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Módulo 1: Origen y consolidación de la Sociología

como Ciencia Social

IN TR ODUCCIÓN AL MÓDULO

Introducción

UN IDAD 1: CÓMO, CUÁN DO Y POR QUÉ N ACE LA SOCIOLOGÍA

Introducción a la unidad

Tema 1: Contexto socio histórico del surgimiento de la sociología como disciplina cientí ca

Tema 2: Proceso de secularización y especialización de las disciplinas sociales

Cierre de la unidad

UN IDAD 2: LA LUPA EN EL H ECH O SOCIAL. SU DEFIN ICIÓN COMO OB JETO DE LA SOCIOLOGÍA Y SU MÉTODO...

Introducción a la unidad

Tema 1: La Sociología como campo autónomo de conocimiento

Tema 2: De nición del objeto de estudio de la sociología. Características del hecho social
Tema 3: El método sociológico. Reglas para la observación y análisis objetivo de los fenómenos

Cierre de la unidad

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Introducción

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El presente módulo consta de dos unidades. En la primera se aborda el surgimiento de la sociología en el


contexto de las transformaciones sociales acaecidas a mediados del Siglo XIX, en el marco de los procesos
involucrados en la emergencia de la configuración societal capitalista. Luego, la unidad dos, presenta y
explicita el proceso de construcción de su objeto de estudio y de las herramientas metodológicas en su
constitución como disciplina científica.
Figura 1. Elaboración propia (2019)

Objetivos del módulo

Conocer el contexto socio histórico de surgimiento de la Sociología.

Identificar las preguntas que dieron origen a la disciplina.

Comprender el objeto y la metodología de estudio de los fenómenos sociales.

Contenidos del módulo

Unidad 1-  Cómo, cuándo y por qué nace la Sociología


1. Contexto socio histórico del surgimiento de la sociología como disciplina
científica

2. Proceso de secularización y especialización de las disciplinas sociales

Unidad 2- La lupa en el hecho social. Su definición como objeto de la sociología y


su método de estudio

1. La Sociología como campo autónomo de conocimiento

2. Definición del objeto de estudio de la sociología. Características del hecho social

3. El método
sociológico. Reglas para la observación y análisis objetivo de los
fenómenos sociales

Eva Illouz presenta "¿Por qué duele el amor?" 

En el video, Eva Ilouz, socióloga, presenta su libro “¿Por qué duele el amor? Una explicación sociológica”
(2012). Lo relevante del video respecto del contenido del módulo es el tratamiento que realiza sobre un tema
que — a priori— parecería corresponder al ámbito privado, personal e íntimo. Abordar las relaciones
amorosas desde la perspectiva sociológica resulta un ejercicio disruptivo de las miradas del sentido común
y un gran ejemplo respecto de la potencialidad de la disciplina. Permite de esta manera visualizar que
incluso las relaciones amorosas se ven condicionadas por las características que socialmente son
atribuidas a dichos vínculos en cada tiempo y espacio.

Eva Illouz presenta 'Por qué duele el amor' - subtítulos en e…


KatzEditores (2012). Eva Ilouz presenta ¿Por qué duele el amor? Recuperado el 10 de febrero de 2019

de: https://www.youtube.com/watch?v=_zceA9q68WU
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Introducción a la unidad

¿Cuáles fueron los principales acontecimientos económicos,


políticos y sociales de los siglos XVIII y XIX que posibilitaron el
desarrollo de la vida moderna y el surgimiento de la
Sociología?

Contenidos de la unidad

1 Contexto socio histórico del surgimiento de la sociología como disciplina científica 

2 Proceso de secularización y especialización de las disciplinas sociales


En esta unidad nos dedicaremos a situar la disciplina que nos convoca en esta asignatura, en su contexto
histórico de surgimiento y el recorrido que hizo hasta convertirse en un campo definido del conocimiento. La
pregunta rectora, a partir de la cual organizamos la propuesta que recorrerá las siguientes páginas, nos lleva
a interrogarnos por los procesos que intervinieron en el origen de la preocupación por lo social. Este
interrogante general y que les traemos para reflexionar, aspira a orientarlos para que puedan reconocer
cuáles fueron los principales acontecimientos económicos, políticos y sociales —sucedidos en el
transcurso del siglo XVIII y XIX— que posibilitaron el desarrollo de la vida moderna y la emergencia de una
disciplina como la Sociología. Una lectura en clave histórica del proceso, les permitirá ubicar espacial y
temporalmente los cambios que contribuyeron a que la Sociología pudiera definir su propio objeto de estudio
y una metodología particular. 

Este movimiento no significa que previo a su consolidación como campo científico del conocimiento, no
hayan existido interrogantes de hombres y mujeres que, a lo largo de la evolución de la especie humana,
problematizaran sobre distintas dimensiones de los ordenamientos colectivos que los involucraban. Sin
embargo, la posibilidad de construir conocimiento sistemático sobre los fenómenos sociales, no se dio sino
hasta el último tramo del siglo XIX. 

Lo importante a destacar y sobre lo que trabajaremos intensamente a lo largo de todas las unidades
temáticas, es que el camino seguido por las disciplinas sociales en general y la Sociología en particular, no
respondió a variables contingentes y azarosas. Todo lo contrario. Las distintas dimensiones sobre las cuales
lo social se constituye, en las que están incluidos los campos de conocimiento en tanto prismas a través de
los cuales aprehendemos nuestras realidades, son el resultado de procesos históricos, situados y
relacionales. A la vez que responden a formas particulares de producción y reproducción de la vida en
sociedad. Identificar cuáles son los elementos matrices que soportan las modos para acercarnos a
fenómenos complejos y multidimensionales, es la apuesta que tendremos al aventurarnos en la mirada
sociológica. 

