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Unidad 2

Modelos de uniones químicas: iónicas, covalentes y metálicas.


Las propiedades de las sustancias dependen en gran medida de los enlaces
químicos que mantienen unidos sus átomos. Siempre que átomos o iones se
unen fuertemente unos a otros, decimos que hay un enlace químico entre ellos.
Hay tres tipos generales de enlaces químicos: iónicos, covalentes y metálicos.
• Enlace iónico: se refiere a las fuerzas electrostáticas que existen entre
iones con carga opuesta. Los iones se forman a partir de átomos por la
transferencia de uno o más electrones de un átomo a otro. Las
sustancias iónicas casi siempre son el resultado de la interacción entre
metales de la izquierda de la tabla periódica y no metales de la
derecha.
• Enlace covalente: es el resultado de compartir electrones entre dos
átomos. Los ejemplos más conocidos de enlaces covalentes se
observan en las interacciones de los elementos no metálicos entre sí.
• Enlace metálico: se encuentran en metales como cobre, hierro y
aluminio. En los metales, cada átomo está unido a varios átomos
vecinos. Los electrones de enlace tienen relativa libertad para moverse
dentro de toda la estructura tridimensional del metal. Los enlaces
metálicos dan pie a propiedades metálicas típicas como elevada
conductividad eléctrica y brillo.
Los electrones que participan en los enlaces químicos se denominan
electrones de valencia: los que están en la ultimo nivel incompleto de los
átomos.
El químico estadounidense G. N. Lewis (1875-1946) sugirió una forma sencilla
de representar los electrones de valencia de los átomos y de seguirlos durante
la formación de enlaces, utilizando lo que ahora se conoce como símbolos de
Lewis. El símbolo de Lewis para un elemento consiste en el símbolo químico
del elemento más un punto por cada electrón de valencia. Por ejemplo, el
azufre tiene la configuración electrónica 1s22s22p6 3s23p4; por tanto, su símbolo
de Lewis muestra seis electrones de valencia:

Los puntos se colocan en los cuatro lados del símbolo atómico: arriba, abajo, a
la izquierda y a la derecha. Cada lado puede dar cabida a dos electrones como
máximo. Los cuatro lados del símbolo son equivalentes; la colocación de dos
electrones en un lado o de uno a cada lado es arbitraria.
La regla del octeto
Los átomos con frecuencia ganan, pierden o comparten electrones tratando de
alcanzar el mismo número de electrones que los gases nobles más cercanos a
ellos en la tabla periódica. Los gases nobles tienen acomodos de electrones
muy estables, como revelan sus altas energías de ionización (o sea, se
necesita mucha energía para sacarle un electrón), su baja afinidad por
electrones adicionales y su falta general de reactividad química.
Puesto que todos los gases nobles (con excepción del He) tienen ocho
electrones de valencia, muchos átomos que sufren reacciones, también
terminan con ocho electrones de valencia. Esta observación ha dado lugar a
una pauta conocida como regla del octeto: los átomos tienden a ganar,
perder o compartir electrones hasta estar rodeados por ocho electrones
de valencia.
En términos de símbolos de Lewis, un octeto puede visualizarse como cuatro
pares de electrones de valencia dispuestos alrededor del átomo. Hay muchas
excepciones a la regla del octeto, pero ofrece un marco de referencia útil para
introducir muchos conceptos de enlaces importantes.

Enlaces iónicos
Es un tipo de unión química entre átomos, donde uno de ellos transfiere
un electrón al otro. Este enlace se establece normalmente entre metales y no
metales con diferente electronegatividad. Por lo general, el metal cede sus
electrones al elemento no metal.
Este tipo de enlace se produce por la atracción de iones con cargas opuestas.
Al ceder o aceptar los electrones de valencia, los iones cumplen con la regla
del octeto y, por lo tanto, son más estables. Los electrones de valencia son los
electrones de la capa más externa del átomo, que pueden participar en los
enlaces químicos.
Características del enlace iónico
• Se establece entre iones con carga positiva (cationes) e iones con carga
negativa (aniones).
• Se establece entre átomos con diferencias de electronegatividad
grandes.
• Se produce una transferencia de electrones.
• Generalmente se encuentra formando las sales.
¿Cómo se forma un enlace iónico?
Un átomo que cede uno o más electrones se transforma en un ion cargado
positivamente o catión. Ejemplos de cationes son el catión sodio Na+, el catión
calcio Ca2+ y el catión aluminio Al3+. La capacidad de ceder electrones es
característica de los metales.
Cuando un átomo acepta uno o más electrones se transforma en un ion
cargado negativamente o anión. Ejemplos de aniones son el anión cloro o
cloruro Cl-, el anión azufre o sulfuro S2- y el anión fosfato PO43-.
Cuando iones con cargas opuestas entran en contacto, se produce
una atracción electrostática y se forma el enlace iónico. Por ejemplo, el catión
sodio Na+ forma un enlace iónico con el anión fluoruro F- y forman el fluoruro de
sodio NaF.

