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La Mente

Pérez, Mariana.
La mente engloba una serie de aptitudes cognitivas que abarcan una serie
de elementos característicos de la humanidad, entre ellos, el pensamiento,
la imaginación, memoria y percepción. Cada uno de estos elementos logran
conformar o crear la personalidad de todos los sujetos que habitan en el
mundo. Cuando hay una falla en la mente, se desarrollan algunas
enfermedades mentales que dificultan o deterioran la vida de las personas.
Cabe destacar que la psique se diferencia del estado mental porque este
nace de las facultades cognitivas que se mencionaron con anterioridad. Los
estados mentales son dolor, deseo, creencias y sentimientos.
Mente
Qué es la mente
En la psicología, la psiquis se retroalimenta con sus sistemas materiales,
pues se analiza a sí misma, por eso los psicólogos hablan de esta como una
materia diferente al cerebro aun cuando ella nace de este órgano. Es
tratada por tres procesos diferentes, los cuales son procedimentales,
conscientes e inconscientes.
Por otro lado, existe un número considerable de personas que mantienen la
fiel creencia en que el cerebro es un órgano muy necesario en el cuerpo
humano, pero sigue sin ser suficiente para que el organismo realice todas
las funciones cotidianas que este debe hacer.
Desde el punto de vista de la neurociencia, las ciencias cognitivas son
consideradas como experiencias que son creadas por las actividades
cerebrales cotidianas, solo que estas son tomadas a nivel subjetivo, pues se
cree que con esto se puede producir el enfoque de un movimiento
determinado.
¿Qué se quiere decir con esto? Que la psique es otra de las tantas funciones
que posee el cerebro y que su principal objetivo es mantener organizada la
conducta de las personas frente a otros sujetos, animales y objetos. Este
tipo de experiencias son consideradas como el “yo” interno.
Para la mayoría de los científicos, es considerada como el resultado de
todas las actividades que realiza el cerebro para tener localizados algunos
de los procesos cuyas regiones son concretas en las personas, uno de estos
son el hipocampo, el cual afecta a la memoria cuando este presenta daños,
no importa si son leves o graves.
Ahora bien, esta teoría no es completamente aceptada por la comunidad
científica porque, aunque la psique pueda englobar unos procesos y
corrobora su debida existencia, no significa que pueda abarcar todos ellos,
es por eso la psicología ha adoptado su estudio.
Psicólogos como Howard Gardner, afirman que esta posee una serie de
mecanismos idénticos a los de una computadora, pues son totalmente
independientes y específicos. Por ejemplo, la inteligencia nace de la
supraestructura mental que, a su vez, está conformada por una serie de
elementos independientes perfectamente alineados o agrupados por la
propia mente. Estas estructuras pueden exteriorizarse o mantenerse dentro
de las ciencias cognitivas mediante el pensamiento y todas estas funciones
se cumplen potencialmente, a menos que exista un fallo directo en el
cerebro que afecte directamente el área cognitiva. Pero el psicólogo Jean
William Fritz Piaget opinaba diferente.
Él decía que la mente se maneja mediante esquemas y diferenciaba sus
funciones y operaciones para así, lograr tener una distinción clara de los
componentes que conforman a las ciencias cognitivas, los cuales son:
mente concreta, práctica y abstracta. La primera es aquella que realiza
todos los procesos primordiales o básicos del pensamiento humano, estos
son las bases de la síntesis o el análisis, comparaciones, observaciones,
clasificaciones y relaciones. El segundo componente se basa en los procesos
de dirección del pensamiento, es decir, las causas y efectos, los medios que
se utilizan para lograr un determinado fin.
Por eso se dice que la mente práctica es el génesis de la inteligencia, es allí
donde se encuentra la lógica de las personas. Por último, el tercer
componente denominado abstracto, va relacionado especialmente con la
razón, pues se mantiene reflexionando diariamente sus acciones y
modificando su pensar cada cierto tiempo.
Con todo esto queda muy claro que la prioridad principal de la mente, es
mantener todo bajo control generando niveles mínimos de dolor a nivel
emocional, pues también genera una serie de patrones emocionales que
caracterizan a los humanos. Las ciencias cognitivas son el génesis del
pensamiento humano.
Funciones de la mente
La psique puede llegar a ser bastante compleja y reacciona a todo lo que se
ve, escucha, toca o huele. Esas experiencias externas son evaluadas o
reflexionadas por el yo interno, el cual hace referencia al ego, para
compararlas con otras situaciones que haya experimentado la persona con
anterioridad.
Esto puede interpretarse como un mecanismo de defensa para lograr la
supervivencia humana, por lo que, a simple vista, se puede notar que las
personas utilizan la parte cognitiva del cerebro sin darse cuenta, de esta
manera todos pueden pensar de maneras diferentes de acuerdo a todos los
yo internos existentes.
El área cognitiva del cerebro posee funciones fuertemente especiales que
deben cumplirse para mantener al individuo bajo control, una de esas
funciones es el entendimiento, el cual es considerado como la facultad que
tiene todo ser humano de pensar o analizar ciertas situaciones y
experiencias vividas.
El entendimiento es una herramienta que las personas utilizan a diario para
comprender el sitio en el que están, sus condiciones, los sujetos con los que
interactúan y todo tipo de información que reciben a diario, de manera que
puedan estructurar todo y crear su propio significado o concepto.
Asimismo, está el razonamiento, otro de los elementos o funciones que
posee la psique humana y que es parte fundamental para la vida cotidiana.
Se trata de una facultad de los humanos para cuestionar o aceptar el
concepto de algo o de alguien, con ella se puede descubrir, aceptar o
desechar ideales, significados, opiniones e incluso informaciones que se
encuentren en cualquier lugar. Es individual porque no todos puede
razonar de la misma manera y aunque exista un patrón social, cada quien
decide lo que quiere adoptar en sus conocimientos y en su vida, siempre y
cuando tenga coherencia.
Por otro lado, está la función de la percepción, la cual va ligada con los 5
sentidos característicos del ser humano: vista, oído, tacto, olfato y gusto.
Todos estos le brindan a la psiquis una realidad bastante física del entorno
en el que se encuentra y, gracias a ella, se tiene el dicho de la mente
poderosa, porque con la percepción se pueden interpretar y seleccionar
estímulos y posteriormente darle sentido a algo.
La percepción procura encontrarle el significado a algo, procesarlo y, por
último, almacenar todo tipo de información. Aquí es donde el área
cognitiva trabaja más.
La emoción también forma parte de las funciones de la mente, pues son
reacciones psicológicas que establecen o adaptan al individuo a ciertos
estímulos o situaciones, bien sea en la percepción de algo, al conocer a una
persona, etc. Las emociones suelen ser muy intensas y es casi improbable
que un individuo tenga la mente en blanco.
La memoria forma parte de las funciones del cerebro y conjuntamente con
las del área cognitiva del mismo, pues con ella se codifica, esquematiza y
almacena todos los acontecimientos que sucedieron en el pasado y que se
pueden utilizar más adelante. Se dice que la memoria hace que los
individuos tengan una mente positiva, esto se debe a que están al tanto de
las cosas que hicieron años atrás y eso se puede comprobar mediante los
recuerdos.
Ahora bien, otra de las funciones de la mente, es la de mantener la
imaginación, la cual genera realidades alternas mediante la información
que toma el individuo y que posterior a esto manipula a su antojo de
manera negativa o positiva. Todas las personas tienen imaginación, en el
caso de los artistas, estos tienen mentes millonarias porque crean historias,
canciones y todo tipo de arte.
Por último, está la voluntad. Es una de las facultades dirigidas a coordinar y
organizar la conducta humana, de manera que pueda llevar a cabo ciertas
acciones con el fin de obtener un resultado, este puede ser positivo o
negativo, todo de acuerdo a los mecanismos que este tome. La voluntad es
considerada como la capacidad de las personas que los motiva a hacer
actividades de manera voluntaria, gobernando sus actos, decisiones y
elecciones, adoptando la personalidad que más le favorezca con la ayuda
de la conciencia, razonamiento y percepción. La voluntad convierte la zona
cognitiva en una mente indomable.
Características de la mente
Una de las características principales de esta es que trabaja de manera
automática, sustentando pensamientos y emociones en tiempo récord. El
cerebro se mantiene en constante trabajo y con él, su zona cognitiva. Esta
nunca dejara de pensar, idealizar o sentir a nivel emocional.
La mente funciona mediante contrastes, es decir, clasificando las cosas en
positivo o en negativo y comparándolos unos con otros, de manera que
pueda hacer una elección considerando los pros y los contras. El área
cognitiva es igual de material que el cuerpo humano, solo que ella es más
sutil que la anatomía.
Es una energía estructurada que mejora la capacidad mental del ser
humano. Por último, la mente forma parte de la naturaleza del ser humano,
cada uno posee un área cognitiva y esta puede mantenerse sana o
presentar daños y aunque estos puedan tratarse, reflejan un deterioro
cognitivo difícil de sobrellevar.
La naturaleza puede ser salvaje y en esta categoría, la mente no es una
excepción. Ella no puede detenerse y tiende a cansarse, por eso es
importante mantener un equilibrio con el cuerpo y tratar de calmar las
emociones y sentimientos cotidianos.
Trastornos de la mente
Se trata de un deterioro severo del estado mental o un desarrollo anormal
de la misma, generalmente este tipo de patología se debe a causas externas
como el medio ambiente, la sociedad o traumas severos, pero esto no
excluye el hecho de que la patología sea congénita. La zona racional del
cerebro se puede colapsar de un momento a otro y presentar fallos severos
en la mente de las personas, estos trastornos han aumentado con el paso
del tiempo, sin embargo, se mencionarán a continuación los más
destacados o comunes en todo el mundo.
Ansiedad
No es más que el miedo irracional a situaciones o experiencias diarias y
aunque puede parecer normal cuando hay estrés de por medio, se vuelve
crónico cuando los episodios se presentan de manera cotidiana. La
sensación de miedo está presente todo el tiempo y eso imposibilita que el
paciente pueda vivir de manera normal, de hecho, afecta incluso a las
personas de su entorno.
Trastorno obsesivo compulsivo
Es una conducta repetitiva que se realiza para disminuir la ansiedad y
aunque muchos vean esto como algo bueno, el trastorno puede tornarse
bastante incómodo.
Su característica principal es el miedo a ciertas cosas, por ejemplo, el pánico
a los gérmenes, esto hace que la persona se convierta en alguien obsesivo
por la limpieza. El TOC también puede presentarse como una obsesión por
mantener el orden en el hogar, sitio de trabajo e incluso con las personas.
Estrés post traumático
Esta enfermedad es generada por una situación traumática, puede ser un
accidente, experiencias de extrema violencia o presenciar situaciones
terroríficas. Los síntomas principales son las pesadillas, pensamientos sobre
el suceso y angustias. Las personas que tienen esta enfermedad tienden a
tener mentes suicidas y por eso se necesita acudir a un médico que pueda
controlar los episodios mediante fármacos especiales.
Trastornos de personalidad
Son estados anormales en la mente del paciente y son generados a nivel
emocional, motivacional, afectiva y en las relaciones. Una persona con esta
patología puede tener entre una y tres personalidades cuando se trata del
trastorno de personalidad múltiple.
Este trastorno presenta un patrón algo inflexible en el comportamiento del
paciente, de hecho, algunos pueden tener mentes criminales, tal como el
caso de Billy Milligan. Existen otros trastornos que imposibilitan que los
individuos diagnosticados tengan una vida plena y que se integren a la
sociedad. Con esto queda claro que la mente forma parte de una estructura
cerebral muy compleja y que no debe subestimarse, pues en ella está la
base del conocimiento y pensamiento humano.
Edad mental
Se trata de un concepto que se relaciona con la inteligencia humana y
explica cómo un niño de una edad determinada, expresa su rendimiento
intelectual, haciendo comparaciones con su edad física. Los estudios
determinan si la edad de un niño, adolescente, adulto o adulto mayor está
acorde con su edad física, de hecho, esta tiende a variar de acuerdo al nivel
de coeficiente intelectual que tenga la persona o sus discapacidades
psíquicas/mentales.
Para poder determinar la edad mental, es posible basarse en los test de
coeficiente intelectual, en los cuales las personas deben contestar a una
serie de preguntas con el objetivo de determinar si su edad mental es
acorde con respecto a su edad cronológica. De igual forma, es importante
saber que la edad mental no necesariamente es la misma que la edad
biológica de un individuo.
Mentalismo
Es un principio filosófico que se basa en la presencia de una realidad mental
propia, de esencia diferente e independiente a lo corporal. En el aspecto
psicológico, este término abarca cualquier teoría que utilice conceptos
como mente, espíritu, facultades mentales, etc., así como toda la psicología
que requiera de la meditación.
El modelo mentalista surgió a finales del siglo 19, sus características
principales fueron la percepción que el propósito de la psicología es la
mente, sus condiciones y procesos. La percepción que el procedimiento
adecuado para su estudio es a través de la meditación.
Por otro lado, algunos consideran al mentalismo como una rama del
ilusionismo, pero como el mentalismo forma parte de la ciencia escénica, es
diferente e independiente de la magia y el ilusionismo. Durante las
primeras etapas de la psicología científica y gracias a la influencia del
dualismo cartesiano (mente-cuerpo) se originaron dos disyuntivas acerca
de su propósito de estudio.
La primera es el mentalista, que se fundamenta en lo mental, prestándole
mayor interés a los actos del pensamiento. Y el Fisicalista, que se origina
como contradicción del mentalismo y apoya únicamente a aquellos hechos
que pueden ser observables de manera directa, esto condujo a la aparición
del modelo conductista.
Principios del mentalismo
El mentalismo es uno de los siete principios existentes atribuidos a Hermes
Trismegisto, quien dijo haberlos encontrado escritos en una tabla de
esmeralda. Estos principios no son más que verdades universales
descubiertas por los antiguos egipcios, quienes se dedicaban al estudio de
la metafísica con el fin de entender y aplicar dichos conocimientos y así
seguir avanzando en su vida.
La premisa para el principio del mentalismo es que todo está en la psique y
que la esencia del todo está detrás de las apariencias y expresiones, el cual
se conoce como materia, diversidad o universo material, todo depende
como cada individuo lo quiera ver.
Asimismo, el mentalismo dice que todo lo que se perciba por los cinco
sentidos, recibe el nombre de espíritu, el cual es indefinible para las
limitaciones del ser humano pero que, a su vez, es entendida como una
mente omnipresente e infinita. Algunos principios del mentalismo son:
Enfocar la mirada a todo lo que se encuentra alrededor, observando
detalladamente para que al final nada pueda sorprender.
La creación humana no es más que una idea que proviene de la psique de
alguien, dado que todo proviene de ella y es algo indiscutible.
El individuo percibe las cosas de las cuales está consciente, es por ello que
la conciencia es la creadora de todo lo que rodea a las personas.
Debe ser consciente de los pensamientos, creados por la realidad que te
rodea.
Preguntas Frecuentes sobre Mente
¿Qué es la mente humana?
No es más que un grupo de capacidades cognitivas en las cuales se
encuentran la percepción, conciencia, pensamiento, etc.
¿Cuáles son las funciones de la mente?
Pensar, desear, sentir.
¿Cómo funciona la mente?
Su funcionamiento radica en las reacciones generadas por situaciones
ajenas a ella.
¿Dónde está la mente en el cuerpo humano?
Algunos dicen que se encuentra en el cerebro, mientras que otros alegan
que está va más allá de la capacidad anatómica, es decir, es espiritual.
¿Cómo se estudia la mente humana?
A través de la neurociencia.
MENTE Y CEREBRO EN LA NEUROCIENCIA
CONTEMPORANEA. UNA APROXIMACION
A SU ESTUDIO INTERDISCIPLINAR*

[MIND AND BRAIN IN THE CONTEMPORARY NEUROSCIENCE.


AN APPROACH TO ITS INTERDISCIPLINARY RESEARCH]

JOSE M. GIMENEZ-AMAYA Y JOSE I. MURILLO

Resumen: El imponente desarrollo de Abstract: Developments in neuroscien-


la Neurociencia en los ultimos dece- ce over tbe last few decades bave made
nios ba puesto en evidencia su necesi- it increasingly evident tbat an interdis-
dad de recurrir a la interdisciplinarie- ciplinary approacb is essential if we are
dad para abordar los desaffos que se le to take on tbe main cballenges facing
presentan. Entre ellos se encuentran us. Among tbese are some tbat affect
aquellos que se refieren a cuestiones essential aspects of tbe understanding
decisivas para la comprensidn del of tbe buman being. In tbis article tbe
bombre. En este artfculo se defiende view is defended tbat, in order to ap-
que, para abordarlas con eficacia, es proacb tbese issues effectively, wbat is
preciso ampliar la cooperacidn entre needed is to broaden tbe cooperation
las ciencias mas alld del ambito de las between tbe sciences beyond tbe ambit
disciplinas experimentales. Como of tbe experimental disciplines. To
ilustracidn de esta tesis, tras una intro- illustrate tbis tbesis, after an introduc-
duccidn sobre la importancia de la tion about tbe importance of Neuros-
Neurociencia en nuestros dfas, se cience in our days, tbe article discusses
afronta uno de los aspectos mds rele- some of tbe more relevant aspects for
vantes para la comprensidn del papel tbe understanding of tbe role tbat is
que juega el cerebro en la vida y la played by tbe brain in buman life and
conducta del bombre: el problema de conduct: tbe problem of conscious-
la conciencia. La exposicion se estruc- ness. Tbe explanation is structured as
tura senalando el marco en que se follows: first, tbe framework witbin
plantea este problema, para despues wbicb tbis problem is situated is set

* Este trabajo esta dedicado al Profesor Mariano Artigas, que, como amante incon-
dicional de la verdad, supo buscar y promover el trabajo interdisciplinar.

SCRIPTA THEOLOGICA 39 (2007/2) 607-635 607


ISSN 0036-9764
GIMfiNEZ-AMAYA Y JOSfi 1. MURILLO

explicar sumariamente cdmo lo ban out, and tben a summary is provided


tratado la Neurociencia y la Filosoffa. of tbe way in wbicb tbe problem bas
Finalmente, se presentan algunas su- been tackled in Neuroscience and
gerencias para desarrollar de forma Pbilosopby. Finally, some suggestions
fructffera un estudio interdisciplinar are made as to bow to develop fruitful
que permita a cada una de las ciencias interdisciplinary study tbat permits
implicadas realizar adecuadamente su eacb one of tbe disciplines involved to
propia aportacidn. make appropriate contributions.
Palabras clave: Neurociencia, Mente, Keywords: Neuroscience, Mind, Brain,
Cerebro, Conciencia, Interdisciplina- Consciousness, Interdisciplinarity.
riedad.

1. INTRODUCCION

La Neurociencia ba experimentado un enorme desarrollo en las cuatro ul-


timas ddcadas, que la ba convertido en una de las disciplinas biomddicas de ma-
yor relevancia en la actualidad. Ha contribuido a ello, junto con otros factores,
el creciente impacto de las enfermedades del sistema nervioso en las sociedades
occidentales. El incremento de pacientes que sufren accidentes cerebrovascula-
res, procesos neurodegenerativos —como la enfermedad de Alzbeimer o la en-
fermedad de Parkinson—, o trastornos psiquiatricos —como la depresidn o la
esquizofrenia—, ban llevado a las autoridades sanitarias a multiplicar los medios
materiales dedicados a la investigacidn del cerebro y de sus alteraciones.
Desde su origen, la Neurociencia se ba caracterizado por un marcado en-
foque sint^tico e integrador de todas aquellas ciencias dedicadas al estudio del
sistema nervioso normal y patoldgico. Esta interdisciplinariedad, con la que se
intentd aunar el trabajo de cientfficos basicos y clfnicos, se puso especialmente
de manifiesto en la d^cada de los afios sesenta y principios de los setenta con
iniciativas como la fundacidn de la International Brain Research Organization
(IBRO), la implantacidn del programa docente de esta disciplina Neuroscience
Research Program en el Massachusetts Institute of Technology en Cambridge
(Massacbusetts, Estados Unidos) o la creacidn de la Society for Neuroscienee,
tambien en los Estados Unidos'. La inspiracidn comiin de estos proyectos era

1. Cfr. A. ROSELL, S. DE LAS HERAS y J.M. GiMfiNEZ-AMAYA, «Neurociencia: ejempio


del abordaje multidisciplinar como estrategia eficaz en la investigacidn cientffica", en Re-
vista de Neurologia 17 (1998), 1071-1073; J. ILLES y S.J. BIRD, «Neuroetbics: a modern
context for ethics in neuroscience", en Trends of Neurosciences 29 (2006), 511-517.

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MENTE Y CEREBRO EN LA NEUROCIENCL\ CONTEMPORANEA.
UNA APROXIMACION A SU ESTUDIO INTERDISCIPLINAR

la conviccidn de que la cooperacidn de los diversos puntos de vista cientfficos


podfa empujar el progreso en el conocimiento bioldgico y mddico de una es-
tructura tan compleja como el sistema nervioso. El impresionante crecimiento
experimentado por la investigacidn neurobioldgica en estos ultimos cuarenta
afios ba demostrado que, como estrategia global para resolver un problema
cientffico de grandes dimensiones, este planteamiento es muy litil y, probable-
mente, el mejor posible^.
Desde el punto de vista bistdrico', 1664 marca para mucbos el origen de
la Neurociencia moderna. En ese ano, Tbomas Willis (1621-1675) publica su
conocido tratado sobre la anatomfa cerebral, Cerebri Anatome, el primer gran
intento de conocer a fondo el sistema nervioso y, muy especialmente, su por-
cidn encefalica*. Este medico ingles estaba muy infiuenciado por los escritos del
fildsofo Ren^ Descartes y se interesaba en particular por las implicaciones de la
filosoffa cartesiana en la comprensidn de los trastornos mentales.
Segun la doctrina cartesiana, el espfritu, como realidad simple, no podfa
ser la sede de la enfermedad mental, sino que esta debfa encontrarse en algiin
lugar del cuerpo al que se encuentra unida. Con estas premisas, y muy des-
lumbrado tambien por los recientes descubrimientos de William Harvey
(1578-1657) sobre la circulacidn sangufnea, Willis se adentra, con audaces in-
vestigaciones anatdmicas yfisioldgicas,en una prodigiosa busqueda causal en el
cerebro del bombre y de distintos tipos de animales, que le ba becbo merece-
dor del tftulo de fundador de la neuroanatomfa, de la neurofisiologfa y de la
neurologfa experimental. En nuestro tiempo es especialmente recordado por
una de sus aportaciones: es el primer cientffico que intentd asignar determina-
das funciones mentales a areas concretas del cerebro. Miembro de la Oxford
Philosophical Society, su permanente contacto y discusidn con otros profesores
de disciplinas bumanfsticas le permitid conocer de primera mano el pensa-
miento filosdfico de su tiempo, poni^ndole en las mejores condiciones a la bo-
ra de dar una mayor coberencia a sus propias investigaciones neurobioldgicas'.
Otra fecba de gran importancia en la bistoria de la Neurociencia es la del
13 de septiembre de 1848. Ese dfa Pbineas Gage (1823-1860), un capataz que
trabajaba en la construccidn de los ferrocarriles en el norte de Nueva Inglaterra

2. Cfr. A. RoSELL ET AL., cit.


3. En la Tabla I se recogen algunos de los principales bitos en la bistoria de la Neu-
rociencia relevantes para el contenido de este artfculo.
4. Cfr. Z. MOLNAR, «Thomas Willis (1621-1675), the founder of clinical neuros-
cience)), en Nature Reviews Neuroscience 5 (2004), 329-335.
5. Cfr. R. POTTER, The Greatest Benefit to Mankind. A Medical History of Humanity
from Antiquity to the Present, Fontana Press, London 1997.

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. G I M £ N E Z - A M A Y A Y JOSe I. MURILLO

en Estados Unidos, sufrid un accidente al atravesarle una barra de bierro parte


de la cara y las porciones anteriores de la cavidad craneal. Gage no murid en el
acto. Perdid una gran cantidad de corteza cerebral prefrontal, pero sobrevivid al
accidente y pudo incluso recuperar la salud ffsica. Pero, despuds del traumatis-
mo, aunque no sufrfa ningiin trastorno sensorial ni motor y tampoco se le de-
tectaron alteraciones en el lenguaje o en la memoria, su personalidad experi-
mentd un cambio notable. Jobn Harlow (1819-1907), el medico que le atendid
en el Massachusetts General Hospital de Boston, recogid en un artfculo, que es
ya parte de la bistoria de la Neurociencia y de la Medicina, sus observaciones
sobre este paciente, en las que describe de forma penetrante y concisa, bace mas
de 130 afios, los principales sfntomas asociados a la destruccidn de la corteza
prefrontal bumana"^:
«Su salud ffsica es buena, y me inclino a decir que se ha recuperado (...).
El balance o el saldo, por decirlo asf, entre sus facultades intelectuales y sus pre-
disposiciones animales parece baberse destruido. Es impulsivo, irreverente (...),
manifiesta una escasa deferencia hacia sus companeros, es intolerante con sus li-
mitaciones o con los consejos que se le ofrecen cuando no coinciden con sus de-
seos; es a veces muy obstinado, mas, con todo, caprichoso y vacilante, idea mu-
chos planes de actuaci6n para el futuro, que abandona nada mas organizarlos
(...). A este respecto, su mente ha cambiado por completo, tanto que sus amigos
y conocidos dicen: "ya no es Gage"))'.

El siglo XX se inicid con la concesidn del premio Nobel en Medicina a


Santiago Ramdn y Cajal (1853-1934) y a Camilo Golgi (1843-1926) en el afio
1906. La tecnica de Golgi fiie un poderoso metodo, que Cajal utilizd con fi-
nura para abordar un detallado analisis neuromorfoldgico del sistema nervioso.
Este conocimiento microscdpico de las estructuras nerviosas tambien aportaba
correlatos funcionales de gran valor. En mucbos ambientes neurocientfficos,
sobre todo anglosajones, Cajal es considerado el iniciador de la etapa mas mo-
derna de la Neurociencia.

Tambien conviene mencionar aquf que los trabajos de Sir Cbarles Sbe-
rrington (1857-1952) y otros en las primeras d^cadas del siglo pasado, que ana-
lizaron con detalle la comunicacidn entre las cdlulas nerviosas y favorecieron
mucbo el desarrollo exponencial de la fisiologfa del sistema nervioso y un ma-
yor entendimiento de los fendmenos celulares que rigen el traspaso efectivo de
la informacidn nerviosa.

6. Cfr. J.M. HARLOW, «Recovery from the passage of an iron bar through the head)),
en Publications of the Massachusetts Medical Society 1 (1868), 327-347; D.E. HAINES,
Principios de Neurociencia, Elsevier, Madrid 2003.
7. Cfr. D.E. HAINES, Principios de Neurociencia, Elsevier, Madrid 2003, 519.

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MENTE Y CEREBRO EN LA NEUROCIENCIA CONTEMPORANEA.
UNA APROXIMACION A SU ESTUDIO INTERDISCIPLINAR

El descubrimiento, a mitad del siglo XX, de la psicofarmacologfa repre-


senta otra piedra miliar en el estudio del cerebro, especialmente de los trastor-
nos mentales. Se puede decir que, junto con el advenimiento de las poderosas
t^cnicas de neuroimagen, es responsable en gran medida del relieve cientffico y
social de que goza en nuestros dfas la Neurociencia.
Hasta 1950 no existfa una terapia efectiva para tratar la esquizofrenia. El
primer farmaco que resultd litil para este propdsito fue la clorpromacina, cuyo
ballazgo es otra pieza fascinante de la bistoria de la Neurociencia. EI neuroci-
rujano frances Henri Laborit (1914-1995) pensd que la ansiedad que sufrfan
sus pacientes antes de la cirugfa se debfa a la liberacidn masiva de la sustancia
bistamina, lo que tambien tenfa el efecto adverso de interferir con la anestesia
y provocar en ocasiones una muerte siibita. Para bloquear la liberacidn de esta
amina bidgena probd varios antibistamfnicos intentando encontrar uno que
calmase a los enfermos. Descubrid, tras varios intentos, que la clorpromacina
era el mejor. Y con ello empezd a pensar que esa accidn sedante de este com-
puesto podrfa ser litil tambien en algunos trastornos psiquiatricos. En 1952, es-
ta idea de Laborit fue investigada por Jean Delay (1907-1987) y Pierre Deni-
ker (1917-1998), que encontraron que la clorpromacina en dosis altas puede
ser muy eficaz para calmar a personas con sintomatologfa esquizofr^nica o ma-
niaca depresiva que se muestran agitados y agresivos. En 1964, tras afios de es-
tudio, quedd claro que la clorpromacina y otros compuestos de la familia de las
fenotiazinas tenfan efectos especfficos sobre la sintomatologfa psicdtica en la es-
quizofrenia. Estos farmacos mitigaban o abolfan los delirios, las alucinaciones
y algunos tipos de pensamientos complejos y desorganizados; y, ademas, si se
mantenfa esta medicacidn durante la remisidn de la sintomatologfa psicdtica, la
recafda de los enfermos se reducfa muy significativamente. La terapia antipsi-
cdtica babfa entrado en la bistoria de la Psiquiatrfa, revolucionando de forma
radical esta especialidad mddica.
Cuando en el afio 2003, Paul Lauterbur (1929-2007)" de la Universidad
de Illinois en Estados Unidos y Peter Mansfield (1933) de la Universidad de
Nottingbam en Inglaterra recibieron el premio Nobel de Medicina por sus des-
cubrimientos sobre la Resonancia Magnetica —resonancia de los atomos de bi-
drdgeno cuando son bombardeados con ondas electromagn^ticas desde un
iman— y su aplicacidn en la obtencidn de imagenes medicas, era ya casi un lu-
gar comiin referirse al impresionante avance que ban experimentado los meto-
dos de diagndstico medico en los ultimos afios gracias a estas nuevas tecnolo-
gfas. En el caso de las imagenes obtenidas del cerebro, la introduccidn de la

8. Cfr. el obituario publicado por The Economist A 4 de abril de 2007.

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JOSfi M. G I M E N E Z - A M A Y A Y JOSfi I. MURILLO

llamada Resonancia Magnetica Funcional, que permite detectar los cambios en


la distribucidn del flujo sanguineo cuando el individuo desarrolla determinadas
tareas sensoriales o motoras, o en distintos paradigmas cognitivos, emocionales
y de motivacion, tambien ha catapultado espectacularmente el estudio cerebral
normal y patol6gico. Estas tecnicas, junto a la tomograffa con emisi6n de po-
sitrones —el famoso «PET», Positron Emmision Tomography— y la magneto-
encefalografia, han sido las causantes de que la investigacion en neuroimagen
sea una de las pioneras en el estudio del sistema nervioso.
Con el trasfondo de estos avances, se celebr6 en mayo de 2002 en San
Francisco (California) un simposio sobre el nacimiento de una nueva disci-
plina, la Neuroetica, patrocinado por la prestigiosa instituci6n norteamerica-
na Dana Foundation. Este evento contribuy6 a la puesta en escena de una
nueva orientaci6n que ha ido cobrando carta de naturaleza en el campo de la
Bio^tica, y que despierta cada vez mayor interds, no s6lo entre los neurocien-
tfficos.

