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Linfedema

1. Introducción
2. Justificación
3. Linfedema
4. Epidemiología
5. Fisiopatología del edema
6. Cuadro clínico
7. Diagnóstico
8. Tratamiento
9. Complicaciones
10. Conclusión
11. Bibliografía
INTRODUCCIÓN
El linfedema es la acumulación de un
fluido rico en proteínas que ocurre cuando se sobrepasa la
habilidad del sistema linfático para transportar el
líquido intersticial. Este desorden devastador afecta a un
estimado de 3 a 5 millones de estadounidenses y a un asombroso
estimado de 140 a 200 millones de personas en todo el mundo. En
los EEUU y países occidentales, el linfedema ocurre
más frecuentemente como una complicación de la
disección de los ganglios linfáticos en el
tratamiento del cáncer. Se ha estimado que tanto como el
30% al 50% de los pacientes que son sometidos a disección
linfática, prosiguen con el desarrollo de un linfedema. El
linfedema puede ocurrir aún después de
procedimientos menos invasivos, tales como la disección de
un ganglio linfático centinela, poniendo
prácticamente a todos los sobrevivientes de cáncer
en riesgo para esta temida complicación. Aunque el
linfedema ocurre más comúnmente como una
complicación del manejo del cáncer de mama,
también se lo ve frecuentemente en pacientes tratados por
otras neoplasias malignas. De hecho, un meta-análisis
reciente de cerca de 8.000 pacientes, reportó una
incidencia global del 16% en pacientes tratados por melanoma,
sarcoma y cánceres ginecológicos, urológicos
y de cabeza y cuello.Los pacientes con linfedema tienen un edema
crónico progresivo, dolor, infecciones recurrentes y
calidad de vida significativamente disminuida. El edema puede
progresar a proporciones gigantescas, causando una grosera
desfiguración, con severos efectos perjudiciales.
Además, el linfedema es una fuente significativa de gastos
biomédicos; un estudio reciente demostró un aumento
de más de 10.000 dólares en los costos de
tratamiento anual, en sobrevivientes de cáncer con
linfedema, comparado con aquellos sin linfedema.El tratamiento
para el linfedema sigue siendo subóptimo y, en la
mayoría de los casos, es paliativo, con el objetivo de
prevenir la progresión de la enfermedad, más que
curarla. Se han reportado tratamientos médicos y
quirúrgicos, pero en general esas terapias han sido
decepcionantes y los resultados son a veces difíciles de
reproducir. La mayoría de las veces, los pacientes son
tratados con terapia física de por vida con drenaje
linfático manual y requieren vestimenta elástica,
ajustada e incómoda. Debido a los gastos, tiempo e
incomodidad asociados con esos tratamientos, hay un alto grado de
no cumplimiento y de progresión asociada de la
enfermedad.A pesar de la morbilidad y de los costos del
linfedema, el mecanismo que regula su desarrollo sigue siendo
ampliamente desconocido. Permanece oscuro, por ejemplo,
porqué algunos pacientes desarrollan linfedema y otros que
son tratados de manera idéntica no. Similarmente, es
desconocido porqué ciertos factores de riesgo, tales como
la radiación, obesidad o infección, aumentan el
riesgo del linfedema. Quizás el aspecto más
desconcertante del linfedema es el hecho de que se desarrolla de
manera retardada, usualmente 1 a 5 años después de
la cirugía. Algunas veces el linfedema puede desarrollarse
aún décadas después de la cirugía,
después de un trauma aparentemente trivial.

JUSTIFICACIÓN
Algunos de los factores asociados con el
linfedema son una mayor edad, afectación locorregional y
metastásica, recidiva y haber recibido tratamiento de
radioterapia.

Asimismo, la presencia de linfedema se


relaciona claramente con una peor calidad de vida en las mujeres
afectadas por dicha problemática.

El hecho de que exista una mayor frecuencia


de linfedema asociado a estadios de la enfermedad más
avanzados (en concreto, afectación locorregional,
metastásica, recidiva y un mayor número de ganglios
extirpados) es coherente con los datos procedentes de estudios
que relacionan el linfedema con una

mayor extensión de la enfermedad y


por tanto de la cirugía.

