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La química orgánica o química del carbono

Es la rama de la química que estudia una numerosa clase de moléculas que


contienen carbono, formando enlaces covalentes carbono-carbono y carbono-
hidrógeno, también conocidos como compuestos orgánicos. Su riqueza es
abrumadora. Originalmente, la química orgánica se confundió con la bioquímica, al
estar la química de la vida basada mayoritariamente en la química del carbono.
Desde la primera síntesis de urea en un laboratorio, que demostró que la química
orgánica no era fundamentalmente distinta de la química convencional, se han
realizado enormes avances teóricos y metodológicos, se han sintetizado y descrito
millones de compuestos orgánicos y se han basado ramas enteras de la industria
en las reacciones químicas orgánicas.

Enlace químico

Conocemos como enlaces químicos a la fusión de átomos y moléculas para


formar compuestos químicos más grandes y complejos dotados de estabilidad. En
este proceso los átomos o moléculas alteran sus propiedades físicas y químicas,
constituyendo nuevas sustancias homogéneas (no mezclas), inseparables a través
de mecanismos físicos como el filtrado o el tamizado.

Es un hecho que los átomos que forman la materia tienden a unirse y


alcanzar condiciones más estables que en solitario, a través de diversos métodos
que equilibran o comparten sus cargas eléctricas naturales. Se sabe que los
protones en el núcleo de todo átomo poseen carga positiva (+) y
los electrones alrededor poseen carga negativa (-), mientras que los neutrones,
también en el núcleo, no tienen carga, pero aportan masa (y, por lo
tanto, gravedad).

Los enlaces químicos ocurren en la naturaleza y forman parte tanto de


sustancias inorgánicas como de formas de vida, ya que sin ellos no podrían
construirse las proteínas y aminoácidos complejos que conforman nuestros
cuerpos.

De manera semejante, los enlaces químicos pueden romperse bajo ciertas y


determinadas condiciones, como al ser sometidos a cantidades de calor, a la
acción de la electricidad, o a la de sustancias que rompan la unión existente y
propicien otras nuevas junturas.

Así, por ejemplo, es posible someter al agua a electricidad para separar las
uniones químicas entre el hidrógeno y el oxígeno que la conforman, en un proceso
denominado electrólisis; o añadir grandes cantidades de energía calórica a una
proteína para romper sus enlaces y desnaturalizarla, es decir, romperla en trozos
más pequeños.

Tipos de enlace químico

Existen tres tipos de enlace químico conocidos, dependiendo de la


naturaleza de los átomos involucrados, así:

 Enlace covalente. Ocurre entre átomos no metálicos y de cargas


electromagnéticas semejantes (por lo general altas), que se juntan y
comparten algunos pares de electrones de su última órbita (la más externa),
y conseguir una forma eléctrica más estable. Es el tipo de enlace
predominante en las moléculas orgánicas y puede ser de tres tipos: simple
(A-A), doble (A=A) y triple (A≡A), dependiendo de la cantidad de electrones
compartidos.
 Enlace iónico. Tiene lugar entre átomos metálicos y no metálicos, y
consiste en una transferencia permanente de electrones desde el átomo
metálico hacia el átomo no metálico, produciendo una molécula cargada
eléctricamente en algún sentido, ya sea cationes (+1) o aniones (-1).

 Enlace metálico. Se da únicamente entre átomos metálicos de un


mismo elemento, que por lo general constituyen estructuras sólidas,
sumamente compactas. Es un enlace fuerte, que junta los núcleos atómicos
entre sí, rodeados de sus electrones como en una nube, y cuesta mucho
esfuerzo separarlos.

Ejemplos de enlace químico

Algunos ejemplos de enlace covalente están presentes en los siguientes


compuestos:

 Benceno (C6H6)
 Metano (CH4)

 Glucosa (C6H12O6)

 Amoníaco (NH3)

 Freón (CFC)

 En todas las formas del carbono (C): carbón, diamantes, grafeno, etc.

En cambio, ejemplos de compuestos con enlaces iónicos son:

 Óxido de magnesio (MgO)


 Sulfato de cobre (CuSO4)

 Ioduro de potasio (KI)

 Cloruro de manganeso (MnCl2)

 Carbonato de calcio (CaCO3)

 Sulfuro de hierro (Fe2S3)

Y, finalmente, ejemplos de elementos con enlaces metálicos:

 Barras de hierro (Fe)


 Yacimientos de cobre (Cu)

 Barras de oro puro (Au)

 Barras de plata pura (Ag).

