Está en la página 1de 15

«Los nueve monstruos»

Y, desgraciadamente,
el dolor crece en el mundo a cada rato,
crece a treinta minutos por segundo, paso a paso,
y la naturaleza del dolor, es el dolor dos veces
y la condición del martirio, carnívora, voraz,
es el dolor dos veces
y la función de la yerba purísima, el dolor
dos veces
y el bien de ser, dolernos doblemente.
Jamás, hombres humanos,
hubo tanto dolor en el pecho, en la solapa, en la cartera,
en el vaso, en la carnicería, en la aritmética!
Jamás tanto cariño doloroso,
jamás tanta cerca arremetió lo lejos,
jamás el fuego nunca
jugó mejor su rol de frío muerto!
Jamás, señor ministro de salud, fue la salud
más mortal
y la migraña extrajo tanta frente de la frente!
Y el mueble tuvo en su cajón, dolor,
el corazón, en su cajón, dolor,
la lagartija, en su cajón, dolor.
Crece la desdicha, hermanos hombres,
más pronto que la máquina, a diez máquinas, y crece
con la res de Rosseau, con nuestras barbas;
crece el mal por razones que ignoramos
y es una inundación con propios líquidos,
con propio barro y propia nube sólida!
Invierte el sufrimiento posiciones, da función
en que el humor acuoso es vertical
al pavimento,
el ojo es visto y esta oreja oída,
y esta oreja da nueve campanadas a la hora
del rayo, y nueve carcajadas
a la hora del trigo, y nueve sones hembras
a la hora del llanto, y nueve cánticos
a la hora del hambre y nueve truenos
y nueve látigos, menos un grito.
El dolor nos agarra, hermanos hombres,
por detrás, de perfil,
y nos aloca en los cinemas,
nos clava en los gramófonos,
nos desclava en los lechos, cae perpendicularmente
a nuestros boletos, a nuestras cartas;
y es muy grave sufrir, puede uno orar…
Pues de resultas
del dolor, hay algunos
que nacen, otros crecen, otros mueren,
y otros que nacen y no mueren, otros
que sin haber nacido, mueren, y otros
que no nacen ni mueren (son los más).
Y también de resultas
del sufrimiento, estoy triste
hasta la cabeza, y más triste hasta el tobillo,
de ver al pan, crucificado, al nabo,
ensangrentado,
llorando, a la cebolla,
al cereal, en general, harina,
a la sal, hecha polvo, al agua, huyendo,
al vino, un ecce-homo,
tan pálida a la nieve, al sol tan ardido!
¡Cómo, hermanos humanos,
no deciros que ya no puedo y
ya no puedo con tanto cajón,
tanto minuto, tanta
lagartija y tanta
inversión, tanto lejos y tanta sed de sed!
Señor Ministro de Salud: ¿qué hacer?
¡Ah! desgraciadamente, hombre humanos,
hay, hermanos, muchísimo que hacer.
3 de noviembre de 1937
MASA CESAR VALLEJO

Al fin de la batalla,

y muerto el combatiente, vino hacia él un hombre

y le dijo: «¡No mueras, te amo tánto!»

Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Se le acercaron dos y repitiéronle:

«¡No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!»

Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil,

clamando «¡Tánto amor, y no poder nada contra la muerte!»

Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Le rodearon millones de individuos,

con un ruego común: «¡Quédate hermano!»

Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Entonces todos los hombres de la tierra

le rodearon; les vio el cadáver triste, emocionado;

incorporóse lentamente,

abrazó al primer hombre; echóse a andar…


MAISTRITO DE PUEBLO

Autor: Abraham Rivera Sandoval, adaptado a la realidad peruana por Jorge Luis Mendoza
Torres

Ya te dije que no, y tus caprichos no acepto,

Aunque me dejes de hablar, aunque te sientas molesto;

Y aunque me hagas sentimiento, no he de darte mi permiso...

Antes… te lleno de cuero.

