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Instituciones

Procesales II
1. SUJETOS PROCESALES

1.1 ÓRGANO JURISDICCIONALES:

La jurisdicción es una función pública, que es realizada por el Estado a través de determinados órganos que
actúan en su nombre. Éstos son los denominados órganos jurisdiccionales, comúnmente llamados
tribunales. El presente capítulo tiene por objeto estudiar los órganos jurisdiccionales por antonomasia, es
decir, los Tribunales de Justicia.

1.1.1. Concepto de tribunal:

Como se ha dicho el tribunal “es el órgano que ejerce jurisdicción” o simplemente “es el órgano
jurisdiccional”.
Como consecuencia de este ejercicio de la jurisdicción que realizan los tribunales, la organización y estructura
de estos órganos se basa en dos principios fundamentales, que son:
i) Principio de Especialización, conforme al cual los tribunales se encargan exclusivamente de ejercer la
función jurisdiccional, y
ii) Principio de Pluralidad, en virtud del cual se requiere la existencia de una gran cantidad de tribunales, para
satisfacer las exigencias que plantea la administración de justicia.
Nuestro sistema judicial piramidal se encuentra conformado por la Corte Suprema a la cabeza, más abajo las
Cortes de Apelaciones1 (repartidas a lo largo del territorio nacional y que fijan los territorios jurisdiccionales
más amplios), y finalmente los Juzgados de Letras y otros tribunales en la base.
Conviene acotar que “la administración de los recursos humanos, financieros, tecnológicos y materiales
destinados al funcionamiento de la Corte Suprema, de las Cortes de Apelaciones y de los Juzgados de Letras,
de Menores, del Trabajo y de Cobranza Laboral y Previsional, la ejercerá la Corte Suprema a través de un
organismo denominado Corporación Administrativa del Poder Judicial, con personalidad jurídica, que
dependerá exclusivamente de la misma Corte y tendrá su domicilio en la ciudad en que ésta funcione”
(artículo 506 del COT).

1.1.2. Clasificación de los tribunales:

A) Atendiendo a su clase o naturaleza. Éste es el criterio de clasificación más importante, toda vez que
está también establecido expresamente por el legislador (artículo 5º del COT):

1) Ordinarios: Los tribunales ordinarios son aquellos que conocen de la generalidad de las materias y se
encuentran reglamentados fundamentalmente en el Código Orgánico de Tribunales (artículo 5º inciso 2º del
COT).
Los tribunales ordinarios son los siguientes:

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En el mismo nivel de las Cortes de Apelaciones se encuentran también las Cortes Marciales, con competencia como
tribunales de alzada en materia militar. Se trata de dos Cortes Marciales: la que rige al Ejército, la Fuerza Aérea y
Carabineros, con sede en Santiago, y la de la Armada (o Corte Naval), radicada en Valparaíso.

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a) Juzgados de Letras;
b) Juzgados de Garantía;
c) Tribunales de Juicio Oral en lo Penal;
d) Tribunales Unipersonales de Excepción: actúan en este carácter los Ministros de Cortes de Apelaciones, los
Ministros de la Corte Suprema, el Presidente de la Corte de Apelaciones de Santiago y el Presidente de la
Corte Suprema;
e) Cortes de Apelaciones; y
f) Corte Suprema.

2) Especiales: Los Tribunales especiales son aquellos que conocen de las materias específicas que señala
la ley y se encuentran regulados por leyes especiales, distintas del Código Orgánico de Tribunales.
Pueden o no pertenecer al Poder Judicial. Los que forman parte del Poder Judicial son los Juzgados de
Familia, los Juzgados de Letras del Trabajo, los Juzgados de Cobranza Laboral y Previsional, y los Tribunales
Militares en tiempo de paz, todos los cuales quedan sujetos a la superintendencia de la Corte Suprema.
Ejemplos de aquellos que no pertenecen al Poder Judicial son el Senado al conocer de la acusación
constitucional, el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia, el Tribunal Constitucional, etc.
Por otra parte, los Juzgados de Policía Local no están al mismo nivel de los tribunales mencionados, ni
siquiera están dentro de la carrera judicial. Son funcionarios municipales, pero el Poder Judicial propone una
terna a la respectiva Municipalidad para su nombramiento, y las Cortes de Apelaciones los califican.

3) Arbitrales: Son aquellos jueces designados por las partes o por la autoridad judicial en subsidio, para
conocer de materias específicamente determinadas. Algunos autores no incluyen a los tribunales arbitrales
como una categoría aparte, considerándolos simplemente especiales.
Otros autores distinguen entre tribunales perpetuos y temporales, ubicando a los árbitros en esta segunda
categoría y a todos los demás tribunales en la primera.
Finalmente, cabe apuntar que en algunos países los árbitros son una forma de solución de conflictos no
adversarial, ni obligatoria.

B) Atendiendo a su composición:

1) Unipersonales: Son aquellos tribunales formados por un solo juez. Ésta es la regla general en los
tribunales de base. En el caso de los Tribunales del Juicio Oral en lo Penal, son colegiados pero de única
instancia.
2) Pluripersonales o Colegiados: Son aquellos tribunales formados por dos o más jueces. Es la regla en
los Tribunales Superiores de Justicia.

C) Atendiendo a la continuidad o estabilidad de las funciones:

1) Permanentes: Son aquellos que ejercen sus funciones en forma continua y estable, haya o no conflictos
de relevancia jurídica en actual discusión.
2) Accidentales o de Excepción: Son aquellos que ejercen sus funciones sólo para casos especiales y
determinados. La existencia de estos tribunales no infringe el principio de preestablecimiento del tribunal,

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recogido en la Constitución en su artículo 19 Nº 3 (que exige el establecimiento previo del tribunal por la ley),
porque si bien no están activos en forma permanente, siempre existen como tales en la legislación,
constituidos, organizados y con competencia definida con anterioridad por la ley.

D) Según la calidad de sus miembros:

1) Letrados: Son aquellos compuestos por abogados.


2) Legos o No Letrados: Son aquellos no compuestos por abogados. Ej.: un árbitro arbitrador que sea
ingeniero.

E) Atendiendo a la extensión de la competencia:

1) De Competencia Común: Son aquellos que pueden conocer de toda clase de asuntos o materias. Ej.: el
Juzgado de Colina conoce de asuntos civiles y de otras materias.
2) De Competencia Especial: Son aquellos en que puede conocer sólo de determinada clase de asuntos o
materias. Ej.: Juzgado del Trabajo.
En primera instancia se tiende a la especialidad, pero en segunda instancia los tribunales son, en general, de
competencia común. Sin embargo, la tendencia actual también es a especializar los tribunales de segunda
instancia. Hay varios proyectos que pretenden especializar las salas de las Cortes de Apelaciones.
En la actualidad hay días de la semana donde se conocen asuntos específicos en las Cortes, como por ejemplo
las causas laborales. Además, en la Corte Suprema hay especialización de salas.

F) Según el tiempo de duración de sus funciones:

1) Perpetuos: Son aquellos que no tienen tope de duración.


2) Temporales: Son aquellos que ejercen sus funciones por un período determinado o para un caso
específico.
En Chile, los jueces son perpetuos pero con un tope de edad. No están limitados por un período de tiempo,
sino hasta que cumplan 75 años de edad.
En América Latina, los jueces son generalmente temporales, lo que impide la profesionalización,
produciéndose inestabilidad y poca confianza en la administración de justicia, porque los jueces dependen de
los cambios políticos.
Los jueces temporales en Chile no existen, salvo si se considera como tales a los jueces árbitros. Pero estos,
más que temporales, son ocasionales.

G) Atendiendo a la permanencia en una sede:

1) Sedentarios: Son aquellos que tienen una sede permanente, de la cual no se mueven.
2) Itinerantes o de Circuito: Son aquellos que van cambiando de sede, según distintos sistemas. Ej.: La
Corte Suprema de California funciona unos meses en Fresno, otros en San Francisco, otros en Los Ángeles y
otros en receso.
En Chile los jueces permanecen en su sede, pero hay un atisbo de itinerancia en el artículo 312, inciso 2º, del

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COT, en virtud del cual el juez, cuando las necesidades del servicio lo aconsejen, debe constituirse una vez a
la semana, a lo menos, en poblados que estén fuera de los límites urbanos de la ciudad en que tenga su asiento
el tribunal.

H) Atendiendo a la observancia de la ley:

1) De Derecho: Son aquellos que tramitan y fallan con observancia estricta de los preceptos legales.
2) De Equidad: Son aquellos que no fallan en Derecho, sino conforme a su convicción interna. Se ha
sostenido que, en definitiva, también estos tribunales son de Derecho, pues es la propia ley la que los faculta
para fallar en conciencia.

I) Según sus funciones en el proceso:

1) Sustanciadores: Son aquellos que sólo actúan en la etapa de tramitación o investigación.


2) Sentenciadores: Son aquellos que se limitan exclusivamente a pronunciar el fallo.
3) Mixtos: Son aquellos que llevan a cabo ambas funciones, esto es, tramitar o investigar y fallar.
El nuevo proceso penal ha incorporado un cambio radical en este punto, toda vez que dejan de existir los
tribunales mixtos en materia penal, disgregando la investigación en un ente autónomo (Ministerio Público), la
sustanciación procedimental en el Juez de Garantía y el fallo en el Tribunal del Juicio Oral en lo Penal.

J) Según su jerarquía:

1) No Superiores (erróneamente denominados “inferiores”): Son aquellos juzgados de letras y otros


tribunales que actúan generalmente en el nivel de base de la Administración de Justicia. Hay leyes que todavía
aluden a tribunales inferiores, que eran los antiguos Tribunales de Distrito y Subdelegación, que ya
desaparecieron.
Por lo anterior, no es correcto en la actualidad hablar de tribunales inferiores. Lo que sí es exacto es referirse a
los Tribunales No Superiores, porque es la Constitución la que ha clasificado a los Tribunales en Superiores y
No Superiores, al regular la acusación constitucional (artículo 52 nº 2 letra c de la CPR).
2) Superiores: Son aquellos tribunales colegiados que actúan generalmente en un nivel superior de la
organización de justicia. Se trata de las Cortes de Apelaciones, las Cortes Marciales y la Corte Suprema.
La importancia de esta clasificación radica esencialmente en la procedencia de la acusación constitucional, y
en que son los fallos de los Tribunales Superiores los que constituyen la jurisprudencia como fuente de
Derecho.

K) Atendiendo a la instancia:

Tribunales de Primera, Segunda o Única Instancia: Esto es de acuerdo a la instancia o grado en que el
respectivo tribunal conoce del negocio y lo resuelve, y que está en directa relación con la procedencia o no del
recurso de Apelación. Es necesario precisar que un mismo tribunal puede conocer determinados asuntos en
primera instancia, otros en segunda y algunos más en única.

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L) Según su fuente u origen inmediato:

Tribunales de Origen Legal, Judicial o Convencional: Esto es dependiendo de si el tribunal tiene su fuente
inmediata en la ley, el juez o el acuerdo entre las partes. Se hace presente que, en todo caso, siempre el origen
mediato de un tribunal es y debe ser la ley.

1.1.3. Tribunales Ordinarios:

1.1.3.1.1. Corte Suprema: Organización y competencia:

a) Concepto:

Es un tribunal ordinario, superior, colegiado, letrado, de Derecho y permanente, que tiene competencia
sobre todo el territorio nacional y que ejerce la superintendencia directiva, correccional y económica sobre
todos los tribunales de la República, con ciertas excepciones.
Es el máximo tribunal del país y su principal misión es fijar la jurisprudencia, además de contar con otras
competencias.
En la actualidad se compone de 21 miembros, uno de los cuales es su Presidente (los otros 20 se denominan
Ministros), y su sede está en Santiago.
Es el superior jerárquico de todas las Cortes de Apelaciones del país. Asimismo, según el artículo 82 de la
Constitución, detenta la superintendencia directiva, correccional y económica de todos los tribunales de la
Nación, salvo el Tribunal Constitucional, el Tribunal Calificador de Elecciones y los tribunales electorales
regionales.
Está tratada entre los artículos 93 a 104 del COT.

b) Organización:

i. Miembros: Son 21, uno de los cuales es su Presidente, el cual dura 2 años en su cargo y no puede ser
reelegido.
ii. Fiscal Judicial: 1.
iii. Secretario: 1. Además hay un Prosecretario.
iv. Relatores: 8.

c) Funcionamiento:

Se aplican las mismas reglas sobre conocimiento y resolución de los asuntos de las Cortes de Apelaciones,
con la única diferencia de que las tablas las asigna el Presidente a cada sala según la materia o naturaleza del
asunto controvertido.
Por consiguiente, la Corte Suprema puede tener dos clases de funcionamiento:
i.- Ordinario: En este esquema, funciona en 3 salas especializadas o excepcionalmente en pleno para algunas
materias específicas.

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ii.- Extraordinario: Es independiente del retardo y opera a sola discreción de la Corte. Se divide en cuatro
salas especializadas, así como en pleno para ciertos asuntos, y es el sistema que actualmente se aplica.
Las salas se componen de no menos de 5 jueces cada una, y el tribunal pleno de 11 de sus miembros a lo
menos.

d) Competencia en Salas:

Cada sala en que se divida la Corte Suprema será presidida por el Ministro más antiguo, cuando no esté
presente el Presidente de la Corte (para éste es facultativo integrar sala).
Las salas conocen de todos los asuntos que no correspondan al pleno, de acuerdo al siguiente detalle:
i. Recursos de casación en el fondo;
ii. Recursos de casación en la forma deducidos contra sentencias de Cortes de Apelaciones o tribunales
arbitrales de segunda instancia compuestos por árbitros de Derecho que conozcan de materias de competencia
de esas Cortes;
iii. Recursos de nulidad contra sentencias definitivas de tribunales con competencia penal, cuando proceda;
iv. Apelaciones de Recursos de Protección y Amparo;
v. Recursos de revisión;
vi. Consultas de Recursos de Amparo Económico;
vii. Apelación de sentencias dictadas por el Presidente de la Corte Suprema en las causas del artículo 53 Nº 2
y 3 del COT, y querella de capítulos;
viii. Recursos de Queja, aun cuando la aplicación de medidas disciplinarias corresponde al pleno de la Corte
Suprema;
ix. Recurso de queja en juicio de cuentas contra la sentencia de segunda instancia pronunciada con falta o
abuso;
x. Solicitudes de acceso a cierta información que la autoridad se niega a entregar, o de entrada y registro a
determinados recintos, conforme a la ley procesal penal;
xi. Otros que señalen las leyes.
La Corte Suprema, mediante auto acordado, establece cada dos años las materias específicas que debe conocer
cada una de las cuatro salas en las que se divide durante el funcionamiento extraordinario (1ª: Civil, 2ª: Penal,
3ª: Constitucional y 4ª: Laboral o Mixta).

e) Competencia Privativa del Pleno de la Corte Suprema:

i. Apelación de Desafueros Parlamentarios;


ii. Apelación de sentencias de Juicios de Amovilidad fallados en primera instancia por las Cortes de
Apelaciones o por el Presidente de la Corte Suprema, seguidos contra jueces de letras o Ministros de Cortes
de Apelaciones, respectivamente;
iii. Conocer y resolver la concesión y revocación de la libertad condicional, en los casos en que se hubiere
impuesto el presidio perpetuo calificado;
iv. Recurso de Reclamación por Pérdida de Nacionalidad (artículo 12 CPR);
v. Aplicación de Medidas Disciplinarias; y
vi. Los demás asuntos que señala el artículo 96 del COT, o que se dispongan en leyes especiales.

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f) Competencia Privativa de la Corte Suprema:

i. Recurso de Casación en el Fondo;


ii. Recurso de Revisión; y
iii. Recurso de Reclamación por Pérdida de Nacionalidad.

1.1.3.1.2. Cortes de Apelaciones: organización y competencia:

a) Enumeración:

Conforme al artículo 54 del COT, en Chile existen 17 Cortes de Apelaciones, las que tienen su asiento en las
siguientes comunas: Arica, Iquique, Antofagasta, Copiapó, La Serena, Valparaíso, Santiago, San Miguel,
Rancagua, Talca, Chillán, Concepción, Temuco, Valdivia, Puerto Montt, Coihaique y Punta Arenas.

b) Concepto:

Son tribunales ordinarios, superiores, colegiados, letrados, de Derecho y permanentes, que ejercen sus
funciones en una región o parte de ella, y que son depositarios de casi la totalidad de la competencia en
segunda instancia.

Como se ha señalado, existen 17 Cortes de Apelaciones a lo largo de nuestro país, en tanto que el número de
sus miembros varía en cada una.
Están tratadas en los artículos 54 a 92 del COT.

c) Organización:

La composición y estructura de las Cortes de Apelaciones es la siguiente, y en este mismo orden de jerarquía:
I. Ministros: Su número es variable en las distintas Cortes. En el caso de Santiago, son 33 Ministros más
su Presidente, quien puede integrar cualquier sala; por lo tanto, en total tiene 34 miembros.
II. Fiscales Judiciales: Funcionarios auxiliares de la Administración de Justicia, que ejercen el Ministerio
Público (judicial) ante las Cortes, y cuyo superior jerárquico es el Fiscal Judicial de la Corte Suprema. No
deben confundirse con los fiscales del Ministerio Público encargados de investigar los delitos en el sistema
procesal penal. En la Corte de Apelaciones de Santiago existen 6 Fiscales Judiciales.
III. Relatores: Auxiliares de la Administración de Justicia encargados de la relación (exposición metódica y
sistemática del contenido de un proceso ante un tribunal superior colegiado). La Corte de Apelaciones de
Santiago tiene 23 relatores.
IV. Secretario: Ministro de fe del tribunal. En la Corte de Apelaciones de Santiago existen 3 Secretarios:
uno civil, uno criminal y otro especial (para causas de trabajo, familia y policía local, entre otros asuntos).
V. Oficiales de Secretaría: Funcionarios subalternos.

d) Funcionamiento:

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El funcionamiento de las Cortes de Apelaciones puede ser ordinario o extraordinario, según si existe o no
retardo. Conforme al artículo 62 del COT, se entiende que hay retardo en una Corte de Apelaciones cuando
el cociente resultante de dividir el total de causas en estado de tabla y apelaciones que deban conocerse en
cuenta, inclusive las criminales, por el número de salas que posee dicha Corte, sea superior a 100.

A continuación analizaremos las dos formas posibles de funcionamiento:

i. Funcionamiento Ordinario: Existe funcionamiento ordinario cuando no hay retardo. En estas condiciones,
las Cortes de Apelaciones de Arica, Antofagasta, La Serena, Rancagua, Talca, Temuco y Valdivia se dividirán
en dos salas; las Cortes de Apelaciones de Valparaíso en 5 salas; la Corte de Concepción y San Miguel, en
seis salas; y la Corte de Apelaciones de Santiago en diez salas.
Cada una de las salas en que se dividan ordinariamente las Cortes de Apelaciones tendrán tres ministros, a
excepción de la primera sala que constará de cuatro.
Para la constitución de las diversas salas en que se dividan las Cortes de Apelaciones para su funcionamiento
ordinario, se sortearán anualmente los miembros del tribunal, con excepción de su Presidente, el que quedará
incorporado a la Primera Sala, siendo facultativo para él integrarla. El sorteo correspondiente se efectuará el
último día hábil del mes de enero de cada año
Adicionalmente, deberá sortear, cada dos años, a los ministros que compondrán la sala que se dedicará a ver
de manera exclusiva o preferente materias aduaneras y tributarias (artículo 61 del COT).

ii. Funcionamiento Extraordinario: Como se ha señalado y según lo dispuesto en el artículo 62 del COT, las
Cortes de Apelaciones integradas por sus Fiscales Judiciales o con abogados integrantes, se dividirán en salas
de tres miembros para el despacho de las causas, cuando hubiere retardo. Producido este caso y si no bastaren
los relatores en propiedad, el tribunal designará por mayoría de votos los relatores interinos que estime
conveniente, quienes gozarán durante el tiempo en que sirvieren de igual remuneración que los propietarios.
Cada sala se entiende que representa a la Corte en su unidad.
En virtud del permanente “retardo” que existe en nuestros tribunales, las Cortes funcionan siempre
extraordinariamente. La Corte de Apelaciones de Santiago, por ejemplo, funciona de manera extraordinaria
con once salas. Sin embargo, el total de salas de dicha Corte asciende a doce, pues la ley 20.322, que
Fortalece y Perfecciona la Jurisdicción Tributaria y Aduanera ordena la constitución de una nueva sala que
conozca exclusivamente de materias tributarias.

e) Competencia:

I. En única instancia (aunque algunos asuntos técnicamente no constituyen “instancia”):


a) Recurso de Casación en la Forma en contra de sentencias dictadas por jueces de letras de su territorio
jurisdiccional o por uno de sus Ministros, o contra sentencias definitivas de primera instancia de jueces
árbitros;
b) Recurso de Nulidad contra sentencias definitivas dictadas por un tribunal con competencia penal;
c) Recurso de Queja interpuesto contra Jueces de Letras, Jueces de Policía Local, jueces árbitros y demás
órganos que ejerzan jurisdicción dentro de su territorio jurisdiccional;

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d) Extradición Activa (alude a la situación en que el Estado de Chile requiere a otro país la entrega de un
sujeto, para ser sometido a juicio o para que cumpla una condena aquí, en virtud de un delito perpetrado en
nuestro territorio);
e) Solicitudes sobre entrega de determinada información por la autoridad cuando ésta se negare a
proporcionarla, conforme a la ley procesal penal, siempre que la razón invocada no sea la seguridad nacional;
f) Contiendas de competencia entre tribunales de su territorio jurisdiccional (artículo 190 del COT);
g) Recursos de Hecho;
h) Recusación de Jueces de Letras, de Ministros de esa misma Corte de Apelaciones o de peritos
nombrados por ella;
i) Reclamos de ilegalidad deducidos en contra de Municipalidades;
j) Otros asuntos que le encomienden las leyes.

II. En primera instancia:

a) En Sala: Recursos de Amparo y Protección; Acción de Amparo Económico; Otros que le encomienden
las leyes.

b) En Pleno: Juicios de amovilidad de Jueces de Letras; Desafuero de Diputados y Senadores y de otras


autoridades; Querella de Capítulos; Atribuciones Anexas a la jurisdicción.

III. En segunda instancia:

a) En Sala: Causas civiles, de familia y del trabajo y actos no contenciosos de que hayan conocido en
primera instancia Jueces de Letras de su territorio jurisdiccional o uno de sus Ministros; Apelaciones
interpuestas contra un Juez de Garantía; Consultas de sentencias civiles dictadas por un Juez de Letras (la
Consulta es un trámite obligatorio que la ley impone respecto de ciertos asuntos de interés público, en virtud
del cual se exige que sean revisados por el tribunal superior en caso de que no se deduzca recurso de
Apelación); Recursos de Apelación deducidos en contra de Jueces de Policía Local; Otros que le encomienden
las leyes.

b) En Pleno: Calificaciones de los miembros de Poder Judicial (artículo 276 del COT); Apelaciones,
Consultas y Casación en la Forma respecto de causas conocidas en primera instancia por su Presidente. Esto
es excepcional, sólo en la Corte de Santiago (artículo 64 del COT).

1.1.3.2. Substanciación de los asuntos ante los tribunales colegiados superiores.

Los tribunales colegiados superiores, no tienen contacto directo con el expediente, por lo cual se imponen de
su contenido a través de la relación y de los alegatos de las partes.
Según los trámites que se siguen para conocer del fondo del asunto, las Corte de Apelaciones y la Corte
Suprema pueden resolver los asuntos y, por tanto, funcionar de dos maneras distintas:

I. EN CUENTA: En este caso, el tribunal falla con el sólo mérito de la cuenta que hace el Relator, esto es,

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una exposición del asunto sin requisitos ni formalidades especiales (Ej.: recurso de Apelación de sentencia
interlocutoria).

II. EN RELACIÓN O PREVIA VISTA DE LA CAUSA: A diferencia del anterior, en este caso el
conocimiento del asunto se obtiene mediante un procedimiento formal y complejo denominado relación,
compuesto de una serie de actuaciones, en que la relación propiamente tal o exposición del Relator es sólo una
de ellas.
Las etapas de la vista de la causa pueden dividirse en: (A) trámites previos; y (B) trámites de la vista de la
causa propiamente tal.

A.- TRÁMITES PREVIOS.

Los trámites previos a la vista de la causa son: (1) notificación del decreto “autos en relación”; (2) colocación
de la causa en tabla; (3) el anuncio; y (4) la instalación del tribunal.

1) Notificación del decreto autos en relación (o de la vista de la causa).


Ésta es la resolución que indica que estamos en presencia de la vista de la causa, porque de lo contrario diría
“dése cuenta”.
Antes de su dictación, la causa pasa por un examen de admisibilidad en la sala tramitadora de la respectiva
Corte, y sólo si ella lo aprueba se dicta la resolución. Con apego al artículo 70 del COT, la tramitación previa
de las causas corresponderá a la primera sala en aquellas Cortes en que exista más de una. Se suele hablar
entonces de “sala tramitadora”.
Pues bien, dicho decreto se debe notificar personalmente, pero en la práctica es una notificación tácita al
comparecer las partes en segunda instancia.
Con respecto al apelado rebelde, se le entiende notificado del decreto de “autos en relación” desde la dictación
del mismo.

2) Colocación de la causa en tabla.


Consiste en la inclusión de la causa en una lista de los asuntos que deben ser vistos en un día determinado, que
se elabora semanalmente.
Toda causa que se encuentra en estado de verse se anota en un rol (libro), con lo que se le confiere un número
a la causa, el cual sirve de orden para ser colocada en tabla. Así, las causas se ponen en tabla según el número
de rol.
No obstante, hay causas que gozan de preferencia para su colocación en tabla, por ejemplo, alimentos
provisorios, juicios sumarios y ejecutivos, etc. (artículo 162, inciso 2º, del CPC). Así las causas preferentes
son aquellas que conforme a la ley deben conocerse y fallarse con anterioridad a las demás, no obstante ser
cronológicamente posteriores. En la práctica, lo que ocurre es que ingresan inmediatamente a la tabla.
En las Cortes de Apelaciones que consten de más de una sala, se formarán tantas tablas cuantas sea el número
de salas y se distribuirán entre ellas por sorteo, en audiencia pública (artículo 69, incisos 1º y 2º, del COT).
Por lo tanto, semanalmente se elaboran 5 tablas por cada sala (una para cada día). En la Corte de Apelaciones
de Santiago hay once salas, y en la Corte Suprema, cuatro salas. Respecto de la Corte Suprema, corresponde
al Presidente de la Corte formar la tabla para cada sala (por materia).

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En la práctica, la confección de las tablas se realiza los días viernes. Confeccionada la tabla, debe publicarse.
La publicación oficial es la que se hace físicamente en la Corte. Pero además se difunde en el sitio web del
Poder Judicial y en una revista privada llamada “La Tabla”.
Esta tabla se fijará en lugar visible, y antes que comience a tratar cada negocio, lo anunciará el tribunal,
haciendo colocar al efecto en lugar conveniente el respectivo número de orden, el cual se mantendrá fijo hasta
que se pase a otro asunto.
Las causas se ven en el día señalado. Si concluida la hora de la audiencia, queda pendiente alguna causa y no
se acuerda prorrogar el acto, se continuará en los días hábiles inmediatos hasta terminarla, sin necesidad de
ponerla nuevamente en la tabla.
A las tablas se les hacen dos tipos de suplementos legales: (i) causas agregadas; y (ii) causas radicadas.
i) Las causas agregadas son aquellas que figuran en una tabla aparte, elaborada día a día, y que normalmente
dicen relación con asuntos que, por su gravedad, no pueden esperar para ser resueltos. Corresponden a
materias urgentes que no pueden aguardar para su decisión hasta la semana siguiente (se ven al día siguiente o
subsiguiente). Así, se agregan extraordinariamente a la tabla para el día siguiente hábil a su ingreso al tribunal,
o el mismo día en casos urgentes (artículo 69, inciso 5º, del COT): (i) las apelaciones relativas a la prisión
preventiva de los imputados u otras medidas cautelares personales en su contra; (ii) los recursos de amparo; y
(iii) las demás que las leyes determinen.
También se agregarán extraordinariamente las apelaciones de las resoluciones relativas al auto de
procesamiento, de la resolución que no da lugar a pronunciarlo, o que acoge o rechaza la petición de
modificarlo o dejarlo sin efecto, en causas en que haya procesados privados de libertad. En este caso, la
agregación se hará a la tabla del día que determine el Presidente de la Corte, dentro del término de 5 días
contados desde el ingreso de los autos a la secretaría del tribunal (artículo 69, inciso final, del COT).
Las causas agregadas se distribuyen por sorteo, el cual se hace una sola vez.
ii) Las causas radicadas, en cambio, son aquellas en que la ley ha determinado que no entren al sorteo, ya que
han sido conocidas previamente por una sala del tribunal (ej. Orden de No Innovar). Estas causas, si bien no
alteran el orden mismo de la tabla, son una excepción pues no se sortea sala respecto de ellas, como en todas
las demás, toda vez que por algún motivo su contenido ya ha sido conocido previamente por una sala
determinada, la que posteriormente será la única competente para conocer de cualquier otro asunto relativo a
ella.
Las agregadas se incorporan extraordinariamente a la tabla en lugar preferente, a diferencia de las radicadas.
De esta forma, en primer lugar se ven las causas agregadas, después las radicadas, y finalmente se ven las
causas señaladas en la tabla ordinaria.
Finalmente, “en las tablas deberá designarse un día de la semana para conocer las causas criminales y otro
día distinto para conocer las causas de familia, sin perjuicio de la preferencia que la ley o el tribunal les
acuerden” (artículo 69, inciso 3º, del COT).

3) El anuncio.

Hay dos tipos: (i) el anuncio de la vista de la causa; y (ii) el anuncio de las causas que no se van a ver.
El Anuncio de la vista de la causa es el que se hace el mismo día de la vista de la causa, respecto de qué causa
se está empezando a ver. Se avisa gráficamente el número de la causa en la tabla (artículo 163, inciso 2º, del
CPC). Así el Oficial de la Sala respectiva procede a la colocación del número correspondiente a la causa que

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se está viendo, en un lugar visible, inclusive aplaudiendo para llamar la atención de las partes. En Santiago
existen además unos monitores computacionales que registran y exhiben esta información.
El Anuncio de las causas que no se van a ver consiste en que obligatoriamente el Relator, al iniciar la
audiencia, debe anunciar qué causas no se van a ver por falta de tiempo y su motivo, señalando además hasta
qué causa se va a ver. Este anuncio es un instrumento público, que lo firma el Relator, y que se deja al exterior
de la tabla en un tablero, en el cual hay copia de la tabla, de la tabla de las agregadas y el acta de instalación
de la sala (artículo 222, inciso 2º, del CPC).
Existen ciertos motivos legales por los que podría suspenderse la vista de la causa el día designado, o bien
retardarse dentro del mismo día las que se encuentran señaladas en el artículo 165 del COT. Entre estas causas
podemos señalar: (i) impedirlo el examen de las causas que se encuentran fijadas con anterioridad; (ii) falta de
miembros del tribunal para dictar sentencia; (iii) Muerte del abogado patrocinante. En este caso la vista de la
causa se suspende por un plazo de 15 días: (iv) Muerte del cónyuge y ascendientes del abogado defensor-, (v)
por tener el abogado vista o comparecencia ante otro tribunal; (vi) Por suspender una de las partes o de común
de acuerdo la vista de la causa, etc.

4) Instalación del tribunal.


No es un trámite de la vista, sino del tribunal, pero influye en ésta. Es el instrumento público por el cual se
indica quiénes van a integrar una sala en particular un día determinado.
Esto le corresponde hacerlo al Presidente de la Corte, quien firma el acta de colocación y la ubica afuera de la
sala.
Su finalidad es permitir recusar a los miembros del tribunal. En este caso, la ley manda que debe hacerse todo
lo posible para que la causa se vea (por ejemplo, cambiar a un miembro de la sala). A las partes, en todo caso,
se les debe comunicar el cambio de instalación.

B.- VISTA DE LA CAUSA PROPIAMENTE TAL.

La vista de la causa propiamente tal consta de tres trámites: (1) la relación; (2) los alegatos; y (3) el acuerdo.

1) La relación.
Es la exposición metódica y sistemática que hace un auxiliar de la Administración de Justicia, llamado
Relator, a un tribunal superior y colegiado sobre la materia que debe decidir.
Ella debe comprender los antecedentes que obran en el expediente y los argumentos de las partes. Además, la
ley obliga al Relator a dar cuenta de toda omisión sustancial que note en el proceso, así como de las faltas
disciplinarias que observe.
La relación es un acto público, ya que se efectúa en presencia de los abogados de las partes que hayan asistido
y se hubieren anunciado para alegar (artículo 223, inciso 1º, primera parte del CPC). La relación no puede ser
interrumpida una vez iniciada.
Los ministros podrán, durante la relación, formular preguntas o hacer observaciones al Relator, las que en
caso alguno podrán ser consideradas como causales de inhabilidad (artículo 223, inciso 1º, segunda parte del
CPC).

2) Los alegatos.

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Son las defensas orales de un recurso, que hacen los abogados ante un tribunal colegiado una vez que ya ha
escuchado la relación.
Se dice que son orales porque está expresamente prohibido leer. Sin embargo, pueden consultarse minutas y sí
pueden leerse las citas.
La ley también se refiere a ellos en algunas disposiciones como “alegaciones”.
Éste es el trámite que permite distinguir, de manera manifiesta, la vista de la causa “en cuenta” y “en
relación”.
Concluida la relación, se procederá a escuchar, en audiencia pública, los alegatos de los abogados que se
hubieren anunciado (artículo 223, inciso 2º, primera parte del CPC).
Los abogados tendrán derecho a rectificar los errores de hecho que observaren en el alegato de la contraria, al
término de éste, sin que les sea permitido replicar en lo concerniente a puntos de Derecho (artículo 223, inciso
3º, del CPC).
La duración de los alegatos de cada abogado se limitará a media hora. El tribunal, a petición del interesado,
podrá prorrogar el plazo por el tiempo que estime conveniente (artículo 223, inciso 4º, del CPC). Al
anunciarse, los abogados deben indicar el tiempo aproximado en que realizarán sus alegatos.
Pueden alegar: 1) Los abogados habilitados para el ejercicio de la profesión, es decir, aquellos que tengan
título de abogado vigente y no estén suspendidos. Puede alegar tanto el patrocinante como el mandatario; 2)
Excepcionalmente ante las Cortes de Apelaciones y Cortes Marciales, pueden alegar los postulantes en
práctica, pero deben acreditar que es un asunto de su práctica.
En la vista de la causa sólo podrá alegar un abogado por cada parte, y no podrán hacerlo la parte y su abogado
(artículo 225 del CPC).
Terminados los alegatos, queda cerrado el debate y la causa está en estado de dictarse resolución. Lo anterior
es sin perjuicio de que pueda decretarse alguna medida para mejor resolver.

3) El acuerdo.
En él pueden haber medidas para mejor resolver (artículo 159 del CPC) o bien terminar con una sentencia.
Por lo tanto, una vez concluidos los alegatos termina la vista de la causa, pudiendo ésta ser fallada de
inmediato por la Corte, o dejar su decisión en acuerdo, ya sea por necesidad de solicitar medidas para mejor
resolver, informes en Derecho, o simplemente para proceder a un mejor estudio de los antecedentes o a la
redacción del fallo.

1.1.3.3. Jueces de letras: organización y competencia:

a) Concepto:

Son tribunales unipersonales, ordinarios, letrados, de Derecho y permanentes, que ejercen sus facultades
sobre una comuna o agrupación de comunas, y que, en la base del Poder Judicial, conocen en primera o
única instancia de todos los asuntos que la ley les asigna.
Esto último alude al Principio de Plenitud de competencia en primera instancia.

b) Organización:

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Estos jueces están regulados básicamente en los artículos 27 a 48 del COT.
La legislación procesal especifica que las referencias hechas en el COT a los jueces letrados o jueces de
letras, incluyen también a los jueces de Juzgados de Familia, del Trabajo y de Cobranza Laboral y
Previsional, de Garantía y de Tribunales de Juicio Oral en lo Penal, salvo los casos en que la ley señale
expresamente lo contrario (artículo 248 del COT).

La composición de un Juzgado de Letras es la siguiente, y en este mismo orden de jerarquía:


II. Un Juez de Letras.
II. Secretario: Ministro de fe del tribunal.
III. Oficiales de Secretaría: Funcionarios subalternos.

c) Competencia:

Los Jueces de Letras tienen la plenitud de la competencia en primera instancia, en todos los asuntos civiles
(contenciosos o no) e inclusive en materias laborales y de familia si no existieren tribunales especiales en el
lugar respectivo. Asimismo, conforme al artículo 46 del COT, los jueces de letras que cumplan -además de
sus funciones propias- las de juez de garantía, tendrán la competencia que la ley señala para éstos.
A continuación analizaremos los elementos de la competencia absoluta con respecto a estos tribunales:
i) Cuantía. Este factor determina la instancia en que conocerán de cada asunto:
a.- En única instancia: causas civiles y de comercio de cuantía inferior o igual a 10 UTM (artículo 45 Nº 1 del
COT).
b.- En primera instancia (artículo 45 Nº 2 del COT): causas civiles y de comercio de cuantía superior a 10
UTM, o aquellas de cuantía inferior pero en que intervenga una persona con fuero menor.
ii) Materia:
- Causas civiles y de comercio;
- Juicios de minas;
- Juicios de hacienda;
- Actos judiciales no contenciosos;
- Juicios posesorios;
- Distribución de aguas;
- Quiebras y convenios;
- Goce de un Censo.
Asimismo la ley prevé la posibilidad de que, “tratándose de juzgados de letras que cuenten con un juez y un
secretario, las Cortes de Apelaciones podrán ordenar que los jueces se aboquen de un modo exclusivo a la
tramitación de una o más materias determinadas, de competencia de su tribunal, cuando hubiere retardo en
el despacho de los asuntos sometidos al conocimiento del tribunal o cuando el mejor servicio judicial así lo
exigiere” (artículo 47 inciso 1º del COT). En ese caso, “se entenderá, para todos los efectos legales, que el
juez falta en su despacho. En esa oportunidad, el secretario del mismo tribunal asumirá las demás funciones
que le corresponden al juez titular, en calidad de suplente, y por el solo ministerio de la ley” (artículo 47 A
inciso 1º del COT). La sala de la Corte de Apelaciones que disponga esta medida deberá estar integrada

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solamente por Ministros titulares (artículo 47 B del COT). 2
iii) Fuero o Persona: Todos aquellos asuntos de cuantía inferior a 10 UTM en que sean parte o tengan interés
las personas indicadas en el artículo 45 Nº 2 letra g del COT (fuero menor). Lo relevante del fuero en este
caso no es el cambio de tribunal, sino que los Jueces de Letras conocerán en primera y no en única
instancia, dando lugar al principio de la doble instancia y, por ende, a la revisión por parte del tribunal
superior.
Existen además algunos casos de competencia especial de los Jueces de Letras de comunas asiento de Corte
de Apelaciones, como en el caso de los juicios de hacienda cuando el Fisco es demandado (artículo 48 del
COT).

1.1.3.4. Tribunales Orales en lo Penal: organización y competencia (artículo 18 del COT):

Los Tribunales de Juicio Oral en lo Penal son tribunales colegiados, ordinarios, letrados, de Derecho y
permanentes, que ejercen sus facultades sobre una comuna o agrupación de comunas, y que conocen en
única instancia de todos los asuntos de orden criminal que la ley prescribe. En concreto, estos tribunales
intervienen en la etapa de juicio oral dentro del Procedimiento Ordinario.

a) Competencia:

i. Conocer y juzgar las causas por crimen o simple delito, salvo aquellas por simple delito cuyo
conocimiento y fallo corresponda al Juzgado de Garantía;
ii. Resolver, en su caso, sobre la libertad o prisión preventiva de los acusados puestos a su disposición;
iii. Resolver todos los incidentes que se promuevan durante el curso del juicio oral;
iv. Conocer y resolver todas las cuestiones y asuntos que la ley de responsabilidad penal juvenil les
encomiende; y
v. Conocer y resolver otras cuestiones que la ley les asigne.

b) Organización:

i. Funcionarán en una o más salas integradas por tres de sus miembros. Podrán integrar la sala también
otros jueces en calidad de alternos, sólo cuando sea necesario subrogar en caso de que existan jueces
inhabilitados, o cuando opere la situación prevista en el artículo 281 inciso 5º del Código Procesal Penal (esta
última situación alude a la hipótesis en que se convoque a un número de jueces mayor a tres si, a juicio del
juez presidente del Comité, existen circunstancias que permitan presumir que con el número ordinario no se
podrá cumplir la exigencia esencial de presencia ininterrumpida de los jueces que integran el tribunal durante

2
En la actualidad, las Cortes de Apelaciones de Santiago y de San Miguel, atendido al número de causas ingresadas y
tramitadas ante los Juzgados Civiles de la comuna de Santiago y de San Miguel, respectivamente, han aplicado este
artículo durante los últimos 3 años aproximadamente, lo que en la práctica se traduce en que la mayoría de los tribunales
civiles, el juez titular se aboque sólo a las causas ordinarias y aquellas sometidas al procedimiento sumario especial,
mientras que el secretario titular, quien asume como juez, se dedique a los juicios ejecutivos y al resto de las causas
sometidas al procedimiento sumario (razón por la que muchas veces se le denomina juez “tramitador”, asumiendo las
funciones de Secretaría el Oficial Primero del Tribunal, en consecuencia, excepcionalmente en estos tribunales existen
dos jueces hasta que las razones del buen servicio así lo dispongan.

15
la audiencia del juicio oral). Cada sala será dirigida por un juez Presidente, quien tendrá las atribuciones de los
Presidentes de Salas de las Cortes de Apelaciones y las otras que la ley le atribuya.

ii. Comité de Jueces. Existe en los Juzgados de Garantía con 3 o más Jueces y en todos los Tribunales de
Juicio Oral en lo Penal, y se integra de la siguiente forma:
a.- Juzgados o Tribunales con 5 Jueces o menos: Se integra por todos ellos.
b.- Juzgados o Tribunales con más de 5 Jueces: Se integra por 5 Jueces elegidos por mayoría cada 2 años.

El Comité a su vez elige un juez presidente, que dura dos años, es reelegible por una sola vez y tiene voto
dirimente en caso de empate.
Las funciones del Comité son las siguientes:

Aprobar el procedimiento objetivo y general de distribución de causas;


Designar al Administrador del Tribunal, de entre una terna presentada por el juez presidente;
Resolver acerca de la remoción del Administrador;
Designar al personal del juzgado o tribunal, de entre ternas presentadas por el Administrador;
Conocer de apelaciones contra el Administrador por remoción del subadministrador, jefes de unidades o
personal del juzgado o tribunal;
Decidir el proyecto de plan presupuestario anual que le presente el juez presidente, para ser propuesto a la
Corporación Administrativa del Poder Judicial;
Las demás materias que señale la ley.

iii. Organización administrativa: Los Juzgados de Garantía y los Tribunales de Juicio Oral en lo Penal se
organizan en unidades administrativas para el cumplimiento de las siguientes funciones:

Sala: Para la organización y asistencia a la realización de las audiencias;


Atención de Público: Otorgar una adecuada atención, información y orientación.
Servicios: Labores de soporte técnico computacional, contabilidad, apoyo a la labor administrativa,
abastecimiento, etc.
Administración de Causas: Manejo de causas, registro de los procesos, notificaciones, audiencias, archivo,
ingresos, rolaje de expedientes, audiencias de los detenidos, actualización de base de datos de causas y
estadísticas básicas.
Apoyo a Testigos y Peritos: Adecuada atención, información y orientación a testigos y peritos. Esta unidad
sólo existe en los Tribunales del Juicio Oral en lo Penal.

1.1.3.5. Juzgados de Garantía: organización y competencia:

a) Concepto:

Los Juzgados de Garantía son tribunales unipersonales, ordinarios, letrados, de Derecho y permanentes, que
ejercen sus facultades sobre una comuna o agrupación de comunas, y que conocen en primera o en única
instancia de todos los asuntos de orden criminal relacionados con la sustanciación previa al juicio oral, así

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como de la sustanciación y resolución de ciertos procedimientos penales especiales.

b) Competencia.

A) Jueces de Garantía (artículo 14 del COT):

i.- Asegurar los derechos del imputado y demás intervinientes en el proceso penal;
ii.- Dirigir personalmente las audiencias que procedan conforme a la ley procesal penal;
Estas dos primeras funciones son obligaciones y atribuciones y no competencia propiamente tal.
iii.- Dictar sentencia, cuando corresponda, en el procedimiento abreviado;
iv.- Conocer y fallar las faltas penales;
v.- Conocer y fallar las faltas de la Ley de Alcoholes;
vi.- Hacer ejecutar las condenas criminales y las medidas de seguridad, y resolver solicitudes y reclamos
relativos a dicha ejecución. No constituye competencia propiamente tal;
vii.- Conocer y resolver todas las cuestiones y asuntos que la ley de responsabilidad penal juvenil les
encomiende; y
viii.- Conocer y resolver otras cuestiones que la ley les encargue.
La mayor carga de trabajo para estos tribunales se vincula con sus funciones cautelares y no jurisdiccionales,
porque sólo fallan asuntos menores.
Con todo, su función principal es el control jurisdiccional de la investigación y la preparación del juicio
oral. El control de la investigación es para impedir que se cometan abusos en contra de los imputados. El
control de la detención tiene por objeto verificar si al efectuarse se cumplieron los requisitos legales y se
dieron todas las garantías.
También tienen la facultad de autorizar las medidas de detención, registro y prohibición de salir del país de los
imputados, para evitar que sean ordenados arbitrariamente por el Ministerio Público.
Y por último, decretan medidas cautelares para asegurar la persona de los imputados: la prisión preventiva,
etc.

