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Silencio administrativo

Se denomina silencio administrativo al hecho de que cuando un ciudadano solicita algo


a la Administración Pública (Estado, Ayuntamiento, Gobierno…) puede darse el caso de
que ésta no responda.
La Ley establece que, por lo general, el silencio administrativo es positivo, lo que
significaría que lo que se solicita es concedido.

Ley 39/2015, de Procedimiento Administrativo Común, prevé algunos casos en los que


el silencio es negativo:
1. En los procedimientos relativos al ejercicio del derecho de petición a que se
refiere el art. 29 de la Constitución.
2. En los procedimientos cuya estimación tuviera como consecuencia que
se transfirieran al solicitante o a terceros facultades relativas al dominio público o
al servicio público.
3. En los procedimientos que impliquen el ejercicio de actividades que
puedan dañar el medio ambiente.
4. En los procedimientos de responsabilidad patrimonial de las Administraciones
públicas.
5. Y, en los procedimientos de impugnación de actos y de revisión de
oficio iniciados a solicitud de los interesados. Para este último caso se prevé una
excepción: cuando se haya interpuesto un recurso de alzada contra la
desestimación por silencio de una solicitud, se entenderá estimado el recurso si,
llegado el plazo de resolución del mismo (que es de 3 meses), el órgano
competente no hubiera dictado y notificado resolución expresa, salvo que se trate
de alguna de las materias señaladas en los números anteriores (esto último es, si
se me permite, la excepción, de la excepción, de la excepción).

Ejemplo de silencio administrativo negativo:

Solicitud de instalación de una valla publicitaria, al ayuntamiento de una


localidad.
El silencio sería desestimatorio pues es una ocupación de suelo público (dominio
público). Solicitud de ocupación de suelo público para instalar un velador.

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