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tido que importaría que el condenado aquí rige también respecto de par-
a una pena privativa de libertad tenga cialidades impagas (ETCHEBERRY, II,
un derecho del que carece el que sólo 222). Están exentos de la sustitución
fue condenado al pago de una mul- los condenados a una pena igual o su-
ta y no puede pagarla por carecer de perior a reclusión menor en su grado
bienes para ello. Todo lo dicho hasta máximo.
Jaime Couso
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JAIME COUSO ART. 50
judicial de la pena102, para MAÑA- último 104 , sólo alg unas de las nor-
LICH, en cambio (si bien ello "no mas de los Arts. 66 a 69 establecen
es autoevidente") son reglas de de- reglas de individualización judicial
terminación legal de la pena (y no de la pena: aquellas normas que
de individualización judicial) las dejan "un margen de discrecionali-
que, en los Arts. 62 a 68, regu- dad que permite cierta individuali-
lan el efecto de las circunstancias zación", como las que permiten al
modificatorias de responsabilidad, tribunal recorrer toda la extensión
pues expresan "una decisión le- del marco penal cuando no con-
gislativa concluyeme", que viene curren circunstancias atenuantes
a concretar o modificar el marco ni agravantes, o las que le permi-
penal aplicable (MAÑALICH, 4 5 ) 1 0 3 . ten la compensación racional de
Para VAN WEEZEL, 4 6 9 y ss., por atenuantes y agravantes; mientras
102 E {
!0'i Quien distingue entre "normas legales obligatorias" que rigen una "operación de cálculo"
de la pena, por una parte, y un "margen de apreciación personal" donde el tribunal
puede obrar "con algún arbitrio", por otra (NOVOA, II, 353).
106 Quien diferencia entre las reglas que definen la pena señalada por la ley —y su modifi-
cación en razón del grado de ejecución y la calidad de los partícipes-, por una parte, y
los "principios que rigen la influencia de las circunstancias modificatorias de respon-
sabilidad penal en la determinación de la pena", por otra (ETCHEBERRY, II, 170-174,
179).
"' En cambio, en CURY, P G , 7 6 1 - 7 7 0 , no se aprecia una diferenciación similar.
108 Si bien de lo señalado por NOVOA, II, 353, parece desprenderse que el "margen de
apreciación personal" se circunscribe a la aplicación del Art. 69 del CP, para las penas a
las que es aplicable. La diferenciación de ETCHEBERRY, por su parte, es más bien formal,
de modo que tampoco se desprende de ella una clasificación material de las diversas
reglas, como la que sí han propuesto VAN "WEEZEL O MAÑALICH (ambas, supra, en el
texto principal).
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ART. 50 CÓDIGO PENAL COMENTADO
ción judicial, pues la Ley no puede por ej., las que en los Arts. 69 y 70
abrigar la pretensión de realizar ella conducen a la fijación de la cuantía
misma la individualización" (NO- exacta de las penas temporales y las
VOA, II, 349, citando a SALEILLES). penas de multa. Un segundo crite-
rio, que atiende al tipo de actividad
Dejando de lado, entonces, la judicial que corresponde ejercitar
distinción basada en la "fuente" de para aplicar unas y otras reglas, las
la decisión, se suele recurrir a otros diferencia según si ellas imponen
dos criterios de diferenciación, a de modo imperativo al tribunal una
veces confundidos en una sola cla- determinada decisión relativa a la
sificación. Un primer criterio, que determinación de la pena, para el
atiende al efecto práctico de unas y caso de que se dé cierto presupuesto
otras reglas en el procedimiento de —reglas de determinación legal-, o si
determinación de la pena, las dife- le entregan al tribunal una facultad
rencia según si sirven para alterar o discrecional sobre determinación de
concretar el marco penal, a partir la pena, a partir de cierto presupues-
del señalado por la Ley para la figura to —regla de individualización judi-
típica respectiva -reglas de determi- cial- (así, por ej., MAÑALICH, 4 5 : la
nación legal-, o para determinar la diferenciación atiende a "si la regla
cuantía exacta de la pena dentro de [...] expresa una decisión legislativa
ese marco concreto —reglas de indi- concluyen te"). Conforme a este cri-
vidualización judicial— (así, por ej., terio, serían reglas de determinación
VAN WEEZEL, 1 9 9 7 , 4 6 2 ; MAÑALICH, legal, por ej., la que en el Art. 51
42, citando a MIR PUIG). Conforme prescribe al tribunal imponer la
a este criterio, serían reglas de deter- pena inferior en grado a los cómpli-
minación legal, por ej., la que en el ces de delito consumado, y la que en
Art. 68, inc. 2 o , excluye el grado mí- el Art. 68, inc. 2 o , excluye el grado
nimo o el máximo, si concurre una mínimo o el máximo, cuando con-
sola agravante o una sola atenuan- curre una sola agravante o una sola
te, respectivamente, y la que en el atenuante, respectivamente; y serían
Art. 68, inc. 3 o , permite (o impone, reglas de individualización judicial,
cuestión debatida) la rebaja de la por ej., las que permitan al tribunal
pena en uno o más grados cuando sustituir la pena privativa de liber-
concurren dos o más atenuantes tad por una determinada medida
y ninguna agravante (así, como se de la Ley N° 18.216 (así, hablan-
verá, MAÑALICH, 4 5 ) ; y serían re- do de individualización judicial de
glas de individualización judicial, la pena "en sentido amplio", VAN
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JAIME COUSO ART. 50
109 Si, efectivamente, una regla sólo permite al tribunal (sin obligarle a hacerlo) efectuar
una rebaja en uno o más grados, entonces sólo conforme al primer criterio cabe con-
siderarla como una regla de determinación legal (pues tal regla concreta o modifica
el marco penal), pero no en atención al segundo, pues tal regla no expresaría "una
decisión legislativa concluyente" (en palabras de MAÑALICH), en el sentido de que tal
regla (y el legislador a través de ella) no impondría un resultado determinado, sino,
por el contrario, dejaría abierto el resultado. Y si quisiera replicarse que en esa regla el
legislador, en otro sentido, sí "impone" un cierto resultado: modificar el marco penal
ampliándolo hacia abajo en un determinado número de grados, con ello se estaría
ocultando que el sentido de la norma es conferir al tribunal una facultad (o "un poder
normativo", en el sentido de RAZ, Joseph ( 1 9 9 1 ) : Razón práctica y Normas (Centro
de Estudios Constitucionales, Madrid), pp. 118-121) dentro de ciertos contornos (la
rebaja, si se la efectúa, como máximo puede ser, por ej., de tres grados), facultad que
en ningún caso es una "razón completa para la acción" (nuevamente, en el sentido de
lo afirmado por RAZ, cit., p. 121) (como sí lo sería en cambio una regla "concluyente"
que, en lugar de conferir una facultad, impone un mandato, como la del Art. 51), sin
perjuicio de que, unida a otras razones que exigen "discernimiento" (por ejemplo, el
principio que exige graduar la pena según la magnitud de la culpabilidad, junto a la
presencia de varias atenuantes, y de mucho peso, que reducen considerablemente la
culpabilidad), la concesión de tal facultad sí pueda llegar a convertirse en una razón
para ejercerla, en todo lo cual, tal hipotética regla de individualización judicial no se
diferenciaría de otras reglas de individualización judicial (como la que permite sustituir
la pena por una libertad vigilada, una facultad que en sí misma tampoco es una razón
suficiente para efectuar la sustitución, pero que unida al principio de orientación de la
pena a la prevención especial positiva y a circunstancias de mucho peso que en el caso
concreto hagan aparecer como idónea a dicha medida para una vida futura sin delitos,
puede llegar a convertirse en una razón para concederla). Todo ello no se aplica, en
cambio, a las reglas que prescriben de forma concluyente una rebaja de pena, cual es el
caso, según MAÑALICH, de las reglas que en los Arts. 65 y ss. establecen la rebaja en uno
o más grados para el caso de concurrir una pluralidad de atenuantes, sin agravantes (v.
infra, Are. 65), que, entonces, sí habría que considerar reglas de determinación legal de
la pena (también) conforme al segundo criterio de distinción apuntado más arriba.
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ART. 50 CÓDIGO PENAL COMENTADO
ción que la doctrina tiende a recha- las reglas legales, incluso las que no
zar (VAN W E E Z E L , 2 0 0 1 , s i n N ° d e "determinan el resultado" sino que
pág., en relación con la aplicación sólo establecen los criterios -o prin-
d e l A r t . 6 9 ; MATUS / VAN W E E Z E L , cipios, en su caso- que deben con-
Comentario, 373, en relación con ducir hacia el resultado110. Siendo
el Art. 68 bis; MAÑALICH, 54-55, en así, en todo caso, la diferenciación
relación con la decisión del número -entre unas y otras reglas- que obe-
de grados que se rebaje la pena en dece a este segundo criterio, tiende
los casos de pluralidad de atenuan- a perder relevancia: tanto las reglas
tes, en los Arts. 65-68, y en relación de determinación legal como las de
con el ejercicio de compensación ra- individualización judicial imponen
cional de circunstancias necesario, estándares legales, que deben ser
en su caso, en las hipótesis casos de respetados por el tribunal, de modo
los Arts. 66 y ss.). En mi opinión, que ambas pueden ser infringidas y
esta doctrina lleva la razón, en la su infracción controlada por la vía
medida que el ejercicio de discrecio- del recurso de nulidad111.
nalidad sujeta a criterios establecidos
por el legislador (MATUS / VAN W E E - Por último, fuera de esta refe-
ZEL, Comentario, 326, hablan de rencia a las reglas —de uno y otro
un "acto discrecional jurídicamente tipo- de determinación de la pena,
fundamentado") no puede ser tra- la doctrina suele identificar ciertos
tado como si estuviese desprovisto principios que rigen la determina-
de todo estándar, pues el sentido ción de la pena en el CP chileno,
de la Ley es que el tribunal adopte denominación que no se correspon-
una decisión empleando justamente de con el concepto de principio pro-
esos criterios, y el recurso de nuli- pio de la teoría del derecho, que se
dad está al servicio de controlar que suele oponer al de regla (por ej., por
la actividad jurisdiccional respete parte de DWORKIN O ALEXY), al pun-
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ART. 50 CÓDIGO PENAL COMENTADO
to de que entre los "principios" que Ley al delito" (Art. 50) cumple una
se mencionan a menudo aparecen función importante, como "marco
auténticas reglas de determinación penal" a partir del cual operarán las
de pena (así, NOVOA, II, 3 5 6 - 3 5 9 , reglas que, en ciertos casos, lo alte-
hace alusión a 7 "principios", que rarán y, sobre todo, lo concretarán.
en realidad son algunas de las reglas La identificación o definición de
de alcance más general, por lo de- este marco penal abstracto, como se
más bastante coincidentes con las 6 verá {infra, Art. 50), supone, según
"reglas generales" identificadas por parte de la doctrina, realizar algunas
CURY, 7 6 1 ; VAN WEEZEL, 1 9 9 7 , 4 6 3 aumentos o rebajas de pena que son
y ss., en cambio, identifica una serie previos a cualquier otro, como los
de "principios fundamentales" sobre que la Ley ordena efectuar en caso
medición judicial de la pena, en el de concurrir ciertas circunstancias
Derecho comparado -principio de que, bien vistas, realmente son cali-
juridicidad, principio de igualdad ficadas o privilegiadas.
ante la ley, principio de apertura a
los fines y prohibición de doble va- El marco penal está conforma-
loración- que hace aplicables, en do por una o más "penas", que no-
mayor o menor medida, al derecho minalmente están definidas (por el
chileno, y que sí se acercan más a Art. 58) como "grados" de penali-
aquél concepto de principio, propio dad, dentro de aquel marco, y que,
de la teoría del derecho112). según su magnitud, configuran el
"grado máximo" o "grado mínimo"
III. La pena señalada en la de la pena (el "marco penal") asig-
Ley como "marcopenal abstracto" nada por la Ley al delito, pudiendo
haber grados intermedios (la expre-
En el proceso de determinación sión de ETCHEBERRY, II, 172: "cada
de la pena (especialmente en la fase pena es un grado y cada grado es
de determinación legal, conforme una pena" expresa, en su primera
al primero de los criterios de dife- parte, esta característica del marco,
renciación reseñados en el punto mientras que en la segunda parte no
anterior), la "pena señalada por la se refiere al marco penal de un deli-
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JAIME COUSO ART. 50
to, sino que da cuenta de algo muy tribunal no obstante quedarse den-
distinto —v. infra, Art. 57—). tro de ellos (v. infra, Art. 65).
Este marco penal que sirve de Entre las principales reglas que
punto de partida es "abstracto" en tienen ese efecto de alterar el mar-
el sentido de que aún no atiende a co penal, forzando (o facultando)
las particulares formas de aparición al tribunal a fijar la pena fuera del
del delito, por ej., según el grado de marco original (sin perjuicio de que
ejecución o la forma de interven- otra regla de la misma naturaleza,
ción, ni a la presencia de circuns- casualmente le obligue a "volver" a
tancias que modifican la magnitud una pena que se encontraba dentro
del injusto o de la culpabilidad a tal de dicho marco) se pueden mencio-
punto, que llevan a alterar el marco nar (en un listado no exhaustivo) las
original, rebasando sus límites ori- siguientes: 1) las que disponen reba-
ginales; y tampoco atiende todavía, jas de pena para las formas imper-
en fin, a circunstancias de la misma fectas de ejecución (tentativa y deli-
índole que, sin alterar el marco (en to frustrado) y para la complicidad
el sentido de rebasar sus límites ori- y el encubrimiento (Arts. 5 1 a 54,
ginales), obligan a ir "concretándo- y sin perjuicio de las disposiciones
lo". Una serie de reglas, analizadas que, excepcionalmente, modifican
en este capítulo, determinan esos estos efectos, para casos puntuales; v.
efectos. infra, Art. 55); 2) las que disponen
aumentos y rebajas de pena en caso
IV. Alteraciones del marco penal de concurrir circunstancias agravan-
abstracto y reglas que lo concretan tes o atenuantes de "efectos excepcio-
nales", como la circunstancia de que
En relación con las reglas que, el mayor de edad se haya "prevali-
a partir del marco penal abstracto, do" de un menor de edad (Art. 72,
disponen alteraciones, más allá de y Art. 494 bis, inc. 3 -cuando ello
o
jar la pena en uno o más grados, para sidio perpetuo calificado, si se trata
el caso de que concurra una plurali- de la Escala N° 1; presidio perpetuo
dad de atenuantes, sin agravantes, o (simple), si se trata de las escalas
una atenuante muy calificada, según N° 2 y 3 (Art. 7 7 , inc. 2 O ; lo que,
el caso113; 4) la que modifica, en su como con razón destaca MATUS,
caso (al sumar el importe total de los Comentario, 406, constituye una
objetos sustraídos), la pena que ser- desproporción evidente, frente a la
virá de base para la determinación cual sólo cabe confiar, con ese autor,
de la pena correspondiente por rei- en que, teniendo en cuenta el carác-
teración de hurtos (en los términos ter facultativo del aumento de pena
del Art. 451); 5) las que modifican del Art. 68, inc. 4O, "nuestros tribu-
en todo caso la pena del delito más nales no caerán en el despropósito
grave, o del único delito que servirá del legislador"); y reclusión menor
de base para calcular el respectivo en su grado medio, si se trata de las
aumento (si se trata de delitos de escalas N° 3 y N° 5, para sí "agravar"
igual gravedad), en los casos de rei- la pena de inhabilitación (absoluta o
teración de crímenes o simples de- especial) perpetua (Art. 77, inc. 3 o ;
litos de la misma especie (Art. 351 sumándose la primera a la segunda,
del CPP, incisos Io y 2 o ). según ETCHEBERRY, II, mientras que
para M A T U S , Comentario, 4 0 7 , la
Los aumentos y rebajas de pena pena privativa de libertad principal
que el tribunal efectúe en virtud de "absorbería" a la accesoria). A su vez,
esas reglas (u otras, contempladas, cuando en la respectiva escala no sea
sobre todo, en la "Parte Especial" del ya posible seguir "bajando", a falta
CP), se deben realizar "subiendo" o de más grados inferiores debe im-
"bajando" el número de grados que ponerse la pena de multa (Arts. 60,
corresponda dentro de la respec- inc. I o , 61, regla 5 a , y 77, inc. 3 o ; v.
tiva escala del Art. 59. Cuando en infra, Art. 60).
la respectiva escala no es posible se-
guir "subiendo", pues no hay ya una Si el marco penal, a partir del
pena superior, se debe imponer pre- cual deben efectuarse los aumen-
113 En estos casos, en efecto, el marco penal se ve alterado, en el sentido de que rebasa
sus límites originales, con independencia de si se considera obligatoria o facultativa la
rebaja en, a lo menos, un grado (v. supra, "II. Determinación legal e individualización
judicial de la pena").
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JAIME COUSO ART. 50
concurso ideal o medial con otro pena por una eximente incompleta
(Art. 75) 114 . o el aumento de pena por pluralidad
de agravantes?).