La sociología no escapa entonces de su propio proceso de construcción. A lo largo de su despliegue


histórico apuntó a la conformación de su objeto de estudio y su consolidación como ciencia. Sobre este
último punto, estaremos dedicando la presente Unidad. Les proponemos que trabajen en simultáneo este
material con la bibliografía. Brindaremos en esta clase, las claves para la lectura de los textos teóricos. En el
trayecto iremos acercándoles ejemplos y referencias a otros trabajos que les permitan comenzar a
complejizar sus propias visiones del mundo.
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Tema 1: Contexto socio histórico del surgimiento de


la sociología como disciplina científica

Antes de comenzar con el desarrollo de la unidad queremos hacer valer una aclaración sobre lo “social”
como concepto. Podemos englobar bajo este término, al conjunto de fenómenos que producimos al
organizar nuestra vida como colectivo humano. Lo importante, y sobre lo que la Sociología permanentemente
tendrá situado su foco, es que al agruparnos generamos una variedad de fenómenos que trascienden la
suma de nuestras individualidades. Más allá de ellas, se configura un conjunto de códigos en común que
determinan las formas en que cada sociedad se organiza. Este punto se irá clarificando con el correr de las
unidades y al adentrarnos en las distintas propuestas teóricas que nos traen los “padres fundadores de la
sociología”. Lo importante hasta aquí, es entender que “lo social” tiene una fuerza superior que nos
trasciende como individuos y que indefectiblemente nos condiciona de una u otra forma, según nuestro
contexto espacio-temporal. 

Es por ello, que traemos como disparador una cita de Eric Hobsbawm (1917-2012), reconocido historiador
británico (Para quienes les interese saber un poco más quién fue este autor les dejamos el acceso a una
nota de prensa http://bit.ly/BreveRetratoHobsbawm y una entrevista a él realizada
http://bit.ly/EntrevistaEricHobsbawm). En la introducción de su libro “La era de la revolución 1789-1848”,
Hobsbawm dice lo siguiente: 

“Las palabras son testigos que a menudo hablan más alto que los documentos. Consideremos algunos
vocablos que fueron inventados o que adquirieron su significado moderno en el período de sesenta años que
abarca este volumen. Entre ellos están: “industria”, “industrial”, “fábrica”, “clase media”, “clase trabajadora”,
“capitalismo” y “socialismo”. Lo mismo podemos decir de “aristocracia” y de “ferrocarril”, de “liberal” y
“conservador”, como términos políticos, de “nacionalismo”, “científico”, “ingeniero”, “proletariado” y “crisis”
(económica). “Utilitario” y “estadística”, “sociología” y otros muchos nombres de ciencias modernas,
“periodismo” e “ideología” fueron acuñados o adaptados en dicha época (...). Imaginar el mundo moderno sin
esas palabras (es decir, sin cosas y conceptos a las que le dan nombre) es medir la profundidad de la
revolución producida entre 1789 y 1848, que supuso la mayor transformación en la historia humana desde
los remotos tiempos en que los hombres inventaron la agricultura y la metalurgia, la escritura, la ciudad y el
Estado”

- (2006, P. 9).

El autor nos introduce, mediante una serie de palabras clave, al denso proceso que transitó la historia
humana en su pasaje de una forma de ordenamiento social medieval y feudal a una moderna y capitalista.
Como vieron en la cita, nosotros destacamos las palabras vinculadas a la producción del conocimiento
científico. Es esta dimensión la que nos interesa mantener como eje de lectura, para identificar la
complejidad que acarreó la reconfiguración de la matriz societal y que construyó las condiciones de
posibilidad para la emergencia de un pensamiento sistemático sobre los fenómenos que nos rodean.

Cuando hablamos de matriz societal nos referimos a las bases fundamentales sobre las que se sostiene un
modelo de organización humano determinado. Previo al advenimiento de la modernidad y la configuración del
sistema capitalista, en la Edad Media, la formación social dominante era la feudal. Ésta consistió en una
organización jerárquica, estamental y fija, donde la movilidad social no era una opción existente. El lugar
ocupado al nacer, marcaba el trascurso de la vida por generaciones.

Los señores Feudales (dueños de la tierra), Nobles y Clérigos, tenían un lugar privilegiado en esta estructura
social. Por su parte, los campesinos (o siervos de la gleba), constituían el estamento más bajo. Pacto de
fidelidad mediante, éstos últimos realizaban trabajos forzosos en las tierras del señor feudal, a quien cedían
una porción de su producción a cambio de protección y de tener garantizada la satisfacción de las
necesidades básicas para la reproducción la vida. 

En este esquema, la estructura de pensamiento fundamental se sostenía sobre preceptos


predominantemente religiosos. El hombre no era hacedor autónomo de su destino, sino que, en última
instancia, la cosmovisión dominante de la época ataba la dinámica de lo social a la voluntad divina.
Promediando el Siglo XV, este modelo comenzó a entrar en crisis. Dios dejó de ocupar el centro de la escena
y el hombre pasó a ser protagonista en tanto agente dinamizador de los cambios. El pensamiento científico
inició su desarrollo, no sin resistencias. Por ejemplo, entre muchos otros, podemos traer a cuenta el caso de
Galileo Galilei: http://bit.ly/ReligiónVsCienciaGalileo. 