El extraordinario progreso de las ya citadas tdcnicas de neuroimagen, que


estan proporcionando una gran cantidad de datos sobre las funciones cerebra-
les, ha provocado en no pocos el convencimiento de que estamos muy cerca de
desentranar el misterio global de la organizacidn del pensamiento humano y, en
general, de todas las llamadas «funciones superioress del hombre. Pero este asal-
to de la ciencia a lo que parecia el inaccesible reducto del espiritu comienza a
tener ya claros efectos practicos. Aunque pueda parecer a simple vista ciencia
ficcion, analizando los abundantes estudios neuropsicol6gicos que se estan rea-
lizando en la actualidad, comienza a parecer posible el proyecto de manipular
la conducta humana mediante la activacion y desactivacion artificial de deter-
minados centros cerebrales y de sistemas de conexiones que rigen el funcio-
namiento unitario del sistema nervioso'. De este modo, las manipulaciones
encaminadas a obtener modificaciones en la conducta personal o colectiva po-
drian invadir el mundo de la educaci6n, el derecho o la politica, por citar s6lo
algunos ambitos capitaies de la actividad humana. Los evidentes riesgos que en-
trafian estas posibilidades suscitan la necesidad de tener en cuenta la ^tica a la
hora de enmarcar las investigaciones y las posibles intervenciones en el cerebro
del hombre'". Tambien en este punto resulta obvio que la Neurociencia se en-
cuentra abocada a dialogar con otras disciplinas. La misma presencia en la men-

9. Cfr. S.J. MARCUS (ed.), Neuroethics: Mapping the Field, The Dana Foundation
Press, New York 2002; T. FuCHS, "Ethical issues in neuroscience», en Current Opinion
in Psychiatry 19 (2006), 600-607. Este ultimo artfculo es una revisi6n muy completa
sobre la Neuroetica con una bibliograffa muy actualizada hasta 2005.
10. Cfr. T. FUCHS, cit.

612 ScrTh 39 (2007/2)


MENTE Y CEREBRO EN LA NEUROCIENCIA CONTEMPORANEA.
UNA A P R O X I M A C I O N A SU ESTUDIO INTERDISCIPLINAR

cionada reuni6n de San Francisco de abogados, periodistas, fil6sofos y polfti-


cos, junto con los neurocientfficos lo ponfa de manifiesto ".
Pero el paso de la Neurociencia a la vanguardia de las ciencias, y no s6lo
de las biomddicas, no se debe tan solo a los espectaculares avances cientfficos,
sino tambidn a la gran cantidad de preguntas clave sobre la biologfa del sistema
nervioso que quedan todavfa por contestar, que la convierten en un campo es-
pecialmente atractivo para la investigacidn. En efecto, nos enfrentamos al diff-
cil reto de comprender c6mo funciona un organismo de manera unitaria y cd-
mo desarrolla sus actividades mas complejas y elaboradas. Por eso se entiende
que algunas de esas preguntas se cuenten entre las ultimas grandes incdgnitas
de la investigacidn bioldgica.

Ahora bien, cuando nos referimos a lo especfficamente humano, mas alli


de lo que se puede calificar como una simple dificultad cientffica, es preciso re-
conocer que nos encontramos ante un terreno rodeado de misterio. Y buena
parte de ese misterio se concentra en torno a lo que se ha venido a llamar las
relaciones mente-cerebro.

2. LA NEUROCIENCIA ANTE LAS RELACIONES MENTE-CEREBRO

Los novedosos m^todos de la Neurociencia moderna y la relevancia de


sus resultados, ademas de manifestar con claridad lo mucho que nos queda por
saber acerca del fiincionamiento del cerebro, han supuesto un impulso decisi-
vo para volver a plantear el clasico problema de las relaciones entre la mente y
el cerebro. Quiza lo mds caracterfstico de la nueva situacidn es que el problema
parece haber dejado de ser un monopolio de la Filosofia, y se ha convertido en
ineludible para la misma ciencia.

En este planteamiento, se entiende por cerebro el centro bioldgico que


recibe los estfmulos del medio interno y externo al individuo, los integra entre
sf y con la experiencia cognitiva, emocional y de motivacidn acumulada, y, fi-
nalmente, da lugar a la respuesta o respuestas correspondientes dentro o fuera
del organismo, cuyo fiincionamiento puede ser abordado mediante los mdto-
dos de la ciencia experimental; y por mente, el conjunto de actividades y pro-
cesos psi'quicos conscientes e inconscientes, especialmente de caracter cogniti-
vo o afectivo, tal como comparecen en la experiencia subjetiva o en la medida
en que se encuentran referidos a ella. Se denomina «problema» mente-cerebro

11. Cfr. S.J. MARCUS, cit.

ScrTh 39 (2007/2) 613


JOS6 M. G I M E N E Z - A M A Y A Y J O S 6 I. MURILLO

porque —al menos tal como se plantea ante nosotros mismos— por un lado
poseemos experiencias subjetivas y por otro somos capaces de examinar cientf-
ficamente los drganos materiaies implicados en ellas, sin que la unidad de am-
bas perspectivas sea facil de encontrar ".
En este terreno se plantean preguntas de gran calado desde el punto de
vista filosdfico y neurocientffico: ^son las actividades mentales distintas o id^n-
ticas a los procesos cerebrales? Para los que piensan que ambos son lo mismo,
la pregunta que surge espontanea es: ^a qu^ se debe en ese caso la ilusidn de que
nos parezcan diferentes? Por su parte, quienes consideran que la explicacidn de
la mente debe encontrarse en la actividad del cerebro deberfan preguntarse, en
cambio, cdmo los procesos cerebrales producen los procesos mentales. Y, para
aquellos para los que la mente tiene una cierta independencia respecto del ce-
rebro, resulta obligado plantearse si se puede o no separarlos nftidamente y cd-
mo se reiacionan entre sf".

De entre las preguntas particulares que se abren en este estudio de las re-
laciones mente-cerebro, resultan especialmente interesantes las que se refieren a
la conciencia. Y esto por varios motivos. Por una parte, porque, como ha defi-
nido recien temen te la revista Science en un numero especial por su 125 aniver-
sario, el estudio de la conciencia es uno de los retos cientfficos mas importan-
tes para los prdximos anos'''. Y, por otra, porque este estudio ocupa a fildsofos
de diversas tradiciones intelectuales. Esto explica que el tambidn llamado «pro-
blema de la conciencia» sea uno de los que mas peso han tenido en la rehabili-
tacidn del dialogo interdisciplinar entre la Neurociencia y la Filosoffa.

De todos modos, la misma apertura del dialogo ha servido ante todo pa-
ra poner de manifiesto las dificultades que entrana. Y es que, aunque la con-
ciencia parezca un fendmeno claro y patente, no resulta tan facil definirla y aco-
tarla, teniendo en cuenta especialmente los condicionamientos que imponen las
diferentes tradiciones cientfficas o intelectuales a las que se pertenece —no siem-
pre faciles de armonizar— o, mas aiin, los que derivan de la ignorancia de dichas
tradiciones, que suele Uevar a las simplificaciones y los malentendidos. Esto ex-
plica que este dialogo reclame una especial honestidad y un gran rigor intelec-
tual. De lo contrario, es mas que posible llegar a posiciones cerradas, a veces de

12. Cfr. D.J. CHALMERS, Philosophy of Mind: Classical and Contemporary Readings,
Oxford University Press, Oxford 2002.
13. Cfr. J.D. MORENO, «Neuroethics: an agenda for neuroscience and society», en
Nature Reviews Neuroscience A (2003), 149-153.
14. Cfr. C. MILLER, «What is the biological basis of consciousness", en Science 5Q9
(2005), 79; B. BEAKLEY y P LUDLOW, The Philosophy of Mind Classical Problems/Con-
temporary Issues, The MIT Press, Cambridge Massachusetts 2006.

614 ScrTh 39 (2007/2)


MENTE Y CEREBRO EN LA NEUROCIENCIA C O N T E M P O R A N E A .
UNA APROXIMACI6N A SU ESTUDIO INTERDISCIPLINAR

alto contenido ideoldgico, que no sdlo no aportan nada a su solucidn, sino que
pueden presentarse de tal modo que hagan impracticable un verdadero progreso
en el conocimiento y un acercamiento entre los diversos m^todos y posturas".
Comenzaremos este apartado del trabajo exponiendo algunos intentos de
clarificacidn terminoldgica, para pasar a continuacidn a una exposicidn de las
principales hipdtesis y teorfas de los mas conocidos neurocientfficos interesados
en este estudio.

2.1. Clarificacidn terminoldgica sobre el andlisis neurobioldgico


de la conciencia

Hemos empleado la palabra «conciencia» en los t^rminos definidos por


el fildsofo de la mente David Chalmers, de la Universidad Nacional de Austra-
lia "^, que sefiala que en el estudio de la conciencia podemos distinguir dos pro-
blemas claramente diferenciados.
Por una parte, nos enfrentamos a lo que ^1 denomina el problema «facil»
de la conciencia {easy prohlem of consciousness), que se refiere a la distincidn en
el campo de las funciones bioldgicas y de los procesos mentales entre aquellos
que son inconscientes y los que podemos calificar como conscientes. Gran par-
te de la experiencia sensorial y nuestras conductas planificadas son conscientes.
Otras dimensiones de nuestra actividad, como el control del corazdn o de los
procesos digestivos, la organizacidn de la musculatura de la extremidad supe-
rior para lograr escribir o atrapar algo, y otras muchas de las actividades orga-
nicas de nuestro medio interno son inconscientes. Para muchos autores el pro-
blema de la conciencia se refiere a la distincidn entre computacidn mental
consciente o inconsciente, y estriba en identificar las estructuras nerviosas im-
plicadas en su realizacidn, y en entender cdmo y por que es posible que nues-
tro sistema nervioso sea capaz de estructurarse de esta manera.
Pero este empefio parece aportar poca cosa a la hora de entender la con-
ciencia tal como aparece desde la perspectiva interna. Por eso cabe hablar del
problema «duro» o «dificil» de la conciencia (hard prohlem of consciousness), que
consiste, segiin este autor, en explicar cdmo se produce en nosotros la expe-
riencia de nuestra propia identidad, la sensacidn de «darnos cuenta» y de que

15. Cfr. A. MACINTYRE, Tras la Virtud, Critica, Barcelona 2004. Se podrfa decir que
en este tema de las relaciones mente-cerebro ocurre algo parecido a lo que sefiala este au-
tor con respecto a los debates morales en lafiticacontemporinea. Ver tambien nota 57.
16. Cfr. D. CHALMERS, cit.

ScrTh 39 (2007/2) 615


. GIMfiNEZ-AMAYA Y JOSe I. MURILLO

somos, de alguna manera, «duefios» de nosotros mismos y de nuestra actividad;


en otras palabras, la autoconciencia en general.
De entrada, se puede afirmar con rigor que, en su estado actual, nuestros
conocimientos sobre la biologfa de los procesos cerebrales se revelan a todas lu-
ces insuficientes para dar una respuesta satisfactoria a este ultimo problema.
Aun cuando en muchos foros neurocientfficos se insiste en que los dos «proble-
mas» se tienen que explicar en virtud de complejos mecanismos neurobioldgi-
cos de nuestro sistema nervioso, parece claro que una aproximacidn adecuada
escapa a los paradigmas de exploracidn de que disponemos en la actualidad ".
Muchos califican este punto de discusidn filosdfica y cientffica como un «mis-
terio» '*, y no pocos opinan que esta aiin muy lejana la respuesta definitiva. Los
hay incluso que afirman que tal vez nunca lleguemos a conocerla". Asf, por
ejemplo, para Colin McGinn, actualmente profesor de filosoffa de Ia Universi-
dad de Miami, aunque la conciencia es fruto exclusivo de nuestro cerebro, la or-
ganizacidn morfoflincional de nuestro sistema nervioso hace imposible que po-
damos con ^1 resolver este denominado «misterio» de nuestra vida™.

2.2. La Neurociencia moderna ante el problema de la conciencia

Detengamonos ahora brevemente en las opiniones de algunos de los neu-


robidlogos que han abordado este tema. No nos proponemos ser exhaustivos,
sino mds bien individuar algunas de las lfneas maestras del estudio neurobiold-
gico de la conciencia, de modo que podamos ponerlas en relacidn con las tesis
avanzadas desde la Filosoffa.

17. Cfr. P. SMITH CHURCHLAND, Brain-Wise. Studies in Neurophilosophy, The MIT


Press, Cambridge Massachusetts 2002; P. SMITH CHURCHLAND, «A neurophilosophical
slant on consciousness research", en Progress in Brain Research 149 (2005), 285-293; S.
PINKER, «The mystery of consciousness". Time, February 12 (2007), 39-46.
18. Cfr. T.D. ALBRIGHT, T.M. JESSELL, E.R. KANDEL y M.I. POSNER, «Neural science:
a century of progress and the mysteries diat remain", en Neuron 25 Suppl (2000), S1-S55.
19. Cfr. S. PINKER, «The mystery of consciousness", en Time, February 12 (2007),
39-46. Consultar especialmente el comentario que hace C. McGinn en la pagina 42 del
citado articulo y que titula significativamente como «An unbridgeable gulf>>. En esta mis-
ma lfnea de razonamiento, tambidn se puede consultar otro artfculo de divulgaci6n re-
cien temen te publicado en la revista The Economist el 23 de diciembre de 2006 dentro de
un estudio especial sobre el cerebro titulado «A survey of the brain" en las paginas 11-12
y que titulan, tambidn de forma significativa, «I think, therefore I am, I think. Cons-
ciousness awaits its Einstein". Cfr. tambidn J. TOLSON, «Is there room for the soul? New
challenges to our most cherished beliefs about self and the human spirit", en U.S. News
& World Report, October 23 (2006), 57-63, donde tambien se muestran las opiniones
de algunos de los mas conocidos neurocientfficos interesados por este tema.
20. Cfr. C. McCiNN, Consciousness and Its Objeta, Oxford University Press, Oxford 2004.

616 ScrTh 39 (2007/2)


MENTE Y CEREBRO EN LA NEUROCIENCIA CONTEMPORANEA.
UNA APROXIMACION A SU ESTUDIO INTERDISCIPLINAR

En esta empresa, bay que desbacer, ante todo, un prejuicio. Cuando se


considera desde fuera, la perspectiva neurocienrifica puede producir la impre-
si6n de que en ella los problemas se encuentran adecuadamente enmarcados y
de que, si falta una soluci6n, tan s6lo es preciso esperar a que los nuevos expe-
rimenros vayan arrojando luz sobre lo que todavia no se sabe. Pero la realidad
demuestra que los problemas que se quieren resolver no siempre se encuentran
bien planteados, y que, a menudo, el modo de abordarlos de la Neurociencia
no es compatible con las aproximaciones filos6ficas^'.

Simplificando un poco, se pueden dividir las opiniones o teorias de los


diferentes neurocientificos en cuatro grandes grupos: a) el conductismo; b) el
monismo reduccionista que incluiria el materiaiismo eliminativo; c) el dualis-
mo neurofisiol6gico; y d) el fisicalismo no reduccionista.
El conductismo, que fue dominante en la Psicologia durante buena parte del
siglo pasado, considera que el objeto de dicba ciencia es la conducta. Desde su
constitucidn como tal, la Psicologia se babia entendido como el estudio de la
mente, sin la cual parecia imposible entender la conducta bumana; pero las difi-
cultades de aplicarle el metodo experimental animaron a algunos cientfficos a
prescindir de ella a la bora de estudiar la conducta. Puesto que la conducta, en-
tendida como la respuesta del organismo a unos determinados estimulos, puede
ser observada y medida, parecia posible prescindir de los procesos mentales a la
bora de explicarla. El objetivo de la Psicologia serfa, por tanto, enunciar las leyes
que rigen las relaciones entre los estfmulos y las respuestas. Del mismo modo que
la Mecanica de Nev^Tion lograba estudiar las fuerzas atractivas entre las masas de-
sentendi^ndose de otras cualidades de los cuerpos, se postulaba que se podfa con-
siderar la mente como una «caja negra», desentendi^ndose de sus estados y de su
funcionamiento interno. Jobn B. Watson y B.E Skinner^^ son dos represenrantes
sefialados de esta postura, que podrfamos denominar conductismo metodold^co.
El monismo reduccionista, por su parte, niega que la mente sea realmente
distinta del cerebro y trata de explicar los fenomenos mentales y, en concreto,
la conciencia —tambidn la autoconciencia— en t^rminos ffsicos o bioldgicos.
Para esta postura la distincidn entre la mente y el cerebro responde a la insufi-
ciencia actual de nuestros conocimientos sobre Ios procesos cerebrales, pero el

21. Cfr. T. FuCHS, cit.; J.R. SEARLE, « Towards a Science ofConsciousness». Conferen-
cia impartida en 2006 en el Center for Consciousness de la Universidad de Arizona en
Tucson, Arizona, Estados Unidos. Recogida en el programa «The Pbilosopber's Zone»
de la ABC National Radio de Australia el 20 de enero de 2007; J.M. GIM£NEZ-AMAYA,
«Cerebro y alma», en La Gaceta de los Negocios, 21 de febrero de 2007, 55.
22. Cfr. B. BEAKLEY y P. LUDLOW, cit.; G. CRAHAM, «Bebaviorism», en Stanford
Encyclopedia ofPhibsophy, July 25, 2005 (bttp://plato.stanford.edu).

ScrTb 39 (2007/2) 617


JOS£ M. GIMfiNEZ-AMAYA Y JOS£ I. MURILLO

desarroUo cientffico futuro permitira reducir los estados mentales a fenomenos


puramente materiales que tienen lugar en el cerebro.
Algunos neurocientfficos interesados en las relaciones mente-cerebro y en
el estudio de la conciencia, se decantan favorablemente por asumir el materia-
lismo eliminativo. Los estados mentales de los que hablamos en el lenguaje or-
dinario —creencias, deseos, sentimientos, intenciones— no existen realmente y
deben ser sustituidos por una estricta concepci6n biologicista, que parta de la
idea de que las actividades cognitivas son en ultima instancia actividades del sis-
tema nervioso ^^ En muchos casos, se propone una inversi6n del procedimien-
to habitual de la investigaci6n de los procesos cognitivos, que, partiendo de las
actividades cognitivas de los seres humanos —pensar, hablar, recordar, apren-
der—, pasan a individuar las operaciones cerebrales que pueden producirlas; y
se propone sustituirlo por una aproximaci6n de abajo arriba: empezar por com-
prender el comportamiento ffsico, qufmico, eldctrico o filogenetico de las neu-
ronas, y s61o despuds, tratar de comprender desde esa aproximacion cientffica lo
que sabemos intuitivamente sobre nuestras actividades cognitivas y afectivas.
De entre los numerosos neurocientfficos que se han sumado de un modo u
otro a esta visi6n de las relaciones mente-cerebro y del problema de la conciencia
podemos destacar los siguientes: Francis Crick, Christof Koch, Susan Greenfield,
Antonio Damasio, Michael Gazzaniga y Stuart HamerofF.
Francis Crick (1916-2004), premio Nobel de Medicina por el descubri-
miento de la estructuraci6n en doble hdice del ADN, ha dedicado la ultima eta-
pa de su vida cientffica al estudio de la conciencia en el Salk Institute de La Jolla en
Estados Unidos junto con su colaborador Christof Koch, en la actualidad investi-
gador en el California Institute of Technology. Estos autores han buscado los corre-
latos neuronales mfnimos necesarios para dar lugar a un aspecto especffico de la
conciencia. Crick ha sefialado en su conocido libro The Astonishing Hypothesis: The
Scientific Search for the Soul, que todas nuestras alegrfas y sufiimientos, nuestras
ambiciones y memorias, el sentido de nuestra identidad y de nuestro libre albedrfo,
no son mas que el fiincionamiento de amplias redes neuronales y de las moleculas
asociadas a estas conexiones neurales", y ha Uegado incluso a proponer el nucleo
reticular del talamo como un centro nodal para la conciencia del individuo".

23. Cfr. B. BEAKLEY y P. LuDLOw, cit.; J. ToLSON, cit.; S. PINKER, cit.


24. Cfr. F. CRICK, The Astonishing Hypothesis: The Scientific Search for
the Soul, Scrib-
ner. New York 1995; C. KoCH, The Quest for Consciousness: A Neurobiological Appro-
ach, Roberts & Company Publishers, Englewood Colorado 2004.
25. Cfr. F. CRICK, "Function of the thalamic reticular complex: the searchlight hy-
pothesis*, en Proceedings of the National Academy of Sciences U.S.A. 81 (1984), 4586-
4590; F. CRICK y C. KOCH, «Constraints on cortical and thalamic projections: the no-
strong-loops hypothesis)), en Nature'b')\ (1998), 245-250.

618 ScrTh 39 (2007/2)


MENTE Y CEREBRO EN LA NEUROCIENCIA CONTEMPORANEA.
UNA APROXIMACION A SU ESTUDIO INTERDISCIPLINAR

Para Susan Greenfield, profesora de Farmacologia en la Universidad de


Oxford y directora de la Royal Institution of Great Britain, la conciencia es una
realidad continuamente variable, que existe en diversos grados y en cuya es-
tructuraci6n son muy importantes las redes neuronales, que se extienden sobre
amplias zonas de nuestro cerebro, y los marcadores bioquimicos, que actuarfan
como neuromoduladores para que estas asociaciones de c^lulas puedan actuar
de forma unitaria en muy poco tiempo. Estos neuromodulares estarfan en la
base de nuestro estado de animo, sentirnientos y emociones. Y las emociones
son para esta neurocientffica la forma mas basica de conciencia ^^.
Antonio Damasio, profesor de Neurociencia y Director del Brain and
Creativity Institute de la Universidad Southern California y autor muy conoci-
do por sus libros en los que ha intentado establecer puentes entre la Neuro-
ciencia y la Filosofia, sostiene que la explicaci6n de la conciencia debe buscar-
se en los trabajos de la biologia evolutiva y de la psicologfa. Los mapas gendticos
de nuestro sistema nervioso son la base sobre la que se crean posteriormente los
mapas sensoriales y motores, que favorecen de manera definitiva la interacci6n
de los organismos con el medio ambiente; este medio ambiente es, a su vez, un
gran refuerzo para la continua modificacidn y progreso de dichos mapas ner-
viosos. En el caso de la especie humana, hay que contar con el poderoso com-
plemento de un lenguaje muy bien estructurado que, todo en conjunto, per-
mite la emergencia del yo —la autoconciencia—, que se hace consciente en
nuestro ser y en el de los demas. Esta arquitectura de conocimiento que nos
proporciona nuestro cerebro es la soluci6n al llamado problema de la concien-
cia. En realidad para Damasio, nuestra existencia es una larga marcha desde los
genes hacia la cultura a traves de nuestro sistema nervioso, que esta disenado y
preparado para ello ".
Para Michael Gazzaniga, profesor de Psicologfa en la Universidad de Ca-
lifornia en Santa Barbara y director del SAGE Center for the Study of the Mind,
la conciencia es una propiedad emergente de nuestro sistema nervioso y no una
entidad por sf misma; de alguna manera es la respuesta al concierto de muchas
redes neuronales que se forman en centros corticales y subcorticales, y que ha-
cen posible esta experiencia que como viene se va al cesar la actividad neural '^.

26. Cfr. S. GREENFIELD, The Private Life of the Brain: Emotions, Consciousness, and
the Secret of the Self ]ohr\ Wiley & Sons, Inc., New York 2000.
27. Cfr. A. DAMASIO, The Feeling of What Happens: Body and Fmotion in the Making
of Consciousness, Harcourt, New York 1998.
28. Cfr. M. GAZZANIGA, Nature's Mind, Basic Books, New York 1992; M. GAZZA-
NIGA, R. IVRY y G.R. MAGUN, Cognitive Neuroscience: The Biology of the Mind, W.W.
Norton, New York 2002.

ScrTh 39 (2007/2) 619


, GIMfiNEZ-AMAYA Y JOSfi I. MURILLO

Stuart HamerofF, profesor de Anestesiologi'a y director del Center for


Consciousness Studies de la Universidad de Arizona, sostiene una hip6tesis com-
pleja asociada a otra del famoso fisico de la Universidad de Oxford, Roger Pen-
rose. El problema que afronta este ultimo es el de comprender las matematicas,
que no s6lo implica la capacidad de seguir unas reglas concretas, sino la de cap-
tar el significado de los conceptos matemdticos. Si los niveles fundamentales de
la realidad, como parece sugerir la ffsica cuantica, son mds adecuados a la in-
formacidn que a lo que la fisica cldsica entiende por materia, la conciencia po-
drfa ubicarse en la frontera entre el mundo cudntico fundamental de la infor-
macidn y el mundo fisico cldsico, que serfa mucho mds accesible a nuestros
sentidos. De esta manera, Penrose propone que la conciencia es un cuanto
computacional en el cerebro, un «colapso» infinitesimal de informacidn cudn-
tica dentro de la informacidn cldsica que corresponde a las cdulas del sistema
nervioso. Hameroff ha sugerido que un posible lugar para que se Ueve a cabo
ese «colapso» a nivel microscdpico serfan los microtiibulos celulares, que repre-
sentarfan unas proteinas computacionales ubicadas dentro de las dendritas de
cada neurona. Serfa como una visidn sofisticada de una mdquina con vida o de
un computador bioldgico perfectamente asociado a nuestro cuerpo^'.

Aunque el monismo reduccionista y, mds concretamente, el materialis-


mo eliminativo es una postura aceptada por muchos neurocientfficos en la ac-
tualidad, tambien resulta oportuno sefialar que tambidn hay algunos que han
avanzado recientemente la tesis de corte dualista. La mds conocida de ellas es
la sostenida por el prestigioso neurobidlogo australiano John Eccles, premio
Nobel de Medicina en 1963, a la que, en ocasiones, se ha denominado dualis-
mo neurofisioldgico^. Segiin Eccles, el cerebro no puede dar cuenta de la con-
ciencia y dc las actividades que derivan de ella, por lo que hay que admitir la
existencia autdnoma de una mente «autoconsciente» distinta de A mismo, que
no es ni material ni orgdnica y que ejerce una funcidn superior de interpreta-
cidn y control de los procesos neuronales. Eccles encuentra el fundamento de
su hipdtesis dualista en la teorfa de Karl Popper segiin la cual lo real se distri-
buye en tres mundos —que recuerdan la distincidn platdnica entre el mundo
sensible y el inteligible—: el de la realidad ffsica, el de los fendmenos mentales
y el de los productos culturales o espirituales tales como las ideas, instituciones
sociales, etc.

29. J. TOLSON, cit.; R. PENROSE, The Emperor's New Mind. Concerning Computers,
Minds, and the Law ofPhysics, Oxford University Press, Oxford 1989; S.R. HAMEROFF,
A.W. KASZNIAK y A.C, SCOTT, Toward a Science of Consciousness. Tbe Eirst Tucson Dis-
cussions and Debates, The MIT Press, Cambridge Massachusetts 1996.
30. Cfr. K. POPPER y J.C. ECCLES, The Selfand Its Brain, Routledge, New York 1983.

620 ScrTh 39 (2007/2)


MENTE Y CEREBRO EN LA NEUROCIENCIA CONTEMPORANEA.
UNA APROXIMACION A SU ESTUDIO INTERDISCIPLINAR

Para Eccles, mientras que el cerebro esta contenido en el mundo de la


realidad fisica, la autoconciencia perteneceria al mundo de los fendmenos men-
tales, que es irreductible a aqud, aunque entre ambas existan interacciones. Asf,
por ejemplo, las informaciones sensoriales que el cerebro procesa e integra se
transforman en experiencias subjetivas. En sencido contrario, la mente auto-
consciente es capaz de desencadenar y controlar determinados procesos neuro-
nales, que le permiten realizar un calculo, hablar o realizar cualquier conducta
libre. Este autor propone algunas hip6tesis sobre c6mo y d6nde se Ueva a cabo
esa interacci6n. En cualquier caso, para este neurocientffico, la unidad de la
mente no se puede encontrar en el cerebro, entendido como un 6rgano ffsico,
sino que se da en el nivel de lo mental, que es distinto y hasta cierto punto in-
dependiente de ^1.

Entre otras alternativas al monismo reduccionista, que a menudo se


presenta como la linica postura adecuada, tambien se encuentra el fisicalismo
no reduccionista propuesto por Malcolm Jeeves, Profesor de Psicologfa de la
Universidad de St Andrews en Escocia, y Warren Brown, profesor de Psico-
logfa en el Fuller Theological Seminary en California. Estos dos profesores
han liderado un proyecto financiado por la Templeton Foundation que, tras
una colaboraci6n de dos anos con otros colegas interesados, ha dado lugar a
un libro titulado Whatever Became of the Soul? Scientific and Theological Por-
traits of Human Nature^\ Para estos autores, su «fisicalismo» estriba en sos-
tener que no es necesario postular para el alma {sout) o la mente {mind) una
segunda entidad metaffsica. Para esta postura, que pretende separarse del re-
duccionismo, el alma o la mente estdn fisiol6gicamente expresadas o encar-
nadas en nuestra persona, pero no cabe una explicacidn exhaustiva de esta en
virtud de un analisis exclusivamente biologicista. De este modo, se pretende
reconciliar de una manera unitaria el monismo y el dualismo antes expues-
tos y, por ello, en ocasiones no han negado denominar a esta teorfa «monis-
mo dual» o en ingles dual-aspect monism. Su propuesta se encamina a recon-
ciliar nuestros puntos de vista sobre cuerpo y alma —mente y cerebro—
considerindolos en el conjunto de la persona. «Nosotros somos almas, no te-
nemos almas», senalan como una frase que pretende resumir acertadamente
su pensamiento.

31. Cfr. W.S. BROWN, N . MURPHY y H . N . MALONY, Whatever Happened to the Soul?
Scientific and Theological Portraits of Human Nature, Fortress Press, New York 1998;
W.S. BROWN y M.A. JEEVES, "Portraits of human nature: reconciling neuroscience and
Christian anthropology», en Science and Christian Belief \ 1 (1999), 139-150. Cfr. tam-
bien el trabajo de G. EASTERBROOK, «Science and God: a warning trend?», en Science
277 (1997), 890-893.