Un problema que puede plan-
tearse cuando corresponde aplicar, a Al analizar (infra) las diversas
un mismo marco penal abstracto, di- reglas de determinación de la pena,
versas reglas que alteran el marco pe- se irá haciendo referencia a esta
nal original, o una regla que lo altera cuestión.
y una que lo concreta, es el de definir
el orden en que unas y otras deben V. Determinación de la pena con-
aplicarse, cuando ello no se despren- creta
de claramente del tenor de la ley, y
la pena resultante no será la misma Como se ha señalado, una vez
según cuál sea el orden que se siga. fijado el marco penal concreto, que
bien podría coincidir con el "mar-
El problema se puede presentar co penal abstracto" señalado por la
tanto entre las reglas que habría re- Ley al delito -si no concurren cir-
lativo acuerdo en tratar como de de- cunstancias a las que la Ley asocie
terminación legal de la pena (¿se apli- una regla que altere o concreto di-
ca primero la rebaja de pena para el cho marco—, vienen al caso las reglas
encubrimiento o la exasperación de que permiten fijar, en base a razo-
pena por el concurso ideal?), como nes establecidas por la ley, una pena
entre estas reglas y algunas reglas so- concreta; ello, salvo en los casos en
bre efectos de las atenuantes y agra- que el "marco penal concreto" ter-
vantes -que una parte de la doctrina mine siendo un grado de una pena
considera de individualización judi- indivisible (como el presidio perpe-
cial- (¿se aplica primero la rebaja de tuo), hipótesis en que, obviamen-
114 MATUS / VAN WEEZEL, Comentario, 3 3 1 , incluyen esta regla entre las que alteran la pena
señalada por la ley al delito, e incluyen, además, y en el primer lugar de este listado
de factores que alteran la pena, a las reglas que otorgan a una circunstancia especial el
carácter de calificante o privilegiante. Esto último no es necesario para quienes ( c o m o
ETCHEBERRY, II, 1 7 4 , y CURY, 7 6 3 ) consideran que en esos casos la pena "señalada por
la ley" al delito ya es la de la figura calificada o privilegiada, de m o d o que no puede
entenderse que la reglas que convierten a una figura básica en un delito calificado o
privilegiado estén "alterando" dicho marco, pues en realidad recién lo están constitu-
yendo.
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ART. 48 CÓDIGO PENAL COMENTADO
COMENTARIO
Jaime Couso
como el Art. 15 del CP, por ej., en cie a la forma básica de aparición
sus numerales 2o y 3 o , o de la Parte del delito —la autoría de un delito
Especial, como el Art. 450 del CP) consumado- el concepto "la pena
que también apliquen la pena del señalada por la Ley al delito", y que
autor de delito consumado a quienes éste sea el mismo concepto que sue-
no son autores (aunque para efectos len emplear las reglas que disponen
de penalidad "se consideran" como alternaciones o concreciones del
tales) o a quienes no han cometido marco penal designado para aquella
un delito consumado (sino uno que, forma básica de aparición del delito
por ej., sólo se encontraba "en grado (por ej., en los Arts. 51-55 y 65-68
de tentativa"). y 73), explica que precisamente a
propósito del Art. 50 se examinen
Como observa ETCHEBERRY, I I , las complejidades a que puede dar
175, al "señalar" la pena que corres- lugar la identificación la "pena se-
ponde al delito, la ley, en su marco ñalada por la Ley al delito", como
penal, puede incluir más de una, marco penal a partir de la cual se
presentándolas al tribunal como pe- deben aplicar tales reglas.
nas copulativas (lo que le exige im-
ponerlas todas), alternativas (lo que II. Pena señalada por la Ley al
le ofrece la opción de aplicar una delito. El caso de las figuras calificadas
u otra, pudiendo variar la elección y privilegiadas.
para diversos co-partícipes -v. infra,
regla 3o del Art. 61-), facultativas Las complejidades se refieren,
(lo que le permite añadir o no una en la práctica, a la identificación de
pena adicional a una primera que las figuras calificadas y privilegiadas,
obligatoriamente debe imponer) en aquellos casos en que no se cons-
y accesorias (que necesariamente truye explícitamente por la Ley un
debe imponer como consecuencia marco penal propio para ellas (como
de haber impuesto una determinada sí ocurre, por ej., en el Art. 391, inc.
pena principal —y no como conse- I o , para el homicidio calificado),
cuencia necesaria de condenar por sino que se dispone simplemente
ese delito, como es el caso de las co- que la pena se aumentará o rebaja-
pulativas-). rá en un determinado número de
grados si se da la circunstancia que
Aunque no sea realmente una las convierte en tales (como ocurre
cuestión regulada por esta disposi- en el Art. 300, para la figura pri-
ción, el hecho de que en ella se aso- vilegiada de evasión de detenidos
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ART. 50 CÓDIGO PENAL COMENTADO
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JAIME COUSO ART. 50
bio, la tratan siempre como una RRY, II, 174, que se trata de figuras
"agravación" de pena basada en la calificadas o privilegiadas cuando
mayor culpabilidad. Estas dificulta- las circunstancias "afectan a la pe-
des van asociadas, en relación con el nalidad misma asignada al delito" y
procedimiento de determinación de no "a la que en concreto va a corres-
la pena, a la posibilidad de que se ponder al delincuente"; en cambio,
plantee un problema sobre el orden las circunstancias "que afectan a los
de aplicación de las mismas115. So- partícipes y no a la escala penal mis-
bre esta distinción, opina ETCHEBE- ma" serían atenuantes y agravantes,
115 En efecto, cuando (de modo coherente con la opinión de POLITOFF / MATUS / RAMÍREZ,
que se acaba de consignar) MATUS / VAN W E E Z E L , Comentario, 3 6 8 - 3 6 9 ) tratan a la
regla del Art. 331 del CP (que entienden como un "aumento de pena") como una
agravación de efecto excepcional (y no como una calificación), afirman consecuente-
mente con ello que el "aumento" de pena se aplica recién después de las reglas de los
Arts. 6 5 - 6 8 bis, siendo que, si se tratase de una calificación, debería aplicarse antes
de esas reglas (MATUS / VAN W E E Z E L , Comentario, 331). Aunque no tiene relevancia
en relación con este asunto, no está demás aclarar que el Art. 331 del CP en realidad,
más que aumentar la pena cuando concurra cierta circunstancia, parece tipificar una
figura distinta, cuya pena se calcula a partir de la señalada para otros delitos del mismo
párrafo, aumentándola en un grado; la figura, en efecto, no consiste realmente en la
ejecución de aquellos otros delitos, bajo una circunstancia más grave —en este caso,
que el sujeto activo reúna la calidad de maquinista, conductor o guardafrenos- sino
derechamente en conducta -"el abandono intencional"- distinta de las establecidas
para las figuras básicas —"destrucción" o "descomposición" de la vía férrea, "colocación
de obstáculos"—, configurando entonces un delito de omisión —que valorativamente, en
todo caso, también abarcaría, castigándolos con la pena agravada, a los descarrilamien-
tos activos causados por esos sujetos cualificados-; siendo así, a esa figura autónoma,
evidentemente el "aumento" de pena, que recién constituye "la pena señalada por la ley
al delito", debe necesariamente operar antes que cualquier modificación de la misma
dispuesta por una regla de determinación de la pena. Pero todo ello, por lo demás, sólo
tiene interés teórico o conceptual, desde que - c o m o explica ETCHEBERRY, III, 3 2 3 - ,
el Art. 331, junto a las demás disposiciones del párrafo 16 del Título VI del Libro II
del CP, deben entenderse derogadas por los Arts. 105 y ss. de la Ley de Ferrocarriles
(texto definitivo fijado por D. 1.157 de Fomento, de 1931), que reglamenta las mis-
mas figuras, junto a algunas otras, en general con mayor pena; de hecho, la figura del
Art. 331 del CP está regulada ahora por el Art. 115 de la Ley de Ferrocarriles, pero
sin establecer un aumento de penas sino una mera remisión a las penas señaladas para
otras figuras, de modo que menos dudas pueden caber ahora de que se trata de una
figura autónoma, y de omisión.
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ART. 50 CÓDIGO PENAL COMENTADO
que deben considerarse dentro del 331, sí sería claro que configuran
efecto general de las circunstancias una calificante o privilegiante "las
modificatorias116. También para circunstancias que obligatoriamen-
CURY, 7 6 3 , 4 7 3 , las atenuantes y te "determinen una alteración del
agravantes no afectan la "configu- marco penal atribuido por la Ley al
ración" de la pena, sino que sólo hecho""117 (la cursiva está en el ori-
actúan "cuando ya está fijada", pero ginal).
la diferencia entre ellas y las califi-
cantes y privilegiantes debe atender En mi opinión, la dificultad
a si las circunstancias "se incorporan para encontrar un criterio mate-
al tipo del hecho delictivo" o no, si rial, coherente con el sistema del
bien admite que la cuestión requiere CP, con el cual distinguir califican-
un análisis caso a caso (en sentido tes/privilegiantes de agravantes/
similar define a los tipos calificados atenuantes ya deriva del hecho de
y privilegiados NOVOA, I, 3 0 7 , pero que el CP considera a las mismas
sin identificar el problema de su circunstancias, a veces como cali-
diferenciación con las atenuantes o ficantes/privilegiantes (al incorpo-
agravantes). Por último, no obstante rarlas en una descripción típica y
reconocer las dificultades que pue- asociarles un marco penal distinto),
den plantearse al distinguirlas, para y otras veces agravantes/atenuantes
MATUS / VAN WEEZEL, Comentario, (al simplemente listarlas en una
116 En todo caso, debe notarse que esta diferenciación, no obstante hacer referencia al
delito y a la persona del delincuente, no sería simétrica con la que el Art. 64 del CP
hace entre circunstancias objetivas —relativas al hecho— y circunstancias personales
-que afectan al delincuente-, pues para ETCHEBERRY, I I I , 52 y ss.), por ej., el homicidio
cometido con premeditación es un homicidio calificado -y no uno "agravado"- aún
cuando la circunstancia agravante "premeditación" sea una circunstancia personal (v.
ETCHEBERRY, I I , 29), es decir lo "personal" de una circunstancia, para los efectos del
Art.. 64 (incomunicabilidad) no debe entenderse en el sentido de que tal circunstancia
afecta sólo a la pena "que en concreto va a corresponder al delincuente", que sería lo
distintivo de las atenuantes y agravantes vis-h-vis las privilegiantes y calificantes. En
el caso del parricidio, ni siquiera se plantea la cuestión, pues ETCHEBERRY, I I I , 68),
deja claro que lo considera una "figura diferente", y no "una forma más de homicidio
calificado".
117 Lo que no se compadece con el tratamiento que ellos dan al aumento (obligatorio) de
pena dispuesto por el Art. 331 (v. supra, n. 115), ni alude a un criterio material que
explique esa conclusión.
528
JAIME COUSO ART. 50
118 Sosteniendo, sin embargo, que el aumento de pena debe ser "previo a la determi-
nación legal y judicial", lo que contrasta con la tesis defendida por MATUS / VAN
WEEZEL, Comentario, 3 6 8 - 3 6 9 ) , ("si concurren [con una "hipótesis especial de
agravación"] circunstancias modificatorias comunes en el caso concreto, primero
es necesario calcular el grado de penalidad conforme a las reglas generales de los
arts. 6 5 - 6 8 bis").
119 Las excepciones que se encuentran en la doctrina (que varían según el autor de que
se trate), c o m o la rebaja de pena del Art. 3 0 0 , a la que ETCHEBERRY, c o m o se vio,
considera un tipo privilegiado (y no una atenuación especial), no son reconducibles a
un criterio material común con los casos en que la diferenciación sigue aquel criterio
más contingente identificado en el texto principal; es decir, en buena medida aparecen
como opiniones puramente intuitivas.
529
ART. 50 CÓDIGO PENAL COMENTADO
que ello acarreará a la hora de defi- mente ligada a la naturaleza del tipo
nir el orden de aplicación de unas penal, o a la específica gravedad del
y otras120. injusto penal que se quiere conmi-
nar con una pena diversa de la figu-
Así, las dificultades para identi- ra "básica", estos criterios materiales
ficar un criterio material consistente, no serían suficientes para entender
que permita identificar claramente que para el delito cometido bajo
determinados aumentos y rebajas esas circunstancias la "pena señalada
de pena como reglas que determi- al delito" es una propia, distinta de
nan "la pena señalada por la Ley al la señalada para la figura básica. Sin
delito", distinguiéndolos de otros llegar a decirlo de ese modo, a una
aumentos y rebajas que sólo cabría conclusión más o menos así lleva la
considerar como agravantes y ate- decisión de parte de la doctrina de
nuantes de efecto especial, puede considerar que "la pena señalada por
llevar a la conclusión de que la pena la ley" a unas las lesiones simplemen-
señalada por la Ley al delito, como te graves cometidas con alevosía es
base sobre la cual deben aplicarse sólo la pena de las lesiones graves, del
todas las reglas de determinación de Art. 397, N° 2 o , sobre la cual habrá
la pena, sólo está constituida por el que realizar los aumentos y rebajas,
marco penal expresamente construi- de efecto especial y ordinario, que co-
do por el legislador (no aquel cuya rrespondan a las circunstancias con-
construcción se encomienda al tri- currentes, entre ellas, la alevosía (por
bunal, por medio de los aumentos o más que tenga un efecto especial,
rebajas) para la figura básica, o, en regulado por el Art. 400), mientras
su caso, para las figuras calificadas o que se considera que la pena "seña-
privilegiadas a las que sí se les asignó lada por la ley" al homicidio cometi-
un marco penal propio, por el mis- do con alevosía es ciertamente la del
mo legislador. Así, por más que unas homicidio calificado, del Art. 391,
rebajas y aumentos parezcan respon- N° I o , por la pura y simple razón de
der a una decisión legislativa íntima- que el legislador se molestó en seña-
120 Por cierto, esta definición formal de lo que se entiende en el CP por "pena señalada
por la ley al delito", no prejuzga sobre lo que, materialmente, a efectos de la aplicación
de la garantía constitucional de la legalidad de las penas, debe entenderse por "pena
señalada por la ley al delito", para decidir que, en ciertos casos, la ley no ha señalado
pena a las formas imperfectas de ejecución o a las formas de intervención diversas de
la autoría (v. infra, Art. 5 9 ) .
530
JAIME COUSO ART. 50
lar un marco penal para el caso en cación de las reglas que alteran o
aquella circunstancia concurra en un concretan el marco penal abstracto
homicidio, mientras que no lo hizo (el "señalado por la Ley al delito") se
cuando la misma circunstancia con- da en varias constelaciones de casos,
curra en unas lesiones, caso en que entre ellas: Io los delitos con mar-
se conformó con entregar esa tarea cos penales abstractos del tipo de los
(si bien indicándole precisamente regidos por el Art. 68, cuando con-
cómo hacerlo) al tribunal. curra una pluralidad de agravantes,
sin atenuantes, por un lado (lo que
Y si bien ello parece tender a permite subir la pena en un grado, a
igualar a todas las reglas que alteran partir del máximo del marco penal
o concretan el marco penal "señala- original), con una circunstancia a la
do por la Ley al delito", con el con- que otra regla asocia el efecto de re-
siguiente problema de definición del bajar la pena en uno o más grados,
orden de aplicación de unas y otras, por el otro; 2 o , los delitos con mar-
nada impide, en realidad, entrar a cos penales abstractos del tipo de los
hacer distinciones entre esas reglas, regidos por el Art. 66 ó 68, cuan-
basadas en razones materiales de la do concurra una sola agravante, sin
índole señalada (por ejemplo, la es- atenuantes, por un lado, con una
pecífica gravedad que una circuns- circunstancia a la que la Ley aso-
tancia aporta al injusto, o su íntima cia el efecto de rebajar la pena en
relación con el tipo penal), o de otra uno o más grados, por el otro; 3O,
índole (v. infra, el apartado siguien- pero sólo si se sigue la tesis (acogi-
te) para deducir de unas y otras que da por una parte de la jurispruden-
unas reglas deben aplicarse primero, cia, pero rechazada por la doctrina;
y otras después, de modo de llegar a v., por todos, N O V O A , I I , 3 5 7 - 3 5 8 ;
resultados coherentes con las razones M A T U S , Comentario, 404) de que
materiales que le dan sentido a tales los aumentos de pena se calculan
rebajas o aumentos de pena. A con- desde el grado máximo del marco
tinuación se abordará ese examen. penal, todos los casos en que en un
delito con marco penal compuesto
III. Orden de aplicación de las concurran circunstancias a las que
reglas que alteran y concretan la pena la Ley asocia un aumento de pena,
señalada por la Ley al delito por un lado, con circunstancias a
las que la Ley asocia una rebaja de
El ya reiteradas veces mencio- pena o una concreción del marco
nado problema del orden de apli- penal hacia abajo (excluir el grado
531
ART. 50 CÓDIGO PENAL COMENTADO
Si se acepta que, también en este caso (y no sólo en el de las atenuantes que "enumeran
requisitos") es aplicable dicha disposición, como lo defienden, acertadamente, en mi
opinión, ya GARRIDO,passim; y, más tarde, en GARRIDO, 1 , 1 8 6 - 1 8 7 ) ; así como POLITOFF
/ MATUS / RAMÍREZ, P G , 5 3 4 y n. 1 2 3 ) ; y MATUS / VAN W E E Z E L , Comentario, 3 8 1 ) ,
(cfr., en contra, C U R Y , 4 7 8 ; ETCHEBERRY, II, 1 9 ) .
532
JAJME COUSO ART. 50
122 El problema también se presenta si, en el mismo delito de robo con intimidación o vio-
lencia, cometida por un autor con imputabilidad disminuida, concurre una pluralidad
de agravantes (con el efecto del Art. 68, inc. 4 o , o del Art. 67, inc. 5 o -según el orden
que se siga-), caso en que la pena máxima legalmente posible resultante de aumentar
y disminuir la pena, cada vez en un grado, será claramente distinto según el orden en
que se apliquen las dos reglas: 20 años de presidio mayor en su grado máximo, si se
aplica primero el Art. 68, inc. 4o (que lleva a "la pena inmediatamente superior en
grado al máximo de los designados por la ley", a partir de la cual, en seguida, el Art.
