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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA


EDUCACIÓN UNIVERSITARIA, CIENCIA Y TECNOLOGÍA
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE LAS ARTES UNEARTE
AMBIENTE MARACAY, ESTADO ARAGUA

Cátedra: Fundamentos de la Gestión Cultural


Participante: Milagros Guzmán
C.I: V-30.322.587
Facilitador: Rommer Ramírez
Actividad Nº 2

Consejo Nacional de la Cultura (CONAC)

El Consejo Nacional de la Cultura es una de las ocho plataformas


del Ministerio del Poder Popular para la Cultura. Fue creado el 29 de
agosto de 1975 con el rango de instituto autónomo adscrito a la Presidencia
de la República, y su misión es promover la cultura en Venezuela. A partir de
2005, el CONAC, se encuentra bajo la coordinación del Viceministro de la
Cultura para el Desarrollo Humano, del Ministerio de la Cultura, según
Decreto N° 3.745 de fecha 7 de julio, publicada en la Gaceta Oficial de
la República Bolivariana de Venezuela N° 38.224 del 8 de julio de 2005.

Según sus estatutos su misión es "promover la participación de las


comunidades en la activación de los procesos culturales a través de la
investigación, formación, producción de conocimiento, divulgación y
organización en función del desarrollo endógeno local, para garantizar los
valores de solidaridad, corresponsabilidad, calidad de vida y lograr el
bienestar humano en una sociedad democrática y protagónica".

Objetivos
Según sus estatutos, los objetivos del Consejo Nacional de la Cultura son:

1. Consolidar espacios de diálogo y concertación con las comunidades para


promover la discusión de la acción cultural en el ámbito local.

2. Favorecer la participación, la inclusión social y la equidad en los procesos


de organización y distribución de los recursos.

3. Establecer estrategias informativas y comunicativas con sentido socio


político e ideológico que fortalezcan la formación del nuevo ciudadano y
ciudadana y permitan la socialización de los acervos de las comunidades.

4. Promover en función de las políticas culturales públicas la formación socio


política y la organización de nuevas estructuras participativas en el territorio
nacional.

5. Favorecer la libre y pluralista creación de valores culturales que garanticen


el reconocimiento de la diversidad de expresiones presentes en el territorio
nacional.

6. Garantizar una adecuada y permanente investigación, planificación y


evaluación de la acción cultural pública en las comunidades.

7. Diseñar y facilitar los mecanismos que permitan a la ciudadanía ejercer la


contraloría social sobre la inversión cultural en el territorio nacional.

8. Establecer los lineamientos y contenidos de los proyectos del desarrollo


endógeno cultural en cada entidad federal.

9. Propiciar las relaciones interinstitucionales que faciliten la activación de los


procesos culturales en el ámbito local.
10. Establecer sinergia entre los diferentes niveles de gobierno y las
comunidades para atender sus demandas y necesidades y contribuir al
mejoramiento de la calidad de vida cultural de los ciudadanos y ciudadanas.

11. Facilitar mecanismos para la conformación de redes que contribuyan a


consolidar el tejido socio cultural en el territorio nacional.

12. Elevar cualitativa y cuantitativamente el nivel de conocimiento del pueblo


sobre la diversidad y desarrollo cultural en un país multiétnico y pluricultural
como se expresa en la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, mediante un proceso que pueda ser seguido y medido con
indicadores.

13. Facilitar la realización de acuerdos interinstitucionales, nacionales,


regionales, municipales e internacionales para viabilizar y potenciar la acción
cultural de los proyectos a desarrollar.

14. Garantizar y profundizar la producción y difusión de la información


cultural en el ámbito territorial.

El INCIBA

Sin duda, la creación del Instituto Nacional de la Cultura y las Artes


(Inciba) en 1965 trajo un pensamiento sin precedentes sobre la danza
escénica. Es el primer ente rector de la política pública cultural en Venezuela
y se le ha pedido establecer un nuevo modelo de relación entre los creadores
y el Estado, basado no en conceptos asistencialistas y finales, sino a través
de proyectos previstos para su desarrollo a mediano y largo plazo. Fue
creado antes de la Convención Nacional de 1959 para abrir diferentes etapas
de desarrollo cultural en el país.
El 28 de Diciembre de 1966 se creó el Instituto Nacional de la Cultura
y Bellas Artes (INCIBA), como Instituto autónomo adscrito al Ministerio de
Educación, a través de una Ley emanada del Congreso de la República,
publicada en Gaceta Oficial N°. 28.221, del 28 de Diciembre de 1966, esta
institución poseía funciones precisas para satisfacer las apremiantes
necesidades culturales siendo una experiencia útil y valiosa en el afán de
integral programas y de coordinar esfuerzos en Caracas y la provincia a favor
de un balance apreciable de las realizaciones culturales. Cumpliendo una
función provechosa y fiel para lograr la cooperación del intelectual, del
escritor, del artista, del creador, en todos los grupos, promociones y
tendencias.

