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Vaso

Espalderos
Parral Cuyano Tetralateral

VASO TETRALATERAL
Objetivos especí
específicos
DEPARTAMENTO
DE Soportar la carga de la producción anual del viñedo

PRODUCCIÓN Menor costo de implantación

AGROPECUARIA Longevidad de la estructura acorde a la vida útil del viñedo

Minimizar los costos operativos


CÁTEDRA DE
Permitir las labores culturales mecánicas
VITICULTURA
Facilitar el empleo de riego presurizado y tela antigranizo

RAMÉ
ESPALDERO PARRAL CUYANO

Estos apuntes forman parte de la Serie Apuntes de Viticultura


elaborados por los integrantes de la Cátedra de Viticultura:

Ing. Agr. José Guillermo Rodríguez


Ing. Agr. Ignacio María Galarraga
Ing. Agr. Magdalena Ocvirk
Ing. Agr. Susana Matus
Ing. Agr. Raquel García

A nuestros Maestros que nos formaron tanto desde el plano profesional como personal:

Ing. Agr. Pedro Zuluaga


Ing. Agr. Enrique Zuluaga
Ing. Agr. Francisco De la Iglesia

La conducción de la vid es uno de los tópicos más importantes en la actividad vitícola. La vid en su estado
silvestre es una liana que trepa por los árboles de la foresta para alcanzar la luz; el hombre al domesticarla
necesita conducir la planta para obtener una producción homogénea a lo largo de los ciclos productivos de
la planta con la mayor relación calidad / cantidad posible. Este objetivo depende en gran medida del mi-
croclima de la canopia dado por la conducción y el manejo cultural del viñedo en función de las caracterís-
ticas ecoclimáticas del ambiente. Por otra parte esta actividad debe realizarse bajo un marco de manejo
sustentable de tal manera de permitir una mecanización racional y el menor impacto sobre el medio am-
biente. Todo ello dirigido a diferentes objetivos de producción y a diferentes escalas de producción. Esto
hace que la elección, puesta en práctica y manejo de los sistemas de conducción tengan una complejidad
que día a día es mayor.
Los capítulos que integran esta obra abarcan una síntesis en la evolución de la conducción en Europa y la
Argentina; la definición y clasificación de los sistemas de conducción; una breve reseña sobre las carac-
terísticas de los principales sistemas de conducción utilizados en el mundo; las características de los sos-
tenes empleados en la construcción; las relaciones estáticas en la estructura de conducción de los espalde-
ros; notas sobre el diseño y el establecimiento de los viñedos; la construcción de espalderos y parrales.
Finalmente se presenta un ejercicio sobre el cómputo de costos de implantación en los sistemas de con-
ducción más utilizados en nuestro país.
Estos apuntes no pretenden reemplazar la bibliografía existente en el tema, sino dar una puesta a punto y
un enfoque regional.

Ing. Agr. José Rodríguez


Profesor de Viticultura
Cátedra de Viticultura – Facultad de Ciencias Agrarias – Universidad Nacional de Cuyo
Mendoza
2000
Sistemas de Conducción 1 José Rodríguez
INTRODUCCIÓN

La vid, planta perenne leñosa tipo “liana”, presenta una extraordinaria diversidad de arquitectu-
ra de vegetación y de estructuras perennes, estas formas se agrupan bajo el término de “siste-
ma de conducción” (Carbonneau, 1989).
Desde la antigüedad, el modo de conducción ha evolucionado entre dos tipos extremos;
Fregoni M. (1998) distingue el modelo “etrusco”, limitado a la recolección de frutos de viñas
salvajes, y el modelo “griego”, constituido por parcelas con fuerte densidad, con variedades
elegidas por la calidad de sus frutos. Estas parcelas, objeto de cuidados, producían los mejores
vinos, mientras que los procedentes de viñas salvajes eran mediocres. A lo largo de los siglos,
los dos tipos de conducción han evolucionado. El modelo etrusco ha generado los cultivos aso-
ciados, con cepas muy voluminosas, soportadas por árboles o postes, ya que son vides que
ocupan todo el espacio y poseen un tronco elevado. El modelo griego fue adoptado muy pronto
en todos los viñedos que producen vinos finos (Champagnol, 1984).
Según Reynier (1989), antes de la invasión filoxérica las vides se conducían en pequeñas
poblaciones próximas al estado silvestre o en poblaciones densas, establecidas sin marcos de
plantación regular o en líneas para facilitar el cultivo.

Existían entonces tres categorías de sistemas de conducción:

 viñas altas, desarrollados sobre árboles (olmos o moreras), de las que se encuentran aún
ciertas formas en Italia (sistema de conducción Rayo Belussi) o en zonas que todavía no
han sido destruidas por la filoxera (Turquía). Este tipo de conducción ya se mencionaba en
escritos de agrónomos latinos como Varron, Columela o Plinio (Galet, 1988).
 viñas bajas, con densidad elevada y cuya vegetación era guiada sobre soportes de ramas
secas.
 viñas muy bajas, con gran densidad (30 a 50 mil cepas por hectárea) cuya vegetación esta-
ba libre o guiada sobre estacas individuales. Un ejemplo de este tipo de viñedo lo constitu-
ye el antiguo sistema de conducción de la zona de Champagne denominado “plantación au
folie” cuya evolución ha dado lugar a la actual poda Chablis. Así mismo, Galet (1988), apun-
ta que el antiguo viñedo de Europa Oriental estaba constituido esencialmente por cepas ba-
jas, podadas en cabeza, aunque en plantaciones poco densas, con el único fin de poder en-
terrarlas en invierno, estación durante la cual la temperatura desciende frecuentemente por
debajo de –15ºC.

El vaso ya era conocido por los autores latinos (Columela, Palladios) y los romanos lo di-
fundieron en las provincias ocupadas por el imperio (Galet, 1988).
A comienzos del siglo pasado, en este viñedo, se produjo una primera transformación, de
forma lenta, dada la longevidad de la vid, cuya causa fue la sustitución del trabajo del hombre
por el paso de aperos arrastrados por animales de tiro; ello supuso el paso a la plantación ali-
neada, con calles de al menos 0,8 m y estrechamiento de la vegetación para permitir el paso
de los animales. Esta evolución se aceleró y se generalizó con la invasión filoxérica (Cham-
pagnol, 1984; Branas, 1974).
La invasión filoxérica obligó a la reconstitución del viñedo sobre nuevas bases: empleo de
portainjertos resistentes, alineación de las plantaciones, separación de filas, empalizamiento
colectivo de cepas en zonas septentrionales.
Después de la Segunda Guerra Mundial, hacia los años 50, se produjo una nueva transfor-
mación en la concepción del viñedo, en este caso fueron varios los motivos que indujeron a ello
y que señalan diversos autores (Dumartin, 1981; Champagnol, 1984; Branas, 1974).

Factores técnicos

 Generalización del tractor para el trabajo del suelo y los tratamientos, con varias posibilida-
des (adaptación de la viña a la máquina y viceversa): tractores viñateros para callejones es-

Sistemas de Conducción 2 José Rodríguez


trechos, tractores zancudos para viñas muy estrechas, tractores polivalentes, anchos, me-
nos costosos para viñas anchas.

 Empleo de herbicidas químicos.

 Posibilidad de recolección mecánica para las viñas conducidas en plano vertical.

 Posibilidad de mecanizar la poda total o parcialmente, según el sistema de conducción.

Factores económicos

La necesidad de reducir los costos de mano de obra repercute en la mecanización de las labo-
res culturales, de la cosecha y parcialmente de la poda invernal, así como la difusión del man-
tenimiento del suelo con herbicidas.
Los trabajos mecanizados son tanto menos costosos cuanto más separadas estén las
filas del viñedo, por lo que ha habido una tendencia hacia la reducción de las densidades de
plantación, especialmente en viñedos conducidos en planos verticales (viñas altas y anchas).
Los resultados de esta evolución han sido: una disminución de los costos de cultivo,
aumento de la producción, reducción de la carga global por hectárea, aumento del vigor de las
plantas y pero microclima luminoso en hojas y racimos, con la consiguiente repercusión en la
calidad del mosto, de la que muchos estudiosos del tema se lamentan, así por ejemplo, Cham-
pagnol (1984) refiriéndose al viñedo francés, sostiene que “en esta evolución, la incidencia de
los costos del cultivo va cobrando cada vez más importancia, mientras que los elementos bio-
lógicos, la adaptación de la planta al medio y el nivel de calidad de los productos tiende a mi-
nimizarse. En numerosas situaciones, el modelo griego ha sido contaminado por el modelo
etrusco”. Igualmente, Murisier y Spring (1986), afirman que “la evolución del viñedo suizo hacia
sistemas anchos y altos, consecuencia de la aparición del tractor, entraña un cierto número de
inconvenientes: alargamiento del ciclo vegetativo, reducción del contenido azucarino a igual
rendimiento, aumento de la acidez del mosto, en particular málica y aparición de caracteres
herbáceos en los vinos”.

Factores legales

La evolución de los sistemas de conducción del viñedo ha estado y está condicionada por el
marco legal que afecta a muchas zonas de producción que con el objetivo de proteger las par-
ticularidades del viñedo y la personalidad de sus vinos ha regulado lo que a juicio de sus exper-
tos era el sistema de conducción adecuado (marco, tipo de conducción, carga, etc.). Esta regu-
lación del sistema de conducción está simplificada en todos o en muchos sentidos y en otros
casos la justificación sólo obedece al peso de la tradición y al desconocimiento, suponiendo un
freno al desarrollo tecnológico y a las posibilidades de mejora de la calidad de los mostos.
Por otra parte, la extensión del cultivo de la vid a zonas no consideradas tradicionalmen-
te vitícolas, como California, Nueva York, Sudáfrica y Australia e instalación del cultivo en sue-
los profundos y fértiles, condujo al desarrollo de una vides con excesivo vigor, donde los siste-
mas de conducción tradicionales no han dado buen resultado.
Toda esta problemática de la viticultura a nivel mundial, ha conducido a la puesta en
marcha de grupos de trabajo con el fin de estudiar el comportamiento ecofisiológico de distintos
sistemas de conducción, es decir, evaluar las influencias de los factores del medio en el funcio-
namiento de la planta entera.

El pionero en estos estudios fue el estadounidense Nelson Shaulis, creador del sistema
de conducción GDC (Geneva Double Curtain), cuyo mérito consistió en romper el esquema
tradicional del cultivo de la vid en espaldera o en vaso, al dividir la canopia (parte aérea de la
planta) en dos cortinas de vegetación descendente, con el fin de duplicar el aparato fotosintéti-
co de la planta y permitir una mayor aireación y mejor penetración de la luz en la zona de los

Sistemas de Conducción 3 José Rodríguez


racimos, consiguiendo una mejora importante en la calidad y cantidad de cosecha con plantas
vigorosas y baja densidad por hectárea.
Desde entonces, la concepción clásica de asociar viñedos de alta densidad y cepas
débiles con alta calidad de producto y viñedos con grandes marcos y cepas vigorosas con mala
calidad, ha cambiado, el objetivo, actualmente es conseguir un equilibrio hojas / fruto y un
buen microclima a nivel de racimos que asegure la calidad del producto, haciendo uso de los
avances técnicos disponibles.

Sistemas de Conducción 4 José Rodríguez


2. EVOLUCIÓN DE LOS SISTEMAS DE CONDUCCION EN ARGENTINA

La vid fue introducida en el país junto con la colonización de nuestro territorio. En las provin-
cias cuyanas de Mendoza y San Juan encontró las condiciones ecológicas adecuadas para su
desarrollo. Así comenzó una incipiente vitivinicultura que se basó en el cultivo de variedades
“Criollas”, provenientes sobre todo de semillas de cultivares de origen español. A partir de 1850
tres hechos marcaron un gran desarrollo de la actividad: la introducción de cepajes nobles
franceses, principalmente el Malbec; la importante masa inmigratoria que produjo un aumento
en el consumo de vinos y la llegada del ferrocarril que permitió el envío de los productos a los
centros de consumo. En esta etapa de nuestra vitivinicultura se utilizó el modelo “griego”, de
alta densidad y plantas de poco vigor que se tradujo en la utilización del espaldero bajo, con
una altura de 1,5 m y el empleo de tres alambres. Los viñedos de cepajes nobles ubicados en
las cercanías de la ciudad de Mendoza, denominada “Primera Zona”, se adaptaron muy bien a
estas viñas bajas. Esta zona se caracteriza por ser pedemontana con suelos poco profundos,
elevada pendiente y empleo de riego superficial.
Con el transcurso del tiempo se fue sumando al cultivo otras zonas con mayor potencial
productivo, al estar en el llano, con suelos profundos y el uso de agua subterránea. Al principio
se continuó utilizando la viña baja aún con variedades de mayor vigor, especialmente las “Crio-
llas” o el Pedro Gimenez mendocino; no obstante en estos casos la adaptación no fue la ade-
cuada.
Uno de los sistemas de conducción más difundidos en Europa, el Vaso fue introducido
en el nacimiento de nuestra vitivinicultura; sin embargo su difusión fue muy limitada ya que las
plantas presentaban un aparato vegetativo y productivo que desbordaba su arquitectura, espe-
cialmente en San Juan, con una oferta energética alta. Con el objetivo de adaptarlo a estas
condiciones se aumenta su altura y se hace uso de sostenes, dando nacimiento, probablemen-
te del denominado “Parral sanjuanino”. Este sistema se caracteriza por ser de desarrollo hori-
zontal, con una altura no muy elevada y con una densidad elevada, que conserva el típico ca-
nasto del Vaso. La mecanización de las labranzas y labores culturales, introducción del tractor,
produjo la derivación en el denominado Parral cuyano, con una altura mayor y una densidad
menor.
El parral cuyano comenzó a usarse en forma masiva en la década del 50, pero tuvo au-
ge a finales de los 60 y durante la década del 70, llegando a desplazar a los espalderos. Esto
coincide con una época denominada de la “masificación” de la vitivinicultura, en donde el con-
sumo y el precio del vino eran muy altos. A fines de los 70 la superficie supera las 350 mil
hectáreas y el consumo per cápita alcanza los 93 litros. Además se produjo un cambio en la
composición varietal, con una tendencia hacia variedades productivas: Criollas, Torrontés, Ugni
blanc, Tempranilla, Bonarda. Este modelo que se optimiza en la región noreste de la provincia
se traslada incluso a la región pedemontana con resultados previsibles. Esta zona no puede
competir en rendimientos y produce una caída importante en la superficie cultivada, especial-
mente de variedades menos productivas, tal es el caso del Malbec, que sufre una importante
disminución.
Es a partir de fines de la década del 80, cuando se origina una crisis estructural de la
actividad, con una disminución marcada en el consumo de vinos corrientes y un aumento rela-
tivo de los vinos finos, que se produce una profunda reestructuración de la actividad. Aumenta
la implantación de variedades finas con una tendencia, en principio, hacia el uso de espalderos
altos de cuatro alambres fijos. Esta modalidad comenzó en algunas empresas de punta con-
formando un paquete tecnológico que incluye el uso de riego por goteo, clones seleccionados,
empleo de tela antigranizo y una alta mecanización. Esta tendencia se ve reforzada por la in-
troducción de sostenes a partir de maderas blandas preservadas a partir de sales pesadas,
como el eucalipto tratado con CCA, con un costo menor que las tradicionales maderas duras,
en especial el algarrobo. Por otra parte este sistema de conducción sufre una importante evo-
lución, con un creciente empleo de alambres móviles y un diseño que apunta a la creciente
mecanización.

