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UNIDAD 4

4. ENLACES QUÍMICOS

4.1. Fórmulas químicas


Antes de empezar a trabajar con los diferentes tipos de uniones o enlaces es importante
volver a remarcar que los elementos se representan por símbolos y los compuestos por
fórmulas químicas.

La fórmula química es la representación de los elementos que forman un compuesto, y


la proporción en la que éstos se encuentran. Por ejemplo, la fórmula química del dióxido
de carbono (CO2), nos indica que el compuesto está formado por 1 átomo de carbono
(C) y 2 átomos de oxígeno (O).

Existen varios tipos de fórmulas químicas:

• Fórmula empírica o fórmula mínima: es una expresión que representa la


proporción más simple en la que están presentes los átomos que forman un compuesto
químico.
• Fórmula molecular: indica el tipo y número de átomos presentes en un compuesto
molecular.
• Fórmula estructural o desarrollada: muestra la forma en que se unen los
diferentes átomos para dar lugar a la molécula.
• Fórmula tridimensional o espacial: considera que las moléculas poseen una
disposición espacial, y utilizan modelos tridimensionales. Un ejemplo de este tipo de
fórmula es el modelo de bolas y barras y el modelo espacial lleno.
En la siguiente figura se muestran las principales fórmulas por las que puede
representarse la molécula de benceno:

4.2. Enlaces químicos


En el mundo que nos rodea existen diferentes sustancias, el agua H 2O, los gases dióxido
de carbono CO2 y oxígeno O2, el cloruro de sodio NaCl, la sacarosa C11H22O11, entre
otras. La mayoría de las sustancias están formadas por partículas muy pequeñas
(moléculas o iones), más estables que los átomos libres.

Se llama enlace químico a la interacción entre dos o más átomos que se unen
para formar una molécula estable.
Algunos conceptos necesarios para tener en cuenta en la formación de los enlaces
químicos en los compuestos.

• Regla del octeto

Los átomos libres se unen entre sí, compartiendo o transfiriendo electrones para
adquirir una configuración electrónica más estable, similar a la configuración electrónica
del gas noble (He, Ne, Ar, Kr, Xe y Rn) más cercano y anterior en la tabla periódica,
tendiendo a completar 8 electrones en el último nivel energético (excepto He que
completa con 2 electrones). Esta propiedad es la que conocemos como regla del octeto.

El último grupo de la tabla periódica VIII A (18) que forma la familia de los gases nobles,
son los elementos más estables de la tabla periódica. La estabilidad de estos gases,
indica que tienen muy baja tendencia a perder o ganar electrones, es decir, no formarán
uniones químicas con otros elementos. Esto se debe a que tienen 8 electrones en su
nivel energético más externo, excepto el Helio que tiene solo 2 electrones, lo cual se
considera una configuración electrónica estable.

• Electronegatividad

Los átomos tienden a perder, ganar o compartir electrones buscando mayor estabilidad,
es decir, que la molécula formada representa un estado de menor energía que los
átomos aislados, debido a que alcanza la configuración electrónica más estable posible.
Esta capacidad de perder, ganar o compartir los electrones está dada por la
electronegatividad.

La electronegatividad es la capacidad relativa del átomo de un elemento para


atraer electrones hacia sí, al formar parte de un enlace químico.

Esta propiedad varía en función de su configuración electrónica, y por lo tanto, de su


posición en la tabla periódica. Mediante la diferencia de electronegatividad entre dos
átomos combinados se puede predecir el tipo de enlace que se forma entre ellos, lo cual
veremos más adelante en esta unidad.

Los valores de electronegatividad han sido determinados en una escala arbitraria;


asignando un valor máximo de 4 a flúor (F), es decir, es el elemento más
electronegativo y un valor mínimo de 0,7, correspondiente al cesio (Cs) y al francio (Fr),
es decir, son los elementos menos electronegativos. En la figura se pueden observar
los valores de electronegatividad de los elementos, y cómo ésta varía a lo largo de la
tabla periódica.
4.2.1. Tipos de enlaces químicos

Como mencionamos anteriormente, de acuerdo al tipo de átomos que se van a unir y


por las diferencias de sus electronegatividades se puede predecir qué tipo de enlace
puede formarse: iónico, covalente no polar o covalente polar, de acuerdo al valor de
diferencia de electronegatividad entre los mismos.
Cuando esta diferencia de electronegatividad entre los átomos que forman el enlace es:
<0,4: enlace covalente no polar
0,4-1,7: enlace covalente polar
>1,7: enlace iónico
Para graficar la misma es importante tener presente la estructura de Lewis. Ya que la
misma permite ilustrar de manera sencilla los enlaces químicos y representa la
estructura del compuesto, que resulta de la unión de un átomo con otro átomo.