Decreto 1971

Dicho decreto tomo gran relevancia ya que en él se buscaba exponer


el estilo preferencial hacia el desarrollo cultural, cubriendo factores para el
desenvolvimiento de las actividades culturales y a la preservación del acervo
y patrimonio histórico venezolano y latinoamericano. Dentro de los planes
principales era emprender la realización de un estudio interdisciplinario con el
objeto de formar el “Inventario de los factores culturales de Venezuela” y de
esta manera crear un proyecto de ley de defensa del patrimonio cultural con
el fin de favorecer y cuidar la investigación, así como evitar la destrucción, el
despojo y la deformación de los materiales culturales que constituyen el
acervo popular de la Nación.

Del mismo modo, promover en todas las entidades educativas de la


república, las actividades encaminadas a que la juventud conozca el valor
de la celebración Bicentenaria y en ella participe.
Creación del Ministerio del Poder Popular de la Cultura

Con un enfoque de inclusión social en función de preservar el acervo


cultural del país, el líder de la Revolución Bolivariano, Hugo Chávez, anunció
el 19 de mayo de 2004 la creación del Ministerio del Poder Popular para la
Cultura. El comandante Chávez exhortó reiteradamente a que para lograr la
transformación definitiva del modelo capitalista, excluyente y egoísta, al
socialismo, la Revolución Bolivariana debía convertirse en un hecho
profundamente cultural en la conciencia de todos los venezolanos.

Marco Jurídico

El marco jurídico de la cultural venezolana se extiende en muchas


leyes, decretos, ordenanzas, resoluciones e instructivos originados por
diferentes organismos del país. Muchas de estas disposiciones legales están
destinadas a una determinada región sin abarcar todo el espacio geográfico.
La cultura que es de por sí variada, por poseer campos con diversidad de
contenidos trae como consecuencia que la mayor parte de las normativas
sea desconocida según la realidad cultural que las justifique y a la vez
asegure su factibilidad y conveniencia. La nueva Constitución, que consagra
los principios que protegen la actividad cultural, hace cada día más urgente
agrupar toda esta legislación dispersa que proteja nuestro patrimonio
cultural, que ha sido hasta hace poco tiempo confundido con una serie de
bienes, desprotegido y mermado.
En cuanto a la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
de 1999, sus lineamientos están orientados a destacar las expresiones y
manifestaciones populares y académicas que nos identifican como país
único y soberano. Su riqueza y variedad en las diferentes maneras de
expresar la venezolanidad, constituyen un crisol que con una gran riqueza y
colorido van desde las manifestaciones más autóctonas hasta las más
sofisticadas y vanguardistas.

A su vez está respaldada por el Plan de la Patria, donde las


posibilidades de investigación de las fortalezas que tiene cada región en el
área cultural es transversal a todos los ámbitos de la vida, del cómo vivimos
y uno de los elementos que posee mucha profundidad para que cambie una
sociedad hacia niveles más altos de solidaridad, humanidad y confraternidad,
consideró.

Del mismo modo encontramos la Ley Orgánica de la Cultura su objeto


principal establecer una legalidad para garantizar la vigencia activa de los
derechos culturales del pueblo venezolano relacionados a su vez con el
Sistema Social del Libro y la Lectura así como la creación literaria;
implantando normas y principios dirigidos a fomentar las bases de
una política integral, sustentable y sostenible que profundice la
democratización en el acceso al libro y a la lectura en la
y alcanzar un desarrollo sustentable de la industria editorial
venezolana en todos sus ámbitos y procesos. Considero que esta ley está
respaldada al mismo tiempo por la Ley General de Bibliotecas, esta ley es de
observancia general en toda la República; sus disposiciones son de orden
público e interés social y tiene por objeto: La distribución y coordinación entre
los Gobiernos Federal, de las entidades federativas y Municipales de la
función educativa y cultural que se lleva a cabo mediante el establecimiento,
sostenimiento y organización de bibliotecas públicas.
En otro sentido, Venezuela cuenta con un sinfín de Patrimonio Cultural
se compone de elementos o bienes culturales materiales e inmateriales, con
valor excepcional para nuestra sociedad, que se convierten en punto de
referencia del acontecer histórico y de su identidad cultural. Dada su
importancia, se promulga para su defensa la Ley de protección y defensa de
Patrimonio Cultural con una responsabilidad de primer orden, una tarea que
nos involucra a todos, tanto a la ciudadanía como a las autoridades y
entidades públicas y privadas, aunque con obvias diferencias en los niveles
de responsabilidad, apoyándose en Ley de Salvaguarda del Patrimonio
Cultural Inmaterial, donde se reconoce al patrimonio cultural inmaterial
de comunidades indígenas y afro-descendientes; el respeto de todas por las
manifestaciones evitando las alteraciones de su identidad y como
herramienta fundamental para el desarrollo sustentable.

Para todo esto y como manera de conclusión, existe para su beneficio


la Ley de Protección Social del Trabajador Cultural donde el Estado
garantiza, a los trabajadores y trabajadoras culturales su incorporación al
sistema de seguridad social que les permita una vida digna, reconociendo las
particularidades del quehacer cultural, de conformidad con la ley.

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