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MARCO TEORICO

Aspectos históricos

Historia universal de la EPOC

Los datos históricos hacen referencia a la aparición de la EPOC desde el siglo XVI.
Hipócrates no utilizaba este término para diagnosticar a los pacientes que presentaban tos,
expectoración, disnea y sibilancias, sino que usaba el de "asma" para todas las entidades en
las que el paciente mostraba falta de aire. En aquella época empezó a hablarse del enfisema
(de emphysao, soplar dentro), vocablo empleado para designar la presencia de aire dentro
de los tejidos.

En el siglo XVII y con base en los estudios de autopsias, se conocieron las entidades que
actualmente denominamos con el término de EPOC. Sin embargo, en la literatura médica el
término "bronquitis" fue utilizado hasta finales del siglo XVIII.

La incorporación del estetoscopio

En el siglo XVIII, la escuela francesa relacionó los hallazgos clínicos con las descripciones
patológicas. Se desarrolló el método auscultatorio con el estetoscopio diseñado por el
médico parisino HT Laennec, se introdujo el término de "obstrucción bronquial", se
establecieron las diferencias entre bronquitis y enfisema, se describieron las
manifestaciones típicas de estas enfermedades pulmonares (tos, expectoración y disnea) y
se fundaron las bases de la especialidad de neumología.

Definición de bronquitis y enfisema

La definición de "enfisema", muy similar a la que aún seguimos utilizando, se debe a


Laennec y fue introducida en la práctica médica a principios del siglo XIX; Charles
Badham, médico inglés, utilizó por primera vez el término de "bronquitis" durante el
mismo siglo.

Descubrimiento del oxígeno

En 1789 Antoine L. Lavoisier descubre y da nombre al oxígeno y se llevan a cabo las


primeras aplicaciones terapéuticas. La oxigenoterapia se convirtió en medida terapéutica
habitual hasta después de la Primera Guerra Mundial, tras los conocimientos adquiridos en
los soldados gaseados. También se introdujo el término de "espirometría" (medida del
aliento o de la respiración).

Invento del espirómetro

El invento del espirómetro se atribuye a Jonh Hutchinson (1811–1861); las aportaciones de


Tiffenau y Pinelli permitieron objetivar la obstrucción bronquial en forma reproducible y
práctica. Aunque otros investigadores, antes y después de él también contribuyeron al
desarrollo de la espirometría, Robert Tiffeneau (1910–1961) describe los parámetros
espirométricos, su relación con la edad y la severidad de los trastornos ventilatorios, así
como las alteraciones en bronquitis, enfisema y asma, entre otros; asimismo, llevó a cabo
estudios broncodinámicos utilizando adrenalina, acetilcolina y corticoides en asma y diseñó
aparatos para aerosolterapia.

Enfermedad pulmonar obstructiva crónica historia natural

En los últimos sesenta años la confusión terminológica ha favorecido poco el conocimiento


de la enfermedad y el abordaje práctico de la misma. Durante años han coexistido, en
muchas ocasiones como sinónimos, enfisema, bronquitis crónica, bronquitis asmática,
enfermedad de pequeñas vías o bronquitis crónica simple u obstructiva. A principios de los
80, veinticinco años después del simposium Ciba (1959), se constaba el escaso éxito del
término enfermedad obstructiva crónica por la competencia del acrónico norteamericano
COPD (chronic obstructive pulmonary disease). A pesar de todo, COPD (o EPOC en
español) se ha introducido progresivamente en todos los ámbitos haciendo énfasis en la
relación de la enfermedad con el tabaco (en los países occidentales), en la obstrucción poco
reversible (o por lo menos no tan reversible como en el caso del asma) y en el papel básico
de la espirometría en el diagnóstico de la misma.

La historia natural de la EPOC es variable. Aunque únicamente la deshabituación tabáquica


y la oxigenoterapia domiciliaria cambia positivamente la evolución, existen tratamientos
que mejoran los síntomas y, posiblemente, la calidad de vida. Es bien conocido que no
todos los fumadores desarrollan obstrucción al flujo aéreo e identificar a los fumadores
“susceptibles” es uno de los grandes retos para los investigadores. Se han descrito fenotipos
distintos en pacientes con EPOC con manifestaciones clínicas similares. La identificación
de los fenotipos específicos relacionados con la EPOC puede mejorar el diagnóstico y el
tratamiento. La heterogeneidad y el poco conocimiento de la EPOC podría explicarse al ser
una enfermedad genotípicamente compleja que evoluciona lentamente. Así, desde un punto
de vista teórico, la identificación de diversos fenotipos podría explicar la existencia de
pacientes con EPOC en los que predomina la destrucción (enfisema), la pérdida de
elasticidad o la hiperreactividad bronquial, o bien, el caso de pacientes con obstrucción en
edades relativamente jóvenes o con un declive acelerado de la función pulmonar. Los
diferentes fenotipos de la EPOC quizás también podrían explicar las manifestaciones
sistémicas, como la respuesta inflamatoria sistémica, las alteraciones nutricionales, la
disfunción del músculo esquelético o los efectos potenciales cardiovasculares o sobre el
metabolismo óseo.

SISTEMA RESPIRATORIO

El sistema respiratorio, también llamado aparato respiratorio, está compuesto por múltiples
órganos que trabajan juntos para oxigenar el cuerpo mediante el proceso de la respiración.
Este proceso es posible gracias a la inhalación de aire y su conducción hacia los pulmones,
en donde ocurre el intercambio gaseoso. Durante el intercambio gaseoso, el oxígeno ingresa
a nuestra sangre y se intercambia por dióxido de carbono, el cual sale de nuestro cuerpo
durante la exhalación. El aparato respiratorio se divide en dos secciones a nivel de las
cuerdas vocales; una sección superior y otra inferior. Estas secciones se denominan
“tractos”.

Aparato respiratorio superior

El tracto respiratorio superior incluye las partes del aparato respiratorio que se encuentran
fuera del tórax, específicamente aquellas que se encuentran sobre el cartílago cricoides y
cuerdas vocales. Este incluye a la cavidad nasal, senos paranasales, faringe y porción
superior de la laringe.

La mayor parte del tracto respiratorio superior tiene epitelio cilíndrico ciliado
pseudoestratificado, también conocido como epitelio respiratorio. Sin embargo, existen
algunas excepciones: la faringe y la laringe.
CAVIDAD NASAL

El tracto respiratorio superior comienza en la cavidad nasal, la cual tiene aperturas


anteriores en la cara mediante sus dos narinas, y posteriormente hacia la nasofaringe a
través de sus coanas. El piso de la cavidad nasal está compuesto por el paladar duro,
mientras que su techo se compone posteriormente por la placa cribiforme del hueso
etmoides. En su parte anterior está constituido por el hueso frontal y los huesos nasales o
propios de la nariz. Las narinas y la porción anterior de la cavidad nasal contienen
glándulas sebáceas y folículos pilosos que previenen el ingreso de partículas dañinas o
extrañas a la cavidad nasal.