Tanto dinero gastado, tanto celo, tanto empeño,

La primaria, secundaria, universidad y cursos de especialización

Tanta hablada de tu parte con todos tus compañeros

Diciendo... que tú serías… Un profesional bueno.

Que te ibas para licenciado o si no... serías médico,

Contador, militar, cura, político o ingeniero.

Y hoy que estás como chiflado o loco te me estás volviendo

Me sales de babosote con la idea de ser maestro.

Tanto dinero gastado... Tanto afán, tanto empeño

Tantas felicitaciones de amigos y compañeros,

Para que hoy... con gran cinismo tú me digas... ya no quiero

Llegar a ser burgués cursi si no preciado maestro.

Que ¿Qué, no te va a dar vergüenza de rebajarte tan feo?

¿No te vas a sonrojar de bajar a tal empleo?

¿MAISTRITO?... que grande cosa, que dignidad... que talento...

que porvenir... que importancia, que prestigio... que abolengo.

MAISTRITO DE ESCUELA... un torpe que nada sabe de cierto,

Haragán, irresponsable, Vago, pobre... un majadero.


MAISTRITO... sólo un don nadie un vulgar vago de pueblo,

Que va a organizar plantones, Marchas, huelgas y jaleos.

Un flojo que sólo quiere ganar dinero y dinero

Sin importarle a los niños ni sentir el magisterio.

Que no venera a la patria, hombre ruin, politiquero,

Pues para él sólo es valioso pasarla de bullanguero.

A ver explíqueme licenciado… Dígame usted, ingeniero

¿Qué le va a enseñar a los niños?,

¿Cómo va a orientar al pueblo?

¿Cómo va exponer su clase a los niños de primero?

Si usted no sabe ni contar, ni jugar, ni estar contento,

Ni sabe del trato amable y menos contar un cuento

y sólo sabe vestirse más o menos de... cirquero?

Muy sabihondo el hombrecito, que ni quebrados,

ni enteros, Ni decimales, ni nada.

Conque... ya dije que no… Y no me siga molestando...

Que normal, ni que normal... No quiero que seas maestro.

Antes te llevo al campo para que seas jornalero

Pa’ que el sol te dé en el lomo y te pongas fuerte y prieto.

ASI ME DIJO MI PADRE , Y YO QUE MUCHO LO QUIERO

BAJE LA FRENTE Y SALI, DICIENDOLE... ESTOY DE ACUERDO

YO SERE LO QUE USTED DIGA, EN VERDAD... SE LO PROMETO

PERO... YA NO ESTE ENOJADO… QUE LE HACE DAÑO... Y ME APENO.

Salí, salí a la calle, vagué por las parques y los huertos,

Por el jardín, la placita, por la iglesia y el colegio...

Miré, miré a los peones cansados, sudorosos, sin aliento,

Poniendo sobre un papel sólo la huella de un dedo.


Vi a las mujeres descalzas cargando leña del cerro,

Y vi niños, muchos niños hurgar en los basureros.

Recogí desesperado a esa gente de mi pueblo,

A esa gente sin fortuna, sin rendición, ni consuelo.

Los metí en mi corazón, en mi entraña, en mi cerebro,

Les di patria en mi conciencia, y me confundí con ellos.

Allí frente a aquellos niños, frente a esos niños enfermos,

Yo pensé que eran angelitos despreciados por el cielo.

Miré que no tenían alas, los miré casi sin cuerpo,

Angeles sin un hogar, sin virgen, ni padre nuestro.

Y pensé... si me aferrara a ser licenciado, médico,

Contador, conferencista, sacerdote o ingeniero,

¿Cómo podría despertar la conciencia de mi pueblo?

¿En qué les favorecería que yo lograra alto empleo,

Sí ni justicia, ni amor, ni palabras de consuelo

podría darles y ofrecerles para calmar su tormento?...

Entonces volví a mi hogar, todo lo tenía resuelto,

llamé a mi padre y le dije: «Yo a usted mucho lo respeto...

comprendo sus sacrificios, sé de sus ansias y sueños.

