realmente no los merezco. Quiero ser digno de ellos y de
su amor, pero estoy seguro de que he destruido la confianza de mi Cariad en mí.
Quiero recuperar esa confianza y haré todo lo que esté a mi alcance para lograrlo.

132
Capítulo 25

Annalise

N
o cambié los números con James en mi salida nocturna con Jade y Nicky.
No lo besé… incluso si una pequeña parte de mí quería hacerlo. En
cambio, me di cuenta de que la única razón por la que quería besarlo era
sentir deseo otra vez. Habían pasado meses desde que me sentía deseable, meses desde
que el toque de un hombre me prendió fuego. Pero el único toque que anhelaba era el
de mi esposo. Si cerraba los ojos y me concentraba lo suficiente, aún podía sentir sus
manos sobre mí…

Drake me estaba llevando fuera para el Día de San Valentín y me aseguré de vestirme para
impresionar. Estaba usando ropa interior nueva, comprada especialmente para la ocasión… el
vestido que usaba era ceñido, aferrándose a mis curvas en todas las formas correctas. Me había
dejado el cabello suelto, como a él le gustaba, y vestía su perfume favorito. Llegó a casa del trabajo
un poco más tarde que yo, así que dejé a Ayden con Lynne y Dennis y me fui a casa para
prepararme. Escuché pasos en la escalera y las mariposas en mi estómago comenzaron a
revolotear.

—Anna, ¿estás aquí arriba? —gritó Drake.

Escuché crujir el escalón superior ligeramente bajo su peso así que me levanté y suavicé las
arrugas invisibles de mi vestido.

La puerta de la habitación se abrió y ante la vista de mi marido mi respiración se enganchó.


Él vestía de negro, un traje a la medida con una camisa blanca impecable y una delgada corbata
negra. El revoloteo en mi estómago se intensificó.

—Cariad —susurró al ver mi apariencia.

Cinco pasos y él estaba frente a mí. Él tomó mi mano y se mantuvo a distancia del brazo
para mirarme de pies a cabeza.

—Impresionante —murmuró antes de reclamar mis labios con los suyos.

La calidez de sus labios sobre los míos, el sabor de su lengua mientras bailaba con la mía, el
olor de su colonia había debilitado mis rodillas. Los brazos de Drake se envolvieron alrededor de

133
mi cintura y estiré la mano para poner la mía alrededor de su cuello. Jugué con el cabello en su
nuca y lo sentí moverse para empujar mi cabello a un lado.

—Mmm… sabes bien —murmuró contra mi piel mientras trazaba besos ligeros como
plumas contra mi cuello.

Calor se acumuló en mi abdomen y sabía que, si no nos deteníamos lo que estábamos


haciendo, nunca alcanzaríamos la reserva en el restaurante.

—Bebé, vamos a llegar tarde.

Gemí mientras él besó el hueco de mi garganta. Mi pulso se aceleró mientras sus manos
vagaron por mi cuerpo. Su toque me encendió en llamas cada vez.

—Solo cancelaremos —dijo Drake mientras comenzó a desabrochar mi cremallera en la


parte posterior de mi vestido.

Quería sucumbir a mi deseo tanto, pero era rara la noche sin Ayden y quería hacer la
mayoría de ello. Me retiré ligeramente y miré a mi hermoso esposo.

—Por favor, Drake, podemos seguir esto una vez que volvamos a casa. Aprovechemos que
Ayden está quedándose a dormir con tus padres.

Él murmuró algo sobre no ser divertido y le di una sonrisa. Enderecé mi ropa y abroché
nuevamente mi cremallera que había desabrochado parcialmente. Drake se acomodó de manera
no tan discreta lo duro que estaba. Me reí y me gruñó en broma. Lo amo cuando él era así. Él era
sexy y tenía un efecto serio en mi libido. Sabía lo que me hacía y sabía que yo lo compensaría más
adelante.

Saliendo de mis pensamientos, miré el reloj en la pared y vi que era tiempo de


recoger a Ayden de la escuela.

Ayden platicaba sobre su día en la escuela. Aparentemente comenzó a aprender


español y les habían regalado cornetas en su clase de música. Chico, sería divertido si
nunca trajo ese hogar. Nos dirigimos a casa y realizamos nuestra rutina habitual de
tareas, té, baño y cama. Le leí un cuento antes de acostarse y bajé las escaleras para ver
un poco de televisión. Tenía episodios consecutivos de Pretty Little Liars para ponerme
al día.

El sonido de mi teléfono llamó mi atención de la conversación en pantalla. Hice


una pausa y levanté mi teléfono antes de dejarlo caer como si me hubiera quemado.
¿Qué diablos lo poseía para pensar que quería hablar con él? Habían pasado meses sin
ningún contacto. No un mensaje de texto, ni una llamada telefónica. Ni un correo
electrónico ni nada. ¿Por qué me llamaría de la nada? ¿Qué estaba allí para decir?

Dejé el teléfono para sonar y tragué el vino que tenía en la mesa de café a mi lado.

134
Nicky y Jade me convencieron para que las acompañara a la noche de parejas
después de la llamada telefónica. No les había dicho que él había llamado y no sabía si
debía o no. Solo había intentado llamar una vez y no me había dejado un mensaje de
voz, no había enviado ningún mensaje de texto, así que lo que sea que hubiera querido
hablar no podía haber sido tan importante.

Estaba vestida y lista, esperando a que llegaran mis amigas. Estábamos tomando
un par de copas antes de salir. Le pedí a Meghan que fuera niñera y ella estaba feliz de
cuidar a su sobrino. Ella lo estaba llevando a ver a Jack para que pudieran tener una
cita de juego.

—Comencemos la fiesta —dijo Nicky mientras abría la puerta principal para


encontrar a las dos chicas en la puerta.

Nic tenía una botella de vino en la mano y Jade tenía una botella de sidra. Tenía
mi cóctel listo para patear la noche.

—Y hola a ti también —le respondí mientras la besaba en la mejilla a modo de


saludo.

Alguien se está poniendo las pilas —dijo Nic mientras miraba la coctelera y
varias botellas de alcohol en la isla de la cocina.

—Bueno, ¿qué es una buena noche sin unas copas primero?

Le guiñé un ojo y me moví para prepararme el primer trago de la noche.

Después de un par de cócteles estaba lista para ir al club y más aún, a la pista de
baile. Fue la noche de los 80’s y solo decir la música de los 80’s es genial. Me encanta
bailar las canciones cursis.

Cuando entramos a Lust “Since You’ve Been Gone” de Rainbow estaba sonando.
Jade puso los ojos en blanco y le di un codazo en las costillas con una sonrisa
juguetona en mi rostro. Ella prefería la música moderna y no quería llegar a la noche
de los 80’s, pero con amigas como Nic y como yo, sabía que no tenía otra opción.

Cuando “I’m in the Mood for Dancing” se escucha de los altavoces, arrastré a las
chicas a la pista de baile. Nic estaba en su elemento y Jade se soltó a regañadientes y
bailó con nosotras como si fuéramos tres maniacas borrachas. Seguimos bailando
mientras el DJ tocaba más clásicos. Después de algunas canciones más, las puntas de
mis pies comenzaron a doler, así que las tres encontramos una cabina y me quité los
zapatos y me froté la dolorida parte suave. Jade fue y compró una ronda de bebidas.

135
Mientras ella se había ido, Nicky siguió mirando a su alrededor como si esperara
compañía.

—Oye, ¿qué sucede? ¿Estás esperando a que alguien se una a nosotros?

—De hecho, estaba viendo para estar segura de que el DJ era James. Y ¿adivina
qué? Lo es. Tienes que ir a hablar con él esta noche… intercambiar números. Sabes
que lo quieres.

Ella tenía razón, pero ella estaba tan incorrecta también. Quería el número de
James de cierta forma. Él era lindo y divertido, tiene buen gusto por la música, incluso
si llamaba a Bon Jovi “cock—rock”. Pero la llamada telefónica realmente había hecho
un número en mi corazón, a pesar de que me había negado a responder. Seguía
lamentando lo único que no podía tener. ¿Pero de qué otra manera iba a olvidarme si
rechazaba todas las posibilidades de salir con alguien más?

“(I Just) Died in Your Arms” comenzó a sonar y Nicky decidió arrastrarme y mis
pies descalzos a la pista de baile. Ella tiró de mi brazo hasta que estábamos justo
enfrente de la cabina del DJ, aunque me negué a mirar en esa dirección.

Bailamos por otro par de canciones antes de regresar a nuestras bebidas.

—Damas y caballeros, normalmente, no toco mucho de nuestra siguiente banda,


pero debo tocar una canción para una mujer aquí esta noche, así que ella sabe que
pienso en ella a menudo —dijo James por el micrófono.

You Give Love a Bad Name salió volando de los altavoces y no pude evitar la sonrisa
tonta que se pegaba en mi rostro. Slippery When Wet probablemente fue mi álbum
favorito y no pudo haber elegido una mejor canción.

—Oye, Anna, están buscando un barman aquí, ¿lo sabías? —gritó Jade por encima
de la música.

—¿Lo están?

Ese sería un trabajo perfecto a tiempo parcial para mí. Hice un curso de mixología
por diversión y podía preparar cualquier cóctel que pudiera nombrar. Todavía estaba
trabajando en la oficina, pero sin los ingresos de Drake, necesitaba ganar más dinero
de alguna manera. Me pregunté si a Meghan y Lynne les importaría tener una
guardería de una noche.

—Sí, vi un volante atrapado detrás de la barra. Sería la forma perfecta de ver a


James regularmente.

No lo había pensado de esa manera, pero podría ser una ventaja del trabajo.
Tendría que hablar con el gerente.

136
—La música regular se reanudará ahora… Bon Jovi gratis, damas y caballeros.
La voz de James retumbó en el micrófono cuando la canción llegó a su fin y “Let´s
Dance” comenzó a tocar en su lugar.

—Vamos, bailemos —dijo Jade.

Nicky y yo no necesitábamos ningún estímulo, así que la seguimos a la pista de


baile.

Después de un par de canciones más, estaba lista para descansar mis pies. Todavía
no había vuelto a ponerme los zapatos de tacón. Me dirigí a nuestra cabina y agarré mi
bebida. Jade regresó y se sentó, pero Nicky no estaba a la vista. No podía ver su cabeza
a través de la multitud, pero supuse que todavía estaba bailando.

—Iré a buscar otra ronda. Podría ver sobre ese trabajo mientras estoy allí —le dije
a Jade mientras volvía a ponerme los tacones.

Caminé hacia la barra y me senté en un taburete vacío para esperar el servicio. El


bar estaba ocupado y parecían faltos de personal.

—Perdón por la espera, ¿qué puedo traerte? —preguntó la camarera mientras se


acercaba.

—Una botella de Bulmers y una botella de rosé, por favor.

—Claro, cariño —respondió mientras se volvía para recuperar las bebidas.

—Parece que te falta personal, si no te importa que te lo diga —le dije mientras le
pagaba.

—Sí una de nuestras chicas se reportó enferma. Perfecto momento cuando


estamos tan llenos. Sin embargo, nada se puede hacer. Tuvimos que dejar ir a otra
chica la semana pasada, así que no tenemos respaldo para cubrir el turno.

—Vi que están buscando un barman —dije, señalando el anuncio.

—Sí, podríamos hacer con una persona a tiempo parcial, solo unas noches a la
semana.

—Tengo experiencia en esa área. Tome un curso de mixología… Solo pensé que
prodría ser un poco divertido, pero también podría ayudarme el dinero extra.

—¿De verdad? —preguntó la chica mientras limpiaba la barra.

—Sí. Sé hacer casi todos los cócteles que puedas nombrar.

137
—¿Puedes venir mañana durante el día para una prueba?

—Sí, seguro.

—Grandioso. Soy Meredith, por cierto, pero mis amigos me llaman Red por el
cabello.

Ella hizo un gesto a su cabello rojo radiante y yo no pude evitar sonreír. Red
parecía una buena chica. Sería bueno trabajar con alguien que no era demasiado serio.
La mayoría de las chicas con las que trabajaba parecía que no sabían cómo deletrear
diversión, y mucho menos dejar que su cabello bajara y no tomarse a sí mismas
demasiado en serio.

—Bueno, Red, ¿a qué hora me quieres?

—Lo que más te convenga, cariño. Estoy aquí todo el día para una toma de
acciones.

—¿Podemos decir cerca de diez treinta? Tengo que conseguir una niñera para mi
hijo.

—Claro que sí. ¿Cómo te llamas?

—Oh, lo siento. Soy Annalise —le dije mientras estiraba la mano para sacudir la
suya.

—Nos vemos entonces. Ven a la entrada trasera, que está más cerca de la bodega,
así puedo escuchar el timbre.

—De acuerdo. Gracias. Estaré ansiosa.

Me bajé del taburete y volví a nuestro stand. James había puesto una pista de New
Order y sonreí por su opción. Realmente no me gustaban como Joy Division por
alguna razón, pero “Blue Monday” era una gran elección de canción.

—Tengo que venir mañana por la mañana para una prueba —le dije a Jade
mientras ponía nuestras bebidas sobre la mesa.

—Eso es genial.

—Sí, sería genial hacer algo de dinero extra.

—¿De qué están hablando ustedes dos? —preguntó Nicky cuando se acercó a la
mesa.

—Tengo una prueba aquí mañana para un trabajo de medio tiempo.

138
—Asombroso. Ahora puedes ver si tú y James tienen algo o no.

Ella tenía un brillo malvado en sus ojos. Algo me dijo que no lo dejaría ir hasta
que yo tuviera al menos una cita con el tipo. Pero si salía con él y eso salía mal, eso
podría poner en peligro mi trabajo en Lust. Si conseguía el trabajo, eso era.

—Lo que sea —le contesté mientras nos vertía una copa de vino y tomé un trago
profundo de la mía.

—Es caliente, lo besaste una vez, por lo que debes estar atraída por él. ¿Cómo
puedes no estarlo? Con esa tinta y esos bíceps, chica, si no estuviera casada, lo llevaría
a dar una vuelta.

—Voy a bailar. ¿Alguno de ustedes quiere unirse a mí?

No podía quedarme aquí hablando de James. Era caliente y nos habíamos besado.
Nicky tenía razón. Pero no sabía cómo sentirme. Así que me quité los zapatos y me fui
a la pista de baile, sin importarme si las chicas me acompañaban.

La elección de la canción de James fue posiblemente una coincidencia, pero no lo


creí ni por un momento. “Anoche un DJ salvó mi vida” estaba sonando y lo vi mirar
alrededor de la pista de baile hasta que me vio. Él estalló en una malvada, me atrevo a
decir, sonrisa come mierda. Agitó y bajó sus audífonos. Lo vi salir de la cabina y
caminar hacia mí.

No podía alejarme, era como si estuviera congelada en el lugar.

—¡Oye! —saludó cuando se detuvo a mi lado y se inclinó para besarme en la


mejilla.

—Hola. —Mi voz era apenas un susurro, pero sabía que él me escuchó.

—¿Quieres unirte a mí afuera por un cigarrillo? —preguntó.

—Claro.

¿Qué era yo, una imbécil que solo podía dar respuestas de una palabra?

Caminé afueraaún descalza porque mis pies no se sentían con ganas de estar
metidos de vuelta en mis tacones, detrás de James y él mantuvo la puerta abierta para
mí para que me uniera a él en la zona de fumadores. Afortunadamente era una zona
tranquilamente pavimentada y podía estar allí dejando que el hormigón fresco calmara
mis pies. Nadie más estaba alrededor y era semi-tranquilo con la puerta cerrada.

—¿No necesitan los bailarines a su DJ? —le pregunté mientras tomaba el cigarrillo
que ofrecía.

139
—He puesto mi lista de reproducción en auto reproducir durante unos minutos.

La sonrisa que encendió su rostro alcanzó sus ojos y vi un destello en ellos. Nunca
había prestado mucha atención antes, pero tenía unos ojos muy bonitos.

—Entonces, ¿cómo va? No te he visto aquí por un tiempo.

Encendí mi cigarrillo y tomé una larga calada antes de responder.

—Estoy bien. Acabo solo de preguntar sobre el trabajo que va aquí.

No sé por qué le dije eso, él podría pensar que lo estaba haciendo para acercarme a
él, pero no podía borrar mis palabras.

—¿El trabajo de barman? —preguntó, el interés atado en su voz.

—Sí.

—Eso es genial. En realidad, podría llegar a ver más de ti.

—Sí, son unos turnos a la semana. Necesito una niñera para mi hijo, Ayden, pero
me vendría bien el ingreso extra.

¿Por qué le dije eso? Parecía como si alguien hubiera vertido suero de la verdad en
mi bebida cada vez que hablaba con él.

—¿Sabes algo de cócteles?

—No, solo pensé que lo prepararía a medida que avanzara.

—Oh. Bueno, obtener las bebidas correctas no es fácil.

—No te preocupes por mí, soy buena improvisando.

James me miró mientras fumaba su cigarrillo. Podría decir que pensó que yo
hablaba en serio. No sabía si mantenerlo o decirle la verdad.

—Bueno, espero que consigas el trabajo. Sería bueno verte en el uniforme.

Lo golpeé de las costillas y me reí. Había visto lo que Meredith llevaba puesto. Era
un pequeño uniforme lindo, aunque poco corto y apretado para mi gusto.

—El color rosa caliente y negro no le quedan bien a todos, pero puedo verte con él
puesto.

—Gracias... creo.

140
Hicimos una pequeña charla mientras terminábamos de fumar y caminamos hacia
Lust. El lugar estaba completamente lleno y yo iba a tener que exprimir a través de un
montón de cuerpos sudorosos para volver a las chicas.

—Entonces, ¿alguna vez vas a darme tu número para que yo pueda invitarte a
salir? —preguntó James mientras me tomaba la mano y me guiaba por el laberinto de
gente.

—Tal vez, no lo sé. Podrías ser un asesino en serie por todo lo que sé.

—¿Cómo supiste mi secreto? Soy un asesino en serie de día y DJ de noche. —Su


risa se oía sobre la música y tuve que admitirlo, me gustó el sonido.

En vez de llevarme a mi stand, me llevó a la pista de baile. Me dio una vuelta y


puso sus manos en mis caderas. Empezó a mecer mis caderas al compás y algo en mí
me dejó ir y disfruté del momento. Tiré mis manos al aire mientras James ponía mi
espalda al ras contra su pecho. Nos reímos y bailamos así por un par de canciones
antes de que James me tomara la mano. Él me llevó a su cabina y tuve que admitir que
estaba bastante impresionada por su puesta en marcha. Todo el equipo que había lucía
de alta tecnología, como si costara uno o dos peniques. No toqué nada por miedo a
romper algo.

—¿Le gustaría pedir una canción, dama? —Me preguntó con una voz dulce, pero
sensual.

—Panic —le dije sin necesidad de pensar.

—Buena elección, aunque no me piden que reproduzca gran parte de los Smiths
en una noche de los ochenta —respondió James mientras lo encontraba en su lista de
reproducción y lo configuraba para reproducirse a continuación.

—Fue lanzado en los ochenta. —Defendí mi elección de canción.

—Sí, en el 88, creo —respondió mientras venía y se ponía a mi lado.

Podía oler su colonia y maldición si no olía bien. Inhalé profundamente y una


sonrisa tocó mis labios.

—Me encantan los Smiths. Hicieron algunas canciones bastante impresionantes


le dije.

—Seguro que sí. Un poco sombrío en su mayoría, pero “Pánic” y “Ask” son dos de
mis favoritos de todos los tiempos.

—How Soon is Now es uno de los míos.

141
—Otra gran elección, y otra melodía de los 80, técnicamente.

“Panic” comenzó a reproducirse y no pude evitar cantar a lo largo de la misma.


Los amantes del Club cantaban Hang The DJ junto con la letra de la canción. Tal vez
no fue una mala elección para una noche de los ochenta después de todo.

De repente sentí el aliento de James, caliente contra mi cuello.

—¿Qué es ese perfume fascinante que usas? —preguntó, sus labios cerca de mi
piel.

Mi garganta se sentía seca, una amplitud de cabello más cerca y sus labios
entrarían en contacto con mi piel. Mi pulso subió por el pensamiento y traté de
calmarlo antes de responder a su pregunta.

—Se llama Decadence de Marc Jacobs.

—Mmm... seguro que huele bien.