Imagen: Francisco de Goya (1799) “El sueño de la razón produce monstruos” Figura
recuperada de: https://bit.ly/2PnVyNa

La imagen que se ofrece como recurso grafica el impacto que tuvieron los cambios en los modos de pensar
la organización de la vida producto de las nuevas formas de conocimiento que se desarrollaron en el período
de génesis de las ciencias sociales. La misma puede complementarse con la siguiente cita de Emile
Durkheim en su libro, “El Suicidio”: “Pero siempre que la ciencia ha revelado a los hombres la existencia de
una fuerza ignorada, ha tropezado con la incredulidad. Puesto que no queda más remedio que modificar el
sistema de ideas admitidas para que encaje el nuevo orden de cosas y elaborar conceptos nuevos, las
mentes se resisten perezosamente”. (1897, P. 340)
La estructura organizativa medieval se resquebrajó y las formas de producción económicas se
complejizaron, dinamitando las bases que sustentaban la organización Feudal que recibió su golpe de gracia
al sucederse dos de los grandes acontecimientos de la historia mundial: La Revolución Industrial y la
Revolución Francesa. Pilares sobre los que se construyeron las sociedades actuales. 

Con la Revolución Industrial (S.XVIII- XIX), por primera vez en la historia, el hombre alcanzó un despliegue de
las fuerzas productivas hasta entonces desconocido. Descubrió su potencial creador para transformar la
naturaleza, explotar sus recursos y reforzar la supremacía de la especie. Hoy en día, experimentamos una
intensificación de este proceso con los avances tecnológicos que fueron aumentando y que permiten tener
un mayor dominio sobre distintos ámbitos. Es un ejemplo la prolongación de la esperanza de vida, estimada
en Argentina a los 74 años para los varones y 80 para las mujeres (OMS, 2016). Más del doble de la edad
estimada en 1900. Pensemos también en fenómenos como la clonación, como el caso de la famosa oveja
Dolly (http://bit.ly/LaOvejaDolly); la posibilidad cada vez más cercana de que recibamos órganos de
animales desarrollados para tal fin (http://bit.ly/TransplanteCerdoHumano); semillas modificadas
genéticamente que permiten tener alimentos resistentes a sequías, exceso de agua o pesticidas
(http://bit.ly/SojayTrigoResistentes); las comunicaciones que pueden -con los recursos disponibles-
trascender las fronteras del tiempo y el espacio y hasta, en el extremo más extravagante, puede citarse el
caso de la incubación de un conejo fluorescente producto de su modificación genética a los fines de una
intervención artística (http://bit.ly/ControversiaConejoFlúor – http://bit.ly/EduardoKacConejo). Existen hoy
miles de ejemplos que podríamos traer a cuentas para graficar el avance que el hombre tuvo en el control y
dominio de los ciclos de la naturaleza y el despliegue de sus fuerzas productivas. 

Este hito fundamento de la modernidad no puede pensarse sin otro gran proceso constitutivo en la
conformación del mundo, como lo fue la Revolución Francesa (1789). En el enlace entre uno y otro
acontecimiento, Hobsbawm nos señala lo siguiente: 

“Si la economía del mundo del siglo XIX se formó principalmente bajo la influencia de la Revolución
Industrial inglesa, su política e ideología se formaron principalmente bajo la influencia de la Revolución
francesa. Gran Bretaña proporcionó el modelo para sus ferrocarriles y fábricas y el explosivo económico que
hizo estallar las tradicionales estructuras económicas y sociales del mundo no europeo, pero Francia hizo
sus revoluciones y les dio sus ideas, hasta el punto que cualquier cosa tricolor se convirtió en el emblema de
todas las sociedades nacientes”
- Hobsbawm, 2006, P.61

En 1789 se produjo la Revolución Francesa, a partir de la cual cayó la Monarquía Absolutista que sustentaba
su sistema político sobre la base del derecho divino. La Revolución puso en crisis las bases de dicho
sistema, apoyada en lo que fuera el pensamiento de intelectuales de la época que aportaron a la
configuración de una nueva cosmovisión del mundo que permitiera conocerlo de manera ordenada, racional,
sistemática y fundamentada, transformación que apuntó directo al corazón del Antiguo Régimen. La famosa
tríada asociada directamente a este proceso revolucionario “Libertad, Fraternidad e Igualdad”, condujo al
surgimiento de la soberanía popular y la división de poderes. En este contexto, la burguesía emergió como
agente histórico del cambio.

Los acontecimientos reseñados son una muestra de la multiplicidad de procesos que constituyeron una
crisis generalizada producto de la contradicción entre los vestigios del viejo régimen y la emergencia de una
nueva forma de organización social.
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Tema 2: Proceso de secularización y especialización


de las disciplinas sociales

De acuerdo con Juan Carlos Portantiero (1934-2007)  —Sociólogo Argentino de quien pueden tener una
semblanza intelectual en el siguiente acceso: http://bit.ly/SemblanzaPortantiero  — en su libro, “La
Sociología Clásica: Durkheim y Weber” (2004), es justamente en la ruptura que se da entre la organización
social medieval y la génesis de una expresión social capitalista, donde podemos ubicar el proceso de
secularización que atravesarán las disciplinas sociales, al construir dentro de este abanico, campos
autónomos del pensamiento: “El problema principal que atraviesa entonces la sociedad en la ruptura de las
concepciones operantes es en qué medida puede liberar el pensamiento de las determinaciones teológicas
o filosófica cuasi especulativas” (Portantiero, 2004, P.7.). 

Las teorizaciones que podríamos ubicar dentro del amplio espectro de la Ciencias Sociales y Humanas,
encontraban entre sí límites difusos que no permitían diferenciar ámbitos específicos del conocimiento. En
particular el sociológico, fue uno de los últimos campos en circunscribir su área de influencia y jerarquizarse
a partir de la constitución de un método como disciplina científica; seguido luego por la Psicología.

En este punto es importante traer a cuenta lo que decíamos en la introducción a esta unidad y que
Portantiero también señala. La parcelación de áreas de la realidad para su abordaje y estudio desde
determinado prisma disciplinar, es el resultado de procesos históricos que según sus cualidades habilitan o
deshabilitan la emergencia de otras concepciones del mundo que, en determinado momento, encuentran la
estructura de oportunidad para disputar las visiones dominantes. En palabras del autor: “El origen y el
desarrollo de cada campo del conocimiento se vincula siempre con las preguntas que plantea el
desenvolvimiento social” (Portantiero, 2004, P.8). 

