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Institución Educativa Valentín García

Resolución de Aprobación Nº 4822 del 12 de octubre de 2016


Emanada por la Secretaria de Educación del Meta
DANE 150313000097
NIT. 822.000.630-2

Recordamos hechos claves que significaron un gran avance para las mujeres y la lucha por garantizar sus
derechos.

Historia Colombiana
Fuente: Colprensa
Votar, estudiar, participar en política, e incluso, decidir sobre su propio cuerpo son acciones que ahora son
comunes para la mayoría de mujeres, pero no siempre fue así. Para poder acceder a sus derechos, diferentes
generaciones de niñas, jóvenes y adultas han tenido que empezar luchas largas y complejas.

En el caso de Colombia, las mujeres empezaron a tener autonomía hace menos de un siglo. Apenas en
1932, con la reforma de la Ley 28 de ese mismo año, fue que se consideró a la mujer como sujeto de
derechos, pues antes de esto no tenían la capacidad de tomar decisiones, ni siquiera al cumplir la mayoría de
edad. Quien fuera el padre, decidía por la mujer, y una vez se casara, era su esposo quien se encargaba de
tomar las decisiones.

Así las cosas, la mencionada reforma fue el primer paso en la revolución que han liderado las colombianas
para garantizar su libertad e independencia. Durante los últimos 90 años varias generaciones de mujeres se
han ocupado de impulsar cambios en la política pública que han permitido generar algunos avances con el
fin de consolidar una sociedad más equitativa.

“Colombia ha proporcionado un marco sólido para avanzar en los derechos de las mujeres. El país ha
ratificado todos los tratados internacionales vigentes sobre derechos humanos y derechos de las mujeres, y
ha hecho un progreso significativo en el desarrollo de leyes para promover la igualdad de género y garantizar
los derechos humanos de las mujeres”, asegura ONU Mujeres.

Aunque todavía hay un índice relevante de brechas de género por reducir, en particular en las esferas
políticas y económicas, hay que destacar los derechos que han podido conquistar las niñas, jóvenes y adultas
colombianas hasta ahora. Por esto, recordamos la primera vez que...

...las mujeres votaron en Colombia. 

El primero de diciembre de 1975 fue la primera vez que las mujeres pudieron votar en el país. En esa fecha se
realizó un plebiscito que proponía una reforma constitucional de catorce artículos para validar lo que
actualmente conocemos como el Frente Nacional.

Irma Velosa de Jaramillo fue de las primeras mujeres en el país en tramitar su cédula de ciudadanía y ejercer
el derecho al voto. En declaraciones entregadas a la Registraduría, la mujer afirmó que este hito “les abrió las
puertas a las mujeres en muchos espacios de la sociedad”, porque antes el papel de ellas estaba “reducido al
cuidado de los hijos y la casa”.

Cabe anotar que a las mujeres se les permitió votar desde el 25 de agosto de 1954, bajo la dictadura de
Gustavo Rojas Pinilla. En ese momento la Organización Nacional Femenina lideró una campaña de presión
muy fuerte para que la Asamblea Nacional Constituyente aprobara el derecho.
Las activistas lograron su objetivo, sin embargo, ese año no fue escenario de elecciones, por lo que tuvieron
que esperar hasta que estas se convocaron.

…una colombiana llegó al Congreso

En verdad fueron nueve mujeres las que lograron llegar por primera vez al Congreso de la República en 1958.
En este año se realizaron elecciones legislativas y se le permitió a las colombianas aspirar a esos cargos.

Al Senado llegó Esmeralda Arboleda, quien anteriormente participó en la Asamblea Constituyente que le
otorgó el derecho al voto a las colombianas. Así mismo, fueron electas en la Cámara las conservadoras
Bertha Hernández, Isabel Val-Serra y Teresa Santamaría, más las liberales Anacarsis Cardona, Cecilia Lince,
Alina Muñoz, Carmenza Rocha Castilla y María Paulina Nieto.

…las universidades aceptan mujeres

La primera mujer que accedió a educación superior en Colombia sin ser discriminada fue Gerda Westendorp
Restrepo, quien ingresó a la facultad de medicina en la Universidad Nacional de Colombia en 1935.
Posteriormente, también cursó una especialización en Filología e Idiomas en la misma universidad.

Westendorp pudo acceder sin problemas a la institución gracias a que el 10 de diciembre de 1934 el
Congreso de la República aprobó un proyecto de ley para que las mujeres pudieran ingresar a la universidad
en igualdad de condiciones que los hombres. El objetivo era que las estudiantes pudieran cursar una carrera
diferente al proyecto matrimonial y familiar al cual habían estado adscritas de manera exclusiva.

Cabe anotar que diez años antes, en 1925, Paulina Beregoff también asistió a una universidad en Colombia,
sin embargo, para ese entonces la ley no estaba vigente y se enfrentó a un panorama académico mucho más
complejo. Ella ingresó a la carrera de medicina en la Universidad de Cartagena y, además, años más tarde
fue la primera docente mujer del claustr

…una colombiana se atrevió a pintar desnudos

Revolucionaria. Así se puede describir a Débora Arango, la primera pintora colombiana que se atrevió a
retratar desnudos. El primero de ellos fue 'Cantarina de Rosa', obra que reveló en 1939 y conmocionó al país.
Fue criticada fuertemente y sus pinturas fueron tildadas como "sórdidas, desvergonzadas, escabrosas,
pornográficas e inmundas".

Su arte le costó a Arango su tranquilidad, pues fue perseguida por los presidentes Laureano Gómez, Mariano
Ospina Pérez y Gustavo Rojas Pinilla. Incluso, en 1948 estuvo a punto de ser excomulgada por lo "inmoral" de
sus cuadros.

… una colombiana resalta por su talento en la danza

En 1960, Sonia Osorio decide fundar el Ballet Nacional de Colombia, una entidad con más de 60 años de
trayectoria que ha logrado enaltecer la danza en el país. Esta mujer fue pionera en la fusión de ritmos
tradicionales colombianos, junto con la danza y el teatro, logrando destacarse como embajadora internacional
del folclore colombiano.

… una colombiana obtuvo el título de doctorado en un campo científico

Ángela Camacho, es una pionera en el mundo de la física. En 1977 se convirtió en la primera colombiana en
convertirse en doctora en física, título que le entregó la Universidad Johannes Gutenberg de Maguncia, en
Alemania. Es reconocida por desarrollar estudios relacionados a fenómenos moleculares y física experimental
en moléculas.
Esta colombiana ha escrito más de 80 artículos científicos que también involucran estudios para el avance de
la física de la materia condensada y física de baja dimensionalidad. Su trabajo ha contribuido al desarrollo de
la electrónica para sistemas de comunicación y a la nanoelectrónica para la generación de dispositivos
pequeños en la medicina y otros campos.