—Uh-huh.

No podía formar palabras más coherentes cuando él se había desplazado detrás de


mí y su pecho estaba casi a ras de mi espalda. Me alegré de que no era al revés, de lo
contrario habría sentido mi corazón tratando de encontrar su manera de salir de mi
caja torácica.

—¿Alguna otra canción que te gustaría que tocara?

Sus labios estaban tan cerca de mi oreja, sentí su aliento caliente mi piel ya
caliente.

—¿Back in Black, tal vez? —Salió más como una pregunta que una respuesta. Me
sentí como una tonta, todo porque estaba tan cerca de mí.

—Otra opción genial. Tal vez deberías escribir mi lista de reproducción para
noches como esta.

—No estoy segura de que mis opciones sean apreciadas por todos —le contesté
mientras se movía para establecer la pista para reproducirse.

—Probablemente tengas razón.

Su risa resonó alrededor de la cabina y mis rodillas se debilitaron por el sonido.


Me sentí como una adolescente tonta, pero me sentí bien al reír y disfrutar de mí
misma después de la depresión tanto tiempo alrededor de la casa.

142
—Voy a tomar un trago, ¿puedo conseguirte uno? —pregunté cuándo él vino a
estar junto a mí una vez más.

—Claro, eso sería genial. Una Pepsi estaría bien.

—¿Eso es todo? ¿Sin Jack Daniels o Jim Beam en él?

—No mientras trabajo, cariño. —Rodó la R y sonaba tan atractivo viniendo de sus
labios.

—Oh, lo siento. Volveré en poco.

Desaparecí de la cabina antes de que pudiera decir cualquier otra cosa.

Nicky estaba en el bar cuando me acerqué.

—Oye, ¿dónde has estado escondida? —preguntó cuándo me deslicé a su lado.

—Solo pasando el rato en la cabina del DJ.

—Oh, debería haberlo sabido.

Me dio una sonrisa conocedora. Ella parecía pensar que mi resolución se estaba
debilitando y tal vez tenía razón. Tal vez una copa con James era justo lo que
necesitaba.

—Lo que sea. Perdón por dejarte a ti y a Jade.

—Está bien, pero tal vez puedas pedir una canción o dos para que bailemos. Vas a
volver allí, ¿no?

—Así es.

No iba a entrar en una conversación con ella sobre James o salir en general.

—Entonces haz que reproduzca Alannah Myles o algo así.

Nicky pagó sus tragos y se movió para dejarme ir al bar. Red me sirvió y me sonrió
dulcemente. Le di un buen vistazo a su uniforme y estaba menos y menos segura de
que pudiera lograrlo. Se veía bien, con bastidor de oreja o lo que el nombre apropiado
para ellos es. Ella tenía una perforación de andamios como yo, entonces mientras que
mi labio estaba atravesado por debajo, ella tenía un piercing de Madonna. También
pude ver tinta en su cuello, aunque no estaba lo suficientemente cerca como para saber
lo que era claramente.

143
Tomé los tragos de James y mío y volví a la cabina. “She” empezó a reproducirse y
yo sonreí, recordando la conversación de James y mía sobre esta misma canción la
última vez que estuve en Lust.

—¿Alguna última petición? —preguntó James cuando comenzó a llevar la noche a


su fin.

—Umm...

No podía pensar en nada que yo quisiera que él reprodujera. La noche había


estado llena de grandes canciones. Cantamos, nos reíamos, e incluso bailamos. Había
vuelto a pasar el rato con las chicas para que no pensaran que las había abandonado,
pero ahora estaba de vuelta en la cabina de DJ.

—Lo siento, nunca he oído hablar de una canción llamada Umm antes.

James se rio de mí y yo le saqué la lengua. Puso la canción que había elegido para
ser la última, luego se volvió hacia mí y me tendió la mano.

—¿Querrías bailar?

Mi corazón corría y mis manos temblaban. Tomé una respiración profunda para
calmar mis nervios.

—Claro.

Tendí mi mano y sonreí.

“If Only for One Night” comenzó a reproducirse a medida que llegábamos a la pista
de baile. Te juro que podría haberme derretido. ¿Qué chica no ama a Luther Vandross?

James me mantuvo cerca mientras me balanceaba al ritmo de la canción. Tenía


una mano en la parte baja de mi espalda y la otra sostenía mi mano. Se sintió bien ser
sostenida, pero no pude evitar sentir un parpadeo de traición en mi mente. No era
normal que me sintiera así después del final de un matrimonio, ¿cierto? Tal vez James
era una cosa de rebote. No tenía el tiempo ni la inclinación para averiguarlo. Un baile
era solo un baile, después de todo. No era como si estuviera rompiendo mis votos.

Bailamos hasta que la canción terminó y entonces condujo el camino de regreso a


la cabina de DJ.

144
—Gracias por el baile. —Su voz era suave y dulce. Sentí mariposas tomar vuelo en
mi estómago mientras una sonrisa iluminaba su rostro de oreja a oreja.

—Fue un placer.

—Te aseguro, el placer fue todo mío.

¿Era siempre tan dulce o solo estaba diciendo lo correcto para meterme en la
cama? No lo sabía, pero en ese momento, no me importaba demasiado.

El pitido de un mensaje entrante me despertó de un sueño profundo, donde mis


sueños habían sido una mezcla de amargo y dulce.

Número desconocido: Espero que te vaya bien con tu improvisación de esta mañana. Xx

Froté mis ojos cansados y leí el mensaje una vez más. No reconocí el número del
que vino. Pero la única persona a la que le había dicho sobre “improvisar” era James.
¿Pero cómo podría tener mi número? Nunca se lo di. Escribí una respuesta:

Anna: ¿James?

No fue mucho antes de que recibiera una respuesta.

Número desconocido: ¡El único e inigualable! Xx

Cómo había conseguido mi número no lo sabía y no sabía cómo sentirme por el


hecho de que lo tuviera.

Anna: ¿Cómo conseguiste mi número?

Mi teléfono sonó de nuevo.

James: Llamé a mi número desde el mientras estabas recibiendo esas bebidas anoche. Xx

Revisé mi lista de números marcados y vi que estaba diciendo la verdad.

Anna: Bueno, eso no fue una invasión de la intimidad ni nada.

James: Lo siento. Solo quería tu número. Supongo que debería haber esperado hasta que
me lo dieras. Xx

Anna: ¿Quién dice que te lo iba a dar?


145
James: Te habrías derrumbado eventualmente. Simplemente nos ahorré tiempo. Xx

Anna: Bastante seguro de ti mismo, Sr. DJ.

James: No, solo sé que tenemos química. Xx

Anna: Bueno, no puedo discutir con eso, pero tengo que irme. Si no puedo llegar a
tiempo a mi prueba, me despedirán en lugar de ser contratada.

James: Como dije, buena suerte. Tal vez me pasaré y probaré los cócteles. Necesitas un
conejillo de Indias para probarlos, después de todo. Xx

Anna: Por favor, no. Probablemente lo estropearé si me estás vigilando sobre mi hombro.

James: De acuerdo. Los cócteles son para chicas de todos modos. :P

El cerdo sexista. Incluso tuvo el coraje de terminar el texto con un Emoji con la
lengua hacia fuera.

Anna: Oh, ¿es así? Bueno, no quiero que tu hombría tome un golpe. :P

James: ¿Tal vez te veré en Lust una noche? ¿O tal vez me dejes llevarte a salir? Xx

Anna: Hmm... si consigo el trabajo, me aseguraré de llevar un cóctel a tu cabina.

James: ¿Puede ser todo rosado y femenino? Xx

Anna: ¡Claro que sí! Nos vemos luego.

Me levanté y alisté antes de dirigirme a mi prueba con Red. Espero conseguir el


trabajo y luego podría hacerle a James un cóctel rosado cada turno. Eso enseñaría a la
pequeña mierda sexista.

Impresioné a Red con mi conocimiento de cócteles y ella me contrató en el acto.


Fue flexible sobre mis horas, sabiendo que yo tenía un trabajo del día y un hijo que
cuidar. Estaba agradecida por el dinero extra que proporcionaría, pero todavía no
estaba demasiado interesada en llevar el uniforme. Resultó que tenía uno de mi
tamaño en la oficina trasera. Había pertenecido a la chica que habían dejado ir, pero
funcionaría hasta que pudiera conseguir uno nuevo.

Probar mi uniforme cuando llegué a casa demostró lo bien que me había ido. Era
más corto que algo que normalmente usaría y se aferraba a mis curvas como una
146
segunda piel. Era bueno que yo no tuviera demasiados bultos y protuberancias que
resaltaran. Recuperar mi figura después de haber tenido a Ayden parecía ser mi
salvación. Miré en el espejo para ver que el negro y rosa caliente en realidad
complementaba mi color púrpura actual de cabello. No estaba segura de qué zapatos
llevar, pero algo plano sería mejor si iba a estar sobre mis pies toda la noche. Los
tacones serían seguramente la muerte para mí.

Tuve mi primer turno la noche siguiente y como era una noche de semana, el bar
cerraba más temprano que los fines de semana. También me enteré de que James solo
tocaba los miércoles, viernes y sábados. Como el lunes fue mi primer turno, no estaría
allí para ponerme nerviosa.

Nicky y Jade se alegraron por mí cuando les escribí un mensaje y les conté las
noticias. Dijeron que vendrían después del trabajo para un cóctel fresco para mostrar
su apoyo.

La felicidad irradiaba a través de mí. Me estaba levantando, despacio, pero


constantemente. Hace poco más de seis meses, mi vida se había derrumbado. Parecía
que el fondo se había caído de mi mundo. Pero estaba probando que era más fuerte de
lo que pensaba. Tenía a mi familia y amigos a mi alrededor, un nuevo trabajo para
ayudar financieramente, y, sobre todo, tenía a mi pequeño niño hermoso para ir a casa
a todos los días.

147
Capítulo 26

Drake

N
o sé en qué estaba pensando, llamando a Anna así. No lo he vuelto a
intentar desde entonces. He querido, por Dios, he querido, pero está claro
que no quiere hablar conmigo porque no respondió. No la culpo por no
responder. Ni siquiera sé lo que iba a decir exactamente. Todo lo que sé es que quería
escuchar su voz. Todavía quiero hacerlo, pero en cambio recurro a escuchar el último
correo de voz que me dejó hace meses. Lo he mantenido en mi teléfono porque es la
única forma en que puedo escuchar su dulce voz.

Estoy sentado mirando fotos de mi familia, esperando que Jack venga a buscarme.
Él es el único que sabe dónde estoy. No quiero preocupar a mi madreya tiene
suficiente en su plato. Pensaré en alguna razón por la que no haya estado hasta que
esté listo para admitir la verdad. Jack no sabe todo. Solo lo llamé hace una hora y le di
la dirección para que fuera a buscarme. Cuando se enteró de dónde venía, no preguntó
por qué no podía conducir. Pude haber cogido un taxi, y tal vez debería haberlo hecho,
en lugar de cargarle a mi hermano por mantener este secreto para mí. Sin embargo, soy
un bastardo egoísta y solo quería ver a mi hermano. Solíamos estar tan cerca hasta que
me alejé. Traté de distanciarme para no arrastrar a todos hacia abajo conmigo.

Al oír que un automóvil se detiene, miro hacia arriba y veo el auto de Jack afuera
de las puertas dobles de vidrio. De repente estoy nervioso. No sé qué decir. Él
obviamente sabe que he estado en rehabilitación, pero no sabe las razones. Nadie lo
hace excepto yo. No puedo decirle la verdad sobre Morgana... No puedo cargarlo con
otro secreto. Voy a hablar con mi familia sobre ella a tiempo, pero no ahora.

—¡Hola!

La voz de Jack viene de la puerta abierta y solo me siento y lo miro. Mi corazón se


siente como si fuera a liberarse de mi pecho y huir. Mis manos están repentinamente
húmedas y mi garganta se siente contraída. Realmente debería haber conseguido un
taxi.

—¿Drake?

148
Mi nombre sale más de una pregunta. Miro hacia mis manos, a mi maleta, a
cualquier lugar, excepto en su dirección. Siento mi chip AA en mi bolsillo y los
rosarios que Zeke me regaló. Tomando una respiración profunda, me paro.

—Ahí lo tienes, Drake. Vine a tu habitación buscándote —dijo Zeke mientras salía
de otra puerta.

—Sí, estoy aquí, doc.

Él camina hacia mi hermano en vez de a mí.

—Debes ser Jack —dice Zeke mientras extiende una mano, que mi hermano toma
en la suya.

—Lo estoy. Lo siento, no sé tu nombre. Parece que no sé mucho últimamente

El tono de la voz de Jack me hizo sentir aún más culpable.

—Soy Zeke Michaels. Este es mi centro de rehabilitación. Soy médico aquí y he


estado cuidando de tu hermano.

—Bien, gracias por eso, Zeke.

El tono de Jack es serio. No sabe por qué necesitaba cuidarlo, pero está claramente
agradecido con el hombre que había estado allí en mi hora de necesidad.

—No es necesario dar las gracias. Es un buen tipo, este hermano tuyo.

—Gracias, Doc —le digo mientras camino lentamente hacia mi hermano menor.

—Drake, tienes mi número, úsalo. Cada vez que me necesites, tienes mi número
de móvil personal en la tarjeta que te di, solo llámame. También tienes a tu
patrocinador.

—Lo sé, Doc. Gracias. Por todo, quiero decir. Has estado... —Mi garganta se seca
y trato de tragar más allá de un trozo de emoción cruda.

—Está bien, Drake. Es para lo que estoy aquí. Me alegra que finalmente hayas
hecho contacto con alguien fuera de estas paredes. Me alegra ver que te diriges a casa,
y no tomes esto de la manera equivocada, pero espero que nunca te vuelva a ver aquí

Sabía exactamente lo que estaba implicando. Él no quiere que me caiga del carro.

—¡No se preocupe, Doc, no lo haré! —exclamo mientras lo abrazo.

Él me da una palmada en la espalda y me sonríe.

149
—Vete a casa, Drake.

—Lo haré. Gracias por todo lo que has hecho por mí. Estoy más agradecido de lo
que puedes imaginar. Me ayudaste a encontrar el camino cuando pensé que estaba
perdido. Nunca lo olvidaré.

Quiero decir cada maldita palabra. Zeke ha sido mi roca. Lo que él ha hecho por
mí nunca puede ser pagado, pero me ha dicho con frecuencia que verme sobrio era
suficiente.

—Te hablaré pronto. Quiero que me digas cómo te va.

—Lo sabes, Zeke. Te llamaré cuando esté establecido. Todavía no sé exactamente


dónde me quedaré.

—Acomódate y entra en algún tipo de rutina, luego hablaremos.

Gracias por cuidar a mi hermano, Zeke —responde Jack.

Se dan la mano, entonces Zeke me tira para un abrazo de hombre antes de


dejarme ir. En un espacio de seis meses, hice un amigo con el que sé que siempre
puedo contar.

Nos despedimos y salimos. Miro hacia atrás y veo a Zeke saludar. Devuelvo el
gesto antes de cargar mi maleta en el auto de Jack.

El silencio incómodo llena el aire mientras nos alejamos de la rehabilitación y


volvemos a la vida real. Puedes cortar la atmósfera con un cuchillo. Sé que todo es mi
culpa. Jack debe tener toneladas de preguntas y le debo las respuestas, pero no estoy
seguro de por dónde empezar.

—Pregúntame cualquier cosa y te responderé.

—No sé por dónde empezar, Drake. Quiero decir... rehabilitación. Estoy luchando
por no olvidarlo.

Al menos es honesto en lugar de meditar y ser difícil sobre las cosas.

—Yo también, hermanito... yo... bueno...

Normalmente, nunca estoy atrapado por las palabras, pero no estoy seguro de
cuánto decirle. Obviamente Morgana es una idea imposible. Pero creo que debería
compartir el resto. Así que tomo algunas respiraciones profundas y me lanzo a una
versión corta de mi historia.

150
Jack me abraza mientras me deja en un hotel barato para pasar la noche. No sé
dónde me quedaré de forma más permanente, pero lo resolveré. Jack entiende por qué
fui a rehabilitación y me ha prometido no contarle a nadie que estoy de vuelta en casa,
o que ha estado en contacto conmigo. Va a ser difícil para él mantenerlo alejado de
todos, pero le expliqué que Anna es la primera persona que necesito contarle. Incluso
si ella no me escucha, no me recuperaráporque seamos sinceros, no merezco que lo
hagasolo necesito aclararme con ella primero. No pretendía hacer que mi hermano
fuera cómplice de esto, para que guardara secretos de su esposa, su madre y su
hermana. Pero dijo que está contento de haberme acercado a él en lugar de volver solo
y lidiar con todo por mi cuenta. Ya me sentía como Atlas, llevando el peso del mundo
sobre mis hombros, antes de irme. No necesito sentirme así también ahora y Jack me
ha ayudado a ver que puedo abrirme y hablar, algo a lo que no estoy acostumbrado.

Estoy sentado en la cama del hotel, pasando por las fotos de mi Cariad. La mujer
más bella del mundo, que era mía y solo mía. Ahora todo lo que ella podrá ver es el
hombre que la dejó. No le di una razón, yo era un idiota egoísta. Joder, le debo el
mundo y le daría cualquier cosa por estar de vuelta a su lado. ¿Puede pasar eso alguna
vez? Es dudoso. Muy dudoso. He estado fuera durante seis meses sin ni siquiera un
texto a ella. Quizás ya se haya mudado a estas alturas. No la culparía si lo hubiera
hecho. Me di cuenta de algo en rehabilitación, sin embargo. Pensé que quería el
alcohol. Pensé que necesitaba un soporte, algo para que me saque de la mierda que vino
a mi manera. Pero en realidad, resulta que quiero a Anna más.

Han pasado un par de semanas desde que salí de rehabilitación. Logré encontrar
un lugar para quedarme. Tuve que echar mano de mi menguante cuenta de ahorros
para obtener el depósito de un piso de dos habitaciones, pero lo hice y compré algunos
muebles, solo los básicos. Encontré un lugar de dos habitaciones con la vana esperanza
de que Anna pudiera dejar que Ayden viniera una vez que hayamos empezado a
arreglar las cosas. Probablemente ni siquiera merezco que me escucheprobablemente
me cierre la puerta en la carapero tengo que intentarlo.

La gente puede llamarme poco hombre, pueden llamarme pelele... de hecho,


pueden decir lo que quieran. Pero estoy tratando de ubicar mis prioridades en el orden
correcto. Secarse fue lo primero que tuve que hacer y esperando que, si logro que Anna
me escuche, lo entenderá. Mi esposa significa todo para mí y amo a mi hijo hasta las
estrellas y más allá. Mierda, no ha sido fácil y no merezco una segunda oportunidad

151
como el marido de Anna o como el padre de Ayden, pero al menos tengo que
intentarlo.

He estado en contacto con Amelia desde que salí de rehabilitación. Incluso me


ayudó a encontrar el piso donde vivo. Su consejo ha sido invaluable, algo que no
esperaba decir cuando la conocí. Muestra que no se puede juzgar un libro por su
portada, porque a pesar de que al principio parece una rubia atontada, tiene un
corazón de oro una vez que rascas la superficie. Ella me dijo que tengo que
levantarme, llamar a Anna o llamar a la puerta. No he intentado llamarla desde esa
noche antes de dejar la rehabilitación. No sé lo que estaba pensando, incluso lo intenté
en ese momento. No estaba preparado para hablar, solo quería escuchar su voz.

Desde que me mudé a mi apartamento, he puesto todas las fotos que tenía de
Anna y Ayden. Incluso he impreso y enmarcado algunas de las fotos de mi teléfono.
Necesito ver sus hermosas caras y necesito las fotos como un recordatorio de lo que he
perdido, pero movería el cielo y la Tierra para volver. Por qué no solo le di una
explicación cuando me estaba yendo, no sé. No recuerdo mucho de esa noche.
Recuerdo haberle dicho que teníamos que hablar. Me armé de coraje para decírselo.
Pero luego dijo que “Necesitamos hablar” es el código para “Te estoy dejando”. Ella dijo
que todas las mujeres lo saben. En este caso, no era cierto... Realmente necesitaba
hablar con ella sobre cosas. Pero cuando ella dijo eso, se fue mi coraje directo por la
ventana y como el cobarde que era, me fui y no miré hacia atrás. Quería que Jack
hiciera girar el auto, pero sabía que tenía que seguir. Tenía que secarme y luego podría
ordenar todo lo demás más tarde.