Sistemas de Conducción 5 José Rodríguez


Podemos observar el predominio hasta la década del 60 del espaldero bajo y su poste-
rior reemplazo por el parral cuyano. El espaldero alto comienza a tener protagonismo a finales
de los 70 y desde allí sufre un incremento constante. Debemos tener en cuenta la disminución
de la superficie total cultivada de casi 150 mil hectáreas, que evidentemente se produce a cos-
ta de los viñedos conducidos en espalderos bajos, solamente de Malbec se erradicaron cerca
de 40 mil hectáreas. (Gráfico 1)

Gráfico 1. Evolución de la superficie vitícola según sistemas de conducción en el país

180000
160000
140000
120000
hectáreas

100000 espaldera baja


espaldera alta
80000
parral
60000
otros
40000
20000
0
1956
1968
1977
1989
1995

Gráfico 2. Evolución de la superficie vitícola según sistemas de conducción en Mendoza

160000
140000
120000
hectáreas

100000 espaldera baja


80000 espaldera alta

60000 parral
otros
40000
20000
0
1963 1968
1979
1989
1995

En la provincia de Mendoza la evolución es similar a la del país, pero los cambios son
más marcados, se observa la notable disminución del espaldero bajo, más de 100 mil hectáre-
as y el incremento del espaldero alto en los últimos años. (Gráfico 2)
En la actualidad en el país predomina el parral, existe todavía una alta proporción de viñedos
conducidos en espaldero bajo y una creciente cantidad en espalderos altos. (Gráfico 3).

Sistemas de Conducción 6 José Rodríguez


otros
espaldero
bajo
vaso
23%

espaldero alto
parral 11%
66%

Gráfico 3. Distribución de los sistemas de conducción en el país. Año 1995.

La distribución de los viñedos según sistemas de conducción en las principales provincias pro-
ductoras no es homogénea. Hay un notable predominio del parral en San Juan y La Rioja,
mientras que en Mendoza la mitad es parral y el resto espalderos. En Río Negro predominan
los espalderos, sobre todo el alto. Los otros sistemas de conducción (cabeza, vaso) no son
representativos en ninguna provincia, excepto en el Alto Valle. También debemos notar la im-
portancia del sistema Majuelo riojano en dicha provincia, que contribuye en gran parte al 10%
de otros sistemas de conducción (Gráfico 4).

Mendoza San Juan


espaldera
espaldera baja
baja
2%
31%

parral
56%
espaldera
alta parral
13% 98%

Río Negro
La Rioja
espaldera
vaso espaldera
otros baja espaldera parral 1% baja
10% 1% alta 28% 32%
1%

espaldera
parral
alta
88%
39%

Gráfico 4. Distribución de viñedos según sistemas de conducción. Año 1995

Finalmente en la provincia de Mendoza la distribución de los sistemas de conducción en las


distintas zonas se observa en el Gráfico 5. Podemos distinguir en la Primera Zona, región típica
del Malbec y de cepajes finos, un predominio en la actualidad del parral, aunque con una alta
proporción del espaldero bajo. En el noreste y el Valle de Uco predomina netamente el parral,
aunque por razones diferentes, en la primera por el potencial productivo y en la segunda por
Sistemas de Conducción 7 José Rodríguez
motivo de la incidencia de las heladas tardías. En cambio en la región del Atuel (San Rafael y
General Alvear) existe un predominio del espaldero bajo, que habla de una viticultura más tra-
dicionalista.

primera zona noreste

vaso espaldero
vaso bajo
espaldero
27%
bajo
33%

parral parral espaldero


57% 62% alto
espaldero
11%
alto
10%

valle de uco atuel

espaldero espaldero
vaso vaso
bajo bajo
23% parral 45%
33%

parral espaldero
62% alto
15% espaldero alto
22%

Gráfico 5. Distribución de los viñedos según sistemas de conducción en la Provincia de Mendo-


za. Año 1995.

Sistemas de Conducción 8 José Rodríguez


3. DEFINICIÓN
El término “Sistema de Conducción” es la adaptación a la viticultura de habla hispana del
término “Système de conduite” adoptado por el GESCO (Grupo de Expertos en Sistemas de
Conducción de la OIV) y utilizado en la viticultura de habla francesa, que se corresponde con el
denominado “Canopy management” empleado por anglosajones y con el llamado “Sistemi di
allevamento” de la viticultura italiana.
La conducción se define corno la forma o disposición que se da a las diferentes partes
de la planta de acuerdo a diversos tipos de estructuras de sostén que condicionan la altura del
tronco, la dirección de los brazos, los elementos de poda y la exposición del follaje a la luz so-
lar.
Carbonneau comenta que el término “Sistema de conducción” representa una síntesis
de dos grupos de operaciones vitícolas:

 Las que constituyen el modo de conducción: altura del tronco, tipo de poda, riqueza de po-
da, ubicación de los sarmientos, forma de la canopia, las operaciones en verde, que es co-
rrectora del equilibrio entre la parte vegetativa y productiva, despunte, deshoje, raleo.
 La densidad y disposición de las plantas en su establecimiento, así como la orientación del
viñedo.

Otros autores definen al Sistema de Conducción como “el conjunto de técnicas elegidas
para el establecimiento del viñedo y el control de su desarrollo”.
Existen criterios técnicos y económicos en la decisión del sistema de conducción a utili-
zar. Como la variedad, suelo, localización, densidad, orientación del viñedo; modo de conduc-
ción, es decir arquitectura de la planta; altura de la canopia, vigor, labores culturales, labranzas,
riego y control fitosanitario. Otros aspectos implican modificaciones de la canopia durante el
ciclo vegetativo, ubicación de brotes, desbrotes, despuntes, deshojes, etc.
Es importante tener en cuenta que estas intervenciones están ligadas entre ellas por
múltiples interacciones. Para cada uno de los parámetros anteriormente considerados, el viti-
cultor debe elegir entre las alternativas utilizables. El conjunto forma una combinación cuyos
efectos agronómicos y económicos son específicos para un medio y un cepaje dado. Entre es-
tos parámetros, algunos son permanentes, por lo tanto son poco modificables, mientras que
otros tienen carácter anual y pueden modificarse con más facilidad.
Los efectos del microclima sobre la fisiología de la planta y la calidad enológica comen-
zaron a develarse por los trabajos de SHAULIS, BALDINI e INTRIERI, BUTTROSE, CARBON-
NEAU, KASIMATIS, LIDER, KLIEWER, KRIEDEMANN, MAY, MULLINS, SMART, SRINIVA-
SAN, WINKLER y otros.
En todos estos estudios se reconoce el rol especial que la iluminación juega en la pro-
ductividad y calidad.
La canopia de vid es el sistema aéreo de la planta, es decir el aparato foliar, brotes, in-
florescencias, zarcillos, frutos, tronco y brazos. Los diferentes sistemas de conducción adoptan
formas particulares de canopia que se pueden sintetizar en:
 Continuas, cuando la vegetación de las plantas se mezcla sin espacios de separación. En
este caso pueden ser verticales, horizontales u oblicuos.
 Libres, respeta el hábito de crecimiento de la planta al no colocar sostenes de follaje.
 Dividida, cuando la canopia está separada en paredes de follaje o cortinas; que pueden
estar en dos planos (ascendentes y/o descendentes) o en un plano.

El manejo de la canopia incluye numerosas prácticas que determinan la posición y can-


tidad de hojas, brotes y frutos en el espacio, para lograr un microclima adecuado que permita
mejorar la producción, la calidad del vino, reducir la incidencia de enfermedades y facilitar la
mecanización.
Las técnicas de manejo de la canopia, según SMART, son: sistema de conducción, po-
da invernal, desbrote, despampanado, posicionado de brotes y deshoje.

Sistemas de Conducción 9 José Rodríguez


Caracterización agronómica del sistema de conducción

Densidad de plantación
Marco de plantación
Disposición de la cepa en el espacio. Altura del tronco
Tipo de poda
Operaciones en verde

Los objetivos fundamentales que se persiguen con la conducción son:


 Permitir que cada variedad exprese libremente su potencial vegetativo, productivo y cualita-
tivo.
 Ajustar la poda según la fertilidad de las yemas de la variedad.
 Hacer un eficiente uso de la luz directa o difusa para conseguir una adecuada fertilidad de
las yemas.
 Facilitar las labores del viñedo (paso de maquinaria, riego, poda, tratamientos fitosanitarios,
cosecha).
 Reducir la probabilidad de daños por heladas.
 Optimizar la calidad de la canopia.
 Obtener una producción de óptima calidad.

Factores a considerar en la elección del sistema de conducción

Siendo la vid un cultivo intensivo, con elevado costo de instalación y mantenimiento, es funda-
mental estudiar el sistema de conducción que se va a aplicar de manera de efectuar la explota-
ción en las condiciones más redituables.
Hay que tener en consideración, además de los factores imprevistos que pueden pre-
sentarse, los factores generales que tendremos que adoptar como norma para efectuar una
correcta selección. Estos factores son: variedad, características del suelo en el cual se va a
implantar el viñedo, influencia del clima, aspectos económicos.

Variedad
Para elegir el sistema de conducción el primer factor a tener en cuenta es la variedad emplea-
da según el objetivo de la producción:

 Vinificación, en tal caso se tiene en cuenta el tipo de vino, de mesa, varietal, vino fino de
máxima calidad (top), vino fino de exportación u otros.
 Producción de mostos, en tal caso blancos o tintos.
 Producción de uva en fresco, qué variedad, precocidad.
 Producción de uvas para pasa.

En condiciones semejantes de clima y suelo, hay cepas cuyos brotes anuales alcanzan
gran desarrollo (vigor), en tanto otros cultivares no presentan esta característica. El vigor indica
la mayor o menor altura y expansión requerida en la conducción para lograr una adecuada ex-
posición a la luz. Otra característica a tener en cuenta es el hábito de crecimiento, ya que hay
variedades con hábito de crecimiento erecto, como Malbec o Muscadet, otros en cambio pre-
sentan una vegetación más abierta, caso del Syrah, Cabernet Sauvignon o Sauvignon blanc.
Se debe tener presente que un sistema de conducción no siempre puede ser utilizado para
todas las variedades debido a estas diferencias.

Características del suelo


El vigor de la cepa está ligado directamente con la fertilidad del suelo. En un suelo fértil las
plantas adquieren buen desarrollo, en cambio en un suelo pobre las plantas no adquieren mu-
cho vigor. Por lo tanto los sistemas de gran expansión vegetativa requerirán suelos fértiles, no
así los de pequeña expansión vegetativa.
Sistemas de Conducción 10 José Rodríguez
Influencia del clima
Existen dos tipos de condiciones climáticas para el cultivo de la vid; uno está constituido por
condiciones poco favorables, en latitudes elevadas y con iluminación y temperatura, en cierto
modo limitantes, en este caso el sistema de conducción es mucho más importante, es decisivo
para alcanzar una cierta maduración.
El otro agrupa las regiones donde el ciclo de la vid se desarrolla perfectamente, corres-
ponde a latitudes más bajas y con temperatura e iluminación abundantes. En este caso el sis-
tema de conducción es importante pero no tan decisivo como en la situación anterior.

Aspectos económicos
La estructura del sistema de conducción debe estar diseñado de tal manera que posea las si-
guientes características.
 soportar la carga de la producción anual del viñedo
 menor costo de implantación
 longevidad de la estructura acorde a la vida útil del viñedo
 minimizar los costos operativos
 permitir las labores culturales mecánicas
 facilitar el empleo de riego presurizado y tela antigranizo

Sistemas de Conducción 11 José Rodríguez


4. CLASIFICACIÓN DE LOS SISTEMAS DE CONDUCCIÓN
El sistema de conducción permite al hombre, para una variedad y un medio dado, optimizar los
factores del medio y las respuestas fisiológicas de las plantas para obtener el producto desea-
do. Los parámetros que constituyen el sistema de conducción que se utilizan para este fin son:

 La densidad y la geometría de la plantación


 La orientación de la hilera
 La poda de formación y de fructificación
 La forma de ordenamiento de la vegetación
 Las operaciones en verde

La descripción detallada de los diferentes sistemas de conducción de la vid figuran en


los diferentes tratados de Viticultura WINKLER (1974), RIBEREAU-GAYON (1971), HUGLIN
(1986), GALET (1983), DALMASSO (1975), FREGONI (1998), REYNIER (1997), FERRARO
OLMOS (1983), WEAVER (1981), COOMBER Y DRY (1992), etc. Para los modelos más re-
cientes los trabajos de CARBONNEAU, GARGNELLO, CLINGELEFFER, CASTERAN, IN-
TRIERI, MAY, SHAULIS, SMART, etc.
Hubieron y existen variados sistemas de conducción en el mundo, algunos ya dejados
de usar por su impracticidad, mientras otros se usan cada vez menos por los altos costos ope-
rativos. Por otra parte, estudios ecofisiológicos han permitido el diseño de nuevos sistemas que
buscan optimizar los factores agroecológicos de los mismos. También ha tenido una influencia
capital, la creciente mecanización en la elección del sistema en las nuevas implantaciones. A
partir de esta variedad y confusión de sistemas, es útil una clasificación y efectuar un agrupa-
miento de los principales tipos.
El primer criterio de clasificación se refiere a la presencia o ausencia de estructuras de
sostenes, con mayor o menor grado de complejidad. En tal sentido, los sistemas denominados
“libres” llevan los primeros años tutores para la formación de las plantas, hasta que las mismas
forman un fuste que le permite su propio sostén.
En el grupo de sistemas libres, hemos colocado al sistema en cabeza y en vaso. Dentro
del cual se lo ha dividido en función del tamaño de la planta (bajo y alto); no obstante se debe
aclarar que esta clasificación no tiene en cuenta la cantidad y diversidad de sistemas muy di-
fundidos en el mundo, sobre todo en Europa (Gobelet meridional, Chablis, Semur, Médoc, etc.).
El segundo criterio de clasificación es el ordenamiento de la vegetación (canopia). Los
sistemas más difundidos en nuestro país son de canopia simple, espalderos (desarrollo verti-
cal) y parral (desarrollo horizontal). Los denominados espalderos se han clasificado en función
del volumen vegetativo (pequeño, mediano y grande) y coexisten en ellos diferentes tipos de
poda: corta, mixta y larga. Lo mismo sucede en los de desarrollo horizontal o parrales.
Los sistemas de canopia dividida son aquellos que poseen un ordenamiento vegetativo
que permite distinguir más de un módulo de vegetación. Éstos pueden estar en un mismo plano
(Scott Henry) o en dos planos; en tal caso la vegetación puede ubicarse ascendente (Lira),
descendente (GDC) o mixta (RT2T).
Finalmente los sistemas de canopia libre son aquellos que poseen estructura de empali-
zamiento, pero la vegetación, incluyendo la madera de poda no se ordena en el espacio, sino
en forma natural.
Esta clasificación no es exhaustiva y solamente pretende dar los lineamientos básicos
para un ordenamiento de los principales sistemas que se han utilizado o se pueden utilizar en
nuestro país.