II.1.4 Tribunales Especiales y órganos de la administración del Estado que ejercen funciones
jurisdiccionales:

Como se ha dicho, los Tribunales especiales son aquellos que conocen de las materias específicas que señala
la ley y se encuentran regulados por leyes especiales, distintas del Código Orgánico de Tribunales.
Pueden o no pertenecer al Poder Judicial. Los que forman parte del Poder Judicial son los Juzgados de
Familia, los Juzgados de Letras del Trabajo, los Juzgados de Cobranza Laboral y Previsional, y los Tribunales
Militares en tiempo de paz, todos los cuales quedan sujetos a la superintendencia de la Corte Suprema.
Ejemplos de aquellos que no pertenecen al Poder Judicial son el Senado al conocer de la acusación
constitucional, el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia, el Tribunal Constitucional, etc.

Por otra parte, los Juzgados de Policía Local no están al mismo nivel de los tribunales mencionados, ni
siquiera están dentro de la carrera judicial. Son funcionarios municipales, pero el Poder Judicial propone una
terna a la respectiva Municipalidad para su nombramiento, y las Cortes de Apelaciones los califican.

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II.1.5 Tribunales Arbitrales:

a) Concepto:

Los árbitros son los jueces nombrados por las partes, o por la autoridad judicial en subsidio, para la
resolución de un asunto litigioso (artículo 222 del COT).
Sus resoluciones tienen valor de sentencia judicial y producen cosa juzgada, pero los árbitros carecen de
imperio, por lo que la ejecución de las mismas, cuando se requieren medidas compulsivas, corresponde a los
tribunales ordinarios.
Las sentencias dictadas por los árbitros se denominan técnicamente laudos.

b) Clasificación:

1) Según el origen de la designación: convencional, judicial, legal o testamentario.

2) Según el grado: de primera, de segunda o de única instancia.

3) Según el número de miembros: unipersonales o colegiados (artículo 231 del COT). En el caso de ser dos o
más los árbitros nombrados, las partes podrán designar un tercero que dirima las discordias que entre aquéllos
puedan ocurrir. Podrán, también, autorizar a los mismos árbitros para que nombren, en caso necesario, el
tercero dirimente (artículo 233 del COT). Asimismo, si los árbitros son dos o más, todos ellos deberán
concurrir al pronunciamiento de la sentencia y a cualquier acto de sustanciación del juicio, a menos que las
partes acuerden otra cosa. Si no consiguen ponerse de acuerdo los árbitros, se reunirá con ellos el tercero, si lo
hay, y la mayoría pronunciará resolución conforme a las normas relativas a los acuerdos de las Cortes de
Apelaciones (artículo 237 del COT).

4) Según su calidad:

a) Árbitros de Derecho: Son aquellos que fallan con arreglo a la ley y se someten, tanto en la tramitación
como en el pronunciamiento de la sentencia definitiva, a las reglas establecidas para los jueces ordinarios,
según la naturaleza de la acción deducida (artículo 233, inciso 2°, del COT).
Son la regla general en materia de arbitraje, se aplican supletoriamente en silencio de las partes y son la clase
de árbitros que opera en los casos de arbitraje forzoso.

b) Árbitros Arbitradores o Amigables Componedores: Son aquellos que fallan conforme a lo que su
prudencia y la equidad les dictaren, y no están obligados a guardar en sus procedimientos y en su fallo otras
reglas que las que las partes hayan expresado en el acto constitutivo del compromiso, y si éstas nada hubieren
expresado, se atendrán a las reglas mínimas señaladas en el Código de Procedimiento Civil (artículo 223,
inciso 3º, del COT y artículos 636 y ss. del CPC).

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Sin perjuicio de la libertad de las partes para fijar el procedimiento, se exige como requisito esencial el respeto
a las normas básicas del debido proceso, y el cumplimiento de ciertos trámites señalados como mínimos por el
Código de Procedimiento Civil, que específicamente abarcan lo que sigue:
i.- El arbitrador oirá a los interesados;
ii.- Recibirá y agregará al proceso los instrumentos que le presenten;
iii.- Practicará las diligencias que estime necesarias para el conocimiento de los hechos,
iv.- Pronunciará su fallo en el sentido que la prudencia y la equidad le dicten.
v.- Podrá oír a los interesados por separado, si no le es posible reunirlos.
vi.- Si el arbitrador cree necesario recibir la causa a prueba, decretará este trámite. Se aplican las normas sobre
los testigos establecidas en el procedimiento ante árbitros de Derecho.
vii.- Ministro de fe facultativo: el arbitrador practicará solo o con asistencia de un ministro de fe, según lo
estime conveniente, los actos de sustanciación que decrete en el juicio, y consignará por escrito los hechos que
pasen ante él y cuyo testimonio le exijan los interesados, si son necesarios para el fallo.
viii.- Las diligencias probatorias concernientes al juicio de compromiso que se practiquen ante los tribunales
ordinarios se someterán a las reglas establecidas para éstos.
Finalmente, se hace presente que sólo las partes mayores de edad y libres administradoras de sus bienes
podrán dar a los árbitros el carácter de arbitradores (artículo 224, inciso 1º, del COT).

c) Árbitros Mixtos: Son aquellos árbitros de Derecho a quienes se les pueden conceder facultades de
arbitradores en cuanto al procedimiento, y en cuanto al pronunciamiento de la sentencia definitiva se limitan a
la aplicación estricta de la ley, es decir, son aquellos que tramitan como arbitradores y fallan conforme a
Derecho (artículo 223 inciso final del COT).
Sólo por motivos de manifiesta conveniencia podrán los tribunales autorizar los árbitros mixtos cuando uno
o más de los interesados en el juicio sean incapaces (artículo 224, inciso 2º, del COT).

c) Características.

1) Ejercen jurisdicción. El COT los reconoce como jueces en el artículo 222. Por lo tanto, sus sentencias
no son equivalentes jurisdiccionales, sino que constituyen jurisdicción en sentido propio.
2) Están establecidos por la ley, no son creación de la jurisprudencia o de la doctrina. En consecuencia,
independientemente de la forma u origen de su designación, su fuente mediata siempre es la ley, lo que se
condice con el principio de legalidad que rige el establecimiento de todo tribunal en nuestro sistema jurídico.
3) A pesar de ser jueces particulares o privados, desempeñan una función pública. Esta última deriva del
nombramiento hecho por las partes o por un tribunal en subsidio, y consiste en impartir justicia, atribución
que la Constitución entrega exclusivamente a los tribunales establecidos por ley.
4) No constituyen tribunales permanentes, sino que son transitorios u ocasionales, porque son nombrados
para conocer de un asunto determinado. Cada árbitro funda su existencia en una norma legal, pero no están
consagrados cada uno de ellos en forma particular, por lo que la calidad de árbitro en el caso concreto nace
con la designación.
5) Nacen y tienen su origen de un acto privado y, por regla general, su nombramiento nace de la voluntad de
las partes.

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6) Atendiendo a su naturaleza, no son tribunales ordinarios ni estrictamente especiales, sino una categoría
diversa: tribunales arbitrales.

d) Diferencias entre los jueces ordinarios y los jueces árbitros.

TRIBUNALES ORDINARIOS TRIBUNALES ARBITRALES

Son permanentes. Siempre están constituidos Son ocasionales, transitorios y temporales. Los
como jueces aunque no haya asuntos queárbitros sólo funcionan como tales cuando se les
resolver. designa para conocer de un asunto determinado.

Cuentan con una organización establecida por la No tienen una organización ni personal, ni sede, y
ley, que supone personal, indica el número de sus funciones y obligaciones son las mismas y
jueces, los lugares donde funcionan; y sus siempre relacionadas con el asunto específico que
atribuciones y obligaciones. deben resolver.

Siempre deben someterse a los procedimientos De las tres clases de árbitros, sólo los árbitros de
establecidos en la ley para actuar. Derecho se ajustan al procedimiento legal. A los
demás, las partes que los designen les pueden
señalar el procedimiento.

Tienen imperio, esto es, tienen la facultad de Carecen de imperio directamente. Deben recurrir a
hacer cumplir por sí mismos lo juzgadola justicia ordinaria para ejecutar sus resoluciones.
inclusive mediante la fuerza.

e) Requisitos para ser árbitro.

Existe un cúmulo de requisitos que una persona debe poseer para ser árbitro, así como un conjunto de
condiciones que no debe reunir quien quiera detentar tal calidad, a saber:

1) Requisitos Positivos (artículo 225 del COT).

a. Ser mayor de edad;


b. Tener la libre disposición de sus bienes;
c. Saber leer y escribir;
d. En el caso de árbitro de Derecho o mixto, además debe ser abogado.

2) Requisitos Negativos (artículo 226 del COT).

a. No ser parte en el juicio, salvo el caso de los artículos 1324 y 1325 del Código Civil, esto es, cuando la
designación de árbitro fue hecha por el testador;

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b. No ser el juez sustanciador del caso, sin perjuicio del artículo 317 del COT (precepto que hace excepción
cuando el nombrado tuviere con alguna de las partes originariamente interesadas en el litigio, algún vínculo de
parentesco que autorice su implicancia o recusación);
c. No ser juez letrado, Ministro o Fiscal Judicial de Corte de Apelaciones o Corte Suprema (artículos 317, 318
y 480 del COT);
d. No ser Notario (artículo 480 del COT);
e. No estar afecto a las causales de inhabilidad o incompatibilidad (si la designación es convencional, este
requisito no es impedimento para el nombramiento, a menos que la causal sobrevenga a la designación o se
hubiese ignorado al momento de celebrar el compromiso).

f) Deberes, prohibiciones y responsabilidades de los árbitros.

1) Deberes.

Los principales son los siguientes:


a.- Artículo. 319 del COT: Los árbitros están obligados a despachar por sí mismos y con prontitud, los asuntos
que les corresponden (no pueden encargar o delegar a otro);
b.- El árbitro jurará desempeñar el encargo con la debida fidelidad y en el menor tiempo posible (artículo 236
del COT).

2) Prohibiciones.

a.- Debe abstenerse de expresar o insinuar su opinión sobre el asunto de que está conociendo;
b.- No puede oír alegaciones fuera de su tribunal;
c.- No puede comprar para sí, su cónyuge o sus hijos, bienes o derechos que se estén litigando ante él, lo que
se extiende hasta 5 años después de terminado el juicio. Sí puede recibir bienes en herencia en virtud de una
sucesión intestada (artículo 321 del COT).

3) Responsabilidades.

a.- Penal: Por los delitos ministeriales que cometieren (prevaricación);


b.- Civil: Por los actos dolosos o culposos que causen daño a los litigantes;
c.- Disciplinaria o funcionaria: Por faltas o abusos incurridos en el desempeño del cargo.

g) Materias de arbitraje.

Se deben distinguir tres clases de materias:

1. De Arbitraje Forzoso u Obligatorio (artículo 227 del COT).

Son aquellas materias que deben necesariamente tramitarse y resolverse por medio de jueces árbitros, y son:

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a) Liquidación de sociedad conyugal o de una sociedad colectiva o en comandita civil, y la de las
comunidades;
b) Partición de bienes;
c) Cuestiones a que diere lugar la presentación de la cuenta del gerente o liquidador de sociedades comerciales
y demás juicios sobre cuentas;
d) Diferencias entre socios de sociedad anónima, entre socios de una sociedad colectiva o en comandita
comercial, o entre asociados de una participación, en el caso del artículo 415 del Código de Comercio;
e) Demás que determine la ley (como por ejemplo, la negociación colectivas de aquellas empresas que tienen
prohibido irse a huelga, Artículo 19 n°16 de la CPR).

Pueden, sin embargo, los interesados resolver por sí mismos estos negocios, si todos ellos tienen la libre
disposición de sus bienes y concurren al acto, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 645 del Código de
Procedimiento Civil. Esta referencia debe entenderse hecha al artículo 1325 del Código Civil, que dispone que
los coasignatarios podrán hacer la partición por sí mismos si todos concurren al acto, aunque entre ellos haya
personas que no tengan la libre disposición de sus bienes, siempre que no se presenten cuestiones que resolver
y todos estén de acuerdo sobre la manera de hacer la división. Serán, sin embargo, necesarias en este caso la
tasación de los bienes por peritos y la aprobación de la partición por la justicia ordinaria, del mismo modo que
lo serían si se procediere ante un partidor.
Según el artículo 227 inciso final del COT, los interesados, de común acuerdo, pueden también solicitar al
juez que conoce del procedimiento sobre la separación judicial, la declaración de nulidad del matrimonio o el
divorcio, que liquide la sociedad conyugal o el régimen de participación en los gananciales que hubo entre los
cónyuges.

2. De Arbitraje Prohibido (artículos 229 y 230 del COT).

Son aquellas materias que nunca pueden tramitarse y resolverse por medio de jueces árbitros, ya que la ley lo
prohíbe expresamente:
a) Alimentos;
b) Separación de bienes entre marido y mujer;
c) Causas criminales;
d) Causas de Policía Local;
e) Diferencias entre un representante legal y su representado;
f) Demás asuntos en que deba ser oído el Fiscal Judicial.

3. De Arbitraje Permitido o Voluntario (artículo 228 del COT).

Son susceptibles de arbitraje todas las materias no contempladas entre los casos de arbitraje prohibido ni
obligatorio, que las partes pueden libremente someter al conocimiento de un árbitro.
La regla general es el arbitraje permitido, ya que nadie puede ser sometido a arbitraje contra su voluntad,
salvo en los casos de arbitraje forzoso.

h) Fuentes del arbitraje.

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Existen diversas fuentes:

1) La Ley: Es la fuente remota o indirecta de todo arbitraje. Constituye además fuente inmediata cuando la
ley designa un determinado tribunal arbitral para la solución de un conflicto.
La ley en algunas ocasiones no sólo establece la obligatoriedad del arbitraje (arbitraje forzoso), sino que
además especifica la persona del árbitro.
Así, tenemos los siguientes ejemplos:
a. Comunidades de Aguas: Cualquier conflicto que se produzca entre los comuneros por la distribución de las
aguas o entre aquéllos y la comunidad, debe ser resuelto mediante arbitraje. El árbitro es el Directorio de la
Comunidad, en calidad de arbitrador.
b. La Superintendencia de Valores y Seguros actúa como árbitro arbitrador de los problemas que se produzcan
entre las compañías aseguradoras o entre éstas y los intermediarios, el asegurado o beneficiario en su caso
(artículo 3º, letra i, del DFL nº 251 de 1931).
Hay autores que dicen que no son tribunales arbitrales, sino tribunales especiales establecidos por ley. Sin
embargo, es la propia ley la que los denomina árbitros.

2) Testamento: Conforme a lo previsto por el artículo 1324 del Código Civil, el testador puede en el acto del
testamento designar al partidor, que es un árbitro; pero las partes podrían inhabilitarlo, ya que el artículo 243
del COT dispone que los árbitros nombrados por las partes no pueden ser inhabilitados sino por causas de
implicancia o recusación que hayan sobrevenido a su nombramiento, o que se ignoraban al pactar el
compromiso.
Es una fuente restringida, por cuanto sólo procede la designación de un árbitro por esta vía tratándose de la
partición de una herencia.

3) Voluntad de las Partes: En este caso, la constitución del arbitraje puede hacerse de dos formas diferentes:

a) Compromiso: Es la convención en virtud de la cual se sustrae por las partes un determinado conflicto o
asunto litigioso, actual o futuro, del conocimiento por los tribunales ordinarios, para someterlo al
conocimiento y resolución de un árbitro, el que se designa en el mismo acto.
Como se trata de una convención, debe cumplir todos los requisitos propios de los actos jurídicos, además de
que necesariamente debe constar por escrito (Art. 234 COT).
Sus elementos de la esencia son: 1) La individualización de las partes; 2) El nombre y apellidos del árbitro; y
3), la materia sometida a arbitraje.
Por su parte, los elementos de la naturaleza son: 1) Calidad del árbitro: Si nada se estipula, será de Derecho; 2)
Tiempo de duración. Si nada se pacta, serán 2 años desde su aceptación. No obstante, si se hubiere
pronunciado sentencia dentro de plazo, podrá ésta notificarse válidamente aunque él se encontrare vencido,
como asimismo, el árbitro estará facultado para dictar las providencias pertinentes a los recursos que se
interpusieren. Por otra parte, si durante el arbitraje el árbitro debiere elevar los autos a un tribunal superior, o
paralizar el procedimiento por resolución de esos mismos tribunales, el plazo se entenderá suspendido
mientras dure el impedimento; y 3) Lugar de funcionamiento. Si nada se dice, será el lugar del compromiso.

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b) Cláusula Compromisoria: A diferencia del compromiso, y como su nombre lo indica, sólo se trata de una
cláusula inserta en otra convención distinta y con un objeto principal diverso. Se diferencia además del
compromiso en que, en el caso de la cláusula, la designación de la persona del árbitro no es de la esencia, sino
que puede designarse con posterioridad, una vez que se suscite el conflicto. Finalmente, no es solemne sino
consensual.

4) Resolución Judicial: La cuarta forma de designación de un árbitro es mediante la decisión de un juez.


Normalmente se utiliza esta vía en los casos de arbitraje forzoso, en las cláusulas compromisorias en que las
partes no han designado al árbitro, o bien, en los demás casos en que la persona designada rechace el
nombramiento o se encuentre imposibilitada de desempeñar el cargo y, en general, a falta de acuerdo entre las
partes.
La designación judicial del árbitro se efectúa de conformidad a las normas establecidas para el nombramiento
de peritos, que contempla el artículo 414 del Código de Procedimiento Civil. Por lo tanto, se solicita al
tribunal que cite a un comparendo a todas las partes, distinguiéndose:
a) Si van todos los interesados: El juez procura que entre ellos se pongan de acuerdo; si no hay acuerdo,
decide el tribunal, no pudiendo recaer en tal caso el nombramiento en ninguna de las dos primeras personas
que hayan sido propuestas por cada parte (artículo 232 del COT y artículo 414 del CPC). El juez tiene otra
limitación en la designación, ya que no puede estar nombrando siempre a las mismas personas, ni dejar de
nombrar a personas adecuadas para el cargo; si lo hiciere, incurrirá en responsabilidad disciplinaria (artículo
544 n° 7 del COT).
b) Si no van todas las partes: Se entiende que no hay acuerdo, y se procede en la forma señalada
precedentemente.
El juez normalmente no designa de inmediato, sino con posterioridad a la audiencia. Deberá entonces notificar
a las partes, quienes tienen 3 días para hacer valer las inhabilidades. Si éstas no son alegadas en tal plazo o si
son rechazadas, queda el nombramiento firme y se tiene que proceder a constituir el arbitraje.

i) Procedimiento arbitral.

Independientemente de la calidad del árbitro, una vez designado éste hay una serie de pasos o etapas que
deben cumplirse:

1) Notificación: En efecto, luego de la designación, ésta debe ser comunicada al árbitro, a través de una
notificación personal.

2) Instalación del tribunal arbitral: Al momento de ser notificado, el árbitro debe decidir si acepta o rechaza
el encargo. La aceptación debe ir acompañada del juramento de desempeñar el cargo con la debida fidelidad y
en el menor tiempo posible.
En caso de aceptación, estamos en presencia del denominado Contrato de Compromisario, que tiene como
partes al árbitro por un lado (obligación de fiel y oportuno cumplimiento de su encargo) y a las partes en
conflicto por el otro (obligación de pagar los honorarios profesionales).
La primera diligencia del árbitro es la designación de un ministro de fe, que recibe el nombre de Actuario, el
cual certificará la validez de las resoluciones.

24
3) Tramitación: Como ya lo hemos indicado, las actuaciones, trámites y diligencias de que se compondrá el
procedimiento, variarán según la calidad del árbitro (Título VIII, Libro III, CPC, artículos 628 a 644). Sin
perjuicio de ello existen ciertas fases comunes que pueden reconocerse en uno u otro caso:

i. Notificación del nombramiento;


ii. Aceptación;
iii. Juramento;
iv. Primeras Resoluciones;
v. Procedimiento;
vi. Sentencia;
vii. Recursos; y
viii. Ejecución del fallo.

4) Fallo: La sentencia arbitral debe dictarse dentro del período de duración pactado para el arbitraje. Si el
tribunal es colegiado y no existe acuerdo, el fondo deberá ser resuelto por el tribunal que deba conocer del
Recurso de Apelación, si procede. Si no cabe este recurso, queda sin efecto el compromiso y el asunto pasa a
conocimiento de un tribunal ordinario, o a nuevos árbitros que deberán designarse si es materia de arbitraje
forzoso.

5) Ejecución del Fallo: Corresponde normalmente al propio árbitro, salvo en los casos de resoluciones que
requieren la adopción de medidas compulsivas, en cuyo caso deberá recurrirse al tribunal ordinario que habría
conocido del asunto si no se hubiere sometido a arbitraje, conforme a las reglas de la competencia.

6) Recursos: En el caso de los árbitros de Derecho o mixtos, rigen los mismos recursos que para los tribunales
ordinarios, esto es, apelación, queja, casación en la forma y casación en el fondo. En cambio, si se trata de un
árbitro arbitrador, sólo procede la queja (siempre), el recurso de casación en la forma, y eventualmente el de
apelación si se designó un tribunal arbitral de segunda instancia.

j) Término del arbitraje.

1) Los árbitros, una vez aceptado su encargo, quedan obligados a desempeñarlo (artículo 240 del COT). Esta
obligación cesa:
a.- Si las partes ocurren de común acuerdo a la justicia ordinaria o a otros árbitros, solicitando la resolución
del negocio;
b.- Si fueren maltratados o injuriados por alguna de las partes;
c.- Si contrajeren enfermedad que les impida seguir ejerciendo sus funciones, y
d.- Si por cualquiera causa tuvieren que ausentarse del lugar donde se sigue el juicio.

2) El compromiso concluye por revocación hecha por las partes de común acuerdo de la jurisdicción otorgada
al árbitro (artículo 241 del COT).

25
3) El compromiso finaliza también por el vencimiento del plazo de duración. En todo caso, si durante el
arbitraje el árbitro debiere elevar los autos a un tribunal superior, o paralizar el procedimiento por resolución
de esos mismos tribunales, el plazo se entenderá suspendido mientras dure el impedimento. No obstante, si se
hubiere pronunciado sentencia dentro de plazo y expira el término de duración del arbitraje, podrá notificarse
válidamente aunque él se encontrare vencido, como asimismo, el árbitro estará facultado para dictar las
providencias pertinentes a los recursos que se interpusieren.

4) Igualmente, el arbitraje termina en el evento de que el tribunal sea colegiado y no exista acuerdo en el fallo,
y no se haya designado tribunal que deba conocer del Recurso de Apelación.

El compromiso no cesa por la muerte de una o más de las partes, y el juicio seguirá su marcha con citación e
intervención de los herederos del difunto (artículo 242 del COT).

Por último, los árbitros nombrados por las partes no pueden ser inhabilitados sino por causas de implicancia o
recusación que hayan sobrevenido a su nombramiento, o que se ignoraban al pactar el compromiso (artículo
243 del COT).

1.2. PARTES E INTERVINIENTES:

1.2.1 Noción de parte:

1) Generalidades.

Las partes son las personas o sujetos que intervienen en un juicio, por tener interés en sus resultados.
En términos generales, y siguiendo la teoría de la relación jurídica, las partes son los sujetos de la relación
procesal, distinguiéndose fundamentalmente:
 Partes Directas: el actor, demandante o sujeto activo de la relación, que es quien deduce una acción; y
el demandado o sujeto pasivo de la misma, que es aquel contra el cual se dirige la acción;
 Partes Indirectas: los terceros.
No obstante la clasificación precedente, que es generalmente la más acogida, existe un cúmulo de doctrinas
relativas al concepto de parte, entre las cuales destacan las siguientes:
a) Las partes son, por un lado, el titular de un derecho que se reclama y, por el otro, aquel a quien afecta la
acción deducida. Se desecha esta teoría, pues si el demandante fuese efectivamente titular del derecho, nunca
podría perder el juicio.
b) Las partes del proceso son los mismos sujetos que tomaron parte en la relación sustantiva material, pero
trasladados al proceso. Esto no necesariamente es correcto, puesto que existen situaciones como la sucesión,
la cesión de derechos, o litigios que no emanan de una relación previa.
c) Son el actor y el demandado, sea que participen del proceso o no.
d) Son aquellos que en nombre propio o en cuyo nombre se pretende la actuación de la ley y aquel respecto
del cual se formula una pretensión (concepto moderno).

26
e) Conceptos Procesales:
i. Es cualquiera que promueva o en cuyo nombre se promueva un proceso, y el que sea llamado o
provocado por el hecho de otro a tomar parte en ese proceso o constreñido a someterse a él.
ii. Todo aquel que pide o frente al cual se pide en juicio la actuación de la ley en un caso concreto.

2) Terminología.

En nuestro sistema procesal, las partes o sujetos de la relación procesal pueden recibir distintas
denominaciones. Las principales son:
 En materia civil: el sujeto activo es conocido como actor o demandante –persona que inicia una
acción– (y excepcionalmente querellante o denunciante, en ciertas acciones o interdictos posesorios, y
también como ejecutante o acreedor en los procedimientos compulsivos); y el sujeto pasivo es el demandado
–persona contra quien se dirige la acción– (o ejecutado en el juicio ejecutivo).
 En materia penal: en el nuevo proceso no se habla de partes, sino de “intervinientes”, que es un
concepto más amplio. Sin embargo, podemos distinguir como sujeto activo al fiscal y al querellante, y como
sujeto pasivo al imputado (que según el estado del juicio, puede pasar a tener otras denominaciones más
específicas, como formalizado, acusado, etc.)

1.2.1.1. Partes directas: demandantes – demandados:

El actor, demandante o sujeto activo de la relación, que es quien deduce una acción; y el demandado o sujeto
pasivo de la misma, que es aquel contra el cual se dirige la acción;

1.2.1.2. Otros titulares activos y pasivos de la acción: Entre otros sujetos activos y pasivos de la acción
podemos señalar a aquellos que sin ser los sujetos activos y pasivos directos, como lo son el demandante o
demandado (partes directas naturales), la ley les ha atribuido la facultad para actuar ante el tribunal
soportando o bien recibiendo el peso de la acción. A modo de ejemplo tenemos los querellantes particulares
en materia penal, el defensor público en materia civil, etc.

1.2.1.3. Partes indirectas: terceros interesados y no interesados :

Los terceros son aquellas personas que no están directamente vinculadas al conflicto promovido ante el
órgano jurisdiccional, pero que actúan al interior del procedimiento tendiente a resolver ese conflicto.
También se puede colegir un concepto legal de los terceros: son las personas que, sin ser partes directas en
un juicio, intervienen en él por tener interés actual en sus resultados.3

Normalmente en doctrina se distingue entre dos clases de terceros:

i) Terceros simplemente intervinientes: Son los testigos, peritos, martilleros y demás personas que intervienen
en el proceso sin tener interés directo en su resultado; y,
3
Consúltese el artículo 23 del CPC.

27
ii) Terceros interesados: Son aquellos que hacen valer pretensiones en el proceso a través de las tercerías4.
Son los siguientes:
a) Coadyuvantes (o por vía adhesiva): Son aquellos que hacen valer pretensiones concordantes con las de
alguna de las partes, debiendo en consecuencia actuar con procurador común. Ej.: el deudor que interviene en
el juicio en que ha sido demandado su codeudor solidario.
b) Independientes (o por vía principal): Son aquellos cuyos intereses no dicen relación o no se
contraponen con las pretensiones de las partes, por lo cual actúan separadamente. Ej.: el legatario que
interviene en un juicio sobre nulidad de un testamento seguido contra un heredero del causante, sosteniendo
su validez.
c) Excluyentes (o por vía de oposición): Son aquellos que tienen pretensiones incompatibles con las de las
partes. Ej.: el tercero que interviene en un juicio reivindicatorio, alegando ser dueño de la cosa que se disputan
las partes.
La regla general es que se admita toda clase de tercerías. La excepción está dada por el artículo 518 del
Código de Procedimiento Civil, respecto del Juicio Ejecutivo, y asimismo en ciertos procedimientos
ejecutivos establecidos en leyes especiales.
Los requisitos para interponer una tercería, de cualquier clase que ésta sea, son los siguientes (Art. 23 CPC):
i. Ser tercero (no ser parte);
ii. Existencia de un proceso en actual tramitación;
iii. Tener interés actual en el proceso (patrimonial, y sobre la base de derechos adquiridos y no de meras
expectativas, salvo que la Ley expresamente autorice para actuar fuera de esos casos).

1.2.2. Intervinientes en el ámbito penal: fiscal, imputado, defensor, víctima y querellante 5.

Para los efectos regulados en el Código Procesal Penal, se considerará intervinientes en el procedimiento al
fiscal, al imputado, al defensor, a la víctima y al querellante, desde que realizaren cualquier actuación procesal
o desde el momento en que la ley les permitiere ejercer facultades determinadas (art. 12 CPP).

a. Fiscal:

Los Fiscales son los funcionarios del Ministerio Público, que es un organismo autónomo, dirigido por el
Fiscal Nacional, conformado por el Fiscal Nacional, Fiscales Regionales y Fiscales Adjuntos. Dentro de sus
funciones se encuentran:
1) Representar a la comunidad en la persecución penal.
2) Dirigir en forma exclusiva la investigación de los delitos.
3) Dirigir la actuación de la Policía durante la investigación.
4) Presentar la acusación ante el Tribunal de Juicio Oral en lo Penal y sostener la acción.
5) Atención y protección de víctimas y testigos.

4
Definidas como las intervenciones de los terceros en un juicio.
5
Carocca, Álex: Manual el nuevo sistema procesal penal chileno, Legal Publishing Chile, 5ª edición, Santiago, 2009,
Capítulo V 51-64
Chahuán, Sabas: Manual del nuevo procedimiento penal. Legal Publishing Chile, 6ª edición, Santiago, 2009, Capítulo III
p. 40-145

28
Los Fiscales tiene una serie de prohibiciones, entre las cuales se encuentran que no pueden trabajar
remuneradamente fuera de sus funciones, excepto la decencia hasta 6 horas por semana, participar en
reuniones políticas, intervenir en asuntos en que tengan interés personal (o sus parientes), emitir opiniones
acerca de los casos que tuviere a su cargo.

Es fundamental señalar que en cuanto a la manera de actuar por parte del Ministerio Público se le impone la
objetividad, es tal la relevancia de esta característica, que está establecida en el artículo 3 de la Ley 19.640,
Orgánica Constitucional del Ministerio Público.

b. Imputado:

Corresponde al interviniente del proceso penal contra quien se dirige la pretensión punitiva del Estado
(ius puniendi), desde que comienza la persecución penal, con la primera actuación del procedimiento hasta
que concluye, lo que puede acontecer hasta la completa ejecución de la sentencia, si no han operado antes
otros medios de solución o de término del proceso.

Este sujeto procesal adquiere la calidad de tal desde que se dirige en su contra la primera actuación del
procedimiento y hasta la completa ejecución de la sentencia, por ende desde ese momento aquella persona a
quien se le atribuyere participación en un hecho punible puede hacer valer todas las facultades, derechos y
garantías que la Constitución Política, el Código Procesal Penal y otras leyes le reconocen en dicha calidad
(art. 7 CPP). Dado esto último es importante considerar que el imputado es sujeto de derecho dentro del
proceso penal (principio de presunción de inocencia), siendo su derecho primordial el derecho de defensa, del
cual se derivan una serie de otros derechos.

Ahora bien, la regla general es que la responsabilidad penal solo puede hacerse efectiva en las personas
naturales, mientras que respecto de las personas jurídicas, responden los que hubieren intervenido en el hecho
delictivo, esto sin perjuicio de la responsabilidad civil a la que pudieren estar afectos. La excepción a esta
regla general está dada en que existen ciertos delitos en los que efectivamente puede perseguirse
responsabilidad penal de personas jurídicas.

c. Defensor:

Sujeto procesal ligado a quien reviste la calidad de imputado derivando directamente de su derecho a defensa
técnica, el cual encuentra su fundamento en la Constitución Política al reconocer que toda persona imputada
tiene derecho irrenunciable a ser asistida por un abogado defensor proporcionado por el Estado si no nombrare
a uno en la oportunidad establecida por la ley (art. 19 Nº3 inciso cuarto CPR). Al respecto, la designación de
un defensor debe tener lugar antes de la realización de la primera audiencia, sin embargo, el CPP autoriza la
autodefensa técnica, es decir, que el imputado pueda defenderse personalmente, previa autorización del juez
de garantía, quien concederá aquello en la medida que no se perjudique la eficacia de la defensa (art. 102
inciso final CPP).

29
En este mismo sentido, es importante señalar que el servicio de defensa puede realizarse a través de la
Defensoría Penal Pública, que es un servicio público descentralizado funcionalmente, con personalidad
jurídica y patrimonio propio, dependiente del Poder Ejecutivo, que tiene por función proporcionar defensa
penal a los imputados o acusados por un crimen, simple delito o falta que sea de competencia de un juzgado
de garantía o de un tribunal de juicio oral en lo penal, y que carezcan de abogado. Si bien se trata de un
servicio que es esencialmente gratuito, puede cobrarse en aquellos casos en que el beneficiario cuente
comprobadamente con los recursos suficientes. Otra característica importante, es que se exige que la defensa
siempre sea proporcionada por personas que tengan el título profesional de abogado , de manera que quienes
aún no lo han conseguido, aunque estén en vías de obtenerlo, solo pueden desempeñarse como ayudantes de
los abogados que lleven a cabo la defensa, sin poder intervenir en las audiencias.

La ausencia del defensor en cualquiera actuación que la ley requiere de su participación, acarrea la
nulidad de dicha actuación, con excepción del juicio oral, en cuyo caso su ausencia importa el abandono de
la defensa, teniendo el tribunal que designar a un defensor penal público.

d. Víctima:

De acuerdo al art. 108 del Código Procesal Penal, corresponde al ofendido por el delito y en los delitos cuya
consecuencia fuere la muerte del ofendido y en los casos en que el ofendido no pudiere ejercer los derechos
que en este Código se le otorgan, se considerará víctima:
a) Al cónyuge y a los hijos.
b) A los ascendientes.
c) Al conviviente.
d) A los hermanos.
e) Al adoptado o al adoptante.

Por lo tanto, al definir a la víctima como el ofendido por el delito, se entiende que es aquella persona que sufre
las consecuencias perniciosas del acto ilícito penal que se atribuye al imputado, pero la segunda parte se del
artículo también extiende la calidad de víctima a una serie de personas enumeradas en el mismo, cuando el
ofendido por el delito no puede ejercer los derechos que la ley confiere, por diversas circunstancias como la
edad, estado de salud, etc., así como en el caso en que resulte la muerte de la víctima. Tal enumeración de
personas a que se les aplica el concepto de víctima por las razones ya expuestas, configura un orden de
prelación por lo que la intervención de las personas de una categoría excluyen la de las demás.

Es importante señalar que en el proceso penal solo la víctima puede intervenir para obtener la reparación del
daño sufrido, no pudiendo hacerlo los perjudicados solo civilmente por el delito. Además la víctima puede
intervenir en el proceso penal sin conferir patrocinio y poder a un abogado, ni constituirse en querellante.

e. Querellante:

El querellante es la víctima, representante legal o su heredero testamentario, también puede ser querellante
cualquier persona capaz de comparecer en juicio domiciliada en la provincia, respecto de los hechos punibles

30
cometidos en la misma que constituyeren delitos terroristas, o delitos cometidos por un funcionario público
que afectaren derechos de las personas por la Constitución o contra la probidad pública. Los órganos y
servicios públicos solo podrán interponer querella cuando sus respectivas leyes orgánicas les otorguen
expresamente las potestades correspondientes (art. 111 CPP). Entre las clases de querellantes, se encuentran:
a) Querellante conjunto adhesivo.
b) Querellante conjunto autónomo.
c) Querellante privado.

Dado lo anterior, es que la querella constituye un acto procesal a través del cual el ofendido por un delito o sus
parientes representantes o cualquier persona en el caso de los delitos de acción penal pública, dan inicio a un
proceso penal o comparecen a un proceso ya iniciado, para perseguir la responsabilidad penal por los hechos
presuntamente ilícitos que señalan, interviniendo como parte en el proceso.

1.2.3. Capacidad para ser parte, capacidad procesal y ius postulandi:

No existiendo normas específicas en el Código de Procedimiento Civil sobre el particular, debemos recurrir a
las normas de Derecho Común contenidas en el Código Civil o Código Penal, según sea la naturaleza de la
acción, reiterándose la regla general de que son capaces todos aquellos a quienes la ley no considera
incapaces.

Se hace necesario distinguir la capacidad para ser parte, la capacidad procesal y la capacidad para parecer en
juicio:
a) Capacidad para ser parte: Ésta es equivalente a la capacidad de goce civil, inherente a toda persona
por el solo hecho de ser tal.
b) Capacidad Procesal: Para actuar en el proceso, sea personalmente o representado, y no estar afecto a
otras incapacidades especiales (equivalente a la capacidad de ejercicio civil);
c) Ius Postulandi: Se refiere a la necesidad de cumplir con dos requisitos procesales, a saber: patrocinio y
poder (que serán tratados más adelante).

La falta de capacidad procesal produce distintos efectos según de quién se trate. Por ejemplo, respecto del
demandante, procede la excepción dilatoria del artículo 303 N° 2 del Código de Procedimiento Civil, o si ésta
no se opone, es aplicable lo establecido en el artículo 84 del mismo Código. En el caso del demandado, habría
falta de emplazamiento, lo que deriva en la procedencia del Recurso de Casación en el Fondo (Artículos 768
N° 9 y 795 N° 1 del CPC).

1.2.4. Comparecencia y actuación de las partes e intervinientes en el proceso: representación procesal :

1) Concepto y Generalidades.

La comparecencia es el acto de presentarse ante los Tribunales de Justicia, ejerciendo una acción o
presentando una defensa, o bien requiriendo su intervención en una cuestión no contenciosa.

31
Por lo tanto, alude también a los requisitos que habilitan a una persona para formular peticiones ante el órgano
jurisdiccional. En Chile, existe una ley especial que reglamenta la comparecencia en juicio: la Ley Nº 18.120
(apéndice del Código de Procedimiento Civil).

La comparecencia puede ser de dos modos:


 Personal: El sujeto se presenta por sí solo ante el tribunal. Puede ser a nombre propio o como
representante legal de una persona.
 Por medio de Mandatario o Apoderado: Una tercera persona actúa ante el tribunal a nombre del
titular. Éste actúa ante el tribunal a través de un tercero.

En primera instancia, por regla general, la comparecencia debe hacerse por medio de representante. Éste
puede ser un abogado habilitado; Procurador del Número; postulante en práctica de la Corporación de
Asistencia Judicial; Egresado de Derecho hasta 3 años después de su egreso; o Alumno regular de 3º, 4º o 5º
año de Derecho.

Ante las Cortes de Apelaciones sólo se puede comparecer por medio de abogado, Procurador del Número, o
personalmente. Pero no puede comparecer personalmente el litigante rebelde.

Ante la Corte Suprema, debe ser mediante abogado o Procurador del Número.

Como ya expusimos, para que una persona tenga capacidad para comparecer en juicio, debe reunir la
capacidad de goce, de ejercicio y el “Ius Postulandi”, condición esta última que se entrega exclusivamente a
determinadas personas.

No es lo mismo hablar de comparecencia en sentido amplio, como la posibilidad de presentarse físicamente en


un proceso, que en sentido más estricto, caso en el cual nos referimos a la posibilidad de apersonarse en el
proceso y hacer peticiones al órgano jurisdiccional, ya sean éstas acciones, defensas o simples solicitudes. En
términos generales, la capacidad para parecer en juicio o ius postulandi, se reconduce al estudio de dos
instituciones procesales básicas, cuales son el Patrocinio y el Mandato Judicial. Mientras que el primero se
refiere esencialmente a la fijación de estrategias procesales (técnico en Derecho), el mandatario mira a la
representación (técnico del procedimiento).

2) El Patrocinio.

a) Concepto y Generalidades.

En general, patrocinar quiere decir respaldar. El Diccionario de la RAE lo hace sinónimo de “defender,
proteger, amparar, favorecer”.6

6
Versión online del Diccionario de la Real Academia Española, en www.rae.es.

32
Pues bien, en Derecho “patrocinio” es el respaldo técnico que da un abogado a una defensa. Se define como
un contrato solemne en virtud del cual los interesados en un asunto, encomiendan a un abogado la defensa de
sus pretensiones ante los Tribunales de Justicia.

Jurídicamente constituye un mandato, y es un contrato bilateral, oneroso, solemne y con un objeto específico
que lo distingue. No debe confundirse con el mandato judicial.

El patrocinio es una formalidad exigida por la ley procesal, que no se puede soslayar.

b) Requisitos para ser Patrocinante: Es necesario ser abogado habilitado para el ejercicio de la
profesión, es decir, tener el título de abogado y no estar suspendido.

c) Forma de Constituirlo: La formalidad exigida por la ley es muy simple, y consiste en que en la
primera presentación que el interesado efectúe ante el tribunal, el abogado ponga su firma, indicando además
su nombre, apellidos y domicilio. Lo normal en la práctica es señalar en un otrosí del escrito esta
circunstancia.7 8El patrocinio quedará constituido en cuanto el Secretario del tribunal lo autorice. En cuanto a
la aceptación del patrocinio, tiene el carácter de voluntaria para el abogado. Esto es reforzado por el Código
de Ética Profesional.9

d) Sanciones al Incumplimiento: Sin perjuicio de la simpleza de las formalidades requeridas, la sanción


para el caso en que se efectúe una presentación al tribunal sin contar con patrocinio es gravísima, por cuanto
consiste en que dicho escrito se tendrá por no presentado para todos los efectos legales.

e) Duración: Equivale a lo que dure el proceso, salvo que acontezca una renuncia, muerte o revocación.

f) Facultades del Patrocinante: Esencialmente el patrocinio se limita a la fijación de las estrategias de


defensa. No obstante –y a pesar de que ello es propio del mandatario judicial– se faculta también al
patrocinante para asumir la representación en cualquier estado del juicio (facultades ordinarias del mandato,
Art. 1° Ley N° 18.120).

g) Responsabilidad del Patrocinante: Por el patrocinio, el abogado asume distintos tipos de


responsabilidad:

7
“OTROSÍ: Pido a US. tener presente que designo abogado patrocinante y confiero poder a don XXXXXX, con
patente profesional al día, domiciliado en XXXXXXX, quien firma en señal de aceptación”.

8
Si bien la forma de constituir patrocinio y poder sigue siendo esencialmente la misma, ésta ha sufrido algunas
variaciones desde aplicación de la Ley de Tramitación Electrónica (ley 20.886), pues en caso de que el
patrocinante y patrocinado dispongan de firma electrónica avanzada (normalmente en estos casos el patrocinado
cuenta con mandato electrónico), no se hace necesaria la comparecencia personal ante el Secretario para la
autorización de dicho patrocinio, bastando sólo el ingreso del escrito por la Oficina Judicial Virtual. Cabe hacer
presente que como la mencionada ley no ha sido muy clara en este ámbito, los distintos tribunales han hecho una
interpretación distinta en cuánto a esta materia.
9
“Artículo 14º: Aceptación o rechazo de Asuntos.
El abogado tiene la libertad para aceptar o rechazar los encargos profesionales sin necesidad de expresar los
motivos de su decisión. Si el nombramiento se ha efectuado de oficio, el abogado sólo podrá declinarlo si no le
está legalmente prohibido y expresa justificación razonable”.

33
i) Disciplinaria: Por faltas de respeto a la contraparte, al tribunal o a sus funcionarios, ya sea verbalmente o
por escrito;
ii) Civil: Por los perjuicios que ocasione dolosa o culposamente; 10
iii) Penal: Puede cometer distintos delitos, como la presentación de testigos o documentos falsos, querella
calumniosa, etc.
iv) Ética: Conforme a la reforma constitucional de 200511, esta clase de responsabilidad se hace valer ante el
Colegio de Abogados, en caso que el profesional involucrado esté asociado a él, o ante tribunales especiales
creados por la ley, si no lo está.12

h) Término del Patrocinio: El patrocinio puede expirar por distintas razones:

i. Cumplimiento o desempeño del encargo: Forma normal de terminación.


ii. Revocación: Acto unilateral del patrocinado por el cual se pone fin al patrocinio vigente. Normalmente
va aparejado de la designación de un nuevo abogado patrocinante, quien tiene dos obligaciones: comunicar la
revocación a su colega y encargarse de que éste reciba sus honorarios profesionales (Art. 108 del Código de
Ética Profesional).
iii. Renuncia: Manifestación de voluntad unilateral del patrocinante, en orden a no continuar ejerciendo su
encargo. La renuncia debe notificarse al patrocinado, y además se le debe informar sobre el estado del
proceso. No obstante ello, el abogado que renuncia mantiene su responsabilidad hasta por el término de
emplazamiento, salvo que se constituya un nuevo patrocinio. Cabe suponer que la renuncia debe ser
justificada. Así lo exige el Código de Ética Profesional: “Una vez aceptado un encargo, el abogado no podrá
renunciarlo sino por causa justificada sobreviniente que afecte su honor, dignidad o su consciencia, o por
incumplimiento de las obligaciones morales o materiales del cliente hacia el abogado, o si hace necesaria la
intervención exclusiva de un profesional especializado. También podrá renunciar si el cliente incurre en
actos ilegales o incorrectos.
El abogado que renuncia debe continuar cuidando de los asuntos del cliente por un tiempo razonable, que es
el necesario para que éste pueda obtener nueva asesoría o representación profesional. El abogado debe
tomar las medidas necesarias para evitar la indefensión del cliente”.13
iv. Muerte o Incapacidad del Abogado: En este caso, el patrocinado debe constituir un nuevo patrocinio
antes de efectuar su siguiente presentación. Cabe señalar que la muerte del patrocinado no extingue el
patrocinio, pues el abogado deberá seguir prestando sus servicios a la sucesión.

10
Esta idea es enfatizada por el Código de Ética: “Artículo 31º: Responsabilidad del abogado por sus
actuaciones erróneas.
El abogado debe reconocer prontamente su negligencia en la gestión del asunto encomendado y realizar todas
las acciones que sean útiles para evitar perjuicios al cliente”.
En este sentido, en la reforma procesal civil se contemplan hipótesis de responsabilidad pecuniaria que puede
llegar a ser solidaria para el abogado con su representante.

11
Artículo 19 Nº 16 de la Carta Fundamental.

12
Mientras no se creen estos tribunales especiales, son competentes para conocer de estos asuntos los Tribunales
ordinarios de Justicia (vigésima disposición transitoria de la Constitución).
13
Artículo 19 de dicho Código.

34
3) El Mandato Judicial.

a) Concepto y Generalidades.

El Mandato Civil “es un contrato en que una persona confía la gestión de uno o más negocios a otra, que se
hace cargo de ellos por cuenta y riesgo de la primera”.14
El mandato judicial es una especie de mandato, pero que tiene ciertas características que lo diferencian del
civil.
El mandato judicial es un contrato solemne en virtud del cual una persona otorga a otra, que tiene ciertas
cualidades o condiciones especiales, facultades suficientes para que la represente ante los Tribunales de
Justicia.
De esta forma el artículo 528 del Código Orgánico de Tribunales establece que “el acto por el cual una
persona encomienda a un abogado la defensa de sus derechos en juicio, es un mandato, que se halla sujeto a
las reglas establecidas en el Código Civil sobre los contratos de esta clase”, salvo las modificaciones
establecidas en la ley.

b) Diferencias con el Mandato Civil:

MANDATO CIVIL MANDATO JUDICIAL

Consensual Solemne
Se extingue con la muerte de cualquiera de las No se extingue con la muerte del mandante
partes
Todos pueden ser mandatarios (aún incapaces) Sólo aquellos que autoriza el artículo 2° de
la Ley N° 18.120
La representación es un elemento de la La representación es de la esencia
naturaleza
La delegación no obliga al mandante si no La delegación siempre obliga al mandante.
ratifica.

c) Requisitos para ser Mandatario.

Es menester que se trate de una de las personas mencionadas en el artículo 2° de la Ley N° 18.120, esto
es:
i. Abogado habilitado para el ejercicio de la profesión. Esto significa que debe cumplir dos requisitos: a)
tener título de abogado; y b) no estar suspendido.
ii. Procurador del Número. Esta calidad se acredita mediante su nombramiento.
iii. Postulantes (en práctica) de la Corporación de Asistencia Judicial (o en otro organismo acreditado
para tal efecto), independientemente del tiempo que lleven como egresados, pero sólo mientras dure la
práctica y para los asuntos propios de ésta. Se demuestra mediante el certificado emitido por esa Corporación.

14
Artículo 2116 del Código Civil.

35
iv. Estudiantes actualmente inscritos en 3°, 4° o 5° año de Derecho en alguna Universidad autorizada. Se
comprueba con el Certificado de Alumno Regular.
v. Egresados de las Facultades de Derecho que hubieren cursado 5° año, y hasta 3 años después de haber
rendido los exámenes correspondientes. Se justifica con el Certificado de Egreso.

d) Forma de Constituir el Mandato.

De conformidad al artículo 6° del Código de Procedimiento Civil, el mandato judicial se puede constituir de
tres formas, y debe agregarse una cuarta forma establecida en la Ley Nº 18.092:
i. Por escritura pública: Puede ser una escritura especialmente destinada a este efecto, o bien puede ser
que las facultades de representación judicial se encuentren incluidas en un mandato general de administración,
caso en el cual el mandatario puede no ser habilitado para comparecer en juicio. Es de gran aplicación
práctica.
ii. Acta extendida ante un Juez de Letras o Juez Árbitro : Es una forma muy excepcional de constituirlo, y
normalmente se puede dar en un comparendo, en un acta de conciliación, etc.
iii. Declaración escrita del mandante y autorizada por el Secretario del tribunal : Es la forma normal de
constitución y se materializa normalmente en un otrosí del escrito.
iv. Endoso en Comisión de Cobranza: Esta forma está prevista en el artículo 29 de la Ley Nº 18.092 sobre
Letras de Cambio y Pagaré. Tiene la particularidad de que el mandatario puede no ser abogado, y de que por
el sólo efecto del endoso se entienden conferidas todas las facultades especiales (que en otros casos requieren
otorgarse expresamente).

e) Casos en que no se requiere Mandato.

Existe un caso general, previsto en el artículo 2°, inciso 3°, de la Ley N° 18.120, conforme al cual la parte
puede solicitar autorización al tribunal para comparecer y defenderse personalmente. Además, existen otros
casos especiales en que no se requiere tener mandatario (ni patrocinio), también previstos en la Ley Nº
18.120:
i. En aquellos departamentos en que hay menos de cuatro abogados en ejercicio;
ii. Manifestaciones Mineras15;
iii. Asuntos de que conozcan Alcaldes o Jueces de Policía Local, salvo la regulación de perjuicios de
cuantía superior a 2 U. T. M.;
iv. Asuntos de que conozcan los Juzgados de Menores o los Árbitros Arbitradores;
v. Asuntos de que conozca la Dirección General del S. I. I.;
vi. Asuntos de que conozca la Contraloría General de la República;
vii. Juicios políticos de que conozca la Cámara de Diputados o el Senado;
viii. Juicios cuya cuantía no exceda de ½ U. T. M., cualquiera sea su naturaleza;
ix. Causas Electorales;
x. Recursos de Amparo y Protección;
xi. Denuncias Criminales;

15
Son solicitudes de concesiones de explotación de minerales, tramitadas ante la autoridad judicial.

36
xii. Solicitudes aisladas de mero trámite (copias, desarchivos, certificados, etc.);
xiii. Presentaciones efectuadas por las denominadas “partes intervinientes”.

f) Sanciones al Incumplimiento: A diferencia del patrocinio -y sin perjuicio de que en definitiva la


sanción es igualmente que dicho escrito se tendrá por no presentado para todos los efectos legales, el
legislador es más flexible y otorga al interesado un plazo de 3 días para corregir el vicio de que adolece la
presentación y constituir legalmente el mandato. Si así se hace, el escrito mantiene como fecha la de su
presentación.

g) Duración: Subsiste mientras dure el proceso, salvo que se verifique alguna causal de terminación
anticipada.

h) Facultades del Mandatario.

En este punto, es menester distinguir tres clases o grupos de facultades del mandato judicial:

i. Esenciales u Ordinarias: Son aquellas inherentes al mandato y que permiten al mandatario tomar parte
en todos los actos e incidentes del proceso, y en todas las cuestiones que se promuevan por vía de
reconvención, hasta el cumplimiento completo del fallo definitivo, del mismo modo que podría hacerlo el
mandante. Son aquellas contenidas en el inciso 1° del artículo 7° del Código de Procedimiento Civil y tienen
dos características especiales: 1) existen sin necesidad de mención expresa y 2) no pueden ser objeto de
limitaciones por las partes.
ii. De la Naturaleza: Son aquellas que se suponen incorporadas al mandato, pero que las partes pueden
modificar a su arbitrio. Son fundamentalmente la posibilidad de delegar el mandato, y la facultad para
interponer la acción civil o ser notificado de ella en un proceso penal.
iii. Accidentales, Especiales o Extraordinarias : Son aquellas que sólo se entienden incorporadas al mandato si
se mencionan expresamente, y están contenidas en el inciso 2° del artículo 7° del Código de Procedimiento
Civil. Durante mucho tiempo se discutió si debían enunciarse una a una o si bastaba hacer una referencia
general a la norma en la cual se contienen. Hoy está resuelto el tema en favor de la segunda posición, sin
perjuicio de lo cual, para efectos prácticos, suelen enumerarse a lo menos aquellas que interesan a la parte
respectiva. Las facultades especiales son:
1) Desistirse16 en primera instancia de la acción deducida (porque produce cosa juzgada).
2) Aceptar la demanda contraria (allanamiento: es un acto de disposición).
3) Absolver Posiciones (significa responder a las preguntas formuladas, en la confesión judicial provocada,
sobre hechos del mandante).

16
El Desistimiento consiste en una renuncia del demandante a su pretensión, hecha una vez que se ha trabado la
relación procesal (después de la notificación de la demanda), y que produce el efecto de que se pierde la facultad
de reclamar nuevamente lo mismo.

37
4) Renunciar a los Recursos (antes de deducirlos. Si se hace después, se denomina desistimiento, que no
requiere facultad especial).
5) Renunciar a los Términos (plazos) Legales (expresa y anticipadamente).
6) Transigir17 (debe indicarse si comprende la facultad de avenir y conciliar).
7) Comprometer (celebrar el contrato de compromiso, esto es, aquel por el cual se constituye un arbitraje).
8) Otorgar a los árbitros facultades de arbitradores.
9) Aprobar convenios (se refiere a los convenios de acreedores en la quiebra).
10) Percibir18 (es inherente en el caso del endoso en comisión de cobranza).

i) Efectos del Mandato: Constituido el mandato, desaparece del proceso la persona del mandante, por lo
que todas las actuaciones del proceso, así como sus notificaciones, deben practicarse en relación al
mandatario. Las excepciones a este efecto son: el proceso penal, el avenimiento laboral, la conciliación civil y
la absolución de posiciones cuando se solicite comparecencia personal de la parte.

j) Término del Mandato:

Se puede producir por:


i. Cumplimiento o desempeño del encargo: Forma normal de terminación.
ii. Terminación Anticipada: Cuando el proceso no llegue ni llegará a tener sentencia definitiva, el
mandante puede solicitar que se lo libere del encargo (ej.: desistimiento de la demanda).
iii. Revocación: Acto unilateral del mandante por el cual se pone fin al mandato vigente. Puede ser expresa
o tácita (designación de un nuevo mandatario sin hacer mención al anterior). Debe constar en el proceso para
ser oponible a la contraparte.
iv. Renuncia: Manifestación de voluntad unilateral del mandatario en orden a no continuar ejerciendo su
encargo. La renuncia debe notificarse al mandante, a quien se le debe informar sobre el estado del proceso. No
obstante ello, el mandatario que renuncia mantiene su responsabilidad hasta por el término de emplazamiento,
salvo que previo a ello se designe un nuevo apoderado.
v. Muerte o Incapacidad: En este caso, el patrocinado debe constituir un nuevo patrocinio antes de
efectuar su siguiente presentación. Cabe señalar que la muerte del patrocinado no extingue el patrocinio, pues
el abogado deberá seguir prestando sus servicios a la sucesión.

k) Responsabilidad del Mandatario: El mandatario tiene una responsabilidad especial y expresa en


relación con las costas procesales a que sea condenado su mandante, sin perjuicio de poder repetir contra éste
con posterioridad (solidaridad). Además el mandatario tiene responsabilidad disciplinaria, en términos tales
que puede ser objeto de sanciones por actos abusivos de su parte. También tiene las responsabilidades civiles
y criminales del patrocinante.

4) Paralelo entre Patrocinio y Mandato:

17
Significa celebrar un contrato de Transacción.

18
Significa recibir dinero en pago.

38
PATROCINIO MANDATO JUDICIAL
Es un contrato solemne Es un contrato solemne
Su objetivo es fijar la estrategia de defensa Su objeto es la representación en juicio
Artículos 1° y 2° de la Ley N° 18.120 Artículos 1° y 2° de la Ley N° 18.120
Sólo abogados habilitados Abogados y los otros sujetos del artículo 2° de
la Ley 18.120
Nombre, domicilio y firma del abogado Alguna de las formas del artículo 6° CPC y la
especial de la Ley Nº 18.092
En la primera presentación En la primera presentación
Sanción: Se tiene por no presentado el escrito La misma sanción, pero después de 3 días en
caso de no subsanarse la falta de mandato
judicial
Responsabilidad civil y criminal Civil, criminal y por costas procesales

5) Situaciones Especiales de Representación.

a) Agencia Oficiosa con Fianza de Rato (Art. 6 inciso 3° y 4° CPC): Es la situación procesal que se
produce cuando una persona comparece ante un tribunal, asumiendo la representación de otra sin tener
mandato constituido en su favor, pero ofreciendo la ratificación posterior de todo lo obrado por parte de quien
ha debido ser el mandante.
Es la solución más óptima y expedita para aquellas situaciones en que no se cuenta formalmente con poder
para actuar en la causa (mandato), y se requiere intervenir con urgencia en el juicio. Esta figura jurídica evita
la nulidad por falta de poder del representante.
Debido a su carácter excepcional, se imponen varios requisitos y exigencias para que se configure:
i. El agente oficioso debe ser habilitado para comparecer en juicio, o en caso contrario debe actuar
representado por alguien que lo sea;
ii. Invocar causales calificadas que han impedido al representado comparecer;
iii. Ofrecer una garantía de que lo obrado será ratificado.
El tribunal calificará las circunstancias y podrá o no aceptarla. Si el tribunal la acepta, se debe constituir la
garantía, que normalmente es una fianza (fianza de rato). Si lo obrado no es ratificado posteriormente, se
produce la nulidad de todo lo obrado (efecto procesal), y el fiador deberá responder de los perjuicios causados
(efecto civil).

b) Procurador Común: Se verá más adelante en Litis Consortio(Art. 12 y ss. CPC).

c) Delegación del Mandato: Es perfectamente lícita. La ley admite expresamente que el mandatario
pueda delegar su mandato, salvo que se le haya prohibido esta facultad. Entonces habrá tres sujetos:
mandante, mandatario y delegado.

En el mandato judicial, conforme a las reglas del Código de Procedimiento Civil –que en este aspecto
difieren de las normas generales del mandato del Código Civil–, el responsable de todo es el mandante, aun

39
por lo que hace el delegado, si no se limitó la facultad de delegar. Más aún, ni siquiera es necesario que el
mandante autorice la delegación para que quede obligado. Eso sí, el delegado no puede a su vez delegar el
poder, salvo que el mandante lo haya autorizado expresamente. Así se ha fallado.

d) Representaciones de Personas Jurídicas.

i. Personas Jurídicas de Derecho Público: Como no existen reglas especiales, para saber quién las
representa judicialmente, debemos analizar la ley que las crea y reglamenta. Ejemplos: Fisco: Presidente del
Consejo de Defensa del Estado; Municipalidades: Alcalde, etc.
ii. Corporaciones y Fundaciones de Derecho Privado : El presidente de las corporaciones o fundaciones
con personalidad jurídica se entenderá autorizado para litigar a nombre de ellas con las facultades que expresa
el inciso 1° del artículo anterior, no obstante cualquiera limitación establecida en los estatutos o actos
constitutivos (Art. 8° CPC).
iii. Sociedades: Al igual que en el caso anterior, el gerente o administrador se entenderá autorizado para
litigar a nombre de ellas con las facultades que expresa el inciso 1° del artículo anterior, no obstante
cualquiera limitación establecida en los estatutos o actos constitutivos de la sociedad. Sin perjuicio de lo
anterior, existen casos especiales:
 Sociedades Anónimas: El representante debe ser el gerente, quien estará investido de las facultades
establecidas en ambos incisos del artículo 7 del CPC (Art. 49 de Ley Nº 18.046);
 Sociedad Legal Minera: La representa el socio designado por la junta; o si no hubiere junta, el socio con
mayores derechos, o en caso de empate aquel cuyo apellido empiece con la letra más cercana a la “A”;
 Sociedades de personas: Si no tiene un administrador designado, basta con notificar a uno cualquiera de
los socios.

e) Representación de Personas Ausentes: Evidentemente se refiere al sujeto pasivo de la relación


procesal, y se entiende ausente para estos efectos cuando se encuentra fuera del territorio de la República.
Para este propósito hay que distinguir tres situaciones:
i. Si se teme una eventual ausencia del demandado , puede pedirse como medida prejudicial que se
constituya un apoderado que lo represente y responda por las costas y multas del juicio, bajo apercibimiento
de designarse un curador de bienes (Art. 285 CPC).
ii. Si el demandado está efectivamente ausente y no ha dejado mandatario con poderes suficientes, habrá
que distinguir (Art. 844 y ss. CPC):
- Si se conoce su paradero: se le notifica por exhorto;
- Si no se conoce su paradero: se designa curador de ausentes (Art. 473 Código Civil).
iii. Si el ausente dejó mandatario, hay que nuevamente distinguir:
A.- Si se le dejó un poder general de administración o bien un poder judicial, se debe nuevamente
distinguir:
 Si el mandatario ha aceptado expresa o tácitamente el mandato, será la persona autorizada para
contestar la demanda (Art. 11 CPC).

40
 Si no ha aceptado el mandato, se aplica lo mismo que si el ausente ha dejado el país sin haber
constituido mandatario con poderes suficientes, es decir, se le notifica por exhorto o se le nombra un curador
de bienes, según el caso.
B.- Se deja un apoderado con poder general de administración pero sin la facultad de contestar demandas
nuevas. En este caso, que es muy común, nuevamente se distingue si sabe o no el paradero y se aplica la
misma norma (exhorto internacional o curador de bienes, en su caso). Pero mientras se designa curador de
bienes actúa en el intertanto el defensor público (Art. 365 y ss. COT).
C.- Se deja un apoderado con poder para uno o más negocios determinados (Art. 11 inciso 3° CPC): podrá
representarlo sólo respecto del negocio o negocios para los cuales se ha conferido el mandato, por lo que si se
trata de otros negocios, se aplica lo mismo que si el ausente ha dejado el país sin haber constituido mandatario
con poderes suficientes, es decir, se le notifica por exhorto o se le nombra un curador de bienes, en su caso.

f) Cesación de la Representación Legal: Si durante el curso del juicio termina por cualquiera causa el
carácter con que una persona representa por ministerio de la ley derechos ajenos, continuará no obstante la
representación y serán válidos los actos que ejecute, hasta la comparecencia de la parte representada, o hasta
que haya testimonio en el proceso de haberse notificado a ésta la cesación de la representación y el estado del
juicio. El representante deberá gestionar para que se practique esta diligencia dentro del plazo que el tribunal
designe, bajo pena de pagar una multa de un cuarto a un sueldo vital y de abonar los perjuicios que resulten
(Art. 9 CPC).

1.2.5. Litis Consorcio:

La intervención de las partes en el proceso está regida esencialmente por dos principios fundamentales, cuales
son: la unidad de parte (lo normal es que exista una persona que detenta la calidad de demandante y otra que
sea el demandado), y la voluntariedad de parte (libertad para decidir si se participa o no de un
procedimiento determinado).
Estos tópicos se encuentran reglamentados en los artículos 18 y siguientes del Código de Procedimiento Civil,
los cuales básicamente asumen la existencia de estos dos principios y se limitan a establecer sus excepciones.
Existen ciertos casos contemplados expresamente por el legislador, en los cuales estamos en presencia de más
de un demandante (litis consorcio activa) o más de un demandado (litis consorcio pasiva), o varios de ambos
(litis consorcio mixta), configurándose lo que denominamos una relación procesal múltiple.
Esta situación puede suscitarse al inicio del proceso (litis consorcio originaria), o con posterioridad (litis
consorcio sobreviniente). En el primer caso, se caracteriza por ser facultativa para quienes la constituyen, y
por estar consagrada expresamente en el artículo 18 del Código de Procedimiento Civil, conforme al cual se
produce esta situación en las siguientes hipótesis:
a) Cuando varias personas deducen una misma acción (en contra del mismo sujeto pasivo);
b) Cuando varias personas deducen acciones, sean éstas iguales o diferentes, pero emanadas todas de un
mismo hecho.
c) Cuando la ley autoriza para proceder por muchos o contra muchos (ej.: solidaridad).
Para evitar que esta pluralidad de partes se constituya en un elemento disociador del proceso, el legislador
ordena que, habiendo litis consorcio, y siendo iguales las acciones o las defensas, debe designarse un
procurador común, todo lo cual se regirá por las siguientes reglas:

41
A.- Debe ser nombrado de común acuerdo entre las partes en el plazo que fije el tribunal, o en su defecto
por el juez, pero con la obligación de designar a un Procurador del Número o a uno de los abogados de las
partes (Art. 13 CPC).
B.- El nombramiento puede ser revocado por unanimidad o a petición fundada de una de las partes, pero en
todo caso la revocación no surte efecto sino hasta que se designa un reemplazante (Art. 14 CPC).
C.- El procurador designado debe seguir las instrucciones de las partes, y si éstas no están conformes con
su cometido, tienen derecho a hacer alegaciones separadas y a presentar sus propias pruebas, todo en los
mismos plazos y condiciones que el procurador común (lo cual obviamente sólo irá en su propio beneficio o
perjuicio). No obstante esto, lo obrado por el procurador común les sigue empeciendo 19 (Art. 16 CPC).
D.- No será necesario designar un procurador cuando: 20
i. Sean distintas las acciones de los demandantes;
ii. Sean distintas las defensas de los demandados;
iii. Habiéndose iniciado el juicio con iguales acciones o excepciones, surgen incompatibilidades de
intereses entre quienes litigan conjuntamente.

1.2.6. Substitución y sucesión procesal:

a) Sustitución Procesal:

Es aquella institución que faculta a una persona para comparecer en juicio a nombre propio, haciendo valer
derechos de terceros, adquiriendo el carácter de parte para todos los efectos legales. No constituye un caso de
representación ni de agencia oficiosa, pues quien comparece lo hace a nombre propio; se refiere más bien a
cambios patrimoniales. Ejemplos:

i. Artículo 2466 del Código Civil: Acción Subrogatoria;21


ii. Artículo 2468 del Código Civil: Acción Pauliana o Revocatoria;22

19
Empecer significa afectar jurídicamente.

20
Artículo 20 CPC.

21
Acción Oblicua o Subrogatoria: Consiste en el ejercicio por los acreedores de acciones y derechos que
competen al deudor para incorporar al patrimonio de éste bienes en que hacer efectivo sus créditos. Los requisitos
de esta acción son:
1. Que el crédito sea actualmente exigible.
2. Que el deudor rehúse o descuide de ejercitar los derechos que le pertenecen.
3. Que la negativa o desidia del deudor perjudique a los acreedores.
El ejercicio de la acción no importa apropiarse de bienes del deudor, sino que tiene solamente por finalidad
obtener que ciertos bienes ingresen a su patrimonio, para en seguida, de acuerdo con las reglas generales,
conseguir el pago con el precio de su realización (Cfr. MEZA BARROS, Ramón: Manual de Derecho Civil, 9ª
Edición, Edit. Jurídica de Chile, Santiago, pp. 297-300).

22
Acción Pauliana o Revocatoria: Tiene por objeto revocar los actos ejecutados por el deudor en fraude y con
perjuicio de los acreedores. Los requisitos para que proceda son:
1.Perjuicio a los acreedores (que ocasione o aumente la insolvencia del deudor).
2.Mala fe del deudor.
Esta acción es de carácter subsidiario, solamente pueden recurrir a ella los acreedores, cuando les sea imposible
obtener el pago de sus créditos por otros medios. Y prescribe un año después del acto o contrato (Cfr. MEZA
BARROS, Ramón: Manual de Derecho Civil, 9ª Edición, Edit. Jurídica de Chile, Santiago, pp. 301 y ss.).

42
iii. Artículo 1845 del Código Civil: Citación de Evicción.23

b) Sucesión Procesal.

A diferencia de la sustitución, el cambio de sujeto en este caso puede verificarse durante el procedimiento y
no sólo antes de él. Se produce en tres situaciones:
i. Fallecimiento de quien litiga personalmente (Art. 5° CPC): Se suspende el procedimiento para efectos
de notificar a los herederos, y sólo se reanuda tras haber transcurrido el término de emplazamiento, hayan
ellos concurrido o no;
ii. Cesión de Derechos Litigiosos: Producida la cesión, comparecerá al proceso el cesionario, exhibiendo
el título y adoptando el papel procesal del cedente;
iii. Subrogación: Opera cuando una persona paga por otra, produciéndose una traslación o sustitución de
derechos (puede ser legal o convencional).

1.2.7. Intervención provocada:

Como señalamos, el segundo principio regulador de esta materia es la voluntariedad para decidir si se desea
participar de un proceso o no. Sin embargo, nuestro ordenamiento contempla ciertos casos en que este
principio general se ve alterado, toda vez que las partes se ven en la necesidad de comparecer en el proceso, so
pena de soportar las graves consecuencias de su inasistencia.

Por lo tanto, en estricto rigor no existe obligatoriedad de ejercer la acción, sino más bien la consecuencia de
que, si el sujeto no la ejerce, se expondrá a determinados efectos o sanciones procesales.

a) Artículo 21 del Código de Procedimiento Civil: Cuando una acción corresponde a otras personas
determinadas pero distintas del sujeto activo, el o los demandados quedan facultados para pedir que se ponga
la demanda en conocimiento de ellos, a fin de adoptar, dentro del término de emplazamiento, alguna de las
siguientes actitudes:

i. Adherir a la demanda: Se forma una litis consorcio activa y debe designarse un procurador común, de
conformidad a lo ya explicado;
ii. No adherir: Caducan los derechos del potencial demandante para entablar la misma acción con
posterioridad, pudiendo el demandado hacer valer la excepción de cosa juzgada;
iii. No hacer nada: Si se deja transcurrir el plazo de emplazamiento, si bien no se transformará en parte, le
afectará todo lo obrado en el proceso, pero tendrá el derecho de comparecer posteriormente en el juicio,
respetando todo lo obrado.

b) Jactancia: Se define como la acción y efecto de atribuirse por una persona capaz de ser
demandada, derechos propios sobre bienes de otro o asegurar ser su acreedor (Couture). Es la situación
23
“Art. 1845. Si el vendedor no opone medio alguno de defensa, y se allana al saneamiento, podrá con todo el
comprador sostener por sí mismo la defensa; y si es vencido, no tendrá derecho para exigir del vendedor el
reembolso de las costas en que hubiere incurrido defendiéndose, ni el de los frutos percibidos durante dicha
defensa y satisfechos al dueño”.

43
que se produce cuando una persona dice tener derechos de los que no está gozando, para ser obligado por el
afectado a interponer la demanda correspondiente. De acuerdo al artículo 270 del Código de Procedimiento
Civil, se puede deducir jactancia en alguno de los siguientes casos:
i. Cuando la manifestación del jactancioso conste por escrito;
ii. Cuando la manifestación del jactancioso se haya hecho de viva voz, a lo menos delante de dos personas
hábiles para declarar en juicio;
iii. Cuando una persona haya sido parte en proceso criminal del cual pueden emanar acciones civiles contra
el acusado, para el ejercicio de dichas acciones.

La acción de jactancia, para que se declare la obligación del jactancioso de demandar, prescribe en 6 meses,
contados desde los hechos en que se funda; y se tramita de acuerdo al procedimiento sumario (Art. 272 CPC).
Si se da lugar a la demanda, el jactancioso tiene 10 días para demandar, plazo ampliable a 30 días por motivo
fundado, so pena de declararse que no será oído posteriormente sobre tal derecho (incidente del procedimiento
de jactancia).

c) Citación de Evicción: Situación que se presenta propiamente en los contratos bilaterales y


especialmente en la compraventa, cuando el comprador que se ve expuesto a sufrir evicción (pérdida de la
cosa comprada por efecto de acciones judiciales interpuestas por terceros), cita al vendedor, antes de contestar
la demanda, para que éste comparezca en su defensa, como es su obligación (Arts. 1843 y 1844 Código Civil
y Art. 584 CPC). Pueden generarse múltiples situaciones:
i. Si el comprador no lo cita, libera al vendedor de su responsabilidad.
ii. Si lo cita y el vendedor concurre, el proceso se sigue en contra de éste, pero conservando el comprador
el derecho de intervenir.
iii. Si el vendedor citado no comparece, se hace responsable de la evicción, salvo que el juicio lo pierda el
comprador por su propia negligencia.

d) Citación de los Acreedores Hipotecarios en el Juicio Ejecutivo (o purga de la hipoteca): Si una


persona adquiere en remate judicial una propiedad hipotecada, la adquiere con dicho gravamen, salvo que los
acreedores hipotecarios hayan sido citados al juicio. La citación los obliga a optar entre mantener la hipoteca o
acceder a pagarse con el producto del remate.

e) Verificación de Créditos en los Procedimientos de la nueva LEY DE REORGANIZACIÓN Y


LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS Y PERSONAS (LEY Nº 20.720): En un procedimiento concursal, los
acreedores sólo tendrán derecho a cobrar si es que han comparecido oportunamente al tribunal a verificar su
crédito. De lo contrario, la ley presume la condonación. (Arts. 70, 170 y 277 Ley Nº 20.720)

f) Reserva de Acciones y Excepciones en el Juicio Ejecutivo:


- Reserva de Acciones: Cuando el ejecutante cree que no está en buen pie para seguir adelante con la
ejecución, puede desistirse de la demanda ejecutiva, reservándose el derecho de entablar después una

44
demanda ordinaria. Deberá intentar esta acción dentro del plazo de 15 días, so pena de no ser admitida
después.24
- Reserva de Excepciones: Análogamente, si el ejecutado no tiene medios para probar las excepciones que ha
opuesto, puede reservarse ese derecho para un juicio ordinario y solicitar que no se haga pago al acreedor
mientras no caucione las resultas de este juicio. En este caso, deberá entablar la demanda ordinaria dentro de
15 días; si no lo hace, se ejecutará la sentencia sin previa caución, o ésta quedará cancelada automáticamente,
si la hubiere.25

g) Medidas Prejudiciales Precautorias: Son aquellas que se solicitan y conceden antes de la iniciación
del juicio, para asegurar el resultado de la acción. Una vez decretada la medida, hay 10 días para presentar la
demanda, ampliables hasta 30 días por motivos fundados. Si no se entabla la demanda en ese plazo, o no se
pide en ella que se mantenga la medida, o si el tribunal al resolver sobre dicha petición no la mantiene, el
solicitante responderá de los perjuicios causados, considerándose doloso su procedimiento. 26

h) Materia Penal: En el nuevo proceso encontramos también algunas expresiones de ejercicio forzado de
la acción, como por ejemplo:
- Denuncia obligatoria: ciertos funcionarios públicos y otras personas están obligados por la ley a denunciar
los delitos de que conocieren. Si no lo hicieren dentro de 24 horas, incurrirán en una pena de multa. 27
- Interposición de acción civil en caso de suspensión o término del procedimiento penal: en esta hipótesis se
deberá presentar la demanda ante el tribunal civil competente, dentro de 60 días; so pena de que no continúe
interrumpida la prescripción.28
- Forzamiento de la Acusación: si el querellante particular se opusiere a la solicitud de sobreseimiento
formulada por el Fiscal a cargo de la investigación, pasarán los antecedentes al Fiscal Regional, para que éste
revise dicha decisión. Si esta autoridad determina que el Fiscal adjunto formulará acusación, éste deberá
hacerlo dentro de los 10 días siguientes;29 si no lo hace, se expone a la imposición de sanciones.

1.3 EL MINISTERIO PÚBLICO.

1.3.1 Generalidades y Concepto:

En la Edad Media, la potestad investigativa y de juzgamiento recaía en el rey. Este sistema recibe el nombre
de inquisitivo, en que es el juez quien investiga y falla, condenando o absolviendo. Este sistema, que rigió
24
Art. 467, 474 y 478 del CPC.

25
Art. 473, 474 y 478 del Código de Procedimiento Civil.

26
Art. 280 del CPC.

27
Art. 175 y ss. del Código Procesal Penal.

28
Art. 68 del Código Procesal Penal.

29
Art. 258 del Código Procesal Penal.

45
hasta la introducción de los sistemas modernos de derecho y que en nuestro país estuvo presente bajo el
imperio del hoy derogado Código de Procedimiento Penal, fue abiertamente cuestionado principalmente
porque la concentración de las funciones de investigar y de juzgar en un solo órgano implicaba una falta de
imparcialidad y un claro riesgo de vulneración de las garantías y derechos de los intervinientes y, sobretodo,
del imputado.

Producto de lo anterior, sobre la base de los principios de la Revolución Francesa de 1789, se optó por separar
las funciones investigativa y de juzgamiento y radicarlas en órganos distintos e independientes entre sí. Así
nace el sistema acusatorio conforme al cual es un órgano especializado, autónomo y jerarquizado el encargo
de investigar y eventualmente formular acusación. Mientras que es el juez quien tiene la función de conocer y
juzgar el asunto sometido a su conocimiento. Con esto se pretendió asegurar mayor objetividad en pos del
resguardo de los derechos y garantías de los intervinientes.

En la actualidad, es muy común encontrar sistemas de carácter mixto, esto es, aquellos que combinan
características propias de un sistema inquisitivo y otras propias de un sistema acusatorio. Esto con el fin de
lograr el mayor grado de objetividad y respeto de las garantías procesales.

En Chile, la separación de las funciones de investigar, acusar y juzgar fue uno de los rasgos característicos de
la reforma procesal penal del año 2000 que dio lugar a la creación del Ministerio Público. Esto implicó
cambios a nivel constitucional, la creación de la Ley N°19.640 (Orgánica Constitucional del Ministerio
Público), y su correspondiente regulación legal, contemplada en el CPP.

Dicho lo anterior, el Ministerio Público puede definirse como un organismo autónomo y jerarquizado, cuya
función es dirigir en forma exclusiva la investigación de los hechos constitutivos de delito, los que
determinen la participación punible y los que acrediten la inocencia del imputado, en su caso ejercer la
acción penal pública en la forma prevista por la ley y adoptar medidas para proteger a las víctimas y a los
testigos (Artículo 1 Ley 19.640).

De esta definición se desprenden dos características, siendo éstas:


1) El Ministerio Público es un organismo jerarquizado : Esto significa que existe un orden interno y de
carácter piramidal, en que cada estrato inferior debe obediencia y respeto a los estratos superiores. En
términos generales, el estrato más alto es el de Fiscal Nacional, seguido por el de Fiscal Regional, y
terminando con el de Fiscal Adjunto.
2) El Ministerio Público es un órgano de carácter autónomo : Esto dice relación con el hecho de que el
Ministerio Público no está sujeto ni a la dependencia ni a la supervigilancia del poder central. En este sentido,
es independiente de los demás poderes del Estado.

1.3.2 Principios que informan la actuación del Ministerio Público.

a. Principio de Oficialidad:

46
El principio de oficialidad se refiere a la persecución penal pública de los delitos. Esto significa que -en
principio- ante la comisión de un hecho constitutivo de delito el Ministerio Público no requiere la actuación de
alguno de los intervinientes –siquiera de la víctima- para iniciar la investigación criminal.

En otras palabras, este principio apunta a que la regla general es que el ente persecutor puede iniciar de oficio
el proceso penal. Como consecuencia de ello, la voluntad de la víctima -en orden a iniciar o no la
investigación criminal respecto del autor del delito- resulta irrelevante lo que no quiere decir que ésta sea
excluida como agente promotor de la persecución penal por medio de la presentación de denuncia o querella.
Al contrario, esto significa que para iniciar e incluso continuar la sustanciación del proceso penal, no se
requiere de la voluntad de ésta.

Por último, cabe referirse brevemente a la extensión del principio de oficialidad en lo relativo a las formas de
inicio del procedimiento penal. A grandes rasgos, la forma de iniciar un procedimiento en materia penal está
supeditada a la naturaleza de la acción penal a que dé lugar el delito. Así se distinguen tres clases de acción
penal, a saber:
 Acción penal pública: Es aquella en virtud de la cual el Ministerio Público inicia de oficio la
persecución penal de un hecho delictual. Es la regla general en nuestro sistema procesal penal y a través de
ella se expresa en toda su magnitud el principio de oficialidad.
 Acción penal pública previa instancia particular o acción penal mixta : Es aquella en que el Ministerio
Público requiere de una actuación particular de la víctima para iniciar la persecución penal. Dicha actuación
particular se denomina denuncia, la cual puede presentarse ante la propia fiscalía, la policía o un tribunal con
competencia en lo criminal. Hecho esto, el proceso penal se sustanciará conforme a las reglas del
procedimiento ordinario. Así, en este caso el principio de oficialidad continúa rigiendo, pero de forma
atenuada.
 Acción penal privada: Es aquella que sólo puede ejercer la víctima para ciertos delitos (Ej.: Calumnia;
Injuria) y se tramita de conformidad al procedimiento de acción penal privada. Es lo que se conoce como
querella y su particularidad estriba en que el Ministerio Público no tiene intervención alguna en el proceso
penal. Por esta razón, el principio de oficialidad no recibe aplicación.

b. Principio de Legalidad:

En materia procesal penal, el principio de legalidad quiere decir que el Estado, específicamente el Ministerio
público, está obligado a iniciar y sostener una investigación por los hechos delictuales de que tome
conocimiento sin que pueda no iniciarla, suspenderla, interrumpirla o hacerla cesar a su mero arbitrio.

Este principio surge de la conjunción de dos características o aspiraciones del proceso penal como son los
principios de promoción necesaria y de irretractabilidad. El primero implica la obligación del Ministerio
Público de iniciar y sostener la persecución criminal frente a la comisión un delito. El segundo, en cambio,
supone la prohibición que recae en la fiscalía en orden a no iniciar la investigación criminal, suspenderla o
hacerla cesar sin motivo alguno.

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En cuanto a sus fundamentos, el principio de legalidad se cimenta en el principio de igualdad ante la ley (igual
tratamiento en iguales circunstancias) y el principio de seguridad jurídica (entendido en este contexto como la
posibilidad de prever).

Cabe agregar que es consecuencia de la denominada teoría retributiva de la pena que en términos generales
postula que todo delito, sin ningún tipo de consideración utilitarista, debe ser sancionado. Actualmente, la
doctrina penal ha complementado esta teoría imprimiéndole caracteres de prevención general o derechamente
particular. Otro sector ha optado por abandonarla dada las diversas críticas que se han formulado al respecto.

Por último, el principio de legalidad no ha estado exento de críticas. Así, se ha dicho que este principio tal
como se le formula no puede ser llevado a la práctica por dos razones:
i. Todos los sistemas de administración de justicia se muestran incapaces de tratar y perseguir todos los
hechos delictuales de que toman conocimiento, implicando ello la adopción de mecanismos informales de
selección y, por consiguiente, la desconfianza en la administración de justicia. En otras palabras, al prometer
lo que es fácticamente imposible el sistema pierde credibilidad.
ii. Desde una perspectiva económica, tampoco se justifica el gasto en un sistema de administración de
justicia capaz de cumplir la promesa de perseguir todos los delitos.

c. Principio de Oportunidad30:

El principio de oportunidad surge a propósito de las críticas formuladas al principio de legalidad y puede
conceptualizarse como la facultad que tiene el Ministerio Público para no iniciar una investigación,
suspenderla o interrumpirla en aquellos casos en que ha tomado conocimiento de antecedentes que dan
cuenta de un hecho constitutivo de delito.

Lo anterior pretende, en primer término, llevar a la práctica el carácter de última ratio del derecho penal
incluso en aquellos casos en que el legislador ha criminalizado una conducta; y, en segundo término, imprimir
eficiencia al sistema, sobre todo en aquellos casos en que la imposición de la pena resulta insatisfactoria.

Ahora bien, en el entendimiento de que esta facultad no puede ser ejercida de forma discrecional por el ente
persecutor la doctrina ha ideado criterios de política criminal y de eficiencia para justificar la aplicación
práctica del principio de oportunidad.

1. Criterios de política criminal.

a. Adecuación social del hecho: Dice relación con aquellas conductas que pese a poder ser subsumidas en
un tipo penal, no ofenden gravemente el bien público. Por ejemplo, el regalo de cortesía a un funcionario
público o conductas peligrosas socialmente validadas.
b. Importancia ínfima del hecho: Hace alusión a la criminalidad de bagatela.

30
En esta sección se trata en un sentido abstracto. No debe confundirse con el Principio de Oportunidad en un
sentido estricto, que constituye una salida anticipada del procedimiento.

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c. Ínfima culpabilidad del autor: Apunta a que si bien el hecho es constitutivo de delito, la ínfima
culpabilidad del autor permite al Ministerio Público prescindir de su persecución criminal.
d. Ausencia de necesidad de pena : Es lo que se conoce como pena natural, es decir, todos aquellos casos
en que el delincuente sufre un mal asociado a la comisión del delito.

2. Criterios de eficiencia.

a. Paralizar una investigación de un hecho o de un partícipe para asegurar el éxito de la investigación de


otro hecho o partícipe.
b. Suspensión a prueba del procedimiento.
c. Subordinar la persecución penal a mecanismos autocompositivos : Apunta a reemplazar la imposición
de la pena por la justicia restaurativa.
d. Formas de solución al conflicto no penales.

d. Principio de Objetividad:

Consagrado en el artículo 3° de la Ley 19.640, el principio de objetividad es aquel en virtud del cual el
Ministerio Público debe investigar con igual celo no sólo los hechos y circunstancias que funden o agraven la
responsabilidad del imputado, sino también los que le eximan de ella, la extingan o la atenúen.

A partir de este entendimiento, la doctrina procesal penal ha tendido mayoritariamente a hacer sinónimos los
términos “objetividad” e “imparcialidad”, con lo cual se llega a la conclusión de que el ente persecutor debe
investigar todas las hipótesis posibles, lo cual resulta fáctica y racionalmente imposible. Por esta razón autores
como Mauricio Duce y Cristian Riego han elaborado ciertos criterios que tienen por objeto delimitar el
contenido del referido principio. Estos son los siguientes:
 Deber de profesionalismo: Conforme a éste se deben investigar las hipótesis de inocencia alegadas
fundadamente por la defensa del imputado.
 Deber de lealtad para con el imputado: No se puede esconder información al imputado ni negar a éste
acceder a ella.
 Deber de actuar de buena fe respecto del imputado .

e. Principio de Eficiencia (Art. 6° Ley N°19.640):

El principio de eficiencia es aquel conforme al cual los fiscales y funcionarios del Ministerio Público deberán
velar por la eficiente e idónea administración de los recursos y bienes públicos y por el debido cumplimiento
de sus funciones (Art. 6° inciso 1° Ley N°19.640). Con ese propósito, el legislador procesal penal exige la
observancia de dos mandatos:
 Deber de coordinación: Los fiscales deberán cumplir sus cometidos coordinadamente y propender a la
unidad de acción, evitando la duplicación o interferencia de funciones (Art. 6° inciso 2° Ley N°19.640).

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 Deber de celeridad: Los procedimientos del Ministerio Público deberán ser ágiles y expeditos, sin más
formalidades que las que establezcan las leyes y procurarán la simplificación y rapidez de sus actuaciones
(Art. 6° inciso 3° Ley N°19.640).

f. Principio de Probidad (Art. 8° Ley N°19.640):

Conforme al artículo 52° de la Ley N°18.575 “el principio de la probidad administrativa consiste en observar
una conducta funcionaria intachable y un desempeño honesto y leal de la función o cargo, con preeminencia
del interés general sobre el particular”. De allí se desprenden dos deberes de gran importancia, a saber:
 Deber de transparencia: La función pública se ejercerá con transparencia, de manera que permita y
promueva el conocimiento de los procedimientos, contenidos y fundamentos de las decisiones que se adopten
en ejercicio de ella (Art. 8° inciso 1° Ley N°19.640). En ese contexto, los fiscales deben hacer una
declaración pública de intereses y de que no consumen sustancias psicotrópicas y/o estupefacientes.
 Deber de publicidad: La regla general es que son públicos los actos administrativos del Ministerio
Público y los documentos que les sirvan de sustento o complemento directo y esencial. Por ello, el Ministerio
Público adoptará las medidas administrativas tendientes a asegurar el adecuado acceso a los fiscales por
parte de cualquier interesado, con pleno respeto a sus derechos y dignidad personal (Art. 8° inciso 2° Ley
N°19.640).

Con todo, se podrá denegar la entrega de documentos o antecedentes requeridos en virtud de las siguientes
causales (Art. 8° inciso final Ley N°19.640):
1) la reserva o secreto establecidos en disposiciones legales o reglamentarias;
2) cuando la publicidad impida o entorpezca el debido cumplimiento de las funciones del organismo;
3) la oposición deducida por terceros a quienes se refiera o afecte la información contenida en los
documentos requeridos;
4) el que la divulgación o entrega de los documentos o antecedentes requeridos afecte sensiblemente los
derechos o intereses de terceras personas, según calificación fundada efectuada por el respectivo Fiscal
Regional o, en su caso, el Fiscal Nacional; y
5) el que la publicidad afecte la seguridad de la Nación o el interés nacional.

g. Principio de Igualdad (Art. 10° Ley N°19.640) : Consiste en que todas las personas que cumplan con
los requisitos correspondientes tendrán el derecho de postular en igualdad de condiciones a los empleos del
Ministerio Público, conforme a la ley.

h. Principio de Control: Todo órgano de la Administración del Estado está sujeto a control y el
Ministerio Público no es la excepción. Al respecto se distinguen 4 clases de control.
 Control Político: Es aquel que ejercitan los poderes del Estado entre sí. De acuerdo a nuestra
legislación, el Fiscal Nacional y los Fiscales Regionales pueden ser removidos por el pleno de la Corte
Suprema a requerimiento del Presidente de la República, de la Cámara de Diputados o 10 de sus miembros, o
del Fiscal Nacional en el caso de los Fiscales Regionales. Para efectuar dicho requerimiento, deben invocarse
ciertas causales como a) Mal comportamiento; b) Incapacidad; o c) Negligencia manifiesta en el ejercicio de

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sus funciones. Finalmente, para concretar la remoción se requiere el voto conforme de la mayoría absoluta de
los ministros de la Corte Suprema.
 Control Jerárquico: En un sentido genérico, es aquel que ejercen de modo permanente los superiores
jerárquicos respecto de los subordinados, traduciéndose en la imposición de sanciones por la inobservancia de
instrucciones, reglamentos, leyes y demás estatutos pertinentes. Las sanciones previstas para estos casos son:
a. Amonestación privada.
b. Censura por escrito.
c. Multa equivalente a media remuneración mensual, que solo se puede imponer por el lapso de un mes.
d. Suspensión de sus funciones por dos meses con goce de media remuneración.
e. Remoción.
En lo referido al Ministerio Público, son las autoridades y jefaturas, dentro del ámbito de su competencia
administrativa y en los niveles que corresponda, las que ejercerán un control jerárquico permanente del
funcionamiento de las unidades y de la actuación de los funcionarios de su dependencia. Este control se
extenderá tanto a la eficiencia y eficacia en el cumplimiento de los fines y objetivos establecidos, como a la
legalidad y oportunidad de las actuaciones. (Art. 7° Ley N° 19.640).
 Control Horizontal: También llamado control procesal, es aquel ejercido por los distintos intervinientes
del proceso penal. Esto se justifica en que el Ministerio Público no puede actuar de manera arbitraria, razón
por la cual el CPP concede a los intervinientes facultades de control. Por ejemplo, el fiscal a cargo del caso
requiere autorización judicial previa para realizar diligencias intrusivas de investigación mientras ésta no esté
formalizada; las facultades de la víctima en las salidas anticipadas del proceso penal; el forzamiento de la
acusación o la acusación particular; o el control judicial anterior a la formalización.
 Control Ciudadano: En términos coloquiales, es la opinión pública. Es un control muy difuso, pero
sumamente efectivo.

i. Principio de responsabilidad: Muy ligado al principio de control, el principio de responsabilidad


refiere a la responsabilidad administrativa, civil y penal de los fiscales y funcionarios del Ministerio Público.
a. Responsabilidad Administrativa (Art. 11° Ley N°19.640) : El personal del Ministerio Público estará
sujeto a responsabilidad administrativa, sin perjuicio de la responsabilidad civil y penal que pudiere
afectarle. Esto está relacionado con el control horizontal.
b. Responsabilidad Civil (Art. 5° Ley N°19.640) : A pesar de que el Ministerio Público está dotado de
autonomía, carece de personalidad jurídica propia. Por ello, es el Estado quien será responsable por las
conductas injustificadamente erróneas o arbitrarias del Ministerio Público. En todo caso, lo anterior no
obstará a la responsabilidad que pudiese afectar al fiscal o funcionario que produjo el daño, y, cuando haya
mediado culpa grave o dolo de su parte, al derecho del Estado para repetir en su contra. Por último, la
acción para perseguir esta responsabilidad patrimonial prescribe en cuatro años, contados desde la fecha de
la actuación dañina.
c. Responsabilidad Penal (Art. 45° Ley N°19.640) : Los fiscales del Ministerio Público tendrán
responsabilidad civil, disciplinaria y penal por los actos realizados en el ejercicio de sus funciones, de
conformidad a la ley. Conforme a este precepto la responsabilidad de los fiscales del Ministerio Público solo
abarca los delitos que estos cometan en el ejercicio de sus funciones.

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1.3.2. Estructura orgánica del Ministerio Público.

1) FISCALÍA NACIONAL

A.- Concepto
El Fiscal Nacional es el jefe superior del Ministerio Público y responsable de su funcionamiento.

B.- Requisitos para ser Fiscal Nacional

En cuanto a los requisitos para ser Fiscal Nacional, éstos los establece el art. 14 de la Ley N°19.640 siendo
éstos:
- Ser ciudadano con derecho a sufragio
- Tener a lo menos 10 años de título de abogado.
- 40 años de edad.
- No encontrarse sujeto a alguna de las incapacidades e incompatibilidades previstas en la ley.
 
C.- Duración y cesación en el cargo (Art. 16° Ley N°19.640)
 
El Fiscal Nacional durará ocho años en su cargo y no podrá ser designado para el período siguiente. Por su
parte, cesará en el cargo al cumplir 75 años de edad.

D.- Nombramiento (Art. 15° Ley N°19.640)

Para los efectos de la designación del Fiscal Nacional, la Corte Suprema, con noventa días de anticipación a la
fecha de expiración del plazo legal del Fiscal Nacional en funciones, llamará a concurso público con la
adecuada difusión. Los postulantes que reúnan los requisitos legales serán recibidos en una audiencia pública
citada especialmente al efecto por el pleno de la Corte Suprema, en la cual se dará a conocer la nómina de
candidatos y los antecedentes presentados por cada uno de ellos. La Corte Suprema establecerá la forma en
que se desarrollará esta audiencia.

La quina, que será acordada por la mayoría absoluta de sus miembros en ejercicio, en pleno especialmente
convocado al efecto, se formará en una misma y única votación, en la cual cada integrante del pleno tendrá
derecho a votar por tres personas. Resultarán elegidos quienes obtengan las cinco primeras mayorías. De
producirse un empate, éste se resolverá mediante sorteo. Si no se presentaren candidatos al concurso público o
no hubiere cinco que cumplan los requisitos legales, la Corte Suprema declarará desierto el concurso y
formulará una nueva convocatoria en el plazo de cinco días. Si sólo fueren cinco los postulantes al cargo que
cumplieren los requisitos legales, corresponderá al pleno resolver si formula una nueva convocatoria o si la
quina habrá de formarse con los candidatos existentes.

La quina formada por la Corte Suprema, así como los antecedentes presentados por los postulantes que la
integren, deberá ser remitida al Presidente de la República dentro de los cuarenta días siguientes al llamado a

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concurso público. El Presidente de la República dispondrá de diez días para proponer al Senado como Fiscal
Nacional a uno de los integrantes de la quina.

Dentro de los diez días siguientes a la recepción de la propuesta y en sesión especialmente convocada al
efecto, el Senado dará su acuerdo, por al menos los dos tercios de sus miembros en ejercicio, o desechará la
proposición que realizare el Presidente de la República. En este último caso la Corte Suprema deberá
completar la quina, proponiendo un nuevo nombre en sustitución del rechazado. La Corte Suprema tendrá un
plazo de diez días, a menos que fuere necesario convocar a nuevo concurso, en cuyo evento el plazo se
ampliará a quince días. El Presidente de la República y el Senado dispondrán, en cada caso, de un plazo de
cinco días para el cumplimiento de sus respectivas funciones previstas en los incisos precedentes. Este
procedimiento se repetirá tantas veces fuere menester, hasta obtener la aprobación por el Senado a la
proposición que formule el Presidente de la República. Otorgada esa aprobación, el Presidente de la
República, por intermedio del Ministerio de Justicia, expedirá el decreto supremo de nombramiento del Fiscal
Nacional (Art. 15° Ley N°19.640).

E.- Funciones del Fiscal Nacional (Art. 17° Ley N°19.640)

 Corresponderá al Fiscal Nacional fijar los criterios de actuación del Ministerio Público para el cumplimiento
de los objetivos establecidos en la Constitución y en las leyes, y los criterios que se aplicarán en materia
administrativa, crear las unidades especializadas para colaborar con los fiscales a cargo de la investigación de
determinados delitos, dictar los reglamentos que correspondan en virtud de la superintendencia directiva,
correccional y económica que le confiere la Constitución Política, nombrar y solicitar la remoción de los
fiscales regionales, entre otras funciones.

2) CONSEJO GENERAL

El Consejo General es aquel órgano de carácter consultivo integrado por Fiscal nacional, quien lo presidirá y
por los Fiscales Regionales.

Sus funciones son dar su opinión respecto de los criterios de actuación del Ministerio Público, y en general
asesorar al Fiscal Nacional.

3) UNIDADES ESPECIALIZADAS

Las unidades especializadas son aquellas cuya función esencial es colaborar y asesorar a los fiscales que
tengan a su cargo la dirección de la investigación de determinada categoría de delitos, de acuerdo con las
instrucciones que al efecto aquél les dicte. Cada una de ellas será dirigida por un Director, designado por el
Fiscal Nacional, previa audiencia del Consejo General. Entre ellas destacan:
1. Unidad Especializada en Tráfico Ilícito de Estupefacientes y sustancias sicotrópicas: Es la única unidad
cuya creación es obligatoria.
2. Unidad Especializada de Delitos Económicos, Lavado de Dinero y Crimen Organizado.
3. Unidad Especializada en Delitos Sexuales y Violentos.

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4. Unidad Especializada de Delitos de corrupción pública.
5. Unidad Especializada en delitos de Violencia Intrafamiliar y responsabilidad penal juvenil.

4) FISCALÍAS REGIONALES

Están a cargo de un Fiscal Regional a quien corresponde el ejercicio de las funciones y atribuciones del
Ministerio Público en la región o en la extensión geográfica de la región que corresponda, por sí o por medio
de los fiscales adjuntos que se encuentren bajo su dependencia
Al igual que el cargo de Fiscal Nacional, los Fiscales Regionales durarán ocho años en el ejercicio de sus
funciones y no podrán ser designados como tales por el período siguiente, lo que no obsta a que puedan ser
nombrados en otro cargo del Ministerio Público. Los Fiscales Regionales cesarán en su cargo al cumplir 75
años de edad.

D.- Nombramiento de los Fiscales Regionales (Art. 29° Ley N°19.640)

Los fiscales regionales serán nombrados por el Fiscal Nacional, a propuesta en terna de la Corte de
Apelaciones de la respectiva región. Si en la región existiere más de una Corte de Apelaciones, la terna será
formada por un pleno conjunto de todas ellas, especialmente convocado al efecto por el Presidente de la de
más antigua creación, en cuya sede se reunirán.

Las funciones de los fiscales regionales son básicamente dictar, conforme a las instrucciones generales del
Fiscal Nacional, las normas e instrucciones necesarias para la organización y funcionamiento de la Fiscalía
Regional y para el adecuado desempeño de los fiscales adjuntos en los casos en que debieren intervenir;

5) FISCALÍAS LOCALES

Son aquellas unidades operativas de las Fiscalías Regionales previstas para el cumplimiento de las tareas de
investigación, ejercicio de la acción penal pública y protección de víctimas y testigos. La ubicación territorial
de cada una de ellas se determina por el Fiscal Nacional previa propuesta del Fiscal Regional respectivo,
obedeciendo ello a criterios como (Art. 39 Ley N°19.640):
- Carga de trabajo.
- Extensión territorial.
- Facilidad de las comunicaciones.
- Eficiencia en el uso de los recursos.

Cada fiscalía local estará integrada por uno o más fiscales adjuntos, que serán designados por el Fiscal
Nacional, a propuesta del Fiscal Regional.

6) FISCALES ADJUNTOS

Son los funcionarios que, en cada Fiscalía Local, están llamados a desempeñar las tareas y cumplir con las
obligaciones que competan a la investigación, ejercicio de la acción penal y protección de víctimas y testigos.

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Son autónomos e independientes en sus funciones, sin perjuicio de su dependencia al Fiscal Regional y, en lo
administrativo, al Fiscal Adjunto Jefe (si lo hubiere).

Sus funciones principales son dirigir la investigación en forma exclusiva e independiente bajo un criterio de
objetividad, en especial, llevar adelante los juicios que se precisen para establecer las responsabilidades
penales que aparezcan en el curso de sus investigaciones, a través de los procedimientos correspondientes.

1.3.3 Funciones del Ministerio Público:

Respecto de las funciones del Ministerio Público, es posible hacer una distinción. En este sentido, se habla de
funciones en sentido abstracto y en sentido concreto:

a. En sentido abstracto: El Ministerio Público es responsable de la investigación tanto respecto de la


ciudadanía como de los jueces (y el poder judicial en general).
Naturalmente lleva aparejada cierta libertad en orden a dirigir el proceso investigativo, lo que se manifiesta,
por ejemplo, en la elección de la teoría del caso, la estrategia investigativa, la aplicación de una salida
anticipada del procedimiento, etc. Lógicamente dicha libertad no es absoluta, sino que está limitada por la
naturaleza de las diligencias investigativas que se pueden realizar. Así, se distingue entre diligencias intrusivas
y no intrusivas. Las primeras, son aquellas que de alguna manera violentan los derechos y garantías del
imputado, razón por la cual es necesario que la investigación esté formalizada o, en su defecto, que se solicite
y conceda autorización por el juez de garantía competente. Las segundas, en cambio, son aquellas que pueden
instruirse y realizarse en cualquier etapa del proceso penal, sin necesidad de actuación previa alguna.

b. En sentido concreto: Son principalmente tres y se encuentran contenidas en el artículo 1° de la Ley


19.640. Éstas son las siguientes:
(1) Dirección exclusiva de la investigación de los hechos constitutivos de delito, los que determinen la
participación punible y los que acrediten la inocencia del imputado: Es consecuencia natural de la
consagración de la figura del juez de la instrucción en reemplazo del juez instructor propio del sistema
inquisitivo.
Es importante hacer tres precisiones. Primero, la utilización de la expresión “dirección” apunta a que no es el
fiscal quien realiza las diligencias de investigación, sino que éste instruye su realización a la policía (Policía
de Investigaciones de Chile, Carabineros de Chile y Gendarmería de Chile (ésta última sólo en lo relativo a
los delitos cometidos dentro de un recinto penitenciario)). Segundo, la palabra “delito”, se utiliza en un
sentido omnicomprensivo, es decir, referido a crímenes, simples delitos, faltas e incluso cuasidelitos. Y,
tercero, esta función sólo tendría lugar en el marco del ejercicio de la acción penal pública y pública previa
instancia particular, toda vez que el Ministerio Público no tiene intervención alguna tratándose de la acción
penal privada.
(2) Ejercer, en su caso, la acción penal pública en la forma prevista por la ley: Corresponde al caso en
que el Ministerio Público formula acusación respecto del imputado. Ahora bien, cabe señalar que el ejercicio
de esta clase de acción no es privativo del Ministerio Público, toda vez que el querellante podrá hacerlo con
autorización del juez de garantía, lo que se conoce como el forzamiento de la acusación. Asimismo, la acción
penal pública podrá ser ejercida por las demás personas que la ley señale.

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(3) Adopción de medidas de protección de víctimas y testigos: Esta función se encuentra explicitada en
el art. 6° incisos 1° y 2° del CPP el cual establece lo siguiente: El ministerio público estará obligado a velar
por la protección de la víctima del delito en todas las etapas del procedimiento penal. Por su parte, el
tribunal garantizará conforme a la ley la vigencia de sus derechos durante el procedimiento. El fiscal deberá
promover durante el curso del procedimiento acuerdos patrimoniales, medidas cautelares u otros
mecanismos que faciliten la reparación del daño causado a la víctima. Este deber no importará el ejercicio
de las acciones civiles que pudieren corresponderle a la víctima.
Lo anterior implica que 1) El fiscal debe adoptar por sí mismo, o solicitar al tribunal, la adopción de medidas
concretas ante amenazas, hostigamientos o atentados contra la víctima o un testigo o su familia; 2) Instruir a la
víctima y los testigos sobre sus derechos y el curso del proceso; y 3) Facilitar la intervención de la víctima y
los testigos para evitar y disminuir al mínimo las molestias inherentes al proceso. En otras palabras, se busca
disminuir al mínimo la denominada victimización secundaria.

1.3.3. Defensoría Penal Pública y Licitada (Ley N°19.718)

1.3.3.1. Generalidades y concepto:

La Ley N°19.718 de 2001 (LDPP) estableció un sistema mixto de defensa penal pública para nuestro país. En
términos generales, este sistema combina la existencia de una oficina pública jerarquizada de abogados
funcionarios con un sistema de prestación temporal del servicio de defensa penal pública basado en procesos
de licitación y adjudicación de fondos públicos, en los cuales pueden participar tanto personas naturales como
personas jurídicas, públicas o privadas, que cuenten con profesionales que cumplan los requisitos para el
ejercicio profesional de abogado.

En este último caso, los abogados particulares y los pertenecientes a personas jurídicas licitadas serán
incluidos en una nómina o lista elaborada por la respectiva defensoría regional y deberán asumir la defensa
penal pública de los imputados o acusados en la región respectiva en que los hayan elegido. El desempeño de
los defensores locales y de los abogados que presten defensa penal pública estará sujeto a los estrictos
controles que establece el Título VI de la LDPP y dará origen a las responsabilidades y sanciones que allí se
prevén (artículos 68 y SS. LDPP)31.

Dicho lo anterior, la DPP puede definirse como un servicio público, descentralizado funcionalmente y
desconcentrado territorialmente, dotado de personalidad jurídica y patrimonio propio, sometido a la
supervigilancia del Presidente de la República a través del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos
(Art. 1° LDPP).

1.3.3.2. Finalidad, Organización y Funciones de la DPP (Arts. 2 y SS. LDPP):

31
HORVITZ LENNON, María Inés y LÓPEZ MASLE, Julian. (2003): Derecho Procesal Penal Chileno (Santiago,
Editorial Jurídica de Chile, Tomo I, primera edición), p. 256.

56
La finalidad de la DPP es proporcionar defensa penal a los imputados o acusados por un crimen, simple delito
o falta que sea de competencia de un juzgado de garantía o de un tribunal de juicio oral en lo penal y de las
respectivas Cortes, en su caso, y que carezcan de abogado (Art. 2 LDPP).

En cuanto a su organización, la DPP está organizada en forma simétrica al Ministerio Público. En efecto, está
integrada por una Defensoría Nacional, con domicilio y sede en Santiago, y por las defensorías regionales.
Estas últimas se organizan en defensorías locales y, además, deben incorporar a su trabajo a los abogados y
personas jurídicas con quienes se convenga la prestación del servicio de la defensa penal. Pertenecen también
a la Defensoría Nacional el Consejo de Licitaciones de la Defensa Penal Pública y los comités de adjudicación
regionales que tendrán a su cargo el sistema de licitaciones que establece la LDPP 32. A continuación se
desarrollarán los aspectos esenciales de cada uno de estos órganos.

1.3.3.3. La Defensoría Nacional

La Defensoría Nacional es la unidad superior que tiene a su cargo la administración de los recursos y medios
necesarios para la prestación del servicio de defensa penal pública en todo el territorio nacional 33. Está
integrada por el Defensor Nacional y cinco unidades administrativas a cargo de un Director Administrativo
Nacional.

i. Defensor Nacional

El Defensor Nacional es el jefe superior del Servicio y para ser nombrado tal debe cumplir con los siguientes
requisitos (Art. 6 LDPP):
a) Ser ciudadano con derecho a sufragio;
b) Tener a lo menos diez años el título de abogado, y
 c) No encontrarse sujeto a alguna de las incapacidades e incompatibilidades para ingresar a la
administración pública.

Con ello, se trata de un cargo de exclusiva confianza del Presidente de la República, razón por la cual está
sujeto a la libre designación y remoción del mismo.

Su función principal es dirigir, organizar y administrar la Defensoría, controlarla y velar por el cumplimiento
de sus objetivos.

ii. Unidades Administrativas de la Defensoría Nacional.

En lo referido a las unidades administrativas de la Defensoría Nacional, sólo es importante señalar que éstas
son a) Recursos humanos; b) Informática; c) Administración y finanzas; d) Estudio, y e) Evaluación, control y
reclamaciones.

32
IBÍD., p. 258.

33
IBÍDEM.

57
1.3.3.4. Defensorías Regionales

La Defensoría Regional es la encargada de la administración de los medios y recursos necesarios para la


prestación de la defensa penal pública en la Región, o en la extensión geográfica que corresponda si en la
Región hubiere más de una, a los imputados o acusados por un crimen, simple delito o falta que sea de
competencia de un juzgado de garantía o de un tribunal de juicio oral en lo penal y de las respectivas Cortes,
en su caso, y que carezcan de abogado.

Existirá una Defensoría Regional en cada una de las regiones del país, con excepción de la Región
Metropolitana de Santiago, en la que habrá dos. Las Defensorías Regionales tendrán su sede en la capital
regional respectiva. En la Región Metropolitana de Santiago, la sede y la distribución territorial serán
determinadas por el Defensor Nacional (Art. 17 LDPP).

i. Defensor Regional.

Cada Defensoría Regional estará a cargo de un Defensor Regional, quien ejercerá las funciones de
supervigilancia, organización y de carácter administrativo que la ley le atribuye dentro del territorio de su
región.

ii. Unidades Administrativas de las Defensorías Regionales.

Conforme al art. 21 de la LDPP cada Defensoría Regional tendrá las jefaturas y contará con las unidades
administrativas que determine el Defensor Nacional. Un Director Administrativo Regional tendrá a su cargo
la organización y supervisión de dichas unidades administrativas y en sus funciones deberá ceñirse a las
instrucciones que al efecto dicte el Defensor Regional.

1.3.3.5. Defensorías Locales

Las Defensorías Locales son unidades operativas en las que se desempeñan los defensores locales de la
Región. Si la Defensoría Local cuenta con dos o más defensores locales, se nombrará un defensor jefe (Art. 23
LDPP).

i. Defensores Locales

Los defensores locales son los profesionales a cargo de la defensa de los imputados que carezcan de abogado
en la primera actuación del procedimiento dirigido en su contra y, en todo caso, con anterioridad a la
realización de la primera audiencia judicial a que fuere citado (art. 25 inciso 2° LDPP).

58
Asimismo, la asumirán siempre que, de conformidad al Código Procesal Penal, falte abogado defensor, por
cualquier causa, en cualquiera etapa del procedimiento (Art. 25 inciso 3° LDPP) 34.

A. El Consejo de Licitaciones de la Defensa Penal Pública y los Comités de Adjudicación Regionales.

El Consejo de Licitaciones de la Defensa Penal Pública es el cuerpo técnico colegiado encargado de cumplir
las funciones relacionadas con el sistema de licitaciones de la defensa penal pública (Art. 11 LDPP). A nivel
regional, dichas funciones serán desarrolladas por cuerpos -también- colegiados de carácter técnico
denominados Comités de Adjudicación Regionales (Art. 45 LDPP).

1.3.3.6. Beneficiarios de la Defensa Penal Pública (Arts. 35 a 39 LDPP) .

Son beneficiarios de la defensa penal pública todos los imputados o acusados que carezcan de abogado y
requieran de un defensor (art. 35 LDPP).

La regla general es que este servicio sea de carácter gratuito. Sólo por excepción la Defensoría podrá cobrarlo,
en forma total o parcial, cuando los beneficiarios dispongan de recursos para financiarlo privadamente.

1.3.3.7. Defensa Penal Licitada:

Como se ha señalado al comienzo de este apartado, el sistema de defensa penal pública se complementa con
un sistema de prestación del servicio por parte de aquellas personas naturales o jurídicas que periódicamente
se adjudiquen un fondo asignado al efecto a través de procesos de licitación convocados en cada región según
las bases y condiciones que fije el Consejo de Licitaciones de la Defensa Penal Pública 35.

Una vez concluido el proceso de licitación, la Defensoría Regional deberá elaborar una nómina o lista de los
abogados seleccionados que deberán asumir la defensa penal pública de los imputados o acusados en la región
respectiva.

En efecto, el imputado o acusado elegirá de la nómina al abogado que, estando disponible, asumirá su
defensa, pudiendo solicitar en cualquier momento, con fundamento plausible, el cambio de su defensor penal
público, petición sobre la cual deberá pronunciarse el Defensor Regional.

I.3.4. La Policía

34
De acuerdo con la profesora Horvitz “El fundamento de esta norma está en la necesidad de dar una respuesta
rápida al requerimiento de un defensor cuando se produzca el abandono de la defensa en una actuación del
procedimiento, por renuncia, abandono de hecho o ausencia injustificada del mismo” (IBÍD., p. 267).

35
HORVITZ Y LÓPEZ (2003). Op. cit., p. 269.

59
La policía es un sujeto procesal, no un interviniente del procedimiento penal al tenor de lo que establece el art.
12 del CPP. Como tal, está integrada por la Policía de Investigaciones de Chile (PDI), Carabineros de Chile y
Gendarmería de Chile.

Las dos primeras instituciones policiales integran las denominadas Fuerzas de Orden y Seguridad Pública y
“existen para dar eficacia al derecho, garantizar el orden público y la seguridad pública interior, en la forma
que lo determinen sus respectivas leyes orgánicas. Dependen del Ministerio del Interior y Seguridad Pública”
(Art. 101 inciso 2° de la CPR). Gendarmería de Chile, en cambio, es una institución policial que sólo
intervendrá en la investigación criminal tratándose de delitos cometidos al interior de los recintos
penitenciarios.

Si bien no hay una definición legal de la policía, de conformidad a lo dispuesto en el art. 79 del CPP ésta
puede conceptualizarse como aquel órgano auxiliar del Ministerio Público en las tareas de investigación
de los delitos cuya función esencial es llevar a cabo las diligencias necesarias para dar cumplimiento a
los fines del proceso penal, de conformidad a las instrucciones que le dirigieren los fiscales.

Conforme al art. 79 del CPP la Policía de Investigaciones de Chile será auxiliar del Ministerio Público en las
tareas de investigación y deberá llevar a cabo las diligencias necesarias para cumplir los fines previstos en el
proceso penal de conformidad a las instrucciones que le dirigieren los fiscales. Y agrega que Carabineros de
Chile, en el mismo carácter de auxiliar del Ministerio Público, deberá desempeñar dichas funciones cuando el
fiscal a cargo del caso así lo disponga.

Por la redacción de la norma se aprecia una preeminencia –más bien teórica- de la PDI respecto de
Carabineros de Chile en las tareas investigativas. Esto se explica por la naturaleza jurídica de una y otra
institución policial. Así, mientras la PDI es de carácter civil y esencialmente investigativa, Carabineros de
Chile tiene un marcado carácter uniformado (o militar) y preventivo. De ahí que históricamente se haya
concebido “que la investigación de los delitos corresponde, en primer lugar, a la policía civil, y sólo en
subsidio a la policía uniformada”36. Actualmente esta distinción ha sido superada principalmente por las
diversas reformas legales que le han ido confiriendo importantes atribuciones a Carabineros de Chile en esta
materia.

Tratándose de Gendarmería de Chile, el Ministerio Público podrá impartir instrucciones a ésta tratándose de
hechos cometidos al interior de establecimientos penales (Art. 79 inciso final del CPP).

Entre el Ministerio Público y la Policía existe una relación de subordinación funcional quedando incólume su
dependencia orgánica a la superioridad del respectivo cuerpo policial. En efecto, el art. 80 inciso 1° del CPP
expresa que los funcionarios policiales ejecutarán sus tareas bajo la dirección y responsabilidad de los fiscales
y de acuerdo a las instrucciones que éstos les impartieren para los efectos de la investigación, sin perjuicio de
su dependencia de las autoridades de la institución a la que pertenecieren.

36
HORVITZ LENNON, María Inés y LÓPEZ MASLE, Jorge (2003): Derecho Procesal Penal Chileno (Santiago,
Editorial Jurídica de Chile, Tomo I, primera edición), p. 175.

60
Por lo tanto, se advierten dos clases de subordinación, a saber: a) subordinación orgánica y b) subordinación
funcional. La primera refiere a la obediencia y respeto que deben los funcionarios policiales al superior
jerárquico del cuerpo policial al que pertenecen. La segunda, en cambio, hace alusión a la obligación de los
funcionarios policiales de dar cumplimiento a sus tareas de acuerdo a las instrucciones particulares que les
imparta el fiscal a cargo del caso.

Como consecuencia de la subordinación funcional de la Policía al Ministerio Público, sus funcionarios tienen
la obligación de cumplir de inmediato y sin más trámite las órdenes que les impartan los fiscales y los jueces,
sin que puedan calificar su procedencia, conveniencia y oportunidad. A lo más podrán requerir la exhibición
de la autorización judicial previa, cuando corresponda, salvo tratándose de casos urgentes en los cuales
deberán proceder a practicar la diligencia, sin perjuicio de tener que registrar la autorización judicial
respectiva con posterioridad (Art. 80 inciso final del CPP).

Con todo, el funcionario de la policía que, por cualquier causa, se encontrare impedido de cumplir una orden
que hubiere recibido del Ministerio Público o de la autoridad judicial, pondrá inmediatamente esta
circunstancia en conocimiento de quien la hubiere emitido y de su superior jerárquico en la institución a que
perteneciere. Ante ello, el fiscal o el juez que hubiere emitido la orden podrá sugerir o disponer las
modificaciones que estimare convenientes para su debido cumplimiento, o reiterar la orden, si en su concepto
no existiere imposibilidad (Art. 82 del CPP).

Lo anterior es de suma importancia, ya que el incumplimiento de las instrucciones impartidas por los fiscales
a la policía, se considerará falta contra el buen servicio de los funcionarios policiales, dando lugar a las
responsabilidades administrativas que correspondan, conforme lo establecen los respectivos reglamentos (Art.
87 bis del CPP).

Finalmente, con el objeto de imprimir celeridad y eficiencia a la labor investigativa el art. 81 del CPP
establece que las comunicaciones que los fiscales y la policía deban dirigirse en relación con las actividades
de investigación de un caso particular se realizarán en la forma y por los medios más expeditos posibles.

2. LOS ACTOS JURÍDICOS PROCESALES Y SU EFICACIA.

2.1. CONCEPTO Y REQUISITOS.


2.1.1. CONCEPTO Y CARACTERÍSTICAS

El proceso ha sido conceptualizado por el autor uruguayo Eduardo Couture como “la secuencia o serie de
actos que se desenvuelven progresivamente con el objeto de resolver, mediante un juicio de autoridad, el
conflicto sometido a su decisión”. Es en consecuencia una sucesión de acciones y reacciones en que la
actividad de los sujetos constituye un nuevo impulso para ponerse en movimiento.

61
El proceso como tal es una idea abstracta, a la cual debe darse una forma externa que canalice su desarrollo: el
procedimiento. Por procedimiento entendemos “sistema racional y lógico que determina la secuencia o serie
de actos que deben realizar las partes y el tribunal para obtener los fines del proceso.”

Así, mientras el proceso es la totalidad o unidad, el procedimiento es la sucesión de actos en movimiento, en


que cada acto se encuentra vinculado o coordinado a otro acto o a otro grupo de actos, que se suceden en el
tiempo en forma continua.

Si bien cada acto tiene y cumple una finalidad inmediata y propia, que lo califica en su individualidad, todos
están dirigidos a un objeto común, lejano, cual es la formación del acto final que resumirá el procedimiento y
constituirá su resultado individualmente. Cada uno de estos actos de que se compone el proceso y que tiene
como objetivo último la formación del acto final, se conocen con el nombre de “Actos Jurídicos Procesales”.

Al igual que en materia civil, el acto jurídico procesal se diferencia del hecho jurídico procesal, en que éste
último es tan sólo aquel suceso de la naturaleza que produce efectos en el proceso. A modo de ejemplo
podemos citar los siguientes: a) Caso Fortuito (Art. 79 CPC); b) Cesación de la representación legal (Art. 9
CPC); c) Ausencia física del territorio de la República (Art. 11, 284 y 285 CPC); d) Muerte (Arts. 77, 396 y
529 COT, Art. 5, 6 y 165 CPC).

El Acto Jurídico Procesal es aquel acto jurídico emanado de las partes, de los agentes de la jurisdicción, o
aun de los terceros ligados al proceso, susceptible de crear, modificar o extinguir derechos que producen
efectos procesales.

De acuerdo a la definición precedente, podemos colegir los principales elementos que distinguen al acto
jurídico procesal:
1) Existencia de una o más voluntades;
2) La voluntad debe exteriorizarse; y,
3) Debe existir la intención de producir efectos en el proceso.

Por su parte, fuera de estos elementos de fondo, los actos jurídicos procesales son además reconocibles por
ciertas características particulares, especialmente las que a continuación se indican:
1) Son Esencialmente Solemnes: Esto no implica que vayan revestidos de una excesiva solemnidad, sino
que existe siempre la exigencia de requisitos mínimos, cuya infracción acarrea las sanciones prescritas por el
legislador para cada caso. Así por ejemplo, la demanda, como acto jurídico procesal de parte, si no cumple
con los requisitos contenidos en el artículo 254 del Código de Procedimiento Civil, se verá expuesta a la
sanción contenida en el artículo 256 del mismo Código, o bien a su rechazo por ineptitud del libelo (Art. 303
CPC).
2) Son Mayoritariamente Unilaterales: La manifestación de voluntad destinada a producir efectos en el
proceso, emana normalmente de un solo sujeto (ejemplos: demanda, contestación, sentencia, peritaje, etc.).
Excepcionalmente, hay actos en que la ley exige la concurrencia de dos o más voluntades para su
perfeccionamiento, tales como el compromiso, la transacción, la prórroga expresa de la competencia, entre
otros. Estos actos jurídicos procesales bilaterales, son también denominados “Negocios Jurídicos Procesales”.

62
3) Suponen y Crean al Proceso: Los actos jurídicos no pueden existir sin el proceso, y este último no
existe sin ellos.
4) Son Autónomos: Pese a que en su esencia están todos coordinados hacia un objetivo común, no
suponen ligazón a otro tipo de actos. De este modo, una prueba testimonial se basta a sí misma, y no requiere
de la prueba confesional para su validez. No obstante, como ya lo hemos dicho, si bien son autónomos, sólo
son comprensibles como una unidad que persigue los fines del proceso.
5) En general, son ordenados, en el sentido de que existen secuencias. Corresponde esta característica a la
idea de proceso y de procedimiento. La primera nos dice que el juicio va avanzando, es algo en movimiento.
La segunda indica que hay una forma determinada de proceder, reglas para ello. Hay reglas, hay un orden, una
secuencia. Esta misma idea nos lleva al concepto de etapas en el proceso. Cuando se pasa de etapa en etapa, la
anterior se extingue. A esto se le llama la preclusión, que es la extinción de la etapa anterior, de manera que
es imposible volver atrás. Precluyen los derechos de una etapa cuando se pasa a la siguiente; es el agotamiento
de los derechos de un momento determinado.
6) La autonomía de la voluntad está restringida : Por regla general, las normas del Derecho Procesal
son de Derecho Público, pues se puede hacer sólo lo que está permitido por la ley.

2.1.2. VÍNCULO ENTRE LA RELACIÓN PROCESAL Y LOS ACTOS JURÍDICOS PROCESALES

La relación procesal se manifiesta a través de los Actos Jurídicos Procesales. Todo lo que una parte hace, lo es
por medio de Actos Jurídicos Procesales. Se relacionan con el tribunal por medio de las peticiones, que son
también Actos Jurídicos Procesales. Y el tribunal se relaciona con las partes por medio de las resoluciones y
los actos ejecutados por los Auxiliares de la Administración de Justicia, que también son Actos Jurídicos
Procesales.
Es por ello que el autor italiano Piero Calamandrei señala que el proceso es el progreso de la relación
procesal desde el emplazamiento hasta el cumplimiento de la sentencia, progreso que se lleva a cabo por
medio de Actos Jurídicos Procesales.
Por su parte, Couture señala que un Acto Jurídico Procesal es aquel emanado de las partes, de los agentes
de la jurisdicción, y aun de terceros ligados al proceso, susceptibles de crear, modificar o extinguir
derechos en el proceso.
Giuseppe Chiovenda expresa que los actos procesales son los que tienen importancia jurídica respecto de la
relación procesal. Por lo tanto, tienen por consecuencia inmediata su constitución, su conservación, su
desenvolvimiento, su modificación o su definición.
En consecuencia, el proceso es la secuencia de Actos Jurídicos Procesales ligados por la relación procesal.

En nuestro Derecho Procesal, no existe una regulación orgánica y específica de los actos jurídicos procesales,
debiendo por ello aplicarse siempre en forma supletoria la “Teoría del Acto Jurídico”, contenida y
desarrollada en los artículos pertinentes del Código Civil, en todas aquellas materias no reguladas por los
códigos procedimentales, y siempre que no pugnen con la naturaleza del proceso.

2.1.3. REQUISITOS DE LOS ACTOS JURÍDICOS PROCESALES

63
En esta misma línea, podemos decir que en principio los requisitos de existencia y validez de los actos
jurídicos procesales son los mismos que regula el Código Civil, salvo ciertas peculiaridades que los
diferencian, y que analizaremos a continuación:

a) Requisitos de existencia y validez de los actos jurídicos.

1.- La Voluntad y sus Vicios: Al igual que en materia civil, la regla general es que la voluntad debe ser
expresa. Sin embargo, mientras que en materia civil el silencio por lo general no produce efectos, en materia
procesal el silencio puede producir consecuencias jurídicas sumamente relevantes al interior del
procedimiento (ejemplos: Arts. 78 y siguientes, sobre las rebeldías; y 394 CPC, sobre la confesión; y Art. 197
COT, sobre la recusación.) Los vicios de la voluntad son los mismos que en materia civil, pero sus efectos se
encuentran atenuados:

a) Error: No necesariamente produce la nulidad del acto, sino que da lugar a otras consecuencias. Por
ejemplo, el error de hecho permite revocar una confesión (Art. 402 CPC). Del mismo modo, la generalidad de
las vías de impugnación o recursos procesales suponen como objetivo último reparar errores cometidos por el
tribunal, sin que por ello se declare necesariamente la nulidad de los actos ya ejecutados. Finalmente, en
materia procesal la sanción al error judicial es una indemnización de perjuicios solventada por el Fisco (Art.
19 N° 7 letra i) CPR).

b) Fuerza: Menos reglamentada en los códigos procesales que el error, ya que sólo existen algunas alusiones
aisladas que utilizan una terminología similar a la idea de fuerza (por ejemplo, los Arts. 79 sobre la rescisión
de lo obrado en juicio, en rebeldía de una parte, por motivos de fuerza mayor; y 810 N°3 CPC, sobre el
recurso de revisión).

c) Dolo: Al igual que la fuerza, no fue considerado procesalmente como un vicio de la voluntad. De ahí que,
conforme a la norma civil que exige que el dolo sea obra de una de las partes, y siendo los actos jurídicos
procesales en su mayoría unilaterales, su aplicación se vuelve prácticamente imposible, transformándose el
dolo, más que en un vicio de la voluntad, en una fuente de responsabilidad (Art. 280 inciso 2° CPC, sobre
medidas prejudiciales precautorias). No obstante lo antedicho, la doctrina reconoce figuras como las del
proceso fraudulento o cosa juzgada fraudulenta, en que el dolo es un atentado contra la buena fe procesal. En
razón de ello, nuestra legislación contempla un mecanismo destinado a destruir estas figuras, denominado
Recurso de Revisión (Art. 810 CPC).

2.- Capacidad Procesal: Debe analizarse desde una doble perspectiva:

a. Tribunal: En relación con la capacidad del tribunal, mientras la jurisdicción constituye requisito de
existencia, la competencia es el requisito de validez.

b. Las Partes: Sea que se trate de personas legalmente capaces o de incapaces que actúan debidamente
representados, todos ellos deben apersonarse en el proceso, asistidos por una persona que posea “ius
postulandi”. Nuestra legislación consagra asimismo ciertas incapacidades especiales, fundamentalmente en

64
materia penal, ya sea desde el punto de vista del sujeto activo (ciertas personas que en virtud de circunstancias
específicas, se ven impedidas de ejercer la acción penal), o del sujeto pasivo (causales de inimputabilidad
fundadas en la minoría de edad: Art. 10 N° 2 y 3 del Código Penal).

3.- Objeto: Al igual que en materia civil, el objeto debe ser real, determinado o determinable y lícito. En
materia procesal, el objeto del acto se encuentra vinculado a la idea de “beneficio jurídico” que se persigue
obtener con un acto jurídico procesal. En cuanto al objeto ilícito, nos encontramos con varios casos
específicamente reglamentados. A modo de ejemplo, tenemos la prórroga de competencia en materias penales
o no contenciosas, los casos de arbitraje prohibido, etc.

4.- Causa: La causa de los actos jurídicos procesales es el motivo jurídicamente relevante que inspira la
realización del acto. En todos los actos jurídicos procesales existe una causa, ya que como vimos al estudiar la
acción, y en particular la pretensión, el interés resulta un elemento esencial. Teniendo en cuenta dicho interés
para poner en movimiento el proceso, resulta evidente la necesidad de interés en los diversos actos procesales
en particular. Así por ejemplo, en el recurso de apelación, la causa es el agravio sufrido por el apelante, en el
patrocinio será un debate de alto nivel jurídico. La causa de todo acto jurídico procesal debe ser lícita, ya que
en último término es la noción de causa la que nos permite hablar de la responsabilidad por abuso del proceso
o abuso de las vías procesales.

5.- Solemnidades: Por solemnidad de los actos jurídicos procesales debe entenderse no sólo el mecanismo
por el que se exterioriza el acto, sino también su ubicación en el tiempo y en el espacio (lugar y plazo). Como
forma de expresión de la voluntad, las solemnidades adquieren en esta rama del Derecho una importancia
fundamental, ya que se transforman en garantía del debido proceso. En general, las formas deben ser
observadas, o de lo contrario se produce la ineficacia del acto para quien las infringe. No obstante, en ciertos
casos, el principio dispositivo hace que las formas estén establecidas para cumplir la voluntad de las partes,
por lo que éstas pueden apartarse de ellas. Así sucede con el propio proceso, que las partes pueden iniciar o
no, sustituirlo por el juicio arbitral, desistirse de él, etc. Por lo demás, la mayoría de las nulidades procesales
quedan convalidadas durante el propio proceso si no se reclama de ellas oportunamente. En definitiva, y fuera
de las solemnidades que las partes están autorizadas para alterar por expresa disposición legal, existe la
posibilidad de prescindir de algunas de ellas establecidas sólo en interés de las partes.

2.2. ACTOS Y HECHOS JURÍDICO-PROCESALES

El hecho jurídico procesal es tan sólo aquel suceso de la naturaleza o del hombre sin su voluntad que produce
efectos en el proceso. Ejemplos: el caso fortuito, la cesación de la representación legal, la ausencia física del
territorio de la República y la muerte.

En cambio, el acto jurídico procesal es el emanado de las partes, de los agentes de la jurisdicción, o inclusive
de los terceros ligados al proceso, susceptible de crear, modificar o extinguir derechos que producen efectos
procesales.

65
Según Carnelutti, “(...) una especie de hecho es el acto, el cual se tiene cuando la sucesión de las situaciones
depende no tanto de un comportamiento cuanto de un juicio humano (...)”.37

2.3. ACTUACIONES JUDICIALES Y PLAZOS

2.3.1. ACTUACIONES JUDICIALES

A) Concepto y generalidades:

Si bien en sentido amplio el concepto de actuación judicial pudiera ser sinónimo de acto jurídico procesal,
ciertamente el legislador utiliza este término cuando hace referencia sólo a una clase específica de ellos.

Se trata de actos de sustanciación, diligencias del proceso, resoluciones judiciales y otros elementos que
emanan del tribunal o de los agentes de éste. También se las concibe como actos de sustanciación
(tramitación) y de resolución que se realizan en una causa, así como las diligencias que practica el tribunal o
sus agentes.

Ejemplo de acto de sustanciación es el comparendo; y de acto de resolución es un “Téngase presente”, “Como


se pide”, “No ha lugar”, etc.

Ahora bien, podemos definir a las actuaciones judiciales como actos jurídicos procesales más o menos
solemnes, que se realizan por o a través del tribunal, por las partes o por terceros o Auxiliares de la
Administración de Justicia, y de los cuales se deja testimonio en el expediente y deben ser autorizados por un
ministro de fe.

Como consigna Carlos Stoehrel, las actuaciones judiciales –llamadas también actos procesales o actos de
procedimiento– son los elementos que forman el proceso. 38
Siguiendo a este mismo autor, podemos añadir que las actuaciones judiciales –entendidas como todas las
diligencias del proceso– se pueden clasificar en:

- Actuaciones de las partes: las principales son la interposición de la demanda y la contestación a ella; y
- Actuaciones del tribunal: la más importante es la sentencia definitiva.

B) Requisitos generales:

Los requisitos generales que deben concurrir copulativamente para la validez de una actuación judicial, son
los siguientes:
1.- Deben realizarse ante o por orden del tribunal de la causa. Significa que los realiza directamente el
tribunal o se llevan a efecto previa orden de éste (Art. 70 CPC).
37
CARNELUTTI, Francesco: Instituciones del Proceso Civil, volumen I, traducción de Santiago Sentís, Ediciones
Jurídicas Europa-América, 1959, p. 424.
38
Cfr. Stoehrel Maes, Carlos Alberto: De las Disposiciones Comunes a Todo Procedimiento y de los Incidentes,
Edit. Jurídica de Chile, 5ª edición, Santiago, 1993, p. 67.

66
2.- Deben realizarse en días y horas hábiles. Son días hábiles todos los no feriados, y las horas hábiles van
desde las 8:00 hasta las 20:00 horas (Art. 59 CPC). No obstante, pueden excepcionalmente habilitarse horas
o días inhábiles, siempre que exista causa urgente que así lo exija, lo que se denomina habilitación de hora.
Se estimarán urgentes para este caso, las actuaciones cuya dilación pueda causar grave perjuicio a los
interesados, o a la buena administración de justicia, o hacer ilusoria una providencia judicial. El tribunal
apreciará la urgencia de la causa y resolverá sin ulterior recurso (Art. 60 de CPC). Por otra parte, en materia
penal no existen días ni horas inhábiles, con la sola excepción de la entrada y registro en lugares cerrados, que
–en principio– sólo puede llevarse a cabo entre las 6:00 y las 22:00 horas. 39
3.- Debe dejarse Constancia Escrita en el Expediente: Con expresión del lugar, día, mes y año en que se
verifique, de las formalidades con que se haya procedido, y de las demás indicaciones que la ley o el tribunal
dispongan. A continuación y previa lectura, firmarán todas las personas que hayan intervenido; y si alguna no
sabe o se niega a hacerlo, se expresará esta circunstancia (Art. 61 CPC).
4.- Deben Practicarse por Funcionario Competente: La regla general es que las actuaciones judiciales las
practique el propio tribunal, salvo los casos en que se encomienden expresamente por la ley a los Secretarios u
otros ministros de fe, o en que se permita al tribunal delegar sus funciones, o en que las actuaciones hayan de
practicarse fuera del lugar en que se siga el juicio (Art. 70 CPC). En efecto, las ejecutan otros funcionarios,
tales como Secretarios u otros ministros de fe, o inclusive otros tribunales en caso de exhorto. Asimismo
pueden realizarlas otros Auxiliares de la Administración de Justicia en ciertos casos, v. g.: Defensor Público
(emite dictámenes), Relator (constancias que deja en el expediente, p. ej., de que han alegado los abogados de
las partes, de las recusaciones, etc.).
5.- Deben ser autorizadas por un Ministro de Fe: Esto debido a que conforme al inciso final del artículo
61 del Código de Procedimiento Civil, la autorización del funcionario a quien corresponda dar fe o certificado
del acto es esencial para la validez de la actuación. Normalmente será el Secretario del tribunal o un Receptor,
según la naturaleza de la actuación.