Me reuniré con Amelia pronto para tomar un café y charlar. Ella sabe que todavía
estoy cumpliendo mi promesa y no estoy bebiendo. Creo que solo quiere ver si puede
ayudar de otra manera. Me dijo que es bueno compartir tus problemas con un amigo.
Mi familia nunca ha sido alguien que hable sobre las emociones, pero una cosa que la
terapia con Zeke me enseñó fue que tenía que cavar profundamente dentro de mí y
encontrar esas emociones, luego tenía que romper esas paredes alrededor de mi
corazón y dejar entrar a la gente. Eso significaba hablar de sentimientos, lo que
siempre pensé que era un poco femeninono ser sexista ni nadasolo pensé que a las
mujeres les resultaba más fácil ese tipo de charlas. Anna ciertamente no tenía un
bloqueo emocional como yo. Ella llevaba el corazón en la manga y siempre hablaba de
cualquier cosa que la molestara. Pero ahora, tal vez es hora de empezar a hacer lo
único que he luchado toda la vida para no hacer.

Amelia ya está en la cafetería cuando llego unos minutos tarde y sin aliento.

—¿Puedo obtener un flat con dulce y un Latte Macchiato con jarabe de avellana,
por favor? —le pregunto al mesero.

152
Le saludo con la mano a Amelia y luego le pago al mesero antes de ir a buscar
nuestras bebidas. Una vez que tengo las tazas en la mano, me acerco a la mesa de la
esquina en la que está sentada Amelia, con cuidado de no derramar ningún café en el
camino.

—Buenos días, Drake. —Amelia me saludó con su típica sonrisa dentuda. Fue
contagioso y no pude evitar devolverlo.

—Buenos días, Amelia. Te ves muy bien. ¿Cómo están Andi y Cerys?

—Están genial. Andi ha llevado a Cerys a jugar al parque mientras yo estoy aquí.
Me reuniré con ellas más tarde.

—Los niños son geniales, ¿verdad?

Chico, extrañé a Ayden. Amelia y su esposa Andi habían adoptado a Cerys y ella
era una cosita hermosa. Tenía dos años y dos mamás maravillosas. Tuvieron tanta
suerte de tener a esa pequeña niña en sus vidas y me hizo darme cuenta de lo mucho
que me dolía el corazón por mi hijo. Ayden había sido abandonado por su padre
biológico y ahora yo había hecho lo mismo.

—Es increíble. No puedo creer que logramos adoptarla tan rápido... fue un
torbellino. No estaríamos sin ella ahora. Hace que nuestras vidas estén completas.

La sonrisa en el rostro de Amelia lo dice todo.

—Aprovecha al máximo cada día. Haz todos los recuerdos que puedas. Ellos
crecen tan rápido.

Mi voz era melancólica y la cara de Amelia se cayó mientras entendía eso.

—Lo siento, Drake. Deberíamos hablar de ti, no de mí.

No sabía por dónde empezar realmente. Ella conocía mi situación, sabía que
quería hacer algo al respecto. Pero hoy se trataba de tratar de decidir cómo debería
hacerlo exactamente.

153
Capítulo 27

Annalise

H
e estado trabajando en Lust por un par de semanas y he visto mucho a
Jamesen el trabajo, de todas formas. A él le gusta cómo me queda el
uniforme y he añadido un poco de tinte rosado a las puntas de mi cabello,
así que ahora era morado y rosado. Se miraba genial y combinaba bien
con el uniforme.

James me ha pedido salir con él un par de veces, y he puesto excusas para no ir,
pero tuve un raro día de descanso de mi trabajo diurno, siendo un día feriado, y no
entraba a mi turno en Lust hasta las 6:30 pm. Así que James me había pedido ir a
almorzar con él. Había escogido uno de mis nuevos lugares favoritos, Kaffeinate. Era
un adorable café que tenía vistas a un canal y a un parque sobre el otro lado del agua.

De por sí, no era una cita, pero estaba dejando que me invitara a salir. Imaginé
que, si salía con él una sola vez, quizás dejaría de preguntarme. Se daría cuenta de que
era aburrida, y aunque compartíamos un gusto similar en música, probablemente no
teníamos nada más en común.

Antes de aceptar salir con él, había sido clara acerca de mi matrimonio. Le dije
que no estábamos divorciados, pero habíamos estado separados por seis meses.
Resulto ser que James no había notado los anillos en mi dedo antes y yo me los
quitaba antes de cada turno en el bar, porque valían mucho dinero y no quería que les
pasara nada. Él estaba molesto en mi nombre, ya que Drake me había dejado sin
ninguna razón. Esa fue la única cosa que le había dicho.

James ya estaba dentro cuando llegue a Kaffeinate. Agitó su mano en dirección a la


cabina donde estaba sentado con dos cafés sobre la mesa.

—Hola, imaginé que eras el tipo de chica a la que le gusta el latte —dijo mientras
tomaba asiento al lado opuesto de él.

—Cualquier cosa con cafeína que sea caliente y agradable en este día tan frío
repliqué mientras mi quitaba mi abrigo.

—Te ves bien, como siempre.

154
—Gracias.

Era bueno con los cumplidos, lo que siempre era una buena cosa. Siempre era
agradable saber que alguien te encontraba atractiva. Incluso para alguien que no fuera
vanidoso en absoluto, era siempre un impulso para el ego.

—Entonces, ¿qué estás planeando comer? —preguntó mientras leía atentamente el


menú frente a nosotros.

—Tal vez solo un panini o algo ligero. No estoy muy hambrienta.

La verdad era, que estaba famélica, pero nunca me gustó comer enfrente de las
personas, especialmente extraños virtuales. Aunque he compartido un trago con James
y lo he visto en el trabajo, pasará un tiempo antes que pueda comer frente a él.

—Suena bien. Tengo que ir al gimnasio antes del trabajo, así que no puedo comer
mucho.

—Tengo turno en Lust. Admito, que es inusual para ser un lunes, pero ellos me
preguntaron si podía presentarme así que estaré ahí.

—Oh, sí, es una especie de Noche de Chicas. ¿Es eso normal para un día feriado
allí?

—No, normalmente, no. Están probando cosas nuevas. Incluso hicieron una lista
especial de cócteles.

Esa era la razón por qué había estado repasando como hacer cócteles de los que
nunca había escuchado antes.

—Oh, correcto. Bueno, usualmente los lunes estoy ahí.

—He tenido que crear una nueva lista de reproducción, algo que atraiga a la
audiencia femenina. Será bueno verte ahí. Siempre iluminas mi turno.

Siento un sonrojo moverse sobre mis mejillas. James no retrocedía en sus avances.
Decía las cosas tal y como eran. Me agradaba eso.

—Iré y colocaré nuestra orden si sabes lo que vas a comer —dije tratando de hacer
algo para escapar de que me viera sonrojarme bajo su mirada.

Fui al mostrador y coloqué nuestra orden y nos conseguí otro café. Me volteé y
casi derramé café sobre la persona a mi lado.

—Lo siento. Debería ver hacia donde voy —dije mientras miraba hacia la chica a
mi lado.

155
—Oh, no te preocupes. Ninguna gota fue derramada, y, de todas formas, mi hija
ha hecho cosas peores. La risa que salió de ella era suave y dulce.

—Aun así, déjame comprarte un café para disculparme.

—Eso es muy dulce, pero estoy aquí para tomar un café con un amigo.

—Oh, bueno, si vienes aquí regularmente, te conseguiré uno la próxima vez que te
vea. Creo que te he visto por aquí.

—Sí, yo te he visto por aquí antes. Soy Amelia —dijo ella, mientras me ofrecía su
mano para sacudirla, antes de darse cuenta que mis dos manos estaban ocupadas.

—Soy Anna. Es un gusto conocerte. Lamento de nuevo mi torpeza.

—No es nada importante, no te preocupes.

La sonrisa que estaba en sus labios iluminó toda la habitación. Ella era una mujer
muy hermosa, una la cual podía demandar atención con solo entrar a la habitación.

—Bueno, será mejor que regrese con mi amigo —dije mientras me movía fuera del
camino para que ella pudiera hacer su orden.

—Seguro. Nos vemos pronto, Anna.

Sonreí y me dirigí de vuelta a James. Le conté acerca de mi casi fallo y él se rio de


mí.

—No hubiese sido divertido si hubiera derramado café hirviendo en la pobre mujer
—dije seriamente.

—No, tienes razón. Lo siento —dijo mientras trataba de reprimir otro ataque risa.

Mire alrededor de la habitación en busca de Amelia para mostrársela a James y ahí


fue cuando mi mundo se vino abajo.

James trató de llamar mi atención, pero mi foco de atención estaba en la mesa en


el rincón de la habitación.

—¡Oye! —dijo mientras movía sus manos de arriba hacia abajo enfrente de mi
cara.

—Lo siento —repliqué mientras ponía mi atención de vuelta a él


momentáneamente.

—Esa mujer, Amelia, está aquí con…

156
Repentinamente mi garganta se cerró y no pude decir su nombre. ¿Cómo es
posible que él esté aquí? Y acompañado de una hermosa mujer. ¿Acaso me había
superado tan fácil? Ese parecía ser el caso cuando ella colocó su mano sobre su brazo y
tiró su cabeza hacia atrás en risa.

—¿Anna?

Quise levantarme e irme, pero era incapaz de moverme. Ella dijo que tenía una
hija. ¿Era esa la razón por la que él se fue? ¿Me engañó y embarazó a otra mujer y él
amaba a la mujer o se sintió obligado de estar cerca de su hija? Mi mundo no tenía
sentido.

Mi estómago se sacudió violentamente y corrí hacia el baño. Entre a la cabina con


el tiempo suficientemente antes de vomitar. Me senté en el piso con un pedazo de
papel en mi mano. Limpié mi boca y tiré de la cadena. El hedor a vómito en el aire
estaba haciendo mi estómago enfermar. No pude estar segura de no volver a vomitar
así que me senté quieta y envolví mis brazos a mi alrededor, mientras sentía las
lágrimas caer de mis mejillas. Era como si alguien hubiese quitado la tapa y por mucho
que quisiera limpiarlas con el papel, las lágrimas seguían viniendo.

¿Cómo podía pasar esto? ¿Cómo esto podía ser real? Quizás solo era mi
imaginación. Cerré mis ojos y me imaginé al hombre que había estado sentado con
ella. Su cabello era ligeramente más largo ahora y se rizaba un poco. Su físico había
cambiado un poco, como si hubiese estado entrenando. Pero no había ninguna
posibilidad de confundir a mi esposo con otro hombre. He estado con él por siete años
y conocía cada contorno de su cara y de su cuerpo con mis ojos cerrados.

Cuando sentí mi estómago calmarse un poco, caminé de vuelta al café tan


calladamente como pude.

—Lo siento, James, me tengo que ir. —Fue todo lo que susurré al volver a la
cabina.

Agarré mi abrigo y mi bolso, los lancé sobre mi hombro e hice mi escape.

De vuelta en casa, bloqueé la puerta y cerré las cortinas. Podría ser solamente de
mañana, pero necesitaba apartarme del mundo. Envié un rápido mensaje de texto a
Meghan pidiéndole que recogiera a Ayden de la escuela ya que me sentía mal y dijo
que lo llevaría a su casa para tomar su té y darme el día libre. Me sentí mal por no
recogerlo yo misma, pero prefiero que él no vea a su mamá en tal estado. Solo se
pondría molesto y no quería eso. Luego de agradecerle por la oferta, apagué mi
teléfono, desenchufé el teléfono de la casa y me lancé al sofá.

157
Enrollada como una bola, sollocé hasta que mis ojos no tuvieron más lágrimas.
No sé cuánto tiempo me recosté allí, pero se sintió como una eternidad. Cada vez que
cerraba mis ojos, era asaltada por una memoria. Una en particular se destacó:

Nuestra mañana apenas empezaba y el lugar ya era un desastre de maquillaje e untensilios


de peluquería y la habitación se estaba sintiendo húmeda y sudorosa por todas las mujeres dentro.

Meghan estaba ayudando a Lynne con su maquillaje y Leanne estaba ayudándome con el
mío. Ayden se estaba preparando con su papá, pero me envió una foto de su esmoquin desde el
teléfono de Drake. Se miraba hermoso y no podía esperar para verlo en la iglesia.

La estilista se ocupó de mi cabello por un tiempo después de que Leanne estuvo contenta con
mi maquillaje. No me importaba el estilo de mi cabello. Siempre y cuando combinara con mi
cara, no me importaba demasiado. Ella lo rizó, y aunque jalo algunos mechones fuera de mi cara,
dejo los rulos caer en cascada por mi espalda. Me lo había teñido de rojo de nuevo un par de días
antes así no tenía las raíces viéndose en las fotos.

Meghan anunció que era tiempo de ponerme mi vestido, así que hice lo que se me dijo. Le
sonreí a Meghan y a las demás mientras me ayudaban a ponerme mi vestido. Era hermoso en su
simplicidad. No era de diseñador. No me había molestado en comprar un Vera Wang o cualquier
otro vestido de diseñador. Había elegido este en particular porque acentuaba mis curvas, pero no
en una forma vulgar. De hecho, me cubría más de lo que mostraba. El escote en forma de corazón
estaba cubierto por pequeños diamantes. Era un vestido largo hasta el suelo con una larga cola y
el único vistazo de color era la cinta morada que había pedido utilizar en la parte de atrás del
cuerpo del vestido estilo corsé. El vestido original tenía una cinta a juego, pero quería un poco de
color.

Lynne me entregó mi ramo de lirios morado oscuro y la estilista coloco mi velo en la parte
posterior de mi cabello. Me puse mis zapatos, la única cosa cara que había elegido para el día.
Cada chica deseaba sentirse hermosa y elegante en su día especial y yo no era diferente, así que
había ordenado un par de Jimmy Choo. Se sentían como si estuviera caminando en las nubes.

Me miré una última vez en el espejo y estaba complacida con lo que observé. Todas las chicas
me dieron cumplidos y dijeron lo hermosa que me veía. Estaba agradecida de sus palabras, pero
estaba más preocupada de lo que Drake pensaría. No podía esperar más tiempo para verlo a él y a
Ayden. Ya había pasado demasiado tiempo, aunque les había dado a ambos el beso de las buenas
noches anoche antes que fueran a quedarse a la casa de Lynne con Dennis y Jack. Todos los
chicos juntos.

Tomando una última respiración profunda, salí por la puerta delantera. Las chicas me
siguieron y entramos a los coches. Eran coches antiguos y se veían geniales. Nos colocamos para
hacer el corto recorrido y no podía quitar la sonrisa de mi cara.

En la llegada, Dennis se había colocado a mi lado. Era como un padre para mí y no pude
pensar en alguien mejor para que me entregara en el altar. Orgullo brilló en sus ojos cuando miro
hacia mí.

158
—Hermosa —susurró.

Caminamos por el pasillo hacia su hijo mayor mientras él se encontraba de pie, con su
padrino, Jack y nuestro portador de anillos, Ayden. Lágrimas quemaron la parte posterior de mis
ojos, pero tomé una profunda respiración y parpadeé fuertemente para evitar que cayeran. No
arruinaría mi maquillaje.

Drake y yo dijimos nuestros votos y fuimos pronunciados marido y mujer. Luego vino la
mejor parte. Me tomó en sus brazos y me besó profundamente, sin miedo por primera vez, de
mostrar afecto frente a las personas en la habitación.

Mi corazón se sintió tan repleto como nunca lo había estado. Se desbordó con amor. Amé a
mi nueva familia. Amé a mi hijo. Y amé a mi nuevo esposo tanto como una mujer podría amar a
un hombre.

Fui sacada de mis memorias por el ansia de vomitar de nuevo. Me sentí débil,
como si cada movimiento lastimara mi cuerpo. Decidiendo que no podía mostrarme
en el trabajo hecha un desastre. Subí y me di una ducha. Poniendo el agua en su más
alto nivel, me coloqué debajo del chorro y dejé que lavara todo el dolor.

Presentándome para mi turno, puse mi bolso en mi casillero, eché un vistazo al


espejo que estaba en la puerta, y luego la cerré de golpe. No estaba de humor para una
Noche de Chicas, o para ninguna compañía en lo absoluto. Aparecí por la casa de
Meghan para recoger a Ayden y dejarlo en la casa de su Nan por la noche. No lo había
visto por un tiempo, pero sabía que tenía que trabajar. Había odiado dejarlo no quise
nada más que llamar para decir que estaba enferma y pasar la noche acurrucada con él
en el sofá. Pero realmente necesitaba el dinero. No le había preguntado a Meghan o
Lynne sobre Drake… no quería saber si habían escuchado algo sobre él o lo habían
visto y tampoco quería mencionar haberlo visto. Pareció que él no me había visto, así
que realmente no quería sacar a relucir el tema. Si ellos no habían escuchado nada de
él, probablemente solo los lastimaría más saber que estaba de vuelta de cualquier lugar
en el que había estado estos seis meses.

Servir cócteles distrajo mi mente de mi propia situación y cuando tuve un


descanso, fui a la cabina del DJ para disculparme con James por haberlo abandonado.
Decidí decirle la verdad, mentir no me hubiera llevado a ningún lado.

—Lo siento mucho, James —dije cuando coloqué un vaso de Pepsi helada en la
mesa.

—Traté de llamarte, pero me aparecía el contestador —replicó mientras recogía su


bebida.

159
—Apagué mi teléfono.

No sabía cómo decir la siguiente oración, así que tome algunas respiraciones
profundas para normalizar mis nervios. Continúe jugando con el dedo donde se
encontraban mis anillos cuando no trabajaba.

—¿Qué pasó?

Su voz no era acusatoria, era demasiado amable para eso.

—Vi a Drake —dije apresuradamente antes de pensar dos veces acerca de mentir.

—Vaya…umm… ¿en Kaffeinate?

—Sí, estaba sentado con Amelia, la mujer sobre la que casi derramé mi café.

—¿Crees que ellos están juntos?

Se puso enfrente de mí e hizo contacto visual. No podía apartar la mirada. No


tenía una respuesta para esa pregunta.

—Quizás. Realmente no lo sé. Ella dijo que tenía una hija.

¿Por qué mencioné eso?

—¿Crees qué es de Drake?

—No lo sé. Él ya tiene una hija, pero el nombre de la madre es Rachel, no Amelia.
Así que a amenos que tenga otra… —Mi voz se apagó.

James puso una mano sobre mi brazo y salté ante su toque.

—Amelia tenía su mano en su brazo y estaba riendo de algo que él estaba


diciendo. Parecía que no le había costado ningún trabajo superarme como me está
costando a mí. Deberías saber, James, no le he superado. Lamento no ser quien tú
quieres que sea, pero en todo caso, hoy ha reforzado el hecho en mi mente que no
estoy lejos de superarlo.

—Está bien —dijo suavemente mientras ponía su mano de vuelta a su lado.

—Lo siento.

—Deja de decir lo siento. Amas a tu esposo. Hiciste votos para estar siempre
juntos, no solo por un tiempo. Es demasiado pronto para estar pensado acerca de
superarlo, solo han pasado seis meses.

160
¿Cómo sabía eso? No le había dicho eso. No le había dicho mucho sobre mi
situación en lo absoluto. Hemos estando enviándonos mensajes de texto y él sabía que
tenía un hijo y que mi esposo se había ido, pero estaba segura de que no le había dicho
hace cuánto tiempo había sido eso.

—Sí —dije tan silenciosamente que no estaba segura de solo haberlo pensado.

—Será mejor que regreses al trabajo —dijo James con una sonrisa que no
alcanzaba sus ojos.

—Sí —repetí mientras me daba vuelta y dejaba su cabina.

Mis pies nos descansaron por el resto de mi turno y estaba exhausta para el
momento de cerrar. Afortunadamente, no estaba a cargo de cerrar el lugar los lunes,
así que tomé mis cosas y conduje a casa. Recogí a Ayden en mi camino y él durmió
todo el camino de vuelta a casa.

