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Universidad Autónoma de Nuevo León

Facultad de Psicología

Clasificación de los Trastornos Mentales


Escrito

Alumna: Eisel Deyanira Valladares Fernández


Matricula: 1895330
Grupo: 008

28 de mayo del 2020


Monterrey, Nuevo León
Trastorno de ansiedad social.

El trastorno de ansiedad social es un tipo común de trastorno de ansiedad. Las personas con
este trastorno tienen síntomas de ansiedad o miedo en ciertas o todas las situaciones
sociales, como cuando conocen a personas nuevas, salen en citas, tienen una entrevista de
trabajo, responden a una pregunta en clase o tienen que hablar con un cajero de una tienda.
Incluso, hacer cosas sencillas frente a otras personas, como comer o beber delante de otros
o usar un baño público, les puede causar ansiedad o temor. Tienen miedo de ser humilladas,
juzgadas y rechazadas.

El temor que tienen las personas con este trastorno en situaciones sociales es tan fuerte que
piensan que controlarlo está más allá de su capacidad. Como resultado, el temor se
interpone con su capacidad para ir al trabajo, asistir a la escuela o hacer cosas cotidianas.
Las personas con trastorno de ansiedad social pueden preocuparse por éstas y otras cosas
por semanas antes de que ocurran. A veces, terminan no yéndose a lugares o eventos donde
creen que podrían tener que hacer algo que les avergüence.
Algunas personas con este trastorno no tienen ansiedad en los contextos sociales, sino que
más bien tienen ansiedad de rendimiento. Es decir, sienten síntomas físicos de ansiedad en
situaciones tales como cuando tienen que dar un discurso, participar en deportes, o bailar o
tocar un instrumento musical en el escenario.

Para poder tratar con este trastorno es necesario que primero se hable con su médico acerca
de sus síntomas. Es importante que el médico le haga un examen y le tome su historia
clínica para asegurarse de que sus síntomas no sean causados por algún problema físico no
relacionado. Es posible que su médico le refiera a un especialista en salud mental, como un
psiquiatra, psicólogo, trabajador social clínico o consejero. El primer paso para lograr un
tratamiento eficaz es establecer un diagnóstico, y eso usualmente lo hará un especialista en
salud mental.

Por lo general, el trastorno de ansiedad social se trata con psicoterapia (a veces llamada
terapia de “diálogo”), medicamentos o una combinación de ambos.
Trastorno depresivo persistente.

Los síntomas generalmente comienzan de forma insidiosa durante la adolescencia y pueden


durar muchos años o décadas. La serie de síntomas a menudo fluctúa por encima y por
debajo del umbral del episodio depresivo mayor.

Los pacientes afectados pueden presentarse habitualmente negativos, pesimistas, sin


sentido del humor, pasivos, obnubilados, introvertidos, hipercríticos respecto de sí mismos
y de los demás y quejumbrosos. Los pacientes con trastorno depresivo persistente también
tienen más probabilidades de experimentar trastornos de ansiedad subyacentes, trastornos
por abuso de sustancias o trastornos de la personalidad (es decir, personalidad de tipo
limítrofe).

Para el diagnóstico del trastorno depresivo persistente, los pacientes deben haber tenido un
estado de ánimo depresivo la mayor parte del día, con más días presente que ausente
durante de 2 años, más de 2 de los siguientes: falta o exceso de apetito, insomnio o
hipersomnia, baja energía o fatiga, baja autoestima, falta de concentración o dificultad para
tomar decisiones y sentimientos de desesperanza.

Numerosos ensayos controlados han demostrado que la psicoterapia, en particular la


terapia cognitivo-conductual y la terapia interpersonal, es eficaz en pacientes con
trastorno depresivo mayor, tanto para el tratamiento de los síntomas agudos como para
disminuir la probabilidad de recaída.

Trastorno de relación social desinhibida.

Este tipo de alteración psicológica se da exclusivamente en la niñez y se caracteriza por


presentar un patrón específico de comportamiento en el que el niño o niña no presenta
ningún tipo de temor o discreción en relación con iniciar cualquier tipo de contacto con
adultos desconocidos.

Estos niños presentan una conducta totalmente desinhibida en la cual se siente cómodos
hablando, iniciado contacto físico o incluso marchándose con una persona ajena o extraña
para él.
Este patrón de conducta tan particular aparece alrededor de los primeros cinco años de vida,
por lo que solamente puede ser diagnosticado como tal entre los nueve meses y los cinco
años del niño. Además, estas conductas tienden a persistir en el tiempo independientemente
de las circunstancias o los cambios en el medio que le rodea, es decir, muestran una
constancia y se expresan en una gran variedad de contextos y situaciones.

En el momento en el que el trastorno de relación social se consolida, el niño o niña


manifiesta una tendencia a presentar conductas de búsqueda de apego, así como conductas
persistentes que revelan una vinculación no selectiva. Es decir, el o la menor es capaz de
mantener vínculos de apego con cualquier persona.

Alrededor de la edad de cuatro años este tipo de vinculaciones se mantienen. Sin


embargo, las conductas de búsqueda de apego son reemplazadas por demandas constantes
de atención y por manifestaciones de cariño y afecto indiscriminadas.

Al llegar la última etapa de la infancia, es posible que el niño haya fijado una serie de
vínculos con ciertas personas específicas, aunque las conductas de demanda de afecto
tienden a mantenerse. Siendo habitual los comportamientos desinhibidos con compañeros
de colegio o iguales.

Para el tratamiento, esta es una alteración basada en las interacciones sociales, eso quiere
decir que es muy importante actuar no solo sobre el paciente, sino también en su contexto
social habitual, en el que destaca la relevancia de la familia.

El psicólogo deberá también realizar un tratamiento psicológico con el niño para poder
reconstruir y recomponer la sensación de seguridad de este. Por lo que tendrá que
implementar un "entrenamiento" con nuevas maneras de relacionarse con los demás y de
establecer criterios consistentes para saber en qué situaciones es ventajoso realizar
acercamientos y en cuáles no lo es.

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