FILOSOFÍA ROMANA – EL ECLECTICISMO – EL EPICUREISMO
Se puede afirmar que la filosofía romana comienza en el siglo I con el comienzo
del cristianismo y se extiende hasta el siglo XV en el Renacimiento. Las figuras más destacadas de este período son San Agustín de Hipona (354- 430) y Santo Tomás de Aquino (1224/25-1274), con filosofías basadas en el dogma pero tratando de racionalizar la fe. En esa época estaban difundidas en Roma las ideas del Estoicismo, del Epicureísmo, los Eclécticos, como Cicerón y los Estoicos como Séneca, Marco Aurelio, Epicteto y también en parte Cicerón. A través de la revisión de la obra de San Agustín, salen a la luz nuevas dimensiones. San Agustín no fue nunca partidario de la adopción ciega de las creencias, por el contrario trataba de racionalizar la fe, utilizando la razón como un instrumento para comprender aquello que se cree. La síntesis entre la espiritualidad y el intelecto es el método que utiliza San Agustín para comprender la relación del hombre con Dios. La única herramienta que tiene el hombre para llegar a Dios es su propia mente, el alma, dice San Agustín. La influencia que recibió San Agustín fue platónica; el hombre es sustancia racional que consta de cuerpo y alma. En la actualidad la existencia del hombre tiene el carácter de ángel caído por el pecado original y redimido por la gracia divina. Esa redención es la que provoca en el hombre la necesidad de trascendencia que representa el fin último de su existencia. Santo Tomás en cambio, trató de adecuar la filosofía de Aristóteles a los principios espirituales del cristianismo. En su búsqueda del conocimiento intenta identificar los elementos divinos y humanos haciendo de Santo Tomás un pensador moderno y un espíritu que interpreta en profundidad el sentido del Eclecticismo. El Eclecticismo es la doctrina filosófica que se basa en la conciliación de los elementos de otras doctrinas, es contraria a todo dogmatismo. Se caracteriza por adoptar una postura intermedia opuesta a todo extremismo. Ciceron, Marco Tulio (-103-43), fue un escritor, político y gran orador romano. En filosofía fue ecléctico con fuerte inclinación por el Estoicismo. Su importancia radica en su participación para la difusión de la filosofía y a la creación de una terminología filosófica latina. El Estoicismo es una filosofía de las escuelas que se originaron en Atenas en la época helenística. Su fundador fue Zenón de Citio(-300) y su doctrina es un sistema en que se destaca la ética, o sea, vivir de acuerdo a la naturaleza aceptando racionalmente el orden de las cosas. Lo real para el Estoicismo es corpóreo (materialismo) y está penetrado por un espíritu que anima la naturaleza y produce el orden cósmico. Es una ética intelectualista que produce un hombre sabio estoico, imperturbable ante la desgracia y la ventura, que domina sus pasiones, acepta su destino y que encuentra la felicidad en la práctica de la virtud. Séneca (4-65), filósofo y escritor hispano-romano, fue el máximo representante del estoicismo nuevo, con una visión personal más cerca del moralismo, de carácter ascético y con un tono religioso aproximándose al teísmo. Su filosofía abarca influencias epicúreas, cínicas, platónicas y escépticas, de manera que sería más preciso categorizarlo como un pensador ecléctico. El Epicureísmo es la doctrina fundada por el filósofo griego Epicuro (-341-270), basada en la búsqueda del arte de vivir para alcanzar la felicidad del hombre. El primer paso consiste en eliminar la infelicidad, con el uso de la razón, como el miedo a la muerte, el temor a Dios y el dolor físico. Porque la muerte no se siente mientras uno está vivo y una vez muertos tampoco puede atormentarnos, en cuanto a Dios, los dioses son tan superiores al hombre que les somos indiferentes para ocuparse de nosotros; y en cuanto al dolor, suele ser breve y no continuo y la cantidad de placer que se puede conseguir en esta vida es mucho más grande que el dolor. Los placeres más grandes para el Epicureísmo, son los espirituales como la amistad y el goce intelectual. En cuanto al deseo de la felicidad, no lo debe conducir al hombre a placeres desenfrenados sino al contrario a llevar una vida pacífica y mesurada en la que el espíritu tranquilo pueda gozar de la amistad y el cultivo de la sabiduría. A FILOSOFÍA ROMANA
1. El pensamiento filosófico en Roma
Los romanos intentaron encontrar solución y satisfacción a sus problemas
filosóficos en las doctrinas griegas, tuvieron interés en el Derecho. La ciencia jurídica es creación romana. Las doctrinas filosóficas griegas tomaron las tesis más significativas acerca del Derecho y la justicia, la sociedad y el Estado. Alcanzaron gran predicamento el estoicismo, que con sus teorías del Estado universal parecía ofrecer la justificación filosófica, como ya lo había hecho del imperio de Alejandro Magno y del de Roma. Y también tuvo seguidores aislados el epicureísmo.