161
Capítulo 28

Drake

M
e he encontrado con Amelia varias veces desde que dejé la rehabilitación
y estaba preparando mi apartamento. Ella y Andi incluso me ayudaron
con algunos de sus muebles viejos que habían estado guardando en el
garaje, solo hasta que pudiera comprar cosas nuevas. La rehabilitación había sido
costosa y había agotado mis ahorros en serio. Recibí algo de dinero después de que mi
padre murió, así que eso ayudó. No había querido gastar su dinero de esa manera,
pero una conversación con Zeke me hizo darme cuenta que mi padre estaría orgulloso
de que hubiera usado ese dinero para hacer una diferencia en mi vida.

Kaffeinate era un lugar habitual para que Amelia y yo nos encontráramos, ya que
Andi podía llevar a Cerys al parque al otro lado del canal y Amelia podría reunirse con
ellas después.

He estado fuera de rehabilitación por algunas semanas y me pesa que Jack haya
estado ocultado mi secreto a todos. Volví al trabajo, solo diciéndoles a las personas que
había estado en una transferencia temporal en otra oficina. Ellos creyeron mi historia y
solo mi jefe sabía la verdad.

Ya es hora de tomar el toro por los cuernos y decirles a las personas que se
preocupan por mí exactamente lo que sucedió. Bueno, la versión libre de Morgana, de
todos modos. La única persona con quien puedo hablar de eso es Anna y no estoy
seguro de que esté de humor para escucharme, pero tengo que intentarlo. Mi familia
tendrá que esperar porque es mi esposa a la que le debo la mayor explicación y tengo la
intención de verla primero. Amelia me ha ayudado mucho. Ella me escuchó mientras
hablaba, me ofreció consejos. No lo he dicho acerca de Morgana, pero eso es porque
las únicas personas que saben son Anna y Zeke. Tuve que decirle a Zeke como parte
de mi terapia, de lo contrario no habría llegado a la raíz de mis problemas. Pero no
tenía que decirle a Amelia a menos que quisiera. Y no quería. Todavía no, al menos.

Estoy vestido y listo para ir, pero estoy sentado aquí postergando lo inevitable.
Estoy seguro de que habrá algunos gritos, y es posible que me arroje algo a la cabeza y
no la culparía. A pesar de que la dejé de esa manera, estoy extrañamente en paz. Tuve
que aprender a aceptar mi destino. Tuve que jugar la mano que me fue dada, y aunque
hice mal al no ofrecerle a Anna ninguna razón para mi partida, espero que llegue a
comprender mis razones.

162
Llamo a un taxi y hago un corto viaje a mi antigua vieja casa. El conductor
aparca en la acera y miré hacia el edificio que tenía tantos recuerdos para mí. Pagué la
tarifa y tuve que tomar varias respiraciones profundas antes de siquiera alcanzar la
manija de la puerta y luego cerrar la puerta silenciosamente para no asustar a Anna.
Estuve a punto de llamar antes de venir, pero decidí no hacerlo porque ella podía
colgar en cualquier momento o negarse a contestar en primer lugar. De esta manera,
ella puede ver la sinceridad en mis ojos mientras derramo mi corazón. Lo que haga
después depende completamente de ella. No espero que salte a mis brazos y me diga
que todo estará bien. Pero sé que un día, las cosas estarán bien. Ya sea que Anna me
perdone, o si volvemos a estar juntos o no, las cosas estarán bien. De una manera u
otra.

Hace seis meses, habría usado mi llave para abrir la puerta frente a mí, pero no
tengo derecho a hacerlo ahora, así que alzo la mano para llamar. Para ser honesto,
estoy petrificado. Escucho sonidos a través de la puerta y cuando escucho más de
cerca, los sonidos son Anna y Ayden cantando junto a La princesa y el Sapo, una de sus
películas favoritas de Disney. Escucho un momento más antes de volver a arreglar la
caja en mis brazos que contiene el regalo de cumpleaños de Aydensu cumpleaños es
dentro de una semanay luego toco la puerta.

Se pueden escuchar pasos al otro lado de la puerta y de repente mi corazón se aloja


en mi garganta, mientras mis palmas se vuelven húmedas. Espero como el demonio
que no me cierre la puerta en la cara, pero no la culparía si lo hiciera. He sido un idiota
y lo tendría muy merecido.

El hermoso rostro que ha perseguido mis sueños de repente aparece frente a mí. La
sonrisa que llevaba cuando abrió la puerta al instante desaparece, una mirada de
tristeza reemplazándola como un cuchillo en mi corazón.

Anna cierra la puerta, pero no completamente. La escucho decirle algo a Ayden y


luego el sonido de sus pasos subiendo las escaleras. Ella abre la puerta y se hace a un
lado, luego me hace un gesto para que entre. Se siente raro, pero al menos no me está
dando un portazo en la cara. Estoy sorprendido cuando la observo completamente. Se
tiñó el cabello de color púrpura con puntas rosadas. Ella siempre había sido una niña
rebelde, lo cual era una de las cosas que más amaba sobre ella. Es su propia persona y
no le importaba lo que otros pensaran de ella. Solo mirarla hace que mi polla se
mueva, no es el momento ni el lugar adecuado para que eso suceda, pero no había
forma de detenerlo.

Caminando hacia la sala, noto los juguetes de Ayden en el piso y los rodeé con
cuidado.

—Lo siento. No esperábamos compañía —dice con la voz más débil—. Siéntate.

163
Me siento en el sillón, queriendo darle un poco de distancia. Ella arregla los
juguetes de Ayden rápidamente y los pone en su caja de juguetes antes de tomar
asiento en el sofá. Parece que quería decir algo, pero se mantuvo callada.

—Entonces… —Mi garganta repentinamente se ve privada de oxígeno. Tomé


algunas respiraciones antes de continuar—. Te debo una explicación.

—¿Te gustaría un café? —pregunta mientras salta del sofá y se dirige hacia la
puerta.

—Claro, eso sería agradable. Gracias.

Me siento tranquilamente en el salón por mi cuenta. Puedo escuchar a Ayden


jugando arriba y eso trae una sonrisa a mi cara. Podría imaginarlo jugando y riendo
como solía hacerlo. Un pensamiento agridulce si alguna vez hubo uno. Ahora no soy
su padre y no merezco ver su sonrisa o escuchar su risa.

La apertura de la puerta me hace saltar. Anna entra con dos tazas de café. Se ve
triste y yo daría cualquier cosa por borrar esa expresión de sus ojos.

Al darme la taza, Anna se sienta en el sofá, pero solo se sienta en el borde, como si
pudiera saltar en cualquier momento.

—Gracias. Mira, sé que no merezco la oportunidad, pero ¿podrías estar dispuesta


a escucharme?

Ella asiente con la cabeza tan minuciosamente que podría haberme perdido su
gesto si no me hubiera estado centrado en cada uno de sus movimientos.

—No quise hacerte daño. Lamento haberlo hecho, porque esa nunca fue mi
intención. —Tomo un trago de mi café, quemando ligeramente mi lengua.

—Lo hiciste.

Esas dos palabras me rompen el corazón, aunque creí que no podría romperse más
de lo que ya estaba.

Le cuento sobre la rehabilitación y el hecho de que al principio no se me permitía


el acceso a mi teléfono, luego, a medida que pasaba el tiempo, empecé a sentirme más
ansioso por llamar. Explico cómo no era una conversación que quería tener por
teléfono, porque me parecía demasiado impersonal. Hablé sobre Amelia y de cómo
ella fue mi patrocinadora, sobre Zeke y nuestras sesiones de terapia. Dejé que mi
corazón se desangrara en mis palabras. Sin embargo, no le digo por qué había
necesitado rehabilitación en primer lugar, eso necesita un poco más de fuerza de la que
tengo actualmente.

164
Ella permanece callada mientras hablo. Desearía saber lo que estaba pasando por
su mente.

Poniéndome de pie y estirando mis piernas solo por hacer algo, camino hacia la
chimenea y veo las fotos de nosotros allí. Es entonces cuando noto sus anillos de
compromiso y de boda junto a una de las fotos. Mi corazón se siente como si estuviera
siendo apretado fuertemente. No sé por qué pensé que todavía podría usarlos, pero
duele muchísimo ver que se los quitó.

Si esta es la última vez que veo a mi Anna, mi preciosa Cariad, entonces tengo que
contarle todo. Solo estoy tratando de tomar valor cuando habla.

—Lo lamento, Drake, pero tengo que prepararme para mi turno.

Su voz es baja, probablemente para que Ayden no la escuche pronunciar mi


nombre.

—¿Tu turno? —pregunto, confundido sobre dónde trabajaría un viernes por la


noche.

—Sí, trabajo en un lugar de la ciudad. Dejaré a Ayden con Meghan en una hora.

—Oh.

No sé qué más decir. No sé por qué presumí que ella no tendría una vida además
de quedarse en casa un viernes por la noche como solía hacerlo conmigo y con Ayden.

—¿Podríamos hablar de nuevo en otra ocasión? Hay más cosas que tengo que
contarte.

Mi voz tiene esperanza, pero el resto de mí no.

—Sí. Puedo pedirle a tu madre que cuide a Ayden por unas horas mañana para
que podamos hablar solos. Meghan lo tendrá mañana por la noche otra vez, mientras
trabajo mi turno.

No sé qué decir. No esperaba que ella aceptara tan fácilmente.

—¿A qué hora te conviene?

—¿Todavía tienes el mismo número? Puedo enviarte un mensaje de texto cuando


la costa esté despejada —responde ella.

—Sí, tengo el mismo. Eso sería genial. ¿Todavía tienes el mismo número?

—Sí. —Su respuesta es simple, pero es todo lo que necesito saber.

165
—Está bien, me iré y dejaré que te prepares para tu trabajo.

Realmente no quiero irme, pero no tengo otra opción.

Anna me acompaña hasta puerta. Siento su presencia cerca detrás mí. Tan cerca y
sin embargo tan lejos. Su perfume permanece en el aire, huele bien, es familiar.

—Te veré mañana —le digo mientras me vuelvo para mirarla.

—Adiós, Drake —dice mientras abro la puerta y pongo un pie afuera.

Te amo, Annalise Elizabeth Anderson, pienso mientras me alejo del amor de mi vida
por segunda vez. Solo puedo esperar que esta vez no sea para siempre.

166
Capítulo 29

Annalise

L
a cara de Drake no era lo que no esperaba ver al abrir la puerta. Lo miré y
vi una luz en sus ojos que no había estado allí mucho después de la muerte
de su padre. La pequeña sonrisa que estaba presente era reconfortante y
devastadora al mismo tiempo. ¿Qué en la tierra lo poseyó para venir? No podía saber,
pero no podía cerrarle la puerta en su cara. Ese fuerte, hermoso rostro, que me había
atormentado en mis sueños. Los labios que solían besarme, entre otras cosas. Mi ritmo
cardiaco alcanzó su máximo y no podía calmarlo. Lo dejé en la casa después de decirle
a Ayden que se fuera a su habitación por un tiempo. Luego había hecho una taza de
café solo para tener algo que hacer.

Caminé hacia el salón y vi a Drake sentado allí, mirando la habitación, inquietado


y viéndose incómodo. Miré su perfil, los mismos rasgos fuertes que me habían
enamorado, pero su cabello era más largo y ligeramente rizado. Le sienta bien. Por un
momento, me pregunté cómo sería pasar mis dedos por este. Me moví de la puerta de
entrada para sentarme junto a él.

Su historia era devastadora. No quería correrlo, pero realmente tenía que estar lista
para el trabajo. Cuando lo acompañe a la puerta, quería abrazarlo para despedirme. Lo
que me detuvo era mi orgullo lo vi caminar de regreso a su coche y tuve que cerrar la
puerta para que no viera mis lágrimas cuando miró hacia atrás hacia mí. Tomé una
firme respiración entonces fui a prepararme para el trabajo. Dejé a Ayden con
Meghan, pero no mencionó a Drake. Si ella lo había visto o escuchado de él, ella me
diría, y como no lo mencionó por sí misma, creí que él no le dijo nada de que regresó.
No quería molestarla, por lo que simplemente no saqué el tema.

Mi turno en Lust me drenó. Habíamos estado muy ocupadas, pero no deje de


sentir que me iba para siempre. Todo lo que quería era volver a casa, ir a la cama,
despertar y ver a Drake otra vez. No pensé que así era como me sentiría si él reaparecía
pensé que me sentiría enojada, pero la cólera se había disipado cuando me dijo acerca
de su madrina, Amelia. Nada aquel día había sido como pensé. Parecía que estaba
casada con una mujer llamada Andi y tenían una hija. Porque me había dicho esta
información no estaba muy segura, pero me alegre de que lo haya hecho.
Oficialmente, no tenía nada de qué preocuparme de ella estando interesaba. Por qué
importaba ahora, no lo sé, pero a pesar de que no estábamos juntos, no significaba que

167
quería verlo con otra persona. Mis prisas de Kaffeinate lo habían demostrado, como
tenía mis sentimientos durante los días entre entonces y de él apareciendo.

No había hablado mucho con Drake… él había hablado y yo escuchado… así que
estaba esperando a tener la oportunidad de hablar con él cuando lo vi el día siguiente
porque había algunas cosas que necesitaba sacar de mi pecho. Al menos no mencionó
verme en el café, pero entonces él parecía sorprendido por mi cambio de color de pelo
cuando había abierto la puerta, así que probablemente era seguro asumir que no me
había visto.

Cuando recogí a Ayden de con Meghan después de mi turno, me dijo


tranquilamente que él había mencionado a Drake, lo cual era inusual porque no había
hablado sobre él durante un tiempo. Me preguntaba si había visto por la ventana y lo
vio o nos escuchó hablar. No quería sacar el tema con él hasta que hubiese hablado
con Drake el día siguiente. Tal vez yo sería capaz de decirle que su papá iba a ser parte
de su vida. Esperaba que quisiera saber de Ayden.

Cuando escuché el coche en el camino de entrada, sentí una bola nerviosa de


energía anudarse en mi estómago. Me levanté para abrir la puerta y le dije adiós con la
mano a Jack mientras se iba conduciendo. Debe de estar matando a Drake tener que
depender de otras personas por ayuda cuando él normalmente era la persona que lo
hacía. Pero él había sido descalificado por conducir así que él no tuvo otra opción más
que tomar un taxi o pedir aventones en todas partes. Lo que haría ver a Ayden más
difícil, simplemente no podía venir y recogerlo, si quería verlo en absoluto, pero luego
podría dejar a Ayden con él. No sabía dónde se estaba quedando Drake, pero él no
podía estar alojado con familia. Él me había dicho el día anterior que solo Jack sabía
que estaba en casa y que él sabía la verdad del asunto, pero había jurado el secreto.
Drake había querido decirme primero y luego él iría a su familia. No podía verlos darle
la espalda si necesitaba un lugar para alojarse, tal vez no podían ser la familia
aparentemente más táctil, pero ellos nunca dan la espalda a uno de los suyos, pero si
no le dijo la verdad a su familia, entonces no podía quedarse con ellos. Lo que
importaba, realmente no sé. Supongo que no solo quería verlo sin hogar.

—Hola, ¿te puedo conseguir un café? —le pregunté mientras me paré a un lado y
lo dejé pasar.

—Eso sería genial, gracias.

Parecía extremadamente alegre, pero me di cuenta de que se sentía un poco


incómodo. Es lo que sucede cuando pasas tanto tiempo con una persona conoces.

168
—Toma un asiento en el salón, te traeré el café —dije mientras hago mi camino
hacia la cocina.

Puse la cafetera y esperé a que se caliente. Me alegré de que Drake hubiera


aparecido como lo había prometido, parte de mí creyó que tal vez no cumpliría su
promesa, pero no sabía cómo actuar alrededor de él. Me sentía tan incómoda como
obviamente él lo hacía.

Tomando las bebidas de regreso al salón, lo vi paseando frente a la chimenea.


Parecía nervioso y no podía culparlo. No podía ser fácil venir aquí y teniendo que
explicarme todo… pero hasta que me explicó, hasta que sacó todo de su pecho, no iba
a poder ser capaz de solo dejarlo ir. No iba a poder seguir con su vida, para avanzar,
hasta que soltó todos sus demonios de su pasado.

—Te ves bien —dijo Drake mientras le entregaba una taza.

—Gracias.

—Lo siento, solo que... te ves diferente y te queda.

Él parecía contrito mientras habló suavemente. Sabía él que no tenía derecho a


decir cosas como esas, pero no podía evitar sentir una punzada en mi corazón por su
pequeño cumplido.

—Gracias, sabes cómo soy… nunca soy de las que se queda con un solo estilo por
demasiado tiempo. Simplemente decidí que era tiempo de cambiar.

Momentos pasan donde no hay nada que decir. Era un silencio casi incómodo y se
sentía raro. Siempre había sido cómodo alrededor de Drake. Fue una de las cosas que
primero me atrajeron de él. Cuando solo habíamos sido amigos, cuando yo estaba
saliendo con Oliver, Drake y yo siempre habíamos tenido una amistad fácil. Palabras
que no se necesitaban hablar, sabíamos cómo se sentía el otro con solo una mirada.
Pero sentados allí sin hablar me estaba volviendo loca. Removiéndome incómoda en
mi asiento, preguntándome que estaba pasando dentro de su cabeza.

—Rachel me contactó —dijo Drake, rompiendo el silencio.

Estaba sorprendida. Rachel había dicho que ella nunca quería que Drake fuera una
parte de la vida de Morgana. Lo que ella estaba haciendo contactándolo ahora era algo
que nadie adivina.

—Vaya, ¿qué te dijo?

—No mucho, solo preguntaba si podíamos hablar. No le respondí.

—¿Qué? ¿Por qué no?

169
Drake no había sido nunca de eludir responsabilidades. Solo se quedó fuera de sus
vidas porque Rachel lo había querido así.

—Fui arrestado.

—Estoy confundida. ¿Nunca respondiste porque fuiste arrestado?

No estaba segura de cómo estaban conectadas las dos cosas. Había sido detenido
por conducir bebiendo, sabía que mucho. ¿Pero que tenía que ver Rachel con eso?

—Que me contactara fue la gota que colmó el vaso, por así decirlo. La noche que
ella me había localizado, fue cuando fui arrestado. Me envió un mensaje por vía
Facebook, preguntado si podíamos hablar acerca de Morgana. En vez de responderle,
fui a un bar, consumí uno de muchos vasos de whisky, y subsecuentemente me
arrestaron… después de eso, me registré a mismo en rehabilitación. Seis meses
después, aquí estoy, y todavía sigo sin tener pista de lo que ella quería.

—Oh.

No sabía qué decir. Me preguntaba que quería Rachel y por qué ella lo contactaba
cuando ella fue la que lo había eliminado de sus vidas.

—No estoy jugando a pasarle la culpa… simplemente estoy diciendo que fue esa
noche que todo se fue a la mierda. Me doy cuenta de que debí haberte dicho antes.
Debí de haber venido a ti al segundo en que recibí ese mensaje. Sé que habrías sabido
qué hacer. Si hubiera hecho eso, entonces yo no habría ido a ese bar, no habría sido
detenido y no hubiera tenido que pasar seis agonizantes meses lejos de mi familia. No
tengo palabras para expresar cuánto lo siento, Cariad.

Me quedé boquiabierta. No había escuchado ese apodo en seis meses. Él siempre


me había llamado Cariad porque mi familia tenía raíces de Gales y es una expresión
galesa de cariño.

—Lo siento Anna. Solo se me salió.

Lo miré y traté de tragar más allá del bulto en mi garganta para hablar. Lágrimas
se forman en las esquinas de mis ojos y tomó toda la fuerza que tenía para detenerlas
de caer.

—Está bien. —Mi voz me traicionó agrietándose un poco. Tomé una respiración
profunda y había estabilizado mis emociones.

—¿Has decido qué hacer?

—¿Hacer?

170
Ahora fue el turno de Drake parecer confundido.

—Acerca de Rachel. ¿Has decido si vas a contactarla o no?

—Oh. No, no he pensado más en eso, para ser honesto. He estado en mi cuenta de
Facebook y no he recibido ningún otro mensaje de ella desde esa noche.

—Eso no significa que ella no quiera aún hablar. Solo podía significar que está
esperando por ti para hacer el siguiente movimiento.

—Tal vez. Pensaré en eso. He tenido otras cosas, más importantes, en mi cabeza
últimamente.

—¿Más importante? Morgana es tu hija, Drake. Ella es importante también.

—Pero ella nunca se sintió como mía. Nunca he visto una foto de ella. No digo
que no es importante, es que he tenido que ordenar mis prioridades y en la parte
superior de esa lista están tú y Ayden.