73 hace rebajar la pena en a lo menos un grado); y 10 años de presidio mayor en su
grado mínimo, si se aplica primero el Art. 73 (que conduce a "la pena inferior [en a
lo menos un grado] [ . . . ] al mínimo de los señalados por la ley", a partir de la cual, en
seguida, el Art. 67, inc. 5 o , hace subir la pena en un grado).
533
ART. 50 CÓDIGO PENAL COMENTADO
CP "la pena señalada por la Ley ... Sin recurrir a esa diferenciación,
se modifica una vez que se determi- sino simplemente a la que distingue
na el grado de desarrollo del delito entre circunstancias modificatorias
[para todos los intervinientes, si es con y sin "efecto especial" (sí ten-
justificante incompleta] [...o] una dría este efecto especial el Art. 73, al
vez determinado tanto el grado de disponer una rebaja en al menos un
desarrollo del delito como el de su grado, asociado a la atenuante del
participación [respecto de aquél en Art. 73), ETCHEBERRY, II, 189-190,
quien concurra una causa de excul- sostiene que debe primero aplicarse
pación incompleta]" y que "el juez las reglas de los Arts. 62 a 68, refe-
debe [...] imponer una pena al me- ridas a las circunstancias que no tie-
nos inferior en un grado [...] y des- nen efecto especial, para "después de
pués, hacer las rebajas y aumentos determinada provisionalmente una
que correspondan según la regla del pena de conformidad con ellas, con-
Art. 67" (ibid., p. 534), todo lo cual siderar las circunstancias modificato-
llevaría, en el ejemplo propuesto, a rias especiales, haciéndolas producir
una pena máxima legalmente posi- su efecto propio", lo que conduciría
ble de cinco años de presidio menor a invertir el orden propuesto por Po-
en su grado máximo. LITOFF / MATUS / RAMÍREZ, P G , 4 9 7 -
498, 534, para imponer, en el ejem-
En cambio, el problema no po- plo propuesto, como máxima pena
dría quedar resuelto a través de la legalmente posible, la de 10 años de
mera diferenciación entre una fase presidio mayor en su grado mínimo.
de determinación legal y otra de indi- Coinciden con el orden de aplicación
vidualización judicial, para quienes, defendido por ETCHEBERRY, VAN WEE-
ZEL, 1 9 9 7 , 5 0 0 , y MATUS / VAN WEE-
como MAÑALICH, 4 5 ) o VAN W E E -
ZEL, Comentario, 363, para quienes:
ZEL123, entienden que una y otra son
"[l]o que en consecuencia correspon-
reglas de determinación legal
123 Para quien, si bien no serían reglas de determinación las que "permiten" rebajas o
aumentos de pena cuando concurre una pluralidad de atenuantes o de agravantes,
sí lo serían las que imponen un resultado, sin dejar lugar al ejercicio de una facultad
discrecional, como los Arts. 67, inc. 2o y 68, inc. 2° (VAN WEEZEL, 1997, 469 y ss.);
de modo que en el ejemplo propuesto en el texto principal, siendo ambas reglas, reglas
de determinación legal, tampoco para VAN WEEZEL la diferenciación entre éstas y las
reglas de individualización judicial aportaría algo en términos de definir un orden de
aplicación, por defecto.
534
JAIME COUSO ART. 50
124 Lo que contrasta con la postura defendida por POLITOFF / MATUS / RAMÍREZ, PG 534;
y PE, 134, en este caso, opinando que la rebaja especial del Art. 400, para las lesiones,
también opera "previo" a los demás factores de determinación de la pena), y parece
contradecir el tratamiento que aquellos autores (MATUS / VAN WEEZEL, Comentario,
331) dan a los Arts. 72 y 73 como "factores de determinación legal de la pena", que
modifican "la pena señalada por la ley al delito, para los efectos de la posterior deter-
minación judicial", modificación que, entonces, produce su efecto necesariamente
antes de dicha determinación judicial, "una vez que se determinó el grado de desa-
rrollo del delito [...] [y, en su caso, la forma de] participación en él". En todo caso,
en el caso particular del Art. 73, sostienen (ibíd., p. 382) que si bien "la rebaja tiene
efecto extraordinario, por lo que no concurre a la compensación racional y se aplica
después de determinada la pena conforme a las reglas de los arts. 50 a 70", en caso de
concurrir en el hecho una pluralidad de agravantes, sin más atenuantes, el tribunal
pierde la facultad de aumentar la pena en un grado (si concurre) y después reducirla
"debiendo imperativamente imponer una pena al menos inferior en un grado a la señalada
abstractamente por la ley al delito".
535
ART. 50 CÓDIGO PENAL COMENTADO
125 Ese argumento parecen emplear MATUS / VAN WEEZEL, Comentario, 3 8 2 ) , para dar
aplicación primero, a la regla del Art. 7 3 , que haría perder al juez la facultad de aumentar
la pena en un grado (si concurre una pluralidad de agravantes, sin más atenuantes) y
después reducirla "debiendo imperativamente imponer una pena al menos inferior en un
gmdo a la señalada abstractamente por la ley al delito" (la cursiva está en el original).
537
ART. 50 CÓDIGO PENAL COMENTADO
538
JAIME COUSO ART. 50
coherente con la ratio legis es enten- tentativa, por una parte, y la com-
der que la "circunstancia" de efecto plicidad y el encubrimiento, por
especial debe ser aplicada primero, la otra, constituyen figuras típicas
para recién después, a partir de la distintas, constituidas a través de
pena asignada a efectos de preven- tipos subordinados o complemen-
ción general o de consideraciones tarios, que se asocian al tipo de au-
político criminales, hacer intervenir tor de delito consumado, para dar
las circunstancias modificatorias que tipicidad al hecho), de modo que,
vienen a adecuar la pena al específico sin ser "tipos privilegiados", por la
nivel de injusto y de culpabilidad del concurrencia de un elemento que
hecho, en concreto127. disminuya el injusto, prácticamen-
te puede entenderse que son figuras
El mismo tipo de consideracio- a las que la Ley les señala una pena
nes materiales (y no el orden en que propia, calculada (antes de consi-
aparecen en la secuencia de Arts. del derar cualquier otra circunstancia)
CP, como podría pretenderse) debe mediante las reglas de los Arts. 5 1 a
llevar, en mi opinión, a dar aplica- 54. Y si esto no llegó a ser afirmado
ción preferente a las reglas de los al definir el concepto de "pena seña-
Arts. 5 1 a 54, por sobre otras, como lada por la Ley al delito" {supra, al
por ejemplo, la del Art. 75, para los tratar sobre él), no había otra razón
concursos ideales o mediales, o las que no fuera el hecho de que el len-
que disponen o permiten aumen- guaje empleado por estos preceptos,
tos pena. Y es que en aquellos ca- formalmente da a entender que la
sos no se trata ni siquiera de ciertas "pena señalada por la Ley al delito"
"circunstancias" que simplemente no es la que resulta de esas reglas,
aumenten o disminuyan el conteni- sino la que se asigna a la respectiva
do de injusto o la culpabilidad, sino figura consumada cometida por au-
prácticamente de figuras distintas tor, es decir, la que el Art. 50 ofrece
(si, p o r e j . , c o n CURY, 5 5 0 . 5 8 4 , s e como punto de partida para todos
entiende que el delito frustrado y la las reglas siguientes, entre ellas, pre-
27 No se me escapa que estas consideraciones bien podrían constituir razones para mate-
rialmente considerar a estas reglas c o m o constitutivas de tipos calificados y privilegia-
dos; pero ya ha quedado claro que esta cuestión termina siendo más bien nominal y
clasificatoria, si el efecto relevante (el orden de aplicación de las diversas regla, cuando
está en juego la posibilidad de un resultado diverso) queda subordinado a estas razones
materiales.
539
ART. 50 CÓDIGO PENAL COMENTADO
cisamente las que ahora se comen- Art. 75, y recién después, el Art. 51
tan128. El resultado, con todo será -en este caso, la posibilidad de apli-
el mismo: el efecto establecido por car el Art. 74, como disposición más
estas reglas debe considerarse antes favorable, resuelve sólo en parte el
que cualquier otra, con las trascen- problema, en la medida que el resul-
dentales consecuencias que ello tie- tado seguirá siendo más severo que
ne en el resultado final (por ej., el con la primera solución-).
cómplice de un doble homicidio ca-
lificado -si se acoge la tesis de que el En otros casos, la ratio legis exi-
concurso ideal homogéneo cae bajo la girá que el orden de aplicación de
regla del Art. 75, v. infra, "Comen- dos reglas de determinación diversas
tario al Art. 75" 1 2 9 - será castigado no altere la debida proporcionalidad
con presidio mayor en su grado mí- entre la pena y la culpabilidad del
nimo, y no con presidio mayor en autor por el injusto130. Y específica-
su grado máximo, como resultaría mente en los casos en que es aplicable
si se aplicara, en cambio, primero el el Art. 73, la atenuante de eximente
128 Lo que no obsta, como se señaló al tratar sobre la "pena señalada por la ley al deli-
to", a la necesidad de entender, materialmente, que, para los efectos de la garantía
constitucional de la legalidad de las penas (Art. 19, n° 3, inc. 7 o , de la CPR) "la pena
señalada por la ley al delito", para las formas imperfectas de ejecución y las formas de
intervención distintas de la autoría, es la que resulta de las rebajas de pena dispuestas
por los Arts. 51 a 54 del CP, o, en su caso, la especialmente conminada por la ley en
ciertos caso (como en el Art. 498, para la complicidad en las faltas), de modo que, los
casos de formas imperfectas de ejecución y de formas de intervención distintas de la
autoría, no sujetos expresamente a esas reglas o penas, debe entenderse que no tienen
señalada por la ley una pena (v. infra, Art. 59).
129 Tesis defendida por CURY, 666, (si bien criticando de lege ferenda el diverso tratamiento
que tendría quien da muerte a las mismas personas mediante acciones sucesivas) y por
ETCHEBERRY, II, 1 2 1 ; y r e c h a z a d a p o r GARRIDO, II, 4 5 3 y p o r NOVOA, II, 2 3 2 ) .
130 Así, por ejemplo, por razones de igualdad ante la ley y por exigencias del principio
de culpabilidad (en la dimensión del mismo que prohibe imponer una pena superior
a la que corresponde a la culpabilidad por el hecho), la rebaja extraordinaria de un
grado establecida por el Art. 21 de la Ley N° 20.084, sobre Responsabilidad Penal
del Adolescente debería operar después de la rebaja dispuesta por el Art. 68, inc. 3 o ,
si el tribunal está dispuesto a efectuar la máxima rebaja de pena permitida por la ley
por concurrencia de una pluralidad de atenuantes, sin agravantes; así, un adolescente
condenado por parricidio con tres atenuantes, sin agravantes, podría llegar a alcanzar
el marco penal de 540 días a tres años -Art. 23, 3er tramo-, y no, en cambio, el marco
540
JAIME COUSO ART. 50
penal de 3 años y un día a 5 años -Art. 23, 2o tramo-, que resultaría de la aplicación
del Art. 67, inc. 4 o , si la rebaja del Art. 21 del CP se considera "antes" que las reglas
sobre el efecto de las circunstancias modificatorias, caso en que la pena del adolescente
sería de la misma extensión que su co-autor mayor de edad, al que el tribunal tam-
bién quiera conceder el máximo efecto atenuatorio permitido por la ley en la misma
hipótesis, lo que demostraría que no se ha tenido en cuenta la menor culpabilidad
del primero. Podría pensarse que esta solución es contradictoria con el primer criterio
informador de la ratio legis mencionado en el texto principal: los aumentos o rebajas
que indican una especial penalidad para figuras privilegiadas o calificadas, a efectos de
prevención general, deben operar primero; pero lo cierto es que la rebaja del Art. 21 de
la Ley N° 20.084 no puede entenderse como un privilegio asociado a una peculiaridad
de las figuras delictivas cometidas por menores de edad, que disminuya la necesidad
preventivo-general de pena, sino más bien como una rebaja de pena basada en la menor
exigibilidad de otra conducta (y con ello, menor culpabilidad) de los adolescentes, en
comparación con la de los mayores de edad, menor exigibilidad que siempre debería
traducirse en una menor pena que la correspondería al mayor de edad, si todo lo
demás igual se mantuviese igual (por ej. concurrencia de igual número y entidad de
atenuantes).
541
ART. 50 CÓDIGO PENAL COMENTADO
131 En ese sentido, MATUS, S. n° de pág., afirmando que el aumento de pena dispuesto
por (ambos incisos de) el Art. 351 del CPP debe hacerse a partir de la pena concreta
determinada, aplicando las circunstancias que sean del caso, de modo que, no con-
curriendo circunstancias que modifiquen un marco penal compuesto de dos o más
grados, el aumento puede hacerse a partir del grado mínimo de éstos, asumiendo que
éste corresponde a la pena determinada.
132 ETCHEBERRY, DPJ II, 128-129, comentando la sentencia de la Corte Suprema, en "Fisco
contra Vidaurre', RDJXLVIII, 4-23.
542
JAIME COUSO ART. 50
543
ART. 51 CÓDIGO PENAL COMENTADO
COMENTARIO
Jaime Couso
545
ART. 50 CÓDIGO PENAL COMENTADO
133 El concepto de mínimum, en el Art. 66 tiene otro sentido, que ha tenido que ser
definido especialmente por esa disposición.
546
JAIME COUSO ART. 50
COMENTARIO
Jaime Couso
547
ARTS. 53 A 55 CÓDIGO PENAL COMENTADO
COMENTARIO
Jaime Couso
TABLA DEMOSTRATIVA
Penas Tiempo que Tiempo de su Tiempo de su Tiempo de su
comprende toda grado mínimo grado medio grado máximo
Presidio, reclusión, De cinco años y De cinco años De diez años y De quince años
confinamiento, un día a veinte y un día a diez un día a quince y un día a veinte
extrañamiento y años. años. años. años.
relegación mayores.
Inhabilitación De tres años y un De tres años y un De cinco años De siete años
absoluta y especial día a diez años. día a cinco años. y un día a siete y un día a diez
temporales. años. años.
Presidio, reclusión, De sesenta y un De sesenta y De quinientos De tres años y un
confinamiento, días a cinco años. uno a quinientos cuarenta y un día a cinco años.
extrañamiento y cuarenta días. días a tres años.
relegación menores
y destierro.
Suspensión de De sesenta y un De sesenta y un De un año y De dos años y un
cargo y oficio días a tres años. días a un año. un día a dos día a tres años.
público y profesión años.
titular.
Prisión. De uno a sesenta De uno a veinte De veintiuno a De cuarenta y
días. días. cuarenta días. uno a sesenta
días.
BIBLIOGRAFÍA: MATUS, J e a n Pierre / VAN WEEZEL, Alex: " C o m e n t a r i o a los Artículos 50 a 73", en
POUTOFF / ORTIZ, C o m e n t a r i o , p p . 3 2 3 - 3 8 2 .
COMENTARIO
Jaime Couso
grados a las penas de multa y cau- portante es que, para los efectos de
ción (que antes sí estaban incluidas las reglas establecidas en los Arts. 57
en la "Tabla Demostrativa" conteni- a 69, el concepto de pena divisible,
da por esa disposición aprobada por entonces, hay que entenderlo refe-
primera vez en la Sesión N° 19; v. rido al de penas temporales, abar-
Actas, p. 38), mantuvo la denomina- cando precisamente las incluidas en
ción primitiva, pese a que el grupo la tabla del Art. 56 (en ese sentido
de penas incluido en la tabla quedó MATUS / VAN W E E Z E L , Comentario,
circunscrito a las temporales. Lo im- 336).
Artículo 58. En los casos en que la Ley señala una pena com-
puesta de dos o más distintas, cada una de éstas forma un grado de
penalidad, la más leve de ellas el mínimo y la más grave el máximo.
COMENTARIO
Jaime Couso
duce, entonces, como se verá, en que y en los Arts. 65 a 68, queda sujeto
la identificación de la estructura del el tribunal para determinar la pena,
marco penal señalado por la Ley al de- debe realizarse, en paralelo, sin con-
lito, para los efectos de decidir a qué siderar a las penas copulativas como
reglas, de las establecidas en el Art. 61 diversos "grados de penalidad".
mos.
2 o . Confinamiento o extrañamiento mayores en sus grados me-
dios.
3 o . Confinamiento o extrañamiento mayores en sus grados míni-
mos.
4 o . Confinamiento o extrañamiento menores en sus grados máxi-
mos.
5 o . Confinamiento o extrañamiento menores en sus grados me-
dios.
6 o . Confinamiento o extrañamiento menores en sus grados mí-
nimos.
7 o . Destierro en su grado máximo.
8 o . Destierro en su grado medio.
9 o . Destierro en su grado mínimo.
ESCALA N Ú M E R O 4
Grados
Io. Inhabilitación absoluta perpetua.
2o. Inhabilitación absoluta temporal en su grado máximo.
3o. Inhabilitación absoluta temporal en su grado medio.
4o. Inhabilitación absoluta temporal en su grado mínimo.
5o. Suspensión en su grado máximo.
6o. Suspensión en su grado medio.
7o. Suspensión en su grado mínimo.
553
ART. 51 CÓDIGO PENAL COMENTADO
ESCALA N Ú M E R O 5
Grados
Io. Inhabilitación especial perpetua.
2o. Inhabilitación especial temporal en su grado máximo.
3o. Inhabilitación especial temporal en su grado medio.
