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El Gobierno de la Provincia de San Luis cumple y seguirá

cumpliendo con los preceptos constitucionales y las normativas


vigentes respecto a asegurar el desarrollo humano y social de sus
habitantes.
El derecho a la cultura, a la información, a la publicación y
a la difusión de las ideas es un derecho humano fundamental,
con el que este proyecto político ha desarrollado fuertes lazos y
claras acciones en su defensa. Invertir en cultura es fortalecer los
cimientos republicanos y consolidar la convivencia democrática
armónica, en un marco de pluralismo, tolerancia y respeto por el
otro. Invertir en cultura es también propender a difundir la obra y
engrandecer el patrimonio cultural provincial, potenciando así la
libertad de pensamiento y el universo de las ideas, la literatura y la
palabra escrita en general.
Por la defensa y ratificación de este derecho el sello edito-
rial San Luis Libro suscribe y se sustenta en la Ley Provincial Nº
I-0002-2004 (5548) que dice en su artículo 1º: “El Estado provin-
cial garantiza el derecho fundamental a la libertad de pensamien-
to, religiosa y de culto reconocido en la Constitución de la Provin-
cia de San Luis”.

ACERCAR EL LIBRO AL PUEBLO


Altavilla, Cristian
Historia Constitucional de la provincia de San Luis 1810-2020 : compendio
de las constituciones provinciales / Cristian Altavilla. - 1a ed. - San Luis : SLL
- San Luis Libro, 2021.
v. 1, 312 p. ; 23 x 16 cm.

ISBN 978-987-8311-23-4

1. Historia Constitucional. 2. Historia de la Provincia de San Luis. I. Título.


CDD 342.8202

Obra Completa 978-987-8311-22-7

Para la presente edición


Sello Editorial San Luis Libro
25 de Mayo 971 / Ciudad de San Luis
sanluislibro@sanluis.gov.ar
www.sanluislibro.sanluis.gov.ar

Diseño y Diagramación
Área Diseño y Comunicación
Payné SA

Impreso por La Gráfica. Payné SA


Av. Lafinur 924 - San Luis

Tirada 350 ejemplares

Impreso en la Argentina
Queda hecho el depósito que establece la Ley 11.723
Prohibida su reproducción total o parcial, incluyendo
fotocopias sin la autorización expresa del autor
HISTORIA CONSTITUCIONAL
DE LA PROVINCIA DE SAN LUIS
(1810-2020)

COMPENDIO DE LAS CONSTITUCIONES


PROVINCIALES

TOMO I
­

ACERCAR EL LIBRO AL PUEBLO


Cristian Altavilla

Autoridades

GOBERNADOR:
Dr. Alberto José Rodríguez Saá

SECRETARIO GENERAL:
Miguel Ángel Berardo

PROGRAMA CULTURA:
Dra. María Silvia Rapisarda

SAN LUIS LIBRO:


Lic. Marta Isabel Rodríguez
Historia Constitucional de la Provincia de San Luis

PRÓLOGO
Escribir esta obra en tiempo de pandemia, ha puesto al autor y al
equipo de colaboradores frente a coyunturas de incertidumbre y temo-
res diversos.
La obra tiene la enorme bondad de ayudarnos a transitar esta
difícil temporada viral en medio de una sociedad disciplinaria. Muchos
pensamos que este tramo de distanciamiento y cuidado no iba a ser
largo, esperando encontrarnos en las aulas y pasillos de universidades,
colegios, escuelas, para continuar con las tareas áulicas presenciales,
como acto extraordinario de enseñar, aprender, investigar, consultar
bibliotecas, dialogar en clase de consulta, acordar. Lamentablemente,
a meses de iniciado el presente año, vemos que seguimos con
limitaciones, miedos, cuidados propios y colectivos.
Toda nuestra realidad se ha visto transformada rápida y
torpemente.
Ante este panorama que sufrimos todos, presentar esta nueva
obra del doctor Cristian Altavilla y colaboradores de investigación, nos
permite apreciar en el equipo de trabajo, valores fundamentales como
el respeto y la escucha interpersonal, el valor del esfuerzo e investiga-
ción compartida, la comprensión mutua, el registro del tiempo de los
otros/otras y la capacidad de escuchar.
La obra en dos tomos, es una excelente muestra de lo dicho. En
cuanto al tratamiento, el material procede a la tesis, ya que la narración
cronológica de cada reforma constitucional, es la columna vertebral y
el torrente sanguíneo, que acerca más la historia normativa a lo que en
realidad fue, por su adecuada comprensión de causa, efecto y conti-
nuidad, ya que su contenido fue escrito en función de lo que se sabía y
se creía en la época de cada reforma.
Además, desde el inicio de la investigación, el doctor Cristian Al-
tavilla, contó con la simpatía de un grupo de jóvenes y entusiastas cola-
boradores, que acompañaron al autor en la experiencia infinitamente
tentadora, de trabajar junto al líder del equipo, en tarea tan ardua y
exquisita en repartos de experiencias compartidas, siendo este aspecto
un valor agregado al buen contenido del libro, por formativa en traba-
jos de equipo e investigación.
Estoy convencido de que el texto escrito por el doctor Cristian Al-
tavilla en análisis, será una obra de gran valor pedagógica-normativa,
histórica y formativa para nuestras niñas, niños, adolescentes y juven-
tud estudiosa, contenido que puede ser conocido desde el aprendizaje

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Cristian Altavilla

temprano del último año de la etapa primaria, secundaria y universita-


ria y todo otro espacio cultural relacionado, ya que la intención del au-
tor abraza la condición de todos los habitantes de la provincia, intere-
sados por conocer en detalle la organización jurídico-institucional de
los puntanos desde 1820 hasta la actualidad. Tal como lo expresara en
la primera jornada de Derecho Público Provincial y Municipal el doctor
Altavilla, como docente de la Universidad Nacional de San Luis del año
2017, señalando a la última reforma del año 1987, como la precursora
en la incorporación de derechos sociales, evento cultural que se realizó
en el aula de posgrado de la Facultad de Ciencias Económicas, Jurídi-
cas y Sociales de la Universidad Nacional de San Luis, en la ciudad de
Villa Mercedes. Entonces, decía: “La idea es impulsar a futuro un de-
bate más profundo en el que intervengan los operadores del derecho,
los docentes, investigadores, estudiantes y la sociedad en general para
hablar de cuáles son nuestras instituciones más importantes y cómo
funcionan. Es importante que todos se puedan involucrar. (sic)
Finalmente, avanza en el tiempo, por lo cual se ocupa de la iden-
tificación de nuevas necesidades de protección de derechos, como
los introducidos por la Enmienda Constitucional, número XIII-0755-
2011-s/ inclusión social, inclusión digital e inclusión de culturas origi-
narias, (art. 11 bis, Constitución de la Provincia de San Luis).
Se aclara que la impresión de la obra se hizo cierta, mediante la
colaboración de las autoridades del Gobierno de la Provincia de San
Luis, Programa Cultura, San Luis Libro.
El Gobierno de la Provincia de San Luis, a través de la jefatura del
Programa Cultura, junto al autor de la obra, han querido que, en el pro-
ceso de enseñar y aprender la historia constitucional de la provincia,
adquiera una importante trascendencia el estudio de historia de la
norma fundamental, desde 1810-2020. La formación, solamente dog-
mática y separada de cualquiera de sus textos, proporciona una visión
parcial y meramente formal, de las cuestiones que entrega. Lo intere-
sante y nuevo de la presente obra, es su condición unificadora sistemá-
tica de las directrices constitucionales, para facilitar el análisis crítico,
la argumentación y contraargumentación del contenido de la historia
constitucional, facilitando la profundización del concepto colectivo al
que está orientada la obra.

Gustavo Adolfo Miranda Folch


Abogado- Ex Juez de Cámara Nº 2 de la
1a Circunscripción Judicial de la Provincia de San Luis.

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Historia Constitucional de la Provincia de San Luis

Historia Constitucional de la Provincia de San Luis


(1810-2020)
Compendio de las Constituciones Provinciales

ÍNDICE
11 Historia Constitucional de la Provincia de San Luis
(1810-2020)
89 Reglamento Provisorio para el régimen y gobierno de la
Provincia de San Luis de 1832
101 Constitución de 1855
125 Constitución de 1871
153 Constitución de 1905
207 Constitución de 1927
259 Constitución de 1941

7
A la memoria de mi padre,
Paolo Altavilla
siempre orgulloso de haber
formado parte de la historia
de la provincia de San Luis.
Cristian Altavilla



Historia Constitucional de la Provincia de San Luis

Historia Constitucional de la Provincia


de San Luis (1810-2020)
Por Cristian Altavilla
1- Introducción

La provincia de San Luis es una de las 14 provincias históricas


o fundadoras de la República Argentina.
A 200 años de la declaración como provincia autónoma el
26 de febrero de 1820, la provincia de San Luis muestra una in-
teresante y rica historia constitucional, que podemos dividirla en
distintos períodos, cada uno de ellos caracterizados por distintos
procesos constitucionales que buscaron plasmar las necesidades
de la época.
El presente trabajo intenta ser un estudio introductorio a la
recopilación que en esta obra se presenta de los diferentes textos
constitucionales que se dio la provincia de San Luis desde la for-
mación del Estado nacional argentino en 1853 hasta la actualidad,
incluyendo también dos textos importantísimos que se corres-
ponden a un período preconstitucional, dos ordenamientos que
sin llegar a ser una constitución desde el punto de vista formal e
incluso material, fueron determinantes para dar forma y vida a la
nueva provincia de San Luis: estos son el Acta de Declaración de
Autonomía de 1820 y el Estatuto Provisorio de 1832.
Una vez organizado el país bajo el sistema representativo,
republicano y federal a través de la sanción de un texto consti-
tucional definitivo, se da inicio en nuestro país al período cons-
titucional; Argentina se enmarca así en la tendencia mundial del
constitucionalismo moderno, siguiendo los ejemplos primigenios
de Estados Unidos (1789) y Francia (1791), y de la región latinoa-
mericana a lo largo del s. XIX.
En este contexto, la provincia de San Luis sanciona su primera
constitución en 1855. Desde este año hasta la actualidad, se pro-
dujeron a esa Carta Magna local ocho reformas constitucionales
(1871, 1905, 1927, 1941, 1947, 1949, 1962, 1987, una de las cuales
quedó sin vigencia al poco de producirse, la de 1949) y una en-

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Cristian Altavilla

mienda por la Legislatura ad referéndum del pueblo (la de 2006).


Cada una de estas reformas responde a un período y a un contexto
político, económico, social y cultural particular, marcado por de-
terminadas ideologías y paradigmas que el derecho intentó captar,
plasmando estas tendencias en la norma fundamental local. Es la
transformación de tendencias sociales en formas jurídicas (Heller
2007).
Las reformas fueron distintas en cuanto a sus magnitudes,
tanto desde lo cuantitativo (por ejemplo, la cantidad de artículos
que se reformaron, eliminaron o suprimieron) como desde lo cua-
litativo (es decir, en cuanto a la importancia e impacto que tales
reformas tuvieron sobre la organización política y jurídica de la
provincia). A lo largo de este estudio introductorio se estudiarán
cada una de estas reformas, analizando el contexto histórico y po-
lítico en el que se produjeron.

2- El proceso histórico de formación de las


provincias argentinas
Este primer período, caracterizado como inorgánico por al-
gunos autores (Romero 2008, Pastor 1970), es un período proto-
constitucional, previo al Estado Constitucional de Derecho que
se inauguraría a mediados del s. XIX. Se trata de un período de
ensayos, de pruebas, de sucesivos intentos frustrados por lograr
una organización definitiva tras la declaración de la independen-
cia. Este primer período abarca desde la Revolución de Mayo de
1810 hasta la constitución definitiva del Estado argentino en 1853.
A este período se lo conoce también como “patrio”, donde todavía
se mezclan instituciones coloniales del derecho indiano con nue-
vas instituciones propuestas por un nuevo paradigma político que
se instauraba con fuerza en el mundo occidental, el liberalismo.
Hacia 1810, la actual provincia de San Luis pertenecía a la en-
tonces intendencia de Cuyo, creada como una subdivisión admi-
nistrativa del Virreinato del Río de la Plata mediante la Ordenanza
de Intendentes de 1782 (es decir seis años después de la creación
del nuevo Virreinato del Río de la Plata – 1776). Sin embargo, esta
disposición nunca entró en vigor y el territorio cuyano quedó den-

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Historia Constitucional de la Provincia de San Luis

tro de la jurisdicción de la Intendencia de Córdoba del Tucumán,


con capital en la ciudad de Córdoba (comprendía Cuyo y las ac-
tuales provincias de Córdoba y La Rioja).
Producida ya la Revolución de Mayo, el 29 de noviembre de
1813, desde Buenos Aires el Segundo Triunvirato decide convertir
a la Intendencia Gobernación de Cuyo en una provincia, separán-
dola en consecuencia de la Intendencia de Córdoba. La denominó
Provincia de Estado de Cuyo, y estuvo conformada por las actua-
les provincias de Mendoza, San Juan y San Luis. Mendoza sería la
ciudad capital y en ella residiría el gobernador intendente del que
dependían dos tenientes gobernadores, el de San Juan y el de San
Luis (Pastor 1970). Esta Provincia de Estado cuyana se disolvería
en 1820, desprendiéndose de la misma la Provincia de San Juan (9
de enero de 1820), la de Mendoza (17 de enero de 1820) y luego fi-
nalmente la Provincia de San Luis (15 de febrero de 1820). Toribio
de Luzuriaga será el último Gobernador Intendente de Cuyo (del
17 de octubre de 1816 al 17 de enero de 1820).
Poco antes de estos sucesos, el Cabildo de San Luis había ju-
rado la Constitución de las Provincias Unidas en Sudamérica san-
cionada el 22 de abril de 1819, en una ceremonia que se celebró
en la iglesia matriz de la ciudad el 25 de mayo de ese año; cere-
monia presidida por el Teniente Gobernador Vicente Dupuy. Du-
puy había sido designado Teniente Gobernador por disposición
de Buenos Aires, y ejerció el cargo desde 1814 (año en que se crea
la provincia de Cuyo) hasta 1820, en que se autonomiza la provin-
cia de San Luis. Incluso, el Ayuntamiento había ya designado a los
electores que se trasladarían a la capital de la provincia cuyana, la
ciudad de Mendoza, para la elección de senadores y de diputados
para la Cámara de Representantes, de acuerdo a la letra de la cons-
titución de 1819 (Núñez 1980).
Esta Constitución de 1819 estableció un sistema de gobierno
republicano bajo una forma de Estado unitaria, con un gobierno
central fuerte y centralizado; la Constitución no contenía cláusula
alguna referente a los gobiernos provinciales ni sobre las muni-
cipalidades, y aunque el Poder Legislativo, a cargo del Congreso
Nacional, era bicameral, compuesto por una Cámara de Repre-
sentantes y una de Senadores, esta última no representaría a las

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Cristian Altavilla

provincias, sino a la Nación (Zarini 1981). El Poder Ejecutivo Na-


cional era unipersonal, ejercido por un ciudadano con el título de
Director del Estado y era elegido “por las dos Cámaras reunidas”
(Art. LXII, Sección III, “Poder Ejecutivo”, Capítulo II “Forma de la
Elección del Director del Estado”).
Este intento de unificación nacional bajo la forma de Estado
unitaria por parte del Congreso de las Provincias Unidas (el mismo
que tres años atrás, el 9 de julio de 1816, declaraba en San Miguel
de Tucumán la independencia frente a España “y toda otra domi-
nación extranjera”) provocó el levantamiento de los caudillos fe-
derales del Litoral. El alzamiento derivó en la Batalla de Cepeda,
del 1° de febrero de 1820, donde los caudillos que integraban la
Liga Federal (o también llamada de los Pueblos Libres) derrotaron
a las fuerzas nacionales comandadas por el Director Supremo de
las Provincias Unidas del Río de la Plata, José Rondeau, precipitan-
do la renuncia de este y, con ella, la disolución de las autoridades
nacionales. El Directorio y el Congreso Nacional dejaron de existir,
abriendo un nuevo ciclo en la historia nacional, caracterizada pre-
cisamente por la ausencia de una organización político-jurídica
nacional y la reasunción de la soberanía por parte de las distintas
provincias. Este período, conocido como la Anarquía del Año XX
o el período de las autonomías provinciales, es el que vio nacer a
varias de las provincias originarias, pero en realidad este año fue el
punto máximo, el clímax, de un proceso que se había iniciado casi
concomitantemente con la Revolución de Mayo.
La Revolución de Mayo y el establecimiento del autogobierno
no modificarían la estructura administrativo-territorial de la Co-
lonia. El régimen de intendencias establecido en 1783 subsistirá
intacto en 1810, aunque ya al poco tiempo irá sufriendo algunas
transformaciones hasta que se cierra el ciclo de formación de las
actuales provincias argentinas, con la conformación de las 14 ori-
ginarias o fundantes. A pesar de estas transformaciones, la estruc-
tura del Virreinato del Río de la Plata creado en 1776 y el régimen
de intendencias de 1783 serán la base de la nueva organización
territorial argentina y es a partir de estas organizaciones que sur-
girán las provincias.
Con la Real Ordenanza para el establecimiento e instrucción

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Historia Constitucional de la Provincia de San Luis

de Intendentes de Ejército y Provincia (del 28 de enero de 1782),


el Virreinato del Río de la Plata se dividió en ocho intendencias, a
saber: (1). Intendencia de Buenos Aires; (2). Intendencia de San
Miguel de Tucumán; (3). Intendencia de Cuyo; (4). Intendencia
del Paraguay; (5). Intendencia de Santa Cruz de la Sierra; (6). In-
tendencia de Potosí; (7). Intendencia de La Paz y (8). Intendencia
de Chuquisaca. Pero un año más tarde, esta Real Ordenanza sería
modificada y se cambiaría esta estructura. Se realizaron 17 modi-
ficaciones o “declaraciones” por el Rey Carlos III en San Ildefonso
el 5 de agosto de 1783: se restablecían los gobiernos político-mi-
litares de Moxos y de Chiquitos, que habían sido suprimidos con
la Ordenanza de 1782, y se suprimirían la intendencia de Cuyo
(pasando a conformar la de Córdoba del Tucumán, junto con los
territorios de las actuales provincias de Córdoba y La Rioja), la in-
tendencia de Tucumán (que pasaría a formar parte de la nueva
intendencia de Salta del Tucumán) y la intendencia de Santa Cruz
(que quedaría integrada a la de Cochabamba).
Para cuando se produce la Revolución del 25 de Mayo de
1810, el Virreinato estaba conformado por 8 intendencias: (1) In-
tendencia de Buenos Aires (que abarcaba Buenos Aires, Santa Fe,
Entre Ríos y Corrientes); (2) Intendencia de Salta del Tucumán (la
integraban Salta, Jujuy, Tucumán, Santiago del Estero, San Miguel
de Tucumán, Catamarca y Tarija – incorporada en 1807); (3) In-
tendencia de Córdoba del Tucumán (que comprendía las juris-
dicciones de Córdoba, La Rioja, Mendoza, San Juan y San Luis);
(4) Intendencia de Asunción del Paraguay; (5) Intendencia de
Cochabamba; (6) Intendencia de Potosí; (7) Intendencia de La
Paz y (8) Intendencia de Charcas o Chuquisaca (Tau Anzoáte-
gui 2005:178/9; López Rosas 1996:46-60) y por 4 gobernaciones:
Moxos, Chiquitos, Misiones y Montevideo.
Las provincias argentinas serán desprendimientos de estas
intendencias, que comienzan a gestarse a poco de producirse los
acontecimientos de Mayo. Algunas surgirán como provincias au-
tónomas, otros territorios directamente se erigirán como Estados
independientes (como Bolivia, Paraguay y Uruguay) y otros final-
mente, quedarán integrados a otros países (como las regiones de
Charcas, Chuquisaca, Tarija, entre otras).

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Cristian Altavilla

Así, la Intendencia del Paraguay rápidamente decide declarar-


se autónoma y al poco tiempo, país independiente. Con el Tratado
del 12 de octubre de 1811, firmado entre el gobierno de Buenos Ai-
res (representado por Belgrano y Vicente Anastasio Echevarría) y
el gobierno de Paraguay (representado por José Gaspar Rodríguez
de Francia, Yegros y Caballero) “obtiene su vida autónoma a título
provisional, erigiéndose en provincia independiente” (López Ro-
sas 1996:191) y con el devenir de los años, se termina por consti-
tuir en un país independiente.
La gobernación militar de Montevideo, después de varios
intentos frustrados de unirse con el resto de las provincias bajo
una forma federativa que garantizara la autonomía de los estados
miembros, terminará por convertirse en un país independiente a
raíz del armisticio entre las Provincias Unidas del Río de la Plata
y el imperio del Brasil. En 1813, a instancias del general José Arti-
gas la Banda Oriental se erige de hecho como provincia autónoma
(junto con las demás que compondrían la Liga de los Pueblos Li-
bres). El 7 de marzo de 1814, mediante decreto del Director Supre-
mo de las Provincias Unidas, Gervasio Antonio de Posadas, se crea
la Gobernación Intendencia Oriental del Río de la Plata. Final-
mente, con la firma de la Convención Preliminar de Paz entre el
Imperio brasileño y las Provincias Unidas el 27 de agosto de 1828
(tras ocho años de ocupación brasileña – 1817-1825), se concede a
la Banda Oriental la plena independencia.
La constitución de la Liga de los Pueblos Libres o Liga Federal
fue el primer gran acontecimiento en el proceso autonómico o de
creación de las provincias autónomas en el ex virreinato del Río
de la Plata. Con la constitución de esta Liga, se declaran de he-
cho como provincias autónomas, y bajo la protección de Artigas,
la Banda Oriental, Corrientes, Entre Ríos y Santa Fe, desprendién-
dose de la Intendencia de Buenos Aires.
La primera provincia que avanza en el proceso de autonomi-
zación será Entre Ríos en 1813. El Director Posadas, para atraer
a los entrerrianos y alejarla de la influencia de Artigas, erige al
“continente” en Provincia de Estado mediante decreto del 10 de
septiembre de 1814, al mismo tiempo que Corrientes: “Pero esta
disposición fue letra muerta, porque la federación de los cinco

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Historia Constitucional de la Provincia de San Luis

partidos se consideraba Pueblo Libre desde el año anterior” (Rosa


1958:122). Un año más tarde que Entre Ríos, lo hará Corrientes. El
20 de abril de 1814 el Cabildo correntino declara “la independen-
cia de la provincia bajo el sistema federativo” y bajo el protecto-
rado de Artigas (López Rosas 1996:194). En 1815 hará lo propio la
Provincia de Santa Fe. Junto con Entre Ríos y Corrientes, Santa Fe
integró la Liga de los Pueblos Libres y había reconocido a Artigas
como su Protector. Pero el 26 de abril de 1815 “se alza en lo alto de
su Cabildo la bandera tricolor de la federación, separándose de
Buenos Aires que acataba al Director Alvear”, el hecho es lidera-
do por Francisco Antonio Candioti, “el príncipe de los gauchos”
(Rosa 1958:107).
En 1813 se creará, por decreto del Triunvirato del 29 de no-
viembre, la provincia de Estado de Cuyo – quedando separada de
la Intendencia de Córdoba – conformada por Mendoza, San Juan
y San Luis.
Por su parte, en el norte, la Intendencia de Salta del Tucumán
(creada en 1783, antes Intendencia de San Miguel de Tucumán)
se divide en dos. La Intendencia tenía sede en Salta y estaba com-
prendida por Salta, Jujuy, Tarija, San Miguel, Santiago del Estero
y Catamarca. Por decreto del 8 de octubre de 1814 del Directorio
Supremo, se divide la intendencia en dos grandes provincias: Tu-
cumán y Salta: “El territorio –dice el decreto– que comprende los
pueblos de Tucumán, Santiago del Estero y valle de Catamarca
formará desde hoy una provincia del Estado con la denominación
de «provincia de Tucumán»”; y por el otro lado, “las ciudades de
Salta, Jujuy, Orán, Tarija y Santa María formarán desde hoy una
provincia del Estado, conservando la misma denominación de
«provincia de Salta»” (López Rosas 1996:194/5).
En 1820, tras la Batalla de Cepeda y la disolución de las au-
toridades nacionales, se produce una “ruptura del Estado cen-
tralizado” (Torres Molina 2008:102), una “disolución del orden
revolucionario” (Halperin Donghi 2014:353), y se terminan por
autonomizar las restantes provincias originarias o históricas. El 11
de febrero de 1820, con su renuncia, Rondeau deposita la “Supre-
ma dirección del Estado” en el Cabildo de Buenos Aires, pero este
toma la dirección suprema solamente de la provincia de Buenos

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Cristian Altavilla

Aires, constituyéndose en Cabildo-Gobernador, y emite un bando


en el que declara que concertará “con los demás pueblos y provin-
cias una liga de recíproca conveniencia” (Rosa 1958:138). Afirma
también que las autoridades habían renunciado “compenetradas
de los deseos generales de las provincias sobre las nuevas formas
de asociación que apetecen, para no contradecir o violar la volun-
tad general libre de los pueblos y a fin de construir las bases de una
unión que ‘siendo obra de la reciprocidad de conveniencia, lleve
el carácter de imperturbable’ ” (Zarini 1981:102).
1820 será un año decisivo en la formación de la nación argen-
tina y la construcción de las identidades provinciales. En ese mis-
mo año Bernabé Aráoz creará la República Federal de Tucumán,
comprendiendo a San Miguel de Tucumán, Santiago del Estero y
Catamarca, pero se desintegrará al poco tiempo. Juan Felipe Iba-
rra, con sus blandengues se apodera del Cabildo el 31 de marzo,
declarando de hecho la independencia de la república tucuma-
na. En el Tratado de Vinará, Tucumán reconocerá la secesión de
Santiago. Un año más tarde, el 25 de agosto de 1821 se celebra un
Cabildo abierto en Catamarca que declaraba al “pueblo de Cata-
marca tan libre como los demás de la establecida Unión del Sur,
y podía como cada uno de ellos usar de sus regalías y derechos”
(Rosa 1958:208).
La Rioja se separará de Córdoba y se declarará autónoma en
enero de 1820 (Rosa1958:172). Tras la sublevación de Arequito,
una parte importante del Ejército del Norte quedará a cargo de
Juan Bautista Bustos, redirigiéndolo hacia la provincia de Córdoba,
para hacerse del gobierno de esta. Un contingente de este ejército
sublevado, al mando de Francisco Villafañe, se dirigirá a La Rioja
para deponer al teniente gobernador González y erigir a Francisco
Ortiz de Ocampo como gobernador de la nueva provincia.
Al tiempo que se producía la sublevación de Arequito, en la
provincia de San Juan se producirá un amotinamiento del Ejército
de los Andes que terminará por provocar la desintegración de la
provincia de Cuyo. Este amotinamiento estará al mando de Men-
dizábal, quien subleva el 1° de Cazadores de los Andes, depondrá
al Teniente GobernadorDe la Rosa y labrará un acta, el 9 de enero
de 1820, para dejar constancia de que “San Juan se hallaba inde-

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Historia Constitucional de la Provincia de San Luis

pendiente de hecho de Mendoza, pues se uniría a las demás pro-


vincias federadas; declaraba asumir su propia soberanía y que el
teniente gobernador se elevaba al rango de gobernador, con todas
las prerrogativas y facultades anexas a su cargo” (Gez 1996:116).
Tras estos sucesos y ante la imposibilidad de controlar la situa-
ción, el gobernador de Cuyo, Luzuriaga, renuncia y deposita su
renuncia en la municipalidad de Mendoza. El nuevo gobernador
Campos reconoció la independencia de San Juan.
Tras estos acontecimientos, San Luis se ve también conmo-
cionado. El 15 de febrero de 1820 un Cabildo abierto depone a su
teniente gobernador, Vicente Dupuy, y reasume el gobierno; el 26
de febrero el nuevo Cabildo dictará las bases de la nueva organi-
zación que se daría la flamante provincia autónoma, erigiéndo-
se, entre otras disposiciones, como Cabildo-Gobernador y el 1° de
marzo este mismo Cabildo nombraría al primer gobernador de la
provincia autónoma, al Dr. José Santos Ortiz.
El 3 de julio de ese mismo año, un Cabildo abierto celebrado
en la ciudad de Mendoza elige gobernador de la provincia mendo-
cina (ya no será la provincia de Cuyo) a Tomás Godoy Cruz.
A partir de entonces, las provincias comenzarán a relacionar-
se entre sí a través de pactos interprovinciales. Todo este período
se caracterizará por la celebración de múltiples pactos interpro-
vinciales, que fueron, poco a poco, sentando las bases de la or-
ganización nacional (Altavilla 2018). De ahí que a este período se
lo califique de sinalagmático (Hernández 2011). Este tipo de rela-
cionamiento a través de distintos acuerdos y pactos formales, dio
una especie de organización confederal, aunque muy primitiva y
rudimentaria al comienzo (entre 1820 y 1831) y un poco más or-
gánica en el período subsiguiente (1831-1853), con la celebración
del Pacto Federal de 1831 – período inmediatamente anterior al
de la organización nacional definitiva, que se inauguraría con la
sanción de la Constitución Nacional en 1853.
Uno de los pactos más importantes fue el Pacto del Pilar, ce-
lebrado 23 de febrero de 1820 entre los gobernadores de la provin-
cia de Buenos Aires, Manuel de Sarratea, de Entre Ríos, Francisco
Ramírez, y de Santa Fe, Estanislao López, con los objetivos decla-
rados de “poner término a la guerra suscitada entre dichas provin-

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Cristian Altavilla

cias, de proveer a la seguridad ulterior y de concentrar sus fuerzas


y recursos en un Gobierno Federal”.
Con este pacto se reconocería las autonomías provinciales y
se propendería a la unión definitiva del país bajo la forma de Es-
tado federal y con una forma de gobierno republicana. Aunque en
la forma de gobierno esto no estaba mencionado expresamente,
uno de los motivos que llevó al desencadenamiento de la Batalla
de Cepeda fue precisamente la reacción contra la política monár-
quica que gran parte de la elite porteña impulsaba. En cambio, la
forma federal de la nueva organización política que se aspiraba es-
taba expresamente mencionada entre sus objetivos y el Art. 1° del
Pacto establecía claramente que “respecto al sistema de gobierno
que debe regirlas se ha pronunciado en favor de la federación que
de hecho admiten”.
Con respecto a las autonomías provinciales, el art. 7° del Pacto
establecía que “La deposición de la antecedente administración
ha sido la obra de la voluntad general por la repetición de crímenes
con que comprometía la libertad de la nación, con otros excesos
de una magnitud enorme” y que aquella “medida es muy particu-
larmente del interés de los jefes del ejército federal, que quieren
justificarse de los motivos poderosos que les impelieron declarar
la guerra contra Buenos Aires en noviembre del año próximo pa-
sado y conseguir con la libertad de la provincia de Buenos Aires la
garantía más segura de las demás unidas”.

3- La declaración de autonomía de la Provincia de


San Luis
Es en este contexto general que San Luis se declara provincia
autónoma, se da sus primeras instituciones y comienza a regirse
por ellas, sin intervención de otro poder. Tras la sublevación del
1° de Cazadores de los Andes a la cabeza de Mendizábal que pro-
piciará la separación de San Juan de la provincia de Cuyo, en San
Luis se sucederán una serie de hechos que desembocarían tam-
bién en su declaración de autonomía: El 15 de febrero el Cabildo
depone a su teniente gobernador, Vicente Dupuy y por lo tanto, el
cargo de Teniente Gobernador y los cargos de los miembros del

20
Historia Constitucional de la Provincia de San Luis

Cabildo ordinario quedaron cesantes. Ese mismo día, el Cabildo


labra un acta donde da cuenta de lo sucedido y procede a nombrar
las nuevas autoridades, haciéndolo de manera provisoria. El acta
labrada dispone, entre otras cuestiones, que:
“Habiéndose congregado una parte del pueblo de los
principales vecinos y oficiales de estas milicias, con el
objeto de nombrar y elegir nuevos gobernantes al ejem-
plo de las capitales y de los demás pueblos subalternos,
e igualmente por los justos recelos de ser invadidos por
la fuerza poderosa que ha conmovido a los pueblos refe-
ridos para igual acto, a fin de evitar todo estrépito y efu-
sión de sangre que pudieran haber habido, se puso (con
la consideración debida) en seguridad al señor Teniente
Gobernador de esta ciudad, y de consiguiente, guardan-
do el mismo orden, se incitó al muy ilustre Cabildo para
que, dando seña con la campana, se reuniesen todos los
ciudadanos presentes en la sala consistorial de acuerdo;
y reunido que fue el vecindario, resolvió que provisio-
nalmente se eligiesen y nombrasen nuevos gobernantes,
se despachasen órdenes a la jurisdicción convocando y
citando a todos los demás vecinos de igual representa-
ción, para que en virtud de haber ignorado las renuncias
que esforzadamente hizo el señor Teniente Gobernador
al ilustre Cabildo, se conformasen con ellas o con la del
pueblo; en cuya virtud eligieron por alcalde de primer
voto al sargento mayor de estas milicias don Tomás Ba-
ras, para de segundo al ciudadano don Manuel Herrera,
para defensor de menores al ciudadano Leandro Cortés,
reeligiendo a los demás capitulares hasta oír el voto gene-
ral de todo el pueblo; y para comandante de armas, pro-
visionalmente, al capitán de estas milicias don Domingo
Jordán”. (Núñez 1980:240)

El Cabildo, presidido por Tomás Baras, se erige así en Cabil-


do-Gobernador, reasumiendo el gobierno en sus manos. Cuatro
días después, el 19 de febrero, el cuerpo de oficiales de milicias
de caballería solicita al Cabildo-gobernador, “teniendo en consi-

21
Cristian Altavilla

deración las razones que movieron a este pueblo para deponer al


ex teniente gobernador don Vicente Dupuy, y otras incidencias”
(Núñez 1980:240/1), que “salga de este pueblo el expresado Du-
puy” (ídem), petición a la que los capitulares acceden, pero bajo
la condición de que “se reúna ahora mismo todos los demás ciu-
dadanos y extiendan su acta para saber si es del agrado de todo el
pueblo esta medida”, es decir, estaban convocando a la celebra-
ción de un Cabildo Abierto, que se reunirá el 26 de febrero. En esta
fecha, el Cabildo Abierto labra un Acta que contiene una serie de
disposiciones de capital importancia y que constituirán las bases
de la organización de la nueva provincia autónoma. En esta acta,
que se conoce como el Acta de Autonomía de San Luis, se dispuso:
En la ciudad de San Luis en veinte y seis días del mes de Fe-
brero de mil ochocientos veinte: el pueblo de dicha ciudad,
compuesto de todo su vecindario, así de él como de la juris-
dicción, con respecto a el acta celebrada el 15 del corrien-
te, antes de proceder a la elección del Cabildo propietario,
despues de haber discutido en orden al método como en
lo sucesivo debe regirse, acordó sea este por los puntos si-
guientes:
Primero, que después de pensar con maduro examen y es-
crupulosidad, en los sujetos en quienes había de depositar
sus derechos en la administración del mando, se nombre un
Presidente ante quien exprimir sus sufragios, que se resolvió
lo fuese el I. Cabildo-Gobernador interino, de cuyo celo por
la libertad del país, estaban satisfechos.
Segundo, que el gobierno sea compuesto del Ayuntamiento,
y de consiguiente, que en él solo se refundan, o reasuman
las facultades de entender en los cuatro casos, o causas, a
saber: político, militar, hacienda y guerra, por cuya razón su
título será de Cabildo-Gobernador.
Tercero, que en dicho Ayuntamiento reside la facultad de
convocar el cuerpo de oficiales y con ellos elegir y nombrar
un Comandante de Armas, en un sujeto revestido de las cir-
cunstancias relativas al tal ministerio y de su aprobación.
Cuarto, que respecto a que la experiencia ha enseñado, que

22
Historia Constitucional de la Provincia de San Luis

residiendo el poder gubernativo en una sola persona, está


expuesto el Ayuntamiento a que sus funciones sean entor-
pecidas por él, desde ahora queda extinguido este empleo,
hasta que se establezca por la Nación el método más conve-
niente.
Quinto, que el Cabildo entrante, como en él se refunde
el peso del gobierno, tiene opción y poder para disponer,
conforme ocurran sus respectivas urgencias, de la renta
anexa a dicho empleo, con concepto a las contingentes
entradas de la caja, como igualmente a asignar la renta
que se le ha de dar al Comandante de las armas.
Sexto, que sea de la obligación del Ayuntamiento, oficiar
a los pueblos circunvecinos, avisándoles los sentimien-
tos de confraternidad que animan a los habitantes de San
Luis, en cuya conformidad procedieron a la elección de
Cabildo-Gobernador del modo que sigue.

Tomás Varas, Manuel Herrera

Esta acta estaba dando las bases de la organización adminis-


trativa para la nueva provincia, las cuales pueden ser resumidas
en las siguientes: (a) el gobierno quedaría en manos del Cabildo,
en quien se “reasumían” o “refundían”, “en él solo”, los cuatros ra-
mos: político, militar, hacienda y guerra, y por esta misma razón
“su título será de Cabildo-Gobernador”; (b) Que este Cabildo-Go-
bernador tenía la facultad de convocar al cuerpo de oficiales; (c)
Que el Cabildo tiene la facultad de disponer de la renta, ya que “en
él se refunde el peso del gobierno”, y (d) el Cabildo-Gobernador
sería elegido anualmente en forma popular, es decir, mediante un
Cabildo abierto (Rosa 1958:186).
Como surge de sus disposiciones, la autoridad gubernamen-
tal sería constituida por un cuerpo colegiado, denominado “Ca-
bildo Gobernador”, cuyos miembros eran electos por elección di-
recta de los vecinos de la ciudad, convocados a tal efecto por el
Cabildo que al mismo tiempo era la autoridad llamada a presidir
los comicios (Pastor 1970).
Siguiendo a Urbano J. Núñez (1980), la declaración de auto-

23
Cristian Altavilla

nomía de San Luis está datada este mismo 26 de febrero de 1820,


cuando el Cabildo resolvió dar las bases de la organización admi-
nistrativa de la provincia. En este breve período de transición, es
el propio Cabildo el que reasume el gobierno propio, erigiéndo-
se como Cabildo-Gobernador. Ese mismo Cabildo nombraría al
poco tiempo, el 1° de marzo, al primer gobernador de la provincia
autónoma, al Dr. José Santos Ortiz. Reynaldo Pastor (1970) coin-
cide en fijar esta fecha como la fecha de nacimiento de la auto-
nomía de San Luis como provincia: “En efecto: el Cabildo de San
Luis se reunió y dispuso deponer al teniente gobernador Dupuy
y constituir un gobierno autónomo, levantando con tal motivo el
acta del 26 de febrero de 1820 en la que quedó constancia de tan
fundamental decisión y se diseñaron los ramos en que se distri-
buían la administración, definiendo las facultades con que que-
daban investido el nuevo gobierno y el procedimiento que debía
seguirse para constituir las autoridades” (1970:124). Para Pastor,
“este documento marca la fecha de nacimiento de la autonomía
de la provincia y con propiedad puede ser considerado como su
primer estatuto constitucional pues, a pesar de su rudimentaria
simplicidad, contiene los principios esenciales de la organización
del gobierno y de las normas por las que debe regirse en el cum-
plimiento de sus deberes de administrador de la cosa pública y de
custodio del orden general. Además despunta en él un claro sen-
tido democrático y una definida concepción de integración nacio-
nal” (ídem). Para Pastor este hecho, además, no significó simple-
mente la declaración de autonomía, sino también la constitución
“en un estado independiente”, frente a la desaparición de las auto-
ridades nacionales y, en consecuencia, de un orden de gobierno
superior a las provincias. No existía, pues autoridad suprema, so-
berana, sobre las provincias, reasumiendo estas, en consecuencia,
tal atribución del poder.
En cambio, para Juan W. Gez, “el 1° de marzo de 1820 debe se-
ñalarse como día en que la provincia de San Luis organizó un go-
bierno definitivo e independiente” (1996:118). Es decir que quien
sería considerado el primer gobernador de la provincia, fue el Al-
calde de 1° voto de este Cabildo, cargo que con el tiempo se trans-
formaría en el de gobernador, cargo separado del de cabildante y

24
Historia Constitucional de la Provincia de San Luis

de naturaleza unipersonal: “La costumbre hizo que el presidente


del Cabildo acabara titulándose Gobernador de la provincia y asu-
miera también la Comandancia de armas” (Rosa 1958:186/7).
Como fuere, el Acta del 26 de febrero fue la primera norma
de carácter público sancionada por las autoridades puntanas sin
más autoridad que la conferida por el propio pueblo de San Luis,
es decir, de manera totalmente independiente, que buscó dotar
a la nueva provincia de disposiciones que organizarían, aunque
sea mínima y provisoriamente, su organización política e institu-
cional. Sería una disposición transitoria y rudimentaria que bus-
caba dotar de las principales instituciones a la nueva provincia,
sin que pretendiera ser un estatuto constitucional. En cuanto a la
división de poderes, no se ve en ella ninguna disposición expresa
y “de acuerdo con las prácticas vigentes en esa época las atribu-
ciones de las funciones legislativas, ejecutivas y judiciales, se dis-
tribuían entre las distintas autoridades sin que existiera una clara
línea divisoria entre los poderes, siguiendo de esta manera la tra-
dición consagrada por el régimen municipal español en el que el
Cabildo, constituido por alcaldes y corregidores intervenía en las
causas políticas,administrativas, policiales, electorales y judicia-
les” (Pastor 1970:174).
El gobernador Santos Ortiz daría, a lo largo de su mandato,
una organización provisoria y bastante rudimentaria de la estruc-
tura gubernamental de la nueva provincia. Lo rudimentario se ex-
plica por la frágil situación que atravesaba el país y en particular la
provincia, sitiada por las invasiones del chileno José Miguel Carre-
ra; lo provisorio, porque se esperaba a la organización definitiva
del país (Sosa Loyola 1944).

4- El Reglamento Provisorio de la provincia de San


Luis del 7 de enero de 1832
Entre 1810 y 1853 se produce una interesante transforma-
ción de las instituciones públicas puntanas, transformación que
amalgama las instituciones heredadas de la colonia con las nue-
vas tendencias republicanas, que en el Río de la Plata comienzan
a tomar vigor desde la Revolución de Mayo. Esta transformación

25
Cristian Altavilla

fue paulatina y en los comienzos la inserción de instituciones de


neto corte liberal y republicano se hizo de manera bastante primi-
tiva. En este sentido, la independencia en América Latina significó
una discontinuidad política, pero al mismo tiempo constituyó una
(necesaria) continuidad jurídica (Garriga 2010).
En 1820 se produce una primera “organización institucional”
luego de que el Cabildo declarara la autonomía de la provincia
en febrero de 1820. En marzo de ese mismo año Santos Ortiz se
hace cargo del ejecutivo provincial; se convierte así en el primer
gobernador de la provincia autónoma de San Luis; el Cabildo se
transforma en la Cámara de Representantes, el poder legislativo
provincial y en ese mismo año el gobernador decreta la creación
de órganos judiciales encargados de la función jurisdiccional. Al
decir de Sosa Loyola (1944), en esta etapa no existía todavía una
idea clara de la división de poderes y el poder judicial, por ejem-
plo, aún no había madurado lo suficiente como para erigirse en un
tercer poder público del estado provincial. Ni siquiera la provincia
de Buenos Aires había avanzado aún sobre un poder judicial inde-
pendiente.
La primera normativa que podemos considerar como el pri-
mer antecedente constitucional de la provincia lo constituye el Re-
glamento Provisorio para el régimen y gobierno de la provincia de
San Luis, sancionado por el “Congreso de diputados representan-
tes” el 7 de enero de 1832, durante el gobierno provisorio de Don
Mateo Gómez. Es una mezcla de disposiciones constitucionales
–ya que contiene normas de carácter orgánico, es decir, referidas
a la organización de los poderes públicos (el “supremo gobierno”)
y de naturaleza dogmática, con el reconocimiento de ciertos de-
rechos, declaraciones y garantías– con disposiciones de carácter
más transitorias, que regulan cuestiones más coyunturales.
No hay que olvidar que se trata de un ordenamiento provi-
sorio, “entre tanto se congrega la Nación, quien señalará la forma
de gobierno bajo del cual y las leyes que dictare deberá regirse”,
como lo indica el preámbulo de este Reglamento. Este reglamento
es sancionado además en una época muy turbulenta, de grandes
convulsiones y desorden generalizado; es por ello, como los pro-
pios diputados representantes indican un intento “para acercarse

26
Historia Constitucional de la Provincia de San Luis

algún tanto a la senda que conduce a la felicidad común, según lo


permite su estado actual, la premura del tiempo y las circunstan-
cias, debe establecer (como establece) las reglas provinciales si-
guientes” y “a fin de evitar, por lo pronto, el escandaloso desorden
a que nos han conducido las convulsiones políticas”.
En materia de declaraciones, el Reglamento comienza con
una fuerte declaración en favor de la fe católica, “la verdadera Re-
ligión Apostólica Romana” que la provincia profesa “con exclusión
de cualquiera otra”. Le dedica nada menos que el primero de los
únicos tres capítulos que se compone el Reglamento. Consta de
dos artículos y básicamente establecen el derecho al diezmo de
la iglesia y las penalidades y castigos contra aquellos que atenten
con ella.
Respecto a los derechos y garantías, comienzan a vislumbrar-
se las influencias de las nuevas tendencias políticas de la época: el
liberalismo y el republicanismo. Reconoce los derechos de liber-
tad, igualdad y propiedad –pilares del liberalismo político– como
los principales valores que el Gobierno Supremo de la provincia
debe custodiar, junto con la seguridad, “que hacen la rica heren-
cia de los interesantes derechos del hombre”, siendo “uno de los
deberes de la provincia proteger y asegurar” estos derechos (art.
20). Reconoce la garantía del debido proceso, cuando dispone que
“no se podrá en la provincia fusilar ni confinar a ningún reo sin el
previo proceso y sentencia legal” (art. 29).
Sin embargo, y más allá de las declamaciones de estos princi-
pios y garantías de naturaleza constitucional, el Estatuto de 1832
estaba teñido de una fuerte intolerancia religiosa y política: impo-
nía la religión católica como religión de Estado y “con exclusión
de cualquier otra”, castigando con severas penalidades a quienes
atentasen contra ella. En materia política, solo podían ocupar car-
gos públicos los adeptos a la cauda federal; los unitarios no solo
se encontraban excluidos, sino que además no recibirían recursos
ni ningún tipo de ayuda, estando prohibido a cualquier habitante
“prestarles auxilias”; además, por ser enemigos de la causa fede-
ral, les correspondía “pagar el duplo”de los impuestos.
En cuanto a los poderes públicos, el Reglamento dedica un ca-
pítulo al poder legislativo (Capítulo 2, compuesto de tres artículos)

27
Cristian Altavilla

y un capítulo al Poder Ejecutivo (Capítulo 3, que consta en cambio


de 33 artículos). Todavía no se concibe al Poder Judicial como una
rama o poder estatal, del supremo gobierno de la provincia.
Las disposiciones sobre el Poder Legislativo son pocas, pero
muy importantes. Crea la Sala de Representantes, que deberá es-
tar compuesta de siete miembros, con sus respectivas autoridades
(presidente, vicepresidente y secretario). Residirá en la ciudad de
San Luis (art. 1°) y se reunirá un día a la semana. No especifica sus
funciones y, sobre todo, sus atribuciones, pero establece, genéri-
camente, que le corresponderá a ella resolver, “como soberana,
todos los asuntos de grave momento que le pertenezcan” (art. 2°,
Cap. 2).
Respecto del Poder Ejecutivo, al que indudablemente le de-
dica mayor atención y reglamentación, establece sus requisitos,
condiciones y atribuciones. El Reglamento lo denomina como
“Supremo Gobierno” (aunque también lo denomina Poder Ejecu-
tivo –como el nombre mismo del Capítulo y en varios artículos del
Reglamento– o Gobierno Ejecutivo); es unipersonal, elegido por
la Sala de Representantes. Dura dos años y no puede ser reelecto
sino con el intervalo de otros dos años. En cuanto a los requisitos,
la persona en quien recaiga la elección debe ser un ciudadano hijo
del país o vecino que tenga diez años de residencia en la provin-
cia, deber tener “capital de mil pesos, lo menos, en bienes raíces o
estables” (art. 1°, Cap. 3°), deberá asimismo “ser persona que ten-
ga adhesión a la causa federal adoptada por la provincia” y no ser
deudor del Estado.
Tiene entre sus atribuciones, el mando militar; es el que nom-
bra al comandante general (Art. 32º) y convoca la milicia “en los ca-
sos de invasión de indios u otras urgencias graves” (art. 22°) o de
“invasión del enemigo bárbaro” (art. 33°); No puede declarar la gue-
rra o concertar la paz, o enviar expediciones fuera de la provincia,
sin el consentimiento de la Sala (art. 8°).
El Poder Ejecutivo estaría asistido de ministros. El Reglamento
prevé la figura del ministro de Hacienda, del administrador de Co-
rreos y del receptor de Propios, cargos que deben recaer en “distin-
tos sujetos que no tengan con él parentesco inmediato” (art. 11°). El
ramo de Propios (Art. 12°) era el encargado de la recaudación de los

28
Historia Constitucional de la Provincia de San Luis

impuestos. En el art. 7° se reglamentaba el juicio de residencia –ins-


titución típica del derecho indiano– que se sustanciaría al finalizar
el mandato. Las restantes disposiciones se refieren a diversas cues-
tiones puntuales, sobre por ejemplo, cómo deben contribuir los ve-
cinos con sus bienes y propiedades en caso de invasiones y cómo el
gobierno debe retribuirles dichos servicios.
Resulta muy interesante observar que el Reglamento estable-
ce algunas “políticas de Estado especiales”. Puntualmente se re-
fiere a la educación pública y la importancia que la misma tiene,
como política de Estado. Le dedica cuatro artículos enteros (arts.
16 a 19), una proporción importante teniendo en cuenta el nú-
mero total de artículos con que cuenta el Reglamento. El art. 16°
ordena que el “El Poder Ejecutivo deberá, a la posible brevedad,
establecer una escuela de primeras letras para la juventud, cuyo
maestro será el mejor que se pueda conseguir” y su sueldo se será
pagado “del ramo de carne destinado para este objeto, el que será
tan privilegiado que no podrá invertir en otro destino que en este
para que ha sido impuesto; y cuando, por alguna urgentísima ne-
cesidad del Estado, se ocupe su fondo, será reconocida la deuda
con preferencia” (art. 17°).
El gobernador, como en la época de la colonia, seguía tenien-
do funciones jurisdiccionales y no existía aún un poder jurisdic-
cional independiente y diferente de los poderes ejecutivos y legis-
lativos. Aun así, el tratamiento sobre el poder legislativo – el más
importante en la teoría republicana – sigue siendo muy genérico
y vago, sin mayores precisiones sobre sus funciones. En efecto,
el Reglamente le dedica un Capítulo compuesto por apenas tres
artículos, un número prácticamente insignificante frente a los 33
artículos que componen el Capítulo 3 sobre “Poder Ejecutivo”,
aunque muchas de estas disposiciones serán intrascendentes y de
muy poca importancia.
El Poder Judicial no tiene un tratamiento separado. Encon-
tramos algunas disposiciones sueltas pero dentro del Capítulo 3
del Reglamento, capítulo que trata sobre el Poder Ejecutivo. En
el art. 13° se menciona a los jueces ordinarios y a los defensores
de pobres y de menores, disponiendo que ambos cargos deben
nombrarse simultáneamente. El art. 14 dispone que la facultad de

29
Cristian Altavilla

nombrarlos pertenece a la Sala de Representantes de la provin-


cia. Al final del documento, en las disposiciones sobre su sanción,
menciona a los “jueces de los partidos”.
El art. 15 habla de la figura del Juez de Policía, pero que “por
no permitir las circunstancias la creación de este funcionario”, sus
funciones (que no las menciona) estarán a cargo de los jueces
ordinarios. Más adelante, en el art. 22, al hablar del empadrona-
miento de todos los propietarios a los efectos de que contribuyan
en los casos de invasión de indios u otras urgencias graves, “se les
señale con arreglo a justicia distributiva con lo que cada uno debe
contribuir”, establece que dicha tarea recaerá en una comisión que
deberá estar asociada al juez respectivo.
Las referencias al sistema federal, al que tan fervorosamente
se adhiere el Reglamento y del cual toma decididamente partido,
se deben fundamentalmente a los triunfos militares de Quiroga
allá por 1831 sobre la provincia de Córdoba y luego sobre la re-
gión cuyana. La elite puntana prontamente se adhiere a la causa
federal y la Sala de Representantes se compondrá exclusivamente
de miembros adeptos a esta causa. Así, en su preámbulo se esta-
blece que: “La provincia de San Luis, reunida por medio de sus
diputados representantes con el objeto de nombrar su Supremo
Gobierno y deliberar sobre los demás asuntos concernientes a la
felicidad pública, ha dispuesto que a la posible brevedad y antes
de proceder a la elección de Gobierno se forme un Reglamento
provisional, por el cual deba regirse la provincia bajo la forma de
gobierno federal que ha acordado”. El reglamento se sancionará el
7 de enero de 1832, un año después de la firma del Pacto Federal,
celebrado el 4 de enero de 1831 entre Buenos Aires y las provincias
del Litoral y al cual, tras la caída del General Paz y la desintegra-
ción de la Liga Unitaria, una a una, las demás provincias se adhe-
rirían, entre ellas San Luis, siendo una de las primeras, ya que su
adhesión expresa al Pacto Federal se produce el 30 de abril de ese
mismo año (Follari, 1982).
Este Reglamento subsistirá hasta la sanción de la primera
Constitución provincial, sancionada el 18 de abril de 1855. Según
Pastor, la Sala de Representantes tenía la “extraordinaria atribu-
ción de revisar y enmendar periódicamente la ley constitucional”,

30
Historia Constitucional de la Provincia de San Luis

sin embargo, como afirma el autor, nunca se la modificó y quedó


intacta hasta la sanción de la primera constitución provincial. Sin
embargo, como también asevera este autor, el Reglamento nunca
se cumplió de manera estricta, como lo atestigua el hecho de que
durante sus veintitrés años de vigencia, solo dos personas ejercie-
ron el cargo de gobernador: don José Gregorio Calderón (1832 a
1841) y don Pablo Lucero (1841 a 1855), cuando dicho cargo se
suponía era bienal sin posibilidad de reelección. Además nunca
se llevaron a cabo juicios de residencia, como disponía el Estatuto.
Pastor concluye que con este Estatuto “se creó un instrumento de
opresión, reconcentrando todos los poderes de gobierno en una
sola mano con la facultad ilimitada de interpretar y aplicar a su
albedrío sus contradictorias y aviesas disposiciones” (1970:177).

5-La Constitución Provincial de 1855


Tras la Batalla de Monte Caseros del 3 de febrero de 1852, en
el país finalmente se da la tan deseada Constitución Nacional. El
25 de mayo de 1853 queda sancionado el texto de la Constitución
de la Confederación Argentina, como se le llamó originariamente.
En la provincia de San Luis, si bien se había declarado deci-
didamente en contra del pronunciamiento del General Urquiza,
tras los sucesos de la Batalla de Caseros se adhiere prontamente al
nuevo orden nacional. La Sala de Representantes, constituida en
“Soberano Cuerpo Representativo de la Provincia” sanciona con
fuerza de ley que “la provincia de San Luis […queda…] en pleno
goce de la soberanía territorial que le compete, hasta la instalación
de un congreso nacional constituyente, y con todos aquellos dere-
chos y prerrogativas que le habían conferido inmerecidamente al
gobernador don Juan Manuel de Rosas” (art. 1°) (Núñez 1980:383).
De acuerdo a las disposiciones del Acuerdo de San Nicolás –
firmado por los gobernadores el 31 de mayo de 1852, haciéndolo
en representación de la provincia de San Luis su gobernador, Pa-
blo Lucero– se fijó, entre otras cuestiones, la vigencia del Pacto Fe-
deral de 1831 y se dispusieron las bases para la conformación del
Congreso General Constituyente. La Convención Nacional quedó
compuesta finalmente por dos representantes por provincia, si-

31
Cristian Altavilla

guiendo el principio de igualdad político-jurídica de las provincias


–una de las principales causas por la que la provincia de Buenos
Aires decide secesionarse en la Revolución del 11 de septiembre.
La provincia de San Luis estuvo representada por dos abogados, el
salteño Delfín B. Huergo y el puntano Juan Llerena.
Bajo las disposiciones de la Constitución Nacional de 1853,
la provincia de San Luis dicta su primera Constitución, formulada
por la Honorable Asamblea Constituyente Provincial. Entre la san-
ción de la primera constitución nacional y las constituciones pro-
vinciales transcurrió un determinado período de tiempo sin que
las provincias avanzaran con la sanción de sus respectivas cartas
magnas. De ahí que el Congreso de la Confederación sancionó la
Ley Nº 9 del 29 de noviembre de 1854, por la cual se emplazaba a
las provincias por el término de 8 meses a dictar sus respectivas
constituciones locales (Sosa Loyola 1944). A esta ley se suma una
circular del entonces Ministro del Interior, el cordobés Dr. Santia-
go Derqui, fechada el 22 de enero de 1855, por la cual se les re-
cordaba a las provincias que hacía dos años ya que habían jurado
“con entusiasmo la constitución nacional, y que sin embargo no
habían pensado siquiera en formular sus propias constituciones”
(misiva que obra en el Archivo Histórico de la Provincia, carpeta
del año 1855, Pastor 1970:197).
El gobernador Pablo Lucero –“el gobernante de pura cepa ro-
sista” (Sosa Loyola 1944)– había terminado ya su tercer período y
el 7 de noviembre de 1854 la Honorable Representación nombró
gobernador provisorio a don Justo Daract, hasta que se sanciona-
se la nueva constitución provincial. En el mismo acto designó los
miembros de la Sala de Representantes, quienes compondrían la
“Corporación constituyente en la cual queda delegada toda la so-
beranía de la Provincia para discutir y sancionar la Constitución
provincial” (Pastor 1970:178).
El 16 de noviembre de 1854, la Convención constituyente co-
menzó sus sesiones. La Convención Constituyente provincial es-
tuvo compuesta por 20 convencionales (electos popularmente):
Valentín Vargas (Presidente), Calixto Ortiz, Juan de Dios Calde-
rón, Gumersindo Calderón, Cándido Lucero, José Narciso Ortiz,
Carmen Garro, José Rufino Lucero y Sosa, Juan Barbeito, Carmen

32
Historia Constitucional de la Provincia de San Luis

Adaro, Tomás Prieto, Mauricio Daract, Bernardo Bazán, Esteban


Adaro, Faustino Figueroa, Juan Pascual Calderón, Manuel Arias,
Juan Sarmiento, Santiago Laborda y Buenaventura Sarmiento (di-
putado secretario).
La Convención tenía atribuciones no solo para sancionar el
primer texto constitucional, sino también para dar las primeras
leyes orgánicas necesarias para poner en funcionamiento los ór-
ganos y poderes que la constitución creaba. Es decir, que ejercería
también como órgano legislativo –como lo había hecho la propia
Convención Nacional Constituyente en 1853. La labor de la Con-
vención provincial duró unos cuatro meses, hasta el 15 de febrero
de 1856, fecha en que dio por terminadas sus funciones y se de-
claró disuelta. Ese mismo día se constituyó la primera “Sala Legis-
lativa Constitucional”, y el 9 de abril eligió al primer gobernador
constitucional de la provincia, don Justo Daract.
El 18 de abril de 1855 aprobó el texto constitucional local. Sin
embargo, para que entrara en vigencia debía, todavía, ser revisada
y aprobada por el Congreso de la Nación. El día 30 de abril el pre-
sidente de la convención, Valentín Vargas, se dirige al gobernador
interino Justo Daract, manifestándole que la Asamblea había san-
cionado el Código Constitucional de la provincia y que se lo remi-
tía a este para que “en cumplimiento de lo que prescribe la Cons-
titución política de la Nación en sus artículos 5 y 103, lo sometáis,
por el órgano correspondiente, al examen y revisión del Soberano
Congreso Nacional Legislativo” (Núñez 1980:429).
La primera constitución puntana quedó definitivamente san-
cionada varios meses después de haber sido formulada por la
Convención Constituyente, ya que debía pasar primero por una
especie de control político de constitucionalidad que el Congreso
de la Nación ejercía de acuerdo a las previsiones del texto consti-
tucional nacional de 1853. En efecto, los arts. 5, 64, inc. 28 y 103 de
la Constitución Nacional, el Congreso de la Nación debía aprobar
los textos constitucionales de las provincias antes de que entraran
en vigencia. Así, el art. 64, sobre las atribuciones del Congreso, dis-
ponía que correspondía a este “Examinar las Constituciones pro-
vinciales y reprobarlas si no estuviesen conformes con los princi-
pios y disposiciones de esta Constitución”.

33
Cristian Altavilla

Esta facultad se reiteraba en el art. 103, el que disponía que


“Cada provincia dicta su propia Constitución, y antes de ponerla
en ejercicio, la remite al Congreso para su examen, conforme a lo
dispuesto en el artículo 5º”. El art. 5°, a su vez, disponía que: “Cada
Provincia Confederada dictará para sí una Constitución bajo el
sistema representativo republicano, de acuerdo con los princi-
pios, declaraciones y garantías de la Constitución Nacional; y que
asegure su administración de justicia, su régimen municipal, y la
educación primaria gratuita. Las constituciones provinciales se-
rán revisadas por el Congreso antes de su promulgación. Bajo de
estas condiciones el Gobierno Federal garante a cada Provincia el
goce y ejercicio de sus instituciones”.
Todas estas disposiciones serán eliminadas con las enmien-
das de 1860 –medidas que fortalecerían el federalismo argentino.
El propio preámbulo de la Constitución puntana del 55 estable-
cía que los representantes de la provincia de San Luis, reunidos
en una asamblea constituyente, “en nombre de Dios”, y “en ejer-
cicio de la soberanía provincial no delegada expresamente por la
constitución general del 25 de mayo de 1853 a las autoridades de
la confederación” establecía el texto constitucional provincial “se-
gún lo declaran sus artículos 5, 101, 102 y 103”– y entre las dispo-
siciones transitorias (Cap. IX) dispondrá que la “constitución será
sometida a la revisión del congreso general antes de su promulga-
ción, a los fines indicados en los artículos 5 y 103 de la constitución
nacional de 25 de mayo” (art. 60).
Aquellos cuatro artículos de la Constitución Nacional que
menciona el preámbulo de la Carta puntana garantizan y reco-
nocen la autonomía constitucional de las provincias. Todos ellos
quedarán intactos hasta la actualidad, con la sola excepción de las
referencias a la facultad del Congreso de revisar los textos consti-
tucionales provinciales, que fueron eliminadas en 1860, así como
otras disposiciones de naturaleza más unitarizantes (Hernández
2011).
Finalmente, el Congreso de la Confederación, mediante Ley
N° 39 (del 8 de setiembre de 1855) aprueba el proyecto de cons-
titución de la provincia de San Luis con algunas modificaciones
y supresiones (Núñez 1980:431, Gez 1996, Sosa Loyola 1944). Se-

34
Historia Constitucional de la Provincia de San Luis

gún Sosa Loyola, estas consistieron en suprimir la atribución de


fijar la fuerza militar para el servicio de la Provincia, facultad que
correspondía, según la Constitución Nacional, al Congreso de la
Nación; suprimir la facultad del Poder Ejecutivo provincial de de-
cretar el estado de sitio en caso de conmoción interior o ataque
exterior (atribución que la Convención puntana la había tomado
del proyecto de Alberdi); también se suprimió la facultad de la Le-
gislatura de acusar al Gobernador de la provincia ante el Senado
de la Nación “en los casos que hubiera violado o dejado de cum-
plir la Constitución, por crímenes, defraudaciones, tiranía, incuria
culpable, etc.” (1944:29) – esta última eliminación se debe a que el
texto constitucional nacional de 1853 confería al Congreso de la
Nación la facultad de juzgar en juicio político a los gobernadores
de provincia (art. 41).
Devuelto el proyecto, la Convención puntana sanciona de-
finitivamente la Constitución provincial el 22 de septiembre de
1855 (con las modificaciones o supresiones hechas por el Congre-
so nacional) siendo promulgada el 6 de octubre por el gobernador
interino Justo Daract.
Con una estructura muy similar a la Constitución Nacional,
la Constitución sanluiseña se divide en dos partes: la dogmática,
donde se limita a reconocer los derechos universales más básicos
y fundamentales, y una parte orgánica, en la cual organiza los tres
poderes del estado provincial de acuerdo a los principios republi-
canos.
Será una constitución escueta, compuesta de 10 capítulos con
un total de 73 artículos. La primera parte (Capítulo I) está dedicada
a las declaraciones, derechos y garantías, siendo en esencia, simi-
lar a la constitución nacional. Recepta expresamente el principio
de la soberanía popular, conjugada con los principios del moder-
no sistema representativo: “La soberanía reside en el pueblo, y la
parte no delegada expresamente a la confederación es ejercida,
con arreglo a la constitución presente, por las autoridades provin-
ciales que ella establece” (a art. 12).
Erige un Poder Legislativo (Capítulo II, arts. 13 a 19) unica-
meral, compuesto de un número fijo de trece diputados elegidos
por los departamentos conforme a la ley local de elecciones (art.