Las paredes laterales de la cavidad nasal contienen tres estructuras óseas que se proyectan
desde su superficie denominadas cornetes nasales (superior, medio e inferior); su función es
incrementar el área de superficie de la cavidad nasal. Los cornetes nasales hacen que el
flujo laminar de aire se vuelva lento y turbulento, ayudando de esta manera a humidificar y
calentar el aire a una temperatura cercana a la del cuerpo.

El techo de la cavidad nasal contiene al epitelio olfatorio, el cual está compuesto por
receptores sensoriales especializados. Estos receptores captan las moléculas de olor y las
transforman en potenciales de acción mediante el nervio olfatorio. Estos potenciales de
acción viajan hacia la corteza cerebral y permiten la interpretación por parte del cerebro
para proveer el sentido del olfato.

Otro camino que puede tomar el aire para ingresar a nuestro cuerpo es a través de la
cavidad oral. Si bien no está clasificada como parte del tracto respiratorio superior, la
cavidad oral provee una ruta alternativa en caso de obstrucción de la cavidad nasal. La
entrada hacia la cavidad oral se encuentra en el tercio inferior de la cara, mientras que por
su parte posterior, encuentra su límite al unirse con la orofaringe en el istmo orofaríngeo

Senos paranasales

La cavidad nasal está formada por varios huesos que contienen espacios de aire llamados
“senos paranasales”. Los senos paranasales son nombrados según los huesos con los que se
asocian: maxilar, frontal, esfenoidal y etmoidal.
Los senos paranasales se comunican con la cavidad nasal por medio de ciertas aperturas
que hacen que reciban aire inhalado y contribuyan a su humidificación y calentamiento
durante la respiración. Adicionalmente, la membrana mucosa y el epitelio respiratorio que
yace tanto en la cavidad nasal como en los senos paranasales, atrapa partículas, polvo o
bacterias que pueden resultar dañinas para el cuerpo.

FARINGE

Después de pasar por la cavidad nasal y senos paranasales, el aire inhalado sale a través de
las coanas nasales hacia la faringe. La faringe es un tubo muscular en forma de embudo que
contiene tres partes: la nasofaringe, orofaringe y laringofaringe.

 La nasofaringe es la primera y más superior parte de la faringe, se encuentra


posterior a la cavidad nasal. Esta parte de la faringe sirve exclusivamente como
pasaje de aire, por lo tanto, se alinea con el epitelio respiratorio. Inferiormente, la
úvula y el paladar blando se elevan durante el proceso de la deglución, permitiendo
cerrar la nasofaringe y evitar que la comida que ingerimos ingrese a la cavidad
nasal.
 La orofaringe se encuentra posterior a la cavidad oral y se comunica con ella
mediante el istmo orofaríngeo. La orofaringe sirve como camino tanto para el aire
que ingresa desde la nasofaringe como para la comida que ingresa por la cavidad
oral. Por lo tanto, la orofaringe está revestida por un tipo de epitelio protector
estratificado escamoso no queratinizado.
 La laringofaringe o hipofaringe es la parte más inferior de la faringe. Representa el
punto en donde el sistema digestivo y respiratorio se dividen. En su cara anterior, la
laringofaringe continúa con la laringe, mientras que posteriormente continua con el
esófago.

Laringe

Siguiendo la laringofaringe, la siguiente y última porción del tracto respiratorio superior es


la parte superior de la laringe. La laringe es una estructura completamente hueca que se
encuentra anterior al esófago. Está soportada por un intrincado esqueleto cartilaginoso
conectado por membranas, ligamentos y músculos asociados. Por encima de las cuerdas
vocales, la laringe se encuentra revestida por epitelio escamoso estratificado como el de la
laringofaringe. Por debajo de las cuerdas vocales, este epitelio cambia hacia un epitelio
cilíndrico pseudoestratificado con células caliciformes (epitelio respiratorio).

Aparte de su función principal de conducir aire, la laringe también resguarda a las cuerdas
vocales, las cuales son muy importantes para la producción de la voz. La epiglotis cierra la
entrada laríngea durante la deglución para evitar que los alimentos o líquidos entren en el
tracto respiratorio inferior.

Aparato respiratorio inferior

El tracto respiratorio inferior se refiere a las partes del aparato respiratorio que se
encuentran inferiores al cartílago cricoides y a las cuerdas vocales, incluyendo la parte
inferior de la laringe, árbol traqueo bronquial y pulmones.

Los pulmones se consideran normalmente parte del tracto respiratorio inferior; no obstante,
algunas veces se describen como entidades independientes. Estos contienen bronquiolos
respiratorios, conductos alveolares, sacos alveolares y alvéolos.

Árbol traqueobronquial

El árbol traqueobronquial es una porción del tracto respiratorio que conduce aire desde las
vías aéreas superiores hacia el parénquima pulmonar. Está compuesto por la tráquea y vías
intrapulmonares (bronquios y bronquiolos). La tráquea está localizada en el mediastino
superior y representa al tronco del árbol traqueobronquial. La tráquea se bifurca, a nivel del
ángulo esternal y de la quinta vértebra torácica, en bronquios principales derechos e
izquierdos, uno para cada pulmón.

El bronquio principal izquierdo: viaja inferolateralmente para ingresar al hilio pulmonar


izquierdo. Durante su trayecto, pasa inferior al arco de la aorta y por la cara anterior del
esófago y aorta torácica.

El bronquio principal derecho: viaja inferolateralmente para entrar al hilio pulmonar


derecho. El bronquio principal derecho es más vertical que el izquierdo, también es un poco
más ancho y corto. Esto hace que el bronquio derecho sea más propenso a la impactación
por un cuerpo extraño.

A medida que se van acercando a los pulmones, los bronquios principales comienzan a
ramificarse en bronquios cada vez más pequeños. El bronquio principal izquierdo se divide
en dos bronquios lobares secundarios, mientras que el bronquio principal derecho se divide
en tres bronquios lobares secundarios que llevan oxígeno hacia los lóbulos del pulmón
derecho e izquierdo respectivamente.

Cada uno de los bronquios lobares se divide en bronquios segmentarios (terciarios) que
llevan oxígeno hacia los segmentos broncopulmonares. Los bronquios segmentarios, se
ramifican en generaciones de bronquiolos intrasegmentarios (conductivos), los cuales luego
terminan siendo bronquiolos terminales. Cada bronquiolo terminal da inicio a varias
generaciones de bronquiolos respiratorios. Los bronquiolos respiratorios se extienden hacia
múltiples conductos alveolares, terminando en lo que se conoce como sacos alveolares,
cada uno conteniendo estructuras parecidas a un ramo de uvas, llamados alvéolos. Es en los
alvéolos donde ocurre el intercambio gaseoso.

Pulmones

Los pulmones son un par de órganos con textura esponjosa localizados en la cavidad
torácica. El pulmón derecho es más grande que el izquierdo y está compuesto por 3 lóbulos
(superior, medio e inferior), los cuales son divididos por dos fisuras: la fisura oblicua y la
fisura horizontal. El pulmón izquierdo tiene únicamente dos lóbulos (superior e inferior),
divididos por una fisura oblicua.

