Está en la página 1de 25

SEMIOLOGÍA DE

LA RESPIRACIÓN
BREVE RESEÑA ANATOMO - FISIOLÓGICA
Con la finalidad de obtener un mayor aprovechamiento del examen respiratorio,
se requiere bastante profundidad la estructura y funciones de cada uno de los
órganos que intervienen en la respiración. Con este propósito la conveniencia de
una rápida revisión de estos aspectos, empezando por algunas consideraciones
topográficas de la cavidad torácica, diafragma, pleuras y pulmones.
CAVIDA TORÁCICA:
En los equinos tiene la forma de un cono de truncado, comprimida algo
lateralmente especialmente en su parte anterior; la pared dorsal es mucho más
larga que la ventral o piso del tórax. En el vacuno es más corta que en el equino.
Los límites son dorsalmente las vértebras dorsales, ventralmente con el esternón,
lateralmente con las costillas, en su parte anterior con la región del cuello y en la
posterior con el diafragma.
DIAFRAGMA:
Es un músculo ancho que forma una separación anatómica entre la cavidad
torácica y la abdominal, tiene la forma de cúpula y sus puntos de inserción
son la forma sus vértebras dorsales. las costillas y el esternón.
PLEURAS:
Son membranas que tapizan las paredes del tórax y pulmones, formando la
cavidad mediastínica. Por su ubicación las pleuras adoptan los siguientes
nombres:
Visceral: Cubre la superficie pulmonar
Parietal: Cubre las paredes costales.
Diafragmática : Cubre el diafragma.
Mediastínica: Cubre y delimita el mediastino.
MEDIASTINO: Se dividen en:
• Mediastino dorsal, en esta cavidad se encuentra la aorta, conducto torácico,
parte torácica del esófago y tráquea, nervios neumogástricos y sus ramas,
ramas cardíacas de los nervios simpático y vago.
• Mediastino ventral, en esta cavidad se encuentran las arterias y grandes
vasos que salen y llegan al corazón, nervios frénicos, en animales jóvenes el
timo; saco pericárdico y bronquios extrapulmonares.
PULMONES: Son los órganos principales de la respiración; en cuanto a su
forma y tamaño varia según las especies.
El pulmón del caballo es unilobular. Solamente el pulmón derecho tiene un
lóbulo suplementario llamado ácigos.
El pulmón del vacuno es polilobular con 7 lóbulos, el izquierdo tiene tres lóbulos
(diafragmático, cardiaca y apical) y el derecho tiene 4 lóbulos (diafragmático, 2
cardiacos y el apical).
El pulmón de los caninos es polilobular con 6-7 lóbulos: el izquierdo tiene 2-3
lóbulos y el derecho 4; es bastante característico el ácigos por su gran tamaño, se
extiende desde el corazón hasta el diafragma.
ACTO RESPIRATORIO
Está constituido por dos fases: la inspiración y la espiración. Estas dos fases son
continuas existiendo una pausa breve entre ellas.
Fase Inspiratoria. Es activa por la acción simultanea de los músculos
inspiratorios, que son 7:
• Músculos que amplían el tórax: diafragma, intercostales externos, transversal
de las costillas y porción intercartilaginosa de los intercostales internos.
• Músculos que jalan las costillas hacia atrás y arriba: escaleno, dentellado
pequeño anterior, músculos supra costales.
El diafragma se contrae por estímulo del nervio frénico, los músculos
inspiradores actúan por estímulo del plexo branquial y cervical.

Debido al vacío púrico que se presenta en la inspiración, se produce la expansión


de la pared torácica y el diafragma, en esta forma el saco pleúrico al expandirse
lleva consigo al pulmón con la ayuda del tejido elástico pulmonar y el músculo
liso peribronquial.

