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Los sueños

por Jacinto Sergent

Según Freud “cuando los conflictos personales no encuentran solución se


retraen al subconsciente y se convierten en complejos”. La censura del súper
yo, impide que esos conflictos vuelvan a la conciencia, sin embargo, los
mismos pueden manifestarse en forma de sueños, de los cuales hemos de
hacernos conscientes para poder liberarlos. Claro que ese concepto de los
complejos tiene nuevas explicaciones y soluciones apoyadas en la
Neuromodelación.
Los complejos están relacionados directamente con las conductas, pero en
este momento no conversaremos sobre actos, sino acerca de realidades.
Respecto a los sueños, dice Platón (bajo influencia de la escuela pitagórica)
que con los sueños “el hombre vive dos realidades paralelas”. Algunos dirán
que los sueños son sólo sensaciones; pero a ese concepto dice Teeteto haber
aceptado la teoría de la percepción de Protágoras, según la cual “el
conocimiento es idéntico a la percepción” y por lo tanto aquello que se parece a
uno, siempre es verdadero.
Por su parte Shatki Gawain sugiere sumergirnos en la ensoñación guiada para
alcanzar la prosperidad. Asunto que Chopra lo vuelve más sencillo al hablar del
espacio de “todo lo posible”. Y hasta ese lugar nos dirigimos cuando miramos
la famosa película “Los sueños de Akira Kurosawa. En fin, cada una de las
teorías, escuelas, filosofías y pensamientos pueden estar reunidos en
sincretismo porque aún ninguno tiene la certeza de su [i]realidad.
Cada quien le da concepto a su mundo onírico. Algunos lo ven como un
espacio para la precognición, otros como el lugar de escape para consolidar
sus fantasías secretas que no se atreven a realizar mientras están en el lugar
donde comparten con otras Almas dentro de cuerpos físicos. La gran mayoría
comparte que los sueños son el complemento de los asuntos pendientes en la
cotidianidad; pero hasta los más fervientes teístas visualizan o ensueñan sus
requerimientos antes de hacerlos realidades.
No son iguales los sueños que los deseos, como tampoco son lo mismo
sueños que alucinaciones. Pero cierto es que los sueños no guiados pueden
esconder complejos, como por ejemplo estar negados a la prosperidad o al
amor de pareja y eso es lo que puede convertir los sueños en traumas. Para
transformar nuestros sueños en aliados positivos de nuestra realidad debemos
entrar en sintonía con las frecuencias sutiles.
Guiar nuestros sueños no es misión imposible, con ello lograremos corregir
nuestros temores. En algún momento le comenté a alguien que uno es quien
hace realidad los sueños, no el azar y es porque desde nuestro inconsciente
aún tenemos control sobre lo soñado. Estamos convencidos que nada malo
nos ocurrirá porque nuestro albedrío puede decidir continuar o despertar ante
lo que nos disgusta del sueño.
Me atrevo a afirmar que los sueños son una continuación de la vida. En ellos
podemos volar, conversar con quienes no están, cambiar las estrellas,
traspasar muros. En los sueños TODO se hace accesible; pero al despertar
decidimos que lo soñado no es real, aunque mientras ocurre lo consideramos
como MUY REAL. En ese mundo el Universo es más grande que cuando
estamos despiertos porque en ese estado onírico logramos ser uno con la
deidad.
Los psicólogos y psiquiatras le dan significado a los sueños. También los
exotéricos y esotéricos, así mismo el soñador, en su momento hipnagógico
cavila sobre cuál es la realidad de soñar o estar despierto si en ambas
mantiene sus ocho (08) sentidos activos: Vista, equilibrio, oído, gusto, sentido
cinestésico, tacto, aceleración y olfato.
No llevemos nuestros conflictos a sueños, es preferible no ser despertados por
personajes que hablan al oído mientras dormimos; no sea que alguien querido
nos desee que nuestros sueños se hagan realidades y la realidad se
transforme en trauma de compañía cotidiana.

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