35
Cristian Altavilla

13) y se renueva por terceras partes todos los años (art. 14). Los
representantes gozan de los mismos privilegios que los diputados
y senadores nacionales (art. 22). No establece un período ordina-
rio de sesiones, pero sí establece que se reunirá dos veces a la se-
mana, pudiendo ser convocada a sesiones extraordinarias sea por
el poder ejecutivo como por pedido de cinco de sus miembros al
presidente de la Sala (art. 17).
Entre sus atribuciones se encontraban la de nombrar al go-
bernador (art. 18, inc. 2°) y a los dos senadores nacionales que le
correspondía a la provincia (art. 18, inc. 3°) – facultad esta última
conferida por la constitución nacional de 1853/60, art. 42, el cual
disponía que “el Senado se compondrá de dos Senadores de cada
Provincia, elegidos por sus Legislaturas a pluralidad de sufragios;
y dos de la Capital elegidos en la forma prescripta para la elección
del Presidente de la Confederación”. Esta disposición será modi-
ficada recién en la reforma de la constitución nacional de 1994,
pasando al sistema de votación popular directa y aumentando en
tres el número de senadores por provincia.
El Poder Judicial (Capítulo IV, arts. 23 a 33) “es ejercido por
una cámara de justicia, y por los juzgados y magistrados estable-
cidos por la ley” (art. 23). Se erige así por primera vez un poder
judicial como rama independiente del Estado, dotado de ciertas
atribuciones y prerrogativas que garantizarían su independencia
orgánica (considerando la magistratura en su conjunto), como
funcional (de cada uno de sus miembros, considerando al órgano-
individuo). La constitución confiere al poder judicial, de forma
exclusiva y privativa, la potestad jurisdiccional: “Nadie sino ellos
pueden conocer y decidir en actor de carácter contencioso. Su po-
testad es exclusiva. En ningún caso el gobernador o la sala de di-
putados podrá arrogarse atribuciones judiciales, revivir procesos
fenecidos, ni paralizar los existentes” (art. 24).
El máximo tribunal provincial es la Cámara de Justicia, la cual
reconoce como antecedente la Cámara de Justicia creada en 1844
por el gobernador Pablo Lucero (Sosa Loyola 1944). Es Cámara de
Justicia es “el tribunal superior de la provincia” (art. 26). Recono-
ce la garantía de la inamovilidad de sus miembros. Los miembros
del máximo tribunal “Son inamovibles […] durante su buena com-

36
Historia Constitucional de la Provincia de San Luis

portación” y son nombrados por el gobernador de una “terna pro-


puesta de la sala de representantes” (art. 25).
Los magistrados de tribunales inferiores “son también inamo-
vibles” pero “durante el término legal de su nombramiento” (art.
27). Se evidencia todavía una cierta injerencia del poder ejecutivo
sobre el poder judicial, ya que a este le corresponde nombrar a
“los demás jueces y magistrados del poder judicial” (art. 27), como
así también de suspenderlos en caso de mal comportamiento: “En
caso de mala conducta en el ejercicio de sus funciones, solo po-
drán ser suspendidos por el gobernador, y sujetos inmediatamen-
te a juicio ante la cámara de justicia” (art. 28). Por último, dispone
que la justicia inferior –antecedente de la actual justicia de paz–
“hace parte del régimen municipal, y es reglada con él” (art. 25).
En cuanto al Poder Ejecutivo (Cap. 5°, arts. 34 a 45), el cargo es
ejercido “por un ciudadano con el título de gobernador de la pro-
vincia, que debe su elección a la legislatura provincial conforme lo
designa el artículo 18, inciso 2º de esta constitución, por un con-
sejo de gobierno, y por uno o más secretarios que el gobernador
elige según la ley” (art. 34). En cuanto al procedimiento para su
elección, el art. 18, sobre las atribuciones de la Sala, en su inc. 2°,
establece que la Legislatura, en sesión con al menos dos tercios de
sus miembros, procede a elegir gobernador. Cada diputado pre-
senta una “cédula cerrada, en que expresará la persona por quien
vota para gobernador”. El candidato que reúna la mayoría absoluta
de los votos será proclamado inmediatamente gobernador. Si en la
primera votación ningún candidato alcanza esta mayoría, se pro-
cede a una nueva votación entre todas las personas que hubiesen
obtenido la primera y la segunda mayoría (o segundas mayorías)
y en caso de empate se repetirá la votación, y si resultase nuevo
empate, decidirá el presidente de la sala.
Para ser elegido gobernador, se requería la edad de 35 años,
ser ciudadano argentino, nacido en la provincia, o bien tener re-
sidencia en ella por seis años, debía profesar la religión católica,
apostólica, romana y gozar de una propiedad de cinco mil pesos o
de una renta equivalente a la de ese capital en la provincia (art. 40).
Dura tres años en sus funciones (art. 35) no pudiendo ser reelecto,
sino con el intervalo de otros tres años (art. 36). La constitución no

37
Cristian Altavilla

prevé la figura del vicegobernador, por lo que ante la ausencia del


gobernador, si esta es temporaria, ejercerá el cargo interinamente
el presidente de la Sala o en su defecto, el vicepresidente de la mis-
ma. Si la ausencia es permanente, la Sala procede a la elección de
un nuevo gobernador (art. 40).
El gobernador está asistido por un consejo de gobierno y uno
o más secretarios del despacho (art. 46). Este consejo es presidido
por el gobernador y se compone de cinco miembros, que son el
secretario de despacho, el presidente de la cámara de justicia, un
miembro del cabildo y un exgobernador, y si no lo hubiere, por un
expresidente de la Sala.
El texto constitucional contiene un capítulo dedicado ínte-
gramente al régimen municipal. Según el art. 5° de la Constitución
Nacional, el régimen municipal es del resorte provincial, es compe-
tencia de las provincias “asegurar el régimen municipal”. Esta pri-
migenia constitución puntana dedicaba el Capítulo VII al “Poder
Municipal” (arts. 55 a 57). Lo más interesante es que establece que
“los cabildos son restablecidos” (art. 55). Recuérdese que a partir de
1820, y a propuesta de Bernardino Rivadavia, a la sazón ministro del
primer gobernador bonaerense Martín Rodríguez, comienzan a su-
primirse los cabildos en las provincias, proceso que coincide con la
formación histórica de las provincias argentinas originarias, dando
paso así a la constitución de las autoridades provinciales. Del cabil-
do saldrán la figura del gobernador y el cabildo mismo se convertirá
en la Sala de representantes de las provincias, la primera manifesta-
ción del poder legislativo provincial. San Luis suprimirá su Cabildo
en 1828.
Dispone la Constitución que “en cada capital de departamen-
to se instalará un cabildo” cuya organización y atribuciones serán
determinadas por ley de la legislatura (art. 56). Sus miembros son
elegidos por “el pueblo del departamento en votación directa”, y la
calidad de extranjero no será obstáculo para ser elegido municipal.
En este primer constitucionalismo provincial, con fuerte influencia
de Alberdi, el régimen municipal tendrá un protagonismo crucial
que lamentablemente no llegaría a darse en la práctica. La constitu-
ción le confiere así importantísimas competencias materiales, tales
como las escuelas primarias, los establecimientos de beneficencia,

38
Historia Constitucional de la Provincia de San Luis

la policía de salubridad y ornato, el arreglo de distribución de agua e


incluso la justicia ordinaria de primera instancia “serán –dice el art.
56 – de su resorte exclusivo” a la que cabe sumar la justicia inferior
que también le confiere el art. 25. Garantiza la autonomía de los ca-
bildos a disponer que “Por ninguna otra autoridad que los cabildos
podrán ser administrados jamás” (art. 56, inc. 5°).
El texto constitucional finaliza con un capítulo dedicado al
“Derecho Público Local” (Cap. X, arts. 63-73), donde se establecen
una serie de declaraciones, derechos y garantías. Sigue en térmi-
nos generales la estructura propuesta por Juan Bautista Alberdi
(1998) en su obra “Derecho Público Provincial Argentino” y en
la propuesta de constitución para la provincia de Mendoza, que
acompaña como anexo a aquella obra. El Capítulo IX del Proyecto
de constitución para Mendoza se intitula precisamente “Derecho
Público Local”, siendo una copia literal de este capítulo, con la sola
excepción de que la constitución puntana no incluye el instituto
del estado de sitio, previsto en el art. 67 del proyecto alberdiano,
disposición que fuera observada por el Congreso de la Nación. La
influencia de Alberdi en estas primeras constituciones provincia-
les es notoria. Casi todas las provincias siguen fielmente el mode-
lo propuesto por el padre de la constitución, observándose míni-
mas diferencias; de ahí el calificativo de Sosa Loyola de la primera
constitución puntana como “la constitución alberdiana de San
Luis del año 1855” (1944). La influencia de Alberdi se hará notar
fundamentalmente en las tres primeras constituciones cuyanas;
así como los proyectos de Juan María Gutiérrez y Facundo Zuviría
harían lo propio en las provincias litoraleñas.
Este último capítulo es un compendio de los derechos y ga-
rantías constitucionales consagrados en la constitución nacional:
derecho de libertad, de propiedad, de juicio previo, de legalidad y
del juez natural, abolición de la esclavitud, inviolabilidad del do-
micilio, abolición de todo título nobiliario o prerrogativas de san-
gre, etc. Esta primera constitución tendrá un carácter fuertemente
liberal y se inscribe así en el constitucionalismo denominado de
la primera generación, con el reconocimiento de derechos indivi-
duales basados en el principio máximo de la libertad, consagrados
en la Revolución Francesa de 1789 y la norteamericana de 1776.

39
Cristian Altavilla

Por último, la constitución fijaba el procedimiento para su re-


forma (Cap. VIII “Reforma de la Constitución”, arts. 58 y 59), donde
se disponía que no se podía reformar el texto hasta concluido el
término fijado para la reforma de la constitución nacional de 25 de
mayo de 1853, es decir, diez años. Para proceder a su reforma, se
requería una declaración de necesidad por la Legislatura, sancio-
nada como ley (el texto federal no especifica que tal declaración
deba darse mediante una ley) con el voto de sus dos terceras par-
tes, reforma que está a cargo de una asamblea convocada al efecto.

6-La primera Reforma Constitucional de 1871


El 12 de agosto de 1869 se sancionó la ley Nº 151 que declara-
ba la necesidad de la reforma constitucional. Su art. 1° disponía:
“Refórmase la Constitución de la provincia convocándose una
convención para este objeto”. La ley no especificaba los puntos,
artículos o partes de la constitución a reformar, aunque detallaba
cuestiones relacionadas con la composición y funcionamiento
de la convención reformadora (Partor 1970). La ley fue sanciona-
da hacia el final del mandato del gobernador don Rufino Lucero
y Sosa, por lo que la reforma se llevaría a cabo durante la gober-
nación del coronel doctor Juan Agustín Ortiz de Estrada (21 de
noviembre de 1870), quien convocó a elecciones para la designa-
ción de constituyentes. En junio de 1870 se había presentado un
proyecto de constitución, firmado, entre otros, por M. Gutiérrez,
Pablo Saravia y el presbítero Norberto Laciar (Sosa Loyola 1944).
La Convención Reformadora de la constitución provincial
de 1855 reformó el texto constitucional primigenio, quedando
sancionadas las reformas el 12 de abril de 1871 –es decir, dieci-
séis años después de sancionada la primera constitución. Com-
pusieron la Convención Reformadora 16 miembros (entre ellos,
varios exgobernadores): Mauricio Daract (presidente), Cristóbal
Pereira, Mamerto Gutiérrez, J. A. Barbeito, Justo Daract, Pablo
Saravia, José R. Lucero y Sosa, Daniel Videla, Jacinto Videla, Do-
mingo Ortiz, Manuel Arias, Félix Calderón, Andrés A. Orozco,
Buenaventura Sarmiento, Juan Barbeito y Rafael Cortés (diputa-
do secretario).

40
Historia Constitucional de la Provincia de San Luis

Se trató de una modificación parcial al texto de 1855. Como


consecuencia de esta reforma, quedará un texto constitucional
más amplio: de los 73 artículos que tenía la versión de 1855, pasa
a tener 99. En cuanto a la parte dogmática, se eliminó el último
capítulo de la Constitución del 55 y se incorporaron todas estas
disposiciones sobre derechos, declaraciones y garantías en el
Capítulo I, titulado precisamente “Declaraciones Generales, De-
rechos y Garantías” (arts. 1 a 21).
En cuanto al Poder Legislativo (Capítulo II, “Del Poder Le-
gislativo”), se cambió su designación, pasando a llamarse ahora
Cámara de Representantes y no ya Sala. En cuanto a los requisi-
tos, se exigía tener la calidad de ciudadano argentino, estar do-
miciliado en la provincia, tener 25 años de edad y el goce de una
propiedad del valor de dos mil pesos o de una entrada equivalen-
te a la renta de ese capital (art. 25).
Se modificó también su integración y la forma de elección
de sus miembros. Se pasó de un número fijo establecido por la
Constitución de 1855, a un número variable según la población
de cada departamento en que se divide la provincia: son “elegi-
dos directamente por el pueblo, en la proporción de uno por cada
tres mil habitantes y uno por una fracción que no baje de mil
seiscientos, arreglado al censo actual, el que no puede renovarse
sino cada diez años” (art. 22), constituyendo cada departamento
un distrito electoral único (art. 23). Se renueva anualmente por
terceras partes (art. 24), al igual que el texto anterior. Se estable-
ce esta vez un período de sesiones ordinarias, que van desde el
25 de mayo hasta el 25 de septiembre; prevé también sesiones
extraordinarias y de prorrogadas, que pueden ser pedidas por el
poder ejecutivo (art. 28). Se elimina la atribución de la Legislatu-
ra de elegir al gobernador, pero se agrega la atribución de llevar
adelante el juicio político contra el gobernador (atribución que
antes estaba encomendada al Congreso de la Nación por el texto
constitucional de 1853, y luego eliminada en la revisión de 1860).
El resto de las disposiciones quedan sin ser alteradas iguales al
texto de 1855.
Respecto del Poder Judicial un cambio importante se da con
respecto a la duración en el ejercicio de sus funciones, que ya no

41
Cristian Altavilla

será “durante su buena comportación” como lo establecía el art.


25 del texto de 1855, sino que a partir de 1871 durarán 3 años en
el cargo –modificación que a criterio de Sosa Loyola significó, sin
más, la supresión de la garantía de inamovilidad de los Camaris-
tas judiciales, constituyendo un verdadero paso atrás en esta ma-
teria tan delicada. También fija términos fijos para los “jueces de
primera instancia en lo civil y criminal y el tribunal de comercio”
quienes durarán dos años en el ejercicio de sus funciones” (art.
38). Todos los magistrados, tanto del superior tribunal como de
tribunales inferiores, son nombrados por el poder ejecutivo de
una terna propuesta por la legislatura (arts. 35 y 38).
Con respecto a la rama ejecutiva, la trata en tres capítulos:
Capítulo V “Del Poder Ejecutivo” (arts. 45 a 58), Capítulo VI “De
los Ministros de Gobierno” (arts. 59 a 63), y Capítulo VII “De la
Forma de Elección de Gobernador de la Provincia” (Arts. 64 a 73).
Las modificaciones son pocas, pero importantes. Sigue sin pre-
ver la figura de un vicegobernador, por lo que en caso de ausen-
cia, corresponderá a la Legislatura cubrir el cargo. Si la ausencia
es permanente (por renuncia, muerte o destitución), la Legisla-
tura procederá a convocar una nueva elección de gobernador
propietario, nombrando en el ínterin, a un gobernador interino,
nombramiento que deberá hacer con las dos terceras partes del
número ordinario de sus miembros (art. 29, inc. 8°), y si la au-
sencia es temporal (que la propia Legislatura deberá conceder),
procede también a nombrar un gobernador interino (art. 29, inc.
9°)1. La forma de elección del gobernador interino se realizará
bajo las mismas modalidades que para elegir gobernador, pre-
vista en el Capítulo VII de la Constitución (Art. 73).
Para ser gobernador se exigía tener treinta años de edad, ser
ciudadano argentino nacido en la provincia o residente en ella
seis años, profesar la religión católica, apostólica, romana y gozar
de una propiedad de cinco mil pesos o de una renta equivalente
(art. 52).

1 En la versión de la Constitución de 1871 de que disponemos, el art. 29, sobre las


atribuciones de la Legislatura, no contiene el inciso N° 10, desconociendo si se trata
de un error de imprenta o del propio texto constitucional original.

42
Historia Constitucional de la Provincia de San Luis

Una de las modificaciones más importantes se refirió a la


forma de elección del gobernador. Ya no procederá su nombra-
miento por la Legislatura, como se hacía desde 1855, sino que
lo será a través del voto popular indirecto, es decir, a través de
un colegio electoral, que el Capítulo VII regula en detalle. El
procedimiento previsto consiste en lo siguiente: cada uno de
los departamentos de la provincia nombra, por votación direc-
ta, una junta de electores, igual al duplo de los diputados que
envían a la legislatura (art. 64), la que debe ser elegida 30 días
antes de la terminación del período gubernamental y deberá
reunirse en la capital de la provincia 15 días antes de ese térmi-
no, para proceder así a la elección del nuevo gobernador (art.
65). Reunida por lo menos las dos terceras partes de sus miem-
bros, procede a la elección del nuevo gobernador; practicado el
escrutinio y el que reuniere la mayoría absoluta de esos votos
(es decir, la mitad más uno) de los electores presentes, será pro-
clamado inmediatamente gobernador por el presidente de la
asamblea (art. 67).
Si no se lograse esta mayoría absoluta en la primera vota-
ción, se procederá a una segunda vuelta entre los candidatos
que hubieren obtenido la primera y segunda mayoría; si aún
no resultase mayoría absoluta, se hará una nueva ronda, pero
solo entre las dos personas más votadas. En caso de empate,
se repetirá la votación; y si resultase nuevo empate, decidirá el
presidente de la asamblea. El acto de la elección de gobernador
quedará concluido en una sola sesión (art. 68).
Desaparece el gabinete que estructuraba la constitución del
55, y en su reemplazo solo existirán los ministros secretarios, quie-
nes asisten al gobernador en las tareas de gobierno.
Por último, en materia de régimen municipal, la reforma de
1871 producirá una importante reforma al texto constitucional
provincial originario de 1855; regula el régimen municipal en su
Capítulo IX “Administración Departamental – Régimen Muni-
cipal”, compuesto de once artículos (arts. 77 a 88). Adopta clara-
mente un sistema de delimitación territorial basado en el depar-
tamento (sistema municipio-departamento o municipio-partido)

43
Cristian Altavilla

al disponer que “cada departamento formará un municipio” (art.


78); fija los requisitos para ser electo municipal (25 años de edad,
“vecino del pueblo que lo elija y tener en él una propiedad raíz o
ejercer profesión científica que le asegure una renta o entrada de
doscientos pesos fuertes al año” – Art. 81); los extranjeros pueden
seguir siendo electos municipales (art. 80), como ya lo establecía
el texto de 1855. Reafirma, en el art. 82, las mismas competencias
que le reconocía el texto de 1855 en su art. 56, inc. 3°.
Sin embargo, el texto de 1871 acentúa la dependencia de los
gobiernos municipales al gobierno provincial y, en particular al
poder ejecutivo provincial. Así, establece que las rentas del mu-
nicipio serán fijadas por ley (art. 83), que “las municipalidades
estarán bajo la vigilancia del poder ejecutivo en los ramos de su
administración, con el fin de hacer efectiva la responsabilidad a
que deben estar sujetos los actos de sus miembros” (art. 84); el
presupuesto municipal era aprobado por la legislatura provin-
cial junto con el presupuesto de la provincia, previa elevación
al Poder Ejecutivo quien podía modificarlo (art. 85); así como el
control de la hacienda, que también recaía directamente sobre
el Poder Ejecutivo y quien era además el responsable directo
de promover el juicio de responsabilidad (art. 86) y por último,
tenía éste la atribución de conocer y resolver sobre la validez
de las elecciones municipales (art. 88). A partir de este texto
constitucional comienza a perfilarse un régimen municipal au-
tárquico, con una fuerte dependencia del municipio hacia el
gobierno provincial. En palabras de Sosa Loyola, esta reforma
volverá a “suprimir los Cabildos que figuraban ya sólo en el ar-
ticulado de la Constitución” (1944).
A criterio de Sosa Loyola, estas reformas sirvieron para
“para robustecer directa o indirectamente las facultades del
Gobernador de la Provincia, iniciándose así la tendencia de ha-
cer cada vez más omnipotente la autoridad del funcionario que
ejerce el P. e. de la Provincia” (1944). Para Juan W. Gez, en cam-
bio, la reforma de 1871 “trajo como consecuencia otras tareas
e iniciativas de verdadera trascendencia, como la ley de educa-
ción primaria, la de elecciones generales, la reorganización del
régimen municipal y la del régimen policial, urbano y rural”.

44
Historia Constitucional de la Provincia de San Luis

7-La reforma total de 1905


Unas tres décadas más tarde (o más precisamente, siete lus-
tros después), se vuelve a producir una nueva reforma constitu-
cional. En 1905 una nueva Convención Constituyente modificará
la constitución de 1855 con las enmiendas de 1871. El resultado de
esta reforma dará un texto aún más amplio, ya que tendrá ahora
196 artículos (casi cien artículos más que en 1871), estructurados
en 19 capítulos (siete capítulos más que en el texto anterior). Se
tratará de una reforma total.
Al iniciar su mandato, el gobernador Dr. Benigno Rodríguez
Jurado, había prometido una serie de reformas, entre ellas, la del
texto constitucional. En la Legislatura, la medida fue propuesta
por los diputados Sinibaldo Vidal y Dr. Jorge Zavala el 31 de agos-
to de1904, presentando un proyecto para declarar la necesidad de
la reforma de la Constitución provincial (Pastor 1970). Luego de
arduos debates, la ley fue finalmente sancionada y fijó como fe-
cha de instalación de la Convención reformadora, el 1º de junio
de 1905.
La Convención reformadora estuvo compuesta por 34 miem-
bros: Valentín Luco (Presidente), C. Pereira, Francisco M. Concha,
D. Flores, M. S. Carreras, J. W. Gez, S. B. Funes, Juan Daract, B. C.
Suárez, A. Arancibia Rodríguez, S. Vidal, A. Rodríguez Saá, J. Gaza-
ri, F. A. Adaro, Vicente F. Gatica, Manuel B. Arias, Eduardo Barbei-
to, Julio F. de la Mota, Delfín N. Baca, I. V. Aguirre, Tomas Jofré, M.
Olguín, Lucas Olguín, Juan M. Garro, Monitor Maza, J. R. Suárez, B.
Olivera, E. Lobos, G. D. Levingston, C. F. Luna, J. Zavala, A. Figue-
roa, N. Jofré y Aníbal Barbosa (Secretario). La reforma fue final-
mente sancionada el 28 de noviembre de 1905, pero con vigencia
a partir del 1° de enero de 1906.
Se trata de una constitución de corte liberal, igual a las ante-
riores. En materia de derechos, declaraciones y garantías seguirán
contenidas en el primer capítulo, abarcando los primeros 30 ar-
tículos (agregará 8 artículos más), incorporando nuevas disposi-
ciones relativas al derecho de libre asociación y reunión (art. 25),
sobre diferentes garantías de los ciudadanos frente a detenciones,
pesquisas o arrestos (arts. 28, 29, 30).
Con respecto al culto católico, el nuevo artículo 6 dirá que la

45
Cristian Altavilla

provincia “coopera al sostenimiento”, y no ya que “adopta y sos-


tiene”, como lo decía el art. 4° del texto de 1871. Además agregará
que, amén de esa cooperación, “Sin embargo, es inviolable el de-
recho que todo hombre tiene para rendir culto a su Dios, libre y
públicamente, según los dictados de su conciencia, y sin más limi-
taciones que las que establezcan la moral, las buenas costumbres
y el orden público. El registro del estado civil de las personas será
llevado en toda la Provincia por funcionarios civiles, sin distinción
de creencia religiosa, en la forma que la ley establezca”. Recepta
constitucionalmente los cambios operados a nivel nacional en
materia de registro civil.
El Capítulo II trata sobre el “Régimen Electoral” (arts. 31 a 35)
y define al “sufragio popular” como “un derecho inherente a la ca-
lidad de ciudadano y un deber que se desempeñará con arreglo a
esta Constitución y a la ley de la materia” (art. 31). Este mismo artí-
culo fija las bases del sufragio y del sistema electoral. Dispone que
el sistema electoral es el de “Simple mayoría en el comicio” pero
siempre que “no se adopte por el voto de las dos terceras partes
del total de los miembros de la Legislatura un sistema de represen-
tación proporcional” (art. 31, inc. 1°) y establece que el voto será
secreto (inc. 5°), adelantándose así una década al nivel federal en
materia de sistemas electorales proporcionales, y al voto secreto,
elementos que serían receptados en 1912 con la Ley Sáenz Peña;
el escrutinio sería público e inmediato a la elección y estaría ro-
deado de las mayores garantías de legalidad; pudiendo cualquier
persona del pueblo denunciar y acusar ante la justicia los delitos
que se cometan en ese acto, como en cualquier otro electoral, por
electores, candidatos, funcionarios y empleados inferiores (inc.
6°). Por último, garantiza la “Completa libertad electoral” “debien-
do adoptarse para asegurarla, contra los empleados o funciona-
rios civiles y militares, cuantas medidas se juzguen necesarias y
compatibles con la legislación general, sin excluir las que priven
del voto a los militares, agentes policiales y demás personas priva-
das de ese derecho por ley nacional de elecciones” (art. 31, inc. 7°).
Estructura asimismo un órgano electoral independiente, a car-
go del acto eleccionario, la “junta electoral”, que estará compuesta
por el Presidente de la Legislatura, el Presidente del Superior Tri-

46
Historia Constitucional de la Provincia de San Luis

bunal y el Intendente Municipal de la capital siendo subrogante


de este el Presidente del Consejo de Educación, nuevo órgano de
gobierno de la educación provincial creado por esta constitución.
Esta constitución creará un órgano nuevo, el Consejo de Edu-
cación. Este nuevo órgano, regulado en el capítulo XVII (arts. 174
al 182), tenía como principal función el gobierno de la educación
en todo el territorio provincial (art. 174). Estaba compuesto por
un presidente con el título de Director General de Educación, un
vicepresidente y un número determinado de vocales fijados por
ley (art. 175). Estos eran nombrados y removidos por el Poder Eje-
cutivo con acuerdo de la Legislatura, y duraban tres años en sus
funciones, con posibilidad de reelección indefinida.
Entre sus funciones se encontraban la de nombrar a maestros
y profesores para todas las escuelas de la Provincia, de removerlos
o trasladarlos (art. 180, inc. 2°), de nombrar el personal adminis-
trativo (inc. 3°) y de elaborar su propio presupuesto de gastos, el
que remitiría directamente a la Legislatura para su sanción (inc.
4°). El capítulo preveía la constitución de un Fondo Escolar, el cual
estaría compuesto por el 15% de la renta ordinaria de la Provincia
y sería administrado por el Consejo. Este órgano subsistirá hasta
la reforma de 1987.
Con respecto a la parte orgánica, se producen importantes
modificaciones a los tres poderes públicos y se agregan nuevos ór-
ganos de acuerdo a las más modernas tendencias del constitucio-
nalismo de principios del s. XX.
Con referencia al Poder Legislativo (Capítulo III “Poder Legis-
lativo”, arts. 36 a 52), se vuelve cambiar su designación, pasando a
llamarse Cámara de Diputados, y no ya Cámara de Representantes
(1871) ni Sala (1855). Esta reforma cambiará la base poblacional
a tener en cuenta para su formación, como así también el siste-
ma electoral. Establecerá que la cámara se compondrá de un di-
putado cada cuatro mil habitantes (o fracción que no baje de dos
mil) determinándose el número total según los resultados de los
censos, pero el número total de la Legislatura no podrá exceder
de 30 ni ser menor de 20. Cada departamento formará un distrito
electoral y elegirá tantos diputados cuantos correspondan según
su población (art. 36).

47
Cristian Altavilla

Los diputados duran tres años y el cuerpo se renueva por ter-


ceras partes todos los años (art. 37), igual que el régimen anterior
(art. 24). En cuanto a los requisitos, se cambiaron sustancialmen-
te: ahora se requiere tener ciudadanía natural en ejercicio, o legal
después de cinco años de obtenida, ser mayor de edad (y no 25
años, como lo pedía el texto de 1871) y tener un año de residencia
inmediata en la Provincia, no siendo nativo en ella (art. 38). Se eli-
mina toda referencia al goce de una propiedad o de cierto ingreso
(como fijaba el art. 25 del texto anterior). Sin embargo, se estable-
ce que el “El cargo de diputado será gratuito” (art. 47).
Con respecto al Poder Ejecutivo (Capítulo VI “Poder Ejecutivo.
Del Gobernador”, arts. 56 a 65), se establecieron algunas modificacio-
nes importantes. En cuanto a los requisitos, se limita la posibilidad de
ser candidato solo a aquellos que tengan “ciudadanía por nacimiento
en el territorio argentino, o por ser hijo de ciudadano nativo, si hu-
biese nacido en país extranjero y optado por la ciudadanía de origen”,
tener 30 años de edad en la fecha de su elección (igual que antes),
residencia inmediata en la Provincia durante cinco años (antes era
de seis años), a menos que sea natural de ella, disponer de una renta
anual de dos mil pesos (antes era de cinco mil pesos) y se agrega ade-
más “no ser pariente del funcionario saliente dentro del cuarto grado
de consanguinidad y segundo de afinidad, ni haber ejercido funcio-
nes de jefe de policía o de ministro, cuatro meses antes de la elección
de electores” (art. 57).
El mandato pasa a durar cuatro años (Art. 58), y no tres años. Si-
gue sin posibilidad de reelección inmediata, debiendo esperar un pe-
ríodo para volver a postularse. Se cambia el régimen de reemplazos
en casos de acefalías: como sigue sin prever la figura del vicegober-
nador: “En los casos de muerte, destitución, renuncia, enfermedad,
ausencia, suspensión, licencia u otro impedimento calificado del go-
bernador, será reemplazado por el presidente de la Legislatura, por el
vice 1° de la misma y por el presidente del Superior Tribunal de Justi-
cia, hasta que se proceda a nueva elección en los tres primero casos,
o hasta que haya cesado la imposibilidad accidental en los últimos”
(art. 62). La elección deberá convocarse dentro de los diez días de
producirse la separación definitiva del gobernador (art. 63). La forma
de elección sigue siendo la misma, a través del colegio electoral (Ca-

48
Historia Constitucional de la Provincia de San Luis

pítulo X, “La Elección del Gobernador”, arts. 82 a 94).


Se agregan órganos de control, aunque internos, como el fiscal
de estado (mencionado en el art. 77, sobre las atribuciones del go-
bernador, inc. 10), y al contador, al que le dedica un capítulo entero
(Capítulo IX, arts. 78 a 81). Lo curioso es que la designación de estos
órganos se hace por el poder ejecutivo, pero con acuerdo de la Le-
gislatura (art. 77, incs. 8° y 10°, respectivamente).
Con respecto al Poder Judicial, lo trata en cuatro capítulos2. La
constitución de 1905 amplía los funcionarios que integran el po-
der judicial: “El Poder Judicial de la Provincia será ejercido por un
Superior Tribunal compuesto de tres miembros, jueces de primera
instancia, fiscales, defensores, jueces de paz, jurados y demás fun-
cionarios que esta Constitución establece o autoriza” (Art. 108).
El máximo tribunal provincial pasa ahora a denominarse Su-
perior Tribunal y no ya cámara de justicia, recibiendo así su deno-
minación actual. Siguen durante un término fijo en sus funciones,
aunque ahora se amplía la cantidad de años: ahora los miembros
del Superior Tribunal duran nueve años, y no tres como en 1871, y
los jueces inferiores cuatro años, y no dos (art. 116). Lo curioso de
este texto es que la composición del Superior Tribunal se renueva
cada tres años, debiendo los miembros del primer tribunal instala-
do conforme a esta constitución, sortearse a los efectos de la reno-
vación (art. 116).
Entre las atribuciones del Superior Tribunal (Capítulo XIII
“Atribuciones Del Poder Judicial”, arts. 127 a 130) aparece una
novedad del derecho público provincial, y que es la de “Ejercer
la jurisdicción originaria y de apelación para conocer y resolver
acerca de la constitucionalidad e inconstitucionalidad de las le-
yes, decretos y ordenanzas que estatuyan sobre materia regida
por esta Constitución y se controvierta por parte interesada” (art.
127, inc. 1°). Se crea así la Acción Declarativa de Inconstitucio-
nalidad, que precederá en décadas al nivel federal en materia de
control de constitucionalidad.

2- Capítulo XII: Poder Judicial (arts. 108 a 126); Capítulo XIII: Atribuciones del
Poder Judicial (arts. 127 a 130); Capítulo XIV: Justicia de Paz (arts. 131 a 136) y
Capítulo XV: Responsabilidad de los Miembros del Poder Judicial (arts. 137 a 150).

49
Cristian Altavilla

El art. 111 contendrá la garantía explícita de la irreductibilidad de


las remuneraciones de los magistrados la cual “no podrá ser dismi-
nuida mientras permanezcan en sus funciones”.
Esta constitución le dará un tratamiento más técnico a la justicia
de paz. En primer lugar, menciona a los jueces de paz como funciona-
rios del Poder Judicial de la Provincia (art. 108) y además le dedicará
un Capítulo entero a la justicia de paz: Cap. XIV, intitulado “Justicia
de Paz”, compuesto de seis artículos (arts. 131 a 136). Dispone que los
juzgados de paz son establecidos por la Legislatura provincial (art.
131) y que serán nombrados por el Superior Tribunal de Justicia (y
no ya por el Poder Ejecutivo, como establecía el texto de 1871) de una
terna propuesta por las municipalidades, o bien, los designa directa-
mente en aquellas localidades donde no se hubiese constituido aún
una municipalidad3 (art. 132). Los jueces duran 2 años en sus funcio-
nes, pudiendo ser reelectos (art. 133).
Esta primera justicia de paz es fundamentalmente lega, ya que
entre los requisitos solamente se requiere: “Ser ciudadano argentino,
mayor de edad, vecino del partido, contribuyente y saber leer y escri-
bir” (art. 134). En cuanto a su competencia, la Constitución delega en
la legislación ordinaria su determinación, como así también el pro-
cedimiento a llevarse a cabo ante estos juzgados y también la ley “de-
terminará el tribunal de apelación de la misma, procurando que los
juicios se terminen en el mismo distrito de su origen” (art. 136). El art.
135 establece que “Los jueces de paz son funcionarios exclusivamen-
te judiciales y agentes de los tribunales de justicia” similar disposición
tendría la Constitución de la Provincia de Buenos Aires de 1873, en su
art. 164 (Jaliff 2016:106).
Por último, con respecto al poder judicial, innova con la incorpo-
ración de un procedimiento especial para la destitución de los miem-
bros del poder judicial, introduciendo el procedimiento del jury de
enjuiciamiento de magistrados, procedimiento que se
mantendrá intacto en las sucesivas reformas de 1927, 1941, 1947 y 1962.
Este procedimiento está reglado en el Capítulo XV “Responsabilidad

3- “Se constituirán municipalidades en la capital, Mercedes y en los demás puntos


que la Legislatura determine. Donde no fuese posible crear municipalidades, habrá
comisiones o comisionados municipales” (art. 153).

50
Historia Constitucional de la Provincia de San Luis

de los miembros del Poder Judicial”, a cargo de un órgano, el “jury”,


compuesto de 12 diputados provinciales y que conocerán ante
casos de delitos, faltas o negligencias de los funcionarios judiciales
en el desempeño de las funciones, pudiendo ser acusados por la
parte que se considere agraviada, o bien por cualquier abogado o
procurador de la matrícula y por el ministerio fiscal (art. 137).
También le dedicará una regulación más pormenorizada al
régimen municipal en el Capítulo XVI “Administración Departa-
mental. Régimen Municipal”, en 22 artículos (del art. 151 al 173).
Esta constitución preverá por primera vez la organización moder-
na del gobierno comunal y clasificará a los gobiernos locales en
tres categorías: (a) las municipalidades, (b) las comisiones y (c) los
comisionados municipales.
En el caso de las municipalidades (que el art. 153 reconoce a
las ciudades de San Luis y Mercedes y “en los demás puntos que
la Legislatura determine”), tienen una forma de gobierno com-
puesta por un Concejo Deliberante y un Departamento Ejecutivo,
al que denomina “Intendente Ejecutor” (art. 154). El número de
concejales será fijado por ley de acuerdo a la población del mu-
nicipio, pero no podrá ser inferior a ocho (art. 154, 2° párr.). To-
dos los cargos municipales (intendentes, concejales, comisiones y
comisionados municipales) son electos popularmente (art. 155);
los concejales, comisiones y comisionados municipales duran dos
años en sus funciones y se renuevan por mitades todos los años;
en cambio los intendentes duran tres años y no pueden ser reelec-
tos sino con intervalo de un período (art. 156).
En lo que respecta a las municipalidades, se confieren a estas
mayores atribuciones y una mayor independencia respecto de los
poderes provinciales, en comparación con el texto constitucional
de 1871. Así, entre sus atribuciones, la constitución detalla atribu-
ciones de tipo políticas (art. 160, incs. 1° y 12° y art. 155); econó-
mico-financieras(art. 160, incs. 2°, 4° y 8°) en materia del control
del gasto público(art. 160, incs. 5° y 6° y art. 162, incs. 9°, 10° y 11°),
funciones administrativas(art. 162, incs. 2, 3° y 6°), institucionales
(art. 160, inc. 2°y art. 162, inc. 13°).
Las comisiones y comisionados municipales no cuentan con
las mismas atribuciones que las municipalidades. Así, por ejem-

51
Cristian Altavilla

plo, las elecciones son convocadas por el Poder Ejecutivo Provin-


cial y no por la propia comuna (art. 164). La Constitución de 1905
prácticamente no regula las atribuciones y las competencias de
estas categorías de municipios, cuestión que la reserva a la legisla-
ción ordinaria provincial (art. 164, 2° párr.).
Si bien el espectro de competencias municipales (en par-
ticular, de aquellas que son erigidas como municipalidades) se
amplía en esta Constitución, cabe remarcar que la competencia
municipal siempre queda supeditada a la legislación provincial en
la materia. Así lo disponen expresamente los artículos referidos a
las atribuciones y deberes del Concejo Deliberante (art. 160) y del
departamento ejecutivo (art. 162). Respecto del Concejo Delibe-
rante, establece que pueden ejercer “todas las demás facultades
que les acuerda la ley” (art. 160, inc. 8°) y en cuanto al ejecutivo
“todas las demás que le fije la ley” (art. 162, inc. 14°). Además, en
este nuevo texto constitucional, los gobiernos locales ya no cuentan
con competencias específicas en materia de educación, de bienes-
tar ni de seguridad y administración de justicia, competencias que
quedarían centralizadas en el orden provincial.
El resultado de esta reforma fue una nueva constitución, cuya
estructura subsistirá a lo largo del siglo XX, más precisamente has-
ta 1987, cuando se produce la segunda gran reforma total del texto
constitucional provincial. El texto de 1905 reemplazará a la Cons-
titución del 55 con las enmiendas de 1871, y solo sufrirá algunas
reformas parciales, muy puntuales, introducidas por las conven-
ciones reformadoras de 1927, 1941, 1947 y 1962.

8- La Reforma parcial de 1927


En 1927, durante el gobierno del Dr. Arancibia Rodríguez, se
producirá una nueva reforma constitucional, la que fue impulsada
desde el inicio mismo de su mandato, ante el propio Colegio Elec-
toral que lo acababa de elegir gobernador.
En su proyecto de ley –a diferencia de las anteriores– se es-
pecificaban los nueve puntos a reformar: (1) la elección directa
del gobernador; (2) la creacióndel cargo de vicegobernador; (3)
ampliación del mandato de diputados a cuatro años y renovación

52
Historia Constitucional de la Provincia de San Luis

bienal de la Legislatura; (4) asignación de dietas a los diputados;


(5) derecho de los extranjeros empadronados en los municipios
de elegir y a ser elegidos; (6) designacióny remoción del Fiscal de
Estado por el Poder Ejecutivo; (7) integración del Jury de enjui-
ciamiento de magistrados por diputados que fuesen abogados y
letrados; (8) régimen de jubilaciones especiales mientras se dic-
tare la ley general de jubilaciones; (9) autorización para expedir
patentes de Casinos (Pastor 1970:188).
En su proyecto, el gobernador fundamentó cada una de es-
tas propuestas: en primer lugar, el régimen de elección directa del
gobernador, sostenía, “evitaría que se repitieran en San Luis los
escandalosos conflictos y las impúdicas maniobras con que se de-
fraudaba al electorado en muchas provincias”; con la creación del
cargo de vicegobernador se podían resolver aquellos casos de au-
sencia, renuncia o muerte del primer mandatario; con el aumento
a cuatro años del mandato de legislador se posibilitaba una reno-
vación bienal de la Legislatura y se evitaba convocar al electorado
todos los años; no resultaba justo que la función legislativa fuera
gratuita, lo que provocaba un permanente ausentismo y abando-
no de tareas (Pastor 1970).
La Convención Reformadora estuvo presidida por el Dr. To-
más Jofré y por los convencionales Mora Olmedo, Foncueva, Al-
fredo Arancibia Rodríguez, Laureano Landaburu, Eleodoro Ortiz
Lobos, Baeza González, Sallorenzo, Ponce, Agustín Rodríguez Ju-
rado, Edmundo Wernicke, Muñoz, A. Rodríguez Saá, Reynaldo A.
Pastor, Barroso Rodríguez, Agustín Mercau, Giménez, Jurado, José
L. Parellada, Teófilo Alberastain, Mercau, Barbosa, León Guillet,
Ibrahin Amieva, José Raúl Lucero, S. Corradi (h.), Isaac Páez Mon-
tero, Garro, Delfín Baca y José E. Rodríguez Saá (Secretario). Esta
Convención sancionó la reforma el 19 de octubre de 1927, pero el
nuevo texto comenzaría a regir, según lo disponía el propio texto
constitucional (art. 188), el 1º de enero de 1928.
Con esta reforma se reduce el texto constitucional, de 196 ar-
tículos, queda con 188 artículos. La estructura de la Constitución
queda exactamente igual, ya que se producen solo algunas mo-
dificaciones puntuales al texto de 1905, vinculadas más bien a la
parte orgánica del texto constitucional.

53
Cristian Altavilla

En lo que respecta al Poder Legislativo, se amplía la base po-


blacional para determinar los diputados de la Cámara legislativa:
se aumenta de cuatro a cinco mil habitantes la base poblacional,
fijando el mismo límite mínimo (veinte) y máximo (treinta) de la
composición del poder legislativo (art. 36). Los diputados siguen
durando tres años y la cámara se renueva por terceras partes, pero
se dispone que la renovación de la Cámara se hará de manera tal
que cada departamento elija simultáneamente todos sus repre-
sentantes (art. 37, 2° párr.).
Se prevé también la remuneración de los diputados (cargo
que en el texto de 1905 era ad honorem), quienes “gozarán como
única compensación de sus servicios y gastos, por concepto de
dieta y viático, de una remuneración mensual que no excederá de
trescientos pesos nacionales. Durante el período de sesiones, sean
éstas ordinarias, de prórroga o extraordinarias, esa suma se pagará
en proporción a la asistencia” (art. 47).
Una disposición fundamental será la referida a la posibilidad
de aplicar el sistemaproporcional y de representación de minorías
en la elección dediputados y de cargos municipales (Pastor 1970).
En cuanto al poder ejecutivo, la reforma introduce un cam-
bio importantísimo: se modifica el sistema electoral para elegir al
gobernador, y se introduce por primera vez la elección directa del
gobernador, en distrito único y a simple pluralidad de sufragios
(art. 82). Se adelanta la provincia de San Luis así casi setenta años
a la Constitución Nacional, ya que recién en la reforma de 1994 se
incorporará la elección directa del presidente de la nación.
Con respecto al Régimen Municipal, no hubo cambios sus-
tanciales, más que el orden de algunos artículos y cambios en la
redacción de ciertas disposiciones.
Como puede observarse comparando el texto constitucional
resultado de la reforma de 1927 con las propuestas del Ejecutivo,
la Convención no modificó todos los puntos propuestos. Recor-
demos que en la teoría constitucional, en particular la argentina,
el poder constituyente es un poder soberano y como tal, tiene la
facultad soberana de o bien modificar o no el texto constitucional.
Estos volverían a ser tratados catorce años después, en la reforma
parcial de 1941.

54
Historia Constitucional de la Provincia de San Luis

9-La Reforma parcial de 1941


Durante el gobierno de Toribio Mendoza (h), se sanciona el
1° de febrero de 1939 la Ley N° 1.592 de Declaración de la Nece-
sidad de Reforma constitucional. El proyecto de ley de reforma
constitucional fue presentado por el Poder Ejecutivo y aprobado
por la Legislatura sin modificación alguna (Lucero 1939:63). Solo
preveía la reforma de puntos concretos de la Constitución de 1928:
(a) Organización del Poder judicial; (b) Elección del Vicegoberna-
dor; (c) Renovación de la Legislatura; (d) Régimen electoral; (e)
Artículo 10 (que prohibía el establecimiento de juegos de azar en
el territorio provincial, juegos de loterías ni la venta de billetes que
se establezcan fuera de la provincia); (f ) Residencia de los funcio-
narios; (g) Otorgamiento de diplomas (confr. Lucero 1939:18; ver
también Pastor 1970:180).
La elección de los convencionales se llevó a cabo para el 10 de
marzo de 1941.
La Convención reformadora estuvo compuesta por 48 con-
vencionales, 35 de ellos por el Partido Demócrata Nacional (el 73%
de la Convención4), y 13 por la Partido Unión Cívica Radical (el
27%)5.
El cuerpo estuvo presidido por Jose P. Páez y fueron sus secre-
tarios Rolando de Olloqui y M. Rodríguez.
La convención se limitó estrictamente a modificar estos pun-
tos y sancionó la reforma el 20 de febrero de 1941. Dejó así intacto,

4 - Alberto Arancibia Rodríguez, Víctor J. Astudillo, Ramón Baraldo Moreno, Ho-


racio Barbeito, Ricardo Daract, Noé Esteves, Mario Copello, Carlos Cuello, Adol-
fo Casali, Eduardo Daract, Gregorio Fernández, Humberto Fernández Garro, Luis
Carlos Garro, José María Goñi, Julio E. Jaeschke, Aníbal M. Leyes, Laureano Lan-
daburu, Epifanio Mora Olmedo, Vicente Martínez, Joaquín T. Martínez, Pedro Mo-
yano, Orestes Origone, Ignacio Rolando de Olloqui, José P. Páez, Gregorio N. Páez,
Reynaldo A. Pastor, Venancio J. Pereira, Oscar Pereira, Pilar Pereira, Benigno Rins,
Enrique Tallaferro, Ángel M. Salinas, Victorio del Carmen Olguín, Ricardo Rodrí-
guez Sáa y Arturo H. Gatica.
5 - Hernán S. Fernández, Julio Domenicone, Alejandro García Quiroga, Nicolás
Jofré, J. C. Olmos Gómez, Claudio Quiroga Villegas, Marcial Rodríguez, Lorenzo
Raffaini, Juan Saá, Gilberto Sosa Loyola, Alfredo Zavala Ortiz, Ricardo Zavala Or-
tiz y Carlos Alfredo Zavala.

55
Cristian Altavilla

por ejemplo, el Preámbulo, que todavía continuaba haciendo refe-


rencia a la Constitución de 1871 y al Capítulo XIX: “Disposiciones
Transitorias”, que abarca los últimos artículos, del 184 al 188, que
ya no tenían razón de ser casi quince años después de operada la
reforma de 1927. Según dejan constar los secretarios de la Con-
vención en una observación al texto constitucional publicado en
1941, “La Constitución de 1927 contenía en su parte final el Ca-
pítulo XIX ‘Disposiciones transitorias’ (arts. 184 al 188) que, por
una omisión de la Convención Reformadora de dicho Estatuto, no
fue derogado. Como se trata de disposiciones que no tienen en la
actualidad ninguna razón para que aparezca en la Constitución vi-
gente, las hemos retirado de su texto, consignándolas al pie como
simples referencias”.
Las modificaciones más importantes recayeron sobre el ca-
pítulo dedicado al régimen electoral (Cap. II, arts. 31 a 35). Deter-
mina que “la representación política tiene por base la población”
(art. 31, 1° parte). Establece expresamente la representación de
las minorías “por el sistema que adopte la ley” (art. 31, inc. e). En
función de ello, el art. 35 establece también que “en la elección de
diputados, las secciones electorales se harán por departamento o
agrupando varios en una sola para dar representación a las mino-
rías” (art. 35). Estas modificaciones ponen de manifiesto la impor-
tancia de la representación política plural que tanto se discutió en
aquella época.
La reforma contiene algunas modificaciones importantes re-
feridas al Poder Judicial, sobre todo en lo que respecta al Superior
Tribunal provincial. Establece que en su organización interna podrá
dividirse en salas, y en cuanto a su composición, lo deja librado a la
ley, la que determinará el número de miembros de que se compon-
drá como así también las Cámaras de Apelaciones, la jurisdicción de
estas y la manera de constituirlas (art. 104). Los ministros del supe-
rior tribunal durarán seis años, y no nueve como establecía el texto
de 1927, mientras que los jueces inferiores (Jueces, Procurador Ge-
neral, Fiscales, Asesores y Defensores) continuarán durando cuatro
años (art. 112). Incorpora la garantía de la “inamovilidad definitiva”,
es decir, que si los miembros del poder judicial fueren reelegidos
con un nuevo acuerdo, después de un periodo de dos años, para un

56
Historia Constitucional de la Provincia de San Luis

cargo igual, o de mayor jerarquía en el Poder Judicial, adquirirán


inamovilidad definitiva en ese cargo (art. 118).
Con respecto a la justicia de paz (Capítulo XIX, arts. 127 a 132)
y aunque el texto es esencialmente igual al de 1905, hubo algunos
cambios importantes. En primer lugar, establecerá por primera
vez la Justicia de Paz Letrada, propuesta por el Convencional Sosa
Loyola6. Estos jueces de paz letrados también gozan de la garantía
de la inamovilidaddel art. 118. Establece que se podrá crear juzga-
dos de paz letrados en las ciudades cuya población pase de diez
mil habitantes (art. 127). Su duración en el cargo aumenta de dos
a tres años y pueden ser reelectos (art. 129). Agrega que: “Durante
desempeñen sus funciones solo podrán ser removidos por el Su-
perior Tribunal de Justicia, si concurrieren las causas enumeradas
en el artículo número 146” (esto es, “por delitos, faltas o negligen-
cias en el ejercicio de sus respectivos cargos”).
Resulta interesante además las modificaciones realizadas en
cuanto a los requisitos: Para ser juez de paz letrado se requiere, obvia-
mente, el título de abogado, mientras que para ser juez de paz lego ya
no se establecen entre sus requisitos el de saber leer y escribir, como
lo establecía el art. 134 del texto de 1905 (art. 130, texto 1941).

10-La Reforma parcial de 1947


Seis años más tarde, durante el gobierno del Dr. Ricardo Zava-
la Ortiz, se vuelve a reformar el texto constitucional provincial. La
reforma de 1947 se limitará a modificar algunos puntos concretos.
Se tratará también de una reforma parcial. La Convención
estuvo conformada por Francisco A. Adaro (Presidente), Felipe
Fernández (Secretario), Ramón Torres (Secretario), Gilberto Sosa
Loyola, Amadeo Alagia, F. César Casalins, Ernesto O. Carnero,
Francisco R. Luco, Mariano Gorgialo, Juan José Skelly, Luis T.

6-Sosa Loyola afirmaba que la justicia de paz letrada “rige con todo éxito en las
Provincias de Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos, etc.” (1944:105). Según este mismo
autor, en 1921 se había elaborado un Proyecto de ley de justicia de paz, “presentado
a la Cámara de Diputados de la Nación en 1921 y que suscribían los doctores Tomás
JOFRÉ, Honorio SILGUEIRA y Esteban LAMADRID” (1944:105).

57
Cristian Altavilla

Echase, Carmen Chavero, Horacio F. Almada, Nicolás Jofré, Eula-


lio Carro Luna, Manuel E. Silva, Jorge Clellel (h.), Juan Carlos Saá,
Miguel S. Flores, Julio S. Flores, Marcial Rodríguez.
Esta reforma produjo algunas mínimas modificaciones al ré-
gimen municipal: por ejemplo, la renovación total de los conce-
jos deliberantes, en lugar de la renovación por mitades todos los
años, la posibilidad de reelección por un período y en lo sucesivo
nuevamente con un período intermedio para los intendentes, y
la reelección indefinida de los demás miembros comunales (art.
152). Se excluye a los extranjeros como elegibles para cargos mu-
nicipales (art. 154).
Finalmente, eliminará el capítulo XIX sobre disposiciones
transitorias que había quedado desde 1927 y que la reforma de
1941 no había eliminado. Como las reformas anteriores, se limi-
tará a algunas modificaciones puntuales de la parte orgánica de la
Carta Magna local. Con respecto al Poder Legislativo, aumenta el
mandato de los legisladores de tres a cuatro años, y establece que
la legislatura se renovará por mitades cada dos años, y no ya por
tercios anualmente (art. 37). En relación a la retribución, lo deja
librado a la ley (art. 47).

11- La Reforma total de 1949


A poco de producirse estas dos reformas en la década del 40,
acontece, a nivel nacional, la reforma de la constitución nacional
casi terminando la década, en el año 1949. El Congreso de la Na-
ción, de acuerdo al art. 30 de la Constitución Nacional, declara la
necesidad de la reforma de la Constitución Nacional mediante el
dictado de la Ley N° 13.233, sancionada el 27 de agosto de 1948. La
norma fue sancionada con el voto positivo de 96 diputados contra
34 negativos; es decir, se aprobó con los dos tercios de los miem-
bros presentes y no los totales, lo cual generó un gran debate den-
tro y fuera del parlamento nacional. El art. 30 de la Constitución
establece que “La necesidad de reforma debe ser declarada por
el Congreso con el voto de dos terceras partes, al menos, de sus
miembros”, sin especificar si la mayoría agravada se computa so-
bre el total de los miembros o sobre los presentes. Esta discusión

58
Historia Constitucional de la Provincia de San Luis

terminó por minar su legitimidad. Los convencionales de la UCR


impugnaron la ley y, en acto de protesta, retiraron sus represen-
tantes de la Convención reformadora.
La curiosidad de esta ley de declaración de la necesidad de la
reforma es que no fijó un temario ni especificó los artículos a re-
formar, sino que dio una habilitación amplia a la Convención para
“suprimir, modificar, agregar y corregir sus disposiciones, para la
mejor defensa de los derechos del pueblo y del bienestar de la Na-
ción” (art. 1°). Según el art. 3°, la Convención se instalará en la Ca-
pital Federal, siendo la segunda Convención Nacional en sesionar
en la ciudad de Buenos Aires, la primera había sido la Convención
de 1898; las reformas de 1866 y de 1957 en cambio se llevaron a
cabo en la ciudad de Santa Fe y la reforma de 1994 en las ciudades
de Paraná y Santa Fe.
Sería la reforma más amplia realizada sobre el texto constitu-
cional de 1853/60 – las reformas de 1866 y de 1898 se limitaron a
reformar uno o dos artículos. La nota característica de esta refor-
ma será la recepción del constitucionalismo social en el derecho
constitucional argentino, incorporando los derechos de segunda
generación: los llamados derechos económicos, sociales y cultura-
les; conjunto de derechos que caracterizarían al derecho constitu-
cional del período de la segunda posguerra mundial y que fueran
plasmados primeramente en diversos e importantes instrumentos
internacionales, tales como la Declaración de Principios sociales
de América de 1945, la Carta Internacional Americana de Garan-
tías Sociales, la Declaración Americana de los Derechos y Deberes
del Hombre, ambas de 1948, entre muchos otros (Bidart Campos
1998, Sagués 2003, 2017, Palazzo 2016, Santagati 2006, entre otros).
La reforma del 49, sancionada el 16 de marzo, más que sus-
tituir el texto de 1853, adicionó este nuevo conjunto de derechos,
declaraciones y garantías propios del constitucionalismo social.
Esta reforma del texto constitucional federal debía tener su co-
rrelato en el derecho público provincial, al menos ese fue el de-
seo del constituyente del 49. Ello se ve reflejado en la Disposición
Transitoria N° 5, cláusula que habilitaba “por esta única vez a las
Legislaturas provinciales para reformar totalmente sus constitu-
ciones respectivas, con el fin de adaptarlas a los principios, decla-

59
Cristian Altavilla

raciones, derechos y garantías consagrados en esta Constitución”.