Por este mecanismo el aire atmosférico puede ser absorbido a los alveolos
pulmonares hasta el momento en que la presión endoalveolar sea igual a la
atmosférica, al comenzar el acto respiratorio la presión endoalveolar vuelve
positiva.
EXAMEN DE LA NARIZ
Se utiliza la inspección, palpación, eventualmente la percusión, auscultación a
distancia y rayos x. La metodología aconsejada está en base a los siguientes
aspectos.
INSPECCIÓN: El examen del aparato respiratorio empieza con la inspección
nasal, ofreciendo datos importantes para evaluar el estado de enfermedad.
Por ciertas consideraciones metodológicas, en la rutina de estos exámenes se
realiza tanto la inspección externa como la interna. La inspección interna ofrece
datos de acuerdo a cada enfermedad y obviamente la observación se
circunscribe a los conductos naturales de la zona; la inspección externa está
dirigida hacia cualquier alteración anatómica o funcional de la zona, en ambos
casos la zona de observación estará expuesta a la luz natural o artificial.
En vacunos normalmente el morro se encuentra húmedo, pero en estado febril
se encuentra seco incluso agrietado, cubierto de un liquido pardusco o costras
amarillento grisáceas.

Particularmente la inspección externa se traduce en la observación de la


movilidad de las fosas nasales. En equinos normalmente es de escasa
significación observar el movimiento de las alas nasales durante la inspiración y
espiración, pero si tiene valor clínico en estados disneicos, observándose la
movilidad franca y notoria de las alas nasales, más aun pueden permanecer
dilatadas en procesos disneicos graves, sea por trastornos febriles, dolorosos
nerviosos.
La dilatación permanente y bilateral de las alas nasales en los procesos
tetánicos es bastante característica por la contracción espasmódica de los
músculos dilatadores de las fosas nasales.

La observación de un ollar más estrecho que el otro por relajación de una de


las paredes nasales, se presenta en la parálisis unilateral del nervio facial, en
este caso el ala nasal se encuentra deprimida y flácida.

En otras especies la parálisis parcial o completa de este nervio se manifiesta


por inmovilidad de las alas nasales con pérdida de la sensibilidad.
Es importante anotar en algunas especies, tal es el caso de los
vacunos, que los movimientos de las alas nasales son limitados aún
en estados disneicos, debido a factores anatómicos, considerando que
los bordes externos son rígidos, por esta razón en estado de disnea
permanecen con la lengua hacia afuera.
En igual forma los movimientos de las alas nasales en caninos son
poco visibles normalmente, en estados de disnea se manifiesta por
insuflación de los labios durante la espiración y depresión de los
mismos durante la inspiración; la espiración disneica se hace presente
con el llamado soplo labial.
EXAMEN DEL AIPE ESPIRADO
La exploración del aire espirado en algunos estados patológicos adquiere
gran importancia diagnóstica; debiéndose tener en cuenta los siguientes
factores:
a) Fuerza y Volumen de Aire Espirado:
Con propósitos de precisión se debe realizar este examen mediante los
espirómetros, motivo por el cual solo se realiza en los laboratorios de
fisiología.
La apreciación del aire espirado, incluyendo la temperatura, se realiza
colocando el dorso de las manos frente y simultáneamente ante las dos fosas
nasales, también se puede realizar utilizando espejos para que se adhiera el
vapor del aire espirado (las imágenes de vapor que se forman deben ser
iguales).
En condiciones normales debe igual el volumen, fuerza y temperatura para
ambas fosas nasales, pero en condiciones patológicas se pierde esta
uniformidad, siendo un dato valioso para sospechar inmediatamente de
estenosis unilaterales por congestiones, tumoraciones, presencia de flujo
nasal, tabique desviado; todos estos ubicados en un conducto nasal; si fuese
bilateral dependerá del grado de obturación por cuanto en casos acentuados
respiran por la cavidad bucal.
b) Temperatura de Aire Espirado.
Se utilizan las mismas técnicas igual al caso anterior, y por las cuales,
es fácilmente perceptible la sensación al tacto de la temperatura en
ambas fosas nasales. Se presenta aumento bilateral de la
temperatura nasal en todo proceso febril. En forma unilateral en
casos de rinitis, congestión nasal y en procesos estenóticos por
aumento de la fricción del aire espirado; estos datos solamente son
de orientación y nunca definitivos.
c) Olor del Aire Espirado.
El olor del aire espirado normalmente es característico para las
diferentes especies; es aromático en los herbívoros y de olor
característico en caninos pero nunca desagradable.
En sentido patológico existen diferentes olores, queda al clínico ubicar su origen,
considerando que puede ser bucal, sinusal, bronquial, pulmonar, faríngeo,
gastrointestinal, hepático y en casos sistémicos por alteraciones metabólicas.