ScrTh 39 (2007/2) 621


JOS£ M. G I M £ N E Z - A M A Y A Y JOSe I. MURILLO

3. VISION FILOSOFICA DE LAS RELACIONES MENTE-CEREBRO

El problema de la conciencia no es solamente un tema de la Neurocien-


cia. Tambien, si nos atenemos a los criterios hist6ricos, se podrfa decir que es y,
en primer lugar, de lo que entendemos por Filosoffa. Por ello y, aunque no se
trate de una exposicidn exhaustiva, parece conveniente presentar aquf el marco
en que se mueven gran parte de los fildsofos actuales que abordan este tema.
De entre ellos, prestaremos especial atencidn a aquellos que suelen ser mas ci-
tados en los debates interdisciplinares, que pertenecen a menudo, de uno u otro
modo, a la tradicidn analftica anglosajona, dentro de la cual se ha gestado la dis-
ciplina que se suele denominar Filosofia de la mente^^, no sin antes enmarcarla
brevemente en la historia de la Filosoffa.

3.1. Apuntes historicos de las relaciones mente-cerebro

El problema mente-cerebro no ha tenido que esperar para plantearse a


los desarroUos contemporineos de la ciencia. Que el cerebro estaba implicado
en la ejecucidn del conocer y del querer es una constatacidn antigua, que segu-
ramente se desarrolla al comprobar que las lesiones de la cabeza pueden provo-
car un deterioro de los procesos mentales. No obstante, el mismo Aristdteles to-
davfa vacila a la hora de atribuir una funcidn al cerebro, a pesar de que ya en
su tiempo hubo quienes defendieron que el cerebro era la sede organica de la
actividad espiritual. Sea como fuere, en la Edad Media, en fildsofos arabes co-
mo Avicena, que unfa la practica de la medicina al cultivo de la Filosoffa, y tam-
bien en pensadores cristianos, la tesis de que el cerebro es el drgano implicado
en la actividad cognitiva y afectiva del hombre y el que explica enteramente la
conducta animal es algo pacfficamente posefdo.

El desencadenante del «problema» mente-cuerpo (mente-cerebro) con-


siste en el descubrimiento de la mente como una realidad distinta de la ma-
teria". El padre de esta distincidn es Platdn. Para ^1, lo claramente real son
las ideas. Esta tesis, que para una mentalidad empirista puede resultar pere-
grina, se apoya en la constatacidn de que, mientras que el mundo sensible es
fugaz e inestable, las ideas son eternas e inmutables. Por eso, parece mas ld-

32. Cfr., entre otros, E.J. LowE, Filosofia de la Mente, Idea Books, Barcelona 2000;
y M. PAUEN, GrundprobUme der Philosophie des Geistes. Eine Einfuhrung, Fischer, Frank-
furt 2001.
33. Cfr. J.I. MURILLO, «E1 nacimiento de la antropologfa griega», en Studia Polaina
7 (2005), 7-23.

622 ScrTh 39 (2007/2)


MENTE Y CEREBRO EN LA NEUROCIENCIA CONTEMPORANEA.
UNA APROXIMACION A SU ESTUDIO INTERDISCIPLINAR

gico considerar que son las realidades sensibles las que se parecen a las ideas
y no al revds ^.
La crftica mis certera a la tesis platdnica procede de su discfpulo Aristd-
teles. Para este autor, las ideas tienen muchas ventajas sobre los seres sensibles,
pero ni estan vivas ni sirven para explicar la actividad y el movimiento. Aristd-
teles afirma que las ideas se encuentran en la mente, en la accidn del intelecto,
que con ellas conoce la realidad, y que es ^ste, por tanto, lo verdaderamente se-
parado de la materia y, en consecuencia, incorruptible e inmortal. Ahora bien,
si el principio de la mutabilidad del mundo sensible es la causa material, el in-
telecto debe estar desprovisto de ella. No obstante, con este razonamiento Aris-
tdteles no consigue resolver totalmente el problema del dualismo, pues deja sin
explicar cdmo se conjuga la actividad intelectual —que parece que hay que atri-
buir a un intelecto inmortal— con el principio vital del organismo que la ejer-
ce, al que denomina alma. Las consecuencias de esto se muestran en sus apa-
rentes vacilaciones a la hora de atribuir inmortalidad al alma humana^'.
De todos modos, no sdlo los platdnicos han sostenido con decisidn la te-
sis de que el alma puede existir al margen del cuerpo, sino tambien muchos
aristot^licos posteriores. Asf, aunque a diferencia de aqudllos, aristotelicos co-
mo Tomas de Aquino, defienden esta postura apoyandose en que la capacidad
de entender es personal, y, por lo tanto, el principio vital que la ejerce debe ser,
al menos parcialmente, independiente de la materia"'.
Al margen de las variantes entre los argumentos que se aducen para afir-
mar que ningun drgano material puede explicar suficientemente la actividad
mental, lo que interesa subrayar ahora es que lo que, con mucha imprecisidn,
podrfamos denominar «el dualismo clasico» ^'', no se establece entre la concien-
cia y la materia de que consta el cuerpo humano, sino mds bien entre dsta y la
inteligencia. Lo que se considera impensable en esta tradicidn no es tanto que
un ser meramente material sea consciente de sf mismo, cuanto que sea capaz de
esa relacidn absoluta con la realidad en la que consiste entender.
El problema, sin embargo, se establecera en otros t^rminos a partir de la
crisis nominalista, que debilita la importancia de la actividad intelectual y la re-

34. Un eco de esta posici6n podemos encontrarlo en la distinci6n mencionada de


Eccles y Popper entre los tres mundos.
35. Cfr. J.I. MURILLO, cit.
36. Cfr. TOMAS DE AQUINO, Sobre la Unidad del Intelecto Contra los Averroistas,
Eunsa, Pamplona 2005.
37. Resulta una imprecisi6n por cuanto se entiende en sentido estricto por dualismo
la afirmacidn de que la mente y el cuerpo son dos sustancias independientes, y no to-
dos los autores senalados defenderfan esta postura.

ScrTh 39 (2007/2) 623


JOS£ M. GIMfiNEZ-AMAYA Y JOS£ I. MURILLO

duce en gran medida a la producci6n y combinaci6n de representaciones '*. Por


eso no es extrano que, a partir de Descartes, el dualismo se plantee de otra ma-
nera. Lo que a Descartes le resulta irreductible a la materia no es, en primera
instancia, la capacidad de conocer la verdad, sino el pensamiento autocons-
ciente. fiste se manifiesta para 61 en primer lugar no como saber sino como du-
da met6dica: una duda que se estrella contra la imposibilidad de negar su pro-
pia existencia.
Esta nocion de autoconciencia pasara a travds del racionalismo, el empi-
rismo y Kant a los autores idealistas, que se la plantean con tal radicalidad que
la consideran el primer principio de la Filosofia. Asf, por ejemplo, Schelling no
duda en considerar la conciencia como el principio supremo del saber, apo-
yandose en la experiencia de que, sea cual sea el objeto del saber, tambien el que
se refiere a la realidad no mental, siempre comparece ante nuestra conciencia y
es, por lo tanto, inseparable de ella^'.
Con la crisis del idealismo y de sus pretensiones de una explicaci6n ab-
soluta de la realidad desde la conciencia, se dio paso al positivismo, y con dl a
la generalizaci6n de la creencia de que nuestro saber se reduce a la ciencia em-
pfrica. Pero este saber tiende a marginar la conciencia, porque esta parece esca-
par a la experimentacidn empfrica. Es esta situaci6n la que explica que toma-
ran gran fuerza tesis como las propias del psicologismo, que sostenfan que la
actividad mental debfa explicarse como una consecuencia del funcionamiento
del cerebro, o las del conductismo, que prescinden de la mente a la hora de es-
tudiar cientfficamente la conducta humana.
Uno de los m^ritos de Edmund Husserl consiste en haber aducido ar-
gumentos de gran peso contra el psicologismo. Asf, en su conocida obra /«-
vestigaciones Logicas^", sostiene que un requisito de cualquier teorfa cientffica
es que no conculque las condiciones de posibilidad de toda teorfa; y el psico-
logismo, al afirmar que nuestros enunciados estan determinados por el modo
en que esta constituido nuestro sistema nervioso, se incapacita para afirmar al-
go que, como exige cualquier teorfa, tenga pretensiones de validez incondi-
cionada. En otras palabras, no podemos afirmar al mismo tiempo que la tesis
psicologista es verdadera y que la explicacidn de que sostengamos tal afirma-
cion deberfa buscarse linicamente en el modo peculiar como esta constituido
nuestro cerebro.

38. Cfr. L. POLO, Nominalismo, Idealismo y Reaiismo, Eunsa, Pamplona 1997.


39. Cfr. F.W.J. SCHELLING, Sistema del Idealismo Trascendental, Anthropos, Barcelo-
na 2005.
40. Cfr. E. HUSSERL, Investigaciones LSgicas (traducida del aleman por Manuel Gar-
da Morente y Josd Gaos), 2.= ed., Revista de Occidente, Madrid 1967.

624 ScrTh 39 (2007/2)


MENTE Y CEREBRO EN LA NEUROCIENCL\ CONTEMPORANEA.
UNA APROXIMACION A SU ESTUDIO INTERDISCIPLINAR

3.2. Relaciones mente-cerebro en la Filosofia de la mente

La Filosoffa de la mente responde en gran medida a la tradici6n anglosa-


jona que, muy marcada por el empirismo, se ha desarrollado en el siglo XX en
torno a los problemas I6gicos y de analisis del lenguaje. Esta filiaci6n explica
con cierta claridad cuales son sus logros y sus limitaciones. De entre las nume-
rosas y matizadas tesis que sostienen los fildsofos de la mente contemporaneos,
destacaremos algunas que pueden servir para los fines de este trabajo, que con-
siste tan solo en ofrecer algunas reflexiones acerca de la importancia de la apro-
ximaci6n interdisciplinar al problema de la conciencia. Para ello nos detendre-
mos de modo especial en las que guardan una relacidn mas estrecha con las
posturas que tienden a adoptar los neurocientfficos.
El problema de la conciencia entra en la Filosoffa de la mente, al igual que
en la psicologfa y la neurobiologfa, gracias a la crisis del conductismo. Como he-
mos visto, el conductismo metodoldgico de John B. Watson y B.F. Skinner in-
tentaba trasladar a la psicologfa el mdtodo general de las ciencias naturales pu-
ramente empfricas, y precisamente por ello exclufa la consideracidn de los actos
mentales, que son subjetivos e inasequibles a un riguroso control experimental.
Algunos fildsofos, como Gilbert Ryle y Carl G. Hempel o Ludwig Wittgenstein
en su segunda etapa, defendieron un conductismo Idgico. Aunque con diversos
matices, estos autores se resisten a aceptar la existencia independiente de algo,
como es caso de la mente, que se propone como puramente interno. Asf, para
Wittgenstein, «un proceso interno necesita criterios externos»'". Por eso, los fe-
ndmenos mentales deben ser explicados como conductas o disposiciones para la
conducta. No se trata de negar que exista la mente, pero sf de afirmar que la pre-
gunta por la existencia de la mente o de los estados mentales constituye un
«pseudoproblema» y que esto no puede constituir el objeto de la Psicologfa''^.
Para John J.C. Smart y David Armstrong, defensores de la teoria de la
identidadpsicoflsica, los procesos mentales son id^nticos a los procesos cerebra-
les y la linica explicacidn cientffica de la conducta humana y animal es la que
estudia los procesos ffsicos que tienen lugar en el cerebro'''.
El materialismo eliminativo defendido por algunos neurocientfficos, es
defendido, entre otros, por fildsofos como Paul Churchland o Daniel Den-

41. Philosophische Untersuchungen, apdo. 580. Cit. en J. HIERRO-PESCADOR, Filoso-


fia de la Mentey de la Ciencia Cognitiva, Akal, Madrid 2005, 48.
42. Cfr. G. GRAHAM, cit.
43. Cfr. J.J.C. SMART, Between Scienceand Philosophy: An Introduction to the Philo-
sophy of Science, Random House, New York 1968; D. ARMSTRONG, The Mind-Body
Prohlem: An Opinionated Introduction, Westview Press, Boulder Colorado 1999.

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GIMfiNEZ-AMAYA Y JOSe I. MURILLO

nett''''. Para Churchland la creencia popular de la existencia de la menre y las


explicaciones de la conducta basadas en senrimientos, intenciones y otros es-
tados menrales subjetivos forman parte de una explicaci6n primitiva precien-
tiTica. Tal «psicologia popular» (folkpsychology) debe ser sustituida por una ex-
plicacidn causal que toma por objeto los procesos que tienen lugar en el
cerebro. En una lfnea parecida se pronuncia su esposa Patricia Smith Church-
land^'.

Daniel Dennett es otro de los fil6sofos de la mente mas citados en la


actualidad. Este autor se propone aplicar al estudio de la mente un enfoque
empirico que sea frucrifero. Considera que la conciencia surge en el hombre
como consecuencia del proceso evolutivo. Su teoria ha sido denominada «Dar-
winismo neurah y se puede resumir diciendo que, en realidad, no somos mas
que robots biol6gicos evolucionados en un grado tal que ha permitido la apa-
ricidn de la conciencia tal como se da en el hombre'"^. Su posici6n respecto a
la religidn es muy conocida en la actualidad por la publicacidn en 2006 del
libro Breaking the Spell. Religion as a Natural Phenomenon y por su defensa
vehemente de que tiene que explicarse unicamente en tdrminos neurobiold-
gicos"'.

Otra postura, que intenta evitar las dificultades de afirmar una identidad
estricta entre los procesos mentales y los neurofisiologicos, es el funcionalismo,
entre cuyos representantes mas importantes se encuentran Hillary Putnam y
Jerry Fodor. El Rincionalismo aprovecha la distincion de la electrdnica entre el
hardware y el software, y comprende los estados o procesos como situaciones
funcionales de un sistema, que pueden implementarse en soportes materiales
distintos, y, en este sentido, son independientes de ellos. Por eso aceptan que el

44. Cfr. P. CHURCHLAND, Neurophilosophy at Work, Cambridge University Press,


Cambridge England 2007.
45. Cfr. P SMITH CHURCHLAND, Brain-Wise. Studies in Neurophilosophy, The MIT
Press, Cambridge Massachusetts 2002.
A6. Cfr. D. DENNETT, Kinds of Minds: Towards an Understanding of Consciousness,
Basic Books, New York 1997.
A7. Cfr. D.C. DENNETT, Breaking the Spell. Religion as a Natural Phenomenon, Vi-
king (Penguin), New York 2006. Cfr. Entrevista de Natasha Mishell con Daniel Den-
nett en el programa «A11 in the Mind» y titulada "Breaking the spell: Daniel Dennett
on religion» de la ABC National Radio de Australia cl 29 de julio de 2006. Para una vi-
si6n critica del pensamiento de Dennett cfr. tambidn las entrevistas con C. Taylor, pro-
fesor de Derecho y Filosofia de la Universidad Northwestern de Illinois en Estados Uni-
dos y profesor emdrito de la Universidad McGill de Montreal en Canadd, tituladas
"Philosophy, spirituality, and the self, parts 1 and 2»en el programa "Philosopher's zo-
ne" de la ABC National Radio de Australia emitidas los dfas 7 y 14 de abril de 2007,
realizadas por Tom Morton y comentadas por Alan Saunders. C. Taylor ha recibido el
Templeton Prize del ano 2007.

626 ScrTh 39 (2007/2)


MENTE Y CEREBRO EN LA NEUROCIENCIA C O N T E M P O R A N E A .
UNA A P R O X I M A C I O N A SU ESTUDIO INTERDISCIPLINAR

6rgano de la mente no debe ser necesariamente un cerebro •*'. La consecuencia


de esta tesis es que, para entender un estado mental, no basta individuar el pro-
ceso fisico en que se realiza, sino que es preciso fijarse en la funcion que guar-
da en el conjunto del sistema.
Aunque el funcionalismo distingue claramente entre lo mental y lo fisi-
co, no es un dualismo, en el sentido de que afirme una realidad independiente
para la mente. Por eso algunos lo incluyen dentro de las formas de monismo.
Una de las objeciones mas importantes a las que se han enfrentado los funcio-
nalistas es el problema de los qualia. Los qualia son las propiedades cualitativas
de las sensaciones, que son claramente discernibles en la experiencia subjetiva,
pero que son dificilmente identificables con estados funcionales, pues es posi-
ble que un mismo estado funcional provoque experiencias subjetivas diversas.
Otros autores han propuesto algun tipo de teoria emergentista, que no
identifica, como las teorias de la identidad, los estados mentales con los estados
ffsicos del cerebro, sino que los considera como un fen6meno emergente res-
pecto de aqu^Uos. La mas importante de estas teorias es el naturalismo biologi-
co de John Searle'", profesor de la Universidad de California en Berkeley. Sear-
le pone el ejemplo de las diferencias entre las propiedades de las moldculas de
agua por separado y las que tienen la uni6n macr6scopica de muchas mol^cu-
las de agua, como es el caso de la liquidez y de todas aquellas que experimen-
tamos sensiblemente. La mente no seria otra cosa que un conjunto de macro-
propiedades del cerebro, distintas y emergentes respecto de las que tienen las
neuronas y sus relaciones.

4. VISION UNITARIA DEL HOMBRE: CONSIDERACIONES CRITICAS


RESPECTO AL MONISMO REDUCCIONISTA Y AL DUALISMO

Este breve recorrido por algunas de las tesis defendidas en torno al tema
que nos ocupa permite hacerse cargo de que el problema mente-cerebro se en-
cuentra lejos de quedar zanjado. Para aquellos que no se sientan satisfechos con
el monismo reduccionista ni con el dualismo como soluci6n a algo que nos
afecta tan profundamente como el papel que juegan en el hombre materia y

48. Cfr. H. PUTNAM, Mind, Language and Reality. Philosophical Papers, vol. 2., Cam-
bridge University Press, Cambridge England 1975; J. FODOR, The Mind Doesn't Work
That Way: The Scope and Limits of Computational Psychology, The MIT Press, Cam-
bridge Massachusetts 2000.
49. Cfr. J.R. SEARLE, cit.; J.R. SEARLE, «Consciousness», en Annual Review ofNeu-
wc/fwcf 23 (2000), 557-578.

ScrTh 39 (2007/2) . 627


JOSE M. GIMfiNEZ-AMAYA Y JOSfi I. MURILLO

espiritu, cuerpo y alma o mente y cerebro'", puede ser util avanzar algunas re-
flexiones.

Una primera consideraci6n es que la concepci6n aristot^lica que sos-


tiene que el alma espiritual es la forma substancial del cuerpo, no ha perdi-
do nada de su valor y sigue mereciendo ser tenida en cuenta. La critica de
que conduce necesariamente al dualismo olvida, en ocasiones, que no es lo
mismo senalar una dualidad que sostener una tesis dualista, y esto puede ser
aplicado a Arist6teles, y, con mayor razon, a Tomas de Aquino, que afirma
decididamente la unidad de la persona. Por otra parte, parece pertinente se-
nalar tambi^n que la existencia misma del problema mente-cuerpo, presente
—al menos como punto de partida— incluso en aquellos decididos a disol-
verlo definitivamente, muestra que no es tan sencillo desprenderse de esta
dualidad que aparece de modo manifiesto a nuestra experiencia. Este hecho
ha Uevado a afirmar a Searle que la tendencia «dualista» en este punto y en
otros, podria ser algo intrinseca y constitutivamente ligado a nuestra forma
de pensar".

Tambidn la Filosoffa contemporanea ofrece nuevas perspectivas para re-


plantear algunos problemas que, en ocasiones, adolecen de una concepcion ex-
cesivamente reducida de la mente y de la racionalidad humana. Estas defi-
ciencias afloran, por ejemplo, en las dificultades para comprender los estrechos
vinculos entre la raz6n y las emociones —que son planteadas a veces en t^r-
minos antit^ticos— o en el corte solipsista" de algunos planteamientos. Ade-
mas, cabe mencionar la necesidad de atender a aportaciones como las de Hei-
degger", que ha proporcionado criticas atendibles a la noci6n moderna de
sujeto y a la reducci6n de este a conciencia; y tambi^n las de las Hlosofias per-
sonalistas, que han insistido en la importancia decisiva del encuentro con el
«otro» para entender la estructura de la mente y de la conciencia. Y no cabe
olvidar los intentos de la antropologia filos6fica de principios del siglo XX ^•' o

50. Cfr. INTERNATIONAL THEOLOGICAL COMMISSION, Communion and Stewardship.


Human Persons Created in the Image of God, Rome, July 23, 2004 (http://www.vati-
can.va).
51. Cfr. J.R. SEARLE, « Towards a Science ofConsciousnessn, cit.
52. Este defecto de buena parte de la Filosofia moderna, que tiende a entender al
hombre desde el modelo del individuo adulto y aut6nomo, ha sido denunciado por al-
gunos pensadores como, por ejemplo, A. MACINTYRE en su libro Animates Racionalesy
Dependientes. Por Qui Necesitamos las Virtudes, Paid6s, Barcelona 2001.
53. Cfr. M. HEIDEGGER, ElSery el Tiempo (traducido por Josd Gaos), Fondo de Cul-
tura Econdmica, Madrid 2000.
54. Cfr. M. SCHELER, El Puesto del Hombre en el Cosmos, Alba Editorial, Barcelona
2000; H. PLESSNER, «Die Stufen des Organischen und der Mensch. Einleitung in die Phi-
losophische Anthropologies, en Gesammelte Schrifften, Suhrkamp Verlag, Frankfurt 1981.

628 ScrTh 39 (2007/2)


MENTE Y CEREBRO EN LA NEUROCIENCIA C O N T E M P O R A N E A ,
UNA APROXIMACION A SU ESTUDIO INTERDISCIPLINAR

la biologia filosofica de Hans Jonas ", que han intentado ofrecer una concep-
ci6n unitaria del hombre reconciliada con la ciencia biol6gica contempordnea.

5. APORTACIONES PARA UNA PROPUESTA INTERDISCIPLINARY^

En la Neurociencia contemporanea, al menos tal como se presenta en la


divuigacion cientifica, se da por supuesto con mucha frecuencia que los fen6-
menos mentales s6lo pueden entenderse como la expresi6n biol6gica de los
procesos cerebrales. En el afianzamiento de esta tesis han influido algunos avan-
ces prometedores, como el desarrollo dc las modernas tecnicas de exploraci6n
cerebral, que lleva a considerar realizable la empresa de conocer de modo cx-
haustivo los correlatos neuronales de todas nuestras experiencias subjctivas.
No se pretende en este ultimo apartado ofrecer aqui una soluci6n al pro-
blema mente-cerebro, sino mds bien reflexionar brevemente acerca del mdtodo pa-
ra abordarlo. Ahora bien, si el mdtodo exige la colaboraci6n entre la Ciencia y la
Filosoffa, la primera de sus exigencias es que no se limiten arbitrariamente ni las
tesis que se pueden defender ni los argumentos que cabe aducir. En este sentido,
conviene sefialar que los planteamientos que pretenden reducir lo que podemos
saber a los logros de la neurobiologia no ofrecen una justificaci6n suficiente <ie su
postura, bien sea por ignorancia de las poderosas objeciones que cabe dirigirles, o
porque recurren a un curioso «sentido comiinw que les lleva a desentenderse de la
fuerza de los argumentos, rccurriendo a una forma d^bil de entender lo «razona-
ble». En efecto, la postura de quienes defienden que la mente se debe explicar re-
curriendo s61o al cerebro, apoyandose linicamente en que esta postura es la mas
razonable —a fin de cuentas s6lo vemos el cerebro, se sefiala—, se parece mucho
a la de quien pretcndiera negar las propiedades de los agujeros negros o de las par-
ticulas subat6micas solamente porque no le resultaran razonables.
Por otra parte, tambien ocurre en muchas ocasiones que los debates se
encuentran viciados por una situacion semejante a la que Alasdair Maclntyre
denuncia a prop6sito de la Filosofia moral contemporanea, a los que denomi-
na debates cerrados '^. Asi, en muchas ocasiones, las crfticas que se dirigen a las

55. Cfr, H. JONAS, El Principio Vida. Hacia una Biologia Eilosdfica, Trotta, Madrid
2000; Poder o Impotencia de la Subjetividad, Paid6s, Barcelona 2005,
56. El profesor Mariano Artigas imparti6 un seminario en la Universidad de Na-
varra titulado «Mi visi6n de la interdisciplinariedad» el 17 de mayo de 2001, Este
interesante documento puede consukarse en la siguiente direcci6n electr6nica:
http://www.unav,es/gep/MiVisionInter.html.
57. Cfr. A. MACINTYRE, Tras la Virtud, Critica, Barcelona 2004. Ver tambidn nota 15,

ScrTh 39 (2007/2) 629


JOSfi M. GIMfiNEZ-AMAYA Y JOS£ I. MURILLO

posturas del pasado sc apoyan en malentendidos acerca de la significaci6n de


los conceptos y del alcance de las tesis dcfendidas. A lo que se suma, ademas,
que este terrcno que comentamos aquf ha recibido una buena dosis de carga
ideol6gica.
La ctiltura actual tiende a considerar que el conocimiento de las ciencias
experimentales es el linico verdadero, puesto que s6lo en ^1 se da un aut^ntico
progreso y parece probar su verdad concedi^ndonos la posibilidad de dominar
eficazmente el mundo. La Filosoffa dc la mente, en este sentido, sigue la estela
de buena parte de la Filosoffa moderna, que se ha rendido con frecuencia a la
fascinaci6n de la nueva ciencia. Una prueba de ello es que la prestigiosa e in-
fiuyente crftica kantiana del conocimiento humano se reduzca a una explica-
cion de las razones por las que nuestro deseo de conocer cientfficamente el
mundo debe contentarse con lo que la matematica y la ffsica de Newton per-
miten alcanzar. Asf se entiende que, en muchas ocasiones, sea la Filosoffa mis-
ma la que tiende a descartar que pueda aportar a las ciencias algo mis que unas
consideraciones metodol6gicas.

El conocimiento cientffico se alcanza a travds de determinados m^todos


dc acceso a la realidad. Pero estos metodos no pueden ser el unico camino ha-
cia ella, pues en ellos se cambia la actitud contemplativa propia de la Filosoffa
por una metodologfa que describe la realidad y la ordena, estableciendo para-
digmas racionales gracias a Ios cuales podemos cnunciar las leyes que predicen
el comportamiento de los seres. Por otra parte, tanto la provisionalidad de las
teorfas cientfficas como su incompatibilidad mutua, y aun sus propias dificul-
tades internas, abonan la idea de que el saber no se puede reducir a las meto-
dologfas dc las diversas ciencias, que ganan en rigor a costa de limitar su objeto
de estudio y sus ambiciones. Su aceptaci6n como linica forma de saber equival-
drfa, por tanto, a la renuncia a alcanzar una verdadera sabidurfa, capaz de situar
al hombre en la realidad y de orientar adecuadamente su acci6n en el mundo'".

Strumwasser ha sefialado que si tuvidramos que definir desde un punto


de vista experimental y fenomenologico las propiedades mas observables y ex-
perimentables que nos distinguen de los animales, tendrfamos que habiar de
cuatro: la capacidad inventiva, el lenguaje, la curiosidad intelectual y la auto-
rreflexion o autoanalisis''. Lo peculiar dc la Neurociencia es que estudia un 6r-
gano, el cerebro, que resulta decisivo en todas ellas. Ahora bien, si nos quere-

58, Cfr. J.I. MURILLO, «jSon realmente aut<5nomas las ciencias?», en J. ARANGUREN,
J.J. BOROBIA y M. LLUCH, Eey Razdn. I Simposio Internacional Ee cristiana y cultura con-
tempordnea, Elunsa, Pamplona 1999, 473-480,
59, Cfr. E STRUMWASSER, «The human mind: building bridges between neuroscien-
ce and psychiatry», en Psychiatry G6 (2003), 22-31,

630 ScrTh 39 (2007/2)


MENTE Y CEREBRO EN LA NEUROCIENCIA CONTEMPORANEA.
UNA A P R O X I M A C I C N A SU ESTUDIO INTERDISCIPLINAR

mos adentrar en el examen pormenorizado de estas caracterfsticas no podemos


conformarnos con acudir a diversas ciencias particulares, sino que necesitamos
tambidn un punto de vista filos6fico, que permita plantear los temas de un mo-
do abierto, y, al mismo tiempo, que pueda ofrecer tambien un puente comiin
al dialogo entre los diversos cienti'ficos. De hecho, no s6lo cabe decir que la Fi-
losoffa es la primera de las ciencias, sino tambien que ^sta, en la medida en que
es la apertura irrestricta de la inteligencia a la verdad, es intema a toda verda-
dera disciplina cientffica, al menos en la medida en que forma parte de la acti-
vidad del cientffico.
Esta interdisciplinariedad que aqui planteamos puede entenderse de dos
maneras. Por un parte, cabe que en la misma persona se una el conocimiento
cientffico experimental y el filos6fico. Es instructivo recordar que Arist6teles,
una de las cumbres indiscutibles de la Filosoffa, lo es tambidn de la Biologfa, y
no s61o de su parte te6rica, ya que disec6 con maestrfa mds de 300 especies de
animales diferentes. Uno y otro conocimiento no se estorban, sino que se com-
plementan, y esto se ve de forma especial en el estudio de nuestro sistema ner-
vioso. No obstante, dado el gran desarrollo de las ciencias empfricas, resulta ne-
cesario contar con otro planteamiento interdisciplinar, que mira a conseguir el
dialogo y enriquecimiento mutuo de los cientfficos de las diversas disciplinas.
Algo que s6lo es posible si los representantes de todas ellas estdn abiertos a las
otras, de forma que la aportacion sea recfproca.
En el caso que nos ocupa, podemos ver c6mo esta interrelacion ayuda a
aproximarse a la realidad de forma mds adecuada. Como decfamos, muchos
neurocientfficos y fil6sofos de la mente sostienen de un modo u otro que todo
lo que sucede en nuestra mente depende del cerebro. Pero es claro que no re-
sulta fdcil explicar desde esa visi6n los rasgos esenciales que definen un estado
mental, como, por ejemplo, su intencionalidad y su cardcter subjetivo o la ex-
periencia de las diferencias cualitativas entre percepciones, como un conjunto
de procesos ffsicos que tienen lugar en nuestro sistema nervioso '^. En esta mis-
ma lfnea, podemos recordar lo ya indicado por fil6sofos como David Chalmers
y Edmund Husserl sobre la reducci6n de los procesos mentales a la pura biolo-
gfa^'. Segtin Chalmers'^^ si el cerebro, desde el punto de vista biologico, res-
ponde a un patr6n de estfmulo-integraci6n-respuesta, ^para qud necesitamos la
conciencia? Porque todo este proceso lo podrfamos realizar perfectamente sin

60. Cfr. T. NAGEL, «What is the mind-body problem?", en Ciha Foundation Sympo-
sium 174 (1993), 1-7, discussion 7-13.
61. Cfr. J.M. GIM£NEZ-AMAYA, «Neurociencia...» (nota 1) y «Cerebro y alma» (nota
21), cit.
62. Cfr. D. CHALMERS, "Philosophy of Mind...», cit.