La norma disponía también que en aquellas provincias con po-
der legislativo bicameral, ambas Cámaras reunidas constituirían
la Asamblea Constituyente y que las reformas provinciales debían
operarse dentro de los 90 días desde la sanción de la Constitución
Nacional, es decir, desde el 16 de marzo.
En cumplimiento de esta disposición, la Legislatura de San
Luis, devenida en Honorable Convención Provincial Constitu-
yente por imperio de la nueva Constitución Nacional, sanciona la
reforma constitucional provincial el 8 de junio de 1949, tres me-
ses después de sancionada la reforma constitucional nacional. La
Constitución provincial de 1949 tendrá una notoria diferencia con
las constituciones anteriores, todas ellas de neto corte liberal. De
hecho, la principal diferencia se verá en el tratamiento –bastante
detallado– de los derechos, declaraciones y garantías, mucho más
amplios respecto de los textos constitucionales liberales, caracte-
rizados por ser más escuetos en esta parte dogmática de la cons-
titución. Sin embargo, cabe aclarar que al igual que la reforma a
nivel nacional, la reforma provincial del 49 no sustituyó el ante-
rior texto constitucional provincial, sino que lo modificó (aunque
sustancialmente), no significando en sí, una nueva constitución.
En este sentido, coincidimos con la opinión de Reynaldo Pastor,
para quien la Legislatura puntana, oficiando como Convención,
no sancionó una nueva Constitución que derogara la de 1855, sino
que esta “reforma de 1949 fue parcial y solo consistió en modificar
algunas cláusulas de la Constitución de 1855 y sus posteriores re-
formas” (1970:196).
Entre estas modificaciones, como se dijo anteriormente, se
ponen de resalto la introducción de los nuevos derechos econó-
micos, sociales y culturales. Ya el propio preámbulo, aunque simi-
lar a los anteriores, agrega nuevos principios que significan la re-
cepción en el constitucionalismo puntano del constitucionalismo
social. Se agregarán a los objetivos fijados por el preámbulo del
texto anterior (que viene desde 1905) –esto es, organizar el mejor
gobierno posible, promover el bienestar general, asegurar un régi-
men de libertad– nuevos objetivos en concordancia con los prin-
cipios e ideales del derecho constitucional social: justicia y solida-

60
Historia Constitucional de la Provincia de San Luis

ridad social, dignificar el trabajo, fomentar la cultura, estimular el


desarrollo económico y el progreso de la Provincia, cuidar la salud
física y moral de sus habitantes, y cooperar en la obra de consoli-
dar una Nación socialmente justa, económicamente libre y políti-
camente soberana.
El nuevo texto tendrá una nueva estructura, mucho más siste-
matizada que las anteriores, dividiendo el texto en cuatro partes:
una Primera Parte sobre “Principios fundamentales”, la segunda
parte sobre “Organización del Gobierno de la Provincia”, la Tercera
Parte sobre “Régimen Municipal” y finalmente la Cuarta Parte que
trata de la “Reforma de la Constitución”; cada una de estas partes
se divide, a su vez, en secciones y capítulos.
Como se ha visto hasta ahora, las reformas producidas con
anterioridad se limitaron a modificar aspectos concretos de la
organización política, introduciendo escasas modificaciones a la
parte dogmática. La reforma del 49 implicará todo lo contrario: su
principal novedad será la inserción de nuevos derechos, decla-
raciones y garantías. Estas estarán incluidas en la Primera Parte,
“Principios fundamentales”, que comprende siete capítulos refe-
ridos a Declaraciones generales (arts. 1 – 7), Derechos, deberes
y garantías (arts. 8 – 23), Derechos Especiales (art. 24), Régimen
económico y financiero (arts. 25 – 40), Educación pública (arts.
41 – 43), Funcionarios públicos (arts. 44 – 52) y Régimen electoral
(arts. 53 – 56).
El primer capítulo contiene una serie de declaraciones muy
similar a las contenidas en los primeros seis artículos del Capítulo
1° del texto de 1947; el segundo capítulo, sobre “Derechos, debe-
res y garantías”, que abarca los arts. 8 a 23 también mantiene en
términos muy similares los mismos derechos y libertades del texto
anterior, a saber: derecho a la libertad de expresión, de reunirse,
derecho de propiedad, inviolabilidad del domicilio, derecho a una
defensa en juicio, etc. Constituye un claro ejemplo de cómo con-
viven el constitucionalismo liberal con el social o, dicho de otra
manera, cómo el constitucionalismo social se adiciona al liberal
sin eliminarlo ni suprimirlo.
La verdadera novedad estará dada por los capítulos 3° “Dere-
chos Especiales”, (art. 24), y Capítulo 4° “Régimen económico y fi-

61
Cristian Altavilla

nanciero” (arts. 25 – 40). El art. 24 se limita a adherirse a “la decla-


ración de derechos del trabajador, de la familia, de la ancianidad y
de la educación y cultura, contenida en el art. 37 de la Constitución
nacional”, mientras que el capítulo 4° sobre “Régimen económico
y financiero” será más extenso y el convencional provincial le dará
un tratamiento más detallado. Entre otras disposiciones, declara
la función social de la propiedad privada (art. 25 – en los mismos
términos que lo hace el art. 38 de la Constitución Nacional), el
bienestar social como objeto del capital (art. 26), la posibilidad de
intervención directa del Estado provincial sobre el mercado y la
economía (art. 27), y la monopolización, en manos del Estado pro-
vincial, de todos los servicios públicos (art. 28) – aunque a diferen-
cia del texto nacional, no prohíbe de manera tan tajante su conce-
sión en manos privadas, tal como lo hace el art. 40, 3° párrafo del
texto nacional, el cual reza que “bajo ningún concepto podrán ser
enajenados o concedidos para su explotación”. En términos gene-
rales, este capítulo 4° es muy similar a las disposiciones conteni-
das en el Capítulo IV del texto nacional, sin mayores variaciones.
Le dedicará un capítulo a la educación pública (Capítulo 5°, arts.
41 a 43), el cual establece una serie de declaraciones con respecto
a los objetivos de esta, los valores y sus fines.
El Capítulo 7° –el último de la Primera Parte– es exactamente
igual al anterior texto de 1947, en particular, el artículo referido a
las bases de la legislación electoral, ahora contenido en el art. 55.
En cuanto a la parte orgánica, la nueva constitución del
49 introducirá cambios importantes en la organización de
los poderes públicos. Con respecto al Poder Legislativo, este
sigue siendo unicameral, como siempre lo ha sido hasta ahora,
mantendrá la misma proporción poblacional por diputado (uno
cada cinco mil habitantes) y la composición mínima y máxima (20
y 30, respectivamente). Sin embargo, ahora la duración del cargo
pasa de cuatro a seis años y el cuerpo se renueva por mitades
cada tres años (art. 59). El período de sesiones ordinarias se corre
un mes, ya que va del 1° de mayo al 30 de septiembre (art. 62), y
antes era del 25 de mayo hasta el 25 de octubre (art. 41 texto de
1947). Cambia los requisitos para ser electo diputado. Según el
art. 60, ahora se requiere: (1) Tener cuatro años de ciudadanía en

62
Historia Constitucional de la Provincia de San Luis

ejercicio los argentinos nativos y diez los naturalizados (antes se


requería ciudadanía natural en ejercicio, o legal después de cinco
años de obtenida); (2) Haber cumplido veinticinco años de edad
(mientras que antes solo se exigía ser mayor de edad) y (3) tres
años de residencia inmediata en la Provincia los nativos de ella
y cinco los que no lo sean (con anterioridad se pedía un año de
residencia inmediata si no era nativo de la provincia – conf. art. 38,
Constitución de 1947).
Con respecto al Poder Ejecutivo, también se modifican los re-
quisitos: Ser argentino nativo y tener 10 años de ciudadanía en ejer-
cicio, 30 años de edad y tener domicilio real en la Provincia los seis
años inmediatamente anteriores a la elección si no hubiera nacido
en ella (art. 79). Ya no se exige disponer de una renta anual de dos
mil pesos, como también se elimina la prohibición de parentesco
que establecía el anterior art. 57. Se observa un fuerte nacionalismo
cuando se analizan los requisitos para acceder a estos cargos pú-
blicos. El cargo de gobernador ahora durará seis años, y no cuatro
y sigue sin la posibilidad de ser reelecto de manera inmediata, pu-
diendo serlo con el intervalo de un período (art. 80). El término de
seis años coincide con el del Presidente de la Nación (art. 78), pero
este cuenta ahora con la posibilidad de reelección indefinida. Con
respecto a la forma de elección, sigue siendo igual al texto anterior:
elección popular directa a simple pluralidad de sufragios.
En cuanto a los órganos de control, mantiene al contador ge-
neral y al tesorero de la provincia, pero incorpora al Tribunal de
Cuentas, lo cual significó un gran avance, al darle rango consti-
tucional a este órgano de control externo de la hacienda pública
(Cap. 5°).
El Tribunal de Cuentas se componía de un presidente con
título de abogado y dos vocales, designados por el Poder Ejecutivo
con acuerdo de la Legislatura (art. 103, inc. 9°), duraban seis años
en sus funciones, siendo removido por el mismo procedimiento
que los magistrados judiciales (art. 104). Se le asignaban como
principales atribuciones: (1) Examinar las cuentas de percepción
e inversión de las rentas públicas provinciales o municipales;
aprobarlas y desaprobarlas y establecer en este último caso de los
funcionarios responsables, y el monto y la causa de los alcances

63
Cristian Altavilla

respectivos; y (2) Inspeccionar las oficinas que administraran


fondos públicos y proponer las medidas necesarias para prevenir
cualquier irregularidad (Art. 104).
Se mantiene el Consejo de Educación (cap. 6°), pero en el nue-
vo texto este órgano “dependerá del Poder Ejecutivo” (art. 108, 2°
párr.). Sus atribuciones siguen siendo las mismas, pero con la gran
diferencia de que ahora no designan directamente a los maestros,
sino que elevan “propuestas en terna, como trámite indispensable
previo a su designación por el Poder Ejecutivo, tanto para los car-
gos directivos y de maestros de las escuelas de la Provincia” (art.
111, inc. 4°).
Con respecto al Poder Judicial, cambia la denominación del
máximo tribunal, pasando a denominarse ahora Corte Suprema
de Justicia (art. 125). Todos los funcionarios judiciales, desde los
miembros de la Corte Suprema, pasando por los jueces de cáma-
ra, de primera instancia, el procurador general, los fiscales y los
defensores oficiales duran 6 años en sus cargos y todos, también,
son nombrados por el Poder Ejecutivo con acuerdo de la Legisla-
tura. En el texto anterior, solo los miembros del Superior Tribunal
duraban seis años, mientras los jueces de tribunales inferiores y
del ministerio público duraban cuatro años. Mantiene un capítulo
dedicado a la justicia de paz (cap. 4°, arts. 144 – 154) sin mayores
modificaciones.
La Tercera Parte está dedicada al Régimen Municipal y se en-
cuentra dividida en dos capítulos: el Capítulo 1° sobre “Municipa-
lidades en general” (arts. 155 – 171) y el Capítulo 2°, sobre la “Mu-
nicipalidad de la Capital” (arts. 172 – 174). En términos generales,
el régimen municipal resulta bastante similar a los contenidos en
las constituciones anteriores: la administración de los intereses
y servicios locales en los centros urbanos de la Provincia están a
cargo de municipalidades, que se organizan según lo determine la
legislación ordinaria; según lo establezca la legislatura provincial,
el gobierno de los centros urbanos estarán a cargo de un departa-
mento ejecutivo y un concejo deliberante o bien por una comisión
municipal o por un comisionado municipal (art. 156). Los miem-
bros de las municipalidades son electas de manera directa por el
pueblo, en la misma forma que los diputados provinciales, duran

64
Historia Constitucional de la Provincia de San Luis

tres años en el ejercicio de sus cargos, se renuevan en forma total y


podrán ser reelectos (art. 157).
Lo interesante de esta tercera parte es el régimen especial de-
dicado a la Capital de la provincia. Su intendente será nombrado
por el Gobernador de la provincia (art. 172) y las atribuciones que
en los otros municipios corresponden a los Concejos Deliberan-
tes, en la ciudad capital serán ejercidas por el gobernador de la
Provincia o por el Intendente municipal, según lo determine la ley;
mientras que todos aquellos actos que requieran sanción legisla-
tiva (presupuesto, ordenanza general impositiva, etc.) deberán ser
aprobados por la Legislatura (art. 174). Se produce así una total
dependencia de la intendencia capitalina al gobierno provincial,
una especie de “distrito federal”.
Esta Constitución tendrá vigencia hasta el 27 de abril de 1956,
cuando el presidente de facto, Aramburu, dicta la famosa procla-
ma que deroga la reforma constitucional operada en 1949 y, “en
ejercicio de sus poderes revolucionarios”, declara“vigente la Cons-
titución Nacional sancionada en 1853, con las reformas de 1860,
1866 y 1898 y exclusión de la de 1949”. Su art. 3° declaraba “vigentes
las Constituciones provinciales anteriores al régimen depuesto” y
el art. 4° dejaba “sin efecto las Constituciones sancionadas para las
provincias de Chaco, La Pampa y Misiones”, que habían sido sus
primeras (y por tanto, únicas) constituciones. El restablecimiento
del texto constitucional nacional de 1853 no es, sin embargo, total,
ya que se encontraría parcialmente supeditado a las disposiciones
del gobierno de facto.
En consecuencia, a partir del 27 de abril se restablece el texto
de la Constitución puntana que había sido reformado por última
vez en 1947. El texto constitucional de 1949 había tenido una
vigencia de tan solo cinco años y diez meses (desde el 8 de junio
de 1949 hasta el 27 de abril de 1956). Siguiendo los lineamientos
de la Proclama del 27 de abril de 1956 emitida por el gobierno
provisional de la Revolución Libertadora, el interventor federal de
la provincia de San Luis, el Dr. Horacio Aguirre Legarreta dictó el
Decreto Ley Nº 733 (del 5 de junio de 1956) por el que se declaraba
“vigente en la Provincia de San Luis, la Constitución sancionada en
1855 con las reformas de 1871, 1905, 1927 y 1941 con los alcances

65
Cristian Altavilla

y reservas especificados en la proclama de fecha 27 de abril de


1956 del Gobierno Provisional de la Nación y sin perjuicios de los
actos y procedimientos que hubieren quedadodefinitivamente
concluidos con anterioridad al 16 de septiembre de 1955” (Pastor
1970:195-6).
Un año después de la Proclama del 27 de abril de 1956, se pro-
ducirá la reforma del texto constitucional federal. El 12 de abril de
1957 el gobierno autoproclamado de la “Revolución Libertadora”
dictó el Decreto N° 3.838 que disponía –invocando el ejercicio de
“poderes revolucionarios”– declarar “necesario considerar la re-
forma parcial de la Constitución de 1853, con las reformas de 1860,
1866 y 1898”. Será la primera vez que se declara la necesidad de la
reforma constitucional por un gobierno no constitucional, donde
un gobierno de facto lleva a cabo la etapa preconstituyente, que
la Constitución Nacional en su art. 30 pone en manos del Congre-
so de la Nación. La reforma es operada mediante una Asamblea
Constituyente electa popularmente, pero con proscripción del pe-
ronismo. Será la primera vez que se utilice en nuestro país el sis-
tema electoral proporcional en su modalidad D’Hondt (Altavilla
2011).
La Convención produce solo dos cambios al texto constitu-
cional nacional: la incorporación del art. 14 nuevo (o más cono-
cido como 14 bis), un compendio resumido de los derechos la-
borales y previsionales y la incorporación, entre las atribuciones
del Congreso, de sancionar los códigos “del trabajo y seguridad
social” (art. 67, inc. 11), que ahora pasa a ser competencia delega-
da exclusivamente al gobierno federal y, por tanto, prohibida a las
provincias.
A nivel provincial se producirá un ciclo constituyente muy
relevante entre 1957 y 1962, con importantes innovaciones ins-
titucionales: se reconocen los partidos políticos, se otorga plena
autonomía a los municipios de provincia, se regulan los institu-
tos de democracia semidirecta, entre otras disposiciones de gran
relevancia. En este período encontramos dos grupos de constitu-
ciones provinciales: las constituciones de las nuevas provincias,
exterritorios nacionales que se provincializaron entre 1952 y 1955:
Chaco (1957), Chubut (1957), Formosa (1957), Neuquén (1957),

66
Historia Constitucional de la Provincia de San Luis

Río Negro (1957), Santa Cruz (1957), Misiones (1958 texto que será
reformado en 1964) y La Pampa (1960)7. Este conjunto de provin-
cias inauguraron el ciclo constituyente, que sería continuado, ya
entrada la siguiente década, por procesos de reformas de consti-
tuciones de provincias históricas: Corrientes (1960), Santiago del
Estero (1960), Santa Fe (1962), la provincia de San Luis (1962) y
Catamarca (1965).

12- La Reforma de 1962


La idea de estos procesos constituyentes, tanto naciona-
les como provinciales, fue adecuar los textos constitucionales a
las nuevas tendencias del constitucionalismo social. Sin embar-
go, como sostiene el constitucionalista Sagüés, los nuevos textos
constitucionales productos de las reformas del ciclo constituyente
1957-1962 “se apartan ideológicamente del justicialismo (enton-
ces proscripto)” (2017:121), aunque buscan enmarcarse, en tér-
minos genéricos, dentro del constitucionalismo social de dere-
cho. Estas reformas, sin embargo, no se caracterizarían tanto por
la incorporación de nuevos derechos sociales (como se verá por
ejemplo con la Constitución puntana de 1962), sino más bien por
la introducción de nuevas instituciones y órganos tomados del de-
recho comparado, tales como el Consejo de la Magistratura (como
lo hicieron las constituciones chaqueña y rionegrina).
Las décadas del 50 y 60 se caracterizarán por la inestabili-
dad política e institucional. En 1958 se restablece la democracia,
siendo electo gobernador de la provincia de San Luis el Dr. Al-
berto Domeniconi por la Unión Cívica Radical Intransigente, asu-
miendo el cargo el 1° de mayo de 1958. Un año antes había sido

7- En los casos de La Pampa, Chaco y Misiones, estas tres provincias vuelven a san-
cionar sus primeras constituciones ya que las constituciones que habían sancionado
a poco de provincializarse, aún durante el gobierno de Perón (La Pampa sanciona
su primera constitución en 1952 y Chaco y Misiones en 1954), fueron anuladas por
el gobierno de facto de la Revolución Libertadora, quedando, en consecuencia, sin
constitución, a diferencia de lo que había sucedido con las provincias históricas, que
pusieron en vigencia los textos constituciones anteriores a las reformas del 49.

67
Cristian Altavilla

electo convencional constituyente para la Reforma de la Consti-


tución Nacional en1957, en representación de la provincia de San
Luis (Mulhall 2003). Durante su gobierno se produce la Reforma
Constitucional de 1962, que se ve intempestivamente clausurada
frente al derrocamiento del presidente Frondizi (29 de marzo), su
sustitución en el cargo por José María Guido y la posterior deci-
sión de este de clausurar el Congreso de la Nación e intervenir a
las provincias.
El 23 de abril de 1962 es destituido Domeniconi, siendo reem-
plazado por un interventor federal (Gral. Jorge Atila Naveiro). Su
gobierno cesó, dice Pastor (1970), por un Decreto del Presidente
Guido, el Decreto General Nº 3.534 de intervenciones, dictado
el 23 de abril de 1962. Al día siguiente, el 24 de abril de 1962, la
Convención Provincial Constituyente da por terminada su labor
reformadora: “Los acontecimientos de abril de 1962 obligaron a
la Convención a clausurar las sesiones apresuradamente, dejan-
do inconclusos los propósitos de la mayoría oficialista” (Pastor
1970:312). El texto reformado será publicado oficialmente el 12 de
diciembre de 1962.
Esta reforma no producirá ningún cambio a la primera parte,
la parte dogmática. Por lo que esta reforma, como se dijo anterior-
mente, si bien tendría como meta la actualización del texto cons-
titucional según las modernas tendencias del constitucionalismo
social, no incorporó ninguno de sus derechos más representati-
vos. Pueden encontrarse solo algunas disposiciones aisladas pero
ya en la parte orgánica, por ejemplo, entre las atribuciones de la
Legislatura, la de “dictar leyes protectoras del trabajo” (art. 55, inc.
10). El primer capítulo de la Constitución, Capítulo I “Declaracio-
nes, derechos y garantías” (arts. 1 a 30) quedó intacto; el Capítulo
II “Régimen electoral” (arts. 31 a 35), sufrió algunas modificaciones
que tienen que ver, puntualmente, con la organización y funcio-
namiento de la Justicia Electoral, como órgano jurisdiccional per-
manente, que viene a reemplazar a la “Junta electoral” del texto de
1947, teniendo, en términos generales, las mismas atribuciones.
Otra modificación importante será la incorporación del art.
35 que fija las bases de la “Ley de los Partidos Políticos”, que debía
exigir a los partidos políticos carta orgánica y plataforma electoral,

68
Historia Constitucional de la Provincia de San Luis

un padrón público de afiliados, elección de sus autoridades y can-


didatos por un sistema que permita la fiel expresión de la voluntad
del afiliado y la publicidad del origen y destino de sus fondos. Este
artículo se mantendrá hasta la actualidad, quedando intacto en la
reforma de 1987. Este será el primer reconocimiento constitucio-
nal de los partidos políticos en la provincia.
Con respecto a la parte orgánica, se introducen algunas mo-
dificaciones mínimas al Poder Legislativo. Así, por ejemplo, si-
gue fijando un número máximo de 30 legisladores, pero elimina
el número mínimo de veinte, aunque mantiene la prohibición de
disminuir la representación actual de los departamentos, “cuya
representación no será inferior de dos diputados” (art. 36). En
cuanto a la remuneración, agrega al art. 47 del texto de 1947 que
decía: “Los Diputados gozarán de una retribución que será fija-
da por Ley especial”, una mayoría agravada para determinar esta
dieta, ya que “no podrá ser aumentada sino por sanción de dos
tercios de la totalidad del Cuerpo y que deberá pagarse según la
asistencia”. Finalmente, agrega entre las atribuciones del poder le-
gislativo la de “crear un Tribunal de Cuentas que tendrá a su cargo
el examen de las cuentas de percepción e inversión de las rentas
públicas provinciales y municipales” (art. 55, inc. 7°).
En cuanto al Poder Ejecutivo, realiza algunos cambios mí-
nimos en cuanto a los requisitos para ser gobernador del art. 57:
exige tener domicilio real durante dos años inmediatamente an-
teriores los nacidos en la provincia o cinco, los nacidos fuera de
su territorio, mientras que el texto anterior solo decía: “Residencia
inmediata en la Provincia durante cinco años, a menos que sea
natural de ella”, y elimina el requisito de “Disponer de una renta
anual de dos mil pesos” que disponía el inc. 4° de la versión de
1947. Los restantes requisitos son los mismos: 30 años de edad,
ciudadanía por nacimiento o bien ser ciudadano por opción (hijo
de ciudadano nativo que opte por la ciudadanía –al igual que el
texto nacional, no permitía a los naturalizados postularse al cargo
de gobernador- y finalmente no ser pariente del funcionario sa-
liente dentro del cuarto grado de consanguinidad y segundo de
afinidad, ni haber ejercido funciones de jefe de policía o de ministro,
cuatro meses antes de la elección de electores, requisitos estos que

69
Cristian Altavilla

habían sido introducidos con la reforma de 1905.


En cuanto a sus atribuciones, la reforma del 62 retocó el inc. 10,
en cuanto al nombramiento de los miembros del Poder Judicial, in-
cluyendo ahora además de los miembros del Superior Tribunal de
Justicia, Jueces de Primera Instancia Fiscales de los Tribunales y de
Estado y Defensores (mencionados en el texto de 1947), a los Cama-
ristas, Procurador General, y jueces de Paz Letrados (art. 77, inc. 10°)
y elimina la atribución contenida en el inc. 12 del art. 77 de 1947 que
disponía que el gobernador “es el comandante en jefe de las milicias
de la Provincia, y nombra y remueve sus jefes con acuerdo de la Le-
gislatura, desde sargento mayor hasta coronel inclusive; y por sí solo,
los oficiales hasta capitán”.
En cuanto al Poder Judicial se producen algunas reformas
muy significativas, que tienden a robustecer la independencia de
este poder. Así, en el art. 102 se establece la inamovilidad de todos
los jueces “mientras observen buena conducta y cumplan con sus
obligaciones”, es decir que sus cargos no son ya periódicos.
Por último, un aspecto importante de la reforma de 1962 será
el régimen municipal. En términos generales, el régimen munici-
pal resulta casi idéntico al previsto en los textos constitucionales
anteriores (los arts. 137 a 140, 145, 146 y 148 a 150 en su nueva
numeración, son idénticos al texto de 1905). Mantiene la misma
clasificación de los gobiernos locales en Municipalidades, comi-
siones o comisionados municipales (art. 138). Solo se observan
diferencias en cuanto a:
(1) Duración de los mandatos: Los concejales duran 4 años
(antes 2 años); intendentes y los integrantes de las comisiones
municipales 4 años (antes el primero duraba 3 y el segundo 2), y
los Comisionados Municipales duran dos años (art. 141); todos
pueden ser reelectos, a excepción del intendente, que puede serlo
“solamente con un período de intervalo” (art. 141, 2° párr.);
(2) Electorado pasivo y activo: se amplía considerablemente
el derecho a sufragar, desde que se eliminan todo tipo de requisi-
tos referidos a rentas o posesión de propiedades raíces; se estable-
ce que son electores los argentinos y extranjeros, de ambos sexos,
mayores de 18 años. (art. 142); y respecto del derecho a ser elegido
se establece que “serán elegibles todos aquellos comprendidos en

70
Historia Constitucional de la Provincia de San Luis

el artículo anterior que sean mayores de edad y tengan tres años


de residencia inmediata en el municipio” (art. 143);
(3) Competencias del municipio: a diferencia de los textos an-
teriores, no fija las atribuciones correspondientes a cada órgano
de gobierno, sino que directamente fija las bases constitucionales
de la “Ley Orgánica de Municipalidades” en un extenso artículo
(art. 144) con 16 incisos y fija, a diferencia de los textos anteriores,
las atribuciones y deberes de las comisiones y comisionados mu-
nicipales (art. 147).
A diferencia de los textos anteriores, la Constitución de 1962
amplía la competencia material de los municipios, reconociéndo-
le expresamente diversas materias no solo sobre aquellas típica-
mente urbanas (como salubridad pública, urbanismo, abastos, ce-
menterios, transporte) sino también competencias más genéricas,
propias de un Estado de Bienestar, tales como educación y cultura,
deporte, servicios sociales y asistenciales, y además la facultad de
administrar los servicios públicos, sea directamente o por conce-
sión (con el voto de las 2/3 partes del Concejo y mediante licita-
ción pública) y realización de obras públicas (art. 144, inc. 2, ap. b
y d, respectivamente).

13-La Reforma total de 1987


La última reforma constitucional se llevará a cabo en 1987,
tras el restablecimiento de la democracia en la República Argenti-
na. La última reforma constitucional provincial, la de 1962, subsis-
tiría hasta 1987, aunque tuvo varias suspensiones parciales debido
a las interrupciones democráticas y a la instauración de gobiernos
de facto. Así, al poco de producirse la reforma de 1962, queda-
rá suspendida en 1966 hasta 1973, siendo reemplazada, tanto la
Constitución Nacional como las constituciones provinciales, por
el Acta de la Revolución Argentina, dictada por la Junta Revolu-
cionaria, reemplazada por el Estatuto Fundamental sancionado
en 1972 por la Junta de Comandantes en Jefe y “en ejercicio de los
poderes revolucionarios” y “del poder constituyente”, norma que
reformaría varios artículos (sobre todo de la parte orgánica) de la
Constitución de 1853/60. Este Estatuto subsistirá hasta 1976, año

71
Cristian Altavilla

en que se suspende totalmente el orden constitucional. En el pe-


ríodo 1973-1976, en el que asumen autoridades constitucionales,
el Estatuto subsiste junto con la Constitución de 1853/60, pero
solo en aquellas partes que no hayan sido modificadas o suprimi-
das por aquel Estatuto (Sagüés 2003). Recién en 1983 se produce
una “restauración global” (Sagüés 2003) del orden constitucional,
es decir, del texto de 1853/60 a nivel nacional y del texto constitu-
cional de 1962 a nivel provincial.
En función de ello, podemos afirmar que la reforma constitu-
cional de 1962 solo tuvo plena vigencia entre 1983 y 1987. Tras el
retorno de la democracia el 10 de diciembre de 1983, se produce
un nuevo movimiento tendiente por un lado, a afianzar las institu-
ciones democráticas y por otro a actualizar los textos constitucio-
nales locales con el constitucionalismo social (actualización que,
como se vio, no quedó del todo completa en el ciclo constituyente
de 1957-1965) y con los más novedosos derechos de tercera gene-
ración.
Se produce así un nuevo ciclo constituyente provincial ini-
ciado en 1986 con las reformas de las constituciones de La Rioja,
Salta, Santiago del Estero, San Juan, Jujuy, seguidas por Córdoba y
San Luis en 1987 y por Catamarca y Río Negro en 1988. Nueve de
las entonces 22 provincias reformaron sus constituciones y todas
fueron reformas totales, a excepción de Catamarca, que fue parcial
(Altavilla 2017).La reforma del 87 será la más amplia y profunda
de todas las reformas operadas al texto constitucional puntano. El
texto de la Constitución de San Luis quedó ampliado en 287 artí-
culos, frente a los 167 que tenía la versión de 1962, es decir, se in-
corporan 80 artículos nuevos, será la constitución más extensa de
este nuevo ciclo constituyente, con 287 artículos, 16 disposiciones
transitorias y 27 capítulos (Fríaset al. 1989).
En San Luis, la reforma se llevará a cabo en marzo de 1987,
durante la primera gobernación de Adolfo Rodríguez Saá. La ne-
cesidad de la reforma fue consensuada previamente entre las dos
principales fuerzas políticas provinciales: el PJ (a cargo del gobier-
no provincial) y la UCR (principal fuerza opositora). En efecto, el
oficialismo no contaba, por sí mismo, con las bancas necesarias
para alcanzar los dos tercios de los votos de la totalidad de los

72
Historia Constitucional de la Provincia de San Luis

miembros de la Legislatura, como lo exigía el art. 162 de la enton-


ces vigente Constitución de 1962. Realizadas las elecciones para
convencionales, bajo el sistema electoral conocido como ley de
lemas, el PJ obtuvo 33 de los 43 convencionales, es decir, el 77% de
la Convención, contando así dentro del cuerpo con las mayorías
suficientes para tomar decisiones (Altavilla 2017).
La reforma será sancionada finalmente el 14 de marzo de
1987. Será, como se dijo anteriormente, la reforma constitucional
más profunda y amplia producida en la historia constitucional
puntana.
La nueva constitución se compone de 16 capítulos; los prime-
ros ocho capítulos (que comprenden los primeros 100 artículos)
contienen disposiciones relacionadas con declaraciones, dere-
chos, garantías y políticas especiales del Estado provincial, con-
formarían la parte dogmática de la Constitución; mientras que los
capítulos 9 al 27 (comprendiendo los restantes 187 artículos) se
refieren a la parte orgánica, concerniente a los tres poderes pú-
blicos del Estado provincial, a los órganos de control y al régimen
municipal, terminando con el capítulo referido al procedimiento
para la reforma de la Constitución.
En cuanto a la parte dogmática, la Convención del 87 innovó
en casi todos los artículos, introduciendo una larga enumeración
de declaraciones, derechos y garantías completamente nuevas y
acordes con el más moderno constitucionalismo; comienza el pri-
mer capítulo con una serie de declaraciones referidas a la forma
de gobierno y a los principios rectores de la organización política:
en el art. 1° –cuya redacción viene del texto de 1855 y con algu-
nas modificaciones en las reformas posteriores– se agrega que la
provincia “organiza sus poderes bajo el sistema republicano de-
mocrático y representativo de Gobierno”; se agrega el principio
de la soberanía popular (art. 2°), y los principios del sistema po-
lítico, tales como la solidaridad, la democracia social, la igualdad
de oportunidades, la ausencia de discriminaciones arbitrarias, la
plena participación política, económica, cultural y social de sus
habitantes, como así también “los principios éticos tradicionales
fieles a nuestro patrimonio cultural” (art. 4°). En cuanto al culto,
mantiene casi intacto en el art. 7° el sostenimiento al culto católi-

73
Cristian Altavilla

co, pero con el reconocimiento expreso de la libertad de cultos. En


concordancia con el sistema republicano, prohíbe expresamente
la delegación de poderes (art. 8), establece el principio de la publi-
cidad de los actos de gobierno (art. 9) y obliga a los jueces a decla-
rar la inconstitucionalidad de las normas que se opongan al texto
constitucional federal y provincial (art. 11).
El nuevo texto explicita una serie de derechos constituciona-
les tales como el derecho a la vida (art. 13), prohibición de torturas
(art. 14), derecho de petición (art. 17), libertad de expresión y el
novísimo derecho de información (art. 21), de asociarse (art. 22).
Algunos otros derechos, más clásicos, serán explicitados con si-
milar redacción a la que tenían en el texto constitucional anterior
de 1962, tales como la igualdad ante la ley (art. 16, similar al art.
7° del texto anterior), el derecho de reunión y manifestación (art.
18, similar al anterior art. 25), la inviolabilidad del domicilio (art.
31, símil al art. 24), etc. Reconoce el clásico derecho de propiedad,
pero esta vez le agrega su función social (art. 35), como lo había
hecho en 1949. Amplía el repertorio de las garantías en el proce-
so, tales como las prescripciones sobre allanamiento (arts. 32, 33
y 34), principio de inocencia (art. 39), detención de personas (art.
40), de defensa en juicio (art. 43), entre tantos otros.
Desarrolla y explicita derechos típicos de segunda generación,
aquellos que habían sido incluidos en la reforma de 1949 y que en
la inconclusa reforma de 1962 no fueron finalmente incorporados
al texto constitucional provincial: derechos y declaraciones sobre
la familia (art. 48), la infancia (art. 49) de la juventud (art. 50), de la
tercera edad (art. 51), de los discapacitados (art. 52), de la vivienda
(art. 53), seguridad social (art. 54), seguro social (art. 55), del régi-
men previsional (art. 56), sobre régimen de la salud (art. 57), y de
los derechos y garantías del trabajador (en un extensísimo art. 58).
Le dedicará un capítulo entero a la cultura y la educación (Capí-
tulo III, arts. 65 a 78) y a la ciencia y técnica (Capítulo IV, arts. 79 a
81). Estatuye institutos de democracia semidirecta, tales como la
iniciativa popular (Capítulo VII, art. 97) y la consulta popular (arts.
98 a 100).
Reconoce nuevos derechos políticos, tales como el derecho
a asociarse (art. 22), de participación política, que incluye, entre

74
Historia Constitucional de la Provincia de San Luis

otros, el de sufragio (art. 37), el cual debe ser secreto, universal, igual
y obligatorio (art. 93, inc. 1°) y el reconocimiento de los partidos po-
líticos “como personas jurídicas de derecho público no estatal” que
“contribuyen democráticamente a la formación de la voluntad po-
pular expresando el pluralismo político” (art. 38 y art. 96).
Incorpora las nuevas garantías institucionales, tales como el
habeas corpus (art. 42), la acción de amparo (art. 45), el amparo
por mora (art. 46), entre otras. Incorpora asimismo derechos de
tercera generación, tales como los referidos al medioambiente y la
calidad de vida (art. 47).
En cuanto a la parte orgánica, también se producen grandes
cambios. En primer lugar, respecto del Poder Legislativo, la nue-
va constitución preverá una legislatura bicameral, sustituyendo el
formato unicameral que imperó en la provincia desde 1855. Está
compuesta por una Cámara de Diputados, integrada por repre-
sentantes del pueblo de la provincia elegidos directamente por el
pueblo de los departamentos, en proporción a la población cen-
sada, con un número variable, cuyo máximo no puede exceder el
de 43 miembros, correspondiendo un mínimo de dos diputados
por departamento (art. 102); los diputados duran cuatro años, pu-
diendo ser reelectos y la Cámara se renueva por mitad cada dos
años (art. 103). La Cámara baja es cámara de origen para aquellos
proyectos de ley sobre creación de contribuciones e impuestos y
para acusar ante el Senado a los funcionarios y magistrados de la
Provincia (art. 107).
La Cámara de Senadores se compone de un representante por
cada uno de los departamentos en que se divide la provincia, elec-
tos en sistema uninominal por circunscripción a simple plurali-
dad de sufragios (art. 109), duran también cuatro años y la Cámara
se renueva también por mitad cada dos años (art. 111). La Cáma-
ra alta tiene como atribuciones exclusivas (1) prestar o denegar
acuerdo a los nombramientos y remociones de los funcionarios
y magistrados que debe hacer el Poder Ejecutivo con esa formali-
dad y (2) juzgar en Juicio Político a los acusados por la Cámara de
Diputados, constituyéndose como Tribunal (art. 112). El Senado
es presidido por el Vicegobernador de la Provincia, figura incor-
porada por primera vez en el derecho público provincial puntano,

75
Cristian Altavilla

quien tiene voz pero no voto.


Con respecto al Poder Ejecutivo, el cargo de gobernador sigue
durando cuatro años y se exigen los mismos requisitos que en la
constitución del 62; sin embargo, el constituyente del 87 incorpora
la posibilidad de reelección indefinida del gobernador (art. 147),
la que antes estaba permitida por un solo período consecutivo.
Introduce por primera vez la figura del vicegobernador, algo que
había sido propuesto en varias oportunidades con anterioridad.
Se le reconocen al gobernador algunas atribuciones puntuales en
el proceso de formación y sanción de las leyes, tales como el poder
exclusivo de iniciativa legislativa sobre determinadas materias,
tales como la ley de presupuesto (art. 168, inc. 6) y de ministerio
(art. 130) y la posibilidad de imprimir el trámite de urgente y muy
urgente tratamiento sobre cualquier proyecto de ley, con la sola
excepción del presupuesto, previsto en el art. 138 (Altavilla 2019).
Otra novedad institucional de esta reforma será la creación de
nuevos órganos, en particular órganos de control (tanto internos
como externos) tales como el Defensor del Pueblo (Capítulo XXIII,
art. 235), el Fiscal de Estado (Capítulo XXIV, arts. 236 a 237) y el
Tribunal de Cuentas (Capítulo XXV, arts. 238 a 246). Se introduce
el Consejo de la Magistratura (arts. 197 a 200), órgano que tiene a
su cargo proponer en terna al Poder Ejecutivo (quien designa con
acuerdo del Senado) la designación de magistrados de tribunales
inferiores y los funcionarios del Ministerio Público.
Por último, en cuanto al régimen municipal la reforma del 87
significará un gran avance en materia municipal, ya que recono-
cerá expresamente la autonomía de los municipios, constituyén-
dose en este sentido, en el antecedente inmediato del art. 123 de la
Constitución Nacional incorporado en la reforma de 1994.
Todas las constituciones reformadas en la década del 80 hi-
cieron una expresa adopción de la postura iusnaturalista, como
se puede ver manifestado en el concepto que dan del municipio.
La Constitución de San Luis contiene la más completa y precisa
definición de municipio, incluyendo todos los elementos caracte-
rísticos y definitorios del municipio desde esta perspectiva iusna-
turalista. Así, el art. 247 dice que municipio es una “Comunidad
natural con vida propia e intereses específicos, con necesarias

76
Historia Constitucional de la Provincia de San Luis

relaciones de vecindad […] Como consecuencia de ello es una


institución política-administrativa-territorial que, sobre una base
de capacidad económica para satisfacer los fines de un gobierno
propio, se organiza independientemente dentro del Estado, para
el ejercicio de sus funciones, que realiza de conformidad a esta
Constitución y a las normas que en su consecuencia se dicten”.
Además, reconocerá expresamente la autonomía municipal
en su más alta expresión: “Artículo 248. AUTONOMÍA MUNICI-
PAL. Se reconoce autonomía política, administrativa y financiera
a todos los municipios. Aquellos que dicten su carta orgánica mu-
nicipal, gozan además de autonomía institucional”.

14-La enmienda del 2006


En 2006 la Legislatura provincial sancionó la Ley Nº XIII-0545-
2006 (del 20/12/2006), mediante la cual se introduce una enmienda
al texto constitucional de 1987, siguiendo este novedoso mecanis-
mo de reforma que fue incluido en la última reforma constitucional.
Tal como lo prescribe el art. 287 del texto constitucional, es posible
operar la enmienda de un solo artículo de la Constitución mediante
la sanción de una ley de la Legislatura, la que deberá ser aproba-
da con el voto de los dos tercios de la totalidad de sus miembros
y posteriormente sometida al sufragio afirmativo del pueblo de la
Provincia, el cual debe ser convocado a tal efecto en oportunidad
de la primera elección que se realice. Si el resultado del sufragio
es positivo, la enmienda queda directamente incorporada al texto
Constitucional.
El art. 1º dispone: “Enmiéndese el texto del Artículo 147 de la
Constitución Provincial, el que, una vez culminado el procedimien-
to previsto por el Artículo 287 de la Constitución Provincial, quedará
redactado e incorporado como texto constitucional de la siguiente
manera: El Gobernador y Vicegobernador duran en sus funciones
el término de CUATRO (4) años y podrán ser reelegidos o suceder-
se recíprocamente por un solo período consecutivo. Si han sido re-
electos o se han sucedido recíprocamente no pueden ser elegidos
para ninguno de ambos cargos, sino con el intervalo de un período”.
De esta manera, se produce la última reforma constitucional

77
Cristian Altavilla

al texto constitucional puntano, limitando la posibilidad de ree-


lección, pasando de una reelección indefinida (habilitada desde
1987) a una reelección por un solo período consecutivo, aunque
dicha prohibición no es absoluta, sino relativa, ya que pueden vol-
ver a postularse con el intervalo de un período.
Siguiendo el procedimiento establecido en el art. 287, la pro-
puesta de enmienda fue sometida al sufragio popular en la prime-
ra elección realizada, las cuales fueron las elecciones generales del
16 de junio de 2007, donde se elegían Gobernador, vicegoberna-
dor, senadores y diputados provinciales. En esta oportunidad, el
“SI”obtuvo el 73% de los votos, frente al 27% del “NO”.
De esta manera, la enmienda que restringe la reelección in-
definida establecida en 1987, queda definitivamente incorporada
al texto de la Constitución Provincial. En este sentido, la provincia
inicia una tendencia inversa en el derecho público provincial ar-
gentino que desde 1983 se había visto más proclive a permitir o
ampliar las posibilidades de reelección, siendo solamente dos los
casos que restringieron la reelección: San Luis en 2006 y La Rioja
en 2008 (Altavilla 2017).

15-La enmienda del 2011


En 2011 la Legislatura provincial sancionó la Ley Nº XIII-
0755-2011 (del 08/06/2011), por la que se enmienda la Constitu-
ción provincial, con la incorporación de un artículo enteramente
nuevo, el 11 Bis.
Este artículo tiene tres disposiciones muy interesantes. En
primer lugar, una declaración por la cual se establece que la Cons-
titución de la Provincia de San Luis reconoce todos los derechos y
garantías que establece la Constitución Nacional, “a los que con-
sidera un piso, por sobre el cual la Provincia de San Luis puede
establecer mayores derechos y garantías”. En este sentido, la cons-
titución puntana se adscribe a la teoría constitucional provincial
más clásica, reconociendo su propia facultad de ampliar e intro-
ducir nuevos derechos, declaraciones y garantías. La provincia no
puede desconocer los derechos establecidos en la constitución
federal (así lo deja claro el nuevo artículo, cuando dice que los

78
Historia Constitucional de la Provincia de San Luis

“considera un piso”), pero sí puede crear nuevos. En un breve re-


paso por la historia constitucional de San Luis se puede observar
cómo el constituyente provincial ha sabido estar en la vanguardia
de la evolución constitucional nacional e internacional con la in-
corporación de nuevas garantías y el reconocimiento de nuevos
derechos.
Ya había establecido Joaquín V. González con mucha preci-
sión, en su obra Manual de la Constitución Nacional publicada
originariamente en 1897, el alcance y extensión del derecho pú-
blico provincial, sosteniendo que “porque la constitución de una
provincia es un código que condensa, ordena y da fuerza impera-
tiva a todo el derecho natural que la comunidad social posee para
gobernarse, a toda la suma originaria de soberanía inherente, no
cedida para los propósitos más amplios y extensos de fundar la
Nación. Luego, dentro del molde jurídico del código de derechos
y poderes de esta, cabe la más grande variedad, toda la que pueda
nacer de la diversidad de caracteres físicos, sociales e históricos de
cada región o provincia o de sus particulares anhelos o aptitudes
colectivos”.
En segundo lugar, el art. 11 Bis reconoce dos nuevos derechos
fundamentales (una muestra clara del ejercicio novedoso e inven-
tivo del derecho público provincial) que se refieren al Derecho a la
Inclusión Social y el Derecho a la Inclusión Digital, ambos recono-
cidos como Nuevos Derechos Humanos fundamentales.
Por último, en tercer lugar, reconoce la preexistencia étnica
y cultural de los Pueblos Indígenas, en plena concordancia con el
art. 75, inc. 17 de la Constitución Nacional (disposición incorpora-
da en la reforma de 1994), que también establece, como facultad
del Congreso: “Reconocer la preexistencia étnica y cultural de los
pueblos indígenas argentinos”. El texto federal reconoce además
de la identidad de los pueblos originarios, el derecho a una edu-
cación bilingüe e intercultural, la personería Jurídica de las comu-
nidadesy la posesión y propiedad comunitarias de las tierras que
tradicionalmente ocupan; se debe asimismo asegurar su partici-
pación en la gestión referida a sus recursos naturales y a los demás
intereses que los afecten. Lo importante de esta disposición que
expresamente lo reconoce como una competencia concurrente

79
Cristian Altavilla

con las provincias (como no podía ser de otra manera), al esta-


blecer que “las provincias pueden ejercer concurrentemente estas
atribuciones”.
A diferencia del texto federal, la constitución de San Luis
menciona expresamente el reconocimiento de los “derechos con-
suetudinarios preexistentes” y agrega otras disposiciones de orden
internacional, como el Convenio Nº 169 de la OIT (Organización
Internacional del Trabajo) sobre Pueblos Indígenas y Tribales en
Países Independientes y la Declaración de la Organización de las
Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas del
13 de septiembre del año 2007.
El Convenio N° 169 de la OIT es un instrumento internacio-
nal adoptado por la Conferencia Internacional del Trabajo el 27
de junio de 1989 en Ginebra, y fue ratificado por la República
Argentina mediante Ley Nº 24.071, sancionada el 4 de marzo de
1992. Por este instrumento se reconocen una serie de derechos y
garantías para los Pueblos Indígenas y, particularmente, un con-
junto de obligaciones y responsabilidades para hacer efectivos es-
tos derechos y una mayor participación de estos pueblos en todas
aquellas cuestiones atinentes a ellos. Por su parte, la Declaración
de la Organización de las Naciones Unidas sobre los Derechos de
los Pueblos Indígenas, fue aprobada por la Asamblea General el
13 de septiembre de 2007, en la ciudad de Nueva York, constitu-
yendo un verdadero marco de referencia para la consecución de
los fines y objetivos declarados en este instrumento que reconoce
derechos colectivos, culturales y sobre la identidad, y un conjunto
de derechos económicos, sociales y culturales, como la salud, la
educación,el empleo, etc.
La República Argentina votó a favor en aquella Asamblea,
pero no ha incorporado este instrumento al ordenamiento jurídi-
co interno, razón por la cual aún no tiene efectos vinculantes. En
este sentido, el hecho de ser mencionado expresamente en la Car-
ta Magna local le da jerarquía suficiente para ser aplicada por los
jueces provinciales y ser tenida en cuenta por los operadores jurí-
dicos a la hora de elaborar y aplicar políticas públicas vinculadas
con los pueblos originarios, por cuanto estos instrumentos son
una guía para la planificación y ejecución de políticas tendientes

80
Historia Constitucional de la Provincia de San Luis

a resguardar la cultura y la identidad de nuestros pueblos origina-


rios. A ello cabe agregar que la provincia de San Luis había adhe-
rido con anterioridad a la Declaración de Naciones Unidas sobre
los Pueblos Indígenas, mediante Ley Nº V-0672-2009, sancionada
el 9 de septiembre de 2009, por lo que sí tiene plena vigencia en el
ordenamiento jurídico provincial.
Por otro lado, no todas las provincias contienen disposiciones
relativas a los derechos de los pueblos aborígenes, lo que coloca a
la provincia de San Luis en la vanguardia del derecho público pro-
vincial argentino. Actualmente constituciones provinciales contie-
nen normativa sobre Pueblos Indígenas y sus comunidades: Jujuy
(Art. 50, Constitución de 1986), Río Negro(Art. 42, 1988), Buenos
Aires (Art. 36 Inc. 9, 1994), Chaco (Art. 37, 1994), Chubut (Art. 34,
1994), La Pampa (Art. 6, párr. 2°, 1994), Salta (Art. 15, 1998), For-
mosa (Art. 79, 2003), Neuquén (Art. 53, 2006), Tucumán (Art. 149,
2006) y Entre Ríos (Art. 33, 2008).
En función de lo prescripto por el art. 287 del texto constitu-
cional, la ley provincial debe ser sometida al sufragio afirmativo
del pueblo de la Provincia. Siguiendo este procedimiento, la ley
fue sometida a votación popular en las elecciones generales de la
provincia del 23 de octubre de 2011, donde se elegían gobernador y
vicegobernador, senadores provinciales y diputados provinciales.
Estas elecciones además coincidieron con las elecciones naciona-
les, por las que se eligieron además los tres senadores nacionales
y dos diputados nacionales por San Luis. El “SI” obtuvo 72.292 vo-
tos, es decir, el 81,16% - frente a los 16.785 votos que obtuvo el NO
(18,84%), por lo que la enmienda quedó aprobada e incorporada
al texto constitucional provincial.

16- Corolario
La provincia de San Luis, una de las 14 provincias originarias
de la federación argentina, cuenta con una vasta y rica historia
constitucional. Desde el Acta que celebrara el Cabildo puntano
aquel febrero de 1820 declarando a la ciudad y a sus alrededores
como provincia autónoma en ejercicio pleno del poder sobera-
no mientras no se constituyera jurídica y políticamente la Nación

81
Cristian Altavilla

argentina, hasta la última gran reforma del período de redemo-


cratización producida en el año 1987, la provincia de San Luis fue
adecuando su texto constitucional a los avances que la ciencia del
derecho constitucional iba produciendo. El derecho público de
San Luis se adelantó al nivel federal en materias clave como de-
rechos políticos, organización de los poderes públicos, en el reco-
nocimiento de garantías y derechos constitucionales, entre otros
muchos aspectos.
La evolución constitucional de San Luis se fue adecuando a
las distintas generaciones de derechos y la clase dirigente local fue
respondiendo, a través de sucesivas reformas constitucionales, a
las exigencias que cada época o etapa histórica iba planteando.
Los inicios del derecho público puntano fueron, sin dudas, ru-
dimentarios y primitivos. Pero prontamente sus instituciones se
fueron adecuando a las más modernas técnicas y diseños institu-
cionales que el derecho comparado proporcionaba. Sus distintos
textos constitucionales reflejan la idiosincrasia que la sociedad
puntana fue atravesando a lo largo de su historia, y pusieron de
resalto sus aciertos y defectos, como así también sus anhelos y ob-
jetivos como sociedad. El Acta de Autonomía de 1820 y las dispo-
siciones del primer gobernador puntano, Santos Ortiz, constituye-
ron los primeros pasos en la organización política y jurídica de la
puntanidad; toscos y rudimentarios como fueron, constituyeron
los cimientos sobre los cuales se construirían, décadas más tarde,
instituciones más sólidas bajo el paradigma republicano y demo-
crático que imperó en el mundo occidental desde la Revolución
Francesa.
Los distintos textos constitucionales con que estuvo dotada
la sociedad sanluiseña ponen de resalto los avances del derecho
constitucional moderno, y son un reflejo fiel de su evolución, pa-
sando por el reconocimiento de los derechos de primera genera-
ción en los textos constitucionales de mediados del s. XIX y hasta
mediados del s. XX. Los textos de 1855, 1871, 1905, 1927, 1941 y
1947 serán marcadamente liberales, en su acepción más clási-
ca. La reforma del 49 imprimirá el constitucionalismo social a la
Carta Magna local y, aunque poco tiempo después fuera dejada
sin efecto, sus instituciones en el imaginario colectivo, como una

82
Historia Constitucional de la Provincia de San Luis

lección aprendida que difícilmente fuera a olvidarse. La sociedad


puntana conservó esas ideas que recién cincuenta años después
pudo volver a plasmarlas en su carta constitucional, desde de dé-
cadas de inestabilidad social, política y económica, de períodos
de incertidumbre e irrupciones institucionales, de alternancias
entre gobiernos de facto y gobiernos constitucionales. La reforma
de 1962 fue un tímido intento por restablecer algunos de los dere-
chos incorporados en el 49, pero el contexto histórico impidió a la
convención ir más allá y tuvo que clausurar sus sesiones de mane-
ra precipitada y tratar de salvaguardar lo poco que había logrado
rescatar.
Tuvieron que pasar otras tres décadas más para que el am-
biente fuera propicio para dotar al texto constitucional provincial
de todos los derechos, garantías y declaraciones y de las más mo-
dernas instituciones democráticas que el pueblo puntano se me-
recía. Recién con el retorno a la democracia en diciembre de 1983
se pudieron sentar las bases para crear un ambiente y un contexto
propicio. Será la gran reforma de 1987 la que dotará al texto cons-
titucional provincial de los más modernos derechos y garantías,
restablecerá aquellos de la segunda generación que habían sido
plasmados en la fallida constitución del 49, pero esta vez con los
avances del constitucionalismo de la tercera generación, con ins-
titutos de democracia semidirecta, de participación ciudadana, de
derechos colectivos y difusos, entre otros grandes avances.
El texto constitucional de 1987 es el más longevo de todos; es
el texto constitucional que más tiempo ha permanecido inalterado
y que tampoco ha visto suspendida su vigencia; las instituciones,
mientras más tiempo perduran, más se arraigan en los pueblos,
más fuertes se hacen y adquieren una tendencia natural a perdu-
rar. La sociedad puntana y la sociedad argentina, con altibajos y
algunos desequilibrios, vive hoy el período constitucional y demo-
crático ininterrumpido más longevo de su historia; es el deber y el
gran desafío de su pueblo el de mantener y respetar las institucio-
nes que son la base de la democracia, no ya solo como forma de
gobierno, sino también y fundamentalmente, como forma de vida.

83
ución constitucionalEvolución
Decl. de autonomía 1820

Estatuto provisorio 1832


Cristian Altavilla

1° Const. 1855
Evolución constitucional de la provincia
Ref. Parcial 1871
de San Luis

de la provincia
Ref. Total 1905

Decl. Ref. Parcial


de autonomía 1927
1820

constitucional
EstatutoInter-
provisorio 1832

1932

1930
-
rupción

de San Luis
1° Const.
Ref. Parcial 1855
1941
Ref. Parcial 1871

de la provincia de San Luis


Inter-

1946

1943
Ref. Total 1905

-
rupción

Ref.Parcial
Ref. Parcial 1947
1927

Ref. Parcial
Inter- 1949
1932

1930
-
rupción
Inter-
1958

1955

Ref.rupción
Parcial 1941
-

Ref. Parcial 1962


Inter-
1946

1943
-

rupción
Inter-
1983

1966

Ref.rupción
Parcial 1947
-

Ref.
Ref. Total
Parcial 1987
1949

Enmienda
Inter- 2006
1958

1955
-

rupción
Enmienda 2011
Ref. Parcial 1962

Inter-
1983

1966
-

rupción

Ref. Total 1987

Enmienda 2006

Enmienda 2011

84
Historia Constitucional de la Provincia de San Luis

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88
REGLAMENTO PROVISORIO
PARA EL RÉGIMEN Y GOBIERNO
DE LA PROVINCIA DE SAN LUIS
DE 1832
Cristian Altavilla
Historia Constitucional de la Provincia de San Luis

Reglamento Provisorio para el Régimen y Gobierno de la Provincia de San Luis de 1832

ÍNDICE
93 Capítulo 1 – Religión (arts. 1 y 2)
94 Capítulo 2 – Cámara Legislativa (arts. 1 a 3)
94 Capítulo 3 – Poder Ejecutivo (arts. 1 a 33)

91
Cristian Altavilla
Historia Constitucional de la Provincia de San Luis

Reglamento Provisorio para el Régimen y Gobierno de la Provincia de San Luis de 1832

Reglamento Provisorio para el Régimen


y Gobierno de la Provincia de San
Luis, formado por el Congreso de sus
diputados representantes en la ciudad de
San Luis a 7 de enero de 1832.
La provincia de San Luis, reunida por medio de sus diputados
representantes con el objeto de nombrar su Supremo Gobierno y
deliberar sobre los demás asuntos concernientes a la felicidad pú-
blica, ha dispuesto que a la posible brevedad y antes de proceder a
la elección de Gobierno se forme un Reglamento provisional, por
el cual deba regirse la provincia bajo la forma de gobierno federal
que ha acordado entre tanto se congrega la Nación, quien señalará
la forma de gobierno bajo del cual y las leyes que dictare deberá
regirse. A fin de evitar, por lo pronto, el escandaloso desorden a
que nos han conducido las convulsiones políticas, y penetrada de
la grave necesidad de fortalecer los eslabones de la cadena que
debe ligar los robustos brazos de la arbitrariedad y despotismo,
para que no profane por más tiempo el sagrado recinto en que se
custodia la libertad, la igualdad, la propiedad y la seguridad, que
hacen la rica herencia de los interesantes derechos del hombre.
Penetrada igualmente de la funesta devastación que ha causado
en el espíritu de los hombres el monstruo de la ambición que ha
creído, para acercarse algún tanto a la senda que conduce a la fe-
licidad común, según lo permite su estado actual, la premura del
tiempo y las circunstancias, debe establecer (como establece) las
reglas provinciales siguientes:

Capítulo I – RELIGIÓN
Artículo 1º — En virtud que la provincia de San Luis profesa
la verdadera Religión Apostólica Romana con exclusión de cual-
quiera otra, toda persona de cualquiera condición o clase que sea,
que atente contra ella por palabra o por obra, será severamente
castigada por las autoridades eclesiásticas o políticas; y si fuese

93
Cristian Altavilla

extraño de la provincia se mandará salir de ella inmediatamente,


para cuyo efecto se prestarán los auxilios necesarios a las predi-
chas autoridades.
Artículo 2º — En razón de pertenecer los diezmos de la pro-
vincia exclusivamente a ella, se devolverán a la iglesia para que se
les dé el destino que siempre han tenido.

Capítulo 2 – CÁMARA LEGISLATIVA


Artículo 1º — En la ciudad deberá haber una Sala que repre-
sente la provincia, compuesta de siete individuos de los de más pro-
bidad y adhesión al sistema federal, con su presidente, vicepresi-
dente y secretario, la que deberá ser nombrada por la provincia.
Artículo 2º — Será de la inspección de esta resolver, como so-
berana, todos los asuntos de grave momento que le pertenezcan.
Artículo 3º — Será del deber de la Honorable Sala el reunirse
un día en la semana para acordar los artículos que sean benéficos
al bien de la provincia, y agregarlos a este cuerpo de ley.

Capítulo 3 – PODER EJECUTIVO


Artículo 1º — El Supremo Gobierno de la provincia deberá,
asimismo, ser elegido por sus diputados representantes en la per-
sona de un ciudadano hijo del país o vecino que tenga diez años
de residencia en él y capital de mil pesos, lo menos, en bienes raí-
ces o estables.
Artículo 2º — Para obtener este empleo, deberá ser persona
que tenga adhesión a la causa federal adoptada por la provincia y
que no sea deudor a la caja del Estado.
Artículo 3º — El tiempo de la administración de su gobierno
deberá ser el término perentorio de dos años y no podrá ser ree-
legido hasta pasado un bienio, entendiéndose que cualesquiera
función o actuación que haga concluido el tiempo de su gobierno
se tendrá por irrito o nulo.
Artículo 4º — El citado gobernador deberá anunciar a la pro-
vincia la conclusión de su gobierno y convocarla para nueva elec-
ción quince días antes de su terminación , y en caso de omitirlo la

94
Historia Constitucional de la Provincia de San Luis

Reglamento Provisorio para el Régimen y Gobierno de la Provincia de San Luis de 1832

provincia se tendrá por convocada en virtud de esta ley.


Artículo 5º — El gobierno electo, al prestar el juramento de
estilo, agregará la protesta de cumplir y hacer cumplir fiel y legal-
mente este Reglamento de que se le hará entrega.
Artículo 6º — Se le pagará un sueldo con la dotación de seis-
cientos pesos anuales, atendiendo a la pobreza en que se halla la
provincia, y cuando mejoren estas circunstancias aumentará algo
más. Y la dotación del ministro secretario será de treinta pesos
mensuales.
Artículo 7º — Inmediatamente de haber concluido el tiempo
de su gobierno y de haberse elegido el sucesor, nombrará la pro-
vincia una comisión compuesta de siete individuos de los de más
probidad y justicia y conocida adhesión a la causa, para que resi-
dencien al gobernador saliente de su administración, cualquiera
que haya sido, y a la que ocurrirán los agraviados (si los hubiese),
los de la ciudad en el término de quince días, y los de la campaña
en el de veinte.
Artículo 8º — El Poder Ejecutivo no podrá declarar guerra ni
paz, ni mandar expedición ninguna fuera de la provincia, sino con
acuerdo y resolución de la Sala de sus Representantes.
Artículo 9º — Hallándose en paz y tranquilidad la provincia,
solo habrá en el cuartel y piquete de diez y seis hombres para lo
que se pueda ofrecer, y este se deberá alternar mensualmente y su
gratificación será la que el Supremo Gobierno estime conveniente.
Artículo 10º — Toda persona, de cualesquiera clase o con-
dición que sea, que se atreva a atentar por medio de revolución a
la autoridad del Supremo Gobierno Ejecutivo, será castigada con
pena de muerte; dando por irrita y nula cualesquiera disposición
que este y sus aliados tomen en el particular.
Artículo 11º — Es de la inspección del Supremo Gobierno
nombrar el ministro de Hacienda, administrador de Correos y re-
ceptor de Propios en distintos sujetos que no tengan con él paren-
tesco inmediato.
Artículo 12º — El ramo de Propios de ciudad a su ingreso re-
cibirá la mitad el receptor que se nombre y la otra mitad el minis-
tro de Hacienda.
Artículo 13º — Cuando se nombrasen los jueces ordinarios

95
Cristian Altavilla

se nombrarán igualmente los defensores de pobres y de menores.


Artículo 14º — La elección de los citados en el artículo ante-
rior deberá hacerse por la Sala de Representantes de la provincia.
Artículo 15º — El ejercicio del Juez de Policía, que debe ha-
ber, queda al cargo de los jueces ordinarios por no permitir las cir-
cunstancias la creación de este funcionario.
Artículo 16º — El Poder Ejecutivo deberá, a la posible breve-
dad, establecer una escuela de primeras letras para la juventud,
cuyo maestro será el mejor que se pueda conseguir.
Artículo 17º — La dotación del dicho maestro será la de vein-
te y cinco pesos mensuales pagados del ramo de carne destinado
para este objeto, el que será tan privilegiado que no podrá invertir
en otro destino que en este para que ha sido impuesto; y cuando,
por alguna urgentísima necesidad del Estado, se ocupe su fondo,
será reconocida la deuda con preferencia.
Artículo 18º — Si por algún acontecimiento se suspendiese
la escuela por falta de maestro o por algún otro motivo, el citado
ramo se irá guardando en depósito hasta su tiempo en poder del
receptor de Propios, quien deberá igualmente recibirlo.
Artículo 19º — Asimismo será del cargo del Gobierno Ejecutivo
nombrar una comisión de tres individuos de probidad e inteligencia,
cada cuatro meses, que revise la escuela y se imponga de los adelan-
tamientos de la juventud, así en lo moral de su doctrina como en lo
literal, y ponerlo en conocimiento del Supremo Gobierno.
Artículo 20º — Siendo uno de los deberes de la provincia pro-
teger y asegurar, del modo que previenen las leyes, la vida, repu-
tación, libertad, seguridad, propiedad de cada uno de sus indivi-
duos, no se sacarán auxilios ni contribuciones sino por el orden
que establece este Reglamento.
Artículo 21º— Se tomará una cuenta exacta de todas las es-
pecies de animales mostrencos de la provincia para el servicio co-
mún y se distribuirán en todos los puntos necesarios para el buen
régimen de ella, a disposición del Poder Ejecutivo.
Artículo 22º — Se señalará una comisión, compuesta de seis
individuos de probidad asociados con el juez respectivo, que em-
padronen todos los propietarios que componen la provincia, para
que en los casos de invasión de indios u otras urgencias graves, se

96
Historia Constitucional de la Provincia de San Luis

Reglamento Provisorio para el Régimen y Gobierno de la Provincia de San Luis de 1832

les señale con arreglo a justicia distributiva con lo que cada uno
debe contribuir.
Artículo 23º — Si antes de haberse efectuado la distribución
sucediese alguna invasión de indios o alguna otra de gravedad en
la provincia, la Honorable Sala de Representantes con anuencia
del Ejecutivo acordarán lo inconveniente.
Artículo 24º — En los auxilios que se deban sacar será guar-
dando la proporción de que de cada veinte y cinco animales vacu-
nos solo se saque uno, y de cada seis caballos, uno; y siendo ene-
migo de la causa, el duplo.
Artículo 25º — El individuo que no teniendo ninguna de es-
tas especies, pero que tenga otros intereses, se lo graduarán y saca-
rá a proporción de ellos; y siendo enemigo de la causa, con arreglo
al artículo anterior.
Artículo 26º — Ningún propietario entregará auxilio de nin-
guna especie sin que sea previa la orden superior, exigiendo el re-
cibo de la especie entregada.
Artículo 27º — El Gobierno Ejecutivo tendrá especial cuida-
do de mandar devolver los caballos a sus dueños después de he-
cha la fatiga para que han sido sacados, como también de tomar
una razón económica del gasto de carne que se haga para la tropa.
Artículo 28º — Serán plenamente respetados los ciudadanos
y sus intereses, y no serán atropellados por persona alguna de nin-
guna graduación que sea; y el que se encontrase ofendido formará
su queja al Ejecutivo, quien no dejará impune la infracción de este
artículo; pero si no encontrase justicia, la elevará en grado de que-
ja a la comisión de residencia.
Artículo 29º — No se podrá en la provincia fusilar ni confinar
a ningún reo sin el previo proceso y sentencia legal.
Artículo 30º — Habiéndose hecho costumbre el pernicioso
vicio del robo, para cortar de raíz este grave mal se impone la pena
a todo el que incurra en él, desde el valor de un peso, ochenta azo-
tes por la primera vez; y a la que reincidiesen se les aplicará penas
más fuertes, las que señalará el Poder Ejecutivo, como también a
los malos jueces que disimulen esta clase de delincuentes.
Artículo 31º — Queda privada la extracción de toda especie
de hacienda hembra, y solo lo macho podrá extraerse pagando el

97
Cristian Altavilla

derecho de tres reales por cabeza de ganado vacuno, y del cabalgar


manso o chúcaro, cuatro reales, y por el lanar un real.
Artículo 32º — Será del deber del Poder Ejecutivo, inmedia-
tamente de su recepción, proveer en persona idónea el empleo de
comandante general, como tan necesario en las actuales circuns-
tancias; cuyo sueldo será, estando en ejercicio activo de su em-
pleo, el de treinta pesos mensuales, y en tiempo de quietud solo
será el de quince pesos.
Artículo 33º — Por ningún pretexto se deberán ocupar en el
servicio militar a los propietarios ni a sus capataces, a no ser en los
casos de invasión del enemigo bárbaro.