El camino que siguieron las disciplinas corrió en paralelo a los procesos a los que veníamos refiriendo a lo
largo de esta unidad. En este tránsito, la primera que va a independizarse en la producción de conocimiento
propio fue la Ciencia Política. Los referentes más conocidos fueron los agrupados bajo la categoría de
“Contractualistas”: Thomas Hobbes cuya obra más conocida fue “El Leviatán” (1651); John Locke con el
“Tratado sobre el Gobierno Civil” (1689); Charles Monstesquieu con “Del espíritu de las leyes” (1748) y Jean-
Jacques Rousseau con el “Contrato Social” (1762). La clave de su pensamiento estuvo situada en las
fuentes constitutivas de una sociedad. Aunque con matices, el eje central de su producción sostiene que es
el hombre quien precede a la sociedad, la crea y la organiza. Entonces, para definir los acuerdos básicos que
los regirán, elaboran un contrato que da forma al tipo de organización colectiva que adoptan.

La segunda disciplina en autonomizarse fue la Economía Política. Su proceso de secularización vino de la


mano de las nuevas formas de producción que las economías recientemente industrializadas y capitalistas,
traían a escena. Entre los principales exponentes de este pensamiento están: William Petty “Aritmética
política” (1676); Adam Smith “Las riquezas de las naciones” (1776) y David Ricardo “Principios de economía
política y tributación” (1817). Sus desarrollos teóricos se centraron en el análisis de la relación entre los
factores de la producción de bienes, la definición del precio de los mismos y su intercambio en el mercado.
Para estos las relaciones sociales se constituían sobre la propiedad privada de los medios de producción y
la venta de la fuerza trabajo el mercado. Al respecto, Polanyi (2011) nos dice: 

“Hay mercados para todos los elementos de la industria, no solo para los bienes (siempre incluidos los
servicios), sino también para la mano de obra, la tierra y el dinero, cuyos precios se llaman respectivamente
precios de las mercancías, salarios, renta e intereses. Los términos mismos indican que los precios forman
ingresos: el interés es el precio del uso del dinero y forma el ingreso de quienes se encuentren en posición
de proveerlo; la renta es el precio del uso de la tierra y forma el ingreso de quienes la aportan; los salarios so
el precio del uso del poder del trabajo y forman el ingreso de quienes los venden; por último, los precios de
las mercancías es el precio de quienes venden sus servicios empresariales, de modo que el ingreso llamado
beneficio es efectivamente la diferencia existente entre dos conjuntos de precios, el precio de los bienes
producidos y sus costos (P.119)”

- (2006, P. 9).

La Sociología entonces fue la tercera en constituirse como un campo disciplinar específico. Podemos ubicar
este momento a fines del Siglo XIX. De acuerdo con Emilio De Ípola (Filósofo y Sociólogo argentino de quien
pueden conocer una breve biografía en el enlace http://bit.ly/BioDeIpola), en su libro “Las cosas del creer”
(1997), nos señala que existe una paradoja en el surgimiento de la Sociología: “La sociología habría nacido
justamente para denunciar la ausencia de su objeto y como síntoma de esa misma ausencia” (P.20). ¿Qué
es lo que el autor nos quiere indicar con esto? De Ípola (1997) nos hace notar que lejos la Sociología de
emerger como espacio de producción de teorías revolucionarias, nace preocupada por descubrir cuáles son
las leyes generales que ordenan y dan forma a los agrupamientos humanos; cómo puede reconstituirse el
orden frente a procesos de crisis de todo lo hasta entonces conocido. En refuerzo de estos lineamientos,
Portantiero suma:

“En este sentido [la sociología], nace íntimamente ligada con los objetivos de la estabilidad social de las
clases dominantes. Su función es dar respuestas conservadoras a la crisis planteada en el Siglo XIX. Es una
ideología del orden, del equilibrio, aún cuando sea, al mismo tiempo, testimonio de avance en la historia del
saber, al sistematizar, por primera vez, la posibilidad de constituir a la sociedad como objeto del
conocimiento”

- (2004, P.11)

Entonces si quisiéramos caracterizar el contexto de surgimiento de la Sociología, deberíamos decir que ésta
se inscribe en el pasaje de un tipo social a otro, donde los problemas que se presentan son de una magnitud
y complejidad inusitada. Las herramientas del conocimiento preexistentes a la Sociología, no pudieron
abarcar más a los fenómenos en su totalidad, menos aún al sostenerse sobre principios religiosos. 

Así, surgió la necesidad histórica de comprender la realidad social que aparecía como caótica y apremiante;
y sobre la cual se requirió una forma sistemática de conocimiento que permitiera ordenarla y establecer las
regularidades de su desenvolvimiento. 

La Sociología se inspirará en las Ciencias Naturales para construir su propio campo científico-disciplinar. No
obstante, una de las dificultades centrales con las que se encuentran las disciplinas sociales y humanas en
esta tarea, es la de tomar distancia de su objeto de estudio. Ya que, no es ni más ni menos, que la trama de
relaciones en las que están insertas. Entonces, en un primer avance de su constitución disciplinar, la
Sociología replicará a las Ciencias Naturales en su búsqueda de leyes generales. También encontrará
insumos en las metáforas fisiológicas-biologicistas. 

Hagamos un ejercicio sencillo que nos permita comprender a qué estamos haciendo referencia. Pensemos
en nuestro propio cuerpo, distingamos cada uno de nuestros órganos y su ubicación. Sabemos que cumplen
una función específica y que ésta no puede producirse de manera aislada, sino que está integrada con la de
los demás y permite nuestra vida: late el corazón, circula la sangre, los pulmones oxigenan y nuestro cerebro
emite un conjunto de órdenes que ponen todo el cuerpo en movimiento sincronizadamente. Las primeras
teorías preocupadas por lo social, harán una traslación para pensar la anatomía o morfología de lo social y
su fisiología o funcionamiento. En este sentido, identificarán agrupamientos sociales, posiciones y redes de
relaciones como partes de un organismo cuyo funcionamiento nos daría pautas sobre las leyes generales
que ordenan las distintas sociedades.

Los primeros referentes en aplicar esta forma de razonamiento fueron Augusto Comte “Plan de Trabajo
Científico necesario para reorganizar la sociedad” (1822);  Herbert Spencer “El estudio de la Sociología”
(1872) y Henri de Saint-Simon “El nuevo cristianismo” (1825). El primero de ellos sostenía, que el género
humano evolucionaba conformando ordenamientos sociales que iban superándose unos a otros. Spencer
por su parte pone del conocimiento científico de la sociedad sobre la base de la cooperación de sus partes.
Es esta característica lo que identifica como la esencia de la vida social. Por su parte, Saint-Simón desarrolla
una mirada fisiológica de lo social. En analogía con las enfermedades del cuerpo humano y la medicina,
identifica a las crisis como una falla del funcionamiento del “organismo social” que hay que reestablecer.
Estos pensadores estarán inmersos en lo que se denominó conocimiento positivista, orientado al
descubrimiento de las leyes generales que sostienen el desenvolvimiento social.
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Cierre de la unidad

¿Cuáles fueron los principales acontecimientos económicos,


políticos y sociales de los siglos XVIII y XIX que posibilitaron el
desarrollo de la vida moderna y el surgimiento de la Sociología?

La Sociología surge en la transición entre la sociedad medieval feudal a la moderna capitalista. En este
pasaje, la cosmovisión que se tenía sobre el mundo, sustentada en explicaciones religiosas, entró en crisis.
La Revolución Industrial y la Revolución Francesa, fueron los hitos que desencadenaron este proceso de
cambio al promover el desarrollo tecnológico y el despliegue de ideas políticas republicanas. 

Esto dio lugar al surgimiento de nuevas formas de pensamiento que procuraron conocer el mundo de una
manera ordenada, racional, sistemática y fundamentada. La Sociología se inscribe en este movimiento,
preocupada por entender los profundos cambios en la organización social. Como señala De Ípola (1997), la
sociología se hizo cargo de la crisis de las formas tradicionales del lazo social y buscó aportar a la
construcción de respuestas teóricas y prácticas en el contexto de la modernidad.

Bibliografía

De referencia

Polanyi, K. (2011). La gran transformación. Los orígenes políticos y económicos de nuestro tiempo. 

Hobsbawm, E. (2006). La era de la revolución 1789-1848.

Portantiero, J.C. (2004) La sociología clásica: Durkheim y Weber. Editores América Latina.

De lectura obligatoria

Juan Carlos Portantiero. La sociología clásica: Durkheim y Weber. Introducción. Págs. 7-36

Emilio De Ípola. Las cosas del creer. La apuesta de Durkheim. Págs. 19-49
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Introducción a la unidad

¿Cuál es y qué características tiene el objeto de conocimiento


de la Sociología? ¿Cuál es método científico para su análisis?

Contenidos de la unidad

1 La Sociología como campo autónomo de conocimiento.

2 Definición del objeto de estudio de la sociología. Características del hecho social

3 El método sociológico. Reglas para la observación y análisis objetivo de los fenómenos


sociales
En la presente unidad nos adentraremos en las características y dimensiones consideradas para definir,
entre la amplitud de lo social, aquello que entra en el campo de estudio de la Sociología. Partiendo de los
desarrollos de Emile Durkheim (1858 – 1917), identificaremos las particularidades de los hechos sociales y
el método de investigación que debe desarrollarse para su análisis. Se trata de los primeros intentos por
establecer ciertas reglas y metodologías de investigación, en un momento histórico de consolidación de la
Sociología como disciplina científica. 

Hacia el final de la presente unidad, procuraremos aportar elementos respecto de la utilidad de la sociología.
Estos les darán insumos para que puedan responder a las usuales preguntas relativas al rol y tareas de
quienes trabajamos en ciencias sociales: ¿para qué sirve un sociólogo? O ¿qué hace un profesional de las
ciencias sociales? Una vez conocida la génesis de la sociología, su finalidad, objetos de estudio y modo de
abordaje de los mismos; avanzamos hacia el para qué de la práctica disciplinar. Para ello proponemos un
trabajo de Francois Dubet (2012), junto con el material didáctico consistente en una entrevista al sociólogo
argentino Lucas Rubinich, donde se establecen las diferentes orientaciones profesionales y laborales que
tienen los sociólogos hoy en día. 

De esta manera, esperamos que luego de transcurrido el Módulo 1, tengan mayor claridad respecto de qué
es lo social —en tanto objeto de estudio de las ciencias sociales—, cómo observarlo críticamente y la utilidad
de la práctica científica y profesional en este campo disciplinar.