C) Requisitos especiales:

Además de los requisitos generales de validez precedentemente enunciados, determinadas actuaciones


requieren cumplir con otros requisitos específicos:
1) Juramento: La forma y fórmula del juramento están consagradas legalmente en el artículo 62 del
Código de Procedimiento Civil, disponiendo que siempre que en una actuación haya de tomarse
juramento a alguno de los concurrentes, se le interrogará por el funcionario autorizante al tenor de la
siguiente fórmula:"¿Juráis por Dios decir verdad acerca de lo que se os va a preguntar ?", o bien,
"¿Juráis por Dios desempeñar fielmente el cargo que se os confía ?", según sea la naturaleza de la
actuación. El interrogado deberá responder: "Sí, juro". Corresponde tomarlo en casos como la prueba
de testigos (Art. 363 CPC), absolución de posiciones (Art. 390 CPC), designación de árbitros o
peritos (Art. 417 CPC).
2) Intervención de Intérprete: Cuando sea necesaria la intervención de intérprete en una actuación
judicial, se recurrirá al intérprete oficial, si lo hay; y en caso contrario, al que designe el tribunal. Los
intérpretes deberán tener las condiciones requeridas para ser peritos, y se les atribuirá el carácter de

39
Artículo 207 Código Procesal Penal.

67
ministros de fe. Antes de practicarse la diligencia, deberá el intérprete prestar juramento para el fiel
desempeño de su cargo. Se utiliza cuando es necesario traducir declaraciones orales de las partes o de
testigos, o bien documentos en otro idioma. Las normas que regulan este requisito son básicamente el
artículo 63 del Código de Procedimiento Civil y disposiciones reglamentarias del Ministerio de RR.
EE.

D) Formas de ordenar una actuación judicial:

Cuando hablamos de las formas de ordenar una actuación judicial, nos referimos a la actitud del tribunal
frente a la solicitud de las partes en orden a practicar una actuación determinada.
Existen cuatro formas, que desarrollaremos a continuación. Sin embargo, previamente es necesario dejar
claramente establecido que la importancia de esta distinción radica en: i) Determinar la tramitación que se ha
de dar a la solicitud; y ii) Precisar el instante a partir del cual puede practicarse la actuación solicitada.
Ellas son:

i. Con Audiencia.
Frente a la solicitud de parte, el tribunal, previo a decretar o rechazar la actuación, debe dar un plazo de 3 días
a la contraparte para que se pronuncie (“traslado”). En consecuencia, podrá decretarse la actuación, sólo
cuando se evacue el traslado o expire el plazo de 3 días sin que exista oposición. En la práctica, ordenar la
realización de una actuación con audiencia, importa que la solicitud se transforma inmediatamente en una
demanda incidental y, por lo tanto, se sujetará a las normas contenidas en los artículos 82 y ss. del Código de
Procedimiento Civil. Como la resolución que resuelve un incidente es susceptible de ser apelada, pero sólo en
el efecto devolutivo, la actuación podrá practicarse desde que se notifique válidamente la resolución que la
ordena.

ii. Con Citación (Art. 69 inciso 1° CPC).

El tribunal se pronuncia directamente a favor del solicitante, pero sin embargo, la actuación no puede llevarse
a efecto sino una vez transcurrido el plazo de tres días desde la notificación de dicha resolución, plazo en el
cual la contraparte podrá oponerse, suspendiéndose la diligencia hasta que se resuelva el incidente (“como se
pide, con citación”). En este caso, es la oposición la que da origen al incidente, por lo que del escrito en que se
contiene debe darse traslado a la contraparte. Un ejemplo lo encontramos en el artículo 348 del Código de
Procedimiento Civil.

iii. Con conocimiento (Art. 69 inciso 2° CPC).

La solicitud se provee directamente accediendo a ella, sin necesidad de darle ninguna clase de tramitación,
sino que basta con notificar válidamente a la contraparte (“como se pide” o “como se pide, con conocimiento”
o “previa notificación”). Por ende, la medida puede llevarse a cabo una vez notificada dicha resolución
(artículo 69, inciso 2° del CPC).

iv. De Plano.

68
Implica que el tribunal decreta la actuación de inmediato, sin mayores formalidades ni espera de términos o
notificaciones. Esto es excepcional, puesto que se contrapone a la regla general recogida en una norma legal
expresa, por lo que la facultad para el tribunal debe estar expresamente consagrada. 40 Algunos ejemplos son
los que reconocen los Art. 289 (sobre las medidas prejudiciales) y 441(sobre juicio ejecutivo) del Código de
Procedimiento Civil.

2.3.2. LOS PLAZOS

a) Concepto:

Para el Derecho en general, el plazo es un hecho futuro y cierto del cual depende el ejercicio o la extinción de
un derecho.

Más específicamente, para el Derecho Procesal el plazo es la época señalada para el ejercicio de un
derecho o para la práctica de un acto jurídico procesal o una actuación judicial.

El Código de Procedimiento Civil, a diferencia del Código Civil, no define plazo, pero del contexto de su
regulación puede entenderse como aquel término (espacio de tiempo) fijado por la ley, el juez (resolución) o
las partes (convenio), para el ejercicio de una facultad (derecho), o para la realización de un acto jurídico
procesal dentro del proceso.

b) Reglamentación:

La reglamentación de los plazos es especialmente relevante en lo que a la forma de computarlo se refiere. A


este respecto se aplican casi sin modificaciones las normas del Código Civil, especialmente su artículo 48 que
contiene las siguientes reglas:
a) Los plazos deben ser completos y correrán hasta la medianoche del día en que vencen (último día del
plazo), cuando sean de días, meses o años.
b) El primero y el último día de un plazo de meses o años deben tener el mismo número en el respectivo
mes, o el inmediatamente anterior si no existe tal número en el mes del vencimiento; así el plazo de un mes
podrá ser de 28, 29, 30 ó 31 días y el plazo de un año de 365 ó 366 días según los casos.
c) Si un plazo de meses o años principia en algún día que no existe en el mes del vencimiento, porque el
primero tiene más días que el segundo, el plazo expira el último día del referido mes (del último).

c) Clasificación.

1) Según la manifestación o la manera como se expresa:


a. Expreso: Es aquel que se establece en términos explícitos.
b. Tácito: Es aquel que se desprende inequívocamente de ciertos hechos.

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El artículo 38 del CPC dispone que: “Las resoluciones judiciales sólo producen efecto en virtud de notificación
hecha con arreglo a la ley, salvo los casos expresamente exceptuados por ella”.

69
2) Según su determinación:
a. Determinado: Es aquel en que se sabe la fecha en que ocurrirá.
b. Indeterminado: Es aquel en que no se sabe la fecha en que ocurrirá. Ej.: la muerte.

3) Según quién los establece, su fuente u origen inmediato:


Pueden ser legales, judiciales o convencionales. Sin embargo, se hace presente que el origen mediato de todo
plazo será siempre la ley. La importancia de esta clasificación es para efectos de la prórroga y para determinar
el carácter fatal o no fatal de los plazos.
a. Plazos Judiciales: Son aquellos señalados en una resolución judicial. Sólo pueden fijarse en los casos
en que la ley faculta expresamente al tribunal para ello (es excepcional).
b. Plazos Legales: Son aquellos señalados en un precepto legal. Son la regla general, pues desde un punto
de vista formal el proceso se encuentra constituido por un conjunto de actuaciones judiciales que deben irse
cumpliendo unas a continuación de las otras y en las oportunidades (plazos) que la propia ley determina.
c. Plazos Convencionales: Son aquellos que señalan de común acuerdo las mismas partes litigantes.

4) Según su extensión o las unidades de tiempo utilizadas:


Existen plazos de horas, días, meses y años. Los de días son la regla general. Aquellos plazos de días
establecidos en el Código de Procedimiento Civil se suspenden durante los días feriados (Art. 66 CPC). Los
plazos de horas son muy excepcionales (v. g. Apelación del Recurso de Amparo).

5) Según si extinguen una facultad:


Pueden ser fatales o no fatales. La importancia de esta clasificación es que sobre ella se construye en gran
medida el principio de la preclusión.
Fatales: Son aquellos que expiran por el simple transcurso del tiempo. Su efecto es que se considera
irrevocablemente extinguido el derecho que ha debido hacerse valer dentro del plazo y no lo ha sido, por el
solo ministerio de la ley y sin necesidad de dictarse resolución alguna por parte del tribunal para que se
entienda precluido el derecho. Los plazos que establece el Código de Procedimiento Civil son fatales (Art. 64
CPC) cualquiera que sea la forma en que se expresen. Para la prosecución posterior del juicio una vez
trascurrido el plazo fatal, el tribunal, de oficio o a petición de parte, proveerá lo que convenga, sin necesidad
de certificado previo.
a. No fatales: Son aquellos que no expiran por el transcurso del tiempo, sino en virtud de declararse la
correspondiente rebeldía. Son de esta clase aquellos plazos que están establecidos para la realización de
actuaciones propias del tribunal (excepción: Art. 159 CPC, respecto de las medidas para mejor resolver, las
cuales si se dictan fuera del plazo de 10 días se tienen por no decretadas).

6) Según la posibilidad de extender su vigencia:


a. Plazos Prorrogables: Son aquellos que se pueden aumentar más allá de su natural vencimiento. Sólo
pueden prorrogarse los términos judiciales concurriendo los siguientes requisitos: i) que se pida la prórroga
antes del vencimiento del término; ii) que se alegue justa causa, la que será apreciada prudencialmente por el
tribunal (Art. 67 CPC). En ningún caso la prórroga podrá ampliar el término más allá de los días señalados por
la ley (Art. 68 CPC).

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b. Plazos Improrrogables: Son aquellos que no son susceptibles de un aumento más allá de su natural
vencimiento. Los términos legales son improrrogables, a menos que la ley expresamente consagre su
prorrogabilidad.

7) Según desde cuándo empiezan a correr: (Art. 65 CPC)


a. Plazos Individuales: Son aquellos que corren separadamente para cada parte desde el momento de la
respectiva notificación. Son la regla general.
b. Plazos Comunes: Son aquellos que corren conjuntamente para todas las partes, generalmente a contar
de la última notificación. Como se ha apuntado, generalmente corren conjuntamente desde la última
notificación (ej.: el término probatorio; Art. 327 CPC); y excepcionalmente, si los demandados son varios, sea
que obren separada o conjuntamente, el término para contestar la demanda correrá para todos a la vez, y se
contará hasta que expire el último término parcial que corresponda a los notificados (Art. 260 CPC), lo que no
necesariamente implica desde la última notificación.

8) Según si se suspenden en feriados:


a. Plazo Continuo: Es aquel que corre sin interrupción alguna. Los plazos de meses y de años se computan
conforme al artículo 50 del Código Civil, esto es, comprendiendo aun los días feriados, a menos que el plazo
señalado sea de días útiles (hábiles), expresándose así.
b. Plazo Discontinuo: Es aquel que sufre interrupción durante los días feriados. Los términos de días que
establece el Código de Procedimiento Civil se entenderán suspendidos durante los feriados, es decir, son
plazos de días hábiles. Excepción: Cuando el tribunal, por motivos justificados, haya dispuesto expresamente
lo contrario (Art. 66 inciso 1º CPC).

2.4. ACTOS PROCESALES DE LAS PARTES

Son la regla general en los procedimientos regidos por el principio dispositivo, y pueden subclasificarse en:

1) Actos de Postulación o de Obtención de resultado:


- Actos de Petición: Aquellos en que se solicita algo. Por lo mismo, el acto de petición por excelencia es
la demanda. Tienden a un pronunciamiento del tribunal, el cual constituye un acto de decisión, de ordenación,
de comunicación o de documentación, y luego de comunicación.
- Actos de Afirmación: Aquellos en que establecen ciertos hechos. Generalmente se le comunica al
tribunal que ocurrió una circunstancia (v. g., muerte del cliente, cambio de domicilio).
- Actos de prueba: Son aquellos que dicen relación con los elementos probatorios del proceso y los
cuales se pueden referir a: a) Proponer o solicitar una prueba (ej.: pedir una citación de testigos); b) Producir o
rendir una prueba (ej.: acompañamiento de documento); c) Valorar una prueba.
2) Actos de Causación o de Constitución:
- Declaraciones unilaterales: Son aquellos actos emanados de una sola parte y que tienen por objeto
causar algún efecto en el juicio. Por ejemplo, desistimiento de la demanda; renuncia del patrocinio y poder;
designación de un abogado.
- Participación de Conocimiento: Son aquellos en que se afirma haber tomado noticia de algún hecho
que pueda tener importancia en el juicio. V. g., muerte; afirmación de que el otro litigante salió del país.

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- Participación de Voluntad: Son aquellos actos en que una de las partes manifiesta su intención en llevar
a cabo otro acto jurídico procesal. Por ejemplo, comunicación de conversaciones para avenimiento;
comunicación de que se está pronto a desistirse.
- Convenios: Son aquellos actos jurídicos bilaterales, en las que las partes acuerdan derechos y
obligaciones recíprocos que producirán efectos en el proceso. V. g., transacción; acortamiento del término
probatorio.

2.5. ACTOS PROCESALES DE TERCEROS

Se trata de terceros Ajenos al Juicio, es decir, aquellas personas que participan en el proceso pero se
desvinculan del litigio y carecen de interés en él (ej.: peritos, receptores, martilleros, etc.). Pueden ser de tres
clases:
1) Actos Probatorios: Son aquellos que dicen relación con las pruebas del proceso. Fundamentalmente
caen en esta clase el informe de peritos, la declaración de testigos y la información sumaria.
2) De Certificación: En general, se trata de aquellos ministros de fe que acreditan la realización efectiva de
un hecho o acto, o lo materializan (ej.: Receptores y Secretarios). Son actos destinados específicamente a dar
validez a otros actos jurídicos procesales (Art. 61 inciso 3° CPC), a dejar constancia expresa de ciertos hechos
(Art. 44 CPC), o bien simplemente para efectos probatorios (Art. 427 CPC).
3) De Opinión: Aquellos en que el tribunal está obligado o facultado para recurrir al informe de un tercero
(ej.: Ministerio Público judicial y Defensor Público judicial; Art. 369 COT). Los informes en Derecho
también se comprenden en esta calificación.
4) Actos de Cooperación: Son aquellos en que terceros colaboran con la administración de justicia. Ej.:
martilleros; en el caso de una pensión de alimentos retenida por un empleador, será éste quien deberá
entregarla a los beneficiarios o depositarla en la cuenta corriente del tribunal.
5) Actos de Decisión de Terceros . Estos actos no son reconocidos por nuestro sistema. Pero hay sistemas
que permiten a terceros resolver algunas cuestiones dentro del proceso: éstos son los llamados jurados, que no
dictan sentencia, sino un veredicto, en el cual solamente se pronuncian sobre algunas cuestiones. La decisión
en el aspecto jurídico la hace el juez. Según algunos autores estos actos formarían parte de aquellos que
corresponden al tribunal.

2.6. ACTOS PROCESALES DEL TRIBUNAL

2.6.1. CONCEPTO:

Son pronunciamientos que el tribunal debe dictar en el ejercicio de la jurisdicción. Son la actuación judicial
más importante.
La resolución judicial es la manifestación externa de la voluntad del tribunal, ya sea para decidir sobre
una solicitud, disponer una diligencia o actuación, o resolver el asunto que se le ha presentado.
Técnicamente, es el acto jurídico procesal que emana de los agentes de la jurisdicción, y mediante el cual
se da curso al procedimiento, se resuelven los incidentes que se promueven durante el curso de él, o se
decide la causa o asunto sometido a su conocimiento.

72
De un modo similar, Stoehrel define las resoluciones judiciales como “las declaraciones emanadas de los
tribunales de justicia sobre los puntos sometidos a su decisión. Ellas expresan una actividad mediante la cual
el juez resuelve las peticiones de las partes o dispone medidas procesales.”41

2.6.2. CLASIFICACIÓN.

A. Según la nacionalidad del tribunal que las dicta: Nacionales y Extranjeras.

B. Según la naturaleza del asunto en que se dictan: Civiles y Penales.

C. Según la naturaleza del negocio en que se dictan: Contenciosas y No Contenciosas.

D. Según la instancia: De Primera, Segunda o Única Instancia.

E. Según el efecto de cosa juzgada:


a) Resoluciones Firmes o Ejecutoriadas : Aquellas que producen plenamente el efecto de cosa juzgada,
conforme a lo prescrito en el artículo 174 del Código de Procedimiento Civil. De acuerdo a este precepto,
para determinar cuándo una resolución adquiere este carácter, se debe distinguir:
- Si no procede recurso alguno, desde que se haya notificado a las partes;
- Si proceden recursos, hay que distinguir:
 Si éstos se han deducido oportunamente, desde que se notifique el decreto que la mande cumplir
(conocido como “cúmplase”), una vez que terminen los recursos deducidos;
 Si no se han deducido, desde que transcurran todos los plazos que la ley concede para la interposición
de dichos recursos, sin que se hayan hecho valer por las partes. En este último caso, tratándose de sentencias
definitivas, certificará el hecho el Secretario del tribunal a continuación del fallo, el cual se considerará firme
desde este momento, sin más trámites. Esta constancia se conoce como Certificado de Ejecutoria.
b) No firmes o ejecutoriadas: No dan acción ni excepción de cosa juzgada.
c) Que causan ejecutoria: Son aquellas que, no obstante ser susceptibles de impugnación, dan acción de
cosa juzgada para pedir su cumplimiento, sin perjuicio de que quedará supeditado a lo que en definitiva
resuelva el Tribunal de Alzada. En términos más simples, son aquellas que, aun cuando no están firmes,
pueden hacerse cumplir. Producen este efecto las sentencias de primera instancia apeladas en el sólo efecto
devolutivo, y las de segunda instancia que han sido casadas.
d) Sentencia de Término: Si bien no cabe en esta clasificación, el artículo 98 del Código de
Procedimiento Civil se refiere a ella, la que es definida por la doctrina como aquella que pone fin a la última
instancia del juicio.

F. Según su contenido:
A.- Constitutivas: Crean, modifican o extinguen una situación jurídica.
B.- Declarativas: Deciden sobre la existencia o inexistencia de una situación jurídica.
C.- Cautelares: Declaran, por vía sumaria, una medida de seguridad.
41
Stoehrel Maes, Carlos Alberto: De las Disposiciones Comunes a Todo Procedimiento y de los Incidentes, Edit.
Jurídica de Chile, 5ª edición, Santiago, 1993, p. 93.

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D.- De Condena: Imponen el cumplimiento de una prestación.

G. Según su naturaleza jurídica (Art. 158 CPC):


a) Sentencias Definitivas: Son aquellas que: 1) ponen fin a la instancia 42, 2) resolviendo la cuestión o
asunto que ha sido objeto del juicio. Son dos requisitos copulativos (la sentencia de casación no cumple el
primero, y la que declara el abandono no cumple el segundo, por lo que no pertenecen a esta clase).
b) Sentencias Interlocutorias: Son aquellas que fallan un incidente del juicio, estableciendo derechos
permanentes en favor de las partes (de primer grado), o bien aquellas que resuelven sobre algún trámite que
debe servir de base en el pronunciamiento de una sentencia definitiva o interlocutoria (de segundo grado).
También se clasifican en aquellas que ponen término al juicio o hacen imposible su continuación (ej.:
abandono del procedimiento) y aquellas que no producen este efecto.
Las sentencias interlocutorias, atendiendo a la procedencia o no del Recurso de Casación en la Forma,
también se pueden clasificar en: i) Sentencias interlocutorias que ponen término al juicio o hacen imposible
su continuación: respecto de ellas procede el Recurso de Casación en la Forma (Art. 766 inciso 1° CPC); y ii)
Sentencias interlocutorias que no ponen término al juicio ni hacen imposible su continuación: respecto de
ellas no cabe el Recurso de Casación en la Forma.
c) Autos: Resuelve un incidente del juicio sin ninguno de los efectos propios de una sentencia
interlocutoria (o sea, sin establecer derechos, o bien estableciendo derechos que no son permanentes).
d) Decretos, Providencias o Proveídos: No resuelven nada, sino que únicamente tienen por finalidad dar
curso progresivo a los autos. Sólo tienen por objeto determinar o arreglar la sustanciación del proceso. Un
ejemplo muy común de decreto son los “Téngase presente”.

La importancia de este criterio de clasificación –que por lo demás es el único considerado expresamente en la
ley– se desprende de los siguientes elementos:
i. Varía la forma de notificación (Art. 48 y 50 del CPC).
ii. En los tribunales colegiados, varía el número de miembros que se requieren para su dictación (Art. 168
del CPC).
iii. Tienen distintas formalidades y requisitos (Art. 169 a 171 del CPC).
iv. En cuanto a sus efectos:
- Las sentencias definitivas e interlocutorias, una vez notificadas a alguna de las partes, producen el
desasimiento del tribunal.
- Sólo las sentencias definitivas e interlocutorias (firmes) producen cosa juzgada, que es un efecto de
permanencia, de inmutabilidad, de inimpugnabilidad, de cumplimiento y de verdad judicial (artículo 175 del
CPC).
v. Varían los medios de impugnación.

Finalmente, es pertinente añadir que existen determinadas resoluciones judiciales que no concuerdan con
ninguna de las categorías precedentemente señaladas, tales como el Sobreseimiento Definitivo en materia
penal, la sentencia que falla un Recurso de Casación, la que acoge provisionalmente la demanda en el Juicio
Sumario, etc.

42
En consecuencia, puede ser una sentencia definitiva de primera, segunda o única instancia.

74
2.6.3. EFECTOS O CUALIDADES DE LAS RESOLUCIONES JUDICIALES:

Procesalmente los efectos de la resolución judicial son:

1) Toda resolución adquiere la certeza o por lo menos la certidumbre por medio de una decisión,
respecto de un conflicto o asunto determinado, ya sea grande o pequeño (incidentes, o aún más pequeños
como los trámites).

2) Efectos propios de las Sentencias definitivas o interlocutorias:


a) Desasimiento
b) Cosa Juzgada. Adicionalmente y como consecuencia de lo anterior, la sentencia es
imperativa y adquiere coercibilidad.

2.6.3.1. DESASIMIENTO:

1) Concepto.
Viene de la palabra desasir, esto es, se suelta la decisión, el asunto escapa del control del tribunal.
Procesalmente es aquel efecto que producen las sentencias definitivas e interlocutorias, en virtud del cual
una vez que han sido notificadas a alguna de las partes, no podrán ser modificadas o alteradas de
ninguna manera por el tribunal que las pronunció (Art. 182 CPC). No opera en los autos o decretos. }

2) Excepciones:
1) Recurso de Aclaración o Interpretación: Aquel que tiene por objeto aclarar puntos dudosos u oscuros
de una resolución (Art. 182 CPC). Existe la posibilidad de aclarar la sentencia en caso de que no quede claro
lo que dicta el juez, principalmente por puntos oscuros o dudosos o generalmente cuando hay contradicciones
en la sentencia.
2) Recurso de Rectificación o Enmienda: Aquel que tiene por objeto salvar las omisiones y rectificar los
errores de copia, de referencia o de cálculos numéricos que aparezcan de manifiesto en la misma sentencia
(Art. 182 CPC).
En realidad éstos no son verdaderos recursos, porque no cambian lo resuelto por el juez. Son excepciones
formales que no afectan realmente al desasimiento.
3) Recurso de Reposición que procede excepcionalmente contra sentencias interlocutorias. En efecto,
el recurso de reposición o de reconsideración es un medio de impugnar resoluciones judiciales cuyo objeto es
lograr que el mismo tribunal que dictó la resolución, la modifique o la cambie. La regla general es que el
Recurso de Reposición procede en contra de los autos y de los decretos, jamás procede contra las sentencias
definitivas y, excepcionalmente, se autoriza en contra de algunas sentencias interlocutorias:
b) Auto de prueba: Las partes pueden pedir dentro de un plazo de 3 días la reposición del auto de prueba
(sentencia interlocutoria que recibe la causa a prueba). El tribunal se pronuncia de plano sobre ella o la tramita
como un incidente (Art. 319 CPC).
c) Resolución que declara inadmisible una apelación: La admisibilidad es el análisis de procedencia que
realiza el tribunal respecto de la apelación. Por ejemplo, la puede rechazar por extemporánea. De la

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inadmisibilidad que declare el tribunal, se puede pedir la reposición dentro de un plazo de 3 días (Art. 201
inciso 2º CPC).
d) Inadmisibilidad de la casación: Si se declara inadmisible la casación, se puede pedir la reposición
dentro de tercero día, fundada en un error de hecho (Art. 778 CPC).
Finalmente, y sólo para causas iniciadas con anterioridad al 18 de diciembre de 2016, ya que con anterioridad
a la entrada en vigencia de la Ley de Tramitación Electrónica existía la deserción y prescripción de la
apelación (estos medios anómalos de terminación de la apelación fueron derogados):
e) Resolución que declara prescrito el recurso de apelación: La prescripción es una sanción por la
inactividad de las partes para que el recurso se resuelva. El impulso de la tramitación está en el apelante. Del
fallo que declare admitida la prescripción respecto del recurso de apelación puede pedirse la reposición dentro
de tercero día, si dicho fallo aparece fundado en un error de hecho (Art. 212 CPC)
f) Resolución que declare desierto el recurso de apelación: Cuando el apelante no se presenta a seguir, en
segunda instancia, el recurso dentro de un plazo que le pone la ley. De la deserción que declare el tribunal, se
puede pedir la reposición dentro de un plazo de 3 días (Art. 201 inciso 2º CPC).

2.6.3.2. IMPERATIVIDAD Y COERCIBILIDAD:

Mediante la sentencia el juez puede crear una nueva situación que constituye una nueva fuente reguladora de
hecho controvertido en el  proceso y que, como manifestación trascendente que es del ejercicio de la  función
jurisdiccional, debe ser no sólo respetada, sino que debe ser cumplida por las partes y terceros. El efecto
natural de toda resolución es su imperatividad (debe ser cumplida) y coercibilidad (puede exigirse su
cumplimiento), pues si así no fuese, es obvio que ella carecería de objeto y de razón de ser. Este efecto está
directamente relacionado con la Cosa Juzgada que se analiza a continuación.

2.6.3.3. COSA JUZGADA.

A) Concepto:

Tradicionalmente se define como el efecto de la sentencia firme que permite cumplir forzadamente lo
obtenido y que hace que todos aquellos a quienes aprovecha el fallo impidan un pronunciamiento
posterior, sea en el mismo proceso o en otro. Éste es el concepto tradicional que se da de cosa juzgada,
emanado del Derecho Romano, vinculado con la idea de eficacia de la sentencia ejecutoriada.

Un concepto más moderno nos dice que la cosa juzgada es la expresión de la mayor o menor intensidad con
que producen sus efectos las sentencias firmes. En esta definición se habla más de autoridad, de una fuerza
para imponerse, dando certeza a las relaciones jurídicas.

Entre los efectos que producen las resoluciones judiciales (sentencia definitiva e interlocutoria) se encuentra el
de cosa juzgada, que significa juicio u opinión dado sobre lo controvertido y que se traduce en dos
consecuencias: i) la parte en cuyo favor se ha reconocido el derecho podrá exigir su cumplimiento y ningún
tribunal podrá negarle la protección debida; ii) la parte condenada o la parte cuya demanda haya sido

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desestimada, no pueden en un nuevo juicio renovar lo ya resuelto. Estas dos consecuencias reciben el nombre
de acción y excepción de cosa juzgada, respectivamente.

B) Características:

1. Atributo de la jurisdicción: sólo las sentencias definitivas o interlocutorias firmes producen cosa
juzgada. Tanto es así, que la ley le da a veces el valor de cosa juzgada a algunos actos distintos de las
sentencias (ej.: transacción).
2. Sustituye a la voluntad de las partes en la solución de un conflicto : Lo que implica que las partes no
pueden modificar lo resuelto. La solución es la que proviene de la sentencia.
3. Da certeza a las relaciones jurídicas.
4. Los efectos son relativos, Afectando únicamente a las partes intervinientes en el juicio.
5. Es renunciable: En cuanto a la acción de cosa juzgada, la persona puede no hacer uso de ella, a menos
que haya un interés público comprometido.
6. Es irrevocable: No se puede cambiar.
7. Es inmutable: Sus efectos son permanentes.
8. Es coercitiva, puesto que el vencido está obligado a cumplir con la condena que se le ha impuesto, y en
el caso que no lo haga voluntariamente el vencedor podrá exigirlo por medios compulsivos.

C) Elementos:

1. Que haya existido un proceso previo; y,


2. Una sentencia definitiva o interlocutoria firme o ejecutoriada.

D) Importancia o Trascendencia:

1) Tiende a producir estabilidad social. La ley puede ser incierta, pero la sentencia le da certidumbre a la
ley en ese caso en particular.
2) Se evita la autotutela. La existencia de la cosa juzgada permite sustituir la autotutela por el proceso.
3) Su ejercicio, ya sea como acción o como excepción, está reglamentado claramente en la ley y le da
eficacia (sirve, no es una cosa teórica, sino útil).
4) Tiene distintas facetas, pues puede hacerse valer: a) como acción; y b) como excepción.

E) Fundamentos Constitucionales Y Legales De La Cosa Juzgada:

1) Constitución Política de la República: Arts. 6º, 7º, 19 N° 3, 76. Si bien en ellos no se menciona
directamente la cosa juzgada, es posible desprenderla.
2) Código Civil: Arts. 3, 315, 2354 y 2460.
3) Código de Procedimiento Civil: Arts. 174, 180, 304, 310, 768 (casación en la forma), 810 (recurso de
revisión).

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F) Fundamentos Doctrinales De La Cosa Juzgada:

Las sentencias son actos de autoridad, pero que son realizados por seres humanos, falibles, tanto en su misma
persona como en sus actos.

Siguiendo esta línea de razonamiento, las sentencias podrían revisarse eternamente, de lo que surge la
importancia de ponerle un límite a esta posibilidad de revisión. Y por ello nace la necesidad de utilizar otros
conceptos: la preclusión, ya que se debe agotar la posibilidad de estar revisando. Y cuando esto se produce,
habrá una verdad judicial humana, no necesariamente “la verdad”, pero debemos conformarnos con esto.

Todo ello por la permanente pugna entre justicia y certeza. Para conciliar estos dos conceptos se dan todas las
oportunidades posibles para impugnar una sentencia hasta un límite. Una vez agotados los recursos que se
tienen, precluye el derecho a reclamar, debiendo aceptar el resultado como una certeza, sabiendo muchas
veces que es una ficción de verdad: es lo que más nos podemos acercar a ella (Savigny). Pothier plantea que la
cosa juzgada es una presunción de derecho: que lo dicho por la sentencia ejecutoriada es verdad.

Es la autoridad que adquiere una sentencia cuando no proceden contra ella recursos ni otros medios de
impugnación.

El fin que las partes persiguen en el proceso es que el juez dicte una sentencia que resuelva en definitiva las
controversias jurídicas entre ellas, de modo que lo resuelto no pueda discutirse más, ni en el mismo proceso ni
en otro futuro; y que si implica una condena, se pueda exigir su cumplimiento por medios compulsivos.

G) Clasificación:

Debe tenerse claro que la cosa juzgada es una sola, pero presenta variantes en lo que se refiere al aspecto de la
inmutabilidad e intensidad. Así la cosa juzgada puede clasificarse en:

1) Cosa juzgada Sustancial o Material: Es la cosa juzgada en sí, pura y simple. Sus efectos son
inmediatos y futuros. Es la cosa juzgada con todos sus atributos, esto es, autoriza a cumplir lo resuelto sin
restricción alguna, e impide renovar la discusión sobre lo resuelto, tanto en el mismo proceso como en un
juicio posterior. Es la autoridad propia y natural de todas las sentencias firmes o ejecutoriadas. Es
genuinamente irrevocable, definitiva, intangible, que da certeza y sus efectos son tanto inmediatos como
futuros: no desaparecen en el tiempo. Es la cosa juzgada propiamente tal, inmutable completamente. La regla
general es que las resoluciones judiciales produzcan este tipo de cosa juzgada.

2) Cosa Juzgada Formal o Procesal: Es la que autoriza a cumplir lo resuelto y que impide renovar la
discusión en el mismo proceso, pero sin que obste a su revisión en un juicio posterior. Lo que precluye es la
discusión renovada en el mismo proceso. Generalmente se produce en los procesos cautelares y breves (en
que queda generalmente pendiente la discusión de la cuestión de fondo para un juicio posterior), pero que
dejan a salvo la posibilidad de discutir los derechos en un procedimiento ordinario. Ej.: sentencia ejecutiva

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cuando hay reserva de acciones o excepciones, en los juicios posesorios, los procedimientos especiales del
contrato de arrendamiento o en el recurso de protección. El fundamento de la cosa juzgada formal es la
economía procesal.

3) Cosa Juzgada Provisional: Es aquella que produce sus efectos mientras se mantengan las condiciones
o circunstancias que originaron la decisión. Se refiere a cambio de hecho y no de Derecho, y es la propia ley
la que dispone la posibilidad de cambio. Ej.: en las pensiones alimenticias (Art. 332 Código Civil), en el
privilegio de pobreza en el juicio (Art. 136 CPC), en las medidas precautorias, etc. Para que la sentencia deje
de producir sus efectos se requiere de un nuevo fallo.

4) Cosa Juzgada Aparente: Se refiere a procedimientos que adolecen de vicios por los cuales puede ser
declarada su nulidad y, por lo tanto, dejar sin efecto la sentencia que se había pronunciado en ellos. Tiene
lugar cuando fallan algunos de los presupuestos procesales y nadie ha reclamado durante la tramitación del
proceso. Mientras no sea declarada la nulidad del proceso la sentencia sigue produciendo los efectos de la
cosa juzgada. Su inmutabilidad es bastante más frágil que las otras, pues es posible destruirla. Por ejemplo,
incapacidad de los litigantes; incompetencia absoluta; falta de emplazamiento válido, etc.

5) Cosa Juzgada Fraudulenta o Colusiva: Es la cosa juzgada que producen las sentencias obtenidas con
dolo o fraude en un juicio. Mientras el fraude no sea declarado, la sentencia sigue produciendo sus efectos.

Doctrinariamente la cosa juzgada colusiva se diferencia de la fraudulenta, por cuanto la primera es aquella
que se produce cuando hay un acuerdo de las partes para defraudar (la colusión es la situación que se produce
cuando hay partes que inventan un juicio para obtener una sentencia que les sirva para fines distintos de los
establecidos para la cosa juzgada). Tiene un elemento de dolo, en virtud de la fabricación de un juicio. Por
ejemplo, por insolvencia del marido, la mujer demanda de alimentos, pidiendo usufructo de bienes del marido.

Por su parte la cosa juzgada fraudulenta es aquella en que la sentencia es obtenida por medios fraudulentos
o dolosos, sin que haya acuerdo de las partes.
La forma de remediar la cosa juzgada fraudulenta es a través del Recurso de Revisión, que en rigor es, por
regla general, una acción de saneamiento de la cosa juzgada fraudulenta (Art. 810 CPC).

H) La acción de cosa juzgada:

1) Concepto.

La acción de cosa juzgada es aquella que tiene por objeto exigir el cumplimiento de una resolución judicial
firme, según se desprende de los artículos 175 y 181 del Código de Procedimiento Civil.
Pero sabemos que también producen acción de cosa juzgada, y pueden cumplirse, las resoluciones que causan
ejecutoria, esto es, aquellas que pueden cumplirse no obstante los recursos pendientes en su contra.

2) Elementos Esenciales.

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Los elementos esenciales de la Acción de Cosa Juzgada son los siguientes:

a) A quién corresponde: El artículo 176 del Código de Procedimiento Civil indica que corresponde a
aquel en cuyo favor se ha declarado un derecho en el juicio, para el cumplimiento de lo resuelto o para la
ejecución de la sentencia.
b) Dónde se hace valer: El inciso 1º del artículo 231 del Código de Procedimiento Civil dispone que la
ejecución de las resoluciones corresponde a los tribunales que las hayan pronunciado en primera o en única
instancia. No obstante, cuando la ejecución de una sentencia haga necesaria la iniciación de un nuevo juicio,
podrá éste deducirse ante el tribunal antes señalado, o bien ante el que sea competente en conformidad a los
principios generales establecidos por la ley, a elección del acreedor.
c) Oportunidad para hacerla valer: Puede pedirse la ejecución de las resoluciones judiciales desde que
estén ejecutoriadas o causen ejecutoria, y se haya hecho exigible la prestación ordenada en éstas.
d) Cómo se hace valer: Es preciso distinguir las siguiente situaciones:
i. Si el cumplimiento se solicita después de un año desde que la ejecución se hizo exigible, debe
necesariamente hacerse valer a través de un juicio ejecutivo, salvo que exista una forma especial para el
cumplimiento de la resolución (ej.: los Juicios de Hacienda en que el Fisco sea condenado a una prestación, se
cumplen mediante el decreto de pago expedido a través del Ministerio respectivo, según el Art. 752 CPC).
ii. Si se solicita ante un tribunal distinto de aquel que dictó la sentencia, también debe seguirse
necesariamente un juicio ejecutivo, salvo que exista una forma especial para el cumplimiento de la resolución.
iii. Si se solicita ante el tribunal que la dictó, dentro del plazo de un año contado desde que la ejecución se
hizo exigible, se hace valer a través del cumplimiento incidental, salvo que exista una forma especial para el
cumplimiento de la resolución.

I) La excepción de cosa juzgada:

1) Concepto.

La excepción de cosa juzgada es el efecto que producen las sentencias definitivas o interlocutorias firmes, en
virtud del cual no puede volver a discutirse entre las partes la cuestión que ha sido objeto del juicio.
Al igual que los anteriores, no es un efecto de todas las resoluciones judiciales, sino sólo de las sentencias
definitivas e interlocutorias firmes o ejecutoriadas.
Tampoco producen este efecto las sentencias definitivas o interlocutorias que causan ejecutoria.
El fundamento de la excepción de cosa juzgada está en la necesidad de que los pleitos tengan fin y que las
cosas no estén constantemente inciertas. Se fundamenta en el principio de seguridad jurídica, por cuanto
además persigue evitar fallos contradictorios.

2) Características.

Las características de la excepción de cosa juzgada son las siguientes:

i. Titular: El artículo 177 del Código de Procedimiento Civil previene que la excepción de cosa juzgada
puede alegarse por el litigante que haya obtenido (ganado) en el juicio y por todos aquellos a quienes según la

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ley aprovecha el fallo. Por lo tanto, podría oponerla tanto el litigante que ha obtenido como aquel que ha
perdido, a fin de impedir que en un nuevo pleito se dicte una sentencia más desfavorable.
ii. Renunciabilidad: Si la parte interesada no opone la excepción de cosa juzgada en el juicio, se entiende
que renuncia a ella y el tribunal no podría declararla de oficio.
iii. Relatividad: La presunción de verdad que ella envuelve rige solamente para las partes que han
intervenido jurídicamente en el litigio. El efecto de la cosa juzgada no es general sino relativo, al igual que el
efecto de las resoluciones judiciales (Art. 3º inciso 2º Código Civil). Hay, sin embargo, casos de cosa juzgada
absoluta, no sólo respecto de las personas que han intervenido en el juicio, sino respecto de todo el mundo
(Art. 315, 1246 y 2513 Código Civil). Estos casos, sin embargo son excepción a la regla general de la
relatividad de la cosa juzgada.

iv. Irrevocabilidad: Las sentencias judiciales firmes no pueden ser alteradas de manera alguna. Ni los
Tribunales de Justicia ni el Poder Legislativo tienen autoridad para modificar la situación jurídica en que la
sentencia ha colocado a las partes que han intervenido en el juicio. Esto tiene algunas excepciones:
a.- Jurisdicción Voluntaria: Los actos judiciales no contenciosos son esencialmente revocables y, por lo
tanto, no existe en ellos cosa juzgada.
b.- Casos de Cosa Juzgada Formal, Provisional, Aparente, Colusiva o Fraudulenta .

3) Requisitos.

Según el artículo 177 del Código de Procedimiento Civil, la excepción de cosa juzgada puede alegarse,
siempre que entre la nueva demanda y la anteriormente resuelta exista triple identidad (requisitos de
procedencia de la excepción). Esta triple identidad consiste en lo siguiente:

a) Identidad Legal de Personas: El demandante y el demandado deben en ambos juicios ser la misma
persona jurídicamente. Es indiferente que sean o no la misma persona física. Lo relevante es que las partes
figuren en el nuevo juicio en la misma calidad que en el anterior. Se trata más bien de “identidad legal de
parte”, en cuanto puede suceder que exista identidad legal o jurídica de partes y no exista identidad física, o
bien que exista identidad física, sin que concurra la identidad legal requerida por el Código de Procedimiento
Civil. Así, una persona puede figurar en un juicio personalmente y ser representada en un nuevo juicio por un
mandatario. En este caso, a pesar de no existir identidad física, existe identidad jurídica o legal. Por el
contrario, una persona puede actuar primero a nombre propio y luego como representante legal de otro,
habiendo identidad física pero no jurídica. Surgen en este punto algunos problemas jurídicos relevantes:

i. Caso del Sucesor a Título Singular o Legatario: Si bien hay varias teorías, digamos en resumen que si
el sucesor a título singular ha adquirido el derecho después que el fallo queda firme, debe éste producir cosa
juzgada a su respecto, no así si lo ha adquirido antes.
ii. Coacreedores Solidarios: Claramente existe entre ellos la identidad legal de personas, y el deudor
podría oponer a un coacreedor solidario la excepción de cosa juzgada basada en un juicio que hubiere seguido
con anterioridad a otro coacreedor solidario.
iii. Codeudores Solidarios: Si la sentencia falla una excepción personal opuesta por el deudor que
interviene en el juicio, ese fallo no puede afectar a los demás codeudores. Pero en el caso de excepciones

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comunes hay quienes sostienen que produce cosa juzgada respecto de los demás codeudores, en tanto otros
piensan lo contrario. Hay una tercera doctrina, con carácter ecléctico, conforme a la cual si la sentencia es
favorable al deudor, produce cosa juzgada con respecto a los demás codeudores, en tanto que si le es adversa,
no obliga a los otros codeudores solidarios. Adherimos a la primera tesis.
iv. Indivisibilidad: Tratándose de coacreedores o codeudores de una obligación indivisible, creemos que
debe llegarse a la misma conclusión que ya hemos visto para el caso de la solidaridad. Lo que se falla con
respecto a uno de ellos, afecta a los demás.

b) Identidad de Cosa Pedida: Es el beneficio jurídico que se reclama en el juicio y al cual se pretende tener
derecho. Existe identidad de cosa pedida cuando el beneficio jurídico que se reclama en el nuevo juicio es el
mismo que se demandó en el juicio anterior. No debe atenderse a la materialidad del objeto que se reclama,
sino al derecho que se discute. Cuando el derecho discutido es el mismo, existe la identidad de cosa pedida,
aun cuando se trate de cosas materialmente distintas.

c) Identidad de Causa de Pedir: La causa de pedir ha sido definida por el artículo 177 del Código de
Procedimiento Civil como el fundamento inmediato del derecho deducido en juicio. No debe confundirse la
causa de pedir con los medios probatorios fundantes. Una demanda fundada en la misma causa de pedir de
otra anterior que ya ha sido fallada, debe ser rechazada, aunque se sostenga por otros medios probatorios. Si
una persona pierde un juicio no puede reiniciarlo con posterioridad, basado en la misma causa de pedir,
aunque tratara de probar su demanda por medios de prueba distintos. En doctrina se distingue entre la causa
próxima o inmediata y la causa lejana o remota de la acción deducida y se discute a cuál de éstas debe
atenderse para ver si concurre la identidad que exige la ley. Por ejemplo, en la nulidad de un contrato la causa
próxima será el consentimiento viciado, en tanto que la causa remota puede ser el error, la fuerza o el dolo.
Según Marcadé, sólo debe tomarse en cuenta la causa próxima. Así, por ejemplo, existe identidad de causa de
pedir cuando ambas demandas se basan en que el consentimiento ha estado viciado, sin que importe que en
una demanda el vicio invocado sea la fuerza y en la otra el dolo. Por su parte, Laurent considera que hay que
atender a la causa lejana o remota. No hay identidad de causa de pedir si la causa lejana o remota es diferente
en ambas demandas, aunque la causa próxima o inmediata sea la misma. Se presenta el problema de saber
cuál de estas dos teorías es la que acepta nuestra legislación positiva. Nuestra jurisprudencia no se ha aunado
al respecto. Stoehrel adhiere a la segunda teoría, esto es, la de la causa lejana o remota, porque si la cosa
juzgada pretende evitar el pronunciamiento de fallos contradictorios, la teoría de la causa remota no le pone en
situación de contradecirse, porque la contradicción sólo se produce en el caso de pronunciamientos opuestos
ante asuntos jurídicamente idénticos.

J) Medios o formas de hacer valer la cosa juzgada:

Del estudio de las diversas disposiciones del Código de Procedimiento Civil resulta que la cosa juzgada puede
alegarse en diversas formas:

1) Como Acción (Arts. 175 y 176 CPC).


2) Como Excepción Dilatoria: En conformidad al artículo 304 del Código de Procedimiento Civil.
3) Como Excepción Perentoria: De acuerdo con lo dispuesto en los artículos 309 y 310 del Código de

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Procedimiento Civil, con la característica de que además es anómala por cuanto puede oponerse en cualquier
estado de la causa, antes de la citación para sentencia en primera instancia, o de la vista de la causa en
segunda.
4) Como fundamento de un Recurso de Apelación.
5) Como fundamento del Recurso de Casación en la Forma: Siempre que hubiere sido alegada
oportunamente en el juicio y se hubiere desestimado (Art. 768 Nº 6 CPC).
6) Como fundamento a un Recurso de Casación en el Fondo: Cuando la sentencia, al pronunciarse
sobre la excepción de cosa juzgada, haya cometido una infracción de ley, siempre que esta infracción influya
sustancialmente en lo dispositivo de ella.
7) Como fundamento de un Recurso de Revisión: Cuando la sentencia que se trata de rever ha sido
pronunciada contra otra pasada en autoridad de cosa juzgada y que no se alegó en el juicio en que la sentencia
firme recayó (Art. 810 Nº 4 CPC).