Propiedades de los compuestos iónicos


• Son sólidos.
• Tienen altas temperaturas (o puntos) de fusión y de ebullición. Por
ejemplo, el cloruro de sodio se funde a 801 °C y hierve a 1413 °C.
• En forma sólida, un compuesto iónico no es conductor de electricidad
porque sus iones no pueden fluir (la "electricidad" es el flujo de
partículas cargadas). Sin embargo, cuando está fundido o disuelto,
puede conducir la electricidad porque sus iones pueden moverse
libremente por el líquido.
¿Por qué algunos átomos pierden electrones y otros ganan?
Los aspectos energéticos de la formación de enlaces ayudan a explicar por qué
muchos iones tienden a tener configuraciones electrónicas de gas noble. Por
ejemplo, el sodio pierde fácilmente un electrón para formar Na+, que tiene la
misma configuración electrónica que el Ne:

De forma similar, la adición de electrones a los no metales es espontanea


siempre que los electrones se agreguen a la capa de valencia. Así, un átomo
de Cl acepta fácilmente un electrón para formar el Cl-, que tiene la misma
configuración electrónica que el Ar:
Utilizando estos conceptos, cabe esperar que los compuestos iónicos de los
metales representativos de los grupos 1A, 2A y 3A contengan cationes con
cargas de 1+, 2+ y 3+, respectivamente. Asimismo, los compuestos iónicos de
los no metales representativos de los grupos 5A, 6A y 7A por lo regular
contienen aniones con carga 3-, 2- y 1-, respectivamente. Casi nunca
encontramos compuestos iónicos de los no metales del grupo 4A (C, Si y Ge).
Los elementos más pesados del grupo 4A (Sn y Pb) son metales y
normalmente se encuentran como cationes divalentes en los compuestos
iónicos: Sn2+ y Pb2+. Este comportamiento es congruente con el creciente
carácter metálico que se observa al bajar por una columna de la tabla
periódica.
Además de los iones sencillos como Na+ y Cl-, existen iones poliatómicos
como NO3-(ion nitrato) y SO42- (ion sulfato). Estos iones consisten en átomos
unidos igual que en una molécula, pero tienen una carga neta positiva o
negativa.

Enlaces covalentes
Para la clase tan amplia de sustancias que no se comportan como sustancias
iónicas necesitamos un modelo diferente para el enlace entre los átomos. G. N.
Lewis razonó que un no metal podría adquirir una configuración electrónica de
gas noble compartiendo electrones con otro no metal.
Propiedades de los compuestos moleculares (covalentes)
En condiciones normales, los compuestos moleculares suelen existir como
gases, líquidos de bajo punto de ebullición y sólidos de bajo punto de fusión,
aunque existen muchas excepciones importantes.
Estructuras de Lewis: ¿cómo dibujarlas?
Podemos representar la formación de enlaces covalentes utilizando símbolos
de Lewis para mostrar los átomos constituyentes. La formación de la molécula
de H2 a partir de dos átomos de H se puede representar así:

Así, cada átomo de hidrógeno adquiere un segundo electrón y alcanza la


configuración electrónica estable, con dos electrones, del gas noble helio. La
formación de un enlace entre dos átomos de cloro para dar una molécula de
Cl2 se puede representar de forma similar:

Cada átomo de cloro, al compartir el par de electrones de enlace, adquiere


ocho electrones (un octeto) en su capa de valencia, y alcanza la configuración
electrónica de gas noble del argón.
Las estructuras que se muestran aquí para H2 y Cl2 se denominan estructuras
de Lewis (o estructuras de electrón-punto de Lewis). Al escribir estructuras
de Lewis, normalmente indicamos con una línea cada par de electrones
compartido entre dos átomos, y los pares de electrones no compartidos
se dibujan como puntos. Siguiendo esta convención, las estructuras de
Lewis para H2 y Cl2 se dibujan así:

1. Cuento la cantidad de electrones que se necesitan, considerando que


cada uno debe llegar a tener 8 electrones.
2. Sumo la cantidad de electrones de valencia de todos los átomos.
3. Resto lo que necesito menos lo que tengo. El resultado de la resta indica
la cantidad de electrones que se van a compartir. Y la mitad de esa cantidad
me dice el número de pares.
4. Se coloca el átomo menos electronegativo en el medio, se dibujan líneas
por cada par de enlace y luego los electrones libres no enlazantes.