Conviene señalar que la


relación encontrada del linfedema con la recidiva del
cáncer de mama muy probablemente sea debida a la mayor
extensión de la enfermedad, no a que el linfedema, por
sí mismo, predisponga a un mayor índice de
recaídas.

Así mismo, los resultados


encontrados replican los estudios previos que muestran mayor
probabilidad de linfedema tras la administración de
radioterapia axilar.

En cuanto a la tendencia a una mayor


frecuencia de linfedema en pacientes de mayor edad, no podemos
determinar las razones que explicarían esta
diferencia.

No obstante, una posible hipótesis es la mayor


probabilidad de aparición de un edema tardío en
mujeres de manifestaron, de forma estadísticamente
significativa, mayores efectos negativos del linfedema en su
trabajo, en su vida familiar y sus responsabilidades
domésticas, en su vida social y actividades de tiempo
libre, en su forma de vestir y en su cuidado personal, en sus
relaciones sexuales y de pareja, y en su estado de
ánimo.

Por tanto, los efectos perjudiciales del linfedema son


muy generales y afectan a un importante número de
áreas del funcionamiento de las pacientes.

En concreto, en el área del trabajo, la mayor


problemática que encuentran las pacientes con linfedema
son los problemas para cargar peso seguido por problemas de
incapacidad para continuar desempeñando su
trabajo.
En el área de la vida familiar y la
responsabilidad doméstica, la mayor problemática
que encuentran las pacientes con linfedema se centra en que el
linfedema les ha llevado a pedir ayuda a sus hijos o marido para
que realicen las tareas que ellas ya no pueden y a cambiar la
forma en la que hacen las actividades cotidianas.

Es importante remarcar la importancia que tiene e


linfedema ya que no solo afecta orgánicamente , sino a la
familia, otro punto muy importante en la calidad de vida del
paciente.

LINFEDEMA
El linfedema se manifiesta por aumento de volumen de las
zonas afectadas y es común en las extremidades, por la
acumulación intersticial de líquido
linfático rico en proteínas en los tejidos. Esta
acumulación es secundaria a la falta de drenaje
linfático. Característicamente, se acompaña
de edema duro con cambios en la piel.

CLASIFICACIÓN

El linfedema se divide en primario y secundario. El


linfedema primario puede surgir de una anormalidad
intrínseca, por ejemplo: factores genéticos,
aplasia, hipoplasia o disfunción de los vasos
linfáticos.

Se divide en tres grupos en función de la edad de


inicio:1) El congénito o enfermedad de Milroy se
manifiesta desde el nacimiento hasta el primer año de
vida. 2) El precoz o enfermedad de Meige sobreviene a la edad de
1 a 35 años, con mayor frecuencia alrededor de la
menarquía. 3) El tardío se manifiesta
después de la edad de 35 años. El linfedema
secundario es el edema debido a la reducción del flujo
linfático por una causa adquirida. La absorción del
fluido linfático se ve alterada por el bloqueo de los
ganglios linfáticos o por la rotura de los canales
linfáticos locales, debido a:

• Ataques recurrentes de linfangitis bacteriana


(erisipela o celulitis), infecciones parasitarias (por ejemplo,
filariasis), malignidad, obesidad, traumatismo,
intervención quirúrgica.

EPIDEMIOLOGÍA
En todo el mundo el linfedema primario más
frecuente es el precoz, el cual ocurre entre las edades de 10 y
25 años.

Éste es más común en mujeres;


afecta a 1 por cada 100,000 niñas y a 1 por cada 400,000
niños. La prevalencia de linfedema primario en
América del Norte se ha estimado en 1.15 por cada 100,000
niños; afecta principalmente a las mujeres antes de la
menarquía.

En todo el mundo la causa más frecuente de


linfedema secundario es la filariasis. Ésta se manifiesta
en zonas endémicas y es causada por parásitos que
obstruyen el drenaje linfático.

