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INSTITUTO TECNOLÓGICO DE

COMINTACILLO OAXACA

NOMBRE DE LA MATERIA:
FISIOLOGÍA ANIMAL

NOMBRE DEL ALUMNO:


JOSE GUADALUPE LÓPEZ RAMÍREZ

NOMBRE DE LA MAESTRO:
ANTONIO ORDAZ CARRASCO

SEMESTRE:

CARRERA:

INGENIERÍA EN AGRONOMÍA MIXTO

TEMA:
UNIDAD 5
5.1 ANATOMIA Y FISIOLOGIA DEL APARATO RESPIRATORIO

El aparato respiratorio está constituido por los pulmones y los sistemas de


conducción del aire.

• Vías aéreas anteriores: cavidad nasal, faringe, laringe y tráquea.

• Vías aéreas posteriores: tráquea, bronquios (primarios, secundarios, etc.),


bronquiolos, bronquiolos respiratorios, conductos alveolares, avéolos.

Vía tráquea

Desde la laringe el aire entra a la tráquea, que es un tubo permanentemente


abierto y adherido al borde caudal de los cartílagos laríngeos. Se encuentra en el
lado ventral del cuello debajo del esófago y ligeramente a la derecha, se extiende
caudal por toda la extensión del cuello y finaliza en la entrada a la cavidad
torácica, donde entra al mediastino y termina como una bifurcación por encima del
corazón. La estructura de la tráquea es flexible para permitir el movimiento de la
cabeza y del cuello. La tráquea está cubierta por epitelio mucoso ciliado, el cual
permite atrapar partículas extrañas que son conducidas a la faringe donde son
tragadas.

Elementos del aparato respiratorio


Está integrado por estructuras y órganos que permiten el paso del aire y el
intercambio gaseoso de O2 y CO2. Tiene una porción conductora integrada por la
cavidad nasal, la nasofaringe, la laringe, la tráquea, los bronquios y bronquiolos, y
una porción respiratoria donde tiene lugar el intercambio gaseoso. Esta porción
respiratoria está constituida por el bronquiolo respiratorio, el conducto alveolar y
los alveolos.
En las estructuras conductores se halla un tipo de epitelio especial, adaptado al
paso del aire, denominado epitelio respiratorio. Se trata de un epitelio
pseudoestratificado cilíndrico ciliado, integrado principalmente por células
cilíndricas ciliadas, células caliciformes, células intermedias, células
basales y células neuroendocrinas. En las demás estructuras el epitelio está
adaptado a la función de cada porción.
5.1.1 FOSAS NASALES

Las fosas nasales son dos cavidades óseas separadas por un delgado tabique
nasal sagital, comunicadas con el exterior por los orificios nasales o narinas, y
situadas por encima de la cavidad bucal. Constituyen el tramo inicial del aparato
respiratorio, sirven para la entrada y la salida de aire y además forman parte del
sentido del olfato y el sistema olfatorio.

Durante la respiración nasal, el aire entra por las fosas nasales que son los dos
orificios, cubiertos de vellosidades y con células que secretan moco. Tras la
entrada del aire en las fosas nasales, las partículas de mayor tamaño son filtradas
en las vellosidades y quedan atrapadas en la mucosidad. El aire se calienta y se
humedece gracias a numerosos capilares que se encuentran en el espesor del
epitelio interior de las fosas nasales.

El volumen de aire que pasa en un solo sentido por las fosas nasales es en
condiciones normales de 6-8 litros/minuto. Durante la inspiración la corriente de
aire puede alcanzar una velocidad de hasta 12-18 metros/segundo.5
Durante una respiración tranquila, el flujo de aire que pasa a través de las fosas
nasales es de tipo flujo laminar. Si el flujo laminar se mantuviera, el contacto entre
el aire y la mucosa respiratoria se vería reducido, empeorando los intercambios de
calor, de humedad y de partículas.

5.1.2 FARINGE Y LARINGE

La faringe es un tubo que tiene una longitud de unos 14 cm en los hombres y 13


cm en las mujeres. Está situada por delante de la columna vertebral, detrás de las
fosas nasales, de la boca y de la laringe. Se extiende desde las coanas (fosas
nasales internas) hasta la entrada del esófago.

La faringe está conecta la boca y las fosas nasales con el esófago y la laringe,
respectivamente. Por ella pasa tanto el aire como los alimentos, por lo que forma
parte del aparato digestivo y del respiratorio. La vía digestiva y la respiratoria están
separadas por la epiglotis, una estructura cartilaginosa que cierra el paso al bolo
alimenticio en el momento de la deglución evitando que vaya al aparato
respiratorio.

La laringe conecta la parte inferior de la faringe, la laringofaringe, con la tráquea.


Mantiene abiertos los conductos para el paso de aire durante la respiración y la
digestión y es el órgano clave para la producción de sonidos. La laringe está
formada por nueve cartílagos. Uno, la epiglotis, es un salvavidas: Ubicado en la
parte posterior de la laringe, la epiglotis se cierra como una puerta trampa cuando
deglutimos. Esta acción dirige los alimentos hacia abajo en dirección al esófago y
los aleja de la tráquea. Dentro de la laringe se encuentran los pliegues vocales (o
cuerdas vocales verdaderas), que tienen ligamentos elásticos en su parte central.
Cuando hablamos, gritamos o cantamos, el aire que asciende desde los pulmones
y la tráquea hace vibrar las cuerdas, produciendo el sonido.

