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Sólo a Modo de Repaso

Jacinto Sergent

Han transcurrido centurias desde que la territorialidad humana pasó de


la vida nómada al sedentarismo geográfico, de este a la propiedad limítrofe, a
la parcela con franja medianera y luego a lo moderno de las coordenadas
satelitales; pero esas marcadas de territorios no se quedaron en lo geográfico,
sino que están otros límites más personales; por ejemplo la Idea.

Ya sabemos que la Idea forma parte de los pensamientos, abstracto


para los otros mientras el pensador no la pule y comunica; es decir que la
territorialidad moderna se relaciona con el pensamiento, primero individual y
luego colectivo. Como en aquella territorialidad del inicio social el sentimiento
de posesión se ha transmitido a las Redes Sociales.

Así como en el pasado no se permitía la invasión de los espacios que ya


estaban demarcados porque la respuesta iba acompañada de conflictos; en la
actualidad tampoco se permite que llegue otra persona a mearse (marca
animal de territorios) en los pensamientos propios. Por algo se les llama “Muro”
o “Pared” al espacio propio dentro de las Redes Sociales.

El Individuo tiene su Propiedad a la que menciona como “Mi Muro” y está


identificado por su nombre o tal vez un pseudónimo. El pseudónimo, por
supuesto, es a riesgo de intervenciones ajenas auto validando lo oculto de su
personalidad real. De seguro el personaje ficticio encontrará invasiones en su
territorio, pero sus defensas serán cercanas al fanatismo, de allí su anonimato.

Antes de las Redes Sociales existieron otros muros con los carteles de
No Pase. Los vimos en las paredes ¨físicas” detrás de nuestros escritorios
donde estaban exhibidos los diferentes títulos obtenidos que otorgan Autoridad
en sus materias respectivas. Hoy, dentro de las Redes, estos pergaminos no
son exhibidos para preservar algo de inviolabilidad del conocimiento personal.
En ese transcurrir entre la Modernidad y la Globalización, lo alter y lo
trans deambularon por la Sociedad del Conocimiento. En está desfilaron
intelectuales auténticos, pero los celos descubrieron el corta y pega como
plagio para parecerse al otro pretendiendo minimizar a la otredad en niveles
menores como aquellos mismos que se sentían con Derechos sin el saber.

Los espacios de participación están seccionados y la piratería enciende


alarmas dentro de los grupos conocedores de sus temas. De allí escapan
despavoridos los usurpadores de conocimientos porque ya no les funciona el
corta y pega, son espacios de intercambios, nunca de monólogos, algo muy
diferentes al soliloquio del Muro o Pared o de monólogos que aceptan Like.

Muchos usuarios se quedaron en aquel lustro de la Sala de Chat, donde


quien quería meterse en la conversación ajena lo hacía sin ningún recato. Eso
es tan molesto en este momento que se ha intentado mantener privacidad en
los hilos del WhatsApp, Telegram y otros menos privados como Messenger y
los Inbox de algunas Redes. Esperemos ver los cambios en Twitter para
opinar sobre lo que viene, pero el algoritmo de este último ya me tiene a límite
con los envíos porno (supongo que asocia por género masculino).

Cada grupo escribe en sus salas las normas de participación para sus
miembros, los transgresores son expulsados, en algunos casos rayados en sus
hojas de vida. En los perfiles personales, en especial de las mujeres, logramos
leer notas aclaratorias: No DM, No Sexo, No Porno. Hoy en día hasta la mala
ortografía se ha convertido en el mal aliento de las letras.

Muchos estarán de acuerdo en que Muro o Pared es la moderna Pared o


“Muro de Poder” que se exhibía detrás del escritorio. El Muro o Pared es
territorio personal. El Muro o Pared es la idea y pensamiento de quien, se lo
bautiza con nombre propio y no con Pseudónimo (las empresas y páginas son
otro asunto) y que se debe respetar a esa persona y sus ideas.

La Sociedad del Conocimiento no ha desaparecido, se mantiene en el


conocimiento de cada quien. Esa parcela personal pública-selectiva merece
respeto y está en su Derecho de no permitir invasiones y mucho menos
“meadas” marcando territorio ajeno. Hasta en las jodederas se debe actuar con
respeto, así las Redes Sociales continuarán siendo sociales y no nuevos
Campos de Batallas.

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