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Según Marín (2016), “El ocio de nuestros días es un ocio tecnológico, lejos de ser
un ocio educativo, productivo, activo, para el considerable aumento del tiempo libre de la
Jornada escolar intensiva del siglo XXI con clases lectivas en horario de mañana
exclusivamente” (p.14). Se puede afirmar que las nuevas formas de ocupación del tiempo
libre de los niños, marcadas por el ocio digital, asistencia a centros comerciales y de ocio, y
otros propios de las nuevas ofertas urbanas, condicionan la práctica de actividades físico-
deportivas y encuentran dificultades para conseguir un espacio social propio en la
población escolar.
Pero antes de empezar a hablar del inadecuado uso del tiempo libre, tenemos
que conocer algunos conceptos previos para tener una idea precisa que nos lleve a
emitir opiniones que ayuden a entender de mejor manera este tema. El uso del
tiempo libre se encuentra marcado en los últimos años por la revolución industrial,
dentro de este período de tiempo se ha priorizado la privatización del consumismo
lo cual también incluye los intereses económicos.
Para Gomes & Elizande (2009), “Se dice que el tiempo libre dentro de la
revolución industrial es catalogado como un tipo de mercancía” (p.14). En este
contexto la jornada laboral dentro de la revolución industrial era excesiva, existían
muchas horas de trabajo por lo cual dentro de la misma época se logró promover el
derecho al disfrute del tiempo libre lo que ocasionó grandes cambios mostrando un
nuevo orden social.
Por otra parte, durante el auge del siglo XX existió una conceptualización
mucho más amplia al hablar del tiempo libre y la forma en la que este se
encontraba entrelazado con el ocio y el trabajo:
Dentro de este nuevo siglo se crea una nueva ideología entre las personas, el
apogeo del tiempo libre, este tipo de pensamiento hace reflexionar a la
población sobre la verdadera importancia del tiempo libre y la gran
relevancia que este tiene dentro de sus vidas. Sin embargo, en la actualidad
el tiempo libre se lo ve como aquella oposición que se tiene ante el trabajo,
es decir que este surge como un supuesto de libertad ante la cotidianeidad
que se vive durante el día a día, además de verlo como un derecho se le da
una importancia social la cual lo hace ver como una necesidad. (Gomes &
Elizalde, 2009, p.16)
Según Sanz (2022), “En el mundo de los niños el ocio y el tiempo libre
tienen una importancia capital. El tiempo libre bien usado supone un complemento
imprescindible para la formación de los hijos y su desarrollo personal” (párr.5).
Pues el tiempo libre en los niños es un restaurador de fuerzas, pero resulta
paradójico que en una sociedad como la actual en la que parece que se ha
multiplicado hasta el infinito las posibilidades de diversión, pocas familias hayan
previsto la riqueza de saber usar el propio tiempo libre de los niños.