4o. Inhabilitación especial temporal en su grado mínimo.
5o. Suspensión en su grado máximo.
6o. Suspensión en su grado medio.
7o. Suspensión en su grado mínimo.
BIBLIOGRAFÍA: PICA, René (1992), Regias para la aplicación de ¡as penas, 4 a edición (Editorial
Jurídica, Santiago de Chile); MATUS, Jean Pierre / VAN WEEZEL, Alex: "Comentario a los Ar-
tículos 50 a 73", en POUTOFF / ORTIZ, Comentario, pp. 323-382.
COMENTARIO
Jaime Couso
554
JAIME COUSO ART. 50
el Art. 60, inc. I o , y 61, regla 5a (v., bunal no debería realizar las rebajas
por todos, NOVOA, II, 3 5 7 ; ETCHE- dispuestas por la Ley (por ej., para el
BERRY, I I , 1 7 2 - 1 7 3 ) . cómplice) o efectuarla (si es posible)
en tres grados, para alcanzar a una
PROBLEMAS QUE PLANTEA LA DIS- de destierro de la misma extensión
POSICIÓN: de la relegación (en el mismo senti-
do, MATUS / VAN WEEZEL, Comen-
Desequilibrios que pueden resul- tario, 339-340). En mi opinión,
tar al efectuar rebajéis en las escalas sin embargo, la cuestión habría que
graduales resolverla caso a caso, siendo acon-
sejable realizar una consideración
En primer lugar, la doctrina lla- similar a la que procede para decidir
ma la atención, con razón, respecto cuál es la pena más favorable en los
de algunos desequilibrios que ame- casos de aplicación retroactiva de la
nazan con producirse en determi- Ley penal más benigna, si material-
nadas escalas, en las que una pena mente se ha de respetar el principio
inmediatamente inferior en grado a de proporcionalidad de las penas
otra sería más gravosa que ella (por con la gravedad del injusto penal
ej., la pena inferior en grado a la de culpable cometido)134.
relegación menor en su grado míni-
mo, en la Escala N° 2, es la de des- Omisión de una mención a los
tierro en su grado máximo, siendo cómplices de crimen o simple delito
la duración de la primera, entre 61 consumado
y 540 días, y la de la segunda, entre
3 años y un día a 5 años; el ejemplo Aunque el asunto se suele pa-
es de PICA, 13-14), sugiriendo PICA, sar por alto, ya FUENSALIDA I, 273,
ibídem, que, en tales casos, el tri- advirtió sobre la omisión en que
lM Así, por ejemplo, al cómplice de unas lesiones menos graves inferidas a una persona
constituida en autoridad pública (Art. 401 del CP) bien puede resultarle en concreto
menos aflictiva una pena de 4 años de destierro de la localidad en que se cometió el
delito, que no sea su lugar de origen ni aquél donde cuenta con arraigo personal y
social, que una pena (impuesta al autor) de 300 días de relegación (si el tribunal escoge
aplicar la relegación en lugar del presidio —siendo que la ley señala ambas como penas
alternativas-) en una localidad completamente alejada de aquel lugar (si, en ambos
casos, se supone la presencia de una atenuante y ninguna agravante, y que los afectados
no reúnen los requisitos para acceder a las medidas de la Ley N° 18.216).
555
ART. 50 CÓDIGO PENAL COMENTADO
incurre el numeral I o del Art. 59, ñalada por la Ley al delito, para los
al dejar de mencionar al cómplice efectos del Art. 19, N° 3, inc. 7 o ,
del crimen o simple delito frustra- de la CPR, resulta, no del Art. 59,
do, omisión que, infiere, se habría sino de la relación entre el Art. 51
cometido "en la impresión del có- y el Art. 61, reglas Ia y 2a (y, a ma-
digo", pues "en actas los encontra- yor abundamiento, el Art. 77). Lo
mos comprendidos en el núm. 1.° apuntado no tiene un interés pura-
conjuntamente con los reos de de- mente analítico (de lógica deónticd),
lito frustrado, como deber ser" (lo sino, por comparación con este caso,
que efectivamente, consta en Actas, tiene un interés práctico para otros
243, al revisar el texto aprobado en en que no es aplicable esta relación
la Sesión N° 136, durante la Revi- de preceptos, como se apreciará a
sación). Y si nunca se ha planteado continuación.
en términos de dudas sobre la regla
que corresponde aplicar, ello ya re- Rebajas de pena cuando la Ley se-
sulta en mi opinión, de la relación ñala una no comprendida en las esca-
entre el Art. 51 (que dispone la re- las graduales
baja en un grado también para este
caso) y (despejando cualquier duda) Un segundo problema, sobre
el Art. 61, reglas Ia y 2a (que acla- el cual llaman la atención MATUS /
ra el modo en que deben efectuarse VAN WEEZEL, Comentario, 340, alu-
las rebajas de grado dispuestas por diendo a FUENSALIDA, se presentaría
la ley, también para el cómplice de cuando haya que aplicar a una pena
delito consumado, según la estruc- especial, no incluida en las escalas
tura del marco penal establecido del Art. 59, los aumentos o reba-
para el autor de delito consumado; jas dispuestos por la Ley (piénsese,
pudiendo invocarse, a mayor abun- por ejemplo, en las formas imper-
damiento, el Art. 77 del CP aclara fectas de ejecución, o en los casos
que las rebajas de pena dispuestas en que concurran una pluralidad de
por la Ley se realizan, en general, agravantes, sin atenuantes, o, a la
aplicando las penas inferiores en el inversa, una pluralidad de atenuan-
número de grados que corresponda, tes, sin agravantes). En estos casos,
dentro de las respectivas escalas gra- dado que la pena que debería servir
duales del Art. 59). Es interesante, de base para el cálculo de aumentos
en todo caso, destacar que, el defec- o rebajas no aparece dentro de las
to de publicación (si sólo es tal) del escalas del Art. 59, ni tiene señalada
Art. 59 se traduce en que la pena se- una regla especial (como la contem-
556
JAIME COUSO ART. 50
piada por el Art. 494 bis, inc. 2 o , que este tipo de penas especiales, toda
regula la pena de multa a imponer al rebaja de pena debe conducir a la
hurto-falta frustrado, o el Art. 498, de multa. En efecto, cuando se trata
que regula la forma de calcular la de las rebajas asociadas a las formas
pena del cómplice de falta castigada imperfectas de ejecución o a la in-
con multa), MATUS / VAN WEEZEL, tervención en calidad de cómplice
Comentario, 340, llamando la aten- o encubridor, que en realidad repre-
ción sobre el hecho de que la pro- sentan figuras típicas distintas de los
liferación de penas especiales (por respectivos tipos de autor consuma-
ej., la cancelación de la nacionali- dos, esa solución llevaría a imponer
zación, la privación temporal o de- una pena (la multa) que, para los
finitiva de la licencia de conducir, el efectos de la garantía constitucional
trabajo sin remuneración, etc.) hace de la legalidad de las penas (Art. 19,
necesario abrir la discusión sobre el N° 3 o , inc. 7 o , de la CPR), no ha
problema, entienden que "la rebaja sido señalada por la Ley al delito (la
no podrá hacerse sino a la pena de respectiva figura frustrada, tentada,
multa correspondiente", por aplica- de complicidad o encubrimiento),
ción analógica "a favor del reo" de de modo que, en tales casos, en lu-
las reglas dadas para las penas que gar de castigar con la pena de multa,
sí están comprendidas en las escalas sencillamente corresponde dejar la
(Art. 60, inc. I o ), y que, en cam- conducta impune (y el Art. 77, inc.
bio, cualquier aumento de pena, 3o no puede entenderse como una
no regulado especialmente por la regla que señale la pena correspon-
Ley que estableció la pena especial, diente a estos casos, pues su campo
sencillamente no podrá efectuarse, de aplicación, definido por el inc.
pues, en tal caso, la aplicación ana- Io de la misma disposición, sigue
lógica de aquellas reglas sería "con- siendo el de las penas contempladas
tra reo". En mi opinión, siendo co- en las respectivas escalas graduales;
rrecto el criterio propuesto por los lo propio puede decirse del Art. 61,
autores, en el sentido de rechazar regla 5 a ). Así lo confirma la juris-
cualquier aplicación analógica de prudencia de la Corte Suprema;
las normas que regulan la forma de en efecto ésa es, en esencia, la ra-
efectuar aumentos de penas inclui- tio decidendi en la que la Corte Su-
das en el Art. 59, a penas especiales prema se basó (en su sentencia Rol
no incluidas en dicha disposición, N° 5.990-04, de 20 de abril de
no lo es, en cambio, la afirmación 2005, N° ID LegalPublishing:
indiferenciada de que, respecto de 40265), cuando afirmó que, pese a
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ART. 50 CÓDIGO PENAL COMENTADO
COMENTARIO
Jaime Couso
BIBLIOGRAFÍA: MATUS, Jean Pierre / VAN WEEZEL, Alex: "Comentario a los Artículos 50 a 73", en
POUTOFF / ORTIZ, Comentario, pp. 3 2 3 - 3 8 2 .
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JAIME COUSO ART. 50
COMENTARIO
Jaime Couso
135 En todo caso, si el ámbito de aplicación de la regla es sólo el de los delitos especiales
propios, y la pena sólo es aplicable al intráneos, entonces, para todos los casos relevan-
tes, que también constituyen delitos de infracción de deber, los intraneus especialmente
obligados, serán autores.
136 Y, desde luego, no están conminados con las penas copulativamente impuestas a sujetos
activos especialmente cualificados por disposiciones que consideren a esa cualidad como
una agravante, como ocurre con la calidad de ascendiente, guardador, maestro, etc., en
los delitos sexuales (cfr., sin embargo, ya FUENSALIDA, I, 2 8 3 , citando erradamente ese
caso, como un ejemplo de pena que, recién gracias a la regla 4 a del Art. 61 quedaría
excluida para los no cualificados).
565
ART. 50 CÓDIGO PENAL COMENTADO
137 Esta interpretación del ámbito de aplicación de la regla 4 a del Art. 61 vendría a con-
vertirse, por lo demás, en un argumento (más bien colateral, para una interpretación
sistemática) a favor de la punibilidad de los extraneus en los delitos especiales propios.
566
JAIME COUSO ART. 50
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ART. 50 CÓDIGO PENAL COMENTADO
COMENTARIO
Jaime Couso
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JAIME COUSO ART. 50
138 En efecto, dos atenuantes comunes, por efecto del Art. 68, inc. 3 o , pueden llevar a una
rebaja de hasta tres grados, mientras que una atenuante extraordinaria, como la antigua
atenuante de minoría de edad del Art. 7 2 , reduce la pena en un grado, y la atenuante
ordinaria que resta sólo tendría el efecto de forzar imponer la pena en su mínimum.
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ART. 51 CÓDIGO PENAL COMENTADO
COMENTARIO
Jaime Couso
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JAIME COUSO ART. 50
do dos veces (como delito y como ciden con las modalidades que han
agravante), sino una sola vez (como sido elevadas a la categoría de agra-
agravante), y que, en esa medida, vantes genéricas, por el Art. 12.
esa circunstancia, bajo las circuns-
tancias que conducen a resolver un En el caso de las figuras califica-
concurso de leyes por consunción, das que consideran una pluralidad de
no constituiría "un delito especial- hipótesis calificantes, bajo la estruc-
mente penado por la ley" en el caso tura de un delito, la prohibición de
concreto; sin embargo, ese no será doble valoración incluso se extiende
el caso si, en la determinación de a las circunstancias calificantes que
pena del delito que absorbe al otro, quedan como "residuo" (por ej., el
se tiene en cuenta el desvalor de este actuar "por premio o promesa remu-
último, especialmente al aplicar el neratoria", en el homicidio), luego de
Art. 69 (o en su caso, el Art. 70). que otra calificante ya ha fundamen-
tado la existencia de la figura califica-
AGRAVANTES QUE LA LEY HAYA da (por ej., la alevosía), de modo que
EXPRESADO AL DESCRIBIR Y PENAR EL no cabe dar a la primera el efecto de
DELITO una agravante genérica, a efectos del
Art. 68, para determinar en concreto
Esta hipótesis se da, caracterís- la pena por el delito de homicidio ca-
ticamente, en los tipos complejos lificado (así, ya POLITOFF / GRISOLÍA /
(robo con fuerza, por escalamiento, BUSTOS, 1 1 5 ; v. también, por todos,
por ej., del Art. 440 del CP), califi- ETCHEBERRY, I I , 1 8 0 y I I I , 5 3 ) .
cados (parricidio, del Art. 390; ho-
micidio alevoso, del Art. 391, N° 1 AGRAVANTES DE TAL MANERA
circunstancia primera) o agravados INHERENTES AL DELITO QUE SIN LA
(acción de impedir el ejercicio de CONCURRENCIA DE ELLAS NO PUEDE
un culto, agravada por cometerse COMETERSE
en un "lugar destinado a él", en el
Art. 139, N° I o ) que incluyen en su Según ETCHEBERRY, la inherencia
descripción una referencia a moda- puede derivar, ya sea de la estructura
lidades de comisión relativamente misma del delito que necesariamente
más circunstanciada que los tipos supone la presencia de la circunstan-
más simples de la Parte Especial cia, como la apropiación indebida
(como el hurto, el homicidio simple que no puede cometerse sin abuso
o la figura básica del Art. 138), al- de confianza (ETCHEBERRY, I I , 1 8 0 )
gunas de las cuales justamente coin- o el infanticidio que no podría sino
575
ART. 50 CÓDIGO PENAL COMENTADO
140 Por cierto, lo propio es imaginable en el caso del infanticidio, pero la agravante-
calificante de alevosía de todos m o d o s sería ineficaz, en atención a que el privilegio
establecido para el infanticidio precisamente viene a desplazando las figuras calificadas
de parricidio y homicidio calificado (v. infra, "Comentario previo a los Arts. 74 y 7 5 " ,
sobre el concurso aparente de leyes y el principio de alternatividad).
576
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JAIME COUSO ART. 50
COMENTARIO
Jaime Couso
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JAIME COUSO ART. 50
y, desarrollando
SOLÍA / BUSTOS, 1 0 0 , Sesión N° 116, de la Revisación, v.
ese planteamiento en otro contexto, Actas, 212). También serían incomu-
GRISOLÍA, 3 7 , n . 8 6 , c i t . p o r CURY, nicables, por ello, ciertas circunstan-
2 ed., II, 232 n. 45; coinciden en cias (calificantes) especiales, como la
O
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ART. 50 CÓDIGO PENAL COMENTADO
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JAIME COUSO ART. 50
143 Lo que demostraría que la antijuridicidad o justificación no depende sólo del desvalor/
valor de resultado - q u e es igual para quien se defiende como para el tercero- sino tam-
bién del desvalor/valor de acción - q u e podría ser distinto: uno se defiende injustamente
por haber provocado la agresión, el otro defiende a un tercero de forma justificada, no
habiendo participado de la provocación-.
583
ART. 50 CÓDIGO PENAL COMENTADO
propio podría decirse de quien presta Ley asocia a las mismas, con inde-
el arma a quien defiende a un terce- pendencia de si esas circunstancias
ro impulsado por motivos ilegítimos, sólo tienen existencia en la psique
si aquél, a diferencia del defensor, no del autor (como podría ser la pre-
actúa impulsado por ese tipo de mo- meditación) o si, como suele ocurrir,
tivos). consisten en una especial relación
subjetiva del autor (típicamente,
En segundo lugar, a las dis- el hecho de que se motivó a actuar
crepancias referidas a la naturaleza especialmente por ello) con un ob-
personal o real de determinadas jeto real, que existe fuera de la psi-
circunstancias, se añade la cuestión que del autor (por ej., la seguridad
de si hay algunas que puedan ca- que objetivamente le proporcionan
lificarse de "mixtas" o "subjetivas- las condiciones en que decide ac-
objetivas" (en ese sentido, ETCHE- tuar, o la confianza que realmente
BERRY, II, 43; GARRIDO, I, 207, la víctima le tiene, o el carácter pú-
ambos asignando ese carácter, tanto blico que detenta); de modo que en
al ensañamiento como a la alevosía', todos esos casos, la solución de la
en contra, CURY, 518, sosteniendo, incomunicabilidad es la que mejor
en la práctica, que una circunstan- se compadece con la ratio legis, lo
cia que tenga elementos objetivos y que se logra, del mismo modo, si
subjetivos -como la alevosía- debe se entiende que es subjetiva o perso-
ser tratada como subjetiva), así nal toda circunstancia que, siquie-
como la del tratamiento que les de- ra en parte, conste de un elemento
bería corresponder (si acaso quedan subjetivo especial (que vaya más
sujetas a la regla de las circunstan- allá del dolo) (como parece ser el
cias subjetivas/personales o si a la planteamiento de CURY, si se toma
de las objetivas/reales, es algo que el ejemplo de la alevosía), o si se
no llega a plantearse por quienes entiende que, siendo en tal caso de
reconocen esta tercera categoría). naturaleza mixta, también se aplica
En mi opinión, de lo que se trata la regla de la incomunicabilidad a
para la regla del Art. 64, inc. 2O, es las circunstancia que precisamente
que no se impute a un intervinien- pueden calificarse de tales (como
te que no tiene relación particular podrían concluirlo ETCHEBERRY y
con el ofendido, la disposición de GARRIDO, si se decidiesen por dar
ánimo, o la calidad personal, que ese tratamiento a las circunstancias
concurren en otro, las consecuen- mixtas -como la alevosía y ensaña-
cias agravatorias de la pena que la miento-).