FISIOPATOLOGÍA DEL  EDEMA


Podríamos definir al edema como el acúmulo
de líquidos en los tejidos. Dependiendo de los estados
patológicos que se producen en el organismo, existen
diversos mecanismos que pueden desencadenar un edema. Un aumento
de la presión capilar, ya sea por incremento de la
presión venosa, de la presión arterial o por
obstrucción del sistema venoso, puede originar el edema.
En otras ocasiones el edema vendrá dado por una
disminución de la presión coloidosmótica del
plasma, como ocurre en todas aquellas circunstancias en que
disminuye la concentración de proteínas
plasmáticas, como en las grandes quemaduras, en los
síndromes de mal absorción o en la
nefrosis.

Por otro lado denomina "limphatic water


load" (carga acuosa linfática), a la cantidad de agua que
sale de los capilares sanguíneos por filtración y
reabsorción directa en el torrente circulatorio.
Basándose en estos principios, Fóldi establece dos
grupos fundamentales de insuficiencia linfática: la
insuficiencia dinámica y la insuficiencia mecánica.
La insuficiencia dinámica del sistema linfático se
produciría cuando la capacidad de transporte de la carga
linfática se ve sobrepasada. Esto ocurre por ejemplo en
los edemas venosos. Una alteración de la Ley de
Starling, bien por aumento de la presión
hidrostática capilar o bien por disminución de la
presión coloidosmótica podría repercutir
sobre el sistema linfático, siempre y cuando éste
ya no pudiese compensar la sobrecarga de agua y
proteínas.Esta capacidad de compensación del
sistema linfático ha sido denominada por Foldi
"función de  válvula de seguridad. Por lo
tanto, la insuficiencia dinámica nada tiene que ver en
sí misma con una alteración del sistema
linfático, ya que más bien constituye un fracaso de
la capacidad de transporte del mismo. En consecuencia, nos
encontraríamos ante un edema pobre en proteínas.En
la insuficiencia mecánica del sistema linfático, la
causa es un obstáculo que impide la reabsorción de
la linfa, lo que trae como consecuencia una deficiencia en la
función y capacidad de los colectores linfáticos
con el consecuente aumento de la presión
intralinfática, dilatación de los vasos e
incompetencia valvular. En esta situación nos encontramos
con un linfedema rico en proteínas. Dentro de esta
insuficiencia mecánica se pueden dar dos circunstancias:
que la causa sea una alteración de los ganglios y/o vasos
linfáticos o que se haya producido una disminución
o abolición de la capacidad de trasporte de la linfa.
Cuando se produce una obstrucción de los vasos
linfáticos el organismo pone en funcionamiento aquellos
mecanismos de compensación para suplir dicho
obstáculo. Según Sterns (1974) la apertura de las
comunicaciones linfovenosas y el desarrollo de circulación
colateral serían los principales mecanismos de
compensación. Las causas más frecuentes de
insuficiencia mecánica se producen por alteraciones
orgánicas de los vasos y ganglios
linfáticos. Los linfedemas primarios con sus
variantes de dilatación, hipoplasia o aplasia de los
colectores linfáticos junto con los linfedemas secundarios
a procesos inflamatorios, cirugía, radiaciones, procesos
neoplásicos, etc.; son sin duda alguna los principales
exponentes de la insuficiencia linfática
mecánica. Los mecanismos de producción del
edema incluyen un aumento de la filtración capilar y una
disminución de la reabsorción del fluido
intersticial. Las causas de una mayor filtración
capilar son el aumento de la presión hidrostática,
la disminución de la presión del tejido, y un
aumento de la permeabilidad de la membrana capilar. La
reducción de la absorción del fluido intersticial
puede ser debida a ala disminución de la presión
oncótica plasmática, al aumento de la
presión nicótica del fluido tisular y a la
obstrucción linfática. La función del
sistema linfático es retomar el exceso de fluido y
proteínas que se encuentran en el espacio intersticial
hacia el sistema vascular sanguíneo. Cuando el sistema
linfático está dañado o bloqueado,
éste no funciona correctamente en su absorción (se
considera que para un hombre o mujer de 60 Kg, 3 litros de fluido
filtran desde los vasos sanguíneos hacia los tejidos y son
captados normalmente por el sistema linfático.Las
proteínas también son removidas por los
macrófagos (células de los tejidos que asisten al
sistema linfático en este rol de drenaje), pero cuando el
linfedema se vuelve crónico, éstos dejan de
funcionar. Como consecuencia del exceso de proteínas en el
intersticio, se produce una inflamación de los tejidos y
una mayor propensión a las infecciones con
formación de tejido fibroso.Generalmente los pacientes
presentan linfedema en el miembro superior o inferior pero
también éste puede observarse en los órganos
genitales, intestino, pulmones e hígado. El linfedema
se encuentra presente con mayor frecuencia en pacientes con
cáncer de mama, melanoma maligno de miembro superior o
inferior, cáncer de próstata, de testículo o
ginecológicos avanzados luego de una cirugía con
disección ganglionar o a radioterapia. Cuando mayor la
exéresis y la suma de esclerosis por radioterapia, mayor
la frecuencia y la importancia del linfedema. (1)