• Enlace iónico: Metal – No metal


Se dan cuando uno o más electrones se transfieren de los átomos de los metales a los
átomos de los no metales.
Por ejemplo, el cloruro de sodio (NaCl), el bicarbonato de sodio (NaHCO3) y el carbonato
de calcio (CaCO3), entre otros. Las piedras preciosas y semipreciosas son ejemplos de
compuestos iónicos llamados minerales, que se cortan y pulen para fabricar joyas.
Este tipo de unión resulta de transferir los electrones de valencia.
Por ejemplo, un átomo de cloro al aceptar 1 e- del sodio queda con carga negativa,
forma el anión cloruro Cl-, mientras que el sodio queda con un electrón menos y forma
el catión Na+(carga positiva). Los iones cargados de manera opuesta se atraen entre
ellos a través de fuerzas electroestáticas que son la base del enlace iónico, en el ejemplo
anterior la sustancia resultante es el cloruro de sodio NaCl (sal común). Miremos la
reacción del sodio con el cloro.
En su estado atómico, el sodio tiene un electrón de valencia y el cloro siete.
El cloro, con siete electrones de valencia, necesita un electrón adicional para completar
su último nivel con ocho electrones. El átomo de sodio al perder un electrón queda con
8 electrones. Esta característica, es decir la tendencia de perder electrones cuando
entran en reacción química es común a todos los metales. El número de electrones que
los átomos de metal perderán (y la carga que ellos adquirirán) es igual al número de
electrones de valencia.
Los no metales tienden a ganar electrones (o compartirlos) para completar el octeto.
Para todos los no metales, excepto el hidrógeno y el helio, él último nivel de energía se
completa con ocho electrones. El hidrógeno y el helio sólo tienen electrones en su primer
nivel. El hidrógeno, con un electrón de valencia, ganará un electrón cuando forma un
ión negativo.
Propiedades de los compuestos iónicos:
- Se presentan en la naturaleza en estado sólido.
- Poseen altos puntos de fusión (mayores de 400°C).
- Son solubles en agua (entre otros disolventes polares).
- En solución acuosa son buenos conductores de electricidad, dada la presencia de iones.

• Enlace covalente: No metal – No metal


Se da cuando uno o más electrones se comparten entre los átomos de los no metales
(generalmente).
Por ejemplo, el agua (H2O), el oxígeno (O2), el dióxido de carbono (CO2), el azúcar
(C12H22O11) y el alcohol (CH3CH2OH), entre otros, son compuestos covalentes.
Este tipo de unión resulta de compartir los electrones de valencia. La unión de los dos
electrones de cada enlace se puede representar por barras (–) y en caso de existir
electrones no enlazados (electrones de valencia que no participan en el enlace), éstos
se dibujan con puntos o cruces sobre el símbolo del elemento.
Los enlaces covalentes pueden ser:
Simples: cuando se comparte un sólo par de electrones entre átomos iguales o
diferentes. Por ejemplo: la molécula de H 2, formada a partir de dos átomos de H; la
molécula de HCl, formada a partir de un átomo de H y otro de Cl.

Dobles y triples: se establecen cuando se comparten dos o tres pares de electrones,


respectivamente, entre átomos iguales o diferentes. Por ejemplo, la molécula de O2
formada por dos átomos de oxígeno que se enlazan doblemente.
Los enlaces covalentes pueden clasificarse además en polares, no polares o dativos:

Enlace covalente no polar


El enlace covalente no polar se forma entre dos átomos iguales (tendrán la misma
electronegatividad), o de átomos de electronegatividad muy similar.
Como consecuencia, los átomos atraen con igual fuerza el par de electrones que
comparten, de manera que la nube electrónica se distribuye simétricamente alrededor
de ambos núcleos.
Por ejemplo, en las moléculas diatómicas formadas por átomos iguales, como H 2, Cl2,
O2, N2, F2 y Cl2.
Para la molécula de hidrógeno H2, conocemos el valor de electronegatividad de H:
Electronegatividad (EN) H: 2,1
Se calcula la diferencia de electronegatividad entre los átomos que forman la molécula:
EN H 2,1 - EN H 2,1 = 0 → Este valor indica que el enlace es covalente no polar.