SISTEMAS LIBRES
Son sistemas que no cuentan con una estructura permanente de conducción. En general son
de pequeña expansión vegetativa, con una densidad elevada de plantación.

Sistemas de Conducción 12 José Rodríguez


Sistema en Cabeza

Se lo conoce en Francia como Tête de saule; en España


como "a la mimbrera" o "a la ciega"; en Italia, Capitoza o
Testa de salice.
Es el más reducido de los sistemas que se utilizan en la viti-
cultura. Se emplea en algunas zonas de Italia, España,
Francia, Rumania, Rusia y otros países para el cultivo de
variedades de Vitis vinifera y también para plantas madres
de portainjertos americanos. Para este último fin es ideal, ya
que produce abundante cantidad de madera con rendimien-
tos elevados. En el caso de variedades viníferas para poder
usar este sistema deben tener yemas casqueras y el bouri-
llon fértiles, ya que éstas son las únicas yemas que se dejan
con la poda.
Este sistema debe utilizarse para zonas cuyo potencial vitícola sea muy bajo; es decir
para terrenos muy magros o con climas muy rigurosos (bajo producto heliotérmico), como cier-
tas zonas de Rusia, donde se lo usa porque facilita poder enterrar la planta durante el invierno
para protegerla de los fríos intensos. También en algunas zonas de España, con suelos muy
pobres y con cultivo en secano.
La planta se forma con un pequeño tronco de 20 a 30 cm. La parte superior se va abul-
tando paulatinamente tomando la forma de una cabeza. La poda consiste en rebajar todos los
sarmientos a la altura de las yemas casquera y/o el bourillon. Cuando se cultiva para produc-
ción de madera de portainjertos se realiza un raleo de brotes para obtener mejor calidad de la
misma.

Sistema en Vaso

Desde el punto de vista vitícola es el más difundido en el mundo, tanto la forma típica como sus
modificaciones. Posee un gran número de sinónimos: Go-
belet, Alberello, arbolito, "en copa", "en redondo", etc. Tie-
ne amplia difusión en Francia, España, sur de Italia, Ru-
mania, Alemania, Rusia, etc.
Es un sistema de poda corta, pitones de 1 ó 2 ye-
mas. Por lo tanto también se adapta a variedades con ye-
mas basales fértiles. Se lo usa para variedades finas de
vinificar, como búsqueda de la calidad a través de los ba-
jos rendimientos por las condiciones ecológicas de la loca-
lización del viñedo. Un ejemplo típico está dado por el cul-
tivo de la variedad Pinot noir en Francia para la obtención
del Champagne. En esta región el clima es muy riguroso,
los rendimientos no superan los 25 hectolitros por hectá-
rea. Se introdujo en la Argentina, pero no se adaptó, ya
que la baja producción estuvo acompañado con poca calidad de la uva. Se cree que el sistema
se fue modificando hasta lo que se conoce como parral sanjuanino.
En este sistema la planta adquiere un tronco de altura variable, desde pocos centíme-
tros hasta 60 - 80 cm como máximo. Este tronco se divide en un número variable de brazos (1
a 6), en forma radial; cada uno de estos brazos puede llevar 1 ó 2 pitones. Cuando se cultiva
en colinas se desarrolla en forma muy reducida con un tronco de 30 cm con 2 ó 3 brazos que
portan 1 ó 2 pitones (Vaso bajo). En cambio en cultivos de llanura con suelos más fértiles la
altura del tronco puede alcanzar los 80 cm y el número de brazos hasta seis, con pitones de 2
yemas (Vaso alto).
La poda de fructificación es muy sencilla y consiste en podar a pitón el sarmiento más bajo na-
cido del pitón anterior. Se debe tratar que la disposición de los pitones sea radial y a la misma
altura; se evita así que la planta se vaya alargando.
Sistemas de Conducción 13 José Rodríguez
Este es el esquema de un vaso típico, pero existen numerosas modificaciones en dife-
rentes regiones del mundo para adaptarlo a sus condiciones ecológicas. Ejemplo de ellos son
el Paletto, Archetto, Rastra, Abanico, Chablis, Seumur, etc.

SISTEMAS CON APOYO


Son los sistemas que emplean diferentes estructuras, desde muy sencillas hasta muy sofistica-
dos. Vamos a describir aquí solamente aquellos que se usan o se han usado en nuestro país,
también algunos que puedan ser utilizados en el futuro.

Sistema Royat

Es un sistema de canopia simple, desarrollo vertical,


pequeña expresión vegetativa (en su origen), de poda
corta (pitones). Es de origen francés. En Italia se lo
llama Cordone Speronato.
Consiste en un cordón unilateral de longitud
variable provisto de pequeños brazos portadores de
los pitones. El sistema apoya sobre una estructura de
sostenes y alambres (espaldero).

Sistemas Guyot

Constituye un conjunto de sistemas de conducción basados en ser de canopia simple, desarro-


llo vertical, apoyados sobre un espaldero; se dejan en la poda de fructificación de 1 hasta 6
elementos Guyot (pitón y cargador). En nuestro país se asocian a la denominación de viña baja
y viña alta, que hace referencia a la altura del espaldero, pero que no constituye un sistema de
conducción. La viña baja o espaldero bajo suele presentar una altura total de 1,5 m; tiene tres
alambres, generalmente no posee estacón, los claros son de 7,2 m y tienen en los cabeceros
un claro más corto. Sobre esta estructura se encuentran viñedos con diferentes sistemas: Gu-
yot simple, Guyot doble y Guyot triple (mendocino).
La viña alta o espaldera alto, con una altura de 1,8 m, suele tener cuatro alambres, lle-
van estacones y la distancia entre los postes intermedios suele ser de 7,5 a 8 m. Los sistemas
que se cultivan son: Guyot triple, Guyot cuádruple, Guyot séxtuple y actualmente el Cordón
bilateral.

El sistema Guyot doble fue introducido por M.A. Pouget, en Mendoza, y fue un mejoramiento
significativo en la vitivinicultura mendocina. La conjunción de este sistema y el cultivar Malbec
constituyó la denominada "viña francesa" que llegó a ocupar más de 50.000 hectáreas en la
provincia y marcó la calidad del vino.

Sistemas de Conducción 14 José Rodríguez


Sistema Guyot doble

Es un sistema de canopia simple, desarrollo vertical, mediana expansión vegetativa que apoya
sobre una estructura de espaldera. La planta se forma sobre un tronco de altura variable (30 a
70 cm). Sobre él se continúan los brazos primarios, que llevan el elemento Guyot: pitón (de
renuevo, más bajo) y cargador (elemento de producción). Los cargadores se atan al primer
alambre, normalmente en forma curvada (modificación Bordelés); otras veces suelen enrollarse
en el alambre.

La estructura denominada espaldera, está compuesta de hileras de estructura individual. Se


integra de postes y alambres. Entre los primeros se usan: estacones, cabeceros e intermedios.
Los alambres utilizados son: riendas, de estructura, de conducción y sostén del follaje, que
pueden ser fijos o móviles.
La poda de formación se realiza dejando dos o tres yemas en el barbado en el momento
de plantarlo; en la primavera, se elige el brote más vigoroso y se lo verticaliza, los restantes se
despuntas cuando tienen unos 30 cm. En el primer invierno, se corta el sarmiento por debajo
del primer alambre, donde se ata bien estirado; se desyema 20 a 30 cm por debajo del alam-
bre, se dejan 3 a 4 yemas y se eliminan las restantes hasta la base (también se puede reem-
plazar el desyeme con desbrote en la primavera siguiente). En la primavera siguiente se eligen
los sarmientos más vigorosos y se guían por los alambres los restantes se despuntan. En el
invierno, estos sarmientos se ubican con un ángulo de 45º a la vertical y se cortan a la altura
del primer alambre; se dejan 2 ó 3 yemas en la base y el resto se eliminan. En el próximo in-
vierno se realiza la poda de fructificación, es decir, se poda a pitón el sarmiento inferior y a car-
gador el superior, en ambos brazos.
La poda de fructificación anual consiste en la eliminación del cargador del año anterior.
De los brotes del pitón se rebaja él más bajo como pitón y se deja un nuevo cargador a partir
del brote apical. Sobre esta poda normal se presentan diversos casos. Si en la poda anterior no
se dejó pitón, se deben dejar tanto el pitón como el cargador a partir del cargador del año pa-
sado o aprovechar algún chupón para rebajarlo a pitón. Si los brazos de la planta sobrepasan
el primer alambre se debe hacer una poda de rebaje a partir de un chupón (media caña).

Cordón bilateral

Es un sistema de mediana expresión vegetativa que apoya sobre una espaldera. La planta po-
see un tronco que bifurca en dos brazos por debajo del primer alambre. Los brazos son cordo-
nes permanentes y tienen pequeños brazos secundarios cada 10 a 20 cm que se podan
anualmente a pitón de 2 a 3 yemas.
Es el sistema que en la actualidad se prefiere para la producción de uvas de vinificar, sobre
todo para variedades finas. Las ventajas que presenta es la facilidad de formación, disminuye
los costos de poda y atadura; presenta una maduración uniforme de la uva; permite mecanizar
la poda y cosecha.

Sistemas de Conducción 15 José Rodríguez


La poda de formación, luego de la im-
plantación del barbado, consiste en reba-
jar el mismo a dos yemas. Luego de la
brotación y el crecimiento de los pámpa-
nos, se rebaja uno de ellos a 20 cm, el
otro (más vigoroso) se conduce con una
caña o hilo plástico en forma vertical. Los
pasos posteriores de la formación de-
penden del vigor del viñedo.
En caso de vigor débil, cuando el
sarmiento no alcanza el primer alambre o
queda con entrenudos pequeños, en el invierno conviene rebajar el mismo a dos yemas y co-
menzar de nuevo la formación.
En caso de vigor medio, cuando el sarmiento supera el primer alambre con un diámetro
superior a 10 mm y posee entrenudos medianos a largos; en el invierno se rebaja entre el pri-
mer y segundo alambre, se ata el extremo al segundo alambre estirando para que el tronco se
forme derecho; se desyema el espacio entre el primer y segundo alambre. En la primavera si-
guiente se eligen los tres brotes apicales y los coloco en forma vertical para estimular el creci-
miento; el resto de los brotes se despuntan cuando tienen 15 cm. En el invierno siguiente se
eligen dos de los sarmientos, por su ubicación y el ángulo del arqueado, se recuestan sobre el
primer alambre y se rebajan a un diámetro de 10 mm, se deben atar cada 30 cm aproximada-
mente, no conviene enrollarlo sobre el alambre ya que el crecimiento posterior en diámetro in-
crusta el alambre en su interior. Posteriormente en la primavera se realiza un raleo de brotes,
dejando aquellos que van a constituir los brazos portadores de pitones, que deben estar sepa-
rados por 12 a 18 cm; se eliminan preferentemente los brotes que nacen de yemas ubicadas
hacia abajo; el último brote se estimula a crecer para poder continuar el futuro cordón. Final-
mente en el siguiente invierno se comienza con la poda de fructificación rebajando los brotes a
pitones de dos yemas.
Por último en plantas vigorosas, en la misma estación de la implantación, se procede a
rebajar el pámpano cuando éste supera al segundo alambre; la altura de rebaje está entre el
primer y segundo alambre. Se estimula el crecimiento de las dos feminelas mejor ubicadas,
verticalizándolas y suprimiendo al resto de feminelas y/o yemas latentes que pudieran brotar.
En el invierno se horizontalizan y se rebajan a un diámetro de 10 mm. En la primavera siguien-
te se ralean los brotes para formar los brazos secundarios, eliminando los inferiores y los muy
próximos; se estimula el crecimiento del último brote para poder continuar el cordón, si fuera
necesario. En el invierno se procede a la poda de fructificación, rebajando a pitones todos los
brazos dejados y prolongando el cordón hasta tocar la planta vecina.

Sistema Sylvoz

Es un sistema originario de la región francesa de Savoia. Este es muy usado en el norte de


Italia. Es aconsejable la utilización de este sistema para aquellas zonas propensas a ser afec-
tadas por heladas, debido a la altura a la que se conduce la planta. Consiste en un cordón uni-
lateral que se conduce sobre el segundo alambre, provisto de unos 5 - 7 cargadores que se
atan curvados hacia el primer alambre. El tipo de poda es exclusivamente larga (se debe tener
presente que por lo general se dejan pitones). Los sostenes son verticales y provistos de 3
alambres.
En cuanto a la poda de fructificación que se realiza, como este sistema no lleva pitones para
renovar la poda, se selecciona como cargador de ese año el sarmiento más bajo del cargador
del año anterior.