Limitaciones de la regla del octeto


Dado que las energías de ionización aumentan rápidamente con cada electrón
sucesivo que se elimina, las energías de red de los compuestos iónicos
generalmente sólo alcanzan a compensar la pérdida de cuanto más tres
electrones de los átomos. Por ello, encontramos cationes con cargas de 1+, 2+
o 3+ en los compuestos iónicos. Sin embargo, la mayor parte de los metales de
transición tiene más de tres electrones más allá de un centro de gas noble. La
plata, por ejemplo, tiene la configuración electrónica [Kr] 4d10 5s1 . Los metales
del grupo 1B (Cu, Ag, Au) suelen encontrarse como iones 1+ (como en el
CuBr y el AgCl). Al formarse el ion Ag+, se pierde el electrón 5s y queda una
subcapa 4d totalmente llena. Como ilustra este ejemplo, los metales de
transición generalmente no forman iones con configuraciones de gas
noble. La regla del octeto, aunque útil, tiene obviamente un alcance
limitado.
La regla del octeto falla también en muchas situaciones en las que intervienen
enlaces covalentes. Tales excepciones a la regla del octeto son de tres tipos
principales:
1. Moléculas con número impar de electrones: en unas cuantas moléculas,
como ClO2, NO y NO2, el número de electrones es impar. Es imposible aparear
totalmente estos electrones, y tampoco puede lograrse un octeto en torno a
todos los átomos. Por ejemplo, el NO contiene 5 + 6 = 11 electrones de
valencia.
2. Moléculas en las que un átomo tiene menos de un octeto: cuando hay
menos de ocho electrones alrededor de un átomo en una molécula o ion
poliatómico. Ésta también es una situación relativamente rara y suele
encontrarse en compuestos de boro y berilio. Por ejemplo, consideremos el
trifluoruro de boro, BF3.
3. Moléculas en las que un átomo tiene más de un octeto: consiste en
moléculas o iones en los que hay más de ocho electrones en la capa de
valencia de un átomo. Si dibujamos la estructura de Lewis para el PCl5, por
ejemplo, nos vemos obligados a “expandir” la capa de valencia y colocar 10
electrones alrededor del átomo de fósforo central.
Polaridad de enlace
El concepto de polaridad del enlace es útil para describir la forma en que se
comparten electrones entre los átomos. En un enlace covalente no polar, los
electrones se comparten equitativamente entre dos átomos. En un enlace
covalente polar, uno de los átomos ejerce una atracción mayor sobre los
electrones de enlace que el otro. Si la diferencia en la capacidad relativa para
atraer electrones es lo bastante grande, se forma un enlace iónico.
Electronegatividad
Se utiliza para estimar si un enlace dado es covalente no polar, covalente polar
o iónico. Definimos la electronegatividad como la capacidad de un átomo en
una molécula para atraer electrones hacia sí. Cuanto mayor sea la
electronegatividad de un átomo, mayor será su capacidad para atraer
electrones. La electronegatividad de un átomo en una molécula está
relacionada con su energía de ionización y su afinidad electrónica, que son
propiedades de los átomos aislados. La energía de ionización mide la fuerza
con que el átomo se aferra a sus electrones, y la afinidad electrónica es una
medida de la fuerza con que un átomo atrae electrones adicionales. Un átomo
con una afinidad electrónica muy negativa y una energía de ionización elevada
atraerá electrones de otros átomos y además se resistirá a perder los
suyos; será muy electronegativo.
Dentro de cada periodo, generalmente hay un aumento continuo en la
electronegatividad de izquierda a derecha. Con algunas excepciones (sobre
todo dentro de los metales de transición), la electronegatividad disminuye al
aumentar el número atómico en cualquier grupo.
Podemos utilizar la diferencia de electronegatividad entre dos átomos para
estimar la polaridad de los enlaces entre ellos. Consideremos estos tres
compuestos que contienen flúor:
En el F2, los electrones se comparten equitativamente entre los átomos de
flúor, y el enlace covalente es no polar. Se forma un enlace covalente no polar
cuando las electronegatividades de los átomos unidos son iguales.
En el HF, el átomo de flúor tiene mayor electronegatividad que el de hidrógeno,
así que los electrones se comparten de forma desigual; el enlace es polar. Se
forma un enlace polar cuando los átomos tienen diferente electronegatividad.
En el HF, el átomo de flúor, más electronegativo, atrae la densidad electrónica
alejándola del átomo de hidrógeno, menos electronegativo. Así, parte de la
densidad electrónica que rodea al núcleo de hidrógeno es atraída hacia el
núcleo de flúor y deja una carga positiva parcial en el átomo de hidrógeno y
una carga negativa parcial en el átomo de flúor. Podemos representar esta
distribución de carga así:

