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MUJER: Si, ven, ven con alegría y con júbilo para celebrar la gloriosa majestad del nacimiento de
Jesús.
Ángeles no pudieron contener su canción, pastores apenas podían contener su regocijo y los
sabios no podían mantenerse alejados.
HOMBRE: Por eso, ¡Cómo abandonar aquella vieja canción! Regocíjate con gran alegría y renueva
con anhelo tu compromiso.
MUJER: La oscuridad ha llegado a incrementar cómodamente en las cosas que nosotros hacemos
y no queremos ver esa luz
MUJER: La gente que está caminando en oscuridad tiene que ver la gran luz.
HOMBRE: La luz verdadera que da luz a todo hombre que está en el mundo.
SOLI DEO GLORIA!
MUJER: Dios oye las oraciones de la gente y entra en el mundo que solo conoce conflicto. Él ha
enviado al príncipe de Paz.
HOMBRE: Lo desesperado de la noche fue cambiado a un camino a una luz eternal singular la cual
resplandece al mundo y cambia el rumbo de la historia humana para siempre.
MUJER: El Mesías ha venido ¡Emanuel, Dios con nosotros! ¡Solo a Dios gloria! ¡Solo a Dios es la
gloria!
MUJER: Aunque no pudieron comenzar a comprender todo lo que habían visto y escuchado. Los
pastores se regocijaron… y María, la madre que Dios eligió para su único Hijo, mirando hacia atrás
en todos los momentos milagrosos desde que el ángel se le apareció por primera vez… reflexionó
sobre todas estas cosas en su corazón.
HOMBRE: Vemos la estrella de Belén, una joya celestial deslumbrante establecida en el cielo del
desierto por la mano del Maestro, casi podemos oír los ángeles que vuelan por encima alabando a
Dios y podemos sentir el miedo de los pastores que se regocijaron en respuesta a su audiencia con
él bebé Jesús.
MUJER: Y en silencio contemplamos la joven pareja que Dios ha elegido y ha encargado su don
más preciado, su Único Hijo.
HOMBRE: Podemos vislumbrar la silueta de los Reyes Magos, ya que hacen su peregrinación para
adorar al recién nacido. Los hombres de sabiduría que miraban hacia el cielo de la noche y
observaron algo que los demás no podían ver… una estrella que guía hacia un Rey.
¡CRISTO HA NACIDO!
HOMBRE: Una luz vino al mundo en forma de un bebé.
MUJER: Una luz que cambiaría para siempre la tiranía de las tinieblas.
El silencio fue la canción que rodeaba el pesebre… y el grito que rodeará una cruz distante.
HOMBRE: No hay duda que los ángeles y los pastores cantaron con alegría sin fin porque dio un
nuevo significado, más en presencia del niño Jesús, hubo un silencio sagrado, la paz permanecía en
ese establo, no había vocabulario digno del momento.
MUJER: ¿Qué lenguaje podríamos ofrecer para agradecer a nuestro amigo? Era el silencio que
acompañaba su venida y rodearía su despedida.
TODAVÍA VINO
MUJER: El milagro de la historia del nacimiento, el milagro que todavía brilla en toda su gloria
radiante hasta hoy, no se define por cuándo y cómo vino, aunque su advenimiento solo puede
explicarse por la intervención milagrosa de Dios.
HOMBRE: (Comienza la música) El milagro más grande es saber todo lo que él sabía: dándose
cuenta de lo que iba a enfrentar, comprender cómo él no sería recibido por los suyos; consciente
de todo lo que sería necesario, él todavía vino.
MUJER: Él vino porque quería, porque él nos ama demasiado y no quiso vernos perdidos y
quebrantados.
MUJER: “Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros
propios ojos, lo que contemplamos y palparon nuestras manos acerca del Verbo de la vida; pues la
Vida se hizo visible, y nosotros hemos visto, damos testimonio y os anunciamos la vida eterna que
estaba junto al Padre y se nos manifestó.”
HOMBRE: El nacimiento de Jesús… El nacimiento de Jesús pertenece a los que proclaman con
todos los fieles a través de las edades… hemos visto la luz.
HOMBRE: La luz que brillaba desde Belén, de Galilea a Jerusalén, de una robusta cruz al trono del
Padre, esa luz todavía brilla en la noche más oscura, y nos llevará a nuestro hogar.