NOTA: Los sacerdotes nombrados en la comisión al abrirse


la sesión del artículo 10 del capítulo 3º, sobre si debía imponerse
pena de muerte a la persona que atentase por medio de revolu-
ción contra el Supremo Gobierno de la provincia, se retiraron di-
ciendo que el espíritu de lenidad de su carácter y ministerio no les
permitía concurrir a la imposición de esa pena.

Habiendo presentado a la Honorable Asamblea la comisión


nombrada el Reglamento provisional de que fue encargada, y dis-
cutiéndose artículo por artículo su conveniencia, acordó en cuan-
to al artículo 2º del capítulo1º se devuelvan los diezmos a la iglesia
desde el remate siguiente, pero que los pertenecientes a este año
se cedan al Estado, en razón de haber gastado parte de ellos y ne-
cesitar de la otra parte para auxiliar la defensa contra el enemigo
bárbaro que amenaza invadir la provincia. Asimismo acordó, en
cuanto al artículo 32 Capítulo 3º, que el sueldo del comandante
general de armas deba ser el que le asigne el Supremo Gobierno
con acuerdo de la Sala de Representantes.
Y siendo de la aprobación de los señores representantes todos
y cada uno de los artículos contenidos en el expresado Reglamen-
to, dijeron que lo sancionaban y mandaban se cumpliese fiel y le-
galmente por todos los individuos de la provincia, que se publique
en esta ciudad en los lugares de estilo para que llegue a noticia de
todos, y a la jurisdicción se manden copias legalizadas por el Go-
bierno Ejecutivo a los jueces de los partidos, para que del mismo

98
Historia Constitucional de la Provincia de San Luis

Reglamento Provisorio para el Régimen y Gobierno de la Provincia de San Luis de 1832

modo lo manden publicar, obedecer y cumplir. Y para su constan-


cia lo firmaron en ocho días del mes de enero de mil ochocientos
treinta y dos.

Juan Lamas – Fray Francisco Gayoso - Fray Baltasar de León


– Tomás Barroso – José Leandro Cortés – Juan Vílchez – Juan An-
selmo Garay – Pablo Lucero – Pascual Bailón Ferreyra – A ruego
de Lorenzo Andrada, Pascual Bailón Ferreyra – Rufino Calderón
– José María Funes – Estanislao Bargas – Gumersindo Pérez – Hila-
rión Miranda – Félix Rodríguez de Romero – José Manuel Atencio
– Isidro Capdevilla – Eugenio Panelo – José León Gallardo – José
Fernández – Pedro José Arabena – Martín Peralta – Francisco Ja-
vier Bustos – Ignacio Suárez – Pedro Celestino Alfonso – Bernabé
Balenzuela – Juan Esteban Funes – José Hilario Sepúlveda – Andrés
Alfonso – Pedro Herrera – José Olalla Cabral – Juan Pereira – Rafael
Panelo – Ignacio Suárez – Laureano Alfonso – Pedro Nolasco Pe-
dernera – Pedro Jacinto García – Rufino de Flores – Por el señor
Presidente (Fray Benito Lucio Lucero), Pío Solano Jofré - Cornelio
Lucero, Secretario.

99
Cristian Altavilla
Constitución de 1855

Constitución de 1855

101
Cristian Altavilla
Constitución de 1855

ÍNDICE

105 Preámbulo
105 Capítulo I. Declaraciones Generales (Arts. 1 a 12)
107 Capítulo II. Del Poder Legislativo (Arts. 13 a 19)
110 Capítulo III. De la Formación y Sanción de las Leyes
(Arts. 20 a 22)
111 Capítulo IV. Del Poder Judicial (Arts. 23 a 33)
113 Capítulo V. Del Poder Ejecutivo (Arts. 34 a 45)
116 Capítulo VI. Consejo y Secretaría del Poder Ejecutivo
Provincial (Arts. 46 a 54)
118 Capítulo VII. Poder Municipal – Administración
Departamental (Arts. 55 a 57)
119 Capítulo VIII. Reforma de la Constitución (Arts. 58 a 59)
119 Capítulo IX. Disposiciones Transitorias (Arts. 60 a 62)
120 Capítulo X. Apéndice. Derecho. Público Local (Arts. 63 a 73)

103
Cristian Altavilla
Constitución de 1855

CONSTITUCIÓN DE LA PROVINCIA
DE SAN LUIS 1855
Nos, los representantes de la provincia de San Luis, reunidos
en asamblea constituyente, en nombre de Dios, y en ejercicio de
la soberanía provincial no delegada expresamente por la constitu-
ción general de 25 de mayo de 1853 a las autoridades de la confe-
deración, segun lo declaran sus artículos 5, 101, 102 y 103, hemos
acordado y sancionado la siguiente constitución para la provincia.

Capítulo I
DECLARACIONES GENERALES
Artículo 1
La provincia de San Luis con los límites que actualmente tie-
ne hasta ulteriores arreglos, es parte integrante de la Confedera-
ción Argentina.

Artículo 2
La provincia confirma y ratifica el principio de gobierno repu-
blicano representativo programado por la revolución americana, y
consagrado por la constitución general de 1858.

Artículo 3
La provincia adopta y sostiene la religión católica, apostólica,
romana, según el art. 2º de la constitución general. Ratifica y adop-
ta entre las bases de su derecho público las disposiciones conte-
nidas en los artículos 5º, 6º, 7º, 8º, 9º, 10º y 11º de la constitución
nacional.

Artículo 4
La constitución de San Luis impone a sus autoridades las li-
mitaciones designadas a los gobiernos de provincia por los artícu-
los 105 y 106 de la constitución general de 25 de mayo.

Artículo 5
Todas las autoridades de la provincia son responsables. Todos

105
Cristian Altavilla

los funcionarios prestan juramento de cumplir con las disposicio-


nes de esta constitución y de respetar la constitución y las autori-
dades generales de la confederación.

Artículo 6
Ninguna autoridad de la provincia es extraordinaria. Todas
son esencialmente limitadas por esta constitución, y ninguna
ley podrá darse que sea contraria o derogatoria de sus disposi-
ciones.

Artículo 7
Cualquiera resolución adoptada por la sala de represen-
tantes, o por el poder ejecutivo, en presencia o por requisición
de fuerza armada, o de reunión de pueblo, es nula de derecho,
y jamás podrá tener efecto legal.

Artículo 8
La provincia no reconoce más autoridades provinciales
que las establecidas por esta constitución. Toda persona o reu-
nión de personas, que se titule pueblo, o se arrogue autoridad
que no tiene por la ley, comete sedición.

Artículo 9
Todo puntano es soldado de la guardia cívica conforme a la
ley, con la excepción de diez años que concede a los ciudadanos
por naturalización el artículo 21 de la constitución nacional.

Artículo 10
No se dará en la provincia ley ni reglamento que haga infe-
rior la condición cívica del extranjero a la nacional. Ninguna ley
obligará a los extranjeros a pagar mayores contribuciones que
las soportadas por los nacionales.

Artículo 11
Los extranjeros domiciliados en San Luis, aunque carezcan
de ciudadanía, son admisibles a los empleos municipales, y de
simple administración.

106
Constitución de 1855

Artículo 12
La soberanía reside en el pueblo, y la parte no delegada ex-
presamente a la confederación es ejercida, con arreglo a la cons-
titución presente, por las autoridades provinciales que ella esta-
blece.

Capítulo II
DEL PODER LEGISLATIVO
Artículo 13
El poder legislativo de la provincia reside en la sala compues-
ta de trece diputados elegidos por los departamentos conforme a
la ley local de elecciones. Sus servicios serán remunerados por el
tesoro de la provincia.

Artículo 14
La sala se renueva por terceras partes todos los años.

Artículo 15
Para ser electo diputado se requiere la calidad de ciudadano
argentino, domiciliado en San Luis, la edad de veinticinco años,
y el goce de una propiedad de valor de dos mil pesos, o de una
renta o entrada equivalente a la renta de ese capital. No pueden
ser diputados los empleados a sueldo del poder ejecutivo.

Artículo 16
No son electores, ni elegibles los monjes regulares, los deu-
dores morosos a la confederación o a la provincia, los infamados
por sentencia, los que están encausados criminalmente, los ban-
carroteros y los afectados de incapacidad física o mental.

Artículo 17
La sala se reúne para sus deliberaciones dos días en la se-
mana, los que designará su reglamento interior, y puede ser con-
vocada extraordinariamente por el poder ejecutivo, o a petición
que se haga al presidente por cinco de sus miembros.

107
Cristian Altavilla

Artículo 18
Son atribuciones de la sala:
1ª Juzgar y calificar la validez de las elecciones de sus di-
putados, reglamentar sus discusiones y reprimir las faltas par-
lamentarias de sus miembros, conforme a los estatutos de su
régimen interno.
2ª Elegir gobernador para la provincia, componiéndose a
este fin de doble número; cuyo acto deberá efectuarse por lo
menos con dos terceras partes de sus miembros, y se hará pre-
sentando al presidente cada un diputado una cédula cerrada,
en que expresará la persona por quién vota para gobernador,
las que reunidas abrirá el presidente en presencia de la sala,
procediendo inmediatamente con el secretario y tres miembros
más, elegidos por suerte a hacer el escrutinio, y anunciar el nú-
mero de sufragios que resulten en favor de cada candidato para
gobernador. El que reúna la mayoría absoluta de todos los votos
será proclamado inmediatamente gobernador. En caso de que
por dividirse la votación no hubiera mayoría absoluta, elegirá
verbalmente la sala de representantes entre las personas que
hubiesen obtenido mayor número de sufragios. Si la primera
mayoría hubiera cabido a una sola persona, y la segunda a dos
o más, elegirá la sala entre todas las personas que hayan ob-
tenido la primera y segunda mayoría. Si verificada la primera
votación no resultase mayoría absoluta, se hará segunda vez,
contrayéndose número de sufragios. En caso de empate se re-
petirá la votación, y si resultase nuevo empate, decidirá el pre-
sidente de la sala. El acto de la elección de gobernador quedará
concluido en una sola sesión.
3ª Elegir senadores para el congreso nacional.
4ª Llamar a su recuento al secretario del gobernador, cuan-
do lo juzgue necesario.
5ª Expedir las leyes, para hacer efectivas las disposiciones
de la constitución provincial.
6ª Reglar la división civil, judicial y eclesiástica para la ad-
ministración de la provincia.
7ª Organizar su régimen municipal sobre las bases dadas
por esta constitución.

108
Constitución de 1855

8ª Decretar la ejecución de las obras públicas, exigidas por


el interés de la provincia.
9ª Admitir, o desechar la renuncia del gobernador de la
provincia y declarar los casos de incapacidad física o mental
permanente del mismo, para proceder a una nueva elección de
gobernador propietario. En el caso de una imposibilidad física
o mental súbita, que impida al gobernador propietario hacerla
presente, nombrará un gobernador interino por el término que
ella dure, debiendo concurrir a este acto lo menos dos terceras
partes del número ordinario de sus miembros.
10. Admitir o desechar la licencia temporal que pidiese el
gobernador y pedir su separación de la capital a objeto de servi-
cio público por un término que no exceda de seis meses.
11. Conceder o negar licencia temporal al gobernador de
la provincia para salir fuera del territorio de ella, procediendo a
nombrar interino en caso de concederla.
12. Autorizar los empréstitos que contrajeren la provincia
o sus municipalidades, siendo compatibles con la constitución
nacional.
13. Calificar los casos en que a utilidad pública hacer nece-
saria una enajenación forzosa.
14. Disponer las ventas y compras de las tierras de la pro-
vincia, que fueren compatibles con las disposiciones de la cons-
titución nacional.
15. Acordar jubilaciones, montepíos y recompensas de ca-
rácter y por causas locales, según las leyes de la provincia.
16. Establecer contribuciones directas y de toda especie,
con tal que no deroguen o contradigan las establecidas por el
congreso de la confederación.
17. Fijar los gastos de la provincia para cada año, y las en-
tradas con que deben ser cubiertos.
18. Crear empleados judiciales de la provincia, y determi-
nar sus atribuciones.
19. Recibir, aprobar y desechar la cuenta de los gastos pú-
blicos de la provincia.
20. Celebrar los tratados parciales con las otras provincias
sobre objeto de interés para la administración de justicia, la

109
Cristian Altavilla

instrucción o las mejoras económicas, usando del poder defe-


rido a las provincias sobre este particular por el art. 104 de la
constitución nacional.
19. La legislatura de San Luis no podrá ejercer ninguna de
las facultades cuyo ejercicio ha delegado esta provincia al con-
greso de la confederación.

Capítulo III
DE LA FORMACIÓN Y SANCIÓN DE LAS LEYES
Artículo 20
Las leyes se hacen del siguiente modo: tienen su origen
en proyecto dirigido por medio de un mensaje a la legislatura
por el gobernador de la provincia, o iniciado por cualquiera
de los miembros de ella. Discutido y aprobado un proyecto de
ley por la sala, pasa al poder ejecutivo de la provincia, quien
si también lo aprueba por su parte, lo sanciona como ley. Re-
pútase aprobado tácitamente todo proyecto no devuelto en el
término de diez días. Desechado un proyecto en su totalidad,
o en parte por el PE vuelve con sus objeciones a la sala que lo
discuta de nuevo. Y si lo aprueba por mayoría de los tercios,
pasa otra vez al ejecutivo para que sin más voto lo sancione
como ley.

Artículo 21
Ninguna decisión de la sala puede tener efecto de ley sin la
sanción del poder ejecutivo provincial; pero en ningún caso podrá
negar su sanción a las leyes sobre negocios municipales, sobre tra-
bajos de pública utilidad, sobre educación popular, inmigración y
contribuciones, sobre cuyos objetos estatuye por sí sola.

Artículo 22
Los miembros de la sala son inviolables y la libertad de su pa-
labra de ningún modo podrá coartarse ni será motivo de reclamo
judicial, o persecución, y gozarán de las prerrogativas que desig-
nan los artículos 58 y 59 de la constitución nacional a los senado-
res y diputados.

110
Constitución de 1855

Capítulo IV
DEL PODER JUDICIAL

Artículo 23
El poder judicial de la provincia es ejercido por una cámara de
justicia, y por los juzgados y magistrados establecidos por la ley.

Artículo 24
Nadie sino ellos pueden conocer y decidir en actor de carácter
contencioso. Su potestad es exclusiva. En ningún caso el goberna-
dor o la sala de diputados podrá arrogarse atribuciones judiciales,
revivir procesos fenecidos, ni paralizar los existentes.

Artículo 25
Son inamovibles los miembros de la cámara de justicia, du-
rante su buena comportación, y sus servicios son remunerados
por el tesoro de la provincia, conforme a la ley que expida la sala
al efecto. Deben su nombramiento al gobernador, que lo hace en
terna propuesta de la sala de representantes. La justicia inferior
hace parte del régimen municipal, y es reglada con él.

Artículo 26
La cámara de justicia es el tribunal superior de la provincia, y en tal
carácter ejerce una inspección de disciplina en todos los juzgados infe-
riores. Sus miembros pueden ser personalmente recusados y son res-
ponsables de las faltas que cometieren en el ejercicio de sus funciones.

Artículo 27
Son también inamovibles durante el término legal de su nom-
bramiento, que hace el gobernador, los demás jueces y magistrados
del poder judicial.

Artículo 28
Los miembros del poder judicial no pueden ser destituidos
sino por sentencia. En caso de mala conducta en el ejercicio de sus
funciones, solo podrán ser suspendidos por el gobernador, y sujetos
inmediatamente a juicio ante la cámara de justicia.

111
Cristian Altavilla

Artículo 29
Si uno o más miembros de la cámara de justicia fuesen acu-
sados ante ella, y por esta circunstancia quedase inhabilitada para
expedirse, el gobernador podrá nombrar provisoriamente en reem-
plazo los miembros necesarios.

Artículo 30
La cámara conoce de los conflictos de jurisdicción ocurridos
entre la judicatura de su inspección, y entre esta y los funcionarios
del poder ejecutivo provincial.

Artículo 31
Sus atribuciones secundarias y manera de proceder serán de-
terminadas por leyes orgánicas, que tendrán por bases constitucio-
nales la responsabilidad de los jueces, la brevedad de los juicios y
las garantías judiciales que la constitución general consigna en su
primera parte.

Artículo 32
Toda sentencia debe ser fundada expresamente en ley promul-
gada antes del hecho del proceso. Ningún juicio tendrá mas de dos
instancias.

Artículo 33
Ni la cámara ni los juzgados de provincia podrán ejercer en
caso alguno actos que pertenezcan a la jurisdicción nacional, atri-
buida a los tribunales federales por la constitución de 25 de mayo
de 1852. Fn consecuencia, no podrá conocer de las causas sobre
puntos regidos por la constitución general, por las leyes de la con-
federación y por los tratados con las naciones extranjeras; de los
conflictos que ocurrieren entre los principales poderes de la pro-
vincia, de las causas pertenecientes a empleados extranjeros de
carácter diplomático o consular; de los asuntos en que la confede-
ración será parte o en que sea parte la provincia; de los asuntos en-
tre vecinos de diferentes provincias, y en general de todos aquellos
que se someten a la jurisdicción de la república por el artículo 97
de su constitución general.

112
Constitución de 1855

Capítulo V
DEL PODER EJECUTIVO
Artículo 34
El poder ejecutivo de la provincia es ejercido por un ciudada-
no con el título de gobernador de la provincia, que debe su elec-
ción a la legislatura provincial conforme lo designa el artículo 18,
inciso 2º de esta constitución, por un consejo de gobierno, y por
uno o más secretarios que el gobernador elige según la ley.

Artículo 35
El gobernador dura tres años en el ejercicio de sus funcio-
nes, y sus servicios son remunerados por el tesoro de la provin-
cia, conforme a la ley que se expida al efecto, la que no puede ser
alterada durante su gobierno.

Artículo 36
No puede ser reelecto, a no ser que intervenga un periodo de tres
años. Le subroga un interino, o delegado en los casos previstos en el
artículo 18 inciso 9, 10 y 11, durante un período que no puede pasar de
seis meses. Si la ausencia o imposibilidad excede de este plazo, se le re-
puta vacante la silla del gobernador y se procede a una nueva elección.

Artículo 37
El gobernador de la provincia cesa en el poder el mismo día
en que expira su período de tres años.

Artículo 38
Por muerte del gobernador, y en los demás casos previstos en
el inciso 9º del artículo 18, mientras la sala ejecuta la nueva elec-
ción de gobernador propietario, o interino, que lo hará inmediata-
mente, ejercerá provisoriamente las veces de aquél el presidente
de ella, y en su defecto el vicepresidente.

Artículo 39
No podrá ausentarse del territorio de la provincia durante el
período de su mando, ni tres meses después de su cese, sin licen-
cia de la sala de representantes.

113
Cristian Altavilla

Artículo 40
Para ser elegido gobernador se requiere la edad de treinta y
cinco años, la calidad de ciudadano argentino, nacido en la pro-
vincia, o residente en ella seis años, que profese la religión católi-
ca, apostólica, romana, el goce de una propiedad de cinco mil pe-
sos, o de una renta equivalente a la de ese capital en la provincia.

Artículo 41
El gobernador de la provincia tiene las siguientes atribuciones:
1. Expide los decretos y reglamentos necesarios para poner en
ejercicio la constitución y las leyes de la provincia, con acuerdo del
consejo del gobierno.
2. Inicia las leyes de la provincia por mensaje que dirige a la legis-
latura, oído el parecer de su consejo, con la limitación del artículo 20
de esta constitución.
3. Ejerce los derechos del patronato provincial en la presentación
de párrocos y demás funcionarios de provincia en lo eclesiástico, a
propuesta en terna de la sala de representantes.
4. Concede, con acuerdo del consejo, los grados de oficiales para
la guardia nacional de la provincia hasta capitán inclusive y los de
mayor graduación de acuerdo con la sala de representantes.
5. Nombra y remueve los secretarios y oficiales de su despacho;
pero según la ley los empleados civiles, fiscales y militares de la pro-
vincia.
6. Presupuesta anualmente los gastos de la provincia, con pare-
cer de su consejo, y tiene la inversión de los fondos destinados a cu-
brirlos.
7. Es el jefe de todas las oficinas y empleados de la provincia.
8. Corresponde con el poder ejecutivo de la confederación, y por
su intermedio corren todos los actos exteriores de los poderes provin-
ciales.
9. Es agente intermedio y directo del gobierno federal para hacer
cumplir en la provincia la constitución y las leyes de la confederación.
10. Envia al congreso nacional y al presidente de la república
copias autorizadas de todos los actos que sanciona la sala provin-
cial, para examinar si son conformes, o contrarios a la constitución
común, a los impuestos nacionales, a los tratados estipulados con el

114
Constitución de 1855

extranjero, o a los derechos de las otras provincias.


11. Da cuenta anualmente a la sala del estado de la hacienda
provincial, y de la inversión dada a los fondos presupuestados el año
precedente.
12. Expone todos los años a la legislatura la situación de la pro-
vincia, las necesidades urgentes de su adelanto y progreso, y reco-
mienda a su atención los asuntos de interés público que reclaman
cuidados preferentes.
13. Puede conmutar la pena capital por delitos sujetos a la juris-
dicción provincial, previo informe del tribunal superior que hubiere
conocido de la causa, y con acuerdo del consejo de gobierno.

Artículo 42
Son atribuciones ajenas del gobernador de la provincia todas
las conferidas al presidente de la confederación por la sección 2ª
capítulo 3º de la constitución nacional de 25 de mayo. En conse-
cuencia, el gobernador no ejerce el derecho de patronato en la pre-
sentación de obispos para las iglesias catedrales, ni concede pase,
ni retiene los actos oficiales imanados de la silla romana, cuando
vienen autorizados por el gobierno nacional, ni nombra, ni recibe
empleados extranjeros, diplomáticos, o consulares, ni dispone de
las rentas de la confederación originadas para gastos nacionales,
ni concluye, ni firma tratados extranjeros, ni concede grados mili-
tares al ejército nacional, ni dispone de estas fuerzas militares sin
orden del gobierno nacional, ni declara la guerra, ni suspende en
caso alguno el ejercicio de la constitución nacional, sino con arre-
glo a sus disposiciones, y a las prevenciones del poder central.

Artículo 43
En ningún caso el gobernador puede imponer contribuciones
por sí solo, ni decretar embargos, ni exigir servicios que no estén
determinados por la ley, ni ordenar destierros, ni decretar arrestos
sin los requisitos establecidos por la constitución y las leyes.

Artículo 44
El gobernador no puede especular personalmente en ningún
negocio durante el período de su mandato.

115
Cristian Altavilla

Artículo 45
Al tomar posesión de su empleo presta en manos del presi-
dente de la legislatura el siguiente juramento: “Yo NN juro por
Dios nuestro señor desempeñar con lealtad y patriotismo el cargo
de gobernador de la provincia, cumplir y hacer cumplir la consti-
tución y las leyes de la misma, la constitución y las leyes de la con-
federación, respetar y hacer respetar las autoridades nacionales y
sus actos. Si así no lo hiciere, Dios y la Patria me lo demanden.“

Capítulo VI
CONSEJO Y SECRETARÍA DEL PODER
EJECUTIVO PROVINCIAL

Artículo 46
Conforme el artículo 31 de esta constitución, un consejo de
gobierno, y uno o más secretarios del despacho completan el per-
sonal que tienen a su cargo el poder ejecutivo de la provincia.

Artículo 47
El consejo de gobierno presidido por el gobernador constará
de cinco miembros, que serán: su secretario de despacho, el presi-
dente de la cámara de justicia, un miembro del cabildo y un exgo-
bernador, y si no hubiere un exgobernador se reemplazará con un
expresidente de la sala. Los dos últimos deben su nombramiento
al gobernador, y pueden ser removidos por él.
Artículo 48
Para ser consejero del gobierno se requieren las calidades exi-
gidas para ser secretario.

Artículo 49
El consejo de gobierno delibera los proyectos de ley que el go-
bernador pasa a la sala. Examina las leyes que la legislatura remite
con su aprobación al gobernador, para que las sancione y los pre-
supuestos anuales de gastos públicos, que el gobernador debe pa-
sar a la sala. Dictamina sobre los casos de conmutación de pena,

116
Constitución de 1855

sobre la concesión de grados militares hasta capitán inclusive, y


en todos los negocios en que el gobernador crea necesario escu-
char el parecer del consejo; inicia al gobernador la remoción del
secretario del despacho, y en todo funcionario inepto. El dictamen
del consejo es obligatorio en la deliberación de las leyes remitidas
en proyecto o recibidas para su sanción, en la concesión de grados
militares, y en las conmutaciones de pena. En los demás casos es
puramente consultivo.

Artículo 50
El gobernador ejerce las funciones de su cargo con asistencia,
y por intermedio de uno o más secretarios del despacho.

Artículo 51
Para ser secretario se requieren las calidades de ciudadano de
la confederación, vecino de la provincia, la edad de treinta años,
y un capital de tres mil pesos, o el goce de una entrada igual a la
renta de esa suma.

Artículo 52
El secretario refrenda y autoriza los actos, órdenes y decretos
del gobernador, sin cuyo requisito no son legales tales actos, órde-
nes ni decretos.

Artículo 53
Puede el secretario concurrir a las secciones de la sala de pre-
presentaciones y tomar parte en la discusión en los casos en que
el Poder Ejecutivo someta a la sala algún proyecto de ley, o que de-
vuelva a ella alguna ley, para reconsiderarla; pero no tendrá voto
en ningún caso.

Artículo 54
El secretario es responsable solidariamente con el goberna-
dor de los actos que autoriza, y por sí solo de sus actos propios
de infidencia en la gestión de su cargo. Sus servicios son remune-
rados por el tesoro de la provincia según la ley, la que no puede
alterarse en favor del secretario actual.

117
Cristian Altavilla

Capítulo VII
PODER MUNICIPAL – ADMINISTRACIÓN
DEPARTAMENTAL

Artículo 55
Para la administración interior, el territorio de la provincia se
divide en departamentos, y estos en partidos. Esta división será
base de una jerarquía en la distribución de los agentes del poder
ejecutivo, que será reglada por una ley especial de régimen depar-
tamental.

Artículo 56
Los cabildos son restablecidos. En cada capital de departamento
se instalará un cabildo. Su organización y atribuciones serán determi-
nadas por una ley que tendrá por bases constitucionales las siguien-
tes:
1. Serán elegidos sus miembros por el pueblo del departamento
en votación directa.
2. La calidad de extranjero no será obstáculo para ser elegido
municipal.
3. Las escuelas primarias, los establecimientos de beneficencia,
la policía de salubridad y ornato, el arreglo de distribución de agua y
la justicia ordinaria de primera instancia serán de su resorte exclusi-
vo.
4. Los servicios de los cabildantes serán remunerados por el te-
soro municipal y sus omisiones castigadas con multas.
5. Los bienes y rentas de los cabildos serán restablecidos confor-
me a la futura ley de régimen municipal. Por ninguna otra autoridad
que los cabildos podrán ser administrados jamás.
6. Los cabildantes serán inviolables, como los diputados de la
sala, por sus actos y opiniones, ejercidas en el desempeño de su cargo.

Artículo 57
Los cabildos están sujetos a la inspección y disciplina de la
cámara de justicia en lo relativo a la administración judicial y a la
inspección y vigilancia del poder ejecutivo en los otros ramos de
la administración, sin que ejerza el voto en sus decisiones y solo

118
Constitución de 1855

con el fin de hacer ejecutiva la responsabilidad a que deben estar


sujetos los actos de sus miembros.

Capítulo VIII
REFORMA DE LA CONSTITUCIÓN
Artículo 58
Ninguna reforma de esta constitución será admitida, hasta
concluido el término fijado para la reforma de la constitución na-
cional de 25 de mayo de 1853.

Artículo 59
Las que se presenten después de su término solo se admitirán
cuando se presenten apoyadas por dos terceras partes de la legis-
latura. Declarada la necesidad de la reforma y sancionada como
ley, se hará por una asamblea convocada al efecto.

Capítulo IX
DISPOSICIONES TRANSITORIAS

Artículo 60
Esta constitución será sometida a la revisión del congreso ge-
neral antes de su promulgación, a los fines indicados en los artícu-
los 5 y 103 de la constitución nacional de 25 de mayo.

Artículo 61
Serán dadas en el espacio de tres años, o antes si fuere posi-
ble, las siguientes leyes orgánicas:
1. Ley de régimen municipal.
2. Ley orgánica del sistema judicial.
3. Ley sobre la responsabilidad y juicio de los funcionarios
públicos.
4. Ley de elecciones provincial.

Artículo 62
Las leyes anteriores que fueron contrarias a la presente

119
Cristian Altavilla

constitución, o a la constitución general de la república, son


declaradas sin efecto; las demás son confirmadas.

Capítulo X
APÉNDICE
DERECHO PÚBLICO LOCAL

Artículo 63
La provincia de San Luis confirma y ratifica para su territorio
todas las garantías individuales contenidas en la primera parte de
la constitución general de 25 de mayo que se agregan por apéndi-
ce a la constitución presente, como parte del derecho público de
San Luis.

Artículo 64
Todos los habitantes de la provincia gozan de los siguientes
derechos, conforme a las leyes que reglamentan su ejercicio, a
saber: de trabajar y ejercer toda industria lícita; de navegar y co-
merciar; de peticionar a las autoridades; de entrar, permanecer,
transitar y salir del territorio; de publicar sus ideas por la prensa
sin censura previa; de usar y disponer de su propiedad; de aso-
ciarse con fines útiles; de profesar libremente su culto; de enseñar
y aprender.

Artículo 65
En la provincia de San Luis no hay esclavos, de conformi-
dad a lo prescripto en la constitución nacional. Todo contrato
de compra y venta de personas, es un crimen de que serán res-
ponsables los que lo celebren y el escribano o funcionario que
lo autorice.
Artículo 66
La provincia de San Luis no admite prerogativas de sangre ni
de nacimiento: no hay en ella fueros personales, ni títulos de no-
bleza: todos sus habitantes son iguales ante la ley y admisibles en
los empleos, sin otra consideración que la idoneidad. La igualdad
es la base del impuesto y de las cargas públicas.

120
Constitución de 1855

Artículo 67
La propiedad es inviolable y ningún habitante de la provincia
podrá ser privado de ella, sino en virtud de sentencia fundada en
ley: la expropiación por causa de utilidad pública debe ser clasifi-
cada por ley y previamente indemnizada. Ningún servicio perso-
nal es exigible sino en virtud de ley, o de sentencia fundada en ley.
Todo autor o inventor es propietario exclusivo de su obra, invento
o descubrimiento por el término que le acuerde la ley. La confis-
cación de bienes queda para siempre abolida en la provincia. Nin-
gún cuerpo armado puede hacer requisiciones, ni exigir auxilios
de ninguna especie.

Artículo 68
Ningún habitante de la provincia puede ser penado sin
juicio previo fundado en ley anterior al hecho del proceso, ni
juzgado por comisiones especiales, o sacado de los jueces de-
signados por la ley antes del hecho de la causa. Nadie puede
ser obligado a declarar contra sí mismo, ni arrestado, sino en
virtud de orden escrita autoridad competente. Es inviolable la
defensa en juicio de la persona y de los derechos. El domicilio
es inviolable, como también la correspondencia epistolar y los
papeles privados y una ley determinará en qué casos y con qué
justificativos podrá procederse a su allanamiento y ocupación.
Quedan abolidas para siempre la pena de muerte por causas
políticas, toda especie de tormento, los azotes y las ejecuciones
a lanza o cuchillo. Las cárceles de la provincia serán sanas y
limpias, para seguridad y no para castigo de los reos detenidos
en ellas; y toda medida, que a pretexto de precaución conduzca
a mortificarlos más allá de lo que aquella exige, hará responsa-
ble al juez que la autorice.

Artículo 69
Las acciones privadas de los hombres, que de ningún modo
ofendan al orden ni a la moral pública, ni perjudiquen a un ter-
cero, están solo reservadas a Dios y exentas de la autoridad de los
magistrados. Ningún habitante de la provincia será obligado a ha-
cer lo que no manda la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe.

121
Cristian Altavilla

Artículo 70
Los extranjeros gozan en el territorio de la provincia de todos
los derechos civiles del ciudadano; pueden ejercer su industria,
comercio y profesión; poseer bienes raíces, comprarlos y enaje-
narlos; ejercer libremente su culto; testar y casarse conforme a las
leyes. No están obligados a admitir la ciudadanía, ni a pagar con-
tribuciones forzosas extraordinarias.

Artículo 71
Todo ciudadano argentino es obligado a armarse en defensa
de la patria y de esta constitución conforme a las leyes que al efec-
to dicte el congreso y a los decretos del ejecutivo nacional. Los ciu-
dadanos por naturalización son libres de prestar o no este servicio
por el término de diez años contados desde el día que obtengan su
carta de ciudadanía.

Artículo 72
El pueblo no delibera ni gobierna sino por medio de sus repre-
sentantes y autoridades creadas por esta constitución. Toda fuerza
armada, o reunión de personas que se atribuya los derechos del
pueblo y peticione a nombre de este, comete delito de sedición.

Artículo 73
La presente constitución, después de sometida a la revisión
de congreso general, como lo establece el artículo 60, será promul-
gada a la mayor brevedad y con la mayor solemnidad posible por
el poder ejecutivo, quien cuidará de su impresión y distribución
entre todos los empleados y autoridades de la provincia, lo mismo
que su difusión popular, haciéndola adoptar como libro de lectura
y estudio en todas las escuelas de la provincia.
Dada en la sala de sesiones de la asamblea provincial cons-
tituyente en la ciudad de San Luis, a diez y ocho días del mes de
abril del año del Señor de mil ochocienttos cincuenta y cinco.

VALENTÍN VARGAS
Presidente

122
Constitución de 1855

Calixto Ortiz, Juan de Dios Calderón, Gumersindo Calderón,


Cándido Lucero, José Narciso Ortiz, Carmen Garro, José Rufino
Lucero y Sosa, Juan Barbeito, Carmen Adaro, Tomás Prieto, Mau-
ricio Daract, Bernardo Bazán, Esteban Adaro, Faustino Figueroa,
Juan Pascual Calderón, Manuel Arias, Juan Sarmiento, Santiago
Laborda, Buenaventura Sarmiento, diputado secretario.

EL GOBERNADOR PROVISORIO DE LA PROVINCIA


Vista la constitución de la provincia, que la honorable asamblea
constituyente formuló en diez y ocho días del mes de abril
del año del Señor de mil ochocientos cincuenta y cinco y ha
sancionado a veintidós días del mes de septiembre del mismo
año, de conformidad con las supresiones designadas por el
congreso legislativo de la confederación en ley de veintinueve
de agosto último:
DECRETA
Artículo 1º- Téngase por ley fundamental en todo el territorio
de la provincia la presente constitución sancionada por la
honorable asamblea constituyente a veintidós días del mes
de septiembre del año mil ochocientos cincuenta y cinco
y remitida a este gobierno con fecha cuatro del presente
octubre.
Artículo 2º- Imprímase en número suficiente de ejemplares,
distribúyanse entre todos los empleados civiles y militares,
difúndase en todo el territorio de la provincia y archívese
original.
Dado en la ciudad de San Luis, a seis días del mes de octubre
del año mil ochocientos cincuenta y cinco.

JUSTO DARACT
Buenaventura Sarmiento
Oficial primero

123
Cristian Altavilla
Historia Constitucional de la Provincia de San Luis

Constitución de 1871

125
Cristian Altavilla
Constitución de 1871

ÍNDICE
129 Preámbulo
129 Capítulo 1: Declaraciones Generales, Derechos y Garantías
(arts. 1 a 21)
133 Capítulo II: Del Poder Legislativo (arts. 22 a 31)
136 Capítulo III: De la Formación y Sanción de las Leyes (art. 32)
137 Capítulo IV: Del Poder Judicial (arts. 33 a 44)
139 Capítulo V: Del Poder Ejecutivo (arts. 45 a 58)
143 Capítulo VI: De los Ministros de Gobierno (arts. 59 a 63)
143 Capítulo VII: De la Forma de Elección de Gobernador de la
Provincia (Arts. 64 a 73)
145 Capítulo VIII: Del Juicio Político (art. 74 a 76)
146 Capítulo IX: Administración Departamental. Régimen
Municipal (arts. 77 a 88)
148 Capítulo X: Bases Para la Ley de Elecciones (art. 89)
149 Capítulo XI: De la Reforma de la Constitución (art. 90 a 91)
149 Capítulo XII: Disposiciones Transitorias (arts. 92 a 99).

127
Cristian Altavilla
Constitución de 1871

CONSTITUCIÓN DE LA PROVINCIA
DE SAN LUIS
Reformada por la Convención
Constituyente de 1871

Nos, los representantes de la provincia de San Luis, reunidos


en convención constituyente con el objeto de reformar la consti-
tución, sancionada el 6 de octubre de mil ochocientos cincuenta y
cinco, en nombre de Dios y en ejercicio de la soberanía provincial
no delegada expresamente a las autoridades nacionales, sancio-
namos y ordenamos la presente constitución:

Capítulo I
DECLARACIONES GENERALES,
DERECHOS Y GARANTÍAS
Artículo 1
La provincia de San Luis, con los límites que actualmente tiene
hasta ulteriores arreglos, es parte integrante de la nación argentina.

Artículo 2
La provincia confirma y ratifica el principio de gobierno repu-
blicano representativo, proclamado por la revolución americana y
consagrado por la constitución nacional de mil ochocientos cin-
cuenta y tres.

Artículo 3
Las autoridades que ejercen el gobierno provincial residen en
la ciudad de San Luis, capital de la provincia.

Artículo 4
La provincia adopta y sostiene la religión católica, apostólica,
romana.

Artículo 5
La constitución de San Luis impone a sus autoridades las

129
Cristian Altavilla

limitaciones designadas a los gobiernos de provincia por los


artículos 108 y 109 de la constitución nacional.

Artículo 6
Todas las autoridades de la provincia son responsables. Todos
los funcionarios prestan juramento de cumplir con las disposicio-
nes de esta constitución y de respetar la constitución y las autori-
dades generales de la nación.

Artículo 7
Ninguna autoridad de la provincia es extraordinaria. Todas
son esencialmente limitadas por esta constitución y ninguna ley
podrá darse que sea contraria o derogatoria de sus disposiciones.

Artículo 8
Cualquier resolución adoptada por los poderes públicos, en
presencia o por requisición de fuerza armada o de reunión de pue-
blo, es nula de derecho y jamás podrá tener efecto legal.

Artículo 9
La provincia no reconoce más autoridades provinciales que
las establecidas por esta constitución. Toda persona, o reunión de
personas, fuerza armada, que se titule pueblo y peticione a nom-
bre de este, o se arrogue autoridad que no tiene por la ley, comete
sedición.

Artículo 10
Todo ciudadano argentino, residente en la provincia, es sol-
dado de la guardia cívica, conforme a la ley, con la excepción de
diez años que concede a los ciudadanos por naturalización el artí-
culo 27 de la constitución nacional.

Artículo 11
No se dará en la provincia ley ni reglamento que haga inferior
la condición del extranjero a la del nacional. Ninguna ley obligará
a los extranjeros a pagar mayores contribuciones que las soporta-
das por los nacionales.

130
Constitución de 1871

Artículo 12
Los extranjeros domiciliados en la provincia de San Luis, aun-
que carezcan de ciudadanía, son admisibles a los empleos muni-
cipales y de mera administración.

Artículo 13
La soberanía reside en el pueblo y la parte no delegada expre-
samente a la nación es ejercida con arreglo a esta constitución por
las autoridades provinciales que ella establece.

Artículo 14
Todos los habitantes de esta provincia gozan de los siguientes
derechos, conforme a las leyes que reglamenten su ejercicio, a sa-
ber: de trabajar, ejercer toda industria lícita, de navegar y comerciar,
de peticionar a las autoridades, de entrar, permanecer, transitar y
salir del territorio, de publicar sus ideas por la prensa sin censura
previa, de usar y disponer de su propiedad, de asociarse con fines
útiles, de profesar libremente su culto, de enseñar y aprender.

Artículo 15
En la provincia de San Luis no hay esclavos, de conformidad a
lo prescripto por la constitución nacional. Todo contrato de com-
pra y venta de personas es un crimen de que serán responsables
los que lo celebraren y el escribano o funcionario que los autorice.

Artículo 16
La provincia de San Luis no admite prerogativas de sangre ni
de nacimiento: no hay en ella fueros personales, ni títulos de no-
bleza: todos sus habitantes son iguales ante la ley y admisibles a
los empleos sin otra consideración que la idoneidad. La igualdad
es la base del impuesto y de las cargas públicas.

Artículo 17
La propiedad es inviolable y ningún habitante de la provincia
podrá ser privado de ella, sino en virtud de sentencia fundada en
ley: la expropiación por causa de utilidad pública debe ser calificada
por la ley y previamente indemnizada. La confiscación de bienes

131
Cristian Altavilla

queda para siempre abolida en la provincia. Ningún cuerpo armado


puede hacer requisiciones, ni exigir auxilios de ninguna especie.

Artículo 18
Ningún habitante de la provincia puede ser penado sin juicio
previo, fundado en ley anterior al hecho del proceso, ni juzgado
por comisiones especiales, o sacado de los jueces designados por
la ley antes del hecho de la causa. Nadie puede ser obligado a de-
clarar contra sí mismo, ni arrestado sino en virtud de orden es-
crita de autoridad competente. Es inviolable la defensa en juicio,
de la persona y de los derechos. El domicilio es inviolable, como
también la correspondencia epistolar y los papeles privados; y
una ley determinará en qué casos y con qué justificativos podrá
procederse a su allanamiento y ocupación. Quedan abolidos para
siempre los azotes, las ejecuciones a lanza o cuchillo, toda especie
de tormento por delitos comunes y la pena de muerte por cau-
sas políticas. Las cárceles en la provincia serán salubres y limpias,
para seguridad y no para castigo de los reos detenidos en ellas; y
toda medida que a pretexto de precaución conduzca a mortificar-
los más allá de lo que esta exige, hace responsable al juez que la
autorice.

Artículo 19
Las acciones privadas que de ninguna manera afecten el or-
den o la moral pública ni perjudiquen a un tercero, están reserva-
das solo a Dios y exentas de la autoridad de los magistrados. Nin-
gún habitante de la provincia está obligado a hacer lo que la ley no
manda, ni privado de lo que ella no prohíbe.

Artículo 20
Los extranjeros gozan, en el territorio de la provincia, de todos
los derechos civiles del ciudadano; pueden ejercer su industria,
comercio y profesión; poseer bienes raíces, comprarlos o enaje-
narlos; ejercer libremente su culto; testar y casarse conforme a las
leyes: no están obligados a admitir la ciudadanía, ni a pagar con-
tribuciones forzosas o extraordinarias.

132
Constitución de 1871

Artículo 21
Todo ciudadano argentino, domiciliado en la provincia, está
obligado a armarse en defensa de esta constitución, con arreglo a
las disposiciones provinciales, dictadas de conformidad a las leyes
que al efecto sancione el congreso y a los decretos del ejecutivo
nacional. Los ciudadanos por naturalización son libres para pres-
tar o no este servicio, por el tiempo de diez años, contados desde
el día que obtengan su carta de ciudadanía.

Capítulo II
DEL PODER LEGISLATIVO

Artículo 22
El poder legislativo de la provincia reside en una cámara de
representantes, compuesta de diputados elegidos directamente
por el pueblo, en la proporción de uno por cada tres mil habitantes
y uno por una fracción que no baje de mil seiscientos, arreglado al
censo actual, el que no puede renovarse sino cada diez años.

Artículo 23
Cada departamento de los existentes, o que se creare poste-
riormente, formará un distrito electoral y dará tantos diputados
cuantos correspondan a su población, según lo prescripto en el
artículo precedente.

Artículo 24
La cámara legislativa se renueva por terceras partes todos los
años.

Artículo 25
Para ser electo diputado, se requiere la calidad de ciudadano
argentino, domiciliado en la provincia, la edad de 25 años y el
goce de una propiedad del valor de dos mil pesos, o de una renta
o entrada equivalente a la renta de ese capital. No pueden ser
diputados los empleados a sueldo del poder ejecutivo.

133
Cristian Altavilla

Artículo 26
Para ser elector, se requiere ser ciudadano en ejercicio, domi-
ciliado en la provincia.

Artículo 27
No son electores ni elegibles los monjes regulares, los deudo-
res morosos a la nación o a la provincia, los infamados por senten-
cia, los que estén encausados criminalmente, los bancarroteros y
los afectados de incapacidad física o mental.

Artículo 28
La cámara legislativa se reunirá para sus sesiones ordinarias
desde el día 25 de mayo hasta el 25 de septiembre. Puede también
ser convocada extraordinariamente o prorrogadas sus sesiones
por el poder ejecutivo, para asuntos de interés público, no pudien-
do ocuparse de otros que de los determinados en el decreto de
prórroga o convocatoria.

Artículo 29
Son atribuciones de la cámara legislativa:
1ª Juzgar y calificar la validez de las elecciones de sus diputa-
dos, reglamentar sus disensiones y reprimir las faltas parlamen-
tarias de sus miembros, conforme a los estatutos de su régimen
interno.
2ª Elegir senadores para el congreso nacional.
3ª Llamar a su recinto al secretario de gobierno, cuando lo
juzgue necesario.
4ª Expedir las leyes, para hacer efectivas las disposiciones de
la constitución provincial.
5ª Reglamentar la división civil, judicial y eclesiástica, para la
administración de la provincia.
6ª Organizar su régimen municipal sobre las bases dadas por
esta constitución.
7ª Decretar la ejecución de las obras públicas exigidas por el
interés de esta provincia.
8ª Admitir o desechar la renuncia del gobernador de la pro-
vincia y declarar los casos de incapacidad física o mental perma-

134
Constitución de 1871

nente del mismo, para proceder a nueva elección de gobernador


propietario. En el de un impedimento físico o mental súbito, que
impida al gobernador propietario hacerlo presente, nombrará un
gobernador interino por el término que él dure, debiendo concu-
rrir a este acto lo menos dos terceras partes del número ordinario
de sus miembros.
9ª Conceder o negar licencia temporal que pidiese el gober-
nador y permitir su separación de la capital a objeto de interés pú-
blico, por un término que no exceda de seis meses, procediendo a
nombrar interino en el caso de concederla.
11ª Autorizar los empréstitos que contrajese la provincia o sus
municipalidades, siendo compatibles con la constitución nacional.
12ª Calificar los casos en que la utilidad pública hace necesa-
ria una enajenación forzosa.
13ª Disponer las ventas y compras de tierras públicas de la
provincia.
14° Acordar jubilaciones, montepíos y recompensas de carác-
ter y por causas locales, según las leyes de la provincia".
15ª Establecer contribuciones, directas y de toda especie, con
tal que no deroguen o contradigan las establecidas por el congreso
de la nación.
16ª Fijar los gastos de la provincia para cada año y las entradas
con que deben ser cubiertos.
17ª Establecer juzgados inferiores a la cámara de justicia,
crear o suprimir empleos y fijar sus atribuciones.
18ª Revisar y aprobar o desechar las cuentas de los gastos pú-
blicos de la provincia.
19ª Celebrar los tratados parciales con las otras provincias
sobre objetos de interés para la administración de justicia, la ins-
trucción o las mejoras económicas, usando del poder diferido a
las provincias por el artículo 107 de la constitución nacional.
20ª Establecer bancos de depósito y descuento y de emisión,
con permiso del congreso.
21ª Conceder privilegios exclusivos, por tiempo determinado,
a los autores, inventores o introductores de alguna industria nueva
en la provincia.
22ª Reglamentar la libertad de imprenta.

135
Cristian Altavilla

23ª Mandar hacer el nombramiento de electores que han de


nombrar gobernador, si el que estuviere en el mando no dispone
se verifique que el día designado por la ley, para cuyo caso podrá
reunirse por sí sola, sin necesidad de ser convocada por el poder
ejecutivo.
24ª Acusar ante el jurado al gobernador, a sus ministros y a los
jueces del superior tribunal de justicia en las causas de responsa-
bilidad por delitos en el ejercicio de sus funciones, o por críme-
nes comunes, después de haber conocido de ellos, a petición de
parte, o de cualquiera de sus miembros y declarado haber lugar a
formación de causa, por mayoría de las dos terceras partes de sus
miembros presentes.
25ª Elegir, en su última sesión ordinaria, anterior a la elección de
gobernador, diez y seis ciudadanos de probidad, mayores de edad,
que no sean empleados a sueldo ni diputados, para que formen el
jurado de que habla el inciso anterior y llenar las vacantes de estos,
haciendo su elección en la primera sesión ordinaria de cada año.

Artículo 30
Los miembros de la cámara legislativa son inviolables y la li-
bertad de su palabra de ningún modo podrá coartarse, ni será mo-
tivo de reclamo judicial o persecución y gozarán de las prerrogati-
vas que designan los artículos 61 y 62 de la constitución nacional a
los senadores y diputados.

Artículo 31
La legislatura de San Luis no podrá ejercer ninguna de las fa-
cultades cuyo ejercicio ha delegado esta provincia al congreso de
la nación.

Capítulo III
DE LA FORMACIÓN Y SANCIÓN DE LAS LEYES

Artículo 32
Las leyes se hacen del siguiente modo: Tienen su origen en
proyecto dirigido por medio de un mensaje del poder ejecutivo a

136
Constitución de 1871

la legislatura, o iniciado por cualquiera de los miembros de ella.


Discutido y aprobado un proyecto de ley por mayoría absoluta
de la cámara, pasa al poder ejecutivo, quien, si también lo aprue-
ba por su parte, lo sanciona como ley. Repútase aprobado táci-
tamente todo proyecto no devuelto en el término de diez días.
Desechado un proyecto en su totalidad o en parte por el poder
ejecutivo, vuelve con sus objeciones a la cámara para que lo dis-
cuta de nuevo y, si lo aprueba por mayoría de dos tercios, pasa
otra vez al ejecutivo para que, sin más veto, lo sancione y pro-
mulgue como ley.

Capítulo IV
DEL PODER JUDICIAL
Artículo 33
El poder judicial de la provincia es ejercido por una cámara de
justicia y demás juzgados establecidos por la ley.

Artículo 34
Nadie sino ellos pueden conocer y decidir en actos de carác-
ter contencioso. Su facultad es exclusiva. En ningún caso el poder
ejecutivo ni la legislatura podrá arrogarse atribuciones judiciales,
revivir procesos fenecidos, ni paralizar los existentes.

Artículo 35
Los miembros de la cámara de justicia durarán en el ejercicio
de sus funciones tres años, siendo inamovibles durante este perío-
do. Serán nombrados por el poder ejecutivo, a propuesta en ternas
de la legislatura; y sus servicios serán remunerados por el tesoro
de la provincia conforme a la ley.

Artículo 36
La cámara de justicia es el tribunal superior de la provincia
y en tal carácter ejerce una inspección de disciplina en todos los
juzgados inferiores. Sus miembros pueden ser individualmente
recusados y son responsables de las faltas que cometieren en el
ejercicio de sus funciones.

137
Cristian Altavilla

Artículo 37
Son tambien inamovibles, durante el término legal de su
nombramiento, los demás jueces del poder judicial.

Artículo 38
Los jueces de primera instancia en lo civil y criminal y el tribu-
nal de comercio, durarán dos años en el ejercicio de sus funciones
y serán nombrados por el poder ejecutivo, a propuesta, en ternas,
de la legislatura.

Artículo 39
Los miembros del poder judicial no pueden ser destituidos,
sino por sentencia. Podrán, sí, ser suspendidos en el ejercicio de
sus funciones, por el tribunal que los juzgue, cuando este declare
haber lugar a ser formación de causa. En caso de mala conducta
notoria, podrán también ser suspendidos por el poder ejecutivo
y sueltos inmediatamente a juicio ante la cámara de justicia, o el
jurado en su caso.

Artículo 40
Si uno o más miembros de la cámara de justicia fuesen acusa-
dos y por esta circunstancia quedase ella inhabilitada para expe-
dirse, el poder ejecutivo nombrará provisionalmente, en reempla-
zo, los miembros necesarios.

Artículo 41
La cámara conoce de los conflictos de jurisdicción ocurridos
entre la judicatura de su inspección y entre esta y los funcionarios
del poder ejecutivo provincial.

Artículo 42
Las atribuciones secundarias y maneras de proceder serán
determinadas por las leyes orgánicas, que tendrán por bases cons-
titucionales la responsabilidad de los jueces, la brevedad de los
juicios y las garantías judiciales que la constitución consigna en su
primera parte.

138
Constitución de 1871

Artículo 43
Toda sentencia debe ser fundada expresamente en la ley pro-
mulgada antes del hecho del proceso. Ningún juicio tendrá más de
dos instancias.

Artículo 44
Ni la cámara de justicia, ni los juzgados inferiores podrán ejer-
cer los actos atribuidos a los tribunales federales por los artículos
100 y 101 de la constitución nacional, pero, si en el pleito civil un
extranjero demanda a un ciudadano, o bien el vecino de la otra
provincia demanda al vecino de esta ante un juez o tribunal de la
provincia o cuando, siendo demandados el extranjero o el vecino
de otra provincia, hubieren contestado a la demanda, sin oponer la
excepción de declaratoria, se entenderá prorrogada la jurisdicción
y la causa se sustanciará y decidirá por los tribunales provinciales.

Capítulo V
DEL PODER EJECUTIVO
Artículo 45
El poder ejecutivo de la provincia es ejercido por un ciudada-
no con el titulo de gobernador y por uno o más secretarios nom-
brados por este.

Artículo 46
El gobernador durará tres años en el ejercicio de sus funcio-
nes y sus servicios serán remunerados por el tesoro de la provin-
cia, conforme a la ley que se expida al efecto, la que no puede ser
alterada durante su período.

Artículo 47
El gobernador no puede ser reelecto, a no ser que intermedie
un período de tres años. Le subroga un interino en los casos pre-
vistos en el artículo 29, incisos 8°, 9°, 10º, durante un período que
no puede pasar de seis meses. Si la ausencia o imposibilidad exce-
de de este plazo, se reputa vacante la silla gubernativa y se procede
a nueva elección.

139
Cristian Altavilla

Artículo 48
El gobernador interino nombrado por renuncia o muerte del
propietario, promoverá la nueva elección de gobernador, en un
término que no exceda de noventa días.

Artículo 49
El gobernador cesa en el poder el mismo día en que expira su
período.

Artículo 50
Por muerte del gobernador y en los demás casos previstos en
el inciso 8° del artículo 29, mientras la cámara legislativa ejecuta
la nueva elección de gobernador interino, que lo hará inmediata-
mente, ejercerá provisionalmente las veces de aquel el presidente
de ella; y en su defecto el vicepresidente y a falta de ambos, el pre-
sidente de la cámara de justicia.

Artículo 51
No podrá el gobernador ausentarse del territorio de la provin-
cia durante el período de su mando, ni tres meses después de su
cese, sin licencia de la cámara de representantes.

Artículo 52
Para ser elegido gobernador se requiere la edad de treinta
años; la calidad de ciudadano argentino nacido en la provincia, o
residente en ella seis años; que profese la religión católica, apos-
tólica romana; y el goce de una propiedad de cinco mil pesos, o de
una renta equivalente a la de ese capital en la provincia.

Artículo 53
El poder ejecutivo de la provincia tiene las siguientes atri-
buciones:
1ª Participa de la formación de las leyes, con arreglo a esta
constitución, las sanciona y promulga.
2ª Expide los decretos y reglamentos necesarios para poner
en ejercicio la constitución y las leyes de la provincia.
3ª Ejerce el derecho de patronato en todo aquello que la

140
Constitución de 1871

constitución nacional no atribuye al presidente de la nación,


poniéndose de acuerdo con la autoridad eclesiástica en el
nombramiento de párrocos y demás funciones eclesiásticas de
la provincia.
4ª Es el jefe de la guardia nacional de la provincia con suje-
ción a lo dispuesto por la constitución nacional.
5ª Concede en comisión, por sí solo, los grados de oficiales,
para la guardia nacional de la provincia, hasta capitán inclusi-
ve: los demás grados, hasta coronel, los hace con acuerdo de la
cámara de representantes.
6ª Nombra y remueve, cuando lo juzgue conveniente, a los
ministros y demás empleados del poder ejecutivo y a los del
poder judicial, según la ley.
7ª Forma anualmente el presupuesto de gastos y cálculo de
los recursos de la provincia; los somete a la aprobación de la
legislatura en sus sesiones ordinarias y tiene la recaudación e
inversión de los fondos destinados a cubrirlos.
8ª Es el jefe superior de la provincia y tiene a su cargo la
administración general.
9ª Es agente inmediato y directo del ejecutivo nacional,
para hacer cumplir en la provincia la constitución y las leyes de
la nación.
10ª Hace anualmente la apertura de las sesiones de la cá-
mara de representantes, con un mensaje en que dé cuenta del
estado de la provincia.
11ª Da cuenta anualmente a la legislatura del estado de la
hacienda provincial y de la inversión dada a los fondos presu-
puestados el año precedente.
12ª Puede conmutar la pena capital por delitos sujetos a
la jurisdicción provincial, previo informe del tribunal superior
que hubiere conocido en la causa.
13ª Convoca al pueblo para la elección de electores de go-
bernador, sesenta días antes de terminar su período en el go-
bierno.
14ª Hace una visita en la provincia, el primero o segundo
año de su período gubernativo, durante el receso de la legis-
latura y por un término que no exceda de tres meses, en cuyo

141
Cristian Altavilla

caso, como en cualquier otro en que se ausente de la capital a


objeto de servicio público, ejercerá el poder ejecutivo desde el
departamento donde se encuentre, sin que pueda ser delegado.
15ª Nombra jueces de alzada, jueces de paz y tenientes jueces
a propuesta en terna, de las municipalidades respectivas.

Artículo 54
El poder ejecutivo de la provincia puede llenar las vacantes
de los empleados que requieran la presentación o el acuerdo de la
cámara de los representantes y ocurriesen durante su receso, por
medio de nombramientos en comisión, los que expiran al fin de la
próxima legislatura.

Artículo 55
Son atribuciones ajenas al gobernador de la provincia todas
las conferidas al presidente de la nación por el capítulo tercero de
la sección segunda de la constitución nacional.

Artículo 56
En ningún caso el poder ejecutivo puede imponer contribu-
ciones por sí solo, ni decretar embargos, ni exigir servicios que no
estén determinados por ley, ni ordenar, ni decretar arrestos, sin los
requisitos establecidos por la constitución y las leyes.

Artículo 57
El gobernador no puede especular personalmente en ningún
negocio durante el período de su mando.

Artículo 58
El gobernador, al tomar posesión del mando, prestará, en
manos del presidente de la asamblea electoral o del presidente
de la legislatura, en su caso, el siguiente juramento: Yo, NN, juro
por Dios Nuestro Señor desempeñar con lealtad y patriotismo
el cargo de gobernador de la provincia: cumplir y hacer cumplir
la constitución y las leyes de esta y de la nación: respetar y ha-
cer respetar a las autoridades nacionales y sus actos. Si así no lo
hiciere, Dios y la Patria me lo demanden”.

142
Constitución de 1871

Capítulo VI
DE LOS MINISTROS DE GOBIERNO

Artículo 59
El gobierno ejerce las funciones de su cargo con asistencia y
por intermedio de uno o más ministros secretarios.

Artículo 60
Para ser ministro se requiere ser ciudadano argentino y que
tenga veinticinco años de edad.

Artículo 61
El secretario o ministro refrendará y autorizará los actos, ór-
denes y decretos del gobernador, sin cuyo requisito no son legales
tales actos, órdenes ni decretos.

Artículo 62
Puede el ministro concurrir a las sesiones de la cámara de re-
presentantes y tomar parte en su debate; pero no votar.

Artículo 63
El secretario o ministro es responsable solidariamente con el
gobernador de los actos que autorice; y por sí solo de sus actos
propios y de sus infidencias en la gestión de su cargo. Sus servicios
son remunerados por el tesoro de la provincia, según la ley, la que
no podrá alterarse en favor del secretario actual.

Capítulo VII
DE LA FORMA DE ELECCIÓN DE GOBERNADOR
DE LA PROVINCIA
Artículo 64
La elección de gobernador se hará del modo siguiente: La capital
y cada uno de los departamentos dela provincia nombrarán, por
votación directa, una junta de electores, igual al duplo de los diputados
que envían a la cámara legislativa, con las mismas calidades y bajo la
misma forma prescripta para la elección de diputados.

143
Cristian Altavilla

Artículo 65
La junta o asamblea de electores será elegida, lo menos, treinta
días antes que termine el período del gobernador actual y se reunirá
en la capital de la provincia, cuando más tarde, quince días antes de
este término, para proceder a la elección del que debe sucederle.

Artículo 66
Reunida la asamblea de electores y aprobada por ella la elec-
ción de sus miembros, procederá a elegir un presidente y un secre-
tario de su seno; y fijar el día en que debe verificarse: todo lo cual
se comunicará al poder ejecutivo.

Artículo 67
El día señalado, reunida la asamblea en número, por lo me-
nos, de dos terceras partes de sus miembros, procederá a hacer la
elección de gobernador, por cédulas firmadas en que se exprese
el nombre de la persona por quien votan. Recibidos los votos, el
presidente mandará que el secretario, asociado de dos electores,
sacados a la suerte, practiquen el escrutinio y comuniquen el re-
sultado de la votación al presidente, quien participará a la asam-
blea el número de votos que hubiere obtenido cada candidato. El
que reuniere la mayoría absoluta, es decir, la mitad más uno, de
sufragios de los electores presentes, será proclamado inmediata-
mente gobernador por el presidente de la asamblea.

Artículo 68
En caso de que, por dividirse la votación, no hubiese mayoría
absoluta, elegirá verbalmente la asamblea electoral de entre las
personas que hubieren obtenido mayor número de sufragios. Si
la primera mayoría hubiese cabido a una sola persona y la segun-
da a dos o más, elegirá la asamblea entre todas las personas que
hubieren obtenido la primera y segunda mayoría. Si verificada la
primera votación, no resultase mayoría absoluta, se hará segunda
vez, contrayéndose la votación a las dos personas que en la prime-
ra hubieren obtenido mayor número de sufragios. En caso de em-
pate, se repetirá la votación; y si resultase nuevo empate, decidirá
el presidente de la asamblea. El acto de la elección de gobernador

144
Constitución de 1871

quedará concluido en una sola sesión.

Artículo 69
Terminada la elección y proclamado el gobernador electo, la
asamblea electoral expedirá el decreto correspondiente designando
el día en que aquel debe recibirse del mando y prestar el juramen-
to que prescribe esta constitución. Dicho decreto se comunicará al
gobernador cesante, al electo y a los demás poderes constituidos.

Artículo 70
La asamblea electoral entenderá en los motivos de excusa-
ción que pueda hacer el electo; y en caso de aceptarlos, procederá
inmediatamente a nueva elección.

Artículo 71
Puesto en posesión el gobernador propietario, la asamblea
electoral terminará en sus funciones.

Artículo 72
El cargo de elector es irrenunciable; y el que faltase a la elec-
ción, sin impedimento justificado, incurrirá en una multa de dos-
cientos pesos fuertes.