Cada pulmón tiene 3 superficies, un ápice y una base. Las superficies de los pulmones son:
superficie costal, medial o mediastinal y diafragmática; las cuales reciben su nombre según
la estructura anatómica adyacente a ellas. La superficie mediastinal conecta el pulmón con
el mediastino por medio de su hilio. El ápice del pulmón es el sitio en donde las superficies
mediastinal y costal convergen. El ápice es la porción más superior del pulmón,
extendiéndose incluso hasta el lugar en donde nace el cuello. La base tiene un aspecto
cóncavo y es la parte más baja del pulmón donde yace sobre el diafragma.

Cada hilio pulmonar contiene las siguientes estructuras:


 Bronquio principal
 Arteria pulmonar
 Dos venas pulmonares
 Vasos bronquiales
 Plexo autónomo pulmonar
 Ganglios linfáticos y vasos.

Función del sistema respiratorio

La función principal del sistema respiratorio es la ventilación pulmonar, la cual representa


el movimiento existente entre la atmósfera y el pulmón con los eventos de inspiración y
expiración guiados por los músculos respiratorios. El sistema respiratorio funciona en
conjunto para extraer oxígeno del aire inhalado y eliminar el dióxido de carbono
mediante la exhalación. La función principal del tracto respiratorio superior es la
conducción de aire, mientras que el tracto respiratorio inferior sirve tanto para la
conducción como para el intercambio gaseoso.

El tracto respiratorio superior también desempeña otras funciones a parte de su función


principal como canal para conducir aire hacia el tracto respiratorio inferior. Como lo
mencionamos previamente, la cavidad nasal y los senos paranasales tienen la capacidad de
cambiar las propiedades del aire al humidificarlo y calentarlo; preparándolo así para el
proceso de respiración. El aire también filtra patógenos, polvo y otras partículas por medio
de los folículos pilosos nasales y el epitelio ciliar.

El sitio donde comienza a ocurrir el intercambio gaseoso es la porción inferior del tracto
respiratorio, comenzando desde los bronquiolos respiratorios. Este proceso también se
conoce como respiración externa, en la que el oxígeno del aire inhalado se difunde desde
los alvéolos hacia los capilares adyacentes, mientras que el dióxido de carbono se difunde
desde los capilares hacia los alvéolos para ser exhalado. La sangre recién oxigenada pasa a
irrigar a todos los tejidos del cuerpo y se somete a respiración interna. Este es el proceso
en el que el oxígeno de la circulación sistémica se intercambia con el dióxido de carbono de
los tejidos. En general, la diferencia entre la respiración externa e interna es que la primera
representa el intercambio de gases con el ambiente externo y tiene lugar en los alvéolos,
mientras que la segunda representa el intercambio de gases dentro del cuerpo y tiene lugar
en los tejidos.

CORRELACIONES CLINICAS

Infecciones del tracto respiratorio superior

Las infecciones del tracto respiratorio superior son infecciones contagiosas que pueden ser
causadas por una variedad de bacterias y virus. Los agentes causantes más comunes son el
virus de la influenza (gripe), los rinovirus y la bacteria estreptococo. Dependiendo de qué
parte del tracto respiratorio superior esté afectado, estas infecciones pueden presentar
diferentes signos clínicos: rinitis, sinusitis, faringitis, epiglotitis, laringitis, entre otras.

El resfriado común es el tipo más común de infección del tracto respiratorio superior. Es
una infección viral que generalmente afecta la nariz y la garganta, sin embargo, otras partes
del sistema respiratorio también pueden verse afectadas. En la mayoría de los casos, los
síntomas incluyen dolor de garganta, tos, estornudos, secreción nasal, dolor de cabeza y
fiebre.

Infecciones del tracto respiratorio inferior

Las infecciones del tracto respiratorio inferior afectan las partes del tracto que se
encuentran inferiores a las cuerdas vocales. Estas infecciones pueden afectar las vías
respiratorias y manifestarse como bronquitis o bronquiolitis. También, pueden afectar los
alvéolos pulmonares y presentarse como neumonía. Todas estas pueden ocurrir también
junto con bronconeumonía.

La causa más común de las infecciones del tracto respiratorio inferior son las causadas por
bacterias, sin embargo, existen otros agentes que pueden causar infecciones, tales como:
virus, micoplasmas, rickettsias y hongos. Estos agentes invaden el revestimiento epitelial,
provocando inflamación, aumento de la secreción de moco y deterioro de la función
mucociliar. La inflamación y la acumulación de líquido en los pulmones y las vías
respiratorias pueden provocar síntomas como la tos, fiebre, producción de esputo, dificultad
para respirar o, en casos graves, la obstrucción de las vías respiratorias y alteración del
intercambio gaseoso.
ENFERMEDAD PULMONAR

Es cualquier problema en los pulmones que impide que estos trabajen apropiadamente.
Existen tres tipos principales de enfermedad pulmonar:

1. Enfermedades de las vías respiratorias. Estas enfermedades afectan los conductos


(vías aéreas o respiratorias) que transportan el oxígeno y otros gases dentro y fuera
de los pulmones. Por lo regular causan un estrechamiento u obstrucción de las vías
respiratorias. Estas incluyen asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica
(EPOC), bronquiolitis, y bronquiectasia (que también es el principal trastorno de las
personas con fibrosis quística). Las personas con enfermedades de las vías
respiratorias con frecuencia dicen que sienten como si "trataran de exhalar a través
de una pajilla".
2. Enfermedades del tejido pulmonar. Afectan la estructura del tejido pulmonar. La
cicatrización o la inflamación del tejido hace que los pulmones no se puedan
expandir totalmente (enfermedad pulmonar restrictiva). Esto hace que para los
pulmones sea más difícil captar oxígeno y liberar dióxido de carbono. Las personas
con este tipo de trastorno pulmonar a menudo dicen que sienten como si "llevaran
puesto un suéter o un chaleco demasiado apretado". En consecuencia, no son
capaces de tomar una respiración profunda. La fibrosis pulmonar y la sarcoidosis
son ejemplos de enfermedades del tejido pulmonar.
3. Enfermedades de la circulación pulmonar. Afectan los vasos sanguíneos en los
pulmones. Son causadas por coagulación, cicatrización o inflamación de dichos
vasos. Afectan la capacidad de los pulmones para captar oxígeno y liberar dióxido
de carbono. Igualmente pueden afectar la actividad cardíaca. Un ejemplo de este
tipo de enfermedad es la hipertensión pulmonar. Las personas que padecen estas
afecciones con frecuencia tienen dificultad para respirar cuando se esfuerzan.

Muchas enfermedades pulmonares involucran una combinación de estos tres tipos.