2. El epicureísmo Romano
No influyo sensiblemente en la filosofía romana, estaban mal vistos.
La mayor expresión del epicureísmo fue poética. Epicuro afirma la esencia utilitaria y el fundamento contractual de la justicia, aunque en los escritos que nos han llegado no habla de un origen convencional de la sociedad y de las leyes positivas. Es Lucrecio quien por primera vez configura con precisión lo que se conocerá con el nombre de “estado de naturaleza”. Nacida de esta forma, la sociedad, como consecuencia de un pacto voluntariamente estipulado por los hombres, del mismo modo contractualista tienen su origen las leyes. El género humano, cansado de vivir en la violencia, se sometió por propia voluntad al Derecho. El Derecho nace como un pacto común destinado a asegurar la paz entre los hombres. Y las leyes forman partes de lo que la necesidad (usus) y la diligente experiencia de la mente han enseñado poco a poco a los hombres que progresaban paso a paso. El Derecho nace de un pacto, pero de un pacto inmanente al progreso mismo del género humano. El eco de la doctrina epicúrea acerca de la naturaleza de la justicia y el origen de la sociedad y el Derecho aparece reflejado a través de: “madre de lo justo y de lo equitativo es la utilidad; la naturaleza no puede distinguir lo inicuo de lo justo; las leyes han sido creadas por temor a la injusticia de los hombres, cuando estos cesaron de ser bestias mudas y despreciables”
3. El estoicismo Romano
El estoicismo romano esta siempre más inclinado hacia el eclecticismo.
La antigua Stoa la igualdad de los hombres y su pertenencia a una única patria: el universo, pero solo por su naturaleza racional y en tanto en cuanto ellos la obedecieran. La igualdad estaba reservada a los sabios; de los torpes no se preocuparon, y torpes eran todos aquellos que no fueran completamente sabios, que no vieran plenamente según la razón. El carácter divino se encuentra sin distinción en todos. Y al tema de la esclavitud Seneca le dedica una carta entera: “Son esclavos; n, son hombres… Son nuestros compañeros de esclavitud, si se piensa que la suerte tiene el mismo poder sobre nosotros como sobre ellos” Se reafirma que la naturaleza del hombre es racional y social, y que la patria del hombrees el mundo. Todos somos miembros, no simples partes, del sistema de los seres racionales. En Seneca aparece también recogido, como en los epicúreos, la idea de un estado de naturaleza anterior a toda organización jurídica. Atribuye a la ley la función de delimitar el poder que gobierna. La ley nace como remedio contra la tiranía más que como instrumento para impedir la mala conducta de los individuos. Esto contribuiría a mantener vivo el principio aristotélico de la soberanía de la ley, que derivara en la edad Media en el principio del “Estado de Derecho Seneca tiene, pues, en común con los epicúreos la idea de una condición de la Humanidad anterior a su organización según el Derecho. Y no tiene mucha importancia que él conciba esta condición como un estado de felicidad, mientras que los epicúreos lo entendían como un estado de lucha. La teoría del Estado de naturaleza es la premisa o antecedente de la del origen voluntario del Estado, que es el resultado de un acuerdo entre los hombres.