—Está bien, pero prométeme que consideraras ponerte en contacto con Rachel.

—Voy a pensar en ello, Anna, pero no ahora.

Miré hacia él y vi algo indescriptible en sus ojos. Dolor brillaba en ellos, pero
también algo más.

Antes de que tuviera oportunidad de decir cualquier cosa, Drake me levantó de mi


asiento y colocó sus labios contra los míos. Empezó como un beso suave, esperando
mi permiso para ser más. Tantas emociones se proyectaron a través de mi mente en esa
fracción de segundo, pero abrí mi boca a él, permitiéndole explorar mi boca con su
lengua. Nuestras lenguas bailaron juntas, sus labios eran suaves y llenos y su toque
estaba desesperado. Sentí sus manos en mi cadera, entonces una se deslizó a mi
espalda baja mientras que con la otra hizo su camino en la parte trasera de mi cabello.
Yo gemí audiblemente mientras él aspiró suavemente mi labio perforado antes de tirar
suavemente mi cabello para exponer mi cuello a él.

Envolviendo mis brazos alrededor de su cuello, juego con el suave cabello de allí,
mientras que él trazó ligeros besos desde mi oído a mi clavícula. Un gemido escapó de
mis labios que era ambos desesperado y hambriento. No había sido tocada de la
misma manera por seis largos meses. El beso que había compartido con James no me
enardeció como Drake lo hizo. Besando su camino de vuelta a mis labios, Drake
respiró fuertemente y pude sentir sus latidos golpeando contra mi pecho mientras me
sostuvo en él.

Nuestros labios bloqueados una vez más y esta vez, las manos de Drake hicieron
su camino hacia mi blusa. Desabrochó el botón superior, luego vaciló un momento

171
antes de deshacer el resto. Hizo un suave trabajo quitándola y descartándola.
Bajándome a la silla detrás de mí, Drake besó su camino desde mis labios a la parte
superior de mi sujetador. Los últimos seis meses prácticamente se evaporaron con el
calor de su toque en mi cuerpo. No pensé que sería tan fácil de olvidar, pero en ese
momento, lo era. Sus manos recorrieron mi abdomen y tuve que apretar mis piernas
cerradas para tratar y detener las sensaciones que se están formando entre ellas. Tiró
suavemente hacia debajo una copa de mi sujetador e inmediatamente capturó mi
pezón entre sus dientes. La sensación era casi demasiado para soportar después de
tanto tiempo sin su toque. Mi respiración quedó enganchada mientras mordía
suavemente antes de lamer y besar su camino a mí otro pecho. Él desabrochó mi
sujetador por detrás y el material cayó, dejándome expuesta al aire y a los hábiles
movimientos de lengua y manos de Drake. Él arrastró besos desde el valle entre mis
pechos, hasta mi abdomen, deteniéndose justo por debajo de la cintura de mis
vaqueros. Mirando hacia arriba a mí, preguntas sin formular brillan en sus ojos.
¿Estaba bien tomar esto más lejos? ¿Quiero esto tanto como él lo quiere? No había
ninguna duda, quería esto. No, lo necesitaba. Desabroché el botón de mis vaqueros en
respuesta.

Drake no dudó en tirar mis vaqueros por mis piernas y descartarlos. Me quedé allí
en nada más que mis bragas, pero no me sentía fría o expuesta, en cambio, me sentía
viva. Vivir sin él día a día solo era existir, pero estar con él de nuevo me trajo de vuelta
a la vida. Él me besó en el muslo, y justo cuando pensé que iría más lejos, no lo hizo.
Eligió besar su camino hacia mí otro muslo en su lugar. Fue entonces cuando colocó
un casto beso contra mi centro a través del material delgado en su camino. Me retorcí
en la silla, queriendo que se tomara su tiempo, pero queriendo que se apurara y me
hiciera venir. No pensé que podría tomar mucho más de la sensación que ya se estaba
construyendo a un crescendo sin más que su suave toque.

Sin ninguna advertencia, Drake me arrancó las bragas. Escucharlas rasgarse


aumentó mi emoción y mi respiración se hizo más superficial. El ligero toque de su
lengua en mi piel sacó gemidos de mi garganta al mismo tiempo Drake gruñía
posesivamente. Yo era suya y él estaba marcando una reclamación sobre lo que quería.
Antes de que yo pudiera decir o hacer cualquier cosa, las manos de Drake estaban en
mis muslos, separándolos más, facilitando el acceso. Me deslicé al borde del asiento
para ayudarle a acercarse más rápidamente. Se sintió como una vida, cuando en
realidad probablemente fueron solo segundos, antes de que él me volviera a tocar. Esta
vez, colocó besos más cerca de mi centro antes de chupar mi clítoris en su boca. Mi
espalda se arqueó y agarré su cabello con ambas manos.

No perdiendo el tiempo en llegar a lo que realmente quería, sus dedos empezaron


a tocarme como un violín. Por supuesto, él siempre supo justo lo que necesitaba y
cuando lo necesitaba.

—Drake —siseé cuando comenzó a trabajar sus dedos más rápido, acercándome al
clímax.

172
Él trazó besos ligeros de pluma en el ápice de mis muslos mientras trabajaba mi
cuerpo para su ventaja. Siempre le encantaba que me viniera antes que él.

No tuve que esperar mientras subía más y más alto antes de caer inevitablemente
de cabeza en el olvido.

Saciada y sin embargo codiciosa por más, me incliné hacia adelante y me apoderé
del borde de su camisa, tirando de ella sobre su cabeza. Fue entonces cuando noté las
líneas duras cinceladas en su pecho que no habían estado allí la última vez que lo vi.
Mis dedos trazaron las líneas mientras mis ojos devoraban la vista delante de mí. Me
incliné hacia delante y cerré los labios sobre los de Drake, haciéndole gemir y besarme
de vuelta con abandono. Nuestras lenguas chocaban y el sabor de mi dulzura en sus
labios me volvió loca de lujuria. Lo quería dentro de mí allí y en ese momento, no hay
punto en perder el tiempo, así que alcancé el botón en sus vaqueros como él deshacía
la cremallera. Se levantó sobre sus rodillas y dejó caer el material en su mano. Me di
cuenta de la dureza de él y me sonreí a mí misma debido a que era por mí que estaba
tan excitado. Estirando una mano, bajé el material de bóxer, exponiendo su polla dura.
Rebotó contra su estómago mientras yo empujaba sus calzoncillos hasta sus rodillas y
él maniobraba para poder quitarse completamente la ropa.

Arrodillado en el suelo delante de mí era el hombre más guapo que he visto. Con
su cabello castaño largo, sus ojos azules brillantes, y los bordes duros de su torso, era el
sexo personificado. Me deslicé de la silla hacia abajo en su regazo. Sus manos me
acunaron mientras yo ponía una mano entre mis piernas y lo guiaba dentro de mí.
Lentamente avanzando sobre él, jadeé un poco con cada centímetro extra que me
llenó. La sensación era extraordinaria. Realmente no había nada igual en el mundo.
Me sacudí en su contra mientras se sentaba allí con una sonrisa come mierda en su
rostro. Mis manos estaban en su cabello y sus manos ahuecando mi culo. Nuestros
labios se buscaban mutuamente, desesperados por la cercanía, el sentimiento de nada
estando entre nosotros. Nos movimos contra el otro, buscando un ritmo castigador que
tenía sudor goteando de nuestros cuerpos y gemidos fuertes escapando nuestros labios.
Deseo se agrupó en mi abdomen y la pasión cruda de Drake encendió las llamas
dentro de mí. Ambos perseguimos el clímax del otro, compitiendo para ver quién
podía conseguir que el otro llegara allí primero. Justo cuando estaba a punto de
alcanzar mi meta, Drake sostuvo mi cuerpo mientras él me acostaba suavemente en el
suelo. Empujó mis piernas por encima de sus hombros y comenzó a construir un
nuevo ritmo.

—Drake, cariño…

Apenas podía recuperar el aliento para terminar mi oración.

—¿Sí, Cariad? —preguntó cuándo se inclinó para poner un beso casto contra mis
labios.

—Voy...

173
—Lo sé —respondió cuando empezó a moverse más duro y más rápido dentro de
mí.

Un fuego ardiente explotó dentro de mí y me vine largo y duro, mis paredes


interiores exprimiendo el pene de Drake mientras lo sentía todavía y su calor me
llenaba.

Se acostó sobre mí, descansando sobre sus antebrazos a ambos lados de mi cabeza.
Inclinó la cabeza hacia abajo y me besó lánguidamente, sin embargo, lleno de deseo.
Lo besé de vuelta con toda la emoción de los meses que pasamos separados.

Exhaustos, nos acostamos uno al lado del otro en el suelo, recuperando la


respiración y esperando que nuestros miembros fueran capaces de moverse de una
manera coordinada.

Más tarde esa noche, estaba trabajando mi turno en el bar y empezó a golpear
alrededor de mi cabeza que tal vez tener una camarera de cócteles por esposa no iba a
ayudar a un alcohólico en recuperación. Tuvimos una despedida de soltera, así que no
tuve mucho tiempo para pensar, pero sabía que si había una oportunidad para que
Drake y yo pudiéramos arreglar las cosas, entonces tendría que cambiar mi vida en
algunas pequeñas maneras de ayudar a su recuperación, en lugar de obstaculizarlo. Por
ejemplo, la botella de vino o dos que guardaba en la nevera para un fin de semana frío,
tendría que irse. No podría tener ninguna tentación en su camino. No era un bebedor
de vino, siempre prefiriendo Bud o JD y Coca-Cola, pero para un alcohólico, cualquier
alcohol era tentador. También tendría que renunciar a este trabajo. Sé que trabajar
aquí no lo obliga a beber, pero preferiría no arriesgarme.

¿Por qué estaba pensando de esa manera? Ni siquiera estaba segura de lo que iba a
pasar entre nosotros ahora. No podíamos volver a la vida que habíamos tenido solo
porque habíamos tenido sexo y él me había dado un orgasmo alucinante o dos.
Necesitábamos sentarnos y hablar de lo que el otro quería y necesitaba.

Las solteras vinieron al bar y ordenaron una ronda de cócteles de “Golden Girl”.
Era uno de mis favoritos, hermoso en su simplicidad. Todo lo que tenía era zumo de
toronja y prosecco con tres frambuesas frescas en un palo de cóctel. El “factor wow”
proviene del brillo comestible que estaba alrededor del borde del cristal y mezclado en
la bebida. Pensé que era un nombre un poco estúpido. Si hubiera sido mi brebaje, lo
habría llamado una “Bomba de Brillo”, pero ¿quién era yo para cuestionar?

Serví a las chicas y tuve que limpiar la barra porque ese brillo realmente llega a
todas partes.

174
Red y yo nos estábamos preparando para los clientes que sabíamos que iban a
estar en la siguiente hora o así. Lust iba a alojar una noche de citas rápidas a las 9:00
p.m. Era el primero de su clase y Red me dijo que mucha gente se había inscrito para
ello. Esta era la calma antes de la tormenta. A James se le había dado la noche libre,
aunque normalmente trabajaba los sábados. En su lugar, habría una música más
tranquila tocando en el fondo porque nadie quería la música a todo volumen de un DJ
mientras trataban de hablar.

Hablando del diablo lo hizo aparecer. Me volví cuando escuché a alguien toser y
vi a James sonriendo desde el final del bar.

—¡Hola! —saludó él en su manera alegre habitual.

—Hola, James, ¿no es tu noche libre? —pregunté mientras trataba de organizar las
mezclas en un momento más tranquilo.

—Sí, pero pensé en venir y ver la carnicería.

—¿Qué te hace decir eso?

—¿Has estado alguna vez en citas rápidas? Es como un accidente de auto


esperando que suceda. Y aunque lo intentes, no puedes mirar a otro lado.

Me reí mientras tomaba mi delantal e iba a cortar algunos cítricos listos.

—¿Has estado alguna vez en citas rápidas? ¡Suena como si supieras un poco sobre
ello!

—Sí —admitió con una sonrisa tonta en su rostro—. Solo una vez. Lo lamenté en
el momento en que empezó. La chica con la que acabé emparejado estaba en forma
como la mierda, pero luego abrió la boca. Tres minutos con ella no había sido
suficiente para darme cuenta de lo tonta que era. Pero en nuestra cita, ella demostró
ser... bueno... un sándwich o dos cortos de un picnic.

—Bueno, eso es una buena cosa que decir.

Lo golpeé con la toalla de bar a mi lado.

—Es verdad. Me gustan las mujeres inteligentes. Hay varias categorías diferentes
de mujeres, ¿no? Esta la “caliente pero tonta” y “no caliente pero inteligente”,
entonces está “no es caliente y tonta” pero lo mejor de todo es “caliente e inteligente”.
Mi preferencia personal es obviamente caliente e inteligente, como tú.

Me guiñó el ojo y yo solo saqué la lengua en respuesta. Los hombres podían ser
tan sexistas a veces, pero entonces siempre he pensado que los chicos caen en el mismo
tipo de categorías, así que supongo que eso me hace sexista también.

175
—¿Quieres que te sirva un trago, o quieres usar tu soda?

—¡No te atreverías!

Recogí la bomba de soda y apunté. No estaba segura si realmente lo haría, pero él


me retó. Ese no fue el movimiento más inteligente.

—¡Guau! Si me empapas, voy a tener que sentarme aquí sin camisa.

—Bueno, necesitamos algo para que la despedida de soltera pueda disfrutar.

—Oh, ¿así que admites que soy caliente?

—¡Tan caliente! —dije tan sarcásticamente como pude y rodé los ojos hacia el
cielo.

—¿Ves? Me pones caliente.

—No, te pones caliente tú mismo y creo que sé lo que te refrescará.

Apreté el gatillo de la bomba y dejé que lo rociara justo en la cara. Me eché a reír
mientras él fracasó en busca de la toalla de bar. La saqué de su alcance y agarré mis
costados a medida que la risa se apoderaba de mí.

—¡Te voy haré pagar por eso! —dijo en broma mientras se limpiaba el rostro con
la única cosa disponible, su camiseta.

No pensé que Red había visto el intercambio y no quería meterme en problemas,


así que hice trabajo ligero de limpiar la limonada que había rociado todo el extremo
del bar.

—Mm-hm —contesté mientras escurría la toalla.

—Solo tienes que esperar y ver. Voy al baño de caballeros a ver si puedo usar el
secador de manos para secar mi camiseta, un Jack Daniel’s y Coca-Cola sería bueno
para cuando regrese. Por la casa, por supuesto.

Me lanzó un guiño mientras miraba por encima de su hombro hacia mí.

El resto de la noche fue bastante entretenido. La multitud era una mezcla


de caliente y no. Los hombres babearon sobre las mujeres, mientras que las mujeres se
podían ver mirando el culo extraño aquí y allá. James y yo conversamos mientras yo
no estaba sirviendo a nadie y él decidió que debíamos jugar un juego donde apuntamos
a una persona y el otro tiene que describir lo que ellos piensan que su vida podría ser.

176
Al final del turno, Red, James, y yo miramos por encima de las tarjetas que las
citas rápidas habían registrado en las cajas. Emparejamos a un par de personas, pero
James y yo no podíamos dejar de reírnos después de que se habían ido. Podrían
coincidir en el papel, pero James no pensó que tendrían una segunda cita. Era
demasiado gracioso para las palabras.

Cuando agarré mis cosas de mi casillero, me di cuenta de que no había tenido


tiempo de pensar en mi vida en casa y se había sentido bien. Por una vez, no me
preocupaba dónde estaba Drake ni por qué se había ido. Tenía esas explicaciones
ahora, así que lo que sea que el futuro deparara, al menos yo sabía lo que había
sucedido hace tantos meses. No había una solución simple a lo que haríamos ahora.
Aún podríamos estar casados, incluso podríamos ser capaces de recoger los pedazos de
nuestro matrimonio e intentarlo de nuevo, pero tendríamos que hacer cambios y
rápido. Realmente no quería empujar a Drake, pero lo primero que pensé que debería
hacer era contactar a Rachel.

177
Capítulo 30

Drake

E
l sexo con Anna era más alucinante que recuerdo. Pensé mucho acerca de
esto cuando estaba en rehabilitación. Ellos no fomentan a los adictos en
recuperación a entrar en relaciones personales después de doce meses de
conseguir estar sobrios, pero Anna es mi esposa y la relación había llegado antes de la
adicción, no después. Aun así, no sé si era buena idea tratar y recoger los pedazos,
pero cuando la vi, la quería. Yo no había ido a verla con el sexo en mente, había ido a
hablar con ella acerca de Rachel, pero después de hablar, había actuado
impulsivamente y la besé. No pensé que regresaría mis avances, así que me llevé una
sorpresa cuando ella se abría para mí. Besándola se sintió mucho mejor de lo que
recordaba. Sus suaves, labios llenos cautivaron y la manera en que respiraba me dijo
que quería más, tanto como lo hice. Ella tomando el camino que me había hecho
sentir vivo. Sentí que había estado en estasis los últimos meses y ahora ella me trajo a
la vida con solo un toque.

Había ido a su casa luego y es cierto que masturbé en la ducha cuando los
recuerdos asaltaron mi mente. Después de la ducha, me vestí en mis pantalones para
correr y una camiseta vieja, decidiendo holgazanear enfrente de la televisión… algo
que no había hecho en meses. No había nada bueno a menos de repeticiones de Mad
Men, así que decidí ir al gimnasio en lugar de esto.

Después de registrarme para mi nueva membresía en el gimnasio local, metí mis


pertenencias en un casillero y golpeo el piso. Encuentro el saco de boxeo y comienzo a
calentar lentamente. Después de un rato, hago mi camino hacia las pesas y hubiera
deseado traer a Jack a lado para entrenarme. Mientras termino, había una cara
conocida en el gimnasio, mi viejo amigo Hunter y él solamente estaba demasiado feliz
de venir y entrenarme. No lo había visto en años… desde que había descubierto sobre
Morgana de hecho, pero no había tiempo para ponerse al día. Yo no hablo mientras
levanto pesas. Cuando termino mis series, Hunter y yo tomamos una bebida por lo que
puedo enfriarme.

—Así que, ¿cómo están las cosas? —pregunta mientras agarra una botella de
Smartwater.

—Oh, ya sabes, no demasiado malo.

178
Realmente no quiero hablar de cosas fuertes en el gimnasio. No estoy seguro de
que quiero hablar en absoluto. Siento como si la única persona que realmente entiende
es Anna.

—Bien, bien. Es bueno verte, Drake, ha pasado mucho tiempo.

—Sí, ha sido años. ¿Cómo van las cosas contigo?

Si yo puedo desviar la conversación de mí, yo podría irme ileso, por lo menos por
hoy.

Llegamos a conversar sobre su vida. Él ha conseguido un nuevo trabajo, conoció a


una mujer y se enamoró perdidamente. Están esperando a su primer hijo cualquier día
y que ella se ha cansado de él quejándose, así que ella le dijo que fuera al gimnasio. Un
tiempo después, es la hora para que él se vaya a casa. Me alegro de que la
conversación no hubiera vuelto a mí.

Unas dos horas más tarde finalmente dejo el gimnasio. Estoy agotado y es el
momento de irme a casa a relajarme. Me dirigí directamente a la ducha, luego me
cambio a ropa limpia y me siento frente al televisor. Me pregunto qué hace Anna. No
sé hasta qué hora trabaja, pero espero que llegue a casa con seguridad. No me gusta la
idea de ella trabajando en un bar. Aunque era un bar de copas y estaba más dirigido a
las mujeres, atrae a más hombres porque saben dónde va a estar su nueva presa. No
me gusta la idea de que tenga que quedarse tarde y cerrar sola, y luego manejar a casa
tarde en la noche. Sin un segundo pensamiento, recojo mi teléfono.

Drake: ¿A qué hora terminas tu turno? Xx

Un par de minutos pasan antes de obtener una respuesta.

Anna: Acabo de hacerlo. Estoy metiéndome en el coche ahora y recoger a Ayden con
Meghan. Xx

Drake. Muy bien. Asegúrate de llegar a casa a salvo. ¿Escríbeme cuando estés de
regreso?

Al principio cuando estuvimos juntos, si alguna vez ella estaba afuera, siempre
quise que ella me escribiera en el minuto en que llegará a su casa. No vivíamos juntos
en ese momento y necesitaba saber que estaba segura.