Las enfermedades pulmonares más comunes incluyen:

 Asma
 Colapso parcial o total del pulmón (neumotórax o atelectasia)
 Hinchazón e inflamación de las vías principales (tubos bronquiales) que transportan
aire a los pulmones (bronquitis)
 EPOC
 Cáncer pulmonar
 Infección pulmonar (neumonía)
 Acumulación anormal de líquido en los pulmones (edema pulmonar)
 Arteria pulmonar bloqueada (émbolo pulmonar)

ENFERMEDAD PULMONAR OBSTRUCTIVA CRONICA

Se estima que 64 millones de personas en el mundo entero padecen EPOC y es más común
a medida que se envejece. La EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) es
potencialmente mortal, tiende a empeorar progresivamente, y la causa más común es el
tabaquismo.

A nivel mundial, el número de personas con enfermedad pulmonar obstructiva crónica está
aumentando. Los factores que contribuyen a la enfermedad pulmonar obstructiva crónica
incluyen un aumento del consumo de tabaco en muchos países y, en todo el mundo, la
exposición a las toxinas de los combustibles de biomasa como la madera y los pastos. Las
tasas de mortalidad pueden estar aumentando en países con servicios médicos insuficientes.
En 2030, se estima que se convertirá en la tercera causa de muerte en el mundo.

Una enfermedad crónica es aquella que se prolonga en el tiempo, a veces por el resto de la
vida de la persona afectada. Cuando se describe una enfermedad, el término 'crónico' se
refiere al tiempo que una persona la sufre, y no al nivel de gravedad de la enfermedad.

El término EPOC se usa en la actualidad para referirse a la bronquitis crónica y al enfisema


que antes se consideraban enfermedades independientes.

La bronquitis crónica es la inflamación de los bronquios, que son las vías respiratorias
principales que van desde el tubo (la tráquea) hasta los pulmones. Esta inflamación puede
producir un exceso de mucosidad que podría obstruir sus vías respiratorias y hacerle toser.
El enfisema daña la estructura de los alvéolos (pequeños sacos de aire por donde pasa el
oxígeno a la sangre). Cuando los alvéolos pierden su elasticidad se reduce el soporte de las
vías respiratorias, haciendo que éstas se estrechen.

Los pacientes con EPOC tienen como resultado que pasa menos oxígeno a la sangre.

 El tabaco es la principal causa de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica.


 El paciente desarrolla tos, que conduce a la aparición de disnea.
 El diagnóstico se basa en radiografías de tórax y pruebas de función pulmonar.
 El cese del consumo de tabaco y el uso de medicación broncodilatadora son
elementos importantes.
 Las personas que sufren una enfermedad grave pueden requerir otros
medicamentos, usar oxígeno, someterse a rehabilitación pulmonar o, con muy poca
frecuencia, a una cirugía de reducción de volumen pulmonar.

La enfermedad pulmonar obstructiva crónica conduce a una disminución persistente en el


flujo de aire de los pulmones cuando la persona exhala, denominada obstrucción crónica
del flujo aéreo. La enfermedad pulmonar obstructiva crónica incluye el diagnóstico de
bronquitis obstructiva crónica y enfisema. Muchas personas tienen ambos trastornos.

 La bronquitis crónica es un concepto clínico que se define como un cuadro de tos


productiva mantenida durante al menos 3 meses durante 2 años sucesivos. Cuando
la bronquitis crónica incluye obstrucción del flujo aéreo se califica como bronquitis
crónica obstructiva.
 El enfisema se define como la destrucción extensa e irreversible de las paredes
alveolares (las células que dan apoyo a los sacos de aire, o alvéolos, que constituyen
los pulmones) y el aumento de tamaño de muchos de los alvéolos.

La bronquitis asmática crónica es similar a la bronquitis crónica. Además de tener una tos
que produce esputo, las personas afectadas presentan sibilancias y obstrucción parcialmente
reversible del flujo de aire. Se produce mayoritariamente en personas que fuman y tienen
asma. En algunos casos, la distinción entre la bronquitis obstructiva crónica y la bronquitis
asmática crónica es difusa, y en estos casos la afección se puede denominar síndrome mixto
de asma y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (según sus siglas en inglés).
Las vías respiratorias de pequeño calibre (bronquiolos) están formadas por músculo liso y
normalmente se mantienen abiertas por unos apéndices adheridos a las paredes alveolares.
En el enfisema, la destrucción de estos apéndices produce un colapso de los bronquiolos
cuando la persona exhala, lo que causa una obstrucción en el flujo de aire permanente e
irreversible. En la bronquitis crónica, las glándulas que revisten las vías respiratorias
mayores de los pulmones (bronquios) se dilatan, lo que causa una secreción excesiva de
moco. Los bronquiolos se inflaman y hacen que se contraigan los músculos lisos del tejido
pulmonar (espasmos) y haya obstrucción del flujo de aire. La inflamación también afecta
las vías respiratorias y sus secreciones, lo que limita aún más el flujo de aire. Con el
tiempo, las vías respiratorias de pequeño calibre de los pulmones se estrechan y se
destruyen. El asma también se caracteriza por una obstrucción del flujo de aire. Sin
embargo, contrariamente a la obstrucción del flujo de aire que ocurre en la enfermedad
pulmonar obstructiva crónica, la producida en el asma es completamente reversible en la
mayoría de las personas, ya sea de forma espontánea o mediante la aplicación de un
tratamiento adecuado.

La obstrucción del flujo de aire en la enfermedad pulmonar obstructiva crónica hace


que el aire quede atrapado en los pulmones después de cada exhalación, lo que hace
aumentar el esfuerzo requerido para respirar. El número de capilares en las paredes
alveolares disminuye. Estas alteraciones afectan al intercambio de oxígeno y dióxido de
carbono entre los alvéolos y la sangre. En las primeras fases de la enfermedad pulmonar
obstructiva crónica, la concentración de oxígeno en sangre puede disminuir, mientras que la
de dióxido de carbono permanece normal. En las fases más avanzadas, las concentraciones
de dióxido de carbono aumentan, mientras que las de oxígeno descienden.

La pandemia de COVID-19 ha planteado un riesgo especial para las personas que


sufren EPOC. El hecho de sufrir EPOC aumenta el riesgo de que una persona sea
hospitalizada o muera a causa del COVID-19. No obstante y de manera general, las
personas con EPOC fueron hospitalizadas con menor frecuencia durante la pandemia de
COVID-19 que antes de la misma. Se cree que el aumento de las precauciones contra la
infección respiratoria (por ejemplo, uso de mascarillas, distanciamiento social) es la razón
por la cual las personas con EPOC fueron hospitalizadas con menor frecuencia. Además,
las personas con síntomas, como una exacerbación aguda de la EPOC, pueden haber
evitado acudir a su servicio de urgencias local por temor a contraer el COVID-19.

Aunque la enfermedad pulmonar obstructiva crónica es una enfermedad progresiva


que empeora con el tiempo, es tratable. Con un manejo adecuado, la mayoría de las
personas con enfermedad pulmonar obstructiva crónica pueden lograr un buen control de
los síntomas y la calidad de vida, así como reducir el riesgo de otras afecciones asociadas.