CUADRO  CLÍNICO
El linfedema comúnmente daña las
extremidades, pero puede afectar la cara, los genitales o el
tronco.

La distribución es asimétrica y los


pacientes tienen signo positivo de Stemmer, que es la incapacidad
para pellizcar un pliegue de piel en la parte proximal de los
dedos de los pies, específicamente el segundo.

Al comienzo de la enfermedad el edema puede propagarse


en forma proximal (o distal), pero esto es poco frecuente
después del primer año.

Con el tiempo, en la zona afectada se observan cambios


en la piel a lo largo de la zona afectada. La piel se vuelve
más gruesa, queratósica y de aspecto
verrucoso.

Esta verrucosidas se hace más pronunciada y toma


forma de "placas de adoquines", conocida como "elefantiasis
verrucosa nostra".

Existen métodos para valorar la evolución


del linfedema, uno de ellos consiste en tomar con una cinta
métrica la medida circunferencial de cada extremidad para
calcular el volumen diferencial de las extremidades.
También en el linfedema la tonicidad del
tejido (grado de resistencia a la compresión
mecánica del tejido o signo de Godete) es más alta
o más baja en comparación con la pierna no
edematosa.(2)

DIAGNÓSTICO
El diagnóstico del linfedema es clínico;
sin embargo, existen métodos para confirmarlo.

En la actualidad la linfocentellografía
(linfografía con isótopo) está en
investigación para determinar el edema linfático
crónico. Consiste en inyectar en la dermis o hipodermis
proteínas marcadas con radioisótopo para evaluar el
trayecto de los linfáticos.

La linfocentellografía puede diferenciar entre el


linfedema y el edema de origen venoso.

En el lipedema puede detectarse normalidad en el sistema


linfático.

También puede hacerse la prueba de desplazamiento


volumétrico de agua: las extremidades se sumergen en un
tanque de agua y se observa el desplazamiento de ésta para
determinar el volumen de cada extremidad.

TRATAMIENTO
El manejo del linfedema es complejo e incluye varias
modalidades que pueden usarse solas o en combinación, como
la terapia física (compresión, masajes y
ejercicios), los medicamentos y la intervención
quirúrgica.

Terapia física

El objetivo del tratamiento del linfedema es restaurar


la función del individuo para reducir el sufrimiento
físico y psicológico y para prevenir las
infecciones recurrentes que dañan progresivamente los
linfáticos.

Las opciones son limitadas en el lipedema; la dieta, la


administración de diuréticos, la elevación
de la pierna y la compresión parecen tener un beneficio
mínimo para los pacientes con lipedema.

En el linfedema el tratamiento de primera línea


es la terapia física, que incluye compresión,
masajes (drenaje linfático manual) y ejercicio. La
elevación de las extremidades es fundamental.

La terapia descongestionante linfática incluye


vendaje compresivo (cuya finalidad es estimular el transporte
linfático) junto con ejercicios descongestivos y
cuidados

de la piel. Actualmente es el tratamiento más


prescrito a pacientes con linfedema.