… una colombiana destacó en el mundo del cine

La antropóloga y directora de cine colombiana, Patricia Cardoso, logró entregar al país su primer premio
Oscar, cuando en 1996 ganó en la categoría mejor película de estudiante, con su cortometraje 'El Aguador'.
Esta cineasta es reconocida por sus películas que cuentan historias reales que han marcado su vida, entre las
más destacadas se encuentran, 'Cartas al Niño Dios' y 'Las mujeres de verdad tienen curvas'.

… una mujer enaltece a Colombia en unos Juegos Olímpicos

Colombia ha participado en los Juegos Olímpicos desde 1932, pero no fue hasta el año 2000 que el país logró
su primera medalla de oro. El mérito fue concedido en la categoría de halterofilia, en la competencia realizada
en Sídney (Australia), y este fue ganado por una mujer: María Isabel Urrutia.

De hecho, en toda la historia de Colombia en los Olímpicos, el país solo ha conseguido dos medallas de oro y
ambas fueron gracias al esfuerzo de mujeres. Además de Urrutía, en 2012 Mariana Pajón logró el primer
puerto en BMX en las realizadas en Londres.

Por otro lado Ximena Restrepo fue la primera mujer que conquistó una medalla olímpica para Colombia,
también la primera en ocupar una de las vicepresidencias de World Athletics, máximo ente del atletismo en el
mundo. Radicada en Chile, la deportista escribió una de las páginas más importantes del deporte colombiano
en los Juegos Olímpicos Barcelona 1992, cuando ganó bronce en la prueba de los 400 metros. Una gesta que
sigue siendo motivo de inspiración.

…una colombiana brilla en los Grammy anglo

La primera vez que Colombia resaltó en una edición de los premios Grammy anglo fue también gracias a una
mujer. En 2001 Shakira se quedó con la estatuilla de Mejor Álbum Pop Latino por su CD-DVD Shakira – MTV
Unplugged, que vendió siete millones de copias en el mundo. Además, en 2006 volvió a aparecer en los
premios para llevarse el galardón al Mejor Álbum Latino de Rock Alternativo con su trabajo Fijación Oral Vol.
1.

…se aprobó que las mujeres decidan si quieren ser madres

En 2022 las colombianas siguen liderando debates para lograr que se apruebe su acceso a derechos y se
respete su capacidad de decisión. En febrero de este año, después de años de insistir, el movimiento Causa
Justa logró que la Corte Constitucional despenalizara el aborto en el país hasta la semana 24 de gestación.

El antecedente a esta decisión llegó en 2006, cuando los grupos feministas, en cabeza de la abogada Mónica
Roa lograron que la Corte Constitucional despenalizaran el aborto en tres casos: cuando la vida o la salud
(física o mental) de la mujer está en peligro; cuando el embarazo es resultado de violación o incesto; o cuando
una malformación fetal hace inviable la vida fuera del útero.

Este es un tema controversial en el país, pues hay quienes no aprueban la decisión, pero para los colectivos
que están a favor de esta argumentan que con la despenalización del aborto se logra un avance en los
derechos sexuales y reproductivos.
Institución Educativa Valentín García
Resolución de Aprobación Nº 4822 del 12 de octubre de 2016
Emanada por la Secretaria de Educación del Meta
DANE 150313000097
NIT. 822.000.630-2

La educación y el emprendimiento unen a las mujeres indígenas y campesinas en el Amazonas  

Indígenas ticuna desafían las barreras tradicionales y forjan su futuro a través del empoderamiento y el cultivo
de la chagra.

Campo Colombiano
Foto: Radio Nacional de Colombia
Gloria Morad
Este contenido hace parte del especial 'Mujeres campesinas: esperanza en los territorios' de El Campo
en la Radio.

De pie, con la frente en alto, empoderadas, orgullosas de sus raíces indígenas, unidas y decididas a hacerle
frente a la discriminación, la violencia de género y a tradiciones de sus comunidades que consideran
machistas, mujeres indígenas ticuna de las comunidades de Nazaret y San Martín de Amacayacu, en el
Amazonas, hacen realidad sus sueños de independencia económica para ellas y sus familias.

Son portadoras de saberes; tienen un rol muy importante para sus comunidades como promotoras de los
valores, la cultura y garantes de la continuidad de su pueblo, no obstante nada ha sido fácil para ellas;
culturalmente están destinadas, desde muy pequeñas a heredar condiciones únicas para las mujeres, como lo
explica Nelsy Jaimes, campesina y presidenta de la Asociación de Mujeres Campesinas, Indígenas y Negras
del Amazonas: “En estas comunidades las mujeres no tienen proyectos de vida, ellas, en su mayoría, no
terminan sus estudios, y empiezan la maternidad muy jóvenes”.
Nelsy es una de las lideresas campesinas del Amazonas, trabaja de la mano con las mujeres indígenas, viaja
desde Leticia por el río Amazonas y las convoca en los resguardos para invitarlas a buscar mejores
alternativas para su desarrollo educativo y económico.

“Las unas con las otras nos ayudamos compartiendo recetas de medicinas, de plantas, de alimentos, de
técnicas, de saberes. Es tan importante juntarnos y no andar solas y entre todas pensar cómo solucionar una
problemática, derribar una barrera que impide el acceso a una vida digna, más que estar simplemente frente
al desarrollo del hogar, cuando sabemos que desde 1994 las organizaciones sociales de mujeres estamos
impulsando esos liderazgos para que indígenas y campesinas que están en el sector rural, tengan acceso a la
educación, al desarrollo económico, cultural y ambiental”, explicó Nelsy Jaimes.

Educación y emprendimiento para hacer la diferencia

Navegando por el río Amazonas emprendimos nuestro viaje hacia la Comunidad San Martín de Amacayacu
perteneciente al resguardo indígena de Puerto Nariño en el Parque Nacional Natural Amacayacu, a dos horas
por el río desde Leticia. Allí nos espera Loida Angel, etnoeducadora, indígena ticuna, maestra de la
comunidad y consejera territorial en el Consejo de Planeación del Amazonas.

La encontramos en su chagra, con sus manos curtidas por la crudeza de la tierra, esa misma que ella
considera sagrada y que trabaja todas las tardes para que nunca les falte la comida en la maloka.