SINTOMAS

Los síntomas de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica no suelen aparecer hasta que
se produce un daño pulmonar significativo y suelen empeorar con el tiempo, sobre todo si
la exposición al tabaco continúa.

Los signos y síntomas de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica pueden incluir los
siguientes:

 Falta de aire, especialmente durante la actividad física


 Sibilancia
 Opresión del pecho
 Una tos crónica que puede producir mucosidad (esputo) que puede ser clara, blanca,
amarilla o verdosa
 Infecciones respiratorias frecuentes
 Falta de energía
 Pérdida de peso involuntaria (en etapas posteriores)
 Hinchazón en tobillos, pies o piernas
También es probable que las personas con enfermedad pulmonar obstructiva crónica
experimenten episodios llamados exacerbaciones, durante los cuales sus síntomas
empeoran en relación con la variación diaria habitual y persisten por lo menos durante
varios días.
La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) tarda años en desarrollarse.
Enfermedad pulmonar obstructiva crónica de inicio precoz
En las personas con enfermedad pulmonar obstructiva crónica, aparece tos leve con
producción de esputo claro entre los 40 y los 50 años. La tos y la producción de esputo
suelen ser peores por las mañanas, al levantarse. La tos y la producción de esputo pueden
persistir a lo largo del día.
Puede producirse ahogo al hacer esfuerzo. Al principio, se suele pensar que la causa es el
envejecimiento o el mal estado físico, y por ello se tiende a disminuir la actividad física.
Algunas veces, el ahogo se produce al principio solo cuando la persona padece una
infección pulmonar (normalmente bronquitis), durante la cual la persona afectada tose más
y produce mayor cantidad de esputo. El color del esputo a menudo cambia, pasando de
claro o blanco a amarillo o verde.
Evolución de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica
En las personas con enfermedad pulmonar obstructiva crónica, al llegar a la mitad o finales
de su sexta década, especialmente si continúan fumando, el ahogo durante el esfuerzo es
cada vez más molesto.
Muy a menudo se produce neumonía u otras infecciones pulmonares. Estas infecciones
pueden producir un ahogo grave incluso si la persona está en reposo, y puede requerir
hospitalización. Con el paso del tiempo, aún después de haber cedido la infección
pulmonar, los ahogos persisten al realizar actividades diarias como bañarse, vestirse y tener
actividad sexual.
Aproximadamente un tercio de las personas con enfermedad pulmonar obstructiva crónica
experimentan una pérdida importante de peso. Las causas de la pérdida de peso no están
claras y pueden diferir en cada persona. Entre las causas posibles se encuentran el ahogo
como dificultad a la hora de comer y un aumento en la sangre de una sustancia denominada
factor de necrosis tumoral.
Las personas con enfermedad pulmonar obstructiva crónica expectoran sangre
intermitentemente debido a la inflamación de los bronquios, lo que también aumenta la
posibilidad de desarrollar un cáncer de pulmón.
El dolor de cabeza matutino puede deberse a la retención de dióxido de carbono y la
disminución de los niveles de oxígeno en sangre, como consecuencia de una respiración
deficiente durante el sueño.
Conforme avanza la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, algunas personas afectadas,
sobre todo las que tienen enfisema, adoptan patrones de respiración no habituales. Al
exhalar, fruncen los labios. Otras se encuentran mejor al inclinar el torso sobre una mesa,
con los brazos extendidos sobre ella y apoyando el peso en las palmas o codos, maniobra
que mejora la función de ciertos músculos respiratorios.
Con el paso del tiempo, muchas personas afectadas desarrollan un tórax en forma de barril,
a medida que los pulmones se agrandan debido al aire atrapado. Las concentraciones bajas
de oxígeno en la sangre pueden hacer que la persona adopte un tinte azulado en la piel
(cianosis). Es poco frecuente la aparición de dedos hipocráticos (dedos en palillos de
tambor) y, si aparece, hace sospechar cáncer de pulmón u otros trastornos pulmonares.
Las zonas frágiles de los pulmones pueden romperse, permitiendo que el aire se escape
desde los pulmones hacia la cavidad pleural, situación denominada neumotórax. Esta
complicación a menudo provoca dolor repentino y ahogo y requiere intervención médica
cuanto antes para eliminar el aire de la cavidad pleural.
Exacerbación de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica
Una recidiva (o exacerbación) de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica representa un
empeoramiento de los síntomas, generalmente tos, incremento en la producción de esputo y
ahogo. El color del esputo suele cambiar a amarillo o verde y puede haber fiebre y dolor
muscular. La dificultad respiratoria puede estar presente cuando la persona está en reposo y
ser lo suficientemente grave para requerir hospitalización. Las recidivas pueden ser
causadas por la exposición a aire muy contaminado, alérgenos e infecciones víricas o
bacterianas.
Durante las recidivas graves, la persona desarrolla una enfermedad potencialmente mortal
denominada insuficiencia respiratoria. Entre sus posibles síntomas están el ahogo grave
(una sensación similar a la de la asfixia), ansiedad extrema, sudoración, cianosis y
confusión.
Complicaciones de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica
Si no se tratan los niveles bajos de oxígeno con oxígeno suplementario, pueden surgir
complicaciones. Los niveles de oxígeno bajos en la sangre, si no son tratados, provocan que
la médula ósea envíe más glóbulos rojos (eritrocitos) al torrente sanguíneo, una enfermedad
conocida como policitemia secundaria (también denominada eritrocitemia). Los niveles
bajos de oxígeno en la sangre también constriñen los vasos sanguíneos que se dirigen desde
el lado derecho del corazón a los pulmones, lo que aumenta la presión en estos vasos.
Como consecuencia del aumento de la presión, denominada hipertensión pulmonar, puede
aparecer una insuficiencia del lado derecho del corazón (llamada cor pulmonale). Las
personas con insuficiencia cardíaca derecha presentan hinchazón de las piernas.
Las concentraciones elevadas de dióxido de carbono provocan que la sangre se vuelva
ácida (acidosis respiratoria). Las personas se sienten soñolientas y pueden entrar en coma y
morir si el problema no se corrige.
Las personas con enfermedad pulmonar obstructiva crónica también tienen un riesgo más
alto de desarrollar anomalías del ritmo cardíaco (arritmias). Si además son fumadoras,
tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer de pulmón que las personas que no tienen
enfermedad pulmonar obstructiva crónica, aunque fumen la misma cantidad. Las personas
con enfermedad pulmonar obstructiva crónica parecen tener un mayor riesgo de desarrollar
osteoporosis, depresión, arteriopatía coronaria, pérdida de masa muscular (atrofia) y reflujo
gastroesofágico. Sin embargo, no está claro si el riesgo se incrementa a causa de la
enfermedad pulmonar obstructiva crónica u otros factores.
Cómo se relaciona el tabaquismo con la enfermedad pulmonar obstructiva crónica
La EPOC por lo general es causada por fumar cigarrillos, pero la exposición a largo plazo a
otro tipo de irritantes para los pulmones, como el humo de segunda mano, también puede
contribuir a esta afección. Hasta 1 de cada 4 personas con EPOC en los Estados Unidos
nunca fumó cigarrillos. Sin embargo, fumar es la causa de hasta 8 de cada 10 muertes
relacionadas con la EPOC y 38 % de los casi 16 millones de adultos en este país con un
diagnóstico de EPOC reportan ser fumadores en la actualidad.
Fumar y la exposición al humo de segunda mano durante la infancia y los años de la
adolescencia pueden retrasar el crecimiento y desarrollo de los pulmones, lo cual puede a
su vez aumentar el riesgo de tener EPOC en la edad adulta.
Fumar (cigarrillos, cigarros, pipas, marihuana e incluso cigarrillos electrónicos o e-
cigarettes) puede tener un efecto nocivo en todo el cuerpo, pero especialmente en el sistema
respiratorio. Esto incluye las vías respiratorias, los pulmones, ciertos vasos sanguíneos y los
músculos que alimentan los pulmones.
Fumar cigarrillos, por ejemplo, es responsable de casi el 90 % de todas las muertes por
cáncer de pulmón y del 80 % de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), que
incluye cosas como el enfisema y bronquitis crónica. Estas pueden ser condiciones
potencialmente mortales que dificultan la respiración.
Fumar también exacerba (empeora) otros trastornos pulmonares, como el asma, una
afección en la que los pulmones se hinchan y las vías respiratorias se estrechan, lo que
dificulta el flujo de aire dentro y fuera del cuerpo.
Cuando fuma:
 La producción de mucosidad pulmonar aumenta y se espesa: Su cuerpo produce
naturalmente mucosidad como lubricante y barrera protectora. El exceso de moco
puede ser difícil de expulsar y obstruye las vías respiratorias. También puede ser un
caldo de cultivo para bacterias y otros gérmenes.
 Los cilios se dañan: fumar reduce el número y la eficiencia de los cilios. Eso
significa que más suciedad, polvo y otras partículas pueden entrar y permanecer en
los pulmones. La mucosidad también es más difícil de eliminar.
 Los alvéolos se destruyen: las sustancias químicas del humo del cigarrillo atacan los
sacos de aire que permiten que el oxígeno llegue a la sangre y que el monóxido de
carbono la deje. Los alvéolos no se regeneran, por lo que una vez que se produce
suficiente daño, la respiración se vuelve, y puede seguir siendo, difícil.
 Los bronquios se irritan e inflaman: esto puede provocar una tos prolongada y hacer
que las infecciones respiratorias sean más comunes.

CAUSAS DE LA ENFERMEDAD PULMONAR OBSTRUCTIVA CRONICA

La causa más importante de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica es

 Consumo de cigarrillos

Sólo alrededor del 15% de los fumadores desarrollan enfermedad pulmonar obstructiva
crónica. Con la edad, la función pulmonar se pierde más rápidamente en los fumadores de
cigarrillos que en los no fumadores. Si una persona deja de fumar, la función pulmonar
mejora solo un poco. Sin embargo, la tasa de disminución de la función pulmonar vuelve a
los valores de los no fumadores cuando la persona deja de fumar, demorando así el
desarrollo y la progresión de los síntomas. Los fumadores de pipa y de puros la desarrollan
con mayor frecuencia que los no fumadores, pero no tanto como los fumadores de
cigarrillos. No está claro si fumar marihuana contribuye a la enfermedad pulmonar
obstructiva crónica.
Trabajar en un ambiente contaminado por vapores químicos, polvo o humo espeso de
fogones situados a cubierto incrementa el riesgo de enfermedad pulmonar obstructiva
crónica (véase Introducción a las enfermedades pulmonares de origen ambiental). La
exposición al aire contaminado y la condición de fumador pasivo (exposición al humo de
cigarrillo de los fumadores activos) pueden causar recidivas en personas con enfermedad
pulmonar obstructiva crónica, pero probablemente no causen la enfermedad pulmonar
obstructiva crónica.

La enfermedad pulmonar obstructiva crónica tiende a aparecer con mayor frecuencia en


algunas familias, de modo que puede existir cierto componente hereditario en algunas
personas afectadas.

Una causa rara de enfermedad pulmonar obstructiva crónica es un trastorno hereditario por
el cual el organismo no produce la cantidad suficiente de la proteína alfa-1-antitripsina. La
función principal de esta proteína es evitar que la enzima elastasa de los neutrófilos (un tipo
de glóbulos blancos) dañe los alvéolos. Por lo tanto, al llegar a la edad madura desarrollan
enfisema las personas con déficit grave de alfa-1-antitripsina (también denominada
deficiencia de alfa-1-antiproteasa), especialmente quienes son también fumadores.

El humo del cigarrillo y otras sustancias irritantes

En la gran mayoría de las personas con enfermedad pulmonar obstructiva crónica, el daño
pulmonar que desencadena la enfermedad es consecuencia de haber fumado cigarrillos
durante mucho tiempo. Pero es probable que también existan otros factores implicados en
el desarrollo de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, como la susceptibilidad
genética, porque no todos los fumadores la desarrollan.

Otras sustancias irritantes pueden causar enfermedad pulmonar obstructiva crónica,


incluidos el humo del cigarro, el humo de segunda mano, el humo de la pipa, la
contaminación ambiental y la exposición en el lugar de trabajo a polvo, humo o gases
tóxicos.

Deficiencia de alfa-1 antitripsina

En aproximadamente el 1 % de las personas con EPOC, la enfermedad es el resultado de un


trastorno genético que causa bajos niveles de una proteína llamada alfa-1 antitripsina
(AAt). La proteína AAt se produce en el hígado y se segrega en el torrente sanguíneo para
ayudar a proteger los pulmones. La deficiencia de alfa-1 antitripsina puede causar
enfermedades hepáticas, pulmonares o ambas.

En el caso de los adultos con EPOC relacionada a la deficiencia de AAt, las opciones de
tratamiento incluyen las utilizadas para las personas con tipos más comunes de EPOC.
Además, algunas personas pueden ser tratadas mediante el reemplazo de la proteína AAt
faltante, lo que puede prevenir un mayor daño a los pulmones.

Factores de riesgo

Los factores de riesgo de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica incluyen lo siguiente:

Exposición al humo del tabaco. El factor de riesgo más significativo para la enfermedad
pulmonar obstructiva crónica es el consumo de cigarrillos a largo plazo. Cuantos más años
fumes y más paquetes fumes, mayor será el riesgo. Los fumadores de pipa, los fumadores
de cigarros y los fumadores de marihuana también pueden estar en riesgo, así como las
personas expuestas a grandes cantidades de humo de segunda mano.

Personas con asma. El asma, una enfermedad inflamatoria crónica de las vías respiratorias,
puede ser un factor de riesgo para desarrollar enfermedad pulmonar obstructiva crónica. La
combinación de asma y fumar aumenta el riesgo de enfermedad pulmonar obstructiva
crónica incluso más.