Sistemas de Conducción 16 José Rodríguez


Una modificación introducida por Smart consiste en no atar a los cargadores, y luego
durante el verano dividir la canopia, al conducir parte de los brotes hacia abajo con alambres
móviles.

Sistema parral sanjuanino

Típico de nuestra zona vitícola. La altura aproximadamente es de 1,60-1,80 m, y la distancia


entre plantas de hasta 2m. Estas medidas utilizadas, con variedades muy vigorosas, traían co-
mo consecuencia canopias muy densas con problemas de enfermedades criptogámicas. Sobre
todo no permite el uso de maquinarias para su cultivo, por ello prácticamente ha desaparecido.

Sistema parral cuyano

Surge como alternativa para mejorar las dificultadas del parral sanjuanino. El parral cuyano
tiene las siguientes medidas de 2,50 x 2,50 m y una altura de 2,10 a 2,20 m, lo cual representa
la ventaja de tener una mejor aireación e iluminación de los racimos. El plano de carga es hori-
zontal y los sostenes están colocados a una misma distancia, el caso típico es de 2,50 x 2,50
m.

Los sostenes están formados por:


postes perimetrales, postes esquineros, muertos o estacones y trabas o varillones (éstos coin-
ciden con las plantas).
alambres maestros (pasan por las trabas, unen dos postes perimetrales opuestos), alambres
secundarios (aproximadamente a 50 cm del maestro, se atan al alambre perimetral), alambres
terciarios (que complementan el plano de sostén); y la rienda.
Al pie de cada traba se hace un hoyo de unos 30 x 30 x 40 cm para la plantación del
barbado, éste debe estar provisto de una buena cabellera radical, la cual se procede a podar,
eliminando las partes desgarradas durante la extracción. Al hoyo se puede agregar un abono y
fertilizante de fondo que aporte fósforo. El barbado se coloca en forma inclinada quedando la
parte superior en contacto con la traba, luego se procede a tapar con tierra bien mullida y se
compacta.
Se deben efectuar los riegos lo más seguido posible en esta primera etapa, se puede
complementar con la aplicación de abono nitrogenado.

Poda de plantación: se efectúa inmediatamente de hecha la plantación. Consiste en elegir el


sarmiento más vigoroso y rebajarlo a dos yemas.

Poda de formación: durante el primer verano brotarán esas dos yemas. Cuando tienen unos
30 cm ya se puede elegir el brote mejor desarrollado que formará el tallo de la planta, y el otro
de menor desarrollo se procede a despuntarlo. Este sarmiento elegido como tallo a medida que

Sistemas de Conducción 17 José Rodríguez


crece se va atando al tutor cada 20 cm, las feminelas que van apareciendo se deben despun-
tar. Si se han dado los cuidados correspondientes, este pámpano tiene que sobrepasar los 2 m
de altura.

En el primer invierno se procede a la poda, rebajando el sarmiento elegido como tallo unos 10
cm por debajo del alambre maestro. Se deben además eliminar todas la feminelas despunta-
das. Entonces se ata el extremo de este sarmiento con un alambre fino nº 17 al alambre maes-
tro, para lograr de esta manera un tronco bien recto.
Si la planta no llegara arriba del alambre, se debe rebajar a dos yemas (en este caso se
atrasa un año la producción).
En el segundo verano, brotarán todas las yemas del sarmiento. Dejamos intacto los dos
o tres brotes superiores y al resto los despuntamos (también de estos brotes saldrán feminelas
que debemos despuntar). Este procedimiento insume mucha mano de obra. La opción sería
directamente desbrotar.
En el segundo invierno, de los tres sarmientos dejados, elegimos los dos mejores en
cuanto a vigor y posicionamiento, estos van a constituir los brazos primarios de la planta, y al
otro lo eliminamos. También procedemos a eliminar los sarmientos despuntados.

Sistemas de Conducción 18 José Rodríguez


Estos brazos primarios se deben rebajar a una altura tal que permita atarlos al alambre maestro
y en forma opuesta.
En el tercer verano, elegimos tres brotes cercanos a la base del sarmiento dejado como
brazo, y al resto de los brotes los despuntamos o los eliminamos.
En el tercer invierno, en cada uno de los brazos se eligen los dos sarmientos mejor ubi-
cados y más vigorosos, que se rebaja a una altura que permita su atadura en forma radial en
los alambres maestros. Estos constituyen los brazos secundarios de la planta.
En el cuarto verano, dejamos tres o cuatro brotes en la parte basal del sarmiento y el
resto se desbrota.
Poda de fructificación: de los tres o cuatro sarmientos de cada brazo secundario se elige el
más bajo como pitón y el que sigue como cargador, el resto se elimina.
El caso explicado corresponde a una planta formada con dos brazos primarios y cuatro
secundarios (con cuatro cargadores y cuatro pitones).
A veces el vigor de la planta exige un aumento en el número total de yemas, en ese
caso se aumenta el número de brazos.

Sistemas de Conducción 19 José Rodríguez


Sistema Cuadrilateral

Es una modificación del parral cuyano que trata


de mejorar la iluminación y la aireación de los
racimos. Consiste en abrir dos brazos secunda-
rios que se distribuyen en cuatro cordones per-
manentes sobre los alambres secundarios. La
poda es a pitones sobre estos cordones. Los
pámpanos se conducen hacia el exterior, dejan-
do una franja libre de vegetación.

Sistema parral español

El parral español es típico de la región de


Almería, allí se cultiva una variedad de me-
sa llamada Ohanez o Almería, que es muy
productiva y vigorosa. Tiene una distancia
de plantación de 5 x 5 m, y una altura de 2 a
2,20m. La colocación de las plantas es en el
centro de los cuadriláteros formados por los
sostenes. Es un sistema donde la planta se
forma netamente sobre el plano horizontal,
no como el parral sanjuanino o cuyano que
forma los brazos antes de llegar al alambre
(canasta).

Parral de uvas de mesa

Posee una estructura de parral con marco de


plantación de 3 m x 3 m a 4 m x 4 m. La planta
posee cuatro brazos secundarios, que son cordo-
nes permanentes en cruz sobre los alambres ma-
estros. Sobre estos cordones se dejan alternati-
vamente para cada lado dos o tres elementos
Guyot o cordones pitoneados. Esto permite una
poda muy rica que se complementa con raleo de
inflorescencias o racimos para el ajuste de la car-
ga.

Sistemas de Conducción 20 José Rodríguez


Sistema majuelo riojano

Típico de la región norte de nuestro país, es un sistema colonial de La Rioja. Los antiguos viti-
cultores cavaban zanjas de unos 100-200 m de largo por unos 2 m de ancho y 1 m de profun-
didad donde acumulaban el agua de lluvia, las zanjas estaban a unos 6 m unas de otras. A lo
largo de esas zanjas y a ambos costados se colocan las plantas a 1,50 m. Los sostenes eran
palos de algarrobo terminados en horqueta que van al costado y a lo largo de la zanja. No se
utilizan alambres. La planta se formaba ramificando el tronco en 2 ó 3 cordones con pitones. La
altura del sistema es de 1,50 a 1,70 m.
Una vez que se obtuvo el agua en forma más continuada, la zanja se reemplazó por
surcos.
Cimalco propuso un sistema parecido para ahorrar sostenes, el tipo de poda está for-
mado por cargadores enteros que se envuelven al alambre, y para madera de reemplazo se
deja cerca del tronco de la planta un pitón largo de 3 ó 4 yemas.

Sistema Scott Henry

Originario de Estados Unidos, es un sistema de canopia dividida en un solo plano. El sistema


posee dos alambres de conducción separados por 15 a 20 cm., el primer alambre se encuentra
al metro de altura. Por encima del último alambre existe un par de alambres móviles; y por de-
bajo del primero un alambre móvil. La planta posee un tronco similar a un Guyot, por debajo del
primer alambre, con dos brazos secundarios que posee cuatro cargadores que se ubican en los
alambres de conducción. Los cargadores superiores brotan y se conducen los pámpanos hacia
arriba; mientras que los brotes de los cargadores inferiores se conducen hacia abajo con el
alambre móvil.
Una modificación común consiste en utilizar dos rangos de plantas y cordones pitonea-
dos en lugar de cargadores.

Sistemas de Conducción 21 José Rodríguez


Sistema Smart Dyson

Es también una modificación del Scott Henry. Es prácticamente igual a un cordón bilateral alto,
pero con brazos secundarios en la parte superior del cordón y también en la parte inferior del
mismo. Se divide la canopia en forma similar al sistema Scott Henry.

Sistema GDC (Geneva Doble Cortina)

Fue desarrollado por Shaulis en el estado de Nueva York. Es un sistema de canopia dividida
con vegetación descendente. Posee una altura de 1,8 m. La planta adopta una forma de
cordón cuadrilateral con pitones hacia abajo. La vegetación se ubica en forma descendente
mediante alambres móviles. Es el sistema que más expone la fruta a la luz solar, a veces en
forma directa. Además es sumamente desvigorizante.

Sistemas de Conducción 22 José Rodríguez


Sistema Lira

Fue ideado por A. Carbonneau, en Francia. Es un sistema de canopia dividida en dos planos
de vegetación ascendente. El sistema posee una estructura de un doble espaldero en V con
postes inclinados. Sobre cada pared de la V lleva un alambre de conducción y dos pares de
alambres móviles. La planta se abre en dos brazos secundarios que son cordones permanen-
tes en forma de S (existen modificaciones a esta formación). La poda es de tipo corta, rebajan-
do al brote inferior a pitón de dos yemas. La vegetación se conduce en forma ascendente. Es
muy eficiente fotosintéticamente. Su principal desventaja es el impedimento de la cosecha
mecánica.

Sistema Casarsa

Es un sistema cuya estructura es un espaldero alto que posee un alambre de conducción a los
1,8 m. y un alambre de follaje 40 cm. por encima de dicho alambre. La planta se conduce con
un cordón unilateral, sobre el cual se dejan brazos secundarios que se podan a cargadores
libres. Tiene una modificación hecha en la Argentina por Vega, en ésta se quita el alambre del
follaje y la poda se transforma en mixta.

Sistema de Poda mínima

El concepto de poda mínima fue desarrollado por el CSIRO en Merbein, Victoria siguiendo lar-
gas observaciones son plantas no podadas, particularmente de Sultanina (Clingeleffer 1983). El
CSIRO ha patentado el término “Poda Mínima de Plantas Conducidas en Cordón” (MPCT) para

Sistemas de Conducción 23 José Rodríguez


sistemas de manejo de producción de vinos. Las plantas sometidas a poda mínima son plantas
que han sido recortadas en forma de una falda por debajo del cordón para facilitar las opera-
ciones culturales, como pulverizaciones, o para lograr algún grado de control de la carga. El
recorte puede ser hecho en invierno cuando las plantas están en reposo y/o en verano. Las
plantas con “poda mínima” se conducen en un sistema vertical de un simple alambre o doble.
Los sarmientos que crecen hacia abajo pueden ser cortados pero a menudo se envuelven en
los cordones permanentes para evitar la poda y maximizar el número de brotes; el crecimiento
superior no se poda. Durante sucesivos ciclos vegetativos, tanto los cordones como los sar-
mientos no removidos forman una gran estructura permanente.
El éxito de la poda mínima reposa en
la capacidad de la vid de la autorregu-
lación cuando se deja de podar o se
reduce significativamente. Los brotes
son más cortos que los normales con
pocos nudos y de entrenudos cortos.
Se reduce el número de nudos por
sarmiento por abscisión de la yema
terminal que queda sin madurar y lig-
nificar durante el otoño (Possingham
et al 1990). La superficie foliar es ma-
yor en la primera parte del ciclo (casi
el doble que el área foliar de plantas
podadas manualmente en el primer
mes después de la brotación). Las
plantas tienen más brotes y racimos por planta, y racimos y bayas más pequeños; por ello es
necesario la cosecha mecánica. La poda mínima presenta ventajas sobre la poda mecánica
“hedging” ya que permite la creación de una arquitectura estable de la planta que requiere pe-
queños ajustes en los años sucesivos. Con el tiempo, el “hedging” tiende a incrementar la den-
sidad de la madera vieja con el resultado de un excesivo sombreo y congestión.
Las plantas tienen una producción mayor que las podadas en forma tradicional en mu-
chos casos, pero existen diferencias según la variedad y región. En climas templados ha sido
exitoso en variedades como la Sultanina que tiene baja fertilidad de yemas basales. En forma
similar, en regiones frías para el Sauvignon Blanc. Variedades fructíferas tales como el Ries-
ling, Shiraz y Chardonnay pueden requerir un monitoreo de los niveles de carga, particularmen-
te en climas fríos, para asegurar una maduración adecuada, especialmente en los primeros
años después de la conversión. Los niveles de carga pueden ajustarse con recortes en invierno
y/o verano o por raleos en enero con una cosechadora mecánica para adecuar la relación
hoja:fruto (Clingeleffer 1988, Possingham et al. 1990). En climas más cálidos, el control por
raleo es raramente requerido.
En regiones de elevado vigor donde las condiciones ambientales no inducen la deten-
ción del crecimiento durante el envero, un crecimiento descontrolado conducirá a asociar una
canopia tupida con problemas de sombreado. Esto se ha producido en Nueva Zelanda, con
problemas de maduración despareja e inaceptables niveles de maduración (Smart y Robinson
1991). Por otra parte las plantas pueden ser más susceptibles a diferentes estrés ambiental
como consecuencia de su mayor carga y/o área foliar. Se requiere irrigación adicional, particu-
larmente para ciertas variedades que se implantan a pie franco, como Shiraz (Possingham et
al. 1990).
Es una técnica exitosa en regiones cálidas e irrigadas, como el extremo sur de Australia.
Está siendo ensayada en muchas regiones.

Sistemas de Conducción 24 José Rodríguez


5. SOSTENES

El sistema de conducción está constituido por las plantas y la estructura de sostén.


En este capítulo nos vamos a ocupar de la estructura de sostén, que es aquella encar-
gada de permitir el apoyo de la vegetación y fructificación de un viñedo.
A veces se suele utilizar erróneamente la denominación de sistema de conducción a la
estructura de sostén, como por ejemplo espaldero bajo, parral etc.
El sistema de apoyo o sostén está constituido por postes, de materiales diversos, ancla-
jes y alambres, formando entre ambos el plano de carga o apoyo.
Las formas más comunes son: las verticales o espalderos y los horizontales o parrales,
aunque también, en mucho menor proporción, algunas estructuras adaptan la de plano inclina-
do.
No cualquier elemento puede utilizarse eficientemente para construir viñedos ya que
existen una serie de fuerzas o agentes que actúan sobre los mismos, afectándolos directamen-
te. Será necesario definir entonces los requisitos que deben tener estos elementos para ser
empleados en estructuras de sostén, teniendo presente que esta debe acompañar a las plantas
durante prácticamente toda su vida útil.