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JAIME COUSO ART. 50
COMENTARIO
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ART. 50 CÓDIGO PENAL COMENTADO
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144 La traición a la patria "calificada" del Art. 1 0 6 , inciso primero, segunda parte, ahora
queda sujeta, en principio, al marco penal de la figura básica tipificada por la primera
parte de ese inciso, siendo la imposición de la pena agravada (que sigue siendo una
única pena indivisible) una facultad del tribunal, no una obligación.
589
ART. 50 CÓDIGO PENAL COMENTADO
l4í Otras razones invocadas por MAÑALICH, 2 0 1 0 , 49 y ss., 54 y ss., a favor de la rebaja
obligatoria son: ello es más consistente con la asimetría valorativa que cabe identificar
en el CP entre el gran impacto modificatorio reconocido a las atenuantes y el moderado
impacto reconocido a las agravantes (del que debe derivarse un criterio interpretativo
más general, como afirmara CURY, 7 6 9 ) ; la discrecionalidad judicial en sentido "fuer-
te" no es sensata, mientras que sí lo es una "débil" que obligue al tribunal a rebajar la
pena, pero le entregue la facultad de decidir cuántos grados rebaja; la consideración
sistemática de los Arts. 73 y 103 del CP refuerza la tesis del carácter obligatorio de la
rebaja.
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ART. 50 C Ó D I G O PENAL C O M E N T A D O
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146 Sentencia de la Corte Suprema, de 24 de agosto de 1939, GJ, 1939, N° 87, p. 365.
147 Por ej., expresamente, en la sentencia de la Corte de Apelaciones de Santiago, de 31
de enero de 2 0 0 2 , GJ, 2 0 0 2 , N ° 2 5 9 , p. 140 (cit. por RUDNICK 4 1 1 , n. 871).
148 Posibilidad defendida precisamente por el fallo de la Corte Suprema citado, supra,
n. 146".
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ART. 66 CÓDIGO PENAL COMENTADO
149 En efecto, ya FUENSALIDA, I, 306, comentando el Art. 67, entendió que la facultad del
tribunal de bajar o subir la pena, en caso de pluralidad de atenuantes o de agravantes,
subsiste "con tal que los efectos favorables de las primeras no se destruyan o debiliten
con los contrarios de las segundas, cosa que los mismos tribunales tienen que apreciar
discrecionalmente", pudiendo ellos, por tanto, resolver, que la rebaja o aumento de
pena proceden, cuando no se produzca esa destrucción o anulación recíproca del efecto
de ambos tipos de circunstancias.
150 Pues esa suposición le asignaría una significación excesiva a la presencia de una
agravante cualquiera en un determinado delito, como si éste, por esa sola razón,
quedase definitivamente "teñido" con un especial desvalor y merecimiento de pena,
impidiendo al tribunal graduar la pena según el número y entidad de las circuns-
tancias atenuantes que sí concurran, que disminuyen el merecimiento o la necesidad
de pena (por una menos culpabilidad o injusto, o por razones político-criminales).
Lo propio puede decirse de las expresiones similares referidas ahora a la ausencia
de atenuantes ("no concurriendo circunstancias atenuantes", en el Art. 68, inc. 4 o ),
como condición para la exclusión del grado mínimo o, en su caso, el aumento de
pena, expresiones a las que no debe entenderse como un impedimento para aplicar
tales reglas, por la mera presencia de cualquier atenuante, como si ello tuviese un
efecto absoluto, no anulable por la presencia de agravantes en mayor número y de
mayor entidad.
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JAIME COUSO ART. 50
COMENTARIO
Jaime Couso
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JAIME COUSO ART. 68 BIS
151 En realidad, seguramente por error de transcripción, PICA, 1 2 , calcula esta diferencia
en 544 (y no en 554, como debería), error que implícitamente subsana al calcular la
mitad de ese período en 277 días.
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ART. 67 C Ó D I G O PENAL COMENTADO
COMENTARIO
Jaime Couso
COMENTARIO
Jaime Couso
Aunque FUENSALIDA entendía (co- II, 184, señala como un caso proba-
mentando el Art. 65, donde origi- ble el de una atenuante de eximente
nalmente se contemplaba la facultad incompleta, cuando no se aplique el
de "calificar" una atenuante) que Art. 73; v. en ese sentido la senten-
algunas de las atenuantes genéricas cia de la Corte Suprema, de julio de
del Art. 11 no podían considerarse 1973, RDJ LXX, 2 a parte, sec. 4 a ,
como "muy calificadas" (las circuns- p. 73, sosteniendo que puede consi-
tancias 6A, 7A, 8A y 9A del Art. 11, no derarse muy calificada la atenuante
podían considerarse como muy ca- de eximente incompleta de "impu-
lificadas "pues no merecen siquiera tabilidad disminuida", cuando no
su calificativo de atenuaciones lega- se ha aplicado el Art. 73, citada por
les..."; FUENSALIDA, I, 301), con el MATUS / VAN WEEZEL, Comentario,
tiempo se ha impuesto la opinión 372), nada impide calificar otras cir-
que descarta toda exclusión a prio- cunstancias, como la irreprochable
ri, de modo que, en principio, cual- conducta anterior, si se trata de una
quier atenuante puede considerarse conducta "excepcional" (ETCHEBE-
como muy calificada (MATUS / VAN RRY, ibídem; MATUS / VAN WEEZEL,
WEEZEL, Comentario, 3 7 1 , conside- Comentario, 372, citando una de-
ran a esta la opinión unánime de la cisión de la Corte de Apelaciones
doctrina y la jurisprudencia, citando de Santiago, de 30 de septiembre
en tal sentido la sentencia de la Cor- de 1987, RDJ LXXXIV, 2 a parte,
te Suprema de 27 de abril de 1993, sec. 4 a , p. 164), o, en mi opinión,
en GJ 1 9 9 3 - 1 5 5 : 8 3 ; coinciden en lo como las circunstancias 7 a , 8a y 9a
fundamental, CURY, 7 6 9 ; BULLEMO- del Art. 11, si en el caso concreto las
RE / MACKINNON I I , 152). Y si bien razones político criminales asociadas
algunos autores destacan que la cali- a la decisión legislativa de moderar
ficación será más común o probable la pena cuando ellas concurren, ad-
respecto de ciertas atenuantes (NO- quieren especial peso (cfr,, recono-
VOA II, 362 y n. 13, considera que, de ciendo el carácter de "muy califica-
ordinario, tendrán la suficiente fuer- da" a la atenuante de "reparación del
za como para ser calificadas, las ate- mal causado", la sentencia de la Cor-
nuantes "que se basen en el ímpetu te Suprema, Rol N° 5.741-2005, de
pasional", lo que recuerda el criterio 3 de enero de 2006 [nulidad penal],
de FUENSALIDA, I, 3 0 1 , 83 y ss., 8 7 , N° ID LegalPublishing: 33546).
quien sólo confiere importancia a las
"causas que arrebatan su imperio a Por lo que respecta a la "circuns-
la razón"; por su parte, ETCHEBERRY, tancia" de "media prescripción", a la
607
ART. 68 BIS CÓDIGO PENAL COMENTADO
que la Ley atribuye el efecto de "con- vante, ella fue "anulada" por efecto
siderar el hecho como revestido de de la compensación racional. De he-
dos o más circunstancias atenuantes cho, también en los Arts. 66 a 68 los
muy calificadas y de ninguna agra- efectos más importantes asignados a
vante", v. lo ya dicho más arriba {su- las atenuantes, literalmente parecían
pra, Art. 62 y Art. 65). estar condicionados a que sólo con-
currieran atenuantes (una o más);
POSIBILIDAD DE APLICAR EL ART. 68 en algún caso, como el Art. 67, inc.
BIS DESPUÉS DE COMPENSAR OTRAS CIR- 4 o , el supuesto de aplicación de la
CUNSTANCIAS regla, fuera de exigir sólo la concu-
rrencia de (dos o más) atenuantes,
se pronuncia
GARRIDO, I , 3 3 4 , incluso añade expresamente (lo que
favor de la posibilidad de aplicar la no ocurre en el Art. 68 bis) "y no
regla del Art. 68 bis a una atenuan- habiendo ninguna agravante"; y, sin
te que resulte como "remanente" de embargo, para todos esos casos hay
la previa compensación racional del acuerdo en doctrina y jurispruden-
conjunto de atenuantes y agravan- cia en que de todos modos esas re-
tes concurrentes en un determina- glas se extienden a los casos en que
do. En cambio, VAN WEEZEL, 501 la o las atenuantes aparecen sólo
(y también MATUS / VAN WEEZEL, como el "remanente" de un ejerci-
Comentario, 371) niega esa posibi- cio de compensación racional (v. su-
lidad, invocando, según parece, un pra, Art. 66 del CP). Fuera de ello,
argumento de texto, pues el Art. 68 la primera frase del precepto -"[s]in
bis "exige la concurrencia de una perjuicio de lo dispuesto en los cua-
sola atenuante -la que el juez puede tro artículos anteriores"- bien puede
considerar muy calificada- exclu- entenderse en el sentido de que, la
yendo la posibilidad de que concu- calificación de una atenuante es "sin
rran también agravantes". perjuicio de" la previa aplicación de
las reglas que, en su caso, disponen
En mi opinión, la negativa no compensar racionalmente una plu-
convence. En cuanto al argumento ralidad de atenuantes y agravantes.
de texto, si bien el Art. 68 bis es apli- Si de esa compensación resulta que
"resta" una atenuante, entonces, sin
cable, textualmente, "cuando sólo
perjuicio del efecto regular que se
concurra una atenuante muy califi-
le concederá en cada uno de estos
cada", no excluye expresa y categóri-
preceptos (excluir el grado máximo
camente su aplicación a los casos en
o el máximum), nada obsta a que el
que, habiendo concurrido una agra-
608
JAIME COUSO ART. 68 BIS
609
ART. 68 BIS CÓDIGO PENAL COMENTADO
mente la situación sub judice [...] ha- to de ambas reglas: la que permite
biéndose compensado racionalmente rebajar la pena en uno o más grados,
por los jueces de la instancia la mi- por concurrir una pluralidad de ate-
tigante de la colaboración sustancial nuantes y agravantes, y la que per-
en el esclarecimiento de los hechos mite rebajar la pena en un grado por
con la agravante de la reincidencia es- concurrir una sola atenuante "muy
pecífica propia y, de este modo, sólo calificada" (MATUS / VAN WEEZEL,
quedó subsistente la atenuante de la Comentario, 370, citando un fallo
reparación celosa del mal producido, de la Corte Suprema de 1959, refe-
la que había sido estimada como muy rido a la misma regla sobre "califica-
calificada, de acuerdo con la prerro- ción" de una atenuante, cuando se
gativa que entrega a los sentenciados la contemplaba sólo en el Art. 65);
el precepto en cuestión. Y lo enseña la en tal caso, concluyen, solamente se
doctrina (GARRIDO, I, 324) [...] por aplica la regla relativa a la pluralidad
otra parte la frase inicial del reseña- de atenuantes del Art. 65, 66, 67 ó
do artículo 68 bis 'sin perjuicio de lo 68, según la estructura del marco
dispuesto en los cuatro artículos an- penal, ignorándose el carácter de
teriores' [...] desmiente la exclusión "muy calificado" de una de aquellas
que alega el recurrente en la aplica- atenuantes.
ción de la regla especial del artícu-
lo 68 bis respecto de las situaciones En la jurisprudencia reciente,
previstas en la normativa precitada", una decisión de corte de apelaciones
decidido con el voto favorable de los sigue la misma tesis, señalando que,
Ministros CHAIGNEAU, CURY y BA- para que sea aplicable la regla del
LLESTEROS y del Abogado Integrante Art. 68 bis debe concurrir una sola
Fernando CASTRO A., y con voto en atenuante, sin que concurran agra-
contra de Jaime RODRÍGUEZ E . , citan- vantes, no siendo posible rebajar la
do la doctrina defendida por MATUS / pena en un grado cuando, tras ha-
VAN WEEZEL, Comentario). ber compensado el tribunal dos ate-
nuantes con una agravante, se pre-
POSIBILIDAD DE "SUPERPONER" EL tende dar a la atenuante que resta,
EFECTO DE UNA PLURALIDAD DE ATE- el carácter de muy calificada (sen-
NUANTES CON EL DE UNA "MUY CALI- tencia de la Corte de Apelaciones de
FICADA" Temuco, Rol N° 1153-2007, de 12
de noviembre de 2007, contra Car-
Conforme a MATUS / VAN W E E - los Bello Guzmán [Nulidad Penal],
ZEL, no es posible superponer el efec- N° ID LegalPublishing: 37657).
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COMENTARIO
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cido por la Ley al tribunal para que resultare un marco penal compuesto
ejerza la facultad discrecional de fi- de dos penas indivisibles: en efecto,
jar la cuantía, dentro del marco pe- la decisión de si, en el Art. 372 bis, se
nal concreto, es la valoración de las aplica presidio perpetuo simple o ca-
circunstancias atenuantes y agravan- lificado, si no resulta de las reglas del
tes, según su "número y entidad", y Art. 66 del CP también debería so-
de "la mayor o menor extensión del meterse a criterios racionales fijados
mal producido por el delito". en la ley, aportados precisamente por
el Art. 69 del CP, y no puede enten-
Si bien la regla aparece nominal- derse que la mera expresión "puede
mente referida a casos en que debe imponerla el tribunal en cualquiera
determinarse la cuantía de la pena de sus grados" sea una llamada a un
dentro de un determinado "grado", puro ejercicio discrecionalidad judi-
su campo de aplicación real es ma- cial no reglada).
yor a su ámbito ostensible. En efecto,
como única regla de determinación No sería aplicable, en cambio,
de la pena exacta, en relación con las cuando se trata de determinar una
penas temporales, debe aplicarse no pena de multa, sujeta a sus propias
sólo en los casos en que, por aplica- reglas de individualización judicial
ción de las reglas establecidas en los (MATUS / VAN WEEZEL, Comentario,
Arts. 65 a 68, se ha determinado un 374).
grado de una pena divisible, sino
también aquellos en que, por aplica- PROBLEMA DE LA DOBLE VALORA-
ción de las mismas reglas se ha deter- CIÓN DE LAS CIRCUNSTANCIAS AGRA-
minado la mitad de un grado de una VANTES
pena divisible (el máximum o el mí-
nimum), además de los casos en que, El primer elemento a tener en
por aplicación de las mismas reglas, o cuenta para fijar la cuantía de la
incluso, cuando dichas reglas no han pena, según el Art. 69 es "el número
sido aplicadas, a falta circunstancias y entidad de las circunstancias ate-
modificatorias concurrentes en el nuantes y agravantes". Dado que
caso, ha resulta un marco penal com- la disposición tiene aplicación en
puesto de dos o más penas (divisibles, numerosos casos en que las circuns-
sugieren VAN WEEZEL, 2001, s. N° de tancias modificatorias agravantes
pág.; y MATUS / VAN WEEZEL, C o - (para los efectos que aquí intere-
mentario, 374; pero también es lógi- san) ya han producido un primer
co aplicar la regla a los casos en que efecto, de alteración (por ej., en el
612
JAIME COUSO ART. 68 BIS
caso del Art. 68, inc. 4 o ) o concre- dividual como medida de la pena;
ción (por ej., en el caso del Art. 68, de hecho, en un trabajo anterior, el
inc. 2 o ) del marco penal abstracto, propio VAN WEEZEL, 1997, 466, ha-
se plantea la cuestión de si, volver bía admitido que la "primera valo-
a tomar en cuenta las mismas cir- ración" del injusto y la culpabilidad,
cunstancias agravantes, ahora para que determinó el marco punitivo,
fijar la cuantía dentro del marco "no impide siempre una segunda a
penal concreto que ellas mismas de- nivel de individualización", reflejan-
terminaron, no encierra el peligro do la primera valoración "la dafiosi-
de infringir el principio del non bis dad social abstracta de la conducta",
in idem, en la medida de que unas mientras que la segunda "mira a la
mismas circunstancias están influ- singularidad del caso y a la persona
yendo dos veces, en perjuicio del del delincuente").
el condenado, en la magnitud del
castigo, VAN WEEZEL, 2 0 0 1 , passim, Para evitar incurrir en "doble
aprecia ese peligro, pero entiende valoración", VAN WEEZEL, 2001, s.