Artículo 73
La elección de gobernador interino, en los casos prescriptos por
esta constitución, la hará la legislatura, en la misma forma que se es-
tablece en los artículos anteriores para la elección de propietario.

Capítulo VIII
DEL JUICIO POLÍTICO

Artículo 74
Para hacer efectivo lo dispuesto en el inciso 24 del artículo 29
de esta constitución, el jurado será compuesto de ocho miembros,
sacados a la suerte, de los nombrados por la cámara de represen-
tantes y presididos por el presidente del superior tribunal.

145
Cristian Altavilla

Artículo 75
El fallo del jurado no tendrá mas efecto que destituir al acu-
sado y aun declararlo incapaz de ocupar ningún empleo de honor,
de confianza, o a sueldo, por un término dado. Pero la parte con-
denada, no obstante, quedara sujeta a acusación, juicio y castigo,
conforme a las leyes, ante los tribunales ordinarios.

Artículo 76
El destino de jurado es irrenunciable y una ley especial regla-
mentará el juicio y la pena en que incurran los jueces por inasis-
tencia.

Capítulo IX
ADMINISTRACIÓN DEPARTAMENTAL
RÉGIMEN MUNICIPAL

Artículo 77
Para la administración interior, el territorio de la provincia se
divide en departamentos y éstos en partidos. Esta división será la
base de una jerarquía en la distribución de los agentes del poder
ejecutivo, que será arreglada por una ley especial de régimen de-
partamental.

Artículo 78
Cada departamento formará un municipio: pero este podrá
dividirse, por ley, si fuese necesario, en dos o más, cuando sus ren-
tas sean suficientes para el establecimiento y sostén de cada uno
de ellos.

Artículo 79
Los municipales serán electos en votación directa por los ciu-
dadanos argentinos vecinos del departamento.

Artículo 80
La calidad de extranjero no será un obstáculo para ser elegido
municipal.

146
Constitución de 1871

Artículo 81
Para ser electo municipal, se requiere la edad de veinticinco
años, ser vecino del pueblo que lo elige y tener en él una propie-
dad raíz, o ejercer una profesión científica que le asegure una ren-
ta o entrada de doscientos pesos fuertes al año.

Artículo 82
La organización y atribuciones de las municipalidades serán
determinadas por una ley, que tendrá por bases constitucionales
las siguientes:
1ª Crear y vigilar establecimientos de enseñanza primaria.
2ª Fundar y cuidar establecimientos públicos de beneficiencia.
3ª Atender al ornato y salubridad del municipio.
4ª Hacer la distribución del agua del común en conformidad a
la ley reglamentaria que sancionará la legislatura.

Artículo 83
Los bienes y rentas de la municipalidad serán establecidos
por ley especial.

Artículo 84
Las municipalidades estarán bajo la vigilancia del poder ejecu-
tivo en los ramos de administración, con el fin de hacer efectiva la
responsabilidad a que deben estar sujetos los actos de sus miembros.

Artículo 85
Las municipalidades presentarán anualmente al poder eje-
cutivo su presupuesto de gastos y cálculo de recursos, quien, con
las observaciones a que diesen lugar, los agregará al presupuesto
general de gastos de la provincia y los pasará a la legislatura, para
que sean convertidos en leyes.

Artículo 86
Las municipalidades pasarán periódicamente y en las épocas
que la ley lo determine, al poder ejecutivo, sus cuentas respectivas,
quien las revisará y aprobará; mas, si de su examen resultase algún
cargo, o se omitiese la presentación de las cuentas en la época fi-

147
Cristian Altavilla

jada, el poder ejecutivo está en deber de promover el juicio de res-


ponsabilidad a que deben estar sujetos sus miembros. La misión
del poder ejecutivo en el cumplimiento de este deber lo constituye
responsable y judiciable ante el jurado.

Artículo 87
El poder ejecutivo conocerá y resolverá sobre la validez de las
elecciones municipales.

Artículo 88
No pueden ser municipales los magistrados del supremo tri-
bunal de justicia, los jueces, los empleados del poder ejecutivo, ni
los diputados a la legislatura.

Capítulo X
BASES PARA LA LEY DE ELECCIONES

Artículo 89
La ley que reglamenta las elecciones de diputados, electo-
res y municipales, tendrá por bases principales las siguientes:
1ª Que haga efectiva y real la libertad de sufragio, declaran-
do las penas en que incurrieran los que por cohecho, coacción
o de cualquier otro modo entorpezcan o desvíen al ciudadano
del libre ejercicio del derecho al sufragio y los tribunales ante
quienes se han de hacer efectivas.
2ª Que determine la forma y composición de las mesas es-
crutadoras, de manera que, estando estas arriba de la influen-
cia de los partidos, respondan a su augusta misión, siendo un
juez íntegro e imparcial en las luchas electorales.
3ª Las penas en que incurrirán los escrutadores por infiden-
cias o negligencia en el cumplimiento de sus deberes y el tribunal
ante quien se hará efectiva su responsabilidad.
4ª La fuerza de que puedan disponer las mesas escrutadoras
para hacerse respetar del pueblo y la manera en que este usará de
su derecho, sin atropellarse ni formar tumulto.

148
Constitución de 1871

5ª Que las elecciones tengan por base el registro cívico, previa


reglamentación de este.
6ª Que no puedan sufragar los que, por su posición pública,
estén subordinados o dependan de autoridad que pueda impo-
nerles su voluntad.

Capítulo XI
DE LA REFORMA DE LA CONSTITUCIÓN

Artículo 90
La presente constitución no podrá reformarse sino después
de seis años, contados desde su promulgación, o antes, si se re-
formase la constitución nacional y dichas reformas afectaren los
principios consignados en esta.

Artículo 91
La necesidad de reforma debe ser declarada por el poder le-
gislativo con el voto de las dos terceras partes de sus miembros;
pero no se efectuará sino por una convención convocada al efecto.

Capítulo XII
DISPOSICIONES TRANSITORIAS

Artículo 92
Para hacer efectivo lo dispuesto en el artículo 22, el aumento
de diputados, con arreglo al censo, deberá hacerse en la primera
renovación parcial de la legislatura y los electos deberán sortearse
para determinar los que deben durar uno, dos o tres años.

Artículo 93
Luego que la cámara legislativa esté formada, con arreglo a lo
dispuesto por esta constitución, presentará al poder ejecutivo las
ternas para el nombramiento de miembros del superior tribunal
de justicia; nombrados estos, caducarán los actuales.

149
Cristian Altavilla

Artículo 94
Las disposiciones relativas a la elección de gobernador ten-
drán vigencia desde la terminación del período del gobernante
que se ha elegido en noviembre de 1870.

Artículo 95
La legislatura dictará, en sus primeras sesiones, las leyes que
reglamenten el juicio político y las elecciones, la distribución del
agua y la del régimen municipal.

Artículo 96
En los departamentos donde no hubiere municipalidades y
mientras ellas se establezcan, llenarán las funciones de aquellas,
en la presentación de las ternas para jueces de paz y tenientes jue-
ces, los respectivos jueces de alzada.

Artículo 97
El nombramiento de los jueces de alzada en los departamen-
tos donde no hay municipalidades y mientras se establezcan, se
hará por el poder ejecutivo, a propuesta en terna por la cámara de
justicia.

Artículo 98
Todas las prescripciones relativas a derechos, deberes, garan-
tías y demás disposiciones, no comprendidas en los artículos an-
teriores, tendrán efecto desde que se promulgue la presente cons-
titución reformada.

Artículo 99
La promulgación será hecha por el poder ejecutivo, cuando
más a los quince días de serle comunicada por el presidente de la
convención.
Sala de sesiones de la convención reformadora de la
constitución provincial, en San Luis, a doce días del mes de abril
de mil ochocientos setenta y uno.
Mauricio Daract- Cristóbal Pereira- Mamerto Gutiérrez- J.A.
Barbeito- Justo Daract- Pablo Saravia- José R. Lucero y Sosa-

150
Constitución de 1871

Daniel Videla- Jacinto Videla- Domingo Ortiz- Manuel Arias- Félix


Calderón- Andrés A. Orozco – Buenaventura Sarmiento- Juan
Barbeito- Rafael Cortés- diputado secretario.
Está conforme.
RAFAEL CORTÉS
Diputado secretario

MINISTERIO DE GOBIERNO
San Luis, abril 11 de 1871
El gobierno de la provincia decreta:
Artículo único. Téngase por ley fundamental en todo el terri-
torio de la provincia la presente constitución reformada por la ho-
norable convención constituyente, a doce días del mes de abril del
año de mil ochocientos setenta y uno, promúlguese, imprímase
en número suficiente de ejemplares, distribúyase entre todos los
empleados civiles y militares, difúndase en todo el territorio de la
provincia, insértese en el registro oficial y archívese.
JUAN A. ORTIZ ESTRADA
Víctor C. Lucero

151
Cristian Altavilla
Constitución de 1905

Constitución de 1905

153
Cristian Altavilla
Constitución de 1905

ÍNDICE
157 Preámbulo
157 Capítulo I: Declaraciones, Derechos y Garantías (arts. 1 a 30)
164 Capítulo II: Régimen Electoral (arts. 31 a 35)
166 Capítulo III: Poder Legislativo (arts. 36 a 52)
169 Capítulo IV: De la Formación y Sanción de las Leyes (arts.
53 a 54)
170 Capítulo V: Atribuciones del Poder Legislativo (art. 55)
173 Capítulo VI: Poder Ejecutivo. Del Gobernador (arts. 56 a 65)
175 Capítulo VII: De los Ministros (arts. 66 a 76)
177 Capítulo VIII: Atribuciones del Poder Ejecutivo (art. 77)
180 Capítulo IX: Del Contador (arts. 78 a 81)
180 Capítulo X: La Elección del Gobernador (arts. 82 a 94)
183 Capítulo XI: Del Juicio Político (arts. 95 a 107)
186 Capítulo XII: Poder Judicial (arts. 108 a 126)
190 Capítulo XIII: Atribuciones del Poder Judicial (arts. 127 a
130)
192 Capítulo XIV: Justicia de Paz (arts. 131 a 136)
192 Capítulo XV: Responsabilidad de los Miembros del Poder
Judicial (arts. 137 a 150)
195 Capítulo XVI: Administración Departamental. Régimen
Municipal (arts. 151 a 173)
200 Capítulo XVII: Consejo de Educación (arts. 174 a 182)
202 Capítulo XVIII: Reforma de la Constitución (arts. 183 a
187)
203 Capítulo XIX: Disposiciones Transitorias (arts. 188 a 196)

155
Cristian Altavilla
Constitución de 1905

CONSTITUCIÓN DE LA PROVINCIA
DE SAN LUIS
1905
Nos, los representantes del pueblo de la Provincia de San Luis,
reunidos en convención constituyente por voluntad y elección del
mismo, con el objeto de reformar la constitución sancionada el
doce de abril de 1871, constituir el mejor gobierno posible, pro-
mover el bienestar general, asegurar los beneficios de la libertad
para todos los habitantes del territorio de la Provincia e inculcar el
amor al trabajo como fuente de prosperidad y riqueza en uso de la
soberanía no delegada, invocando la protección de Dios, sancio-
namos la presente Constitución:

Capítulo I
DECLARACIONES, DERECHOS Y GARANTÍAS
Artículo 1
La Provincia de San Luis, con los límites que por derecho le
corresponden, es parte integrante de la Nación argentina y orga-
niza su gobierno de acuerdo con los principios, disposiciones y
garantías de la Constitución nacional.

Artículo 2
Las autoridades superiores del gobierno residirán en la ciu-
dad de San Luis, capital de la Provincia. Sus atribuciones son limi-
tadas y solo ejercen las que esta Constitución le confiere; no pue-
den delegar en otras propios poderes; son siempre responsables
de sus actos y no tendrán valor alguno las resoluciones adoptadas
en presencia o por requisición de fuerza armada, o de reuniones
sediciosas que se atribuyan los derechos del pueblo.

Artículo 3
En ningún caso las autoridades de la Provincia podrán sus-
pender la observancia de esta Constitución, ni la de la Nación, ni
la efectividad de las garantías establecidas en ambas, so pretexto
de conservar el orden público.

157
Cristian Altavilla

Artículo 4
El Estado, como persona jurídica, podrá ser demandado ante
los jueces ordinarios, sin necesidad de autorización previa de la
Legislatura. Siendo condenado al pago de alguna deuda, no po-
drá ser ejecutado en la forma ordinaria, ni podrán ser embargadas
sus rentas; debiendo en ese caso la Legislatura arbitrar dentro de
ocho meses los recursos necesarios, bajo pena de la ejecución de
la sentencia.

Artículo 5
Los funcionarios y empleados públicos no sujetos a juicio
político u otro juicio especial establecido por esta Constitución,
son judiciables ante los tribunales ordinarios por abusos que co-
metan en el ejercicio de sus funciones, sin que puedan excusarse
de contestar ni declinar jurisdicción alegando orden o aprobación
superior.

Artículo 6
La Provincia, coopera al sostenimiento del culto católico,
apostólico, romano. Sin embargo, es inviolable el derecho que
todo hombre tiene para rendir culto a su Dios, libre y públicamen-
te, según los dictados de su conciencia y sin más limitaciones que
las que establezcan la moral, las buenas costumbres y el orden pú-
blico. El registro del estado civil de las personas será llevado en
toda la Provincia por funcionarios civiles, sin distinción de creen-
cia religiosa, en la forma que la ley establezca.

Artículo 7
Todos los habitantes de la Provincia son iguales ante la ley. El
mismo principio de igualdad regirá en la provisión de los puestos
públicos que no requieran la ciudadanía en las personas idóneas
que han de desempeñarlos y servirá de base del impuesto y de
toda carga pública.

Artículo 8
Todos los habitantes de la Provincia tienen derecho a defen-
derse y ser protegidos en su vida, libertad, reputación, seguridad

158
Constitución de 1905

y propiedad. Nadie puede ser privado de estos goces sino por sen-
tencia de juez competente, fundada en ley anterior al hecho del
proceso.

Artículo 9
La propiedad es inviolable y ningún habitante de la Provincia
puede ser privado de ella sino en virtud de sentencia fundada en
ley, o de expropiación por causa de utilidad pública, la que debe
ser calificada por ley y previa indemnización. No podrá dictarse
leyes que alteren las obligaciones de los contratos existentes o pri-
ven de los derechos adquiridos.

Artículo 10
No podrá autorizarse en la Provincia el juego de loterías de
ninguna clase, ni la venta de billetes de las que se establezcan fue-
ra de ella, sin perjuicio de las leyes nacionales. Queda prohibido el
establecimiento público de juegos de azar.

Artículo 11
Todo habitante de la Provincia tiene derecho de entrar y salir
de su territorio y transitar por él llevando sus bienes, sin gravamen
alguno y sin perjuicio de tercero.

Artículo 12
Todo ciudadano domiciliado en la Provincia está obligado a
armarse a requisición de las autoridades, con las excepciones que
determine la ley de la materia; y todo habitante contribuirá a las
cargas públicas en la forma que la ley prescriba. Ningún recluta-
miento forzoso podrá hacerse a objeto de servicio policial o guar-
nición, el cual será desempeñado por alistados o enganchados, a
expensas del tesoro provincial.

Artículo 13
Toda enajenación de bienes fiscales o municipales, compras y
demás contratos susceptibles de licitación, se harán precisamente
en esta forma, de un modo público, bajo pena de nulidad; sin per-
juicio de la responsabilidad civil o criminal del funcionario que

159
Cristian Altavilla

las efectuare en forma privada, con fraude de los intereses fiscales.


Ningún empleado que maneje renta entrará en ejercicio de
sus funciones sin antes haber prestado fianza suficiente, a juicio
del Poder Ejecutivo.
Los actos de todas las reparticiones de la administración y en
particular los que se relacionen con la percepción o inversión de la
renta, deberán publicarse periódicamente y regularmente.

Artículo 14
No se acordarán pensiones ni jubilaciones por leyes espe-
ciales. La ley general que se dictará sobre la materia proveerá a la
constitución de un seguro o a la formación de un fondo especial,
para el pago de las jubilaciones y pensiones.

Artículo 15
No podrá dictarse ley ni disposición que tenga por objeto
acordar remuneración extraordinaria a ningún empleado o fun-
cionario público, por servicios correspondientes al empleo que
desempeña o haya desempeñado.

Artículo 16
No podrán acumularse en la misma persona dos empleos re-
munerados de uno mismo o de otros poderes de la Provincia.

Artículo 17
Los nombramientos de empleados o funcionarios que hagan
los poderes públicos prescindiendo de los requisitos enumerados
o exigidos por esta Constitución, carecen de valor y en cualquier
tiempo podrán esos empleados ser removidos de sus puestos.

Artículo 18
No podrá la Legislatura autorizar el curso forzoso de billetes
emitidos por bancos, ni permitir su conversión en otra forma ni en
distinta moneda de la que ellos prometen.

Artículo 19
La libertad de la palabra escrita o hablada, es un derecho ase-

160
Constitución de 1905

gurado a los habitantes de la Provincia. La Legislatura no podrá


dictar leyes preventivas para el uso de esta libertad, ni restringirla,
ni limitarla. No se exigirá fianza para la publicación de diarios y
periódicos. En los juicios a que diera lugar el ejercicio de este de-
recho se admitirá la prueba, siempre que se trate de la conducta
oficial de los empleados o de la capacidad política de los funcio-
narios públicos.

Artículo 20
Es la obligación de los funcionarios públicos acusar las pu-
blicaciones en que se les imputen faltas o delitos cuya averigua-
ción interese a la sociedad, o que afecten a la capacidad políti-
ca de los mismos; gozando para ello del beneficio del proceso
gratuito.

Artículo 21
Los principios, derechos y garantías reconocidos en este capí-
tulo, no podrán ser alterados por leyes que reglamenten su ejerci-
cio. Toda ley, decreto u orden contrarios a esta Constitución, o que
impongan al ejercicio de las libertades y derechos reconocidos en
ella y en la nacional otras restricciones que las que permiten, o
priven a los ciudadanos de las garantías que aseguran, serán nulos
y no podrán ser aplicados por los jueces.
Los individuos que sufran los efectos de cualquiera orden,
decreto o ley que viole o menoscabe estos derechos, libertados y
garantías, tienen acción civil para pedir las indemnizaciones co-
rrespondientes.

Artículo 22
La Provincia no es responsable de los actos que sus funcionarios
practiquen fuera de sus atribuciones. Son solidariamente responsa-
bles, respecto del daño causado, los que ordenen y los que acepten
actos manifiestamente inconstitucionales de cualquier especie.

Artículo 23
Los derechos, declaraciones y garantías enumerados en esta
Constitución, no serán interpretados como negación de otros no

161
Cristian Altavilla

enumerados o retenidos por el pueblo y que derivan de la forma


de gobierno adoptada y de las declaraciones, derechos y garantías
de la Constitución federal.

Artículo 24
La inviolabilidad del domicilio y de la correspondencia epis-
tolar, la libertad de asociarse y contratar, el derecho de trabajar y
la libertad de enseñar y aprender sin medidas preventivas que la
coarten, quedan aseguradas a todos los habitantes de la Provincia,
siempre que no ofendan, perjudiquen o atenten a la moral, a la
salud o al orden público, ni se practiquen en forma contraria a la
ley y a los derechos de terceros.

Artículo 25
Todos los habitantes de la Provincia tienen el derecho de
reunirse pacíficamente para tratar asuntos públicos o privados,
con tal que no turben el orden, sin que sea preciso requerir per-
miso a la autoridad; así como el de peticionar individual y colec-
tivamente ante todas las autoridades, sea para solicitar gracia o
justicia, o para pedir la reparación de agravios. Pero en ningún
caso la reunión de personas podrá atribuirse la representación ni
los derechos del pueblo. El derecho de petición no podrá ejercer-
se por ninguna clase de fuerza armada.

Artículo 26
La ley reputa inocentes a los que por sentencia de juez
competente no hayan sido declarados culpables. No se dictará
leyes que importen sentencia, o que empeoren la condición de
los acusados por hechos anteriores. Nadie puede ser privado
de su libertad sin juicio previo fundado en ley anterior al hecho
del proceso, ni juzgado por comisiones especiales, ni sacado
de los jueces designados por la ley antes del hecho que motiva
la causa. La defensa es libre en todos los juicios y la prueba
será pública, salvo el caso en que por resolución motivada se
considere su publicación peligrosa para las buenas costumbres.
Nadie puede ser perseguido más de una sola vez por el mismo
delito, ni bajo pretexto alguno suscitarse pleitos fenecidos por

162
Constitución de 1905

sentencia ejecutoriada. En causa criminal nadie puede ser


obligado a declarar contra sí mismo.

Artículo 27
La pena de muerte no podrá ser aplicada sino por unanimi-
dad de votos en todas las instancias.

Artículo 28
Nadie podrá ser detenido sin que se preceda indagación su-
maria que produzca semiplena prueba o indicio vehemente de
un hecho que merezca pena corporal, salvo el caso infraganti, en
que todo delincuente puede ser detenido por cualquier persona
y conducido inmediatamente a presencia de su juez o autoridad
policial respectiva; ni ser constituido en prisión sin orden escrita
de juez competente.

Artículo 29
Toda orden de pesquisa, detención o arresto de una o más
personas, o de secuestro de bienes, deberá especificar las perso-
nas u objetos de la pesquisa o secuestro, describiendo particular-
mente el lugar que debe ser registrado; y no se expedirá mandato
de esta clase sino por juez competente, fundado en juramento o
afirmación, o en semiplena prueba, de lo cual se hará mérito en
dicha orden.
Todo alcaide o guardian de presos exigirá y conservará esa or-
den, so pena de hacerse responsable de una detención indebida;
incumbiendo igual obligación y responsabilidad al ejecutor del
arresto.

Artículo 30
Todo aprehendido será notificado de la causa de su deten-
ción dentro de las veinticuatro horas. Dentro de las cuarenta y
ocho de tomarse la declaración indagatoria al procesado, se dic-
tará el auto de prisión preventiva o se decretará la libertad del
mismo. Ninguna detención se hará en cárcel pública destinada a
criminales. Toda persona detenida podrá pedir por sí o por me-
dio de otra, que no necesita acreditar mandato o representación,

163
Cristian Altavilla

que se haga comparecer ante el juez más inmediato; y expedido


que sea el auto por autoridad competente, no podrá prolongarse
la detención si pasadas las veinticuatro horas no se le hubiese no-
tificado, por juez igualmente competente, la causa de ella. Todo
juez, aunque lo sea de un tribunal colegiado, a quien se hiciera
esta petición o se reclamase la garantía del artículo anterior, de-
berá proceder en el término de veinticuatro horas contado desde
su presentación con cargo auténtico, bajo multa de trescientos
pesos. Proveída la petición, el funcionario que retuviese al de-
tenido o dejase de cumplir dentro del término señalado por el
juez el requerimiento de este, incurrirá en la multa de doscientos
pesos, sin perjuicio de hacerse efectivo el auto. Si estas multas no
se satisfacen, serán subrogadas por arresto, a razón de un día por
cada cuatro pesos.

Capítulo II
RÉGIMEN ELECTORAL
Artículo 31
El sufragio popular es un derecho inherente a la calidad de
ciudadano y un deber que se desempeñará con arreglo a esta
Constitución y a la ley de la materia, la que consultará las bases
siguientes:
1ª Simple mayoría en el comicio, mientras no se adopte por
el voto de las dos terceras partes del total de los miembros de la
Legislatura un sistema de representación proporcional;
2ª Padrón cívico permanente, sin que se admita a votar a
los que no se hallen inscriptos;
3ª Uniformidad para toda la Provincia;
4ª Responsabilidad penal para todos los que atenten a la
libertad del sufragio;
5ª Voto secreto;
6ª Escrutinio público inmediato a la elección y rodeado de
las mayores garantías de legalidad; pudiendo cualquier perso-
na del pueblo denunciar y acusar ante la justicia los delitos que
se cometan en ese acto, como en cualquier otro electoral, por
electores, candidatos, funcionarios y empleados inferiores;

164
Constitución de 1905

7ª Completa libertad electoral, debiendo adoptarse para


asegurarla, contra los empleados o funcionarios civiles y mi-
litares, cuantas medidas se juzguen necesarias y compatibles
con la legislación general, sin excluir las que priven del voto a
los militares, agentes policiales y demás personas privadas de
ese derecho por ley nacional de elecciones.

Artículo 32
Habrá una junta electoral compuesta por el Presidente de
la Legislatura, Presidente del Superior Tribunal y el Intenden-
te Municipal de la capital siendo subrogante de este el Pre-
sidente del Consejo de Educación, a la cual corresponderá
organizar las mesas electorales de toda la provincia de la si-
guiente manera:
1° Con la anticipación conveniente se designará día y hora
para proceder al sorteo de escrutadores, en el local de la Le-
gislatura, anunciándose en los diarios por dos veces;
2° El día designado y con fiscalización de los representan-
tes de los partidos, que concurriesen, se procederá al sorteo
del acto público, el que se hará de todos los ciudadanos que
sepan leer y escribir, en el número que determine la ley.

Artículo 33
En cada mesa receptora de votos no podrán sufragar más de dos-
cientos electores, ni podrán colocarse en el mismo local más de dos
mesas. Toda elección principiará a las 8 am y durará hasta las 4 pm.

Artículo 34
Cada departamento formará una sección electoral, sin perjui-
cio de las subdivisiones que se hagan para facilitar la emisión del
voto.

Artículo 35
Corresponde a la junta electoral practicar el escrutinio de las
elecciones, el que no deberá hacerse si no se encuentran reuni-
das las dos terceras partes de las actas de las mesas receptoras de
votos de la sección.

165
Cristian Altavilla

Capítulo III
PODER LEGISLATIVO

Artículo 36
El Poder Legislativo de la Provincia será ejercido por una
Cámara de Diputados elegidos directamente por el pueblo, en
la proporción de uno por cuatro mil habitantes o una fracción
que no baje de dos mil, con arreglo a la población censada. Des-
pués de cada censo nacional o provincial, la ley determinará el
número de habitantes que debe representar cada diputado, a fin
de que en ningún caso el número total de esto exceda de treinta
ni sea menor de veinte. Cada departamento de los existentes o
de los que se creasen en adelante, formará un distrito electoral y
elegirá tantos diputados cuantos correspondan a su población,
sin perjuicio del sistema de representación que se adopte de
acuerdo con el artículo 31, inciso 1 °.

Artículo 37
Los diputados durarán tres años y serán reelegibles; pero la
Legislatura se renovará por terceras partes. El período de tres años
del cargo a diputado, se contará desde el día que se fije para la
instalación de la Legislatura correspondiente hasta que preceda a
igual acto tres años más tarde.

Artículo 38
Para ser diputado se requiere:
1° Ciudadanía natural en ejercicio, o legal después de cinco
años de obtenida;
2° Ser mayor de edad;
3° Tener un año de residencia inmediata en la Provincia, no
siendo nativo en ella.

Artículo 39
No podrán ser electos diputados los eclesiásticos regulares, el
jefe y comisarios de policía, los enjuiciados contra quienes exista
ejecutoriado, un auto de prisión preventiva, los fallidos declara-
dos culpables, los afectados de imposibilidad física o mental y los

166
Constitución de 1905

deudores del fisco por malversación, defraudación y rendición de


cuentas.

Artículo 40
Es incompatible el cargo de diputado con el de cualquier otro
provincial a sueldo, con excepción de las comisiones transitorias
o eventuales.

Artículo 41
La Legislatura se reunirá para sus sesiones ordinarias desde
el 25 de mayo hasta el 25 de octubre; pudiendo ser prorrogadas
por el Poder Ejecutivo o por sanción de dos tercios del total de
sus miembros, hasta el 25 de noviembre. Puede la Legislatura ser
convocada a sesiones extraordinarias por el Poder Ejecutivo, o por
su presidente a requisición escrita de la mayoría de sus miembros
o de orden público lo reclame; debiendo considerarse en las se-
siones prorrogadas y extraordinarias solo el asunto o asuntos que
motiven la convocatoria. Antes de ocuparse de ellos, la Cámara se
pronunciará sobre si reúnen o no las condiciones previstas en este
artículo.

Artículo 42
La Legislatura abre y cierra sus sesiones con aviso al Poder
Ejecutivo, el cual será invitado en el primer caso a dar cuenta del
estado de la administración.

Artículo 43
La legislatura elegirá anualmente su presidente y vices y no
entrará en sesión sin la mayoría absoluta de sus miembros. Pero
un número menor podrá reunirse y compeler a los inasistentes a
que concurran a las sesiones, en los términos y bajo las penas que
el reglamento estableciere, excepto la de expulsión.

Artículo 44
En los casos de renovación se reunirá en sesión preparatoria
el 15 de mayo a las tres de la tarde. Si por falta de quórum no pu-
diese sesionar, quedará citada hasta conseguirlo, para la misma

167
Cristian Altavilla

hora, los días 16 y 17 siguientes; y si aun entonces no se hubiere


logrado reunir la mayoría absoluta por cualquier causa que fuera,
la minoría integrada con los nuevamente electos juzgará los títu-
los de estos, pero solo hasta constituirse un quórum legal.

Artículo 45
La Cámara es el único juez de la validez de la elección, de-
rechos y títulos de sus miembros. Al recibirse del cargo prestarán
estos juramentos o afirmarán bajo su honor, de desempeñarlo fiel-
mente, con arreglo a los preceptos de esta Constitución y la nacio-
nal. La Cámara, con dos tercios de votos, podrá corregir con multa,
suspensión y aun con expulsión de su seno, a cualquiera de sus
miembros, por inasistencia o mala conducta en el desempeño de
sus funciones y removerlo por inhabilidad física o moral sobrevi-
niente a su incorporación.

Artículo 46
En los casos en que la Legislatura proceda como juez o como
cuerpo elector, no podrá reconsiderar sus resoluciones, aunque
sea en la misma sesión. Sus decisiones serán a pluralidad de vo-
tos, salvo los casos previstos por esta Constitución. Las sesiones se
celebrarán en local fijo y serán públicas, a menos que se resolvie-
se lo contrario. La Cámara es el único juez de las faltas cometidas
dentro y fuera del recinto contra el orden de sus sesiones y podrá
reprimirlas con arresto que no pase de quince días; sin perjuicio
de la intervención de la justicia ordinaria.

Artículo 47
El cargo de diputado será gratuito.

Artículo 48
Ningún diputado, desde el día de su elección hasta el día de su
cese, podrá ser arrestado, excepto el caso de ser sorprendido infra-
ganti en la ejecución de un delito que merezca pena de muerte u
otra aflictiva, de lo que se dará cuenta a la Cámara con la informa-
ción sumaria del hecho.

168
Constitución de 1905

Artículo 49
Cuando se forme querella por escrito ante la justicia ordina-
ria contra cualquier diputado, examinado el mérito del sumario
en juicio público podrá la Cámara, con dos tercios de los votos,
suspender en sus funciones al acusado y ponerlo a disposición del
juez competente para su juzgamiento.

Artículo 50
Los diputados no pueden ser acusados ni interrogados judi-
cialmente por las opiniones o votos que emitiesen desempeñando
su mandato.

Artículo 51
La Cámara puede llamar a su sala al ministro o ministros del
Poder Ejecutivo para pedirles los informes o explicaciones que es-
time conveniente, debiendo comunicar con la invitación los pun-
tos sobre los cuales han de informar. El Poder Ejecutivo podrá ex-
cusar esa asistencia enviando por escrito los informes solicitados.

Artículo 52
Mientras dure el período ordinario, la Cámara no podrá sus-
pender sus sesiones por más de tres días hábiles sin dar aviso al
Poder Ejecutivo.

Capítulo IV
DE LA FORMACIÓN Y SANCIÓN DE LAS LEYES
Artículo 53
Las leyes tendrán origen en proyectos presentados por el Po-
der Ejecutivo, por alguno de los diputados o por las comisiones de
la Cámara.
Discutido y aprobado un proyecto de ley por mayoría absolu-
ta, pasa al Poder Ejecutivo, quien, en caso de aprobarlo, lo promul-
gará como ley. Se tendrá por aprobado todo proyecto no devuelto
en el término de diez días.
Si antes de ser observado por el Poder Ejecutivo hubiese teni-
do lugar la clausura de la Legislatura, el proyecto deberá enviarse

169
Cristian Altavilla

con el veto a la presidencia de la Cámara, sin cuyo requisito este


carecerá de efecto.
Ningún proyecto de ley desechado totalmente por la Legisla-
tura podrá tratarse en las sesiones del mismo año.
Desechado un proyecto en la totalidad o en parte por el Po-
der Ejecutivo, volverá con sus objeciones a la Cámara para que lo
discuta de nuevo; y si insiste en él por mayoría de dos tercios, pasa
otra vez al Poder Ejecutivo para que lo promulgue.
Cuando la Cámara no tenga dos tercios de votos para insistir
en su primera sanción y el veto sea parcial, el proyecto, con las
enmiendas del Poder Ejecutivo, será ley si ellas son aprobadas por
mayoría absoluta de los miembros presentes.
En la sanción de las leyes se usará esta fórmula: “La Legislatu-
ra de la Provincia, sanciona con fuerza de ley”.

Artículo 54
El veto parcial del presupuesto no impedirá la promulgación
y vigencia de la parte no observada.

Capítulo V
ATRIBUCIONES DEL PODER LEGISLATIVO

Artículo 55
Corresponde a la Legislatura:
1° Autorizar la cesión de la parte del territorio de la Provin-
cia, con tres cuartos de votos de la totalidad de los miembros,
para objetos de utilidad pública, nacional o provincial y con
unanimidad de votos, cuando dicha cesión importe desmem-
bramiento del territorio, o abandono de jurisdicción dentro de
los límites prescriptos por la Constitución nacional;
2° Aprobar o desechar los tratados que el Poder Ejecutivo
celebre con otras provincias;
3° Establecer impuestos y contribuciones necesarias para
los gastos del servicio público, uniformes y proporcionales;
4° Fijar anualmente el presupuesto general de gastos y cál-
culo de recursos. En el primero deberán figurar todos los ser-

170
Constitución de 1905

vicios ordinarios y extraordinarios de la administración, aun


cuando hayan sido autorizados por leyes especiales, las que se
tendrán derogadas si no se consignan en el presupuesto para el
año próximo las partidas correspondientes para su ejecución;
5° En ningún caso la Legislatura podrá aumentar el monto
de las partidas del cálculo de recursos presentado por el Poder
Ejecutivo, ni autorizar por la ley de presupuesto una suma de
gastos mayor que la de los recursos, salvo el derecho de la mis-
ma Legislatura para crear impuestos o aumentar su tasa;
6° Los gastos, el número de empleos y el monto de los suel-
dos proyectados por el Poder Ejecutivo en la ley de presupues-
to, no podrán ser aumentados en esta y dichos aumentados
solo se harán por medio de proyectos de ley que seguirán la
tramitación ordinaria;
7° Ningún proyecto de ley que importe gastos para el tesoro
público será tratados sobre tablas;
8° En el caso de que el Poder Ejecutivo no remitiera el pro-
yecto de presupuesto antes del tercer mes de las sanciones or-
dinarias y la Legislatura considerase necesario modificar el que
rige, procederá a hacerlo tomando este por base;
9° Sancionado un presupuesto seguirá en vigencia en sus
partidas ordinarias hasta la sanción de otro, entendiéndose lo
mismo respecto de las leyes de impuestos. Estas tendrán carác-
ter permanente, pero podrán derogarse o modificarse cuando
lo crea oportuno la Legislatura por proyectos presentados al
efecto;
10° Dictar leyes protectoras de trabajo y sobre inmigración,
construcción de vías de transporte, población, colonización e
introducción de nuevas artes e industrias;
11° Dictar planes y reglamentos generales de enseñanza
pública;
12° Aprobar, observar o desechar anualmente las cuentas
de inversión, las que le remitirá el Poder Ejecutivo en todo el
mes de junio de cada año y deberán abarcar el movimiento ad-
ministrativo hasta el 31 de diciembre anterior;
13° Determinar las formalidades con que se ha de llevar el
registro del estado civil y establecer las divisiones territoriales

171
Cristian Altavilla

para los efectos electorales, judiciales, municipales y adminis-


trativos;
14° Acordar amnistía por delitos políticos de la jurisdicción
provincial;
15° Autorizar la reunión y movilización de la milicia o parte
de ella, en los casos permitidos por la Constitución nacional; y
aprobar o desaprobar la movilización que en cualquier tiempo
hiciere el Poder Ejecutivo sin autorización previa;
16° Calificar los casos de expropiación por causa de utilidad
pública y autorizar la ejecución de las obras exigidas por el inte-
rés de la Provincia;
17° Crear y suprimir empleos para la mejor administración
de la Provincia, en cuanto ello no se oponga a la Constitución,
determinando sus atribuciones, responsabilidad y dotación;
18° Autorizar la fundación de bancos dentro de las prescrip-
ciones de la Constitución nacional y la celebración de contratos
sobre empréstitos de dinero basados en el crédito de la Provincia,
u otros de utilidad pública. Cuando versaren sobre empréstitos
o emisión de fondos públicos, la autorización deberá acordarse
con dos tercios del total de votos de la Cámara y bajo pena de nu-
lidad. En ningún caso el servicio de la totalidad de las deudas au-
torizadas podrá comprometer más de la cuarta parte de la renta
provincial, tomándose como base el promedio de la recaudada
durante el quinquenio anterior;
19° Dictar la ley general de elecciones de la provincia;
20° Ordenar la elección de electores de gobernador, si el que
ejerce el mando no dispone que se verifique en el día designado
por la ley;
21° Dictar la ley de jubilaciones y pensiones por servicios
prestados a la Provincia, de acuerdo con esta Constitución;
22° Recibir juramento al gobernador en los casos previstos
por los artículos 63 y 93;
23° Concederle o negarle licencia para ausentarse de la ca-
pital por más de quince días y por cualquier tiempo fuera de la
Provincia y admitir o desechar su renuncia;
24° Elegir senadores al Congreso nacional;
25° Acusar con dos tercios de votos, ante el jury de enjuicia-

172
Constitución de 1905

miento político, al gobernador y ministros, después de declarar


que hay lugar a formación de causa;
26° Prestar o denegar su acuerdo al Poder Ejecutivo para los
nombramientos que lo requieran por esta Constitución o por ley;
27° Dictar todas las demás leyes convenientes y necesarias
para poner en ejecución los mandatos, principios, poderes y au-
toridades constitucionales, como las del trabajo, policía, munici-
palidad, judicial, de imprenta y responsabilidad civil de los em-
pleados y funcionarios no sujetos a juicio político.

Capítulo VI
PODER EJECUTIVO
DEL GOBERNADOR

Artículo 56
El Poder Ejecutivo será ejercido por un ciudadano con el título
de gobernador de la Provincia, elegido conforme a esta Constitución.

Artículo 57
Para ser gobernador se requiere:
1° Ciudadanía por nacimiento en el territorio argentino, o por
ser hijo de ciudadano nativo, si hubiese nacido en país extranjero
y optado por la ciudadanía de origen;
2° Tener treinta años de edad en la fecha de su elección;
3° Residencia inmediata en la Provincia durante cinco años, a
menos que sea natural de ella;
4° Disponer de una renta anual de dos mil pesos;
5° No ser pariente del funcionario saliente dentro del cuarto
grado de consanguinidad y segundo de afinidad, ni haber ejercido
funciones de jefe de policía o de ministro, cuatro meses antes de la
elección de electores.

Artículo 58
El gobernador durará cuatro años en el ejercicio de sus fun-
ciones, contados desde el día que preste juramento y no podrá ser
reelecto sino con intervalo de un período.

173
Cristian Altavilla

Artículo 59
Al tomar la posesión del cargo el gobernador presentará ante
el Colegio Electoral o la Legislatura en su caso, el siguiente jura-
mento: “Yo, NN, juro por Dios y a la Patria cumplir y hacer cumplir
la Constitución, leyes de la Nación y de la Provincia y desempeñar
con lealtad y honradez el cargo de que se me inviste. Si así no lo
hiciere, Dios y la Patria me lo demanden”.

Artículo 60
El gobernador residirá en la capital de la Provincia y no po-
drá ausentarse de ella por más de quince días sin permiso de la
Legislatura y en ningún caso del territorio de la Provincia sin este
requisito.

Artículo 61
En el receso de la Legislatura podrá el gobernador ausen-
tarse de la Provincia por asuntos graves y urgentes de interés
público, por tiempo que no exceda de quince días; no pudiendo
repetir la ausencia mientras tenga pendiente la aprobación de
la anterior.

Artículo 62
En los casos de muerte, destitución, renuncia, enfermedad,
ausencia, suspensión, licencia u otro impedimento calificado
del gobernador, será reemplazado por el presidente de la Legis-
latura, por el vice 1° de la misma y por el presidente del Supe-
rior Tribunal de Justicia, hasta que se proceda a nueva elección
en los tres primeros casos, o hasta que haya cesado la imposibi-
lidad accidental en los últimos.

Artículo 63
Siempre que la separación del gobernador fuese absoluta, el
funcionario que desempeñe el Poder Ejecutivo convocará dentro
de diez días y para un mes después, a elección por todo un nuevo
periodo.
En este caso la elección no podrá recaer en dicho funcionario.

174
Constitución de 1905

Artículo 64
El gobernador cesa en su mandato el mismo día en que se ex-
pire su período legal, sin que evento alguno que lo haya interrum-
pido pueda ser motivo para que lo complete más tarde, o para su
prorrogación.

Artículo 65
El gobernador no puede retardar ni impedir la reunión de la
Legislatura y de la junta electoral, so pretexto alguno. Tampoco le
es permitido tomar parte, directa o indirectamente, en contratos
con la Provincia, los demás gobiernos provinciales y el de la Na-
ción, aunque se efectúen por licitación.

Capítulo VII
DE LOS MINISTROS
Artículo 66
El despacho de los negocios administrativos de la Provincia
estará a cargo de uno o dos ministros secretarios, debiendo la Le-
gislatura determinar los ramos y las funciones correspondientes a
cada uno de ellos.

Artículo 67
En caso de licencia o impedimento accidental de alguno de los
ministros, el Poder Ejecutivo encargará a otro del despacho corres-
pondiente a su cartera, por un término que no exceda de tres meses.

Artículo 68
Para ser ministro se requieren las mismas condiciones que
para ser diputado.

Artículo 69
Los ministros pasarán a la Legislatura una memoria o informe
sobre los negocios de sus respectivos departamentos, dentro de los
quince días siguientes a la apertura de sus sesiones, indicando en ella
las reformas y proyectos que aconsejen la experiencia y el estudio.

175
Cristian Altavilla

Artículo 70
Los ministros despacharán de acuerdo con el gobernador y
refrendarán con su firma las resoluciones del mismo, sin cuyo re-
quisito serán ineficaces y nulas

Artículo 71
Los ministros son solidariamente responsables con el gober-
nador de las órdenes o actos que legalicen. No pueden por sí solos
adoptar resoluciones, salvo las de mero trámite y las concernien-
tes al régimen interno de sus respectivos departamentos.

Artículo 72
Los ministros están sujetos al juicio político en las mismas
condiciones y por las mismas causas que el gobernador.

Artículo 73
Los ministros pueden concurrir a las sesiones de la Legisla-
tura, tomar parte en sus debates o llevar las opiniones del Poder
Ejecutivo respecto de cualquier proyecto de ley, sea que hubiere
nacido de este o de la Cámara. Tienen al efecto los mismos dere-
chos e inmunidades que los diputados, excepto el voto.

Artículo 74
Los ministros, al recibirse del cargo, prestarán juramento ante
el gobernador de desempeñarlo fielmente con arreglo a los pre-
ceptos de esta Constitución.

Artículo 75
Cuando por falta de ministro algún empleado fuese autoriza-
do para refrendar la firma del gobernador, dicho empleado será
solidariamente responsable con este por todo lo que autorice. No
podrá concurrir a la Legislatura, pero sí a sus comisiones , a fin de
suministrar informes y dar las explicaciones que se pidan.

Artículo 76
El gobernador y los ministros gozarán del sueldo y de los gas-
tos de etiqueta establecidos por la ley, los cuales no serán aumen-

176
Constitución de 1905

tados ni disminuidos en ninguna forma durante el período de sus


funciones; no pudiendo recibir otro emolumento o dádiva de la
Provincia o de la Nación.

Capítulo VIII
ATRIBUCIONES DEL PODER EJECUTIVO
Artículo 77
El gobernador es el jefe de la administración general de la
provincia, habla en nombre de ella ante todos los poderes nacio-
nales y provinciales y tiene las siguientes atribuciones y deberes:
1° Promulgar y ejecutar las leyes de la Provincia, dictando al
efecto decretos, reglamentos y disposiciones especiales que no al-
teren su espíritu;
2° Participar de la formación de las leyes, con arreglo a esta
Constitución;
3° Vetar los proyectos sancionados por la Legislatura, en todo
o en parte, dentro de los diez días; expresando en detalle los fun-
damentos del veto; pero si aquellos se sancionaren nuevamente
en uno de los dos períodos subsiguientes, el Poder Ejecutivo no
podrá vetarlos;
4° Prorrogar las sesiones ordinarias de la Legislatura o con-
vocarla a sesiones extraordinarias, cuando algún asunto grave o
de orden público lo requiera; salvo el derecho de aquella, una vez
reunida, para apreciar la necesidad de la medida;
5° Ordenar la recaudación de los impuestos y rentas de la Pro-
vincia, debiendo los funcionarios encargados de aquella ejecutar
el pago de conformidad a la ley;
6° Presentar a la Legislatura, dentro de los primeros meses de
sus sesiones, el presupuesto de gastos y el cálculo de recursos de
la Provincia;
7° Informar por un mensaje, a la apertura de las sesiones ordi-
narias de la Legislatura, sobre el estado general de la administración,
indicando aquellas medidas o leyes que fueren necesarias para el
mejoramiento y progreso económico y político de la Provincia;
8° Nombrar y remover, con acuerdo de la Legislatura, al Pre-
sidente y Vocales del Consejo de Educación, Director de Rentas,

177
Cristian Altavilla

Contador, Escribano Archivero, Director del Registro de la Pro-


piedad y demás empleados, dándole cuenta en el primer mes
de sesiones para la confirmación o desaprobación de la medi-
da, quedando en el primer caso separado de su cargo;
9° Nombrar y remover a los ministros y demás empleados
de la administración cuyos nombramientos no requieren el
acuerdo de la Legislatura, o no estén confinados a otros pode-
res, expidiendo títulos y despachos a los que nombre;
10° Nombrar, con acuerdo de la Legislatura, los miembros
del Superior Tribunal de Justicia, jueces de primera instancia,
fiscales de los Tribunales y de Estado y defensores;
11° Estando reunida la Legislatura, la propuesta de nom-
bramiento para los cuales se requiere acuerdo se hará dentro
de diez días de ocurrida la vacante; no pudiendo insistir sobre
un candidato rechazado durante ese año;
12° Es el comandante en jefe de las milicias de la Provin-
cia y nombra y remueve sus jefes con acuerdo de la Legislatura,
desde sargento mayor hasta coronel inclusive; y por sí solo, los
oficiales hasta capitán;
13° Promover interinamente los cargos que requieran
acuerdo de la Legislatura y hubiesen vacado en el receso y
aquellos para los cuales no se hubiese prestado el acuerdo pe-
dido oportunamente por leyes especiales. En estos casos dará
cuenta a la Legislatura en el primer mes de las sesiones, con
la solicitud de acuerdo para los nombramientos en propiedad,
caducado a la expiración de ese término los provisorios. Dichos
nombramientos no podrán recaer en personas respecto de las
cuales hubiese la Legislatura negado su acuerdo para el mismo
empleo, durante el último período legislativo;
14° Proponer la concesión de primas o recompensas de es-
tímulo en favor de las industrias o inventos;
15° Celebrar contratos con particulares para la construc-
ción de obras u otros objetos de utilidad pública, debiendo so-
meterlos a la Legislatura para su aprobación y validez;
16° Celebrar y firmar tratados parciales con los gobiernos
de las demás provincias, sobre administración de justicia, inte-
reses económicos y trabajos de utilidad pública, dando cuenta

178
Historia Constitucional de la Provincia de San Luis

de ellos al Congreso de la Nación después de ser aprobados por


la Legislatura;
17° Celebrar igualmente tratados con los mismos para fines
de vigilancia policial, arreglo de límites, construcción de cár-
celes, etc., con aprobación de la Legislatura y dando cuenta al
Congreso, en su caso;
18° Movilizar las milicias de la Provincia o de algún punto
de ella durante el receso de la Legislatura, en caso de invasión
exterior u otro peligro que no admita dilación, dándole oportu-
namente cuenta de ello. Y aun durante las sesiones podrá usar
de la misma atribución, en casos urgentísimos, dando cuenta
inmediatamente de la medida. En ambos casos se la pondrá en
conocimiento del Gobierno Nacional;
19° Dar a las milicias la organización y disciplina prescrip-
tas por el Congreso;
20° Conmutar e indultar las penas impuestas por crímenes
sujetos a la jurisdicción provincial, previo informe de la Cáma-
ra de Justicia sobre la conveniencia y oportunidad de la con-
mutación o del indulto y con arreglo a la ley reglamentaria que
determinará los casos y la forma en que pueden ser solicitados;
pero no podrá ejercer esta atribución cuando se trate de deli-
tos en que el jury de enjuiciamiento político ha conocido como
juez, o de aquellos cometidos por funcionarios públicos en el
ejercicio de sus funciones, o de los cometidos contra la Legisla-
tura, el Poder Judicial, el Colegio Electoral o sus miembros. La
pena capital no podrá conmutarse sino con la de grado inme-
diatamente inferior;
21° Prestar el auxilio de la fuerza pública a todas las autori-
dades, siempre que lo soliciten conforme a la ley;
22° Expedir las órdenes necesarias para que toda elección
popular se realice en la oportunidad debida;
23° Hacer cumplir, como agente inmediato del Gobierno
Nacional, la Constitución, leyes y decretos de la Nación;
24° Inspeccionar todos los establecimientos de la Provin-
cia, velar por la administración y pedir informes a las oficinas
públicas; e inspeccionar igualmente las sociedades civiles y co-
merciales, con arreglo a la ley;

179
Cristian Altavilla

25° Correr con todo lo relativo a la policía de seguridad y de


vigilancia;
26° Conocer y resolver en las causas contencioso administrati-
vas, sin perjuicio de la jurisdicción del Superior Tribunal;
27° Decretar la inversión de la renta con arreglo a las leyes, de-
biendo publicar mensualmente el estado de la tesorería;
28° Convocar a elecciones de electores de gobernador por lo me-
nos dos meses antes de terminar su período y de Diputados a la Le-
gislatura por lo menos un mes antes del día en que deba verificarse.

Capítulo IX
DEL CONTADOR
Artículo 78
El Contador será nombrado en la forma prescripta en el inciso
8° del artículo 77 y durará cuatro años en el ejercicio de sus fun-
ciones, mientras dure su buena conducta, pudiendo ser reelecto.

Artículo 79
Ningún pago se hará sin intervención de la Contaduría.

Artículo 80
El Contador no podrá autorizar pago alguno que no sea arre-
glado a la ley.

Artículo 81
Las calidades del Contador, las causas porque puede ser re-
movido y las responsabilidades a que está sujeto, serán determi-
nadas por la ley de contabilidad.

Capítulo X
LA ELECCIÓN DEL GOBERNADOR
Artículo 82
La elección del gobernador se hará de modo siguiente: la ca-
pital y cada uno de los departamentos de la Provincia nombrarán
por votación directa una junta de electores igual al duplo de dipu-

180
Constitución de 1905

tados que envían a la Legislatura, con las mismas calidades y en la


misma forma prescripta para aquéllos. No podrán ser electores los
diputados y los empleados a sueldo del Poder Ejecutivo.

Artículo 83
Esta elección tendrá lugar por lo menos treinta días antes de
que termine el período gubernativo y los electores se reunirán en
la capital de la Provincia cuando menos quince días antes, para
proceder a la elección del que debe sucederle.

Artículo 84
Si los electores nombrados no alcanzan a las dos terceras
partes del número total, se convocará inmediatamente a nuevas
elecciones a los departamentos que no hubieran elegido.

Artículo 85
Reunida en asamblea o junta en mayoría absoluta, en el lo-
cal de la Legislatura y aprobada por ella la elección de sus miem-
bros, procederá a elegir un Presidente y un Secretario de su seno
y fijará el día en que deba verificarse la elección; todo lo cual se
comunicará al Poder Ejecutivo.

Artículo 86
El día señalado, con asistencia por lo menos de dos terceras
partes de la totalidad de los electores, procederá la junta a hacer
la elección de gobernador por cédulas firmadas en que se exprese
el nombre de la persona por quien se vota. Recibidos los sufragios,
el Presidente mandará que el Secretario, asociado a dos electores
sacados a la suerte, practiquen escrutinio y comunicará el resulta-
do a la asamblea, expresando el número de votos que hubiese ob-
tenido cada candidato. El que reuniera mayoría absoluta, es decir,
la mitad más uno de los sufragios de los electores presentes, será
proclamado inmediatamente gobernador por el Presidente de la
asamblea.

Artículo 87
En caso de que por dividirse la votación no hubiese mayo-

181
Cristian Altavilla

ría absoluta, elegirá aquella inmediatamente entre las personas


que hubieren obtenido mayor número de sufragios. Si la primera
mayoría hubiese cabido a una sola persona y la segunda a dos o
más, la elección recaerá entre las que hubiesen obtenido la pri-
mera y la segunda mayoría.
Si verificada la primera votación no resultase mayoría abso-
luta, se hará segunda votación, contrayéndose a las dos personas
que en la primera hubiese obtenido mayor número de sufragios.
En caso de empate se decidirá el Presidente de la asamblea.
La elección de gobernador quedará concluida en una sola
sesión.

Artículo 88
Terminada la sesión y proclamado el gobernador electo, la
asamblea electoral expedirá el decreto correspondiente, desig-
nando el día y hora en que aquel debe recibirse del mando y pres-
tar el juramento que prescribe esta Constitución. Dicho decreto se
comunicará al gobernador cesante, al electo y a las demás poderes
constituidos.

Artículo 89
La asamblea electoral entenderá en los motivos de excusa-
ción que pueda presentar el electo y en caso de aceptarla procede-
rá inmediatamente a nueva elección.

Artículo 90
Puesto en posesión el gobernador, la asamblea electoral ter-
minará su mandato.

Artículo 91
El cargo de elector es irrenunciable y el que faltase a la elec-
ción incurrirá en una multa de trescientos pesos moneda nacio-
nal, sin perjuicio de las medidas compulsorias autorizadas por ley.

Artículo 92
Los electores gozarán de las mismas inmunidades que los di-
putados, hasta ocho días después de la recepción del gobernador.

182
Constitución de 1905

Artículo 93
El gobernador deberá recibirse el día en que termine su man-
dato el saliente, considerándose dimitente si no lo hiciere sin cau-
sa justificada, que calificará la asamblea. En caso de encontrarse
fuera de la República o de mediar impedimento fundado, podrá
hacerlo hasta cincuenta días después.

Artículo 94
Si la junta o asamblea electoral no nombrase gobernador has-
ta el día en que concluye el período del saliente, o si no se recibiese
el electo, el Poder Ejecutivo será ejercido en la forma establecida
en el artículo 62, capítulo VI.

Capítulo XI
DEL JUICIO POLÍTICO
Artículo 95
La acusación contra el gobernador y ministro serán formula-
das por escrito ante la Cámara de Diputados, por cualquiera de
sus miembros o por los particulares, determinándose con toda
precisión los hechos que le sirvan de fundamento.

Artículo 96
Presentando la denuncia, la Cámara, sin más trámite, decidi-
rá por votación nominal y a simple mayoría de votos si los cargos
que aquella contiene importan faltas, delitos o hechos que den lu-
gar a juicio político.
Si la resolución es en sentido negativo, la denuncia quedará
de hecho desestimada.
Si fuese en sentido afirmativo, pasará a la comisión de que se
habla en el artículo siguiente.

Artículo 97
La Cámara de Diputados nombrará anualmente, en su prime-
ra sesión ordinaria, una Comisión judicial de tres de sus miem-
bros, no pudiendo delegar esta facultad en el Presidente.
Dicha Comisión tendrá por objeto investigar la verdad de los

183
Cristian Altavilla

hechos en que se funda la denuncia, teniendo para ese efecto las


más amplias facultades.

Artículo 98
El acusado tendrá derecho a ser oído por la Comisión judicial,
de interpelar por su intermedio a los testigos y al acusador y de
presentar los documentos de descargo que tuviere.

Artículo 99
La Comisión judicial consignará por escrito todas las decla-
raciones y demás antecedentes relativos al proceso; y una vez ter-
minado su cometido, pasará a la Cámara un informe escrito sobre
aquellos, en el que expresará su dictamen en favor o en contra de
la denuncia. La Comisión judicial deberá terminar sus diligencias
en el perentorio término de veinte días.

Artículo 100
La Cámara decidirá, oyendo previamente al acusado, si acep-
ta o no el dictamen de la Comisión judicial; necesitando para
aceptarlo dos tercios de votos de los miembros presentes, cuando
aquel fuere favorable a la acusación.
Cuando la acusación fuere presentada por alguno o algunos
de los miembros de la Cámara de Diputados, estos podrán tomar
parte en la discusión, pero no en la votación, sobre si hay o no lu-
gar a la formación de causa.

Artículo 101
Aceptada por la Cámara la acusación contra un funcionario
público, este quedará de hecho suspendido en el ejercicio de sus
funciones.

Artículo 102
Llegado este caso, la Cámara nombrará de su seno una Co-
misión compuesta de tres de sus miembros para sostener la acu-
sación ante el jury de enjuiciamiento, que será convocado dentro
de las veinticuatro horas siguientes por el Presidente de aquella,
en el cual comunicará a la vez a dicho tribunal la aceptación de la

184
Constitución de 1905

acusación y el nombramiento de la Comisión acusadora.


El jury de enjuiciamiento político se compondrá de dieciséis
ciudadanos de probidad notoria, mayores de edad, que no sean
empleados a sueldo, ni diputados, ni miembros del Poder Judicial,
que la Legislatura elegirá por dos tercios de votos en la sesión or-
dinaria anterior a la elección de gobernador; debiendo llenar las
vacantes en las primeras sesiones de cada año o tan pronto como
se tenga conocimiento de su existencia. Si no se hiciere el nom-
bramiento en el período designado, lo hará la Legislatura en las
sesiones de prórroga, en las extraordinarias o en las primeras del
próximo período.
La instalación de este jury se hará cada cuatro años en acto
público y se comunicará a los tres poderes.

Artículo 103
El jury se constituirá en tribunal prestando sus miembros ju-
ramento especial de desempeñar su cargo con honradez, impar-
cialidad y patriotismo, conforme a la Constitución y a las leyes de
la Provincia.

Artículo 104
En este juicio los términos serán fijos y perentorios, el proceso
verbal y la sentencia por votación nominal, conforme a lo que la
ley de la materia establezca, con sujeción a las siguientes reglas y
demás disposiciones de este capítulo:
1° Al acusado se le dará una copia de la acusación y de los
documentos que la acompañen, señalándosele un término para
que conteste;
2° Se leerán en sesión pública tanto los cargos o acusacio-
nes como las excepciones y defensas. Luego se recibirá la causa a
prueba, fijando previamente el jury los hechos a que deba concre-
tarse y el término para producirla. De este término, así como de la
apreciación de la prueba, no habrá otro juez que la conciencia de
los jurados;
3° Vencido el término de prueba, el jury designará día para oír en
sesión pública a los acusadores y al acusado sobre el mérito de aquella;
4° Se garante en este juicio la libre representación;

185
Cristian Altavilla

5° El acusador y el acusado tendrán derecho a recusar sin cau-


sa hasta dos miembros del jurado.

Artículo 105
El jury no podrá funcionar como corte de justicia con menos de
los dos tercios de la totalidad de sus miembros, ni pronunciar sen-
tencia condenatoria sino con dos tercios de votos de los presentes.
Su fallo, que será publicado inmediatamente, deberá darse dentro
de los sesenta días de recibida la acusación, transcurridos los cuales
sin haber recaído resolución, el acusado quedará absuelto.

Artículo 106
La pena del juicio político deberá concretarse a la separación
del funcionario acusado y a la inhabilitación para ejercer cargos
públicos por tiempo determinado que no pase de ocho años.
Pero cuando del proceso resulte comprobado un delito co-
mún, el reo será entregado a la justicia ordinaria, con todos los an-
tecedentes de la causa para su juzgamiento.

Artículo 107
Siendo absuelto el acusado, reasumirá inmediatamente las
funciones de su cargo, pagándosele su sueldo por el tiempo de la
suspensión.

Capítulo XII
PODER JUDICIAL

Artículo 108
El Poder Judicial de la Provincia será ejercido por un Superior
Tribunal compuesto de tres miembros, jueces de primera instan-
cia, fiscales, defensores, jueces de paz, jurados y demás funciona-
rios que esta Constitución establece o autoriza.

Artículo 109
El Superior Tribunal se compondrá de cinco miembros en los
casos siguientes:

186
Historia Constitucional de la Provincia de San Luis

1° En las causas especificadas en los incisos 1°, 2°, 3° y 5° del


artículo 127;
2° En las causas criminales en que se haya aplicado la pena de
muerte.
En estos casos y en el de los artículos 150 y 128, inciso 7°, el
tribunal se integrará con dos abogados de la matrícula que se sor-
tearán con citación de partes.

Artículo 110
En el ejercicio de sus funciones la potestad del Poder Judicial
es exclusiva y en ningún caso los poderes legislativo y ejecutivo
podrán abrogarse atribuciones judiciales.

Artículo 111
Los camaristas y los jueces de primera instancia gozarán de
una retribución que será pagada mensualmente y que no podrá
ser disminuida mientras permanezcan en sus funciones.

Artículo 112
Los miembros del Poder Judicial no podrán formar parte de co-
mités o clubes políticos, ni producir o intervenir en acto alguno de
propaganda política, ni aceptar ningún cargo que tenga ese carácter.

Artículo 113
No podrán ser simultáneamente miembros del Superior Tri-
bunal los parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad y
segundo de afinidad; y en caso de parentesco sobreviniente, el que
lo causare abandonará el puesto.

Artículo 114
La administración de justicia se regirá por una ley especial que
deslinde las atribuciones respectivas de todos los tribunales, con arre-
glo a esta Constitución y marquen el orden de sus procedimientos.

Artículo 115
Los miembros del Superior Tribunal, jueces de primera instan-
cia, fiscales y defensores serán nombrados por el Poder Ejecutivo con

187
Cristian Altavilla

acuerdo de la Legislatura; y cuando ocurra alguna vacante durante el


receso de esta, la llenará con nombramientos en comisión que cadu-
carán un mes después de instalada la próxima legislatura.

Artículo 116
Los miembros del Superior Tribunal serán nombrados por el
término de nueve años y se renovarán por terceras partes cada tres;
los jueces, fiscales y defensores serán nombrados por cuatro años,
aunque lo fuesen en reemplazo de otro cuyo período no hubiera
terminado. Instalado el primer tribunal de acuerdo con esta Cons-
titución, sus miembros se sortearán a los efectos de la renovación.

Artículo 117
Para ser miembro del Superior Tribunal se requiere:
1° Ciudadanía en ejercicio;
2° Veintiocho años de edad;
3° Ser abogado con título expedido por alguna facultad nacio-
nal y dos años de ejercicio en la profesión o en la magistratura. Si
el título fuere expedido en la Provincia, se requiere doble tiempo.

