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EVALUACION SOBRE EL TEMA LAICIDAD

Profesor: ------------
Alumno: ------------

OBJETO:
El objeto del presente trabajo será analizar los debates por la instalación de la Cruz del
Papa que aparecen en el texto “El Uruguay laico. Matrices y revisiones”.

ACLARACIONES PREVIAS:
Es preciso diferenciar, antes de comenzar el trabajo, dos conceptos clave: el laicismo
y la laicidad. El laicismo es definido con frecuencia como una ideología que hace de la
laicidad un combate contra las pretensiones de las Iglesias para regir la vida pública 1, es
decir, lleva la separación de la Iglesia y el Estado a una perspectiva más conflictual. Por
otro lado, la laicidad implica que el Estado adopte un carácter neutral respecto a todos
los cultos religiosos, para mantener esta neutralidad, no se debe asociar a ninguno de
ellos (tiene dos componentes, separación de lo religioso con lo estatal y neutralidad de
lo estatal con lo religioso).

HECHOS:
Todo comenzó con la visita de el Papa Juan Pablo II a la ciudad de Montevideo en
1987, y, en el lugar donde se llevo a cabo una misa multitudinaria presidida por el, se
colocaría una Cruz de 30 metros de alto. El entonces presidente Dr. Julio María
Sanguinetti, sugirió que la Cruz se quedara en el lugar, como recuerdo de una
circunstancia histórica (ya otros dirigentes políticos habían manifestado ideas similares),
iniciando la polémica.

