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ENUNCIADO

Se encuentra trabajando en "Cuidamos de ti S.L." como responsable del


Departamento de Administración y Personal. Recientemente su empresa se ha
propuesto, como medida de responsabilidad social corporativa, el cuidar el medio
ambiente y el entorno que nos rodea.
A sus funciones como responsable de departamento, se le han añadido las de
responsable de protección del medio ambiente en su empresa. Su empresa es una
oficina con 40 puestos de trabajo, en la que se dedican a desarrollar manuales de
cuidado personal.
1. Elabore una evaluación de los riesgos medioambientales que provoca su
empresa.

El análisis de riesgos medioambientales es una parte importante del proceso de


planificación del proyecto. Tener una idea clara de los riesgos que se esperan del
proyecto puede ayudarte a prevenirlos o prepararte para los riesgos futuros.
Cuando realizas un análisis de riesgos potenciales de cada proyecto, puedes
establecer objetivos del proyecto razonables, realizar un buen análisis y mantener al
equipo encaminado.
Un análisis de riesgos no impedirá que sucedan imprevistos, pero te permitirá
realizar un plan de prevención, ser ágil cuando sucedan y estar más seguro en las
decisiones que debes tomar en el momento adecuado.

Metodología de Análisis de Riesgos ambientales, esta cubre las siguientes fases:


FASE 1 Toma de datos
FASE 2 Análisis de Riesgos Ambientales según requisitos RD 2090/2008
(Reglamento que desarrolla la Ley 26/2007 de Responsabilidad Medio ambiental),
así como la norma UNE 150.008 según indicaciones de este mismo Reglamento
FASE 3 Tramitación técnico-administrativa para la Verificación, o aprobación por la
Comisión técnica de prevención y reparación de riesgos medioambientales, según
proceda
FASE 4 Asistencia Técnica y colaboración para disminuir gradualmente los riesgos
ambientales (y con ello la Garantía Financiera)
En esta metodología es fundamental los métodos desarrollados para identificar las
posibles emergencias medio ambientales, el cálculo de probabilidades de
ocurrencias y la evaluación de la intensidad y extensión de los datos medio
ambientales
La norma UNE 150.008:2008 proporciona un soporte fantástico a este método,
estructurando a través de un árbol de fallos, los pasos a seguir para realizar un
análisis de datos medio ambientales riguroso, una guía metodológica:
No obstante, con el conocimiento y aplicación de esta norma no es posible ultimar
un análisis de riesgos ambientales, una guía metodológica; es necesario para ello
tener en cuenta otros conceptos como por ejemplo métodos de dispersión de datos
medioambientales o métodos de monetización de los recursos naturales.
A través de un esfuerzo tecnológico importante, ha conseguido mediante la
metodología mencionada, de forma simple y sencilla todos aquellos conceptos y
herramientas necesarias para elaborar de principio a fin un Análisis de riesgos
ambientales, tanto de una empresa, como de un sector o de una Junta de usuarios.