Enlace covalente

Se llama enlace covalente a un tipo de enlace químico, que ocurre


cuando dos átomos se enlazan para formar una molécula, compartiendo
electrones pertenecientes de su capa más superficial, alcanzando gracias a
ello el conocido “octeto estable” (conforme a la “regla del octeto” propuesto
por Gilbert Newton Lewis sobre la estabilidad eléctrica de los átomos). Los
átomos así enlazados comparten un par (o más) de electrones, cuya órbita
varía y se denomina orbital molecular.

Los enlaces covalentes son distintos de los enlaces iónicos, en los que
ocurre una transferencia de electrones y que se dan entre elementos
metálicos. Estos últimos, además, forman moléculas cargadas eléctricamente,
llamadas iones: cationes si tienen carga positiva, aniones si tienen carga negativa.

En cambio, ciertos enlaces covalentes (entre átomos diferentes) se


caracterizan por una concentración de electronegatividad en uno de los dos
átomos juntados, dado que no atraen con la misma intensidad a la nube de
electrones a su alrededor.
Esto da como resultado un dipolo eléctrico, es decir, una molécula con carga
positiva y negativa en sus extremos, como una pila ordinaria: un polo positivo y
otro negativo. Gracias a ello las moléculas covalentes se juntan con
otras semejantes y forman estructuras más complejas.

Tipos de enlace covalente


Existen los siguientes tipos de enlace covalente, a partir de la cantidad de
electrones compartidos por los átomos enlazados:

 Simple. Los átomos enlazados comparten un par de electrones de su


última capa (un electrón cada uno). Por ejemplo: H-H (Hidrógeno-
Hidrógeno), H-Cl (Hidrógeno-Cloro).
 Doble. Los átomos enlazados aportan dos electrones cada uno,
formando un enlace de dos pares de electrones. Por ejemplo:
O=O (Oxígeno-Oxígeno), O=C=O (Oxígeno-Carbono-Oxígeno).

 Triple. En este caso los átomos enlazados aportan tres pares de


electrones, es decir, seis en total. Por ejemplo: N≡N (Nitrógeno-Nitrógeno).

 Dativo. Un tipo de enlace covalente en que uno solo de los dos


átomos enlazados aporta dos electrones y el otro, en cambio, ninguno.

Por otro lado, conforme a la presencia o no de polaridad, se puede distinguir


entre enlaces covalentes polares (que forman moléculas polares) y enlaces
covalentes no polares (que forman moléculas no polares):

 Enlaces covalentes polares. Se enlazan átomos


de distintos elementos y con diferencia de electronegatividad por
encima de 0,5. Así se forman dipolos electromagnéticos.
 Enlaces covalentes no polares. Se enlazan átomos de un mismo
elemento o de idénticas polaridades, con una diferencia
de electronegatividad muy pequeña (menor a 0,4). La nube electrónica,
así, es atraída con igual intensidad por ambos núcleos y no se
forma un dipolo molecular.

Ejemplos de enlace covalente

El nitrógeno puro (N2) tiene un enlace triple.


Ejemplos sencillos de enlace covalente son los que se dan en las siguientes
moléculas:

 Oxígeno puro (O2). O=O (un enlace doble)


 Hidrógeno puro (H2). H-H (un enlace simple)

 Dióxido de carbono (CO2). O=C=O (dos enlaces dobles)

 Agua (H2O). H-O-H (dos enlaces simples)

 Ácido clorhídrico (HCl). H-Cl (un enlace simple)

 Nitrógeno puro (N2). N≡N (un enlace triple)

 Ácido cianhídrico (HCN). H-C≡N (un enlace simple y uno triple)

Enlace metálico

Los enlaces metálicos son, como su nombre lo indica, un tipo de unión


química que se produce únicamente entre los átomos de un mismo elemento
metálico. Gracias a este tipo de enlace los metales logran estructuras moleculares
sumamente compactas, sólidas y resistentes, dado que los núcleos de
sus átomos se juntan a tal extremo, que comparten sus electrones de valencia.