que ello podría evitarse si los crite- N° de pág., propone reconducir
rios del Art. 69 se entienden y apli- toda la individualización judicial de
can sólo en función de las mayores la pena -en aplicación del Art. 6 9 - a
o menores necesidades preventivas fines preventivos (ya en ese sentido
de pena; en cualquier otro caso (por en: VAN WEEZEL, 1997, 466-467),
ej., si se consideran para estimar la pues si la individualización judicial
magnitud de la culpabilidad del au- entendiese la valoración global de las
tor, lo que ya habían contribuido a atenuantes y agravantes, o la exten-
hacer la primera vez que produjeron sión del mal producido, como expre-
efecto) se infringe el principio. En siones de la culpabilidad del autor,
cambio, CURY, 7 7 0 , no aprecia ese de acuerdo con la "concepción tra-
peligro cuando entiende que las cir- dicional" de la categoría culpabilidad
cunstancias deben ser consideradas (que precisamente no la define en
"en esta [segunda] ocasión mediante función de fines preventivos), enton-
una apreciación global que las eva- ces, la reprochabilidad del autor por
lúa haciéndose cargo de sus relacio- el injusto de lesión del bien jurídico,
nes recíprocas en el contexto de la que ya había fundamentado la impo-
situación enjuiciada unitariamen- sición de un determinado grado de
te", lo que permitiría valoraciones penalidad, ahora, para los efectos del
como las de la teoría normativa de Art. 69, volvería a tenerse en cuenta,
la culpabilidad (reprochabilidad in- por segunda vez, sobre la misma base
613
ART. 67 CÓDIGO PENAL COMENTADO
(por lo menos, ello sería claro respec- También según FUENTES (FUEN-
to de las atenuantes y agravantes); TES, 35), en la aplicación del Art. 69,
en cambio, si la individualización que ofrece al tribunal un "espacio de
judicial se entiende como una mera juego" para la cuantificación exacta
modulación de la cuantía exacta de de la pena, vendrían a colación los fi-
la pena en función de las precisas nes de prevención general y especial
necesidades preventivas de pena, se y el merecimiento de pena de la con-
evita ese defecto (por su parte, para ducta (citando a GARRIDO, quien,
la concepción de la culpabilidad, no en todo, caso, parece considerar al
"tradicional", que sí reconduce el merecimiento de pena y la preven-
juicio de culpabilidad a los fines pre- ción general sólo como reflejos de
ventivos de la pena, según VAN WEE- la consideración -por parte del tri-
ZEL, ibídem, se impone con mayor bunal- de la naturaleza y gravedad
la interpretación del Art. 69 en clave del hecho típico, y quien en realidad
preventiva). Por último, a la hora de menciona estos criterios al describir
precisar cuáles son las consideracio- el sistema de determinación relativa
nes preventivas que deben regir la va- de la pena, pero no llega a vincular
loración de las circunstancias, y de la explícitamente estos principios y fi-
extensión del mal, en el Art. 69, VAN nes con el Art. 69, ni a sostener que
WEEZEL, 2001, s. N° de pág., se refie- este precepto deba regirse por ellos:
re a "la estabilización de la norma in- v. GARRIDO, I, 316-317 y 334).
fringida a costa del infractor", advir-
tiendo que, atender a elementos que En mi opinión, sin necesidad de
influyen en la necesidad preventiva interpretar las circunstancias modi-
de pena, para estos efectos de indivi- ficatorias, o la extensión del mal, en
dualización judicial, no sería valorar clave preventivo-especial (lo que ne-
dos veces los mismos factores, salvo cesariamente forzaría su interpreta-
que se trate de elementos (como los ción), la atención al ideal preventivo-
resultados típicos) que "el legislador especial en la fase de individualización
ya tuvo en cuenta en la graduación judicial puede lograrse simplemente
abstracta de la pena", que ya inclu- planteando exigencias especiales a los
ye una valoración del fin preventivo elementos que, por expresar una ma-
(ibídem); pero en todo caso debe tra- yor gravedad del hecho, pretenden
tarse de una consideración global (y responder a una correlativa mayor ne-
no de cada circunstancia) centrada
cesidad preventivo-general de pena,
en consideraciones preventivas, y no
antes de permitir a esos elementos
de culpabilidad.
la cuantía de pena por encima de la
614
JAIME COUSO ART. 68 BIS
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ART. 67 CÓDIGO PENAL COMENTADO
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ART. 67 CÓDIGO PENAL COMENTADO
COMENTARIO
Héctor Hernández
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ART. 67 CÓDIGO PENAL COMENTADO
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HÉCTOR HERNÁNDEZ ART. 70
COMENTARIO
Héctor Hernández
COMENTARIO
Jorge Mera
Se trata de una agravante gené- RRY, II, 43, para quien la agravante
rica a la que la Ley otorga un efecto se aplica, de acuerdo con el Art. 14,
especial, como es el aumento de la a los autores cómplices y encubri-
pena en un grado a la que habría co- dores; y CURY, 5 1 5 ) . La consecuen-
rrespondido sin esta circunstancia, cia de esta interpretación es que la
por lo que no se rige por las reglas agravante se aplica prescindiendo
generales en materia de atenuantes y de la circunstancia de si los meno-
agravantes (ETCHEBERRY, I I , 4 3 ; GA-res son o no imputables (LABATUT,
RRIDO, I , 2 4 4 ; CURY, 5 1 5 ) . I , 1 4 8 ; CURY, 5 1 5 ) . En opinión de
GARRIDO, 1 , 2 4 4 , que compartimos,
La expresión "responsables" la agravante se aplica sólo a los ma-
debe ser entendida no en un sen- yores que intervengan como auto-
tido técnico (los condenados por res o coautores (y no como cóm-
el delito) sino que en uno vulgar, plices o encubridores), puesto que
como equivalente de "participan- el Art. 72 exige que los mayores se
tes" en el hecho (LABATUT, I , 1 4 8 ; hayan prevalido de los menores en la
del mismo parecer son ETCHEBE- perpetración del delito. CURY, 5 1 5 ,
623
ART. 73 CÓDIGO PENAL COMENTADO
concede que es "algo difícil" que la 244), servirse o usar al menor como
circunstancia opere cuando el adul- tal para la ejecución del fin delicti-
to participa en una forma secunda- vo, si bien el requisito de la preva-
ria (complicidad, encubrimiento), lencia aparece abierto a considera-
aunque la situación no sería inima- ciones subjetivas del juzgador, pues
ginable. En el parecer de este au- la Ley lo faculta para apreciarlo en
tor, la agravante no debe apreciarse conciencia; en todo caso, el aprove-
cuando el mayor de edad es un au- chamiento debe estar dirigido a fa-
tor mediato que se sirve del menor cilitar la perpetración del delito, no,
inocente como mero instrumento en cambio, a asegurar la impunidad
para la ejecución de la conducta (CURY, 515). Hay consenso en que
típica, ya que, en tal caso, faltaría es indispensable que el mayor co-
la razón para agravar la pena (em- nozca la minoridad de su copartíci-
pujar a una persona inmadura a la pe para que opere la agravante (ET-
ejecución de hechos ilícitos, expo- CHEBERRY, I I , 4 3 ; GARRIDO, I, 2 4 4 ;
niéndola al peligro de corrupción), CURY, 5 1 5 ) .
porque el joven no es incorporado
en la realización del acto antijurídi- Atendida la índole subjetiva y
co, en el cual sólo interviene objeti- personal de la agravante (la volun-
vamente (CURY, 515). tad de prevalerse del menor en la
comisión del delito), ésta no se co-
"Prevalerse" del menor signifi- munica a los demás intervinientes
ca aprovecharse de él (GARRIDO, I, (GARRIDO, I, 2 4 5 ; CURY, 5 1 6 ) .
COMENTARIO
Jorge Mera
Jaime Couso
BIBUOGRAFÍA: COUSO, Jaime (2007), "El rol uniformador de la jurisprudencia de la Sala Pe-
nal de la Corte Suprema: anatomía de un fracaso", en Rev. derecho (Valdivia) (año 2007,
v. 20, N° 2); Couso, Jaime y MERA, Jorge (2007), "El rol uniformador de la jurisprudencia de
la Sala penal de la Corte Suprema. Estudio empírico", en Revista Ius et Praxis, (año 2007,
Vol 13, N° 1); CURY, (1959): "El delito continuado", en RCP, t. XVIII; MAÑAUCH, Juan Pablo,
(2010): "¿Discrecionalidad judicial en la determinación de la pena en caso de concurren-
cia de circunstancias atenuantes de la responsabilidad penal?", en A A W , Informes en
Derecho. Doctrina Procesal Penal 2 0 0 9 (Santiago, Centro de Documentación Defensoría
Penal Pública), (año 2010, N° 7); ETCHEBERRY, Alfredo (sin fecha): El concurso aparente de
leyes penales (Santiago de Chile, Editorial jurídica de Chile); LAZO, Santiago (1916), Có-
digo de Procedimiento Penal, Orígenes, Concordancias, Jurisprudencia, (Santiago, Poblete
Cruzat Hnos. Editores); MATUS, Jean Pierre (1994), "Aproximación analítica al estudio de
625
ART. 67 CÓDIGO PENAL COMENTADO
concurso aparente de leyes penales", en: Revista de Ciencias Penates, Quinta época (1990-
1994), t. XLII, N° 3; MATUS, Jean Pierre: "Comentario a los Artículos 74 a 78", en POUTOFF
/ ORTIZ, Comentario, pp. 383-407; MATUS, Jean Pierre (2008), "Concurso Real, Reiteración
de Delitos y Unificación de Penas en el Nuevo Proceso Penal", [fecha de consulta: 23
de marzo 2011], disponible en http://cl.microjuris.com/Search, Cita: MJD314; MERCADO,
Marco Antonio (2003): Problemas concúrsales y delito continuado en los delitos que prote-
gen la libertad sexual (Santiago, LexisNexis-ConoSur); MUÑOZ HORMENT, Humberto (1986),
"Contribución al estudio de la teoría de los concursos de delitos", en Revista Chilena de
Derecho, (1986, Vol. 13); NOVOA MONREAL, Eduardo (1965), "El delito continuado en Chile:
un fetiche jurídico", en RCP, t. XXIII, N° 2; SOLARI E., Tito y RODRÍGUEZ COLIAO, Luis (1979),
"Determinación de la pena en los casos de reiteración de delitos", en Revista de Derecho
de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, N° 3, 1979.
COMENTARIO
Jaime Couso
626
JAIME COUSO ART. 68 BIS
1,2 También rechazan el criterio de la unidad natural de acción NOVOA, II, 222 y ss.; GA-
RRIDO, 11, 4 3 6 y ss.
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ART. 67 CÓDIGO PENAL COMENTADO
153 Si se entiende, como, por ej., lo hace ETCHEBERRY, II, 111, que en el delito habitual, por
definición, los actos singulares (que deben cometerse de forma reiterada) son atípicos
(lo que, como se verá, no parece ser necesario).
154 Ejemplo citado por NOVOA, II, 222, quien lo toma de CARRARA, criticando su pretensión
de que ya a partir de criterios naturales (ortológicos) se debe afirmar allí la presencia de
tan sólo una acción. En cambio, CURY, 6 5 1 , considera que la unidad de acción es, en
este caso, natural.
155 En cambio, si la acción típica se completó, no puede decirse, ni siquiera formalmente,
que cada uno de esos actos previos configuró una tentativa de hurto, pues el tipo de
tentativa no se realiza simplemente con el elemento positivo consistente en que el autor
"da principio a la ejecución del crimen o simple delito por hechos directos", sino que
supone además la presencia de un elemento negativo, consistente en que "faltan uno
o más [hechos directos] para su complemento", que es precisamente lo que no ocurre
cuando la acción típica finalmente se completó (teniendo en cuenta que la pregunta
de si ha faltado o no algún hecho para "el complemento" de la acción típica no se
plantea "en tiempo real" -caso en que efectivamente siempre podría decirse que, tras
cada acto, todavía faltan uno o más para su complemento- sino que se plantea y se
responde expostfacto, en el juicio, cuando ya se sabe que la acción sí se completó); ese
elemento negativo permite negar la existencia de un concurso de leyes entre la tentativa
(exitosa) y el delito consumado, pues produciéndose el segundo, la primera ni siquiera
se da formalmente.
628
JAIME COUSO ART. 68 BIS
156 Tal sería la noción de unidad natural de acción de ETCHEBERRY, según el juicio de G A -
RRIDO, II, 436. Eso parece desprenderse, en efecto, de la afirmación de ETCHEBERRY,
II, 110, de que la unidad natural tt[s]e produce cuando existe un comportamiento
humano dirigido conscientemente por la voluntad con miras a un fin"; sin embargo,
puede apreciarse que, materialmente, no sigue ese criterio cuando califica como casos
de unidad jurídica de acción (en los que, entonces, recién la valoración jurídica unifica
lo que naturalmente son acciones independientes) a una serie de comportamientos que,
sin embargo, también aparecen unificados por ia finalidad, como paradigmáticamente
es la situación del delito continuado.
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ART. 67 CÓDIGO PENAL COMENTADO
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JAIME COUSO ART. 68 BIS
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ART. 67 CÓDIGO PENAL COMENTADO
159 Principio, este último, que hace dudar de que la unificación siga criterios estrictamente
jurídicos, en la medida que apela justamente a la "naturaleza" de la acción, c o m o si
hubiese algo en ella, c o n independencia de la valoración jurídica, que permite apreciarla
c o m o una sola.
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JAIME COUSO ART. 68 BIS
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ART. 67 CÓDIGO PENAL COMENTADO
del CP, que sanciona con una pena ción de una acción por una sola vez
agravada la promoción o facilita- ya es típica, "por la estructura del
ción habitual de la prostitución de tipo es indiferente para la valora-
menores de edad, en relación con ción jurídica que la acción descrita
la menor pena que el primer inciso en él se haya realizado una o muchas
de la misma disposición contempla veces" (CURY, 6 5 3 ) , como la falsifi-
para la realización de la misma con- cación de moneda (Arts. 162 y ss.
ducta por una sola vez), o lo es de del CP) y la circulación de mone-
forma absoluta (como en el caso ya da falsa (Arts. 168 y 170 del CP),
citado del Art. 17, N° 4, del CP), delito que, como advierte NOVOA,
no parece relevante: en ambos casos "no pierde unidad aun cuando se
la situación es la misma, en relación realice en más de una oportunidad
con el tipo que exige habitualidad: y mediante varios actos" (NOVOA,
hay unidad delictiva, en el sentido II, 223); lo que caracterizaría, en
de que el tipo habitual se entiende todo caso, estas hipótesis de unidad
realizado una sola vez, por más que jurídica de acción, es que, como lo
el autor haya incurrido varias veces señala MATUS, Comentario, 3 8 7
en la reiteración de la conducta160. -denominando, sin embargo, a esta
categoría como delitos de emprendi-
iv) Otros delitos con pluralidad miento—, las diversas acciones son
de acciones, en que, si bien la ejecu- unificadas "aunque se encuentren
634
JAIME COUSO ART. 68 BIS
635
ART. 67 CÓDIGO PENAL COMENTADO
ej.: primero, por vía bucal, y luego, prevaricación, bien puede configurar
por vía anal). diversos delitos independientes, que
entran en concurso aparente, ideal
MATUS incluye, además, den- o real (MATUS, Comentario, 387;
tro de las hipótesis de unidad jurí- POLITOFF / MATUS / RAMÍREZ, P G ,
dica de acción, a los delitos de em- 456); en mi opinión, la razón salta
prendimiento, definiéndolos como a la vista: el nombre de "prevarica-
aquellos en que "distintas conductas ción", en este caso, apenas viene a
que pueden realizarse en diferentes agrupar conductas del todo diversas,
momentos aparecen como modali- que realmente parecen afectar a bie-
dades independientes de una misma nes jurídicos también distintos (la
actividad compuesta de una serie de recta administración de justicia, la
acciones, iniciadas o no por el autor, probidad y la libertad de autodeter-
y en que éste participa una y otra minación sexual), a las que lo único
vez" (MATUS, Comentario, 387; en que las agrupa es la calidad del suje-
el mismo sentido, POLITOFF / MATUS to que incurre en ellas (ETCHEBERRY,
/ RAMÍREZ, P G , 4 5 4 - 4 5 5 ) , como en I, 225 explica que las figuras mixtas
el caso de los delitos de tráfico ilíci- acumulativas "[enl el fondo, son fi-
to de estupefacientes (por ej., de los guras distintas reunidas con una eti-
Arts. I o y 3 o de la Ley N° 20.000), queta común").
con la consecuencia de que el sujeto
que, por ejemplo, ejecuta una acción La jurisprudencia, que había re-
de elaboración de drogas estupefa- conocido ya en 1882 la unidad delic-
cientes y, luego, otra de tráfico con tiva en un caso de la reiteración de ac-
dichas sustancias y, por último, una ciones de circulación de moneda falsa
de tráfico con las materias primas (v. la sentencia de la Corte Suprema,
que sirven para obtenerlas, incurre de 12 de octubre de 1882, en: GT
en un solo delito de tráfico ilícito de 1882, p. 1441, citada por NOVOA, II,
estupefacientes, cometido bajo esas 223), hace unos años confirmó esta
diversas modalidades. Otra cosa ocu- tesis (Corte Suprema, 15 de julio de
rriría, en cambio, según los mismos 1994, en: FM 428, 361, citada por
autores, en el caso de los tipos mixtos MATUS, Comentario, 387).
acumulativos, como la prevaricación
judicial (Art. 223 del CP), en que la c) El delito continuado
realización de los diversos actos de
enumerados por la ley, si bien apa- Si bien parte de la doctrina
recen como diversas modalidades de
plantea ciertas dudas acerca de si el
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162 Pero con la presencia de los Ministros Chaigneau y Rodríguez, que habían concurrido
al citado fallo de 30 de enero de 2 0 0 6 , y que ahora cambian de opinión, sin ofrecer
fundamentos para ello (lo que es una omisión común en la Corte Suprema chilena,
como se demuestra en Couso / MERA, 3 3 1 , 3 3 7 , 3 4 3 , 349, y cuya explicación se intenta
en Couso, 2 0 0 7 ) .
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p e n a c o r r e s p o n d i e n t e a las diversas
Comentario, 396, anticipa que la
infracciones, estimadas como un
solución del Art. 351 del CPP ge-
solo delito, a u m e n t á n d o l a en u n o
nerará problemas de aplicación, so-
o dos grados.
bre todo en el caso de delitos que
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165 Si se trata, por ej., de hurtos de cuantías análogas, se partirá de la pena de un hurto de
dicha cuantía (no de la pena correspondiente a un hurto de la suma de dichas cuantías);
si se trata, en cambio, de la hipótesis, señalada por GARRIDO, de infracciones "iguales"
que "alcanzan distintos niveles de ejecución", aunque no lo diga explícitamente, la
único coherente con su criterio es aplicar la misma regla que el inc. 2 o , del Art. 351 del
CPP, establece para las infracciones que "no pudieren estimarse como un solo delito":
partir de la infracción que, en concreta, tenga mayor pena.