La compresión neumática intermitente,
cuando se utiliza como complemento de la terapia
descongestionante linfática, aumenta la respuesta
terapéutica en la fase inicial y en la descongestiva,
así como en el mantenimiento de la disminución del
volumen.

La combinación de masaje manual y


mecánico, la compresión con vendajes
elásticos o la neumática intermitente y el uso de
medias compresivas pueden reducir, incluso, las lesiones
verrucosas.

Terapia no quirúrgica

La terapia compresiva descongestiva, considerada el


patrón de referencia en el tratamiento del linfedema
primario y secundario, implica un programa de dos fases: en la
primera, que consiste en la terapia diaria con sesiones de masaje
linfático manual, ejercicios, cuidado de la piel y
compresión, se envuelve la extremidad inferior con
múltiples capas de vendas cortas. El paciente debe usar el
vendaje siempre.

Las sesiones de terapia varían entre una y dos


veces al día y pueden prolongarse dos a cuatro semanas o
más, según la gravedad de la enfermedad.

Los objetivos de la segunda fase que se inicia


inmediatamente después de haber completado la primera son
conservar y optimizar los beneficios obtenidos desde el inicio de
la terapia, y debe considerarse un compromiso de por vida por el
paciente. Las vendas compresivas se utilizan diariamente. Al
igual que el drenaje linfático manual, estos ejercicios
permiten que el paciente mantenga la reducción obtenida y
que la reducción inicial mejore en la mayoría de
los pacientes.

El éxito de esta terapia depende de la


disponibilidad del personal de salud y del apoyo familiar que
reciba el paciente para continuarla.

Compresión
fisiológica

Al considerar el uso de la terapia compresiva en la


génesis de heridas relacionadas con el linfedema, deben
entenderse los principios básicos:

La ley de Laplace es una fórmula


matemática que define la relación entre
presión (P), tensión (T), radio
(R) y capas del vendaje (N). Si se toma en
cuenta que la pierna no es un líquido ni es
cilíndrica y que la tensión uniforme y el
número de capas es cuestionable, puede ser útil,
como guía clínica, modificar la ley de
Laplace.

En particular, este principio advierte que las presiones


pueden trasmitirse a las pequeñas extremidades, como el
tobillo y las prominencias óseas. Es decir, si el vendaje
es constante desde los dedos del pie hasta la rodilla, las
presiones más altas se verán en el tobillo debido a
que su radio es menor; por ello, hay que aplicar vendaje
acolchado suficiente sobre el tobillo.

En este caso, la creación de una mayor curva


moldeada por el colchón disminuye el radio en el tobillo y
aumenta la presión directa sobre el área ulcerada
de la pierna.

La presión en movimiento frente a la
presión en reposo es importante. La presión en
movimiento se refiere a la presión ejercida sobre la
pierna por la contracción muscular contra el vendaje. La
presión en reposo es la fuerza ejercida desde la
tensión del vendaje, ya que descansa contra los
músculos gemelos. La presión se dirige desde el
interior del vendaje hacia la superficie de la pierna.

Cuando el paciente se mueve, se desarrolla la


presión activa. La presión en reposo se produce
cuando el paciente se encuentra relajado. El grado de
presión que se ejerza en la extremidad está
influido por la elasticidad y resistencia del vendaje de
compresión que se utilice.

Vendaje de compresión

Una gran variedad de vendajes de compresión se


utilizan en el tratamiento de heridas relacionadas con el
linfedema.

En general, hay que iniciar con vendajes de corto


estiramiento (short-stretch bandages), como Comprilan, e
ir aumentando la compresión elástica, en cualquiera
de sus modalidades, conforme el paciente vaya mejorando. Con el
uso de estos vendajes es fundamental aplicar una capa de
acolchado de algodón o sintético para proteger los
tobillos y prominencias óseas de la presión
excesiva y colocar nuevamente el vendaje cada que éste se
afloje, ya que al disminuir el edema tiende a aflojarse y a caer.
En algunos casos puede aplicarse un vendaje cohesivo (Coban,
Co-Plus, etc.) para evitar este fenómeno, pero es mejor
colocar nuevamente el vendaje, hasta que ya no se
deslice.