Postes

Son piezas de la estructura de diferentes naturaleza, grosor y longitud, que van enterra-
dos a profundidades variables y que sirven de apoyo a los alambres para constituir el plano de
carga. Los requisitos que deben cumplir son:

Resistencia al deterioro o durabilidad . Estos elementos al estar enterrados están su-


jetos a la acción de diversos agentes que los deteriora:

- Químicos: contacto con sales etc.


- Físicos: temperatura, humedad.
- Biológicos: insectos, hongos u otros microorganismos del suelo.
- Mecánicos: golpes o roces con los implementos del laboreo u otro elemento
extraño.

Resistencia a las tensiones y flexibilidad. Los postes están sometidos a fuerzas ex-
tremas fundamentalmente el peso de la vegetación y frutos, potenciado por otras
que actúan combinadas como el viento y golpes de maquinaria. Del elemento a usar
va a interesar su grosor, distancia entre los mismos, profundidad de colocación, sis-
tema de anclaje y su vinculación con los alambres, características todas a tener en
cuenta para lograr una buena estabilidad del sistema.

Todas estas fuerzas actuando en forma individual o en conjunto disminuyen la


vida útil de la estructura.
Los elementos que se utilizan han ido evolucionando a través del tiempo y hoy son de
diversos materiales los que se ofrecen en el comercio.

Madera.

Fueron los postes originales y para ello el viticultor aprovechó aquellos que se obtenían de for-
maciones boscosas naturales. En nuestro país las primeras zonas de explotación fueron las
provincias de San Luis y este de Mendoza, luego Santiago del Estero y La Rioja, actualmente
Chaco y Formosa. Las especies utilizadas eran aquellas de crecimiento lento, elevada propor-
ción de duramen y alto contenido tánico, dando como resultado maderas duras y pesadas. Las
más utilizadas podemos agruparlas de la siguiente forma:

Sistemas de Conducción 25 José Rodríguez


Muy pesadas o muy duras, más de 1000 kg/m3. Por ejemplo el Quebracho colorado, el Itín.
Duran entre 30 y 50 años. Son casi inalterables.

Duras o pesadas, de 750 a 1000 kg/m3. Al-


garrobos, Retamo. De 20 a 30 años de dura-
ción. Es importante para la duración la época
de corta, la cual se debe hacer en el reposo
invernal.

Debido a la escasez y gran distancia a reco-


rrer desde los bosques naturales comenzaron
a usarse :

Blandas y livianas, de 250 a 500 kg/m3.


Alamos, Eucaliptus y en mucho menor propor-
ción el pino. La dureza de estas al ser mucho
menor y para que puedan cumplir con la pre-
misa de durabilidad, debe ser tratada con sus-
tancias químicas que puestas en contacto con
la madera actúan como preservantes. De este
grupo la primera en utilizarse fue el álamo,
aprovechando como subproducto de la indus-
tria del aserrado, los despuntes de poco diá-
metro.
El tratamiento preservante utilizado es en ver-
de con sulfato cúprico a concentraciones del 2
al 4% sin presión.
Actualmente se ha desarrollado y difundido
casi en todas las zonas vitícolas del mundo

otro tipo de tratamiento para maderas blandas que el CCA al 30% en seco y bajo presión en

Sistemas de Conducción 26 José Rodríguez


autoclaves especiales. Este complejo CCA está constituido por sales de Cu, Cr y As. En nues-
tra zona su difusión ha sido tal que en los últimos 5 años prácticamente ha desplazado al alga-
rrobo en un 90%.

Cemento

Otro material de uso para la construcción de estructuras son los


postes de cemento en forma de hormigón con áridos. En algu-
nos países industrializados su difusión ha sido mayor que en
nuestro medio, ya que aquí no puede superar las virtudes de los
postes de madera. Todos los postes son de cemento armado, o
sea que en su interior tiene una estructura de hierro. Existen
variables en la fabricación de los mismos:

Estampados. Son los de fabricación más sencilla, práctica-


mente sin mecanización, son los que han alcanzado mayor di-
fusión en el medio.
Vibrados. Es un proceso mecánico complementario al anterior
que aumenta la resistencia del elemento.
Centrifugados. Es un proceso de máxima mecanización que
da una buena calidad de poste, hueco por dentro, por lo tanto
aliviana la estructura.

El inconveniente en general de estos postes es su costo, por la


incorporación de un proceso industrial, la vulnerabilidad de su
resistencia en aquellos terrenos salitrosos, bastante frecuentes
en nuestra zona, el elevado peso individual de cada pieza de 30
a 200 kg. que dificulta y encarece su traslado (Flete) y manipu-
leo en la construcción de la estructura. También presenta el in-
conveniente de la escasa o nula flexibilidad.

Metal

En la actualidad se están comenzando a promocionar y difundir los postes metálicos.


Consistentes en chapas de distintos espesores que mediante estampado mecánico desarrollan
perfiles resistentes a la carga.
Existen dos tipos: de acero galvanizado y de acero inoxidable. Los primeros son los que
han comenzado a difundirse. Además de la resistencia, la flexibilidad y facilidad para
A los alambres usados en viticultura los agrupamos de la siguiente manera:

Sistemas de Conducción 27 José Rodríguez


sostener los alambres, se presentan con grandes ventajas, el escaso peso individual y la gran
facilidad y economía en la colocación en el terreno.

Plástico

Por último y de reciente introducción a nuestro medio, están los postes plásticos de
PVC, que se encuentran en etapa de prueba y desarrollo. Entre las ventajas que se mencionan
está el peso individual escaso, inalterabilidad, flexibilidad etc.

Anclajes

Además de los postes, repartidos en toda la superficie,


existen otros elementos distribuidos en el perímetro del
viñedo que son los que reciben las mayores fuerzas o
tensiones y que se denominan anclajes, estacones o
muertos. Los materiales más difundidos para los mismos
son: maderas duras o muy duras, itín, quebracho, reta-
mo, cemento, piedras o adoquines y actualmente los de
hierro en forma de tubos o hélices. En cuanto a sus ca-
racterísticas de resistencia estas deben ser iguales o
superiores a los postes. Estos elementos al igual que los
postes se vinculan al sistema por medio de alambres.

Sistemas de Conducción 28 José Rodríguez


Alambres

Estos elementos se comenzaron a usar con posterioridad a los postes. Consisten en


hilos de distinto calibre (medida) y materiales que vinculan a todos los elementos, postes y an-
clajes, constituyen el plano de carga que permitirá el apoyo del follaje y frutos de la vid.
Al igual que los otros elementos del sistema, estos deben reunir algunas características
que haga apropiado su uso según las necesidades. Estas características son:

Resistencia al deterioro. Los alambres casi en su totalidad son de hierro, el cual a


la interprete reacciona con el agua dando origen al proceso de oxidación que hace
que la sección se vaya afinando y por ende pierde resistencia. Para solucionar este
problema los alambres usados en viticultura son todos galvanizados o sea recubier-
tos de Zn, elemento inalterable a la intemperie. En casos de presencia de elemen-
tos fuertemente corrosivos como sales en zonas marinas o residuos industriales
cúpricos, se hace necesaria una protección extra como el doble o triple zincado, el
zinc aluminizado o el galvanizado y plastificado.
Resistencia a la tensión. Sometidos a tensión los alambres tienden a estirarse y si
esta es muy grande se rompen. Existen características intrínsecas (contenido de
acero) y extrínsecas (diámetro) que se expresan en un índice o coeficiente de rotura
que da idea de las posibilidades de uso de un alambre dentro del sistema en base a
su resistencia.

A los alambres usados en viticultura los agrupamos de la siguiente manera:

a- Alambres comunes o lisos de sección circular, con bajo contenido de acero fácilmente
maleables 18% de estiramiento.
b- Alambres de alta resistencia de sección circular con elevado contenido de acero que los
hace poco maleable y quebradizo, 5% de estiramiento.
c- Alambres de alta resistencia ovalados con dos diámetros:

- de mediana resistencia 10% de estiramiento


- de alta resistencia 5% de estiramiento

Todos estos alambres son galvanizados (80 – 110 g/m2); esta capa de galvanizado se conside-
ra liviana, pero son adaptables a los climas benignos como los nuestros. En regiones húmedas
se utilizan alambres con doble y triple galvanizado. Todavía en lugares con condiciones desfa-
vorables, lluvia ácida, polución industrial, etc. se utilizan los alambres de cincalum y los plastifi-
cados. Entre estos grupos existen alambres equivalentes en cuanto a su resistencia expresada
por su coeficiente de rotura pero que varían en su rendimiento o sea, la cantidad de metros por
kg. de alambre y que tiene incidencia económica, debiendo ser tenidos en cuenta a la hora de
su elección.

d- Alambres de acero inoxidable. 3% de estiramiento. El más utilizado es el AISI 304.Son


alambres de larga duración, que poseen ventajas y desventajas con relación a los otros.
Ventajas: duración, bajo costo de mantenimiento, facilidad de la colocación por su bajo
peso, ninguna necesidad de retensionar, superficie lisa que reduce el efecto abrasivo, no
cede elementos extraños a la uva ni aún con cosecha mecánica.
Desventajas: mayor costo, menor maleabilidad.
e- Fibras de polímeros plásticos. Son de color negro, nylon 6, dotados de muy elevada re-
sistencia mecánica, física y química a los rayos ultravioletas. El punto de fusión de 215º C
asegura resistencia térmica. Poseen diámetro elevado 3 a 5 mm.; de bajo peso unas seis
veces menor al alambre común; prácticamente de nulo estiramiento, no cede sustancias
a la vendimia. No se conoce con certeza su duración en el tiempo y está sujeta a los cor-
tes accidentales con la poda.

Sistemas de Conducción 29 José Rodríguez


Accesorios
Los accesorios son elementos menores que
complementan la construcción de la estructura
de conducción o permiten el manejo del viñedo
con mayor versatilidad.
Estos elementos deben poseer una
efectiva utilidad, simplicidad constructiva, reali-
zados de materiales resistentes en el tiempo y
un costo accesible.
Los accesorios más utilizados son:
Para los palos: puntales, apoya palos, collares,
cabezales, grampas fijas y móviles, guatanas,
etc.
Para los alambres: fijadores a los palos, cruce-
tas, estiradores, añadidores, cadenas.
Accesorios especiales: hinca palos, llaves para
muertos, brazos para GDC, accesorios para
tela antigranizo, sostenes para sistemas de
riego.
Para el manejo del viñedo: elementos de ata-
dura de cargadores, tutores de plantas, cober-
turas para herbicidas, grampas de sostén de
follaje, etc.

Sistemas de Conducción 30 José Rodríguez


6. ESTRUCTURA DE LOS SISTEMAS DE CONDUCCIÓN

La conducción de la vid es una estructura que tiene que soportar diferentes fuerzas. El conoci-
miento de estas fuerzas y su distribución relativa pueden ayudar a minimizar los costos mante-
niendo una resistencia adecuada.

Fuerzas
Las fuerzas que soporta un espaldero son:
1. vertical (peso de la uva, pámpanos y sarmientos, agua y alambres)
2. lateral (vientos sobre la estructura y canopia, impacto de las máquinas)
3. longitudinal (tensión de los alambres).
Cada una de ellas tiene un comportamiento diferente frente a los factores ambientales
(temperatura y viento) y por las propiedades intrínsecas de cada parte de la estructura de con-
ducción. El envejecimiento tanto de la estructura como de las plantas modifican las cargas en la
estructura de conducción. Esta carga puede disminuir a medida que las plantas desarrollan un
tronco que puede soportar parte del peso de la propia planta.
Solamente los cabeceros soportan la fuerza lateral de la tensión de los alambres. Los pos-
tes intermedios soportan el peso de la planta, que está compuesta principalmente por la uva, el
cordón o madera de poda y los pámpanos.

Relación entre las cargas verticales (W) y la longitud total de conducción

El peso entre los postes intermedios depende del peso de la planta y del distanciamiento entre
postes tal que la fuerza longitudinal sobre un poste intermedio es F. pero cada fuerza longitudi-
nal F está balanceada por la fuerza longitudinal del próximo claro. Por tanto no hay fuerza lon-
gitudinal evidente en cada poste intermedio. En consecuencia la fuerza longitudinal se transfie-
re al poste cabecero y la tensión (T) en el alambre iguala la carga horizontal en el poste cabe-
cero.

Cargas verticales (W) sobre (a) un claro y (b) dos claros, demostrando el balance de fuerzas internas (F) en
las hileras

Sistemas de Conducción 31 José Rodríguez


Fuerzas teóricas sobre un alambre de conducción, en equilibrio donde la tensión (T) es función de la flecha
(S), la distancia entre postes (L) y la carga de producción (W)

La tensión (T) para una carga dada puede ser soportada usando un flecha (pandeo del alam-
bre) baja con una tensión elevada o una flecha grande con baja tensión (o una combinación
intermedia).

W (kg/m) x L2 (m2 )
T
8 x S (m)
donde, T = tensión,
W = carga de producción/longitud de hilera,
L = distancia entre postes intermedios (claro),
S = flecha.

La magnitud de la flecha está condicionada por el diámetro del alambre y su pre-tensión. Estos
principios conducen a tratar de usar la menor pre-tensión posible consistente con la necesidad
de conducir los troncos derechos y la cosecha mecánica.
Es fácil alcanzar un sobre tensión de los alambres. La relación entre la flecha y la canti-
dad de pre-tensión aplicada indica que, después de una rápida reducción inicial en la flecha a
medida que la planta es conducida, donde se requiere un gran incremento en la tensión para
reducir en forma apreciable de la flecha. Se debe medir la tensión directamente, con un ten-
siómetro.

Relación entre la flecha, la distancia entre postes y la pre-tensión aplicada. La distancia entre postes es de 2,
4 o 6 m y el peso del alambre es de 0,1 kg/m.

La tensión en el alambre depende del diámetro del mismo y de la carga vertical. El mayor esti-
ramiento de los alambres más delgados conduce a una mayor flecha, esto reduce la tensión en
el alambre y las cargas en el estacón.