Artículo 118
Para ser juez de 1ª Instancia se requiere: ciudadanía en ejerci-
cio, veinticinco años de edad, ser abogado con título expedido por
alguna facultad nacional, un año de ejercicio de la profesión o de-
sempeño por el mismo tiempo de alguna magistratura, o abogado
provincial con dos años de práctica.
La ley orgánica de los tribunales determinará las condiciones
que han de reunir los demás funcionarios judiciales.

Artículo 119
Los miembros del Superior Tribunal prestarán juramento ante
el Presidente de desempeñar fielmente su cargo. El Presidente, jue-
ces y demás funcionarios lo prestarán ante el Superior Tribunal.

Artículo 120
El cargo de Presidente del Superior Tribunal se turnará anual-
mente entre sus miembros, principiando por el de mayor edad.

188
Constitución de 1905

Artículo 121
Los cargos de camarista, juez, fiscal y defensor son incompa-
tibles con cualquier otro provincial, con el de diputado a la Le-
gislatura, con el ejercicio de la abogacía y con el desempeño de
escribanías de registro.

Artículo 122
Los jueces superiores e inferiores de la Provincia, fiscales y de-
fensores, serán inamovibles durante el período porque fueren nom-
brados, mientras dure su buena conducta, pudiendo ser reelectos.
Toda ley que suprima juzgados solo se aplicará cuando va-
caren.

Artículo 123
Es libre la defensa en causa propia y libre la representación,
con las restricciones que establezca la ley de la materia.

Artículo 124
El Superior Tribunal de Justicia acordará sus sentencias de-
finitivas, estableciendo primero las cuestiones de hecho y ense-
guida las de derecho sometidas a su decisión y votará separada-
mente cada una de ellas en el mismo orden; debiendo publicarse
dicho acuerdo y la sentencia en la forma y tiempo que la ley de-
termine.

Artículo 125
El voto en cada una de las cuestiones de hecho o de derecho será
fundado por escrito y la votación principiará por el miembro del tri-
bunal que resulte de la insaculación que al efecto debe practicarse.

Artículo 126
Todo juicio o recurso debe ser fallado por el Superior Tri-
bunal o jueces dentro de los términos que fije la ley de proce-
dimientos. En caso de infracción sin causa debidamente justi-
ficada, los magistrados que contraviniesen a esta prescripción
incurrirán en la multa que fije la ley; pudiendo en caso de rein-
cidencia ser sometidos a juicio político.

189
Cristian Altavilla

Capítulo XIII
ATRIBUCIONES DEL PODER JUDICIAL

Artículo 127
Corresponde al Superior Tribunal:
1° Ejercer la jurisdicción originaria y de apelación para co-
nocer y resolver acerca de la constitucionalidad e inconstitucio-
nalidad de las leyes, decretos y ordenanzas que estatuyan sobre
materia regida por esta Constitución y se controvierta por parte
interesada;
2° Conocer y resolver originaria y exclusivamente de las causas
de competencia entre los poderes públicos de la Provincia, entre
estos y alguna municipalidad, o entre dos o más municipalidades,
en los conflictos internos de estas y en los que se susciten entre los
juzgados de primera instancia o entre uno de estos y cualquiera
autoridad ejecutiva, con motivo de jurisdicción respectiva;
3° Decidir en única instancia y en juicio pleno de las causas
contencioso-administrativas, previa denegación del reconoci-
miento de los derechos que se gestionan. Habrá denegación tácita
cuando no se resolviera definitivamente dentro de tres meses de
estar el expediente en estado de decisión.
En las causas contencioso-administrativas el Superior Tribu-
nal tendrá facultad de mandar cumplir directamente sus senten-
cias por las oficinas y empleados respectivos, si la autoridad ad-
ministrativa no lo hiciera dentro de los sesenta días de notificada.
Los empleados a que alude este artículo serán responsables
por la falta de cumplimiento de las disposiciones del Superior Tri-
bunal;
4° Conocer privativamente de los casos de reducción de Pena
autorizados por el Código Penal;
5° Conocer y resolver de las demandas o recursos de revisión
de causas criminales fenecidas, cualquiera que sea la pena im-
puesta, en los casos en que lo establezca la ley procesal;
6° El conocimiento y decisión, en grado de apelación, de todas
las causas que versen sobre puntos regidos por esta Constitución
y leyes de la Provincia, por el derecho civil, penal y comercial y de
minería y demás leyes del Congreso nacional, según que las cosas

190
Constitución de 1905

o las personas caigan bajo la jurisdicción provincial;


7° Juzgar en los demás casos que determinen las leyes de pro-
cedimientos.

Artículo 128
El Superior Tribunal tiene, además, las siguientes atribucio-
nes y deberes :
1° Nombrar y remover los empleados subalternos de la admi-
nistración de justicia;
2° Dictar los reglamentos necesarios para el servicio interno y
disciplinario del tribunal y juzgados inferiores;
3° Proponer a la Legislatura, por conducto del Poder Ejecu-
tivo, la creación de empleos necesarios al buen desempeño de la
administración de justicia;
4° Ejercer la superintendencia de toda la administración de
justicia, siendo a su cargo velar por el buen servicio de la misma y
el exacto cumplimiento de los deberes de sus empleados;
5° Conceder licencias que no excedan de tres meses a los fun-
cionarios y empleados del Poder Judicial y nombrar sus reempla-
zantes inmediatamente;
6° Elevar al Poder Ejecutivo, cada año, una estadística de la
administración de justicia;
7° Expedir títulos de procurador, escribano y contador, previo
examen público, pero no de abogado;
8° Pasar anualmente a la Legislatura una memoria sobre el
estado de la administración de justicia e indicar las reformas de
procedimientos y organización de los tribunales que crea conve-
niente.

Artículo 129
Habrá juzgados de primera instancia en la capital, en Merce-
des y en los demás puntos que la ley determine.

Artículo 130
Una vez que en el orden nacional se establezca el juicio por
jurados, la Legislatura dictará las leyes necesarias para el funcio-
namiento de esa institución en la Provincia.

191
Cristian Altavilla

Capítulo XIV
JUSTICIA DE PAZ

Artículo 131
La Legislatura establecerá juzgados de paz en la Provincia, te-
niendo en cuenta la población de cada partido.

Artículo 132
Los jueces de paz serán nombrados por el Superior Tribunal,
a propuesta en terna de las municipalidades y directamente don-
de no las hubiere.
Artículo 133
Los jueces de paz durarán dos años en el ejercicio de sus fun-
ciones y podrán ser reelectos.

Artículo 134
Para ser juez de paz se requiere ser ciudadano argentino, mayor
de edad, vecino del partido, contribuyente y saber leer y escribir.

Artículo 135
Los jueces de paz son funcionarios exclusivamente judiciales
y agentes de los tribunales de justicia.

Artículo 136
La ley reglamentará la jurisdicción y procedimiento ante la jus-
ticia de paz y determinará el tribunal de apelación de la misma, pro-
curando que los juicios se terminen en el mismo distrito de su origen.

Capítulo XV
RESPONSABILIDAD DE LOS MIEMBROS
DEL PODER JUDICIAL

Artículo 137
Los miembros del Superior Tribunal y jueces de primera
instancia pueden ser acusados por la parte que se considere

192
Constitución de 1905

agraviada, por cualquier abogado o procurador de la matrícula


y por el ministerio fiscal, por delitos, faltas o negligencias en el
desempeño de sus funciones, ante un jury compuesto de doce
diputados a la Legislatura, que se formará anualmente en las
primeras sesiones de esta. Para organizar el jury se dará preferencia
a los diputados que sean abogados; y si no se completa con estos
el número de seis, se integrará por la Legislatura con abogados
residentes en la Provincia y los otros seis diputados se sortearán
en acto público.

Artículo 138
El jury se organizará dentro de diez días de sorteados sus
miembros, a citación y bajo la presidencia provisoria del presiden-
te de la Legislatura y en la primera reunión nombrará su presiden-
te y secretario.

Artículo 139
Presentada una acusación al presidente del jury este la trami-
tará de acuerdo con el procedimiento que fije la ley respectiva, de-
biendo la misma calificar los delitos y faltas acusables ante el jury.

Artículo 140
Si dentro de sesenta días no se fallase la causa, el acusado
quedará absuelto.

Artículo 141
El juez acusado quedará suspendido en su cargo desde el día
que el jury admita la acusación.

Artículo 142
El jury dará su veredicto con arreglo a derecho, declarando el juez
acusado culpable o no culpable del hecho o hechos que se le imputan.

Artículo 143
Pronunciando el veredicto de culpabilidad y destituido el fun-
cionario, la causa se remitirá al juez ordinario competente, para su
juzgamiento.

193
Cristian Altavilla

Artículo 144
El cargo de jurado es irrenunciable. Los miembros del
jury que no asistan a las reuniones para que fueran citados
abonarán una multa de doscientos pesos a favor del Consejo
de Educación.

Artículo 145
Tanto el acusado como el acusador tendrán derecho para re-
cusar sin causa a un miembro del jury.

Artículo 146
Para constituirse y fallar se precisa la asistencia de nueve de
los miembros del jury, por lo menos.

Artículo 147
Si llegado el caso de un juicio no estuviera íntegro el jurado, la
Legislatura procederá a integrarlo.

Artículo 148
Tanto para admitir la acusación como para pronunciar la con-
dena, se precisa el voto uniforme de las dos terceras partes de los
miembros presentes el jury.

Artículo 149
Los jueces acusados de delitos ajenos a sus funciones se-
rán juzgados en la misma forma que los demás habitantes de
la Provincia, debiendo previamente pedirse la suspensión ante
el jury.

Artículo 150
El Superior Tribunal conocerá y resolverá en las acusacio-
nes que se entablen contra los demás funcionarios judiciales
por delitos, faltas o negligencias en el ejercicio de sus respecti-
vos cargos, siguiendo el procedimiento que fije la ley.

194
Constitución de 1905

Capítulo XVI
ADMINISTRACIÓN DEPARTAMENTAL
RÉGIMEN MUNICIPAL

Artículo 151
Para la administración interior, el territorio de la Provincia
se dividirá en departamentos y estos en partidos. Esta división
servirá de base para la distribución de los funcionarios de poli-
cía, que serán los agentes del Poder Ejecutivo y cuyas atribucio-
nes y deberes se fijarán por ley, procurándose especialmente que
las policías de campaña tengan por principal misión proteger y
garantir los intereses rurales.

Artículo 152
No se podrán crear comandancias permanentes de campaña.

Artículo 153
Se constituirán municipalidades en la capital, Mercedes y en
los demás puntos que la Legislatura determine. Donde no fuese
posible crear municipalidades, habrá comisiones o comisionados
municipales.
La ley respectiva determinará los lugares en que deban cons-
tituirse comisiones o comisionados municipales.

Artículo 154
Las municipalidades se compondrán de un Concejo Delibe-
rante y un Intendente Ejecutor.
La ley fijará el número de miembros de los concejos con arre-
glo a la población, el que no podrá bajar de ocho.

Artículo 155
Los miembros de los consejos, los intendentes, comisiones y co-
misionados municipales, serán elegidos directamente por el pueblo
del municipio en la misma forma que los diputados a la Legislatura.

195
Cristian Altavilla

Artículo 156
Los vocales del Concejo Deliberante y las comisiones y comisio-
nados municipales durarán dos años en el ejercicio de sus funciones
y se renovarán por mitad todos los años. Los intendentes durarán tres
años y no podrán ser reelectos sino con un período de intervalo.

Artículo 157
Los vocales del Concejo e Intendente serán elegidos directamente
por los vecinos del respectivo municipio, que tengan mayor edad, pa-
guen impuesto municipal; patente, contribución directa o ejerzan una
profesión liberal y estén inscriptos en el registro que se llevará en cada
municipio. Los extranjeros también podrán votar cuando reúnan las
condiciones anteriores y más de un año de residencia por lo menos.
Serán elegibles todos los ciudadanos mayores de edad que sepan
leer y escribir, vecinos del distrito, con un año de residencia, que no
sean empleados públicos y que paguen impuesto o ejerzan una pro-
fesión liberal; y si son extranjeros, que tengan además tres años de re-
sidencia.
Artículo 158
Los miembros de las comisiones y los comisionados munici-
pales serán electos por ciudadanos inscriptos en el registro cívico
provincial y serán elegibles si reúnen las mismas condiciones que
para ser vocal de los concejos deliberantes.

Artículo 159
Los registros municipales se formarán por una comisión com-
puesta por un juez de paz y dos vecinos mayores contribuyentes,
sorteados de una lista de quince por la junta del artículo 32. Co-
rresponde también a esa junta hacer el sorteo de escrutadores y
las garantías establecidas para la libre emisión del voto del capítu-
lo II son también aplicables a las elecciones municipales.

Artículo 160
Son atribuciones y deberes de los concejos deliberantes :
1° Juzgar la validez de la elección de sus miembros y de la del
Intendente, con apelación en el último caso ante el Superior Tri-
bunal, si fuera desaprobada la elección;

196
Constitución de 1905

2° Dictar ordenanzas sobre higiene, moralidad, ornato, viali-


dad vecinal y sobre los demás objetos propios de su institución y
establecer multas contra los infractores;
3° Sancionar anualmente el presupuesto de gastos y cálculo
de recursos;
4° Formar sus rentas y establecer impuestos locales sobre los
ramos que la ley les señale; no pudiendo aumentar estos sino con
el voto de dos tercios de la totalidad de sus miembros;
5° Aprobar o desechar las cuentas de inversión de los fondos
municipales;
6° Autorizar, con dos tercios de votos, la enajenación en públi-
ca subasta de sus bienes y rentas, dentro de las limitaciones lega-
les; pero en ningún caso la enajenación de las rentas podrá hacer-
se por más de un año, ni se podrá contraer empréstito ni acordar
concesiones para explotar servicios públicos con privilegio, sin
autorización de la Legislatura;
7° Destinar de sus rentas fondos especiales para contribuir a
la formación del tesoro escolar;
8° Ejercer todas las demás facultades que les acuerda la ley.

Artículo 161
Los concejos deliberantes funcionarán por lo menos durante
dos períodos en el año y su duración será fijada por ellos mismos.
Pueden ser convocados a sesiones extraordinarias por su pre-
sidente, a solicitud de la mitad de sus miembros, o por el jefe del
departamento ejecutivo.

Artículo 162
Son atribuciones y deberes del Intendente:
1° Ejecutar todas las resoluciones del Concejo;
2° Ejercer la superintendencia en los establecimientos muni-
cipales;
3° Administrar los bienes y propiedades del municipio:
4° Recaudar las rentas municipales;
5° Tener a su cargo la conservación de caminos, puentes,
la higiene, ornato, servicio de agua, alumbrado y demás ramos
municipales;

197
Cristian Altavilla

6° Nombrar y remover sus propios empleados;


7° Iniciar ordenanzas por proyectos al Concejo y concurrir a
las sesiones de este cuando lo creyere conveniente o fuere llamado
por él;
8° Presentar al Concejo el proyecto de presupuesto para el
año siguiente, en el primer período;
9° Rendir las cuentas del año fenecido al abrir el primer perío-
do del Concejo;
10° Presentar al mismo una memoria anual, que se publicará,
sobre el estado en que se encuentren los diversos ramos de la ad-
ministración;
11° Publicar mensualmente el estado de los ingresos y gastos;
12° Convocar al municipio a las elecciones con quince días de
anticipación, por lo menos;
13° Observar, dentro de cinco días hábiles, las ordenanzas que
juzgue inconvenientes o inconstitucionales, las que serán defini-
tivamente sancionadas si el Concejo insiste por simple mayoría;
14° Todas las demás que le fije la ley.
Artículo 163
En los casos de vacancia, ausencia u otro impedimento del
Intendente, ejercerá sus funciones el Presidente del Concejo: en el
de vacancia, hasta que se elija la persona que ha de reemplazarlo
y en los demás hasta que cese el impedimento.

Artículo 164
La convocatoria a elecciones de las comisiones y comisiona-
dos municipales se hará por el Poder Ejecutivo de la Provincia, con
anticipación no menor de quince días; las elecciones serán apro-
badas por la junta del artículo 32 y su presupuesto y cálculos de
recursos por la Legislatura.
Dichas comisiones y comisionados tendrán las atribuciones y
deberes que les fije la ley.

Artículo 165
No podrá hacerse embargo ni ejecución en las rentas muni-
cipales.
Cuando la municipalidad fuere condenada al pago de una

198
Constitución de 1905

deuda, la corporación arbitrará la forma de verificarlo dentro de


seis meses desde la notificación de la sentencia definitiva, so pena
de ejecución de esta.

Artículo 166
La parte que se considere damnificada podrá deducir acción
contra la legalidad de una ordenanza municipal y reparación del per-
juicio causado, sin que esto impida la ejecución de la ordenanza. El
pleito será en tal caso contencioso-administrativo y su fallo corres-
ponde al Superior Tribunal de Justicia. En todos los demás casos en
que los actos de las municipalidades, obrando como personas jurídi-
cas, diesen origen a acciones civiles, serán judiciables ante los jueces
respectivos como cualquiera otra persona civil.

Artículo 167
Los funcionarios municipales responderán personalmente,
no solo de cualquier acto penado por la ley, sino también de los
daños y perjuicios que provengan de la falta de cumplimiento de
sus deberes.

Artículo 168
Los miembros de las municipalidades, comisiones, comisio-
nados e intendentes, están sujetos a destitución por mala conduc-
ta o despilfarro de los fondos municipales, sin perjuicio de las res-
ponsabilidades civiles y criminales en que incurran.

Artículo 169
La destitución podrá pedirse por seis electores del muni-
cipio o por el fiscal y la solicitud deberá presentarse al juez de
crimen de la sección judicial a que pertenezca el acusado.
Recibida la solicitud por el referido juez, se trasladará al
municipio del acusado dentro de ocho días, si no tuviera en él
su asiento el juzgado y convocará un jurado en número igual al
de los miembros de esa municipalidad, sorteados con citación
de partes de entre los treinta mayores contribuyentes de la lo-
calidad que sepan leer y escribir, el cual fallará la causa dentro
de ocho días. El fallo del jurado será inapelable y se limitará a

199
Cristian Altavilla

destituir al acusado o a declarar que no hay lugar a la destitución.


La ley de la materia determinará el procedimiento del jurado.

Artículo 170
Las funciones municipales son carga pública, de la que nadie
podrá excusarse sino por excepción fundada en ley de la materia.

Artículo 171
Todos los actos y contratos emanados de autoridades muni-
cipales que no estén constituidas en la forma que prescribe esta
Constitución, serán de ningún valor.

Artículo 172
En caso de acefalía de una municipalidad, el Poder Ejecutivo
convocará inmediatamente a elecciones para constituirla.

Artículo 173
Las municipalidades pasarán anualmente al Poder Ejecutivo
una memoria detallada, haciendo constar la percepción e inver-
sión de sus rentas; y estarán sujetas a su inspección y vigilancia
en los ramos de su administración, para el solo objeto de hacer
efectiva su responsabilidad ante la justicia ordinaria.

Capítulo XVII
CONSEJO DE EDUCACIÓN

Artículo 174
Habrá un Consejo de Educación para el gobierno de esta ins-
titución en toda la Provincia, cuyas atribuciones serán las que fije
la ley, de acuerdo con las bases que enseguida se establecen.

Artículo 175
El Consejo se compondrá de un presidente con el título de
Director General de Educación, un vicepresidente y el número de
vocales que determine la ley, no pudiendo ser menos de dos.

200
Constitución de 1905

Artículo 176
Los funcionarios mencionados en el artículo anterior serán nom-
brados y podrán ser removidos por el Poder Ejecutivo, con acuerdo
de la Legislatura y durarán tres años, pudiendo ser reelectos.

Artículo 177
El fondo escolar se formará con el subsidio de la Nación,
asignaciones del presupuesto que no podrán ser menores del
quince por ciento de la renta ordinaria de la Provincia, donacio-
nes, las multas que no tengan destino especial y los demás recur-
sos que le fije la ley; todos los que serán entregados al Consejo
sin disminuciones, con prescindencia de intermediarios y quien
no podrá invertirlos en otros objetos, bajo ningún pretexto, so
pena de destitución y la que corresponde a la malversación de
caudales públicos.

Artículo 178
En ningún caso podrá seguirse ejecución ni trabarse embargo
en los bienes y rentas destinados a la educación.
Cuando haya sentencia condenando al Consejo al pago de
una deuda, debe la legislatura arbitrar los recursos para efectuar-
lo, dentro de cuatro meses, so pena de ejecutarse aquella en bie-
nes de la Provincia.

Artículo 179
La Legislatura dictará las leyes necesarias para establecer
y realizar un sistema permanente y progresivo de educación co-
mún, sobre las bases de la gratuidad y de la obligación, procuran-
do que toda ciudad, villa, distrito o núcleo de población de cam-
paña donde hubiese más de treinta niños en edad escolar, tenga
por lo menos una escuela.

Artículo 180
Son atribuciones del Consejo :
1° Dictar el reglamento interno;
2° Nombrar maestros y profesores para todas las escuelas
de la Provincia, pudiendo removerlos o trasladarlos de un

201
Cristian Altavilla

establecimiento a otro;
3° Nombrar el personal administrativo;
4° Proyectar su presupuesto de gastos, el que remitirá
directamente a la Legislatura en los dos primeros meses de sesiones;
5° Las demás que le determine la ley.

Artículo 181
El Consejo rendirá cuenta cada año ante el Poder Ejecutivo,
conforme a la Ley, de la administración de los fondos que le fue-
sen entregados para sus gastos.

Artículo 182
El Consejo procurará implantar en la Provincia escuelas re-
gionales prácticas de artes manuales, agricultura y ganadería.

Capítulo XVIII
REFORMA DE LA CONSTITUCIÓN

Artículo 183
La presente Constitución no podrá reformarse, en todo o
en parte, sino por una Convención especialmente nombrada al
efecto por el pueblo, la cual será convocada por ley especial en
que se declare la necesidad o conveniencia de la reforma y los
puntos sobre que ha de versar. La ley que se dicte con tal objeto
deberá sancionarse con dos tercios de votos del número total de
miembros de la Cámara. La reforma no podrá hacerse antes de
ocho años de vigencia de esta Constitución y la ley que declare
su necesidad no podrá ser vetada por el Poder Ejecutivo.

Artículo 184
La Convención no podrá comprender en la reforma otros
puntos que los especificados en la ley de convocatoria; pero no
está obligada a variar, suprimir o complementar las disposiciones
de la Constitución cuando considere que no existe la necesidad o
conveniencia de la reforma.

202
Constitución de 1905

Artículo 185
Determinados por la Cámara los puntos sobre que debe versar
la reforma y antes de convocarse al pueblo para la elección de con-
vencionales, dichos puntos se publicarán por espacio de dos meses,
cuando menos, en los principales periódicos de la Provincia.

Artículo 186
El número de convencionales será igual al doble del de dipu-
tados, se elegirán en la misma forma que estos y gozarán de igua-
les inmunidades mientras ejerzan su mandato.
La Convención votará los gastos de su Secretaría y los demás
indispensables para el desempeño de su cometido.

Artículo 187
Deberá expedirse en un plazo que no exceda de un año, desde
el día de la elección de sus miembros; debiendo practicarse nueva
elección si transcurrido el año no hubiese cumplido su mandato.

Capítulo XIX
DISPOSICIONES TRANSITORIAS
Artículo 188
Las autoridades y empleados públicos elegidos o nombrados
bajo el régimen de la Constitución anterior terminarán sus funcio-
nes con arreglo a la misma, mientras por la presente otra cosa no
se disponga.

Artículo 189
La Legislatura continuará durante el año 1906 con su organi-
zación actual, debiendo en las sesiones de ese año determinar los
diputados que cesarán, a fin de que en el siguiente quede con el
número fijado por esta Constitución.

Artículo 190
Las próximas elecciones para la renovación de la Legislatura
se harán conforme a la ley vigente.

203
Cristian Altavilla

Artículo 191
El Superior Tribunal de Justicia se organizará conforme a esta
Constitución en el primer mes de las sesiones ordinarias de la Le-
gislatura.

Artículo 192
Las municipalidades se organizarán de acuerdo con esta
Constitución el 1° de enero de 1907, debiendo la Legislatura dictar
las leyes necesarias en sus primeras sesiones del año próximo.

Artículo 193
El jury actual de enjuiciamiento continuará durante el pre-
sente período gubernativo; pudiendo ser enjuiciados ante él los
jueces y camaristas hasta que la Legislatura organice el jury del
artículo 137.

Artículo 194
La residencia, edad y otras calidades requeridas por esta
Constitución para el desempeño de cargos o de empleos públicos,
no rezan con los funcionarios y empleados que actualmente se ha-
llan en ejercicio.

Artículo 195
Mientras la Legislatura dicte las leyes orgánicas requeridas
por esta Constitución, se continuará observando las actuales so-
bre administración de justicia, elecciones, municipalidades, edu-
cación y demás, con las modificaciones y ampliaciones necesarias.

Artículo 196
Sancionada la presente Constitución, firmada por el Presi-
dente y Secretario y los convencionales que quieran hacerlo y se-
llada con el sello de la Convención, se guardará original en el ar-
chivo de la Legislatura y se remitirá una copia auténtica al Poder
Ejecutivo para su promulgación. Su vigencia empezará el día 1° de
enero de 1906.

204
Constitución de 1905

Dada en la Sala de Sesiones de la Honorable Convención, el


veintiocho de noviembre de mil novecientos cinco.
Valentín Luco
Presidente

C. Pereira.- Francisco M. Concha.- D. Flores. – M. S. Carreras.


– J. W. Gez. – S. B. Funes.- Juan Daract.- B. C. Suárez.- A. Aranci-
bia Rodríguez.- S. Vidal.-A- Rodríguez Saá.- J. Gazari.- F. A. Ada-
ro.- Vicente F. Gatica.- Manuel B. Arias.- Eduardo Barbeito.- Julio
F. De La Mota.- Delfín N. Baca.- I. V. Aguirre.- Tomás Jofré.- M. Ol-
guín.- Lucas Olguín.- Juan M. Garro.- Monitor Maza.- J. R. Suárez.-
B. Olivera.- E. Lobos.- G. D. Levingston.- C. F. Luna.- J. Zavala.- A.
Figueroa.- N. Jofré.
Aníbal Barbosa
Secretario

Por recibida la presente Constitución, cúmplase, comuníque-


se a todas las autoridades de la Provincia, publíquese e insértese
en el Registro Oficial.

Rodríguez Jurado.
J. T. Zavala

Es copia:
Víctor Páez,
Oficial Mayor

205
Cristian Altavilla
Constitución de 1927

Constitución de 1927

207
Cristian Altavilla
Constitución de 1927

ÍNDICE

211 Preámbulo
211 Capítulo I: Declaraciones, Derechos y Garantías (arts. 1 – 30)
218 Capítulo II: Régimen Electoral (arts. 31 – 35)
220 Capítulo III: Poder Legislativo (arts. 36 – 52)
223 Capítulo IV: De la formación y sanción de las Leyes
(arts. 53 – 54)
224 Capítulo V: Atribuciones del Poder Legislativo (arts. 55)
227 Capítulo VI: Poder Ejecutivo. Del Gobernador (arts. 56 – 65)
229 Capítulo VII: De los Ministros (arts. 66 – 76)
231 Capítulo VIII: Atribuciones del Poder Ejecutivo (arts. 77)
234 Capítulo IX: Del Contador (arts. 78 – 81)
235 Capítulo X: La elección de Gobernador (arts. 82 –90)
236 Capítulo XI: Del Juicio Político (arts. 91 – 103)
240 Capítulo XII: Poder Judicial (arts. 104 – 122)
245 Capítulo XIII: Atribuciones del Poder Judicial (arts. 123 – 126)
245 Capítulo XIV: Justicia de Paz (arts. 127-132)
246 Capítulo XV: Responsabilidad de los miembros del Poder
Judicial (arts. 133 – 146)
248 Capítulo XVI: Administración departamental. Régimen
Municipal (arts. 147 – 169)
254 Capítulo XVII: Consejo de Educación (arts. 170 – 178)
255 Capítulo XVIII: Reforma de la Constitución (arts. 179 – 183)
256 Capítulo XIX: Disposiciones transitorias (arts. 184 – 188)

209
Cristian Altavilla
Constitución de 1927

CONSTITUCIÓN DE LA PROVINCIA
DE SAN LUIS
Reformada por la Honorable Convención
reunida en octubre de 1927

NOS, los representantes del pueblo de la Provincia de San


Luis, reunidos en convención constituyente por voluntad y elec-
ción del mismo, con el objeto de reformar la Constitución sancio-
nada el doce de abril de 1871, constituir el mejor gobierno posi-
ble, promover el bienestar general, asegurar los beneficios de la
libertad para todos los habitantes del territorio de la Provincia e
inculcar el amor al trabajo como fuente de prosperidad y riqueza,
en uso de la soberanía no delegada, invocando la protección de
Dios, sancionamos la presente Constitución.

Capítulo I
DECLARACIONES, DERECHOS Y GARANTÍAS
Artículo 1
La Provincia de San Luis, con los límites que por derecho le
corresponden, es parte integrante de la Nación argentina y orga-
niza su gobierno de acuerdo con los principios, disposiciones y
garantías de la Constitución nacional.

Artículo 2
Las autoridades superiores del gobierno residirán en la ciudad
de San Luis, capital de la Provincia. Sus atribuciones son limitadas
y solo ejercen las que esta Constitución les confiere; no pueden
delegar en otras sus propios poderes; son siempre responsables
de sus actos y no tendrán valor alguno las resoluciones adoptadas
en presencia o por requisición de fuerza armada, o de reuniones
sediciosas que se atribuyan los derechos del pueblo.

Artículo 3
En ningún caso las autoridades de la Provincia podrán sus-
pender la observancia de esta Constitución, ni la de la Nación, ni

211
Cristian Altavilla

la de la efectividad de las garantías establecidas en ambas, so pre-


texto de conservar el orden público.

Artículo 4
El Estado, como persona jurídica, podrá ser demandado ante
los jueces ordinarios sin necesidad de autorización previa de la
Legislatura. Siendo condenado al pago de alguna deuda, no po-
drá ser ejecutado en la forma ordinaria, ni podrán ser embargadas
sus rentas; debiendo en ese caso la Legislatura arbitrar dentro de
ocho meses los recursos necesarios, bajo pena de la ejecución de
sentencia.

Artículo 5
Los funcionarios y empleados públicos no sujetos a juicio
político u otro juicio especial establecido por esta Constitución,
son judiciables ante los tribunales ordinarios por abusos que co-
metan en el ejercicio de sus funciones, sin que puedan excusarse
de contestar ni declinar jurisdicción alegando orden o aprobación
superior.

Artículo 6
La Provincia coopera al sostenimiento del culto católico,
apostólico, romano. Sin embargo, es inviolable el derecho que
todo hombre tiene para rendir culto a su Dios, libre y públicamen-
te, según los dictados de su conciencia y sin más limitaciones que
las que establezcan la moral, las buenas costumbres y el orden pú-
blico. El registro del estado civil de las personas será llevado en
toda la Provincia por funcionarios civiles, sin distinción de creen-
cia religiosa, en la forma que la ley establezca.

Artículo 7
Todos los habitantes de la Provincia son iguales ante la ley. El
mismo principio de igualdad regirá en la provisión de los puestos
públicos que no requieran la ciudadanía en las personas idóneas
que han de desempeñarlos y servirá de base del impuesto y de
toda carga pública.

212
Constitución de 1927

Artículo 8
Todos los habitantes de la Provincia tienen derecho a defen-
derse y ser protegidos en su vida, libertad, reputación, seguridad
y propiedad. Nadie puede ser privado de estos goces sino por sen-
tencia de juez competente, fundada en ley anterior al hecho del
proceso.

Artículo 9
La propiedad es inviolable y ningún habitante de la Provincia
puede ser privado de ella sino en virtud de sentencia fundada en
ley, o de expropiación por causa de utilidad pública, la que debe
ser calificada por ley y previa indemnización. No podrá dictarse
leyes que alteren las obligaciones da los contratos existentes o pri-
ven de los derechos adquiridos.

Artículo 10
No podrá autorizarse en la Provincia el juego de loterías de
ninguna clase, ni la venta de billetes de las que se establezcan fue-
ra de ella, sin perjuicio de las leyes nacionales. Queda prohibido el
establecimiento público de juegos de azar.

Artículo 11
Todo habitante de la Provincia tiene derecho de entrar y salir
de su territorio y transitar por él llevando sus bienes, sin gravamen
alguno y sin perjuicio de tercero.

Artículo 12
Todo ciudadano domiciliado en la Provincia está obligado a
armarse a requisición de las autoridades, con las excepciones que
determine la ley de la materia; y todo habitante contribuirá a las
cargas públicas en la forma que la ley prescriba. Ningún recluta-
miento forzoso podrá hacerse a objeto de servicio policial o de
guarnición, el cual será desempeñado por alistados o engancha-
dos, a expensas del tesoro provincial,

Artículo 13
Toda enajenación de bienes fiscales o municipales, compras y

213
Cristian Altavilla

demás contratos susceptibles de licitación, se harán precisamente


en esta forma, de un modo público, bajo pena de nulidad; sin per-
juicio de la responsabilidad civil o criminal del funcionario que
las efectuare en forma privada, con fraude de los intereses fisca-
les. Ningún empleado que maneje renta entrará en ejercicio de sus
funciones sin antes haber prestado fianza suficiente, a juicio del
Poder Ejecutivo.
Los actos de todas las reparticiones de la administración y en
particular los que se relacionen con la percepción o inversión de la
renta, deberán publicarse periódica y regularmente.

Artículo 14
No se acordarán pensiones ni jubilaciones por leyes espe-
ciales. La ley general que se dictará sobre la materia proveerá a la
constitución de un seguro o a la formación de un fondo especial,
para el pago de las jubilaciones y pensiones.

Artículo 15
No podrá dictarse ley ni disposición que tenga por objeto
acordar remuneración extraordinaria a ningún empleado o fun-
cionario público, por servicios correspondientes al empleo que
desempeña o haya desempeñado.

Artículo 16
No podrán acumularse en la misma persona dos empleos re-
munerados de uno mismo o de otros poderes de la Provincia.

Artículo 17
Los nombramientos de empleados o funcionarios que hagan
los poderes públicos prescindiendo de los requisitos enumerados
o exigidos por esta Constitución, carecen de valor y en cualquier
tiempo podrán esos empleados ser removidos de sus puestos.

Artículo 18
No podrá la Legislatura autorizar el curso forzoso de billetes
emitidos por bancos, ni permitir su conversión en otra forma ni en
distinta moneda de la que ellos prometen.

214
Constitución de 1927

Artículo 19
La libertad de la palabra escrita o hablada, es un derecho ase-
gurado a los habitantes de la Provincia. La Legislatura no podrá
dictar leyes preventivas para el uso de esta libertad, ni restringirla,
ni limitarla. No se exigirá fianza para la publicación de diarios y
periódicos. En los juicios a que diera lugar el ejercicio de este de-
recho se admitirá la prueba, siempre que se trate de la conducta
oficial de los empleados o de la capacidad política de los funcio-
narios públicos.

Artículo 20
Es obligación de los funcionarios públicos acusar las publi-
caciones en que se les imputen faltas o delitos cuya averigua-
ción interese a la sociedad, o que afecten a la capacidad políti-
ca de los mismos; gozando para ello del beneficio del proceso
gratuito.

Artículo 21
Los principios, derechos y garantías reconocidos en este
capítulo; no podrán ser alterados por leyes que reglamenten
su ejercicio. Toda ley, decreto u orden contrarios a esta Cons-
titución o que impongan al ejercicio de las libertades y dere-
chos reconocidos en ella y en la nacional otras restricciones
que las que permiten, o priven a los ciudadanos de las garan-
tías que aseguran, serán nulos y no podrán ser aplicados por
los jueces.
Los individuos que sufran los efectos de cualquier orden,
decreto o ley que viole o menoscabe estos derechos, liberta-
des y garantías, tienen acción civil para pedir las indemniza-
ciones correspondientes.

Artículo 22
La Provincia no es responsable de los actos que sus funciona-
rios practiquen fuera de sus atribuciones. Son solidariamente res-
ponsables, respecto del daño causado, los que ordenen y los que
acepten actos manifiestamente inconstitucionales de cualquier
especie.

215
Cristian Altavilla

Artículo 23
Los derechos, declaraciones y garantías enumerados en esta
Constitución, no serán interpretados como negación de otros no
enumerados o retenidos por el pueblo y que derivan de la forma
de gobierno adoptada y de las declaraciones, derechos y garantías
de la Constitución federal.

Artículo 24
La inviolabilidad del domicilio y de la correspondencia epis-
tolar, la libertad de asociarse y contratar, el derecho de trabajar y
la libertad de enseñar y aprender sin medidas preventivas que la
coarten, quedan aseguradas a todos los habitantes de la Provincia,
siempre que no ofendan, perjudiquen o atenten a la moral, a la
salud o al orden público, ni se practiquen en forma contraria a la
ley y a los derechos de tercero.

Artículo 25
Todos los habitantes de la Provincia tienen el derecho de reunir-
se pacíficamente para tratar asuntos públicos o privados, con tal
que no turben el orden, sin que sea preciso requerir permiso a la
autoridad; así como el de peticionar individual y colectivamente
ante todas las autoridades, sea para solicitar gracia o justicia, o para
pedir la reparación de agravios. Pero en ningún caso la reunión de
personas podrá atribuirse a la representación ni los derechos del
pueblo. El derecho de petición no podrá ejercerse por ninguna cla-
se de fuerza armada.

Artículo 26
La ley reputa inocentes a los que por sentencia de juez compe-
tente no hayan sido declarados culpables. No se dictará leyes que
importen sentencia, o que empeoren la condición de los acusa-
dos por hechos anteriores. Nadie puede ser privado de su libertad
sin juicio previo fundado en ley anterior al hecho del proceso, ni
juzgado por comisiones especiales, ni sacado de los jueces desig-
nados por ley antes del hecho que motiva la causa. La defensa es
libre en todos los juicios y la prueba será pública, salvo el caso en
que por resolución motivada de su publicación peligrosa para las

216
Constitución de 1927

buenas costumbres. Nadie puede ser perseguido más de una sola


vez por el mismo delito, ni bajo pretexto alguno suscitarse plei-
tos fenecidos por sentencia ejecutoriada. En causa criminal nadie
puede ser obligado a declarar contra sí mismo.

Artículo 27
La pena de muerte no podrá ser aplicada sino por unanimi-
dad de votos en todas las instancias.

Artículo 28
Nadie podrá ser detenido sin que preceda indagación suma-
ria que produzca semiplena prueba o indicio vehemente de un
hecho que merezca pena corporal, salvo el caso in fraganti, en
que todo delincuente puede ser detenido por cualquier persona
y conducido inmediatamente a presencia de su juez o autoridad
policial respectiva; ni ser constituido en prisión sin orden escrita
de juez competente.

Artículo 29
Toda orden de pesquisa, detención o arresto de una o más per-
sonas, o de secuestro de bienes, deberá especificar las personas u
objetos de la pesquisa o secuestro, describiendo particularmente el
lugar que debe ser registrado; y no se expedirá mandato de esta cla-
se sino por juez competente, fundado en juramento o afirmación, o
en semiplena prueba, de lo cual se hará mérito en dicha orden.
Todo alcaide o guardián de presos exigirá y conservará esa or-
den, so pena de hacerse responsable de una detención indebida;
incumbiendo igual obligación y responsabilidad al ejecutor del
arresto.

Artículo 30
Todo aprehendido será notificado de la causa de su deten-
ción dentro de las veinticuatro horas. Dentro de las cuarenta y
ocho de tomarse la declaración indagatoria al procesado, se dic-
tará el auto de prisión preventiva o se decretará la libertad del
mismo. Ninguna detención se hará en cárcel pública destinada a
criminales. Toda persona detenida podrá pedir por sí o por me-

217
Cristian Altavilla

dio de otra, que no necesita acreditar mandato o representación,


que se le haga comparecer ante el juez más inmediato; y expedido
que sea el auto por autoridad competente, no podrá prolongarse
la detención si pasadas veinticuatro horas no se le hubiese no-
tificado, por juez igualmente competente, la causa de ella. Todo
Juez, aunque lo sea de un tribunal colegiado, a quien se hiciera
esta petición o se reclamase la garantía del artículo anterior, de-
berá proceder en el término de veinticuatro horas contado desde
su presentación con cargo auténtico, bajo multa de trescientos
pesos. Proveída la petición, el funcionario que retuviese al de-
tenido o dejase de cumplir dentro del término señalado por el
juez el requerimiento de este, incurrirá en la multa de doscientos
pesos, sin perjuicio de hacerse efectivo el auto. Si estas multas no
se satisfacen, serán subrogadas por arresto, a razón de un día por
cada cuatro pesos.

Capítulo II
RÉGIMEN ELECTORAL
Artículo 31
El sufragio popular es un derecho inherente a la calidad de ciu-
dadano y un deber que se desempeñará con arreglo a esta Consti-
tución y a la ley de la materia, la que constará las bases siguientes:
1ª Simple mayoría en el comicio, mientras no se adopte por el
voto de las dos terceras partes del total de los miembros de la Legis-
latura un sistema de representación proporcional;
2ª Padrón cívico permanente, sin que se admita a votar a los
que no se hallen inscriptos;
3ª Uniformidad para toda la Provincia;
4ª Responsabilidad penal para todos los que atenten a la liber-
tad del sufragio;
5ª Voto secreto;
6ª Escrutinio público inmediato a la elección y rodeado de las
mayores garantías de legalidad; pudiendo cualquier persona del
pueblo denunciar y acusar ante la justicia los delitos que se come-
tan en ese acto, como en cualquier otro electoral, por electores, can-
didatos, funcionarios y empleados inferiores;

218
Constitución de 1927

7ª Completa libertad electoral, debiendo adoptarse para asegu-


rarla, contra los empleados o funcionarios civiles y militares, cuán-
tas medidas se juzguen necesarias y compatibles con la legislación
general, sin excluir las que priven del voto a los militares, agentes
policiales y demás personas privadas de ese derecho por la ley na-
cional de elecciones.

Artículo 32
Habrá una junta electoral compuesta por el presidente de la
Legislatura, presidente del Superior Tribunal y el intendente mu-
nicipal de la capital, siendo subrogante de este el presidente del
Consejo de Educación, a la cual coresponderá organizar las mesas
electorales de toda la Provincia, de la siguiente manera:
1º Con la anticipación conveniente se designará día y hora
para proceder al sorteo de escrutadores, en el local de la Legislatu-
ra, anunciándose en los diarios por dos veces;
2º El día designado y con fiscalización de los representantes
de los partidos que concurriesen, se procederá al sorteo en acto
público, el que se hará de todos los ciudadanos que sepan leer y
escribir, en el número que determine la ley.

Artículo 33
En cada mesa receptora de votos no podrán sufragar más de dos-
cientos electores, ni podrán colocarse en el mismo local más de dos
mesas. Toda elección principiará a las 8 a.m. y durará hasta las 4 p. m.

Artículo 34
En la elección de diputados cada departamento formará una
sección electoral, sin perjuicio de las subdivisiones que se hagan
para facilitar la emisión del voto. Si se adoptare el sistema de re-
presentación proporcional previsto en el artículo 31, inciso 1º, 2ª
parte, se podrá constituir secciones que comprendan dos o más
departamentos.

Artículo 35
Corresponde a la junta electoral practicar el escrutinio de las
elecciones, el que no deberá hacerse si no se encuentran reunidas

219
Cristian Altavilla

las dos terceras partes de las actas de las mesas receptoras de votos
de la sección o de la Provincia si se trata de la elección de gobernador.

Capítulo III
PODER LEGISLATIVO
Artículo 36
El Poder Legislativo de la Provincia será ejercido por una Cá-
mara de Diputados elegidos directamente por el pueblo, en la pro-
porción de uno por cinco mil habitantes o fracción que no baje de
dos mil quinientos, con arreglo a la población censada. Después
de rada censo nacional o provincial, la ley determinará el número
de habitantes que debe representar cada diputado, a fin de que
en ningún caso el número total de estos exceda de treinta ni sea
menor de veinte. No podrá, sin embargo, disminuirse la represen-
tación actual de ningún departamento. Cada uno de los existentes
o de los que fueren creados, constituirá una sección electoral sin
perjuicio de lo dispuesto en el artículo 34.

Artículo 37
Los diputados durarán tres años y serán reelegibles; la Legisla-
tura se renovará por terceras partes. El período de tres años se con-
tará desde el 25 de mayo del año de la respectiva renovación ordi-
naria.
La renovación se hará de modo que cada departamento elija
simultáneamente todos sus representantes.
Las vacantes extraordinarias no serán llenadas cuando faltare
menos de un año para la terminación del período correspondiente,
a menos que alcanzaren a la quinta parte del total de la Legislatura.

Artículo 38
Para ser diputado se requiere:
1º Ciudadanía natural en ejercicio, o legal después de cinco
años de obtenida;
2º Ser mayor de edad;
3º Tener un año de residencia inmediata en la Provincia, no
siendo nativo de ella.

220
Constitución de 1927

Artículo 39
No podrán ser electos diputados los eclesiásticos regulares, el
jefe y comisarios de policía, los enjuiciados contra quienes exista
ejecutoriado un auto de prisión preventiva, los fallidos declara-
dos culpables, los afectados de imposibilidad física o mental y los
deudores del fisco por malversación, defraudación y rendición de
cuentas.

Artículo 40
Es incompatible el cargo de diputado con el de cualquier otro
provincial a sueldo, con excepción de las comisiones transitorias
o eventuales.

Artículo 41
La Legislatura se reunirá para sus sesiones ordinarias desde
el 25 de mayo hasta el 25 de octubre; pudiendo ser prorrogadas
por el Poder Ejecutivo o por sanción de dos tercios del total de sus
miembros, hasta el 25 de noviembre. Puede la Legislatura ser con-
vocada a sesiones extraordinarias por el Poder Ejecutivo o por su
presidente a requisición escrita de la mayoría de sus miembros,
cuando un asunto grave o de orden público lo reclame; debiendo
considerarse en las sesiones prorrogadas y extraordinarias solo el
asunto o asuntos que motiven la convocatoria. Antes de ocuparse
de ellos, la Cámara se pronunciará sobre si reúnen o no las condi-
ciones previstas en este artículo.

Artículo 42
La Legislatura abre y cierra sus sesiones con aviso al Poder
Ejecutivo, el cual será invitado en el primer caso a dar cuenta del
estado de la administración.

Artículo 43
La Legislatura elegirá anualmente su presidente y vices y no
entrará en sesión sin la mayoría absoluta de sus miembros. Pero
un número menor podrá reunirse y compeler a los inasistentes a
que concurran a las sesiones, en los términos y bajo las penas que
el reglamento estableciere, excepto la de expulsión.

221
Cristian Altavilla

Artículo 44
En los casos de renovación se reunirá en sesión preparatoria el
15 de mayo a las tres de la tarde. Si por falta de quórum no pudie-
se sesionar, quedará citada hasta conseguirlo, para la misma hora,
los días 16 y 17 siguientes; y si aun entonces no se hubiere logrado
reunir mayoría absoluta por cualquiera causa que fuera, la minoría
integrada con los nuevamente electos juzgará los títulos de estos,
pero solo hasta constituirse en quórum legal.

Artículo 45
La Cámara es el único juez de la validez de la elección, dere-
chos y títulos de sus miembros. Al recibirse del cargo prestarán estos
juramento o afirmarán bajo su honor, de desempeñarlo fielmente,
con arreglo a los preceptos de esta Constitución y la nacional. La
Cámara, con dos tercios de votos, podrá corregir con multa, suspen-
sión y aun con la expulsión de su seno, a cualquiera de sus miem-
bros, por inasistencia o mala conducta en el desempeño de sus fun-
ciones y removerlo por inhabilidad física o moral sobreviniente a su
incorporación.

Artículo 46
En los casos en que la Legislatura proceda como juez o como
cuerpo elector, no podrá reconsiderar sus resoluciones, aunque
sea en la misma sesión. Sus decisiones serán a pluralidad de vo-
tos, salvo los casos previstos por esta Constitución. Las sesiones se
celebrarán en local fijo y serán públicas, a menos que se resolvie-
se lo contrario. La Cámara es el único juez de las faltas cometidas
dentro y fuera del recinto contra el orden de sus sesiones y podrá
reprimirlas con arresto que no pase de quince días; sin perjuicio
de la intervención de la justicia ordinaria.

Artículo 47
Los diputados gozarán como única compensación de sus ser-
vicios y gastos, por concepto de dieta y viático, de una remunera-
ción mensual que no excederá de trescientos pesos nacionales.
Durante el período de sesiones, sean estas ordinarias, de prórro-
ga o extraordinarias, esa suma se pagará en proporción a la asistencia.

222
Constitución de 1927

Artículo 48
Ningún diputado, desde el día de su elección hasta el día de
su cese, podrá ser arrestado, excepto el caso de ser sorprendido in
fraganti en la ejecución de un delito que merezca pena de muerte
u otra aflictiva, de lo que se dará cuenta a la Cámara con la infor-
mación sumaria del hecho.

Artículo 49
Cuando se forme querella por escrito ante la justicia ordinaria
contra cualquier diputado, examinado el mérito del sumario en
Juicio público podrá la Cámara; con dos tercios de votos, suspen-
der en sus funciones al acusado y ponerlo a disposición del juez
competente para su juzgamiento.

Artículo 50
Los diputados no pueden ser acusados ni interrogados judi-
cialmente por las opiniones o votos que emitiesen desempeñando
su mandato.

Artículo 51
La Cámara puede llamar a su sala al ministro o ministros del
Poder Ejecutivo para pedirles los informes o explicaciones que esti-
me conveniente, debiendo comunicar con la invitación los puntos
sobre los cuales han de informar. El Poder Ejecutivo podrá excusar
esa asistencia enviando por escrito los informes solicitados.

Artículo 52
Mientras dure el período ordinario, la Cámara no podrá suspender
sus sesiones por más de tres días hábiles sin dar aviso al Poder Ejecutivo.

Capítulo IV
DE LA FORMACIÓN Y SANCIÓN DE LAS LEYES
Artículo 53
Las leyes tendrán origen en proyectos presentados por el Po-
der Ejecutivo, por algunos de los diputados o por las comisiones
de la Cámara.

223
Cristian Altavilla

Discutido y aprobado un proyecto de ley por mayoría absolu-


ta, pasa al Poder Ejecutivo, quien, en caso de aprobarlo, lo promul-
gará como ley.
Se tendrá por aprobado todo proyecto no devuelto en el tér-
mino de diez días.
Si antes de ser observado por el Poder Ejecutivo hubiese teni-
do lugar la clausura de la Legislatura, el proyecto deberá enviarse
con el veto a la presidencia de la Cámara, sin cuyo requisito este
carecerá de efecto.
Ningún proyecto de ley desechado totalmente por la Legisla-
tura podrá tratarse en las sesiones del mismo año.
Desechado un proyecto en la totalidad o en parte por el Po-
der Ejecutivo, volverá con sus objeciones a la Cámara para que lo
discuta de nuevo; y si insiste en él por mayoría de dos tercios, pasa
otra vez al Poder Ejecutivo para que lo promulgue.
Cuando la Cámara no tenga dos tercios de votos para insistir
en su primera sanción y el veto sea parcial, el proyecto, con las
enmiendas del Poder Ejecutivo, será ley si ellas son aprobadas por
mayoría absoluta de los miembros presentes.
En la sanción de las leyes se usará esta fórmula: “La Legislatu-
ra de la Provincia, sanciona con fuerza de ley”.

Artículo 54
El veto parcial del presupuesto no impedirá la promulgación
y vigencia de la parte no observada.

Capítulo V
ATRIBUCIONES DEL PODER LEGISLATIVO
Artículo 55
Corresponde a la Legislatura:
1º Autorizar la cesión de parte del territorio de la Provincia,
con tres cuartos de votos de la totalidad de sus miembros, para
objetos de utilidad pública nacional o provincial; y con una-
nimidad de votos, cuando dicha cesión importe desmembra-
miento del territorio, o abandono de jurisdicción dentro de los
límites prescriptos por la Constitución nacional;

224
Constitución de 1927

2º Aprobar o desechar los tratados que el Poder Ejecutivo


celebre con otras provincias;
3º Establecer impuestos y contribuciones necesarias para
los gastos del servicio público, uniformes y proporcionales;
4º Fijar anualmente el presupuesto general de gastos y cál-
culo de recursos. En el primero deberán figurar todos los ser-
vicios ordinarios y extraordinarios de la administración, aun
cuando hayan sido autorizados por leyes especiales, las que
se tendrán por derogadas si no se consignan en el presupuesto
para el año próximo las partidas correspondientes para su eje-
cución;
5º En ningún caso la Legislatura podrá aumentar el monto de
las partidas del cálculo de recursos presentado por el Poder Eje-
cutivo, ni autorizar por la ley de presupuesto una suma de gastos
mayor que la de los recursos, salvo el Derecho de la misma Legis-
latura para crear impuestos, o aumentar su tasa;
6º Los gastos, el número de empleos y el monto de los sueldos
proyectados por el Poder Ejecutivo en la ley de presupuesto, no
podrán ser aumentados en esta y dichos aumentos solo se harán
por medio de proyectos de ley que seguirán la tramitación ordina-
ria;
7º Ningún proyecto de ley que importe gastos para el tesoro
público será tratado sobre tablas;
8º En el caso de que el Poder Ejecutivo no remitiera el proyec-
to de presupuesto antes del tercer mes de las sesiones ordinarias y
la Legislatura considerase necesario modificar el que rige, proce-
derá a hacerlo tomando este por base;
9º Sancionado un presupuesto seguirá en vigencia en sus par-
tidas ordinarias hasta la sanción de otro, entendiéndose lo mismo
respecto de las leyes de impuestos. Estas tendrán carácter perma-
nente, pero podrán derogarse o modificarse cuando lo crea opor-
tuno la Legislatura por proyectos presentados al efecto;
10º Dictar leyes protectoras del trabajo y sobre inmigración,
construcción de vías de transporte, población colonización e intro-
ducción de nuevas artes e industrias;
11º Dictar planes y reglamentos generales de enseñanza pública;
12º Aprobar, observar o desechar anualmente las cuentas de in-

225
Cristian Altavilla

versión, las que le remitirá el Poder Ejecutivo en todo el mes de junio


de cada año y deberán abarcar el movimiento administrativo hasta el
31 de diciembre del anterior;
13º Determinar las formalidades con que se ha de llevar el re-
gistro del estado civil y establecer las divisiones territoriales para los
efectos electorales, judiciales, municipales y administrativos;
14º Acordar amnistía por delitos políticos de la jurisdicción pro-
vincial:
15º Autorizar la reunión y movilización de la milicia o parte de
ella, en los casos permitidos por la Constitución nacional; y apro-
bar o desaprobar la movilización que en cualquier tiempo hiciere
el Poder Ejecutivo sin autorización previa;
16º Calificar los casos de expropiación por causa de utilidad
pública y autorizar la ejecución de las obras exigidas por el interés
de la Provincia;
17º Crear y suprimir empleos para la mejor administración de
la Provincia, en cuanto ello no se oponga a la Constitución, determi-
nando sus atribuciones, responsabilidad y dotación;
18º Autorizar la fundación de bancos, dentro de las prescripcio-
nes de la Constitución nacional y la celebración de contratos sobre
empréstitos de dinero basados en el crédito de la Provincia, u otros
de utilidad pública. Cuando versaren sobre empréstitos o emisión de
fondos públicos, la autorización deberá acordarse con dos tercios del
total de votos de la Cámara y bajo pena de nulidad. En ningún caso
el servicio de la totalidad de las deudas autorizadas podrá compro-
meter más de la cuarta parte de la renta provincial, tomándose como
base el promedio de la recaudada durante el quinquenio anterior;
19º Dictar la ley general de elecciones de la Provincia;
20º Ordenar la elección de gobernador, si el que ejerce el mando
no dispone que se verifique en el plazo designado por la ley;
21º Dictar la ley de jubilaciones y pensiones por servicios presta-
dos a la Provincia, de acuerdo con esta Constitución;
22º Juzgar la elección de gobernador y recibirle juramento;
23º Concederle o negarle licencia para ausentarse de la capital
por más de quince días y por cualquier tiempo fuera de la Provincia y
admitir o desechar su renuncia;
24º Elegir senadores al Congreso nacional;

226
Constitución de 1927

25ºAcusar con dos tercios de votos, ante el jury de enjuicia-


miento político, al gobernador y ministros, después de declarar
que hay lugar a formación de causa;
26ºPrestar o denegar su acuerdo al Poder Ejecutivo para los
nombramientos que lo requieran por esta Constitución o por ley;
27º Dictar todas las demás leyes convenientes y necesarias para
poner en ejecución los mandatos, principios, poderes y autoridades
constitucionales, como las del trabajo, policía, municipalidad, judi-
cial, de imprenta y responsabilidad civil de los empleados y funcio-
narios no sujetos a Juicio político.

Capítulo VI
PODER EJECUTIVO
DEL GOBERNADOR
Artículo 56
El Poder Ejecutivo será ejercido por un ciudadano con el tí-
tulo de gobernador de la Provincia, elegido conforme a esta Cons-
titución.
Artículo 57
Para ser gobernador se requiere:
1º Ciudadanía por nacimiento en el territorio argentino, o por
ser hijo de ciudadano nativo, si hubiese nacido en país extranjero
y optado por la ciudadanía de origen;
2º Tener treinta años de edad en la fecha de su elección;
3º Residencia inmediata en la Provincia durante cinco años, a
menos que sea natural de ella;
4º Disponer de una renta anual de dos mil pesos;
5º No ser pariente del funcionario saliente dentro del cuarto
grado de consanguinidad y segundo de afinidad, ni haber ejercido
funciones de jefe de policía o de ministro, cuatro meses antes de la
elección de electores.

Artículo 58
El gobernador durará cuatro años en el ejercicio de sus fun-
ciones, contados desde el día que preste juramento y no podrá ser
reelecto sino con intervalo de un período.

227
Cristian Altavilla

Artículo 59
Al tomar posesión del cargo el gobernador prestará ante la Le-
gislatura o el Superior Tribunal en su caso, el siguiente juramento:
“Yo, NN, juro por Dios y la Patria cumplir y hacer cumplir la Cons-
titución, leyes de la Nación y de la Provincia y desempeña con leal-
tad y honradez el cargo que se me inviste. Si así no lo hiciere, Dios
y la Patria me lo demanden”.

Artículo 60
El gobernador residirá en la capital de la Provincia y no podrá
ausentarse de ella por más de quince días sin permiso de la Legisla-
tura y en ningún caso del territorio de la Provincia sin este requisito.

Artículo 61
En el receso de la Legislatura podrá el gobernador ausentarse
de la Provincia por asuntos graves y urgentes de interés público,
por tiempo que no exceda de quince días; no pudiendo repetir la
ausencia mientras tenga pendiente la aprobación de la anterior.
Artículo 62
En caso de muerte, destitución, renuncia, enfermedad, au-
sencia, suspensión, licencia, u otro impedimento calificado del
gobernador, será reemplazado por el presidente de la Legislatura,
por el vicepresidente primero en su defecto y por el presidente del
Superior Tribunal de Justicia, a falta de ambos.

Artículo 63
En los tres primeros casos del artículo anterior, el presidente
o vice primero de la Legislatura, ejercerán el cargo de gobernador
hasta completar el período del mismo, aunque expirase antes su
período de diputado.
En los casos de impedimento temporario lo ejercerán hasta
que cese.
Cuando el vicepresidente primero de la Legislatura hubiere
reemplazado al gobernador, por impedimento temporario o de-
finitivo, continuará sustituyéndolo en los términos prescriptos,
aunque después se eligiere o se habilitare el presidente.
El presidente del Superior Tribunal desempeñará el cargo

228
Constitución de 1927

de gobernador solo en caso de impedimento temporario y hasta


que cese, o hasta que quede elegido o habilitado el presidente o
vice de la Legislatura.
Los funcionarios que reemplacen al gobernador tendrán sus
mismas responsabilidades, atribuciones, deberes y prohibiciones,
incluso la del artículo 57, inciso 5. El presidente y vice primero de
la Legislatura, cuando reemplazaran definitivamente al goberna-
dor, cesarán como diputados y podrá llenarse su vacante.

Artículo 64
El gobernador cesa en su mandato el mismo día en que expire
su período legal, sin que evento alguno que lo haya interrumpido
pueda ser motivo para que lo complete más tarde, o para su pro-
rrogación.

Artículo 65
El gobernador no puede retardar ni impedir la reunión de la
Legislatura y de la junta electoral, so pretexto alguno. Tampoco le
es permitido tomar parte, directa ni indirectamente, en contratos
con la Provincia, los demás gobiernos provinciales y el de la Na-
ción, aunque se efectúen por licitación.

Capítulo VII
DE LOS MINISTROS

Artículo 66
El despacho de los negocios administrativos de la Provincia
estará a cargo de uno o dos ministros secretarios, debiendo la Le-
gislatura determinar los ramos y las funciones correspondientes a
cada uno de ellos.

Artículo 67
En caso de licencia o impedimento accidental de alguno de
los ministros, el Poder Ejecutivo encargará al otro del despacho
correspondiente a su cartera, por un término que no exceda de
tres meses.

229
Cristian Altavilla

Artículo 68
Para ser ministro se requieren las mismas condiciones que
para ser diputado.

Artículo 69
Los ministros pasarán a la Legislatura una memoria o informe
sobre los negocios de sus respectivos departamentos, dentro de los
quince días siguientes a la apertura de sus sesiones, indicando en ella
las reformas y proyectos que aconsejen la experiencia y el estudio.

Artículo 70
Los ministros despacharán de acuerdo con el gobernador y
refrendarán con su firma las resoluciones del mismo, sin cuyo re-
quisito serán ineficaces y nulas.

Artículo 71
Los ministros son solidariamente responsables con el go-
bernador, de las órdenes o actos que legalicen. No pueden por
sí solos adoptar resoluciones, salvo las de mero trámite y las
concernientes al régimen interno de sus respectivos departa-
mentos.

Artículo 72
Los ministros están sujetos al juicio político en las mismas
condiciones y por las mismas causas que el gobernador.

Artículo 73
Los ministros pueden concurrir a las sesiones de la Legisla-
tura, tomar parte en sus debates y llevar las opiniones del Poder
Ejecutivo respecto de cualquier proyecto de ley, sea que hubiere
nacido de este o de la Cámara. Tienen al efecto los mismos dere-
chos e inmunidades que los diputados, excepto el voto.

Artículo 74
Los ministros al recibirse del cargo, prestarán juramento ante
el gobernador de desempeñarlo fielmente con arreglo a los pre-
ceptos de esta Constitución.

230
Constitución de 1927

Artículo 75
Cuando por falta de ministros algún empleado fuese auto-
rizado para refrendar la firma del gobernador, dicho empleado
será solidariamente responsable con este por todo lo que auto-
rice. No podrá concurrir a la Legislatura, pero sí a sus comisio-
nes, a fin de suministrar informes y dar las explicaciones que se
le pidan.

Artículo 76
El gobernador y los ministros gozarán del sueldo y de los
gastos de etiqueta establecidos por la ley, los cuales no serán au-
mentados ni disminuidos en ninguna forma durante el período
de sus funciones; no pudiendo recibir otro emolumento o dádiva
de la Provincia o de la Nación.