En la estructura tridimensional de LiF, la transferencia de carga electrónica es


prácticamente total. Por tanto, el enlace que se produce es iónico. Estos
ejemplos ilustran el hecho de que, cuanto mayor es la diferencia de
electronegatividad entre dos átomos, más polar es su enlace.
Entones…

Para saber si un enlace es iónico, covalente polar o covalente no


polar, debemos analizar la diferencia de electronegatividades entre
los elementos.
Será iónico si la diferencia es igual o superior a 1.7
Será covalente polar si la diferencia está entre 0.4 y 1.7
Será covalente no polar si la diferencia es menor a 0.4
Número de oxidación
El número de electrones sobre los que un átomo gana o pierde dominio,
cuando se enlaza con otro, se llama número o índice de oxidación (positivo si
se pierde, negativo si gana).
Los elementos en estado natural, sin combinar, son neutros. Este hecho lo
podemos expresar asignándole un número de oxidación 0. Sin embargo,
hemos visto que cuando dos elementos se combinan uno será más metálico
que el otro y habrá transferencia (total o parcial) de electrones entre ellos. Eso
cambia el número de oxidación. El elemento que gana electrones (gana carga
negativa) adquiere número de oxidación negativo. El elemento que pierde
electrones (gana carga positiva) adquiere número de oxidación positivo.
Sin embargo, un mismo elemento puede actuar con varios índices de
oxidación.
En el caso de los no metales, grupos 13 a 17, el índice de oxidación (negativo)
corresponde a los compuestos en los que es el elemento más electronegativo,
pero hay que tener en cuenta que también pueden actuar con números de
oxidación positivos, cuando se combina con otro más electronegativo que él.

Veamos un ejemplo:
Sabemos que el cloruro de potasio está formado por potasio y cloro. El cloro
tiene preferencia sobre el potasio luego se escribe a la derecha en la fórmula.
El potasio es un metal con número de oxidación +I. El cloro tiene varios
números de oxidación, pero en las combinaciones con los metales (que solo
tienen números de oxidación positivos) debe actuar con un número de
oxidación negativo y el único que tiene es -I. Como el compuesto formado es
neutro, la suma de los números de oxidación debe ser cero:
0 = x (1) + y (-1)
La solución más sencilla es x = 1 ; y = 1
La fórmula del cloruro de potasio es KCl
Propiedades de los metales y modelo de unión metálica
• Tienen un brillo característico.
• Producen al tacto una sensación fría característica relacionada con su
gran conductividad térmica.
• Son muy buenos conductores de la electricidad; la corriente eléctrica
fluye con facilidad a través de ellos. El flujo de corriente se lleva a cabo
sin que los átomos se desplacen dentro de la estructura metálica y se
debe al flujo de electrones en el interior del metal.
• La conductividad térmica de un metal es paralela a su conductividad
eléctrica. Por ejemplo, la plata y el cobre, que poseen las
conductividades eléctricas más grandes entre los elementos, también
presentan las máximas conductividades térmicas.
• Casi todos los metales son maleables, lo que significa que se pueden
martillar para formar hojas delgadas, y dúctiles, es decir, se pueden
estirar para formar alambres.
Estas propiedades indican que los átomos son capaces de deslizarse unos con
respecto a otros. Ni los sólidos iónicos ni los cristales de la mayoría de los
compuestos covalentes presentan un comportamiento de esta índole.
Típicamente, los sólidos de estos tipos son quebradizos y se fracturan con
facilidad.
En su mayoría, los metales forman estructuras sólidas en las que los átomos
están dispuestos en forma de esferas empaquetadas de forma compacta.
Modelo de mar de electrones del enlace metálico
Un modelo muy sencillo que explica algunas de las características más
importantes de los metales es el modelo de mar de electrones. En este modelo
se representa el metal como una formación de cationes metálicos en un
“mar” de electrones de valencia.
Los electrones están confinados al metal por efecto de las atracciones
electrostáticas hacia los cationes, y se encuentran distribuidos de modo
uniforme por toda la estructura. Sin embargo, los electrones son móviles, y
ningún electrón individual está confinado a algún ion metálico en particular.
Cuando se conecta un alambre metálico a los polos de una batería, los
electrones fluyen a través del metal hacia el polo positivo y entran en el metal
desde la batería por el polo negativo. La gran conductividad térmica de los
metales también se explica en función de la movilidad de los electrones, la cual
permite que se transfiera con facilidad la energía cinética por todo el sólido. La
capacidad de deformación de los metales (su maleabilidad y ductilidad) se
explica por el hecho de que los átomos metálicos forman enlaces con muchos
vecinos. Una redistribución de los electrones permite que el metal se adapte a
los cambios de posición de los átomos, resultado de la nueva forma del metal.
Sin embargo, el modelo de mar de electrones no explica satisfactoriamente
todas las propiedades. Según el modelo, por ejemplo, la fortaleza de los
enlaces entre átomos metálicos debería aumentar con el número de electrones
de valencia, lo que daría por resultado una elevación correspondiente de los
puntos de fusión. Los metales del grupo 6B (Cr, Mo, W), tienen los puntos de
fusión más altos de sus respectivos periodos. Los puntos de fusión a uno y otro
lado del centro de los metales de transición son más bajos; esto implica que la
fortaleza del enlace metálico aumenta primero con el número de electrones y
luego disminuye. Se observan tendencias semejantes en otras propiedades
físicas de los metales, como el calor de fusión, la dureza y el punto de
ebullición.