K) Efectos de las sentencias criminales en juicios civiles :

En conformidad al artículo 171 del Código Orgánico de Tribunales, las acciones civiles que emanan del delito
pueden ejercitarse separadamente, salvo la acción restitutoria que es de competencia exclusiva de los
tribunales penales.

Cuando la acción civil se ejercita separadamente de la penal, se tramitan dos procesos íntimamente
relacionados. Así, el artículo 167 del Código de Procedimiento Civil señala que cuando la existencia de un
delito haya de ser fundamento preciso de una sentencia civil o tenga en ella influencia notoria, podrán los
tribunales suspender la dictación de aquélla hasta la terminación del proceso criminal, si en éste se ha
deducido acusación o formulado requerimiento, según sea el caso. Esta suspensión puede decretarse en
cualquier estado del juicio y si da lugar a un incidente, se tramita en cuaderno separado.

Lo anterior se relaciona con los procedimientos, pero el tema es determinar los efectos de la sentencia penal
en el juicio civil, para lo cual debemos distinguir:

a) Sentencias Condenatorias: Producen siempre cosa juzgada en el juicio civil (Art. 178 CPC). Por su
parte, el artículo 180 del Código de Procedimiento Civil agrega que siempre que la sentencia criminal
produzca cosa juzgada en juicio civil, no es lícito en éste tomar en consideración pruebas o alegaciones
incompatibles con lo resuelto en dicha sentencia o con los hechos que le sirven de necesario fundamento; por
esa razón no puede el juez civil atender a elementos tendientes a acreditar la inexistencia del delito o la
inocencia del condenado. En todo caso no se exige que se cumpla con la triple identidad.

b) Sentencias Absolutorias o Sobreseimiento Definitivo: No existe una regla absoluta, pero a partir del
inciso 1º del artículo 179 del Código de Procedimiento Civil, la regla general es que no producen cosa juzgada
en el juicio civil. Hay un caso en que la regla es absoluta: no producirán en ningún caso cosa juzgada respecto
de tutores, curadores, albaceas, síndicos, depositarios, tesoreros y demás personas que hayan recibido valores
u objetos muebles por un título de que nazca obligación de devolverlos. Las excepciones a la regla general o
casos en que sí produce cosa juzgada en materia civil son los siguientes:

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i. Cuando la sentencia o sobreseimiento se funda en la inexistencia del delito o cuasidelito. Pueden
presentarse cuatro situaciones diversas, según si la resolución:
- Se basa en que no se han realizado los hechos que lo constituyen: produce cosa juzgada;
- Se basa en que los hechos han sido casuales (caso fortuito): produce cosa juzgada;
- Se basa en que los hechos existen pero no están penados por la ley: no produce cosa juzgada porque
podría haber delito civil;
- Se basa en que los hechos existen y están probados, pero hay causales eximentes de responsabilidad: no
produce cosa juzgada.
ii. Cuando la sentencia o sobreseimiento se funda en no existir relación alguna entre el hecho y la
persona acusada. Tampoco es una excepción absoluta, ya que opera sin perjuicio de la responsabilidad civil
que pueda afectar al acusado por actos de terceros (responsabilidad por el hecho ajeno).
iii. Cuando la sentencia o sobreseimiento se funda en no existir indicio alguno contra el acusado . No hay
prueba para establecer culpabilidad y, por lo tanto, puede invocarse la cosa juzgada, pero sólo respecto de
quienes intervinieron en el proceso criminal.

L) Efectos de las Sentencias Civiles en juicios criminales :

La regla general es que las sentencias civiles no producen cosa juzgada en juicios criminales, conforme se
desprende de los artículos 59 y siguientes del Código Procesal Penal.

Excepcionalmente las sentencias civiles producen cosa juzgada en los siguientes casos:

i. Cuando únicamente se ejercita la acción civil que emana de un delito de acción privada, se extingue por
ese sólo hecho la acción penal (Art. 66 del Código Procesal Penal). No es verdaderamente una excepción,
porque el efecto se produce por la interposición de la demanda civil y no por la dictación de la sentencia;
ii. No puede entablarse la acción civil indemnizatoria en un juicio criminal, si ésta ya ha sido resuelta en
sede civil;
iii. El juez o tribunal con competencia en materia penal debe acatar lo que resuelvan los jueces civiles
conociendo de las denominadas cuestiones prejudiciales civiles que sean de su competencia.

M) Cosa juzgada en las resoluciones de tribunales extranjeros :

Para analizar este tema, debemos distinguir entre las dos caras de la cosa juzgada:

1) Acción de Cosa Juzgada: Nuestro ordenamiento jurídico establece en forma expresa los procedimientos
y trámites necesarios para poder exigir el cumplimiento de lo resuelto por una sentencia dictada por un
tribunal extranjero a través del trámite del “exequátur” (Arts. 242 a 245 CPC):

i. En primer término debe estarse a lo que dicen los tratados internacionales;


ii. Si no hay tratados, se aplica el principio de reciprocidad;

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iii. Si no es posible aplicar las reglas anteriores, se dará a la sentencia la misma fuerza que si se hubiere
dictado en Chile, siempre y cuando se cumplan los siguientes requisitos (Art. 245 CPC):

1ª) Que no contengan nada contrario a las leyes de la República. Pero no se tomarán en consideración las
leyes de procedimiento a que haya debido sujetarse en Chile la substanciación del juicio;
2ª) Que tampoco se opongan a la jurisdicción nacional;
3ª) Que la parte en contra de la cual se invoca la sentencia haya sido debidamente notificada de la acción. Con
todo, podrá ella probar que, por otros motivos, estuvo impedida de hacer valer sus medios de defensa.
4ª) Que estén ejecutoriadas en conformidad a las leyes del país en que hayan sido pronunciadas

2) Excepción de Cosa Juzgada: No hay duda de que las sentencias dictadas por tribunales extranjeros
producen en Chile la excepción de cosa juzgada, pero la discusión se ha centrado en determinar si se requiere
previamente de la autorización de la Corte Suprema, como en el caso del cumplimiento forzado. La tesis
mayoritaria se inclina por exigir la autorización, por cuanto “donde existe la misma razón debe existir la
misma disposición” y, en definitiva, lo que se persigue es el reconocimiento en Chile de una sentencia
extranjera.

2.7. ACTOS PROCESALES DE LOS AUXILIARES DE LA ADMINISTRACIÓN


DE JUSTICIA:

2.7.1. NOTIFICACIONES

2.7.2. CONCEPTO, IMPORTANCIA Y EFECTO:

a) Concepto:

Etimológicamente, el concepto de notificación se relaciona con la noticia, hacer conocido un hecho o ponerlo
en conocimiento de alguien en particular.

Jurídicamente, son aquellas actuaciones judiciales efectuadas en la forma que establece la ley, cuya finalidad
esencial es dar eficacia a las resoluciones judiciales y comunicar éstas a las partes o a terceros.

Para nosotros es el acto jurídico procesal o medio establecido por la ley, por el cual la autoridad judicial
hace saber a las partes o a terceros de las resoluciones dictadas por el tribunal que conoce del asunto.

b) Importancia:

La relevancia de las notificaciones es múltiple, pero básicamente radica en lo siguiente:

1) Son una de las principales manifestaciones del principio de la bilateralidad de la audiencia.


2) Además son el mecanismo que permite dotar de eficacia a las resoluciones judiciales, toda vez que
conforme al artículo 38 del Código de Procedimiento Civil, éstas sólo producen sus efectos en virtud de

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notificación hecha con arreglo a la ley. Esta regla general admite, según algunos autores, dos clases de
excepciones:

a) Casos en que la resolución produce efectos aún sin notificación:


- Medidas Precautorias decretadas desde luego, si existen razones graves para ello (Art. 302 CPC).
- Resolución que declara desierta la apelación y aquellas que se dicten en segunda instancia respecto del
apelado rebelde (Art. 201 y 202 CPC).
- La resolución que ordena o deniega el despacho del mandamiento de ejecución y embargo (Art. 441
CPC).
- La resolución que ordena la suspensión de obra nueva (Art. 566 CPC).
b) Casos en que ni aún la notificación es suficiente para la plena eficacia de la resolución:
- Notificación por el Estado Diario respecto de resoluciones que requieren una forma especial de
notificación (en realidad no es excepción pues la resolución no ha sido notificada “con arreglo a la ley”).
- Embargo o Medidas Precautorias sobre inmuebles, requieren además la inscripción en el Conservador
de Bienes Raíces respectivo (no es excepción, pues es un problema de oponibilidad y no de validez o
eficacia).

3) La notificación de una sentencia definitiva o interlocutoria produce el desasimiento, en virtud del cual el
tribunal que la dictó se ve impedido de alterarla o modificarla con posterioridad (Art. 182 CPC).

Las notificaciones son actos jurídicos procesales de carácter unilateral, lo que implica que no requieren del
consentimiento del notificado para ser válidas (Art. 39 CPC).

Tampoco se exige declaración alguna del notificado, salvo: 1) Que la resolución así lo ordene; 2) Cuando la
resolución, por su naturaleza, requiere tal declaración; o 3) Cuando la ley permite apelar en el acto de la
notificación.

2.7.3. CLASES:

2.7.3.1. MATERIA CIVIL

1. CLASIFICACIÓN

A.- Según su objetivo o finalidad inmediata:


a.- Notificación para citación: Es el llamado a una de las partes o a un tercero para que comparezca al
tribunal de la causa para un objeto determinado, bajo apercibimiento de hacerse merecedor de las sanciones
establecidas en la ley.
b.- Notificación para emplazamiento: Es el llamado a las partes para que, dentro de un determinado
plazo, hagan valer sus derechos en juicio.
c.- Notificación para requerimiento: Apercibimiento a una de las partes para que ejecute una prestación
determinada.
d.- Notificación Propiamente Tal (o de conocimiento o información) : Es la puesta en conocimiento de

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las partes o de terceros, de la dictación de una resolución, a fin de que ésta produzca sus efectos legales. Es la
regla general.

B.- Según su forma: Las analizaremos a continuación.


a.- Notificación Personal en Persona o Personal Propiamente Tal : Es aquella que consiste en entregar a la
persona a quien se debe notificar, en forma personal, copia íntegra de la resolución y de la solicitud en que
haya recaído, cuando ésta fuere escrita (Art. 40 CPC).
b.- Notificación Personal Subsidiaria o del Artículo 44 del Código de Procedimiento Civil : Es aquella que
se aplica cuando al intentar en primer término la notificación personal en persona, el notificado no es habido.
A diferencia de la notificación en persona, ésta sólo puede practicarla el Receptor o eventualmente un Notario
en su defecto. Es un procedimiento que consta de varias etapas.
c.- Notificación por Cédula: Consiste en la entrega que hace el ministro de fe en el domicilio del
notificado, de copia íntegra de la resolución y de los datos necesarios para su acertada inteligencia (Art. 48
CPC).
d.- Notificación por el Estado Diario : Es una ficción legal en virtud de la cual se entiende practicada la
notificación por el sólo hecho de incluirse en una lista, la noticia de haberse dictado una resolución en un
determinado proceso (Art. 50 CPC).
e.- Notificación por Avisos: Es aquella notificación sustitutiva de la personal o de la por cédula, que se
utiliza respecto de personas cuya individualidad o residencia es difícil de determinar o que por su número
dificulten considerablemente la práctica de la diligencia (Art. 54 CPC).
f.- Notificación Tácita: Es aquella que se verifica en caso de que no se haya realizado notificación alguna o
se haya efectuado en otra forma que la legal, consistiendo en que se tendrá por notificada una resolución
desde que la parte a quien afecte haga en el juicio cualquiera gestión que suponga conocimiento de dicha
resolución, sin haber antes reclamado la falta o nulidad de la notificación (Art. 55 CPC).
g.- Notificación Ficta o Presunta Legal : Cuando se ha efectuado una notificación nula, y el afectado
comparece en el procedimiento a alegar tal nulidad, la ley establece que una vez fallado el incidente y
declarada la nulidad, la resolución judicial se entenderá notificada desde que se notifique válidamente la
sentencia que declara la nulidad de su notificación.
h.- Notificación por Carta Certificada.
i.- Notificaciones Especiales.

2. REQUISITOS COMUNES A TODA NOTIFICACIÓN:

1) En días hábiles: Son hábiles para notificar todos los días de la semana, salvo que la notificación se
verifique en el oficio del Secretario, despacho del tribunal u oficina del ministro de fe, caso en el cual sólo son
hábiles de lunes a sábado y en hora de audiencia. Cabe tener presente la norma del artículo 41 del Código de
Procedimiento Civil para el caso de notificación en día inhábil, donde se establece un horario especial que se
indica en el número siguiente.
2) En horas hábiles (Art. 41 CPC): Hay que distinguir según el lugar en que se notifica:
- Lugares y recintos de libre acceso público: Es hábil cualquier hora, procurando causar la menor
molestia al notificado. Existe una norma de excepción en el juicio ejecutivo a este respecto, ya que el
requerimiento de pago no puede hacerse en público, y en el caso de haberse notificado la demanda en un lugar

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o recinto de libre acceso a público, debe estarse a lo dispuesto en el N° 1 del artículo 443 del Código de
Procedimiento Civil, esto es, se le debe dejar cédula de espera para que el deudor concurra en cierto día y
hora, en el lugar que fije el ministro de fe para practicar el requerimiento.
- Morada, donde pernocta, donde trabaja o cualquier otro recinto privado al cual se permita acceso al
ministro de fe: Es hábil el horario que medie entre las 06:00 y las 22:00 horas, sin perjuicio de que el tribunal
pueda habilitar otras horas.
- Oficio del Secretario, la casa que sirva para despacho del tribunal u oficina o despacho del ministro de
fe: entre las 08:00 y las 20:00 horas.
3) Debe dejarse constancia escrita en el expediente (Arts. 43 y 61 CPC).
4) Autorizada y firmada por un ministro de fe.

3. LA NOTIFICACIÓN PERSONAL PROPIAMENTE TAL

A. Concepto.

Es aquella que consiste en entregar a la persona a quien se debe notificar, en forma personal, copia íntegra de
la resolución y de la solicitud en que haya recaído, cuando ésta fuere escrita (Art. 40 CPC).
Sus requisitos podemos dividirlos en aquellos que son comunes a toda actuación judicial y sus requisitos
propios.

B. Requisitos Propios.

a.- En lugar hábil. Son hábiles para estos efectos (Art. 41 CPC):
1) Lugares y recintos de libre acceso público.
2) La morada del notificado o el lugar donde pernocta.
3) El lugar donde ordinariamente ejerce su industria, profesión u empleo.
4) Cualquier otro recinto privado en que se encuentre el notificado y al cual se permita el acceso del
ministro de fe.
5) El oficio del Secretario, la casa que sirve de despacho del tribunal y la oficina o despacho del ministro
de fe. Los jueces no podrán, sin embargo, ser notificados en el local en que desempeñen sus funciones.
6) Cualquier otro lugar habilitado si el notificado no tiene habitación conocida, para lo cual se solicita
habilitación de lugar. La circunstancia de no tener habitación conocida se acreditará por certificado de un
ministro de fe que afirme haber hecho las indagaciones posibles, de las cuales dejará testimonio detallado en
la respectiva diligencia (Art. 42 CPC).
b.- Efectuada por funcionario competente. Son competentes para notificar:
i. El Secretario del tribunal (Art. 380 COT), pero sólo para las notificaciones personales al interior de su
oficio. El Secretario puede delegar bajo su responsabilidad esta función en el oficial primero de la secretaría.
ii. El Receptor (Art. 390 COT), en cualquier lugar –dentro de su jurisdicción– salvo en el oficio del
Secretario.
iii. El Notario, excepcionalmente en aquellos lugares en que no hay Receptores.
c.- En la forma que establece la ley : Debe entregarse copia íntegra de la resolución y de la solicitud en que
recae si es escrita, personalmente al notificado (Art. 40 CPC). La notificación se hace constar en el proceso

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por la diligencia que deberá suscribir (firmar) el notificado y el ministro de fe, debiendo dejar el ministro de fe
testimonio en la misma diligencia en el caso de que el notificado no quiera o no pueda firmar. La certificación
deberá además señalar la fecha, hora y lugar donde se realizó la notificación, debiendo precisar la manera o
medio con que el ministro de fe comprobó la identidad del notificado (Art. 43 CPC).

C. Procedencia.

Respecto de la procedencia de la notificación personal, la regla es que ésta puede utilizarse en cualquier caso,
por ser la más completa y perfecta que establece la ley (Art. 47 inciso 2º CPC). Especialmente se pueden
notificar de esta forma todas aquellas resoluciones que se deben notificar por cédula (Arts. 52, 56 y 431 CPC).
No obstante lo anterior, existen casos en que es obligación utilizar la notificación personal:
a) La primera notificación a las partes o a quienes afecten los resultados del juicio: sólo respecto del
sujeto pasivo (al actor se le notifica por el estado diario de esta resolución). No necesariamente es la demanda,
pues en determinados casos el procedimiento puede iniciarse de otra forma, como por ejemplo con una
medida prejudicial.
Cuando la ley lo ordena para la validez de un acto (Art. 47 CPC), como por ejemplo: en la cesión de créditos
nominativos.
b) Si transcurren más de 6 meses sin que se dicte resolución alguna en el proceso, la primera resolución
luego de 6 meses debe notificarse personalmente o por cédula (Art. 52 CPC).
c) Las notificaciones que se practiquen a terceros se notifican personalmente o por cédula (Art. 56 CPC).
d) Cuando el tribunal lo ordene expresamente, pues es supletoria de las demás (Art. 47 CPC).

4. LA NOTIFICACIÓN PERSONAL SUBSIDIARIA O DEL ARTÍCULO 44 DEL CÓDIGO DE


PROCEDIMIENTO CIVIL

A. Concepto.

Es aquella que se aplica cuando al intentar en primer término la notificación personal en persona, el notificado
no es habido. A diferencia de la notificación en persona, ésta sólo puede practicarla el Receptor o
eventualmente un Notario en su defecto. Es un procedimiento que consta de varias etapas.

B. Etapas.

1. Búsqueda: Debe haberse buscado al notificado en dos días distintos, en su habitación o en el lugar
donde habitualmente ejerce su industria, profesión o empleo, sin haberlo encontrado.
2. Certificado: Luego de efectuar las búsquedas sin resultados positivos, el Receptor deberá dejar
constancia en el expediente de que la persona no ha sido habida, le consta que se encuentra en el lugar del
juicio y que sabe cuál es su morada o el lugar donde habitualmente ejerce su industria, profesión o empleo.
3. Solicitud: Con el mérito del certificado del Receptor, el solicitante está en condiciones de pedir al
tribunal que se reemplace la notificación personal en persona por la subsidiaria del artículo 44 del Código de
Procedimiento Civil.
4. Resolución: Si se encuentran debidamente acreditados los supuestos legales, es una obligación para el

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tribunal ordenar esta forma de notificación.
5. Notificación: Se cumple entregando las copias a que se refiere el artículo 40 del Código de
Procedimiento Civil (copia íntegra de la resolución y de la solicitud en que haya recaído cuando sea escrita), a
cualquier persona adulta que se encuentre en la morada o en el lugar donde habitualmente ejerce su industria,
profesión o empleo el notificado. Si es un edificio o recinto al que no se permite el libre acceso, se le puede
entregar al portero o encargado. Si no hay nadie o ningún adulto, o la persona adulta se niega a recibirla, se
cumple la diligencia fijando un aviso en la puerta que dé noticia de la demanda u otra solicitud, con indicación
de las partes, materia, juez y resoluciones que se notifican. Para algunos esta notificación debe incluir la
solicitud de notificación subsidiaria y su proveído. En la práctica, si no hay nadie se tira un sobre debajo de la
puerta.
6. Aviso: El Receptor debe enviar carta certificada al notificado dentro de 2 días contados desde la fecha
de la notificación o desde que se reabran las oficinas de correo, si la notificación se hubiere efectuado en
domingo o festivo. Si se omite este aviso, no se invalida la notificación, pero el Receptor será responsable
tanto civil (daños y perjuicios) como disciplinariamente (Art. 46 CPC). Esto implica que el legislador
privilegia la seguridad jurídica por sobre la bilateralidad de la audiencia. El aviso o carta deberá consistir en
tarjeta abierta que llevará impreso el nombre y domicilio del Receptor y deberá indicar el tribunal, el número
de ingreso de la causa y el nombre de las partes.
7. Acta y Devolución de Expediente: La diligencia de la notificación se extenderá en la forma que
determina el artículo 43 del Código de Procedimiento Civil (Arts. 45 y 46 CPC):
- Se hará contar en el proceso por diligencia suscrita por la persona que reciba las copias, si puede
hacerlo, dejando testimonio de su nombre, edad, profesión y domicilio; y el ministro de fe dejando testimonio
en caso de que la persona que reciba las copias no quiera o no pueda firmar.
- La certificación deberá además señalar la fecha, hora y lugar donde se realizó la notificación.
- En el testimonio de la notificación deberá además expresarse el hecho del envío del aviso, la fecha, la
oficina de correo donde se hizo y el número de comprobante emitido por dicha oficina. Este comprobante
deberá ser pegado al expediente a continuación del testimonio.

5. LA NOTIFICACIÓN POR CÉDULA.

1. Concepto.

Consiste en la entrega que hace el ministro de fe en el domicilio del notificado, de copia íntegra de la
resolución y de los datos necesarios para su acertada inteligencia (partes, N° de rol, tribunal, materia, etc.).

2. Requisitos Propios.

a.- Lugar Hábil: Sólo el domicilio del notificado, que es aquel que éste ha declarado en su primera
presentación en el expediente. Para estos efectos, todo litigante deberá, en su primera gestión judicial,
designar un domicilio dentro de los límites urbanos del lugar en que funciona el tribunal respectivo, y esta
designación se considerará subsistente mientras no haga otra la parte interesada, aun cuando de hecho cambie
su morada (Art. 49 CPC). Si un litigante no designa domicilio o designado éste se encuentra fuera de los
límites urbanos, las resoluciones que deban notificarse de esta forma, lo serán tan sólo por el Estado Diario

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(Art. 53 CPC). Esta sanción no se aplica al litigante rebelde, pues éste no ha podido cumplir con la exigencia
del artículo 49 del Código de Procedimiento Civil.
b.- Funcionario Competente: Sólo el Receptor.
c.- En la forma que establece la ley : Entregar en el domicilio del notificado, copia íntegra de la resolución y
de los datos para su acertada inteligencia.
d.- Testimonio: Se pondrá en los autos testimonio de la notificación con expresión del día y lugar, nombre,
edad, profesión y domicilio de la persona a quien se haga la entrega.

3. Procedencia (Art. 48 CPC).

Las resoluciones que deben notificarse por cédula son las siguientes:
a) Sentencias Definitivas de Primera o Única Instancia.
b) Resoluciones que ordenan la comparecencia personal de las partes.
c) Resolución que recibe la causa a prueba en el juicio principal.
d) Si transcurren más de 6 meses sin que se dicte resolución alguna en el proceso, la primera resolución
luego de 6 meses debe notificarse personalmente o por cédula (Art. 52 CPC).
e) Las notificaciones que se practiquen a terceros se notifican personalmente o por cédula (Art. 56 CPC).
f) Cuando el tribunal lo ordene expresamente (Art. 48 inciso final CPC) o en los casos que la ley lo
establezca.
g) Con la próxima entrada en vigencia de la Ley sobre Tramitación Electrónica, se permitirá a las partes
proponer para sí una forma de notificación electrónica, la que el tribunal podrá aceptar aun cuando la ley
disponga que la notificación deba realizarse por cédula si, a opinión del tribunal, resultare suficientemente
eficaz y no causare indefensión (Art. 8 de la Ley N° 20.886)

6. LA NOTIFICACIÓN POR EL ESTADO DIARIO.43

A. Concepto.

Es una ficción legal en virtud de la cual se entiende practicada la notificación por el sólo hecho de incluirse en
una lista, la noticia de haberse dictado una resolución en un determinado proceso.

B. Procedencia.

43
En la reforma procesal civil, se elimina la notificación por estado diario y se crea el mecanismo de notificación
“mediante registro”, es decir, respecto de las resoluciones en que procede (hipótesis semejantes a las del actual
Estado Diario) las partes se entienden notificadas de las resoluciones una vez que éstas se incorporan en el
“registro desmaterializado”. Otra importante innovación en materia de notificaciones, es que se establece la
posibilidad que la parte ofrezca una manera de ser notificada, por ejemplo a través de correo electrónico.

91
Es la regla general en materia de notificaciones. El artículo 50 del Código de Procedimiento Civil señala que
las resoluciones no comprendidas en los artículos anteriores se entenderán notificadas a las partes desde que
se incluyan en el estado.

C. Requisitos Propios.

a.- Funcionario Competente: La notificación por el Estado corresponde practicarla al Secretario del
tribunal o excepcionalmente al oficial primero.
b.- Forma de Efectuarlo: El estado debe cumplir con todos los requisitos indicados en el artículo 50 del
Código de Procedimiento Civil:
1. Se confecciona diariamente.
2. Se encabeza con la fecha del día en que se forma.
3. Se deben mencionar las causas ordenadas por número de rol, expresado en cifras y letras, y además
por los apellidos del demandante y el demandado o de los primeros que figuren con dicho carácter si son
varios, en las cuales se hayan dictado resoluciones ese día. Para estos efectos, a todo proceso que se inicia se
le asigna un número de orden en la primera resolución que se dicta y con él figurará en el rol del tribunal (Art.
51 CPC).
4. Luego, se indica la cantidad de resoluciones dictadas en cada una de las causas.
5. Finalmente, debe llevar el sello y firma del Secretario.
6. Se debe mantener por a lo menos 3 días en un lugar accesible al público, cubierto de vidrio u otra
forma que impida alterarlos.
7. Se encuadernan por orden de fecha y se archivan mensualmente.
8. De las notificaciones que se practiquen por el estado deberá dejarse testimonio en autos. Los errores u
omisiones en dicho testimonio no invalidarán la notificación y sólo serán sancionados con multa de 0,5 a 1
UTM a petición de parte o de oficio (Art. 50 inciso final CPC).

7. LA NOTIFICACIÓN POR AVISOS.

1. Concepto.

Es aquella notificación sustitutiva de la personal o de la por cédula, que se utiliza respecto de personas cuya
individualidad o residencia es difícil de determinar o que por su número dificulten considerablemente la
práctica de la diligencia (Art. 54 CPC).

2. Requisitos Propios.

i. Que la resolución deba notificarse personalmente o por cédula.


ii. Que a quien deba notificarse se encuentre en Chile (requisito jurisprudencial).
iii. Que se den alguna de las circunstancias que habilitan para solicitar al tribunal esta forma de
notificación:
- Personas cuya individualidad o residencia es difícil de determinar;
- Personas que por su número dificulten considerablemente la práctica de la diligencia.

92
iv. Que el tribunal aprecie los antecedentes con conocimiento de causa. El “conocimiento de causa”
normalmente se logra luego de remitir oficios a diversas entidades solicitando información que permita
facilitar la gestión, tales como Registro Civil, Policía Internacional, Correos de Chile, etc. Este requisito se
exige para autorizar esta forma de notificación y para determinar los diarios en que haya de efectuarse y el
número de veces en que debe repetirse, que no puede bajar de tres.

3. Forma de Practicarla.

La notificación por avisos se realiza a través de a lo menos 3 publicaciones en un diario del lugar en que se
sigue el juicio, o de la cabecera de la provincia o de la capital de la región si allí no los hay. Estos avisos
contendrán los mismos datos que se exigen para la notificación personal (copia íntegra de la resolución y de la
solicitud en que recayó si esta fue escrita), pero si la publicación de esta forma es muy dispendiosa, atendida
la cuantía del negocio, el tribunal puede disponer que se realice en un extracto que será redactado por el
Secretario del tribunal.
Si se trata de la primera notificación, es necesario publicar además en el Diario Oficial del día 1° o 15 del
mes, o al día siguiente hábil si no se ha publicado en las fechas indicadas por ser feriados.
La notificación se entiende perfeccionada con la última publicación que se efectúe, y a partir de esa fecha
comienzan a correr los plazos.
La persona interesada en esta notificación acompañará (al Secretario) los 3 diarios en que fue publicado el
aviso. El Secretario procederá a pegarlos en el expediente y dejar constancia de haberse practicado la
notificación.

8. LA NOTIFICACIÓN TÁCITA.

Es aquella que se verifica en caso de existir notificaciones defectuosas (que se verificaron en otra forma que la
legal) o inclusive en caso de no existir ninguna notificación respecto de una determinada resolución judicial.
Se produce cuando la persona a quien debiera haberse notificado, efectúa en el proceso cualquier gestión,
distinta de alegar la nulidad de la notificación, que supone que ha tomado conocimiento de ella (Art. 55 inciso
1º CPC). En este caso se le tiene por notificada a dicha persona. Se fundamenta en los principios de economía
procesal y de prevención de nulidad, y puede suplir a cualquier clase de notificación.

9. LA NOTIFICACIÓN FICTA O PRESUNTA LEGAL.

Cuando se ha efectuado una notificación nula, y el afectado comparece en el procedimiento a alegar tal
nulidad, la ley establece que una vez fallado el incidente y declarada la nulidad, la resolución judicial (cuya
notificación se declaró nula) se entenderá notificada desde que se notifique válidamente la sentencia que
declara la nulidad de su notificación.
En caso de que la nulidad de la notificación sea declarada por un tribunal de segunda instancia, conociendo de
un Recurso de Apelación interpuesto en contra la resolución del tribunal de primera instancia que rechazó el
incidente, la notificación se entenderá practicada desde que se notifique el “cúmplase” de la resolución del
Tribunal de Alzada que dio lugar a la nulidad de la notificación.

93
Esta notificación opera por el sólo ministerio de la ley y se fundamenta en el principio de economía procesal,
toda vez que antes de la introducción de esta norma (Art. 55 inciso 2º CPC) si se anulaba una notificación,
debía efectuarse nuevamente toda la diligencia.

10. LA NOTIFICACIONES ESPECIALES.

1) Muerte Presunta: Previo a la declaración judicial de la muerte presunta, se deben practicar 3


publicaciones cada dos meses en el Diario Oficial.
2) Cambio de Nombre: Debe publicarse un extracto en el Diario Oficial del día 1° o 15 del mes, o al día
siguiente hábil si no se ha publicado en las fechas indicadas por ser feriados.
3) Carta Certificada: Es propia de los Juzgados de Policía Local, en materia tributaria, en el Código de
Justicia Militar y también se aplica en los Juzgados de Familia. Es una comunicación que se envía por correo
y que puede contener ya sea el aviso de que se ha dictado una resolución (carta certificada simple o aviso:
equivalente al estado diario) o puede contener además copia íntegra de la resolución (carta certificada
transcrita: equivale a la notificación por cédula). Tiene además la particularidad de que la notificación se
perfecciona sólo transcurridos cierto número de días desde que es despachada, número que varía según el
tribunal de que se trate. Surge el problema respecto de cuándo se entiende notificado:
- Código de Justicia Militar: al día subsiguiente de despachada la carta.
- Código Tributario, Juzgados de Policía Local y Juzgados de Familia: 3 días contados
desde el despacho de la carta.
4) Cédula de Espera: Es una citación al ejecutado a la oficina del Receptor para que concurra a ella a que
se le practique el requerimiento de pago (Art. 443 Nº 1 CPC).
5) Procedimiento Arbitral: Las notificaciones serán personales, por cédula o de la manera que de
común acuerdo establezcan las partes (Art. 629 CPC). Las partes pueden acordar cualquier tipo de
notificación como fax, telegramas, e-mail, etc.
6) Sentencia de Partición de Bienes (Art. 664 CPC): respecto de la sentencia de los juicios de
Partición de Bienes –denominada Laudo y Ordenata– se entenderá practicada la notificación desde que se
notifique a las partes sólo el hecho de su pronunciamiento. Los interesados podrán imponerse de las
resoluciones en la oficina del actuario y deducir los recursos a que haya lugar dentro del plazo de quince días.
Lo que se notifica no es el laudo y ordenata, sino el hecho de haberse dictado la sentencia, ya que ésta es muy
extensa. Entonces la parte debe ir donde el actuario para enterarse de la sentencia.
7) En los Juicios de Mínima Cuantía: Las notificaciones personales o por cédula pueden ser
practicadas por un Carabinero o por un vecino del lugar. Lo mismo rige para los requerimientos de pago en
los juicios de mínima cuantía (Arts. 705 y 730 CPC).

2.7.3.2. MATERIA PENAL

1. Funcionarios habilitados para practicar las notificaciones pertinentes (Art. 24 CPP).

De acuerdo con lo dispuesto en el art. 24 del CPP, las notificaciones “se realizarán por los funcionarios del
tribunal que hubiere expedido la resolución, que hubieren sido designados para cumplir esta función por el

94
juez presidente del comité de jueces, a propuesta del administrador del tribunal”. Para estos efectos, lo usual
es que los tribunales con competencia en lo criminal cuenten con un centro de notificaciones.
Sin perjuicio de lo antedicho, “el tribunal podrá ordenar que una o más notificaciones determinadas se
practiquen por otro ministro de fe”.

2. Clases, forma y contenido de las notificaciones (Arts. 25 a 31 CPP)

A. Clases de notificaciones: En el proceso penal las notificaciones que tienen lugar son la notificación
personal, la notificación por cédula y la notificación por el estado diario. Con respecto a esta última cabe
señalar que el artículo 26 del CPP la contempla además como una sanción para el caso en que cualquiera de
los intervinientes incumpla el deber de indicar –en su primera intervención en el procedimiento- un
domicilio “dentro de los límites urbanos de la ciudad en que funciona el tribunal respectivo y en el cual
puedan practicárseles las notificaciones posteriores”. Esta sanción se extiende además a los casos en que el
domicilio indicado no exista o su indicación sea inexacta o bien se omita la comunicación de cambio de
domicilio. En cualquiera de estos casos se exige como requisito previo que “los intervinientes en el
procedimiento hubieren sido advertidos de esta circunstancia, lo que se hará constar en el acta que se
levantare” (Art. 26 inciso 1° del CPP). Ahora bien, este apercibimiento no tiene lugar tratándose del imputado
puesto en libertad como consecuencia de un sobreseimiento definitivo o de una sentencia definitiva
absolutoria ejecutoriados (Art. 26 inciso final del CPP).

Por último, el art. 31 del CPP establece que “cualquier interviniente en el procedimiento podrá proponer para
sí otras formas de notificación, que el tribunal podrá aceptar si, en su opinión, resultaren suficientemente
eficaces y no causaren indefensión”. Lo normal es que los intervinientes soliciten que toda actuación judicial
se les notifique por correo electrónico.
    
B. Forma de notificar una resolución judicial : En cuanto a la forma de notificar una resolución judicial
en el proceso penal, es menester distinguir:

a. Resoluciones pronunciadas fuera de audiencia (Arts. 27 a 29 CPP): Hay que distinguir a su vez
entre:
i. Notificaciones al Ministerio Público: El Ministerio Público será notificado en sus oficinas, para lo
cual deberá indicar su domicilio dentro de los límites urbanos de la ciudad en que funcionare el tribunal e
informar a éste de cualquier cambio del mismo (Art. 27 del CPP).
ii. Notificaciones a otros intervinientes: Cuando un interviniente en el procedimiento contare con
defensor o mandatario constituido en él, las notificaciones deberán ser hechas solamente a éste, salvo que la
ley o el tribunal dispusiere que también se notifique directamente a aquél (Art. 28 del CPP). En lo referido al
imputado, cabe precisar que la expresión “otros intervinientes” sólo comprende al imputado en libertad, pues
tratándose del imputado privado de libertad el CPP contempla una regulación especial.
iii. Notificaciones al imputado privado de libertad: Las notificaciones que debieren realizarse al
imputado privado de libertad se le harán en persona en el establecimiento o recinto en que permaneciere,
aunque éste se hallare fuera del territorio jurisdiccional del tribunal, mediante la entrega, por un funcionario
del establecimiento y bajo la responsabilidad del jefe del mismo, del texto de la resolución respectiva. Al

95
efecto, el tribunal podrá remitir dichas resoluciones, así como cualquier otro antecedente que considerare
relevante, por cualquier medio de comunicación idóneo, tales como fax, correo electrónico u otro. Sin
perjuicio de esto, el tribunal, podrá disponer, por resolución fundada y de manera excepcional, que la
notificación de determinadas resoluciones al imputado privado de libertad sea practicada en el recinto en que
funcione. Por último, si el imputado no supiere o no pudiere leer, la resolución le será leída por el funcionario
encargado de notificarla (Art. 29 del CPP).

b. Resoluciones pronunciadas dentro de audiencia (Art. 30 CPP): Las resoluciones pronunciadas


durante las audiencias judiciales se entenderán notificadas a los intervinientes en el procedimiento que
hubieren asistido o debido asistir a las mismas. De estas notificaciones se dejará constancia en el estado
diario, pero su omisión no invalidará la notificación. Los interesados podrán pedir copias de los registros en
que constaren estas resoluciones, las que se expedirán sin demora.

C. Contenido de las notificaciones (Art. 25 CPP) : La notificación deberá incluir una copia íntegra de la
resolución de que se trate, con la identificación del proceso en el que recayere, a menos que la ley
expresamente ordene agregar otros antecedentes, o que el juez lo estime necesario para la debida información
del notificado o para el adecuado ejercicio de sus derechos.

3. Norma Supletoria (Art. 32 CPP)

El CPP ha optado por regular ciertos aspectos esenciales en materia de notificaciones remitiéndose en lo no
regulado al CPC (Art. 32 del CPP).

2.8. INEFICACIA DE LOS ACTOS PROCESALES

El acto jurídico procesal que se ajusta a todos sus requisitos contemplados por el ordenamiento jurídico, es
eficaz. Por el contrario, el acto jurídico procesal es ineficaz o inoperante, en sentido amplio, cuando no
genera sus efectos propios o deja de producirlos por cualquier causa, sea ésta intrínseca o extrínseca al
acto mismo. Las sanciones de ineficacia del acto jurídico procesal son básicamente aquellas establecidas por
el Derecho común, además de otras específicas del Derecho Procesal, según analizaremos a continuación.

2.8.1 INEXISTENCIA: Concepto, efectos, formas de constatación

a) Concepto: Sanción de ineficacia de los actos jurídicos procesales derivada de la omisión de


requisitos de existencia. En esta clase de ineficacia del acto jurídico procesal, hay algo material que parece
ser un acto jurídico procesal, pero que en realidad no existe como tal. Esta sanción adquiere relevancia toda
vez que, en la medida en que el proceso sea inexistente, no existe cosa juzgada real. Además, esta sanción no
puede ser convalidada, no requiere declaración judicial y no existe plazo para alegarla.

b) Situaciones:

 No existe Tribunal. El tribunal parece como verdadero, actuando como tal, tomando decisiones y dictando

96
sentencia. Pero todas sus actuaciones, todas sus decisiones son inexistentes, al no haber un verdadero tribunal.
Aquí estamos hablando de falta de jurisdicción y no de falta de competencia. En EE. UU. y en otros países
existe lo que se llama el “moot-court”, por medio del cual se simula la actividad de un tribunal.
 Falta del Actor: Esto ocurre, por lo general, en los juicios simulados. Lo fundamental en un proceso es la
existencia de una acción, de una persona que esté demandando.
 Falta del Sujeto Pasivo: Aquí la falta impide que haya relación procesal. Esta falta puede significar: a)
Que no existe en absoluto demandado, lo que constituye claramente una inexistencia; b) Se pretende hacer
cumplir la sentencia en contra de una persona que no participó en el juicio. En este caso se trataría en rigor de
la inoponibilidad de la sentencia a un tercero, pero no de la inexistencia de este acto jurídico procesal.
 Falta de Petición: Para que haya proceso debe existir alguna petición, una solicitud en el campo jurídico.

c) Efectos:
 No hay una sentencia que produce cosa juzgada. Basta desconocer los efectos del acto jurídico procesal
inexistente para que su inexistencia se produzca.
 No es necesaria, por lo tanto, una petición a un tribunal para que reconozca la inexistencia. Pese a lo
anterior, puede ser útil pedir a un tribunal que se pronuncie sobre la inexistencia del acto, pues en la doctrina
no tiene mucha aceptación la teoría de la inexistencia, y sí la nulidad.
 No hay plazo para desconocer los efectos del acto jurídico procesal inexistente.
 Los tribunales no tienen la obligación de pronunciarse sobre esta materia, pues no hay causa de pedir.
 Los actos jurídicos procesales inexistentes no se pueden validar por acuerdo de las partes.

2.8.2 NULIDAD PROCESAL

2.8.2.1. Concepto, requisitos y efectos.

a) Nulidad.

1) Concepto: Es una sanción de ineficacia respecto de aquellos actos jurídicos del proceso en los que
se han omitido requisitos que la ley prescribe para su validez.
A diferencia de la nulidad civil, la nulidad procesal es una sola; no es ni absoluta ni relativa. Sin embargo, se
suele distinguir entre nulidad procesal y anulabilidad procesal: A) Nulidad: Es aquella que puede ser
declarada de oficio o a petición de parte, por haberse infringido normas que emanan del interés público (ej.:
incompetencia absoluta); B) Anulabilidad: Es aquella que puede ser declarada sólo a petición de parte, por
haberse infringido normas de orden privado (ej.: la incompetencia relativa cuando procede la prórroga, puede
o no alegarse).
La nulidad procesal genera la ineficacia específica del acto viciado (nulidad propia) y, en algunos casos,
también la de los actos realizados con posterioridad en el proceso, por existir una dependencia directa entre
todos ellos (nulidad extensiva o derivada). El acto procesal nulo derivativamente, en sí, puede estar
perfectamente ajustado a Derecho, y su ineficacia devendrá únicamente de haber sido contaminado por la
nulidad del acto que le precedió. El ejemplo típico de esta clase de nulidad es la que proviene de la falta de
emplazamiento (Art. 80 CPC). Conforme al principio de la protección, como requisito fundamental de la

97
nulidad procesal se exige que el vicio que la genera hubiere causado perjuicio a quien lo alega, que fuere
reparable sólo con la declaración de nulidad del acto. En lo demás, la nulidad procesal comparte las
características de la nulidad civil.44

2) Requisitos de Validez del Acto Jurídico Procesal : Los requisitos de validez del acto jurídico civil, y que
también pueden ser aplicables a la nulidad procesal, son:

A) Voluntad libre de vicios: Es esencial exteriorizar la voluntad para conocer cuál es la intención y decisión
del sujeto. Se puede manifestar en general, expresa o tácitamente. En Derecho Procesal se contempla,
normalmente, la voluntad expresa, y excepcionalmente hay casos en que existe o se presume voluntad ante al
silencio, lo que se llama voluntad tácita, v. g. prórroga tácita de la competencia. Esta voluntad, en el caso de
no existir, deriva en inexistencia. Mas en el caso en que la voluntad está viciada, el acto existe, pero carece de
validez y, por ende, es nulo.
Los vicios de la voluntad son:
1. Error: Es la falsa representación de algo. Hay dos clases de error: el error de hecho y el error de Derecho. El
error de Derecho no vicia la voluntad. El error de hecho debe ser determinante para viciarla. En los Actos
Jurídicos Procesales el error por regla general no vicia la voluntad: si se incurre en error de Derecho (ej.:
citando artículos derogados sin saberlo y el juez lo acoge), habrá una serie de recursos para enmendar ese
error, pero no por la vía de la nulidad, sino indirectamente a través de los recursos. Por su parte, los errores de
hecho pueden provenir de cualquier sujeto (ej.: se pide la declaración de testigos para el día domingo), y en
principio podrá ser corregido a través de los recursos. Sin embargo, hay casos excepcionales en los que el
error vicia la voluntad y se permite corregirlo. Ejemplos: Art. 402 CPC: permite retractarse de la confesión
sólo cuando se ha incurrido en error de hecho; Art. 212 CPC: si hay error en cuanto al plazo de la apelación,
podrá pedirse reposición dentro de tercero día.
2. Fuerza: En general es difícil que se dé este vicio en los actos jurídicos procesales, por el contexto en
que ocurren. Sin embargo, en el Recurso de Revisión se abre la posibilidad de la fuerza (Art. 810 CPC).
3. Dolo o Malicia: El artículo 280 del Código de Procedimiento Civil advierte que se considerará
doloso el procedimiento si se verifican las situaciones señaladas en su inciso 2º. No obstante, en este caso más
que dolo en el acto y su nulidad (el acto produjo todos sus efectos), existe una responsabilidad concreta con el
accionar de la parte que solicitó la medida prejudicial precautoria.

B) La Capacidad: Lo que realiza un incapaz carece de valor, pues no tiene capacidad legal. En general, los
incapaces en juicio actúan representados, y los actos de ese representante obligan al incapaz. El tribunal
también debe ser capaz: existe incapacidad en un juez o tribunal cuando son incompetentes para resolver un
asunto. Y lo obrado ante un tribunal incompetente es nulo. Los Auxiliares de la Administración de Justicia
deben ser capaces también, es decir, deben ser competentes para actuar. Por último los testigos deben ser
hábiles para declarar (Art. 357 CPC).

C) Causa Lícita: La causa es el fundamento del acto procesal, el cual debe ser lícito. La causa muchas veces
se confunde con el interés, pero el interés no es lo único por lo que se actúa (ej.: una parte acepta la petición

44
Consúltese sentencia de la Excelentísima Corte Suprema de 4 de mayo de 1990 en Revista de Derecho y
Jurisprudencia, tomo LXXXVII, sección 1ª, p. 21.

98
de la otra de suspender el juicio sólo por caballerosidad); o se confunde con agravio (ej.: presento un recurso
porque considero agraviante la sentencia). En general en el Derecho Procesal se supone que la causa de los
actos jurídicos procesales es lícita, ya que están generalmente todos reglamentados y tienen las solemnidades
que ella establece.

D) Objeto Lícito: Es el beneficio jurídico que se pretende. No siempre coincide con el beneficio patrimonial.
El beneficio jurídico se entiende como la obtención de un cambio en el ámbito jurídico, y que debe ser real y
lícito. Ej.: si se hace un juicio ficticio, será nulo porque no existe y el objeto es ilícito.