“Esta es mi chagra, este es el espacio donde yo siembro mis árboles empezando desde la piña, yuca amarilla,
yuca dulce, yuca amarga, yuca tresmesina, para comer y para hacer fariña. Tengo frutales como el caimo,
tengo árboles maderables como los cedros. Tengo asaí y tengo remedios vegetales a los lados y de esas
plantaciones que sembramos vendemos una parte y la otra es para nuestra subsistencia familiar, con eso le
damos de vestir, la educación y aseguramos la alimentación de nuestros hijos”, comentó la maestra.

Profesora Loida Ángel


La profesora Loida es el orgullo de la comunidad, estudió en la Universidad Pontificia Bolivariana y se graduó
como licenciada en etnoeducación. Con la asesoría y apoyo de Nelsy, ha aprovechado otras capacitaciones
sobre emprendimiento y les habla a las mujeres de su comunidad sobre la importancia de empoderarse,
aprender a transformar la materia prima que les ofrece la naturaleza de la región.
Sin embargo, el camino no ha sido fácil, pues afirma que en su territorio aún hay concepciones machistas. “En
mi comunidad es como muy difícil ser maestra, porque los hombres eran los más escogidos por el pueblo,
decían que las mujeres no podíamos. Entonces mis padres me decían que las mujeres hoy en día también
tienen los mismos derechos de los hombres de trabajar en cualquier cosa, entonces mi papá que era una
persona adulta que no sabía ni leer ni escribir, en su mente decía que yo tenía que salir adelante a tener otras
oportunidades, y a tener trabajo y ese pensamiento lo llevé en mi vida, me dije que yo tenía que salir
adelante”, sostuvo Loida.

Proyectos para ellas y sus familias

Así como la profesora Loida, otras mujeres de comunidades cercanas han aprovechado sus capacidades,
como es el caso de Creidy Pereira, indígena ticuna de la comunidad de Nazaret, quien con sus manos teje la
palma de chambira, hace canastos y otros elementos que la demanda exija como hamacas y paneras.

“Pues yo ahorita estoy dedicada a mi artesanía y trabajo en la chagra y trabajo también en pesca, estoy
criando mi pescado gamitana. Hago emprendimiento junto con mi esposo y mis hijas para el sustento y para
comercializar, para venta de mi pescadito y los productos como artesanías, plátano y yuca y por esto es que
mis hijos son profesionales”, dijo Creidy.

Creidy actualmente es la presidenta de la Asociación de Mujeres Indígenas Artesanales de Nazaret, tiene


claro que solo trabajando en equipo pueden obtener mejores resultados para su emprendimiento. “Aquí nos
vinieron a capacitar la señora Nelsy, estoy bien agradecida porque ella fue la que nos trajo este pensamiento,
esta organización, este encuentro que nosotros venimos haciendo, y yo traje acá a mi pueblo a organizar las
mamitas para ahorita llegar a ser una asociación legalmente bien constituida con cámara de comercio”.

“Estudiar me hace feliz porque yo aprendí a liderar dentro de mi comunidad y en mi hogar. Las mujeres
entendieron, se organizaron”, Creidy Pereira

Creidy Pereira
La unión hace la fuerza

Por su parte, Nelsy nos explica que las comunidades indígenas han sufrido el impacto del conflicto armado, el
desplazamiento, los estragos de la pandemia y la falta de oportunidades en sus territorios. Pero también
entiende que la unión y el intercambio de conocimientos trae beneficios para todos en este territorio.

“Aquí en la zona desde que haya humanos hay esa demanda, y nosotros con nuestros saberes y nuestras
semillas hemos logrado empezar a crear esos emprendimientos a través de las granjas agrícolas, pero
también en estos diálogos culturales con los indígenas ya adaptamos una granja agrícola a la chagra para los
policultivos y los agroforestales”, explicó Nelsy.
Vender los productos no es tan fácil en las regiones apartadas de Colombia como Leticia, donde los medios
de transporte son por avión o por el río y eso encarece su comercialización. Por eso el llamado se Nelcy es a
que la sociedad y el Estado aúnen esfuerzos para apoyar estos territorios como el Amazonas.

Nelsy Jaimes
“Es volver a la tierra, volver a recrear la vida en estos contextos rurales, que es donde está la esperanza para
la transformación de estas realidades de pobreza, tener esa garantía de los derechos humanos en su
integralidad, especialmente para las mujeres. Es una deuda social que tiene el país con todas las mujeres
rurales de Colombia, de que se invierta en la mujer, pues ellas y sus familias son la base de cualquier
sociedad”, aseguró Nelsy Jaimes.

Visitar Leticia es una experiencia única, pero que rápidamente nos aterriza en la crudeza de su realidad.
Leticia se siente perdida en un país que parece que no la reconociera como suya, donde el Estado y los
diferentes gobiernos no se han apresurado a mejorar sus condiciones de conectividad, educación,
infraestructura y oportunidades de emprendimiento.

Por todo esto es que tiene tanto mérito el trabajo de las mujeres indígenas lideradas por Nelsy, Loida y
Credidy, que con su trabajo hacen frente a la desigualdad social, buscando el reconocimiento de sus derechos
y forjando su futuro y el de los suyos a través de la educación y el emprendimiento.
Institución Educativa Valentín García
Resolución de Aprobación Nº 4822 del 12 de octubre de 2016
Emanada por la Secretaria de Educación del Meta
DANE 150313000097
NIT. 822.000.630-2

Bogotá con nombre de mujer: estos son seis barrios que llevan nombres femeninos

En las diversas localidades de la capital colombiana se encuentran barrios que rinden homenaje a heroínas,
diosas, indígenas, periodistas, religiosas… a esas mujeres poderosas.

Personajes
Imagen: Antonia Santos. Wiki Commons
Yaneth Jiménez Mayorga
Algunos sectores y barrios de Bogotá se han constituido y forjado inspirados en lo que representan las
mujeres, de ahí que hayan optado por tomar sus nombres.  Esta es una muestra de seis de ellos: 

Ciudad Bachué

Construido por Instituto de Crédito territorial, en  la localidad de Engativá, en el noroccidente de Bogotá, en los
años 70. Se emplaza en los terrenos de las antiguas Haciendas agriculturas Santa Teresita y Caldas, en
jurisdicción de lo que era el pueblo de Engativá. 

El barrio rinde homenaje a Bachué, la Diosa madre del pueblo Muisca y símbolo de la fertilidad, que según
algunos apartes del mito señalaban que era una mujer muy bella y estilizada, a la que un día los Muiscas
vieron salir de la laguna de Iguaque, cubierta por una larga túnica de pelo negro, con un niño desnudo entre
sus brazos Bachué se ganó el afecto y la confianza de los Chibchas y se instaló entre ellos. Les enseñó las
normas que debían seguir para conservar el orden en la comunidad y para mantener la paz con sus vecinos.
Mito de Bachué 
Antonia Santos. 

