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Actividad de Aprendizaje 2
Investigación. Condiciones sociales en que
aparecen las escuelas éticas
Estoicismo El estoicismo fue una escuela filosófica fundada por Zenón de Citio en
el 301 a. C. Su doctrina filosófica estaba basada en el dominio y control de los hechos,
cosas y pasiones que perturban la vida, valiéndose de la valentía y la razón del
carácter personal. Su objetivo era alcanzar la felicidad y la sabiduría
prescindiendo de los ienes materiales. Su período de preeminencia va del siglo III a.
C. hasta finales del siglo II d. C. Tras esto, dio signos de agotamiento que
coincidieron con la descomposición social del alto Imperio romano y el auge del
cristianismo. La concepción ética de esta escuela según la cual el bien no está
en los objetos externos, sino en la sabiduría y dominio del alma, que permite
liberarse de las pasiones y deseos que perturban la vida.
Jhon locke Locke se acercó a tales ideas como médico y secretario que fue del
conde de Shaftesbury, líder del partido Whig, adversario del absolutismo monárquico
en la Inglaterra de Carlos II y de Jacobo II. Convertido a la defensa del poder
parlamentario, el propio Locke fue perseguido y tuvo que refugiarse en Holanda, de
donde regresó tras el triunfo de la «Gloriosa Revolución» inglesa de 1688. Locke fue uno
de los grandes ideólogos de las élites protestantes inglesas que, agrupadas en torno
a los whigs, llegaron a controlar el Estado en virtud de aquella revolución; y, en
consecuencia, su pensamiento ha ejercido una influencia decisiva sobre la
constitución política del Reino Unido hasta la actualidad. Defendió la tolerancia
religiosa hacia todas las sectas protestantes e incluso a las religiones no cristianas;
pero el carácter interesado y parcial de su liberalismo quedó de manifiesto al excluir
del derecho a la tolerancia tanto a los ateos como a los católicos (siendo el
enfrentamiento de estos últimos con los protestantes la clave de los conflictos
religiosos que venían desangrando a las islas Británicas y a Europa entera).
Friedrich Nietzsche Entre las divisiones que se han propuesto para las obras de
Nietzsche, quizá la más sincrética sea la que distingue entre un primer período de
crítica de la cultura y un segundo período de madurez en que sus obras adquieren un
tono más metafísico, al tiempo que se vuelven más aforísticas y herméticas. Si el
primer aspecto fue el que más impacto causó en su época, la interpretación
posterior, a partir de Heidegger, se ha fijado sobre todo en sus últimas obras. Como
crítico de la cultura occidental, Nietzsche considera que su sentido ha sido siempre
reprimir la vida (lo dionisíaco) en nombre del racionalismo y de la moral (lo apolíneo);
la filosofía, que desde Platón ha transmitido la imagen de un mundo inalterable de
esencias, y el cristianismo, que propugna idéntico esencialismo moral, terminan por
instaurar una sociedad del resentimiento, en la que el momento presente y la infinita
variedad de la vida son anulados en nombre de una vida y un orden ultraterrenos, en
los que el hombre alivia su angustia.
Jhon Dewey La primera obra publicada por Dewey fue -lo cual es significativo-
una Psychology(1887); en ella demostró su autor que la naturaleza y la función
"instrumentales" de la inteligencia son el principio esencial del pensamiento filosófico; la
filosofía -da a entender allí- no es una parienta de la psicología, sino una hija bastarda de
la misma. La forma de esta descendiente empezó a aparecer en Esbozos de una teoría
crítica de la ética (Outlines of a Critical Theory of Ethics, 1891), que tres años después se
convirtió en The Study of Ethics. Entre las dos obras, y como explicación, según Dewey,
del desarrollo que se había producido de la primera a la segunda, surgieron los Principios
de psicología de James, quien, después de Hegel, ejerció sobre su ideología la mayor
influencia. Tales estudios iniciales sobre las bases psicológicas de la ética provocarían
(Ethics, 1908) la virtual reacción de ésta en muy pocas de sus componentes psicológicas.
Dewey sitúa el fin de la educación en el adiestramiento de los hombres en la "adaptación"
a su ambiente y en la reconstitución de éste de la manera más adecuada a sus deseos y
necesidades. El razonamiento, inspirado en la mentalidad norteamericana de la iniciativa
práctica en su forma más inteligente, era formalmente impecable; sólo cabía reprocharle
el olvido de casi todos los "deseos" y las "necesidades" considerados fundamentales por
cuantos, desde la Antigüedad hasta Freud, habían analizado el espíritu. Ello desquiciaba
además, naturalmente (y como Dewey parecía admitir muy gustoso) el anticuado
concepto de alma.
Referencias: