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PROGRAMA DE ESTUDIOS:

TÉCNICA EN FARMACIA

ESTUDIANTE:

 VELARDEVALLEJOS, MARDELI

UNIDAD DIDÁCTICA:

APLICACION DE BASES FARMACOLOGICAS DE LOS


MEDICAMNETOS I

TEMA:

SISTEMA DIGESTIVO

PROFESORA:

MARLENE VIZCONDE
APARATO DIGESTIVO
es un conjunto de órganos que procesan los alimentos y los líquidos para descomponerlos
en sustancias que el cuerpo usa como fuente de energía, o para el crecimiento y la
reparación de tejidos. El aparato digestivo está formado por órganos que son importantes
para digerir los alimentos y los líquidos.

Los desechos que no se pueden utilizar salen durante las evacuaciones intestinales. Las
partes del aparato digestivo son la boca, la faringe (garganta), el esófago, el estómago, el
intestino delgado, el intestino grueso, el recto y el ano. Además, incluye las glándulas
salivales, el hígado, la vesícula biliar y el páncreas, que producen los jugos digestivos y
las enzimas que se usan durante la digestión.
ÓRGANOS QUE LO CONFORMAN Y SU FUNCIÓN

Boca—El proceso digestivo comienza en la boca cuando una persona mastica. Las
glándulas salivales producen saliva, un jugo digestivo que humedece los alimentos para
transportarlos más fácilmente por el esófago hacia el estómago. La saliva también tiene
una enzima que comienza a descomponer químicamente los almidones en los alimentos.

Esófago—Después de tragar, la peristalsis empuja la comida por el esófago hacia el


estómago.

Estómago—Las glándulas situadas en el revestimiento del estómago producen ácidos


estomacales y enzimas que descomponen químicamente los alimentos. Los músculos del
estómago mezclan la comida con estos jugos digestivos.

Páncreas—El páncreas produce un jugo digestivo que tiene enzimas que descomponen
químicamente los carbohidratos, grasas y proteínas. El páncreas suministra el jugo
digestivo al intestino delgado a través de pequeños tubos llamados conductos.

Hígado—El hígado produce un jugo digestivo llamado bilis que ayuda a digerir las grasas
y algunas vitaminas. Los conductos biliares transportan la bilis desde el hígado hasta la
vesícula biliar para ser almacenada o hasta el intestino delgado para ser usada.
Vesícula biliar—La vesícula biliar almacena la bilis entre comidas. Cuando una persona
come, la vesícula biliar exprime bilis hacia el intestino delgado a través de los conductos
biliares.

Intestino delgado—El intestino delgado produce un jugo digestivo, el cual se mezcla con
la bilis y un jugo pancreático para completar la descomposición química de proteínas,
carbohidratos y grasas. Las bacterias en el intestino delgado producen algunas de las
enzimas necesarias para digerir los carbohidratos. El intestino delgado transporta agua
del torrente sanguíneo al tracto gastrointestinal para ayudar a descomponer químicamente
los alimentos. El intestino delgado también absorbe agua con otros nutrientes.

Intestino grueso—En el intestino grueso, más agua se transporta desde el tracto


gastrointestinal hasta el torrente sanguíneo. Las bacterias en el intestino grueso ayudan a
descomponer químicamente los nutrientes restantes y producen vitamina K. Los
productos de desecho de la digestión, inclusive las partes de los alimentos que aún son
demasiado grandes, se convierten en heces.

Las hormonas y los nervios trabajan juntos para ayudar a controlar el proceso digestivo.
Hay señales que fluyen dentro del tracto gastrointestinal y que van de ida y vuelta del
tracto gastrointestinal al cerebro.

Hormonas

Las células que recubren el estómago e intestino delgado producen y liberan hormonas
que controlan el funcionamiento del aparato digestivo. Estas hormonas le comunican al
cuerpo cuándo debe producir jugos digestivos y envían señales al cerebro indicando si
una persona tiene hambre o está llena. El páncreas también produce hormonas que son
importantes para la digestión.

Nervios

El cuerpo tiene nervios que conectan el sistema nervioso central (el cerebro y la médula
espinal) con el aparato digestivo y controlan algunas funciones digestivas. Por ejemplo,
cuando una persona ve o huele comida, el cerebro envía una señal que hace que las
glándulas salivales "le hagan la boca agua" para prepararla para comer.
El cuerpo también tiene un sistema nervioso entérico (SNE), compuesto de nervios dentro
de las paredes del tracto gastrointestinal. Cuando los alimentos estiran las paredes del
tracto gastrointestinal, los nervios del SNE liberan muchas sustancias diferentes que
aceleran o retrasan la movilización de los alimentos y la producción de jugos digestivos.

LAS ENFERMEDADES Y/O PATOLOGÍAS DIGESTIVAS INCLUYEN

 Cálculos biliares, colecistitis y colangitis


 Problemas rectales, como fisura anal, hemorroides, proctitis y prolapso rectal
 Problemas del esófago, como estenosis (o estrechamiento), acalasia y esofaguitis
 Problemas estomacales, incluyendo gastritis, úlceras gástricas usualmente causadas por
infección por Helycobacter Pylori y cáncer
 Problemas hepáticos, como hepatitis B, hepatitis C, cirrosis, insuficiencia hepática
y hepatitis alcohólica y autoinmunitaria
 Pancreatitis y seudoquiste pancreático
 Problemas intestinales, como pólipos y cáncer, infecciones, celiaquía, enfermedad de
Crohn, colitis ulcerativa, diverticulosis, malabsorción, síndrome del intestino
corto e isquemia intestinal
 Enfermedad del reflujo gastroesofágico (ERGE), enfermedad de úlcera péptica y hernia
de hiato
GRUPOS DE MEDICAMENTOS

Para el tratamiento sintomático, pueden ensayarse periodos cortos con medicamentos:


antiácidos, antagonistas H2, sales de calcio y magnesio, procinéticos o inhibidores de la
bomba de protones,

Los procinéticos
Son fármacos que aceleran el vaciado gástrico y/o ayudan a la relajación del fundus, por
lo que parece razonable su uso en pacientes con predominio de saciedad precoz y
digestión pesada.
Algunos tienen una acción predominante colinérgica (cinitaprida) y otros una acción
antidopaminérgica, antiemética (cleboprida, levosulpirida, domperidona). Estos últimos
son los más utilizados.
Los fármacos antisecretores más utilizados en la DF son los inhibidores de la bomba de
protones (IBP) más eficaces que los antagonistas H2.
En los estudios comparativos, con los IBP se obtienen mejores resultados sintomáticos
(un 15-30%) que, con placebo, aunque el incremento en el beneficio clínico es más
evidente en pacientes con predominio sintomático de dolor y ardor (mejorías
significativas en el 50-70%), que con predominio de saciedad precoz e hinchazón (en el
40-50%).
Para algunos autores, esta constatación sugiere que el predominio sintomático de ardor o
dolor hace preferibles los IBP como primera opción terapéutica (SDE); el omeprazol,
lansoprazol, pantoprazol y sus derivados son medicamentos que no suelen afectar a la
capacidad para conducir.
Al metabolizarse en el hígado pueden prolongar la eliminación de las benzodiacepinas,
warfarina y fenitoína, favoreciendo sus efectos secundarios.
Antagonistas H2
Los antagonistas H2 como la ranitidina no tienen efectos directos sobre la capacidad de
conducir, pero pueden en algunos casos producir confusión, depresión, cefalea, mareo,
artralgias, mialgias y visión borrosa por alteración en la acomodación.
Antiácidos
Los antiácidos pueden ser aceptados para el alivio sintomático del ardor o la pirosis
esporádicos.
Los antiácidos almagato y magaldrato no tienen efectos al volante, pero pueden influir en
la absorción de otros medicamentos coadministrador como tetraciclinas, digoxina,
benzodiacepinas, dicumarol, indometacina, ciprofloxacino y hierro.
Los antiácidos son medicamentos de venta libre que producen alivio rápido de los
síntomas.
Sales de calcio y magnesio
Las sales de carbonato cálcico y de magnesio son de venta libre, producen alivio
sintomático inmediato y no influyen en la capacidad para conducir.
Estos medicamentos, al reaccionar con el ácido del estómago, liberan CO2 que produce
bruscamente flatulencia, distensión gástrica y eructos.
La postura de la conducción va a contribuir con frecuencia a empeorar los síntomas de
dispepsia, por lo que es frecuente tomar estos medicamentos mientras se conduce para
aliviar los síntomas, produciéndose la incómoda flatulencia, que con el eructo mejora.
Hasta que tiene lugar la liberación de gases, el conductor pierde concentración en su
vehículo, carretera y entorno, pues se encuentra especialmente preocupado por buscar la
postura que le mejore su incómoda situación.
En los últimos años se han desarrollado nuevos tratamientos para los trastornos
funcionales digestivos, que incluyen tanto fármacos que actúan sobre la hipersensibilidad
visceral de estos pacientes.

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