Sistemas de Conducción 32 José Rodríguez


Con estos conceptos podemos indicar que la distancia entre postes intermedios en un espalde-
ro es función de la tensión en el alambre de conducción, la carga de producción y la flecha del
alambre. Es decir:

8 x T (kg) x S (m)
L
W (kg / m)
Efecto de la temperatura sobre los alambres de conducción
Una reducción de la temperatura produce un acortamiento del alambre o, si el alambre está
fijado, un aumento en la tensión longitudinal. Los efectos de los cambios térmicos son menos
significativos a medida que se aumenta la magnitud de la flecha.
Efecto del viento
Las fuerzas provocadas por el viento están en función de la topografía, las características del
viento, la dirección de la hilera y el tipo de canopia de la planta. El efecto del viento sobre la
tensión en el alambre de conducción aumentarán con:
- la velocidad del viento,
- mayor tensión inicial del alambre, menor flecha,
- mayor distancia entre postes,
- mayor carga vertical,
- mayor diámetro del alambre, y
- mayor superficie de canopia.
Fuerzas en el estacón
El grado de movimiento en el estacón depende de la tensión del alambre, la altura del espalde-
ro, el diámetro del poste, la profundidad de enterramiento y las condiciones del suelo. La ten-
sión conducida por el alambre de estructura se distribuye a la parte enterrada del estacón y
desde allí al suelo. La fuerza de compresión (C) en el suelo está próxima a la superficie del
suelo y en el pie del poste. La fuerza aumenta con la mayor carga del alambre (T) y la altura de
conducción (H) y disminuye con el grosor del poste (B) y el cuadrado de la profundidad de en-
terramiento (D).

T xH
C kx
B x D2

Efecto del diámetro del poste (B), altura (H), profundidad de enterramiento (D), fuerzas del suelo (C) y ten-
sión del alambre (T)

La profundidad del enterramiento del estacón es crítico en la resistencia a la fuerza de compre-


sión. Pero también se puede aumentar con:
- mayor diámetro del poste,
- colocando una cruceta de madera cerca de la superficie,
- utilizando bases de concreto.

Sistemas de Conducción 33 José Rodríguez


Angulos y distancias entre el estacón y el cabecero
Como hemos visto la tensión se trasmite por medio del alambre de estructura al estacón, pero
esta transferencia no es directa, ya que en el cabecero el alambre sufre una inclinación. Esto
produce una descomposición de fuerzas cuya magnitud dependerá de los ángulos entre la
rienda y la horizontal y el cabecero y la horizontal. Aparecen claramente dos fuerzas en el ca-
becero: la tensión (T) y la compresión (C). Para el buen funcionamiento del cabecero, ambas
fuerzas deberían minimizarse, de tal modo de transferir en su mayor parte la tensión al estacón.
Una transferencia total ocurriría si el estacón se colocase en el infinito, lo cual es una situación
ideal.
El siguiente diagrama muestra las fuerzas que aparecen en el cabecero, los ángulos y
las distancias que definen la magnitud de estas fuerzas.

H F

tensión
h compresión

Estas fuerzas se pueden calcular mediante fórmulas:

sen
T Fx
sen ( )

sen
C Fx
sen

También la distancia desde el pie del cabecero al estacón se puede calcular como sigue:

sen
d hx
sen x sen

Siendo F la fuerza que trasmite el alambre de estructura. Tal fuerza en su punto máximo podría
ser considerada como la carga de rotura del alambre; para el 17/15 AR es de 725 kg. No obs-
tante para los casos en que se usen gripples estos son los elementos que actúan como fusible,
el mediano tiene una resistencia de 450 kg.

Tensión
El valor de la tensión sobre la rienda disminuye con un menor ángulo del cabecero con la hori-
zontal (alfa) y un mayor ángulo de la rienda con la horizontal (beta).
Como la tensión sobre el alambre de estructura y/o conducción debe ser trasmitida al
estacón, no es de gran utilidad disminuir fuertemente la tensión sobre la rienda. No obstante, si
es importante no provocar un incremento en el valor de la tensión, ya que podría producir fallas
en la estructura, en el caso del uso de gripples su vencimiento o la rotura de alambres.

Sistemas de Conducción 34 José Rodríguez


Variación de la tensión en la rienda según los ángulos del cabecero y la rienda

beta alfa 10 20 30 40 45 60 70 80 85
10 228,5 307,8 350,0 377,6 388,4 414,7 429,4 443,2 450,0
20 156,3 239,4 293,7 334,0 351,1 395,7 422,9 450,0 464,1
30 121,6 200,9 259,8 307,8 329,4 389,7 429,4 471,6 494,6
40 102,0 177,7 239,4 293,7 319,4 395,7 450,0 511,7 547,3
45 95,4 169,8 232,9 290,4 318,2 403,5 466,6 541,0 585,2
60 83,2 156,3 225,0 293,7 329,4 450,0 552,0 689,4 781,6
70 79,3 153,9 228,5 307,8 351,1 508,7 657,9 886,3 1060,7
80 78,1 156,3 239,4 334,0 388,4 606,3 845,7 1295,7 1732,1
85 78,4 159,3 248,3 353,1 415,4 679,4 1000,6 1712,3 2581,6

Compresión
Es la fuerza ejercida por el cabecero sobre el suelo. La compresión es directamente proporcio-
nal al ángulo de la rienda sobre la horizontal e inversamente proporcional al ángulo del cabece-
ro.
En este caso es importante disminuir esta fuerza para no provocar el hundimiento del
cabecero, más aún en el caso de suelos arenosos, en los que se efectúa poca resistencia a la
presión.

Variación de la compresión en el cabecero según los ángulos del cabecero y la rienda

beta alfa 10 20 30 40 45 60 70 80 85
10 228,5 156,3 121,6 102,0 95,4 83,2 79,3 78,1 78,4
20 307,8 239,4 200,9 177,7 169,8 156,3 153,9 156,3 159,3
30 350,0 293,7 259,8 239,4 232,9 225,0 228,5 239,4 248,3
40 377,6 334,0 307,8 293,7 290,4 293,7 307,8 334,0 353,1
45 388,4 351,1 329,4 319,4 318,2 329,4 351,1 388,4 415,4
60 414,7 395,7 389,7 395,7 403,5 450,0 508,7 606,3 679,4
70 429,4 422,9 429,4 450,0 466,6 552,0 657,9 845,7 1000,6
80 443,2 450,0 471,6 511,7 541,0 689,4 886,3 1295,7 1712,3
85 450,0 464,1 494,6 547,3 585,2 781,6 1060,7 1732,1 2581,6

Según el objetivo perseguido disminuir la tensión y/o la compresión, la elección de los ángulos
alfa y beta presenta múltiples variantes. Sin embargo, éstas no siempre son viables por otros
factores que pasaremos a analizar.

Alfa
Es el ángulo formado por el cabecero con la horizontal. Tiene un intervalo posible entre 45º y
85º. Por debajo de 45º se necesitarían cabeceros de mayor longitud a los 3 metros para poder
satisfacer la altura de 1,8 m del espaldero. Por encima de 85º provoca siempre un incremento
en el valor de la tensión.

Beta
Es el ángulo formado por la rienda y la horizontal. Tiene un intervalo posible entre los 20º y los
70º. Por debajo de 20º se debería colocar el estacón a más de 4 m del pie del cabecero. Por
encima de los 70º produce un aumento en el valor de la compresión.

Distancia
Es la distancia entre el estacón y el pie del cabecero. Depende de los ángulos alfa y beta, y de
la altura que se coloque la rienda sobre el cabecero. Para evitar pérdidas importantes de terre-
no no debería exceder los 2,5 m. Hay que tener en cuenta que es un espacio doble porque
existen dos riendas en cada hilera.

Sistemas de Conducción 35 José Rodríguez


Variación de la distancia entre el estacón y el cabecero según los ángulos del cabecero y la rienda para una
altura del alambre de estructura de 0,8 m

beta alfa 10 20 30 40 45 60 70 80 85
10 9,07 6,74 5,92 5,49 5,34 5,00 4,83 4,68 4,61
20 6,74 4,40 3,58 3,15 3,00 2,66 2,49 2,34 2,27
30 5,92 3,58 2,77 2,34 2,19 1,85 1,68 1,53 1,46
40 5,49 3,15 2,34 1,91 1,75 1,42 1,24 1,09 1,02
45 5,34 3,00 2,19 1,75 1,60 1,26 1,09 0,94 0,87
60 5,00 2,66 1,85 1,42 1,26 0,92 0,75 0,60 0,53
70 4,83 2,49 1,68 1,24 1,09 0,75 0,58 0,43 0,36
80 4,68 2,34 1,53 1,09 0,94 0,60 0,43 0,28 0,21
85 4,61 2,27 1,46 1,02 0,87 0,53 0,36 0,21 0,14

Variación de la distancia entre el estacón y el cabecero según los ángulos del cabecero y la rienda para una
altura del alambre de estructura de 1,8 m

10 20 30 40 45 60 70 80 85
10 20,42 15,15 13,33 12,35 12,01 11,25 10,86 10,53 10,37
20 15,15 9,89 8,06 7,09 6,75 5,98 5,60 5,26 5,10
30 13,33 8,06 6,24 5,26 4,92 4,16 3,77 3,44 3,28
40 12,35 7,09 5,26 4,29 3,95 3,18 2,80 2,46 2,30
45 12,01 6,75 4,92 3,95 3,60 2,84 2,46 2,12 1,96
60 11,25 5,98 4,16 3,18 2,84 2,08 1,69 1,36 1,20
70 10,86 5,60 3,77 2,80 2,46 1,69 1,31 0,97 0,81
80 10,53 5,26 3,44 2,46 2,12 1,36 0,97 0,63 0,47
85 10,37 5,10 3,28 2,30 1,96 1,20 0,81 0,47 0,31

El siguiente es un ejemplo de la disposición del cabecero y la rienda en el cual se produce una


disminución en la compresión del 50% y de la tensión del 14%, para un ángulo alfa de 60º y
beta de 30º. El alambre de estructura y conducción está a una altura de 0,8 m y la altura del
espaldero de 1,8 m.

1,8m

0,8m

30º 60º

1,4m 0,5m

1m

Sistemas de Conducción 36 José Rodríguez


7. Diseño y establecimiento del viñedo
El establecimiento del viñedo es una operación fundamental, ya que muchas de las decisiones
adoptadas durante su puesta a cabo no podrán modificarse durante la vida del viñedo, o la mo-
dificación de algunas de ellas son de alto costo.
La mayor parte de estas decisiones están en función del tipo de viticultura a desarrollar. Por
ejemplo, en el caso de vinos de mesa, que deben competir a bajos precios, es necesario pro-
yectar una viticultura de bajos costos y altas producciones. Para grandes vinos destinados a los
más altos niveles del mercado, se debe elegir el sitio adecuado, regular la producción y con un
manejo especial del cultivo, por ello se elevan los costos de producción. Si se pretende produ-
cir vinos de calidad en los que el precio debe ser competitivo debemos proyectar una viticultura
equilibrada.

Producción de uvas

Vino fino de precio com- Vino de mesa o común


petitivo

Vino fino con denomina- Uvas para mosto


ción de origen

Uva de mesa u otros


Vino fino de alto precio Tipo de viticultura

Medio vitícola
clima
suelo
topografía Sistema de conducción
Material vegetal agua
tipo de conducción
variedad (clon) marco de plantación
portainjerto orientación
mecanización

Manejo del cultivo


riego
fertilización
labranzas
manejo de la canopia

Factores que influyen en las características del establecimiento de un viñedo (Rodríguez,


J.)

El tipo de viticultura influye directamente sobre la elección del medio vitícola, el material vege-
tal, el sistema de conducción y el manejo del cultivo. Pero si la parcela está determinada pre-
viamente tendremos que adaptar el viñedo a su localización. Se establecen interrelaciones en-
tre las características del establecimiento; por ejemplo la variedad y el medio condicionan al
sistema de conducción y todos éstos el manejo del cultivo. En este complejo sistema de rela-

Sistemas de Conducción 37 José Rodríguez


ciones entre factores, existen algunos que comienzan a tomar cada vez mayor protagonismo,
tal es el caso de la mecanización.
Una vez elegido el medio vitícola es necesario su análisis. Para ello debemos apelar a las ex-
periencias y conocimientos de los expertos de la zona, porque además de sus conocimientos
personales han heredado las experiencias de sus antecesores. En cada mesoclima hay dife-
rencias en cuanto al tipo de suelo, época de maduración, riesgo de heladas, adaptación de las
variedades. También es importante la observación propia del terreno analizando los tipos de
suelo, los viñedos existentes, los cultivos, la flora adventicia, la topografía, el escurrimiento na-
tural de las aguas, la exposición, los vientos dominantes, etc. También es necesario un estudio
del suelo, para ello se deben abrir un número variable de calicatas, describir los perfiles y ana-
lizar la textura, estructura, color, profundidad, calcáreo total y activo, y fertilidad.

Sistematización del terreno


Debe ser previa a la plantación y se deben tener en cuenta todas las operaciones que se reali-
zarán en el viñedo a lo largo de su vida útil. Para esta operación se utilizan los planos catastra-
les, altimétricos y si se contaran, las fotografías aéreas. También es necesario el relevamiento
topográfico de la finca.
Hay que tener en cuenta la preparación de las infraestructuras necesarias para el cultivo: cami-
nos de acceso, elementos constructivos, salidas de agua de lluvia, represas, cortavientos, talu-
des, etc.
Las labores de preparación del terreno para la plantación son:
Nivelación
Drenaje
Subsolado o desfonde
Despedregado
Homogeneización

Hay dos operaciones contenidas en la nivelación: el emparejamiento; que implica la eliminación


de lomas, el rellenado de zonas de encharcamiento; y la nivelación propiamente dicha, que
implica la sistematización del terreno en función del sistema de cultivo (sistema de conducción,
riego, mecanización).
En el caso de utilizarse riego presurizado, la nivelación se reduce a la primera operación, es
decir al emparejamiento.
Mientras si el riego es superficial, entonces se debe realizar una nivelación más precisa; que
dependerá del tipo de riego, por melgas, a cero, o por pendiente, dejando una suave pendiente
para el escurrimiento del agua. Si la pendiente es muy elevada, entonces se debe dividir el te-
rreno en terrazas.
Los movimientos de tierra se hacen con niveletas y palas mecánicas, eventualmente comple-
mentadas con carros para el transporte de tierra a distancia elevada. Conviene siempre contar
con máquinas potentes, adecuadas al movimiento, ya que la incidencia de la mano de obra es
análoga con los diversos medios.
El drenaje es necesario en caso de que el terreno tenga napa freática superficial. Igualmente el
despedregado para suelos con piedras de tamaño considerable, se puede hacer manualmente
o con máquinas.
El subsolado o escarificado se utiliza para romper capas duras de tierra o calcáreo (caliche), en
general se realiza con implementos de cierta envergadura (0,9 – 1 m).
La homogeneización es necesaria cuando el terreno haya quedado con cascotes. En tal caso
el rastreado es lo adecuado.
Finalmente en la preparación del terreno para la plantación se deben realizar las correcciones
necesarias (acidez, alcalinidad, salinidad); las desinfecciones si existen plagas o enfermedades
en el suelo (nemátodes) y el abonado de fondo, aporte de materia orgánica para mejorar la
fertilidad y estructura, especialmente en suelos pobres en nitrógeno y poca estructura de suelo.