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ART. 67 CÓDIGO PENAL COMENTADO
nada pena mayor")166, concurriendo 2O del Art. 351 del CPP, tal como
en el primer caso las mismas razones . ocurría sólo con el inc. 2O del C. de
materiales que en el primero justifi- P.P.) el "número de los delitos" es el
can realizar el aumento sólo una vez criterio que debe guiar la decisión
consideradas las demás circunstan- del tribunal acerca de cuál será el
cias (lo que puede llevar a una pena número de grados en que aumen-
menos severa; v. supra,"Comentario tará la pena (habiendo acuerdo en
al Art. 50", "III. Orden de aplica- que el aumento es obligatorio, a lo
ción..." ), es perfectamente razona- menos en un grado; así, ya NOVOA,
ble aplicarle analógicamente la regla II, 227), la doctrina parece coincidir
establecida para el segundo grupo (con razón) en que, necesariamente,
(la misma solución habían defen- el mismo criterio debe seguirse para
dido ya SOLARJ / RODRÍGUEZ, 2 6 5 , adoptar esa misma decisión respec-
interpretando el Art. 509 del C. de to del primer grupo de delitos (los
P.P., para alcanzar una interpretación del inc. Io de cada una de esas dis-
armónica de los dos incisos de dicha posiciones) (así, NOVOA, I I , 2 2 7 ; de
disposición, y evitar que las circuns- acuerdo con él, MATUS, 2 0 0 8 1 6 7 ) .
tancias modificatorias que afectan
a uno solo de los delitos terminen Así las cosas, la cuestión de cuáles
afectando la pena de todos ellos, si son —dentro del universo de los "de-
la unificación punitiva que el pre- litos de la misma especie"- los que
cepto dispone se produce antes de deben quedar sujetos a uno u otro
considerar el efecto de aquellas cir- de aquellos dos primeros incisos del
cunstancias). Art. 351 del CPP, pasa a ser de orden
meramente clasificatorio; pues en
Por su parte, y en segundo lu- ambos casos, debe primero determi-
gar, si bien sólo respecto del segun- narse la pena concreta que correspon-
do grupo de delitos (los del inc. de a cada uno de los diversos delitos
166 De hecho, con anterioridad, MATUS, Comentario, 3 9 6 , extraía esta conclusión sólo
para los casos sujetos al inc. 2o (del Art. 5 0 9 del C. de P.P., y, por extensión, del Art.
3 5 1 del C P P ) .
167 Cfr. M U Ñ O Z , 3 4 9 , criticando la regla del Art. 5 0 9 del C. de P.P. porque "en ninguno
de los dos casos se tome[a] en cuenta la entidad de los delitos, en circunstancias de que
precisamente la consideración de la naturaleza de los delitos, y no sólo un número,
constituye el factor más trascendente para estimar que el sistema de la acumulación
jurídica es superior a los demás" (la cursiva está en el original).
652
JAIME COUSO ART. 68 BIS
de la misma especie reiterados, para, de pena exige tener en cuenta "las di-
en seguida, tomando por base la pena versas infracciones", lo que aludiría a
del delito que, "con las circunstancias todos los delitos cometidos, lo que no
del caso" resulte con mayor pena, o podría ocurrir si dentro del universo
cualquiera de ellos, si la pena es la total de "las diversas infracciones" co-
misma, efectuar el aumento en uno metidas y por juzgarse, algunas son de
o dos grados, teniendo en cuenta el la misma especie y otras no, hipótesis
número de delitos cometidos. en que no podrían aplicarse las reglas
del Art. 509 del C. de PP. para los pri-
Pasando a otra cuestión, pese al meros, para luego acumular material-
carácter general con que aparecen mente la pena así determinada, con-
formuladas, MATUS aclara que "am- forme al Art. 74 del CP, con las penas
bas reglas operan sobre la idea de que de los segundos. En mi opinión, la
al menos uno de los delitos que se limitación, fundada en un argumento
comete contempla penas que pueden de texto no concluyente (las "diversas
graduarse, sus grados se encuentran infracciones" no tienen por qué ser
en alguna escala determinada y es po- necesariamente todas las cometidas,
sible el aumento de al menos un gra- sino que bien pueden ser todas "las
do de ellas" (MATUS, 2008), de modo de la misma especie") no se justifica,
que, cuando ello no es así (porque de modo que nada obsta a exasperar
las penas carecen de grados, como la la pena de los delitos de la misma es-
multa; o se trata, en concreto, de una pecie, y acumularlos, luego, conforme
pena indivisible no susceptible de al Art. 74, con las penas de los que
agravación, como el presidio perpe- no son de la misma especie. De he-
tuo calificado) debe aplicarse la regla cho, ello resultará así, por ejemplo, si
de acumulación del Art. 74 del CP a una pena determinada conforme al
Art. 351 del CPP, para varios delitos
Una limitación adicional a la de la misma especie, más tarde hay
aplicabilidad de la regla del Art. 509 que acumular materialmente, en vir-
del C. de RR (aparentemente aplica- tud del Art. 74 del CP, una pena co-
ble también, en los mismo términos, rrespondiente a un nuevo delito (que
a la del Art. 351 del CPP) identifican no sea de la misma especie), cometi-
SOLARI / RODRÍGUEZ, 2 6 8 - 2 6 9 , en
do por el mismo agente. En ese caso,
el sentido de que sólo sería posible ciertamente no podría sostenerse que,
cuanto todos los delitos cometidos, por ej., en aplicación del Art. 164 del
y que deban ser juzgados, sean de la COT, debería revertirse el efecto de
misma especie, pues la regla de cálculo la aplicación del Art. 351 del CPP a
653
ART. 67 CÓDIGO PENAL COMENTADO
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ART. 74 CÓDIGO PENAL COMENTADO
657
a r t . 74 c ó d i g o penal c o m e n t a d o
170 En cambio, es dudoso que el ejemplo citado por ETCHEBERRY, II, 124, y por GARRI-
DO, II, 4 5 8 , en el que un robo con fuerza absorbería a los daños y a la violación de
domicilio, deba considerarse un caso de aplicación del principio de consunción, pues,
en el caso de la violación de domicilio o morada pare ser más bien el principio de
especialidad el que la desplaza, y no el de consunción (a menos que se diferencie, de
forma convincente, el concepto de morada del Art. 1 4 4 del CP, del concepto de lugar
habitado o destinado a la habitación, del Art. 4 4 0 del CP, habría que ver en este tipo
de robo una especie de violación de morada, cuya particularidad - c o m o en el burglary
del derecho anglosajón- es que se comete como medio para cometer otro delito, en este
caso, un hurto; y si bien es cierto que, como sostiene ETCHEBERRY, 86, "no todo robo
con fuerza en las cosas comporta necesariamente la violación de domicilio", sí parece
ocurrir que todo robo con fuerza en lugar habitado o destinado a la habitación importa
violación de domicilio; y el asunto es que parece tener más sentido estudiar la relación
concursal concentrándose en este tipo calificado, y no en un tipo abstracto, como sería
el robo con fuerza en las cosas, a secas); por su parte, tratándose de los daños, quedan
desplazados simplemente a través de una cláusula de subsidiariedad expresa (v. Art.
4 8 8 del CP, comentado infra, en el texto principal), que hace innecesaria la compleja
valoración subyacente al principio de consunción.
658
JAIME COUSO ART. 68 BIS
659
ART. 105 CÓDIGO PENAL COMENTADO
171 MATUS, Comentario, 393, cita como ejemplo "el uso del documento falsificado por
parte de quien lo falsifica"; sin embargo, en el Art. 196 del CP el legislador parece
haber establecido derechamente un caso de subsidiariedad (que bien puede conside-
rarse expresa): se castigará por uso malicioso (sólo) a quien no ha incurrido ya en la
falsificación propiamente tal, como lo deja en evidencia la expresión "como si íuere
autor de la falsedad". Siendo así, resulta artificioso recurrir al principio de consunción,
cuyos resultados son siempre más discutibles e inciertos.
172 Lo que debe entenderse en el sentido de que, aun un marco penal elevado, que por su
cuantía bien podría "absorber" la pena de un delito relativamente leve, no basta para
afirmar que el respectivo injusto penal valorativamente pueda entenderse abarcado por
el injusto del delito mayor. En ningún caso se sugiere, en cambio, que el delito con
menor pena pueda absorber al delito con mayor pena (ETCHEBERRY, II, 127, rechaza
expresamente esa posibilidad a propósito de los "actos anteriores impunes": la violación
de la mujer no puede absorber el homicidio del marido -pero sí las lesiones, habría
que acotar- usado como medio para acceder a la primera). De igual modo no parece
plausible la solución de una consunción inversa, propuesta por MATUS, Comentario,
392, para el "concurso" entre una tentativa de suicidio y un aborto consumado, pues la
"conducta principal impune" justamente no tiene marco penal dentro del cual pueda
tenerse en cuenta (y sancionarse) el desvalor de la conducta absorbida. Más sentido,
que la afirmación de un "concurso" entre una ley que tipifica una conducta y una "ley"
que considera atípica a otra, parece tener el reconocimiento de una justificación del
aborto en base a un ejercicio legítimo del derecho de la embarazada que, en el uso de
su libertad de autodeterminación, decide terminar con su vida, a costa de la del feto,
justificación que no desaparece por el hecho de fracasar en su tentativa de darse muerte.
Fuera de ese caso, la afirmación de una consunción inversa en el caso de un concurso
de dos leyes que tipifican y conminan diversas conductas, de manera tal que el castigo
660
JAIME COUSO ART. 76
de la conminada con menor pena absorba el desvalor de la castigada con mayor pena,
parece contraria a la lógica del principio: no se ve cómo un injusto penal que merece
mayor pena, puede quedar "absorbido" por un marco penal menor por el simple
hecho de que fue cometido como un comportamiento que "acompaña" regularmente
a otra conducta constitutiva de un injusto penal con menor merecimiento de pena;
cosa distinta sería si el contexto en que se cometió esta segunda conducta configura
una exculpante, o una eximente incompleta basada en la menor culpabilidad, eficaz
también respecto de la primera conducta. Pero eso no constituiría un concurso de leyes
penales (de tipos).
661
ART. 105 CÓDIGO PENAL COMENTADO
173 Sin embargo, ello sólo sería cierto para la figura "privilegiada" de porte ilegal de ar-
mas, del Art. 11, inc. 2°, de la Ley N° 17-798 (lo propio puede decirse de la figura
"privilegiada" de tenencia ilegal, del Art. 9 o , inc. 2°, de la misma ley), pues sólo en ella
el peligro común parece fundamentar el desvalor del comportamiento; en cambio, si
al autor de un homicidio se le quiere hacer responder por la figura básica, del inciso
Io de tal disposición (así como la del inc. Io del Art. 9), precisamente porque es el
homicidio cometido (y que será castigado) lo que revela que el porte (o la tenencia)
estaba destinada a perpetrar un delito (en este caso, el homicidio), entonces es claro
que se estaría violando el non bis in idem, pues la mayor pena de la figura básica, por
sobre la figura privilegiada, no se fundaría en tal caso en el peligro común, sino en
un peligro individual en contra de la vida de la víctima, que debe ser absorbido por
el delito que representa la actualización de ese peligro (el homicidio). Y si en tal caso
puede afirmarse que queda a salvo la posibilidad de castigar de forma separada al
autor - c o n pena de multa- por la figura privilegiada de porte (para hacerse cargo del
desvalor de la puesta en peligro común subyacente a todo porte ilegal), el desvalor de
esta conducta también puede ser absorbido por el castigo del homicidio, en virtud del
criterio de la insignificancia.
m Estos autores hablan aquí de "un concurso ideal -por relación de medio a fin-", alu-
diendo realmente, entonces, al concurso medial, también denominado concurso ideal
impropio.
662
JAIME COUSO ART. 76
175 En efecto, en este caso, según concluye ETCHEBERRY, "la disposición que consagra la
"subsidiariedad" no tiene otro alcance que declarar explícitamente la voluntad del
legislador en el sentido de aplicar el principio de especialidad y mantener la vigencia
de las leyes anteriores que contemplen casos especiales" (ETCHEBERRY, 98).
m Tomando distancia del punto de vista de CURY, 6 7 0 .
177 Según el propio MATUS, existe "relación de interferencia entre dos o más normas penales
cuando, además del o los casos en que son redundantes, todas tienen un ámbito de
aplicación independiente" (MATUS, 2 0 0 4 , 13). En otro lugar (MATUS, Comentario,
3 9 0 ) caracteriza la situación así" [s]on los casos en que en la relación entre dos preceptos
legales por lo menos un caso concreto que es subsumible en uno de dichos preceptos lo es
también en el otro, y por lo menos un caso concreto que es subsumible en el primero no lo
es en el segundo, y viceversa, siempre que ambos receptos tengan en común al menos una
misma propiedad jurídico penalmente relevante".
663
ART. 105 CÓDIGO PENAL COMENTADO
de una misma básica, como en el caso tar de obra)— o por referirse a casos que
de las relaciones entre lesiones graves- deben ser tratados como concursos
gravísimas y mutilaciones, ha de ser (reales o ideales) de delitos -en el caso
preferente y principal la que contenga de las "figuras mixtas acumulativas"
la calificación más grave" (las lesiones (como la diversas figuras incluidas en
graves gravísimas del Art. 397, N° I o , la prevaricación del Art. 233 del CP; v.
del CP); 2o "[s]i concurren una figura ETCHEBERRY, I I , 1 2 8 y 1 , 2 2 5 ) , MATUS,
privilegiada con una o más calificadas, Comentario 3 9 0 - 3 9 1 , también inten-
como sería el caso del infanticidio y ta rescatar este principio en un sentido
el homicidio calificado, se considera- diverso al empleado hasta entonces en
rá preferente y principal la figura más Chile, ahora con la misión de subsa-
benigna, en este caso, el infanticidio, nar "errores legislativos" que frustran
tomando en cuenta la circunstancia la ratio legis, como las hipótesis en que
calificante que concurra como agra- "las circunstancias pensadas como
vante" (solución que tiene en cuenta, agravantes terminan siendo un privile-
como un principio general, el mayor gio" (como en el caso del Art. 403 bis
valor asignado por nuestro CP a las del CP que, al tipificar el envío de car-
circunstancias que atenúan la respon- tas o encomiendas explosivas incluye,
sabilidad, en comparación con el que junto a la figura de peligro —"que [,..]
asigna a las que la agravan, como lo puedan afectar la vida o integridad
demuestra el efecto más intenso que corporal de las personas"— la de lesión
sobre la pena tiene la pluralidad de —"que afecten [...] la vida o integridad
atenuantes, sin agravantes, frente a la corporal[...]", con una pena inferior
pluralidad de agravantes, sin atenuan- a la del homicidio simple y muy in-
tes -v. CURY, 765-). ferior a la del homicidio calificado,
pese a que además de configurarse
d) Principio de alternatividad. éste se produce una puesta en peligro
Completamente descartado por la general), casos en que el principio de
alternatividad daría preferencia a la fi-
doctrina mayoritaria, por tratarse de
gura con mayor pena (en el ejemplo,
un caso especial de consunción -en el
el homicidio calificado) desplazando a
caso de las "figuras mixtas alternativas"
aquella que por "error legislativo" tie-
(como la pluralidad de verbos rectores
ne menor pena178.
en las lesiones: herir, golpear y maltra-
178 Se podría objetar que con ello se infringe el principio constitucional de legalidad de la
pena, pues la pena señalada para el envío de cartas explosivas que afectan la vida es la del
Art. 4 0 3 bis del CP, y el Art. 19, n° 3 o , inc. 7 o , de la C P R dispone que ningún delito se
664
JAIME COUSO ART. 76
castigará con otra pena que la que le señale la ley. Sin embargo, a menos que haya razones
que den plausibilidad a la hipótesis de una derogación táctica de la figura que tiene mayor
pena (que no es el caso en el ejemplo discutido), si se endende que el principio de legalidad
quiere proteger la confianza de los individuos en que no se les castigará con otra pena que
la señalada por ley al delito cometido, lo cierto es que cualquier destinatario de la norma
que examine las conminaciones penales de buena fe puede contar con que un comporta-
miento alevosamente homicida como éste puede llegar a ser sancionado válidamente con
presidio mayor en sus grados medio a presidio perpetuo, que en este sentido es una pena
"señalada" por la ley a ese delito. Así, la garantía de la libertad personal involucrada en el
principio de legalidad de las penas no se ve afectado por la aplicación preferente en este
caso del Art. 391, n° 1, del CP. A esta interpretación del principio de legalidad conforme
a su dimensión de garantía individual (la dimensión de representatividad democrática
no parece estar en juego en esta cuestión, y de hecho parece inclinarse más a favor de
una interpretación conforme a la ratio legis) se opone una concepción del mismo que
lo ponga siempre al servicio de la interpretación "más favorable al reo", de entre las que
tienen cabida en el tenor literal de alguna de las normas legales disponibles, concepción
que realmente no parece tener asidero en la tradición del principio de legalidad de las
penas, sino más bien en una determinada actitud minimalista, que adolece del defecto
de carecer de una justificación de justicia distributiva de los esfuerzos despenalizadores,
conformándose con despenalizar donde sea posible, incluso si ello no responde a una
pauta racional y distributivamente justa. Todo lo anterior podría abonar en ciertos casos
soluciones como las que propugna el principio de alternatividad que, sin embargo, por
inspirarse explícitamente en una misión de todos modos riesgosa desde el punto de vista
del principio de legalidad (la idea de subsanar "errores legislativos" en perjuicio del indi-
viduo se mueve peligrosamente cerca de la zona en que la que ya se vulnera la garantía
de la libertad individual, a cuyo servicio está el principio de legalidad), merece mayor
estudio, o una reformulación de sus fundamentos, antes de ser reconocido. De hecho,
antes que hablar de "error del legislador" (en el señalamiento de la pena, se entiende),
bien puede entenderse que, sistemáticamente, en su relación con el Art. 391, n° 1 (y
también, en su caso, con el n° 2 o ), del CP, la expresión "afecten la vida" en el tipo penal
del Art. 4 0 3 bis del CP, correctamente interpretada, abarca conductas que la afectan a
través de su puesta en peligro concreta, pero no a las que lo hacen mediante su lesión (es
decir, causando la muerte), todo lo cual, sin burlar la confianza de los destinatarios de
las normas en que no se les impondrá otra pena que la señalada por la ley a la conducta,
no afectaría la dimensión de garantía individual del principio de legalidad.
