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CLASE 3 (2009)

§1 Estética Trascendental

Definiciones preliminares:

INTUICIÓN: referencia inmediata del conocimiento a su objeto. Se verifica cuando el objeto


es dado, es decir, cuando nos afecta de cierta manera.
(.) Observaciones:
- la intuición no constituye, por sí misma, un conocimiento
- no es claro qué estatus ha de adscribirse aquí al objeto (podría tratarse del objeto
fenoménico, o bien de la cosa en sí: en el primer caso, Kant aludiría a la afección en
sentido empírico, en el segundo caso, haría referencia en cambio a la afección en sentido
trascendental).

SENSIBILIDAD: capacidad (receptividad) de recibir representaciones por el modo como


somos afectados por objetos. Por medio de la sensibilidad los objetos son dados (por medio
del entendimiento, son pensados, es decir, conocidos).

SENSACIÓN: efecto de un objeto sobre nuestra capacidad de representación (en cuanto somos
afectados por él).

INTUICIÓN EMPÍRICA: se refiere al objeto por medio de la sensación (debe ser distinguida de
la intuición pura, a la que Kant se refiere más adelante).

FENÓMENO [ERSCHEINUNG]: objeto indeterminado de una intuición empírica.

LA MATERIA del fenómeno: es lo que en el fenómeno corresponde a la sensación. Debe ser


dada a posteriori.

LA FORMA del fenómenos: es lo que permite que lo múltiple del fenómeno pueda ser
ordenado en ciertas relaciones. Es dada a priori en el espíritu o mente [Gemüt]. García
Morente y Del Perojo traducen “espíritu”; Ribas traduce “psiquismo”; Caimi traduce “mente”
(ver “Nota a la traducción” de Caimi, p. LXIV).
1
Se aclara que son “representaciones puras” aquellas en las que no se encuentra nada que
pertenezca a la sensación (por ejemplo: las intuiciones puras, que son dadas a priori, y no a
través de la sensación; son, por tanto, independientes de toda experiencia).
..................

Kant adelanta tesis fundamentales, que serán demostradas luego, en el desarrollo de la


Estética:

La forma (pura) de las intuiciones sensibles en general se halla a priori en el espíritu.


Las formas puras de la sensibilidad son intuiciones puras.
Cuando en la representación de un cuerpo separo lo que el entendimiento piensa en dicha
representación (por ejemplo, la idea de sustancia) y separo lo que pertenece, en la
representación, a la sensación (por ejemplo, las características de dureza, color, etc.), restan
aún dos cualidades, a saber: la extensión y la figura (del cuerpo representado). Estas
determinaciones correspondientes a la extensión y a la figura se basan no en la sensación sino
en la intuición pura (forma pura de la representación que se halla a priori en el espíritu en
tanto forma de la sensibilidad).

Kant se refiere luego al MÉTODO utilizado en la “Estética trascendental”: aislamiento


(separación) de lo que en la representación pertenece al entendimiento y, en segundo lugar,
de lo que pertenece a la sensación, para que sólo reste lo que corresponde a la intuición pura
(aquello que concierne a la forma de los fenómenos), que es lo único que la sensibilidad
puede proporcionar a priori.

Se adelanta, por último, el RESULTADO de la investigación llevada a cabo en la “Estética”: se


arribará a la conclusión de que sólo hay dos formas puras de la intuición sensible, a saber, el
espacio y el tiempo).

Primera sección de la Estética: Del espacio


§2
Exposición metafísica del concepto de espacio
2
(la división entre ambas “exposiciones” fue añadida en la segunda edición).

SENTIDO EXTERNO  SENTIDO INTERNO (ambos constituyen la facultad de sensibilidad)

Por medio del sentido externo nos representamos objetos “como fuera de nosotros”, en el
espacio. En el espacio determinamos la figura, la magnitud y la relación existente entre esos
objetos (situación relativa de los mismos en el espacio).

A través del sentido interno el espíritu se intuye a sí mismo (aunque no como un objeto).
Todo lo que pertenece al sentido interno es representado en relaciones del tiempo.

No podemos intuir el tiempo externamente ni tampoco al espacio internamente: el tiempo


corresponde al sentido interno, y el espacio al sentido externo.

Kant se pregunta: ¿Qué son el espacio y el tiempo? (Leer, p. 91: las tres posibilidades).
Para dilucidar esto se expondrá el concepto de espacio.