Ubicado en  la localidad de Bosa, en un sector popular de la ciudad, el barrio hace tributo a María Antonia
Santos Plata, una de las heroínas de la Independencia colombiana, y referente femenino del país, y de quien
se dice tenía conocimientos de aritmética, escritura, gramática y lectura. 

Narra la historia que esta revolucionaria mujer creó la guerrilla Coromoro, la primera que se organizó en la
Provincia del Socorro para luchar contra los españoles realistas y apoyar al ejército patriota de Simón Bolívar
en la Campaña Libertadora de 1819, destacándose por ser la más organizada y la que peleó más bravamente
durante la Reconquista española. 

La Soledad.

El tradicional barrio ubicado en el sector de Teusaquillo, entre las calles 34 y 45 y carreras 19 y 30, que
sobresale por ser un lugar tranquilo, bohemio, cultural, en donde se destaca una de las zonas verdes más
apreciadas por los bogotanos como lo es el Park Way, hereda su nombre de la hacienda La Soledad,
propiedad de José Malo Blanco, presidente del Estado soberano de Cundinamarca en 1857, quien estuvo
casado con Doña Soledad O'Leary, y a quien se cree rindió homenaje bautizando el terreno con su nombre. 
Diana Turbay.

Localizado en la localidad Rafael Uribe Uribe, zona conformada por grandes haciendas que fueron dando
paso a la expansión urbana de Bogotá, se constituye como barrio en 1982, atribuyéndose su fundación a
Alfredo Guerrero Estrada, uno de los mayores urbanizadores ilegales del sur de la ciudad. 

Rinde homenaje a Diana Turbay Quintero, la abogada y periodista-hija del expresidente Julio César Turbay
Ayala y de Doña Nydia Quintero- quien fuera secuestrada y asesinada por el grupo de ‘Los Extraditables’, al
mando de Pablo Escobar, que buscaban con este tipo de acciones atroces presionar al gobierno del
presidente César Gaviria para que derogara el tratado de extradición.  

Es de recordar que la reconocida periodista, quien fue directora y presentadora del noticiero de televisión
Criptón y editora de la revista Hoy por Hoy, acudió a una cita bajo el señuelo de que tendría una entrevista
exclusiva con alias El cura Manuel Pérez, jefe guerrillero del ELN, pero que era la excusa para secuestrarla y
utilizarla como escudo humano. Turbay Quintero falleció el 25 de enero, a la edad de 40 años.  

La Marichuela. 

La historia del barrio y de leyenda de La Marichuela se origina en Usme, localidad en el sur de Bogotá, donde,
cuenta la historia, hacia 1984 llegaron los primeros pobladores a construir sus viviendas, quienes apoyados
por estudiantes de arquitectura de la Universidad Javeriana y en su persistencia lograron constituir su
territorio, y cuyo nombre-cuenta la leyenda- se debe a una mujer que habitó aquí y que fue desterrada. 

La mujer, llamada María Lugarda de Ospina, su madre, María Magdalena de Gues y Ospina, y su hermana
María Petronila eran conocidas como Las Marichuelas. Se dice que María Lugarda sostenía amores
clandestinos con José Manuel Buenaventura Solís, el Virrey Solís, algo que era muy mal visto por la sociedad
de entonces, por lo que fue desterrada a las selvas de Usme, junto a su hermana y su madre. 

A su llegada a Usme, Las Marichuelas construyeron un rancho cerca a la quebrada Yomasa para dedicarse a
la  agricultura, dando, así, origen al popular barrio. 
Barrio La Marichuela

La Macarena: el tradicional barrio del centro de Bogotá, ubicado en la localidad de Santa Fe, al oriente de la
ciudad, forjado hacia los años 50, poseedor de una arquitectura ecléctica y edificaciones de conservación
arquitectónica, es un gran referente gastronómico y cultural. 

Localizado entre las carreras 3 y 5, y las calles 26 y 30, en inmediaciones de la Plaza de Toros de la
Santamaría, debe su nombre a la Virgen de la Macarena, patrona de los toreros, cuya imagen es venerada en
Sevilla (España) y en casi todos los continentes.  

Foto: Wiki Commons 


Según reseña CorManizales, “la devoción de los toreros al Virgen de La Macarena inició cuando ‘Los Gallos’,
Rafael y Joselito Gómez Ortega, toreros españoles, paraban y entraban a la Iglesia de San Gil en Sevilla
cuando iban de camino a la Plaza de Toros de esta misma ciudad, lugar donde descansa la escultura original. 

Visita que se fue volviendo un ritual cada vez más arraigado, “en especial por el fervor de Joselito Gómez
Ortega, quien la adornaba con coronas y bordados de oro y esmeraldas mientras que le oraba. Así, cuando él
murió por una cornada, la Virgen fue vestida de negro para representar el luto y sus honras fúnebres se
celebraron en la Iglesia de San Gil, dando así por consolidado este simbolismo y este fervor hacia esta Virgen
como protectora de los toreros”, dice la reseña. 

La lista es aún larga, podríamos seguir enumerando otros barrios como: Santa Helenita, Santa Bárbara,
Policarpa Salavarrieta, La Gaitana, La Isabela, Santa Teresa, Santa Ana, María Cristina, Jackeline, Santa
Rosa de Lima, Doña Liliana, La Fiscala, la Dulcinea, Villa Natalia, Villa Sonia, Soratama, María Paz, Belén, La
Marcela, Santa Cecilia, Villa Gladys, La Aurora, La Carolina, y otros tantos más.  
Institución Educativa Valentín García
Resolución de Aprobación Nº 4822 del 12 de octubre de 2016
Emanada por la Secretaria de Educación del Meta
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¡Historias que inspiran! Diez mujeres que cambiaron la historia del mundo

Diez mujeres figuras que han sido inspiradoras para la historia.

Personajes
Mateo Pérez
Son diversos los nombres de mujeres que han dejado huella en el mundo, como en la política, la música, la
ciencia o las artes, por lo que, queremos resaltar las apuestas que han tenido 10 de ellas desde sus campos
en el Día Internacional de la Mujer.