En el caso de los enlaces metálicos, lo que ocurre con los electrones es que
abandonan sus órbitas acostumbradas alrededor del núcleo atómico cuando éste
se junta con otro, y permanecen alrededor ambos como una especie de nube. De
esta manera las cargas positivas y negativas mantienen su atracción, sujetando
firmemente al conjunto atómico y alcanzando márgenes importantes de dureza,
compactación y durabilidad, que son típicas de los metales en barra.

Podemos decir, pues, que el enlace metálico es un vínculo atómico muy


fuerte y primario, exclusivo de átomos de la misma especie, pero que nada tiene
que ver con las formas de la aleación, las cuales no son más que formas de
mezclar físicamente dos o más metales, o un metal con otros elementos para
combinar sus propiedades.

Tampoco debe confundirse a este tipo de enlaces con los enlaces


iónicos (metal-no metal) o los covalentes (no metal-no metal), si bien comparten
con estos últimos ciertos rasgos funcionales, ya que los átomos involucrados
intercambian los electrones de su última capa orbital (capa de valencia).

Ver también: Enlace Covalente.

Propiedades de un enlace metálico

A los enlaces metálicos se deben muchas de las propiedades típicas de los


metales, como su solidez, su dureza, e incluso su maleabilidad y ductilidad. La
buena conducción del calor y de la electricidad de los metales, de hecho, se debe
a la disposición tan particular de los electrones en nube alrededor de los núcleos,
permitiendo su movilidad a lo largo y ancho del conjunto. Incluso el lustre de los
metales se debe a ello, pues este tipo de enlace repele casi toda la energía
lumínica que los impacta, es decir, brilla.

Los átomos unidos mediante enlaces metálicos suelen, además, organizarse


en estructuras hexagonales, cúbicas, o de forma geométrica concreta. La única
excepción es la del mercurio, que a pesar de ser un metal es líquido a temperatura
ambiente y forma de gotas perfectamente redondas y brillantes.

Ejemplos de enlace metálico

Los enlaces metálicos son frecuentes en el mundo de los metales, por lo que
cualquier elemento metálico puro es perfecto ejemplo de ello. Es decir, cualquier
veta pura de: plata (Ag), oro (Au), cadmio (Cd), hierro (Fe), níquel (Ni), zinc (Zn),
cobre (Cu), platino (Pt), aluminio (Al), galio (Ga), titanio (Ti), paladio (Pd), plomo
(Pb), iridio (Ir) o cobalto (Co), siempre que no se encuentre mezclado con otros
metales y elementos, se mantendrá unida mediante enlaces metálicos.
Enlace iónico

Se entiende por enlace iónico o enlace electro Valente a uno de los


mecanismos de unión química, que se da generalmente entre átomos metálicos y
no metálicos, fusionados debido a la transferencia permanente de electrones, y
produciendo así una molécula cargada electromagnéticamente, conocida como ion.

La transferencia electrónica en el enlace iónico se da siempre desde los


átomos metálicos hacia los no metálicos, o en todo caso, desde los más
electronegativos hacia los menos. Esto se debe a que la juntura se produce por
atracción entre partículas de distinto signo, cuya variación en el coeficiente de
electronegatividad sea mayor o igual a 1,7 en la escala de Pauling.

Conviene aclarar que si bien el enlace iónico se suele distinguir del covalente
(consistente en un uso compartido de pares electrónicos en la capa externa de
ambos átomos), en realidad no existe un enlace iónico puro, sino que este modelo
consiste en una exageración del enlace covalente, útil para el estudio del
comportamiento atómico en estos casos. Pero siempre existe algún margen de
covalencia en estas uniones.

Sin embargo, a diferencia de los enlaces covalentes que constituyen a


menudo moléculas polares, los iones no poseen un polo positivo y otro negativo,
sino que en ellos predomina por entero una sola carga. Así,
tendremos cationes cuando se trate de una carga positiva (+) y
tendremos aniones cuando se trate de una negativa (-).