Enlace covalente polar


El enlace covalente polar se forma entre dos átomos distintos, es decir, entre elementos
de diferente electronegatividad.
El átomo más electronegativo atrae con más fuerza y por más tiempo el par de
electrones compartido, de manera que la nube electrónica se desplaza hacia el átomo
más electronegativo. Por lo tanto, la nube electrónica adopta una forma asimétrica
alrededor de ambos núcleos. Como consecuencia de esta asimetría electrónica se
origina un dipolo, es decir, la molécula tendrá un extremo o polo de carga parcial
positiva y un extremo o polo de carga parcial negativa.
Por ejemplo, en el cloruro de hidrógeno HCl, el Cl (átomo más electronegativo) atrae el
par de electrones compartidos y adquiere carga parcial negativa, por lo que el H (átomo
menos electronegativo) resulta en una carga parcial positiva.
Electronegatividad (EN) H: 2,1
Electronegatividad (EN) Cl: 3,0
Se calcula la diferencia de electronegatividad entre los átomos que forman la molécula:
EN Cl 3,0 - EN H 2,1 = 0,9 → Este valor indica que el enlace es covalente polar.
Otro ejemplo de enlace covalente polar, es la molécula de H 2O. En el dipolo del agua,
el átomo más electronegativo: el oxígeno, atrae a los electrones del enlace hacia sí,
adquiriendo carga parcial negativa, mientras que los átomos menos electronegativos:
los hidrógenos, quedan desprovistos de electrones y adquieren carga parcial positiva.
Se puede observar que sobre el átomo de oxígeno se localizan 2 pares de electrones no
enlazados que son electrones de valencia que no participan de los enlaces químicos.
Electronegatividad H: 2,1
Electronegatividad O: 3,4
Se calcula la diferencia de electronegatividad entre los átomos que forman la molécula:
EN O 3,4 - EN H 2,1 = 1,3 → Este valor indica que el enlace es covalente polar.
Enlace covalente dativo o coordinado
Como en toda unión covalente, en este tipo de unión también se comparten electrones,
pero la diferencia está dada en que un par de electrones compartidos es aportado por
uno sólo de los átomos.
Por ejemplo, este enlace se presenta en la formación de la molécula de dióxido de azufre
(SO2). Ambos elementos, azufre (S) y oxígeno (O), poseen 6 electrones de valencia
cada uno. Por un lado, se forma un enlace covalente doble entre el átomo de S y uno
de los dos átomos de oxígeno ya que comparten dos pares de electrones, completando
así, cada uno su octeto.
Por otro lado, se forma un enlace covalente dativo (simbolizado por ↑) entre el átomo
de S y el otro átomo de oxígeno, ya que S aporta un par de electrones que resulta
compartido por ambos átomos, completando así, cada uno su octeto.
Formación del enlace covalente dativo en la molécula de dióxido de azufre (SO2).

En el ejemplo del ion amonio (NH4+), la molécula de amoniaco (NH3) es la dadora del
par de electrones, ya que posee sobre N electrones no enlazados y el H es el receptor
de este par de electrones. El protón o catión hidrógeno (H+) no posee electrones, y se
estabiliza con los 2 electrones que le comparte el N del NH 3.

Propiedades de los compuestos covalentes:


Las fuerzas intermoleculares antes mencionadas son las responsables de que los
compuestos covalentes presenten las siguientes propiedades:
- Se presenten en la naturaleza en estado gaseoso, líquido o sólido.
- Posean bajos puntos de fusión (menores 300°C).
- La mayoría sean insolubles en agua (entre otros disolventes polares).
- En solución acuosa no conduzcan la electricidad, dado que la mayoría no forma iones
en solución.
En su mayoría las propiedades de los compuestos covalentes son opuestas a los
compuestos iónicos.

• Enlace metálico: Metal – Metal


Los metales sólidos poseen estructuras atómicas cristalinas bien definidas, estos
conglomerados atómicos están unidos químicamente por un tipo de unión llamado
enlace metálico.
El enlace metálico se produce cuando se combinan metales entre sí. Los átomos de los
metales necesitan ceder electrones, es decir, convertirse en cationes, para alcanzar la
configuración del gas noble más cercano. En este caso, los metales pierden los
electrones de valencia, y los mismos forman una nube de electrones entre los núcleos
positivos.
El enlace metálico se debe a la atracción entre los electrones de valencia de todos los
átomos y los cationes formados a partir de éstos.
Los electrones se hallan deslocalizados formando una nube electrónica única que
pertenece a todos los cationes del cristal metálico. La movilidad de los electrones (e-)
confiere al metal sus propiedades.
Este enlace se presenta en el oro, la plata, el aluminio, etc. Los electrones tienen cierta
movilidad; por eso, los metales son buenos conductores del calor y la electricidad. La
nube de electrones actúa como "pegamento" entre los cationes. Por esta razón casi
todos los metales son sólidos a temperatura ambiente. También presentan otras
características físicas como su maleabilidad, ductilidad, brillo y tenacidad, que los
diferencian del resto de los elementos y compuestos.