ScrTh 39 (2007/2) 631


JOSfi M. GIMfiNEZ-AMAYA YJOSfi I. MURILLO

ella. Por su parte, Husserl'^', en su mencionada critica al psicologismo, senala


que afirmar que la verdad es el producto de nuestro cerebro equivale a negarle
validez incondicional y a declarar imposible la irrenunciable aspiracion del co-
nocimiento humano a conocer la realidad tal como es y no tan s61o como nos
parece; mientras que aceptar la validez incondicional de las afirmaciones ver-
daderas nos obliga a comprender la inteligencia mds alia de la contingencia bio-
16gica.

Es interesante observar tambidn que incluso contandose entre aquellos


que niegan que la conciencia resida en un «alma et^rea» que usari'a nuestro ce-
rebro como si fuera una agenda electrdnica, Searle'^ ha senalado que los estu-
dios neurobiol6gicos sobre la conciencia que se vienen realizando en los lilti-
mos tiempos estan viciados en su base. Para este autor, hasta ahora se ha
intentado identificar determinados correlatos neuronales correspondientes a as-
pectos concretos de la conciencia, pero se omite estudiar la conciencia de ma-
nera unitaria, siendo asi que esta cualidad —la unidad— no puede separarse de
ella, en particular de la autoconciencia. La necesidad de la interdisciplinariedad
se apunta aqui en el trabajo necesario para abordar paradigmas experimentales
que exploren en conjunto la correlaci6n neurobioldgica de esta caracteristica
tan humana.

En definitiva, no son pocos los autores que piensan que no nos enfren-
tamos solo a un problema de orden practico, que puede resolverse con una sim-
ple mejora de los m^todos experimentales, sino con algo que se refiere a los as-
pectos teoricos fundamentales de la Neurociencia, donde los planteamientos
filosoficos de corte reduccionista son claramente insuficientes. Esto se nota de
un modo especial en el problema de la autoconciencia'"'. Asi, pues, la interdis-
ciplinariedad es necesaria porque posibilita encontrar nuevos metodos de tra-
bajo comiin y ayuda a establecer objetivos e hipotesis mas adecuados que los ya
acunados de forma independiente por las distintas disciplinas implicadas en el
estudio del sistema nervioso y del hombre.

63. Cfr. E. HUSSERL, cit.


64. Cfr. J.R. SEARLE, « Towards a Science ofConsciousnesso, cit.
65. Cfr. T. NAGEL, cit.; consultar tambi^n la revista The Economist A.A 23 de diciem-
bre de 2006 dentro de un estudio especial sobte el cerebro dtulado «A survey of the brain»
en las paginas 11-12 el artfculo «I think, therefore I am, I think. Consciousness awaits its
Einstein». Alli se indican, al final, estas palabras tan significativas con relacion a la solu-
ci6n del problema de la conciencia: «The truth, unsatisfactory though it is, is that no one
really knows. Nor does anyone know where the next breakthrough will come from.
Perhaps Dr Edelman, or one of his successors, will build a robot that can describe its own
qualia-like experiences. Perhaps neuroanatomy will throw up a surprising, crucial obser-
vation. Or perhaps a bored, unregarded clerk will come to the rescue with an insight that
dominates 21st-century thinking in the way that relativity dominated the 20th».

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MENTE Y CEREBRO EN LA NEUROCIENCIA CONTEMPORANEA.
UNA APROXIMACION A SU ESTUDIO INTERDISCIPLINAR

A modo de conclusion, puesto que la interdisciplinariedad no es algo


abstracto, sino que se realiza a travds de personas que poseen una formaci6n y
una experiencia cientifica determinada, creemos que quienes emprenden este
camino deben cultivar algunos requisitos sin los que este empeno podria estar
condenado al fracaso:
1. Conocimiento de la realidad neurobioldgica y filosdfica. Como hemos
visto, la ^poca de los sabios universales, que concentraban en si mismos los co-
nocimientos de todas las ramas de la ciencia, resulta dificilmente repetible. Sin
embargo, serfa ilusorio pensar que se puede abordar la cooperaci6n con otras
ciencias sin decidirse a conocerlas con seriedad. En este sentido, es preciso dis-
tinguir entre el dominio practico que el profesional posee de su propia disci-
plina y de sus mdtodos, que resulta dificilmente comunicable a quien no posee
su experiencia, y-aquellos presupuestos y contenidos basicos que permiten com-
prender y valorar adecuadamente sus resultados. Estos liltimos deben ser obje-
to de un esfuerzo de comprensi6n y de reflexi6n por parte del cienti'fico, que le
ponga en condiciones de exponerlos a aquellos con quien dialoga. En la medi-
da en que la cooperaci6n entre disciplinas se hace necesaria, es preciso que, en
la formaci6n de los cienti'ficos, se haga hincapie en este aspecto, de modo que
cada uno de ellos sepa enmarcar la propia actividad en el conjunto de las cien-
cias y de traducir los propios logros y su fundamento a un lenguaje compren-
sible por los demas*. Este esfuerzo ayuda, por otra parte, a inmunizar contra
el peligro de reducir los problemas al ambito de la propia materia de conoci-
miento, lo que exige abordar el discurso interdisciplinar con una visi6n positi-
va ante los planteamientos de otras ciencias ^''.
2. Llegar a acuerdos claros en el lenguaje a utilizar para significar los pro-
cesos cerebrates y mentales de la misma manera. Se trata de una consecuencia de
la primera actitud. El lenguaje tiene mucho de convencional, pero, para que el
dialogo entre ciencias sea posible, es preciso evitar los malentendidos termi-

66. Es pertinente recordar aqui al ya fallecido Nicholas Cozzarelli, profesor de Bio-


logi'a Celular y Molecular de la Universidad de California en Berkeley y que file direc-
tor de la prestigiosa revista cientifica PNAS {Proceedings of the National Academy of
Sciences of the U.S.A^; en alguna ocasi6n, preguntado sobre qu^ recomendari'a a los es-
tudiantes universltarios que suenan con llegar a ser investigadores cienti'ficos, respondi6
que les sugeriri'a aprender humanidades. Cuando Ueguen a ser cienti'ficos de prestigio,
deci'a, pasaran la mayor parte del tiempo escribiendo, leyendo, dando charlas y escu-
chando.
67. En este punto es muy ilustrativo comprobar el desarrollo de las discusiones y de
las entrevistas concedidas por Joseph Ratzinger y su aproximaci6n a temas muy con-
trovertidos. Cfr., como dos ejemplos entre varios, P. SEEWALD, La Sal de la Tierra,
Palahra, Madrid 2005; y J. HABERMAS y J. RATZINGER, Dialictica de la Secularizacidn:
Sobre la Razdn y la Religidn, Encuentro, Madrid 2006.

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JOSfi M. G I M E N E Z - A M A Y A Y JOSe I. MURILLO

nol6gicos. Ahora bien, puesto que el lenguaje se configura a traves del dialogo
—en este caso, cabe decir que, en gran medida, la fiincion crea el 6rgano—, el
lenguaje comiin debe ser fruto del esfuerzo mutuo de comprensidn y de co-
municacidn.

3. Plantear los problemas y las soluciones encontradas sin condicionamien-


tos ideoldgicos. En la ciencia, el gran enemigo del dialogo entre posturas dife-
rentes y entre diversas disciplinas consiste en la descalificaci6n a priori dt las te-
sis planteadas. En este sentido, deshacerse de los propios prejuicios a la hora de
abordar los problemas no implica escepticismo o renunciar a las propias con-
vicciones, sino haber caido en la cuenta de que analizar los problemas de mo-
do global o sapiencial exige estar abierto a plantearse todas las dificultades, sin
excluir algunas de ellas por motivos extracienti'ficos ^l A fin de cuentas, aun
aquello que sabemos por otros medios, s6lo puede afirmarse cientificamente en
la medida en que podamos probarlo. Por eso es preciso estar en guardia ante
quienes cargan a la ciencia experimental con la exigencia desmesurada de re-
solver todos los problemas humanos, que tienden a hacer pasar apresurada-
mente por cienti'fico el fruto de actitudes y convicciones arbitrarias.

M . GIM£NEZ-AMAYA Jose L MuRlLLO


Departamento de Anatomi'a, Departamento de Filosoffa
Histologi'a y Neurociencia Facultad de Filosofia y Letras
Facultad de Medicina Universidad de Navarra
Universidad Aut6noma PAMPLONA
MADRID

68. Cfr. TOMAS DE AQUINO, In XII Libris Metaphysicorum, III, 1,1.

634 ScrTh 39 (2007/2)


MENTE Y CEREBRO EN LA NEUROCIENCIA CONTEMPORANEA.
UNA A P R O X I M A C I C N A SU ESTUDIO INTERDISCIPLINAR

Tabla I. Algunos de los hechos mds relevantes en la Historia de la Neurociencia

1664 Publicaci6n de Cerebri Anatome poi Thomas'Willis


1848 Accidente de Phineas Gage en las montanas del estado de
Vermont (EEUU)
1861 Paul Broca describe las afasias motoras
1874 Carl Wernicke describe las afasias sensoriales
1876 David Ferrier publica The Functions of the Brain
1906 Santiago Ram6n y Cajal y Camilo Golgi obtienen el Premio
Nobel de Medicina
1906 Charles Sherrington publica The Integrative Action of the Ner-
vous System
1932 Charles Sherrington y Edgar Adrian obtienen el Premio No-
bel de Medicina
1951 Jean Delay y Pierre Deniker utilizan la clorpromacina en tras-
tornos psiquiatricos
1960 Fundaci6n de la Internacional Brain Research Organization
1962 El Massachusetts Institute of Technology organiza el Neuros-
cience Research Program
1969 Fundaci6n de la Society for Neuroscience
1981 Roger Sperry, David Hubel y Torstcn Wiesel obtienen el
Premio Nobel de Medicina
1990 Declaraci6n del Presidente de los EEUU sobre la Ddcada del
cerebro (1990-2000)
2000 Arvid Carlsson, Paul Greengard y Erik Kandel obtienen el
Premio Nobel de Medicina
2002 Simposium dc la Dana Foundation sobre Neuroetica
2003 Paul Lautcrbur y Peter Mansfield obtienen el Premio Nobel
de Medicina

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Unidad: 2 “Modelo Biomédico y Modelo Biopsicosocial”.
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MODELO BIOMEDICO

INTRODUCCION

El problema de la enfermedad ha sido abordado de dos maneras a lo largo de la historia de la


medicina moderna. Estos dos puntos de vista han seguido cursos diferentes y todavía no ha sido
posible su integración armoniosa para desarrollar un modelo médico que se corresponda con la
naturaleza del ser humano. Quizás esto se deba a que tal integración no es un problema
exclusivamente médico y plantea más bien cuestiones de orden filosófico fundamentales.

El modelo biomédico, predominante en la medicina actual, se ha planteado el problema de la


siguiente manera: ¿qué es la enfermedad? Para responder esta pregunta emplea diversos
procedimientos desarrollados por las ciencias naturales. Su meta es la descripción minuciosa y la
cuantificación de su objeto de estudio.

En el segundo modelo se plantea la cuestión de otra manera: ¿quién es el sujeto enfermo?


¿Quién soy en cuanto enfermo? Este punto de vista seguramente nunca estuvo ausente en la
mente de todo médico que afrontó el sufrimiento de su enfermo, pero en la historia de la
medicina no ha emergido en forma clara sino a finales del siglo XIX, cuando se gestan los
fundamentos de un modelo internacional en medicina.

En gran parte de la historia el tema de la salud estuvo dominado por las enfermedades
infecciosas. Con el correr de la evolución se originaron nuevas infecciones y otras fueron
desapareciendo, sin mediar alguna medida preventiva. Siguiendo a la evolución humana
aparecen una serie de enfermedades que no tenía conexión con las infecciones y no eran
transmisibles como el infarto de miocardio, la depresión, el cáncer y otras. A estas entidades se
las denominaba “enfermedades de la civilización”. Pero estos cambios en la civilización también
interferían en la evolución de las enfermedades infecciosas, produciendo modificaciones en sus
patrones. Corrientes colonizadoras, conquistas militares, guerras, todas traen aparejados
consecuencias en el rumbo de las enfermedades infecciosas. Luego la industrialización, el
crecimiento demográfico, el abordaje indiscriminado sobre la ecología, los conocimientos
científicos, las comunicaciones, la globalización económica han cambiado los parámetros en la
salud, dando como idea que todo es un proceso dinámico y como expresa Buda: lo único
constante es el cambio.

EL MODELO BIOMEDICO

El modelo biomédico, predominante en la medicina actual, se ha planteado el problema de la


siguiente manera: ¿qué es la enfermedad? Para responder esta pregunta emplea diversos
procedimientos desarrollados por las ciencias naturales. Su meta es la descripción minuciosa y la
cuantificación de su objeto de estudio.

El modelo biomédico surge con la medicina hipocrática, para la cual la enfermedad es un


desorden de la Physis humana examinable objetivamente. Dicha medicina fue, a su vez, la
expresión de la actitud que frente al universo sostuvieron los filósofos jónicos entre los siglos VIII
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y VI antes de J.C. quienes pensaban que un conocimiento objetivo del universo es posible y ello
incluye no solamente los astros sino también a los seres vivos.

Muchos siglos más tarde, durante el renacimiento, pensadores, teólogos y artistas retomaron
dicha actitud. Las ideas de Leonardo de Vinci sobre las condiciones de la creación artística y el
pensamiento de Nicolás de Cusa (Nihil certi habemus in Nostra scientia nissi nostram
mathematicam), entre otros muchos, expresan cabalmente lo que se quiere decir.

La naturaleza, para los renacentistas, tiene una estructura matemática y para conocerla hay que
medirla. Descartes va a dividir al ser humano en dos partes (res extensa, el cuerpo y res cogitans,
la mente). La primera, el cuerpo —que ocupa un lugar definido en el tiempo y en el espacio— y
cuyo estudio objetivo ha conducido al enorme desarrollo de la medicina en los últimos siglos. La
segunda, la mente, es substancia pensante. Este dualismo planteó a Descartes, y después de él a
toda la filosofía occidental, la explicación que permanece aún sin una solución definitiva.

El cuerpo humano es considerado entonces una máquina que puede ser analizada en términos
de sus partes; la enfermedad es vista como un mal funcionamiento de los mecanismos
biológicos, que son estudiados desde el punto de vista de la biología celular y molecular; el papel
de los médicos es intervenir, física o químicamente, para reparar el defecto en el funcionamiento
de un específico mecanismo indicado. Tres siglos después de Descartes, la medicina aún se basa,
como escribió George Engel, "las nociones del cuerpo como una máquina, de enfermedad como
consecuencia de una avería en la máquina, y de la tarea del médico como reparador de esa
máquina"

Al concentrarse en partes cada vez más pequeñas del cuerpo, la medicina moderna pierde
frecuentemente de vista el paciente como ser humano, y, al reducir la salud a un funcionamiento
mecánico, no puede más ocuparse como el fenómeno de la cura. Esa es tal vez, la más sería
deficiencia del abordaje biomédico. Aunque todo médico practicante sabía que la cura es un
aspecto esencial de toda la medicina, el fenómeno es considerado fuera del ámbito científico; el
término "curar" es encarado con desconfianza, y los conceptos de salud y cura no son
generalmente discutidos en las escuelas de medicina.

El motivo de la exclusión del fenómeno de la cura de la ciencia biomédica es evidente. Es un


fenómeno que no puede ser entendido en términos reduccionistas. Eso se aplica a la cura de
heridas y, sobretodo, a la cura de enfermedades, lo que generalmente envuelve una compleja
interacción entre los aspectos físicos, psicológicos, sociales y ambientales de la condición
humana. Reincorporar la noción de cura a la teoría y a las prácticas de la medicina, significa que
la ciencia médica tendrá que transcender su estrecha concepción de salud y enfermedad. Eso no
quiere decir que ella tenga que ser menos científica. Por lo contrario, al ampliar su base
conceptual, puede hacerse más coherente con las recientes conquistas de la ciencia moderna.
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DEFINICIONES DE SALUD

La salud y el fenómeno de la cura han tenido significados diferentes conforme la época. El


concepto de salud, tal como el concepto de vida, no puede ser definido con precisión; los dos
estados, de hecho, íntimamente relacionados. Lo que se entiende por salud depende de la
concepción que se posea del organismo vivo y de su relación con el medio ambiente. Como esa
concepción cambia de una cultura a otra, y de una era a otra, las nociones de salud también
cambian. El amplio concepto de salud necesario para nuestra transformación cultural — un
concepto que incluye dimensiones individuales, sociales y ecológicas — exige una visión
sistemática de los organismos vivos y, correspondientemente, una visión sistemática de salud.

En la historia de la medicina occidental, la conquista del poder por una élite profesional
masculina envolvió una larga lucha que acompañó el surgimiento del abordaje racional y
científico de la salud y de la cura. El resultado de esa lucha fue el establecimiento de una élite
médica casi exclusivamente masculina y la inclusión de la medicina en sectores que eran
tradicionalmente atendidos por mujeres, como el parto. Esa tendencia está siendo ahora
invertida por el movimiento de las mujeres: ellas reconocen en los aspectos patriarcales de la
medicina más una de las manifestaciones del control del cuerpo de las mujeres por los hombres,
y establecieron como uno de sus objetivos centrales la plena participación de las mujeres en la
asistencia a su propia salud.

La mayor variación en la historia de la medicina occidental ocurrió con la revolución cartesiana.


Antes de Descartes, la mayoría de los terapeutas para atender el intercambio de cuerpo y alma,
trataba sus pacientes en el contexto de su medio ambiente social y espiritual. Así como su visión
del mundo cambió con el correr del tiempo, lo mismo aconteció con sus concepciones de
enfermedad y sus métodos de tratamiento, pero ellos acostumbraban considerar al paciente
como uno todo. Su rigurosa división entre cuerpo y mente llevó a los médicos a concentrarse en
la máquina corporal y la desatención de la inteligencia los aspectos psicológicos, sociales y
ambientales de la enfermedad. Del siglo XVII en delante, el progreso en la medicina acompañó
de cerca el desarrollo ocurrido en la biología y las otras ciencias sociales. Cuando la perspectiva
de la ciencia biomédica se transfirió del estudio de los Órganos corporales y sus funciones para lo
de las células y, finalmente, para lo de las moléculas, el estudio del fenómeno de la cura fue
progresivamente desatendido, y los médicos pasaron a hallar cada vez más difícil lidiar con la
interdependencia de cuerpo y mente.

El propio Descartes, aunque introdujera la separación de cuerpo y mente, consideró, no


obstante, la interacción entre ambos un aspecto esencial de la naturaleza humana, y estaba
perfectamente conciente de sus implicaciones en la medicina. La unión de cuerpo y alma fue el
principal tema de su correspondencia con una de sus más brillantes discípulas, la princesa
Elizabeth, de la Boémia. Descartes se consideraba profesor y amigo íntimo de la princesa,
además de su médico; y cuando Elizabeth no estaba bien de salud y describía sus síntomas físicos
a Descartes, este no necesitaba diagnosticar que su mal era debido, predominantemente, a la
tensión emocional, o estrés emocional, como diríamos hoy; necesitaba darle, en tanto,
relajamiento y meditación, además de los tratamientos físicos. Así, Descartes se mostró mucho
menos "cartesiano" del que la mayoría de los médicos actuales.
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En el siglo XVII, William Harvey explicó el fenómeno de la circulación sanguínea en términos


puramente mecanicistas, pero otras tentativas de construcción de modelos mecanicistas para las
funciones fisiológicas fueron muchísimo menos felices. A finales del siglo era evidente que una
aplicación directa del abordaje cartesiano no llevaría a nuevos progresos médicos, y surgieron
numerosos contra-movimientos en el siglo XVIII, habiendo sido el sistema de la homeopatía el
más difundido y más bien sucedido.

El avance de la moderna medicina científica a principio del siglo XIX con los grandes progresos
hechos en biología. En el comienzo del siglo, la estructura del cuerpo humano, en sus mínimos
detalles, era casi completamente conocida. Además, desarrollo un rápido progreso estaba siendo
hecho en la comprensión de los procesos fisiológicos, gracias, en gran medida, a los cuidadosos
experimentos realizados por Claude Bernard. Así, biólogos y médicos, fieles al abordaje
reduccionista, volvieron sus atenciones para entidades menores. Esa tendencia se desarrolló en
dos direcciones. Una fue instigada por Rudolf Virchow, al postular que todas las enfermedades
envolvían variaciones estructurales al nivel celular, estableciendo así a la biología celular como la
base de la ciencia médica. La otra dirección de la investigación tuvo como pionero Louis Pasteur,
iniciador del estudio intensivo de microorganismos, que pasó a ocupar desde entonces los
investigadores biomédicos.

La clara demostración, por Pasteur, de la correlación entre bacteria, y enfermedad, tuvo un


impacto decisivo. A lo largo de toda la historia médica, los médicos venían debatiendo la
pregunta sobre si una enfermedad específica era causada por un único factor o era el resultado
de urna constelación de factores actuando simultáneamente. En el siglo XIX, esos dos puntos de
vista fueron enfatizados, respectivamente, por Pasteur y Bernard. Bernard concentró si en
factores ambientales, externos e internos, y subrayó la concepción de enfermedad como el
resultado de una pérdida de equilibrio interno envolviendo, en general, la concurrencia de una
variedad de factores. Por su lado, Pasteur concentró sus esfuerzos en la dilucidación del papel de
las bacterias en la eclosión de la enfermedad, asociando tipos específicos de enfermedades con
microbios específicos.

Los progresos en biología durante el siglo XIX fueron acompañados por el avance de la tecnología
médica. Fueron inventados los instrumentos de diagnóstico, como el estetoscopio y aparatos
para la toma de la presión sanguínea; y la tecnología quirúrgica tornándose más sofisticada. A la
vez, la atención de los médicos se transfirió gradualmente del paciente para la enfermedad.
Patologías fueron localizadas, diagnosticadas y rotuladas de acuerdo con un sistema definido de
clasificación, y estudiadas en hospitales transformados, de las medievales “casas de
misericordia", en centros de diagnóstico, terapia y enseñanza. Así comenzó la tendencia para la
especialización, que iría alcanzar su auge el siglo XX.

El énfasis en la definición y localización precisa de patologías también fue aplicada al estudio


médico de perturbaciones mentales, para las cuales fue creada la palabra "psiquiatría". En vez de
intentar comprender las dimensiones psicológicas de la enfermedad mental, los psiquiatras
concentraran sus esfuerzos en el descubrimiento de causas orgánicas — infecciones, deficiencias
alimentarias, lesiones cerebrales — para todas las perturbaciones mentales.
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En el siglo XX, la tendencia reduccionista persistió en la ciencia biomédica. Hubo notables


realizaciones, pero algunos de esos triunfos demostrarán los problemas inherentes a sus
métodos, visibles desde lo inicio del siglo, pero que se hicieron en tanto evidentes para un gran
número de personas, dentro y fuera del campo de la medicina. La medicina del siglo XX se
caracteriza por el progreso de la biología hasta el nivel molecular y por el compromiso de varios
fenómenos biológicos en ese nivel. Con ese progreso, como venimos, la biología molecular como
forma de pensamiento se impuso en las ciencias humanas y, así pues, pasó a ser la base científica
de la medicina.

El primer avance de envergadura, que realmente resultó de nuevas aplicaciones y elaboraciones


de conceptos del siglo XIX, fue el desarrollo de una gran serie de medicamentos y vacunas para
combatir las enfermedades infecciosas.El descubrimiento de la penicilina en 1928 precipitó a era
de los antibióticos, uno de los periodos más espectaculares de la medicina moderna; ella culminó
en la década de 50 con el descubrimiento de una producción de agentes antibacterianos capaces
de enfrentar una grande variedad de microorganismos. Otra importante novedad farmacológica,
también de la década de 50, fue una amplia gama de medicamentos psico-activos, sobre todo
tranquilizantes y antidepresivos.

Un importante triunfo de la medicina moderna ocurrió en la endocrinología, el estudio de las


glándulas endocrinas y sus secreciones, conocidas como hormonas, los cuales han circulado en la
corriente sanguínea y regulan una grande variedad de funciones corporales. El evento más
notable en esos estudios fue el descubrimiento de la insulina.

En la larga ascensión de la medicina científica, los médicos tuvieron fascinantes enseñanzas de


los mecanismos íntimos del cuerpo humano y desenvolverán tecnologías en un impresionante
grado de complejidad y sofisticación. Sin embargo, a pesar de esos grandes avances de la ciencia
médica, estamos asistiendo hoy a un profundo crecimiento de la asistencia médica en Europa y
en América del Norte. Muchas razones son apuntadas para el descontento generalizado con las
instituciones médicas — inaccesibilidad de servicios, ausencia de simpatía y solicitud, impericia o
negligencia —, pero el tema céntrico de todas las críticas es la impresionante desproporción
entre el costo y la eficacia de la medicina moderna. A pesar del considerable aumento en los
gastos con salud en las últimas tres décadas, y en medio a los pronunciamientos de los médicos
acerca del valor de la ciencia y de la tecnología, la salud de la población n parece haber
presentado una mejora significativa.

ENTONCES PREGUNTAMOS: ¿Cuál es, pues, la relación entre medicina y salud? ¿En qué medida
la moderna medicina occidental fue bien sucedida en la cura de enfermedades y en el alivio del
dolor y del sufrimiento? Las opiniones han tendido a variar considerablemente y llevan a un
correcto número de afirmaciones confluentes.

"Estamos, aproximadamente, con la misma lista de las principales enfermedades más comunes
con que el país se enfrentó en 1950, y, aunque hayamos acumulado un notable avance de
información acerca de algunas de el las en este medio tiempo, tal acumulación aún es
insuficiente para permitir la prevención o la cura completa de cuál quiere urna délas."

Lewis Thomas, presidente, Memorial Sloan-Kettering Cáncer Center


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Estudios de la historia de los tipos de enfermedad mostraron de forma concluyente que la


contribución de la intervención médica para el declino de las enfermedad infecciosas fue muy
más pequeña del que generalmente se cree. Thomas McKeown, una destacada autoridad en el
campo de la salud pública y de la medicina social, realizó uno de los más detallados estudios de la
historia de las infecciones. Su trabajo suministra pruebas conclusivas de que el declino
impresionante en la mortalidad a partir del siglo XVIII fue debido principalmente a tres factores.
La más antigua y duradera influencia fue la considerable mejoría en la nutrición. Desde el fin del
siglo XVII, la producción de alimentos aumentó rápidamente en el mundo occidental; hubo
grandes avances en la agricultura, y la resultante expansión de suplementos alimenticios hizo a
las personas más resistentes las infecciones. El papel crítico de la nutrición en el fortalecimiento
de las defensas del organismo en las enfermedades infecciosas está ahora bien establecido, y es
compatible con la experiencia de los países del tercer Mundo, donde la desnutrición es
reconocida como la causa predominante de la salud precaria. La segunda razón principal para la
disminución de las enfermedades infecciosas puede ser atribuida a la mejoría de las condiciones
de higiene y saneamiento a partir de la segunda mitad del siglo XIX. El siglo XIX no solo nos trajo
el descubrimiento de microorganismos y la teoría microbiana de las enfermedades, si no fue
también la era en que a influencia del medio ambiente sobre la vida humana torno un punto
focal del pensamiento científico y de la consciencia pública.

Definición de la OMS. Ventajas y limitaciones.

La Organización Mundial de la Salud define a la salud como: “un estado completo de bienestar
físico, mental y social” y agrega: “y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”.

Cuando uno se refiere al concepto de salud este debe incluir varios aspectos a saber:

Objetivo: la definición debe mostrar un parámetro observable y comparable para poder tomarlo
como patrón y relacionarlo con otros. Ejemplo: si presenta una hepatitis B que tenga el antígeno
correspondiente.

Subjetivo: se refiere a lo que puede percibir el sujeto, que puede creerse no enfermo.

Capacidad funcional: una misma enfermedad puede afectar de distintas maneras a una persona.
Un dolor puede pasar para algunas personas desapercibido y a otras lo inhabilita. Esto también lo
debe reflejar la definición.

Teleológico: plantea a la salud como un instrumento para conseguir otros objetivos. Sin salud no
hay trabajo, no hay desarrollo social ni bienestar familiar, ni amoroso.

En base a estos aspectos analicemos la definición de salud de la OMS:

En la definición de la OMS se incluyen se incluye el aspecto subjetivo al incluir en una arte el


estado completo de “bienestar” y tomando a la persona como un ser “biopsicosocial”.
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En su enunciado “es el estado completo de bienestar……”, muestra a la salud como algo fijo,
estático. La salud dista mucho de ser estática, la salud es un proceso en continuo cambio. La
salud es un estado continuo de adaptación. Está influenciada por la biología, el medio ambiente,
la cultura, la sociedad, los hábitos y otros factores que hacen a la constante adaptación del
hombre en el medio.

Esta definición se ajusta a un modelo cartesiano que se sustenta en el paradigma biomédico, un


paradigma convencional y reduccionista.

¿Qué podemos decir relacionado al aspecto objetivo?

Analicemos este concepto: “un completo bienestar físico….”. ¿Cómo definimos el completo
bienestar?, ¿Cómo lo comparamos? ¿Cuál es el fin? Es lo mismo el bienestar que refiere una
persona luego de realizar un ejercicio que el que refiere otro luego de consumir una droga?, ¿Los
dos están saludables ?. Por esto es difícil cuantificarlo y a la vez parece algo inalcanzable para la
población (¿será por esto que lo llamamos pacientes?) y expresamos de esta manera que la salud
es una incapacidad que se podría alcanzar algún día.

Muchos preguntan porque no se modifica la definición. Una respuesta puede ser porque el
objetivo de la OMS es que todos los pueblos alcancen el máximo nivel de salud y lo tome más
como meta o fin que como algo puntual y objetivo para cumplir. Este valor deseado permitiría
mejorar las condiciones de vida de la población a medida se avanza en el intento de satisfacer las
necesidades psíquicas, físicas y sociales.