Violeta Barrios de Chamorro (Nicaragua, 1929)

Fue la primera presidente de Nicaragua y del continente americano, escogida por voto popular. Su vida estuvo
marcada por la muerte de su marido, el periodista Pedro Joaquín Chamorro, a manos de pistoleros que
apoyaban al dictador Anastasio Somoza, lo que la llevó a tener una vida política activa y ser electa como
presidente en el periodo de 1990 a 1997. En su gobierno, pacificó Nicaragua, hizo crecer la economía del
país, redujo la deuda exterior y profesionalizó a las Fuerzas Armadas.

Bette Davis (Estados Unidos, 1908)

Fue una actriz de teatro, cine y televisión estadounidense que se caracterizó por sus interpretaciones en
películas melodramáticas y por protagonizar a mujer antipáticas durante la época dorada de Hollywood.
Algunas de sus películas más importantes fueron “Jezabel” (1938), “All About Eve” (1950) y “Whatever
happened to Baby Jane?” (1962). También, fue la primera presidente de la Academia de Artes y Ciencias
Cinematográficas.

Débora Arango (Colombia, 1907)

La artista colombiana es reconocida por aparecer en los billetes de $2000 pesos, pero en su haber, está
presente una gran trayectoria como pintora y acuarelista del expresionismo que hizo denuncias por medio de
sus obras y fue la primera mujer en plasmar el cuerpo femenino desnudo. Tiene múltiples reconocimientos
como lo es la cruz de Boyacá, la Medalla al Mérito Artístico y Cultural y también hay una escuela de arte en
Envigado que lleva su nombre.

Ella Baker (Estados Unidos, 1903)

Una activista que hizo parte del Movimiento por los Derechos Civiles en Estados Unidos durante 1930, que
fundó y dirigió organizaciones en beneficio de los derechos de las comunidades afrodescendientes y de
mujeres, como la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color (NAACP), Freedoms Riders,
entre otros. Tras su paso como activista, fue figura de inspiración para personajes históricos como Diane
Nash, Rosa Parks e intercedió para la liberación de Ángela Davis.
Gloria Valencia de Castaño (Colombia, 1927)

Inició a muy temprana edad en el mundo de los medios de comunicación, siendo locutora de la Radiodifusora
Nacional de Colombia. Fundó con su esposo, Álvaro Castaño, la emisora HJCK-El Mundo en 1950, que fue un
referente en el mundo de la radio de difusión cultural, artística y musical. Se le considera como la primera
dama de la televisión colombiana por haber presentado los programas “El Lapiz Mágico” (1954), “Carta de
Colombia” (1970-1979) y “Naturalia” (1974-1993).

Idelisa Bonelly (República Dominicana, 1931)

Es una bióloga marina, que se dedicó durante su vida a preservar las especies marinas de la región del
Caribe, ya que fue pieza clave para la construcción del primer Santuario de ballenas jorobadas del Atlántico
Norte, así como en la creación del Instituto de Biología Marina de República Dominicana, por lo que se le
consagró como la “madre de la conservación marina en el Caribe”.

Svetlana Alexievich (Ucrania, 1948)


Es una periodista y escritora que fue Premio Nobel de Literatura en el 2015 por su obra “La Guerra no tiene
rostro de mujer” (1985). Sus obras fueron censuradas en un principio por la Unión Soviética, ya que presentó
las voces de sobreviviente a las guerras donde participó el bloque soviético y las secuelas que dejó en la
sociedad. Creó su propio género literario denominado “la novela de voces”, donde resaltan obras conocidas
como “Los Muchachos de Zinc” (1989) y “Voces de Chernobyl” (1997).

Rigoberta Menchú (Guatemala, 1959)

Se trata de la activista defensora de los derechos de las comunidades indígenas, que nació en una familia
campesina perteneciente al grupo Maya-Quiché. Por la violencia que vivió política el país durante la década
de 1980, perdió a sus padres y hermanos, lo que no la detuvo para continuar en su camino por la paz y los
derechos humanos. En 1992, fue merecedora del Premio Nobel de la Paz y hasta hoy sigue siendo una voz
que resuena por la justicia social en Guatemala.

Gitanjali Rao (Estados Unidos, 2005)

Es una de las científicas más jóvenes de los Estados Unidos, quien a la edad de 10 años, inventó un
dispositivo para detectar el plomo en el agua potable. En el 2020, la Revista Time la calificó como “Niña del
Año”, siendo la más joven en recibir este reconocimiento. Sus aportes en la tecnología y la ciencia la han
llevado a crear una aplicación para detectar el acoso escolar y un dispositivo que detecta la contaminación del
aire.
Anna Pávlova (Rusia, 1881)

Se le considera como una de las bailarinas más grandes de la historia, comenzando su carrera en teatros
como solista para el Ballet Imperial Ruso, haciéndola famosa su técnica impecable, su gracia y su habilidad
para expresar emociones a través de la danza.

Fundó su propia compañía de ballet en 1911, que era de las más importantes durante la época y su legado se
preserva gracias a su defensa por la educación en la danza, que aún inspira a bailarines de todo el mundo.
Institución Educativa Valentín García
Resolución de Aprobación Nº 4822 del 12 de octubre de 2016
Emanada por la Secretaria de Educación del Meta
DANE 150313000097
NIT. 822.000.630-2

La historia de la radio desde la mirada femenina

La Unesco está adelantando investigaciones sobre el papel de la mujer en los principios de la radiodifusión.
Aquí traemos estas 5 legendarias pioneras o narradoras.

Personajes
Foto:Pexels
Diana Rosero
Tanto como oyentes o como profesionales de la radio, las mujeres han tenido un rol importante en el
desarrollo de este medio y en especial en la popularización de ciertos formatos. De acuerdo a ‘Correo de la
Unesco’, la revista digital de divulgación de esta ONG “diversos formatos y tipos de programas que hoy se
consideran evidentes, en particular las series dramáticas o ‘culebrones’ y los debates, fueron concebidos
inicialmente para una audiencia femenina.

Las radionovelas transformaron rápidamente los espacios matutinos en horarios destinados a la mujer. Según
Michele Hilmes, profesora de estudios mediáticos y culturales y especialista de la radio en Estados Unidos, “al
amparo de la luz”, estos espacios abordaron progresivamente las preocupaciones a los que se enfrentaban
las radioescuchas norteamericanas entre las décadas de 1930 y 1940.

Sin embargo, la radio seguía siendo un contexto sonoro en el que los hombres predominaban dentro de las
producciones, mientras que las mujeres tardaron en labrarse un nicho profesional. O eso es lo que afirmaban
aquellos que teorizaban sobre los medios durante el siglo pasado, pues, nuevamente la Unesco, habla de que
los estudios que examinan la situación en Argentina, Australia, Alemania, Estados Unidos, Turquía o Suecia,
han recuperado el papel de la mujer en la historia de la radiodifusión.
Dichos trabajos, puntualiza la ONG, han permitido actualizar la importante contribución de las mujeres y cómo
siguen moldeando la historia de este medio de comunicación.