“Exposición” es la representación distinta de lo que pertenece a un concepto (en este caso, de


aquello que pertenece al concepto –o representación–de espacio).
Una “exposición” es “metafísica” cuando contiene lo que representa al concepto como dado a
priori (la “exposición metafísica” del espacio debe examinar aquellas características de la
representación del espacio que permiten concluir que dicha representación es a priori, es
decir, no empírica).

(.) La importancia de las exposiciones del “concepto” de espacio reside –como se verá– en
que en dichas exposiciones se demuestra una tesis fundamental del idealismo trascendental
kantiano, a saber: que el espacio y el tiempo no son cosas en sí, ni pertenecen a las cosas en
sí, sino que son las formas a priori de la sensibilidad, y que los objetos dados en el tiempo y
el espacio no son, por consiguiente, cosas en sí sino meros fenómenos).

En una sección de la “Dialéctica trascendental” (titulada “Crítica del cuarto paralogismo de la Psicología
trascendental”) Kant define qué debe entenderse bajo el título de “idealismo trascendental”:

“Entiendo por idealismo trascendental la doctrina según la cual los fenómenos son considerados como
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meras representaciones, y no como cosas en sí mismas. De acuerdo con esta doctrina, espacio y tiempo
son simples formas de nuestra intuición, no determinaciones dadas por sí mismas o condiciones de los
objetos en cuanto cosas en sí mismas” (A 369).

En otra sección de la “Dialéctica” (titulada “Sección sexta de la antinomia de la razón pura”), Kant
define a l idealismo trascendental en términos similares:

“En la Estética trascendental hemos probado suficientemente que todo lo que es intuido en el espacio o
en el tiempo, y por tanto, todos los objetos de una experiencia posible para nosotros, no son nada más
que fenómenos, es decir, meras representaciones [...], que no tienen en sí, fuera de nuestros pensamiento,
existencia fundada. Esta doctrina la llamo el idealismo trascendental” (A 490-491/B 518-519).

Más adelante aclara que el idealismo trascendental:

“concede que los objetos de la intuición externa son efectivamente reales, tales como son intuidos en el
espacio, y que en el tiempo son efectivamente reales todas las mutaciones, tales como las representa el
sentido interno [...] en el espacio y en el tiempo la verdad empírica de los fenómenos es suficientemente
segura, y se distingue suficientemente del parentesco con el sueño...” (A 491-492/B 520/521).

Estas observaciones tienen el fin de establecer una distinción entre el idealismo kantiano (“idealismo
trascendental” o “crítico”) y el idealismo convencional, que –según Kant– rechaza o pone en duda la
existencia de los objetos externos).
El punto que queremos destacar es que la concepción del espacio y del tiempo como formas a priori
de la sensibilidad, y la distinción que de allí resulta entre el fenómeno y la cosa en sí, son dos tesis
fundamentales del “idealismo trascendental”.

LA “EXPOSICIÓN METAFÍSICA DEL CONCEPTO DE ESPACIO” incluye cuatro puntos (en los dos
primeros puntos se demuestra el carácter a priori de la representación del espacio; en los dos
puntos siguientes se demuestra el carácter intuitivo de dicha representación).

(Leerlos, pp. 91-93).

1) el espacio no es un concepto empírico (fundado en la experiencia9 pues toda experiencia


lo presupone ya. Esto muestra la prioridad del espacio respecto de la experiencia, aunque no
se trata aquí de una prioridad en sentido temporal sino de una prioridad en sentido
trascendental: el espacio es previo a toda experiencia –es decir, a toda representación
empírica– en la medida en que constituye su condición de posibilidad.

2) el espacio es la condición de toda intuición externa (esto se deduce del argumento 1) y está
a la base de todos los fenómenos (objetos) externos. Se introduce un nuevo argumento: no
podemos representarnos que no haya espacio, aunque sí podemos representarnos que no haya
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objetos en el espacio (es decir, un espacio vacío). Este argumento intenta demostrar la
prioridad del espacio con respecto a los objetos: el espacio, la representación del espacio, no
puede ser suprimida o eliminada del pensamiento porque es una representación necesaria, que
está a la base de toda representación de objetos extensos. Y como es una representación
necesaria, entonces es a priori (es como si se dijese: el espacio es la condición necesaria a
priori de toda representación externa, y por eso esta representación no puede ser suprimida).

3) el espacio no es concepto sino intuición, pues la representación del espacio es singular.


Por otra parte, las partes del espacio sólo pueden ser pensadas en él.

