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La llegada de la pandemia del COVID-19 pone en jaque al sistema de transporte, en lo

inmediato y en sus perspectivas de futuro. El impacto abarca a todos los segmentos, pero es

más severo en el transporte de pasajeros, ya que el distanciamiento social y el cierre de

fronteras implica minimizar o anular los servicios para reducir los riesgos de contagio y la

difusión de la pandemia. Visto desde la operación del servicio, significa una reducción brutal

de la demanda, que pone en riesgo la supervivencia de las entidades que brindan los

servicios, sean públicas o privadas.

La pandemia de coronavirus y la nueva normalidad a la que estamos asistiendo nos


ha impulsado a repensar casi todos los planos de nuestra existencia. Nuestros
hábitos, costumbres, modos de consumir y hasta de vincularnos.

La crisis económica, la expansión del teletrabajo y la promoción de mecanismos para que las
grandes empresas transporten a sus empleados también van a contribuir a limitar la demanda
dirigida al transporte público.

lograr un cambio cultural. El programa Amigos de la Movilidad Sustentable y


Segura ofrece a sus miembros herramientas, asesoramiento y acompañamiento
para potenciar, influir y multiplicar la promoción de buenas prácticas de movilidad
sustentable y seguridad vial.

El programa es un espacio de intercambio, de contactos y principalmente de


sinergia entre el sector público, privado y el tercer sector, con el fin de optimizar
recursos, redirigir esfuerzos y potenciar acciones vinculadas a la temática.

Es a través de este programa que también se reconocen las iniciativas y esfuerzo


de cada organización mediante el Premio Amigos de la Movilidad Sustentable y
Segura.

 Aumento de la productividad, disminución de costos logísticos.

 Disminución de siniestros “in itinere”.

 Disminución de emisiones a la atmósfera.

 Mejora la imagen corporativa. Fortalecimiento de los programas de


sostenibilidad ambiental y responsabilidad social mejora la imagen
organizacional.
 Mejora la calidad de vida y el rendimiento de sus miembros, promoviendo
hábitos saludables y seguros.

La nueva regulación en Argentina sobre cannabis implica un cambio de


paradigma a nivel local. Permitiría cubrir necesidades médicas y considerar
nuevas alternativas”

La utilización del cannabidiol es parte de un cambio de


paradigma que se ve reflejado en las fortalezas
científicas que robustecen su efectividad
El tema está más presente y vigente que nunca. La ciencia avanza a
gran velocidad y los nuevos hallazgos permiten respaldar cada vez
más el uso del cannabis medicinal en ciertas afecciones
neurológicas. se abordaron los últimos avances en el uso del cannabis
medicinal en pacientes con epilepsia refractaria.

Cuando se demuestra la efectividad y la seguridad se va ganando


terreno y avanzando sobre otras posibilidades. 

Los gobiernos se encuentran en una difícil situación porque se parte


de la siguiente premisa -que considero un sofisma-; ella supone
como premisa mayor que si despenalizan el uso y cultivo de la
marihuana, cada vez más jóvenes entrarían al mundo de la
adicción, por la concepción de la «droga puente»; vale decir, como
inicio hacia las denominadas «drogas duras».

Uso de Canabbis Medicinal , cambio de paradigma en la salud Argentina


El debate sobre la necesidad de reforma de las llamadas políticas de drogas ha t
o-
mado un renovado y esperanzador impulso en los últimos años
el debate y consecuentemente en los
discursos,
ha acarreado un interesante sinnúmero de planteos y dudas respecto de los co
n-
ceptos básicos que suelen abarcar a los paradigmas relacionados
con la temática
En la actualidad, la crisis del prohibicionismo y la consecuente
búsqueda de alternativas soberanas mediante el cambio de para
digma, se ven pro-piciadas por la extenuación de su discurso, lograda mediante la
contraposición de un importante caudal de información objetiva, científica y documentada

ante la masificación y diversificación del consumo, generalizado a otros «estra-tos» sociales más
beneficiadose incluso con más capacidad de lobby, surge la ne-cesidad de entablar otra respuesta
alternativa a la punición, mediante el paradigma de la salud y sus efectores sanit
arios

De tal forma, los bienes jurídicos supuestamente tutelados por las normativas
tienden progresivamente a vincularse con este nuevo paradigma
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, pero sin dejar


de lado el postulado fundacional del prohibicionismo: la represión penal. Más bien,
el nuev
o paradigma no vino a reemplazar a ningún otro, sino que estos paradigmas
fueron fusionados bajo un complejo argumental y normativo, en donde las comp
e-
tencias de los organismos vinculados contienen multiplicidad de funciones supue
s-
tas y contradictorias, co mo perseguir y reprimir al narcotráfico y, a su vez, brindar
asistencia sanitaria a las personas con abuso de sustancias

el absolutismo de considerar a cualquier uso de sustancias como un


comportamiento problemático para la salud individual y/o pública, hace
de este p
a-
radigma de salud un concepto falso y peligroso, no mucho menos reñido con los
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valores democráticos y los derechos humanos que los desarrollados en los apart
a-
dos anteriores

La cuestión que se plantea es reducir drásticamente el daño que las drogas hacen a las personas, a
las sociedades y a las instituciones

El tema se ha transformado en un tabú que inhibe el debate público por su identificación con el
crimen, bloquea la información y confina a los consumidores de drogas a círculos cerrados donde
se vuelven aún más vulnerables a la acción del crimen organizado

Por ello, romper el tabú, reconocer los fracasos de las políticas vigentes y sus consecuencias es una
condición previa a la discusión de un nuevo paradigma de políticas más seguras, eficientes y
humanas.
abrir el debate sobre estrategias alternativas con el concurso de sectores de la sociedad que se
han mantenido al margen del problema por considerar que su solución incumbe a las autoridades.

proponiendo un nuevo paradigma sustentado en tres grandes directrices: Tratar el consumo de


drogas como una cuestión de salud pública. Reducir el consumo mediante acciones de información
y prevención. Focalizar la represión sobre el crimen organizado

En América Latina, varios países implementaron políticas, o están en vías de hacerlo, para
despenalizar la posesión para uso personal de drogas ilícitas. Entre ellos están Venezuela,
Argentina, Colombia y Brasil

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