E) Solemnidades: En los actos jurídicos procesales podemos decir que la ley procesal normalmente hace que
éstos se expresen de una manera formal por medio de solemnidades inequívocas, que no contemplan
interpretaciones distintas. Las solemnidades permiten que no quepa duda respecto a lo que se está haciendo.
Tienen diferentes finalidades: i) Finalidad principal: Que la voluntad de quien realiza el acto sea clara. Ej.:
que no haya error ni duda en lo que se está pidiendo. ii) Dar seguridad jurídica, p. ej., respecto de la demanda
se obliga al demandante a cumplir con ciertos requisitos para saber qué pide, quién pide y contra quién lo
hace. Y la seguridad opera respecto del demandado, pues sabrá a qué se atiene. El juez, por su parte, sabrá qué
le piden y qué debe resolver. Las solemnidades de la sentencia nos permiten asegurarnos de cuál es la
decisión, por qué se toma y a quiénes afecta. Por eso la ley señala qué debe contener la sentencia en el artículo
170 del Código de Procedimiento Civil. iii) Otra finalidad es permitir el derecho de defensa; por eso es que
los escritos deben acompañarse con copia, para que la contraparte los pueda obtener 45. También se le exige al
juez que cuando una parte le haga una petición que altere el procedimiento, oiga a la otra parte, es decir, “le dé
traslado” (bilateralidad de la audiencia).

El peligro existe cuando se exageran las solemnidades por un excesivo formalismo. Hay veces en que se
imponen requisitos que no tienen razón de ser. El desmedido formalismo lleva a que se trate de esquivar las
formalidades y a menospreciar su importancia. Ej.: en el recurso de queja se exige una gran cantidad de
formalidades y además “si se omite cualquiera de los requisitos, deberá declararse inadmisible”.

3) Características de la Nulidad Procesal :

a. Afecta sólo a los actos jurídicos procesales.


b. Se rige por las normas procesales y no por el Derecho común.
c. Es una sola, no existe en Derecho Procesal nulidad relativa ni absoluta.
d. Requiere ser declarada judicialmente, de lo contrario no produce efectos. La nulidad judicialmente
declarada no puede desconocerse.
e. Se requiere que el acto jurídico procesal viciado cause algún perjuicio, por eso se dice que no hay
nulidad sin perjuicio.
45
Con la publicación en el Diario Oficial de la Ley 20.886 que establece la tramitación digital en los
procedimientos judiciales (18/12/2015), el legislador deroga la norma que exige, entre otros elementos, la
presentación de un escrito con sus respectivas copias, presentación que deberá realizarse vía electrónica.

La referida Ley entrará en vigencia con fecha 18/12/2016 en la Región Metropolitana (Corte de Apelaciones de
Santiago y Corte de Apelaciones de San Miguel). Demás casos se encuentran señalados en su artículo 1°
transitorio.

99
f. El vicio debe tener como sanción expresa la nulidad. Hay casos en que el vicio tiene como otra sanción.
Ej.: si el Receptor no notifica por carta certificada (solemnidad), la notificación no es nula, sino que el
Receptor será responsable por los perjuicios que cause la falta de solemnidad.
g. La nulidad procesal se convalida al no ser reclamada oportunamente, es decir, el acto nulo será válido
sino se reclama dentro de plazo.
h. El acto nulo puede ser ratificado por la parte a quien afecta. Ej.: La prórroga de la competencia aceptada
por el demandado.
i. Se sanea el acto nulo cuando se dicta la sentencia que termina el juicio (sentencia de término) (2.8.2.2).
j. La nulidad procesal puede ser declarada de oficio en ciertos casos (2.8.2.3). Ej.: el juez incompetente
absolutamente para conocer del asunto debe rechazar la demanda. Pero normalmente la nulidad procesal debe
ser reclamada.
k. La nulidad procesal puede producir la nulidad de actos posteriores. Ej.: si se cita a audiencia a las partes
y una de las notificaciones es nula por error en el domicilio, se puede pedir la nulidad de todo lo obrado para
que se anule la audiencia. Esto se llama nulidad derivada.

4) Medios para reclamarla: (formas de declaración 2.8.2.3)

Los medios para reclamar la nulidad procesal son:

A.- MEDIOS DIRECTOS.


i.- La nulidad de oficio (que en rigor no es una forma de reclamarla).
ii.- El incidente de nulidad. Dentro de éste se distingue:
a) Incidente ordinario de nulidad (Art. 83 y 84 CPC).
b) Incidentes especiales de nulidad (Art. 79 y 80 CPC).
iii.- El Recurso de Casación.
iv.- El Recurso de Nulidad (proceso penal).
v.- Excepciones dilatorias.

B.- MEDIOS INDIRECTOS.


i.- El Recurso de Reposición.
ii.- El Recurso de Apelación.
iii.- El Recurso de Queja.
iv.- El Recurso de Revisión.

5) Casos en que procede la nulidad procesal.

El artículo 83 del Código de Procedimiento Civil dispone que la nulidad procesal puede ser declarada, ya sea
de oficio o a petición de parte:
a) en los casos en que la ley expresamente lo disponga, y
b) en todos aquellos casos en que exista un vicio que irrogue a alguna de las partes un perjuicio reparable sólo
con la declaración de nulidad.

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6) El incidente ordinario de nulidad procesal (Art. 83 y 84 CPC) .

a) Concepto:
Es aquella cuestión accesoria de un proceso que requiere de un pronunciamiento especial del tribunal, la que
versa sobre la nulidad de la relación procesal misma o de uno o más actos de procedimiento.

b) Clasificación:
Atendiendo a la extensión de la nulidad solicitada, este incidente se clasifica en:
i) Aquél que tiene por objeto la nulidad de la relación procesal misma. Ej.: el incidente de nulidad de todo lo
obrado por falta de emplazamiento, fundado en que no se ha notificado legalmente la demanda: si éste es
acogido, todo el proceso será nulo.
ii) Aquél que persigue la ineficacia de actos procesales determinados. Como ejemplo podemos señalar aquel
incidente por el cual se solicita la nulidad de actuaciones probatorias, fundado en que no se notificó
legalmente la recepción de la causa a prueba.

c) Plazo para plantear el incidente de nulidad:


El incidente de nulidad sólo puede deducirse dentro de cinco días, contados desde que aparezca o se acredite
que quien debe reclamar la nulidad tuvo conocimiento del vicio; salvo que se trate de la incompetencia
absoluta del tribunal, en que la incidencia puede plantearse en cualquier momento, sin perjuicio de que el juez
deba declararla de oficio (Arts. 83 y 84 CPC).
Lo anterior, a menos que el vicio se refiera a alguna circunstancia previa a la contestación de la demanda, toda
vez que en ese caso lo que corresponde es deducir la excepción dilatoria pertinente en el plazo legal, antes de
contestar la demanda. De esta forma, si la nulidad se funda en que la demanda no ha sido notificada
legalmente, podrá oponerse la excepción dilatoria genérica contemplada en el artículo 303 Nº 6 del Código de
Procedimiento Civil, por cuanto se refiere a la corrección del procedimiento.

d) Personas que no pueden solicitar la nulidad:


El artículo 83 del Código de Procedimiento Civil dice expresamente que la nulidad no podrá ser solicitada por
la parte que:
i) ha originado el vicio;
ii) ha concurrido a su materialización; o
iii) ha convalidado tácita o expresamente el acto nulo. Habrá convalidación tácita –por ejemplo– si contesta la
demanda sin reclamar de la nulidad de la notificación.

e) Vicios que dan origen a la nulidad:


La nulidad existirá en todos aquellos casos para los cuales la ley establezca expresamente esa sanción y,
además, en todos los eventos en que exista algún vicio que irrogue a alguna de las partes un perjuicio sólo
reparable con la declaración de nulidad.
Por lo tanto, si existe alguno de estos vicios, pero él no causa perjuicio reparable sólo con la nulidad, no se
dará lugar a ella; por ejemplo, si se solicita la nulidad del probatorio por no haberse notificado legalmente la
recepción de la causa a prueba, pero se encuentra acreditado que no obstante ello la parte tomó debido

101
conocimiento de esa resolución y presentó la lista de testigos dentro de plazo. Es decir, no debe existir nulidad
por ese sólo hecho, sino que la nulidad debe necesariamente provocar un perjuicio.
Se ha discutido si en los casos en que la ley establece expresamente la nulidad como sanción, es también
imprescindible acreditar un perjuicio de carácter procesal. Nosotros estimamos que sí, en el entendido de que
esta exigencia es un principio general cuyo fin es evitar la “nulidad por la nulidad”.

f) (2.8.2.4.) La extensión o efectos de la nulidad procesal:


Como lo dispone el artículo 83 del Código de Procedimiento Civil en su inciso final, la declaración de nulidad
de un acto no importa (necesariamente) la nulidad de todo lo obrado con posterioridad, toda vez que el juez
deberá señalar en forma precisa cuáles son los actos nulos en razón de su conexión con el acto anulado. Esto
es sin perjuicio de que pueda invalidarse todo el proceso, cuando el vicio afecta a la relación procesal misma,
como por ejemplo, si el demandado no ha sido emplazado.

7) Los incidentes especiales de nulidad procesal .

a) Incidente especial de nulidad procesal establecido en el artículo 79 del Código de Procedimiento Civil:
Un litigante podrá solicitar la nulidad de lo obrado en rebeldía suya, ofreciendo probar que ha estado
impedido de actuar por un motivo de fuerza mayor. Este derecho sólo podrá ejercerse dentro de tres días,
contados desde que cesó el impedimento y pudo hacerse valer ante el tribunal que conoce del negocio.
En este caso existe una aplicación del aforismo jurídico “al impedido no le corre plazo”. El ejemplo más claro
que podemos mencionar es aquél en que se notifica una demanda a una persona gravemente enferma, que
precisamente por esa circunstancia no podrá contestarla dentro de plazo legal.

b) Incidente especial de nulidad procesal establecido en el artículo 80 del Código de Procedimiento Civil:
Si al litigante rebelde no se le han hecho saber en persona ninguna de las resoluciones dictadas en el proceso,
éste podrá pedir la nulidad de lo obrado, ofreciendo acreditar que, por un hecho que no le es imputable, han
dejado de llegar a sus manos las copias a que se refieren los artículos 40 y 44 del CPC, o que ellas no son
exactas en su parte sustancial.
Este derecho únicamente podrá reclamarse dentro de cinco días, contados desde que aparezca o se acredite
que el litigante tuvo conocimiento del juicio.
Este incidente tiene la especial particularidad que puede intentarse no obstante que se haya dictado sentencia
definitiva firme o ejecutoriada, toda vez que esa ejecutoriedad será sólo aparente en atención a no haber
existido una relación procesal válida. Esto último se desprende de los artículos 182 inciso 2º y 234 inciso final
del Código de Procedimiento Civil. Del primero, porque esta disposición indica expresamente que la norma
que prescribe que no podrá modificarse una sentencia definitiva o interlocutoria por el mismo tribunal que la
dictó, no rige en el caso del artículo 80 del Código de Procedimiento Civil. El artículo 234 del Código de
Procedimiento Civil, a su turno, se refiere a las excepciones que puede oponer el demandado ante la ejecución
de la sentencia definitiva, precepto que en su inciso final acota que ello es sin perjuicio de lo dispuesto en el
artículo 80 del Código de Procedimiento Civil.

Estos dos incidentes especiales de nulidad procesal deberán sustanciarse por cuerda separada, lo que significa
que no se paraliza la causa principal (Art. 81 CPC).

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c) Incidente de nulidad de la notificación:
Si el incidente se funda en la nulidad de alguna notificación y es acogido, la notificación declarada nula se
entenderá practicada desde el momento en que se notifique a la parte esa resolución que la declara nula. Si la
nulidad ha sido dispuesta por un tribunal superior, aquella notificación se entenderá realizada cuando el
tribunal de primera instancia notifique por el estado diario la resolución que ordena cumplir lo resuelto por ese
tribunal superior, es decir, el “cúmplase” (Art. 55 inciso 2º CPC).

2.8.3 PRECLUSIÓN.

i. Concepto:
Es la sanción de ineficacia a los actos realizados fuera de los límites indicados por la ley procesal para
su ejercicio. Existe un orden consecutivo legal que se presenta cuando está indicado por la ley. Y un orden
consecutivo convencional o discrecional que lo deciden las partes o el juez, respectivamente. El orden
consecutivo legal señala los actos jurídicos procesales y los plazos para realizarlos en las distintas etapas del
procedimiento. De esta forma el jurista Hugo Alsina señala que la preclusión es el efecto que tiene un estadio
procesal de clausurar el anterior. El fundamento de la preclusión es hacer avanzar el proceso. No se quiere
retornar a la etapa anterior. La preclusión hace que los actos jurídicos procesales se conviertan en
irrevocables.
ii. Formas de Preclusión:
a) Por vencimiento del plazo para realizar el acto jurídico procesal. Una vez expirado el plazo precluye el
derecho a realizar el acto jurídico procesal. Esta idea de preclusión es exclusiva del Derecho Procesal y
propiamente de los actos jurídicos procesales. Se trata de los plazos fatales, los que al expirar hacen perder el
derecho a realizar el acto.
b) Realización de actos incompatibles. En ocasiones la ley indica que se puede hacer una cosa o la otra, es
decir, son excluyentes. Ej.: para reclamar de la incompetencia del tribunal se puede hacer por declinatoria o
por inhibitoria.
c) Por el hecho de haberse ejercitado ya válidamente la facultad. Ej.: El Art. 465 Código de Procedimiento
Civil señala que todas las excepciones que tenga el deudor debe oponerlas en un mismo escrito, de una sola
vez. Si después de hacerlo quisiera invocar otra excepción, ya no podrá oponerla pues precluyó.

2.8.4 INOPONIBILIDAD.
Es la ineficacia del acto jurídico procesal respecto de terceros, por no haberse cumplido con exigencias
previstas en la ley para que éste produzca efectos a su respecto. La regla general es que el acto procesal
sólo es oponible a las personas vinculadas con el proceso en que se produce, o que hayan tomado parte en la
celebración de un acto procesal extrajudicial (Art. 177 CPC y Art. 185 COT).
Un acto es oponible a una persona cuando sus efectos pueden alcanzarlo, por lo que cuando los actos jurídicos
procesales no alcanzan a una persona ni a su patrimonio, se dice que el acto le es inoponible, en otras
palabras, “no le empece”. Aquí no hay acto nulo, sino que la sentencia válida no tiene efectos sobre
determinada persona. La inoponibilidad autoriza a desconocer los efectos del acto, en virtud de lo cual el
tercero puede oponer la excepción de no empecerle la sentencia (Art. 234 inciso 2º CPC).

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La inoponibilidad se reconoce en el artículo 3º del Código Civil, que establece el efecto relativo de las
sentencias. Sin embargo, hay algunas sentencias que producen efecto reflejo (que son oponibles a terceros):
a) Causas sobre estado civil, v. g., el hecho de que el matrimonio sea nulo.
b) En materia penal, la sentencia puede tener efectos en terceros responsables.

2.8.5 Otras Sanciones: Existen autores que citan como sanciones de ineficacia la condena en costas, las
consignaciones judiciales, la deserción y prescripción de los recursos, el apercibimiento, la inadmisibilidad y
el abandono del procedimiento. De todos estos ejemplos, estimamos que las dos primeras, pese a ser
sanciones, no lo son de ineficacia, por lo cual no deben contarse entre éstas.

3. TEORÍA DE LA PRUEBA

3.1. NOCIÓN DE PRUEBA

Ni el Código Civil C ni el Código de Procedimiento Civil definen lo que debe entenderse por “prueba”. Su
significado corriente expresa una operación mental de comparación y, desde este punto de vista, la prueba
judicial es la confrontación de la versión de cada parte con los medios de prueba producidos para abonarla.

Probar es demostrar o acreditar la verdad de un hecho o una proposición. En un lenguaje jurídico, la prueba
es la demostración, mediante los medios que la ley establece, de la verdad de un hecho que ha sido
controvertido y que es fundamento del derecho que se pretende.

Este es un concepto de prueba judicial, que es la única prueba que pueden recibir los tribunales, la cual en la
práctica se traduce en una labor de confrontación por parte del juez, de la verdad de las aseveraciones de los
litigantes con relación con los medios de prueba suministrados para acreditarla.

3.2. IMPORTANCIA DE LA PRUEBA COMO PRESUPUESTO DE UNA SENTENCIA JUSTA


La convicción que el tribunal tiene que formarse en cuanto a los hechos nunca puede ser arbitraria, sino que
ella debe ser fundada en virtud del Principio de la Socialización de la Sentencia, el cual obliga al tribunal a
fundar la sentencia en torno a los hechos, de manera tal que toda persona pueda llegar al convencimiento de la
legitimidad del fallo, para ello existen mecanismos de control que se establecen respecto de la convicción, los
cuales son universales , es decir, existen en todo sistema procesal, uno de ellos es la motivación de la
sentencia.

La mayoría de los ordenamientos procesales han adoptado una concepción racional de la decisión de imponer
al juez la obligación de motivar sus decisiones, o sea se obliga al juez a exponer en su motivación las razones
que justifican su decisión. Básicamente, el juez tiene que racionalizar el fundamento de su decisión
estructurando los argumentos en función de los cuales la misma puede resultar justificada.

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Dentro del proceso nacional el tribunal, para dictar una sentencia, requiere necesariamente establecer en forma
clara y perentoria los hechos sobre los cuales se aplica el derecho para la resolución del conflicto. En Chile se
encuentra consagrada la motivación de la sentencia en el artículo 170 Nº 4 del CPC en relación con los
números 5 a 8 del autoacordado de la Corte Suprema de 30 de septiembre de 1920 sobre la forma de las
sentencias, los cuales se citan a continuación:
- CPC Art. 170 (193). Las sentencias definitivas de primera o de única instancia y las de
segunda que modifiquen o revoquen en su parte dispositiva las de otros tribunales,
contendrán: 4°. Las consideraciones de hecho o de derecho que sirven de fundamento a la
sentencia;
- Autoacordado de 30 de septiembre de 1920 sobre la forma de las sentencias Que las
sentencias definitivas de primera o de única instancia y las de segunda que revoquen o
modifiquen las de otros tribunales, comenzarán expresando el lugar en que se expidan y
en letras el día, mes y año, y contendrán:
5º Las consideraciones de hecho que sirvan de fundamento al fallo. Se establecerán con
precisión los hechos sobre que versa la cuestión que debe fallarse, con distinción de los
que hayan sido aceptados o reconocidos por las partes y de aquellos respecto de los cuales
haya versado la discusión.
6º Enseguida, si no hubiere discusión acerca de la procedencia legal de la prueba, los
hechos que se encuentren justificados con arreglo a la ley y los fundamentos que sirvan
para estimarlos comprobados, haciéndose en caso necesario la apreciación
correspondiente de la prueba de autos conforme a las reglas legales.
7º Si se suscribe cuestión acerca de la procedencia de la prueba producida, la exposición
de los fundamentos que deben servir para aceptarla o rechazarla, sin perjuicio del
establecimiento de los hechos en la forma expuesta en los párrafos precedentes para los
fines consiguientes.
8º Establecidos los hechos, las consideraciones de derecho aplicables al caso.

Estas reglas no sólo se aplican en materia civil, sino que también en materia penal. El legislador se ha
encargado de establecer más clara y categóricamente aún que en el CPC la motivación de hecho que el juez
debe hacer en la sentencia penal dentro del antiguo proceso penal al prescribir expresamente en el Nº4 del
artículo 500 del Código de Procedimiento Penal que la sentencia definitiva de primera instancia y la segunda
que modifique o revoque la de otro tribunal, contendrán: 4° Las consideraciones en cuya virtud se dan por
probados o por no probados los hechos atribuidos a los procesados; o los que éstos alegan en su descargo, ya
para negar su participación, ya para eximirse de responsabilidad, ya para atenuar ésta.

En el nuevo proceso penal, el artículo 36 del Código Procesal Penal contempla como principio general y
obligatorio la fundamentación de todas las resoluciones judiciales, con la sola excepción de aquellas que se
pronuncien sobre cuestiones de mero trámite.

Tratándose de la decisión que debe pronunciarse al término de la audiencia del juicio oral, prescribe el artículo
343 del CPP que una vez concluida la deliberación privada de los jueces, de conformidad a lo previsto en el

105
artículo 339, la sentencia definitiva que recayere en el juicio oral deberá ser pronunciada en la audiencia
respectiva, comunicándose la decisión relativa a la absolución o condena del acusado por cada uno de los
delitos que se le imputaren, indicando respecto de cada uno de ellos los fundamentos principales tomados en
consideración para llegar a dichas conclusiones.

Respecto de la redacción de la sentencia definitiva que deberá efectuarse dentro de los términos previstos por
el legislador, prescribe el artículo 342 del CPP que La sentencia definitiva contendrá: c) La exposición clara,
lógica y completa de cada uno de los hechos y circunstancias que se dieren por probados, fueren ellos
favorables o desfavorables al acusado, y de la valoración de los medios de prueba que fundamentaren dichas
conclusiones de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 297.

La fundamentación de la sentencia definitiva también se da en aquellos procesos que se fallan conforme a las
normas de la equidad. Así, el artículo 640 del CPC que se refiere a que la sentencia del arbitrador contendrá:
4°. Las razones de prudencia o de equidad que sirven de fundamento a la sentencia. Esto quiere decir que los
árbitros arbitradores también tiene en nuestro derecho la obligación de fundar su fallo en razones de prudencia
y equidad estableciendo los hechos sobre los cuales se fundamentan dichas razones.

3.3. ACTOS DE INVESTIGACIÓN EN EL PROCESO PENAL

En el procedimiento penal, sea que este se encuentre basado en un sistema inquisitivo o acusatorio, se
contempla en la actualidad una etapa previa o preliminar de investigación para los efectos de determinar los
hechos que justifican la iniciación del juicio propiamente tal, ya sea a cargo de un juez (antiguo procedimiento
penal) o a cargo de un fiscal (nuevo procedimiento penal). Respecto de esta etapa previa se ha sostenido que
los actos de investigación preliminar, ya sea que se realicen en forma privada por las partes, por la Policía, el
Ministerio Público o el propio tribunal no constituyen actos de prueba, por cuanto estos últimos requieren el
cumplimiento de dos requisitos, uno objetivo , consistente en la contradicción, y otro subjetivo, por cuanto la
prueba ha de estar intervenida por un órgano jurisdiccional. Éste último requisito no se cumple en todos los
supuestos de actos de investigación prejudicial y el primero puede estar, también ausente. Este principio se
encuentra reconocido expresamente en nuestro ordenamiento jurídico respecto de los actos de investigación
del Fiscal y la policía en los siguientes preceptos legales:
a. Artículo 83 inciso 1º de la Constitución Política señala que el Ministerio Público en caso alguno podrá
ejercer funciones jurisdiccionales.
b. Artículo 296 del Código procesal penal establece la regla general de que la prueba que hubiere de servir
de base a la sentencia deberá rendirse durante la audiencia del juicio oral, lo que se reitera en el inciso
segundo del artículo 340 del mismo Código, al establecer que el tribunal formará su convicción sobre la
base de la prueba producida durante el juicio oral.

Sin embargo, se debe tener presente que las mayores dificultades se presentan en el momento de distinguir los
actos de investigación judicial y los actos de prueba ya que ambos están destinados y dirigidos por órganos
jurisdiccionales. Pese a ello, podemos señalar las siguientes diferencias fundamentales:

106
Actos de prueba Actos de investigación judicial
En cuanto a su estructura, presuponen la realización Se realizan con anterioridad a la formulación de
de las afirmaciones de hechos que constituyen su tales observaciones y su finalidad es aportar
objeto, afirmaciones que las partes realizan en sus aquellos elementos necesarios para la realización de
escritos de conclusiones previsionales. las mismas.

Se realizan en el acto de juicio oral (con las Se enmarcan en el seno de la instrucción preliminar
excepciones de los supuestos de prueba anticipada) y cumplen, por tanto, la misma finalidad que se
y su finalidad es servir de fundamento a la asigna a esta: la preparación del juicio oral.
sentencia.
En el momento de dictar sentencia se requiere que el Durante la instrucción criminal se adoptan un serie
juzgador esté plenamente convencido de la de resoluciones judiciales así como en su caso, la
responsabilidad ; convencimiento que debe basar apertura del juicio oral, que tienen su fundamento en
necesariamente en actos de prueba, no bastando un el resultado de la investigación practicada y no
mero juicio de probabilidad objetiva, ya que el exigen que el Juez tenga el pleno convencimiento
mismo debe conducir necesariamente a la sobre la responsabilidad penal de la persona a quien
absolución se refieren tales resoluciones. Basta en ese momento
un juicio de mera probabilidad o verosimilitud
objetiva, basado en datos fácticos o indicios, no en
meras sospechas o conjeturas.
Respecto de las diferentes garantías que presiden la Respecto de las diferentes garantías que presiden la
realización de ambas clases de actos, en los actos de realización de ambas clases de actos, el principio de
prueba deben realizarse siempre bajo la vigencia del contradicción no es absoluto en los actos de
principio de contradicción. investigación.

3.4. FUENTES Y MEDIOS

En esta materia se ha hablado de un “caos terminológico” con referencia a la prueba, y para comprobarlo basta
advertir que se viene hablando de elementos, fuentes, medios, materia, tema, resultado, razones, etc., y que
cada autor da a cada una de esas palabras un sentido diverso, de modo que al final es imposible entenderse. En
este sentido uno de los temas que requiere de mayor clarificación es la distinción entre el concepto de medio
de prueba y de fuente de prueba.

Conceptualmente hay que distinguir entre lo que ya existe en la realidad (fuente) y el cómo se aporta al
proceso (medio) con el fin de obtener certeza del juzgador, esta distinción conceptual arranca de la
constatación de que en el proceso se realiza una actividad de verificación, y de que para que éste sea posible
tiene que existir algo con lo que verificar; ese algo no puede crearse desde la nada en el proceso, sino que
tiene que preexistir al mismo. Dado lo anterior, se debe tener en cuenta que:
-Fuente es un concepto extrajurídico, metajurídico o ajurídico, que se corresponde forzosamente con
una realidad anterior al proceso y extraña al mismo; mientras que medio es un concepto jurídico y, más
específicamente, procesal.

107
-La fuente existe con independencia de que llegue a realizarse o no un proceso, si bien éste no se
produce no tendrá repercusiones procesales, aunque pueda tenerlas materiales; el medio se forma en el
proceso, en un proceso concreto, y siempre producirá efectos de esta naturaleza.
-Las partes, antes de iniciar el proceso, buscarán las fuentes de prueba mediante una actividad de
investigación y, contando con ellas, incoarán el proceso proponiendo en él los medios para incorporar
las fuentes, de modo que en éste se realiza sólo una labor de verificación.
-Las fuentes preexisten todas al proceso, mientras que en éste solo se practican los medios; sin proceso
no hay medios de prueba, pero las fuentes son independientes en su existencia y no dependen de que se
realice o no proceso.
-La fuente es lo sustantivo y material; el medio es actividad.

3.5. OBJETO DE LA PRUEBA

El objeto de la prueba son “los hechos que se alegan como fundamento del derecho que se pretende”, es
decir, aquello sobre lo cual ha de verificarse la demostración en el proceso. La doctrina que podemos
considera clásica refería el objeto de la prueba a los hechos.
De acuerdo lo señalado por Rosenberg, debemos entender por hechos los acontecimientos y circunstancias
concretos, determinados en el espacio y en el tiempo, pasados y presentes, del mundo exterior y de la
vida anímica humana, que el derecho objetivo ha convertido en presupuesto de un efecto jurídico.
Importa tomar en cuenta que sólo deben probarse los hechos sustanciales, pertinentes y controvertidos; la
prueba de otros hechos es inoficiosa para el resultado del proceso. Además, y por regla general, el objeto de la
prueba es la afirmación de un hecho, aunque en ciertos casos, deben probarse hechos negativos.

1. Prueba del derecho


La prueba debe recaer siempre sobre los hechos, y jamás sobre el derecho. El derecho se encuentra prescrito
por la ley, y de ahí́ el principio de que el régimen de la prueba se refiere al hecho, en tanto que el derecho no
se prueba, sino que se interpreta.
No obstante lo anterior, hay dos casos excepcionales en que la prueba del derecho será indispensable: cuando
se invoca el derecho extranjero (artículo 411 CPC) y cuando se invoca la costumbre (artículo 2 CC).

2. Prueba de hechos negativos


Hemos dicho que la prueba debe recaer sólo sobre hechos positivos, requiriendo la negativa de un hecho sólo
su alegación. Sin embargo, en ciertos casos será necesario probar la negación de un hecho, acreditándose el
hecho afirmativo contrario.
No hay ninguna regla positiva ni lógica que releve al litigante de producir la prueba de sus negaciones. Y
cuando se habla de que las partes que afirman alguna cosa tiene el deber de probarla, se establece una regla
para el caso de que las proposiciones fueren expuestas en forma asertiva, sin que nada se diga para el caso
inverso, en que las proposiciones se formulen en forma de negación. En suma, no existe razón alguna –ni
lógica ni jurídica– para interpretar lo anterior como un relevo de prueba.

3.6. TEMA DE LA PRUEBA

108
Es importante distinguir el objeto de la prueba del tema de la prueba, mientras que el objeto de la prueba en
los procesos atiende a lo que en general debe probarse dentro de cualquiera de ellos y estos son los hechos que
integran una norma jurídica debiendo además dilucidar si el derecho debe ser objeto de prueba, el tema o la
necesidad de la prueba se refiere a lo que respecto de un proceso concreto debe probarse, no siendo ello más
que los hechos que las partes han afirmado como integrantes de la pretensión y excepción que han hecho valer
en un determinado proceso.

3.7. LA CARGA DE LA PRUEBA EN MATERIA CIVIL Y PENAL

Determinar a quién le corresponde probar un hecho tiene enorme interés, pues hay muchas situaciones en la
vida de las relaciones jurídicas en que el éxito o el fracaso del resultado del proceso va a depender de la
prueba de un hecho. Interesa saber en cada caso concreto cuál de los litigantes debe probar.
El probar los hechos de la causa por quien corresponda, cuando la ley ha colocado en manos de él, el peso de
la prueba, constituye una carga procesal.

En materia Civil la regla general está dada por el artículo 1698 del Código Civil el cual señala que incumbe
probar las obligaciones o su extinción al que alega aquéllas o ésta. Las pruebas consisten en instrumentos
públicos o privados, testigos, presunciones, confesión de parte, juramento deferido, e inspección personal del
juez. Por lo tanto, la carga de la prueba recae sobre el que tiene el interés de afirmar; por tanto, quien propone
la acción tiene la carga de probar los hechos constitutivos de ella, y quien propone la excepción tiene la carga
de probar los hechos extintivos o las condiciones impeditivas o modificatorias. La disposición del artículo
1698 del Código Civil si bien refleja el concepto de la carga de la prueba, es incompleta puesto que no
contempla una serie de situaciones que pueden presentarse en torno de la materia en estudio, esto es, de la
carga de la prueba al referirse solamente la ley a la existencia o extinción de la obligación. Sin embargo, la
doctrina distingue en forma mas completa que el Código Civil una gran variedad de hechos que
eventualmente pueden ser alegados por las partes:
a) Constitutivos: aquellos que generan una obligación.
b) Invalidativos: aquellos que generan la nulidad de la obligación.
c) Convalidativos: aquellos que partiendo del supuesto acto invalidado permiten sanearlo.
d) Impeditivos: aquellos que vician el acto desde su inicio sin posibilidad de sanearse.
e) Extintivos: aquellos que extinguen la obligación.
Como regla general, podemos decir que la carga de la prueba la tiene aquel a quien la existencia del hecho
favorece respecto de los hechos constitutivos y convalidativos, mientras que en los hechos invalidativos,
impeditivos y extintivos, la carga de la prueba la tiene aquel a quien la nulidad o extinción de la obligación
favorece.
Además de la regla anterior, existen una serie de criterios generales doctrinarios y jurisprudenciales para
determinar la distribución de la carga de la prueba:
a) El actor tiene la carga de probar la acción y el demandado la excepción.
b) La carga corresponde a quien afirma un hecho y se exime a quien niega un hecho.
c) La carga corresponde a quien alega un hecho anormal porque lo normal se presume (la carga corresponde a
quien pretende innovar).

109
d) Corresponde la carga de la prueba a la parte que afirma un hecho que constituye un supuesto para la
aplicación de la norma jurídica que invoca.

En materia penal, sea que estemos en presencia de un proceso penal inquisitivo o acusatorio, se ha señalado,
que en el proceso penal el imputado no tiene que probar su inocencia, sino que lo que existe en él es un
órgano del Estado (órgano de persecución) cuya finalidad es adquirir toda la información de cargo y de
descargo para aproximarse, lo más posible, a la verdad histórica. En el mismo sentido se ha señalado que la
inocencia se presume; y por esto en el proceso penal la obligación de probar le corresponde a la acusación 46.

3.8. MEDIOS PROBATORIOS

Desde un punto de vista amplio, medio de prueba es todo elemento que se aporta al proceso, por las partes
o el tribunal actuando de oficio, y que sirve para convencer al juez de la existencia de un dato procesal.
También puede concebirse el medio de prueba como los instrumentos, cosas o circunstancias existentes en
el proceso en las cuales el juez encuentra los motivos de su convicción frente a las proposiciones de las
partes.

Los medios de prueba pueden clasificarse en:

i) Según la oportunidad en que se produce con relación al juicio en que inciden:


A) Prueba preconstituida: Es aquella que se ha producido con anterioridad al juicio. Puede ser
convencional, si una parte o ambas han intervenido en su elaboración con prescindencia de un tribunal
(por ejemplo un instrumento público); o judicial, si se ha rendido ante un tribunal (por ejemplo las
medidas prejudiciales para prueba).
B) Prueba simple o a posteriori: Es la que se produce durante la tramitación del juicio.

ii) Según su eficacia:


A) Prueba Plena: Son aquellos medios probatorios que por sí mismo bastan para establecer la
existencia de un hecho. Ej. Confesión de parte.
B) Prueba Semi-Plena: Son aquellos medios probatorios que no bastan por sí mismos para dar por
establecido un hecho, sino que necesitan de la concurrencia de otras pruebas. Ej. Testigos.

iii) Según la relación entre el sujeto que verifica la prueba y su objeto:


A) Prueba Directa: Es aquella en la que existe una relación inmediata entre quien la verifica y el
objeto de ella. La relación consiste una apreciación sensible. Ej. Inspección personal del Tribunal.
B) Prueba Indirecta: Es aquella en que la relación entre el objeto verificado y quien lo verifica tiene
un carácter mediato o lejano. Ej. Testigos de Oídas.

46
En el primer informe de la comisión de Constitución, Legislación y Justicia del Senado respecto del artículo 4 del
Código Procesal Penal se dejó expresa constancia que uno de los principales efectos que habrá de producir la aplicación
del principio de inocencia es que la carga de la prueba en el proceso recae en el fiscal, por lo cual la persona no debe
probar su inocencia.

110
En cuanto a los medios de prueba en nuestro derecho, los medios probatorios de que puede hacerse uso en
juicio están enumerados en forma taxativa en el Artículo 341 CPC. Ellos son:
 Instrumentos.
 Testigos.
 Confesión de Parte.
 Inspección Personal del Tribunal.
 Informe de Peritos.
 Presunciones.

El orden de esta enumeración, es meramente enunciativo, por lo que no significa que esta sea la relación de
preeminencia de unos medios por sobre otros.

3.8.1. SISTEMA TAXATIVO Y NO TAXATIVO

En general la doctrina ha reconocido la existencia de dos sistemas de valoración de la prueba:


a. Sistema de la prueba legal o tasada (taxativo): el legislador en forma previa, general y
abstracta determina el valor que el tribunal debe otorgar a los medios de prueba para la
determinación de los hechos.

b. Sistema de la prueba racional o de libre apreciación (no taxativo): el juez determina en


cada caso concreto el valor de las diversas pruebas rendidas en el proceso para formar su
convicción. Dentro de este sistema se encuentran dos especies:
1) Sistema de la íntima convicción: el juez aprecia la prueba y determina su valor para
formar su convicción, pero no es necesario que exteriorice los fundamentos que
tuvo para ello en su sentencia.
2) Sistema de la sana crítica: el juez aprecia la prueba y determina su valor para
formar su convicción debiendo seguir para ello determinados criterios objetivos de
carácter general, y debe exteriorizarse en la sentencia los fundamentos que tuvo
para ello.

3.8.2. TEORÍA DE LA EXCLUSIÓN DE LA PRUEBA

Se refiere a las limitaciones a la prueba, que son todos aquellos casos dentro de un sistema probatorio
significan un impedimento para la utilización de un medio de prueba destinado a acreditar una circunstancia
dentro de un proceso. A este respecto, la doctrina ha distinguido como factores que conducen a una limitación
en la rendición de la prueba dentro del proceso dos aspectos:
a. La legalidad en la actividad probatoria. Dado que la actividad procesal está sujeta al principio
de legalidad, no puede haber dudas de que una parte de esa actividad, la probatoria, tiene que obedecer
al mismo.
El cumplimiento de la legalidad tiene perspectivas muy diferentes, aunque todas ellas se complementen.
Esas perspectivas se refieren a que:

111
- Los únicos medios de prueba son los enumerados taxativamente por la ley, de modo que las
partes no pueden pedir ni el juez acordar actividad probatoria no prevista en la ley.
- No puede utilizarse un determinado medio de prueba establecido en la ley en los casos en
que el legislador excepcionalmente para ciertos y determinados procesos o para acreditar determinados
hechos dentro de un proceso haya excluido su utilización.
- Cada uno de los medios de prueba tiene que proponerse y practicarse precisamente en la
forma establecida en la ley y no de cualquier otra.
b. La admisibilidad de la realización de la actividad probatoria dentro del proceso. El solo
cumplimiento del principio de legalidad respecto de un determinado medio probatorio no conduce a la
rendición de la prueba, puesto que puede ser excluida la posibilidad de su rendición en atención a
razones de pertinencia y utilidad.
i. Pertinencia: la pertinencia atiende al hecho que se fija como objeto de la prueba en
relación con las afirmaciones que se hicieron por las partes en su momento, y puede llevar a la no
admisión de los medios de prueba que se propongan. Como casos de inadmisibilidad de uno o más
medios de prueba por ser ellos impertinentes para los efectos de acreditar un determinado hecho, se han
señalado los siguientes:
- Los medios de prueba que se dirijan a probar hechos que no fueren afirmados por las partes
en los actos de alegación.
- Los medios de prueba que se propongan por las partes para probar hechos no controvertidos.
- Los medios de prueba que se propongan con el fin de probar hechos que no afecten al
posible contenido del fallo de la sentencia, esto es, pruebas que no tienen influencia alguna para
resolver la cuestión controvertida.
- Los medios de prueba por los que pretendan probarse hechos notorios.
- Los medios que no están destinados a probar hechos que son el objeto del proceso.
En el nuevo proceso penal, el juez de garantía se encuentra facultado para excluir la rendición de
pruebas ofrecida por las partes durante el juicio oral si ellas fueren impertinentes (artículo 276 inciso 1
Código Procesal Penal).
ii. Utilidad: la utilidad atiende fundamentalmente al medio en sí mismo considerado, aunque
no pueda faltar en ocasiones referencia a la relación entre medio y hecho.
La inutilidad de un medio de prueba en sentido estricto puede atender a dos tipos de razones:
- Cuando el medio probatorio no es adecuado para verificar con él las afirmaciones de hecho
que pretenden ser probadas por la parte, esto es, cuando el medio es inadecuado respecto del fin que se
persigue, por ejemplo, cuando se propone la prueba pericial para que un jurista informe al juez sobre la
correcta interpretación de una norma jurídica.
- Cuando el medio probatorio propuesto es superfluo, bien porque se han propuesto dos
pruebas periciales con el mismo fin, bien porque el medio de prueba ya se había practicado antes.
En el nuevo proceso penal, se contempla expresamente facultades para que el juez de garantía en la
audiencia de preparación del juicio oral vele por la utilidad de la prueba, eliminando aquellas que
pudieren ser reiterativas y pudieren generar solo una mayor dilación e impida la concentración que debe
revestir la audiencia de juicio oral en que se velará por la solución del conflicto (artículos 276 inciso 2 y
316 inciso 1 CPP).

112
Cabe hacer a la distinción entre lo ilícito y lo inadmisible en el procedimiento probatorio: PRUEBA
ILÍCITA. Se entiende por prueba ilícita la obtenida por medios ilícitos, la prueba recogida en infracción a
normas de naturaleza material y principalmente contraria a los principios constitucionales, de hecho
desde un punto de vista genérico y extrajurídica, puede definirse como aquella que ofende la dignidad
humana.
En Chile, se ha definido a la prueba ilícita como todo aquel medio probatorio aportado por las partes o por
funcionario público, que en sí mismo o en su obtención importe la violación de alguno de los derechos o
garantías constitucionales, sin necesidad de existir al respecto sanción procesal expresa.
Dentro de los conceptos afines a la prueba ilícita podemos encontrar: prohibiciones probatorias (se refiere a
distintos supuestos en los que la prueba es ilícita y que afectan tanto a la toma como al uso de dicha prueba, es
decir, mientras que el concepto de prueba ilícita se refiere a los elementos de prueba, el concepto de
prohibición probatoria se refiere a las consecuencias de la calificación de dicha prueba como ilícita), prueba
ilegal o irregular (todo aquel elemento probatorio que en su obtención o en su práctica haya existido
vulneración de preceptos legales que no gocen del carácter de garantía constitucional), prueba ilegítima (se
trata de aquellos casos en que la norma violada tiene el carácter de procesal, quedando fuera de esa
calificación aquellas que gocen de carácter sustancial), prueba viciada (toda aquella en que concurren una
serie de circunstancias que afectan a la veracidad de su contenido pero sin tener en consideración para nada la
forma en que se ha obtenido) y prueba clandestina (toda aquella realizada de un modo oculto, infringiendo la
intimidad o privacidad de las personas).

3.9. FASES DEL PROCEDIMIENTO PROBATORIO47:

3.9.1. Proposición:

Dentro del procedimiento civil y, especialmente en la fase plenaria del procedimiento penal o en la audiencia
o en la audiencia de preparación del juicio oral en el nuevo sistema procesal penal, la o las partes deben
informar o anunciar al tribunal los medios de pruebas de que intentarán valerse, solicitando asimismo que los
acepte.

3.9.2. Admisión:

Consiste en la autorización del tribunal para que la prueba ofrecida se realice. Dentro de esta etapa el tribunal
tiene un papel de contralor de ella en los siguientes aspectos:

a) Es contralor de la oportunidad: cada medio de prueba tiene oportunidad procesal para ser rendida
debiendo el tribunal velar porque dicha oportunidad se respete.
b) Es contralor de la pertinencia: el tribunal no aceptará que se rindan pruebas que no guarden relación con
los hechos fijados en la resolución que recibe la causa a prueba. Se trata de un control que se realiza
fundamentalmente en la lista de testigos y en la prueba confesional.

47
MATURANA, Cristian. Aspectos Generales de la prueba.

113
c) Es contralor de la admisibilidad: el tribunal, de acuerdo con esta función, debe velar porque dentro del
proceso para acreditar los hechos se utilicen los medios de prueba que contempla la ley y que sean eficaces
para darlos por acreditados. La regla general es que este control sea realizado en la sentencia definitiva y de
manera excepcional se realiza durante el curso del procedimiento, como cuando de oficio se rechaza a los
testigos afectos a notorias inhabilidades absolutas, o de confesión no autorizada. En el nuevo proceso penal,
este tipo de control se efectúa en la audiencia de preparación del juicio oral (art. 276 CPP).
d) Es contralor de los requisitos protectores de las partes respecto de cada solicitud de diligencia
probatoria: el tribunal debe velar porque cada providencia probatoria se cumpla previa resolución del tribunal,
notificada a las partes (artículo 324 CPC). En el nuevo proceso penal, las pruebas que deben rendirse en el
juicio oral se determinan en forma previa al juicio oral en el auto de apertura de juicio oral que dicta el juez de
garantía luego de realizada la audiencia de preparación del juicio oral (art. 277 letra e) CPP), con excepción de
las que puede decretar el tribunal oral conforme a lo previsto en el artículo 336 del Código Procesal Penal.

3.9.3. Ejecución: términos probatorios:

Es el conjunto de actos procesales necesarios para traducir materialmente en el expediente los diferentes
elementos de convicción que las partes deseen hacer valer, es decir, en esta etapa se rinde materialmente la
prueba.

La etapa de ejecución de la prueba debe efectuarse dentro del término probatorio. En materia civil podemos
distinguir términos probatorio ordinario, extraordinario y especial (contemplado en el juicio ordinario de
mayor cuantía).

Algunos ejemplos de otros términos probatorios particulares: en el procedimiento de arrendamiento, la prueba


se rinde conforme a las normas del juicio sumario, el cual se remite a las normas de los incidentes (8 días); en
el juicio ejecutivo la prueba se rinde conforme a las normas del juicio ordinario, pero su duración es de 10
días; en las querellas posesorias la prueba se rinde en un comparendo que es de discusión y de prueba a la vez.

En el nuevo proceso penal, la prueba debe rendirse dentro del juicio oral.

3.9.4. Prueba de oficio:

El principio dispositivo rige en su mayoría las disposiciones que regulan el proceso civil. El contenido de
dicho principio apunta fundamentalmente a que:
- El proceso debe comenzar a instancia de parte.
- El proceso tiene como contenido o ámbito el que determinan las partes con sus peticiones.
- Corresponde a las partes elegir los medios oportunos de prueba para defender sus intereses, debiendo el
juez limitarse a juzgar en atención a lo alegado y probado por las partes.