Para Kant, una representación puede ser o intuición, o concepto. La representación intuitiva
es representación de un objeto singular, único. Por el contrario, la representación conceptual
es representación general (o universal). El argumento es que, dado que nos representamos un
espacio único, la representación del espacio es una intuición, y no un concepto.
Además, la intuición y el concepto suponen diversa maneras en que puede darse la relación
entre las partes y el todo: en el caso de la intuición, las partes son representadas en el todo (es
decir, como partes del todo); mientras que en el caso del concepto, las partes son
representadas bajo el concepto general. Dado que nos representamos las partes del espacio
como partes en el espacio (incluidas en el espacio único), podemos afirmar que el espacio es
intuición y no concepto.

El punto tres incluye además un nuevo argumento a favor del carácter intuitivo de la
representación del espacio:

Los principios geométricos (en tanto proposiciones sintéticas) no podrían deducirse a partir
de un mero concepto de espacio, sino que deben fundarse en una intuición, pues a partir del
mero análisis de un concepto de espacio sólo podríamos obtener proposiciones analíticas,
pero no proposiciones sintéticas (como las que se hallan incluidas en la geometría). Por otra
parte –señala Kant– las proposiciones geométricas se fundan en una intuición pura (no en una
intuición empírica), ya que, si se fundaran en una intuición empírica, dichas proposiciones no
tendrían certeza apodíctica.
Podría decirse que este argumento (el “argumento de la geometría, pertenece, en rigor, a la
exposición trascendental, de manera que Kant debió suprimirlo, en la segunda edición (1787)
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del punto 3 de la “Exposición metafísica”, ya que en esta segunda edición introduce la
distinción entre “exposición metafísica” y “exposición trascendental” del espacio.

4) (segunda edición) Nos representamos al espacio como una magnitud infinita dada. El
argumento, tal como es formulado en la segunda edición, parece remitir (como el punto 3) a
la diversa relación entre la parte y el todo implicadas en la intuición, o bien, en el concepto:
los conceptos contienen infinitas representaciones posibles bajo sí, mientras que las
intuiciones contienen infinitas representaciones parciales en sí. Dado que nos representamos
infinitas partes del espacio en tanto dadas en él, el espacio es una intuición, y no un concepto.
La expresión “nos representamos al espacio como una magnitud infinita dada” querría decir
entonces que nos representamos al espacio como infinito ya que podemos representarnos
infinitas partes del espacio en tanto dadas en él (aclaración: lo infinito no puede ser dado, esto
es, no es posible una representación actual de lo infinito, de manera tal que la infinitud del
espacio no es dada como tal –no puedo representármela como dada_ sino que lo infinito
remite a la ausencia de límites en el progreso de la intuición, tal como se observa en la
primera versión del argumento, correspondiente a la primera edición de la Crítica).

En la primera edición (1781), este argumento era formulado de un modo diverso: aquí se
indica que un concepto nada puede establecer con respecto a la magnitud de lo representado,
y como la infinitud es una característica o determinación relativa a la magnitud, la
representación del espacio como infinito ha de ser una representación intuitiva, y no una
representación conceptual.

Conclusión obtenida a partir de la “Exposición metafísica del concepto (representación) de


espacio”:

El espacio es una representación a priori, no una representación empírica (puntos 1 y 2), y es


una representación intuitiva, no una representación conceptual (puntos 3 y 4). El espacio es,
por tanto, una intuición (3y 4), no empírica sino a priori (1 y 2). El espacio es una intuición
pura (o a priori).

§3

6
Exposición trascendental del concepto de espacio
(añadida en la segunda edición)

“Exposición trascendental” es la explicación de un concepto como un principio a través del


cual puede ser entendida la posibilidad de otros conocimientos sintéticos a priori.

La Geometría determina sintéticamente, y sin embargo a priori, las propiedades del espacio.

¿QUÉ CLASE DE REPRESENTACIÓN DEBE SER LA REPRESENTACIÓN DEL ESPACIO PARA QUE

SEA POSIBLE TAL CONOCIMIENTO DE ÉL (ES DECIR, UN CONOCIMIENTO SINTÉTICO A PRIORI

ACERCA DE ÉL?