El ejercicio favorece el drenaje linfático; los


ejercicios isotónicos implican contracciones musculares
que fomentan el drenaje linfático.

Los regímenes de ejercicio incluyen caminata,


natación, ciclismo y ejercicios aeróbicos de bajo
impacto para reducir la inflamación de las
extremidades.

Algunas terapias farmacológicas han demostrado


ser eficaces en el tratamiento del linfedema. Los
diuréticos están entre los tratamientos menos
indicados, ya que su principal acción es limitar la
filtración capilar a través de una reducción
del volumen de sangre circulante.

Las benzopironas (incluida la cumarina y los


flavonoides) han tenido éxito en el tratamiento del
linfedema cuando se combinan con la terapia física. Ayudan
a disminuir el exceso de fluido edematoso, a suavizar la
extremidad y a reducir la temperatura de la piel y el
número de infecciones secundarias; asimismo, mejoran la
sensación en las piernas y los pies.

El fármaco reduce los ataques de


inflamación aguda secundaria en los pacientes
propensos.

La eficacia de las benzopironas se debe a que aumentan


el número de macrófagos, lo que favorece la
proteólisis y la reabsorción de proteínas.
Sin embargo, el tratamiento con cumarina se ha asociado con
hepatotoxicidad y es ineficaz en el tratamiento del linfedema de
brazo en mujeres que se habían sometido a terapia local o
regional contra el cáncer de mama.

Intervención
quirúrgica
Por cuestiones estéticas, las lesiones en
empedrado o péndulas que sobrevienen con el linfedema
pueden tratarse mediante dermoabrasión o remoción
quirúrgica y, posteriormente, con
compresión.

En el lipedema la terapia intensiva, como la


lipectomía o la liposucción, no se recomienda
debido al riesgo de causar daño mecánico en los
linfáticos.

La intervención quirúrgica debe


considerarse método paliativo y no curativo para el
tratamiento del linfedema.

Sin embargo, puede indicarse en los pacientes en quienes


ha fracasado la terapia física. También puede
indicarse, después de la terapia, cirugía
plástica para eliminar la piel redundante.

El bypass linfático elimina la
obstrucción linfática, su objetivo es restablecer
la función linfática.

Los pacientes, además, deben recibir tratamiento


coadyuvante durante toda la vida, como el uso diario de medias de
compresión. (3,4)

COMPLICACIONES
Una de las principales complicaciones que sobrevienen en
la circulación linfática es la inmunodeficiencia
local, pues el flujo de las células del sistema
inmunológico es inadecuado. Cuando el paciente sufre esta
complicación, se facilita la entrada de microorganismos,
ya que existe pérdida de la continuidad de la piel. El
riesgo de complicaciones infecciosas recurrentes como erisipela,
celulitis y linfangitis es muy alto.

Son habituales las infecciones con bacterias y hongos.


Puede no haber eritema y dolor en la extremidad con linfedema
sino hasta 24 horas después de la aparición de los
síntomas sistémicos. Por ello, la fiebre, la
cefalea anormal o el vómito sin explicación
aparente no deben pasarse por alto.
Los episodios recurrentes de celulitis pueden afectar la
calidad de vida y la capacidad laboral. El 10% de los pacientes
pueden verse obligados a cambiar o perder el empleo como
consecuencia del edema crónico.

Las tiñas en los pies afectan a la mayoría


de los pacientes con linfedema grave y la maceración entre
los dedos crea un entorno ideal para la aparición de
infecciones oportunistas.

La administración a largo plazo de


antifúngicos tópicos puede crear mayor
maceración en la piel. La aplicación
profiláctica de la pomada de Whitfield (ungüento
antifúngico con ácido benzoico al 6% y ácido
salicílico al 3%) debe

hacerse cuando la piel esté en buenas


condiciones.