5 mujeres para recordar desde la radio

Si bien, la radio actualmente tiene muchas voces femeninas que se han convertido en íconos por su
trayectoria o sus logros, estas 5 representantes fueron pioneras e inspiraron a muchas mujeres que las
precedieron al romper los estereotipos de su época. 

Zoila Casas Rodríguez. La primera locutora de América

Esta mujer de origen cubano transmitió por primera vez el 22 de agosto de 1922 en su propia casa a través de
la emisora creada por su padre llamada ‘2LC’. Zoila leía un boletín meteorológico, daba la hora y presentaba
piezas musicales y cuentos para niños. Años más tarde dejaría los micrófonos para tomar el hábito y su
hermana María Luisa, sería su sucesora.

María Ema Revollo Samper - “La novia del micrófono”

En 1929 la radio llegó al país a través de Barranquilla y ahí entra la figura de María Emma Revollo Samper
considerada la primera locutora del país. Ella usaba los micrófonos en la ‘Voz de Barranquilla’, como una
manera de exponer contenido cívico y social.
Creía que la radio era un canal para educar, orientar y plantear ideas que contribuyeran al progreso social.
Además de convertirse también en la directora de esta emisora, que la llevó a recibir la medalla “Honor al
mérito” por parte de la sociedad de mejoras públicas de esta ciudad

Judy Lizalda Echeverri: La primera comentarista radial deportiva en Colombia

La locución radial deportiva ha sido un campo que se quiso reservar exclusivamente a los hombres, pero esta
mujer caleña rompió el estereotipo. En los años 70 se convirtió en la primera locutora deportiva del país y en
la primera en incursionar en un deporte que no había recibido a ninguna comentarista mujer: el fútbol.

También se convirtió en una voz que se reconocía en los estadios y coliseos caleños junto con sus colegas
masculinos, por lo que se la reconoce como una pionera que abrió las puertas para otras locutoras que
querían hablar de deporte.
Diana Uribe Forero: cronista, locutora, podcaster y difusora de historia colombiana

A diferencia de sus otras colegas, Diana no solo hace historia en la radio, sino que también la narra. Durante
más de 20 años ha trabajado en la radio y ahí, sentada frente a un micrófono, ha logrado que millones de
personas se interesen por pueblos antiguos, lugares lejanos, fenómenos políticos y movimientos culturales.
De este ejercicio ha cosechado varios libros en donde mezclan textos con grabaciones de audio para darle

una experiencia inmersiva a su audiencia.

María Victoria Trujillo: ‘Vicky Tru: La supersónica’ pionera de la radio juvenil

Esta antioqueña, aun activa en el medio bajo el personaje de ‘La Supersónica’, ayudó a impulsar el rock en
español de los años 80´S y 90´S como un movimiento cultural desde las emisoras Súper Stereo, Veracruz,
Todelar, la Mega, Radio Bolivariana y la FM, quienes no solo la referenciaban como excelente DJ, sino
también como una conocedora del género que no tenía miedo a expresar su opinión. En 2019 fue
condecorada por parte

del Concejo de Medellín con la orden al mérito Juan del Corral categoría plata por sus aportes a la región.
Institución Educativa Valentín García
Resolución de Aprobación Nº 4822 del 12 de octubre de 2016
Emanada por la Secretaria de Educación del Meta
DANE 150313000097
NIT. 822.000.630-2

Productoras de viche en Bojayá, Chocó: ancestralidad, unión y resistencia

La producción del viche es una herencia ancestral, que se convirtió en uno de los mayores emprendimientos
de las mujeres campesinas en el corregimiento La Loma de Bojayá.

Campo Colombiano
Foto: Radio Nacional de Colombia
Yofhary Chalá
Este contenido hace parte del especial 'Mujeres campesinas: esperanza en los territorios' de El Campo
en la Radio, elaborado en el año 2021.

Hace más de 60 años en el municipio de Bojayá (Chocó), los habitantes de la época se las ingeniaban para
elaborar medicinas, alimentos, y hasta bebidas embriagantes con lo que su entorno natural les brindaba,
prácticas que se convirtieron en tradiciones heredadas de generación en generación y conservadas por las
mujeres de la comunidad.

Hoy en día 15 mujeres del corregimiento La Loma de Bojayá, conservan lo que sus ancestros les han
heredado, y hace 20 años o incluso más, cultivan la caña de azúcar para producir viche.

“Los ancestros nos dieron la idea y nosotras como mujeres recientes hemos seguido con el proceso para que
no se nos caiga la organización”, explicó Emérita Mosquera Quinto, secretaria y “sacadora” de viche en la
Asociación de Mujeres Trabajadoras y Cultivadoras de la Caña de Azúcar del Río Bojayá o Asoviche el
Trapiche.

Para todo este proceso, primero se recoge la caña. Las mujeres de Asoviche usan la caña negra, propia del
territorio, porque según Emérita y sus demás compañeras “la caña negra es una caña muy especial, el
producto nos queda blanquito, blanquito, a pesar de que no tiene muy alta concentración de sacarosa es la
caña ideal”. Luego deben cargarla hasta el trapiche donde es molida y se extrae el líquido llamado guarapo.
Se cocina el guarapo, para luego ponerlos en barriles durante 13 a 15 días para fermentar y pasar a proceso
de destilación. De allí finalmente sale un potente viche. Cada botella vale 12.000 pesos y al por mayor 9.000.

Tradiciones detrás del viche

El viche además de ser una bebida embriagante se usa en la medicina tradicional.  La señora Séfora Juancho
Mosquera, con sus más de 80 años, prepara a partir de esta bebida “botellas para curar la lombriz” que
regularmente se da más en niños. “Sirve para muchas cosas, sirve para las dolencias, para curar la lombriz,
pero el viche simple. Cuando se hace el viche, sale un líquido que es viche pero simple, parece agua”. Este
líquido combinado con ajo, yerba buena, toronjil, cebolla, caña agria, verdolaga, entre otras.

“Cuando viene el verano se alborota mucho la lombriz por eso las mamás compran mucho la botella para
curar a sus niños. Se le da una cucharadita en las mañanas y antes de acostarse también se le da su
cucharadita”, la señora Séfora asegura que la mejoría es inmediata.