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Tema 1: La Sociología como campo autónomo de


conocimiento

La sociología de Durkheim se enfoca en generar una ciencia objetiva que permita con un conocimiento
científico de lo social, desarrollar herramientas para intervenir en las dinámicas de organización de
sociedades. Estos principios se encuentran condensados en su obra Las reglas del método sociológico de
1894. Tal como declara en sus páginas, su principal objetivo “es extender a la conducta humana el
racionalismo científico. Transformando las relaciones de causa y efecto en reglas de acción para el futuro”
(Durkheim, 1985, P. 13). Su causa es la de la construcción de una sociología:

1 Objetiva: apartada de las opiniones, prejuicios e ideologías.

2 Específica: con un área de intervención o campo de acción propio y excluyente.

3 Metódica: con reglas y procedimientos claros y sistemáticos.

Es por ello que, en su afán por delimitar el campo específico de intervención de la sociología y dotarla de
entidad científica, Durkheim propone una serie de principios, reglas y postulados que se ven reflejados en la
elaboración de un método más definido y adaptado a la naturaleza especial de los fenómenos sociales.
Establece:

“(…) las precauciones que deben adoptarse en la observación de los hechos; el modo de plantear los
principales problemas; el sentido que deben adoptar las investigaciones; las prácticas especiales que
permiten obtener resultados de ellas y las reglas que deben presidir la realización de las pruebas”

- Durkheim, 1985, P. 32

A continuación, detallaremos los núcleos principales de la citada obra de Durkheim, para que podamos
conocer qué se puede estudiar y cómo —para Durkheim— se debe hacerlo. 

El escollo del sentido común. Superando las miradas simples e irreflexivas

El observador que procura comprender el funcionamiento de lo social debe estar permanentemente alerta
para evitar las sugerencias del sentido común. Todos tenemos ideas sobre las cosas que nos rodean, las
acciones que llevamos adelante y las que realizan los otros. Sería imposible vivir sin tener algunas nociones
sobre las mismas que nos permitan adecuar nuestras conductas. No obstante, estos modos de
pensamiento a los que estamos habituados, son más bien contrarios al estudio científico de los fenómenos
sociales. Estas ideas previas o prenociones, “son como un velo que se interpone entre las cosas y nosotros
(…) son una suerte de fantasmas que desfiguran el verdadero aspecto de las cosas, y que, sin embargo,
confundimos con las cosas mismas” (Durkheim, 1985, P. 45). En este sentido, quien aborda científicamente
los hechos sociales debe hacerlo despojado de prejuicios y buscando dejarse sorprender por los hallazgos
de sus investigaciones. 

Ahora bien, la vida social está plagada de representaciones e ideas que nos hacemos de las prácticas
colectivas. En la calle, los bares, la televisión y las redes sociales un sinnúmero de conversaciones tratan
sobre lo que son y lo que deberían ser dichas prácticas. Estas sensaciones, sentimientos e incluso valores
se han formado históricamente; son un producto de la experiencia humana, pero de una experiencia confusa
y desorganizada que el análisis sociológico puede develar. En este sentido, el sentimiento es objeto de la
ciencia, no el criterio de verdad científica (Durkheim, 1985).

Como se observa, en sociología la precaución y vigilancia respecto de las prenociones debe acentuarse. Los
fenómenos sociales cobran realidad solo a través de los hombres y las mujeres; son un producto de la
actividad humana. Las ideas del sentido común no solo están en nosotros, sino que, como son un producto
de experiencias repetidas, otorgan previsibilidad y certezas a nuestras prácticas y a la de los otros. Pero
poco aportan a la comprensión del porqué de nuestras prácticas, hábitos y modos de representarlos. 

¿Qué hacen los sociólogos?

En esta entrevista radial, Lucas Rubinich presenta su libro titulado “¿Qué hacen los sociólogos?” Y busca
responder dicha pregunta. Para ello, da cuenta de los ámbitos de intervención de la sociología, de los modos
de ejercicio de la profesión y de ciertas características de la disciplina. De esta manera se busca que los
estudiantes tengan una visión actualizada de los objetivos y campos donde se desarrolla la sociología.
Entrevista radial: Lucas Rubinich (2010), “¿Qué hacen los sociólogos?” Recuperado

de: https://radiouniversidad.wordpress.com/2010/06/25/%C2%BFque-hacen-los-sociologos-responde-lucas-rubinich/

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Tema 2: Definición del objeto de estudio de la


sociología. Características del hecho social

La sociología estudia hechos sociales, pero ¿qué es un hecho social?

Como mencionábamos antes, una de las preocupaciones de Durkheim es la definición de un campo y un


objeto específico para la Sociología. Para ello, señalará las características que permiten identificarlo. En esta
definición, procura además diferenciarlo de los fenómenos de carácter individual que se encuentran en el
radar de la psicología. 

Los fenómenos sociales son exteriores a las personas.

En toda sociedad hay cierto grupo de fenómenos que se distinguen claramente de los que estudian las
restantes ciencias de la naturaleza. Podemos observar modos de actuar, de pensar y de sentir que existen
fuera y más allá de las conciencias individuales (Durkheim, 1985). Por ejemplo, cuando cumplo mi función
de hermano, de esposo o de ciudadano, cuando respondo a los compromisos contraídos, me atengo a
deberes definidos, fuera de mí y de mis actos. Pueden estar plasmados en el derecho o estar implícitos en
nuestros hábitos o costumbres. Aun cuando concuerden con mis sentimientos su realidad es objetiva, pues
yo no los he creado. Una gran parte de ellos los recibo mediante la educación, sea en la escuela o en el
hogar. Incluso, el sistema de signos que utilizo para expresar mi pensamiento, esto es, el alfabeto; como
también el sistema monetario que empleo para pagar mis deudas, los instrumentos de crédito que uso en
mis relaciones comerciales, las prácticas respetadas en mi profesión, etc.; son fenómenos que funcionan
independientemente del uso que, en tanto individuo, hago de ellos. Esta situación se repite en todos los
miembros de la sociedad (Durkheim, 1985).
Ahora bien, que esta situación se produzca en cada individuo no debe llevarnos a pensar que la vida social
se encuentra exclusivamente en cada uno de nosotros. La sociedad es una síntesis sui generis que produce
fenómenos nuevos, diferentes de los que ocurren en las conciencias solitarias. Estos hechos específicos
residen en la sociedad misma que los produce, y no en sus partes; son exteriores a las conciencias
individuales. Estos fenómenos están, no en los elementos, sino en el todo formado por su unión. 