Capítulo VIII
ATRIBUCIONES DEL PODER EJECUTIVO

Artículo 77
El gobernador es el jefe de la administración general de la
provincia, habla en nombre de ella ante los poderes nacionales y
provinciales y tiene las siguientes atribuciones y deberes;
1° Promulgar y ejecutar las leyes de la Provincia, dictando al
efecto decretos, reglamentos y disposiciones especiales que no al-
teren su espíritu;
2° Participar de la formación de las leyes, con arreglo a esta
Constitución;
3° Vetar los proyectos sancionados por la Legislatura, en todo
o en parte, dentro de diez días, expresando en detalle los funda-
mentos del veto; pero si aquellos se sancionaren nuevamente en
uno de los dos períodos subsiguientes, el Poder Ejecutivo no po-
drá vetarlos;
4° Prorrogar las sesiones ordinarias de la Legislatura o con-
vocarla a sesiones extraordinarias, cuando algún asunto grave o
de orden público lo requiera; salvo el derecho de aquella, una vez
reunida, para apreciar la necesidad de la medida;

231
Cristian Altavilla

5° Ordenar la recaudación de los impuestos y rentas de la Pro-


vincia, debiendo los funcionarios encargados de aquella ejecutar
el pago de conformidad a la ley;
6° Presentar a la Legislatura, dentro de los dos primeros me-
ses de sus sesiones, el presupuesto de gastos y el cálculo de recur-
sos de la Provincia;
7° Informar por un mensaje, a la apertura de las sesiones ordi-
narias de la Legislatura, sobre el estado general de la administración,
indicando aquellas medidas o leyes que fueren necesarias para el
mejoramiento y progreso económico y político de la Provincia;
8° Nombrar y remover, con acuerdo de la Legislatura, al presi-
dente y vocales del Consejo de Educación, director de rentas, con-
tador, escribano archivero, director del Registro de la Propiedad
y demás empleados que la ley determina. En caso de receso de la
Legislatura, el Poder Ejecutivo podrá suspender por causas justi-
ficadas a cualquiera de dichos empleados, dándole cuenta en el
primer mes de sesiones para la confirmación o desaprobación de
la medida, quedando en el primer caso separado de su cargo;
9° Nombrar y remover a los ministros y demás empleados de
la administración cuyos nombramientos no requieren el acuerdo
de la Legislatura, o no estén confiados a otros poderes, expidiendo
títulos y despachos a los que nombre;
10° Nombrar, con acuerdo de la Legislatura, los miembros del
Superior Tribunal de Justicia, jueces de primera instancia, fiscales
de los tribunales y de Estado y defensores;
11° Estando reunida la Legislatura, la propuesta de nombra-
mientos para los cuales se requiere acuerdo se hará dentro de diez
días de ocurrida la vacante; no pudiendo insistir sobre un candi-
dato rechazado durante ese año;
12° Es el comandante en jefe de las milicias de la Provincia y
nombra y remueve sus jefes con acuerdo de la Legislatura, desde
sargento mayor hasta coronel inclusive; y por sí solo los oficiales
hasta capitán;
13° Proveer interinamente los cargos que requieran acuerdo
de la Legislatura y hubiesen vacado en el receso y aquellos para los
cuales no se hubiese prestado el acuerdo pedido oportunamente y
cuya suplencia no estuviera prevista por leyes especiales. En estos

232
Constitución de 1927

casos dará cuenta a la Legislatura en el primer mes de las sesio-


nes, con la solicitud de acuerdo para los nombramientos en pro-
piedad, caducando a la expiración de ese término los provisorios.
Dichos nombramientos no podrán recaer en personas respecto de
las cuales hubiese la Legislatura negado su acuerdo para el mismo
empleo, durante el último período legislativo;
14° Proponer la concesión de primas o recompensas de estí-
mulo en favor de las industrias o inventos;
15° Celebrar contratos con particulares para la construcción
de obras u otros objetos de utilidad pública, debiendo someterlos
a la Legislatura para su aprobación y validez;
16° Celebrar y firmar tratados parciales con los gobiernos de
las demás provincias sobre administración de justicia, intereses
económicos y trabajos de utilidad pública, dando cuenta de ellos
al Congreso de la Nación después de ser aprobados por la Legis-
latura;
17° Celebrar igualmente tratados con los mismos para fines de
vigilancia policial, arreglo de límites, construcción de cárceles, etc.,
con aprobación de la Legislatura y dando cuenta al Congreso, en su
caso;
18º Movilizar las milicias de la Provincia o de algún punto de ella
durante el receso de la Legislatura, en caso de invasión exterior u otro
peligro que no admita dilación, dándole oportunamente cuenta de
ello. Y aun durante la sesiones, podrá usar de la misma atribución, en
casos urgentísimos, dando cuenta inmediatamente de la medida. En
ambos casos se la pondrá en conocimiento del Gobierno Nacional;
19º Dar a las milicias la organización y disciplina prescripta por
el Congreso;
20º Conmutar e indultar las penas impuestas por crímenes su-
jetos a la jurisdicción provincial, previo informe de la Cámara de Jus-
ticia sobre la conveniencia y oportunidad de la conmutación o del
indulto y con arreglo a la ley reglamentaria que determinará los casos
y la forma en que pueden ser solicitados; pero no podrá ejercer esta
atribución cuando se trate de delitos en que el jury de enjuiciamiento
político ha conocido como juez, o de aquellos cometidos por funcio-
narios públicos en el ejercicio de sus funciones, o de los cometidos
contra la Legislatura, el Poder Judicial, el Colegio Electoral o de sus

233
Cristian Altavilla

miembros. La pena capital no podrá conmutarse sino con la de grado


inmediatamente inferior;
21º Prestar el auxilio de la fuerza pública a todas las autoridades,
siempre que lo soliciten conforme a la ley;
22º Expedir las órdenes necesarias para que toda la elección po-
pular se realice en la oportunidad debida;
23º Hacer cumplir, como agente inmediato del Gobierno Nacio-
nal, la Constitución, leyes y decretos de la Nación;
24º Inspeccionar todos los establecimientos de la Provincia, ve-
lar por su administración y pedir informes a las oficinas públicas; e
inspeccionar igualmente las sociedades civiles y comerciales, con
arreglo a la ley;
25º Correr con todo lo relativo a la policía de seguridad y de vigi-
lancia;
26º Conocer y resolver en las causas contencioso-administrati-
vas, sin perjuicio de la jurisdicción del Superior Tribunal;
27º Decretar la inversión de la renta con arreglo de las leyes, de-
biendo publicar mensualmente el estado de la tesorería;
28º Convocar a elecciones “de electores” de gobernador por lo
menos dos meses antes de terminar su período y de diputados a la
Legislatura por lo menos un mes antes del día en que deba verificarse.
Observación: Los vocablos “de electores”, que dejamos subsis-
tentes en letra bastardilla, han debido suprimirse, como ocurrió en el
inciso 20 del artículo 55, dado que se establece en esta Constitución el
sistema de elección directa de Gobernador.

Capítulo IX
DEL CONTADOR
Artículo 78
El contador será nombrado en la forma prescripta en el inciso
8º del artículo 77 y durará cuatro años en ejercicio de sus funcio-
nes, mientras dure su buena conducta, pudiendo ser reelecto.

Artículo 79
Ningún pago se hará sin intervención de la contaduría.

234
Historia Constitucional de la Provincia de San Luis

Artículo 80
El Contador no podrá autorizar pago alguno que no sea arre-
glado a la ley.

Artículo 81
Las calidades del contador, las causas porque puede ser re-
movido y las responsabilidades a la que está sujeta, serán determi-
nadas por la ley de contabilidad.

Capítulo X
LA ELECCIÓN DE GOBERNADOR
Artículo 82
El Gobernador será elegido directamente por el pueblo de la
Provincia, en distrito único y a simple pluralidad de sufragios.

Artículo 83
Dentro de los quince días siguientes a la elección, la junta
electoral deberá practicar el escrutinio, en sesión pública y en el
recinto de la Legislatura, comunicando su resultado a los poderes
constituidos y al electo y remitiendo a aquellas las actas y demás
antecedentes electorales.

Artículo 84
La Legislatura dentro de los quince días siguientes, en sesión
pública especial y con el quórum de dos tercios del total de sus
miembros en ejercicio, juzgará la elección y calidades legales del
electo. Para que haya elección válida es necesario que lo sean, por
lo menos, dos tercios de la mesa de toda la Provincia. El acto debe-
rá quedar terminado en una sola sesión.

Artículo 85
Si hubiera empate, la Legislatura elegirá entre los que hubie-
sen obtenido igual número de votos.

Artículo 86
La Legislatura, en esa misma sesión o en una inmediata, de-

235
Cristian Altavilla

cidirá sobre los motivos de dimisión, del electo, comunicando el


hecho, en su caso al Poder Ejecutivo para que proceda a nueva
convocatoria.

Artículo 87
Las atribuciones conferidas a la Legislatura en los tres artícu-
los anteriores, serán ejercidas por el Superior Tribunal de Justicia,
si aquella no se hubiere reunido o no se hubiere pronunciado por
cualquier causa, hasta diez días antes de expirar el periodo del Go-
bernador.

Artículo 88
Aprobada la elección, la Legislatura o el Superior Tribunal en
su caso, lo comunicará a los poderes públicos y al electo, fijando
día para recibirle juramento. Si la elección fuere desaprobada lo
comunicará al Poder Ejecutivo para que haga nueva convocatoria.

Artículo 89
El Gobernador deberá recibirse del cargo el mismo día en que
termina el mandato del saliente, so pena de considerársele dimi-
tente si no lo hiciere con justa causa, calificada por la Legislatura o
por el Superior Tribunal en su defecto.

Artículo 90
Si la elección de Gobernador no tuviere lugar, o no se recibie-
re el electo, por cualquier causa, el Poder Ejecutivo será ejercido
mientras tanto, en la forma establecida en los artículos 62 y 63.

Capítulo XI
DEL JUICIO POLÍTICO
Artículo 91
La acusación contra el gobernador y ministro será formulada
por escrito ante la Cámara de Diputados, por cualquiera de sus
miembros o particulares, determinándose con toda precisión los
hechos que le sirvan de fundamento.

236
Constitución de 1927

Artículo 92
Presentando la denuncia, la Cámara, sin más trámite, decidi-
rá por votación nominal y a simple mayoría de votos si los cargos
que aquella contiene importan faltas, delitos o hechos que den lu-
gar a juicio político.
Si la resolución es en sentido negativo, la denuncia quedará
de hecho desestimada.
Si fuese en sentido afirmativo, pasará a la comisión de que se
habla en artículo siguiente.

Artículo 93
La Cámara de Diputados nombrará anualmente, en su prime-
ra sesión ordinaria, una comisión judicial de tres de sus miembros,
no pudiendo delegar esta facultad en el presidente.
Dicha comisión tendrá por objeto investigar la verdad de los
hechos en que se funda la denuncia, teniendo para ese efecto las
más amplias facultades.

Artículo 94
El acusado tendrá derecho de ser oído por la comisión judi-
cial, de interpelar por su intermedio, a los testigos y al acusador y
de presentar los documentos de descargo que tuviere.

Artículo 95
La Comisión Judicial consignará por escrito todas las decla-
raciones y demás antecedentes relativos al proceso; y una vez ter-
minado su cometido, pasará a la cámara un informe escrito sobre
aquellos, en el que expresará su dictamen en favor o en contra de
la denuncia.
La Comisión judicial deberá terminar sus diligencias en el pe-
rentorio término de veinte días.

Artículo 96
La Cámara decidirá, oyendo previamente al acusado, si acep-
ta o no al dictamen de la comisión judicial; necesitando para acep-
tarlo dos tercios de votos de los miembros presentes, cuando aquel
fuere favorable a la acusación.

237
Cristian Altavilla

Cuando la acusación fuere presentada por alguno o algunos


de los miembros de la Cámara de Diputados, estos podrán tomar
parte en la discusión, pero no en la votación, sobre si hay o no lu-
gar a la formación de causa.

Artículo 97
Aceptada por la Cámara la acusación contra un funcionario públi-
co, este quedará de hecho suspendido en el ejercicio de sus funciones.

Artículo 98
Llegado este caso, la Cámara nombrará de su seno una comi-
sión compuesta de tres de sus miembros para sostener la acusación
ante el jury de enjuiciamiento, que será convocado dentro de las
veinticuatro horas siguientes por el presidente de aquella, el cual
comunicará a la vez a dicho tribunal la aceptación de la acusación y
el nombramiento de la comisión acusadora.
El jury de enjuiciamiento político se compondrá de dieciséis
ciudadanos de probidad notoria, mayores de edad, que no sean em-
pleados a sueldo, ni diputados, ni miembros del Poder Judicial, que
la Legislatura elegirá por dos tercios de votos en la sesión ordinaria
anterior a la elección de Gobernador, debiendo llenar las vacantes
en las primeras elecciones de cada año o tan pronto como se tenga
conocimiento de su existencia. Si no se hiciere el nombramiento en
el periodo designado, lo hará la Legislatura en las sesiones de pró-
rroga, en las extraordinarias o en las primeras del próximo periodo.
La instalación de ese jury se hará cada cuatro años en acto pú-
blico y se comunicará a los tres poderes.

Artículo 99
El jury se constituirá en tribunal presentando sus miembros
juramento especial para desempeñar su cargo con honradez, im-
parcialidad y patriotismo, conforme a la Constitución y a las leyes
de la Provincia.

Artículo 100
En este juicio los términos serán fijos y perentorios, el proceso
verbal y la sentencia por votación nominal, conforme a lo que la

238
Constitución de 1927

ley de la materia establezca, con sujeción a las siguientes reglas y


demás disposiciones de este capítulo:
1º Al acusado se le dará una copia de la acusación y de los
documentos que la acompañen, señalándosele un término para
que conteste;
2º Se leerán en sesión pública tanto los cargos o acusaciones
como las excepciones y defensas. Luego se recibirá la causa a prueba,
fijando previamente el jury los hechos a que deba concretarse y el tér-
mino para producirla. De este término, así como de la apreciación de
la prueba, no habrá otro juez que la conciencia de los jurados.
3º Vencido el término de prueba, el jury designará día para oír
en sesión pública a los acusadores y al acusado sobre el mérito de
aquella.
4º Se garante en este juicio la libre representación.
5º El acusador y el acusado tendrán derecho a recusar sin cau-
sa hasta dos miembros del jurado.

Artículo 101
El jury no podrá funcionar como corte de justicia con menos
de los dos tercios de la totalidad de sus miembros, ni pronunciar
sentencia condenatoria sino con dos tercios de votos de los pre-
sentes. Su fallo, que será publicado inmediatamente, deberá darse
dentro de los sesenta días de recibida la acusación, transcurridos
los cuales sin haber recaído resolución, el acusado quedará ab-
suelto.

Artículo 102
La pena del juicio deberá concretarse a la separación del fun-
cionario acusado y a la inhabilitación para ejercer cargos públicos
por tiempo determinado que no pase de ocho años.
Pero cuando el proceso resulte comprobado un delito común,
el reo será entregado a la justicia ordinaria, con todos los antece-
dentes de la causa para su juzgamiento.

Artículo 103
Siendo absuelto el acusado, reasumirá inmediatamente las

239
Cristian Altavilla

funciones de su cargo, pagándosele su sueldo por el tiempo de la


suspensión.

Capítulo XII
PODER JUDICIAL
Artículo 104
El Poder Judicial de la Provincia será ejercido por un Superior
Tribunal compuesto de tres miembros, jueces de primera instan-
cia, fiscales, defensores, jueces de paz, jurados y demás funciona-
rios que esta constitución establece o autoriza.

Artículo 105
El Superior Tribunal se compondrá de cinco miembros en los
casos siguientes:
1º En las causas especificadas en los incisos 1º, 2º, 3º y 5º del
artículo 123.
2º En las causas criminales que se haya aplicado la pena de
muerte.
En estos casos y en el de los artículos 146 y 124, inciso 7º, el
tribunal se integrará con dos abogados de la matrícula que se sor-
tearán con citación de partes.

Artículo 106
En el ejercicio de sus funciones la potestad del Poder Judicial
es exclusiva y en ningún caso los poderes Legislativo y Ejecutivo
podrán abrogarse atribuciones judiciales.

Artículo 107
Los camaristas y los jueces de primera instancia gozarán de
una retribución que será pagada mensualmente y que no podrá
ser disminuida mientras permanezcan en sus funciones.

Artículo 108
Los miembros del Poder Judicial no podrán formar parte de
comités o clubes políticos, ni producir o intervenir en acto alguno de
propaganda política, ni aceptar ningún cargo que tenga ese carácter.

240
Constitución de 1927

Artículo 109
No podrán ser simultáneamente miembros del Superior Tri-
bunal los parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad y
segundo de afinidad; y en caso de parentesco sobreviniente, el que
lo causare abandonará el puesto.

Artículo 110
La administración de justicia se regirá por una ley especial
que deslinde las atribuciones respectivas a todos los tribunales,
con arreglo a esta Constitución y marquen el orden de su proce-
dimiento.
Artículo 111
Los miembros del Superior Tribunal, jueces de primera instan-
cia, fiscales y defensores, serán nombrados por el Poder Ejecutivo
con acuerdo de la Legislatura; y cuando ocurra alguna vacante du-
rante el receso de esta, la llenará con nombramientos en comisión
que caducarán un mes después de instalada la próxima Legislatura.

Artículo 112
Los miembros del Superior Tribunal serán nombrados por el
término de nueve años y se renovarán por terceras partes cada tres;
los jueces, fiscales y defensores serán nombrados por cuatro años,
aunque lo fuesen en reemplazo de otro cuyo periodo no hubiere
terminado. Instalado el primer tribunal de acuerdo con esta Cons-
titución, los miembros se sortearán a los efectos de la renovación.

Artículo 113
Para ser miembro del Superior Tribunal se requiere:
1º Ciudadanía en ejercicio;
2º Veintiocho años de edad;
3º Ser abogado con título expedido por alguna facultad nacio-
nal y dos años de ejercicio en la profesión o en la magistratura. Si
el titulo fuere expedido en la Provincia, se requiere doble tiempo.

Artículo 114
Para ser juez de 1ª instancia se requiere: ciudadanía en ejer-
cicio, veinticinco años de edad, ser abogado con título expedido

241
Cristian Altavilla

en alguna facultad nacional, un año en ejercicio de la profesión o


desempeño por el mismo tiempo en alguna magistratura, o abo-
gado provincial con dos años de práctica.

Artículo 115
Los miembros del superior tribunal prestarán juramento ante
el presidente de desempeñar fielmente el cargo. El presidente, jue-
ces y demás funcionarios lo prestarán ante el Superior Tribunal.

Artículo 116
El cargo de Presidente del Superior Tribunal se turnará anual-
mente ante sus miembros, principiando por el de mayor edad.

Artículo 117
Los cargos de camaristas, juez, fiscal y defensor, son incom-
patibles con cualquier otro provincial, con el de Diputado a la Le-
gislatura, con el ejercicio de la Abogacía y con el desempeño de
escribanías de registro.

Artículo 118
Los jueces superiores e inferiores de la Provincia, fiscales y
defensores, serán inamovibles durante el periodo por el que fue-
ren nombrados, mientras dure su buena conducta, pudiendo ser
reelectos.

Artículo 119
Es libre la defensa en causa propia y libre la representación,
con las restricciones que establezca la ley de la materia.

Artículo 120
El Superior Tribunal de Justicia acordará sus sentencias
definitivas, estableciendo primero las cuestiones de hecho y
enseguida las de derecho sometido a su decisión y votará se-
paradamente cada una de ellas en el mismo orden; debiendo
publicarse dicho acuerdo y la sentencia en la forma y tiempo
que la ley determine.

242
Constitución de 1927

Artículo 121
El voto en cada una de las cuestiones de hecho o de derecho será
fundado por escrito y la votación principiará por el miembro del tri-
bunal que resulte de la insaculación que al efecto debe practicarse.

Artículo 122
Todo juicio o recurso debe ser fallado por el Superior Tribu-
nal o jueces dentro de los términos que fije la ley de procedimien-
tos. En caso de infracción sin causa debidamente justificada, los
magistrados que conviniesen a esta prescripción incurrirán en la
multa que fije la ley, pudiendo en caso de reincidencia ser someti-
dos a juicio político.

Capítulo XIII
ATRIBUCIONES DEL PODER JUDICIAL

Artículo 123
Corresponde al Superior Tribunal:
1º Ejercer la jurisdicción originaria y de apelación para
conocer y resolver acerca de la constitucionalidad o incons-
titucionalidad de las leyes, decretos y ordenanzas que esta-
tuyan sobre materia regida por esta Constitución y se contro-
vierta por parte interesada;
2º Conocer y resolver originaria y exclusivamente de las
causas de competencia entre los poderes públicos de la Pro-
vincia, entre estos y alguna municipalidad o entre dos o más
municipalidades, en los conflictos internos de estas y entre
los que se susciten entre los juzgados de primera instancia o
entre algunos de estos o cualquiera autoridad ejecutiva, con
motivo de la jurisdicción respectiva;
3º Decidir en única instancia y en juicio pleno de las cau-
sas contencioso-administrativas, previa denegación del reco-
nocimiento de los derechos que se gestionan. Habrá denega-
ción tácita cuando no se resolviera definidamente dentro de
los tres meses de estar el expediente en estado de decisión.
En las causas contencioso-administrativas el Superior

243
Cristian Altavilla

Tribunal, tendrá facultad de mandar cumplir directamente


sus sentencias por las oficinas y empleados respectivos, si la
autoridad administrativa no lo hiciera dentro de los sesenta
días de notificada.
Los empleados a que alude este artículo serán responsa-
bles por la falta de cumplimiento de las disposiciones del Su-
perior Tribunal;
4º Conocer privativamente de los casos de reducción de
pena autorizados por el Código Penal;
5º Conocer y resolver en las demandas o recursos de re-
visión de causas criminales fenecidas, cualquiera que sea la
pena impuesta, en los casos que lo establezca la ley procesal;
6º El conocimiento y decisión, en grado de apelación de
todas las causas que versen sobre puntos regidos por esta
Constitución y leyes de la Provincia, por el derecho civil, pe-
nal, comercial y de minería y demás leyes del Congreso nacio-
nal, según que las cosas o las personas caigan bajo la jurisdic-
ción provincial;
7º Juzgar en los demás casos que determinen las leyes de
procedimientos.

Artículo 124
El Superior Tribunal tiene, además, las siguientes atribu-
ciones y deberes:
1º Nombrar y remover los empleados subalternos de la
administración de justicia;
2º Dictar los reglamentos necesarios para el servicio in-
terno y disciplinario del tribunal y juzgados inferiores;
3º Proponer a la legislatura, por conducto del Poder Eje-
cutivo, la creación de empleos necesarios al buen desempeño
de la administración de justicia;
4º Ejercer la superintendencia de toda la administración
de justicia siendo a su cargo velar por el buen servicio de la
misma y el exacto cumplimiento de los deberes de sus em-
pleados;
5º Conceder licencias que no excedan de tres meses a los
funcionarios y empleados del poder judicial y nombrar sus re-

244
Constitución de 1927

emplazantes inmediatamente;
6º Elevar al Poder Ejecutivo, cada año, una estadística de
la administración de justicia;
7º Expedir títulos de procurador, escribano y contador,
previo examen público, pero no de abogado;
8º Pasar anualmente a la Legislatura una memoria sobre
el estado de la administración de justicia e indicar las refor-
mas de procedimiento y organización de los tribunales que
crea conveniente.

Artículo 125
Habrá juzgados de primera instancia en la capital, en Mer-
cedes y en los demás puntos que la ley determine.

Artículo 126
Una vez que en el orden nacional se establezca el juicio por
jurados, la Legislatura dictará las leyes necesarias para el fun-
cionamiento de esa institución en la provincia.

Capítulo XIV
JUSTICIA DE PAZ
Artículo 127
La Legislatura establecerá juzgados de paz en la Provincia,
teniendo en cuenta la población de cada partido.

Artículo 128
Los jueces de paz serán nombrados por el Superior Tribu-
nal, a propuesta en terna de las municipalidades y directamen-
te donde no las hubiere.

Artículo 129
Los jueces de paz durarán dos años en el ejercicio de sus
funciones y podrán ser reelectos.

Artículo 130
Para ser juez de paz se requiere ser ciudadano argentino,

245
Cristian Altavilla

mayor de edad, vecino del partido contribuyente, saber leer y


escribir.

Artículo 131
Los jueces de paz son funcionarios exclusivamente judicia-
les y agentes de los tribunales de justicia.

Artículo 132
La ley reglamentará la jurisdicción y procedimiento ante la jus-
ticia de paz y determinara el tribunal de apelación de la misma, pro-
curando que los juicios se terminen en el mismo distrito de su origen.

Capítulo XV
RESPONSABILIDAD DE LOS MIEMBROS
DEL PODER JUDICIAL

Artículo 133
Los miembros del Superior Tribunal y jueces de primera ins-
tancia pueden ser acusados por la parte que se considere agravia-
da, por cualquier abogado y procurador de la matrícula y por el
ministerio fiscal, por delitos, faltas o negligencias en el desempe-
ño de sus funciones, ante un jury compuesto de doce diputados a
la Legislatura, que se formará anualmente en las primeras sesio-
nes de esta. Para organizar el jury se dará preferencia a los dipu-
tados que sean abogados; y si no se completa con estos el número
de seis, se integrará con la Legislatura, con abogados residentes en
la Provincia y los otros seis diputados se sortearán en acto público.

Artículo 134
El jury se organizará dentro de diez días de sorteados sus
miembros, a citación y bajo la presidencia provisoria del presiden-
te de la Legislatura y en la primera reunión nombrará su presiden-
te y secretario.

Artículo 135
Presentada una acusación al presidente del jury este la tramitará

246
Constitución de 1927

de acuerdo con el procedimiento que fije la ley respectiva, debiendo


la misma calificar los delitos y las faltas acusables ante el jury.

Artículo 136
Si dentro de sesenta días no se fallase la causa, el acusado
quedará absuelto.

Artículo 137
El juez acusado quedará suspendido de su cargo desde el día
que el jury admita la acusación.

Artículo 138
El jury dará su veredicto con arreglo a derecho, declarando al
juez acusado culpable o no culpable de su hecho o hechos que se
le imputan.

Artículo 139
Pronunciado el veredicto de culpabilidad y destituido el fun-
cionario, la causa se remitirá al juez ordinario competente para su
juzgamiento.

Artículo 140
El cargo de jurado es irrenunciable. Los miembros del jury
que no asistan a las reuniones para que fueran citados abonarán
una multa de doscientos pesos a favor del Consejo de Educación.

Artículo 141
Tanto el acusado como el acusador tendrán derecho para re-
cusar sin causa a un miembro del jury.

Artículo 142
Para constituirse y fallar se precisa la asistencia de nueve de
los miembros del jury, por lo menos.

Artículo 143
Si llegado el caso de un juicio no estuviere íntegro el jurado, la
Legislatura procederá a integrarlo.

247
Cristian Altavilla

Artículo 144
Tanto para admitir la recusación como para pronunciar la
condena se precisa el voto uniforme de las dos terceras partes de
los miembros presentes del jury.

Artículo 145
Los jueces acusados de delitos ajenos a sus funciones serán
juzgados en la misma forma que los demás habitantes de las Pro-
vincias, debiendo previamente pedirse la suspensión ante el jury.

Artículo 146
El Superior Tribunal conocerá y resolverá en las acusaciones
que se entablen contra los demás funcionarios judiciales por deli-
tos, faltas o negligencias en el ejercicio de sus respectivos cargos,
siguiendo el procedimiento que fije la ley.

Capítulo XVI
ADMINISTRACIÓN DEPARTAMENTAL
RÉGIMEN MUNICIPAL

Artículo 147
Para la administración interior, el territorio de la provincia se
dividirá en departamentos y estos en partidos.
Esta división servirá de base para la distribución de los fun-
cionarios de policía, que serán los agentes del Poder Ejecutivo y
cuyas atribuciones y deberes se fijarán por ley, procurándose prin-
cipalmente que las policías de campaña tengan por principal mi-
sión proteger y garantir los intereses rurales.

Artículo 148
No se podrán crear comandancias permanentes de campaña.

Artículo 149
Se constituirán municipalidad en la Capital, Mercedes y en los de-
más puntos que la Legislatura determine. Donde no fuese posible crear
municipalidades, habrá comisiones o comisionados municipales.

248
Constitución de 1927

La ley respectiva determinará los lugares donde deba consti-


tuirse las comisiones o comisionados municipales.

Artículo 150
Las municipalidades se compondrán de un concejo deliberante
y de un intendente ejecutor.
La ley fijará el número de miembros de los concejos con res-
pecto a la población, el que no podrá bajar de ocho.
Artículo 151
Los miembros de los concejos, los intendentes, comisiones
y comisionados municipales, serán elegidos directamente por el
pueblo de los municipios de la misma forma que los diputados a
la Legislatura.

Artículo 152
Los vocales del Concejo, intendentes, las comisiones y comi-
sionados municipales, durarán dos años en el ejercicio de sus fun-
ciones y se renovarán por mitad todos los años. Los intendentes
durarán tres años y no podrán ser reelectos sino con un periodo
de intervalo.

Artículo 153
Los vocales del concejo, intendentes, comisiones y comisio-
nados, serán elegidos directamente por los vecinos del respectivo
municipio, que tengan mayor edad, paguen impuesto municipal,
patente, contribución directa o ejerzan una profesión liberal y es-
tén inscriptos en el registro que se llevará en cada municipio. Los
extranjeros también podrán votar cuando reúnan las condiciones
anteriores y más un año de residencia por lo menos.

Artículo 154
Serán elegibles todos los ciudadanos mayores de edad, que
sepan leer y escribir, vecinos del distrito, con un año de residencia,
que no sean empleados públicos y que paguen impuestos o ejer-
zan una profesión liberal y si son extranjeros, que tengan además
tres años de residencia.

249
Cristian Altavilla

Artículo 155
Los registros municipales se formarán por una comisión com-
puesta por un juez de paz y dos vecinos mayores contribuyentes,
sorteados de una lista de quince por la junta del artículo 32.
Corresponde también a esa junta hacer el sorteo de escru-
tadores y las garantías establecidas para la libre emisión del voto
en el capítulo II son también aplicables a las elecciones munici-
pales.
Artículo 156
Son atribuciones y deberes de los concejos deliberantes:
1º Juzgar la validez de la elección de sus miembros y de la
del intendente, con apelación en el último caso en el Superior
Tribunal, si fuere desaprobada la elección;
2º Dictar ordenanzas sobre higiene, moralidad, ornato,
vialidad vecinal y sobre los demás objetos propios de su insti-
tución y establecer multas contra los infractores;
3º Sancionar anualmente el presupuesto de gasto y cálcu-
lo de recursos;
4º Formar sus rentas y establecer impuestos locales sobre
los ramos que la ley les señale, no pudiendo aumentar este
sino con el voto de dos tercios de la totalidad de sus miem-
bros;
5º Aprobar o desechar las cuentas de inversión de los fon-
dos municipales;
6º Autorizar, con dos tercios de votos, la enajenación en
pública subasta de sus bienes y sus rentas dentro de las limita-
ciones legales; pero en ningún caso la enajenación de la renta
podrá hacerse por más de un año, ni podrá contraer emprésti-
to ni acordar concesiones para explotar servicios públicos con
privilegio, sin autorización de la Legislatura;
7º Destinar de sus rentas fondos especiales para contri-
buir a la formación del tesoro escolar;
8º Ejercer todas las demás facultades que le acuerde la ley.

Artículo 157
Los concejos deliberantes funcionarán por lo menos durante
dos períodos en el año y su duración será fijada por ellos mismos.

250
Constitución de 1927

Pueden ser convocados a sesión extraordinaria por su presi-


dente, a solicitud de la mitad de sus miembros, o por el jefe del
departamento ejecutivo

Artículo 158
Son atribuciones y deberes del intendente:
1º Ejecutar todas las resoluciones del Consejo;
2º Ejercer la superintendencia en los establecimientos muni-
cipales;
3º Administrar los bienes y propiedades del municipio;
4º Recaudar las rentas municipales;
5º Tienen a su cargo la conservación de caminos, puentes, la
higiene, ornato, servicios de agua, alumbrado y demás ramos mu-
nicipales
6º Nombrar y remover sus propios empleados;
7º Indicar ordenanzas por proyectos presentados al concejo
y concurrir a las sesiones de este cuando lo creyere conveniente o
fuera llamado por él;
8º Presentar al concejo el proyecto de su presupuesto para el
año siguiente, en el primer periodo;
9º Rendir las cuentas del año fenecido al abrir el primer perio-
do del Concejo;
10º Presentar el mismo una memoria anual, que se publica-
rá, sobre el estado en que se encuentran los diversos ramos de la
administración;
11º Publicar mensualmente el estado de los ingresos y gastos;
12º Convocar el municipio elecciones con quince días de an-
ticipación por lo menos
13° Observar dentro de cinco días hábiles, la ordenanza que
juzgue inconvenientes o inconstitucionales, las que serán definiti-
vamente sancionadas y el concejo insiste por simple mayoría;
14º Todas las demás que la fije la ley.

Artículo 159
En caso de vacancia, ausencia u otro impedimento del inten-
dente, ejercerá sus funciones el presidente del concejo: en el de
vacancia, hasta que se elija la persona que ha de reemplazarlo y en

251
Cristian Altavilla

los demás hasta que cese el impedimento.

Artículo 160
La convocatoria a elecciones de las comisiones y comisiona-
dos municipales se hará por el Poder Ejecutivo de la provincia con
anticipación no menor de quince días, las elecciones serán apro-
badas por la junta del artículo 32 y su presupuesto y cálculo de
recursos por la legislatura.
Dichas comisiones y comisionados tendrán las atribuciones y
deberes qué les fije la ley.

Artículo 161
No podrá hacerse embargo ni ejecución de las rentas muni-
cipales.
Cuando la municipalidad fuere condenada al pago de una
deuda, la corporación arbitrará la forma de verificarlo dentro de
los 6 meses desde la notificación de la sentencia definitiva, so
pena de ejecución de esta.

Artículo 162
La parte que se considere damnificada podrá deducir acción
contra la legalidad de una ordenanza municipal y reparación del
perjuicio causado sin que esto impida la ejecución de la ordenanza.
El pleito será en tal caso contencioso administrativo y su fallo
corresponde al Superior tribunal de justicia. En todos los demás
casos en que los actos de las municipalidades, obrando como per-
sonas jurídicas diesen en origen acciones civiles serán judiciables
ante los jueces respectivos como cualquiera otra persona civil.

Artículo 163
Los funcionarios municipales responderán personalmente no
solo de cualquier acto penado por la ley sino también de los daños y
perjuicios que provengan de la falta de cumplimiento de sus deberes.

Artículo 164
Los miembros de las municipalidades, comisiones, comisio-
nados e intendentes están sujetos a destitución por mala conducta

252
Constitución de 1927

o despilfarro de los fondos municipales, sin perjuicio de las res-


ponsabilidades civiles y criminales en que incurran.

Artículo 165
La destitución podrá pedirse por seis electores del muni-
cipio o por el fiscal y la solicitud deberá presentarse al juez del
crimen de la sección judicial a la que pertenezca el acusado.
Recibida la solicitud por el referido juez se trasladará al Mu-
nicipio del acusado, dentro de ocho días, si no tuviera en él su
asiento el juzgado y convocar a un Jurado en número igual al de
los miembros de esa municipalidad sorteados con citación de
parte de entre los treinta mayores contribuyentes de la localidad
que sepan leer y escribir, el cual fallará la causa dentro de ocho
días. El fallo del Jurado será inapelable y se limitará destituir al
acusado o a declarar que no haya lugar a la destitución.
La ley de la materia determinará el procedimiento del Jurado.

Artículo 166
Las funciones municipales son cargas públicas, de la que nadie
podrá excusarse sino por excepción fundada en la ley de la materia.

Artículo 167
Todos los actos y contratos emanados de autoridades muni-
cipales que no estén constituidas en la forma que prescribe esta
Constitución serán de ningún valor.

Artículo 168
En caso de acefalía de una municipalidad, el poder ejecutivo
convocará inmediatamente a elecciones para constituirla.

Artículo 169
Las municipalidades pasarán anualmente el Poder Ejecutivo
una memoria detallada, haciendo constar la percepción e inver-
sión de sus rentas; y estarán sujetas a su inspección y vigilancia en
los ramos de su administración para el solo efecto de hacer efecti-
va su responsabilidad ante la justicia ordinaria.

253
Cristian Altavilla

Capítulo XVII
CONSEJO DE EDUCACIÓN

Artículo 170
Habrá un consejo de Educación para el gobierno de esta insti-
tución en toda la provincia, cuyas atribuciones serán las que fije la
ley, de acuerdo con las bases que enseguida se establecen.

Artículo 171
El consejo se compondrá de un presidente con el título de
Director General de Educación, un vicepresidente y el número de
vocales que determine la ley no pudiendo ser menos de dos.

Artículo 172
Los funcionarios mencionados en el artículo anterior serán
nombrados y podrán ser removidos por el Poder Ejecutivo, con
acuerdo de la Legislatura durarán tres años pudiendo ser reelectos.

Artículo 173
El fondo escolar se formará con el subsidio de la Nación,
asignaciones del presupuesto que no podrán ser menores del
quince por ciento de la renta ordinaria de la Provincia, dona-
ciones, las multas que no tengan destino especial y los demás
recursos que le exige la ley; todos los que serán entregados al
consejo sin disminuciones con prescindencia de intermedia-
rios y quien no podrá invertirlos en otros objetos, bajo ningún
pretexto, so pena de institución le corresponde a la malversa-
ción de caudales públicos.

Artículo 174
En ningún caso podrá seguirse ejecución ni trabarse embargo
en los bienes y rentas destinados a la educación.
Cuando haya sentencia condenando al Consejo al pago de
una deuda debe la legislatura arbitrar los recursos para efectuarlo,
dentro de cuatro meses so pena de ejecutarse aquella en bienes de
la provincia.

254
Constitución de 1927

Artículo 175
La legislatura dictará las leyes necesarias para establecer y
realizar un sistema permanente y progresivo de educación co-
mún, sobre la base de la gratuidad y de la obligación, procurando
que toda ciudad, villa, distrito o núcleo de población de campaña
donde hubiese más de treinta niños en edad escolar, tenga por lo
menos una escuela.

Artículo 176
Son atribuciones del consejo:
1º Dictar su reglamento interno;
2º Nombrar maestros y profesores para todas las escuelas de la
provincia pudiendo removerlo o trasladarlo de un establecimiento a
otro;
3º Nombrar el personal administrativo;
4º Proyectar su presupuesto de gastos el que remitirá directa-
mente a la legislatura en los dos primeros meses de sesiones;
5º Las demás que determine la ley.

Artículo 177
El consejo rendirá cuenta cada año ante el poder ejecutivo
conforme a la ley, de la administración de los fondos que le fuesen
entregados para sus gastos.

Artículo 178
El consejo procurará implantar en la provincia escuelas regio-
nales prácticas de artes manuales, agricultura y ganadería.

Capítulo XVIII
REFORMA DE LA CONSTITUCIÓN

Artículo 179
La presente Constitución no podrá reformarse, en todo o en
parte, sino por una convención especialmente nombrada al efecto
por el pueblo, la cual será convocada por la ley especial en que se
declare la necesidad o conveniencia de la reforma y los puntos so-

255
Cristian Altavilla

bre que ha de versar. La ley que se dicte con tal objeto deberá san-
cionarse con dos tercios de votos del número total de miembros
de la Cámara. La reforma no podrá hacerse antes de ocho años de
vigencia de esta Constitución y la ley que declare su necesidad no
podrá ser vetada por el Poder Ejecutivo.

Artículo 180
La convención no podrá comprender en la reforma otros pun-
tos que los especificados en la ley de convocatoria; pero no está
obligada a variar, suprimir o complementar las disposiciones de la
Constitución cuando considere que no existe la necesidad o con-
veniencia de la reforma.

Artículo 181
Determinados por la cámara los puntos sobre qué debe versar
la reforma y antes de convocarse el pueblo para la elección de con-
vencionales, dichos puntos se publicarán por espacio de dos meses,
cuando menos, en los principales periódicos de la provincia.

Artículo 182
El número convencional es igual al doble del de Diputados, se
elegirán de la misma forma que estos y gozarán de iguales inmu-
nidades mientras ejerzan su mandato.
La convención votará los gastos de su secretaría y lo demás
indispensable para el desempeño de su cometido.

Artículo 183
Deberá expedirse en un plazo que no exceda de un año, desde
el día de la elección de sus miembros, debiendo practicarse nueva
elección sí transcurrido el año no hubiese cumplido su mandato.

Capítulo XIX
DISPOSICIONES TRANSITORIAS
Artículo 184
La autoridad y empleados públicos elegidos o nombrados
bajo el régimen de la Constitución anterior terminarán sus funcio-

256
Constitución de 1927

nes con arreglos la misma, mientras por la presente otra cosa no


se disponga.

Artículo 185
Las próximas elecciones de gobernador y de diputados se ha-
rán de acuerdo con las nuevas disposiciones constitucionales.

Artículo 186
Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 36, la próxima Le-
gislatura es organizará con sujeción en las cifras del censo nacio-
nal de 1914, sin disminuir, empero, la representación actual de
ningún departamento.

Artículo 187
Los turnos de renovación legislativa establecidos por el ar-
tículo 37 se organizarán del modo siguiente:
a) En 1928 se elegirán cuatro diputados por Pedernera y
dos por Belgrano por tres años, dos por Pringles y uno por Junín
por dos años y uno por capital y uno por Ayacucho por un año;
b) En 1929, se elegirán cuatro por la capital y dos por Aya-
cucho por tres años, dos por Pedernera por dos años y uno por
San Martín por un año;
c) en 1930 se elegirán dos por Pringles, dos por Chacabuco,
dos por Junín y dos por San Martín por tres años, uno por la
capital y uno por Ayacucho por dos años y uno por Pedernera
por un año las renovaciones ulteriores se harán en la forma de-
terminada por el artículo 37.

Artículo 188
La presente reforma constitucional salvo disposición es-
pecial empezar a regir el 1º de enero de 1928. Firmada por el
presidente secretario y convencionales que quieren hacerlo se
guardará original archivo de la legislatura y se remitirá copia
autorizada al poder ejecutivo para su promulgación y cumpli-
miento.

257
Cristian Altavilla

Dada en la sala de sesiones de la Honorable Convención, el


19 de octubre de 1927.
Tomás Jofré
(Presidente)
E. Mora Olmedo, R. Foncueva, Alfredo Arancibia Rodríguez,
Laureano Landaburu, Eleodoro Ortiz Lobos, M. Baeza González,
V. Sallorenzo, S. A. Ponce, Agustín Rodríguez Jurado, Edmundo
Wernicke, F. A. Muñoz, A. Rodríguez Saá, R. A. Pastor, J. Barroso
Rodríguez, Agustín Mercau, F. Giménez, E. M. Jurado, José L. Pa-
rellada, Teófilo Alberastain, C. Mercau, F. Barbosa, León Guillet,
Ibrahin Amieva, José Raúl Lucero, S. Corradi (h.), Isaac Páez Mon-
tero, P. I. Garro, Delfín N. Baca.

José E. Rodríguez Saá


(Secretario)

San Luis, octubre 27 de 1927


Por recibida la presente Constitución, cúmplase, comuníque-
se a todas las autoridades de la Provincia, publíquese e insértese
en el Registro Oficial.
Arancibia Rodríguez
(Gobernador)
Umberto Rodríguez Saá
(Ministro de Gobierno, Justicia y Culto)
Miguel A. Guiñazú
(Oficial Mayor)

258
Constitución de 1941

Constitución de 1941

259
Cristian Altavilla
Constitución de 1941

ÍNDICE

263 Preámbulo
263 Capítulo I: Declaraciones, Derechos y Garantías (arts. 1 – 30)
270 Capítulo II: Régimen Electoral (arts. 31 – 35)
272 Capítulo III: Poder Legislativo (arts. 36 – 52)
276 Capítulo IV: De la Formación y Sanción de las Leyes
(arts. 53 – 54)
276 Capítulo V: Atribuciones del Poder Legislativo (art. 55)
279 Capítulo VI: Poder Ejecutivo. Del Gobernador (arts. 56 – 65)
281 Capítulo VII: De los Ministerios (arts. 66 – 76)
283 Capítulo VIII. Atribuciones del Poder Ejecutivo (art. 77)
286 Capítulo IX: Del Contador (Arts. 78 – 81)
287 Capítulo X: De la Elección del Gobernador (arts. 82 – 90)
288 Capítulo XI: Del Juicio Político (arts. 91 – 103)
291 Capítulo XII: Del Poder Judicial (arts. 104 – 122)
295 Capítulo XIII: De las Atribuciones del Poder Judicial
(arts. 123 – 126)
297 Capítulo XIV: Justicia de Paz (arts. 127 – 132)
298 Capítulo XV: Responsabilidades de los miembros del Poder
Judicial (arts. 133 – 146)
300 Capítulo XVI: Administración Departamental. Régimen
Municipal (arts. 147 – 169)
306 Capítulo XVII: Consejo de Educación (arts. 170 – 178)
307 Capítulo XVIII: Reforma de la Constitución (arts. 179 – 183)
310 Capítulo XIX: Disposiciones Transitorias (arts. 184 – 188)

261
Cristian Altavilla
Constitución de 1941

CONSTITUCIÓN DE LA PROVINCIA
DE SAN LUIS
1941
Nos, los representantes del pueblo de la Provincia de San Luis,
reunidos en convención constituyente por voluntad y elección del
mismo, con objeto de reformar la Constitución sancionada el doce
de abril de 1871, constituir el mejor gobierno posible, promover el
bienestar general, asegurar los beneficios de la libertad para todos
los habitantes del territorio de la provincia e inculcar el amor al
trabajo como fuente de prosperidad y riqueza, en uso de la sobe-
ranía no delegada, invocando la protección de Dios, sancionamos
la presente Constitución8(1).

Capítulo I
DECLARACIONES, DERECHOS Y GARANTÍAS
Artículo 1
La Provincia de San Luis, con los límites que por derecho le
corresponden, es parte integrante de la Nación argentina y orga-
niza su gobierno de acuerdo con los principios, disposiciones y
garantías de la Constitución nacional.

Artículo 2
La Cámara Legislativa, el Poder Ejecutivo y el Superior Tribu-
nal, funcionarán permanentemente en la capital de la Provincia.
Los miembros del Poder Ejecutivo y del Superior Tribunal, están
obligados a tener su residencia permanente en la ciudad capital.

8 (1) Al modificarse la Constitución de 1905 por la Convención de 1927, debiera


haberse modificado la frase del preámbulo que dice “… con el objeto de reformar la
Constitución sancionada el doce de abril de 1871…” citando la constitución que en
aquel entonces se reformaba, que era de 1905; e igual debiera haber ocurrido en la
actual reforma, lo que fue omitido por las dos últimas Convenciones.
Secretaría ha dejado el texto de dicho preámbulo en su redacción original por consi-
derar que no está en sus atribuciones salvar esa omisión.

263
Cristian Altavilla

Artículo 3
En ningún caso las autoridades de la Provincia podrán sus-
pender la observancia de esta Constitución, ni la de la Nación, ni
la efectividad de las garantías establecidas en ambas, so pretexto
de conservar el orden público.

Artículo 4
El Estado, como persona jurídica, podrá ser demandado ante los
jueces ordinarios sin necesidad de autorización previa de la Legisla-
tura. Siendo condenado al pago de alguna deuda, no podrá ser eje-
cutado en la forma ordinaria, ni podrán ser embargadas sus rentas;
debiendo en ese caso la Legislatura arbitrar dentro de ocho meses los
recursos necesarios, bajo pena de la ejecución de la sentencia.

Artículo 5
Los funcionarios y empleados públicos no sujetos a juicio po-
lítico u otro juicio especial establecido por esta Constitución, son
judiciales ante los tribunales ordinarios por abusos que cometan en
el ejercicio de sus funciones, sin que puedan excusarse de contestar
ni declinar jurisdicción alegando orden o aprobación superior.

Artículo 6
La Provincia coopera al sostenimiento del culto católico,
apostólico, romano. Sin embargo, es inviolable el derecho que
todo hombre tiene para rendir culto a su Dios, libre y pública-
mente, según los dictados de su conciencia y sin más limitaciones
que las que establezca la moral, las buenas costumbres y el orden
público. El registro de estado civil de las personas será llevado en
toda la Provincia por funcionarios civiles, sin distinción de creen-
cia religiosa, en la forma que la ley establezca

Artículo 7
Todos los habitantes de la Provincia son iguales ante la ley. El
mismo principio de igualdad regirá en la provisión de los puestos
públicos que no requieran la ciudadanía en las personas idóneas
que han de desempeñarlos y servirá de base del impuesto y de
toda carga pública.

264
Constitución de 1941

Artículo 8
Todos los habitantes de la Provincia tienen derecho a defen-
derse y ser protegidos en su vida, libertad, reputación, seguridad
y propiedad. Nadie puede ser privado de estos goces sino por sen-
tencia de juez competente, fundada en ley anterior al hecho del
proceso.

Artículo 9
La propiedad es inviolable y ningún habitante de la Provincia
puede ser privado de ella sino en virtud de sentencia fundada en
ley, o de expropiación por causa de utilidad pública, la que debe
ser calificada por ley y previa indemnización. No podrán dictarse
leyes que alteren las obligaciones de los contratos existentes o pri-
ven de los derechos adquiridos.

Artículo 10
Queda prohibido el establecimiento público de juegos de
azar. La infracción a esta cláusula será causa de inmediata desti-
tución del empleado de policía que tolere el juego de azar en su
jurisdicción, pudiendo hacer la denuncia cualquiera del pueblo.
La Legislatura podrá crear, con dos tercios de votos, patentes de
loterías, con excepción de la nacional y de hoteles casinos en los
lugares de turismo y a los que no tendrán accesos los obreros, los
menores de diez y ocho años y los empleados públicos de la Pro-
vincia y sus Municipalidades. El producto de las patentes se desti-
nará exclusivamente a fines de asistencia social, mejoramiento de
las condiciones de vida de la clase proletaria en el orden económi-
co, intelectual, moral y social y fomento del turismo.

Artículo 11
Todo habitante de la Provincia tiene derecho de entrar y salir
de su territorio y transitar por él llevando sus bienes, sin gravamen
alguno y sin perjuicio de tercero.

Artículo 12
Todo ciudadano domiciliado en la Provincia está obligado a
armarse a requisición de las autoridades, con las excepciones que

265
Cristian Altavilla

determine la ley de la materia; y todo habitante contribuirá a las


cargas públicas en la forma que la ley prescriba. Ningún recluta-
miento forzoso podrá hacerse a objeto de servicio policial o de
guarnición, el cual será desempeñado por alistados o engancha-
dos, a expensas del tesoro provincial.

Artículo 13
Toda enajenación de bienes fiscales o municipales, compras y
demás contratos susceptibles de licitación, se harán precisamente
en esta forma, de un modo público, bajo pena de nulidad; sin per-
juicio de la responsabilidad civil o criminal del funcionario que
las efectuare en forma privada, con fraude de los intereses fiscales.
Ningún empleado que maneje renta entrará en ejercicio de
sus funciones sin antes haber prestado fianza suficiente, a juicio
del Poder Ejecutivo.
Los actos de todas las reparticiones de la administración y en
particular los que se relacionen con la percepción o inversión de la
renta, deberán publicarse periódica y regularmente.

Artículo 14
No se acordarán pensiones ni jubilaciones por leyes espe-
ciales. La ley general que se dictará sobre la materia proveerá a la
constitución de un seguro o a la formación de un fondo especial,
para el pago de las jubilaciones y pensiones.

Artículo 15
No podrá dictarse ley ni disposición que tenga por objeto
acordar remuneración extraordinaria a ningún empleado o fun-
cionario público, por servicios correspondientes al empleo que
desempeña o haya desempeñado.

Artículo 16
Todo funcionario y empleado de la Provincia cuya residencia
no esté regida por esta Constitución, deberá tenerla permanente-
mente en el lugar donde ejerce sus funciones.
Los infractores a esta disposición cesarán en sus cargos, salvo
que se trate de funciones especiales autorizadas por la ley.

266
Constitución de 1941

No podrán acumularse en la misma persona dos empleos re-


munerados de uno mismo o de otros poderes de la Provincia o de
la Nación.

Artículo 17
Los nombramientos de empleados o funcionarios que hagan
los poderes públicos prescindiendo de los requisitos enumerados
o exigidos por esta Constitución, carecen de valor y en cualquier
tiempo podrán esos empleados ser removidos de sus puestos.

Artículo 18
No podrá la Legislatura autorizar el curso forzoso de billetes
emitidos por bancos, ni permitir su conversión en otra forma ni en
distinta moneda de la que ellos prometen.

Artículo 19
La libertad de la palabra escrita o hablada, es un derecho ase-
gurado a los habitantes de la Provincia. La Legislatura no podrá
dictar leyes preventivas para el uso de esta libertad, ni restringirla,
ni limitarla. No se exigirá fianza para la publicación de diarios y
periódicos. En los juicios a que diera lugar el ejercicio de este de-
recho se admitirá la prueba, siempre que se trate de la conducta
oficial de los empleados o de la capacidad política de los funcio-
narios públicos.

Artículo 20
Es obligación de los funcionarios públicos acusar las publi-
caciones en que se les imputen faltas o delitos cuya averiguación
interese a la sociedad, o que afecten a la capacidad política de los
mismos; gozando para ello del beneficio del proceso gratuito.

Artículo 21
Los principios, derechos y garantías reconocidos en este capí-
tulo, no podrán ser alterados por leyes que reglamenten su ejerci-
cio. Toda ley, decreto u orden contrarios a esta Constitución, o que
impongan al ejercicio de las libertades y derechos reconocidos en
ella y en la nacional otras restricciones que las que permiten, o

267
Cristian Altavilla

priven a los ciudadanos de las garantías que aseguran, serán nulos


y no podrán ser aplicados por los jueces.
Los individuos que sufran los efectos de cualquier orden, de-
creto o ley que viole o menoscabe estos derechos, libertades y ga-
rantías tienen acción civil para pedir las indemnizaciones corres-
pondientes.

Artículo 22
La Provincia no es responsable de los actos que sus funciona-
rios practiquen fuera de sus atribuciones. Son solidariamente res-
ponsables, respecto del daño causado, los que ordenen y los que
acepten actos manifiestamente inconstitucionales de cualquier es-
pecie.

Artículo 23
Los derechos, declaraciones y garantías enumerados en esta
Constitución, no serán interpretados como negación de otros no
enumerados o retenidos por el pueblo y que derivan de la forma
de gobierno adoptada y de las declaraciones, derechos y garantías
de la Constitución Federal.

Artículo 24
La inviolabilidad del domicilio y de la correspondencia epis-
tolar, la libertad de asociarse y contratar, el derecho de trabajar y
la libertad de enseñar y aprender sin medidas preventivas que la
coarten quedan aseguradas a todos los habitantes de la Provincia,
siempre que no ofendan, perjudiquen o atenten a la moral, a la
salud o al orden público, ni se practiquen en forma contraria a la
ley y a los derechos de terceros.

Artículo 25
Todos los habitantes de la Provincia tienen el derecho de reunir-
se pacíficamente para tratar asuntos públicos o privados, con tal
que no turben el orden, sin que sea preciso requerir permiso a la
autoridad; así como el peticionar individual y colectivamente ante
todas las autoridades, sea para solicitar gracia o justicia, o para
pedir la reparación de agravios. Pero en ningún caso la reunión

268
Constitución de 1941

de personas podrá atribuirse a la representación ni los derechos


del pueblo. El derecho de petición no podrá ejercerse por ninguna
clase de fuerza armada.

Artículo 26
La ley reputa inocentes a los que por sentencia de juez com-
petente no hayan sido declarados culpables. No se dictarán leyes
que importen sentencia, o que empeoren la condición de los acu-
sados por hechos anteriores. Nadie puede ser privado de su liber-
tad sin juicio previo fundado en ley anterior al hecho del proceso,
ni juzgado por comisiones especiales, ni sacado de los jueces de-
signados por ley antes del hecho que motiva la causa. La defensa
es libre en todos los juicios y la prueba será pública, salvo el caso
en que por resolución motivada se considere su publicación pe-
ligrosa para las buenas costumbres. Nadie puede ser perseguido
más de una sola vez por el mismo delito, ni bajo pretexto alguno
suscitarse pleitos fenecidos por sentencia ejecutoriada. En causa
criminal nadie puede ser obligado a declarar contra sí mismo.

Artículo 27
La pena de muerte no podrá ser aplicada sino por unanimi-
dad de votos en todas las instancias.

Artículo 28
Nadie podrá ser detenido sin que preceda indagación suma-
ria, merezca pena corporal, salvo el caso in fraganti, en que todo
delincuente puede ser detenido por cualquier persona y condu-
cido inmediatamente a presencia de su juez o autoridad policial
respectiva; ni ser constituido en prisión sin orden escrita de juez
competente.

Artículo 29
Toda orden de pesquisa, detención o arresto de una o más
personas, o de secuestro de bienes, deberá especificar las perso-
nas u objetos de la pesquisa o secuestro, describiendo particular-
mente el lugar que debe ser registrado; y no se expedirá mandato
de esta clase si no es por juez competente, fundado en juramento

269
Cristian Altavilla

o afirmación, o en semiplena prueba, de lo cual se hará mérito en di-


cha orden.
Todo alcaide o guardián de presos exigirá y conservará esa orden
so pena de hacerse responsable de una detención indebida; incum-
biendo igual obligación y responsabilidad al ejecutor del arresto.

Artículo 30
Todo aprehendido será notificado de la causa de su detención
dentro de las veinticuatro horas. Dentro de las cuarenta y ocho de
tomarse la declaración indagatoria al procesado, se dictará el auto
de prisión preventiva o se decretará la libertad del mismo. Nin-
guna detención se hará en cárcel pública destinada a criminales.
Toda persona detenida podrá pedir por sí o por medio de otra, que
no necesita acreditar mandato o representación, que se le haga
comparecer ante el juez más inmediato; y expedido que sea el
auto por autoridad competente, no podrá prolongarse la deten-
ción si pasadas veinticuatro horas no se le hubiese notificado, por
juez igualmente competente, la causa de ella. Todo juez, aunque
lo sea de un tribunal colegiado, a quien se hiciera esta petición o
se reclamase la garantía del artículo anterior, deberá proceder en
el término de veinticuatro horas contando desde su presentación
con cargo auténtico, bajo multa de trescientos pesos. Proveída
la petición, el funcionario que retuviese al detenido o dejase de
cumplir dentro del término señalado por el juez el requerimiento
de este, incurrirá en la multa de doscientos pesos, sin perjuicio de
hacerse efectivo el auto.
Si estas multas no se satisfacen, serán subrogadas por arresto,
a razón de un día por cada cuatro pesos.

Capítulo II
RÉGIMEN ELECTORAL
Artículo 31
La representación política tiene por base la población. El su-
fragio popular es un derecho inherente a la calidad de ciudadano
argentino y una función pública que se ejercerá con arreglo a esta
Constitución y a la ley de la materia.

270
Constitución de 1941

Artículo 32
La ley electoral se dictará con sujeción a las siguientes bases:
Voto secreto;
Padrón nacional;
Escrutinio público inmediato en cada mesa;
Uniformidad para toda la Provincia;
Representación de las minorías por el sistema que adopte la ley;
Descentralización y fiscalización del comicio;
Libertad electoral garantida por severas medidas gubernati-
vas y sanciones penales contra los que en cualquier forma la con-
culquen.

Artículo 33
Toda elección principiará a las ocho y durará hasta las diez y
seis. Ninguna elección puede ser interrumpida, anticipada o dife-
rida por motivo alguno. En cada mesa receptora de votos no po-
drán sufragar más electores que los que constituyan una serie del
padrón ni podrá instalarse en el mismo local más de dos mesas.

Artículo 34
Se constituirá una Junta electoral compuesta por el Presidente
o Vice de la Legislatura; el Presidente del Superior Tribunal de Jus-
ticia; y el Intendente Municipal, o el Presidente del Consejo de Edu-
cación, en su defecto, bajo la Presidencia del primero, que deberá:
1° Organizar todas las mesas electorales de la Provincia nom-
brando directamente, con carácter de carga pública, para cada
acto electoral, en cada mesa y de los inscriptos en ella que sepan
leer y escribir, sean contribuyentes o tengan profesión liberal, un
Presidente de comicio y dos suplentes para que lo sustituyan por
su orden y auxilien en la forma que establezca la ley.
2° Practicar el escrutinio público y definitivo, siempre que las
actas respectivas acrediten que hubo elección por lo menos en
tres cuartas partes del total de las mesas que debieron funcionar
en la Provincia, sección o municipio, según se trate de elecciones
gubernativas, legislativas o comunales.
3° Diplomar a los electos o declarar desierta la elección cuan-
do no hubiese funcionado el número de mesas previsto en el inci-

271
Cristian Altavilla

so anterior o no hubiese dicho número de actas, debiendo comu-


nicarlo a quien corresponda hacer la nueva convocatoria.
4° Pasar todos los antecedentes a la autoridad a quien compe-
ta juzgar la elección y llevar a conocimiento de la justicia los he-
chos que aparezcan delictuosos.

Artículo 35
En la elección de diputados, las secciones electorales se harán
por departamento o agrupando varios en una sola para dar repre-
sentación a las minorías.

Capítulo III
PODER LEGISLATIVO
Artículo 36
El Poder Legislativo de la Provincia será ejercido por una Cá-
mara de Diputados elegidos directamente por el pueblo, en la pro-
porción de uno por cinco mil habitantes o fracción que no baje de
dos mil quinientos, con arreglo a la población censada. Después
de cada censo nacional o provincial, la ley determinará el número
de habitantes que debe representar cada diputado, a fin de que
en ningún caso el número total de estos exceda de treinta ni sea
menor de veinte. No podrá, sin embargo, disminuirse la represen-
tación actual de ningún departamento. Cada uno de los existentes
o de los que fueren creados, constituirá una sección sin perjuicio
de lo dispuesto en el artículo 35.

Artículo 37
Los diputados durarán tres años y serán reelegibles; la Legislatu-
ra se renovará por terceras partes. El periodo de tres años se contara
desde el 25 de mayo del año de la respectiva renovación ordinaria.
La renovación se hará de modo que cada departamento elija
simultáneamente todos sus representantes.
Las vacantes extraordinarias no serán llenadas cuando faltare
menos de un año para la terminación del periodo correspondien-
te, a menos que alcanzaren a la quinta parte del total de la Legis-
latura.

272
Constitución de 1941

Artículo 38
Para ser diputado se requiere:
1° Ciudadanía natural en ejercicio, o legal después de cinco
años de obtenida;
2° Ser mayor de edad;
3° Tener un año de residencia inmediata en la Provincia, no
siendo nativo de ella.

Artículo 39
No podrán ser electos diputados los eclesiásticos regulares, el
jefe y comisarios de policía, los enjuiciados contra quienes exista eje-
cutoriado un auto de prisión preventiva, los fallidos declarados cul-
pables, los afectados de imposibilidad física o mental y los deudores
del fisco por malversación, defraudación y rendición de cuentas.