Es común el olor a caries debido a procesos dentarios y óseos, cuyo origen


esencialmente es bucal.

Un olor a putrefacción se presenta mayormente por los residuos de alimentos


que al permanecer cierto tiempo entre dientes están afectos a procesos de
fermentación, además este olor putrefacto y ofensivo se percibe en la bronquitis
crónica, sinusitis, ocena.

Un olor a gangrena permite sospechar de neumonía gangrenosa, siendo uno de


los signos de pronóstico grave para estos trastornos.
El olor a acetona en caninos es un signo característico de la diabetes
glucosúrica y en vacunos procesos metabólicos, como la cetosis por ejemplo.
Un olor muy parecido al alcohol, éter o cloroformo, en terneros y corderos es
indicativo de parasitosis, especialmente en casos de ascariosis.
El olor a heces insinúa retención fecal o procesos gastro-intestinales crónicos.
El olor a orina se presenta en trastornos renales como en la uremia por
ejemplo.
Para ubicar el origen del olor, en ciertos animales se obturan las fosas nasales
para percibir el olor bucal, contrariamente cuando se obtura la boca se
percibe nítidamente el olor nasal; sin embargo esta práctica puede ser
peligrosa en ciertas enfermedades zoonóticas.
EXAMEN DE LA TRÁQUEA:
Solamente es posible examinar la región cervical de la tráquea, para este
efecto se utiliza la inspección, palpación y auscultación.
INSPECCIÓN:
Esta técnica ofrece pocos datos de los cuales principalmente están referidas
a las modificaciones morfológicas de este órgano, presencia de cicatrices
(traqueotomías), lesiones bociógenas, tumefacción tiroidea, formaciones
tumorales. Estas ultimas alteraciones deben ser debidamente diferenciadas.
PALPACIÓN:
Más que todo para percibir aumento de sensibilidad en procesos de
traqueítis, asimismo para percibir el frémito traqueal, ubicar la presencia de
tumores, abscesos y otras lesiones o alteraciones accesibles a la palpación.
AUSCULTACIÓN:
Es la técnica más utilizada considerando que los datos obtenidos son
concluyentes para los posibles procesos que afectan este órgano.
El sonido normal que se escucha es el sonido laringo-traqueal;
patológicamente se escuchan estertores cuando existen secreciones, además
se puede escuchar el estridor traqueal que se caracteriza por su timbre seco,
sonoro y audible en cualquier tipo de estenosis sin exudados (abscesos,
tumores, retracciones cicatriciales); con iguales características se presenta el
estridor bronquial.
ESTUDIO DE LA VOZ
Es necesario conocer la emisión normal de la voz en las diferentes especies,
así por ejemplo el mugido del buey, relincho de los caballos, balido del
carnero, etc.
FLUJO NASAL
Viene ser la destilación o secreción de productos que fluyen por los ollares,
normalmente en animales sanos no se observa este flujo, salvo en vacunos
que presentan una secreción serosa que humedece el morro, como también
en equinos o en otras especies luego de ejercicios violentos.

No hay que confundir este flujo nasal con la expectoración, cuyo origen se
ubica en la laringe, tráquea, bronquios y pulmones. Los animales como no
escupen normalmente degluten la expectoración, pero cuando se produce en
mayor cantidad es expulsada por la boca. Con fines diagnósticos se puede
sacar la lengua para provocar la tos y consecuentemente la expectoración.
En el examen del flujo nasal se debe considerar el origen, carácter, cantidad,
modalidad y olor.
Origen:
Puede ser en la cavidad nasal, senos paranasales, bolsas guturales, faringe,
laringe, tráquea, bronquios, y pulmones.
El diagnóstico diferencial solamente podría realizarse luego de conocer el
estado de cada uno de estos órganos.
Carácter:
Las variaciones del flujo nasal está en base al carácter; seroso, sero-mucoso,
mucoso, mucopurulento, purulento, sanguinolento, espumoso y saliviforme.
El flujo seroso es parecido al suero o agua, se observa en las fases iniciales de
procesos inflamatorios de rinitis, laringitis, faringitis, influenza equina, gurma.