Los fenómenos sociales son generales, en tanto afectan a un grupo numeroso de individuos, pero su
carácter distintivo viene dado porque son colectivos. “Están constituidos por las creencias, las tendencias y
las prácticas del grupo consideradas colectivamente” (Durkheim, 1985, P. 37). Un fenómeno solo puede
tener carácter colectivo si es común a todos los miembros de la sociedad, o por lo menos a la mayoría de
ellos. 

Hasta aquí podemos afirmar —siguiendo a Durkheim— que los hechos sociales son modos de hacer, pensar
y sentir colectivos que poseen existencia propia, independientemente de sus manifestaciones individuales.
Pero también… 

Los hechos sociales son identificables por una particularidad: ejercen sobre los individuos una
influencia coercitiva. 

Esto es, que se imponen a mi voluntad individual. Si acuerdo con ellos, esta imposición no será manifiesta,
pero si me opongo a los mismos encontraré resistencias y probablemente reciba una sanción, sea explícita
como una pena o multa, o más sutil como la condena social de mis pares o miembros de mis grupos de
pertenencia. 

Las creencias y las prácticas sociales son formas colectivas de actuar o de pensar que tienen una realidad
que está fuera de los individuos, quienes en cada momento se adaptan a ellas. El individuo las encuentra
completamente formadas, y no puede conseguir que no sean o que sean distintas de lo que son; por lo tanto,
está obligado a considerarlas, y le es tanto más difícil modificarlas cuanto que, en diferentes grados,
participan de las creencias y hábitos reconocidos por el grueso de la sociedad (Durkheim, 1985). Sucede
que la conciencia pública se opone a todo acto que la ofende mediante la vigilancia que practica sobre la
conducta de los ciudadanos. Por ejemplo, si no me someto a las normas o convenciones de algún evento, o
si mi vestimenta no se ajusta a los usos de mi país o de mi clase, la burla que provoco, el alejamiento con
que se castiga hace que la pena, por indirecta, no sea menos eficaz. Así, no estoy obligado a hablar
castellano aquí, ni utilizar la moneda peso, pero si no lo hiciera, sería más complicada la vida en la sociedad
argentina. Un espacio donde es posible observar y analizar la característica de imposición del hecho social
es la educación, tanto en la escuela como en el hogar. Como señala Durkheim, se trata de un esfuerzo que la
colectividad realiza permanente por imponer a los niños modos de ver, de sentir y de actuar a los que no
habrían llegado espontáneamente. Si con el tiempo deja de sentirse esta imposición, es porque
paulatinamente origina hábitos y pasan a conformar nuestras representaciones individuales sobre la vida
social y las cosas.

Llegados a este punto podemos comenzar a relativizar una máxima del sentido común generalizada entre
nosotros: aquella que nos lleva a creer que hemos elaborado por nuestra cuenta lo que se nos impone desde
afuera. La vida como consumación de una obra meramente individual y de un proyecto de vida
preestablecido. 

HECHO SOCIAL:

Llamamos hecho social a todo modo de hacer, fijo o no, que puede
ejercer sobre el individuo una imposición exterior; o también, que es
general en la extensión de una sociedad dada, al mismo tiempo que
posee existencia propia, independientemente de sus
manifestaciones individuales (Durkheim, 1985, P. 43).
9 11

Tema 3: El método sociológico. Reglas para la


observación y análisis objetivo de los fenómenos

A esta altura, estamos en condiciones de dar cuenta las reglas para abordar el estudio de lo social, con un
carácter objetivo y metódico, tal como fue postulado por Emile Durkheim. Se trata de tres reglas básicas que
todo observador de lo social debe llevar adelante para lograr un conocimiento científico y riguroso de los
hechos sociales.
1

La primera regla postula que los hechos sociales deben ser tratados como cosas. Como si fueran
constituidos por un material flexible y maleable pero que no pueden modificarse a voluntad; esto
es, “separados de los sujetos conscientes que se los representan; es necesario estudiarlos desde
afuera, como a cosas exteriores, pues con ese carácter se nos presentan a nosotros” (Durkheim,
1985, P. 55). 

Así, una cosa solo es comprensible mediante observaciones y experimentaciones, pasando


progresivamente de las características exteriores e inmediatamente accesibles a las menos
visibles y más profundas. Tratar a los fenómenos como cosas es tratarlos en calidad de dato o
información que constituyen el punto de partida de la ciencia. Durkheim nos da los siguientes
ejemplos: el derecho existe en los códigos; los movimientos de la vida cotidiana se inscriben en las
cifras de la estadística; los monumentos expresan cierto devenir e interpretación de la historia; las
modas pueden observarse en la vestimenta, los gustos en las obras de arte (Durkheim, 1985).
2

La segunda regla refiere a la necesidad del sociólogo de hacer una definición objetiva de las cosas
que analizará. Para ello, es necesario que describa los fenómenos por las cualidades y
características que les son propias. De allí, que se postula: “No tomar jamás como objeto de las
investigaciones sino un grupo de fenómenos definidos previamente por ciertos caracteres
exteriores que les son comunes, e incluir en la misma investigación a todos los que responden a
esa definición” (Durkheim, 1985, P. 62).
3

Finalmente, la tercera regla refiere a la necesidad de tomar los hechos sociales lo más distante de
sus manifestaciones individuales.  El investigador debe buscar un punto de referencia constante e
idéntico que permite eliminar todo lo que, la manifestación individual del hecho a analizar, tiene de
variable y, por lo tanto, de subjetivo.

Tal como nuestro autor señala, los hábitos colectivos se expresan en forma definida en reglas jurídicas, en
dichos populares, en hechos de la estructura social, etc. 