El linfedema puede complicarse por la progresión


de tumores malignos cutáneos. Uno de ellos es el
linfangiosarcoma (síndrome de Stewart-Treves), que tiene
una tasa de supervivencia media de aproximadamente 24 meses, a un
con tratamiento. (5)

CONCLUSIÓN
El linfedema es una complicación devastadora del
tratamiento del cáncer. Desafortunadamente, la
etiología de este desorden sigue siendo desconocida y esa
brecha en el conocimiento ha evitado el desarrollo de estrategias
efectivas de tratamiento. Además, aunque los factores
clínicos de riesgo para el linfedema han sido
identificados, están faltando estrategias racionales de
prevención, derivadas de evidencia científica de
alto nivel. De hecho, algunos autores han sugerido adoptar un
abordaje de "sentido común" para el manejo del linfedema,
argumentando que no siempre es apropiado buscar ensayos
controlados y randomizados para establecer estrategias
preventivas óptimas. Aunque los ensayos randomizados no
siempre pueden ser factibles (o éticos), generalmente los
estudios prospectivos de cohorte bien diseñados son
accesibles.Resumiendo los hallazgos de esta revisión
sistemática, existe limitada evidencia que apoye la
recomendación de que debe evitarse la venopuntura en
pacientes con antecedentes de cirugía de los ganglios
linfáticos. Similarmente, hay una pobre evidencia que
apoye las medidas de prevención relacionadas con la
constricción, elevación o exposición al
frío y al calor de las extremidades y a los viajes en
avión y el uso de vestimentas de compresión durante
el vuelo. Por el otro lado, los autores del presente trabajo
hallaron buena evidencia científica (nivel 1 y 2) que
apoya la recomendación de mantener el peso corporal normal
y evitar aumentar de peso, en los pacientes con riesgo para el
desarrollo del linfedema. De manera similar, existe un fuerte
apoyo científico para la participación en
regímenes supervisados de ejercicios, tanto para los
pacientes con linfedema, como para aquellos con riesgo de
desarrollarlo.La falta de claridad para las medidas preventivas
efectivas, probablemente contribuye significativamente a los
miedos y ansiedad del paciente. Además, las
recomendaciones arbitrarias tienen efectos significativos sobre
la atención del paciente, resultando en la
inserción innecesaria de catéteres centrales (para
evitar la venopuntura del miembro afectado), toma de muestras de
sangre en regiones no usadas rutinariamente para ese
propósito (por ej., vena yugular externa, femoral o
dorsales del pie). Por lo tanto, dadas las limitaciones de
nuestro conocimiento y las importantes implicaciones para la
atención del paciente y su calidad de vida, claramente se
requiere una investigación adicional. Los futuros
estudios, con objetivos bien definidos, tamaño adecuado de
las muestras de pacientes y mediciones prospectivas de las
extremidades, podrían ser de utilidad.

BIBLIOGRAFÍA
1.-GarciaCS, Leyva RT, Gutierrez RK, Vazquez VJ,
Contreras RJ. Linfedema y lipedema: similitudes y diferencias en
su fisiopatología y tratamiento. Dermatología Rev
Mex 2010; 54(3):133-40.

2.-Hayes S, Janda M, Cornish B, Battistutta D, Newman


B.Lymphedema after breast Cancer: Incidence, Risk factors and
effect on upper body function.Journal of clinical oncology
2008;26(21):3536-42.

3.- Schmitz K, Troxel A, Cheville A,


Lewis-Grant L, Smith Rebecca, Bryan C, ET AL. Weight Lifting for
Women at Risk for Breast Cancer Related Lymphedema.
JAMA 2010:1-7.

4.-Cernal Y, Pusic A, Mehrara BJ. Medidas


preventivas para el linfedema: separando realidad de
ficción. Am Coll Surg 2011; 213 (4):543-551.

5.-Aloi-Timeus I, Robles VC. Linfedema.


Complicaciones postmastectomía. Revista Mexicana de
mastologia. 2008; 3(2): 40-43.

Autor:

Luz Maria Velazquez


Alvarez

INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL

PROGRAMA DE RESIDENCIAS
MÉDICAS

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