Pero hoy... quiero que me escuche, por favor... sólo un momento.

Sí, si quiere que sea útil al pueblo, si quiere que colabore

Para mejorar mi Perú querido.

Si usted quiere que mi vida la dedique a lo que quiero

Luchando por la igualdad, Por la ciencia y el progreso...

Deje padre, que yo tenga la profesión con la que sueño.

Deje que yo sea feliz con mis niños sin colegio.


Deje que con mi vocación se torne clase y recreo,

Que sea lección de cariño, que sea canto, que sea verso,

Que pueda yo ser lucero con la luz del alfabeto.

y sea manantial que sacie la sed del pueblo.

Déjeme sufrir... luchar, déjeme vivir con ellos

Para lograr educarlos, para levantar un colegio.

Déjeme padre... que sufra... deme permiso le ruego

Para sembrar esperanzas, para apuntalar anhelos.

Deje que forme escuela, escuela a los cuatro vientos,

Escuela de libertades donde haya luz y contento.

Deme permiso papá... que yo sea un maistrito de pueblo

Que ponga programas justos, que trace los caminos nuevos.

Deje que siembre la miel deje que propicie el vuelo

De esa águila que parece no tener alas ni aliento

Deje que mi voz la escuche el militar, el gobierno,

El sacerdote, el artista, el postergado y el jornalero,

Si ya, si ya mi hermano es doctor y el mayor ya es ingeniero,

¿Por qué no permite usted que yo... me torne maestro...

Sí ellos en su ingratitud ya han formado un mundo nuevo

de explotación, de egoísmo, de lujos y de dinero.

Si hasta de usted se han olvidado, si ya no vienen al pueblo,

Y en su situación burguesa la gratitud y el amor han muerto.

Si ellos saben que aquí, en casa, hay pobreza, hay apremio,

Porque ni por caridad lo atienden cuando está enfermo?...

Mi padre quedó pensando, silencio guardó un momento...

Entonces, entonces me abrazó y me dijo…


Si... muchacho... te comprendo:

Vete a luchar hijo mío yo esperaré tu regreso,

Sabiendo que traerás cosas logradas con fe y empeño.

Cuando vuelvas hijo mío vamos a estar muy contentos

Y se llenará toda la casa de tu amor, de tus pequeños.

Si aquí no me encuentras, sé que tendrás el consuelo

De volver a esta tu casa, de regresar a tu pueblo.

Yo sé que vendrás por verme, tú vendrás por este viejo

Y querrás con toda tu alma enseñarme el alfabeto.

Más si aquí no me encuentras, ve a buscarme al cementerio

Y allí juntitos los dos envueltos por el silencio

Me dirás de tus afanes, de tus luchas, tus proyectos,

De tus sencillas tareas, de tu honor y de tus éxitos.

No me traigas flores, hijo, yo sé que no las merezco,

ni cruz, ni velas, ni nada, sólo quiero tu recuerdo.

ANDA HIJO MIO... vete ya. El Perú espera tu esfuerzo,

Te espera el hombre ignorante y los niños descoloridos,

Yo aquí me quedo esperando Con orgullo verdadero,

Porque sé que cumplirás Ser prestigiado maestro.

Anda hijo mío... vete ya. Que si de momento muero

gritaré muy orgulloso:

MI HIJO... ES MAISTRITO DE PUEBLO


El último beso
Como todas las mañanas desde hace ya 6 años, me despertó mi
madre esta mañana para ir a la escuela, había pasado mala noche,
con pesadillas sobre monstruos, y me costaba trabajo levantarme.

A los diez minutos mi madre volvió a despertarme esta vez con mas
ternura, se estaba haciendo tarde, me levanté rápidamente, apenas si
me lavé la cara, me zampe el desayuno en un abrir y cerrar de ojos, y
ahí estaba mi mamá diciéndome; que coma mas despacio, que te vas
a ahogar.