Así mismo con el viche también se preparan otras bebidas ancestrales y medicinales como como el
tumbacatre, pipilongo, arrechón, entre otros.
Emprendedoras y resilientes

Las vicheras tienen épocas muy buenas, sobre todo las que son festivas: navidad, año nuevo,
afrocolombianidad, fines de semana, etc. Pero así mismo tienen épocas donde las ventas son pocas, lo
normal que pasa en todo negocio. Ellas se sienten felices porque a través del emprendimiento han sacado a
sus hijos, nietos, sobrinos adelante, pero las desanima mucho ver cómo las condiciones con las que trabajan
en muchos casos no son las mejores. “Si fuera por nosotras, si estuviera a nuestro alcance esto lo tendríamos
como una de las mejores fábricas”, puntualizó Emérita.

La señora Ceneida, que también fue inspectora, miembro del concejo y líder, dice que la gente de la
comunidad “nos ven como unas guerreras, nos ven como unas responsables para su familia”, pero a pesar de
eso siente que aunque su liderazgo y fortaleza le han permitido sobresalir, no le ha alcanzado porque quiere
ver a la asociación mejor posicionada.

El viche lo embazan en botellas recicladas, no tienen etiqueta propia, la caseta donde fermentan y destilan no
está en las mejores condiciones en cuanto infraestructura. Siendo ya el viche legal, sienten que necesitan
capacitaciones para aprender a desarrollar mejor su emprendimiento. Es por eso que ellas abren sus puertas
a todo el que crea que pueda aportarles en lo que consideren permitente.

Mantener una tradición a pesar de la violencia

En el 2005 a las mujeres de Asoviche, como a muchos habitantes de la zona, les tocó huir de su territorio
debido a la guerra. La señora Ceneida Mena Rovira tiene 80 años y lleva más de 43 sacando viche, asegura
que muchas veces mientras estaban en el cañal les tocó correr, porque de un momento a otro iniciaba el
intercambio de disparos de hombres armados, “la violencia ha sido uno de los factores que nos ha destruido.
Si no hubiese sido por la violencia estaríamos mejor ubicadas”, cuenta.

Cuando dos grupos al margen de la ley estaban en las mismas tierras siempre había enfrentamientos, y fue
esto lo que llevó a las vicheras y demás pobladores al desplazamiento forzado.

 Antes eran 55 mujeres que conformaban la asociación; seis meses después, con mucho temor, algunas
regresaron al pueblo, porque se les hizo difícil sobrevivir en la ciudad, mujeres campesinas expertas en
labores de campo. Cuando regresaron a la Loma estuvieron confinados, no laboraban “Un año en pánico, sin
salir, sin trabajar. El Gobierno nos daba la comida. Paramos un año con timidez, pero la necesidad, uno que
vive de su pancoger da duro sentarse a esperar a que le den” afirmó la señora Ceneida Mena Rovira.

Ana Dolores Mayo Chaverra, también integrante de la asociación expresó que la fortaleza que tienen para no
desfallecer es la familia: “Yo tengo 5 hijos, yo veo sola por ellos; unos que ya se defienden ellos solos, pero
otros que aún siguen a mi cargo, a veces no tenemos con qué mandar a nuestros hijos a estudiar, todo eso
nos fortalece para seguir trabajando, porque si nos sentamos de qué vamos a vivir, entonces esa es la fuerza
que tenemos como mujeres”.
Ley del viche

El Gobierno Nacional de Colombia sancionó la Ley del viche/biche el 8 de noviembre de 2021 (Ley 2158),
reconociendo esta preparación y sus derivados como: “bebidas artesanales, ancestrales, tradicionales y
patrimonio colectivo de las comunidades negras afrocolombianas del Pacífico, donde se dará prioridad y
amparará a los municipios de esta región, con vocación vichera percibida por los territorios étnicos de los
departamentos de Chocó, Nariño, Cauca y Valle del Cauca”.

Esto fue un alivio para las vicheras de la Asoviche, porque a pesar de estar legalmente constituidas desde el
2015 como organización, sus preparaciones no tenían venta libre. Inclusive en varias oportunidades les tocó
vender a escondidas para que no les incautaran las botellas.
Institución Educativa Valentín García
Resolución de Aprobación Nº 4822 del 12 de octubre de 2016
Emanada por la Secretaria de Educación del Meta
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NIT. 822.000.630-2

Mujeres campesinas en Guatavita hicieron frente al machismo con unión y liderazgo

Un grupo de mujeres rurales decidió formar una asociación para la transformación de productos lácteos,
enfrentando no solo las dificultades de cualquier emprendedor sino también la oposición de sus parejas.

Campo Colombiano
Foto: Radio Nacional de Colombia
Wilson Bonilla
Este contenido hace parte del especial 'Mujeres campesinas: esperanza en los territorios' de El Campo
en la Radio, elaborado en el año 2021.

Hablar de Guatavita, es referirse a uno de los municipios más lindos de Colombia, pero hablar de las mujeres
de esta localidad en el centro del país, es destacar su lucha contra el machismo y su trabajo por y para ellas
mismas.

Esta es la historia de 30 mujeres que se unieron para desarrollar una labor que les permitiera generar
ingresos, inicialmente a través de las manualidades, pero que en el camino encontraron la manera de superar
las dificultades, en un entorno donde los hombres tenían la última palabra.

“Al principio la credibilidad, la gente decía, ni siquiera a esas señoras, a esas viejas, quién les va a vender
quién les va a comprar. Pero con responsabilidad, con gestión, con el empoderamiento de saber que lo que
estamos haciendo está bien, y que está llenándonos de orgullo hemos logrado superar estas situaciones”,
relató la vicepresidenta de AMEG, Gilma Rodríguez Jiménez.
Gilma Rodríguez, vicepresidenta
de la asociación Ameg
Ella, junto a Ana Leonor Rodríguez, Ana del Carmen Cortés y Margarita Cortes, mujeres de diferentes
generaciones, son las voces que representan el legado que asumieron hoy en día 47 mujeres, y que les dejó
Claudia Rubiela Rodríguez, quien animada por lo que pueden hacer las mujeres, formó la Asociación de
Mujeres Emprendedoras de Guatavita, AMEG, en la vereda carbonera alta que está ubicada a media hora de
la cabecera municipal.

“Ella nos convocó a organizarnos en una asociación, ya que nuestro trabajo era únicamente, el hogar y los
oficios de la casa, atender a los hijos, atender al marido, entonces, pues ya esta señora nos ilustró cómo
formar la asociación, comenzamos haciendo jabones, no nos dio resultado, acabamos con todas las ollas de
la casa”, recuerda Ana Leonor Rodríguez, al relatar que luego de estos primeros intentos, nació el
emprendimiento de transformación de la leche y la producción de derivados lácteos que hoy manejan. 