Podría decirse que esto equivale a preguntar: qué clase de representación debe ser el espacio
para que sea posible establecer acerca de él proposiciones sintéticas a priori, como las que
están contenidas en la geometría (se trata aquí de una de las preguntas parciales implicadas en
la pregunta general acerca de la posibilidad de los juicios sintéticos a prioi: ¿cómo son
posibles estos juicios en la geometría?).
Leer, p. 94

Se presenta aquí el “argumento de la geometría”, a fin de proporcionar una nueva


demostración de aquello que fue demostrado ya en la “Exposición metafísica” (a saber: que el
espacio es una intuición pura).
En una “exposición trascendental” se parte de un concepto (una representación) y se muestra
que ella es el origen de conocimientos sintéticos a priori: en esta “exposición trascendental
del espacio” se muestra que la representación de espacio ´debe ser una intuición a priori, pues
sólo en tal caso puede ser esta representación el origen de conocimientos sintéticos a priori
(geométricos).

Kant pregunta qué debe ser el espacio para que pueda establecerse un conocimiento
geométrico acerca de él (conocimiento sintético a priori), y responde:
- el espacio debe ser una INTUICIÓN (pues de un concepto no podrían obtenerse
proposiciones sintéticas, sino meras proposiciones analíticas).
- el espacio debe ser una representación a priori (pues, si fuese una representación
empírica, sólo podrían obtenerse proposiciones meramente contingentes acerca de él, pero
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las proposiciones de la geometría no son contingentes, sino que son universales y
necesarias).
El espacio debe ser una intuición a priori (a través del “argumento de la geometría”, se
constata, en esta segunda “Exposición”, aquello demostrado ya en la primera “Exposición”).

Una vez demostrado esto el argumento avanza, a fin de demostrar que el espacio es no sólo una
intuición pura, sino que es además, la forma del sentido externo (leer, p. 94) . Kant se pregunta:
¿CÓMO PUEDE ESTAR EN EL ESPÍRITU UNA INTUICIÓN EXTERNA QUE PRECEDE A LOS OBJETOS
MISMOS Y EN LA CUAL PUEDE SER DETERMINADO A PRIORI EL CONCEPTO DE ESTOS ÚLTIMOS?

(esto equivale a preguntar cómo es posible una intuición externa pura, independiente de toda
experiencia, que además sea la base a partir de la cual pueden ser conocidos a priori otros
objetos externos (como en el caso del conocimiento geométrico)?)

Recordemos que la intuición ha sido definid, en el §1, como la relación inmediata del
conocimiento con el objeto. Pero al intuir el espacio, no intuimos, propiamente, un objeto, es
decir: se da en este caso una intuición externa a la cual no corresponde, propiamente, objeto
alguno. Por otra parte, a partir de esta intuición externa a priori del espacio se construyen
proposiciones sintéticas a priori acerca de objetos espaciales (en la geometría). ¿Cómo es esto
posible? ¿Cómo es posible que la geometría pueda establecer a priori determinadas
propiedades de los objetos de la experiencia, propiedades relativas a su figura, su magnitud?
¿Cómo es posible conocer, por ejemplo, las propiedades de un triángulo antes de toda
experiencia del mismo (cómo es posible conocerlo a priori)?

La respuesta: sólo es posible este conocimiento a priori de los objetos espaciales si la


representación del espacio es subjetiva, es decir, si ella tiene su origen en el sujeto, en su
facultad de conocimiento. Esto sólo es posible si el espacio es la forma del sentido externo en
general (es decir, la forma bajo la cual nos representamos todo objeto externo).

En la “Exposición metafísica” se ha demostrado que el espacio es una intuición a priori.


Aquí, en la “Exposición trascendental”, se demuestra que el espacio es la forma del sentido
externo o, lo que es igual, la condición necesaria de toda representación externa en general.

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Se responde aquí, entonces, a la pregunta “cómo son posibles los juicios sintéticos a priori en
la geometría”. Estos juicios son posibles porque el espacio:
1) es una representación a priori; por ello las proposiciones geométricas son universales y
necesarias. Si la representación del espacio fuese a posteriori –es decir, empírica– las
proposiciones geométricas sólo tendrían un valor contingente, mas no un valor apodíctico (en
tal caso la geometría no sería una ciencia en sentido estricto).

2) porque el espacio es una intuición; por ello las proposiciones geométricas pueden ser
sintéticas. Si el espacio fuese un concepto (y no una intuición) las proposiciones geométricas
serían analíticas (y en tal caso la geometría no sería una ciencia).