Con las prisas del momento le contesté de mal modo.- si ya lo sé, no


empieces a regañarme, (aún tuve que soportar las preguntas de rigor)
¿llevas el almuerzo? ¿te cepillaste los dientes? ¿tienes listos los
libros? y yo aún mas impaciente le contestaba levantando la voz –
¡que te dije que si!

Ella sonrió suavemente y me dijo: – anda, dale un beso a mama y ve


con cuidado a la escuela.

Alcé los hombros con fastidio y le dije medio enfadado: –¡mama! que
ya es tarde no tengo tiempo para eso. está bien hijo, ve deprisa, que
dios te proteja.

Aún retumban mis propias palabras en mi oído: no tengo tiempo para


eso ……..con las prisas y el enfado me pasó por alto un leve destello
de tristeza en su mirada, mientras iba corriendo hacia la escuela,
estuve a punto de regresarme y darle un beso a mi mamá, sentía un
nudo en el corazón, pero mis compañeros comenzaron a llamarme y
fuí hacia ellos ¿con que excusa regresaría?¿que iba a darle un beso a
mi mamá? – se hubiesen reído de mí-

De todas formas al regresar a casa después de las clases , vería a mi


mamá en la puerta de mi casa esperándome como siempre, temerosa
de que me suceda algo, impaciente si tardo unos minutos, ya que me
he entretenido con mis amigos.

El día se me pasó volando en la escuela, entre clase y clase, juegos y


almuerzo, y se me había olvidado el incidente de la mañana, sin
embargo esta vez, apenas sonó el timbre salí corriendo a mi casa sin
entretenerme, desde la esquina esperaba divisar la figura de mi madre
en la puerta, pero
no había nadie esta vez. supuse que estaría adentro entretenida con
algo, pero extrañé de momento su presencia tan segura.

Antes de tocar el timbre, salió a la puerta mi padre -¿pero era mi


padre?- aquel hombre era mucho mayor de lo que siempre me había
parecido, los hombros caídos, los ojos hinchados y un profundo halo
de tristeza lo rodeaba, mi corazón empezó a latir alocadamente
presintiendo algo, apenas me salió la voz para decir..¿que pasa? papá
¿mamá está bien? y en un suspiro me contesto: » tu mamá sufrió un
ataque al corazón esta mañana, su muerte fue instantánea, nadie se
entero, hasta que vinieron a visitarla y la encontraron ahí tendida en el
pasillo, fue muy rápido, hijo, se fue nuestro ángel.» un sollozo salió de
su garganta y no pudo seguir hablando.

¿Mi mamá? ¡¡¡MAMÁ!!! dios perdóname, dile que me perdone, aún


soy un niño pretendiendo ser un hombre, dile por favor que ella es lo
que mas quiero en esta vida, y que prometo valorar a las personas
que comparten conmigo mi existencia, no malhumorarme con ellas sin
ningún motivo, y que les daré mil besos, día a día, por todos los que
no pude darle a ella. Cuídala por mí, mi dios, que cuando me toque la
hora de partir de este mundo venga a mi pecho y me arrope como
siempre lo hizo.

¿Saben?… disfruten a sus madres todos los días de su existencia…


nunca sabremos hasta cuando tendremos la dicha de su presencia
mortal.

Y si ya no está con nosotros, no te preocupes; una mamá es muy


necia y nunca te dejará solo, te quiere muchisisisisimoooo…
Comparte esta historia con todas las personas que conozcas, quizá no
se han dado cuenta de lo que hoy tienen y podrían perder mañana, y
ya será demasiado tarde para darse cuenta… valoremos cada
momento a nuestros seres queridos….. y querámoslos mucho ahora
en vida, no sea que mañana nos arrepintamos de todo el daño que
quizá le causamos sin querer…
ROBE PAN PARA MIS HIJOS 
Francisco Escamilla Cervantes

Si señor; yo robé eso panes, 


también los quesos fundidos, 
los dulces, la sal , los higos. 