665
ART. 74 CÓDIGO PENAL COMENTADO
COMENTARIO
Jaime Couso
179 MUÑOZ, 3 4 2 , trata la independencia como un requisito negativo para que se produz-
ca el concurso real, explicando que "[d]e lo que se trata es que los hechos no estén
vinculados entre sí por aquella vinculación que, según las distintas posiciones que se
adopten, es la que da lugar fundamentalmente al delito continuado, o bien a otros
casos de unidad jurídica de delito".
180 Y si bien tiene razón MATUS (MATUS, 2 0 0 8 , n. 3), al rechazar la exigencia de una "plu-
ralidad de hechos" como requisito de aplicación de la regla del Art. 74 (acumulación
material de penas), pues ello haría imposible aplicarla subsidiariamente a los casos de
concurso ideal respecto de los cuales la regla del Art. 75 del CP resultase más desfavorable
para el condenado, ello no obsta a que el concepto de concurso real sí incorpore tal
requisito, sin el cual no se le puede distinguir del concurso ideal. Si hay que admitir,
entonces, que la acumulación material de penas es una regla establecida tanto para los
concursos reales, como para los concursos ideales que no resulten tratados más favo-
rablemente para el condenado a través de la absorción agravada de penas.
181 En el sentido de las circunstancias agravantes 15 a y 16 a del Art. 12 del CP que, ahora
sí, después de la modificación introducida por la Ley N° 2 0 . 2 5 3 ( D O 1 4 / 0 3 / 2 0 0 8 ) , se
conforman con la condena previa, sin exigir el cumplimiento de la pena (a diferencia de
lo que ocurría antes de dicha reforma; v. KÜNSEMÜLLER, Comentario, 213; CURY, 511).
ART. 105 CÓDIGO PENAL COMENTADO
668
JAIME COUSO ART. 76
COMENTARIO
Jaime Couso
669
ART. 75 CÓDIGO PENAL COMENTADO
Pero más allá de esa convergencia, do por una misma acción (NOVOA,
la doctrina manifiesta diversas opi- II, 232, criterio que, como se verá,
niones sobre varias cuestiones rele- deja fuera del Art. 75 del CP a casi
vantes. todos los casos reconocidos de con-
curso ideal), o, en fin, el de existencia
Una primera discrepancia se la una única decisión en contra del or-
aprecia en relación con los criterios den jurídico (el mismo ETCHEBERRY,
materiales que determinan cuándo I I , 121, refiriéndose a ANTOLISEI: el
los diversos delitos forman parte del sujeto "se ha colocado en posición
mismo hecho. Uno de los criterios de rebeldía, de desobediencia a la
que se proponen gira en torno a la norma (aunque se trate de normas
idea de la necesidad de la segunda distintas) en un solo momento,
infracción (ETCHEBERRY, II, 1 2 2 : "la mientras que en el concurso mate-
Ley [...] toma en consideración que rial se rebela varias veces sucesivas
la múltiple ofensa al orden jurídico contra el orden jurídico"183, criterio
no proviene de un efecto contin- que permite abarcar la generalidad
gente, sino necesario: para cometer de los casos comúnmente acepta-
el delito que se proponía, el delin- dos de concurso ideal, pero todavía
cuente no podía dejar de cometer el es problemático respecto de otros,
otro, forzosamente y aunque no lo como el concurso entre las lesiones
quisiera", criterio que, sin embargo, inferidas a quien intenta rescatar al
no se aplica a numerosos casos de secuestrado y el delito de secuestro,
concurso ideal entre un delito dolos donde no se aprecia un solo mo-
y otro imprudente -como el aborto mento de "rebeldía" contra el orde-
seguido de muerte de la embaraza- namiento jurídico, sino, a lo menos,
da- en los que es imaginable que, tantos cuantos son las acciones —y
con mayor diligencia, bien podría omisiones- con las que se ha ido
haberse evitado este último), o la de manteniendo en el tiempo el secues-
identidad del resultado externo causa- tro, como "estado antijurídico")184.
670
JAIME COUSO ART. 76
no esté siquiera en tentativa? Si no pueden separarse las ofensas de esta forma, ello
significa que el hecho es indivisible, y en consecuencia único" (con la salvedad que,
para los delitos de resultado cortado, como el robo, el momento que define al límite
entre el concurso ideal y el concurso real no parece ser le consumación formal sino el
agotamiento, como la misma doctrina mayoritaria alemana, lo acepta).
185 De modo que, para este autor, la regla del Art. 7 5 , en lo que al concurso ideal atañe
(dejando de lado al concurso medial), se aplicaría únicamente a casos en que un solo
hecho (una "conducta humana" que "origina" un solo "resultado externo") "quede
abrazado no solamente por un tipo sino que por dos o más", como en caso del acceso
carnal violento con hermana casada (NOVOA, II, 2 3 2 ) , donde habría que apreciar,
según da a entender NOVOA, no sólo violación, sino además incesto y -hasta antes de
su derogación por la Ley N° 19.335, DO 2 3 / 0 9 / 1 9 9 4 - adulterio.
671
ART. 105 CÓDIGO PENAL COMENTADO
186 Opinión que, sin embargo, contradice la solución que aparecía defendiendo en GARRI-
DO, II, 4 5 4 , n. 6 9 3 , donde consideraba "discutible" que hubiese allí un concurso ideal,
y opinaba (no queda claro si de lege lata o de lege ferenda) que "debería sancionarse
según el art. 7 4 " pues "hay dos acciones (o hechos) claramente distintas: la actividad
dolosa dirigida a atacar el feto y la falta de cuidado con que se realizó esa actividad,
que provocó la muerte de la mujer", opinión a la que parecía dar un alcance todavía
mayor cuando añadía (GARRIDO, II, 4 5 5 ) que "[e]n la mayor parte de los casos señala-
dos c o m o de concurso ideal, hay pluralidad de acciones [ . . . ] [por lo que] en puridad,
672
JAIME COUSO ART. 76
673
ART. 105 CÓDIGO PENAL COMENTADO
187 El argumento ignora el carácter de delito permanente del porte ilegal de armas (así lo
califican POLITOFF / MATUS / RAMÍREZ, P E , 5 6 , el que, en consecuencia, se sigue con-
sumando hasta el m o m e n t o de su total agotamiento (cuando se ponga fin al estado
antijurídico creado c o n el primer acto consumativo), lo que, según CURY, 6 5 2 , debería
llevar a reconocer un concurso ideal entre el delito permanente y los que se cometan
simultáneamente c o n él. Sin embargo, c o m o lo decisivo para el concurso ideal no
debe ser la manifestación coetánea, sino el hecho de que ambos delitos se integren en
un mismo hecho material, compartiendo siquiera una acción ejecutiva, típicamente
relevante para ambos, la presencia de un concurso ideal es discutible, pues es dudoso
que la acción de lesionar con el a r m a sea una acción ejecutiva del delito permanente
de porte ilegal de armas (sí lo sería en cambio, la acción de lesionar a quien intenta
terminar con el porte ilegal, recuperando el arma de quien ilegalmente la porta). Cfr.
sin embargo, lo dicho acerca del concurso aparente entre la figura básica del porte
ilegal y el delito que el autor del porte precisamente se proponía cometer con el arma,
supra, en n. 173.
674
JAIME COUSO ART. 76
675
ART. 75 CÓDIGO PENAL COMENTADO
gundo Camilo, de 1965, RDJ LXII, curso exista un ilícito más grave que
4 - 5 0 0 , sintetizada por ETCHEBERRY, otro, lo que en el caso en estudio
DPJ II, 1 4 2 , y DPJ 1 , 2 6 3 y n. 5 1 4 ) . no acontece porque si se razona que
El año 2 0 0 5 , en una decisión algo son dos los cuasidelitos ellos apare-
sui generis, la Sala Penal de la Corte cen con igual sanción"189. Reciente-
Suprema (Rol N° 4 . 1 1 2 - 2 0 0 5 , de mente, la Corte de Apelaciones de
15 de septiembre de 2005, contra San Miguel (Rol N° 2 4 7 - 2 0 0 9 , de
Daniela Alejandra Radwell Darrica- 1 de abril de 2 0 0 9 [nulidad penal],
rrere [casación en el fondo penal], N° ID LegalPublishing: 4 2 0 3 4 ) re-
N° ID LegalPublishing: 3 2 8 4 0 ) , chaza la aplicación del Art. 75 del
también acoge la tesis de que el con- CP al caso de un disparo que dolo-
curso ideal homogéneo no tiene ca- samente da muerte a dos personas,
bida en el Art. 75 del CP, pero no afirmando en cambio un concurso
para dar aplicación al Art. 74 del real, sobre la base del argumento
CP, sino para afirmar la existencia de de que tratándose de "bienes jurí-
un solo cuasidelito (aspecto del fallo dicos personalísimos" "habrá tantos
que se examina infra, en el siguien- delitos como víctimas" (citando a
te literal), argumentando, a mayor POLITOFF / MATUS / RAMÍREZ, P G ,
abundamiento, que "el artículo 75 452), dando a entender con ello
de Código Penal, que exige que un que la pluralidad delictiva por de-
solo hecho constituya dos o más de- finición excluiría el concurso ideal
litos, en todo caso, además, no es (conclusión que los autores citados
aplicable, porque éste exige como en ningún caso pretenden extraer de
condición esencial, que en el con- aquella esa afirmación190).
189 Curioso es, además, -porque contradice, al parecer sólo para estos casos, la opinión
que ha defendido en la doctrina-, que esta tesis haya sido suscrita por CURY, como
ministro redactor del fallo. En efecto, CURY, 6 6 6 , había afirmado que la clasificación
del concurso ideal en "homogéneo" y "heterogéneo" "tiene un valor sistemático, pues,
desde el punto de vista práctico, las dos situaciones se rigen por lo dispuesto en el art.
75 del CP", Y no parece que con la decisión de la Sala Penal a la que concurrió haya
decidido abandonar por completo este punto de vista, con las consecuencias que ello
tiene para los casos de concurso ideal homogéneo de delitos dolosos: someterlos a la regla
de acumulación material de penas, del Art. 74 del CP.
190 A diferencia de GARRIDO, también citado por el fallo, quien efectivamente afirma que la
pluralidad delictiva, en el caso del concurso de delitos de homicidio doloso, configura
un concurso real.
676
JAIME COUSO ART. 76
c) Delitos culposos con plurali- éste sólo podía consistir en una lesión
dad de resultados. En esta hipótesis, múltiple de bienes jurídicos', como es
que se verifica, por ej., cuando un el caso del capitán que conduce im-
conductor imprudente impacta a prudentemente una nave o aeronave
otro automóvil, lesionando o dan- en la que viajan varios pasajeros, en
do muerte a dos o más personas, el que reconoce un concurso ideal.
las razones expuestas por NOVOA,
II, 232 (v. supra, el punto anterior), En relación con el tratamiento
al rechazar en general la posibilidad dado a esta materia por la jurispru-
de un concurso ideal homogéneo, aún dencia, ETCHEBERRY, DPJ I, 264-
cuando no haga referencia explícita 265, reseña diversas decisiones que,
al asunto, apoyan implícitamente la en la pasada década del sesenta, cas-
tesis de tratarlos como casos de con- tigan, unas, por concurso ideal de
curso real de delitos. GARRIDO, I I , cuasidelitos, otra, por un solo cuasi-
227-228, en cambio, entiende que, delito, e incluso alguna que rechaza
en los cuasidelitos, la conducta pro- la aplicación del Art. 75 del CP (su-
hibida consiste en "comportarse sin giriendo la aplicabilidad del Art. 74)
cuidado" y no en "causar un resul- cuando los cuasidelitos son de la mis-
tado", de modo que debe apreciarse ma gravedad, ya que al tener igual
un solo cuasidelito, y no un concur- pena no les esulta aplicable la regla
so (real ni ideal) de cuasidelitos. ET- de que se aplique la pena (mayor)
CHEBERRY, I, 322, tampoco aprecia del "delito más grave" (aludiendo al
concurso alguno (ni real ni ideal), argumento de texto citado supra, al
sino que afirma la existencia de un reseñar la postura de GARRIDO). Más
solo cuasidelito "porque ha existido tarde, en la década del setenta pare-
una sola infracción del deber gene- ce consolidarse el criterio conforme
ral de diligencia o cuidado". CURY, al cual, en estos casos, debe castigar-
665, coincide con esa tesis para la se por un concurso ideal de cuasi-
generalidad de los casos, pues el delitos (ETCHEBERRY, DPJ IV, 85),
"disvalor de acción en esas situacio- criterio ratificado por un fallo de
nes [constituido por la actuación 1990 (Corte Suprema, 27 de agosto
imprudente, pese a la previsibilidad de 1990, RDJ, LXXXVII, 197, ci-
del resultado] es siempre idéntico", tada MATUS, Comentario, 400). Sin
pero hace excepción únicamente de embargo, más recientemente, en un
la hipótesis en que "para el autor era fallo de 2005 (Corte Suprema, Rol
previsible que si la conducta produ- N° 4.112-2005, de 15 de septiem-
cía efectivamente un resultado típico, bre de 2005, contra Daniela Alejan-
677
ART. 75 CÓDIGO PENAL COMENTADO
191 También hay, sin embargo, fallos que niegan la relación medio-fin, bajo las circuns-
tancias concretas, entre la falsificación de d o c u m e n t o público y una malversación (v,
C o r t e Suprema, 15 de noviembre de 1 9 8 4 , R D J L X X X I , 2 4 5 , citada por MATUS,
Comentario, 4 0 1 ) .
678
JAIME COUSO ART. 74
- s. 679
\ CORTE ?
(SUPREMA!
ART. 105 CÓDIGO PENAL COMENTADO
do las penas de los diversos delitos por más grave a la pena privativa de
son de naturaleza diversa, el delito libertad).
más grave sigue siendo el que tenga
la pena más alta, de las respectivas Una vez definido el delito más
escalas establecidas por el CP; sin grave, conforme a esas reglas, la de-
embargo, si la más alta es una pena terminación de cuál es la pena ma-
restrictiva de libertad y el otro delito yor asignada a ese delito no ofre-
está castigado con pena privativa de ce dificultades, habiendo acuerdo
libertad (pero de menor duración), en la doctrina en que, si el delito
habrá que decidir el asunto "caso a más grave tiene una pena única,
caso" (CURY, 6 6 7 ; de acuerdo con él, ésa hace las veces de la más grave
MATUS, Comentario, 4 0 2 , aclaran- (no procede aumento alguno de
do, con razón, que, si unas y otras pena), y que, tratándose de penas
son de igual duración, debe tenerse que constan de grados de una di-
más grave" podría ser el de lesiones gravísimas, si el tribunal planea efectuar las
rebajas de pena en la máxima extensión que se lo permiten los Arts. 67 y 68 del CP
(caso en que, respecto de las lesiones gravísimas, la pluralidad de atenuantes, valorada
conforme al Art. 6 7 , sólo permite rebajar la pena hasta el presidio menor en su grado
medio, mientras que para el homicidio, la pluralidad de atenuantes, valorada según
el Art. 6 8 , permite rebajarla hasta el presidio menor en su grado mínimo, pudiendo
imponer el tribunal 541 días de presidio). En tales casos, sin embargo, la "pena
mayor" siempre terminaría siendo la única pena resultante de la rebaja en grados.
Y, sin embargo, sólo a través de ese procedimiento, como puede apreciarse, tendría
relevancia en la aplicación del Art. 7 5 , la cuestión (planteada por NOVOA) de si el
marco penal consta de uno o de una pluralidad de grados. Para el procedimiento
contrario (conforme al cual el Art. 75 se aplica antes de considerar las atenuantes
y agravantes), no tiene ningún impacto (a igual límite superior) la diferencia entre
marcos compuestos de una única pena o de varias penas. Y este procedimiento (en
el que concuerda la doctrina mayoritaria, y que parece ser el correcto), al reducir
el efecto del Art. 67 (permitiendo al tribunal, en el ejemplo, rebajar la pena sólo
hasta el presidio menor en su grado máximo - d o s grados menos que la pena mayor
asignada al homicidio- que podría fijar en 3 años y un día), debería llevar al tribunal,
en este ejemplo, a aplicar el Art. 74 del CP, como norma más favorable (castigando,
por acumulación material de penas, a una pena de 6 0 2 días de presidio menor en
su grado medio - l a suma de los 61 días correspondientes al homicidio, con rebaja
de tres grados, y de los 541 días correspondientes a las lesiones, con rebaja de dos
grados-).
680
JAIME COUSO ART. 76