Anna: Claro. Estaba pensando en algo realmente. ¿Te gustaría comer mañana domingo
conmigo y Ayden? Xx

Yo estoy desconcertado por esta pregunta. Por supuesto me encantaría pasar


tiempo con mi esposa e hijo, pero ¿es demasiado pronto? ¿Estoy haciéndola sentir
como si ella tiene que hacer esto, no queriendo?

179
Drake: ¿Estás segura? Xx

Momentos después, mi teléfono suena.

—Por supuesto que estoy segura —dice cuando lo contesto.

—Solo no quiero que sientas como si tienes que hacerlo, eso es todo.

—No me siento así para nada. Simplemente creo que, si vamos a vernos, no
tenemos que hacerlo furtivamente. Ya no somos jóvenes imprudentes. Somos adultos
y eso significa que tenemos que decirle a Ayden que regresaste.

—¿Regrese?

Mi corazón se acelera en mi pecho ante la perspectiva de lo que eso significa.

—Sí, tú sabes, no estás lejos ya. No tenemos que decirle a donde te fuiste,
obviamente, pero tenemos que estar al frente y decirle que vas a estar alrededor.

—Está bien. Si estás segura.

Me decepciona que no significa más, pero no puedo decir que estoy sorprendido.
Anna está haciendo lo decente por permitirme regresar a la vida de Ayden y a la suya.
Hasta qué punto, no estoy seguro, pero no tengo nada salvo tiempo ahora… tiempo
para dejar que las cosas sucedan naturalmente, no forzarlas.

—Estoy segura. Ven por decir a la una y media.

Escucho el motor de su automóvil encenderse y me hace desear todavía tener mi


coche. Está todavía con Jack por el momento.

—Seguro. ¿Quieres que lleve algo?

—Solo a ti mismo —dice y puedo oír la sonrisa en voz.

—Bueno, nos vemos entonces.

—Te voy a escribir cuando llegue a casa, ¿bien?

—Gracias. Yo… yo esperaré en el teléfono.

Casi le digo que la amo, pero creo que me recuperé a mí mismo a tiempo. Estoy
tan acostumbrado a nosotros diciéndonos que nos amamos antes de colgar el teléfono,
pero no puedo hacer eso ahora.

—Está bien, adiós.

180
—Adiós, Anna.

Cuelgo y apago la tele. Recojo mi celular y camino hacia la cama. Justo cuando
estoy yendo a la deriva a dormir, suena mi teléfono.

Anna: Estoy en casa. Xx

Escribo una respuesta al instante.

Drake: Bueno. No me gusta la idea de que estés tan tarde en la noche. Xx

Por qué dije eso, no sé. Ya no es asunto mío lo que ella hace.

Anna: Soy una chica dura. No tome clases de defensa personal para nada, sabes. Xx

Drake: ¡Genial, ahora todo lo que puedo pensar es pateándole algún tipo su culo por
poner un dedo sobre ti! En realidad, es un poco caliente pensar que podrías reducir con
facilidad a alguien.

Si alguna vez hubo un momento de golpearme la cara con la mano, este es el


momento. Envié el mensaje antes de pensarlo. Tengo que tener más cuidado lo que
estoy diciendo estos días para no asustarla. Qué idiota.

Anna: Sabes que podría patearte el culo cualquier día. No me hagas usar mis movimientos
ninja en ti. :P

Ese emoticón con la lengua colgando hacia fuera significa que no está enojada
conmigo. Gracias a Dios, por eso.

Drake: ¿Movimientos ninja? ¡Ya los quisiera ver! ;)

Estoy empezando a ponerme duro con la idea de lanzándome como un muñeco de


trapo. ¿Cosa rara para encontrar que me encienda? Tal vez, pero solo puedo imaginar
Anna vistiendo nada y reduciéndome, luego follando mis sesos.

Anna: Eso te dará algo para soñar esta noche. Xx

Drake: Deseo que no tuviera que imaginarlo.

Es un par de minutos antes de que mi teléfono suena otra vez.

Anna: Entonces no lo hagas… xx

Drake: No, ¿qué? Xx

Anna: No lo imagines…

181
Me estoy poniendo más duro a medida que intercambiamos mensajes. Tendré que
hacer algo al respecto antes de poder dormir.

Drake: No puedo evitarlo ahora que has puesto el pensamiento en mi cabeza. ;)

Anna: Quiero decir, no lo imagines, solo hazlo. Xx

Ahora estoy confundido.

Anna: Ayden está profundamente dormido... podríamos... ya sabes... * guiño * xx

¡Guau! ¿Está pensando lo que estoy pensando? Me pongo la ropa lo más rápido
posible y meto los pies en mis tenis.

Drake: Estoy en camino... xx

Anna: Estaré en la cama esperando. Dejaré la puerta abierta. ¡Solo sé silencioso!

Bajo las escaleras y llamo a un taxi. La espera de diez minutos me tiene nervioso.
Tengo que llegar antes de que cambie de opinión.

Al llegar a la casa, abro la puerta lo más silenciosamente que puedo, me quito los
zapatos y me arrastro por las escaleras. Fuera de la puerta de la habitación, me detengo
a tomar aliento. Siento que no he respirado desde que ella me escribió que viniera.
Antes de que pueda hacer otra cosa, la puerta se abre y Anna se para frente a mí con
un pequeño negligé morado. Mis ojos se sienten como si hubieran salido de las
cuencas mientras la observo de pies a cabeza. Me imaginé que no llevaba casi nada
mientras me pateaba el culo, pero este negligé era mejor que mi imaginación.

Extendiendo sus brazos, ella los envuelve alrededor de mi cuello y jala mi cabeza
hacia la de ella para un beso que deja mis labios hormigueando. Cerrando la puerta
silenciosamente detrás de mí, llevo a mi Cariad sonrojada y capturé sus labios mientras
escucho los suaves acordes de “In My Veins” tocando en el fondo. La beso con avidez y
la llevo hacia la cama. Cuando alcanzamos el borde, ella se da vuelta y me empuja
suavemente para que esté sentado en la cama en lugar de ella. Se arrodilla frente a mí,
rompiendo nuestro beso, para que pueda quitarme la camiseta. Una vez que me la ha
quitado, toma la cintura elástica de mi pantalón de trotar y yo me levanto de la cama
ligeramente para que pueda tirar de ellos con facilidad. Los quita rápidamente y mi
polla dura está allí frente a ella. Ella me toma con fuerza, suave pero firme. Lamiendo
sus labios y mostrándome una sonrisa malvada, Anna toma mi cabeza en su boca y la
acaricia con la bola de su barra de lengua. La sensación es mejor de lo que recordaba y
se necesita toda la moderación para no tener que venirme allí en ese momento.

Me recuesto en la cama y me deleito con la sensación de la boca de Anna


alrededor de mi pene. El placer que trae al hacer algo tan simple es inmenso. Ella
comienza a trabajar con su mano arriba y abajo de mi eje mientras su boca se mueve

182
en sincronización. La sensación que traté de enterrar sale a la superficie y no creo que
pueda aguantar mucho más.

—Hazlo —murmura, sabiendo la forma en que mi cuerpo reacciona a ella.

No necesito que me lo diga dos veces y exploto en su boca. Ella se traga todo y
lame la cabeza de mi pene antes de sonreír, satisfecha consigo misma, sabiendo que
todavía puede controlar mi cuerpo.

Poniéndose de pie, Anna toma mis manos y las coloca en sus caderas. Estoy
hipnotizado por su cuerpo. Sus curvas completas están en todos los lugares correctos.
Ella es la mujer más deslumbrante con la que he estado y con la que siempre estaré. Si
me salgo con la mía, será la última mujer con la que me haya acostado. Mis manos
vagan por su propio consenso. Alcanzo el dobladillo de su negligé y ella me golpea.
Supongo que se queda por un poco más de tiempo. No importa, solo adoraré sus
partes que puedo ver. Mis dedos encuentran el calor entre sus piernas, ella ya está
húmeda para mí, así que me inclino hacia adelante y lamo. Ella gime y se agarra a mi
pelo. Sus muslos se separan ligeramente y gentilmente inserto un dedo para
complacerla más. Pequeños jadeos salen de su boca cada vez que toco el lugar
correcto.

De repente, Anna me empuja hacia la cama y me monta a horcajadas en la


cintura. Ella se inclina suavemente sobre mí, empujando contra mis manos extendidas
para darle un poco de fricción. Centímetro a centímetro, ella me toma y te juro que
voy a desmayarme del placer. Mientras se sienta a ras de mi cuerpo, sus caderas
comienzan a mecerse. Ella alcanza el dobladillo de su bata, pero la golpeé y la saco de
su cuerpo lo más rápido que puedo. Mis manos extienden la mano hacia sus pechos
llenos y flexibles, y ella apoya sus manos en mi abdomen para apoyarse mientras se
levanta y se levanta de mi pene a medida que se endurece dentro de ella. Rastreo un
círculo alrededor de sus pezones antes de tomarlos entre mi dedo y mi pulgar,
haciéndolos tensos. Anna comienza a moverse más rápido y me inclino hacia arriba,
tirando de otra almohada debajo de mi cabeza para poder capturar su pezón entre mis
dientes mientras me monta. Le agarro el culo con una mano y su cadera con la otra.
La balanceo en un movimiento hacia adelante y hacia atrás, ganando fricción e
impulso mientras echa la cabeza hacia atrás y gime ruidosamente. Puedo sentir que sus
paredes comienzan a cerrarse a mí alrededor y sé lo que viene. Subo el ritmo y
nuestros cuerpos se mueven rápidamente el uno con el otro.

—Dios, bebé, te sientes tan jodidamente bien —le susurro.

—No… mucho... ahora —jadea.

Agarro su culo con ambas manos y empiezo a moverla de nuevo hacia arriba sobre
mí. Ella me rasguña el torso con las uñas y estoy seguro de que todavía habrá una
marca en la mañana.

183
—Vente por mí, bebé, vente por mí ahora.

—Tan... cerca.

La llevo hasta la punta de mi polla y luego la golpeo de nuevo. Repito la acción


varias veces antes de que sus paredes se aprieten contra mí otra vez y ella grita mi
nombre a medida que se acerca con fuerza. Derramo mi semilla dentro de ella y se
siente tan bien dejar de contenerse.

Nos acostamos uno al lado del otro en la cama, sudados y jadeando. Agotado y
saciado Anna extiende su mano y me cubre la cara. Al mirar sus hermosos ojos, no
puedo evitar caer en ellos.

—Te amo —susurra.

—Yo también te amo, Cariad.

No puedo creer lo que acaba de suceder y tengo la sensación de que no lo olvidaré


deprisa. Quiero tanto quedarme aquí con ella toda la noche, para tomarla de muchas
maneras diferentes y hacerla gritar mi nombre, pero sé que debo irme pronto. No
podemos dejar que Ayden me vea aquí por la mañana, no antes de que tengamos la
oportunidad de hablar con él.

Estamos en los brazos del otro por lo que parece una eternidad, pero en realidad,
solo ha pasado una hora cuando miro el reloj en la mesita de noche.

184
Capítulo 31

Annalise

I
nvité a Drake por capricho. No podía sacarlo de mi mente y no había dejado
de pensar en el sexo increíble que habíamos tenido horas antes. Había venido
directamente y me había recordado por qué era el mejor amante que era él
probable a tener. Finalmente, se fue alrededor de las 2:00 a.m., a pesar de que ninguno
de los dos había querido dejarse ir. Le espeté que lo amaba, pero no me arrepentí ni un
poco. Lo amaba desde el momento en que nos juntamos, probablemente antes, en
realidad. Fue difícil precisar el momento en que supe por primera vez que lo amaba. Él
me dijo que él también me amaba y mi corazón saltó por la sinceridad en su voz.

Claro, Drake había hecho las cosas mal. No debería haberse ido a la bebida y
debería haber venido antes, pero no podía alejarme de él ahora. Quería regresarlo
lentamente a la vida de Ayden. A mi vida. Simplemente no quería precipitarme en las
cosas. Así que lo invité a cenar el domingo. Fue un comienzo. Con suerte, Ayden
estaría feliz de verlo y este podría ser un nuevo comienzo para nosotros. Pero había
cosas de las que Drake tenía que ocuparse antes de poder seguir adelante con nuestras
vidas.

Desperté el domingo por la mañana a un texto que no había escuchado. Había


estado muy feliz soñando con mi esposo.

Drake: Aunque hemos estado separados, me he dado cuenta de que en realidad nunca te
has ido. Eres parte de mi corazón, parte de mi alma, y pienso en ti todos los días. Estás en mi
mente desde el momento en que despierto hasta el momento en que mis ojos se cierran.
Mirando atrás, puedo ver las cosas más claramente ahora. Cometí errores, te tomé por
sentada y no vine a ti cuando debería haberlo hecho. Pero el tiempo me ha hecho un mejor
hombre y estoy aquí, rogándote de rodillas por la oportunidad de compensártelo. Por favor,
Anna, mira dentro de tu corazón y verás que no hay escapatoria de nuestro amor. Tanto
como trataste de seguir adelante para proteger tu corazón, sabes que me amas. Eres mi esposa
y te suplico me des otra oportunidad de ser el marido que mereces. Love D xx

185
Eso ciertamente no era lo que esperaba que dijera el mensaje, pero ahí estaba. No
habíamos hablado de eso en voz alta, pero sabíamos que no había forma de ocultar el
hecho de que nos pertenecíamos. Su mensaje habló a mi corazón y estaba aún más
convencida de que podríamos hacer una segunda parte de nuestro matrimonio si él se
abriera y le dijera a su familia la verdad... si contactara con Rachel. Quería que todo
fuera dicho, que no hubiera nada acechando, esperando a arrastrarse sobre nosotros. Si
quería otra oportunidad, tenía que hacerlo de la manera correcta. Pero todavía
teníamos que movernos lentamente en lo que respecta a Ayden. Tuvimos que ir a la
ligera y ver cómo se sentía cuando cenáramos juntos. No podría volver con Drake si a
Ayden no le gustaba la idea. Siempre pondría a mi hijo primero.

Ayden abrazó a Drake en cuanto abrí la puerta.

—¿Vienes a casa ahora, papá? —preguntó mientras entramos.

Mi corazón se sacudió cuando le preguntó eso. Esperaba que eso significara que lo
quería en casa, así que llevé a Drake a un lado y le dije que teníamos que hablar con
Ayden después de la cena. Él estuvo de acuerdo y le sonreí mientras se inclinaba hacia
adelante y me daba un beso casto en la mejilla.

Comimos y luego nos sentamos con Ayden. No podíamos decirle sobre el hecho
de que Drake había ido a rehabilitación, era demasiado joven y no tenía que cargar con
ese conocimiento. Pero tampoco podíamos mentirle. En cambio, dijimos que papá
había estado fuera por un tiempo, pero si estaba bien, le gustaría volver a casa.

Ayden estaba encantado con la perspectiva de que Drake estuviera en casa. Mucho
como para moverse lentamente. Pero la vida no espera a nadie. Tienes que hacer lo
que se siente bien. Drake regresando a nosotros se sintió bien, así que le dije que tan
pronto como le hubiera dicho a su familia que había regresado, podría volver a casa.

Podría haber hecho las cosas más difíciles para él. Podría haberlo hecho trabajar
para volver a casa. Pero cuando amas a alguien, realmente no deseas hacerlo pasar por
todo ese dolor. Así que iba a permitirle que volviera a casa con la condición de que
pasaría el tiempo compensándonos a Ayden y a mí.

186
Capítulo 32

Drake

N
o puedo creer que esté empacando mis cosas y mudándome de regreso.
No esperaba que Anna permitiera que ocurra esto tan fácilmente, pero a
veces la vida te sorprende y esos son momentos que vale la pena vivir.
Solo estoy empacando mi última caja y sellándola con cinta cuando Anna toca la
bocina fuera. Abro la puerta y mi niño viene corriendo hacia mis brazos. No hay
ninguna sensación mejor que saber que me quiere en casa. Que ambos me quieren en
casa.

Anna entra y empieza a sacar cajas hacia el coche. Cuando el vehículo está
cargado, me paro en la puerta de la casa que había rentado y sonrío. Este nunca fue mi
hogar, fue solo algún lugar para descansar mi cabeza mientras conseguía mi vida en
orden.

Le dijimos a mi familia hace dos semanas toda la verdad acerca de mi situación.


Estoy trabajando para mi ficha de sobriedad de nueve meses. Yo no soy mucho de él
ahora, solo un par de meses para ir. Sé que puedo hacerlo. No solo para Anna o
Ayden o incluso mi familia… puedo hacer esto por mí. Alguien me dijo que viviera el
presente tan lejos como mi alcoholismo fuera. Es exactamente lo que hago. Mi
objetivo es alcanzar el marcador de nueve meses y más allá, pero me felicito a mí
mismo por cada uno y cada día que permanezco sobrio.

Mi Cariad está a mi lado en todos los sentidos imaginables. Ella dejó su trabajo en
Lust, que yo no había conocido mucho, excepto que ella había tomado un trabajo para
hacer este fin de mes. Dijo que estar rodeada de alcohol sería demasiado tentador para
mí. Traté de decirle que, si disfrutaba del trabajo, que debería quedarse, pero ella dijo
que prefería pasar las noches adicionales con sus dos chicos favoritos. También limpio
la casa de todos los rastros de alcohol. El único vicio que había dejado era fumar, pero
trabajaba en renunciar a ello, también.

La familia había sido increíble. Fue difícil, al principio, abrirse a ellos, pero lo
había hecho y Anna estaba orgullosa de mí. Les dije todo, incluso las cosas acerca de

187
Morgana y aunque deseaban que yo estuviera en su vida y ellos tenerla en sus vidas,
no me han dado problemas como esperaba. Mi mamá quería que mi papá todavía
estuviera alrededor para saber que tenía una nieta. Pero le dije que donde quiera que
esté, estoy seguro de que él nos está cuidando a nosotros y que lo sabe. Todavía no
creo mucho en el cielo o el infierno, no me he vuelto religioso de repente, pero el
rosario de cuentas ha estado en mi bolsillo o cerca de mi mano en todo momento.
Cuando quiero hablar con mi papá, lo sujeto firmemente y hablo con él como si
estuviera en la habitación.

Todavía no he contactado a Rachel, pero Anna no me apura en ello. Ella dice que
entiende mi reticencia y que estará a mi lado cuando esté listo.

Anna y mi familia están aquí hoy para verme llegar a mi ficha de sobriedad de
nueve meses. Nunca pensé que lo haría hasta aquí, no cuando alejaba mis problemas
bebiendo. Pensé que las respuestas estaban en la parte inferior de una botella, pero no.
Nunca las tienen. Todo lo que necesitaba era abrir los ojos y ver lo que estaba tan claro
como el día enfrente de mí. Aun así, mi familia está orgullosa de mí y estoy orgulloso
de mí mismo. Estoy desarrollando el valor de ponerme en contacto con Rachel,
aunque ella probablemente querrá nada que ver conmigo ahora, teniendo en cuenta
que hizo contacto nueve meses atrás. Es no significa que no lo intentaré, sin embargo.

Después de haber recibido mi ficha, Anna nos condujo a casa y tuvimos una noche
de película con Ayden para celebrar. No le hemos dicho a Ayden para qué es la ficha,
todavía es demasiado joven, pero él sabrá un día. No guardo secretos a mi hijo, así
como ya no más a mi esposa o mi familia.

Palomitas de maíz vuelan por todas partes mientras Anna y Ayden corren al salón
uno persiguiendo al otro con los dulces en sus manos. El par de ellos aterrizan en el
sofá, Anna a mi lado y Ayden acurrucado entre nosotros. Esto es todo sobre la vida.
La risa que llena el aire en nuestro hogar, el amor que brilla en los ojos de mi esposa e
hijo. Hay momentos que nunca olvidaras y este es uno de ellos.

188
Capítulo 33

Annalise

D
rake recibió su ficha de nueve meses y toda la familia estaba allí para
verlo. Estaban tan orgullosos de él por llegar tan lejos. Se habían
sorprendido, por supuesto, cuando les dijo la verdad, pero no habían
hecho otra cosa que apoyarlo desde entonces. Había estado en casa por un par de
meses, y aunque algunas personas me habían advertido que tomara las cosas más
despacio y no lo dejara volver tan rápido, no sabían la magnitud de lo que había
pasado. Las únicas personas que sabían de su adicción y recuperación, aparte de su
familia, eran Jade y Nicky. No fueron más que un apoyo para mí y me dijeron que no
importa lo que otras personas piensan, siempre y cuando sea feliz.