Exposición ocupacional a polvos y sustancias químicas. La exposición a largo plazo a los


gases de sustancias químicas y al polvo en el lugar de trabajo puede irritar e inflamar los
pulmones.

Exposición a los gases de la quema de combustible. En el mundo en desarrollo, las


personas expuestas a los gases de la quema de combustible para cocinar y calentar en
hogares mal ventilados corren un mayor riesgo de desarrollar enfermedad pulmonar
obstructiva crónica.

Genética. El poco común trastorno genético de deficiencia de alfa-1-antitripsina es la causa


de algunos casos de enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Es probable que otros
factores genéticos hagan que ciertos fumadores sean más susceptibles a la enfermedad.
Complicaciones

La enfermedad pulmonar obstructiva crónica puede causar muchas complicaciones,


incluidas las siguientes:

Infecciones respiratorias. Las personas con enfermedad pulmonar obstructiva crónica son
más propensas a resfriarse, a la gripe y a la neumonía. Cualquier infección respiratoria
puede dificultar mucho más la respiración y podría causar más daño al tejido pulmonar.

Problemas cardíacos. Por razones que no se comprenden del todo, la enfermedad pulmonar
obstructiva crónica puede aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas, incluido el ataque
cardíaco.

Cáncer de pulmón. Las personas con enfermedad pulmonar obstructiva crónica tienen un
mayor riesgo de desarrollar cáncer de pulmón.

Presión arterial alta en las arterias pulmonares. La enfermedad pulmonar obstructiva


crónica puede causar presión arterial alta en las arterias que llevan la sangre a los pulmones
(hipertensión pulmonar).

Depresión. La dificultad para respirar puede impedirle hacer las actividades que le gustan.
Y tratar con una enfermedad grave puede contribuir al desarrollo de la depresión.

DIAGNOSTICO

 Radiografías de tórax: Una radiografía de tórax puede mostrar enfisema, una de


las principales causas de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Los rayos X
también pueden descartar otros problemas pulmonares o insuficiencia cardíaca.
 Pruebas de función pulmonar: Estas pruebas miden la cantidad de aire que puedes
inhalar y exhalar, y si tus pulmones suministran suficiente oxígeno a tu sangre.
Durante la prueba más común, llamada espirometría, soplas en un tubo grande
conectado a una máquina pequeña para medir cuánto aire pueden contener los
pulmones y con qué rapidez pueden expulsarlo. Otras pruebas incluyen la medición
del volumen pulmonar y la capacidad de difusión, la prueba de caminata de seis
minutos y la oximetría de pulso.
 Tomografía computarizada: La tomografía computarizada de los pulmones puede
ayudar a detectar el enfisema y determinar si la cirugía para la enfermedad
pulmonar obstructiva crónica podría ser una buena opción para ti. Las tomografías
computarizadas también pueden usarse para detectar el cáncer de pulmón.
 Análisis de gas de la sangre arterial: Este análisis de sangre mide lo bien que los
pulmones llevan el oxígeno a la sangre y eliminan el dióxido de carbono.
 Pruebas de laboratorio: Las pruebas de laboratorio no se usan para diagnosticar la
enfermedad pulmonar obstructiva crónica, pero pueden usarse para determinar la
causa de tus síntomas o descartar otras afecciones. Por ejemplo, se pueden utilizar
pruebas de laboratorio para determinar si tienes el trastorno genético de deficiencia
de alfa-1-antitripsina, que puede ser la causa de la enfermedad pulmonar obstructiva
crónica en algunas personas. Esta prueba se puede hacer si tienes antecedentes
familiares de enfermedad pulmonar obstructiva crónica y desarrollas enfermedad
pulmonar obstructiva crónica a una edad temprana.

Los médicos diagnostican la bronquitis crónica basándose en los antecedentes de tos


productiva prolongada durante al menos 3 meses durante 2 años consecutivos después de
descartar otras causas de tos crónica.

El enfisema se diagnostica basándose en los hallazgos observados durante la exploración


física y en los resultados de las pruebas de función pulmonar. Sin embargo, cuando el
médico advierte estas anomalías, el enfisema ya es moderadamente grave. La radiografía de
tórax o la tomografía computarizada de tórax (TC) también pueden ayudar en el
diagnóstico del enfisema y, a veces, la bronquitis crónica. Para el médico no reviste
particular importancia diferenciar entre la bronquitis crónica y el enfisema, y con
frecuencia la bronquitis crónica y el enfisema se dan de forma simultánea en la misma
persona. El factor más importante que determina cómo se siente y funciona la persona
afectada es el grado de obstrucción del flujo de aire.

En la enfermedad pulmonar obstructiva crónica leve, los médicos pueden no descubrir nada
extraordinario durante la exploración física. A medida que la enfermedad avanza, se pueden
escuchar sibilancias o notar una disminución de los sonidos normales de la respiración
cuando se auscultan los pulmones con un estetoscopio. La persona afectada necesita mucho
tiempo para exhalar el aire que ha inhalado (espiración prolongada). Los movimientos del
tórax disminuyen durante la respiración y hay mayor participación de los músculos del
cuello y los hombros.

En la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) leve, la radiografía de tórax suele


ser normal. Cuando empeora, la radiografía de tórax muestra los pulmones con exceso de
aire (pulmones hiperinsuflados). La hiperinsuflación, el adelgazamiento de los vasos
sanguíneos o la presencia de quistes en los pulmones (denominados bullas) sugiere la
existencia de enfisema.

Pruebas de función pulmonar

Se puede evaluar la obstrucción del flujo aéreo con una espirometría espiratoria forzada
(prueba que mide la cantidad de aire y la rapidez con la que puede ser exhalada de los
pulmones, véase Pruebas de función pulmonar). Para demostrar la obstrucción del flujo de
aire y hacer un diagnóstico, es necesaria una disminución en la cantidad máxima de aire
que una persona puede exhalar en 1 segundo (volumen espiratorio forzado en 1 segundo o
FEV1) y la relación de la FEV1 con la cantidad de aire que una persona puede expulsar de
los pulmones después de inspirar lo más profundamente posible (capacidad vital forzada o
CVF).

Se puede medir la cantidad de oxígeno en la sangre mediante el uso de un sensor colocado


en un dedo o un lóbulo de la oreja (pulsioximetría) o mediante una toma de muestra de
sangre arterial (gasometría arterial) o de sangre venosa. En personas con enfermedad
pulmonar obstructiva crónica, los niveles de oxígeno tienden a ser bajos. En una fase
avanzada de la enfermedad se presentan niveles altos de dióxido de carbono en la sangre.

En personas que han desarrollado una enfermedad pulmonar obstructiva crónica desde la
juventud, y especialmente si existen antecedentes familiares de enfermedad pulmonar
obstructiva crónica, se miden los niveles sanguíneos de alfa-1-antitripsina para determinar
si presentan o no un déficit de la proteína alfa-1-antitripsina. Se sospecha que existe este
trastorno genético cuando la enfermedad pulmonar obstructiva crónica se manifiesta en
personas que nunca han fumado.