4.3. Fuerzas intermoleculares


Las fuerzas intermoleculares son las fuerzas de atracción existentes entre compuestos
iónicos, como así también entre moléculas covalentes. En esta unidad estudiaremos las
interacciones establecidas entre estas últimas.
Las fuerzas intermoleculares están presentes en las sustancias covalentes cuando se
encuentran en estado sólido o líquido. Todas las fuerzas intermoleculares que pueden
actuar en las moléculas se muestran en la siguiente figura. Nosotros en esta guía solo
estudiaremos las Fuerzas de Van de Waals.

Fuerzas
Intermoleculares

Compuestos
Compuestos iónicos
covalentes

Atracciones Atracciones
electroestáticas intermoleculares

Fuerzas ión-dipolo Fuerzas de Van der


Fuerzas ión-ión Fuerzas ión-dipolo
inducido Waals

Atracción dipolo- Fuerzas de


dipolo Atracción dipolo- dispersión
dipolo inducido
(Puente hidrógeno) (London)
4.3.1. Fuerzas de Van Der Waals

Son fuerzas de estabilización entre moléculas covalentes en las cuales se establecen


interacciones químicas débiles en las que participan dos tipos de fuerzas, las fuerzas de
dispersión (que son fuerzas de atracción) y las fuerzas de repulsión entre las capas
electrónicas de 2 átomos contiguos.
Clases de fuerzas de Van der Waals
● De orientación: interacción dipolo-dipolo. Y dentro de este tipo de fuerzas, el Puente
de Hidrógeno.
● De inducción: interacción dipolo-dipolo inducido.
● De dispersión (Fuerzas de London): dipolo inducido-dipolo inducido.

• Dipolo-dipolo
Este tipo de fuerzas se establece entre moléculas covalentes polares. Las moléculas
polares se consideran dipolos porque tienen un extremo o polo con densidad de carga
positiva y un extremo o polo con densidad de carga negativa. En esta interacción, el
extremo o polo con densidad de carga positiva de una molécula polar, es atraído por el
extremo o polo con densidad de carga negativa de otra molécula polar.

Por ejemplo, en la interacción establecida entre 2 moléculas de HCl.

Para que estas fuerzas sean efectivas es necesario que las moléculas polares tengan la
cercanía y la orientación adecuadas.

Puente de hidrógeno
El puente de hidrógeno es un caso especial de la interacción dipolo-dipolo. Estas fuerzas
intermoleculares son las más intensas, por ello es que se les ha dado un nombre
especial: el de puente de hidrógeno.
Características de los puentes de hidrógeno:
1) Cada molécula que participa en la formación de puentes de hidrógeno tiene un átomo
de hidrógeno unido de forma covalente a un átomo muy electronegativo de flúor,
oxígeno o nitrógeno. El par de electrones del enlace es atraído con más intensidad hacia
el átomo más electronegativo, es por ello que éste adquiere una carga parcial negativa
(δ-), mientras que el hidrógeno queda con una carga parcial positiva (δ+).
2) Este hidrógeno unido a un átomo de F, O ó N de una molécula es atraído hacia un
átomo de F, O ó N de una molécula vecina.
3) Para que estas fuerzas sean efectivas es necesario que las moléculas polares tengan
la cercanía y la orientación adecuadas.
El puente de hidrógeno se establece, por ejemplo, entre moléculas de agua. Estas
moléculas son dipolos, por la diferencia de electronegatividad entre los átomos que la
constituyen. Muchas moléculas orgánicas establecen entre sí interacciones de este tipo
y son un factor principal en la formación y estructura de moléculas biológicas como las
proteínas y el ADN.

Molécula de agua

Molécula de ADN
En los ejemplos podemos observar que el enlace puente de hidrógeno puede ser
intermolecular (en el caso del agua) o puede darse también dentro de una misma
molécula, siendo denominado en este caso puente de hidrógeno intramolecular (en el
caso del ADN).

• Dipolo-dipolo inducido
Este tipo de fuerzas se establece entre moléculas covalentes no polares y algunas
moléculas covalentes polares. Por ejemplo, la interacción establecida entre una
molécula de Cl2 (no polar) y una molécula de H2O (polar).
Cuando las moléculas covalentes no polares se encuentran en cercanía de las moléculas
polares, pueden formar dipolos transitoriamente, por eso se dice, que es un dipolo
inducido.

• Dipolo inducido-dipolo inducido


Este tipo de fuerzas se establece entre moléculas covalentes no polares. Por ejemplo,
en la interacción establecida entre una molécula de Cl 2 (no polar) y una molécula de H2
(no polar). A este tipo de fuerzas también se las conoce como fuerzas de London.
Las moléculas covalentes no polares se pueden polarizar transitoriamente (dipolo
inducido). Estos dipolos son inducidos entre moléculas no polares.

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