GENERACION DEL 98

El siglo XIX termina con el Desastre del 98, en el que España pierde sus últimas
colonias, mientras en Europa con la primera guerra mundial atravesaba una crisis
generalizada. En España el desorden político social económico generó una crisis de
los valores de la sociedad que derivo a un deseo de regeneración. Ante esta
situación en la literatura surgen dos movimientos, el modernismo, que buscaba
evadirse de esa realidad, la generación del 98, que, al contrario del modernismo, se
enfrentaba a la realidad y consideraban la literatura como una forma de protesta y
transformación.
Se considera que los fundadores de la generación del 98 son Pio Baroja, Ramiro de
Maeztu y Azorín.
A los autores de este movimiento de les caracteriza por la preocupación por el país y
esas ansias de regenerarlo, el amor por castilla como el prototipo y esencia del
paisaje español y el deseo de europeización.
Los temas más recurrentes son: las preocupaciones existenciales y religiosas, esta
última sobre todo en Machado y Unamuno, influenciado por filósofos como Kant y
Schopenhauer y el tema de España y su regeneración y modernización.
La literatura destaca por la subjetividad en su análisis de la realidad y la utilización
de un lenguaje sencillo y directo, abunda el lenguaje popular, las descripciones son
breves y expresionistas.
Antonio Machado, en un principio modernista, evolucionará hasta asentarse en el
noventayochismo con su obra Soledades, galerías y otros poemas (1907). Es un
poeta de símbolos, con un lenguaje natural y claro. Campos de castilla (1912) es su
obra por excelencia, en ella toman fuerza temas como el paisaje castellano, son un
grupo de poesía dedicada a la muerte de Leonor, su esposa.
Miguel Unamuno renovó la prosa rompiendo con la novela realista e innovando con
el lenguaje. Fue el creador de la “nivola”, que desarrolla en Niebla (1914), se trata
de una novela con profunda carga intelectual en la que el autor expresa sus
conflictos existenciales. Otra novela importante es San Manuel Bueno, mártir.
Pio Baroja escribió novelas entorno a la existencia humana donde expresaba a su
vez su visión de la España de la época. Sus escritos se caracterizaban por el
pesimismo, la crítica y su decepción y desesperanza en el hombre. El árbol de la
ciencia (1911) se considera la novela más típica del noventayochismo.
En el campo de la narrativa y el ensayo destaca Azorín predominaba en él su
preocupación por el paso del tiempo, la fugacidad de la vida y la existencia. Su
novela tiene como motivos el paso del tiempo y contiene elementos
autobiográficos. La obra más característica es La voluntad. En ensayos se centra en la
esencia castellana. Castilla o la ruta de Don Quijote son un amuestra de esto.
En conclusión, esta generación tuvo como propósito elevar a España poniéndola a la
par con otras naciones europeas contribuyendo a la solución de sus problemas