De acuerdo al curso de la inflamación, este flujo seroso puede evolucionar en


corto tiempo a mucoso y purulento.

El flujo seromucoso es ligeramente filamentoso por su contenido en mucina,


se presenta por estados inflamatorios más avanzados en los ejemplos
anteriormente indicados.

Es mucoso cuando se presenta en forma marcadamente filamentosa, además


se caracteriza por ser incoloro y vítreo. Es mucopurulento cuando tiene un
color blanco-gris o amarillento-grisáceo, contiene leucocitos y células
descamadas, generalmente se presenta en infecciones.
Es purulento cuando presenta un color blanco crema o blanco amarillento,
incluso puede llegar hasta el verde por su alto contenido de leucocitos y
células descamadas, siendo la fase más intensa y avanzada en la evolución del
flujo nasal.
En el muermo por ejemplo empieza con flujo seroso, evoluciona con sero-
mucoso, luego mucoso hasta llegar al purulento; igualmente se observa en la
fiebre catarral maligna y en las bronquitis.

El flujo nasal hemorrágico se caracteriza por estar manchado con sangre o en


franca hemorragia (epistaxis, rinorragia).
La epistaxis es una ligera hemorragia frecuentemente unilateral en forma de
gota a gota; se debe a traumas, parasitosis nasales, tumores.
La rinorragia es una hemorragia más grave, profusa y generalmente bilateral;
puede ser de origen laríngeo, bronquial o pulmonar (hemoptisis).
De todos modos, cabe la diferenciación entre la hemorragia pulmonar
(hemoptisis) y la hemorragia gástrica (hematemesis), en ambas las fosas
nasales simplemente son vías de tránsito de la hemorragia. En la hemoptisis
la hemorragia es de color uniforme, rojo claro y de aspecto espumoso,
acompaña a esta hemorragia, tos, disnea y estertores a la auscultación. En la
hematemesis la sangre es achocolatada, de olor ácida y se acompaña de
vómitos.
Cuando la sangre tiene origen en el esófago y faringe la hemorragia es
copiosa y no espumosa. El flujo nasal tiene carácter espumoso cuando existen
glóbulos de aire, es un valioso signo de sospecha para el edema pulmonar.
El flujo nasal es saliviforme en procesos de disfagia y regurgitación, por esta
razón muchas veces se acompaña con partículas alimenticias.
Cantidad: El flujo nasal puede ser escaso, moderado y abundante.
Se considera que el flujo es escaso cuando se presenta pequeñas cantidades,
tiene buen pronóstico de adoptarse las medidas convenientes para su
control.
Es abundante (llamado también rinorrea) cuando se observa que el flujo
cuelga por las fosas nasales, tiene un mal pronóstico y se presenta en estados
graves, especialmente en vacunos cuando el reflejo del lamido está
suspendido.
Es moderado cuando la cantidad del flujo es fácilmente perceptible, puede
observarse en una etapa progresiva de la enfermedad o también como
involución de la misma.

Modalidad: El flujo nasal puede ser unilateral, bilateral, continuo o


intermitente.
Es unilateral, cuando el flujo sale solamente por una fosa nasal, se observa en
procesos de sinusitis, inflamaciones de las bolsas guturales, neoplasias,
cuerpos extraños. Todos estos trastornos caracterizados por su origen
unilateral.
Es bilateral, cuando el flujo emerge por ambas fosas nasales, se presenta
procesos inflamatorios bilaterales de las mucosas nasales, senos paranasales,
en ciertas enfermedades infecciosas como la fiebre catarral maligna, gurma y
otras.
El flujo es continuo, cuando la secreción se presenta en forma constante,
pudiendo ser escasa, moderada y abundante de acuerdo al curso de la
enfermedad.
Es intermitente, cuando el derrame del flujo se presenta con variaciones
notables en su cantidad, mayormente salidas intempestivas del flujo al bajar
la cabeza del paciente, como también provocado por estornudos y resoplidos,
se presenta en la sinusitis, guturitis, neumonías gangrenosas.
Olor: El flujo normalmente es inodoro, pero bajo determinabas condiciones
se presenta con olor desagradable.

También podría gustarte