En términos científicos modernos.

Se puede decir que el proceso de cura representa la respuesta coordinada del organismo
integrando las influencias ambientales causadoras de tensión. Esa concepción de cura envuelve
un correcto número de conceptos que transcenderá la división cartesiana y que no pueden ser
formulados de acuerdo con la estructura de la ciencia médica actual. Por eso los investigadores
biomédicos han tendido a despreciar las prácticas de los curanderos populares, refutando en
admitir su eficacia. Tal "cientificismo médico" hace que se crea que el arte de curar es un aspecto
esencial de toda la medicina, y que aún nuestra medicina la científica tuvo que apoyarse casi
exclusivamente en ella hasta algunas décadas atrás, pues tenía poco más a ofrecer en términos
de métodos específicos de tratamiento.

En la actualidad, el concepto de salud está determinado por lo que se puede denominar como
modelo biomédico, el cual es de carácter curativo, organicista y especializado. Para superar
algunos inconvenientes que implican este tipo de concepciones se requiere un modelo en el que
se sustenten la formación de los profesionales de la salud y las políticas que se suscitan al
respecto. Dicho modelo debe tener en cuenta:

Hacer hincapié en la importancia de las acciones preventivas que todos los miembros de la
sociedad pueden realizar desde su quehacer cotidiano.
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Fomentar la participación que el individuo mismo debe tener en la solución de sus problemas de
salud (autocuidado)

Promover una visión cada vez más integral de l ser humano, lo cual implica fomentar una
sensibilidad hacia lo cultural, lo comunitario, la espiritualidad y todos los demás aspectos que
hacen parte inherente de él, a fin de generar de esta forma una visión ecosistémica menos
parcializada y más acorde con la realidad humana.

Generar decisiones de carácter local, con objetivos claros y alcanzables por la comunidad.

Esto plantea una nueva visión con respecto a la relación existente entre tres aspectos
fundamentales que se deben considerar: Salud, Naturaleza y Cultura.

El modelo biomédico está basado en la integración de los hallazgos clínicos con los datos de
laboratorio y los datos de anatomía patológica.

Este modelo está influenciado por el pensamiento newtoniano-cartesiano. La principal


característica es su enfoque reduccionista, que explicaría este concepto con la teoría de que
todos los aspectos de un organismo podrían entenderse reduciéndolos a sus constituyentes más
pequeños y estudiando los mecanismos de interacción entre ellos.

Características del modelo biomédico: las vemos en el siguiente gráfico


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Mediante este modelo se logró clasificar las enfermedades. Se obtuvieron avances en métodos
diagnósticos.

Este enfoque deja afuera todo lo relacionado con la esfera psicosocial. La cultura, la religión los
hábitos no tendrían participación en el proceso de salud enfermedad.

CONCEPTO DE UNICAUSALIDAD MULTICAUSALIDAD.

El espíritu humano, con su tendencia natural a buscar la verdad, siempre ha interrogado al


mundo que lo rodea, tratando de descubrir las leyes que lo rigen. Esto ha llevado al hombre al
concepto de "causa", es decir, de condición necesaria y suficiente para la presencia de un hecho.

El concepto de unicausalidad está relacionado al modelo biomédico, en el que la enfermedad es


producida por una causa específica.

La multicausalidad o plurietiología se refiere a que las enfermedades están asociadas a diversos


factores químicos, físicos, ambientales, socioculturales, muchos de ellos relacionados con el
modo de vida y el trabajo. Así como decíamos que en un primer momento las enfermedades que
predominaban eran las infecciosas y de allí el surgimiento de la unicausalidad (agente etiológico-
enfermedad) con la civilización y el desarrollo aparece el concepto de multicausalidad. En las
enfermedades cardiovasculares, por ejemplo, intervienen múltiples causas: tabaco,
hipercolesterolemia, hipertensión, estrés, ambiente, etc.

EL CONCEPTO ACTUAL DE SALUD Y ENFERMEDAD. PROCESO SALUD ENFERMEDAD.

Los fenómenos de salud son dinámicos. Cuando hablamos a cerca de la definición de salud de la
OMS dijimos que mostraba un modelo estático. La salud y la enfermedad no son los puntos
extremos de una recta.

Salud y enfermedad son diferentes grados de adaptación del hombre frente al medio, los modos
y estilos de vida son influidos y su vez influyen en la actividad del hombre como ser social.

Los fenómenos de salud ocurren dentro de una población cuyos miembros tienen una
determinada constitución genética y viven en forma organizada en una sociedad que transforma
continuamente el ambiente. Al encontrar estos determinantes el concepto de salud debe incluir
dimensiones individuales, sociales y ecológicas del ser humano. En este constante cambio y en la
búsqueda de un equilibrio entre el hombre y el ambiente giran los conceptos de salud-
enfermedad. Y como es muy dinámico podemos hablar con más propiedad si lo llamamos
“proceso salud enfermedad”. No hay un punto límite exacto entre ellos.
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Este concepto no se puede abordar desde la enfermedad solamente ya que esta va a afectar de
manera diferente al individuo. No hay abordaje de enfermedades sino de enfermos. En 1977
Engel critica el modelo médico tradicional por sus planteamientos reduccionistas y mecanistas y
los califica de dogma y surge el concepto de modelo biopsicosocial. Este modelo permite un
abordaje integral del proceso salud enfermedad.

Desde cualquiera de estos determinantes puede surgir un problema, y a su vez afectan a los
demás. El proceso salud enfermedad expresa la unidad de lo natural y lo social en el hombre. La
Medicina Familiar hizo suyo el modelo Biopsicosocial propuesto por G. Engel.
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Las críticas principales al modelo biomédico son el reduccionismo biológico, es decir, la exclusión
de otros factores que los orgánicos para explicar la génesis de las enfermedades; su a-
historicidad, o sea, el presentar a las enfermedades como hechos exclusivamente naturales
despojándolos de su categoría de hechos socio-culturales, y por ende históricos; su a-socialidad,
entendida ésta como esa concepción que “define al acto médico como acto técnico más que
como acto social” dejando así de lado los determinantes del proceso de enfermar que provienen
de la clase social, las condiciones educacionales, la cultura, etc., tanto del paciente como del
médico.

Desde la perspectiva antropológica de la medicina, la enfermedad debe ser considerada como un


acontecer humano que compromete a la totalidad del hombre y modifica las relaciones entre el
individuo y su medio.

El Dr. José León explica que la salud es un problema social y político, cuya solución pasa
necesariamente por la participación activa y solidaria de la comunidad. Los determinantes de
salud son múltiples e interaccionan entre sí, al tiempo que los factores biológicos son
susceptibles de ser modelados por la acción de variables sociales y psicológicas que pueden
facilitar o inhibir la eficacia de determinados agentes patógenos.

La predisposición genética que pueda tener un individuo se ve modificada por los factores
ambientales y socioculturales a la hora de expresarse o no.

En la actualidad la Medicina Social se presenta como una corriente de pensamiento distinta al


modelo biomédico para estudiar el proceso salud enfermedad colectivo, ya que plantea puntos
distinto al de a epidemiología o la salud pública. El carácter específico de la Medicina Social se
establece en el reconocimiento de que la salud enfermedad para su estudio, utiliza marcos
analíticos de las ciencias sociales, interpretando a la sociedad y su historia.

Diferencias entre el modelo biomédico y el biopsicosocial

La orientación organizada en psiquiatría se dio en la transferencia de conceptos y métodos que


fueron considerados útiles en el tratamiento de la enfermedad físicas para en el campo de los
disturbios emocionales y conductuales. Como se acredita que esos disturbios se basan en
mecanismos biológicos específicos dándose gran énfasis al establecimiento del diagnóstico
correcto usando un sistema reduccionista de clasificación. Felizmente esa investigación también
fracaso para la mayoría de los disturbios mentales, aun es ampliamente aceptada con la
esperanza de que se encuentren los mecanismos específicos de la causación de la enfermedad y
los correspondientes métodos específicos de tratamiento para todos los disturbios mentales

Las limitaciones de la investigación biomédica en psiquiatría están siendo ahora evidentes para
un número crecientes de profesionales de la salud, los cuales están empeñados en un vigoroso
debate sobre la naturaleza de la enfermedad mental. Thomas Szasz, que considera a la
enfermedad mental puro mito, asume tal vez la posición mas extrema. Szasz condena la noción
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de enfermedad como algo que ataca personas sin cualquier relación con su personalidad, estilo
de vida, sistema de creencias o ambiente social. En ese sentido, toda enfermedad, mental o
física, es un mito. Si el término es usado en una aceptación holística, tomándose en cuenta el
organismo y la personalidad del paciente, como un todo, así mismo como el medio ambiente
físico y social, los disturbios mentales son tan reales como las enfermedades físicas. Pero tal
comprensión de la enfermedad mental forma parte de la estructura conceptual de la actual
ciencia médica.

Esa concepción científica de la ciencia médica impide frecuentemente que los médicos vean los
aspectos benéficos y el significativo potencial de la enfermedad. La enfermedad es vista como un
enemigo que debe ser abatido y los investigadores médicos persiguen el ideal utópico de
eliminar, finalmente, todas las enfermedades, a través de la aplicación de la investigación
biomédica. Un tan limitado punto de vista desconsidera los sutiles aspectos psicológicos y
espirituales de la enfermedad e impide que los investigadores médicos tomen conciencia de que
“liberarse completamente de la enfermedad y de la lucha es casi totalmente incompatible con el
proceso de vida.”

Habiendo examinado algunas de las consecuencias de la división cartesiana en la medicina


contemporánea observamos ahora más de pronto la imagen del cuerpo como máquina y del
impacto en la teoría y en la práctica médica actual. La concepción mecanistas del organismo
humano llevo a una investigación técnica, en la cual la enfermedad es reducida a una avería
mecánica y la terapia médica, a la manipulación técnica. En muchos casos esa investigación fue
bien aceptada. La ciencia y la tecnología medica desarrollan métodos altamente sofisticados para
remover o unir varias partes del cuerpo y hasta para sustituirlas por dispositivos artificiales. Eso
tiene aliviado el sufrimiento y el desconfort de innumerables víctimas de las enfermedades y
accidentes, contribuyendo por fin a la distorsión de las concepciones de la salud y de la asistencia
a la salud entre la clase médica y el gran público.

Es desconcertante y verdaderamente irónico que los propios médicos sean los que mas sufren en
transmitir la concepción mecanicista de la salud por despreciar circunstancias estresantes
propias de su vida. En cuanto se esperaba que los curanderos tradicionales fuesen personas
saludables, manteniendo el cuerpo y el alma en armonía y afinidades con su medio ambiente, las
aptitudes y los hábitos típicos de los médicos de hoy son muy poco saludables y los llevan a
considerables enfermedades. Hoy la expectativa de la vida entre los médicos es de diez a quince
años menos que la población y ellos presentan elevadas tasas de enfermedades físicas,
adicionalmente altos índices de alcoholismo, abuso de drogas, suicidios y otras patologías
sociales.

Actualmente provocan el estrés, en las escuelas de medicina y no se preocupan en enseñar a sus


estudiantes como enfrentarlo. La esencia del actual entrenamiento medico consiste en inculcar
la noción de que las preocupaciones del paciente están en primer lugar y el bienestar del médico
es secundario. Se piensa que eso es necesario a fin de suscitar la noción del compromiso y
responsabilidad; y, para promover tal aptitud el entrenamiento medico consiste en horarios
extremadamente largos con muy pocas pausas. Muchos médicos dan continuación a esa práctica
en su vida profesional. No es incómodo para el medico trabajar todo el año entero sin feriados.
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Esa carga de estrés es agravada por ello que los médicos tienen que batallar continuamente con
personas en estado de gran ansiedad o profunda depresión, lo que aumenta la intensidad de su
trabajo cotidiano. Como ellos son entrenados para usar un modelo de salud y de enfermedad en
que las fuerzas emocionales no desempeñan papel alguno, son propensas a ignorarlas en su
propia vida.

La tecnología pesada asumió un papel central en la moderna asistencia médica. En el inicio el


siglo, la proporción de personal auxiliar era cerca de uno por cada dos médicos; hoy puede llegar
a quince para uno. El instrumental de diagnóstico y terapia operado por ese ejercito de técnicos
es el resultado de avances recientes en física, química, electrónica, informática y otros campos
afines. Tales equipamientos incluyen analizadores sanguíneos, tomógrafos computarizados,
máquinas para diálisis renal, marcapasos cardiacos, equipamiento para terapia de radiación y
muchas otras máquinas altamente sofisticadas, que son extremadamente costosa, algunas de
ellas cuestan cerca de un millón de dólares. Tal como en otras áreas el uso de esa alta tecnología
en medicina es frecuentemente injustificado. La creciente dependencia de la asistencia medica
de una tecnología compleja acelera la tendencia para la especialización y reforzó la actitud de los
médicos de tratar partes especificas del cuerpo, excluyéndose de cuidar del paciente como un
ser total.

Al mismo tiempo la práctica de la medicina se transfiere del consultorio clínico general para el
hospital donde se torna progresivamente despersonalizado, pero no deshumanizado. Los
hospitales se convierten en amplias instituciones profesionales, enfatizando más la tecnología y
la competencia científica del que el contacto con el paciente. En esos modernos centros médicos
que más parecen aeropuertos que ambientes terapéuticos, los pacientes tienden a sentirse
impotentes y asustados, el que frecuentemente los impide de presentar mejoras. Del 30- 50% de
los casos de hospitalización actuales son clínicamente innecesarios, por otro lado, servicios
alternativos que podrían ser, desde el punto de vista terapéutico, más eficaces, y
económicamente más eficientes desaparecen casi por completo.

El excesivo uso de la alta tecnología en la asistencia médica, aparte de antieconómico causa


dolor y sufrimiento innecesario. Accidentes en Hospitales ocurren más frecuentes del que en
cualquier otra industria, a excepción de la minería y la construcción civil de predios altos. Fue
estimado que uno de cada cinco pacientes admitidos en un típico hospital de investigación
adquiere una enfermedad iatrogénica, siendo que la mitad de los casos son el resultado de
complicaciones de la farmacoterapia, en cuanto se somete 10% resultan de los procedimientos
de diagnóstico.

Los elevados riesgos de la moderna tecnología médica llevaran a uno u otro significativo
aumento en los costos de la salud a través del creciente número de procesos judiciales por
impericia u negligencia contra médicos y hospitales. Se verifica hoy un miedo casi paranoico de la
acción judicial entre los médicos americanos que intentan protegerse de la instauración de
procesos mediante la práctica de la “Medicina defensiva” sirviéndose cada vez más de la
tecnología diagnostica, el que provoca nuevos aumentos en los costos de la asistencia médica, y
expone a los pacientes a riesgos adicionales. Esta crisis en la práctica médica tiene varias causas:
excesivo uso de alta tecnología dentro de un modelo mecanicista de la enfermedad, en el cual la
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responsabilidad es delegada la médico; considerable presión por parte de un gran número de


abogados motivados en el lucro, y una sociedad que es orgullosa de ser democrática, mas no
posee un sistema medico socializado.

La teoría de la causación específica de la enfermedad fue bien aceptada en algunos casos


especiales, como los procesos infecciosos agudos y las deficiencias nutricionales, pero la mayoría
de las enfermedades no pueden ser entendidas entre los conceptos reduccionistas de entidades
patológicas y causas únicas bien definidas. El principal error de la investigación biomédica es la
confusión entre procesos patológicos y orígenes de las enfermedades. En vez de preguntarse por
qué ocurre una enfermedad y tratar de eliminar las condiciones que llevan a ella, los
investigadores médicos intentan entender los mecanismos biológicos a través de los cuales la
enfermedad nace, para poder interferir en ellos. Entre los investigadores contemporáneos más
eminentes Thomas expreso su creencia en tal investigación con vulgar clareza: “Para cada
enfermedad existe un único mecanismo clave que domina todas los otros. Si podemos
descubrirlo y después encontrar una forma de controlarlo, podremos controlar el disturbio. En
total, acredito que las principales enfermedades de los seres humanos se tornaron
rompecabezas biológicos investigables y, en última instancia solucionables.

Los orígenes de la enfermedad serán generalmente encontrados en muchos factores causativos


que deben concurrir para tornar la salud precaria. Adicionalmente, sus efectos difieren
profundamente de personas a persona, una vez que dependan de las razones emocionales del
individuo a las situaciones estresantes y propias del ambiente social en que ellas ocurren. El
resfriado común es un buen ejemplo. El solo puede desenvolverse si una persona está expuesta a
un determinado virus, pero no todas las personas expuestas a ese virus serán contaminadas. La
exposición resulta en enfermedad solamente cuando el individuo expuesto se encuentra en
estado respectivo, y eso depende de las condiciones climáticas, de la fatiga, del estrés y de una
serie de otras circunstancias que influencian en la resistencia de la persona a la infección. Para
entender porque determinada persona contrae un resfriado, muchos de esos factores tienen que
ser validados y ponderados. Solo entonces estará resuelto el rompecabezas del resfriado común.

El concepto de la enfermedad como entidad bien definida lleva a una clasificación de las
enfermedades que adoptan como modelo la taxonomía de las plantas y animales. Tal sistema
clasificatorio se justifica en el caso de las enfermedades con síntomas predominante físicos, mas
no en las enfermedades mentales, a las cuales fue extendido. El diagnostico psiquiátrico es
notorio por su falta de criterios objetivos. Dado que el comportamiento del paciente en fase
psiquiatrita es parte integrante del cuadro clínico en que el diagnostico se basa, y como ese
comportamiento del paciente es influenciado en la personalidad, aptitudes y expectativas del
médico, el diagnostico será necesariamente subjetivo. Así mismo lo ideal de una clasificación
precisa de la “Enfermedad Mental” continua siendo predominante evasivo. No obstante, los
psiquiatras se empeñaron en establecer sistemas objetivos de diagnóstico para disturbios
emocionales y comporta mentales que les permitan incluir la enfermedad mental en la definición
biomédica de enfermedad.

Felizmente el modelo biomédico distingue los síntomas de las enfermedades, cada enfermedad,
en una visión mas amplia, puede ser vista meramente como el síntoma de una enfermedad
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subyacente, cuyos orígenes raramente son investigados. Tal conducta exigirá que la salud
precaria sea considerada dentro del amplio contexto de la condición humana, reconociendo que
cualquier enfermedad, o disturbio conductual, de un determinado individuo solo puede ser
comprendido en relación a la red de interacciones en que esa persona esta insertado.

El excesivo énfasis en las bacterias creo la idea de que la enfermedad es la consecuencia de un


ataque venido del exterior, en ves de un disturbio del propio organismo. Lewis Thomas, en su
popular Lives of a Cell, hace una vigorosa descripción de esa concepción errónea y tan difundida.

“Al ver televisión, tenemos la impresión que vivimos rodeados, y en un riesgo total, cercados por
todos los lados de microbios sedientos de seres humanos, escudados contra la infección y la
muerte gracias a una tecnología química que nos permite continuar matándolos antes que nos
invadan. Estamos convencidos que al pulverizar desinfectantes por todas partes evitamos ser
infectados por las bacterias. Aplicamos antibióticos potentes en arañones leves y los vendamos
con vendas de plástico. El plástico es el nuevo protector; enrollamos las copas ya de plástico de
lo hoteles en mas plástico y sellamos los sanitarios como se fueran secretos de estado, depuse de
esparcirlos con luz ultravioleta. Vivimos en un mundo donde los microbios están intentando
siempre contagiarnos, despedazarnos célula por célula, y solo continuamos vivos gracias a los
gastos de la actividad y del miedo.

Esas aptitudes un tanto grotescas, más notorias en los Estados Unidos que en cualquier otra
parte del mundo, son incentivadas, es claro, en la ciencia médica, pero, también, de un modo
aun más poderoso y eficaz, en la industria química. Por eso, sea cual sea su motivación,
difícilmente encontraran una justificación biológica. Es mas se sabe que muchos tipos de
bacterias y virus asociados a la enfermedad están comúnmente presentes en los tejidos de
individuos saludables sin causarles algún daño. Solamente en circunstancia especial, que
disminuyen la resistencia general de los organismos huéspedes, es que les producen síntomas
patológicos. En nuestra sociedad, es muy difícil acreditar eso, pero la verdad es que el
funcionamiento de varios órganos esenciales requiere la presencia de bacterias. Ya esta
demostrado que animales criados en condiciones totalmente libres de microbios desarrollan
serias anomalías anatómicas y fisiológicas.

Ante tales efectos, seria extremadamente útil, así como intelectualmente estimulante, estudiar
las complejas interacciones de la mente, cuerpo y medio ambiente que afectan la resistencia a
las bacterias. Entre tanto, muy pocas investigaciones de ese tipo fueron hasta ahora realizadas.
Las investigaciones, en este siglo, visionaran principalmente la identificación de microorganismos
específicos y el desenvolvimiento de medicamentos parar matarlos. Ese esfuerzo fue
extremadamente bien acogido, dotando a los médicos de un arsenal de medicamentos de gran
eficacia en le tratamiento de infecciones bacterianas agudas. Pero, aunque el uso adecuado de
antibióticos en situaciones de emergencia continua siendo justificado, también será esencial
estudiar y reforzar la resistencia natural de los organismos humanos a las bacterias.

El gran desenvolvimiento de la quimioterapia en la medicina moderna permitió que lo medico


salven innumerable vidas y alivien mucho sufrimiento, pero, lamentablemente, llevo también al
conocido uso inadecuado y abusivo de medicamentos, tanto por parte de los médicos, a través
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de recetas, como por parte de las personas en general, a través de la automedicación. Hasta
recientemente, los efectos colaterales tóxicos de los remedios, tan raros que pasaban
generalmente por insignificantes. Pero eso era un grave error de juzgamiento. En las dos últimas
décadas, las reacciones adversas a los remedios se tornaron un problema de salud pública de
alarmantes proporciones, produciendo considerable sufrimiento y desconfort para millones de
personas durante todos esos años. Algunos de esos efectos son inevitables, y muchos de ellos
pueden ser atribuidos a los propios pacientes, felizmente gran parte resulto del prescripciones
descuidadas y impropias hechas por médicos que se adhieren rígidamente a la investigación
biomédica. Ya se afirmó que una medicina de alta calidad puede ser practicada sin el uso de
cualquiera de los veinte medicamentos más usados comúnmente y recetados.

Un importante aspecto de la concepción mecanicista de lo organismos vivos, con su constante


enfoque técnico de la salud, consiste en la creencia de que la cura de la enfermedad requiere
alguna intervención externa, como la del médico, la cual puede ser física (a través de cirugía o
radiación) como química (a través de medicamentos). La actual terapia se basa en ese principio
de intervención médica, confiando en fuerzas externas para la cura o, por lo menos, para el alivio
del sufrimiento y del desconfort, sin llevar en consideración el potencial curativo del propio
paciente. Esa aptitud deriva directamente de la visión cartesiana del cuerpo como una máquina
que requiere de alguien para revisarla cuando sufre una avería. Así, la intervención médica es
efectuada con el objetivo de corregir un mecanismo biológico específico en una determinada
parte del cuerpo, con partes diferentes tratadas por especialistas diferentes.

La terapia médica, es claro, siempre se basara en alguna forma de intervención. No es necesario,


sin embargo, que sea tan excesiva y fragmentaria como ha acontecido en la asistencia
contemporánea a la salud. Podría ser la especie de terapia practicada por médicos criteriosos y
curanderos, hace milenios, una sutil interferencia en el organismo para estimularlo de un modo
especifico, de modo que el, por si mismo, complete el proceso de cura. Las terapias de ese tipo
se basan en un profundo respeto en la auto cura, en la noción de que el paciente, como
individuo responsable, puede iniciar el propio el proceso que lo lleve a sanar bien. Tal aptitud es
contraria al enfoque biomédico, que delega toda la autoridad y responsabilidad al médico.

En el sistema actual de asistencia a la salud, los médicos desempeñan un papel importante y


decisivo en los equipos que se encargan de las tareas de asistencia a los pacientes. Es el medico
quien encamina los pacientes para el hospital y los manda de vuelta para su casa, es el quien
solicita los análisis y radiografías, quien recomienda una cirugía y receta medicamentos. El
personal de enfermería, felizmente será con frecuencia altamente calificado, como los
terapeutas y los sanitaristas, son considerados meros auxiliares de los médicos y raramente
puede usar todo su potencial. En virtud de la estrecha concepción biomédica de la enfermedad y
de los padres patriarcales de poder en el sistema de asistencia a la salud, el importante papel
que las enfermeras desempeñan en el proceso de cura, a través del contacto con los pacientes,
no es plenamente reconocido. Gracias a ese contacto, las enfermeras adquieren frecuentemente
un conocimiento mucho más amplio del estado físico y psicológico de los pacientes de los
médicos, pero ese conocimiento es considerado menos importante que la evaluación científica
del médico, basada en análisis de laboratorio. Fascinada en la mística que encierra la profesión
médica, nuestra sociedad confiere a los médicos el derecho exclusivo de determinar lo que
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constituye la enfermedad, quien está enfermo y quien no está, y los procedimientos con relación
al individuo enfermo. Muchos otros profesionales, como los homeópatas, los quiroprácticos y los
herbolarios, cuyas técnicas terapéuticas son basadas en modelos conceptuales diferentes, pero
igualmente coherentes, fueron legalmente excluidos del ramo principal de la asistencia a la
salud.

La enseñanza de la medicina en los Estados unidos fue moldada, en su forma actual, en el


comienzo del siglo, cuando la American Medical Association encomendó una pesquisa nacional
sobre las escuelas de medicina con el objetivo de dar a la enseñanza una sólida base científica.
Un objetivo paralelo de la pesquisa fue canalizar las gigantescas declaraciones de fundaciones
recientemente establecidas especialmente las conocidas en las fundaciones Carnegie y
Rockefeller para algunas instituciones médicas cuidadosamente seleccionadas. Esto estableció el
vínculo entre la medicina y el big businnes que paso a dominar hasta hoy todo el sistema de
asistencia a la salud.

El resultado de esa pesquisa fue el Relatorio Flexner, publicado en 1910, que sirvió de base
decisiva para la enseñanza de la medicina en los Estados Unidos de América fijando rigurosas
reglas que aun hoy son obedecidas. La moderna escuela de medicina tenía que ser parte de una
universidad, con un cuerpo docente permanente, dedicado a la enseñanza y a la investigación. Su
objetivo primordial era la formación de los estudiantes y el estudio de las enfermedades, no lo
asistencia a los enfermos. Así, el diploma de doctor en medicina que la escuela otorga certifica el
completo dominio de la ciencia médica, no la capacidad para cuidar a los pacientes. La ciencia al
ser enseñada y la investigación a ser desenvuelta están firmemente incluidas en el contexto
biomédico reduccionista, en especial, tiene que ser disociadas de las preocupaciones sociales,
consideradas fuera de las fronteras de la medicina.

Una generación atrás, más de la mitad de todos los médicos eran clínicos generales, ahora mas
del 75% son especialistas, limitando su atención en un grupo etéreo, enfermedad o parte del
cuerpo bien determinadas. Segundo David Rogers, eso resulta en la evidente incapacidad de la
medicina norteamericana para luchar con los casos simples de entendimiento medico de nuestra
población. Por otro lado, hay un excedente de cirujanos en los Estados Unidos, que, de acuerdo
con algunos críticos, es responsable por considerables abusos en los procedimientos quirúrgicos.
Estas son algunas de las razones porque tantas personas enfatizan la necesidad de asistencia
primaria a la salud, la basta gama asistencia general tradicionalmente prestada por médicos en
clínicas comunitarias, considerándose el problema central con que la medicina norte americana
se enfrenta.

Felizmente existe un descontento generalizado en relación a la medicina y a los médicos, la


mayoría de las personas no percibe que una de las principales razones del actual estado de las
cosas es la antigua base conceptual de la medicina. Por el contrario, el modelo biomédico es
generalmente aceptado, estando sus principios básicos tan enraizados en nuestra cultura que se
torna hasta el modelo popular dominante de la enfermedad. La mayoría de los pacientes no
entiende muy bien la complejidad de su organismo, pues fueron condicionados a acreditar que
solo el médico sabe lo que los deja enfermos y que la intervención tecnológica es la única cosa
que los dejara bien nuevamente.
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Hoy en día, el modelo biomédico es mucho más que un modelo. En la profesión médica, adquirió
el estatus de un dogma, y para el gran público está inexplicablemente vinculado al sistema
común de creencias culturales. Para suplantarlo será necesaria una profunda revolución cultural.
Y tal revolución es imprescindible si quisiéramos mejorar o mantener nuestra salud. Las
deficiencias de nuestro sistema actual de asistencia a la salud en términos de costos, eficacia y
satisfacción de las necesidades humanas están siendo cada vez más notorias y son cada vez más
reconocidas como recurrentes de la naturaleza restrictiva del modelo conceptual en que se basa.
La investigación biomédica de la salud aún será extremadamente útil, tal como la estructura
cartesiana – newtoniana continúa siendo útil en muchas áreas de la ciencia clásica, desde que
sus limitaciones sean reconocidas. Los investigadores médicos precisan entender que el análisis
reduccionista del cuerpo - máquina no pueden favorecerles una comprensión completa y
profunda de los problemas humanos. La investigación biomédica tendrá que ser integrada en un
sistema más amplio de asistencia a la salud, en que las manifestaciones de todas las
enfermedades humanas sean vistas como resultantes de la interacción del cuerpo, mente y
medio ambiente, y serán estudiadas y tratadas en esa respectiva de estudio.

La adopción de un concepto holístico y ecológico de salud, en la teoría y en la práctica, exigirá no


solo un cambio radical conceptual en la ciencia médica, pero también una reeducación masiva
del público. Muchas personas se adhieren obstinadamente al modelo biomédico porque recién
ven su estilo de vida examinado y se ven confrontados con su comportamiento enfermizo. En vez
de enfrentar tal situación embarazosa y frecuentemente penosa, insisten en delegar toda la
responsabilidad por su salud al médico y los medicamentos. Actualmente, como sociedad, somos
propensos a usar el diagnóstico médico como cobertura para problemas sociales. Preferimos
hablar sobre la hiperactividad o la incapacidad del aprendizaje de nuestros hijos, en lugar de
examinar lo inadecuado de nuestras escuelas, preferimos decir que sufrimos de hipertensión a
transformar nuestro mundo súper competitivo de los negocios; aceptamos las tasas siempre
crecientes de cáncer en vez de investigar como la industria química envenena nuestros alimentos
para incrementar sus lucros. Esos problemas de salud pasan los límites de las preocupaciones de
la profesión médica, pero son colocados en foco, inevitablemente, así que procuremos
seriamente ir más allá de la asistencia medica actual. Ahora, solo será posible trascender el
modelo biomédico si estuviéramos dispuestos a cambiar también otras cosas; esto estar ligado
en última instancia a una completa transformación social y cultural.