De acuerdo a ello, se derivan las siguientes consecuencias:


I. En el proceso civil solo existirá término probatorio cuando exista petición de partes en dicho sentido.

114
II. El juez no tiene dentro del proceso iniciativa para la práctica de prueba.

Sin embargo, es menester no confundir el interés material ventilado en el proceso y lo que se refiere al
régimen interno del proceso. En otras palabras, no se debe confundir el interés que se aduce en el proceso con
el proceso mismo, pues la iniciativa del órgano jurisdiccional en cuanto medio de salvaguarda de los intereses
privados, tratando de dictar una sentencia más acorde con la realidad, no tiene por qué desvirtuar la naturaleza
privada de esos intereses.

Las razones que justifican que el legislador opte por abandonar el principio de aportación de parte como
dogma y permita que el órgano jurisdiccional actúe en la práctica de pruebas serían las siguientes:
a) El modelo dialéctico de prueba en cuanto a que sólo la actividad de las partes en el proceso conlleva a
alcanzar la verdad, importa una renuncia a ella y concebir el proceso solo como un medio para lograr la
solución del conflicto, la paz jurídica, mediante el expediente de la cosa juzgada.
b) La afirmación de que las partes son las que están más próximas a sus derechos y a los hechos, no
conlleva a negar la participación del juez en la actividad en la actividad probatoria, puesto que ello no se ha
reconocido al establecer la carga de la prueba, y porque la actividad del juez en materia de prueba no perturba
la mejor posición que puedan tener las partes.
c) La actividad probatoria del tribunal no pugna con el principio de la imparcialidad del juzgador, como se
demuestra por la posición que tiene el juez en el proceso penal. La actividad probatoria del juez en cuanto
tiende a la búsqueda de la verdad obedece a un imperativo de orden constitucional, como es el debido proceso
que debe ser desarrollado a través de un racional y justo procedimiento, y por otra parte, el permitir la
iniciativa del órgano jurisdiccional es la realización de la prueba no rompe con el derecho que las partes
tienen a practicar las pruebas pertinentes, puesto que el reconocimiento de ese derecho no importa el
otorgamiento de un monopolio respecto de la prueba.

Las limitaciones que puede tener el juez respecto de la actividad probatoria dentro del proceso serían:
a) La prueba practicada por el juez debe limitarse a los hechos controvertidos o discutidos por las partes,
puesto que la introducción de los hechos al proceso es función de parte en virtud del principio dispositivo.
b) La posibilidad de que el tribunal disponga la práctica de diligencias de prueba requiere que consten en
el proceso las fuentes de prueba sobre las cuales tendrá lugar la posterior actividad probatoria. Con ello, el
tribunal mantiene su imparcialidad, puesto que su actuación se restringe únicamente a comprobar o verificar
hechos que ya constan en el proceso y nunca a investigar hechos nuevos.
c) En el desarrollo del medio probatorio propuesto por el tribunal se debe respetar el principio de la
contradicción y el derecho de defensa que todo litigante posee en la ejecución de la prueba.

3.9.5. Trámites posteriores a la prueba:

Los trámites posteriores a la prueba se refieren a la ponderación y apreciación de la prueba, etapa que consiste
en la actividad necesaria del tribunal para adquirir la certeza respecto de los hechos y, por lo tanto, su
convicción. Por regla general, la ponderación se realiza en la sentencia definitiva, excepcionalmente existe
esta ponderación en las sentencias interlocutorias de primera clase que se pronuncian durante el curso del
procedimiento.

115
En general en la doctrina se han utilizado como sinónimos las expresiones de apreciación y valoración de la
prueba. En la actualidad, la moderna doctrina nos ha señalado que entra la apreciación y valoración de la
prueba no se da una relación de sinonimia, sino que de género a especie.

La apreciación de la prueba comprende dos actividades intelectuales:


I. Interpretación: lo primero que debe hacer el juez después de rendida la prueba es determinar cual es el
resultado que se desprende de cada una de las pruebas rendidas, lo que debe hacer de un modo aislado, sin
atender aún al valor probatorio de cada una de las pruebas rendidas.
Respecto de esta primera actividad intelectual no pueden existir reglas legales, puesto que el legislador puede
decirle al juez como tiene que proceder para llegar a determinar el contenido de la declaración de un testigo,
siendo ello algo que debe realizar el juez aplicando su experiencia y su conocimiento práctico de vida.
II. Valoración: determinada a través de la interpretación el alcance de cada medio de prueba, debe el juez
proceder a determinar el valor que debe atribuirse a cada medio para formar su convicción acerca de los
hechos que configuran el conflicto. Respecto de la actividad de determinación del valor de cada medio de
prueba es que se han establecido en la doctrina diversos sistemas de valoración de la prueba.

3.10. INTERPRETACIÓN DE LA PRUEBA

Ya visto.

3.11. SISTEMAS DE VALORACIÓN DE LA PRUEBA

a) Sistema de la Prueba Legal, Tasada o Formal.


Es aquel en que los medios probatorios que se pueden hacer valer en juicio se determinan por la ley, la que al
mismo tiempo señala al juez el mérito probatorio o eficacia de las diversas pruebas que se rinden por las
partes. Es el sistema predominante en el Código de Procedimiento Civil.

b) Sistema de la Libre Convicción.


Es aquel en que todo el establecimiento de la verdad jurídica depende por completo de la conciencia del juez,
quien no está obligado por ninguna regla legal y ni siquiera debe dar cuenta -al fallar- de los medios por los
cuales se convenció.

c) Sistema de la Sana Crítica.


Ésta es una manifestación del correcto entendimiento humano, contingente y variable, con relación a la
expresión del tiempo y lugar, pero estable y permanente en cuanto a los principios lógicos en que debe
fundarse la sentencia; todo esto según el ilustre autor uruguayo Eduardo Couture. Como ejemplo de este
sistema, formalmente podemos mencionar los procedimientos del Código del Trabajo y del Código Procesal
Penal .
No obstante, según algunos este sistema constituye la regla general en nuestra legislación, ya que en la
práctica será siempre el juez el que pondere los antecedentes y las probanzas del proceso, y de una u otra
manera se pronunciará conforme a su propio criterio.

116
Con la reforma procesal civil se incorpora el principio de la sana crítica acompañado del principio de libertad
probatoria. Es decir, las partes podrán probar los hechos que fundamentan sus pretensiones a través de
cualquier medio apto de producir fe, que será valorizado por el juez según las reglas de la sana crítica. La
única excepción es respecto a los instrumentos públicos.

4. SISTEMA RECURSIVO

I.1. CONCEPTO DE LOS RECURSOS PROCESALES

Los recursos procesales pueden definirse como los medios para impugnar las resoluciones judiciales que
se estiman equivocadas, o bien como los medios que la ley concede a la parte que se cree perjudicada
por una resolución judicial, para obtener que sea modificada o dejada sin efecto.

I.2. CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LOS RECURSOS PROCESALES

1) Los recursos procesales se deducen por escrito.


 Ésta es la regla general. Sin embargo, hay algunas excepciones especialmente en los nuevos juicios orales,
por ejemplo, en materia penal: “la reposición de las resoluciones pronunciadas durante audiencias orales
deberá promoverse tan pronto se dictaren y sólo serán admisibles cuando no hubieren sido precedidas de
debate. La tramitación se efectuará verbalmente, de inmediato, y de la misma manera se pronunciará el
fallo”48.
 En muchos recursos la interposición es formal y, por lo tanto, el escrito tiene que cumplir ciertas
formalidades, tales como: una determinada fundamentación, peticiones concretas, patrocinio especial de
abogado, acompañar ciertos certificados, efectuar consignaciones, etc.

2) En los recursos los plazos son fatales.


 No sólo en los recursos que establece el Código de Procedimiento Civil, sino también en los recursos
contemplados en leyes especiales. El fundamento de esto es para determinar con exactitud cuándo queda firme
o ejecutoriada la resolución.
 Algunos plazos tienen la extensión de la tabla de emplazamiento, generalmente cuando el recurso se
deduce en un lugar distinto del lugar donde se dictó la sentencia. Por ejemplo, en el recurso de queja.
 Ahora bien, la duración de los plazos es variable:
i) hay algunos recursos que tienen plazos muy breves o que deben interponerse de inmediato, como, por
ejemplo, en el recurso de amparo, donde la apelación debe deducirse dentro de 24 horas;
ii) otros tienen plazos de 5, 10, 15 días, o inclusive 1 año; y
iii) finalmente, hay algunos que no tienen plazo, como el recurso de inaplicabilidad (aunque sí tiene una
oportunidad: debe estar aún “pendiente” la gestión de que se trate), y el recurso de reposición con nuevos
antecedentes.

3) Los recursos procesales son de ejercicio facultativo.

48
Artículo 363 del Código Procesal Penal.

117
 La decisión de recurrir o no queda entregada a la voluntad de las partes. Nadie está obligado a deducir un
recurso.
 Además, como consecuencia del carácter facultativo, los recursos son renunciables, pudiendo ser la
renuncia expresa o tácita:
o Expresa: Cuando se manifiesta en forma explícita la voluntad de no hacer uso del recurso. Se requiere
de poder especial (artículo 7º, inciso 2º, del CPC), a diferencia del desistimiento del recurso.
o Tácita: Cuando se realiza un acto de acatamiento de la resolución, se renuncia tácitamente a recurrir en
contra de ella.
 No se acepta la renuncia genérica, porque la apelación (el hecho de apelar) constituye un verdadero
principio formativo del procedimiento y, por lo tanto, se transformaría un juicio de doble instancia en uno de
única instancia, con lo que se reformaría el procedimiento, por ejemplo, señalar en un escrito que se renuncia
a todos los recursos. La renuncia se acepta solamente respecto de una resolución determinada.

4) Los recursos sólo los pueden deducir los agraviados. Los agraviados son las partes perjudicadas con la
resolución. En principio, en nuestro sistema no se puede pretender que se corrija o modifique una resolución a
favor de quien no ha sido perjudicado.

5) Los recursos procesales proceden contra resoluciones que no estén ejecutoriadas. La excepción la
constituye el recurso de revisión, el cual se deduce en contra de una sentencia ejecutoriada (razón por la cual -
como se verá más adelante- se sostiene que técnicamente no es un recurso sino una acción). Del mismo modo,
en los recursos de aclaración y de rectificación no importa que estén ejecutoriadas las resoluciones que se
impugnan (porque se trata de pequeñas modificaciones formales).

I.3. PRESUPUESTOS DE LOS RECURSOS PROCESALES

Del concepto y características enunciadas se puede desprender que para que exista un recurso tiene que haber:
1. Una resolución judicial, la cual será objeto del recurso mismo;
2. Un tribunal cuya decisión se pretende impugnar;
3. Un tribunal llamado a conocer del recurso respectivo, que puede ser el mismo tribunal anterior u otro
diferente;
4. Una parte agraviada por la primera resolución judicial;
5. Una nueva resolución que viene a resolver el recurso.

I.4. COMPARACIÓN ENTRE RECURSOS Y ACCIONES Y REMEDIOS PROCESALES

Cabe hacer la distinción correspondiente entre recursos, acciones y remedios procesales:


 Primero, con relación a las Acciones, como se dijo anteriormente, el recurso ataca una resolución
judicial, busca cambiarla; en cambio, la acción pretende obtener un pronunciamiento por parte del
tribunal. En ambos casos se busca una decisión favorable.
 Segundo, con relación a los llamados Remedios Procesales, la doctrina distingue estos dos conceptos
tomando como referencia cual será el tribunal llamado a conocer y fallar el recurso:

118
o Así, los Recursos con efecto devolutivo (recursos propiamente tales), son “aquellos en que su
conocimiento corresponde al superior jerárquico” 49, por lo que, será otro tribunal el que resuelva la
impugnación de la resolución dictada por un tribunal determinado. (ej. Recurso de Apelación).
o En cambio, los Remedios procesales o Recursos no devolutivos, son “aquellos en que su
conocimiento corresponde al mismo tribunal que dictó la resolución impugnada” 50.
o Ahora bien, esta distinción es coincidente con la clasificación entre Recursos de reforma y de
retractación respectivamente:
a.- Recurso de reforma: Es aquél en que va a ser otro tribunal el que determinará si modifica,
mantiene o revoca la decisión. Por ejemplo, la apelación.
b.- Recurso de retractación: Es aquél en que el mismo tribunal que pronunció la resolución,
decide si modifica, mantiene o revoca la decisión. Puede ser:
i) De retractación formal: Cuando se le pide al juez que cambie algo en la apariencia
y no en el fondo. Por ejemplo, recurso de rectificación o enmienda, recurso de aclaración.
ii) De retractación sustancial: Se pide que se cambie lo que se decidió. Por ejemplo,
recurso de reposición o reconsideración.

I.5. RECURSOS DE MÉRITO

Recursos de mérito o enmienda son “aquellos que persiguen la revocación o la modificación de la


resolución impugnada en la parte que causa perjuicio o agravio al recurrente”.
Existe una revocación cuando para enmendar el agravio es necesario dejar sin efecto la totalidad de la
resolución.
En cambio, sólo se modificará la resolución cuando para enmendar el agravio sea necesario alterar solo una
parte de la resolución impugnada51. Ej. Recursos de apelación y reposición.

I.6. RECURSOS DE NULIDAD

Los recursos de nulidad son aquellos que persiguen la invalidación de la resolución impugnada por la
concurrencia de una causal prevista por el legislador.
Dentro de esta especie se encuentran los recursos de casación en la forma y en el fondo y el recurso de
revisión. Además, se encuentra el recurso de nulidad del sistema procesal penal 52.

I.7. EFECTOS DE LOS RECURSOS

49
MOSQUERA, Mario y MATURANA, Cristian (2010), Los Recursos Procesales, (Santiago, Editorial Jurídica de
Chile, primera edición). pp.30.

50
Ídem.

51
Ibíd.. p. 47.
52
Ídem.

119
Más allá de la distinción básica entre recursos de enmienda y de nulidad ya planteadas, la doctrina en general,
al referirse a los efectos de los recursos tiende más bien a plantearlos como los objetivos o finalidades de los
mismos, dado que, como dijimos anteriormente, la interposición de un recurso es de ejercicio facultativo, por
lo que la causa por la cual una parte interpone alguno será necesariamente el efecto buscado.
En fin, según los distintos recursos procesales existentes podemos distinguir los siguientes efectos u objetivos
de cada uno:
a) Recurso de Aclaración o Interpretación: El objeto es que el juez precise o aclare su decisión en relación
a los puntos oscuros o dudosos.
b) Recurso de Rectificación o Enmienda: Tiene por objeto salvar las omisiones o errores de copia,
referencia, cálculo, etc.
c) Recurso de Reposición o Reconsideración: Su fin es que el juez que dictó una resolución, la cambie por
haber incurrido en una equivocación de hecho o de Derecho. Puede ser con o sin nuevos antecedentes.
d) Recurso de Apelación: Se solicita que un tribunal superior revoque o modifique lo que hizo el inferior.
e) Recurso de Hecho: Tiene por objeto corregir el error que ha cometido un tribunal al pronunciarse sobre
la procedencia de una apelación. Se recurre de “facto”, directamente al tribunal superior.
f) Recurso de Casación: Puede ser en la forma o en el fondo. Tiene por objeto anular sentencias que se
han dictado con infracción de ley, sea ésta procesal, o bien la ley decisorio litis.
g) Recurso de Revisión: Tiene por objeto invalidar sentencias obtenidas injustamente, para atacar la
aparente o fraudulenta cosa juzgada.
h) Recurso de Queja: Tiene por objeto corregir la conducta de los jueces y, como consecuencia, cambiar
resoluciones judiciales.
i) Recurso de Inaplicabilidad: Tiene por finalidad declarar que la aplicación de un precepto legal resulta
contraria a la Constitución en un caso determinado, para que no sea aplicable en ese juicio o gestión judicial.
j) Recurso de Protección: Tiene por finalidad garantizar determinados derechos constitucionales.
k) Recurso de Amparo: Tiene por fin garantizar la libertad personal y la seguridad individual. En ciertas
circunstancias se puede dirigir en contra de una decisión judicial, y en muchas ocasiones se dirige contra una
situación de hecho.
l) Recurso de Amparo Económico: Garantiza la libertad de emprendimiento económico.

5. SISTEMA CAUTELAR53

e.1. CONCEPTO Y FUNDAMENTOS


a) Concepto:

Las providencias cautelares son aquellas resoluciones que se dictan durante el curso de un proceso y que
tienen por objeto otorgar al actor la anticipación provisoria de ciertos efectos de la providencia
definitiva, para prevenir el daño jurídico que podría derivar del retardo en la dictación de la misma.

53
MATURANA, Cristian. Las medidas cautelares. CITAR BIEN AYUDANTE MARÍA PAZ CORREA.

120
b) Fundamento:

El ejercicio de la función jurisdiccional para la solución de conflictos debe hacerse a través de un debido
proceso, para lo cual se requiere tiempo para el desarrollo de las fases de discusión y prueba para arribar
finalmente a la dictación de la sentencia definitiva que resuelva el conflicto, es por ello que para asegurar que
una vez dictada ella no se torne ineficaz por la imposibilidad de ser efectiva por diversas razones, como por
ejemplo, la ocultación de bienes del patrimonio no teniendo donde ser ejecutada, es que se han establecido las
medidas cautelares.

El fundamento de las medidas cautelares es que constituyen el instrumento para asegurar la eficacia de la
sentencia definitiva que se debe dictar al término de un proceso para la justa composición del conflicto ,
por ello su finalidad deriva en lograr la consolidación de la justicia, permitiendo el cumplimiento efectivo de
la sentencia dictada en el proceso para la justa solución del conflicto y la mantención de la paz social.

e.2. CARACTERÍSTICAS

a. Las providencias cautelares no deciden sobre el mérito, sino que ello queda reservado para la
providencia definitiva.
b. Las providencias cautelares son provisorias en cuanto a sus efectos, los cuales están destinados a durar
a lo más solo el tiempo intermedio que media entre la fecha en que la providencia cautelar es dictada y la
fecha en que pasa a encontrarse ejecutoriada la resolución que pone término al proceso.
c. Tienen un carácter instrumental, pues existe una necesidad de dictar una resolución con carácter de
urgencia destinada a impedir como medida provisoria que el daño temido se produzca o se agrave durante la
espera de la dictación de la sentencia definitiva. Nunca constituyen un fin en sí mismas, sino que están
preordenadas a la dictación de una sentencia definitiva, a cuyo resultado práctico tienden a proteger (en
relación con el derecho sustancial, la tutela cautelar es mediata).
d. Homogéneas con lo que se persigue por el actor en la pretensión que hace valer en el proceso, esto se
justifica en la relación de medio a fin, la que impone la existencia de la correlación entre la medida que se va a
adoptar y el posible contenido de la sentencia, es decir, la medida cautelar tiene que adaptarse perfectamente a
la naturaleza del derecho que se ejercita.
e. Idoneidad, es decir, entre la pretensión procesal y la medida cautelar que se solicite, exista una
adecuación de manera que la medida sea cualitativa y cuantitativamente apropiada para el fin de garantizar la
efectividad de aquella tutela.
f. Proporcionalidad, las medidas cautelares deben asegurar la efectividad de la pretensión que se ha
hecho valer en el juicio y que se solicita ser reconocida en la sentencia definitiva, es por ello que, por una
parte, una medida cautelar nunca podrá ser otorgada en una medida mayor que la pretensión principal
solicitada porque con ello se estarían afectando los derechos del demandado y enriqueciendo
injustificadamente al demandante; y por otra parte, la medida cautelar no puede ser otorgada en una medida
menor que la necesaria para asegurar la eficacia de la sentencia definitiva si existe el peligro de daño jurídico,
conduciendo anticipadamente a la ineficacia de la sentencia o a la generación de un daño irreparable a lo
menos al demandante.

121
g. Variabilidad, siempre que una medida cautelar se concede a base de una sola fase de cognición
sumaria, la misma autoridad que ha dictado la providencia podrá a través de una nueva cognición sumaria
modificarla o revocarla, si mientras pende el juicio principal se han verificado nuevas circunstancias que
aconsejen que no continúe la relación cautelar originariamente constituida.
h. Responsabilidad, el otorgamiento de la medida cautelar puede generarle daños al demandado en caso
de no dictarse una sentencia favorable al actor, éste debe asumir dicha responsabilidad y pagar al demandado
los daños y perjuicios que genera el otorgamiento de la medida. Una de las piezas fundamentales del sistema
cautelar es la caución que ha de prestar el solicitante de la mediad, mediante la caución el eventual derecho
del sujeto pasivo de la medida a una indemnización no sólo está respaldado por el patrimonio del solicitante,
como soporte ordinario de su responsabilidad, sino con una garantía específica.
i. Legalidad, tratándose de medidas cautelares personales en el proceso existe un verdadero principio
de tipicidad cautelar personal, puesto que el juez sólo puede adoptar las medidas que al efecto haya
previsto expresamente el legislador y en la forma que éste haya señalado. Este principio está recogido en
el artículo 5 del Código Procesal Penal que se refiere a la legalidad de las medidas privativas o restrictivas de
libertad.
En relación a lo anterior, el artículo 11 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Político establece que
nadie será encarcelado por el solo hecho de no poder cumplir una obligación contractual y que el artículo 7.7
de la Convención Americana de Derechos Humanos prescribe que nadie será detenido por deudas, de ellos se
puede concluir que jamás se puede decretar una medida cautelar la privación de libertad, ya que nunca una
sentencia definitiva puede llegar a condenar a alguien a una privación restricción de libertad por el mero
incumplimiento de obligaciones contractuales.
Ahora bien, en cuanto a las medidas cautelares reales, se ha sostenido que existe un poder cautelar general
dado que este se ejerce para la solución de controversias civiles en las cuales la jurisdicción debe ser
ejercida inexcusablemente para resolver todo conflicto que se suscite en materia civil, aún cuando no se
encuentre norma alguna que regule la situación de hecho que lo genera. De esta manera para poder
concebir un poder cautelar real general, es indispensable tener presente los elementos o características que
deben concurrir a su respecto, solo de esa manera se puede justificar que el juez pueda decretar medidas
cautelares específicas no contempladas en la ley.
j. Su dictación presupone un cálculo preventivo de probabilidades acerca de cual podrá ser el
contenido de la futura providencia.
k. Dado lo anterior, para la dictación de una providencia cautelar se requiere: apariencia de buen
derecho y peligro de que el derecho aparente no sea satisfecho.

e.3. PRESUPUESTOS

Para la dictación de una providencia cautelar se requiere:

a. Apariencia de buen derecho (Fumus boni iuris):


Para que se dicte la providencia cautelar es menester que se haya acreditado en el proceso que la pretensión
invocada es verosímil y por ello es posible prever anticipadamente al momento de pronunciarla que la
sentencia definitiva que se ha de dictar a su término ha de ser probablemente favorable al actor, esto dado la
situación de igualdad dentro del proceso, por lo que para dictar una providencia cautelar no basta con que el

122
actor se limite a afirmar la existencia de una pretensión ni tampoco es posible exigir para dictar una
providencia cautelar que el actor genere un estado de certeza respecto de la existencia de la pretensión, puesto
que ello es requerido para la dictación de la sentencia definitiva que ha de pronunciar el juez para resolver el
conflicto.
Por todo lo anterior, es que para pronunciar una providencia cautelar es necesario la apariencia de o
verisimilitud de la existencia del derecho invocado por el actor, es decir, se requiere que el derecho a ser
cautelado pueda razonablemente y con toda probabilidad ser reconocido en la sentencia definitiva que se ha de
pronunciar para resolver el conflicto, de esta manera el fumus boni iuris está situado en la zona intermedia
entre la incertidumbre que existe a la iniciación de un proceso y la certeza acerca de la existencia del derecho
que es la requerida para la dictación de la sentencia definitiva.

La medida cautelar podrá adoptarse, en definitiva, cuando el órgano jurisdiccional aprecie que el derecho en el
cual se funda la pretensión objeto del proceso es verosímil y por tanto la resolución del mismo será
previsiblemente favorable al actor.

b. Peligro de que el derecho aparente no sea satisfecho o peligro de retardo (Periculum in mora):
Su justificación radica en la existencia de peligro de daño jurídico derivado del retardo de una providencia
jurisdiccional definitiva, unido al carácter de urgencia en su dictación en cuanto sea de prever si la misma
demorase el daño temido se transformaría en daño efectivo o se agravaría el daño ya ocurrido, de manera que
la eficacia preventiva de la providencia resultaría prácticamente anulada o disminuida.
Si bien la justicia jamás puede ser impartida en forma instantánea, puesto que en ese caso se estaría ante una
verdadera ejecución procesal penal, durante el período intermedio que va desde la comisión del delito y la
ejecutoriedad de la sentencia que debe dictarse en el proceso para resolver el conflicto, surgen dentro del
proceso las medidas cautelares, puesto que no es posible que el tiempo que va implícito dentro de un proceso
se transforme en la negación de la eficacia que debe poseer el mismo proceso.
En el periculum in mora deben concurrir dos elementos: en primer lugar, la demora que viene referida a la
duración del proceso, la que es normal y necesaria; y en segundo lugar el daño marginal al de la demora que
puede producirse sobre la efectividad de la sentencia del proceso principal.
Los riesgos para la efectividad de la tutela pretendida en el proceso de declaración puede presentar una gran
variedad, pero una enumeración aproximativa es la siguiente:
1) Riesgos que afectan a la posibilidad práctica de ejecución considerada en absoluto, por ejemplo, el
riesgo de insolvencia del demandado que puede frustrar la ejecución dineraria.
2) Riesgos que amenazan a la posibilidad práctica de una ejecución en forma específica (por ejemplo, la
cosa mueble no pueda ser habida y deba procederse a una ejecución dineraria de la justa compensación
pecuniaria de la falta de entrega de la cosa debida) o a la posibilidad de que la ejecución específica se
desarrolle con plena utilidad (por ejemplo, sin una medida de intervención o administración judicial el
vencedor en el proceso podría recibir la instalación industrial, pero con daños producidos por la mala gestión
del demandado durante el proceso, respecto de los cuales tendría que aceptar una indemnización).
3) Riesgos que amenazan la utilidad práctica de los efectos no ejecutivos de la sentencia, por ejemplo, la
estimación de una pretensión declarativa de dominio deviene inútil, porque, en el ínterin el proceso, el titular
registral ha vendido el inmueble a un tercero de buena fe y que ha inscrito a su favor.

123
4) Riegos de inefectividad que derivan del mero retraso del momento en que pueden producirse los efectos
de la sentencia en cuanto por la naturaleza de la situación jurídica a que la sentencia ha de referirse, ese retraso
supone por sí una lesión irreversible de tal situación.

e.4. CLASIFICACIÓN

5.4.1. Medidas cautelares en el ámbito civil: conservativos e innovativas :

Las medidas cautelares conservativas son aquellas que persiguen conservar el estado de hecho existente
al momento en que es decretada , en espera y con el objeto de que sobre el mismo pueda la providencia
principal ejercer sus efectos (por ejemplo, el secuestro conservativo, que determina la indisponibilidad en
cuanto a futura ejecución forzada de los muebles hoy existentes en poder del deudor).

Las medidas cautelares innovativas son aquellas que no persiguen conservar el estado de hecho existente
al momento de que es decretada, sino tienen por objeto operar en vía provisoria o anticipada los efectos
constitutivos e innovativos de la providencia principal para eliminar el daño que podría derivar del
retardo con el cual ésta pudiera llegar a constituir tales efectos (por ejemplo, el derribo de un árbol que
ofrece peligro ordenado por el juez en virtud de la denuncia de daño temido o el otorgamiento de alimentos
provisorios).

Aunque las denominaciones están lejos de ser uniformes, en general existen tres: innovativas, satisfactivas o
anticipadas. Lo cierto es que la elección del apelativo específico a la hora de designar la naturaleza de la
medida depende, en primer lugar, del atributo que se pretenda usar como factor de referencia. Así se podrá
hablar de innovativa para designar aquella medida cuyos efectos alteran (innovan) la situación de hecho
existente a la fecha en que solicita la medida; será satisfactiva en la medida que realice el derecho o interés
cuya tutela se pretende; y será anticipativa en tanto cuando, adelante los efectos de la tutela que la sentencia
principal reconocerá.

5.4.2. Medidas cautelares en el ámbito penal: reales y personales .:

En materia penal se puede distinguir entre las medidas cautelares reales y personales:

 Medidas cautelares reales: Son aquellas que tienen por objeto privar, limitar o disponer de los
derechos patrimoniales durante el curso del proceso penal para asegurar la pretensión civil que puede
hacerse valer en el proceso penal y en tal caso puede ser reconocida al momento de dictarse la
sentencia definitiva en el proceso penal.

El Código Procesal Penal no establece medidas cautelares especificas para el procedimiento penal,
sino que el artículo 157 de dicho cuerpo legal se remite a las medidas precautorias del Titulo V del
Libro Segundo del Código de Procedimiento Civil (artículos 290 y siguientes), dado lo anterior las
medidas cautelares aplicables al proceso penal son:
Secuestro de la cosa objeto de la demanda.

124
El nombramiento de uno o más interventores.
La retención de bienes determinados.
La prohibición de celebrar actos o contratos sobre bienes determinados. n Otras medidas que no
están expresamente autorizadas por la ley.

 Medidas cautelares personales: Son aquellas que tienen por objeto privar o limitar la libertad del
imputado, para asegurar el ejercicio de la pretensión punitiva, durante el curso del proceso penal hasta
la ejecutoriedad de la sentencia penal, instante a partir del cual se debe obtener la libertad por el
imputado si ella es absolutoria, o se debe pasar a cumplir por éste una pena, si ella es condenatoria.
Entre ellas podemos encontrar:
a. Citación (artículo 123 y siguientes del CPC): Orden de comparecencia emanada de las
autoridades dela persecución penal pública y dirigida a cualquier persona cuya presencia
sea necesaria para la realización de un acto del procedimiento (definición de J. López
M.).
b. Detención (artículo 125 y siguientes del CPC): Toda privación de la libertad
ambulatoria de una persona, distinta de la prisión provisional o de la ejecución de una
pena privativa de libertad, ejecutada bajo invocación de un fin previsto y permitido por
el ordenamiento jurídico (definición de V. Gimeno Sendra).
c. Prisión preventiva (artículo 139 y siguientes del CPC): Privación temporal de la libertad
ambulatoria de una persona, mediante su ingreso a un centro penitenciario, durante la
sustanciación de un proceso penal y con el objeto de asegurar los fines del
procedimiento (definición de Moreno Catena).
d. Otras medidas cautelares (artículo 155 y siguientes del CPC): Medidas restrictivas de la
libertad personal de aplicación preferente a la medida de prisión preventiva, que pueden
ser decretadas durante la sustanciación de un proceso penal, con el objeto de asegurar
los fines del procedimiento (definición de Moreno Catena).

e.5. MEDIDAS PRECAUTORIAS (MP).

1) Generalidades.

a) Concepto:

Las Medidas Precautorias son aquellos incidentes especiales que se ordenan a solicitud de parte y por
decreto judicial, con el propósito de asegurar: i) la efectividad de un derecho, ii) el cumplimiento de una
obligación, o iii) el mantenimiento de un estado de cosas existentes; mientras pende la tramitación de un
juicio y hasta que éste quede definitivamente concluido.
Del concepto precedente pueden derivarse ciertas características de las Medidas Precautorias, como son: i) no
operan de oficio, sino a petición de parte (demandante); ii) siempre por decreto judicial; iii) la finalidad de la
medida depende de la naturaleza del juicio; y iv) son esencialmente transitorias.

125
Estas medidas también reciben el nombre de medidas cautelares, de seguridad, conservativas, asegurativas,
de garantía o acciones cautelares.

Calamandrei las define como “la anticipación provisoria de ciertos efectos de la providencia (sentencia)
definitiva, encaminada a prevenir el daño que podría derivarse del retardo de la misma ”. Se han dado
también otras nociones:54

 Mario Casarino: acciones precautorias son aquéllas destinadas a garantizar el cumplimiento de una
prestación cuyo reconocimiento o declaración aún se halla pendiente.

 Carlos Stoehrel: Acción precautoria es aquélla que tiene por objeto obtener del tribunal respectivo la
concesión de una medida precautoria, sea de las enumeradas en el art. 290 del CPC, sea de las que no están
expresamente autorizadas por la ley.

 Hugo Alsina: Entre el momento en que la acción se inicia y aquél en que la sentencia se admite, media
un espacio de tiempo durante el cual el demandado puede variar su situación respecto de la cosa litigiosa
(enajenación, constitución de derechos reales, destrucción, etc.) y la garantía jurisdiccional sería ilusoria si
no se proveyesen las medidas necesarias para asegurar el mantenimiento de la situación inicial. Es pues,
deber del Estado reconocer, bajo ciertas condiciones, el derecho a exigir su intervención a ese efecto, y la
acción mediante la cual ese derecho se ejercita toma el nombre de acción precautoria.

b) Naturaleza jurídica de las medidas:


Para algunos, como Chiovenda, se trataría de una acción cautelar que se origina en el derecho del actor a ser
protegido. Otros, como Carnelutti, sostienen que es un proceso cautelar y su naturaleza consiste en un sistema
protectivo.
Finalmente, Calamandrei dice que es una providencia cautelar o resolución cautelar. Nuestro sistema se
adscribe a este último concepto.

c) Procedimiento en que tienen lugar:


En los juicios ordinarios no cabe discusión respecto de su procedencia, sobre todo por su ubicación en el
Código de Procedimiento Civil.
Respecto de los procedimientos especiales, la jurisprudencia ha interpretado que sí proceden, por dos motivos:
i) No está prohibido; y ii) El juicio ordinario es supletorio de los demás.

d) Clasificación:
i) Según la oportunidad en que se presentan: A) Medidas precautorias propiamente tales: son aquellas que se
solicitan y decretan durante el juicio; y B) Medidas precautorias prejudiciales: son aquellas que se solicitan y
decretan antes del inicio del juicio.

54
Cfr. GUZMÁN SANTA CRUZ, op. cit., Tomo I, p. 42.

126
ii) Según si requieren de caución55 o no: A) Sin caución: es la regla general de las Medidas Precautorias
nominadas; B) Con caución facultativa: es la regla general de las Medidas Precautorias innominadas (Art. 298
CPC); C) Con caución obligatoria: Medidas Precautorias otorgadas en casos graves y urgentes (Art. 299
CPC).

iii) Según si se encuentran expresamente señaladas en el Código de Procedimiento Civil: A) Nominadas:


aquellas reguladas en forma expresa en el Código de Procedimiento Civil; B) Innominadas, aquellas
establecidas en otras leyes o las demás que adopten los tribunales.

e) Presupuestos para que procedan las Medidas Precautorias y sean decretadas:


Estos presupuestos se deducen del Artículo 298 del Código de Procedimiento Civil, y son dos: i) la existencia
real o posible de un derecho material y su justificación; ii) temor de daño jurídico a ese derecho real o posible.
El sujeto activo o quien puede solicitar que se decreten estas medidas es sólo el demandante, tanto el original
como el reconvencional.

f) Características de las Medidas Precautorias:

i. Son esencialmente provisorias o provisionales: en consecuencia, deberán cesar siempre que: a)


desaparezca el peligro que se procuraba evitar; o b) se otorguen las cauciones suficientes (Art. 301 CPC).
ii. Son acumulables: estas medidas no excluyen la demás que autorizan las leyes (Art. 300 CPC).
iii. Son sustituibles: la persona en contra de quien rigen las Medidas Precautorias puede ofrecer otras
garantías al efecto (Art. 301 CPC).
iv. Se limitan a los bienes necesarios para responder a los resultados del juicio (Art. 298 1ª parte CPC).
v. Pueden deducirse en cualquier estado del juicio, y aún antes de su iniciación (Art. 290 CPC en
relación con el 279 CPC).
vi. Debe acompañarse comprobante que constituya a lo menos presunción grave del derecho que se
reclama, salvo las excepciones legales (Art. 298 CPC).
vii. Corresponde sólo al que ejercita la acción, esto es, exclusivamente al demandante (Art. 290 CPC).
viii. No son taxativas.
ix. Cada medida precautoria tiene sus exigencias propias.
x. Son accesorias o instrumentales a la cuestión principal, por lo que su existencia depende de ella.

g) Requisitos:

i. Sólo pueden otorgarse a petición de parte (Art. 290 CPC).


ii. Existencia de una demanda actual (Art. 290 CPC) o futura (Art. 279 CPC).
iii. El demandante deberá acompañar comprobantes que constituyan a lo menos presunción grave del
derecho que se reclama (Art. 298 CPC).
iv. Que las facultades económicas del demandado sean insuficientes para responder del resultado del juicio
(Art. 295 y 296 CPC).

55
Caución es una suma de dinero necesaria como garantía para que sea admisible la MP.

127
h) Tramitación:

El incidente a que da lugar la solicitud de una Medida Precautoria, se tramita conforme a las reglas generales
de los incidentes y en cuaderno separado (Art. 302 inciso 1º CPC).
Al respecto existen dos posturas:
i) la mayoritaria, que plantea que la solicitud constituye una demanda incidental y, por lo tanto, de ésta deberá
darse traslado a la otra parte, continuando conforme a las reglas generales;
ii) la minoritaria, que señala que la solicitud debe decretarse con citación de la contraparte, y si hay oposición
del demandado recién se formaría el incidente, constituyendo así la oposición la demanda incidental.

i) Casos especiales:

1) El primer caso especial es el del Artículo 299 del Código de Procedimiento Civil, que dispone que en casos
graves y urgentes podrán los tribunales decretar las Medidas Precautorias aun cuando falten los comprobantes
requeridos en el Artículo 298 del Código de Procedimiento Civil.
En este caso la MP será decretada por un término que no exceda de 10 días, mientras se presentan dichos
comprobantes, exigiéndose caución para responder de los perjuicios que resulten (caución obligatoria).
La Medida Precautoria quedará sin efecto si no se solicita su renovación conforme al Artículo 280 del Código
de Procedimiento Civil, esto es, que una vez ordenada la Medida Precautoria, el demandante deberá –dentro
de 10 días– presentar la demanda y pedir que se mantengan las medidas decretadas. Si no entabla la demanda,
o si en ella no pide la mantención de las medidas, o bien si al solicitarlas el tribunal las rechaza, será
responsable el actor de los perjuicios causados.

2) El segundo caso especial se encuentra en el Artículo 302 inciso 2º del Código de Procedimiento Civil y se
trata de las Medidas Precautorias decretadas desde luego, esto es, que podrán llevarse a efecto aún antes de
notificar al demandado, siempre que: 1) existan razones graves para ello y 2) el tribunal así lo ordene.
Sin embargo, la notificación deberá practicarse dentro de un plazo de 5 días, puesto que transcurrido este
plazo sin que la notificación se haya efectuado, quedarán sin efecto las medidas que se hayan practicado. El
tribunal puede ampliar este plazo por motivos fundados.
La referida notificación podrá ser realizada por cédula, si el tribunal así lo manda (Art. 302 inciso 3º CPC).

2) Las Medidas Precautorias nominadas en particular.

a) El Secuestro (Artículo 290 Nº 1 CPC):56

El secuestro se encuentra definido en el Artículo 2249 del Código Civil como el depósito de una cosa que se
disputan dos o más individuos, en manos de otro que debe restituirla al que obtenga una decisión a su favor .
El depositario recibe el nombre de “secuestre”.

56
De más está aclarar que esta figura no tiene ninguna relación con el delito de Secuestro, previsto y sancionado en el artículo 141
del Código Penal.

128
Según el Artículo 2252 del Código Civil, el secuestro se puede clasificar en convencional o judicial. El
secuestro es convencional cuando se constituye por el solo consentimiento de las personas que se disputan el
objeto litigioso. Es judicial, cuando se constituye por decreto de juez, y no ha menester otra prueba.
Por lo tanto, al tenor de lo prevenido en el Artículo 291 del Código de Procedimiento Civil, el secuestro
judicial tiene lugar en dos casos: i) en el caso del Artículo 901 del Código Civil, es decir, cuando
reivindicándose una cosa corporal mueble, hubiere motivo de temer que se pierda o se deteriore en manos del
poseedor; y ii) cuando se entablen otras acciones en relación a una cosa mueble determinada y haya motivo de
temer que se pierda o deteriore en manos de la persona que, sin ser poseedora de dicha cosa, la tenga en su
poder.
En ambos casos, el fundamento común determinante de la Medida Precautoria es que se trate de una cosa
corporal mueble determinada que es objeto de la demanda, cuya pérdida o deterioro se tema mientras penda el
juicio.
Por último, cabe indicar que al secuestre le son aplicables las disposiciones establecidas para el depositario en
el juicio ejecutivo (párrafo 2º del Título I del Libro III) en cuanto a su constitución, designación, aceptación y
responsabilidad (Art. 292 CPC).

b) Nombramiento de Interventores Judiciales (Artículo 290 Nº 2 CPC):


El interventor judicial es un observador de la marcha de un negocio, colocado por el tribunal para que le
comunique a éste o al demandante de las irregularidades que ocurran.

Conforme al Artículo 293 del Código de Procedimiento Civil, el nombramiento de uno o más interventores
tiene lugar en las siguientes hipótesis:
i) en el caso del inciso 2º del Artículo 902 del Código Civil, es decir, si se demanda el dominio o cualquier
otro derecho real constituido sobre un inmueble, y hubiere justo motivo de temer que la cosa y los muebles y
semovientes anexos a ella se deterioren en manos del poseedor demandado, o las facultades pecuniarias de
este último no ofrecieran suficiente garantía;
ii) si se reclama una herencia ocupada por otro y hay justo motivo del temor antes indicado;
iii) el comunero o socio que demanda la cosa común, o que pide cuentas al comunero o socio que administra;
iv) siempre que haya justo motivo de temer que se destruya o deteriore la cosa sobre que versa el juicio, o que
los derechos del demandante puedan quedar burlados; y
v) en los demás casos expresamente señalados en las leyes.

Respecto de las facultades del interventor, el Artículo 294 del Código de Procedimiento Civil señala que éstas
se limitarán a llevar la cuenta de las entradas y gatos de los bienes sujetos a intervención, pudiendo para el
desempeño de este cargo imponerse de los libros, papeles y operaciones del demandado.
Además, el interventor está obligado a comunicar al interesado o al tribunal toda malversación o abuso que
note en la administración de dichos bienes; y podrá en este caso decretarse el depósito y retención de los
productos líquidos en un establecimiento de crédito o en poder de la persona que el tribunal designe, sin
perjuicio de las otras medidas más rigurosas que éste estime necesario adoptar.
Por estas razones se suele decir que el interventor judicial es sólo un “mirón y acusete”, porque no tiene más
atribuciones que revisar determinados antecedentes y, en caso de detectar alguna irregularidad, hacerla saber a
quien corresponda.

129
c) Retención de Bienes determinados (Artículo 290 Nº 3 CPC):
No debe confundirse con el derecho legal de retención, ya que este último es un derecho que ejerce el mero
tenedor de una cosa y que lo habilita para quedarse con ella o conservarla en su poder si la contraparte no
cumple con sus prestaciones. Ej.: en un contrato de arrendamiento, si al término del contrato al arrendatario no
se le devuelve la garantía, éste puede retener el inmueble hasta que se le haga entrega de ella, por el solo
ministerio de la ley. De esta forma, el derecho legal de retención existe y el tribunal sólo se limita a
constatarlo, pero como no es válida la autotutela en nuestro sistema jurídico, el derecho legal de retención
debe ser judicialmente declarado.

En cambio, en la retención de bienes como Medida Precautoria, el juez la decreta y sólo después de hacerlo se
podrán retener los bienes que se señalen.
Respecto de cuáles son los bienes sobre los cuales puede recaer la retención, el artículo 295 del Código de
Procedimiento Civil establece que pueden ser: i) dineros o cosas muebles que son materia del juicio; y ii)
otros bienes determinados del demandado.
Para que se dé lugar a la medida, debe comprobarse alguna de las siguientes situaciones: i) cuando las
facultades del demandado no ofrezcan suficiente garantía; ii) cuando haya motivo racional para creer que
procurará ocultar sus bienes; o iii) en los demás casos determinados por la ley.
Finalmente, la retención de dinero o de cosas muebles podrá hacerse en manos del mismo demandante, del
demandado o de un tercero. Ahora, tratándose de la retención de valores, el tribunal podrá ordenar que éstos
sean trasladados a un establecimiento de crédito o de la persona que el tribunal designe cuando lo estime
conveniente para la seguridad de dichos valores.

d) Prohibición de Celebrar Actos o Contratos respecto de determinados bienes (Artículo 290 Nº 4 CPC):
Conforme al Artículo 296 del Código de Procedimiento Civil, esta prohibición de celebrar actos o contratos
podrá decretarse con relación a los siguientes bienes: i) los bienes que son materia del juicio; y ii) también
respecto de otros bienes determinados del demandado, cuando sus facultades no ofrezcan suficiente garantía
para asegurar el resultado del juicio.

Por su parte, respecto de las Medidas Precautorias conviene tener presente el Artículo 1464 del Código Civil,
que establece que adolecerá de objeto ilícito la enajenación:
i) de las cosas que no están en el comercio;
ii) de los derechos o privilegios que no pueden transferirse a otra persona;
iii) de las cosas embargadas por decreto judicial, a menos que el juez lo autorice o el acreedor consienta en
ello; y
iv) de las especies cuya propiedad se litiga, sin permiso del juez que conoce del litigio.
Para que haya objeto ilícito en la enajenación de los bienes respecto de los cuales se han decretado medidas
precautorias y, por ende, se consideren incluidos en el Nº 4 del Artículo 1464 del Código Civil, será necesario
distinguir:
1) Respecto de las partes: es necesario que el tribunal decrete la prohibición respecto de ellos (Art. 296 inciso
2º).
2) Respecto de terceros: es menester nuevamente distinguir:

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a) Cuando la prohibición recaiga sobre bienes raíces se inscribirá en el registro del Conservador respectivo, y
sin este requisito no producirá efecto respecto de terceros (Art. 297 inciso 1º CPC).
b) Por el contrario, cuando la prohibición versa sobre cosas muebles, sólo producirá efecto respecto de los
terceros que tengan conocimiento de la MP al tiempo del contrato; pero el demandado será en todo caso
responsable de fraude, si procedió a sabiendas.

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