“Como estas formas tienen existencia permanente y no cambian con las diferentes aplicaciones que se
realizan de ellas, constituyen un objeto fijo, un patrón constante que está siempre al alcance del observador
y que no deja lugar a las impresiones subjetivas y a las observaciones personales”

- Durkheim, 1985, P.70

En esta perspectiva, las fuentes estadísticas de diverso origen aparecen como un insumo privilegiado para
la comprensión de lo social. “La estadística expresa cierto estado del alma colectiva” (Durkheim, 1985, P.
39)
¿Para qué sirve conocer los hechos sociales?

Hasta aquí hemos desandado el camino que nos permitió definir qué estudia la sociología y conocer el
método postulado por Durkheim. A continuación, recuperando la producción de F. Dubet (2012),
señalaremos la utilidad de este conocimiento y de su disciplina específica. La referencia a la utilidad, nos
servirá además para presentar tres perfiles o dimensiones de ejercicio de la sociología en la actualidad. 

Una primera certeza es que las sociedades deben conocerse, ya que no son producto de la mera necesidad.
Deben —y de hecho así sucede— construir representaciones de sí mismas. Ahora bien, “es la sociología la
que puede poner de relieve la distancia que media entre las representaciones y las realidades, entre los más
elevados principios y los hechos más banales; y dejar al desnudo esa distancia es en sí una acción útil”
(Dubet, 2012, P. 11) Se trata naturalmente, de comprender la organización social, organizar
sistemáticamente sus dinámicas e identificar los hechos sociales detrás de las representaciones que en
ella circulan. 

En su devenir como disciplina, las tradiciones sociológicas han recorrido diversos caminos que —según
Dubet— pueden organizarse en tres grandes conceptos sobre su utilidad:

Concepto de utilidad: Crítica



La sociología debe principalmente dejar al desnudo los mecanismos de la dominación capitalista,
desenmascarar todas las formas de poder. Aquí los individuos parecen completamente dominados por el
sistema, y el propio sistema es un mecanismo de dominación. Se presenta a la sociología como una
ciencia del develamiento y de la crítica.

Concepción de utilidad: Desarrollo de la racionalidad



Otros sociólogos, piensan que la sociología debe incrementar el grado de racionalidad de las sociedades y
participar en lo que de allí en más se denomina “buenos gobiernos”. Esta sociología estudia las
organizaciones, los mecanismos de decisión y las políticas públicas. Aquí, es menos cuestión de
desenmascarar la dominación que de reseñar los impedimentos, los efectos perversos, los modelos
culturales que debilitan las capacidades de acción de las personas, en particular de los responsables
políticos y sociales que se esfuerzan por actuar sobre la vida social.

Concepción de utilidad: la intervención.



Una tercera concepción que apunta a la intervención de los sociólogos en la formación misma de los
actores sociales. Vincular un proyecto de conocimiento a una capacidad de intervención directa sobre los
actores, mediante métodos que no se limitasen a medir y observar las cosas, sino que intentasen ver cómo
se constituyen los propios actores sociales, cómo ese mundo viejo da a luz algo nuevo incluso en un
momento en que los actores y los movimientos sociales suelen pensar según las categorías de la vieja
sociedad.
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Cierre de la unidad

¿Cuál es y qué características tiene el objeto de conocimiento


de la Sociología? ¿Cuál es método científico para su análisis?

Emilio Durkheim delimitó un campo exclusivo de análisis para la Sociología dentro de las Ciencias Sociales.
Para ello, identificó las características que los hechos sociales —en tanto objeto de estudio de la Sociología
— contenían; y desarrolló un método específico para el estudio de los fenómenos sociales de manera
objetiva y sistemática. 

Definió aquellos como modos de pensar, actuar y sentir colectivos, que son externos al individuo y al que se
le imponen coercitivamente. Como elemento distintivo de su método se destaca el tratamiento de los
hechos sociales como cosas, aislados de sus manifestaciones individuales y alejados de las prenociones
del investigador.
Conclusión

En la presente Unidad detallamos las proposiciones de Emile Durkheim que definieron el objeto de la
sociología y presentamos las principales reglas para su abordaje de modo metódico y objetivo. 

Como señala Durkheim, los fenómenos sociales son cosas reales, poseen formas definidas, tienen un
modo de ser constante, una naturaleza que no depende de la arbitrariedad individual, y de la cual derivan
relaciones necesarias. Conocer estos fenómenos es conocer las creencias y los modos de conducta
instituidos por una sociedad. La sociología se encarga de estudiar la génesis y funcionamiento de las
mismas, brindándonos la comprensión de nuestros actos y de aquellos con los que convivimos. 

Finalmente, observamos que la Sociología puede resultar útil para el diseño y planificación de intervenciones
en las sociedades y sus instituciones. El sentido de estas intervenciones puede variar —como observamos
con Dubet— pero parten del conocimiento específico, objetivo y metódico de una disciplina científica plural y
en desarrollo.

Bibliografía

De referencia

Dubet, F. (2012). “De la utilidad de la sociología”. ¿Para qué sirve realmente un sociólogo? Buenos
Aires: Siglo XXI editores. 

Durkheim, E. [1894] (1985). Prefacio. Prefacio de la segunda edición. Introducción y capítulo I y capítulo
II. Las reglas del método sociológico. Barcelona: Akal.

Bourdieu, P., Chamboredon, J.C. y Passeron, J.C. [1973] (2004). El oficio del sociólogo. Buenos Aires:
Siglo XXI editores.
De lectura obligatoria

Durkheim, E. Las reglas del método sociológico. Prefacio. Prefacio de la segunda edición. Introducción
y capítulo I y capítulo II. Págs.  7-71

Dubet, F. ¿Para qué sirve realmente un sociólogo? Capítulo I De la utilidad de la sociología. Págs. Págs.
9-20
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