BIBLIOGRAFIA

1. Dr. Otto Lima Gómez. Hacia Un Nuevo Modelo En La Medicina. Gac Méd Caracas 2004;
112(2):139-141

2. Dr. Gabriel Battistella

3. Sandy Marcela Granados Andrade. Universidad del Rosario. Revista Ciencias de la Salud.
Aproximación a la Medicina Tradicional Colombiana. Una Mirada al Margen a la de la Cultura
Occidental. Vol 3, número 001. Bogota Colombia. Enero – Junio Año 2005: Pp 98-110.
Unidad: 2 “Modelo Biomédico y Modelo Biopsicosocial”.
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Profesora Responsable: Lic. Fraile Mercedes.

El Modelo Biopsicosocial - El Modelo Biopsicosocial


Escrito por Dra. Mirta Laham

La enfermedad fue considerada desde entonces un problema exclusivamente patofisiológico y


sólo a través de la biología los médicos encaraban su curación. Esta posición se reforzó,
indudablemente, a partir de los muchos descubrimientos tanto sobre las causas de las
enfermedades como de mejores tratamientos y el auge de las vacunas que permitieron un mejor
control preventivo de muchas enfermedades.
En el siglo XIX el descubrimiento de los microorganismos causantes de muchas enfermedades
revolucionó la medicina y la apuntaló aún más en este dualismo.
Los factores psicológicos de la enfermedad quedaron reducidos a cuestiones del “espíritu”. El
esfuerzo médico se centró en las infecciones, no sólo en su curación, sino muy básicamente en su
prevención. Se erradicaron enfermedades históricamente graves.
Sin embargo, una serie no poco importante de “desórdenes” quedaban sin explicación y
escapaban a las clasificaciones médicas de la época. Y esto motivó una revisión del paradigma
desde médicos como Bernard que enfatizó la contribución de lo psicológico en las dolencias
físicas. La teoría de Freud contribuyó a su vez para que la medicina retomara, lentamente, una
mirada sobre la interacción de los factores psicológicos y físicos en algunas dolencias que
permanecían sin explicación y sin tratamientos eficaces. Pero, por muchas décadas siguió
predominando el enfoque sobre el cuerpo, los microorganismos y y los determinantes biológicos
de las enfermedades.

El modelo biopsicosocial
Frente al paradigma tradicional, Engel en 1977 propone un modelo que se apoya en la
concepción de que en todos los estadios del proceso salud-enfermedad coexisten factores
biológicos, psicológicos y sociales implicados. Tanto en lo que respecta a un estadio de salud
como en los diferentes niveles de enfermedad.
Este modelo ya no piensa a la persona dividida, como una mente que gobierna una máquina, el
cuerpo; sino que la comprende de un modo holístico como la integración de sistemas y
subsistemas siempre interrelacionados en un proceso dinámico y transaccional: determinantes
biológicos de las enfermedades.
Para el modelo biopsicosocial ya no es el cuerpo el que enferma, es el ser humano en su
totalidad: una unidad biopsicosocial.

Una comparación entre ambos modelos:


La incorporación de elementos psicológicos y sociales como factores de riesgo de diferentes
enfermedades, —como es el caso de las enfermedades cardíacas, el cáncer, las gastrointestinales
o las dermatológicas—, se han considerado desde estos dos modelos de intervención desde dos
perspectivas:

1. como un “agregado” al modelo biomédico tradicional.


2. desde una articulación de factores biológicos, sociales y psicológicos en el modelo
Biopsicosocial.
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AMBOS MODELOS TIENE VENTAJAS Y DESVENTAJAS


El modelo biomédico ha permitido un importante desarrollo de los métodos de diagnóstico, de
las técnicas quirúrgicas y de la farmacología.
Pero, acentúa una visión curativa de la enfermedad en detrimento de un enfoque preventivo.
Este enfoque se ha vuelto necesario en la medida en que muchas enfermedades crónicas —
como, por ejemplo la enfermedad coronaria y algunos tipos de cáncer— son causa de altos
índices de mortalidad en el mundo entero.
Por su parte, el modelo biopsicosocial —que exige un mayor intercambio interdisciplinario no
siempre posible— nos permite una mayor comprensión de la patología que desemboca en un
desarrollo más amplio en lo concerniente a la Prevención Primaria y en la Rehabilitación integral
de la persona apuntando a mejorar su calidad de vida.
Por lo tanto, se hace necesaria una revisión de ambos modelos con una perspectiva crítica que
nos permita comprender los alcances de cada uno en la práctica clínica

El siguiente cuadro nos permitirá una comparación en sus aspectos más relevantes

Modelo biomédico Modelo biopsicosocial


La enfermedad es causada por un La enfermedad está determinada por un conjunto
Concepto de desorden en el funcionamiento de factores biológicos, psicológicos, sociales y
enfermedad corporal. culturales, que interaccionan de modo complejo y
único en cada persona.
Concepto de La salud es la ausencia de signos La ausencia de enfermedad es una condición
salud objetivos y/o síntomas subjetivos necesaria pero no suficiente de la salud. La salud
de funciones corporales involucra también un funcionamiento óptimo en
inadecuadas. los niveles psicológicos y sociales.
Rasgos del Dualismo mente-cuerpo Multifactorial: en la complejidad e interacción de
modelo Mecanicismo: cuerpo=máquina factores de riesgo.
Reduccionismo: de los factores Concepción integrada de lo psíquico y lo
psicosociales a factores biológico.
orgánicos. Orientación tanto hacia la salud como hacia la
Negativismo: enfoque en la enfermedad.
enfermedad y no en la persona.
Ventajas Desarrollo farmacológico. Mayor comprensión del desorden patológico, con
mayor poder explicativo.
Educación popular sobre medidas Desarrollo más amplio en Prevención Primaria de
higiénicas. la enfermedad.
Rehabilitación integral de la persona coronaria,
Desarrollo de métodos enfocada en mejorar su calidad de vida.
diagnósticos más precisos.

Desarrollo de técnicas
quirúrgicas.
Unidad: 2 “Modelo Biomédico y Modelo Biopsicosocial”.
Recopilación Bibliográfica
Profesora Responsable: Lic. Fraile Mercedes.

Desventajas Preponderancia de una visión Exige un mayor intercambio interdisciplinario.


curativa sobre una visión La conformación de equipos de salud
preventiva de la enfermedad. multidisciplinarios, para la prevención y
Adopción de un rol pasivo frente rehabilitación de la enfermedad.
a la enfermedad que conlleva una Dificultades teóricas y empíricas en la
pobre responsabilidad frente a la consideración de los factores de riesgo, según las
salud. diferentes posturas teóricas disciplinarias.
Preocupación excesiva en la Peligro de un relativismo en el análisis de los
duración de la vida en detrimento factores que determinan la salud y la enfermedad.
de la calidad de vida.

De la comparación entre ambos modelos surge la necesidad de una integración de los enfoques.
No se trata pues, de abandonar un modelo por otro. Sino de incorporar las ventajas del modelo
biomédico, tanto en su desarrollo de métodos de diagnóstico, como en técnicas de tratamiento
(farmacología, cirugía) en una mirada más amplia que apunte a la mejora de la calidad de vida de
las personas. Y permita la asunción de programas, no sólo de rehabilitación de la enfermedad,
sino de Prevención Primaria de la misma.
No es desacertado recordar aquí que los costos de diagnóstico y tratamiento de la mayoría de las
enfermedades crónicas son considerablemente elevados. Programas de Prevención basados en
la adopción de una vida saludable, no sólo promueven una mejor calidad de vida, sino que
reducen los costos de enfermedad de modo considerable.
Para el modelo biopsicosocial la causalidad no puede ser lineal. La enfermedad es siempre un
fenómeno múltiple. Por tanto, la función del médico se modifica:

ya no se trata de curar la enfermedad sino de cuidar la salud

Esto que parece sólo una sutileza del lenguaje, ha abierto la consideración básica de entender al
enfermo como persona y de comprenderlo en su medioambiente vital y en el conjunto de
respuestas a las demandas de dicho medioambiente.

Bibliografía
LAHAM, M., (2006) Escuchar al corazón, psicología cardíaca, actualización en Psicocardiología.
Ed. Lumiere, Buenos Aires.
VERA, P. y OBLITAS, L. (2005). Escalas y cuestionarios en psicología clínica y de la salud. Bogotá:
PSICOM.
OBLITAS, L. (2006). Psicología de la salud y calidad de vida. 2da. Ed. México: Thomson.
MORALES CALATAYUD, F., (1999) Introducción a la Psicología de la Salud. Paidós. Bs. As
El Ser Humano desde la Psicología
CARLOS MUÑOZ GUTIÉRREZ

1.- Psicología Popular y Psicología Científica


El ser humano es lo que es, al menos en su diferenciación con el resto de los seres vivos,
porque es consciente. Pero, ¿qué entendemos cuando decimos que el ser humano es consciente?

La inteligencia es un recurso para la supervivencia que se apoya principalmente en la


capacidad de conocer el medio que habitamos, los organismos con los que nos relacionamos e incluso
a nosotros mismos. Esta capacidad de conocer está inseparablemente unida a la necesidad de actuar
que todo ser vivo tiene. Por eso, no podemos negar que prácticamente todos los organismos vivos
conocen, en el sentido de que son capaces de representarse su mundo, de identificar peligros y bienes,
de iniciar determinadas acciones y de inhibir otras. Las diferencias entre los animales, y entre éstos y
los hombres, se inicia en el modo en que se obtiene este conocimiento necesario para la vida.

Los animales más simples lo adquieren a partir de su biología o a través de procesos dirigidos
instintivamente, pero los animales superiores y los hombres pueden aprender. Aprender supone poder
incrementar el repertorio de conductas. Este aprendizaje siempre tiene un componente social.

Además, los seres humanos tienen una herramienta potente para el aprendizaje y la
inteligencia: la conciencia. Gracias a nuestra conciencia y autoconciencia apreciamos la secuencia de
cosas que nos pasan y que sentimos y tenemos un sentido del tiempo, del yo y de la vida que estamos
viviendo. Imaginemos que perdemos esta capacidad, imaginemos que no somos conscientes de lo que
nos pasa en cada momento, ¿cómo serían nuestras vidas? Sin duda pareceríamos animales que
respondemos a los estímulos inmediatos sin ninguna posibilidad de previsión, de valoración de lo que
nos puede pasar, ni de lo que queremos hacer en el futuro. Viviríamos en un presente inmediato, no
tendríamos la posibilidad de planificar, ni tampoco de pensar nuestras alternativas, nuestras
posibilidades. No tendríamos una vida que contar y solamente nos guiaríamos por las emociones
básicas como el dolor, el placer o el miedo.

Básicamente la conciencia es todo esto y sus consecuencias. Pensemos por ejemplo en la


acepción de conciencia moral, con sus efectos: el remordimiento o la culpa. Esta posibilidad exclusiva
de los humanos depende de una inteligencia compleja, de la capacidad de prever el futuro y de la
capacidad de ponernos en el lugar de otra persona. Gracias a la conciencia tenemos la idea de lo que es
una persona, y por ella podemos compadecernos de nuestros semejantes, comprendernos y
comunicarnos. Para todo esto es preciso una mente consciente.

Este ponernos en el lugar del otro va a resultar fundamental para la vida humana en contextos
sociales complejos. La atribución de una mente al otro nos va a permitir contemplar a nuestros
semejantes como sujetos como nosotros, que tienen pensamientos y sentimientos, que elaboran
estrategias para obtener sus fines, que dirigen sus actos de acuerdo con sus creencias e intenciones y
que tienen igualmente conciencia de sus actos.

La peculiar relación que se establece entre seres humanos que se piensan a sí mismos y a sus
semejantes como sujetos intencionales, va a permitir un tipo de relación radicalmente nueva en el
mundo animal. Al poder comprender las acciones de nuestros semejantes, al poder sentir compasión,
al poder esperar sus reacciones, establecemos vínculos sociales sólidos, formas de comunicación
profundas y compromisos duraderos que van a permitir compartir planes y proyectos. Porque, cuando

1
pensamos al otro como nos pensamos a nosotros mismos, establecemos una comunidad de semejantes,
un nosotros.

Todo esto es posible en la medida en que, primero, seamos autoconscientes de nuestros


procesos mentales, segundo, atribuyamos una mente a nuestros semejantes y, tercero y sobre todo, en
la medida en que generemos ese conocimiento de cómo son y se comportan las personas. A este
conocimiento solemos denominarle Psicología.

Pero este conocimiento psicológico, fruto de la atribución de una mente a nuestros semejantes,
no es el conocimiento de la Psicología Científica. En primer lugar, porque es un conocimiento
compartido por una comunidad general. Segundo, porque es un conocimiento, a menudo, no
consciente o, al menos no expresable o formalizable. Tercero, se nutre de elementos obtenidos por el
proceso de inmersión cultural al que nos sometemos todos conforme estamos siendo socializados. Sus
contenidos tienen orígenes e intenciones muy diversos, y se manifiestan en, prácticamente, todos los
ámbitos de la vida social. De ahí su importancia, pues de cómo creamos que son las personas, y de
cómo expliquemos sus comportamientos, dependerá el tipo de sociedad, de institución y de prácticas
sociales por las que esa comunidad se constituirá en un nosotros. Este conjunto de ideas más o menos
explícitas u ocultas, ha recibido el nombre por parte de la Psicología Científica -un tanto
despectivamente- de Psicología Popular.

Según J. Bruner , la Psicología Popular es la explicación que da la cultura de qué es lo que
hace que los seres humanos funcionen. Consta de una teoría de la mente, una teoría de la motivación
y, sobre todo, se ocupa de la naturaleza, causas y consecuencias de los estados intencionales de los
sujetos, creados mediante creencias, deseos, intenciones y compromisos. Esta colección de objetos
mentales han sido tradicionalmente rechazados como elementos científicos, de ahí, la radical
separación entre lo que cree la Ciencia sobre el hombre y lo que el hombre mismo cree de sí y de sus
semejantes.

La Psicología Popular consiste en un conjunto de descripciones más o menos


normativas y más o menos conexas sobre cómo funcionan los seres humanos, cómo son
nuestras propias mentes y las mentes de los demás, cómo cabe esperar que sea la acción
situada en los contextos cotidianos en los que vive la gente, qué formas de vida son posibles,
cómo se compromete uno a estas formas de vida, étc. Su principio organizativo es narrativo,
en vez de conceptual, y sobre determinadas narraciones se crean expectativas canónicas.

Este sentido de lo canónico y lo ordinario se convierte en una especie de telón de


fondo sobre el que se interpreta y narra el significado de lo inusual, de lo que se desvía de lo
"normal". Las narraciones con las que justificamos nuestras vidas y la de los demás se
convierten en un molde vital cotidiano que favorece las negociaciones sociales y evita
confrontaciones y conflictos.

Estas narraciones se ven apoyadas por numerosos elementos que poco a poco configuran el
acervo cultural de una comunidad: mitos, relatos, tipologías de dramas humanos, literatura o arte. Y a
la vez desde estas producciones culturales se difunden determinados modelos de persona y de
conducta a la sociedad.


Jerome S. Bruner es profesor de Psicología en la Universidad de New York. Fue unos de los padres
de la revolución Cognitiva que ocurrió en los años sesenta y que supuso un cambio importante en los
modelos psicológicos imperantes. Sin embargo, en los años noventa, se va a convertir en un agudo
crítico del desarrollo que tomó la Psicología Cognitiva. En un hermoso libro, En Busca de la Mente.
Ensayo de autobiografía (F.C.E. 1985), nos cuenta su vida dedicada a la Psicología y a otras muchas
cosas.

2
Para que esto se haya producido, además de recursos filogenéticos y ontogenéticos como la
conciencia, el lenguaje, la inteligencia, debemos producir una teoría de la mente. Una teoría de la
mente es sencillamente la atribución a nuestros semejantes de creencias e intenciones que dirigen sus
acciones. Evolutivamente, aunque los distintos autores mantienen controversias al respecto, se suele
colocar alrededor de los cuatro años esta capacidad de los seres humanos. Es en este momento cuando
los niños son capaces de engañar a otros, suscitando en el otro la producción de falsas creencias.

Una de las razones aducidas como causa del autismo es precisamente la incapacidad de que el
sujeto autista produzca una teoría de la mente en los otros. Efectivamente, nadie se dirigiría a una
piedra esperando una respuesta, una acción o una relación. Así, el autista tampoco tiende a dirigirse a
nadie, pues al carecer de la capacidad de atribuir una mente a los demás, no puede reconocer
conductas comunicativas o relaciones con los otros.

Como vemos, lo que hemos llamado Psicología Popular es sencillamente el conjunto de


creencias, que funciona en una sociedad concreta en un momento del tiempo, sobre lo que es una
persona, sobre cómo se comporta y sobre cómo podemos explicar sus actos. Ciertamente, estas
creencias se consolidan en largos procesos de conformación cultural y se difunden por diversos
canales. Cambian lentamente, como toda institución vertebradora de la vida social. A menudo, estas
ideas actuarán como perjuicios o estereotipos, nos aportarán sesgos en la valoración de la realidad
social e incluso podrán ser utilizadas como ideologías para los fines más diversos. Por ejemplo, para
emprender una guerra con nuestros semejantes, o, si se prefiere, para calificar de ellos a los que no
forman parte de mi grupo, parece preciso incidir en el modelo imperante de 'persona', de tal manera
que ellos queden deshumanizados porque no actúan ni piensan ni sienten como nosotros.

Por esto, es importante que existan actitudes analíticas y reflexivas que revisen y modifiquen
las creencias de la psicología popular para mejorar la vida social y humana que inicialmente permiten.
Esta tarea debería hacerse desde una Psicología Científica que tendría la labor de derribar ideas
infundadas y proponer otras atendiendo a los esfuerzos científicos de comprendernos a nosotros
mismos. Sin embargo, a tenor de la corta historia de la Psicología científica, no parece que esta haya
sido su tarea fundamental.

Antes de pasar analizar las consideraciones que la Psicología Científica ha hecho sobre el ser
humano a lo largo de la historia, intentemos reflexionar "popularmente" sobre la idea que tenemos de
persona. Esto nos servirá de elemento de comparación respecto de las alternativas científicas, nos
permitirá clarificar como se han ido consolidando estas creencias y, si acaso, nos abrirá una puerta
hacia donde encaminarlas. Un rápido recorrido histórico mostrará cómo determinadas ideas han ido
uniéndose entre sí hasta construir la idea de persona que, con numerosas variaciones, utilizamos
diariamente para comprender las conductas de nuestros semejantes.

3
2. El Mundo Antiguo

2.1. Platón: El Piloto en la Nave

El primer autor que nos aporta alguna reflexión sobre los seres humanos y que nos lega una
serie de conceptos que nos permiten, aplicados a las personas, comprender, o más bien dirigir, sus
conductas, es Platón. Platón construyó una imagen tripartita del ser humano, que imaginó como una
cuádriga dirigida por un auriga. El auriga representa al alma racional (nous o logos) que es de
naturaleza inmortal. Uno de los caballos, el de color blanco, es el alma irascible (thymós), fuente de
pasiones nobles, mortal y, sobre todo, corporal. El otro caballo, de color negro, fuente de pasiones
innobles, es el alma concupiscible (epithymía), también mortal y corporal.

El auriga tiene la difícil tarea de armonizar esa extraña yunta de caballos que le ha tocado en
suerte. Porque uno de los caballos -(naturalmente el negro)- es indómito y tiende a escapar al control
de la razón. Las pasiones apetitivas o concupiscibles pueden conducir a la ruina al ser humano,
entendiendo por ruina la pérdida de la condición humana, o al menos la pérdida de su privilegio. Pues
el hombre es alma, alma inmortal, que habita en una suerte de paraíso, el mundo de la ideas, en
compañía de los dioses y realizando la tarea más propia del hombre, el conocimiento de la verdadera
realidad: las ideas. A diferencia de los dioses, el hombre o su alma racional debe mantener una lucha
constante por conducir adecuadamente la cuádriga y no es infrecuente que pierda el control de la
misma. En ese momento, como un castigo, desciende del mundo de las ideas al mundo de apariencias
que es nuestra realidad, para encarnarse en un cuerpo sensible. En ese descenso, además, le ocurre otra
desgracia: atravesar el Leteo, el río del olvido. Así cuando el alma es encerrada en un cuerpo sensible,
se encuentra en una situación difícil, pues como en una caverna y sin noticia de ello ha olvidado todo
el verdadero conocimiento, quedando sometido al engaño de lo múltiple y lo aparente.

La reflexión platónica sobre el alma humana, su descripción dual del hombre y la distinta
calidad asignada al cuerpo y al alma le va a servir para fundamentar una ética, pues la tarea del
hombre es buscar el verdadero conocimiento, es decir, volver a ese paraíso propio que lo corporal le
ha hecho perder. De ahí, el deseo de muerte del filósofo que quiere saber, pues sólo conforme el alma
escape de su encierro corporal puede el hombre volver al lugar que le corresponde. Aunque no hay en
Platón una verdadera Psicología, sí que elabora una serie de conceptos respecto a lo que es una
persona y a qué se debe su comportamiento. Estas ideas iniciales, que tendrán un eco importante en el
mundo cristiano, podemos rastrearlas hasta nuestro presente. Algunas de las más significativas son:

ƒ El dualismo cuerpo-alma

ƒ La primacía del alma sobre el cuerpo. En otra metáfora platónica, el alma es como el
piloto de una nave que debe dirigir con prudencia y determinación el cuerpo para poder
regresar al mundo de las ideas.

ƒ La consideración del cuerpo y lo que el cuerpo requiere como algo perjudicial, como algo
que nos distrae de la actividad propia de los seres humanos. Pasiones y apetitos son fuente
de desorden y conflicto y el alma debe someterlos con una autoridad firme y constante.
Toda la filosofía política y moral se va a edificar pensando en facilitar el regreso de las
almas al mundo de las ideas.

En resumen, Platón nos ofrece una visión del ser humano como una entidad privilegiada,
cercana a los dioses, porque existe algo en ella que no encontramos en ningún otro ser. El alma
platónica es lo que nos une con un mundo divino, aun cuando nos hayamos alejado de él, porque

4
pertenece a esa verdadera realidad que es el mundo de las ideas. Es por la separabilidad e inmortalidad
del alma, por lo que podremos regresar al lugar al que pertenecemos. Aunque el regreso nos va a
exigir un duro camino de salvación. Platón edifica sobre el concepto de persona que pone en
circulación una doctrina religiosa de salvación.

2.2. Aristóteles

Aristóteles constituye la opción alternativa al platonismo. Aristóteles, al contrario que Platón,


parte de un interés biológico en comprender el mundo que le rodea y las sustancias que lo pueblan. En
la diversidad de sustancias es fácil descubrir unas vivientes, en el sentido de que contienen en sí
mismas la causa de su actividad, y otras no vivientes. Aristóteles va a utilizar el alma para explicar
esta diferencia. Para ello, debe conceder la presencia de un alma a todo lo viviente. El Alma se
identifica con la vida. Luego ya no es sólo el hombre quien posee un alma. Todo lo que tiene en sí
mismo un principio de vida es porque tiene un alma, aunque hay diferencias entre el alma de las
plantas, la de los animales y la de los seres humanos. Así, encontramos una gradación de almas según
las diversas funciones o potencialidades que el alma como acto primero del viviente puede realizar.
De esta manera explica, en primer lugar, las distintas categorías de seres. Así, las distintas funciones se
corresponderían con los distintos tipos de alma:

a) La función nutritiva es la función del alma vegetal

b) La función sensitiva (de la que derivan la apetitiva y la motriz) es la función del alma
sensitiva.

c) La función pensante que es exclusiva del alma intelectual.

Estas almas o funciones del alma se componen unas sobre otras y el hombre reúne las tres. Sin
embargo, existe una unidad del alma, respecto a sus potencialidades y también respecto al cuerpo. El
alma no es separable del cuerpo, es principio de vida y de actividad, pero no es una entidad
independiente ni distinta, como en Platón, que pueda sobrevivir fuera de su unión con el cuerpo. De
esta manera, el alma es mortal y muere con la muerte de la sustancia.

Aunque efectivamente la imagen que ofrece Aristóteles del ser humano es muy distinta de la
de Platón, la síntesis medieval del pensamiento grecorromano con el pensamiento cristiano va a
generar una noción de persona, y de las causas de su comportamiento que sigue funcionando en
nuestros días y que podemos denominar teoría de las facultades psicológicas. La característica
fundamental es pensar a la persona como una entidad separada en otras dos entidades radicalmente
distintas: una corporal o física y otra mental o espiritual. Al cuerpo pertenece lo físico, como es fuente
de perturbación requiere un exigente control por parte de una mente espiritual que regula y dirige el
comportamiento del cuerpo. Antes de matizar y analizar con detalle esta imagen modelo de la
psicología humana, debemos dar un paso más en la historia, donde encontraremos una intensificación
de esta imagen dual hasta hacerla teórica y prácticamente problemática.

2.- Descartes y el relleno del alma: El problema Mente-Cuerpo

En el mundo antiguo, en especial en Aristóteles, el cuerpo y el alma eran dos componentes de


una sustancia única. En Platón, el cuerpo era algo ajeno, transitorio, que no caracterizaba la verdadera
realidad. Sin embargo, en gran medida, debido a ciertos problemas que Aristóteles deja sin solucionar
sobre el conocimiento, ya a finales de la Edad Media se va a producir una transformación sin
precedentes en la consideración del ser humano como un compuesto de cuerpo y alma. Los autores de
la escolástica del siglo XIV, especialmente Duns Scoto y Guillermo de Ockham, van a poner en

5
circulación una consideración muy distinta de la idea de conocimiento. Tanto para Platón como para
Aristóteles el conocimiento era una acto directo por el cual, a través de los elementos inteligibles de la
realidad, captábamos el ser de las cosas. A partir del siglo XIV comienza a madurar una idea que
culminará definitivamente en la obra de Descartes. Esta renovación transformó la idea de
conocimiento. A partir de ahora, el conocimiento es un proceso de representación. Conocer es conocer
ideas, no las cosas. Las ideas son representaciones mentales que hacemos de las cosas en nuestra alma
o mente y que podemos contemplar con una especie de ojo interior. Nos representamos mentalmente
el mundo, y, así, nuestra mente se convierte en una especie de espejo que refleja la realidad exterior.
Ese es nuestro único acceso a la realidad, su aparecer ante nosotros. De esta manera, quien se plantee
si nuestra mente es un espejo terso o liso o si por el contrario es uno que distorsionaba la imagen que
reflejaba, puede con facilidad poner en cuestión nuestra capacidad de conocer directamente la realidad.

Eso fue lo que quiso verificar Descartes. Intentó fundar el conocimiento desde sólidos
cimientos, quiso eliminar la posibilidad de dudar de nuestra capacidad para conocer la realidad. Pero
ello significó dividir el mundo en dos sustancias incomunicables, por un lado, el yo como sustancia
pensante (res cogitans), como mente, de la que no puedo dudar, pues la propia duda pondría en
evidencia mi existencia como mente. De ahí su famosa expresión “cogito, ergo sum; pienso, luego
existo”. Por el otro, el cuerpo, sustancia extensa (res extensa), regido por las leyes mecánicas que la
nueva ciencia había elaborado. Alma y cuerpo son, por lo tanto, dos sustancias distintas imposibles de
comunicar, pues ¿cómo algo espiritual, inmaterial e inmortal y regido por la libertad puede inducir o
intervenir en un mecanismo material, mortal y gobernado por la causalidad eficiente al igual que todo
el resto de cosas materiales?

La obra de Descartes produce lo que denominamos el problema mente-cuerpo. ¿Cómo una


idea, una intención o un deseo puede poner en movimiento un mecanismo corporal? ¿cómo se
comunican estas dos sustancias tan distintas? Reformulado en términos contemporáneos: ¿Cómo una
determinada disposición y activación de una red de neuronas puede producir un pensamiento, una
idea?

El pensamiento moderno va a traer como consecuencia la posibilidad de la psicología como


ciencia, pues al considerar que existe un lugar, independiente del cuerpo, donde se produce la vida
mental consciente, lleno de contenidos diversos: percepciones, ideas, sentimientos, emociones y que,
aunque no sepamos bien cómo, dirige las conductas de los seres humanos, se puede constituir una
ciencia independiente que, abandonando el cuerpo, se entregue al estudio de la mente.

De todo este proceso se va a difundir una serie de ideas sobre la psicología humana que
resumimos en el siguiente punto.

3.- La Teoría Popular de las facultades psicológicas


Como vemos, las largas tradiciones de pensamiento de las culturas se van configurando hasta
producir imágenes determinadas de las distintas cosas que nos preocupan y de las que requerimos una
explicación. Estas imágenes resultan ser de una importancia fundamental, pues todos los ámbitos de la
vida social se van a ver influidos por sus contenidos. En el caso que nos ocupa, la idea de persona, es
una idea central que encontramos en las prácticas educativas, sanitarias, judiciales, en nuestros
vínculos sociales, en nuestro modo de tratarnos y relacionarnos. Por eso, es importante clarificarla,
evaluarla y si, acaso, cambiarla. Nuestra tradición ha configurado una visión del ser humano que

George Lakoff y Mark Johnson resumen en los siguientes puntos, aunque haya otros elementos,


George Lakoff es profesor de Lingüística en la Universidad de California, Berkeley, y coautor, con
Mark Johnson, de Metáforas por las que vivimos (Metáforas de la Vida Cotidiana, Cátedra, Madrid).