CONSTRUCCION:
Voy a dividir el análisis del debate en 3 etapas: 1) etapa pre-parlamentaria; 2) etapa de
la Junta Departamental; 3) etapa de la Cámara de Senadores, y; 4) etapa de la Cámara
de Representantes. Esto con el objetivo de seguir un orden cronológico y, además, hacer
mas amena y organizada la lectura.
-1) Etapa Pre-parlamentaria:
El anuncio del presidente Sanguinetti causaron una intensa polémica pública,
focalizada principalmente en la pertinencia del “emplazamiento de un símbolo religioso
en el espacio público”. El diario batllista El Dia se pronunció: “a nadie podría molestar
que la cruz sea cedida a las autoridades de la Iglesia Católica, para que dispongan su
ubicación en uno de los predios de su propiedad […] otro símbolo parecido marcaría
en forma digna y sobria el lugar en el que [el Papa] compartió con decenas de miles de
uruguayos uno de los sacramentos fundamentales de su fe”. Esta publicación nos
muestra un indicio sobre la división que habrá dentro del Partido Colorado gracias a esta
1
Milot, M., 2009. La Laicidad. Editorial CCS, p.12.
polémica. Se empieza a ver como el batllismo se aferra mas al viejo modelo de nación
laica, mientras que el otro sector del Partido Colorado se podría encasillar dentro de un
modelo de “laicidad positiva” (concepto definido por Jorge Batlle, que mas adelante se
analizará).
Este debate también provocó algunos pronunciamientos institucionales relevantes,
como por ejemplo, de la masonería. La Gran Maestría de la Gran Logia de la Masonería
del Uruguay sintió la necesidad de dar un comunicado luego de ver las “secuelas de la
estadía del Jefe del Estado Vaticano en Uruguay” señalando que: “de ninguna manera
seria aceptable la exhibición en sitio público de un símbolo religioso que congrega a su
alrededor solo a una parte de la sociedad uruguaya y por lo tanto no debe imponerse al
resto de la población”. Hay que tener en cuenta la enemistad histórica de la Iglesia con
los masones (quizá se note al ver que llama “secuelas” a los acontecimientos ocurridos
luego de la visita de Juan Pablo II a Uruguay, como si se tratase de un traumatismo).
Fuera de esto, como dice la masonería ¿de ninguna manera es aceptable la exhibición en
sitio público de un símbolo religioso? La respuesta parece ser negativa, la laicidad no
implica un “ateísmo” de Estado, sino una neutralidad estatal en cuanto a los temas de
cultos religiosos. Con esto quiero decir que el Estado puede construir estatuas religiosas,
siempre y cuando no haga preferencia a ninguna religión en particular (y hay que tener
en cuenta el factor de lo físicamente posible: no se puede construir símbolos religiosos
de todas las religiones presentes en la República).
-2) Etapa de la Junta Departamental:
Se presento un proyecto en la Junta Departamental de Montevideo para que la Cruz
permaneciera en el lugar, sin embargo, este proyecto no fue aprobado, perdiendo por 21
votos contra 10 a favor.
Esta etapa es breve, pero destaco la intervención del Edil Fazzio del Partido Colorado
señalaba que “la instalación de la Cruz violaba la filosofía del Estado”. Podemos intuir
que este Edil pertenecía al núcleo batllista del partido, debido a que se aferra al modelo
de “nación laica”, sin reparar en que la laicidad implica, como nombramos
anteriormente, la neutralidad del Estado, y por lo tanto, no se viola la “filosofía” del
Estado.
-3) Etapa de la Cámara de Senadores:
El proyecto de ley ingreso al senado por el proyecto de ley del Senador nacionalista
Gonzalo Aguirre. Este proyecto de ley disponía el mantenimiento de la cruz “en calidad
de monumento conmemorativo (a Juan Pablo II) y en honor al nombrado Jefe de
Estado”. Fundamentaba Aguirre que se mantenía el monumento no para manifestar la
adhesión del Estado a una determinada religión, sino para señalar un determinado hecho
histórico.
Cabe destacar la intervención del Senador Jorge Batlle, del Partido Colorado, que
estaba de acuerdo con la instalación del monumento: “[…] estimo que la laicidad tiene
que tener, en ese sentido, un significado de respeto pero no de negación, una actitud
con la que y desde la que se exprese la manera de pensar”. A partir de esta intervención
Batlle desarrolla un concepto de “laicismo positivo”.
Por otro lado, las argumentaciones contrarias giran en torno a señalar de “retroceso”
para un “país laico” o “liberal” la colocación de la cruz.
-4) Etapa de la Cámara de Representantes:
Se aprueba el proyecto de Aguirre en Senadores y pasa a Representantes. Como en las
anteriores etapas, aquí también hay intervenciones destacables.
El Diputado Rocha Imaz del Partido Nacional se manifestó contrario no solo a la
instalación de la cruz, sino a que el Parlamento debatiera el tema, ya que, según él:
“parecería que las cosas espirituales deberían esperar su turno mientras el país
resuelve los asuntos importantes que tiene pendientes”. Para entender los dichos de
Rocha, tenemos que tener en cuenta el contexto histórico que vivía el país en esos
momentos: hacia tan solo un par de años había vuelto la democracia y estaba en
discusión la ley de caducidad. Sin embargo, “las cosas espirituales” a las que refiere
Imaz no es un problema menor, sino que el conflicto Estado-Iglesia en el Uruguay fue,
desde los tiempos de la secularización, un problema de peso debido a la forma que tuvo
Uruguay de separar a la Iglesia del Estado. Recién en los años 60 empezó a haber un
retroceso en los prejuicios antirreligiosos, esto debido a la apertura de la Iglesia al
ámbito social (en gran parte gracias al concilio vaticano II). Por lo que, si se tomara en
cuenta lo que dice el Diputado Rocha de no discutir este tema porque “hay otros más
importantes” se podría retrasar la flexibilización de los prejuicios antirreligiosos que
han venido decayendo desde la década de los 60.
Al final el proyecto fue aprobado por 48 votos afirmativos contra 41, decidiendo el
establecimiento definitivo de la Cruz del Papa en Tres Cruces.

CONCLUSION:
Como conclusión, podemos observar la polémica que causo la cruz en su momento,
formando básicamente tres puntos de vista: en primer lugar, tenemos a quienes se
oponían a la instalación de la cruz, alegando un viejo modelo de nación laica. En
segundo lugar, tenemos a quienes apoyaban el proyecto bajo un concepto de “laicismo
positivo”. Y, por último, en tercer lugar, tenemos a los que apoyaban el proyecto
basándose en que era un monumento a un Jefe de Estado, no una figura religiosa.

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