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Un 

acto administrativo es toda manifestación o declaración emanada de la administración


pública en el ejercicio de potestades administrativas, mediante el que impone su voluntad
sobre los derechos, libertades o intereses de otros sujetos públicos o privados y que queda
bajo el del comienzo. Ejemplo: conceder o denegar jubilaciones a personas.

 Se trata de una declaración de voluntad, intelectual, no son actividades materiales


(ej.: ejecuciones coactivas). Sin embargo, por declaración no ha de entenderse
únicamente la que formalmente se presenta por escrito como tal (aunque esto sea
lo frecuente y lo deseable).
 La declaración puede y será normalmente de voluntad, pero puede serlo también
de otros estados intelectuales: de juicio, de deseo, de conocimiento.
 La declaración en la que el acto administrativo consiste debe proceder de una
Administración, por lo que se excluyen los actos jurídicos del administrado que,
aunque sometidos al Derecho Administrativo se rigen por disposiciones diferentes.
 El acto administrativo es esencialmente material, lo cual no excluye que la
voluntad del administrado pueda jugar como presupuesto de su existencia (ej.:
resolución de conclusión de un procedimiento por desistimiento o renuncia del
administrado o interesado) o de eficacia (ej.: toma de posesión de un funcionario).
Lo normal es que el acto emane del órgano que directamente tiene competencia
para dictarlo, pero puede surgir de una forma indirecta, es decir ser dictado por
una persona que no tenga la condición subjetiva de Administración, pero que
actúa poderes delegados por una Administración (ej.: concesionarios).
 La declaración administrativa en que el acto consiste se presenta como el ejercicio
de una potestad administrativa, es lo que conecta el acto a la legalidad.
 La declaración (de voluntad, juicio, deseo o conocimiento) en que consiste el acto
administrativo es unilateral, es decir ha de ser producida unilateralmente por una
Administración pública, sin la intervención ni el concurso ni el consenso o acuerdo
de ninguna otra entidad.
 El acto administrativo ha de ser producido por una Administración pública
entendiéndose ésta en sentido amplio.
 El acto administrativo ha de dictarse en ejercicio de una potestad administrativa,
es decir de una potestad pública. Cuando una Administración pública dicta un acto
administrativo actúa ejercitando una potestad pública, de imperium, revestida de
prerrogativas, estando en una posición de superioridad respecto a los particulares.
Las Administraciones públicas no pueden emitir actos administrativos cuando
actúan como cualquier otro particular, sin ejercitar una potestad pública, porque en
tal caso están actuando como cualquier sujeto particular, privado.
 La potestad administrativa ejercitada para dictar un acto administrativo es distinta
de la potestad reglamentaria. Ambas potestades son públicas pero la potestad
reglamentaria es una potestad normativa que permite producir normas jurídicas
innovando el ordenamiento jurídico administrativo. Sin embargo la potestad
administrativa productora de actos administrativos no es una potestad normativa,
su producto – el acto administrativo – no innova el ordenamiento jurídico. Como
ejemplo del producto de una potestad reglamentaria podemos citar un real decreto
del Consejo de Ministros, una orden ministerial que regulen el ejercicio de una
actividad comercial, innovando normativamente la regulación jurídica existente
hasta entonces sobre esa materia. Como ejemplo de un acto administrativo se
puede citar una resolución administrativa dictada por un Consejero de una
Comunidad Autónoma concediendo una ayuda económica o subvención por la
creación de empleo o por la contratación de trabajadores. También la potestad
administrativa expropiatoria es una potestad pública pero no es de carácter
normativo. Lo mismo ocurre con la potestad administrativa sancionadora. La
resolución administrativa que resuelve un procedimiento administrativo de
expropiación forzosa y la que resuelve un procedimiento sancionador son actos
administrativos, no son normas jurídicas. Por ello es posible precisar aún más el
concepto de acto administrativo tomando el que da el profesor Eduardo García de
Enterría, sobre la base de la definición que de aquel dio Zanobini. Así se puede
decirse que el acto administrativo es una declaración unilateral de voluntad, juicio,
deseo o conocimiento realizada por una Administración pública en el ejercicio de
una potestad administrativa distinta de la potestad reglamentaria.

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