6
también influyentes, que iremos incluyendo conforme revisemos algunas ideas de lo que hemos
denominado Psicología Científica.
1. El mundo consiste de un ámbito externo de objetos materiales y de uno interno, mental que
contiene entidades mentales: ideas, sensaciones, sentimientos y emociones. El ámbito externo es el
mundo “objetivo”; el interno es el mundo “subjetivo”.
2. El ámbito interno, mental, contiene una Sociedad de la mente con al menos siete miembros, las
“facultades”. Cada facultad, esto es, cada capacidad de la mente, es concebida como una persona.
Los nombres de estas personas son: Percepción, Imaginación, Sentimiento, Voluntad,
Entendimiento, Memoria y Razón.
3. Cada facultad-persona tiene una personalidad particular. Dependiendo de la personalidad, la
persona puede concebirse por metáforas comunes. Por ejemplo, una persona metódica,
responsable, desapasionada se conceptualiza comúnmente como una máquina, mientras que una
persona salvaje, impredecible, anárquica se conceptualiza comúnmente como un animal salvaje o
una fuerza de la naturaleza.
4. La Percepción es metódica y de confianza generalmente. Es un tipo de recepcionista, que
rutinariamente realiza la tarea pasiva de recoger las impresiones sensibles del cuerpo y pasarlas a
una especie de cadena de montaje en la que las otras facultades trabajan.
5. La Imaginación es habitualmente un artesano responsable, que puede en un momento
impredecible volverse juguetón, travieso o llegar a estar fuera de control. La Imaginación toma las
impresiones sensibles que llegan de la Percepción y construye con ellas imágenes que representan
cosas del mundo exterior. Normalmente esto lo hace de un modo metódico, pero a veces reúne los
contenidos de una manera novedosa para formar imágenes fantásticas que no se corresponden con
ninguna cosa existente.
6. Los Sentimientos son indisciplinados, cambiantes y a veces están fuera de control. Pueden
originarse por ideas que vienen de fuera o de dentro de la mente. Cuando surge, el Sentimiento
puede actuar poderosamente influyendo a la Voluntad. Por su personalidad, el Sentimiento es a
menudo conceptualizado metafóricamente como un animal salvaje o como una fuerza de la
naturaleza.
7. El Entendimiento es siempre tranquilo, sobrio, predecible y bajo control, y responsable. Su trabajo
es funcionar como un juez. Recibe imágenes de la Imaginación y las inspecciona para ver sus
estructuras internas. Si considera que la estructura de una imagen se corresponde con un concepto
existente, entonces asigna la imagen al concepto. Si juzga que esto último no ocurre, forma un
nuevo concepto para ella. Cada asignación de una imagen específica a un concepto general es una
proposición, o un juicio.
8. La Cadena de Montaje hasta aquí funciona de la siguiente forma: La Percepción recibe
impresiones sensibles desde el exterior y las pasa a la Imaginación, quien las combina en
imágenes y las pasa al Entendimiento. El Entendimiento juzga como asignar estas imágenes a
conceptos. Produciendo así proposiciones (juicios) que pasa a la Razón.
9. La Razón tiene buen juicio, es fría, controlada y sabia, y responsable por completo, y sigue
procedimientos explícitamente. Actúa como un legislador, juzga y administra. La Razón decide
qué tipos de cosas deben hacerse y determina las reglas para hacerlas. Juzga también si los otros
siguen las reglas adecuadamente. También reúne y analiza la información disponible desde el
Entendimiento y calcula cuidadosamente a partir de esta información las necesidades a cubrir.
Entonces da la orden a la Voluntad.

Ha sido uno de los fundadores de la semántica generativa en lingüística en los años 60, fundador del
campo de la lingüística cognitiva en los 70, y uno de los investigadores de la teoría neural del
lenguaje en los 80 y en la actualidad. Otros libros suyos son: Women, Fire, and dangerous Things.
Universidad de Chicago Press. 1987. More than Cool Reason, con Mark Turner, Universidad de
Chicago Press, 1989. Philosophy in the Flesh, the embodied mind and its challenge to Western
Thought, con Mark Johnson, Basic Books, New York, 1999. Where Mathematics comes from, con
Rafael Núñez, Basic Books, 2000

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10. La Memoria es usualmente metódica y normalmente de confianza, aunque no lo sea siempre. La
Memoria funciona como el guardián de un almacén. Toma elementos de la Percepción, la
Imaginación, el Entendimiento y la Razón y los almacena para usos futuros. También guarda
grabaciones de las acciones de todo el mundo. Y constantemente es requerida para reproducir
estos objetos y grabaciones para otras facultades y puede fácilmente ser sobrecargada de trabajo.
11. La Voluntad es la única persona en la sociedad que puede mover el cuerpo a la acción. Recibe
ordenes sobre qué hacer de la Razón y está sometida a presiones y peticiones por parte del
Sentimiento, que pueden entran en conflicto con las órdenes de la Razón. La Voluntad es libre
para actuar como le plazca, dado que es suficientemente fuerte. Es lo suficientemente fuerte para
resistir la fuerza de la Razón y puede elegir resistirse o no. Puede ser o no lo suficientemente
fuerte para resistirse al Sentimiento. La fuerza de la Voluntad es lo mejor para doblegar al
Sentimiento. Sentimiento y Razón frecuentemente luchan para controlar a la Voluntad. Si el
Sentimiento gana, es desafortunado, porque la Razón es la única que conoce lo que es mejor para
la sociedad como un todo.

George Lakoff y Mark Johnson. Philosophy in the flesh. The embodied mind and its
challenge to western philosophy. Basic Books, NY, 1999, (págs. 410-414).

Estas ideas, posiblemente con algunos aportes hechos desde el Psicoanálisis, configuran nuestra teoría
popular sobre la mente. La oportunidad de estas ideas es algo que la Psicología Científica debate desde
que a finales del siglo XIX toma carta de independencia y se esfuerza por constituirse en una ciencia
separada de la Filosofía o del pensamiento humanista. En este esfuerzo, es verdad que ha descuidado
las necesidades que los hombres y mujeres tienen de comprenderse y de explicarse, pero también ha
aportado claves de renovación que han mejorado muchas de nuestras prácticas sociales. En ese difícil
equilibrio, entre una ciencia humana que los seres humanos puedan usar para comprender lo que les
pasa y una ciencia admitida por la comunidad que elabora teorías adecuadas sobre el comportamiento
humano, es donde deberíamos colocar los intereses de la ciencia, aunque, a menudo, la Psicología
Científica, más que una ciencia que la gente pueda usar, ha producido una ciencia que se usa contra la
gente. Basta ver las aplicaciones sociales, empresariales, educativas o clínicas que se hace de la
Psicología en nuestro presente, para comprender que los logros de esta ciencia repercuten más en
intereses particulares de entidades e instituciones diversas, que en el tejido social de hombres y
mujeres que conviven y que requieren elementos conceptuales para comprenderse entre sí.
Resumiendo, el problema que se plantea la Psicología Científica podía expresarse en los
siguientes términos:

Cuando en la vida cotidiana explicamos la conducta de nuestros semejantes, utilizamos una


serie de términos y conceptos psicológicos. Pensamos que las personas 'creen' o 'sienten' o 'desean' o
'temen'. Suponemos que estos términos designan determinados estados mentales de las personas, que
tienen un determinado contenido que determinan o causan, de algún modo, sus conductas. Los
filósofos llaman a estos estados actitudes proposicionales, porque suponen una actitud del sujeto
hacia un contenido proposicional. La cuestión es si una Psicología Científica puede aceptar estos
términos para ofrecer explicaciones. Si una Psicología Científica puede utilizar los conceptos de
intenciones, creencias, motivos y deseos para comprender los procesos de pensamiento y la conducta
de los seres humanos. Repasemos brevemente lo que la Psicología Científica ha producido en este
sentido.

8
4. Los esfuerzos por construir una Psicología Científica.
La "invención" de la mente consciente por parte de Descartes va a tener dos consecuencias de
gran alcance, una para la filosofía, otra, para lo que en el futuro se denominará psicología. La obra de
Descartes supone para la filosofía el desplazamiento del centro de interés hacia la Teoría del
Conocimiento. Adicionalmente, cuando la ideas cartesianas llegan a los empiristas ingleses una visión
naturalizada de la teoría del conocimiento va a sentar las bases de una psicología científica.

Cuando Descartes sustituye el conocimiento de la realidad por el conocimiento de las ideas


que representan a las cosas, rompe con la idea clásica aristotélica según la cual se conoce las cosas
mismas a través del ojo interno. Lo que vemos ahora es un producto de nuestra actividad mental a
través de nuestra actividad cerebral. Si además se duda de la competencia de la mente humana para
producir representaciones fieles de las cosas, aparece la preocupación sobre la validez y fundamento
de nuestro conocimiento. Por otro lado, la teoría cartesiana, al intentar buscar un fundamento al
conocimiento, dada la situación inicial de la reflexión, creó el problema de explicar como el alma y el
cuerpo pueden comunicarse.

En el momento en que se difunden las ideas cartesianas en la escuela empirista inglesa, que
afirmaba que todo nuestro conocimiento proviene de la experiencia y que no aceptaba el conocimiento
innato, las soluciones de Descartes y de los racionalistas en general a estos problemas son rechazadas.
De esta manera, la exigencia de abordar una teoría del conocimiento previa a cualquier investigación
es a partir de ahora inexcusable.

Locke reúne o confunde más bien una serie de concepciones difícilmente agrupables. Por un
lado el rechazo al innatismo con la nueva mente consciente y activa cartesiana. Rechazo que le lleva a
no admitir la coherencia o armonía en la composición de las sustancias -cuerpo y alma- y en la
comunicación de los órganos fisiológicos del hombre. Aunque Locke no aporta una respuesta
demasiado sólida a este problema acepta la sintonización de estas sustancias. Lo que, por su posición
empirista, parece ineludible es su concepción de la mente. La mente para Locke se convierte en un
papel en blanco, una tablilla de cera o una tabula rasa donde quedan impresas las diversas
impresiones.

La exigencia que se impone Locke de, primero, buscar los orígenes y fundamentos del
conocimiento y segundo, abordar tal tarea mediante el análisis empírico imperante en la nueva ciencia,
le llevó a intentar encontrar el fundamento de nuestros juicios mediante el análisis de los procesos por
medio de los cuales la mente interna, la plantilla de cera, se apercibe de los objetos externos. Y este
análisis lo aplica no al proceso en sí, sino a su resultado. De esta forma al unir a una mente sin sujeto,
un modelo de conocimiento inspirado en la visión y un elemento básico de conocimiento que incide en
la mente a través de los proceso fisiológicos del hombre encontramos que el problema que le surgió a
Descartes, y al que Locke pretendía dar solución, no sólo no encuentra respuesta sino que poco a poco
ira llevando al pensamiento al escepticismo más inaceptable. El trabajo de Hume es la conclusión de
este proceso. Si el modelo de Locke, mezcla de Aristóteles y de Descartes, es llevado
consistentemente a término debemos aceptar, como Hume, que no existe fundamento alguno que
permita seleccionar algunas de las ideas presentes en la mente que aseguren la validez del
conocimiento.

El problema del fundamento va a marcar todo el desarrollo posterior de la filosofía. Esta


investigación epistemológica, dependiendo de dónde se busque el cimiento sólido, ha abierto otros
campos de investigación que han acabado independizándose del rigor que supone la exigencia de un
fundamento. Esta posibilidad, que ha permitido a la Psicología Científica segregarse de la
especulación filosófica, quedó abierta en el empirismo inglés.

Cuando Locke pensó que sólo el análisis de las condiciones (fisiológicas) que hacen posible

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los elementos de conocimiento, podía aportar una respuesta a su intención de investigar los orígenes y
fundamentos del conocimiento humano, abrió un nivel de análisis de los contenidos mentales que
hasta el momento no existía. Aunque este análisis confundió la idea de conocimiento que había
avanzado Descartes para regresar al tipo de actividad realizada ya por Aristóteles, sí organizó un
método y una preocupación por el funcionamiento de la mente, en particular sobre cómo funciona la
mente como lugar de residencia del conocimiento.

El asociacionismo era la manera en que la mente construía sus ideas. La mente, siguiendo el
modelo perceptivo visual, era impresionada por las ideas simples que quedaban estampadas en la
plantilla de cera. Esta componía nuevas ideas complejas por reflexión y por asociación de ideas
simples. El asociacionismo incrementó la confusión entre el conocimiento como resultado (creencias
en forma proposicional susceptibles de corroboración) y el conocimiento como proceso (el trabajo de
la mente sobre sus objetos), pero también se convirtió en el método de trabajo de la Psicología
incipiente.

Hume, que presentó el asociacionismo como el método de estudio y la manera real por la que
se crea el conocimiento, dejó a éste sin sujeto cognoscente. La mente cartesiana desaparecía para
convertirse en "un montón (heap) o colección de percepciones diferentes, unidas entre sí por ciertas
relaciones y que se suponen aunque erróneamente, dotadas de perfecta simplicidad e identidad" . (D.
Hume, Tratado de la Naturaleza Humana. I,IV,2, pág 344 de la edición castellana. Madrid. Editora
Nacional, 1981)

Los estudiosos posteriores a Hume desplazaron poco a poco el centro de atención del

conocimiento hacia la mente. Un tratamiento asociacionista riguroso tipo Hartley no sólo mantenía la
concepción humeana de la mente-mosaico, sino que, además, perdía cada vez más el interés filosófico
en el conocimiento como producto para interesarse en el acto o proceso de la mente.
√ √
Una serie de autores pioneros como Hartley, los Mill o de Bain se dedicaron a un nuevo
campo de investigación esencialmente psicológico, desinteresado en los orígenes o fundamentos del
conocimiento y preocupado únicamente por los elementos presentes a la mente y por las leyes por
medio de las cuales se combinan y se hacen más complejos. El mecanismo mental del hombre se
convirtió en el objeto propio de estudio de una nueva disciplina: La Psicología.

Desde la "mecánica mental" de Hartley hasta el reconocimiento de la conducta como


verdadero objeto de estudio, que no es sino aceptar los resultados asociacionistas, se habrán de


David Hartley (1705-1757) nació en Luddenden, Halifax, Inglaterra y fue educado en el Jesus
College de Cambridge. En 1749, publicó su obra en dos volúmenes Observations on Man. Hartley fue
el primero en aplicar el principio de asociación como una explicación fundamental y exhaustiva de
toda experiencia y actividad. Unió su teoría psicológica con postulados acerca de cómo funciona el
sistema nervioso.

James y John Stuart Mill (padre e hijo, respectivamente) representan dos versiones del
asociacionismo. James representa la llamada mecánica mental que consiste en afirmar que los
resultados mentales complejos son el resultado de la suma de elementos mentales simples. J.S. Mill
emplea la metáfora de la química, para hablar de una química mental que consistiría en que las ideas
se funden paracomponer las complejas

Alexander Bain (1812-1903). En 1855 escribe un libro que tendrá mucha repercusión que se titula:
"Los sentidos y la inteligencia", lo publicó en francés que en aquella época era la lengua más
importante. Habla de 2 leyes o formas de asociación:
ƒ Relatividad: nuestros estados mentales son relativos porque dependen en cada momento de la
situación anterior, que será lo que les condicione.
ƒ Difusión: desde lo orgánico a lo psíquico, y viceversa, se produce una difusión que da lugar a lo
psicosomático.

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recorrer al menos los siguientes estadios:

(1) La liberación del modelo mecánico para llegar a una especie de "química mental" de la
mano de J.S. Mill.

(2) La aceptación de un dinamismo mental por parte de Bain

(3) Someter este dinamismo mental a procedimientos experimentales, como hizo Ebbinghaus en
sus trabajos sobre asociación y memoria.

(4) Fundamentarlo en bases fisiológicas experimentales por parte de Pavlov, Bechterev -la
reflexiología soviética- o Thorndike, Watson o Guthrie - el conductismo-.

La Psicología encontró el camino que permitía interpretar el conocimiento, y por ende el


mundo y la verdad, como actividad mental del sujeto. En este punto, hemos llegado a la descripción de
la Psicología con la que comenzamos, aquella según la cual la Psicología busca un objeto de estudio
que pueda servir de explicación del ser humano. Por el camino, sin duda, se han realizado progresos y
se seguirán haciendo, pero a todos ellos cabe calificarlos de parciales, técnicos, específicos, porque
pierden de vista aquella pretensión ordinaria de disponer de un esquema explicativo y causal que
pueda usarse teniendo en cuenta el hecho de que existe un sujeto que decide su acciones. En gran
medida, el dilema de si debemos arrojar una visión de la naturaleza humana desde una psicología
científica o desde el conocimiento que nos exige la necesidad de actuar, de relacionarnos y de vivir en
sociedad, viene dado cuando el sujeto, la mente, la conciencia o lo que se decida como objeto de
estudio apropiado tienen que ser estudiado inevitablemente por un sujeto, una mente, una conciencia o
conducta. La Psicología tiene la difícil tarea de armonizar el hecho de que su objeto de estudio es a la
vez el sujeto que realiza el estudio y que usa sus resultados.

5.- La persona desde la Psicología Científica



1875 Wilhem Wundt obtiene una cátedra de filosofía en Leipzig. Allí funda su escuela y en
1879 funda el primer Laboratorio de Psicología. Este acto fundacional va a producir una larga historia
en la que la Psicología se institucionaliza como disciplina científica independiente. Hoy no es
infrecuente ver a Psicólogos en escuelas e institutos, en Hospitales, en terapias de todo tipo e incluso
en algún que otro equipo de fútbol o selección nacional de alguna actividad deportiva. Como vemos,
en un siglo se ha producido una interesante expansión de una disciplina, tanto en su
institucionalización, como en su presencia en la sociedad. Hoy "ir al Psicólogo" es una práctica común
que no significa nada más que necesitar ayuda en algún aspecto de la vida o de la conducta humana.

Desde este momento fundacional la psicología lucha por determinar su objeto de estudio, los
métodos que debe usar, los logros a los que es deseable llegar. La historia de la Psicología es, hasta el
presente, una sucesión de escuelas diversas. Cada una ha tenido su momento de auge y de influencia,
ha definido su propio objeto de estudio, los métodos permitidos, y, naturalmente, ha diseñado una
noción de persona que ha tenido consecuencias en la terapia psicológica, en las prácticas educativas o
clínicas y en los marcos legales, aunque, sin embargo, no ha influido fundamentalmente en los
conceptos que la gente usa para comprenderse y para comprender a los demás.


Wilhelm Maximilian Wundt (1832-1920) creó el primer laboratorio científico de psicología en 1879.
A partir de este momento podemos hablar de Psicología Científica. Wundt fue profesor de medicina y
fisiología humana en la Universidad alemana de Leipzig. Se le considera el fundador del
Estructuralismo. Escribió el libro Fundamentos de la Psicología Fisiológica, uno de los libros más
citados dentro de la psicología.

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Desde finales del siglo XIX y hasta los años 20 del siglo XX, muchos pensadores de distintas
procedencias vienen a confluir en la disciplina recién creada que va poco a poco consolidándose como
ciencia, institucionalizándose en cátedras de universidad y en laboratorios e implantándose en el
medio clínico y en la vida social. Se crean escuelas y tradiciones académicas, y, desde entonces,
ciertos nombres van a ocupar un lugar importante en la historia del pensamiento universal. Pero
aunque no se consigue una definición global y unitaria de la Psicología. Muchas de las tendencias o
trabajos de estos momentos serán revisados y utilizados en el futuro. Por ejemplo, la Psicología de la
Gestalt ofrece una visión de la práctica psicológica que tiene en nuestro presente numerosos
seguidores, sus investigaciones sobre percepción siguen siendo referencia obligada. La obra de F.
Bartlett es, en la actualidad, un punto de partida en el estudio sobre la memoria o el pensamiento.
William James está considerado como uno de los grandes pensadores de la historia. Pero no será hasta
la aparición del conductismo que la psicología científica logre una aceptación general en la
comunidad científica internacional. Aunque, con orígenes muy distintos, todas las escuelas
psicológicas científicas han encontrado un competidor en el Psicoanálisis de S. Freud. El
Psicoanálisis mantiene hoy todavía serias polémicas sobre su demarcación científica, pero quizá sea la
visión de la psicología humana que mejor se ha extendido a la vida ordinaria y muchos de sus
conceptos forman parte hoy de los recursos que las personas usamos para explicarnos nuestras
conductas y la de los demás. Finalmente, a partir de los años 50-60, el conductismo es sustituido en los
ámbitos académicos y profesionales por la Psicología Cognitiva.

Nuestro presente es un buen momento para hacer una revisión de las relaciones entre la
Psicología Científica y los sistemas de creencias de las personas que incluyen elementos para
comprenderse.

5.1. El Conductismo: El esquema Estímulo-Respuesta

Wundt había centrado en la experiencia inmediata el objeto de la Psicología. La experiencia


inmediata era para él la suma del contenido total de las experiencias y de cómo el sujeto influye en ese
contenido. De esta manera la psicología inicialmente va a ser una psicología interesada en el contenido
de la mente. Si queremos establecerla como ciencia necesitamos un método que nos aporte garantías a
la hora de la observación, la experimentación y la verificación de hipótesis. Pero, los contenidos
mentales son, como nos enseñó Descartes, privados, individuales, inaccesibles e incorregibles. Wundt
diseñó una técnica a la que denominó introspección que permitía mediante un entrenamiento del
observador una inspección controlada de la experiencia. Este método fue objeto de crítica por toda la
comunidad científica por no respetar los cánones requeridos para la objetividad científica.

En Europa aparecen diversos intentos de definir la Psicología, pero no será hasta los años 20
de la mano del psicólogo americano J.B. Watson que se logre una determinación de métodos y
procedimientos que va a ofrecer una imagen consistente, productiva y estable de la Psicología como
ciencia.

Influido por los trabajos de condicionamiento de Pavlov y por otros estudios en fisiología y
psicología animal, Watson desplaza el objeto de estudio a lo que puede ser observado, medido y
experimentado, sin la necesidad de contar con el sujeto que se estudia. La Conducta, entendida como
la respuesta de un organismo ante los estímulos exteriores, va a ser el objeto que lleve a la Psicología
al lugar que ocupan las ciencias experimentales. La Conducta se podía observar, experimentar,
predecir y modificar. De esta manera la Psicología cubría las funciones características de la ciencia.
Pero, ¿qué modelo de persona arrojó el conductismo?

La conducta respondía a un esquema explicativo que valía para cualquier organismo. Ante
determinados estímulos se producen respuestas. Si seleccionamos adecuadamente los estímulos o si
los condicionamos o incluso si reforzamos mediante un premio determinadas respuestas o si

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castigamos otras, podemos influir decisivamente en la conducta de los organismos. Para la Psicología
conductista la persona era algo a modificar. La eliminación de la mente, de todos sus contenidos y de
la conciencia igualaba al ser humano con el resto de los animales. De hecho es sintomático que la
mayoría de los experimentos se realizaran con animales: Pavlov trabajaba con perros, Watson tenía
preferencia por ratas y Skinner lo hacía con palomas.

La Mente era una caja negra donde si se realizaba algún proceso era epifenoménico o no tenía
ningún papel en la explicación de la conducta. El siguiente gráfico puede explicar esta idea:

Estímulo Mente Respuesta

El procedimiento fundamental que se diseña para modificar las respuestas establecidas, bien
por instinto o bien aprendidas, es el condicionamiento.

El condicionamiento clásico diseñado por Pavlov consistía en presentar comida a un perro, al


que se le había implantado quirúrgicamente una cánula en la boca para recoger directamente su saliva,
con el estímulo del alimento se asociaba sistemáticamente un estímulo, por ejemplo un sonido. El
sonido, inicialmente, no hacía salivar al perro, pero, después de varios emparejamientos con el
alimento, el sonido solo era capaz de producir por sí mismo la respuesta de salivación.

El esquema del condicionamiento clásico es, entonces, el siguiente:


Un Epifenómeno es una consecuencia que se produce en algún proceso o mecanismo que no tiene
eficacia causal o no cumple ninguna función. Por ejemplo, el ruido que produce un motor es un
epifenómeno. No cumple ninguna tarea, ni desempeña ninguna causa. Ocurre.

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(1) Estimulo Incondicionado (EI) Respuesta Incondicionada (RI)
Comida Salivación

(2) Estimulo Incondicionado (EI) Respuesta Incondicionada (RI)


+ Estímulo Neutro Salivación
Comida + Campana

Estimulo Condicionado (EC) Respuesta Condicionada (RC)


(3) Campana Salivación

De esta manera, el ser humano se unificaba con el resto de los organismos vivos que
manifiestan conductas. La tarea de la Psicología consistía en estudiar las secuencias de estímulos-
respuestas y su aplicación en terapia o en modificación de conducta: establecer asociaciones
condicionantes para que determinadas conductas se realizaran y otras se evitaran. En este
planteamiento, E. L. Thorndike y posteriormente B.F Skinner, en los años 50, establecieron el
condicionamiento operante . Ante la diversidad de las conductas de los seres humanos y dado su
carácter activo, el problema es conseguir seleccionar la deseada ante las posibles a realizar. Para ello
se define la noción de refuerzo. Reforzar una conducta significa premiarla de tal manera que el
organismo opte más frecuentemente por ella pues le trae mejores consecuencias. El refuerzo puede ser
también negativo, lo que supondría un castigo ante una conducta, algo que el organismo va a asociar
como algo a evitar.

Conducta R ƒ Refuerzo Positivo R+


ƒ Refuerzo Negativo R-

El Conductismo fue la escuela triunfante en psicología hasta los años 60, sin embargo su
capacidad explicativa del comportamiento de los seres humanos era bastante reducida, explicaba bien
cierto tipo de aprendizaje y funcionaba razonablemente bien en terapia ante determinados problemas.
Naturalmente el modelo de persona que se deriva de las ideas conductistas es sencillamente algo a
condicionar. Skinner, por ejemplo, en Walden II presenta una utopía social que aunque dulcifica los
modelos anteriormente expuesto por Orwell en 1984 o por Huxley en Un Mundo Feliz, mantiene la
idea de fondo de que el hombre es moldeable según un diseño estricto e interesado. La libertad y la
voluntad dejan de ser lo definitorio del ser humano.

El Conductismo dejó de interesar por dos razones. La primera razón resulta de la decidida
oposición que desde dentro de la investigación psicológica se produce en la psicología americana de
los años 60. El ser humano no puede reducirse a una relación inmediata entre estímulo-respesta. En
esta oposición la crítica realizada por N. Chomsky a las explicaciones conductistas sobre el origen y el
uso del lenguaje fueron definitivas. Chomsky reivindicaba una vuelta al mentalismo cartesiano. La
Mente necesitaba volver al campo de la psicología.

La segunda causa de la crisis del conductismo, fue el importante desarrollo que las
neurociencias y la biología estaban teniendo. El conductismo había eliminado de la escena todos los
elementos del ser humano que la ciencia natural no podía asumir. Al eliminar la mente y sus
contenidos, la experiencia fenoménica, la conciencia y los sentimientos, al eliminar los esfuerzos de
los seres humanos por el significado y por la comprensión del mundo, había desplazado por completo

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los estudios psicológicos hacia estudios más naturalizados que la biología o la neurociencia podía
desarrollar mucho mejor. No es de extrañar que fuera por esta época cuando diversas disciplinas
híbridas aparecieran con mucha fuerza en la escena científica. La etología, como la ciencia que estudia
el comportamiento animal, la sociobiología, que desde un planteamiento reduccionista intenta explicar
los comportamientos sociales apelando a condiciones biológicas de los seres humanos. También una
Neuropsicología que poco a poco va a ir dando resultados cada vez más completos y, contrariamente a
lo que se podía esperar, va a desplegar un programa de investigación que traicionará por completo los
planteamientos asociacionistas mecánicos del conductismo.

Al final, un clamor contra el conductismo supuso una renovación profunda del objeto de la
psicología y de su definición como ciencia. Pero, paralelamente, desde una tradición muy distinta, el
Psicoanálisis llevaba ya muchos años trabajando y logrando resultados en una dirección que conectaba
mucho mejor con las necesidades e interesas de las personas. De ahí su repercusión en la sociedad.
¿Qué ha significado el Psicoanálisis en la construcción de un modelo de persona?

5.2.- El Psicoanálisis: Inconsciente e Irracionalidad

El Psicoanálisis se ha convertido en la visión más influyente y difundida de la psicología


humana. Más que una mera teoría psicológica es una visión global, transformadora y revolucionaria de
la cultura occidental. Su iniciador, Sigmund Freud, se ha convertido en una referencia en muchos
campos de la ciencia, de la cultura y del arte. Sin embargo, la comunidad científica mira con recelo sus
teorías y las de sus seguidores por no satisfacer los criterios de falsabilidad y publicidad que debe
reunir toda teoría científica. Ha sido acusado de no científico y de conceder excesiva importancia a la
sexualidad a la hora de explicar el comportamiento humano. Como quiera que sea hay dos elementos
que no se pueden negar: el primero, es la gran difusión de sus prácticas terapéuticas, el segundo su
difusión en contextos tan dispares como la filosofía, la sociología, el arte y, sobre todo, la psicología
popular.

Efectivamente, sin ningún tipo de evidencia o prueba reconocida, hoy se habla del
inconsciente, de la frustración, de la represión de contenidos de conciencia o de impulsos como algo
natural. Se cree que los sueños pueden interpretarse y que los seres humanos obran por motivos
inconscientes difíciles de determinar. Hoy aceptamos que en los seres humanos hay zonas de
irracionalidad que nos llevan a la acción de forma inevitable. Creemos, también, que determinados
episodios de nuestras vidas influyen decisivamente en nuestra conducta posterior y que dichos
episodios pueden tener una acción inconsciente de manera perdurable y patológica. El Psicoanálisis en
gran medida supuso una ruptura de los valores e ideales de la Ilustración. La racionalidad contenía
zonas inaccesibles e inconscientes de irracionalidad

Las ideas de Freud sufren diferentes elaboraciones a lo largo de su vida, hasta el punto en que
se pueden diferenciar claramente diversos periodos en su pensamiento: Periodo del trauma afectivo
(1883-1897), Primera Tópica (1905-1920) y Segunda Tópica (a partir de 1920). En estas
reelaboraciones de la teoría se mantienen constantes algunas ideas sobre el modelo del ser humano y la
explicación de su comportamiento.

Para Freud, el dinamismo que manifiestan las personas se produce en un nivel inconsciente y
desconocido desde donde emergen pulsiones e instintos que luchan por concretarse y expresarse ante
las resistencias que presenta el nivel consciente del individuo. Estas pulsiones son fundamentalmente
dos: la Libido o instinto sexual y el instinto de conservación, sustituido después por el Thanatos o
instinto de muerte. Lo singular de esta división topográfica del individuo es que la zona más activa, la
que causa y permite comprender las conductas, es una zona oculta, desconocida, frecuentemente
inaccesible, inconsciente e irracional por cuanto no sigue ninguna regla lógica. Visto de este modo el
sujeto contiene un otro que le induce a la acción y que está fuera de control.