Sistemas de Conducción 38 José Rodríguez


Construcción de la estructura de conducción

La construcción de la estructura es una operación más o menos compleja, según el sistema de


conducción que se vaya a emplear. El relativamente sencilla para los sistemas libres (cabeza o
vaso) en los cuales se reduce a la marcación de las hileras y a la ubicación de las plantas. In-
termedia para los sistemas que utilizan estructuras de espalderos. Siendo más compleja para
los que usan parrales o sistemas de gran expansión vegetativa como el Bellusi.
La primera operación es la demarcación de los cuarteles, que son los bloques que separan los
viñedos entre sí, delimitados por los callejones. Estos deben tener una dimensión adecuada al
paso de la maquinaria y a su funcionamiento (tractores, prepodadoras, cosechadoras, etc.). En
el dimensionamiento de los cuarteles se tienen en cuenta la operatividad en el manejo del vi-
ñedo, la presión de la mecanización, el tipo de riego y la topografía del mismo. Estos factores
tienen marcada influencia en el largo del cuartel. Por ejemplo en riego superficial con pendiente
en terrenos franco arenosos o arenosos, el largo de la hilera debería estar comprendida entre
80 y 100 metros; mientras que si la textura fuera franco arcillosa o limosa podría llegar a los
120 metros. Si el terreno estuviera nivelado a cero estas dimensiones pueden duplicarse ya
que la acequia regadora se puede colocar al medio del cuartel.

6m
N

CUARTEL
largo
8m

Callejón secundario

Callejón
principal
ancho

El riego, que es determinante en el ejemplo anterior del largo del cuartel, deja de ser limitante si
se emplea riego presurizado, por ejemplo el riego por goteo. En este caso son otros los facto-
res que definen este parámetro, tal como la cosecha. Si la cosecha es manual no se puede
aumentar significativamente el largo del cuartel. Esto se puede amortiguar en parte con el em-
pleo de la cosecha en bines, que necesita la adquisición de los mismos y el empleo de moto-
cargas. Si la cosecha es mecánica entonces, como en el caso del riego por goteo, este factor
deja de ser limitante y por el contrario, mientras más larga es la hilera aumenta la eficiencia de
la cosechadora.
Distinto es el caso del ancho del cuartel, que está definido por el tipo de estructura de conduc-
ción (espaldero o parral) y por movilidad dentro de la finca, es decir dejar la suficiente cantidad
de callejones para permitir el tránsito adecuado.
Una vez determinado el largo y ancho del cuartel se procede a su demarcación colocando una
estaca en cada vértice del polígono que forma el cuartel a implantar. Siempre es preferible que
el cuartel tenga la forma de un rectángulo o cuadrado, ya que facilita el diseño y la construc-
ción; sin embargo la mayoría de las veces los cuarteles son irregulares y adoptan la forma de
un trapecio, un paralelogramo, un pentágono, etc.
Vamos a analizar a continuación los pasos para la construcción de las dos estructuras que se
utilizan en nuestro medio, es decir el espaldero y el parral.

Sistemas de Conducción 39 José Rodríguez


8. Tipos de espalderos
Se han utilizado dos tipos de espalderos, denominados bajo y alto. Ambos poseen una estruc-
tura conformada por los elementos antes mencionados. La diferencia entre ellos radica en la
altura y en el diseño.

El espaldero bajo

Sistema tradicional de conducción en Mendoza, sobre todo en la denominada “Primera Zona”,


que comprende parte de los departamentos de Godoy Cruz, Guaymallén, Luján de Cuyo y
Maipú; donde se encuentra asociado con la variedad Malbec o uva francesa. Su diseño es
simple, consta de un par de cabeceros cortos, que hacen también la función de estacones y un
número variable de intermedios, denominados rodrigones cuando se utilizaba madera de alga-
rrobo. Posee una altura máxima de 1,5 m, el primer y el último claro (distancia entre dos inter-
medios) son la mitad de los otros para permitir el atado de los alambres en el cabecero. Los
alambres utilizados en su construcción son los galvanizados circulares comunes, habitualmente
el Nº 12 y el Nº 13 (denominados alambres para viña).
Frecuentemente, la conducción de la planta se hace en el sistema Guyot, simple, doble y triple
o mendocino. La planta consta de un tronco y de 1, 2 ó 3 brazos primarios que llevan cada uno
un elemento Guyot de poda (pitón y cargador). También es habitual que los cargadores se aten
arqueados en el primer alambre (modificación bordelesa).
También se pueden conducir las plantas tanto en cordón unilateral (Royat) como en cordón
bilateral, pero en tal caso el alambre de conducción debe ser de alta resistencia para evitar el
retensado anual del mismo.

El espaldero alto

Tiene una altura de 1,80 m, para las conducciones de canopia simple con posicionamiento as-
cendente de la vegetación, cordón unilateral o bilateral, Guyot doble y triple; mientras que para
los de canopia dividida, Scott Henry y Lis o Smart Dyson, la altura puede superar los 2 m. Cada
hilera esta formada por dos estacones, dos postes cabeceros, y un número variable de inter-
medios, según la longitud del claro.
El espaldero alto tradicional consta de cuatro alambres fijos, el inferior es el de conducción, el
segundo y el tercero para sostener el follaje y el cuarto de estructura.
Sobre esta estructura las plantas se pueden conducir en los sistemas Guyot, cordón unilateral o
bilateral, Capovolto, etc. El manejo cultural de los pámpanos se debe efectuar mediante el cru-
zado y la envoltura o despampanado.
Sobre esta estructura se pueden realizar numerosas variantes, sobre todo para facilitar el ma-
nejo cultural de los pámpanos. Estas modificaciones consisten en el reemplazo de alguno de
los alambres fijos por móviles, es decir son alambres que no están enhebrados o atados a los
intermedios y tienen una longitud total relativamente variable, gracias al uso de cadenas en sus
extremos con un número variable de eslabones. El posicionamiento de los alambres móviles se
realiza mediante grampas o clavos en el caso de intermedios de madera, los postes de acero
vienen diseñados con muescas especiales para este fin.
Una modificación es el reemplazo de los dos alambres fijos de posicionamiento por un par de
móviles que suplantan el cruzado de los pámpanos. Estos alambres se posicionan por debajo
del alambre de conducción para la poda y se suben a medida que los brotes crecen, siempre
se mueven juntos, en este caso el alambre de estructura ayuda también al posicionamiento.
Otra modificación es la eliminación del alambre de estructura y los de posicionamiento fijo. Para
ello se debe bajar la rienda al alambre de conducción, que entonces cumple también la función
de estructura; el posicionamiento se hace con uno o dos pares de alambres móviles, según la
variedad (hábito de crecimiento) y vigor de las plantas. También en este caso los alambres
móviles se mueven de a pares para evitar que la vegetación caiga para alguno de los lados.
Finalmente otra modificación interesante es el empleo de un alambre fijo de posicionamiento a
la mitad de la distancia entre el alambre de conducción y el extremo superior del espaldero que

Sistemas de Conducción 40 José Rodríguez


actúe como traba de los pámpanos y un par de móviles para levantar los brotes. En este caso
estos alambres no se mueven juntos, sino que se levantan alternativamente cada uno utilizan-
do el fijo como apoyo.
Si bien el empleo de los alambres móviles en nuestra viticultura es relativamente reciente ha
demostrado una notable practicidad y ahorro en los costos operativos, además permiten mayor
versatilidad en el manejo de la canopia, muy restringida en el caso de los alambres fijos.
Para conducción de canopia dividida Lis o Smart Dyson. Se trata de un espaldero de 2 – 2,1 m
de altura. Posee un alambre de conducción a 1 – 1,1 m donde se ubican los cordones pitonea-
dos o los cargadores si fuera de poda mixta. La vegetación ascendente se posiciona mediante
un alambre fijo y un par de móviles; mientras que la vegetación descendente por medio de un
alambre móvil que se baja cuando los pámpanos tienen un desarrollo cercano al metro de lon-
gitud.
Finalmente para el sistema de conducción de canopia dividida Scott Henry, el espaldero debe
tener una altura similar al anterior, con dos alambres de conducción separados por 10 a 20 cm,
donde se atan los cargadores. El posicionamiento de la vegetación se realiza en forma similar
al sistema Lis.
Los sistemas de canopia dividida permiten incrementar la riqueza de poda, por ende la produc-
ción, permitiendo tener una densidad de brotes adecuado. Ello favorece un buen microclima de
la canopia. Es aconsejable para tener altos rendimientos en variedades finas cuando las condi-
ciones climáticas son favorables.

Sistemas de Conducción 41 José Rodríguez


ESQUEMA DEL ESPALDERO BAJO CON ALAMBRES FIJOS

intermedio
alambre de posicionamiento fijo

0,4 m

alambre de posicionamiento fijo


cabecero

0,4 m

alambre de conducción

0,5 m

L/2 L

ESQUEMA DEL ESPALDERO ALTO CON ALAMBRES FIJOS

alambre de estructura intermedio

0,3 m

alambres fijos de posicionamiento 0,3 m

cabecero 0,3 m
rienda alambre de conducción

0,8-0,9 m
estacón
60º 60º

2,1 m L

ESQUEMA DEL ESPALDERO ALTO CON UN ALAMBRE FIJO Y UN PAR MOVIL

intermedio

alambres móviles

cabecero
alambre de conducción

0,8-0,9 m
rienda
estacón
30º 60º

1,8 m L

Sistemas de Conducción 42 José Rodríguez


ESQUEMA DEL ESPALDERO ALTO CON DOS ALAMBRES FIJOS Y UN PAR MOVIL

alambre de estructura intermedio

alambres móviles

cabecero
rienda alambre de conducción

0,8-0,9 m

estacón
60º 60º
2,1 m L

ESQUEMA DEL ESPALDERO ALTO CON UN ALAMBRE FIJO Y DOS PARES MOVILES

intermedio

alambres móviles

cabecero
alambre de conducción

0,8-0,9 m
rienda
estacón
30º 60º

1,8 m L

ESQUEMA DEL ESPALDERO ALTO CON DOS ALAMBRES FIJOS Y UN PAR MOVIL

intermedio

alambres móviles
cabecero

alambre fijo de posicionamiento

alambre de conducción

0,8-0,9 m
rienda
estacón
30º 60º

1,8 m L

Sistemas de Conducción 43 José Rodríguez


ESQUEMA DEL ESPALDERO ALTO PARA CONDUCCIÓN DE CANOPIA DIVIDIDA SCOTT HENRY

cabecero intermedio
alambres móviles

alambre fijo de posicionamiento

alambres de conducción 0,15 m

alambre móvil 1,0 m

rienda
estacón
30º 60º

1,8 m L

ESQUEMA DEL ESPALDERO ALTO PARA CONDUCCIÓN DE CANOPIA DIVIDIDA LIS O SMART DYSON

cabecero intermedio
alambres móviles

alambre fijo de posicionamiento

alambre de conducción

alambre móvil 1,0-1,1 m

rienda
estacón
30º 60º

1,8 m L

Sistemas de Conducción 44 José Rodríguez


9. PARRAL CUYANO

Este sistema constituye una unidad de estructura sólida, a diferencia del espaldero, en el cual
la unidad de estructura es la hilera. Es una estructura de empalizamiento horizontal. Los ele-
mentos que la conforman son:

a) madera
esquineros
estacones para los esquineros
perimetrales
estacones para los perimetrales
interiores

b) alambres
perimetral
riendas
maestros o primarios
secundarios
terciarios
guatana
atadura de traba

c) plantas

Los esquineros son los postes de mayores dimensiones (40 cm de longitud de circunferencia y
3 metros de longitud). Se ubican en los vértices del parral y se entierran 80 cm. con una incli-
nación de 45 a 60º.
Los postes perimetrales o cabeceros se ubican en el contorno del parral y constituyen la termi-
nación de las hileras en los dos sentidos. Se utilizan postes o medio postes de 3 metros de
longitud. Se entierran de 60 a 80 cm.
Los interiores son los tutores ubicados junta a cada planta. Suelen ser medios postes o trabas,
con una longitud de 2,5 metros. Se entierran entre 20 a 40 cm.
Los estacones o muertos tienen por lo general 1,3 metros y se entierran a 1 metro de profundi-
dad. Son los receptores de la tensión de los alambres a través de las riendas.

Los alambres que se utilizan en la estructura del parral cuyano son los siguientes:

Perimetral 19/17 AR – 9 AR – 5 ó 6
Riendas 19/17 AR – 9 AR – 5ó 6
Maestros 17/15 AR – 12 AR
Secundarios 16/14 MR – 15 AR – 12 ó 13
Terciarios 15 AR – 13
Guatana 8
Atadura de traba 14

Construcción del Parral

En primer lugar se delimita el cuartel, que en lo posible debe tener una forma regular (cuadrada
o rectangular). Para ello se coloca una estaca en cada vértice. Estas estacas forman la línea de
los muertos. Posteriormente se colocan otras estacas 1 m hacia el interior del cuartel que for-
marán las líneas de proyección de los cabeceros.

Sistemas de Conducción 45 José Rodríguez


Alambre maestro

Alambre secundario

Alambre terciario

Alambre perimetral
Estacón
o muerto

Interior

Esquinero

Perimetral
o Cabecero
Riendas

2.50 m 1.50 m 1m 1m

2,1 m

0,7 m

La línea de los muertos se marca con un alambre de alta resistencia 17/15 tensado con aparejo
o con un gripple y se marca con pintura el lugar donde se colocarán los estacones. La primer
marca se hace a 1 metro y las restantes a la distancia de plantación: 2,5 ó 3 metros.