Las características generales de este tipo de enlace son:

 Es un enlace fuerte. Dependiendo de la naturaleza de los iones, la


fuerza de esta unión atómica puede ser muy intensa, por lo que la
estructura de estos compuestos tiende a formar redes cristalinas muy
resistentes.
 Suele producir sólidos. A temperaturas y rangos de presión normales,
suelen producir compuestos de estructura molecular cúbica y rígida,
cristalina, dando origen así a sales. Existen líquidos iónicos, también, o
“sales derretidas”, que son poco frecuentes pero sumamente útiles.

 Posee un alto punto de fusión. Tanto el punto de fusión (entre 300


°C y 1000 °C) como el de ebullición de estos compuestos suele ser muy
alto, pues se requiere grandes cantidades de energía para romper la
atracción eléctrica entre los átomos.

 Solubilidad en agua. La mayoría de las sales obtenidas de este modo


son solubles en agua y otras soluciones acuosas que presenten un dipolo
eléctrico (polos positivo y negativo).

 Conducción eléctrica. En su estado sólido no son buenos conductores


de electricidad, dado que los iones ocupan posiciones muy fijas en una red
eléctrica. En cambio, una vez disueltos en agua o en solución acuosa, se
tornan eficaces conductores de la electricidad.

 Selectividad. Los enlaces iónicos pueden darse únicamente


entre metales de los grupos I y II de la Tabla periódica, y los no metales de
los grupos VI y VII.

Ejemplos de iones obtenidos mediante este proceso químico son:

 Fluoruros (F–). Sales catódicas obtenidas del ácido fluorhídrico (HF),


empleadas en la fabricación de pastas dentales y otros insumos
odontológicos.
 Sulfatos (SO42-). Sales o ésteres obtenidas del ácido sulfúrico
(H2SO4), cuya unión a un metal sirve a fines sumamente diversos, desde
aditivos en la obtención de materiales de construcción, hasta insumo para
radiografías de contraste.

 Nitratos (NO3-). Sales o ésteres obtenidos del ácido nítrico (HNO3),


empleados en la manufacturación de la pólvora (juntados con potasio), y en
numerosas formulaciones químicas para abonos o fertilizantes.

 Mercurio II (Hg+2). Se trata de un catión obtenido a partir del


mercurio, llamado también catión mercúrico y que es sólo estable en
medios de pH ácido (<2).

 Permanganatos (MnO4-). Las sales del ácido permangánico (HMnO4),


poseen un intenso color púrpura y un enorme poder oxidante, que puede
ser aprovechado en la síntesis de la sacarina, por ejemplo, o en
el tratamiento de aguas residuales, o en la fabricación de desinfectantes.

Fuerza por puente de hidrógeno o enlace de hidrógeno

Fuerza eminentemente electrostática atractiva entre un átomo electronegativo y un


átomo de hidrógeno unido covalentemente a otro átomo electronegativo. Resulta
de la formación de una fuerza carga-dipolo con un átomo de hidrógeno unido a un
átomo de nitrógeno, oxígeno o flúor (de ahí el nombre de "enlace de hidrógeno"),
que no debe confundirse con un enlace covalente a átomos de hidrógeno,La
energía de un enlace de hidrógeno (típicamente de 5 a 30 kJ/mol) es
significativamente menor a la de los enlaces covalentes débiles (155 kJ/mol), y un
enlace covalente típico es sólo 20 veces más fuerte que un enlace de hidrógeno
intermolecular. Estos enlaces pueden ocurrir entre moléculas (intermolecularidad),
o entre diferentes partes de una misma molécula (intramolecularidad).2 El enlace
de hidrógeno es una fuerza electrostática dipolo-dipolo fija muy fuerte cuando
están muchas moléculas unidas, ya que da gran estabilidad, pero más débil que
el enlace covalente o el enlace iónico. La fuerza del enlace de hidrógeno se ubica
en algún lugar intermedio entre un enlace covalente y una fuerza de Van der
Waals (fuerza de dispersión). Este tipo de enlace ocurre tanto en moléculas
inorgánicas tales como el agua, y en moléculas orgánicas como el ADN.

El enlace de hidrógeno intermolecular es responsable del punto de


ebullición alto del agua (100°C). Esto es debido al fuerte enlace de hidrógeno, en
contraste a los otros hidruros de calcógenos. El enlace de hidrógeno
intramolecular es responsable parcialmente de la estructura secundaria estructura
terciaria y estructura cuaternaria de las proteínas y ácidos nucleicos.

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