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Efectivamente, Freud piensa a los
Mundo Exterior seres humanos divididos en tres instancias:
El id o ello, el ego o yo y el superego o
E superyo. Estas instancias se jerarquizan en
G Consciente niveles de profundidad, aunque también se
O disponen horizontalmente. La parte más
profunda e inaccesible, completamente
Preconsciente inconsciente es el id, en donde residen las
pulsiones e instintos y, en consecuencia, es
la fuente del dinamismo del ser humano. A
esta instancia llegan también deseos
Amenaza Mecanismos de defensa reprimidos por los mecanismos de defensa
Inconscientes que el sujeto coloca en el nivel de la
consciencia. Pero también contiene
episodios reprimidos, recuerdos,
frustraciones, etc. Freud lo define como el
Superego foco activo de pulsiones que buscan repetir
las descargas del período infantil, pero
como los mecanismos de censura de los
estados consciente o inconscientes no lo
permiten, buscan salidas que escapen al
Represión
Id control consciente. Para Freud, el sueño es
Inconsciente Primitivo una de estas salidas, de ahí sus
posibilidades de interpretación. Otra salida
es en forma de síntoma.
Esquema del dinamismo del psiquismo humano
El id o ello no sigue leyes lógicas,
según la 2ª Tópica freudiana
no tiene ordenación temporal, sus
contenidos son internos e inaccesible al
exterior, por lo que propiamente son deseos. Para Freud el psiquismo es originariamente inconsciente.
Todo acto psíquico comienza siendo inconsciente, puediendo evolucionar hasta hacerse consciente si
no encuentra trabas o represiones. El medio de expresión o de enlace con el inconsciente es el
símbolo. De ahí la teoría de la sublimación artística. El arte, según Freud, puede ser una buena terapia
para liberarse de represiones o frustraciones.

El ego es la organización integrada de los procesos psíquicos, es parcialmente consciente, pero


también inconsciente. Es nuestra idea de mente como proceso gestor de las otras entidades que nos
conforman y que las dirige en la búsqueda de un equilibrio del organismo, sin embargo depende
energéticamente del id.

El superego lo constituyen elementos del mundo ideal que a través de la conciencia de los
padres entran a formar parte del ego del niño. Es la representación subjetiva de las demandas morales
de la sociedad, transmitidas por el yo ideal de los padres. Funcionalmente, es el sistema de
prohibiciones que se oponen a cosas factibles, pero no realizables. Inhibe pulsiones sexuales y
agresivas. No se conoce bien de dónde proviene su energía, pues básicamente es valor de
significación, pero termina siendo una energía destructiva que opera contra el ego.

Como vemos, el Psicoanálisis significó una ruptura con los ideales de racionalidad de la
Ilustración que presentaban al ser humano como alguien capaz de dirigir su vida y sus productos
según criterios racionales. Ahora los seres humanos pueden desconfiar de sí mismos, por cuanto saben
que hay en ellos algo de donde proviene su dinamismo que es ingobernable y que escapa a toda razón.
En el tema anterior hemos revisado con mayor profundidad las consecuencias que del psicoanálisis se
siguen para la idea de la naturaleza humana con lo que no insistiremos en ello.

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5.3.- La Psicología Cognitiva: Los sistemas que procesan información

Efectivamente el conductismo al inicio de los años sesenta entra en una profunda crisis
epistemológica de la que no se recuperará. Desde numerosos sectores se reivindica la mente como
objeto legítimo de estudio de la Psicología científica. El problema consistía en encontrar un método
que permitiera estudiarla y que fuera aceptado como científico. En esto, la teoría matemática de la
información, la teoría de la computación y el desarrollo incipiente de la informática vinieron a dar
claves fundamentales de cómo podría estudiarse objetivamente la mente sin entrar a considerar
informes subjetivos. La noción de información que se había obtenido de la teoría matemática de la
información y de la cibernética trajo consigo una revisión de la idea de conocimiento. El contenido
que demos a esta idea ha ido modificando los enfoques que desde una visión psicológica podíamos
hacer del ser humano.

La redefinición del conocimiento que se hace desde la Psicología Cognitiva consiste en


afirmar que los organismos construyen representaciones del medio que pueden procesar en función de
las necesidades para la acción.

Si el objetivo era devolver la mente al contexto de una psicología científica, se requería


elaborar un concepto de conocimiento proposicional que fuera el producto elaborado de la experiencia
humana y que fuera, a la vez, el elemento capaz de generar en los sujetos actitudes proposicionales o
creencias. Tras esta concepción del conocimiento que configuraba una posible línea causal entre
mundo-sujeto-conducta lo que se necesitaba, en su acercamiento psicológico para combatir los
defectos del conductismo, era una metodología explicativa capaz de dar cuerpo a esa línea causal
posible.

Esta metodología se denominó funcionalismo y consiste fundamentalmente en postular que los


organismos se configuran en secuencias de estados, estados mentales. Los estados internos de los
organismos se caracterizan por la presencia de ciertas representaciones mentales y contribuyen en un
proceso a producir las conductas de los organismos. Una descripción adecuada del organismo consiste
en una descripción del estado mental en el que se encuentra. Los estados mentales, si han de entrar en
una cadena causal de interés, deben mantener relaciones entre sus contenidos, y estas relaciones deben
pensarse como un trabajo mediante el cual se elaboran dichos contenidos para producir otros, uno de
los cuales se constituye como resultado. Dicho de otra manera, deben relacionarse
computacionalmente.

Estos son los presupuestos básicos de la explicación funcional: representaciones internas del
ambiente externo, que definen estados comprensivos, y procesamiento de tales representaciones hasta
desencadenar una solución. Pero, ¿cómo debemos construir teorías psicológicas teniendo en cuentas
estos supuestos? ¿Cómo podemos relacionar computacionalmente los contenidos de los estados
mentales?

En primer lugar, disponiendo de un vocabulario descriptivo en el que el contenido mental


pueda representarse perspicuamente. Y después, especificando transformaciones sobre las fórmulas de
ese vocabulario que permitan construir los estados y procesos mentales del organismo y en particular
su actitud proposicional.

Aquí se corría un grave riesgo: si las conductas de los individuos dependen de los estados en
los que se encuentran, es decir, de la relación particular de creencias e intenciones, entonces ¿cómo
podemos hacer una ciencia general capaz de predecir sin tener que preguntar qué es lo que cree y
desea el individuo en cada momento de su vida? Los contenidos semánticos de las creencias concretas
inducen a determinadas acciones, pero para hacer ciencia, se necesita un concepto teórico que suponga
un contenido semántico, pero que pueda ser analizado en términos meramente computacionales o

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sintácticos. Una simplificación analítica dio la solución. ¿Qué contienen nuestras creencias para
determinar nuestras acciones? La respuesta fue: Información.

La teoría de la información daba cuerpo a toda una serie de investigaciones que Wiener en
1948 vino a denominar Cibernética. La Cibernética intentaba realizar una síntesis de todo aquello que
maneja información, independientemente de quién lo maneje y de qué se maneje, la teoría de la
información daba las claves matemáticas precisas para decidir entre mensajes equiprobables y fundaba
en una nueva unidad de medida, el bit, la cantidad de información que se requería para tal elección. De
esta forma, cosas tan aparentemente distintas como los seres humanos, los animales, los circuitos

electrónicos, las arquitecturas von Neumann , y posteriormente abstracciones provenientes de la teoría
de la decisión tipo Máquinas de Turing, se unificaban para poder ser tratadas bajo el mismo punto de
vista y con los mismos formalismos.

La idea de fondo es que todos estos elementos, en el sentido lógico, son caracterizables como
sistemas de comunicación y como tal debe existir una relación sistemática entre la información que
entra y la información que sale. Este flujo de información requiere un procesamiento y un mecanismo
de control. La actividad psicológica va a consistir esencialmente, a partir de esta asimilación, en
localizar, delimitar y modelar tal flujo de información. La mente que requería el funcionalista
conseguía sus objetivos cuando se pensaba como un sistema de procesamiento de la información, y el
formalismo y el lenguaje que lo permitía era la teoría de la información.

El término información, punto de referencia final de toda la rebelión contra el conductismo,


era un concepto neutro y abstracto. Neutro en el sentido que dejaba transparentes los contenidos de los
estados mentales, o al menos podía dejarlos transparentes, lo significativo es que en la idea de
información quedaba exento la presencia de un significado, éste era irrelevante para el hecho de
manejar secuencias de signos, estímulos eléctricos, o en su caso estímulos perceptivos. La actividad
psicológica consistía en discriminar independientemente de lo que se colocara ante nuestra percepción.
Abstracto en tanto que no dependía de la naturaleza física del sistema utilizado.

La explicación funcionalista está estrechamente relacionada con la posibilidad de realizar


simulaciones. Cuando la mente se define funcionalmente como un sistema de procesamiento de la
información, es cuando tiene sentido plantearse, a través de la abstracción de la noción de
información, el objetivo de construir una mente. En este intento convergería por una parte la evolución
electrónica de los ordenadores y por otra la inaccesibilidad de la mente humana y finalmente el
desarrollo teórico mencionado que permitió equiparar, al menos en ese nivel lógico, mente y máquina.
Como tantas veces en la ciencia, se encontró en una metáfora un programa de investigación que logró
reunir diferentes ámbitos científicos y tecnológicos alrededor de la noción de flujo o procesamiento de
información. La metáfora computacional vino a unificar mente y máquina y lanzó a la Psicología a
una carrera para producir modelos teóricos o artificiales que pudieran hacer lo que los hombres hacen.

La psicología cognitiva establece una línea continúa entre mentes y máquinas. Naturalmente,
la posibilidad de tratar científicamente con mentes exigía simplificar éstas al nivel del proceso
mecánico de información, entendiendo la información como aquello capaz de hacernos optar por una
cosa sobre otra, por una acción frente a una alternativa. Pero, el porqué elegíamos tal o cual cosa, tal o
cual acción, seguía siendo desconocido para la ciencia. Ahora conocíamos el proceso de cómo
llegábamos a tomar una decisión, pero la razón significativa no podía abordarse. La Psicología
Cognitiva tuvo que dejar al margen elementos tan humanos y que toman un papel tan crucial en las
conductas de los hombre como los sentimientos, la conciencia y en general toda manifestación


John von Neumann (Hungría, 1903 - Washington 1957) fue un matemático eminente de comienzos
de siglo. Entre sus creaciones destacan la teoría axiomática de conjuntos, la teoria de juegos o las
arquitecturas von neumann que no son ni más ni menos que el diseño de los ordenadores digitales
con lo que trabajamos a diario en la actualidad.

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fenomenológica de la experiencia mental, es decir lo que aporta significado, lo que nos concede
sentido. Este parece ser el último esfuerzo que tenemos que dar, ¿cómo diseñar una teoría capaz de
explicar y poner en funcionamiento el significado que los seres humanos buscamos a lo que nos rodea
y a lo que nos afecta?

5.4.- La Búsqueda del significado

Iniciábamos el tema preguntándonos: ¿Qué consecuencias se siguen para la vida concreta de las
personas el hecho de que concibamos la mente humana de tal o cual manera, que abordemos el estudio
psicológico de las personas bajo este o aquel modelo teórico? Si intentamos responder a esta cuestión
desde la escuela psicológica imperante en la actualidad podríamos dar la siguiente respuesta:

Si concebimos la mente humana como un sistema que procesa información, entonces

(1) El mundo debe ser concebido como un mundo etiquetado, donde todo está dado de una
vez por todas objetivamente y el sujeto no parte de él.

La epistemología objetivista que exige el modelo cognitivo supone un concepto


de la información que carece de novedad y de significación para los seres que la
procesan, que únicamente debe encajar en las estructuras sintácticas preestablecidas en el
cerebro, que debe entenderse como un sistema lineal, autocontenido y no sensible al
contexto.

De esta manera, el mundo se contempla, no se construye y el hombre pierde la


capacidad de aportar u obtener sentido de su actividad en el mundo. No habría entonces
procesos creativos que puedan ir más allá de la información de entrada. El hombre
quedaría sujeto al destino que le brindan sus propios procesos transformacionales,
deductivos, independientemente del sentido que puedan contener.

(2) Como consecuencia de lo anterior dos elementos sumamente importantes en la capacidad


adaptativa de los organismos inteligentes, como son el aprendizaje y lo que podemos
denominar "sentido común", se ven seriamente comprometidos.

Si entendemos aprender como incrementar el repertorio de conductas, entonces


debemos prioritariamente resolver cómo este repertorio puede modificarse más allá de lo
previamente instruido. ¿Puede un ordenador realizar una tarea de distinta forma a como
determina la función de su código?

El funcionalismo, como el método elaborado del modelo cognitivo, no ofrece


sino diseños de mando y control de carácter general que obvian el contenido y la
intención de la tarea a realizar.

La inteligencia es realizar tareas con éxito, y en la mayor parte de los casos eso
exige un uso creativo de recursos. Sin embargo en los modelos funcionalistas los
recursos vienen determinados por la representación a conseguir como una función o
proceso sobre otra previa. Al contrario, en las tareas, en los problemas en los cuales el
hombre debe crear soluciones las relaciones entre procesos y representaciones vienen
precisamente determinadas por los recursos y éstos por el objetivo de la tarea a realizar,
es decir, la intención. El funcionalismo, al contrario, es indiferente a la intención, al
contenido que se procesa, y lo es porque para poder afrontar esta concepción de la tarea
necesitamos tener muy presente a la conciencia como un elemento causal importante que
media entre lo nuevo y su fondo, lo que podemos llamar "sentido común".

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(3) Para la Psicología cognitiva lo real son los procesos computacionales que se desarrollan
inconscientemente. La conciencia es un mero epifenómeno que se limita a contemplar los
resultados de estos procesos inconscientes que aparecen a la consciencia sin ninguna
variación. La conciencia no tiene papel causal alguno.

Pero, si admitimos esto debemos admitir también la imposibilidad de que


nuestras experiencias -que son y sólo son conscientes- sean significativas y que puedan
activar intenciones.

Necesitamos comprender la relación que se establece entre nuestra experiencia


consciente y los procesos no-conscientes. Necesitamos comprender cómo integramos
nuestros resultados inconscientes en experiencias significativas de nuestro medio que van
a activar intenciones, que es lo que permite trazar una línea cognitiva entre medio, sujeto
y sus conductas.

Pero, para comprender esta relación debemos volver a replantearnos los procesos
representativos que configuran nuestra experiencia. Y ésta parece resultar de
categorizaciones del medio que no son un producto directo de nuestro procesamiento no-
consciente, sino que en ella median creencias tácitas, experiencias previas, golpes de
ingenio o estupidez, actitudes adquiridas a lo largo de nuestra vida, nuestra propia
imagen, nuestro "sentido común". En esta relación hay siempre incluida, pues, un modelo
del mundo y del yo. Y en estos modelos no sólo se incluye lo que es y cómo sino lo que
será y lo que nos gustaría ser. Nuestra representación del mundo es una mediación entre
lo real y lo posible.

(4) Por eso la memoria contenida en los modelos cognitivos no cumple más que el papel de
almacén de rastros grabados indeleblemente. Sin embargo, todos hemos olvidado alguna
vez aquello que precisamente nos convenía; todos hemos contado nuestros recuerdos
dependiendo de las situaciones y de las intenciones depositadas en ellas; todos nos hemos
servido de nuestros recuerdos para proyectar nuestro futuro.

El modelo cognitivo igualmente no concede ningún papel causal a nuestra


memoria en el proceso de representación del mundo, sólo aquel auxiliar, periférico, que
cumplen los discos duros de nuestros ordenadores.

(5) Y es que en la inteligencia, como vienen insistiendo numerosos autores postcognitivos,


intervienen emociones y sentimientos que, producto de nuestro desarrollo filogenético,
funcionan como valores que nos animan a continuar por un camino o a huir lo antes
posible. La posibilidad de una organización fructífera de la vida pasa por nuestro sistema
emocional y sentimental. Y eso es algo de lo que los modelos cognitivos tendrán que
rendir cuenta alguna vez.

Si ya tenemos un hombre incapaz de aprender, privado de sentido en un mundo


construido y ajeno a él, al que se le ha arrebatado la voluntad y tiene que ser motivado; si su pasado no
cuenta y su presente se reduce al ámbito que determinan ciertos comandos que le llevan a actuar; si está
constantemente expuesto al peligro de la idiotez en la medida en que una variación mínima de su entorno
producirá un efecto catastrófico y si además le despojamos de aquel elemento emocional que le lleva a la
acción o a la repulsa, que funda valores en los que construir su convivencia, y que consuela a la
humanidad con la esperanza de un mundo mejor; entonces, parece que la Psicología científica que hemos
producido en el siglo XX nos resulta poco útil aunque cumpla los cánones del rigor científico. Nos lleva a
un mundo inerte, sin sentido, en el que como máquinas realizamos los procesos que algún ente misterioso
nos ha programado con eficacia.

Ya sólo queda plantearse cómo podría ser una Psicología Científica que pudiera ser usada con

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beneficio por los seres humanos para comprenderse a ellos mismos y a sus semejantes. Algunas ideas
están siendo elaborados en la actualidad:

Los Retos para una teoría Psicológica

(1) Dado que el mundo no está etiquetado de una vez por todas y que además no permanece
constante, dado también que no se da por completo de golpe, sino que guarda siempre espacios de
novedad, resulta de suma importancia abrir una reflexión de corte filosófico que ajuste las
condiciones del mundo a la vida mental inteligente de los seres humanos. En concreto, lo que hay
que revisar con sumo cuidado es la epistemología y la metodología en la que debe asentarse la
ciencia psicológica. Si como hemos visto el objetivismo y el funcionalismo contienen
consecuencias no deseadas para el ejercicio científico, convendrá entonces buscar alternativas que
nos presenten el mundo como algo variable, lleno de novedad y dependiente de los procesos de
categorización y conceptualización que lo construyen. Lo que está en juego es ofrecer una
explicación de los procesos de representación que se ajusten mejor a las conclusiones obtenidas
del campo de la biología por una parte, y a los presupuestos filosóficos que éstas deben provocar.

(2) Si el mundo es variable, si depende en gran parte de nuestras formas de conceptualizarlo y de


categorizarlo, uno de los retos fundamentales que debe afrontar cualquier diseño teórico es el
aprendizaje y afrontarlo como el elemento adaptativo que es. En este sentido el paso de la
biología a la psicología, paso que no puede por más tiempo detenerse, debe comprenderse en
función del proceso por el cual la especie y los individuos se adaptan mejor a sus medios.

(3) El creciente avance en las neurociencias debe permitir colocar en una línea continua la
investigación biológica sobre el cerebro con la investigación psicológica sobre la mente. Nuestros
modelos de mente deben poder ofrecer una respuesta consistente con todos los datos científicos al
problema tradicional de la mente y el cuerpo. Las alternativas clásicas no parecen ya suficientes.
Desde numerosas posiciones se advierte que no podemos prescindir de nuestras descripciones
mentalistas, que la experiencia fenoménica juega un papel causal en la producción de conductas
y, en consecuencia, cualquier posición reduccionista de uno u otro extremo dejará deficiente
nuestra teoría. Es crucial comprender el proceso por el cual llegamos a tener una conciencia.

(4) Por eso, la explicación de la conciencia, como indica la abundante bibliografía producida sobre
este tema en los últimos años, ha pasado a ser la piedra angular de los modelos teóricos que
queremos promocionar.

Debemos ser capaces de dar cuenta de la conciencia como un producto de la evolución y


mostrar cómo puede emerger en el curso del desarrollo individual desde, quizá, una conciencia
primaria que permite una categorización perceptiva hasta una conciencia de orden superior que
nos aporta una construcción del yo, un carácter subjetivo y diferenciable y una capacidad para
tratar con objetos independientes de uno mismo.

La intencionalidad es una propiedad psicológica que contiene una dimensión semántica


que hay que abordar. No sólo nos comportamos sino que actuamos movidos por fines e
intenciones y la conciencia es el medio en donde se resuelven las acciones.

(5) La posibilidad entonces de trazar esta línea continua que una cuerpo con mente consciente
quedará supeditada a reconsiderar ciertos procesos psicológicos que el modelo cognitivo o ha
descuidado o ha enfocado desacertadamente. Fundamentalmente habrá que revisar los procesos
de memoria y producción de conceptos. También, tendremos que construir una teoría del lenguaje
-de su adquisición, su producción y su comprensión- que modifique radicalmente los enfoques
producidos hasta ahora. Las teorías estáticas y multialmacén de la memoria no soportan ya
ninguna revisión. En coherencia con los puntos anteriores, deberemos abordar la memoria como

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un proceso dinámico por el que reconstruimos experiencias pasadas a la luz de nuestro presente.
El olvido no es la deficiencia que siempre hemos querido evitar, sino que el olvido resultará ser el
elemento dinamizador de nuestros procesos de recuerdo.

De igual modo que no disponemos de un almacén donde guardar conceptos, nuestros


procesos de conceptualización y categorización, como elementos previos a nuestros procesos
inteligentes superiores, deberán ajustarse mucho más a nuestra capacidad de crear metáforas, a
nuestra imaginación y a nuestro experiencia corporal en el mundo físico. Debemos explicar cómo
construimos el mundo, cómo llegamos a poseer un mundo dotado de sentido a partir de nuestra
experiencia corporal previa. Somos organismos continuos, donde cualquier ordenación o
jerarquización de elementos nos devolverá a posturas teológicas o metafísicas que han producido,
a lo largo de los siglos, más problemas que soluciones

(6) Quizá el mayor reto sea abordar la dimensión emocional y sentimental del ser humano. Por ser
ésta la que termina interesando a las personas, por ser ésta de la que menos conocimientos se
posee, por ser ésta la que revierte en las vidas cotidianas, en los miedos y temores, en las
esperanzas y anhelos de la gente.

Comprender cómo afectan nuestros sentimientos en nuestra toma de decisiones, cómo dirigimos
nuestra mirada al mundo dependiendo del gusto o del disgusto, cómo nos comportamos racional o
irracionalmente, cómo, en fin, hacemos de nuestras vidas proyectos de vida, es el verdadero objeto de la
psicología.

Comprender cómo vemos o cómo recordamos es tan sólo una pequeña parte del esfuerzo que
debe hacer la psicología. El verdadero trabajo que hay que lanzar hacia el futuro es el de comprender
cómo las personas construyen sus vidas. Por eso, no es infrecuente, no sólo para las personas normales
sino también para los teóricos, recurrir a novelas y películas para comprender las acciones de los seres
humanos. Muchos autores a lo largo de la historia, pero muchos más en nuestros días presentan la
literatura como aquello que es capaz de cubrir el desinterés y la incapacidad de la ciencia por tener una
presencia activa en la vida cotidiana. La literatura ofrece lo interesante que la ciencia hasta hoy no puede
proveer. ¿Debe admitirse desconsoladamente esta disociación? ¿No podemos hacer una ciencia que logre
interesar a la gente, que ofrezca modelos y razones de vida? ¿No debemos?

6.- Conclusiones: El Concepto de ser humano


Una revisión de las distintas visiones que las diferentes escuelas psicológicas han aportado a
lo largo de la historia sobre el ser humano nos suscitará, seguramente, una simple pregunta: ¿Cómo
somos? La variabilidad de las respuestas obtenidas por el hombre no nos hace sencilla la tarea de
elegir una respuesta. A la postre quizá tengamos que admitir que nuestras respuestas científicas
respecto de nosotros mismos no conseguirán una solución definitiva.

Visto así, tal vez, sea interesante cambiar el punto de vista y preguntarnos mejor ¿cómo
queremos ser? y dependiendo de la respuesta que demos, investigar qué concepto de persona, qué
métodos de estudio y qué procedimientos de terapia y de relación debemos producir para llegar a ser
esto que queremos ser. La Psicología Científica, como toda la ciencia en general, debe plantearse qué
consecuencias se siguen o se pueden seguir de sus teorías para la vida cotidiana de los hombres. Pero,
en este tema en particular, quizá sea mucho más urgente esforzarse en diseñar y elaborar una ciencia
que pueda servir a la gente para comprenderse, para relacionarse mejor y para crear sociedades y
vínculos sociales más profundos y enriquecedores.

Pensar que hay una naturaleza humana que puede conocerse, termina produciendo un modelo
de persona que nos vemos obligados a vivir. Si invertimos el proceso, pensar primero qué modelo
queremos, quizá nos permita más fácilmente después llegar a ser persona.

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Materiales Complementarios

Siento cada vez más que sólo una gran novela consigue expresar las múltiples dimensiones de la
experiencia humana, las vidas subjetivas interiores, los comportamientos en una sociedad, una historia, un
mundo, al tiempo que plantea, bien en boca de los personajes, bien en el pluma del autor o bien, incluso,
implícitamente, los problemas del destino humano.

E. Morin, Mis demonios, Kairós, 1995

En el desarrollo de la ciencia, se puede comprobar una y otra vez que las propiedades del
mundo que son más accesibles al ser humano, aquellas que nos preocupan, o sobre las que se escriben
novelas, no son las mismas que pueden ser estudiadas científicamente.

J.A. Fodor, La Modularidad de la Mente, Morata, 1986

"La supresión de la Memoria, la eliminación de los relatos, la reducción de la imaginación ya no


pueden invocar el ideal de inteligibilidad que encarna la física y pretender que ese sea el precio
"racional" a pagar por la constitución de la sociedad en objeto científico."

I. Prygogine, El Redescubrimiento del Tiempo, Archipiélago 10-11 y 12, 1992

Nuestras representaciones sobre el yo comienzan a aclararse, y a ganar nitidez sus diferentes


nexos. Ahora vemos al yo en su potencia y en su endeblez. Se le han confiado importantes funciones,
en virtud de su nexo con el sistema percepción establece el ordenamiento temporal de los procesos
anímicos y los somete al examen de realidad. Mediante la interpolación de los procesos de
pensamiento consigue aplazar las descargas motrices y gobierna los accesos a la motilidad. Este
último gobierno es, por otra parte, más formal que fáctico; con respecto a la acción, el yo tiene una
posición parecida a la de un monarca constitucional sin cuya sanción nada puede convertirse en ley,
pero que lo piensa mucho antes de interponer su veto a una propuesta del Parlamento. El yo se
enriquece a raíz de todas las experiencias de vida que le vienen de afuera; pero el ello es su otro
mundo exterior, que él procura someter. Sustrae libido al ello, trasforma las investiduras de objeto del
ello en conformaciones del yo. Con ayuda del superyo, se nutre, de una manera todavía oscura para
nosotros, de las experiencias de la prehistoria almacenadas en el ello.

Hay dos caminos por los cuales el contenido del ello puede penetrar en el yo. Uno es el
directo, el otro pasa a través del ideal del yo; y acaso para muchas actividades anímicas sea decisivo
que se produzcan por uno u otro de estos caminos. El yo se desarrolla desde la percepción de las
pulsiones hacia su gobierno sobre estas, desde la obediencia a las pulsiones hacia su inhibición. En
esta operación participa intensamente el ideal del yo, siendo, como lo es en parte, una formación
reactiva contra los procesos pulsionales del ello. El psicoanálisis es un instrumento destinado a
posibilitar al yo la conquista progresiva del ello.

S. Freud. El yo y el ello. Los vasallajes del yo (1923)

308. "¿Cómo se llega al problema filosófico de los procesos y estados mentales y del conductismo?.-
El primer paso pasa totalmente desapercibido. ¡Hablamos de procesos y estados y dejamos
indeterminados su naturaleza!. Quizá alguna vez lleguemos a saber más sobre ellos - pensamos.
Pero justamente con ellos nos hemos atado a un determinado modo de considerar las cosas, pues

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tenemos un concepto definido de lo que quiere decir aprender a conocer más de cerca un proceso
(El paso decisivo en el truco del prestidigitador se ha dado y precisamente el que nos parecía
inocente). Y ahora se desmorona la comparación que debía habernos hecho comprensibles
nuestros pensamientos. Hemos de negar, pues, el proceso aún incomprendido en el medio aún
inexplorado. Y así parece, por tanto, que hemos negado el proceso mental. ¡Y naturalmente no
queremos negarlo!"

L. Wittgenstein. Investigaciones Filosóficas. Crítica, Barcelona, 1988. Pág. 252-253

Condicionamientos clásico y operante


El término aprendizaje puede mantenerse provechosamente en su sentido tradicional para
describir el hecho de que se recuerden ciertas respuestas en situaciones complejas. Los términos para
el proceso de adquisición pueden tomarse de los análisis de Pavlov sobre el reflejo condicionado. El
mismo Pavlov llamó refuerzo a todo hecho que fortaleciera la conducta y condicionamiento a todo
cambio resultante.
En el experimento de Pavlov, sin embargo, el refuerzo se asocia con un estímulo, mientras que
en la conducta operante se hace depender de una respuesta. El refuerzo operante es, por tanto, un
proceso separado y requiere un análisis aparte. En ambos casos, al fortalecimiento de la conducta que
resulta de un refuerzo se le llama, de una manera apropiada, condicionamiento. En el condiciona-
miento «operante» fortalecemos la actividad en el sentido de hacer que la respuesta sea más probable
o, de hecho, más frecuente. En el condicionamiento pavloviano o «respondente» simplemente in-
crementamos la magnitud de la respuesta provocada por el estímulo condicionado y acortamos el
tiempo que transcurre entre estímulo y respuesta.
Observemos, de manera incidental, que estos dos casos agotan todas las posibilidades: un
organismo está condicionado cuando un refuerzo (1) o bien acompaña a otro estímulo (2) o bien sigue
en el tiempo a la propia conducta del organismo. Cualquier caso que no haga ni lo uno ni lo otro no
tiene eficacia para cambiar la probabilidad de una respuesta.
B. E. Skinner, Ciencia y conducta humana. Barcelona, Fontanella, 1971, p. 86.

"... es completamente imposible dar sentido a la noción de psicología computacional a menos


que se asuma la existencia de un lenguaje participado por todos los poseedores de creencias. La idea es,
escuetamente, que todo organismo que tiene vida mental tiene acceso a algún sistema de
representaciones internas... y que el principal objetivo de las teorías de la información debe ser el de
caracterizar este sistema de representaciones y ofrecer las condiciones necesarias y suficientes requeridas
para tener actitudes proposicionales por referencia a las relaciones entre organismos y fórmulas del
sistema."
J.A. Fodor, Computation and Reduction, 1978

"Un brillante movimiento de ajedrez mientras la habitación se llena de humo porque la casa se
está quemando no demuestra inteligencia. Si tuviéramos que dar un nombre a la capacidad de producir
movimientos de ajedrez brillantes sin tener en cuenta las circunstancias de la vida real, sería el de
inteligencia artificial".
Holt

"La conciencia parece ser el último bastión de las propiedades ocultas, de los epifenómenos, los
estados subjetivos inconmesurables, en suma, el área de la mente que se estima más conveniente dejar a
los filósofos, quienes son bien acogidos en ella. Que ellos hagan el ridículo tratando de acorralar el
azogue de la "fenomenología" dentro de una teoría respetable."

D. Dennett. Hacia una teoría Cognitiva de la Conciencia, Crítica, México, 1989.

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