Él no estaba listo para ponerse en contacto con Rachel, pero suponemos que, si se
tratara de una cuestión de urgencia, ella habría vuelto a ponerse en contacto. A pesar
de que estaba trabajando para ser lo suficientemente valiente como para dar el primer
paso y ponerse en contacto con ella, él no estaba cerca de allí y yo lo apoyé tanto como
pude. No hablaba mucho de ello, pero cuando lo hizo, dijo que no era cuestión de si se
pondría en contacto con ella, sino cuando. Los sentimientos que despertaba en él eran
evidentes en su rostro, podía leerlo como un libro. Yo sabía que no había tal cosa
como el momento adecuado para contactarla, él tenía que crear la oportunidad en
lugar de esperar a que surja. Drake estuvo de acuerdo conmigo en eso y sabía que el
tiempo se acercaba. Había tenido otras cosas para poner en orden primero, no podía
dejar que lo que ella tuviera que decirle lo descarrilara de su sobriedad. Sabía que eso
era lo que más le asustaba, que lo que ella tuviera que decirle lo llevaría a beber. Así
que él había estado trabajando a través de sus emociones enredadas y asegurándose de
que nunca tocaría otra gota de alcohol, sin importar lo que ella dijera o lo que saliera
de su conversación inminente.

Me había estado sintiendo enferma y Drake había estado cuidando de mí. No


sabía qué me pasaba, pero nunca me había sentido tan mal. Drake se aseguró de que
bebiera mucha agua para mantenerme hidratada. También caminó Ayden a la escuela
si yo no estaba disponible para llevarlo. No me había transferido a la misma oficina
que Drake por el trabajo y no estaba segura de que alguna vez lo haría. Me gustaba la
189
gente donde yo estaba, que era más de lo que podría decirse de la antigua oficina. Él
comprendió que no iba a subir y retroceder solo para estar con él. No necesitábamos
estar juntos 24/7 para que nuestro matrimonio funcionara y esto solo solidificaba ese
conocimiento.

Una mañana, me desperté sintiéndome particularmente mal y me reporté enferma


en el trabajo. Nicky me envió un mensaje para ver si había algo que pudiera hacer por
mí, pero le dije que era solo la gripe y Drake me estaba cuidando lo más posible. Él
había ido a trabajar, pero llegó a casa a la hora del almuerzo para ver cómo estaba. Él
acababa de volver a trabajar cuando tuve que correr al baño. Llegué justo a tiempo
para vomitar lo poco que me las arreglé para comer en el desayuno.

Volví al sofá y me desplomé, envolviendo una manta afgana a mí alrededor. No


había nada más que TV sin sentido para hacerme compañía hasta que Drake y Ayden
regresaran más tarde. Escuché el timbre de mi teléfono y asumí que Drake me estaba
comprobando. Me equivoqué.

Nicky: ¿Has pensado en hacerte una prueba?

Mi mente estaba nublada y no estaba segura de lo que quería decir con eso.

Anna: ¿Una prueba?

Nicky: Sí, ya sabes, una prueba de embarazo.

Me golpeó como un camión. La única otra vez que me había sentido tan mal era
cuando estuve embarazada de Ayden. Me había tomado un montón de tiempo fuera
del trabajo debido a lo mal que había estado.

Anna: ¡Mierda! No. No tengo la energía para salir y conseguir una y no quiero que
Drake lo haga en caso de que sea negativa.

Nicky: No estreses tu linda cabeza. En realidad, estoy en camino.

Mierda. ¿Qué? ¿Iba a venir? Me veía como un desastre y me sentía realmente


horrible.

Un poco después, hubo un golpe en la puerta. Logré levantarme y dejarla entrar.

—Oh, Dios mío, chica, te ves como que el infierno te mordió y te escupió.

Bueno, ¡eso fue un saludo!

190
—Vaya, no te detengas con los cumplidos, Nic. —Yo todavía tenía la energía para
el sarcasmo, obviamente.

—Aquí, toma esto. —Metió una bolsa de papel en mi mano. Miré dentro y vi la
prueba de embarazo mirándome fijamente. ¿Quería hacer esto? ¿Realmente iba a ser
positivo? Solo había una manera de averiguarlo.

Nicky había vuelto al trabajo, dejándome hacer la prueba por mi cuenta. Ella
insistió en quedarse, pero no quería que nadie, excepto Drake fuera el primero en saber
si era positivo.

Me había hecho la prueba y esperé el resultado. No sabía qué hacer conmigo


misma, así que encendí la máquina de café y ordené la cocina, solo para mantener mi
mente ocupada. Cuando no pude esperar más, caminé hacia el baño, donde había
dejado el palo de prueba y lo recogí.

En el momento en que recogí el palo, se me cayó. Lo llaman shock, supongo.

Saqué mi teléfono de mi bolsillo y le envié un mensaje a Drake.

Anna: ¿Hasta qué hora trabajas? Xx

Pasaron unos minutos antes de que recibiera una respuesta.

Drake: 4 en punto, Cariad. ¿Por qué? Xx

Eso era demasiado tiempo para que yo esperara, pero no podía decir lo que
necesitaba ser dicho por teléfono.

Anna: ¿Hay alguna posibilidad de que puedas terminar temprano? Tenemos que hablar.
Xx

Drake: No puedo terminar antes de las 3, Cariad. Pero estaré en casa tan pronto como
pueda. Xx

191
Capítulo 34

Drake

D
espués de recibir el mensaje de texto de Anna, me preocupé. Me senté ahí
en el trabajo, preguntándome que necesita decirme. Ella una vez me dijo
que todas las mujeres saben que las palabras “necesitamos hablar”
realmente significan “estoy terminando contigo”. Así que me siento con mi trabajo
apilándose mientras no puedo hacerme hacer nada. ¿Está teniendo segundos
pensamientos sobre nosotros? ¿Nos estamos moviendo demasiado rápido? ¿La voy a
perder nuevamente?

Tantos pensamientos corren en mi mente que es difícil atrapar uno a la vez.

—¿Derek estás trabajando hoy? Necesito esos archivos en mi escritorio para el


final del día. —Me preguntó mi jefe desde la puerta de su oficina.

—Lo siento, jefe, yo… umm… —Me pongo de pie y me dirijo hacia la oficina de
Guy—. ¿Jefe, podemos hablar en privado?

Él se hace a un lado y me anima a entrar en su oficina, cerrando la puerta detrás


de él. —¿Qué pasa, Drake?

Froto mis manos sobre mi rostro, sintiendo que la barba de un día me raspa en la
palma de mi mano. —Puede que tenga que irme temprano, Guy. Hay… cosas
sucediendo. Mi mente no está en el trabajo.

Habiendo tomado mucho tiempo libre para mi rehabilitación, no creo que a Guy
le guste la idea de que me tome medio día.

—¿Cosas personales?

—Sí, jefe. No sé exactamente qué, pero sé que Anna me necesita en casa.

—Entonces vete. Puedes recuperar el tiempo durante el resto de la semana.

Decir que estoy conmocionado es una subestimación. Guy debe ver eso en mi cara
porque me sonríe y se repite.

192
—Gracias amigo. Me aseguraré de reponerlo. ¿Pueden los archivos de mi
escritorio ser ordenados por otra persona o me necesitas para hacer algo antes de irme?

—Elliot puede tomarlos. Pásalos a él de salida. Realmente, Drake, puedo ver que
estás distraído y no eres ni uso ni ornamento aquí. Ve a casa con tu esposa. —Pone
una mano tranquilizadora en mi hombro.

—Gracias. Solo tengo una sensación de que algo está mal.

—Entonces tu esposa te necesita más de lo que nosotros. Ve. Te veré mañana


temprano.

Me levanto y sacudo su mano en agradecimientos antes de dejar la oficina.

Caminando a través del escritorio, agarro los archivos que necesita Guy y se los
paso a Elliot. —Siento dejarte esto, amigo, pero tengo que tomar una salida temprano
y Guy dijo que puedo dejarte esto.

Realmente también lo siento. Nunca dejo el trabajo antes de tenerlo terminado.


Pero Elliot sabe que haría lo mismo por él y lo he hecho un par de ocasiones antes.

—Está bien, Drake. Odio señalar esto, pero somos amigos, así que puedo
decirlopareces distraído y me atrevo a decir que estas molesto.

—Sí, amigo, recibí un mensaje de texto que me distrajo por completo y no podía
concentrarme en el trabajo. Guy me ha dado permiso para salir temprano para ordenar
lo que sea.

—Ve a buscarlo amigo. El trabajo todavía estará aquí mañana.

—Más es una pena —contesto, intentando reír y fallando.

Apago mi computadora y saco mi tarjeta de acceso del sistema. Me estoy


poniendo más nervioso con cada minuto que pasa. ¿Anna realmente está terminando
conmigo? Sé que la lastimé y hemos pasado por muchas cosas, pero sé qué haré si
decide que no puede darnos una segunda oportunidad después de todo.

Mi cabeza realmente no está en el juego, así que consigo un taxi para llevarme al
parque local. Le pago al conductor y salgo para respirar algo de aire fresco. La parte
posterior del taxi se sentía sofocante. Es un buen trabajo en el que estoy aun así tenía
prohibido conducir porque mi cabeza no había estado lo suficientemente concentrada
para conducir a casa.

193
Caminando por el parque, veo un rostro familiar. ¿Qué puede estar ella haciendo
aquí? Bueno, es un parque… traes a tus hijos a jugar…, pero ¿Cuáles son las
probabilidades para estar aquí el mismo día que yo? No sé si acercarme a saludar o no.
Ella todavía no me ha enviado ningún mensaje para tener contacto y he estado juntar
el valor. Tal vez debo tomar esta coincidencia como un signo.

—Hola, Rachel —digo mientras camino hacia ella.

—¿Drake?

La sorpresa se registra en su rostro, rápidamente seguida de sospecha.

Alzo mis manos en el aire.

—No te estoy siguiendo, ni nada. Solo necesitaba respirar un poco de aire fresco y
cuando llegué aquí, te vi.

Ella me saluda para que me acerque antes de hablar.

—Me acerqué a ti hace meses. Nunca escuché ninguna contestación, así que
supuse que no estabas interesado.

—Yo… umm… —Estoy mudo y no sé qué decirle.

—¿Tú que, Drake?

—Es una larga historia. Una que no tengo tiempo para contarte en este momento.
Tengo que llegar a casa, pero evidentemente quiero hablar contigo y explicarte todo.

La sospecha es evidente cuando me mira directamente a los ojos.

—Realmente, Rachel, quiero hablar.

Han pasado meses, Drake. Sin contacto durante nueve meses, para ser precisos.
Entonces, ¿qué te hace pensar que me gustaría hablar contigo ahora?

Hay veneno en su voz, restringida por el bien de su hija, nuestra hija, Morgana,
que está jugando en los columpios a unos metros de nosotros.

—Lo siento, Rachel, realmente lo estoy. No espero que me creas, pero es verdad.
No creo que debamos hablar aquí enfrente de Morgana, ¿verdad?

—No. No quiero que sepa quién eres.

194
Eso duele como un cuchillo en mis entrañas. Sé que ella no me quería en su vida
desde el principio, pero se acercó a mí. ¿Qué quería si no quería que supiera Morgana
quien era yo?

—Suficientemente justo —dejo salir, intentando pronunciar las palabras alrededor


del nudo en mi garganta.

Rachel no habla por un momento largo y cuando lo hace, puedo ver que la
conmoción se registra en mi rostro.

—¿Podemos intercambiar números? Podemos organizar un momento para hablar,


en privado.

—Claro, eso sería bueno.

Saco mi teléfono y marqué el número que me da. Le marco así ella también tiene
el mío.

—Supongo que me iré a casa. ¿Debo esperar a que me contactes?

—La pelota está finalmente en tu cancha, Drake. Llámame en algún momento.

—Lo haré.

Ella me vuelve a ver con sospecha.

—De verdad lo haré, Rachel. Como dije, es una historia larga y no una para
cuando los oídos pequeños están presentes para escuchar.

—Está bien.

Ella suspira y vuelve a mirar a Morgana.

—Ella es hermosa —remarco mientras veo a nuestra hija.

Me quedo quieto por un momento, bebiendo la vista. Morgana tiene el cabello


largo y castaño que se ve un poco rizado. La briza lo sopla mientras se balancea hacia
adelante y hacia atrás. Ella se ríe mientras va más alto.

—Ella lo es —responde secamente Rachel.

Lo tomo como una señal para irme. Me alejo, solo mirando una vez por encima
de mi hombro. Rachel está detrás de Morgana, empujándola para que se balancee más.
Mi hija tiene casi ocho años y me he perdido tanto.

195
Llego a casa y el coche de Anna no está en la entrada. Decido mandarle un
mensaje de texto para dejarle saber que estoy en casa.

Drake: Oye Cariad, Guy me dejó salir temprano, así que estoy en casa esperándote. xx

Enciendo la cafetera mientras espero una respuesta. No pasa mucho tiempo antes
de que el teléfono suene.

Anna: ¿Ya estás en casa? Acabo de llegar a comprar. Regreso pronto. Xx

Drake. Te veo pronto. Te amo. xx

Anna: También te amo, cariño. Xx

Veo el último mensaje de texto y lo vuelvo a leer un par de veces. Ella dijo que
también me ama, justo como lo haría normalmente. Pero si ella está planeando
terminar las cosas, ¿diría eso? ¿O solo es incapaz de decir nada vía mensaje de texto
porque quiere hacerlo cara a cara? Estoy pensando demasiado las cosas así que dejé mi
taza y subí a nuestra habitación. Me desvío y me dirijo a nuestro baño.

La ducha realmente no ayudó a despejar mi cabeza. Todavía estoy hecho un lío


mientras regreso a nuestra habitación para secarme y vestirme.

—Drake, ¿dónde estás? Estoy en casa, cariño.

La voz de Anna suena feliz mientras ella me llama. Su felicidad me confunde aún
más. ¿Qué está sucediendo aquí?

-Estoy arriba, bajo en un segundo.

Me apresuro a terminar de vestirme y prácticamente corro por las escaleras para


ayudarla.

—Hola, cariño —dice Anna mientras me ve entrar en la cocina.

Ella se acerca y envuelve sus brazos alrededor de mi cuello. Bajo la mirada a ella y
le doy un suave beso en los labios. Su boca se abre y su lengua danza con la mía
mientras profundiza el beso. Su sabor es suficiente para endurecer mi pene en mis
vaqueros, pero estoy intentando no pensar sobre eso en este momento. Sin saber de lo
que ella necesita hablar está haciendo un lío todo. Aquí estoy yo pensando que no
tengo muchas emociones, pero resulta que tal vez sí, después de todo. Todo depende
de Anna. Ella me enseña como amar.

196
Rompiendo el beso, se retira para mirarme. Busco un indicio de lo que vendrá en
la expresión de su rostro, pero todo lo que veo es una sonrisa feliz. Sus ojos destellan
con amor y adoración. Quizás leí mal su mensaje por completo. Su lenguaje corporal y
la expresión de su rostro no me dicen que quiera poner fin a las cosas. Ese beso
ciertamente tampoco se sintió como un adiós.

197
Capítulo 35
Annalise

D
espués de hacer la prueba, me sentí un poco mejor, lo suficientemente
bien como para conducir a la tienda y comprar algunas cosas que
tratarían de ayudar a aliviar mis náuseas matutinas. Había estado
enferma mucho cuando estaba embarazada de Ayden y Lynne me había hecho beber
mucho té de menta. Ayudó a calmarlas un poco y también lo hicieron las multi
vitaminas y algunos otros consejos que había visto en Internet.

Recibí un mensaje de texto de Drake para decirme que estaba en casa temprano,
así que terminé de comprar y me dirigí a casa.

No estaba en el salón ni en la cocina, así que lo llamé. Bajó unos minutos después,
vestido con vaqueros y una camiseta, con el cabello mojado por la ducha que debía de
haber tomado. Lo atraje para darle un abrazo y olí el jabón en su piel.
Afortunadamente no era un olor que me hizo apresurarme a vomitar. Lo besé y sentí
mariposas en mi estómago mientras me preparaba para contarle la noticia.

Drake prendió la máquina de café y yo agarré una botella de agua de la nevera.


Saqué un limón de mi bolsa de compras y comencé a cortarlo. Agregué algunas
rodajas a mi agua, junto con algunos cubitos de hielo. Supuestamente, limones frescos
en un vaso de agua era otro consejo para ayudar con las náuseas. Estaba dispuesta a
intentar cualquier cosa.

—Entonces, dijiste que teníamos que hablar.

Me alegré de que Drake fuera el primero en mencionarlo. Lo había estado


repasando en mi cabeza y no sabía cómo abordar el tema.

—Sí... me detuve.

De repente me sentí muy nerviosa. ¿Estaría contento con esta noticia? Si no lo


estaba, ¿era suficiente para enviarlo de vuelta a la botella? Me odiaría a mí misma si lo
llevara a beber nuevamente.

198
—¿Qué es? Cariad, puedes decirme cualquier cosa. —Drake se paró frente a mí y
tomó mis manos entre las suyas.

—Creo que deberíamos ir a sentarnos.

Estaba perdiendo el tiempo. Había estado emocionada de decirle esta mañana,


pero ahora que había llegado el momento, sentí las palmas de mis manos húmedas y el
estómago inquieto. Drake soltó una de mis manos, pero sostuvo la otra en la suya
mientras me guiaba al salón. Llevé mi agua conmigo, sintiendo que la necesitaría.

Nos sentamos en el sofá y tuve que tomar un gran trago de mi agua por la garganta
seca.

—Drake, estoy... quiero decir, estamos... umm...

—Escúpelo, bebé. Sea lo que sea, necesito saber. Me he estado preocupando tanto
en el trabajo de que quieres terminar conmigo, por eso Guy me dejó llegar temprano a
casa.

—¿Terminar contigo? —pregunté, mi voz sonaba un poco estrangulada. ¿Qué te


dio esa idea?

—Dijiste “necesitamos hablar” y me lo has dicho antes, lo que significa que las cosas
están llegando a su fin, por así decirlo.

—Oh, por Dios, no, eso no es lo que quise decir en absoluto. Esta vez, todo lo que
significaba era, tenemos que hablar.

—¿Así que no dudas en darme una segunda oportunidad? —Sus ojos sostuvieron
mi mirada y su rostro dijo que estaba aliviado.

—De ningún modo. No, es... estoy... oh, Dios, ¿por qué es esto tan difícil?

Mi ritmo cardíaco se disparó y tuve que limpiarme las palmas en mis vaqueros.

—¡Estoy embarazada! —espeté finalmente.

—¿Qué? ¡Oh, Dios mío!

Drake me sacó de mi asiento, me recogió y me giró. No ayudó a calmar la


sensación en mi estómago, pero él estaba feliz, eso era lo que importaba. Me di cuenta
por la sonrisa de mierda en su cara mientras me ponía de pie.

199
—¿Vamos a tener un bebé? —preguntó incrédulo mientras colocaba su mano sobre
mi estómago plano.

—Sí —estuve de acuerdo, luchando por mantener mis lágrimas a raya.

En el momento en que vi lágrimas en los ojos de Drake, ya no pude contener las


mías y me atrapó para darme un abrazo mientras ambos lloramos lágrimas de absoluta
felicidad.

Le había dicho a Drake todo acerca de que Nicky me había traído la prueba, ni
siquiera pensaba que pudieran ser síntomas del embarazo. Estaba tan feliz y estábamos
emocionados por el primer control. Pero primero teníamos que decirle a Ayden y al
resto de la familia. Recogimos a Ayden de la escuela y lo llevamos a su lugar favorito
para comer. Le dijimos que iba a ser un hermano mayor y él no podría haber sido más
feliz.

No queríamos contarle a la familia por teléfono, así que acordamos tomar el té en


casa de Lynne la noche siguiente y le dijimos que tenía que asegurarse de que todos
estuvieran allí.

La familia no podría haber estado más feliz por nosotros. Todos estaban
esperando la nueva incorporación a la familia Anderson.