Uniones covalentes: introducción a la química orgánica


El estudio de los compuestos de carbono se llama química orgánica. Los
compuestos que contienen carbono e hidrógeno, muchas veces en
combinación con oxígeno, nitrógeno u otros elementos, se llaman compuestos
orgánicos.
Alcanos
Los compuestos que sólo contienen carbono e hidrógeno se llaman
hidrocarburos. En la estructura más sencilla de los hidrocarburos, cada átomo
de carbono está unido a otros cuatro átomos. Estos compuestos se llaman
alcanos. Los tres alcanos más simples, que contienen uno, dos y tres átomos
de carbono, respectivamente, son metano (CH4), etano (C2H6) y propano
(C3H8). Las fórmulas estructurales de estos tres alcanos son:

El nombre de todos los alcanos termina en -ano.


Me Estoy Portando Bien: Metano, Etano, Propano, Butano.
Algunos derivados de los alcanos
Se obtienen otras clases de compuestos orgánicos cuando los átomos de
hidrógeno de los alcanos se sustituyen por grupos funcionales, que son
grupos específicos de átomos. Los alcoholes, por ejemplo, se obtienen
sustituyendo un átomo de H de un alcano por un grupo -OH. El nombre del
alcohol se deriva del nombre del alcano añadiéndole la terminación -ol

El prefijo “1” en el nombre del 1-propanol indica que la sustitución de un H por


un OH tuvo lugar en uno de los átomos de carbono “extremos”, no en el de “en
medio”; se obtiene un compuesto distinto llamado 2-propanol si el grupo
funcional OH se une al átomo de carbono de en medio.
En todos los compuestos de los que hemos hablado hasta ahora, los átomos
de carbono de la fórmula estructural están unidos a otros cuatro átomos con
una sola línea; esa línea representa un enlace sencillo entre el átomo de
carbono y el otro átomo. Sin embargo, el carbono también puede formar
múltiples enlaces consigo mismo y con otros átomos, como el oxígeno y el
nitrógeno. Los múltiples enlaces alteran considerablemente las propiedades de
las moléculas orgánicas.
A continuación, se muestran algunas sustancias orgánicas comunes que
contienen dobles enlaces con el carbono. En cada caso, se presenta el nombre
correcto del compuesto, que se deriva del prefijo de un alcano, y el nombre
“común” con el que probablemente se conoce la sustancia:
El etileno es un hidrocarburo insaturado, o sea, un compuesto con un
múltiple enlace carbono-carbono. El doble enlace carbono-carbono hace que
el etileno sea mucho más reactivo que los alcanos. El ácido acético es un ácido
carboxílico; es el componente característico del vinagre. La acetona es una
cetona; es un disolvente orgánico común que se usa en los hogares como
removedor de lacas y de barniz de uñas.

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