Otros estudios
A veces los médicos también prueban la función del corazón con una electrocardiografía
(ECG) o examinan el corazón mediante una ecocardiografía para asegurarse de que no es
un trastorno del corazón lo que está causando el ahogo.

El médico también puede llevar a cabo pruebas distintas para detectar otros trastornos que
podrían estar causando los síntomas.

Pruebas en los brotes de enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)

Cuando una persona sufre un brote de enfermedad pulmonar obstructiva crónica, los
médicos a menudo utilizan mediciones de gases en sangre para determinar la cantidad de
oxígeno y dióxido de carbono presentes en la sangre de la persona. Los médicos pueden
hacer una radiografía de tórax para buscar indicios de infección pulmonar. Si sospechan
una infección pulmonar, especialmente si el brote es lo suficientemente grave como para
que la persona esté siendo tratada en el hospital, los médicos realizarán pruebas adicionales
para identificar el virus o la bacteria que causa el brote, ya que el tratamiento depende de
cuál es el organismo responsable.

TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD PULMONAR OBSTRUCTIVA


CRONICA

No hay cura ni forma de revertir el daño pulmonar, pero usted puede hacer algunas cosas
para evitar que su EPOC empeore. El tratamiento más importante es dejar de fumar. Dejar
de fumar puede aliviar los síntomas y reducir el avance de la EPOC, aunque la haya tenido
desde hace mucho tiempo. Hable con su médico sobre los métodos para dejar de fumar.

Autoayuda

Puede tomar otras medidas para evitar que la EPOC empeore y para mejorar su calidad de
vida. A continuación, se indican algunos ejemplos.

asegúrese de beber suficiente agua para mantener los niveles de líquidos, y use vapor o un
humificador para ayudarle a mantener la humedad de las vías respiratorias; esto puede
ayudar a reducir el espesor de la mucosidad y la flema que produce.

Haga actividad física lleve una dieta saludable para ayudar a su corazón y pulmones
Vacúnese todos los años contra la gripe, ya que la EPOC le pone particularmente
vulnerable a complicaciones de la gripe, por ejemplo, neumonía (infección bacteriana de
los pulmones)

Vacúnese contra la bacteria Streptococcus pneumoniae que causa la neumonía

Rehabilitación pulmonar

Pregunte a su médico acerca de la rehabilitación pulmonar. Estos son programas que


consisten en ejercicios, información sobre la EPOC, asesoramiento sobre nutrición y apoyo
psicológico. El objetivo es ayudarle a reducir sus síntomas y hacer que le resulte más fácil
realizar sus actividades diarias.

Medicamentos

Existen diversos medicamentos que pueden ayudar a aliviar sus síntomas y controlar los
episodios. Hable con su médico sobre el medicamento más conveniente para usted.

Broncodilatadores

Estos medicamentos se usan habitualmente para el asma y la EPOC. Dilatan las vías
respiratorias para que el aire fluya más fácilmente y alivian la sibilancia y la falta de aire.
Están disponibles como inhaladores de corta o larga acción, o como comprimidos.

Esteroides

Los tratamientos con esteroides pueden ayudar si tiene EPOC más grave. Los esteroides
actúan reduciendo la inflamación de las vías respiratorias. Están disponibles como
inhaladores o comprimidos. Es posible que le receten un ciclo corto de tratamiento con
comprimidos durante una o dos semanas cuando tenga un episodio o en algunos casos se
receta un inhalador de esteroides para usar con regularidad.

Mucolíticos

Los mucolíticos desprenden la flema y la mucosidad producida, lo que facilita su expulsión


al toser. Su médico puede recetarle un mucolítico si tiene tos crónica con producción de
flema.

Terapia de oxígeno
Si su EPOC empeora, puede comenzar a tener bajos niveles de oxígeno en la sangre. La
terapia de oxígeno puede ayudar a aliviar esto. Usted inhala oxígeno a través de una
máscara o de pequeños tubos (cánulas nasales) que se colocan debajo de las fosas nasales.

El oxígeno se proporciona en grandes tanques para uso doméstico o en versiones más


pequeñas y portátiles para usar fuera de la casa. Un concentrador de oxígeno (máquina que
usa aire para producir un suministro de gas rico en oxígeno) es una alternativa a los
tanques.

Es particularmente importante dejar de fumar si recibe terapia de oxígeno para la EPOC


porque existe un grave riesgo de incendio. La terapia de oxígeno puede ser a corto plazo, a
largo plazo (cuando se usa en todo momento en su casa) o ambulatoria (cuando se usa para
hacer ejercicios o cuando se encuentra al aire libre).

Cirugía

Si tiene EPOC grave, su médico podría recomendar una cirugía para extirpar las áreas
dañadas de sus pulmones. Esto puede ayudar a que sus pulmones funcionen mejor. No
obstante, esta opción solo se realiza en ciertas circunstancias: hable con su médico para
obtener más información. La disponibilidad y el uso de los distintos tratamientos pueden
variar de un país a otro. Consulte a su médico acerca de sus opciones de tratamiento

PRONOSTICOS

La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) en sí misma no es causa de muerte o


de síntomas graves si la persona deja de fumar cuando la obstrucción del flujo aéreo es aún
leve. La persistencia del hábito tabáquico, sin embargo, conlleva casi con certeza al
empeoramiento de los síntomas. Con obstrucción moderada y grave, el pronóstico empeora
progresivamente.

Las personas en fases avanzadas de enfermedad pulmonar obstructiva crónica suelen


precisar atención considerable tanto a nivel médico como para el desarrollo de sus
actividades cotidianas. Pueden, por ejemplo, organizarse y vivir en una sola planta, comer
menores cantidades de comida más veces al día en lugar de comer más cantidad en una
única ingesta, o utilizar calzado cómodo que no precise de cordones.
La muerte puede sobrevenir por fallo respiratorio, cáncer de pulmón, cardiopatías (por
ejemplo, fallo cardíaco o arritmias), neumonía, neumotórax u obstrucción del flujo arterial
a los pulmones (embolia pulmonar).

La persona en la fase terminal de la enfermedad que sufren una recidiva necesitan una
sonda respiratoria y ventilación mecánica. La duración de la ventilación mecánica puede
ser prolongada y algunos pacientes se vuelven dependientes de la ventilación asistida hasta
su muerte. Es importante que el paciente decida junto con su médico y sus seres queridos, si
desea o no este tipo de terapia de apoyo, y hacerlo antes de que se produzca una recidiva de
la enfermedad.

Una alternativa a esta terapia de apoyo son los tratamientos dirigidos al bienestar y no a la
prolongación de la vida. La mejor manera de asegurarse del cumplimiento de los deseos de
un enfermo terminal en cuanto a la prolongación de la ventilación asistida consiste en
redactar unas voluntades anticipadas y designar un apoderado para cuidados médicos.

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%C3%B3ricos%20hacen%20referencia,paciente%20mostraba%20falta%20de%20aire.

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