2. Elabore un plan de calidad y responsabilidad medioambiental bajo las


premisas establecidas en las reglas de las tres erres.
Fases de creación del plan de gestión ambiental
1. Planificación: En la primera fase, como para cualquier otro proyecto que debamos
crear, hay que planificar. Y para ello, lo más necesario es hacer un análisis del
estado de la cuestión, es decir, ver cuál es la posición actual de la empresa en
relación al medioambiente.
2. Objetivos: Una vez se conoce la realidad de la empresa, es posible fijar algunos
objetivos ambientales para la empresa, definir qué medidas se deben tomar, qué
acciones serán necesarias y qué metas parciales podemos establecer. En este
punto podemos inspirarnos con un benchmarking, es decir, usar el ejemplo de las
buenas prácticas del sector para mejorar nuestros resultados ambientales.
3. Implantar cambios. En esta fase se llevarán a cabo algunas medidas previamente
planteadas. Será necesario, claramente, crear una estructura que permita que estos
cambios se implanten si problemas, organizar al personal especializado para ello,
(en algunos casos es necesario también contratar personas). Habrá que pensar si
es necesario formar a los empleados para poder llevar adelante algunos cambios en
los procesos, evaluar los recursos financieros y físicos necesarios, determinar cómo
cambiarán los flujos de comunicación en la empresa, etc. Todos estos cambios
deben estar muy en consonancia con los objetivos planteados.
4. Control y verificación. Dentro del planning se debe siempre detallar cómo se
llevará a cabo el control de los avances. El momento de la verificación es cuando
comprobamos la eficiencia y efectividad de las medidas que hemos ejecutado. Es
también la forma de saber si hemos tomado las medidas correctas o si debemos
corregir algunos detalles. Hay que hacer de forma periódica, como complemento al
control interno, auditorias ambientales, que nos darán un punto de vista externo muy
útil y enriquecedor.
Funciones del responsable de medio ambiente
Respecto de los responsables de medio ambiente de las organizaciones, debido a
que el medio ambiente tiene muchas más implicaciones que la calidad, legalmente
hablando, debe tener unas características más enfocadas a la parte legal, además
de sus conocimientos en relación con la parte de residuos, vertidos, emisiones y
consumos realizados en la organización. Entre las funciones principales del
responsable de medio ambiente de la organización estarían:
Tener identificada toda la legislación correspondiente a la empresa, en lo que al
medio ambiente se refiere, así como toda la legislación que pueda afectar en un
futuro a la organización.
Identificar las posibles necesidades y garantizar los medios necesarios para el
funcionamiento del sistema de gestión de medio ambiente, evitando así cualquier
situación de incumplimiento legal y situaciones de peligro o riesgo dentro de la
organización.
Supervisar la gestión medioambiental de las materias primas, proveedores, proceso
de producción y nuevos productos que se produzcan para comprobar su afección al
medio durante todo el proceso.
Estar en contacto con la alta dirección para trasladar todas las situaciones que se
puedan generar en la organización, ya sean beneficiosas o perjudiciales para el
medio ambiente, que también implicará, colateralmente, la salud de los
trabajadores.
Participar en las revisiones documentales y presenciales, por parte de las entidades,
de las instalaciones, documentos y procedimientos relacionados con el medio
ambiente, para su mayor protección y cuidado.
Por último, relacionado con ambos puestos y de forma conjunta, el responsable de
calidad y medio ambiente tendrá que garantizar el cumplimiento y la certificación de
los sistemas de gestión que la organización tenga establecidos (ISO 9001 e ISO
14001 por ejemplo), así como la gestión y realización de las auditorías de ambos
sistemas de gestión, actividades relacionadas con estas auditorías (plan de
auditorías, programación, etc.).
Esta propuesta de hábitos de consumo, también conocida como “las tres erres de la
ecología”, busca manejar los residuos generados de la mejor forma posible para el
medio ambiente, además de concienciar a las personas sobre la importancia de
estos sencillos actos diarios.

Reducir
La primera R es la más importante. Minimizar los residuos a tratar es la forma más
eficaz de no convertirlos en un problema posterior. La reducción de residuos puede
suponer una disminución de consumo o simplemente la eliminación de materiales
superfluos. Un ejemplo simple para comprenderlo podemos hallarlo en nuestra
compra diaria; en la que podemos emplear una bolsa de tela (eliminando la
necesidad de bolsas de plástico) o comprar productos envasados en materiales
biodegradables.
Reutilizar
Siguiendo con la filosofía de la reducción, cuando un material cumple el cometido
para el que fue adquirido o creado, puede ser desechado o reutilizado. En el
segundo supuesto, reducimos los residuos doblemente ya que por un lado evitamos
tirarlo y por otro, lo empleamos en sustitución de un nuevo material. Tomando otra
vez el ejemplo de la compra, si nos situamos en el peor de los casos en el que
empleamos una bolsa de plástico, en vez de tirarla después podríamos guardarla
para otra ocasión. Este es un ejemplo muy simple, pero la segunda R, puede
suponer una pequeña modificación en el material para adecuarlo a un nuevo uso;
como por ejemplo poner unas ruedas a un palé para crear una mesa auxiliar.
Reciclar
Quizá la R más conocida, pero en realidad, es el último recurso para nuestros
residuos ya que la eficiencia no es total. Si algo no se puede reducir en primer lugar
y reutilizar en segundo, lo ideal será reciclarlo en la medida de lo posible. El reciclaje
es el mal menor, ya que requiere tiempo, trabajo y energía para transformar un
residuo de modo que pueda ser empleado de nuevo de la misma o en distinta
forma. La bolsa de plástico del supermercado, por ejemplo, se puede calentar a una
alta temperatura para fundirla y crear otra nueva u otra forma distinta con el mismo
material.
5. Ajustes en el plan. Durante la última fase de creación del plan de gestión
ambiental, se adoptan las recomendaciones generadas por las auditorías
ambientales y las revisiones internas periódicas que contempla el mismo
documento. Con este feedback, podremos ver qué ajustes se deben realizar para
alcanzar los objetivos que inicialmente se propusieron.
Cabe mencionar que el plan de gestión ambiental implica un proceso circular, es
decir, que siempre se debe siempre retroalimentarse, mejorar, repensarse y
adaptarse a los cambios en las normas internacionales, en la sociedad, en la ley y
en el interno de la empresa. Conviene, en muchos casos, contar con el apoyo de
profesionales especializados en este sector de la calidad y gestión ambiental porque
no siempre es fácil llevar a cabo algunos cambios en la empresa o formar a las
personas para que estas sepan el valor de dichas modificaciones que podrían, a su
vez, afectar a su trabajo diario.

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