Sistemas de Conducción 46 José Rodríguez


Luego de colocados los estacones, se marca la línea de cabeceros o perimetrales, que se en-
cuentra a 2 metros hacia el interior de la línea de los estacones. Para ello se debe tirar un nue-
vo alambre, que una vez tensado se demarca con pintura. La primer marca estará ubicada a 2
metros (para el esquinero), la segunda a 1,5 metros (primer cabecero) y las restantes a 2,5
metros.
Los pozos para la colocación de los cabeceros deben ser oblicuos para permitir la inclinación
de los mismos. Su profundidad va de los 60 a 80 cm. La inclinación está determinada por la
proyección del extremo superior en el punto medio de la distancia entre el muerto y la línea de
los cabeceros, que se marca mediante una plomada.
La colocación comienza por los esquineros, cuya inclinación está determinada por la proyec-
ción de su extremo superior a la intersección de la primer línea de los muertos. Los cabeceros
poseen un solo estacón, en cambio los esquineros llevan dos o tres para compensar fuerzas de
dos direcciones.
Luego de colocados los esquineros, se colocan las riendas entre éstos y sus estacones.
Posteriormente se procede al tendido del alambre perimetral con el empleo de postes auxiliares
para su tensado, que se realiza por medio de un aparejo.
A continuación se colocan los cabeceros. Si las dimensiones del cuartel son amplias se proce-
de a encampeonar, es decir colocar postes campeones, que por lo general son uno de cada
diez o veinte. Estos postes se pintan de blanco en el extremo superior e inferior para facilitar la
alineación. Luego del encampeonado se terminan de colocar todos los cabeceros y las riendas
entre éstos y el estacón correspondiente.
Las riendas en los esquineros se fijan mediante tarjas, mientras que en el estacón por medio
de una perforación hecha en forma asimétrica a su diámetro. En cambio en los cabeceros, la
rienda se sostiene por medio de una guatana, que se prepara con un alambre 8 común, que es
maleable y permite la formación de un rulo y la fijación de sus extremos en el alambre perime-
tral; la rienda pasa por el rulo preparado.
Terminada la colocación del conjunto cabecero-rienda-estacón, se procede al tendido de los
alambres maestros o primarios, que unen los cabeceros opuestos en los lados del cuartel, en
ambos sentidos.
Los interiores del parral son los últimos sostenes que se colocan. Su ubicación se facilita por el
cruce de los alambres maestros. Al igual que los cabeceros se realiza el encampeonado en
forma perimetral. El hoyo de los interiores se ubica mediante una plomada, su profundidad var-
ía de 20 a 40 cm. En el extremo superior del interior se efectúa una pequeña tarja a 5 cm para
apoyar el alambre maestro de mayor longitud. La fijación del palo se completa con un trozo de
alambre dulce, generalmente 14, colocado en forma de L y enrulados en cada uno de los ma-
estros.
Generalmente la estructura del parral se completa luego de que las plantas comienzan su pro-
ducción, al cuarto o quinto año. Para lo cual se hace necesario completar el emparrillado con
los alambres secundarios y terciarios. Los alambres secundarios se pueden colocar paralelos a
los maestros o en diagonal.

Sistemas de Conducción 47 José Rodríguez


Costo de una instalación

Esta característica es de suma importancia, ya que generalmente la construcción del sistema


de sostén se efectúa previo a la plantación del viñedo o en el primer año de la plantación y sig-
nifica económicamente una fuerte inversión.
Conociendo las necesidades de cada sistema en cuanto a los distintos elementos, pos-
tes, anclajes y alambres, y cuales son las disponibilidades en el mercado, nuestra función es la
de reunir aquellos elementos que permitan la máxima duración y resistencia a un mínimo costo,
sin afectar la estabilidad de la estructura.

Cálculo del costo de instalación de un espaldero

Desarrollaremos un ejemplo del cómputo de los distintos integrantes del costo de instalación de
un espaldero. Para ello en primer término vamos a plantear los datos iniciales que serán la ba-
se del cálculo.
Este es el esquema del cuartel, con orientación Norte - Sur:

120 m

500 m
Datos:

Largo del cuartel: 120 m


Ancho del cuartel: 500 m
Distancia entre hileras: 2,2 m
Distancia entre plantas: 1,55 m (en principio se eligió 1,5 m pero se corrige por ajuste)
Variedad: Malbec
Clase de espaldero: alto con dos alambres fijos y un par móvil (F)
Rendimiento máximo: 250 qq/ha

Cálculos:

a) Globales

Superficie del cuartel: 6 has. (120 m x 500 m / 10.000 m2)


Número de hileras: 228 (500 m / 2,2 m +1)
Distancia intermedios: 7,75 m

L 8 x 300 kg x 0,15 m 5,48 kg / m

L = 8,1 m 7,75 m (por ser el menor múltiplo de 1,55 m)

Sistemas de Conducción 48 José Rodríguez


b) Elementos en una hilera

Largo efectivo: 116,4 m (120 - 2 x 1,8 m)


Número de claros: 15 (116,4 m / 7,75 m); corrección distancia plantas.
Número de plantas: 75 (5 x 15 claros)

Postes

Estacones: 2
Cabeceros: 2
Intermedios: 14 (número de claros - 1)

Alambres

Conducción y estructura: 123 m [116,4 m + 2 x (1,8 m + 1,5 m)]


Posicionamiento fijo: 125 m [116,4 m + 2 x (2,5 m + 1,8 m)]
Posicionamiento móvil: 240 m (2 x 120 m)

Accesorios

Gripples: 2 (1 conducción + 1 posicionamiento fijo)


Cadenas: 4 (2 por cada alambre móvil)
Grampas cabecero: 4 (2 por cada alambre móvil)
Grampas intermedios fijos: 28 (2 x 14)
Grampas intermedios móvil: 56 (4 x 14)

c) Clases de elementos

Postes
Estacones Metálica hélice (0,8 m)
Cabeceros Medio poste eucalipto CCA, 2,5 m, 0,2 - 0,3 m L.C.
Intermedios Medio poste eucalipto CCA, 2,5 m, 0,15 - 0,2 m L.C.

Alambres
Conducción 17/15 AR
Posicionamiento fijo 13 común
Posicionamiento móvil 15 AR

Accesorios
Gripples Medium
Grampas cabecero En "L" especial
Grampas intermedio fijo En "U"
Grampas intermedio móvil En "L"
Cadenas Galvanizadas

Plantas Barbecho a pie franco

Sistemas de Conducción 49 José Rodríguez


d) cómputo de los costos por elemento

cantidad costo
parcela hectárea unitario parcela hectárea
Postes
Estacones 456 76 2,2 1003,2 167,2
Cabeceros 456 76 3,1 1413,6 235,6
Intermedios 3192 532 2,5 7980 1330
Alambres
Conducción y estructura 28044 m 4674 m 0,056 1570,5 261,7
Posicionamiento fijo 28500 m 4750 m 0,040 1140 190
Posicionamiento móvil 54720 m 9120 m 0.030 1641,6 273,6
Accesorios
Gripples 456 76 1,2 547,2 91,2
Cadenas 912 152 0,2 182,4 30,4
Grampas cabecero 912 152 0,073 66,6 11,1
Grampas intermedios fijos 6384 1064 0,036 229,8 38,3
Grampas intermedios móvil 12768 2128 0,036 459,6 76,6

Plantas 17100 2850 0,6 10260 1710

Mano de obra
Construcción 4104 684 1,8 7387,2 1231,2
plantación 17100 2850 0,10 1710 285

e) cómputo de los costos por rubro

parcela hectárea %

madera 10396,8 1732,8 39,2


alambres 4352,0 725,3 16,4
accesorios 1485,6 247,6 5,6
plantas 10260,0 1710,0 38,8
Total elementos 26494,4 4415,7 100

Mano de obra
Construcción 7387,2 1231,2
Plantación 1710,0 285,0
Total mano de obra 9097,2 1516,2

Total general 35591,6 5931,9

plantas madera
39% 39%

accesorios alambres
6% 16%

Sistemas de Conducción 50 José Rodríguez


f) Costo mínimo de instalación (primer año)

Para este tipo de espaldero (F), ahora vamos a realizar el cálculo de la mínima inversión nece-
saria para la plantación de un viñedo de este tipo.

Cantidad hectárea unitario Costo por hectárea


Postes
Estacones 76 2,2 167,2
Cabeceros 76 3,1 235,6
Intermedios 266 2,5 665
Alambres
Conducción y estructura 4674 m 0,056 261,7
Accesorios
Gripples 38 1,2 91,2
Grampas intermedios fijos 532 0,036 38,3

Plantas 2850 0,6 1710


Total elementos 3169

Mano de obra
Construcción 418 1,8 752,4
plantación 2850 0,10 285
1037,4
TOTAL GENERAL 4206,4

Cálculo del costo de instalación de un parral

De la misma forma que en el ejemplo anterior plantearemos un caso hipotético, con las mismas
dimensiones para poder realizar un análisis comparativo.

120 m

500 m
Datos:

Largo del cuartel: 120 m


Ancho del cuartel: 500 m
Distancia entre hileras: 2,5 m
Distancia entre plantas: 2,5 m
Variedad: Cabernet Sauvignon
Clase de parral: Cuyano
Rendimiento máximo: 250 qq/ha
Plantas por interior: 1

Sistemas de Conducción 51 José Rodríguez


a) Globales

Superficie del cuartel: 6 has. (120 m x 500 m / 10.000 m2)


A: 200 (500 – 2)/2,5
B: 47 (120 – 2)/2,5

MADERA Cantidad Tipo material Precio Costo


de ele- material Total
mentos
Esquineros 4 Poste Algarrobo 5,4 21,6
Perimetrales 490 Medio poste algarrobo 4,2 2058
Muertos Para Esquineros 8 Retamo especial 6 48
Muertos Para Perimetrales 490 Retamo de primera 4,8 2352
Interiores 9156 Rodrigón de Eucalipto CCA 1,9 17396,4
Total maderas 21876

ALAMBRES Cantidad Metros Tipo ma- Precio Costo


de ele- terial Por metro Total
mentos
Riendas 498 1743 19 / 17 0,111 193,5
Guatanas 490 245 8 0,137 33,5
Perimetrales 2+2 1240 19 / 17 AR 0,111 138
Maestros 200 + 47 47500 17 / 15 AR 0,057 2707,5
secundarios 400 + 94 95000 16 /14 MR 0,052 4940
Terciarios 400 + 94 95000 13 0,046 4370
Atadura de traba 9156 2747 14 0,042 115
Total maderas 12497,5

Rubro Costo total Costo hectárea Porcentaje


Madera 21876 3646 37
Alambre 12497,5 2083 21
Plantas 5493,5 916 9
Construcción 18267 3045 30,7
Plantación 1373 229 2,3
Total 59507 9919 100

plantación
2%
construcción madera
31% 37%

plantas
alambres
9%
21%

Sistemas de Conducción 52 José Rodríguez


El ejemplo visto anteriormente está aplicado a un Parral Cuyano tradicional con estructura or-
togonal tanto de las maderas como del alambre. El mismo está esquematizado en la siguiente
figura.

Alambres maestros

Alambres secundarios

Alambres terciarios

El Parral Cuyano Ortogonal se caracteriza por la disposición regular del marco de plantación y
ortogonal de todos los alambres.

Parral Cuyano con alambres secundarios en diagonal


Es una estructura similar al anterior, vale decir, con disposición regular del marco de plantación
(2,5x2,5 ó 3x3). Pero con la variante de colocar los alambres secundarios en forma diagonal.
Esta disposición produce un ahorro en la cantidad de alambres secundarios y terciarios, aun-
que con un emparrillado no tan perfecto como en el ortogonal.
En este tipo de estructura la cantidad de palos y de alambres perimetrales y maestros
son iguales al caso anterior. Se producen diferencias en los alambres secundarios y terciarios,
que se calculan del siguiente modo:

Sistemas de Conducción 53 José Rodríguez


Alambres secundarios

AS 2 x 2 x d x ( A 1) x B

Alambres terciarios

AT A x L B x l

Esta disposición de los alambres produce una disminución del 30% en los alambres secunda-
rios y un 50% de los terciarios, aunque incrementa a casi el triple la superficie de la celda del
emparrillado.
Por ejemplo, en el caso de un parral de 2,5 x 2,5 m veamos el siguiente análisis comparativo:

Elemento Parral ortogonal Parral alambres diagonal


Perimetral 1240 1240
Maestros 47504 47504
Secundarios 95008 66150
Terciarios 95008 47504
Superficie celda (cm2) 2500 7812

Parral tipo “majuelo”


En la década del ’70, en pleno auge del parral, surge como alternativa a la estructura tradicional
el empleo de otros materiales como palos, así una empresa local introduce los palos de hor-
migón pretensado y vibrado, pero a un costo superior a los de madera. Para poder ser una al-
ternativa económicamente competitiva se plantea una estructura de parral basada en el siste-
ma colonial “majuelo riojano”. El marco de plantación es mixto, es decir un camellón ancho de 6
m, alternado con un camellón menor de 2 m. En el sentido de la hilera los palos se colocan
cada 3 m, pero las plantas se ubican a 1 m.

Sistemas de Conducción 54 José Rodríguez


A diferencia del majuelo riojano tradicional la poda es mixta, dejando un pitón largo de 4 yemas
y tres cargadores sin despuntar que se ubican en el camellón ancho.

Posteriormente este sistema derivó en otros con espaciamiento regular de 6 x 2, 5 x 1, 4 x 2,


etc., con poda mixta de cargadores y pitones o poda corta con cordones permanentes siempre
ubicados perpendicularmente al sentido de la hilera.

Se observa en los cuadros que hay un ahorro tanto en la cantidad de maderas como de alam-
bres. Pero en inversión la diferencia es menor porque la calidad de los elementos debe ser ma-
yor para compensar la menor cantidad de palos para no sacrificar la resistencia de la estructu-
ra.

Cantidad elementos
MADERA
2,5 x 2,5 4x2
Esquineros 4 4
Perimetrales 490 362
Muertos Para Esquineros 8 8
Muertos Para Perimetrales 490 362
Interiores 9156 7134

Metros
ALAMBRES
2,5 x 2,5 4x2
Perimetral 1240 1240
Maestros 47500 44440
Secundarios 95000 88880
Terciarios 95000 104200

Sistemas de Conducción 55 José Rodríguez

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