Al llegar a casa, Drake me dijo que teníamos que hablar. Resultó que había visto a
Rachel el día anterior en el parque. No sabía qué hacer con eso. Ella parecía que
todavía quería hablar con él, ¿por qué no se había comunicado antes? Había tenido
nueve meses para contactarlo, a través de redes sociales, pero todo lo que tenía que
hacer era pedirle su número de teléfono o concertar una cita. Pero lo que estaba hecho,
hecho estaba. No podíamos alterar el pasado. Todo lo que podíamos hacer ahora era
ver lo que quería. Lo insté a que la llamara y acordaran encontrarse.

Drake finalmente se armó de valor para llamarla al día siguiente. Acordaron


reunirse el fin de semana cuando la madre de Rachel pudiera ocuparse de Morgana.

200
Me estaba quedando en casa con Ayden, pero accedí a dejar a Drake en el café donde
Rachel le pidió que se reunieran.

Unas horas más tarde, todavía no había tenido noticias de Drake, pero no quería
mandarle un mensaje de texto ni llamarlo o molestarlo. Sabía que estaría en casa
cuando estuviera listo.

201
Capítulo 36

Drake

E
stoy sentado esperando en el café donde Rachel accedió a verme. Cuidando
un simple café viendo fuera de la ventana. Finalmente, diez minutos tarde,
aparece en la puerta. Se dirige al mostrador, toma un café y encuentra la
cabina donde estoy sentado.

—Lamento llegar tarde. El tráfico estaba horrible en el camino a casa de mamá.

—Está bien, estás aquí ahora.

Miro a Rachel y me pregunto qué podría querer de mí. Realmente no la conozco


muy bien. Tuvimos una aventura de una noche hace casi nueve años, lo que resultó en
que quedara embarazada de Morgana. Excepto por el pago de la manutención de su
hija, no tengo nada más que ver con ella, e incluso eso se hace a través de la Agencia
de Manutención para Niños, por lo que no tengo ningún contacto con ella.

—Creo que debería ir directo al grano, no tiene sentido andarse con rodeos dijo.
Ella habló en su copa en lugar de mirarme.

Cuando levanta sus ojos hacia los míos, veo lágrimas no derramadas en ellos. Eso
me pone aún más nervioso.

—Tómate tu tiempo, tenemos todo el tiempo que necesites.

Tratar de aplacarla hace que las lágrimas caigan por sus mejillas. Me siento mal
por ella. Odio ver llorar a las mujeres.

—Realmente lo siento por mantenerte alejado de tu hija, Drake.

Vaya, eso definitivamente no era lo que esperaba que ella dijera. No sé


exactamente lo que esperaba, pero no era eso.

—Estaba equivocada antes. Debería haberte dejado entrar en la vida de Morgana.


Al menos entonces sabría quién es su padre.

202
Sus palabras fueron apresuradas e hicieron que sus lágrimas fluyeran más rápido.
Le ofrecí una servilleta de la mesa para que secara sus ojos. Ella la tomó y se secó la
cara, pero fue inútil porque más lágrimas reemplazaron las anteriores.

—Estaba equivocada en el pasado, debería haberte dejado estar ahí para ella. Mi
única excusa es que estaba en una nueva relación y pensé que él la iba a adoptar y que
seríamos una familia feliz. Pero ahora él se ha ido y tuve que decirle que él no era su
verdadero padre. Él no es la persona que yo pensé que era. Pensé que la trataría de la
misma manera que trata a nuestro hijo, pero ahora que se ha ido, no se molesta en
verla —dijo en voz baja.

—Supongo, que hubiera sido confuso para ella siendo tan joven, entender que
tenía dos padres.

Me sentí mal por Rachel. Podría decir que estaba luchando. Debería haberla
contactado hace nueve meses. De esa manera, tal vez podría haber conocido a mi hija
antes. Pero no había forma de que supiera lo que ella quería. No es que sea una buena
excusa, pero es todo lo que tengo.

—¿Por qué no respondiste a mi mensaje hace meses, Drake? —preguntó Rachel,


mirándome directamente, sus lágrimas disminuyendo por el momento.

—Estaba en rehabilitación, Rachel. Soy un alcohólico en recuperación.

Sería estúpido no decirle la verdad, así que lo hice tan claro como pude.

—Oh.

Suspiró suavemente y tomó un sorbo de su café.

—Estaba en un lugar realmente malo. Me arrestaron por conducir bajo los efectos
del alcohol. No es que sea irresponsable. Sucedió porque tuve demasiados JD y Coca-
Cola y pensé que estaba bien para conducir. Pero fui detenido por una luz trasera rota
y el oficial podía oler el whisky en mi aliento. Solo fallé al alcoholímetro y tuve suerte
de que solo recibí una multa y una prohibición de conducir de doce meses. Me hizo ver
lo que había estado haciendo lentamente durante mucho tiempo. Había estado usando
el alcohol como un soporte. Así que me inscribí en un centro de rehabilitación para
recuperarme.

—Eso es bastante irresponsable, pero no estoy aquí para juzgarte. Aunque no


quiero que mi hija crezca con un padre que busca respuestas en el fondo de una
botella.

Saco mi billetera de mi bolsillo y tomo la ficha de nueve meses que obtuve


recientemente. La empujo sobre la mesa y ella la levanta. La estudia y luego la voltea.

203
—Dios, concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el
coraje de cambiar las cosas que puedo y la sabiduría para saber la diferencia —recito
en voz baja para que solo ella pueda escuchar.

—¿Esto es por nueve meses sobriedad?

—Lo es. Ni siquiera he pensado en beber una gota desde que realicé rehabilitación.
Honestamente, ahora estoy sobrio y nunca quiero que eso cambie.

—Morgana necesita a su padre —murmura Rachel en voz baja, tan


silenciosamente que parece estar hablando consigo misma más que conmigo.

—Estoy en un buen lugar en mi vida en este momento, Rachel. Te puedo


prometer que no la decepcionaré. Sé que estás preocupada, pero tenía que decirte la
verdad. Tienes que ver eso. No podría ocultártelo, no sería correcto.

—¿Te gustaría conocerla y ver qué pasa desde allí? Todavía hay tiempo para que
se conozcan. Ya sabes lo que dicen, mejor tarde que nunca. Ella no tiene mucho más
en el camino de la familia. Mi madre es demasiado mayor para cuidarla más de unas
pocas horas. No tengo otra familia, sin hermanos y mi padre nunca ha estado cerca.

—Me encantaría conocerla. Podemos tomarlo tan despacio como quieras.

Mi corazón está revoloteando en mi pecho. Finalmente, voy a conocer a mi hija.


Mi vida no podría estar mejor en este momento. Estoy sobrio, mi esposa y yo tenemos
todo en orden, esperamos un nuevo bebé y ahora puedo ver a Morgana. ¿Qué más
podría desear un hombre? Mi familia estará muy complacida conmigo. Incluso
podrían conocerla si Rachel lo permite. No puedo esperar para contarle a Anna.
Espero que lo tome bien. Es una gran bomba. Aun así, no puedo evitar estar feliz y
estoy seguro de que Anna también lo estará. Ayden y el nuevo bebé tendrán otra
hermana. Sé que no puedo acelerar las cosas demasiado rápido, pero finalmente todo
se arreglará. Espero.

—Eso estaría bien. —Rachel, finalmente, responde mientras cuida lo que ahora
debe ser un café frío.

—Voy a ir completamente a tu ritmo, Rachel. No tengo que conocerla de


inmediato. ¿Ella sabe algo sobre mí?

—Ella sabe que mi ex no es su padre. Le dije que tú eras su verdadero padre y


cuando me preguntó por qué no te había conocido, fui sincera con ella y le dije que era
porque había sido tonta y no te permití verla.

Me pregunté por qué su ex nunca adoptó a Morgana, pero no es mi lugar


preguntar.

204
Hablamos un rato más antes de que tuviera que ir a buscar a Morgana. Me contó
todo tipo de cosas sobre Morgana, como lo que le gustaba hacer, lo que le gustaba
comer y su educación. Vi fotos en el teléfono de Rachel y me di cuenta de que mi hija
era hermosa y que debía ser apreciada. Debería haberme contactado hace meses, pero
más que eso, debería haberme esforzado más para verla desde que nació.

Caminé con Rachel hasta su auto y luego volví al café para pedir un café para
llevar. También recogí uno de los pasteles favoritos de Anna y un pastel para que
Ayden comiera cuando llegara a casa de la escuela. Llamé a un taxi y esperé en la calle
por él.

El taxi se detuvo y caminé por la parte de atrás para llegar a la puerta del pasajero.
Hubo un ruido omnipotente, más ensordecedor que cualquier cosa que haya
escuchado. En el momento siguiente, todo estaba completamente negro.

Desperté lo que pareció ser una eternidad más tarde, mi visión estaba borrosa, y
mi cuerpo dolía como si un elefante se hubiera sentado sobre mí. Había una cacofonía
de ruidos a mí alrededor, pero estaba teniendo problemas para escucharlos. La gente
hablaba, las sirenas se volvían más fuertes, pero parecía que todo estaba lejos.

—¿Puede... señor?

Parpadeé e intenté enfocarme en alguien que estaba frente a mí. Estaban tratando
de hablar conmigo, pero mi audición seguía yendo y viniendo.

—Señor, pregunté...

Intenté sacudir la cabeza para hacer algo para aclarar mi audición, pero me dolía
demasiado la cabeza como para moverme. Traté de mover otras partes de mi cuerpo,
pero me sentí demasiado pesado.

— ... quédese quieto... vienen...

Frustrado, traté de responder a esta persona, pero mi voz salió suave y grave.

—¿Qué... pasó?

Sentí que estaba ardiendo. Cada aliento que tomé lastimó mi cuerpo. Cada intento
de movimiento fue inútil.

—Está atrapado, señor... viniendo... ayudará...

205
Maldita sea, todavía no podía escuchar bien. ¿Qué podría haber pasado?

—Anna —dije en voz baja.

—¿Quién es Anna, señor?

Finalmente, escuché algo útil. —Mi… esposa... yo... necesito... necesito llamarla.

—¿Tiene un teléfono, señor?

—En… el... en el bolsillo de mis pantalones...

Todo en lo que puedo pensar es en Anna. Alguien dijo algo sobre estar atrapado.
No sabía lo que eso significaba hasta que logré mover la cabeza ligeramente. Lo que vi
me dejó sorprendido.

Estoy atrapado debajo de un auto. Debió haberse estrellado contra mi taxi y


llevarme debajo de él cuándo colisionó.

Siento que la persona busca en mi bolsillo, es un lugar apretado entre el auto y yo,
pero ella maneja sacar mi teléfono. La veo desplazarse por mi lista de contactos y
luego se lleva el teléfono a su oreja.

—Hola, ¿es Anna?

No escucho la respuesta, pero obviamente se ha podido comunicar con ella porque


empieza a explicar la situación.

—Lamento decirte esto, pero ha habido un accidente, Anna... sí, es tu marido... sí,
si pudieras llegar aquí lo antes posible...

Ella continúa diciéndole dónde estamos, pero no lo dice el alcance del problema.

206
Capítulo 37
Annalise

M
i corazón estaba acelerado. Drake había tenido un accidente y no sabía
qué le había pasado. No me dijeron que fuera al hospital, la dirección
que me dio la mujer estaba justo al lado del café donde Drake se
encontraba con Rachel.

Logré que Ayden agarrara su abrigo y sus zapatos, y luego lo dejé con Meghan en
el camino. Le dije que era una emergencia, pero no quería preocuparlo a menos que
fuera absolutamente necesario. Me sentí mal por tomarme el tiempo extra para dejarlo,
pero él no podía estar allí conmigo.

Al llegar a la escena, mi corazón cayó en picado en mis zapatos. Todo lo que pude
ver fue que un automóvil se había estrellado contra un taxi. Drake debe haber estado
tomando uno de camino a casa, pero ¿qué tan gravemente herido se encontraba? ¿Qué
le había pasado?

Al salir de mi auto y caminar hacia la escena, mi corazón se rompió en un millón


de pedazos diminutos. Pude ver a Drake atrapado debajo del auto. De repente,
escuché este grito agudo. No fue hasta que una mano se posó en mi hombro y alguien
trató de calmarme, que me di cuenta de que el grito había sido mío.

—Anna, mi nombre es Claire. He estado sentada con tu marido desde el


accidente. Hablamos por teléfono, ¿recuerdas?

Me acompañó hasta donde estaba Drake y las lágrimas corrieron


incontrolablemente por mi rostro. Las limpié furiosamente por lo que Drake no las
veía, luego me senté a su lado para sostener su mano mientras los bomberos intentaban
mover el auto que lo estaba inmovilizando en su lugar.

—Anna.

Su voz era áspera y grave. Tosió y vi el dolor grabado en sus hermosas facciones.

207
—Drake, cariño, estoy aquí.

Le apreté la mano con suavidad.

—Lo... lo siento... —Otro ataque de tos lo detuvo para terminar su frase.

—No seas tonto, no has hecho nada malo. Trata de no hablar, necesitas guardar tu
fuerza.

Apretó mi mano y acarició la parte de atrás suavemente con su pulgar.

No pude luchar contra las lágrimas que caían mientras veía a los paramédicos y
bomberos trabajando a nuestro alrededor.

Queriendo distraerlo de lo que estaba pasando, me moví para que Drake pudiera
poner su mano sobre mi estómago.

—Piensa en lo que sucederá cuando lleguemos a casa. Piensa en el bebé y en


Ayden.

No sabía qué decirle. No estaba segura de cuánto tiempo más tomaría para
remediar la situación, pero mi corazón dolía con cada respiración que Drake tomaba,
cada tos que sacudía su cuerpo. Trató de hablar, pero yo le decía que conservara su
energía, que la necesitaría para más adelante.

Los bomberos y los paramédicos trabajaron lo más rápido que pudieron a nuestro
alrededor y Claire hizo todo lo que pudo para tranquilizarnos. Intenté con todas mis
fuerzas contener las lágrimas, pero al ver la agonía estropear las facciones de Drake,
fue difícil no dejarlas fluir libremente por mis mejillas.

Hablé con Drake sobre posibles nombres para el bebé, sobre cómo estaba Ayden
en la escuela, cualquier cosa para distraerlo de la situación. Se las arregló para decirme
que Rachel dijo que podía ver a Morgana, así que hablé con él sobre todas las cosas
que podría hacer con ella una vez que estuviera mejor.

Poco tiempo después, los bomberos lograron quitar el auto que estaba
inmovilizando a Drake en su lugar y luego se produjo el caos. Los paramédicos vieron
sangre, mucha sangre y se apresuraron a ayudar a Drake.

Desafortunadamente, se hizo evidente que no podían hacer nada. Estaba


sangrando demasiado rápido. Claire me dijo que era algo que no habían podido
detectar debido a la posición del automóvil. No pude contener más las lágrimas.

208
Sostuve la cabeza de Drake en mi regazo y le susurré palabras tranquilizadoras
mientras él se escabullía en silencio.

Más tarde en el hospital, llamé a Lynne, Meghan y Jack. Hicieron su camino para
encontrarse conmigo y fue fácil para todos ver que cada uno de ellos estaba
desconsolado, pero estaban tratando de mantenerse juntos por el bien de Ayden.
Meghan había traído a Ayden, pero ella no le había contado lo que había sucedido.
Cuando lo senté y le expliqué, su pequeño corazón se rompió. Sabía exactamente
cómo se sentía, solo habíamos recuperado a Drake y perderlo ahora era... bueno, no
había una palabra para eso.

Sentados en la sala de estar de Lynne más tarde esa noche, ninguno de nosotros
sabíamos qué hacer con nosotros mismos. Quería quedarme en el hospital solo porque
no quería que Drake estuviera solo, pero Lynne me había llevado aparte y me había
dicho que no había nada que pudiéramos hacer ahora y deberíamos irnos a casa.
Nadie quería volver a sus hogares, por lo que se tomó la decisión de permanecer en la
de Lynne, todos juntos.

Hablamos sobre Drake, compartimos recuerdos, nos reímos de los buenos tiempos
e intentamos celebrar la vida que había tenido, no lamentamos su muerte. Fue
extremadamente difícil para todos nosotros, pero lo mantuvimos funcionando para el
bien de todos.

Me senté en mi habitación más tarde esa noche con mi mano sobre mi estómago,
hablando con el bebé sobre su papá. Le dije que era un hombre maravilloso y que fue
trágico que nos lo arrebataran tan pronto.

Nadie merecía morir joven. Drake solo tenía cuarenta años. Era un hombre tan
maravilloso y ahora nuestro hijo o hija nunca lo conocería. Planear su funeral en lugar
de planear el nacimiento del bebé juntos iba a ser lo más difícil que había tenido que
hacer. Lo único que me mantuvo en pie fue que, aunque habíamos pasado esos seis
meses separados, él había vuelto a mí porque había descubierto que me quería más.

209
Epílogo
Siete meses después...

—U
n último empujón y todo se acabará —dijo la
partera, alentándome a continuar.

Grité con toda la fuerza de mis pulmones.


Luego de dieciocho horas de labor, mi hija
finalmente iba a estar en el gran mundo inmenso,
en lugar de mi interior, en donde podía protegerla. No quería pujar, quería que se
quedara donde era seguro. Pero eso nunca iba a suceder y solo tendría que hacer todo
en mi poder para cuidarla.

La partera tenía razón: un empuje final y Evie nació. Las enfermeras la tomaron y
la limpiaron, entonces me la entregaron. Ella elevó su mirada hacia mí, con sus
hermosos ojos azul-verdes, los ojos de su papi. Era absolutamente perfecta.

Mientras yacía en mi habitación, esperando por las visitas, Meghan se sentó


conmigo y Evie. Había sido mi compañera de parto, mi único enlace a su hermano
mientras nuestra hija era traída al mundo. Miré a mi hija y comencé a llorar. Mis
lágrimas eran alegría mezclada con pena de que su papi nunca llegaría a conocerla.
Meghan se estiró por mi mano y, cuando levanté mi mirada, vi que ella lloraba
también. Este era un momento agridulce si alguna vez existía uno. Ambas sabíamos
que él debió haber estado en esa habitación cuando su hija fue entregada, pero Meghan
realmente se había ofrecido y había sido la cuñada más alentadora que pude haber
pedido.

Uno por uno, mis visitas comenzaron a aparecer. Lynne llegó primera y trajo a
Ayden con ella. Él estaba súper emocionado por conocer a su hermanita. Estos últimos
meses realmente lo habían golpeado con fuerza. El funeral fue uno de los peores días
en su vida, también de la mía. Todos nos sentamos alrededor, entreteniéndonos entre
sí con historias de las travesuras de Drake. Su familia había compartido tantos
recuerdos de él cuando niño, pero Ayden había estado inconsolable. Trató de ser fuerte
por mí, eso me dijo Meghan al día siguiente. Dijo que no podía llorar porque no quería

210
alterarme, pero Meghan le había dicho que estaba bien sentirse triste y llorar. Dijo que
había un momento para ser fuerte y un momento para derramar lágrimas por el papi
que él amaba más que nada.

Ayden se sentó en la silla con su hermanita en sus brazos, y alcancé mi teléfono


para tomar una foto. Abrigaría cada recuerdo que tenía de Drake, así un día podría
decirle a su hija qué maravilloso papi fue él. Podría decirle cuán emocionado estaba
cuando descubrimos que tendríamos otro bebé, pero también llegaría un día en que
tuviera que decirle por qué nunca llegó a conocerlo.

Más tarde, en la noche, cuando las primeras estrellas comenzaron a aparecer,


Ayden miró al cielo desde la ventana del hospital y señaló una estrella.

—Allí es donde está nuestro papi ahora, Evie. Es la estrella más brillante en el
cielo. Nos cuida desde lejos. Él te ama muchísimo, escogió tu nombre antes de que
nacieras. Mami dijo que tu nombre significa "vivir". Desearía que lo hubieses
conocido, porque él era el mejor papá que cualquiera pudiese desear.

Sentí un nudo en mi garganta ante sus palabras. Para un niño tan joven, tenía una
cabeza muy sabía sobre sus hombros. Estaba tan agradecida de que él tuviera tantos
años de recuerdos felices con Drake, así podría contarle a Evie todo al respecto
mientras ella crecía.

Fin.

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Realizado sin fines de lucro para promover la lectura.
Apoyemos a los autores comprando el original.

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