Yo robé todo eso, Señor; lo robé para mis hijos. 

¿Qué es malo robar? ¿Qué es de los peores


delitos? 
¿Qué se castiga con cárcel, y no importa porqué se
hizo? 
¿Qué es traición a la patria? ¿Qué si con ese
ejemplo predico? 
¿Qué soy peor que un criminal? 

Señor; es que tenían hambre mis hijos 


y yo he estado sin trabajo, 
tampoco tenemos casa, no tenemos ni un cinco. 

¿Qué porque no busco empleo? 


Desde hace seis meses señor, y no encuentro. 
Siempre es lo mismo ¡Lo Mismo! 
Que si tengo referencias y que si gozo de créditos, 
que donde trabajaba antes y a cuanto ascendía mi
sueldo, 
que si mi afiliación es priísta , que si apoyo al buen
gobierno. 
Al final. “Vuelva otro día, el personal esta completo” 

No señor, no tuve escuela, me críe en los basureros 


¿Mis padres? No los conocí, ni conocí a mis
abuelos. 
Mi cama fue la basura y mis amigos los perros; 
allí aprendí a defenderme, allí mis años crecieron, 
entre moscas, entre miasmas, entre polvo y
basureros. 
Allí me di cuenta que el hombre es aborto del
infierno. 
Allí me di cuenta que el mundo es un vil pleito de
perros. 

Y crecí, crecí y crecí; y mi alma se hizo más dura 


y mi destino más negro y una palabra que a diario
me taladraba el cerebro: 
¡Hambre!, ¡Hambre!, ¡Hambre!. 

Las cáscaras no alimentan, 


El agua a vinagre sabe, 
Las tortillas tienen hongos, 
Muy duros están los panes, 
Los fríjoles están rancios. 
Las frutas a orines saben. 

Y así crecí: entre pus y desperdicio, 


entre microbios de cáncer, entre bacterias de tifo, 
entre perros y entre gatos, 
entre todo esto, también crecieron mis hijos. 
Unos hijos esqueléticos, viviendo entre
desperdicios, 
jugando entre suciedades y bañándose con vicios. 

Y un día quise conocer mi pueblo, 


el pueblo que no me quiso , 
el que me miraba en mis noches 
y en mis infantes sueños como algo maravilloso, 
algo así como un juguete nuevo. 

¡Que decepción abrigué en mi alma! 


¡Cuanta miseria llego a mis ojos! 
Miseria sucia, miseria humana, 
nido de ratas, bestias en brama donde el más fuerte
castiga y mata, 
donde el más débil sufre y acata; 
nido de fieras llenas de rabia, donde las normas ya
se olvidaron, 
donde no existen sabias palabras; 
se veja, se viola, se tima y roba y 
por la paz ni un ser humano trabaja. 
Todo esto vi con mis ojos y el corazón se volvió más
negro. 

Allá tenemos basura, aquí viven los despojos, 


que allá vivimos los malos, aquí transitan los
buenos, 
aquí viven de caviar, allá vivimos de abrojos, q 
ue allá nos carcome el cáncer, aquí se alimentan
cuervos; 
aquí viven los decentes allá los menesterosos, y 
me acordé de mi gente y me acordé de mis hijos, 
del hambre que aún les cuelga como microbio
infeccioso, y robé 
¡Si!¡Robé ésta bolsa con higos! 

Por favor, señor gendarme, 


aplique pues el castigo, pero por su santa madre, 
lleve ese pan a mis hijos que usted también es un
padre, 
hágalo en bien de su oficio. 

Hoy es domingo, señor, no se trabaja; 


ellos están con hambre porque no hubo
desperdicios, 
y aunque flacos y esqueléticos, 
con sarna, cáncer o tifo, 
no dejo de ser su madre y ellos no dejan de ser mis
hijos; 
aunque duerman en basura aunque se bañen de
vicios, 
por favor, usted lléveles esos panes 
¡Que tienen hambre mis hijos! 

También podría gustarte