5.1.3 TRAQUEA Y BRONQUIOS

La tráquea es la continuación de la laringe, que a su vez se continúa con los


bronquios. Consiste en un tubo revestido internamente por una capa mucosa
constituida por epitelio respiratorio (epitelio seudoestratificado cilíndrico ciliado),
con células caliciformes intercaladas, y una lámina propia con tejido linfoide y
glándulas ser mucosas.
La submucosa es de tejido conjuntivo denso y se continúa con el pericondrio del
cartílago hialino que constituye los anillos traqueales. El anillo cartilaginoso
traqueal está abierto, y los extremos están unidos por un ligamento fibroelástico y
haces de músculo liso que se unen al pericondrio (la capa externa del cartílago).
Además, la tráquea está revestida externamente por una capa serosa, de tejido
conjuntivo laxo.
Los bronquios y los bronquiolos únicamente sirven para transportar el aire, no son
capaces de realizar el intercambio de gases con la sangre, por lo que todo
el volumen de aire que contiene (que tiene que moverse en cada respiración,
con el esfuerzo que esto conlleva para animales débiles) no se aprovecha
debidamente. De igual manera, expulsar el moco y las secreciones se dificulta
por la longitud del trayecto.

Además, la enorme superficie interna de estos conductos está expuesta al


ataque de microorganismos, gases tóxicos o irritantes, polvo, etc., por lo que
hay más puntos donde puede empezar una infección. También hay más recorrido
donde pueden depositarse partículas y crear obstrucciones, bloqueando el flujo
de aire a partes del pulmón de mayor o menor tamaño.

Para complicar más la situación, la tráquea de la especie bovina no se divide


únicamente en dos bronquios de gran calibre, como ocurre en otras especies, sino
que antes de esta bifurcación posee otro bronquio, llamado bronquio traqueal,
que lleva al lóbulo craneal del pulmón derecho. Para expulsar cualquier
partícula o microorganismo patógeno de los pulmones es necesario atravesar la
tráquea antes de salir al exterior, pasando por la entrada al bronquio craneal.
Parte de estas sustancias indeseables logrará evitar ser expulsada entrando en
dicho bronquio.

Además, el lóbulo craneal derecho está situado más abajo en la cavidad torácica
del animal, y por la acción de la gravedad es aún más fácil que patógenos o
moco entren en él. Por todas estas razones, el lóbulo craneal derecho es el que
primero y más frecuentemente se ve afectado por enfermedades
pulmonares, y el que más habitualmente encontramos en las necropsias
colapsado e inútil.

Los pulmones de la especie bovina son relativamente pequeños para su tamaño


corporal, por lo que cada zona enferma que deja de funcionar tiene un gran
impacto sobre la capacidad respiratoria. Las zonas situadas más abajo en el
pecho reciben mayor cantidad de microorganismos y contaminación debido a que
caen por acción de la gravedad.

5.1.4 PULMONES

El surfactante pulmonar endógeno disminuye la tensión superficial de las


superficies alveolares durante la respiración y estabiliza los alveolos frente al
colapso inactivando las presiones transpulmonares y aumentando de forma
concomitante la distensibilidad pulmonar. La deficiencia de surfactante pulmonar
causa el síndrome de distress respiratorio en niños prematuros. Súrbana
reemplaza el surfactante y restablece la actividad superficial de los pulmones de
estos niños. In vitro, disminuye de forma reproducible la tensión superficial mínima
a menos de 8 dinas/cm. In situ, restablece la distensibilidad del pulmón en
pulmones de rata artificialmente extirpados y deficientes en surfactante. In vivo, las
administraciones de dosis únicas mejoran las mediciones de presión/volumen
pulmonar, la distensibilidad pulmonar y la oxigenación en conejos y ovejas
prematuros. En niños prematuros que padecen síndrome de distress respiratorio,
mejora la oxigenación de forma significativa, provocando una disminución en la
necesidad de oxígeno adicional y un aumento en el cociente arterio/alveolar de
oxígeno. También disminuye la necesidad de soporte ventilatorio al reducir la
presión media en las vías aéreas. En la mayoría de los casos estos efectos se
mantienen durante al menos 72 h después de la administración.
Farmacocinética Survanta se administra directamente en el órgano diana, los
pulmones, donde se producen los efectos biofísicos en la superficie alveolar. En
conejos y corderos prematuros deficientes en surfactante, el aclaramiento alveolar
de los componentes lipídicos radio marcados de survanta es rápido. La mayor
parte de la dosis llega a estar asociada al pulmón dentro de las horas siguientes a
la administración y los lípidos entran en las vías de reutilización y reciclado del
surfactante endógeno.

5.2 INTERCAMBIO GASEOSO

Proceso que permite el ingreso de materiales nutritivos inorgánicos gaseosos y la


salida de catabolitos del mismo estado. Se relaciona con los procesos de
fotosíntesis y respiración, proceso que se relaciona entre sí. Se le puede conocer
también como respiración o hematosis en el caso de los animales.

El intercambio de gaseoso en los animales se puede realizar por simple difusión o


a través de unos órganos especializados.

La necesidad de oxigenar todas sus células he hecho necesario que el oxígeno


que los animales obtienen en la respiración, sea llevado hacia los demás tejidos
mediante otro conjunto de órganos (sistema circulatorio).

La finalidad del sistema respiratorio es el intercambio de gases. Con la ventilación


pulmonar, el aire llega a los alvéolos pulmonares para que se pueda producir el
intercambio gaseoso.

El intercambio de gases (O2 y CO2) entre el aire y la sangre se produce en los


alvéolos pulmonares. Las paredes de los alvéolos pulmonares son muy finas y
están rodeadas por una red de capilares sanguíneos. Las paredes de los alvéolos
y de los capilares pulmonares están unidas en la membrana respiratoria, que es
atravesada por los gases, entrando oxígeno hacia la sangre y saliendo dióxido de
carbono. De este modo, la sangre se enriquece en oxígeno y el dióxido de
carbono, producto de desecho de la respiración celular, es eliminado del
organismo.

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