4. Cicerón. Vida y Doctrina
Cicerón fue un divulgador de doctrinas filosóficas, aunque no aporto a la filosofía
ninguna contribución original. Su doctrina está tomada de fuentes diversas: platónicas, aristotélicas y estoicas. Dio un gran impulso a los estudios filosóficos en Roma, planteando y discutiendo problemas, y exponiendo y difundiendo las soluciones que sobre ellos habían elaborado los griegos. Se le puede considerar como el primer autentico filósofo del Derecho. Se vale principalmente de la doctrina de la Media Stoa y, en particular, de la de Panecio. Su doctrina terminó por constituir el más típico ejemplo de eclecticismo. Su método consistía en aceptar las soluciones de los problemas sobre los que estaban de acuerdo las distintas escuelas, ya que en su opinión el consenso general era el mejor criterio de verdad. 5. La justicia y la ley en Cicerón Al tratar de la justicia Cicerón acude a las fuentes griegas. Ocasionalmente Cicerón se inclina siguiendo a Platón, a entender la justicia como virtud total, virtud única. Frecuentemente, pone de relieve su naturaleza intersubjetiva, considerando como principio esencial de la misma el dar a cada uno lo suyo. Y define justicia como “disposición (habitus) del espíritu, que respetando la utilidad común, atribuye a cada uno su valor (dignitas). De inspiración platónico-estoica, es también la afirmación de que el Estado ha de estar fundado sobre la justicia, porque, sin la más grande justicia ningún Estado puede ser gobernado. En De Legibus el tema de esta obra es el principio u origen (fons) del Derecho, cuyo conocimiento se alcanza en lo más profundo de la filosofía; para explicarse la naturaleza del Derecho, es necesario investigarla en la naturaleza del hombre. Y por naturaleza del hombre Cicerón entiende la razón El derecho entiende Cicerón no nace de las leyes positivas; “Único es el Derecho que tiene unida a la sociedad humana, y única es la ley que en él tiene su fundamento. Si no existiera una norma natural no podríamos distinguir una ley buena de otra mala. La inspiración de Cicerón es definitivamente iusnaturalista. La ley es algo eterno, es la recta razón divina. “El derecho de naturaleza es aquel que no ha sido producido por ninguna opinión, sino que una fuerza lo ha impreso en la naturaleza.” Las tres posibles concepciones del Derecho natural: - Ley de naturaleza - Ley de razón - Ley de la divinidad La ley natural es la ley que el hombre se da a sí mismo. La doctrina iusnaturalista antigua tuvo un carácter eminentemente objetivo, los filósofos griegos y romanos entendieron la ley natural como una dato objetivo, puesto por la naturaleza, anterior y extraña al hombre entendido como sujeto. En la filosofía presocrática se comenzó a hablar de un orden natural, la concepción de este orden no era otra cosa que el traslado al mundo físico de una idea perteneciente al mundo humano: la de justicia, la de orden jurídico. Después con el estoicismo, la concepción tradicional griega del justo por naturaleza asume la de la recta razón. La naturaleza de la que deriva la ley no es externa al hombre, sino que es la naturaleza del hombre mismo, la razón natural que es la ley divina y humana.Al obedecer a la ley natural, el hombre obedece a una norma que es natural y divina, pero que él se da a sí mismo. El hombre que obedece al Derecho natural es, en definitiva, autónomo en el significado exacto de la palabra: él se da a si mismo sus propias leyes. 6. El Derecho en el pensamiento ciceroniano Cicerón desarrolla su tratamiento de las leyes ocupándose del Derecho positivo. Cicerón toma de la experiencia jurídica romana el concepto de ius Gentium, es decir, aquel conjunto de normas (positivas) que eran comunes a los romanos y a otros pueblos. El ius Gentium es derecho positivo y no se apoya en ningún presupuesto metafísico. El derecho civil dice, es la aequitas establecida por aquellos que pertenecen al mismo Estado a fin de que ellos obtengan lo que es suyo. Y la aequitas es aquello que, en circunstancias iguales, reclama igual tratamiento jurídico paria iura Cicerón recoge y clarifica ese otro valor fundamental del Derecho que es la certeza, es decir, la capacidad que tiene el derecho de permitir a los ciudadanos prever con seguridad el comportamiento que en relación con sus acciones tendrán los otros ciudadanos y los órganos del Estado. Y del conocimiento de esta propiedad del Derecho hace que derive su función de garantía de la libertad, por la que se impide el arbitrio del más fuerte: seamos esclavos de las leyes para poder ser libres. Lo que para Cicerón caracteriza el Estado, distinguiéndole de una reunión cualquiera de hombres, es, junto con la comunidad de intereses la voluntad común de vivir según el Derecho; de aquí que el Estado sea una sociedad organizada jurídicamente, en la todos los miembros deben tener iguales derechos. En tal sociedad el elemento de unión es la ley. Cicerón reconoce esta organización en sociedades diversas de la estatal. Sus doctrinas tuvieron una difusión extraordinaria