Artículo 40
Es incompatible el cargo de diputado con el de cualquier otro
provincial a sueldo, con excepción de las comisiones transitorias
o eventuales.

Artículo 41
La Legislatura se reunirá para sus sesiones ordinarias desde
el 25 de mayo hasta el 25 de octubre; pudiendo ser prorrogadas
por el Poder Ejecutivo o por sanción de dos tercios del total de sus
miembros, hasta el 25 de noviembre. Puede la Legislatura ser con-
vocada a sesiones extraordinarias por el Poder Ejecutivo, o por su
presidente a requisición escrita de la mayoría de sus miembros,
cuando un asunto grave o de orden público lo reclame; debiendo
considerarse en las sesiones prorrogadas y extraordinarias solo el
asunto o asuntos que motiven la convocatoria. Antes de ocuparse
de ellos, la Cámara se pronunciará sobre si reúnen o no las condi-
ciones previstas en este artículo.

Artículo 42
La Legislatura abre y cierra sus sesiones con aviso al Poder
Ejecutivo, el cual será invitado en el primer caso a dar cuenta del
estado de la administración.

273
Cristian Altavilla

Artículo 43
La Legislatura elegirá anualmente su presidente y vices y no
entrará en sesión sin la mayoría absoluta de sus miembros. Pero
un número menor podrá reunirse y compele a los inasistentes a
que concurran a las sesiones, en los términos y bajo las penas que
el reglamento estableciere, excepto la de expulsión.

Artículo 44
En los casos de renovación se reunirá en sesión preparatoria
el 15 de mayo a las tres de la tarde. Si por falta de quórum no pu-
diese sesionar, quedará citada hasta conseguirlo, para la misma
hora, los días 16 y 17 siguientes; y si aun entonces no se hubiere
logrado reunir mayoría absoluta por cualquiera causa que fuera,
la minoría integrada con los nuevamente electos juzgará los títu-
los de estos, pero solo hasta constituirse en quórum legal.

Artículo 45
La Cámara es el único juez de la validez de la elección, de-
rechos y títulos de sus miembros. Al recibirse del cargo prestarán
estos juramentos o afirmarán bajo su honor, de desempeñarlo fiel-
mente, con arreglo a los preceptos de esta Constitución y la Nacio-
nal. La Cámara, con dos tercios de votos, podrá corregir con mul-
tas, suspensión y aun con la expulsión de su seno, a cualquiera de
sus miembros, por inasistencia o mala conducta en el desempeño
de sus funciones y removerlo por inhabilidad física o moral sobre-
viniente a su incorporación.

Artículo 46
En los casos en que la Legislatura proceda como juez o como
cuerpo elector, no podrá reconsiderar sus resoluciones, aunque
sea en la misma sesión. Sus decisiones serán a pluralidad de vo-
tos, salvo los casos previstos por esta Constitución. Las sesiones se
celebrarán en local fijo y serán públicas, a menos que se resolvie-
se lo contrario. La Cámara es el único juez de las faltas cometidas
dentro y fuera del recinto contra el orden de sus sesiones y podrá
reprimirlas con arresto que no pase de quince días; sin perjuicio
de la intervención de la justicia ordinaria.

274
Constitución de 1941

Artículo 47
Los diputados gozarán como única compensación de sus ser-
vicios y gastos, por concepto de dieta y viático, de una remune-
ración mensual que no excederá de trescientos pesos nacionales.
Durante el periodo de sesiones, sean ordinarias, de prórroga o ex-
traordinarias, esa suma se pagará en proporción a la asistencia.

Artículo 48
Ningún diputado desde el día de su elección hasta el día de
su cese, podrá ser arrestado, excepto el caso de ser sorprendido in
fraganti en la ejecución de un delito que merezca pena de muerte
u otra aflictiva, de lo que se dará cuenta a la Cámara con la infor-
mación sumaria del hecho.

Artículo 49
Cuando se forme querella por escrito ante la justicia ordinaria
contra cualquier diputado, examinado el mérito del sumario en
juicio público podrá la Cámara, con dos tercios de votos, suspen-
der en sus funciones al acusado y ponerlo a disposición del juez
competente para su juzgamiento.

Artículo 50
Los diputados no pueden ser acusados ni interrogados judi-
cialmente por las opiniones o votos que emitiesen desempeñando
su mandato.

Artículo 51
La Cámara puede llamar a su sala al ministro o ministros del
Poder Ejecutivo para pedirles los informes o explicaciones que es-
time conveniente, debiendo comunicar con la invitación los pun-
tos sobre los cuales han de informar. El Poder Ejecutivo podrá ex-
cusar esa asistencia enviando por escrito los informes solicitados.

Artículo 52
Mientras dure el periodo ordinario, la Cámara no podrá sus-
pender sus sesiones por más de tres días hábiles sin dar aviso al
Poder Ejecutivo.

275
Cristian Altavilla

Capítulo IV
DE LA FORMACIÓN Y SANCIÓN DE LAS LEYES

Artículo 53
Las leyes tendrán origen en proyectos presentados por el Poder
Ejecutivo, por alguno de los diputados o por las comisiones de la Cá-
mara.
Discutido y aprobado un proyecto de ley por mayoría absoluta
pasa al Poder Ejecutivo, quien, en caso de aprobarlo, lo promulgará
como ley. Se tendrá por aprobado todo proyecto no devuelto en el tér-
mino de diez días.
Si antes de ser observado por el Poder Ejecutivo hubiese tenido lu-
gar la clausura de la Legislatura, el proyecto deberá enviarse con el veto
a la presidencia de la Cámara, sin cuyo requisito este carecerá de efecto.
Ningún proyecto de ley desechado totalmente por la Legislatura
podrá tratarse en las sesiones del mismo año.
Desechado un proyecto en la totalidad o en parte por el Poder Eje-
cutivo, volverá con sus objeciones a la Cámara para que lo discuta de
nuevo; y si insiste en él por mayoría de dos tercios, pasa otra vez al Po-
der Ejecutivo para que lo promulgue.
Cuando la Cámara no tenga dos tercios de votos para insistir en su
primera sanción y el veto sea parcial, el proyecto, con las enmiendas del
Poder Ejecutivo, será ley si ellas son aprobadas por mayoría absoluta de
los miembros presentes.
En la sanción de las leyes se usará esta fórmula: “La Legislatura de
la Provincia, sanciona con fuerza de ley”.

Artículo 54
El veto parcial del presupuesto no impedirá la promulgación
y vigencia de la parte no observada.

Capítulo V
ATRIBUCIONES DEL PODER LEGISLATIVO
Artículo 55
Corresponde a la Legislatura:
1ª Autorizar la cesión de parte del territorio de la Provincia,

276
Constitución de 1941

con tres cuartos de votos de la totalidad de sus miembros, para


objetos de utilidad pública nacional o provincial; y con unanimi-
dad de votos, cuando dicha cesión importe desmembramiento del
territorio, o abandono de jurisdicción dentro de los límites pres-
criptos por la Constitución Nacional;
2ª Aprobar o desechar los tratados que el Poder Ejecutivo ce-
lebre con otras provincias;
3ª Establecer impuestos y contribuciones necesarias para los
gastos del servicio público, uniformes y proporcionales;
4ª Fijar anualmente el presupuesto general de gastos y cálcu-
los de recursos. En el primero deberán figurar todos los servicios
ordinarios y extraordinarios de la administración, aun cuando ha-
yan sido autorizados por leyes especiales, las que se tendrán por
derogadas si no se consignan, en el presupuesto para el año próxi-
mo las partidas correspondientes para su ejecución;
5ª En ningún caso la Legislatura podrá aumentar el monto de
las partidas de cálculo de recursos presentado por el Poder Eje-
cutivo, ni autorizar por la ley de presupuestos una suma de gastos
mayor que la de los recursos, salvo el derecho de la misma Legis-
latura para crear impuestos o aumentar su tasa;
6ª Los gastos, el número de empleos y el monto de los sueldos
proyectados por el Poder Ejecutivo en la ley de presupuesto, no po-
drán ser aumentados en esta y dichos aumentos solo se harán por
medio de proyectos de ley que seguirán la tramitación ordinaria.
7ª Ningún proyecto de ley que importe gastos para el tesoro
público será tratado sobre tablas;
8ª En el caso de que el Poder Ejecutivo no remitiera el proyec-
to de presupuesto antes del tercer mes de las sesiones ordinarias y
la Legislatura considerase necesario modificar el que rige, proce-
derá a hacerlo tomando este por base;
9ª Sancionado un presupuesto seguirá en vigencia en sus par-
tidas ordinarias hasta la sanción de otro, entendiéndose lo mismo
respecto de las leyes de impuestos. Estas tendrán carácter perma-
nente, pero podrán derogarse o modificarse cuando lo crea opor-
tuno la Legislatura por proyectos presentados al efecto;
10ª Dictar leyes protectoras del trabajo y sobre inmigración,
construcción de vías de transporte, población, colonización e in-

277
Cristian Altavilla

troducción de nuevas artes e industrias;


11ª Dictar planes y reglamentos generales de enseñanza pública;
12ª Aprobar, observar o desechar anualmente las cuentas de in-
versión, las que le remitirá el Poder Ejecutivo en todo el mes de junio
de cada año y deberán abarcar el movimiento administrativo hasta el
31 de diciembre del anterior;
13ª Determinar las formalidades con que se ha de llevar el re-
gistro de estado civil y establecer las divisiones territoriales para los
efectos electorales, judiciales, municipales y administrativos;
14ª Acordar amnistía por delitos políticos de la jurisdicción pro-
vincial;
15ª Autorizar la reunión y movilización de la milicia o parte de
ella, en los casos permitidos por la Constitución nacional; y aprobar o
desaprobar la movilización que en cualquier tiempo hiciere el Poder
Ejecutivo sin autorización previa;
16ª Calificar los casos de expropiación por causa de utilidad pú-
blica y autorizar la ejecución de las obras exigidas por el interés de la
Provincia;
17ª Crear y suprimir empleos para la mejor administración de
la Provincia, en cuanto ello no se oponga a la Constitución, determi-
nando sus atribuciones y responsabilidad y dotación.
18ª Autorizar la fundación de bancos, dentros de las prescripcio-
nes de la Constitución Nacional y la celebración de contratos sobre
empréstitos de dinero basados en el crédito de la Provincia, u otros
de utilidad pública. Cuando versaren sobre empréstitos y emisión de
fondos públicos, la autorización deberá acordarse con dos tercios del
total de votos de la Cámara y bajo pena de nulidad. En ningún caso
el servicio de la totalidad de las deudas autorizadas podrá compro-
meter más de la cuarta parte de la renta provincial, tomándose como
base el promedio de la recaudada durante el quinquenio anterior;
19ª Dictar la ley general de elecciones de la Provincia;
20ª Ordenar la elección de gobernador, si el que ejerce el mando
no dispone que se verifique en el plazo designado por la ley
21ª Dictar la ley de jubilaciones y pensiones por servicios presta-
dos a la Provincia, de acuerdo con esta Constitución;
22ª Juzgar la elección de gobernador y recibirle juramento;
23ª Concederle o negarle licencia para ausentarse de la capital

278
Constitución de 1941

por más de quince días y por cualquier tiempo fuera de la Provincia y


admitir o desechar su renuncia;
24ª Elegir senadores al Congreso nacional;
25ª Acusar con dos tercios de votos, ante el jury de enjuiciamien-
to político, al gobernador y ministros, después de declarar que hay
lugar a formación de causa;
26ª Prestar o denegar su acuerdo al Poder Ejecutivo para los
nombramientos que lo requieran por esta Constitución o por ley;
27ª Dictar todas las demás leyes convenientes y necesarias para
poner en ejecución los mandatos, principios, poderes y autoridades
constitucionales, como las de trabajo, policía, municipalidad, judicia-
les, de imprenta y responsabilidad civil de los empleados y funciona-
rios no sujetos a juicio político.
28ª En ningún caso la Legislatura podrá autorizar a ejercer pro-
fesiones liberales a personas que carezcan de títulos expedidos por
institutos o universidades nacionales o provinciales.

Capítulo VI
PODER EJECUTIVO
DEL GOBERNADOR

Artículo 56
El Poder Ejecutivo será ejercido por un ciudadano con el título
de Gobernador de la Provincia, elegido conforme esta Constitución.

Artículo 57
Para ser gobernador se requiere:
1° Ciudadanía por nacimiento en el territorio argentino, o por
ser hijo de ciudadano nativo, si habiera nacido en país extranjero
y optado por la ciudadanía de origen;
2° Tener treinta años de edad en la fecha de su elección;
3° Residencia inmediata en la Provincia durante cinco años, a
menos que sea natural de ella;
4° Disponer de una renta mensual de dos mil pesos;
5° No ser pariente del funcionario saliente dentro del cuarto
grado de consanguinidad y segundo de afinidad, ni haber ejercido

279
Cristian Altavilla

funciones de jefe de policía o de ministro, cuatro meses antes de


la elección.

Artículo 58
El gobernador durará cuatro años en el ejercicio de sus fun-
ciones, contados desde el día que preste juramento y no podrá ser
reelecto sino con intervalo de un periodo.

Artículo 59
Al tomar posesión del cargo el Gobernador prestará ante la
Legislatura o el Superior Tribunal en su caso el siguiente juramen-
to: “YO NN juro ante Dios y la Patria cumplir y hacer cumplir la
Constitución, leyes de la Nación y la Provincia y desempeñar con
lealtad y honradez el cargo que se me inviste. Si así no lo hiciere,
Dios y la Patria me lo demanden”.

Artículo 60
El gobernador residirá en la capital de la Provincia y no podrá
ausentarse de ella por más de quince días sin permiso de la Legisla-
tura y en ningún caso del territorio de la Provincia sin este requisito.

Artículo 61
En el receso de la Legislatura podrá el gobernador ausentarse
de la Provincia por asuntos graves y urgentes de interés público,
por tiempo que no exceda de quince días; no pudiendo repetir la
ausencia mientras tenga pendiente la aprobación de la anterior.

Artículo 62
En caso de muerte, destitución, renuncia, enfermedad, au-
sencia, suspensión, licencia, u otro impedimento calificado del
gobernador, será reemplazado por el presidente de la Legislatura,
por el vicepresidente primero en su defecto y por el presidente del
Superior Tribunal de Justicia, a falta de ambos.

Artículo 63
En los tres primeros casos del artículo anterior, el Presidente
o Vice primero de la Legislatura, ejercerán el cargo de Gobernador

280
Constitución de 1941

hasta completar el periodo del mismo, siempre que faltare menos


de dos años para concluirlo y aunque expirase antes su mandato de
diputado. Cuando faltaren dos años o más, convocarán a elecciones
de Gobernador por un periodo completo, dentro de noventa días.
En los casos de impedimento temporario ejercerán el cargo
hasta que el mismo desaparezca.
El presidente del Superior Tribunal desempeñará el cargo de
gobernador solo en caso de impedimento temporario y hasta que
cese, o hasta que quede elegido o habilitado el presidente o vice
de la Legislatura. Los funcionarios que reemplacen al gobernador
tendrán sus mismas responsabilidades, atribuciones, deberes y
prohibiciones, incluso la del artículo 57, inciso 5º.
El presidente y vice primero de la Legislatura cuando reem-
plazaran definitivamente al gobernador, cesarán como diputados
y podrá llenarse su vacante.

Artículo 64
El gobernador cesa en su mandato el mismo día en que expire su
periodo legal, sin que evento alguno que lo haya interrumpido pueda
ser motivo para que lo complete más tarde, o para su prorrogación.

Artículo 65
El gobernador no puede retardar ni impedir la reunión de la Le-
gislatura y de la Junta Electoral, so pretexto alguno. Tampoco le es
permitido tomar parte, directa ni indirectamente, en contratos con la
Provincia, de los demás gobiernos provinciales y el de la Nación, aun-
que se efectúen por licitación.

Capítulo VII
DE LOS MINISTERIOS

Artículo 66
El despacho de los negocios administrativos de la Provincia
estará a cargo de ministros secretarios, debiendo la Legislatura de-
terminar los ramos y las funciones correspondientes a cada uno
de ellos.

281
Cristian Altavilla

Artículo 67
En caso de licencia o impedimento accidental de alguno de los
ministros, el Poder Ejecutivo encargará al otro el despacho corres-
pondiente a su cartera, por término que no exceda de tres meses.

Artículo 68
Para ser ministro se requieren las mismas condiciones que
para ser diputado.

Artículo 69
Los ministros pasarán a la Legislatura una memoria o informe
sobre los negocios de sus respectivos departamentos, dentro de los
quince días siguientes a la apertura de sus sesiones, indicando en ella
las reformas y proyectos que aconsejen la experiencia y el estudio.

Artículo 70
Los ministros despacharán de acuerdo con el gobernador y
refrendarán con su firma las resoluciones del mismo, sin cuyo re-
quisito serán ineficaces y nulas.

Artículo 71
Los ministros son solidariamente responsables con el gober-
nador de las órdenes o actos que legalicen. No pueden por sí solos
adoptar resoluciones, salvo las de mero trámite y las concernien-
tes al régimen interno de sus respectivos departamentos.

Artículo 72
Los ministros están sujetos al juicio político en las mismas
condiciones y por las mismas causas que el gobernador.

Artículo 73
Los ministros pueden concurrir a las sesiones de la Legisla-
tura tomar parte en sus debates y llevar las opiniones del Poder
Ejecutivo respecto de cualquier proyecto de ley, sea que hubiere
nacido de este o de la Cámara. Tienen el efecto de los mismos de-
rechos e inmunidades que los diputados, excepto el voto.

282
Constitución de 1941

Artículo 74
Los ministros, al recibirse del cargo, prestarán juramento ante
el gobernador de desempeñarlo fielmente con arreglo a los pre-
ceptos de esta Constitución.

Artículo 75
Cuando por falta de ministros algún empleado fuese autori-
zado para refrendar la firma del gobernador, dicho empleado será
solidariamente responsable con este por todo lo que autorice. No
podrá concurrir a la Legislatura, pero sí a sus comisiones, a fin de
suministrar informes y dar explicaciones que se pidan.

Artículo 76
El gobernador y los ministros gozarán del sueldo de los gastos
de etiqueta establecido por la ley, los cuales no serán aumenta-
dos ni disminuidos en ninguna forma durante el periodo de sus
funciones; no pudiendo recibir otro emolumento o dádiva de la
Provincia o de la Nación.

Capítulo VIII
ATRIBUCIONES DEL PODER EJECUTIVO

Artículo 77
El gobernador es el jefe de la administración general de la
Provincia, habla en nombre de ella ante los poderes nacionales y
provinciales y tiene las siguientes atribuciones y deberes:
1º) Promulgar y ejecutar las leyes de la provincia, dictando al
efecto decretos, reglamentos y disposiciones especiales que no al-
teren el espíritu;
2º Participar de la formación de las leyes, con arreglo a esta
Constitución:
3º Vetar los proyectos sancionados por la Legislatura, en todo
o en parte, dentro de diez días, expresando en detalle los funda-
mentos del veto; pero si aquellos se sancionaren nuevamente en
uno de los dos periodos subsiguientes, el Poder Ejecutivo no po-
drá vetarlo.

283
Cristian Altavilla

4º Prorrogar las sesiones ordinarias de la Legislatura o con-


vocarla a sesiones extraordinarias, cuando algún asunto grave o
de orden público lo requiera; salvo el derecho de aquella, una vez
reunida para apreciar la necesidad de la medida;
5º Ordenar la recaudación de los impuestos y rentas de la Pro-
vincia, debiendo los funcionarios encargados de aquella ejecutar
el pago de conformidad a la ley
6º Presentar a la Legislatura, dentro de los dos primeros me-
ses de sus sesiones, el presupuesto de gastos y el cálculo de recur-
sos de la Provincia;
7º Informar por un mensaje, a la apertura de las sesiones ordi-
narias de la Legislatura, sobre el estado general de la administración,
indicando aquellas medidas o leyes que fueren necesarias para el
mejoramiento y progreso económico y político de la Provincia;
8º Nombrar y remover, con acuerdo de la Legislatura, al pre-
sidente y vocales del Consejo de Educación, Director de Rentas,
Contador, Escribano Archivero, Director del Registro de la Propie-
dad y demás empleados que la ley determine. En caso de receso
de la Legislatura el Poder Ejecutivo podrá suspender por causas
justificadas a cualquiera de dichos empleados, dándole cuenta en
el primer mes de sesiones para la confirmación o desaprobación
de la medida, quedando en el primer caso separado de su cargo;
9º Nombrar y remover a los ministros y demás empleados de
la administración cuys nombramientos no requieren el acuerdo
de la Legislatura, o no estén confiados a otros poderes, expidiendo
títulos y despachos a los que nombre;
10º Nombrar, con acuerdo de la Legislatura, los miembros del
Superior Tribunal de Justicia, Jueces de primera instancia, Fiscales
de los tribunales y de Estado y defensores;
11º Estando reunida la Legislatura, la propuesta de nombra-
miento para los cuales se requiere acuerdo se hará dentro de diez
días de ocurrida la vacante; no pudiendo insistir sobre un candi-
dato rechazado durante ese año;
12º Es el comandante en jefe de las milicias de la Provincia y
nombra y remueve sus jefes con acuerdo de la Legislatura, desde
sargento mayor hasta coronel inclusive; y por si solo, los oficiales
hasta el capitán;

284
Constitución de 1941

13º Proveer interinamente los cargos que requieran acuerdo de la


Legislatura y hubiesen vacado en el receso y aquellos para los cuales no
se hubiera prestado el acuerdo pedido oportunamente y cuya suplen-
cia no estuviera prevista por las leyes especiales. En estos casos dará
cuenta a la Legislatura en el primer mes de las sesiones, con la solici-
tud de acuerdo para los nombramientos en propiedad, caducando a la
expiración de ese término los provisorios. Dichos nombramientos no
podrán recaer en personas respecto de las cuales hubiese la Legislatura
negado su acuerdo para el mismo empleo, durante el último periodo
legislativo;
14º Proveer la concesión de primas o recompensas de estimulo en
favor de las industrias o inventos;
15º Celebrar contratos con particulares para la construcción de
obras u otros objetos de utilidad pública, debiendo someterles a la Le-
gislatura para su aprobación y validez;
16º Celebrar y firmar tratados parciales con los gobiernos de las
demás provincias sobre administración de justicia, intereses económi-
cos y trabajos de utilidad de pública, dando cuenta de ellos al Congreso
de la Nación después de ser aprobados por la Legislatura;
17º Celebrar igualmente tratados con los mismos para fines de vi-
gilancia policial, arreglo de límites, construcción de cárceles, etc., con
aprobación de la Legislatura y dando cuenta al Congreso, en su caso;
18º Movilizar las milicias de la Provincia o de algún punto de ellas
durante el receso de la Legislatura, en caso de invasión exterior u otro
peligro que no admita dilación, dándole oportunamente cuenta de
ellos. Y aun durante las sesiones podrá usar de la misma atribución, en
casos urgentísimos, dando cuenta inmediatamente de la medida. En
ambos casos se le pondrá en conocimiento al Gobierno nacional;
19º Dar a las milicias la organización y disciplinas prescriptas por
el Congreso;
20º Conmutar e indultar las penas impuestas por crímenes suje-
tos a la jurisdicción provincial, previo informe de la Cámara de Justicia
sobre la conveniencia y oportunidad de la conmutación o del indulto y
con arreglo a la ley reglamentaria que determinará a los casos y la for-
ma en que puedan ser solicitados; pero no podrá ejercer esta atribu-
ción cuando se trate de delitos en que el jury de enjuiciamiento político
ha conocido como juez, o de aquellos cometidos por funcionarios pú-

285
Cristian Altavilla

blicos en el ejercicio de sus funciones, o de los cometidos contra la Le-


gislatura y el Poder Judicial, o sus miembros. La pena capital no podrá
conmutarse sino con la de grado inmediatamente inferior;
21º Prestar el auxilio de la fuerza pública a todas las autoridades,
siempre que lo soliciten conforme a la ley;
22º Expedir las órdenes necesarias para que toda elección popular
se realice en la oportunidad debida;
23º Hacer cumplir, como agente inmediato del Gobierno nacio-
nal, la Constitución, leyes y decretos de la Nación;
24º Inspeccionar todos los establecimientos de la Provincia, velar
por su administración y pedir informes a las oficinas públicas; e ins-
peccionar igualmente las sociedades civiles y comerciales, con arreglo
a la ley;
25º Correr con todo lo relativo a la policía de seguridad y vigilancia;
26º Conocer y resolver en las causas contencioso-administrativas
sin perjuicio de la jurisdicción del Superior Tribunal;
27º Decretar la inversión de la renta con arreglo a las leyes, debien-
do publicar mensualmente el estado de tesorería;
28º Convocar a elecciones de gobernador por lo menos dos meses
antes de terminar su período y de diputados a la Legislatura por lo me-
nos un mes antes del día en que deba verificarse.

Capítulo IX
DEL CONTADOR

Artículo 78
El contador será nombrado en la forma prescripta en el inciso
8º del artículo 77 y durará cuatro años en el ejercicio de sus fun-
ciones, mientras dure su buena conducta, pudiendo ser reelecto.

Artículo 79
Ningún pago se hará sin la intervención de la contaduría.

Artículo 80
El contador no podrá hacer autorizar pago alguno que no sea
arreglado por la ley.

286
Constitución de 1941

Artículo 81
Las calidades del contador, las causas porque puede ser re-
movido y las responsabilidades a que está sujeto, serán determi-
nadas por la ley de contabilidad.

Capítulo X
DE LA ELECCIÓN DEL GOBERNADOR

Artículo 82
El Gobernador será elegido directamente por el pueblo de la
Provincia, en distrito único y por simple pluralidad de sufragios.

Artículo 83
Dentro de los quince días siguientes a la elección, la junta
electoral deberá practicar el escrutinio, en sesión pública y en el
recinto de la Legislatura, comunicando su resultado a los poderes
constituidos y al electo y remitiendo a aquella las actas y demás
antecedentes electorales.

Artículo 84
La Legislatura, dentro de los quince días siguientes, en sesión
pública especial y con el quórom de dos tercios del total de sus
miembros en ejercicio, juzgará la elección y calidades legales del
electo. Para que haya elección válida es necesario que lo sean, por
lo menos, tres cuartos de las mesas de toda la Provincia. El acto
deberá quedar terminado en una sola sesión.

Artículo 85
Si hubiera empate, la Legislatura elegirá entre los que hubie-
sen obtenido igual número de votos.

Artículo 86
La Legislatura, en esa misma sesión o en una inmediata, de-
cidirá sobre los motivos de dimisión del electo, comunicando el
hecho, en su caso, al Poder Ejecutivo para que proceda a nueva
convocatoria.

287
Cristian Altavilla

Artículo 87
Las atribuciones conferidas a la Legislatura en los tres artícu-
los anteriores, serán ejercidas por el Superior Tribunal de Justicia,
si aquella no se hubiera reunido o no se hubiere pronunciado por
cualquier causa, hasta diez días antes de expirar el período del Go-
bernador.

Artículo 88
Aprobada la elección, la Legislatura o el Superior Tribunal en
su caso, lo comunicará a los poderes públicos y al electo, fijado el
día para recibirle juramento. Si la elección fuere desaprobada lo
comunicará al Poder Ejecutivo para que haga nueva convocatoria.

Artículo 89
El Gobernador deberá recibirse del cargo el mismo día en que
termina el mandato del saliente, so pena de considerársele dimi-
tente si no lo hiciera con justa causa, calificada por la Legislatura o
por el Superior Tribunal en su defecto.

Artículo 90
Si la elección de Gobernador no tuviere lugar, o no se recibie-
re el electo, por cualquier causa, el Poder Ejecutivo será ejercido
mientras tanto, en la forma establecida en los artículos 62 y 63.

Capítulo XI
DEL JUICIO POLÍTICO
Artículo 91
La acusación contra el gobierno y los ministros será formula-
da por escrito ante la Cámara de Diputados, por cualquiera de sus
miembros o por los particulares, determinándose con toda preci-
sión los hechos que le sirvan de fundamento.

Artículo 92
Presentando la denuncia, la Cámara, sin más trámite, decidirá
por votación nominal y a simple mayoría de votos si los cargos que
aquella contiene importan faltas, delitos o hechos que den lugar a

288
Constitución de 1941

juicio político. Si la resolución es en sentido negativo, la denuncia


quedará de hecho desestimada. Si fuese en sentido afirmativo, pa-
sará a la comisión de que habla en el artículo siguiente.

Artículo 93
La Cámara de Diputados nombrará anualmente, en su pri-
mera sesión ordinaria, una comisión judicial de tres de sus miem-
bros, no pudiendo delegar esta facultad en el presidente. Dicha
comisión tendrá por objetivo investigar la verdad de los hechos
en que se funda la denuncia, teniendo para ese efecto las más am-
plias facultades.

Artículo 94
El acusado tendrá derecho a ser oído por la comisión judicial,
de interpelar por su intermedio a los testigos y al acusador y de
presentar los documentos de descargo que tuviere.

Artículo 95
La Comisión judicial consignará por escrito todas las decla-
raciones y demás antecedentes relativos al proceso; y una vez ter-
minado su cometido, pasará a la Cámara un informe escrito sobre
aquellos, en el que expresará su dictamen a favor o en contra de la
denuncia.
La comisión judicial deberá terminar sus diligencias en el pe-
rentorio término de veinte días.

Artículo 96
La Cámara decidirá, oyendo previamente al acusado, si acep-
ta o no el dictamen de la comisión judicial; necesitando para
aceptarlo dos tercios de votos de los miembros presentes, cuando
aquel fuere favorable a la acusación. Cuando la acusación fuere
presentada por alguno o algunos de los miembros de la Cámara de
Diputados, estos podrán tomar parte en la discusión, pero no en la
votación, sobre si hay o no lugar a la formación de la causa.

Artículo 97
Aceptada por la Cámara la acusación contra un funcionario

289
Cristian Altavilla

público, este quedará de hecho suspendido en el ejercicio de sus


funciones.

Artículo 98
Llegado este caso, la Cámara nombrará de su seno una comi-
sión compuesta de tres de sus miembros para sostener la acusación
ante el jury de enjuiciamiento, que será convocado dentro de las
veinticuatro horas siguientes por el presidente de aquella, el cual
comunicará a la vez a dicho tribunal y el nombramiento de la comi-
sión acusadora. El jury de enjuiciamiento político se compondrá de
dieciséis ciudadanos de probidad notoria, mayores de edad, que no
sean empleados a sueldo, ni diputados, ni miembros del Poder Ju-
dicial, que la Legislatura elegirá por dos tercios de votos en la sesión
ordinaria anterior a la elección de gobernador; debiendo llenar las
vacantes en las primeras sesiones de cada año o tan pronto como
se tenga conocimiento de su existencia. Si no se hiciere el nombra-
miento en el periodo designado, lo hará la Legislatura en las sesio-
nes de prórroga, en las extraordinarias o en las primeras del próxi-
mo periodo. La instalación de este jury se hará cada cuatro años en
acto público y se comunicará a los tres poderes.

Artículo 99
El jury se constituirá en tribunal prestando sus miembros jura-
mento especial de desempeñar su cargo con honradez, imparcialidad
y patriotismo, conforme a la Constitución y a las leyes de la Provincia.

Artículo 100
En este juicio los términos serán fijos y perentorios, el proceso
verbal y la sentencia por votación nominal, conforme a lo que la ley
de la materia establezca, con sujeción a las siguientes reglas y demás
disposiciones de este capítulo:
1º Al acusado se le dará una copia de la acusación y de los docu-
mentos que la acompañen, señalándosele un término para que con-
teste;
2º Se leerán en sesión pública tanto los cargos o acusaciones
como las excepciones y defensas. Luego se recibirá la causa a prueba,
fijando previamente el jury los hechos a que deba concretarse y el tér-

290
Constitución de 1941

mino para producirla. De este término, así como de la apreciación de


la prueba, no habrá otro juez que la conciencia de los jurados;
3º Vencido el término de prueba, el jury designará día para oír en
sesión pública a los acusadores y al acusado sobre el mérito de aquella;
4º Se garante en este juicio la libre representación;
5º El acusador y el acusado tendrán derecho a recusar sin cau-
sa hasta dos miembros del jurado.

Artículo 101
El jury no podrá funcionar como Corte de Justicia con menos
de dos tercios de la totalidad de sus miembros, ni pronunciar sen-
tencia condenatoria sino con dos tercios de votos de los presentes.
Su fallo, que será publicado inmediatamente, deberá darse dentro
de los sesenta días de recibida la acusación, transcurridos los cua-
les sin haber recaído resolución, el acusado quedará absuelto.

Artículo 102
La pena del juicio político deberá concretarse a la separación
del funcionario acusado y a la inhabilitación para ejercer cargos
públicos por tiempo determinado que no pase de ocho años. Pero
cuando del proceso resulte comprobado un delito común, el reo
será entregado a la justicia ordinaria, con todos los antecedentes
de la causa para su juzgamiento.

Artículo 103
Siendo absuelto el acusado, reasumirá inmediatamente las
funciones de su cargo, pagándosele su sueldo por el tiempo de
la suspensión.

Capítulo XII
DEL PODER JUDICIAL
Artículo 104
El Poder Judicial de la Provincia, será ejercido por un Superior
Tribunal de Justicia, que podrá dividirse en salas y por los demás
tribunales inferiores que la Legislatura establezca.
La ley determinará el número de miembros de que se com-

291
Cristian Altavilla

pondrá el Superior Tribunal de Justicia y las Cámaras de Apelacio-


nes, la jurisdicción de estas y la manera de constituirlas.

Artículo 105
El Superior Tribunal o Cámara de Apelaciones, cuando fun-
cione con solo tres miembros, se integrará con dos abogados de la
matrícula, que se sortearán con citación de partes:
1º En las causas especificadas en los incisos 1º, 2º, 3º y 5º del
artículo 123:
2º En los casos de los artículos 146 y 124, inc. 7;
3º En las causas criminales en que se haya aplicado la pena de
muerte.

Artículo 106
En el ejercicio de sus funciones la potestad del Poder Judicial
es exclusiva y en ningún caso los poderes Legislativo y Ejecutivo
podrán arrogarse atribuciones judiciales.

Artículo 107
Los camaristas y los jueces de primera instancia gozarán de
una retribución que será pagada mensualmente y que no podrá
ser disminuida mientras permanezcan en sus funciones.

Artículo 108
Los miembros del Poder Judicial no podrán formar parte de co-
mités o clubes políticos, ni producir o intervenir en acto alguno de
propaganda política, ni aceptar ningún cargo que tenga ese carácter.

Artículo 109
No podrán ser simultáneamente miembros del Superior Tri-
bunal los parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad y
segundo de afinidad; y en caso de parentesco sobreviniente, el que
lo causare abandonará el puesto.

Artículo 110
La administración de justicia se regirá por una ley especial que
deslinde las atribuciones respectivas de todos los tribunales, con

292
Constitución de 1941

arreglo a esta Constitución y marque el orden de sus procedimientos.

Artículo 111
Los miembros del Superior Tribunal, Jueces de primera ins-
tancia, Fiscales y Defensores serán nombrados por el Poder Eje-
cutivo con acuerdo de la Legislatura; y cuando ocurra alguna va-
cante durante el receso de esta la llenará con nombramientos en
comisión que caducarán un mes después de instalada la próxima
Legislatura.

Artículo 112
Los miembros del Superior Tribunal serán nombrados por el
término de seis años y se renovarán en el término en que los ac-
tuales concluyen su mandato o se designen nuevos que se creen
por ley. Los Jueces, Procurador General, Fiscales, Asesores y De-
fensores serán nombrados por cuatro años, aunque lo fuese en re-
emplazo de otros, cuyo periodo no hubiere terminado.

Artículo 113
Para ser miembro del Superior Tribunal se requiere:
1º Ciudadanía en ejercicio;
2º Veintiocho años de edad;
3º Ser abogado con título expedido por alguna Facultad nacio-
nal y dos años de ejercicio en la profesión o en la magistratura. Si
el título fuere expedido en la Provincia, se requiere doble tiempo.

Artículo 114
Para ser Juez de 1ª instancia se requiere: ciudadanía en ejer-
cicio, veinticinco años de edad, ser abogado con título expedido
por alguna Facultad nacional, un año de ejercicio de la profesión
o desempeño por el mismo tiempo de alguna magistratura, o abo-
gado provincial con dos años de práctica.
La ley orgánica de los Tribunales determinará las condiciones
que han de reunir los demás funcionarios judiciales.

Artículo 115
Los miembros del Superior Tribunal prestarán juramento

293
Cristian Altavilla

ante el presidente de desempeñar fielmente el cargo. El presi-


dente, jueces y demás funcionarios lo prestarán ante el Supe-
rior Tribunal.

Artículo 116
El cargo de presidente del Superior Tribunal se turnará anual-
mente entre sus miembros, principiando por el de mayor edad.

Artículo 117
Los cargos de Camarista, Juez, Fiscal y Defensor son incom-
patibles con cualquier otro provincial, con el de diputado a la Le-
gislatura, con el ejercicio de la abogacía y con el desempeño de
escribanía de registro.

Artículo 118
Los miembros del Superior Tribunal, Procurador General,
Jueces de primera instancia, de paz letrados, Fiscales, Aseso-
res y Defensores, serán inamovibles durante su periodo salvo
los casos de responsabilidad previstos en el capítulo XV. Si fue-
ren reelegidos con nuevo acuerdo, o si fueren designados con
el mismo requisito, después de un periodo de dos años, para
un cargo igual, o de mayor jerarquía en el Poder Judicial, ad-
quirirán inamovilidad definitiva en el mismo, salvo también
los casos del capítulo XV. Toda ley que suprima juzgado solo se
aplicará cuando vacaren.

Artículo 119
Es libre la defensa en causa propia y libre la representación,
con las restricciones que establezca la ley de la materia.

Artículo 120
El Superior Tribunal de Justicia acordará sus sentencias defi-
nitivas, estableciendo primero las cuestiones de hecho y en segui-
da las de derecho sometidas a su decisión y votará separadamente
cada una de ellas en el mismo orden: debiendo publicarse dicho
acuerdo y la sentencia en la forma y tiempo que la ley determine.

294
Constitución de 1941

Artículo 121
El voto en cada una de las cuestiones de hecho o de derecho
será fundado por escrito y la votación principiará por el miem-
bro del Tribunal que resulte de la insaculación que al efecto debe
practicarse.

Artículo 122
Todo juicio o recurso debe ser fallado por el Superior Tribunal
o jueces dentro de los términos que fije la ley de procedimientos.
En caso de infracción sin causa debidamente justificada, los ma-
gistrados que contraviniesen a esta prescripción incurrirán en la
multa que fije la ley; pudiendo en caso de reincidencia ser someti-
dos a juicio político.

Capítulo XIII
DE LAS ATRIBUCIONES DEL PODER JUDICIAL

Artículo 123
Corresponde al Superior Tribunal:
1º Ejercer la jurisdicción originaria y de apelación para conocer
y resolver acerca de la constitucionalidad e inconstitucionalidad de
las leyes, decretos y ordenanzas que estatuyan sobre materia regida
por esta Constitución y se controvierta por parte interesada;
2º Conocer y resolver originaria y exclusivamente de las causas
de competencia entre los poderes públicos de la Provincia, entre es-
tas y alguna Municipalidad, o entre dos o más Municipalidades, en
los conflictos de intereses de estas y en los que se susciten entre los
juzgados de primera instancia o entre uno de estos y cualquiera auto-
ridad ejecutiva, con motivo de su jurisdicción respectiva;
3º Decidir en única instancia y en juicio pleno de las causas
contencioso-administrativas, previa denegación del reconoci-
miento de los derechos que se gestionan. Habrá denegación
tácita cuando no se resolviera definitivamente dentro de tres
meses de estar el expediente en estado de decisión. En las cau-
sas contencioso-administrativas el Superior Tribunal tendrá fa-
cultad de mandar cumplir directamente sus sentencias por las

295
Cristian Altavilla

oficinas y empleados respectivos, si la autoridad administrativa


no lo hiciera dentro de los sesenta días de notificada. Los em-
pleados a que alude este artículo serán responsables por la falta
de cumplimiento de las disposiciones del Superior Tribunal.
4º Conocer privativamente de los casos de reducción de
pena autorizados por el Código Penal;
5º Conocer y resolver en las demandas o recursos de revi-
sión de causas criminales fenecidas, cualquiera que sea la pena
impuesta, en los casos en que lo establezca la ley procesal;
6º El conocimiento y decisión, en grado de apelación,
de todas las causas que versen sobre puntos regidos por esta
Constitución y leyes de la Provincia, por el derecho civil, penal,
comercial y de minería y demás leyes del Congreso Nacional,
según que las cosas o las personas caigan bajo la jurisdicción
provincial;
7º Juzgar en los demás casos que determinen las leyes de
procedimientos.

Artículo 124
El Superior Tribunal tiene, además, las siguientes atribu-
ciones y deberes:
1º Nombrar y remover los empleados subalternos de la ad-
ministración de justicia;
2º Dictar los reglamentos necesarios para el servicio inter-
no y disciplinario del Tribunal y Juzgados inferiores;
3º Proponer a la Legislatura, por conducto del Poder Ejecu-
tivo, la creación de empleos necesarios al buen desempeño de
la administración de justicia;
4º Ejercer la superintendencia de toda la administración de
justicia, siendo a su cargo velar por el buen servicio de la misma
y el exacto cumplimiento de los deberes de sus empleados;
5º Conceder licencias que no excedan de tres meses a los fun-
cionarios y empleados del Poder Judicial y nombrar sus reempla-
zantes inmediatamente;
6º Elevar al Poder Ejecutivo, cada año, una estadística de la
administración de justicia;
7º Expedir títulos de procurador, previo examen público;

296
Constitución de 1941

8º Pasar anualmente a la Legislatura una memoria sobre el es-


tado de la administración de justicia e indicar las reformas de pro-
cedimientos y organización de los tribunales que crea conveniente.

Artículo 125
Habrá juzgados de primera instancia en la Capital, en Merce-
des y en los demás puntos que la ley determine.

Artículo 126
Una vez que en el orden nacional se establezca el juicio por
jurados, la Legislatura dictará las leyes necesarias para el funcio-
namiento de esa institución en la Provincia.

Capítulo XIV
JUSTICIA DE PAZ

Artículo 127
La Legislatura establecerá juzgados de paz en toda la Provin-
cia, teniendo en cuenta sus divisiones administrativas, extensio-
nes territoriales y población. Cuando lo juzgue conveniente, po-
drá crear juzgados de paz letrados en las ciudades cuya población
pase de diez mil habitantes.

Artículo 128
Los jueces de paz serán nombrados por el Superior Tribunal,
a propuesta en terna de las municipalidades y directamente don-
de no las hubiere.

Artículo 129
Los jueces de paz durarán tres años en el ejercicio de sus fun-
ciones y podrán ser reelectos. Durante desempeñen sus funciones
solo podrán ser removidos por el Superior Tribunal de Justicia, si
concurrieren las causas enumeradas en el artículo número 146.

Artículo 130
Para ser juez de paz se requiere ser ciudadano argentino, mayor

297
Cristian Altavilla

de edad, vecino del partido y contribuyente. Para ser juez de paz letra-
do se requiere, además, tener título de abogado y ser de la matrícula.

Artículo 131
Los jueces de paz son funcionarios exclusivamente judiciales
y agentes de los tribunales de justicia.

Artículo 132
La ley reglamentará la jurisdicción y procedimiento ante la jus-
ticia de paz y determinará el tribunal de apelación de la misma, pro-
curando que los juicios se terminen en el mismo distrito de su origen.

Capítulo XV
RESPONSABILIDADES DE LOS MIEMBROS
DEL PODER JUDICIAL

Artículo 133
Los miembros del Superior Tribunal y Jueces de primera ins-
tancia pueden ser acusados por la parte que se considere agravia-
da, por cualquier abogado o procurador de la matrícula y por el
ministerio fiscal, por delitos, faltas o negligencias en el desempe-
ño de sus funciones, ante un jury compuesto de doce diputados a
la Legislatura, que se formará anualmente en las primeras sesio-
nes de esta. Para organizar el jury se dará preferencia a los dipu-
tados que sean abogados; y si no se completa con estos el número
de seis, se integrará por la Legislatura con abogados residentes en
la Provincia y los otros seis diputados se sortearán en acto público.

Artículo 134
El jury se organizará dentro de diez días de sorteados sus
miembros, a citación y bajo la presidencia provisoria del presiden-
te de la Legislatura y en la primera reunión nombrará su presiden-
te y secretario.

Artículo 135
Presentada una acusación al presidente del jury este la tra-

298
Constitución de 1941

mitará de acuerdo con el procedimiento que fije la ley respec-


tiva, debiendo la misma calificar los delitos y faltas acusables
ante el jury.

Artículo 136
Si dentro de sesenta días no se fallase la causa, el acusado
quedará absuelto.

Artículo 137
El juez acusado quedará suspendido en su cargo desde que el
jury admita la acusación.

Artículo 138
El jury dará su veredicto con arreglo a derecho, declarando
al juez acusado culpable o no culpable del hecho o hechos que
se le imputan.

Artículo 139
Pronunciado el veredicto de culpabilidad y destituido el fun-
cionario, la causa se remitirá al juez ordinario competente, para su
juzgamiento.

Artículo 140
El cargo de jurado es irrenunciable. Los miembros del jury
que no asistan a las reuniones para que fueran citados abonarán
una multa de doscientos pesos a favor del Consejo de Educación.

Artículo 141
Tanto el acusado como el acusador tendrán derecho para re-
cusar sin causa a un miembro del jury.

Artículo 142
Para constituirse y fallar es precisa la asistencia de nueve de
los miembros del jury por lo menos.

Artículo 143
Si llegado el caso de un juicio no estuviera íntegro el jurado, la

299
Cristian Altavilla

Legislatura procederá a integrarlo.

Artículo 144
Tanto para admitir la acusación como para pronunciar la con-
dena, se precisa el voto uniforme de las dos terceras partes de los
miembros presentes del jury.

Artículo 145
Los jueces acusados del delito ajenos a sus funciones serán
juzgados en las mismas formas que los demás habitantes de la
Provincia, debiendo previamente pedirse la suspensión ante el
jury.

Artículo 146
El Superior Tribunal conocerá y resolverá en las acusaciones
que se entablen contra los demás funcionarios judiciales por deli-
tos, faltas o negligencias en el ejercicio de sus respectivos cargos,
siguiendo el procedimiento que fije la ley.

Capítulo XVI
ADMINISTRACIÓN DEPARTAMENTAL
RÉGIMEN MUNICIPAL

Artículo 147
Para la administración interior, el territorio de la Provincia se
dividirá en departamentos y estos en partidos. Esta división servi-
rá de base para la distribución de los funcionarios de policía, que
serán los agentes del Poder Ejecutivo y cuyas atribuciones y debe-
res se fijarán por ley, procurándose especialmente que las policías
de campaña tengan por principal misión proteger y garantir los
intereses rurales.

Artículo 148
No se podrán crear comandancias permanentes de campaña.

300
Constitución de 1941

Artículo 149
Se constituirán municipalidades en la Capital, Mercedes y en
los demás que la Legislatura determine. Donde no fuese posible
crear municipalidades, habrá comisiones o comisiones municipa-
les. La ley respectiva determinará los lugares en que deban consti-
tuirse comisiones o comisionados municipales.

Artículo 150
Las municipalidades se compondrán de un Concejo Delibe-
rante y un intendente ejecutor. La ley fijará el número de miem-
bros de los concejos con arreglo a la población, el que no podrá
bajar de ocho.

Artículo 151
Los miembros de los concejos, los intendentes, comisiones y co-
misionados municipales, serán elegidos directamente por el pueblo
del municipio en la misma forma que los diputados de la Legislatura.

Artículo 152
Los vocales del Concejo Deliberante y las comisiones y co-
misionados municipales durarán dos años en el ejercicio de sus
funciones y se renovarán por mitad de los años. Los intendentes
durarán tres años y no podrán ser reelectos sino con un periodo
de intervalo.

Artículo 153
Los vocales de los Concejos, Intendentes, comisiones y co-
misionados, serán elegidos directamente por los vecinos del res-
pectivo municipio que tengan mayoría de edad, paguen impuesto
municipal, patente, contribución directa o ejerzan una profesión
liberal y estén inscriptos en el registro que se llevará en cada mu-
nicipio. Los extranjeros también podrán votar cuando reúnan las
condiciones anteriores y más un año de residencia por lo menos.

Artículo 154
Serán elegibles todos los ciudadanos mayores de edad, que
sepan leer y escribir, vecinos del distrito, con un año de residente,

301
Cristian Altavilla

que no sean empleados públicos y que paguen impuestos o ejer-


zan una profesión liberal; y si son extranjeros, que tengan además
tres años de residencia.

Artículo 155
Los registros municipales se formarán por una comisión
compuesta por un juez de paz y dos vecinos mayores contribu-
yentes, sorteados de una lista de quince por la junta del artículo
34. Corresponde también a esta junta hacer el sorteo de escruta-
dores y las garantías establecidas para la libre emisión del voto
en el capítulo II son también aplicables a las elecciones munici-
pales.

Artículo 156
Son atribuciones y deberes de los concejos deliberantes:
1º Juzgar la validez de la elección de sus miembros y de la
del Intendente, con apelación en el último caso ante el Supe-
rior Tribunal, si fuese desaprobada la elección;
2º Dictar ordenanzas sobre higiene, moralidad, ornato,
vialidad vecinal y sobre los demás objetos propios de su insti-
tución y establecer multas contra los infractores;
3º Sancionar anualmente el presupuesto de gasto y cálcu-
lo de recursos;
4º Formar sus rentas y establecer impuestos locales sobre
los ramos que la ley les señale; no pudiendo aumentar estos
sin el voto de dos tercios de la totalidad de miembros;
5º Aprobar o desechar las cuentas de inversión de los fon-
dos municipales;
6º Autorizar, con dos tercios de votos, la enajenación en
pública subasta de sus bienes y rentas, dentro de las limitacio-
nes legales; pero en ningún caso la enajenación de las rentas
podrá hacerse por más de un año, ni se podrá contraer em-
préstito ni acordar concesiones para explotar servicios públi-
cos con privilegio, sin autorización de la Legislatura;
7º Destinar de sus rentas fondos especiales para contri-
buir la formación del tesoro escolar;
8º Ejercer todas las demás facultades que acuerda la ley.

302
Constitución de 1941

Artículo 157
Los concejos deliberantes funcionarán por lo menos durante
dos períodos en el año y su duración será fijada por ellos mismos.
Pueden ser convocados a sesiones extraordinarias por su presi-
dente, a solicitud de la mitad de sus miembros, o por el jefe del
departamento ejecutivo.

Artículo 158
Son atribuciones y deberes del Intendente:
1º Ejecutar todas las resoluciones del Concejo;
2º Ejercer la superintendencia en los establecimientos mu-
nicipales;
3º Administrar los bienes y propiedades del municipio;
4º Recaudar las rentas municipales;
5º Tener a su cargo la conservación de caminos, puentes,
la higiene, ornato, servicio de agua, alumbrado y demás ramos
municipales;
6º Nombrar y remover sus propios empleados;
7º Iniciar ordenanzas por proyectos presentados al Consejo
y concurrir a las sesiones de este cuando lo creyere conveniente
o fuere llamado por él;
8º Presentar al Concejo el proyecto de presupuesto para el
año siguiente, en el primer periodo;
9º Rendir las cuentas del año fenecido al abrir el primer
período del Concejo;
10º Presentar el cismo una memoria, anual, que se publi-
cará, sobre el estado que se encuentren los diversos ramos de
la administración;
11º Publicar mensualmente el estado de los ingresos y gas-
tos;
12º Convocar al municipio a elecciones con quince días de
anticipación, por lo menos;
13º Observar dentro de cinco días hábiles, las ordenanzas
que juzgue inconvenientes o inconstitucionales, las que serán
definitivamente sancionadas si el Concejo insiste por simple
mayoría;
14º Todas las demás que le fije la ley.

303
Cristian Altavilla

Artículo 159
En los casos de vacancia, ausencia u otro impedimento del
Intendente, ejercerá sus funciones el presidente del Concejo, en
el de vacancia, hasta que elija la persona que ha de reemplazarlo y
en los demás hasta que cese el impedimento.

Artículo 160
La convocatoria a elecciones de las comisiones y comisiona-
dos municipales se hará por el Poder Ejecutivo de la Provincia,
con anticipación no menor de quince días; las elecciones serán
aprobadas por la junta del artículo 34 y su presupuesto y cálculos
de recursos por la Legislatura. Dichas comisiones y comisionados
tendrán las atribuciones y deberes que les fije la ley.

Artículo 161
No podrán hacerse ejecución ni embargos en las rentas muni-
cipales. Cuando la municipalidad fuere condenada al pago de una
deuda, la corporación arbitrará la forma de verificarlo dentro de
seis meses desde la notificación de la sentencia definitiva, so pena
de ejecución de esta.

Artículo 162
La parte que se considere damnificada podrá deducir acción
contra la legalidad de una ordenanza municipal y reparación del
perjuicio causado, sin que esto impida la ejecución de la orde-
nanza. El pleito será en tal caso contencioso-administrativo y su
fallo corresponde al Superior Tribunal de Justicia. En todos los
demás casos en que los actos de las municipalidades, obrando
como personas jurídicas, diesen origen a acciones civiles, serán
judiciables ante los jueces respectivos como cualquier otra per-
sona civil.

Artículo 163
Los funcionarios municipales responderán personalmente, no
solo de cualquier acto penado por la ley, sino también de los daños y
perjuicios que provengan de la falta de cumplimiento de sus deberes.

304
Constitución de 1941

Artículo 164
Los miembros de las municipalidades, comisiones, comisio-
nados e intendentes, están sujetos a destitución por mala conduc-
ta o despilfarro de los fondos municipales sin perjuicio de las res-
ponsabilidades civiles y criminales en que incurran.

Artículo 165
La destitución podrá pedirse por seis electores del municipio o
por el fiscal y la solicitud deberá presentarse al juez del crimen de la
sección judicial a que pertenezca el acusado. Recibida la solicitud
por el referido juez, se trasladará al municipio del acusado dentro
de ocho días, si no tuviera en él su asiento el juzgado y convocará un
jurado en número igual al de los miembros de esa municipalidad,
sorteados con citación de partes de entre los treinta mayores con-
tribuyentes de la localidad que sepan leer y escribir, el cual fallará la
causa dentro de los ocho días. El fallo será inapelable y se limitará a
destituir al acusado o a declarar que no hay lugar a la destitución. La
ley de la materia determinará el procedimiento del jurado.

Artículo 166
Las funciones municipales son carga pública, de la que nadie
podrá excusarse sino por excepción fundada en la ley de la materia.

Artículo 167
Todos los actos y contratos emanados de autoridades muni-
cipales que no estén constituidas en la forma que prescribe esta
Constitución, serán de ningún valor.

Artículo 168
En caso de acefalía de una municipalidad, el Poder Ejecutivo
convocará inmediatamente a elecciones para constituirla.

Artículo 169
Las municipalidades pasarán anualmente al Poder Ejecutivo
una memoria detallada, haciendo constar la percepción e inver-
sión de sus rentas; y estarán sujetas a su inspección y vigilancia
en los ramos de su administración, para el solo objeto de hacer

305
Cristian Altavilla

efectiva responsabilidad ante la justicia ordinaria.

Capítulo XVII
CONSEJO DE EDUCACIÓN

Artículo 170
Habrá un Consejo de Educación para el gobierno de esta ins-
titución en toda la Provincia, cuyas atribuciones serán las que fije
la ley, de acuerdo con las bases que enseguida se establecen.

Artículo 171
El Consejo se compondrá de un presidente con el título de
Director General de Educación, un vicepresidente y el número de
vocales que determine la ley, no pudiendo ser menos de dos.

Artículo 172
Los funcionarios mencionados en el artículo anterior serán nom-
brados y podrán ser removidos por el Poder Ejecutivo, con acuerdo
de la Legislación y durarán tres años, pudiendo ser reelectos.

Artículo 173
El fondo escolar se formará con el subsidio de la Nación,
asignaciones del presupuesto que no podrán ser menores del
quince por ciento de la renta ordinaria de la Provincia, donacio-
nes, las multas que no tengan destino especial y los demás recur-
sos que le fije la ley; todos los que serán entregados al Consejo
sin disminución, con prescindencia de intermediarios y a quien
no podrá invertirlos en otros objetos, bajo ningún pretexto, so
pena de destitución y la que no corresponde a la malversación
de caudales públicos.

Artículo 174
En ningún caso podrá seguirse ejecución ni trabarse em-
bargos en los bienes y rentas destinadas a la educación. Cuando
haya sentencia condenando al Consejo al pago de una deuda,
debe la Legislatura arbitrar los recursos para efectuarlo, dentro

306
Constitución de 1941

de cuatro meses, so pena de ejecutarse aquella en bienes de la


Provincia.

Artículo 175
La Legislatura dictará las leyes necesarias para establecer
y realizar un sistema permanente y progresivo de educación co-
mún, sobre las bases de gratuidad y de la obligación, procurando
que toda ciudad, villa, distrito o núcleo de población de campaña
donde hubiese más de treinta niños en edad escolar, tenga por lo
menos una escuela.

Artículo 176
Son atribuciones del Consejo:
1ª Dictar su reglamento interno;
2ª Nombrar maestros y profesores para todas las escuelas de
la Provincia, pudiendo removerlos o trasladarlos de un estableci-
miento a otro;
3ª Nombrar al personal administrativo;
4ª Proyectar su presupuesto de gastos, el que remitirá directa-
mente a la Legislatura en los dos primeros meses de sesiones;
5ª Las demás que determine la ley.

Artículo 177
El Consejo rendirá cuenta cada año ante el Poder Ejecutivo,
conforme a la ley, de la administración de los fondos que le fuesen
entregados para sus gastos.

Artículo 178
El Consejo procurará implantar en la Provincia escuelas re-
gionales prácticas de artes manuales, agricultura y ganadería.

Capítulo XVIII
REFORMA DE LA CONSTITUCIÓN
Artículo 179
La presente Constitución no podrá reformarse, en todo o en par-
te, sino por una convención especialmente nombrada al efecto por el

307
Cristian Altavilla

pueblo, la cual será convocada por la ley especial en que se declare la


necesidad o conveniencia de la reforma y los puntos sobre que ha de
versar. La ley que se dicte con tal objeto deberá sancionarse con dos
tercios de votos del número total de miembros de la Cámara. La re-
forma no podrá hacerse antes de ocho años de vigencia de esta Cons-
titución y la ley que declare su necesidad no podrá ser vetada por el
Poder Ejecutivo.

Artículo 180
La convención no podrá comprender en la reforma otros pun-
tos que los especificados en la ley de convocatoria; pero no está
obligada a variar, suprimir o complementar las disposiciones de la
Constitución cuando considere que no existe la necesidad o con-
veniencia de la reforma.

Artículo 181
Determinados por la Cámara los puntos sobre que deben ver-
sar la reforma y antes de convocarse al pueblo para la elección de
convencionales, dichos puntos se publicarán por espacio de dos
meses, cuando menos, en los principales periódicos de la Provincia.
Artículo 182
El número de convencionales será igual al doble de diputa-
dos, se elegirán en la misma forma que estos y gozarán de igual
inmunidadmientras ejerzan su mandato.
La convención votará los gastos de su secretaría y los demás
indispensables para el desempeño de su cometido.

Artículo 183
Deberá expedirse en un plazo que no exceda de un año, desde
el día de la elección de sus miembros; debiendo practicarse nueva
elección si transcurrido el año no hubiese cumplido su mandato.
Dada en la sala de Sesiones de la Honorable Convención, el
20 de febrero de 1941.
JOSÉ P. PÁEZ
Presidente
I. Rolando De Olloqui - Secretario
M. Rodríguez - Secretario

308
Constitución de 1941

Alberto Arancibia Rodríguez – V. J. Astudillo. – R. Baraldo More-


no. – H. Barbeito – M. Copello – Carlos Cuello. – Adolfo Casali - Eduar-
do Daract - Ricardo Daract – Julio J. Domeniconi – Noé Esteves – Gre-
gorio Fernández – Hernán S. Fernández – H. Fernández Garro – A.
García Quiroga – Luis C. Garro – Arturo H. Gatica – José M. Goñi – N.
Jofré – J. E. Jaeske – Aníbal M. Leyes – L. Landaburu – E. Mora Olme-
do – V. Martínez – Joaquín T. Martínez – P. Moyano – Orestes Origone
– Victorino del C. Olguín – J. C. Olmos Gómez – G. N. Páez. R. A. Pas-
tor – J. V. Pereira – Oscar Pereira – P. Pereira – C. Quiroga Villegas – L.
Raffaini – Benigno Rins – Juan Saá – Ángel M. Salinas – G. Sosa Loyola
– E. F. Tallaferro – Ricardo Zavala Ortiz – C.A. Zavala -
San Luis, marzo 11 de 1941.

Publíquese
MENDOZA
Gobernador

ISAAC J. PÁEZ MONTERO


Ministro de Gobierno Justicia,
I. Pública y Culto

G. SCARPATI BISSO
Oficial Mayor

OBSERVACIÓN
La Constitución de 1927 contenía en su parte final el Capítulo XIX
“Disposiciones transitorias” (Arts. 184 al 188) que, por una omisión de
la Convención Reformadora de dicho Estatuto, no fue derogado.
Como se trata de disposiciones que no tienen en la actualidad
ninguna razón para que aparezca en la Constitución vigente, las
hemos retirado de su texto, consignándolas al pie como simples
referencias.
Los secretarios

309
Cristian Altavilla

Capítulo XIX
DISPOSICIONES TRANSITORIAS

Artículo 184
Las autoridades y empleados públicos elegidos o nombrados
bajo el régimen de la Constitución anterior terminarán sus funcio-
nes con arreglo a la misma, mientras por la presente otra cosa no
se disponga.

Artículo 185
Las próximas elecciones de gobernador y de diputados se
hará de acuerdo con las nuevas disposiciones constitucionales.

Artículo 186
Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 36, la próxima Le-
gislatura se organizará con sujeción a las cifras del censo nacional
de 1914, sin disminuir, empero, la representación actual de ningún
departamento.

Artículo 187
Los turnos de renovación legislativa establecidos por el artí-
culo 37, se organizarán del modo siguiente:
a) En 1928 se elegirán cuatro diputados por Pedernera y dos
por Belgrano, por tres años, dos por Pringles y uno por Junín, por
dos años y uno por la Capital y uno por Ayacucho, por un año; b)
en 1929 se elegirán cuatro por la Capital y dos por Ayacucho, por
tres años; dos por Pedernera, por dos años y uno por San Mar-
tín, por un año; c) en 1930 se elegirán dos por Pringles, dos por
Chacabuco, dos por Junín y dos por San Martín, por tres años;
uno por la Capital y uno por Ayacucho, por dos años; y uno por
Pedernera, por un año. Las renovaciones ulteriores se harán en
la forma determinada por el art. 37.

Artículo 188
La presente reforma constitucional, salvo disposición especial,
empezará a regir el 1° de enero de 1928. Firmada por el presidente,
secretario y convencionales que quieran hacerlo, se guardará origi-

310
Constitución de 1941

nal en el Archivo de la Legislatura y se remitirá copia autorizada al


Poder Ejecutivo para su promulgación y cumplimiento.

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en el mes de abril de 2021
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