Observación: las proposiciones sintéticas no se basan en el mero análisis (como las


analíticas), sino que han de basarse en una intuición, ya sea empírica o pura (los juicios
sintéticos basados en la intuición empírica son juicios sintéticos a posteriori; los juicios
sintéticos basados en una intuición pura son juicios sintéticos a priori (como las
proposiciones geométricas).

En síntesis, podemos conocer a priori ciertas características espaciales propias de los objetos
que serán dados en la experiencia, porque tales características o determinaciones de los
objetos están basadas en nuestra propia facultad de conocimiento, más precisamente: en la
naturaleza propia de nuestra sensibilidad. Como el espacio es la FORMA DEL SENTIDO

EXTERNO (es decir, no es sino el modo en que la sensibilidad se representa a los objetos
externos), las determinaciones espaciales de los objetos –de las cuales se ocupa la geometría–
pueden ser conocidas a priori.

“Conclusiones sacadas de los conceptos anteriores”

a) El espacio no representa una propiedad de las COSAS EN SÍ (es decir, de las cosas cuando se
hace abstracción de las condiciones subjetivas de su intuición). (leer, p. 95).
b) el espacio no es algo real en sí, sino la forma de todos los fenómenos del sentido externo.

Si prescindimos de las condiciones de la intuición externa, entonces la representación del


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espacio no significa nada.

El espacio corresponde a las cosas en tanto APARECEN ante nosotros (es decir, corresponde a
las cosas sólo en tanto en tanto son dadas ante la sensibilidad).

El espacio es la FORMA según la cual intuimos los objetos externos y, si se prescinde de esos
objetos, es una INTUICIÓN PURA que llamamos espacio.

“Como no podemos hacer de las condiciones particulares de la sensibilidad condiciones de la


posibilidad de las cosas, sino de sus fenómenos, podemos decir que el espacio comprende
todas las cosas que pueden aparecernos exteriormente, pero no todas las cosas en sí
mismas...” (p. 96).

(Kant parece descartar que el espacio pueda ser, a la vez, una condición de los fenómeno y,
por otra parte, una determinación propia de las cosas en sí)

las cosas en sí no son espaciales (no son extensas, son suprasensibles).

No podemos afirmar, pues, que TODAS LAS COSAS están en el espacio, sino que todas las
cosas COMO FENÓMENOS EXTERNOS, están en el espacio.

Nuestras exposiciones enseñan la REALIDAD EMPÍRICA Y LA IDEALIDAD TRASCENDENTAL del


espacio
(leer, p. 51).

(.) aquí trascendental significa trascendente.

(.) Este status del espacio se proyecta a los objetos dados en el espacio: objetos
empíricamente reales, pero trascendentalmente ideales. Los fenómenos son reales en el plano
de la experiencia (es decir, en sentido empírico) pero no son nada trascendente, nada en sí
(son puras representaciones).

Fuera del espacio no hay ninguna otra representación subjetiva referida a algo externo que
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pueda llamarse objetiva y a priori. Kant se refiere a las sensaciones (son subjetivas, están
referidas a algo externo... pero no son a priori). Las sensaciones no son intuiciones; no dan a
conocer objeto alguno y menos aún a priori.
..........
En A (nota a pie, p. 51) se establece una distinción entre el espacio como representación
subjetiva y representaciones subjetivas como el sabor, relativas a la sensación). La
representación subjetiva del espacio tiene valor objetivo (no así las representaciones
conocidas como cualidades secundarias). El espacio pertenece necesariamente a los objetos y
a la intuición de los mismos (pues es una condición suya). No así las propiedades
secundarias, que resultan del modo particular según el cual son afectados nuestros sentidos (y
son, por tanto, contingentes). Además, las sensaciones no son -como el espacio-
representaciones a priori, sino a posteriori.
.......
El espacio es una determinación necesaria de los objetos.
Por el contrario, lo relativo a la sensación, es meramente contingente.
Kant aclara esto porque quiere evitar confusiones respecto a su tesis de que el espacio es
subjetivo (es subjetivo, pero tiene valor OBJETIVO Y APRIORI, y en esto se diferencia de la
sensación). Ej.: el color de la rosa puede aparecer distinto ante distintos espectadores (el color
es una propiedad del objeto cuyo origen es subjetivo). Sin embargo, lo subjetivo de la
sensación no es equivalente al carácter subjetivo del espacio.

(lo que no es más que un fenómeno, la rosa, puede valer como cosa en sí misma en el
entendimiento empírico.... aclarar los dos niveles: empírico y trascendental).

Ya no como sinónimo de trascendente

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