Y cómo todo en la vida, hay tropiezos, un día por asuntos legales, les cerraron la planta en la cual transforman
la leche, para producir quesos, yogures, panelitas de leche y arequipe, algo que, sin la fortaleza de sus
mentes y corazones, habría sido el fin de un sueño y de una estrategia de vida.

“Algunas señoras, en ese momento decidieron irse. A nosotras nos enseñaron que cuando uno se cae, se
levanta, se limpia las rodillas y sigue, porque de eso estamos hechas las mujeres del campo y los hombres,
de esfuerzo, de tesón, de levantarnos muy temprano todos los días y de luchar por nuestros sueños”, exalta
Gina Rodríguez.
Enfrentan el machismo con trabajo y conciencia

Machismo significa, según el diccionario, la actitud o manera de pensar de quien sostiene que el hombre es
por naturaleza superior a la mujer, a esto precisamente se enfrentaron las mujeres de la Asociación, y ese fue
el comienzo para ellas, para verse a sí mismas como campesinas emprendedoras de Guatavita. 

“Hace más o menos 30 años se veía mucho más el machismo en la zona rural, las mujeres trabajaban sin
ninguna retribución económica. Nosotras que tuvimos la oportunidad de estudiar algunas, de hacer el
bachillerato, porque nos apoyaron nuestros padres…queríamos otros horizontes para muchas mujeres que
veíamos que en sus casas y hogares no tenían igualdad de género”, dice enfáticamente la vicepresidenta de
AMEG.

Ellas comenzaron a notar los cambios en sus hogares desde el principio, porque se sentían motivadas, pues
el estar fuera de sus hogares en otras labores era gratificante, como lo dice Ana del Carmen Cortés, una de
las mujeres más adultas de la agrupación. “La dicha de salir uno de la casa, no todos los días en la misma
rutina. A mí me interesaban las reuniones que les daban personas de la Universidad Nacional, la Javeriana,
entendimos muchas cosas", mencionó. 

Margarita Cortés, quien en principio se unió para poder vender la leche a la asociación, además de lo
aprendido valora que AMEG emplee a los hijos de los asociados, pues su hija es operaria en producción de
quesos.

“Empezamos a soñar con que podíamos jugar a ser grandes empresarias. Tuvimos muchos tropiezos algunas
con nuestros esposos, porque por la manera en que los criaron, pensaban que la mujer en el campo solo está
para apoyar al hombre, para trabajar, pero en ningún momento para ser más que él ni para poder generar sus
propios recursos”, explicó Gilma Rodríguez Jiménez. 

Pará ella, el coraje y la rebeldía de estas mujeres fue fundamental: “teníamos en nuestro corazón la rebeldía,
teníamos lo que nos inculcaron de igualdad, lo que vivimos en nuestra casa en donde nuestra mamá
trabajaba igual que él hombre y tenía los mismos derechos, pero había muchas mujeres que no, que tenían
miedo a entender que ellas también tenían derechos, qué ellas también podían hacer sus propias actividades
y sobre todo ganar sus propios recursos”.

Estas emprendedoras son conscientes que el machismo aún persiste en muchos lugares de Colombia, pero
también que hay espacios donde ha sido posible enfrentarlo como en Guatavita, donde ellas han trabajado
con amor por su proyecto.

“El machismo siempre se ha caracterizado…ya la mentalidad de los hombres ha cambiado mucho, ya le dan a
uno su espacio y lo apoyan. Yo sé que todavía hay algunas personas que no están muy de acuerdo, pero ya
en general las cosas se han normalizado y hay apoyo, cualquier actividad que se hace los señores están
apoyando", subrayó Ana Leonor Rodríguez.

Doña Ana Del Carmen, relata que aunque aún, luego de 13 años en AMEG, su esposo no está muy de
acuerdo, ella sigue persistiendo, “mi compañero no es muy gustoso de esto….pero yo dejé de lado su
rechazo, yo no le hice caso y seguí, no he querido retirarme, pues él quiere que no venga”.

También hubo experiencias de esposos que creyeron en ellas y aprendieron de la asociación, como lo cuenta
Ana Leonor Rodríguez, “Yo tengo la fortuna de que mi esposo siempre me apoyó, me daba el tiempo…
ayudaba en la casa con los oficios mientras…con otras mujeres…veníamos a trabajar”.

Las mujeres rurales unidas, sinónimo de liderazgo

“Yo quiero que todas nosotras las mujeres no nos dejemos vencer por las dificultades de la vida, ni por las
cosas que nuestros compañeros nos dicen, que no sigamos adelante porque ellos lo que quieren es
someternos al machismo, pero yo quiero que todas (las mujeres) sigamos adelante, ser líderes y ser buenas
madres y buenas esposas, aunque en la casa no sean tan correspondidas", es el deseo de Ana del Carmen.

 Ana del Cármen Cortéz,


integrante de la asociación Ameg
La vicepresidenta de AMEG, también hace énfasis en la unió y la perseverancia: “Nuestros sueños y nuestras
ilusiones solo las logramos cuando nos unimos, y si las mujeres nos unimos para ayudarnos se logran cosas
increíbles. Estamos en este mundo para darnos una mano, para sentarnos a escuchar lo que le pasa a la otra.
De pronto no lo puedo solucionar, pero la escucho y eso es importante. En la asociación nos hemos hecho
hermanas, amigas y todas nos entendemos como una familia”.

En la actualidad, AMENG se sigue abriendo paso, superando el machismo, educando a sus hijos con
conciencia, y por su trabajo han recibido reconocimientos, como el que les otorgó la Agencia de Desarrollo
Rural, ADR, quienes les hicieron entrega de un camión refrigerado para transportar sus productos,
destacando que las mujeres rurales son el reflejo del campo.

“La mujer rural le coloca el corazón a todo lo que hace, le coloca el corazón a su compañero de vida, a sus
hijos, a su familia, a los emprendimientos, al cuidado de su casa. La mujer es delicada, es siempre
preocupada por el bienestar de todos y yo creo que el campo es eso, el reflejo de una mujer que lucha porque
todos estén bien y tengan igualdad”, concluyó Gilma Rodríguez Jiménez, quien subrayó que han tenido
experiencias maravillosas, de vida, de enseñanza, de sentir que ese aprendizaje que ellas reciben no se
pierde y se comunica a todas las generaciones.
Institución Educativa Valentín García
Resolución de Aprobación Nº 4822 del 12 de octubre de 2016
Emanada por la Secretaria de Educación del Meta
DANE 150313000097
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